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MINISTERIO PASTORAL

SUSTENTANTE: JOSÉ LUIS ROA REYES

SANTO DOMINGO, DN.

JUNIO 2022
INTRODUCCIÓN

MARCO TEÓRICO

● DEFINIR MINISTERIO, DEFINIR PASTOREADO, DEFINIR IGLESIA


● POR QUÉ LA IGLESIA ES IMPORTANTE
● POR QUE NOS LLAMARON A ESTE MINISTERIO
● PASTOR
○ HUMILDE
○ ETICO E INTEGRO
○ NOBLEZA
○ MORALIDAD SEXUAL
● LLAMADO PASTORAL
● OBSTÁCULOS ACTUALES DEL MINISTERIO PASTORAL

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFIA

ANEXOS

INTRODUCCIÓN

MARCO TEÓRICO

● 1.POR QUÉ LA IGLESIA ES IMPORTANTE


● 2.EL LLAMADO PASTORAL
● 3.MINISTERIO PASTORAL
● 3.1 PASTOR
○ HUMILDE
○ ETICO E INTEGRO
○ NOBLEZA
○ MORALIDAD SEXUAL
● 4.OBSTÁCULOS ACTUALES DEL MINISTERIO PASTORAL

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFIA
EL MINISTERIO PASTORAL

En Hechos 20:28 dice: “Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el
Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con
su propia sangre”. Esta es una de las grandes enmendaciones de la Biblia. El apóstol Lucas,
considera el libro de los Hechos como la secuela del libro de Lucas, expresándose así en Las
Escrituras, pero en este versículo, pide a los pastores a que sean leales a esta misión, que
valoren y aprecien a su Iglesia, mencionando que DIOS, pagó el precio más alto; con su
propia sangre, para que la pastoreemos, nos deja claro que el Ministerio Pastoral es el más
valioso privilegio.

El precio que pagó Jesucristo por su Iglesia sobrepasa todas las bondades hacia nuestras
vidas, y hace que el regalo de poder pastorearla requiera una preparación y una unción
especial. Mientras esperamos ansiosos su segunda venida, Dios ha puesto sobre los pastores
la tarea de liderar la Iglesia, y cuidarla así como nos mostró en su parábola en Lucas 15:4
“Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y
nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?”, de hacer lo que sea
necesario para que estas reciban la porción que Dios ha preparado para ellos, guiándoles, y
orando constantemente por ellos y atesorarles como dice Efesios 5:25, “Esposos, amen a sus
esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la
purificó, lavándola con agua mediante la palabra.”

La Iglesia no es el lugar físico donde se congregan las personas. El apóstol Pablo en las cartas
a los Corintios, nos dice que nosotros somos el cuerpo de Cristo, y cada uno de nosotros
individualmente lo compone, pero que Cristo es la cabeza. Esto nos quiere decir que somos
un cuerpo único, pero Jesucristo tiene la autoridad suprema, pues esta es nuestra fuente de
agua viva, para que nos ayudemos mutuamente, nos guiemos y podamos ser edificados en
amor de forma recíproca. En Efesios, cuando Pablo habla sobre la unidad del Espíritu, en el
capítulo cuatro versículo once en adelante “…Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a
otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a
los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que
todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.”
El llamado al ministerio pastoral, puede ser comparado al llamado de un líder. Y en la Biblia,
menciona en varias ocasiones las cualidades que deben poseer aquellos que sean puestos en
estas posiciones. En Deuteronomio 1:13 los llama a escoger “…hombres sabios, entendidos y
expertos” para ser puestos como jefes de tribus; Lucas en el libro de Hechos, buscando de
diáconos para distribuir funciones describe estas cualidades como “… hombres de buena
reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría”. En Éxodo 28: 21, Moisés relata sobre
la elección de Jueces, y describe los requisitos como “…hombres capaces, temerosos de
Dios, hombres veraces que aborrezcan las ganancias deshonestas, y {los} pondrás sobre el
pueblo.” En Pedro 1 Pedro 5.2-3 “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros,
cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con
ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo
ejemplos de la grey.” Pedro destiló la esencia del liderazgo pastoral en dos sencillas
amonestaciones: sé humilde y haz la obra de apacentar el rebaño.Vamos a explorar estas
cualidades.

Pastores Humildes:

Según la Real Academia de la Lengua Española, Humildad se define como: Virtud que
consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo
con este conocimiento. Es decir, un Pastor debe tener la capacidad y la honradez de admitir
una equivocación, compartir los conocimientos aprendidos, ser agradecido para aprender
constantemente, para mejorar las relaciones sociales, para forjar un liderazgo efectivo y
convertir esto en una fortaleza necesaria para que sus actos y sus palabras sean provechosas
para la Iglesia. Sin embargo, el verdadero hombre de Dios, busca la aprobación del Señor
antes que la adulación de la multitud. No se engrandece, sino que como siervo que es
magnífica y enaltece el Dios vivo y Su Palabra.

Walter Cradock, era un clérigo anglicano galés, que se convirtió en un predicador evangélico
viajero. Fue fundador de la primera iglesia independiente en Gales en 1638. En una de sus
obras, describe a hombre de Dios revestido de humildad de esta manera:

● Cuando ve a otro pecador, se considera peor que él.


● El corazón humilde se considera a sí mismo todavía peor.
● Es Dios quien hace las cosas posibles y los méritos que hay en él.
● Considera que el más vil de los pecadores puede llegar a ser, en el buen tiempo de
Dios, mucho mejor que él.

Dos personajes que nos llegan a la mente al pensar en HUMILDAD, son Juan el Bautista, y
el apóstol Pablo. En todo lo que hacía Juan, él dirigía a sus seguidores hacia Cristo en lugar
de atraer la atención a sí mismo, Juan enseñó a los que lo seguían a recurrir a Cristo. En
Mateo 11:9-11, Jesus habla de Juan el Bautista de la siguiente manera: “ Pero, ¿qué salisteis
a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y uno que es más que un profeta. Este es de quien está
escrito: «He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, quien preparará tu camino
delante de ti». En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie
mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor
que él.” Que privilegio debe sentirse, tener a Jesucristo referirse a ti de esta manera, no
obstante Juan nunca se le vio vanagloriarse, ni jactarse, si no que redirigio toda su energia
siempre al Reino de Dios. Él llamó a Jesús el "Cordero de Dios" (Juan 1:29). «Es necesario
que Él crezca, pero que yo mengüe» (Jn 3.30). Con excepción de Jesucristo, el apóstol pablo
es el mayor líder espiritual que el mundo ha conocido, pero Él se describe como «el último de
los apóstoles» (1 Co 19.9), «el más pequeño de todos los santos» (Ef 3.8) y «el mayor de los
pecadores» (1 Ti 1.15).

En 1 Corintios 4 se identifican cinco señales de la humildad de Pablo. Primero, estaba


contento de ser siervo: «Así, pues, téngannoslos hombres por servidores de Cristo, y
administradores de los misterios de Dios» (v.1). Tales remeros eran desconocidos, sin ser
reconocidos ni honrados.«Cuando todo está dicho y hecho», dice Pablo, «que se diga de mí
que yo movía mi remo». Una segunda señal de la humildad de Pablo era su disposición a ser
juzgado por Dios. En 1 Corintios 4.4 escribió: «pero el que me juzga es el Señor». Pablo no
buscaba la honra de los hombres, ni tampoco le importaba lo que pensaban de Él. Dios era la
audiencia ante la cual ejecutaba su ministerio; era Dios a quien Él buscaba agradar a
cualquier precio. Toda evaluación de su ministerio, ya fuera de otros o de sí mismo, no tenía
valor alguno. Tercero, Pablo se contentaba con ser igual a otros siervos de Dios. En
1Corintios 4.6 advirtió a los corintios que no lo comparasen con Apolos. No quería que sus
lectores presumieran elevándose uno por encima del otro. Pablo y Apolos no estaban
compitiendo entre sí, tampoco se consideraba a sí mismo mejor que Apolos. Cuarto, Pablo
estaba dispuesto a sufrir (1 Co 4.12-13). Sufrió por la causa de Cristo como pocos hombres
de la historia lo han hecho, y de ese modo cumplió con las predicciones del Señor en la hora
de su conversión (Hch 9.16). Pablo detalla algo de ese sufrimiento en sus cartas a los
corintios (1 Co 4.9-13; 2 Co 2.23-33).

Un pastor humilde, es conducido por el conocimiento de Dios. Los hombres podemos


engañar a otros hombres, pero Dios conoce el corazón de cada uno, tal declaración de la
omnisciencia de Dios, debería llenarnos de humildad.

Un pastor humilde está comprometido con la verdad de Dios. La meta del pastor no es ser
popular ante el mundo. Aquellos que predican abiertamente contra el pecado y viven vidas
piadosas sacrificarán su prestigio y reputación pública. Sufrirán rechazo, enfrentarán
oposición y sufrirán incluso la calumnia. Pablo describió su propia pérdida de reputación
cuando escribió: «porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como
postreros, como a reos de muerte; pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los
ángeles y a los hombres… Hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el
desecho de todos» (1 Co 4.9, 13).

Un pastor humilde está consumido por la Gloria de Dios. Es imposible buscar la gloria
personal y la gloria de Dios a la vez. En 1 Tesalonicenses 2.6, Pablo escribió: «ni buscamos
gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como
apóstoles de Cristo». Él no buscaba estima, honor o alabanza. Su preocupación era la gloria
de Dios (2 Co 4.5). Dentro de la humildad, un pastor debe ser tenaz, para confiar totalmente
en el poder de Dios. Debe ser Íntegro, pues su vida es consistente con su doctrina. Debe tener
autoridad, pues recibe su comisión de Dios, no de sí mismo. Y debe ser responsable, es
consciente de manera constante de la omnisciencia de Dios.

Solo un hombre así es lo suficientemente humilde para pastorear el rebaño de Dios.

PASTORES ÍNTEGROS

Pablo dijo a Timoteo: «Ten cuidado de ti mismo» (1 Ti 4.16). El predicador que desee que sus
palabras sean tomadas en serio por su congregación, primero debe tomarlas en serio Él
mismo. La ética debe regir la vida de un pastor, dentro y fuera de la Iglesia. Teniendo claro,
que aquellos que buscan y muestran la verdad y la Gloria de Dios, siempre serán atacados,
recordamos lo que dice la Biblia en Filipenses 1:27: “ Pase lo que pase, compórtense de una
manera digna del Evangelio de Cristo”. No importa cuánta experiencia o educación tenga
una persona. Si no está a la altura de las cualidades de moralidad bíblica, no es apto para ser
líder en la iglesia de Dios. Phillips Brooks, un prominente clérigo del siglo XIX, dice de este
importante tema: «Lo que el ministro es, es mucho más importante de lo que es capaz de
hacer, por cuanto lo que es da fuerza a lo que hace. A la larga, el ministerio es lo que somos
tanto como lo que hacemos»

Finalmente, en 1 Tesalonicenses 2.3, la predicación de Pablo estaba libre de engaños. Pasa


de la predicación a vivir y al motivo, y ahora asevera que sus motivos no eran engañosos.
Pablo no tenía motivos ocultos ni buscaba poner trampa o tropiezo a alguien. No era como
los falsos maestros que tenían la lujuria o las ganancias como motivo (2 P 2.15-18). Era como
David, que «pastoreaba (a Israel) con integridad de su corazón» (Sal 78.72).

Dios desea hombres humildes, hombres de integridad, para pastorear su rebaño. Un hombre
cualificado para ser pastor exhibe el liderazgo y la integridad de su vida para llevar al pueblo
a la salvación y el servicio a Dios, habiéndolo hecho o estando en el proceso de hacerlo en su
propio hogar.

PASTORES OBEDIENTES

Un pastor es un Siervo de Cristo que busca exaltar el nombre de Dios. Más aún, debe
obedecer los mandatos de las Escrituras a ser fiel a la verdad bíblica, intrépido en exponer y
refutar el error, ejemplar en piedad, diligente en el ministerio y estar dispuesto a sufrir en su
servicio. En la Biblia tenemos ejemplo a Timoteo, aun cuando su nombre significa “el que
honra a Dios”, este encontró severas dificultades cuando se le asignó la tarea de sacar del
error y el pecado a la iglesia de éfeso. Luchó con el temor y la debilidad humana. Pareció
experimentar la tentación de suavizar su predicación frente a la persecución.A veces parecía
avergonzado del evangelio.

A pesar de la falta de convicciones e integridad de algunos miembros de la iglesia en Éfeso,


donde fue líder por un buen tiempo, Timoteo mantuvo sus convicciones aun cuando le costara
la vida. Según la tradición, sufrió el martirio en Éfeso unos treinta años después, por oponerse
a la adoración de la diosa Diana. Él “retuvo firme hasta el fin [su] confianza del principio”
(He. 3:14).

PASTORES NOBLES

La tarea del ministro es ayudar a que todo creyente sea semejante a Cristo, a preparar a todo
hijo de Dios para su encuentro con el Señor y Salvador en aquel gran día (véase 1.22). «El
más noble que puede estimular el entusiasmo, o sostener la perseverancia en las dificultades
o el sufrimiento».

Debe mostrar nobleza en su actitud y conducta estando libre de soberbia, de prontitud para
airarse, de adicción al vino, dependencias, de codicia por ganancias deshonestas. Debe tener
las cualidades positivas de hospitalidad, amor por el bien, sensibilidad, justicia, pureza y
dominio propio. En Tito 1.7-8 da dos listas de características generales, una lista de cinco
negativas y la otra de cinco positivas. Habla de la nobleza en la actitud y conducta, nobleza
en el sentido de estar por encima de los patrones del mundo. La implicación es que el pastor
está cortado por encima de los demás en actitud y conducta y que es digno de ser imitado. El
hombre marcado con estas cualidades tiene el carácter que se espera de uno que posea una
alta moralidad sexual y que es un líder familiar probado. Como resultado tendrá poder, no
solo el poder de Dios debido a la santidad de su vida, sino credibilidad, honor, respeto,
admiración y amor que lo dotará de respeto como líder. Éste es el tipo de hombre que guiará a
la iglesia de modo efectivo.

PASTORES IRREPRENSIBLES

Ser irreprensible es la cualidad principal que debe tener un pastor. Irreprensible no puede
referirse a la perfección sin pecado, porque en ese caso nadie estaría cualificado. más bien es
un estándar alto y maduro que habla de ser un ejemplo constante. Dios demanda que su
administrador viva de un modo tan santo que su predicación nunca se contradiga con su estilo
de vida, para que las indiscreciones del pastor nunca acarreen vergüenza al ministerio, y para
que la hipocresía de los pastores no disminuya la confianza del rebaño en el ministerio de
Dios.

Dentro de esto, debemos hablar sobre una problemática que afecta el mundo secular como el
mundo cristiano: Esto es la moralidad sexual. La primera cualidad de carácter que en Tito
manifiesta lo que significa ser irreprensible es que debe ser «marido de una sola mujer» (Tit
1.6). Una traducción literal de la expresión en griego es: «hombre de una mujer».

Pablo, por inspiración del Espíritu Santo, utilizó deliberadamente la frase «hombre de una
mujer». El tema es de carácter moral, no de estatus marital. El pastor debe tener la reputación
de ser sexualmente puro. Si está casado, está entregado a su mujer, no escandalizado por
amantes del pasado, por hijos ilegítimos o presentes adulterios. Ama y desea solo a una mujer
y ha sido fiel para con ella.

El apóstol Pablo se mantuvo consciente de ese hecho, diciendo, como vemos en 1 Corintios
9.27: «Golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para
muchos, yo mismo venga a ser eliminado». Utiliza una terminología fuerte. Pablo mantenía
una rigurosa disciplina personal para evitar ser descalificado del ministerio pastoral. él sabía
que cualquier clase de pecado sexual acarrea un rechazo.

EL LLAMADO AL MINISTERIO PASTORAL .

Cómo sabemos que hemos sido elegidos o tenemos como muchos lo llaman el llamado a
pastorear? ¿Qué hace o cómo diferenciamos el mismo del llamado a la salvación? Estas son
preguntas o dudas que surgen al momento de entender que el Señor nos ha encomendado
servir como guía de su pueblo escogido. Saber que el Señor desde el llamado de la salvación
nos ha escogido para el servicio , es el primer escalón que debemos comprender , como habla
en 1 Pedro 2.9 " Un real Sacerdocio ".

El llamado de Dios al ministerio pastoral tiene numerosas dimensiones diferentes. En primer


lugar, hay un llamado a la salvación. Éste debe ser el punto inicial para cualquier llamado al
servicio o ministerio. Quien busca identificar su llamado al ministerio pastoral primeramente
debe estar seguro de que es llamado para Cristo (2 Co 13.5). No debe nadie atreverse a
contemplar un ministerio del evangelio de la gracia para el pueblo de Dios hasta que no ha
experimentado la gracia de Dios en su propia vida al profesar fe en Cristo Jesús.

El Señor siempre ha dejado claro que nos entregó al Espíritu Santo como guía y puso en
nosotros el discernimiento , lo que nos permite saber que cuando hemos sido llamados para el
ministerio de liderazgo de Su Iglesia , él pondrá todo a nuestro favor y guiará nuestros pasos.
El servicio es un privilegio otorgado por Dios a su pueblo para entender Su grandeza , favor y
compromiso con nosotros.Y si todos hemos sido llamados a servir , como puedo yo decir o
confirmar que he sido llamado para servir y no es más que por que yo he sentido y vivido la
gracia del señor en nuestra vida , pero incluso de esta forma debemos estar seguros a la hora
de tomar este camino.

Según Spurgeon, hombre que Dios utilizó en los años 70 para llevar la palabra y para instruir
a los jóvenes en el ministerio pastoral, y habiendo escrito el libro “Discurso a mis
estudiantes“, se hace la siguiente pregunta : ¿Y cómo podemos saber que hemos sido llamado
al ministerio pastoral ?¿Cómo puede saber un joven si es llamado o no? Ésa es una pregunta
de peso y deseo tratarla del modo más solemne. ¡Pido dirección divina al hacerlo!

El llamado al liderazgo involucra a hombres dotados de dones entregados a la iglesia por el


Señor de la iglesia (Ef 4.12). Esta responsabilidad es tanto general— suministrando liderazgo
en la adoración, predicación, enseñanza, pastorado y evangelismo—como específica
(discipulando y aconsejando).

Que cientos han errado el camino y han tropezado contra un púlpito es dolorosamente
evidente por los ministerios infructíferos y las Iglesias decadentes que nos rodean. Es una
terrible calamidad para un hombre que yerre en su llamado, y para la Iglesia a la que se
impone a sí mismo, su error encierra una aflicción de las más graves.

Spurgeon continúa enfatizando la importancia de reconocer el llamado cuando dice: «Es


imperativo para él que no entre al ministerio hasta que haya hecho una solemne búsqueda e
investigación de sí mismo con relación a este punto». William Gordon Blaikie también
ministró en Londres en una época aproximada a la de Spurgeon. Asimismo, él supo ver la
importancia de un llamado al ministerio y consideró seis criterios para evaluar un llamado:
salvación, deseo de servir, deseo de vivir una vida dedicada al servicio, habilidad intelectual,
cualidades físicas y elementos sociales.

Sugden y Wiersbe dicen: «La obra ministerial es demasiado difícil y exigente para que un
hombre se introduzca en ella sin un sentido de lo que es el llamado divino. Los hombres
inician y luego dejan el ministerio normalmente porque carecen del sentido de urgencia
divina. Nada menos que un llamado definido de Dios podría dar al hombre éxito en su
ministerio.

Calvino dividió el llamado en dos partes cuando declaró: ”Si uno ha de ser considerado
verdadero ministro de la iglesia, es necesario que considere el “objetivo externo” de la
iglesia y el llamado secreto interno “consciente únicamente para el mismo ministro”.

El llamado interno es un resultado del acercamiento interno o del poder que se obtiene del
Espíritu Santo, que con el tiempo acerca a un individuo al llamado externo para el ministerio
en la iglesia. El llamado externo es un acto de la comunidad cristiana que por un determinado
proceso confirma el llamado interno. Nadie que no haya sido llamado y comisionado por
Cristo y la iglesia puede cumplir adecuadamente con el difícil rol del pastor. Ésta es la razón
por la que la correspondencia entre el llamado interno y externo es tan crucial para ambas
partes, el candidato y la iglesia, a fin de que desde el principio se establezcan con una
claridad razonable.

¿Quién puede confirmar este llamado? La Iglesia. Charles Spurgeon declara que «La
voluntad del Señor para los pastores se da a conocer por el juicio, en oración, de su iglesia.
Es necesario como prueba de tu vocación que tu predicación sea aceptable para el pueblo de
Dios” Si nuestra vida, nuestras acciones no ministran a la Iglesia, no es justo que seamos
fijados y ungidos con esta responsabilidad de pastorear e interceder en oración por nuestra
Iglesia.

Confirmación de Dios del llamado

La providencia de Dios es una indicación de confirmación del llamado al Ministerio Pastoral.


La soberanía de Dios provee para el llamado de ciertos hombres para el liderazgo en la iglesia
local. Dios les proporciona los dones necesarios para desempeñar las funciones del
ministerio, les da el deseo de servir en esta área y luego instrumenta las circunstancias para
proveer un lugar donde ministrar.
Obstáculos de ministerio pastoral

Podríamos pensar que después de todo el tiempo vivido, y las veces que hemos estudiado la
Biblia, estaríamos en un nivel espiritual mucho más alto. Lamentablemente, eso no es así.
Estamos cometiendo el grave error de dejar que el mundo influya a la Iglesia, y no que la
Iglesia influya al mundo y la cultura. Aunque sabemos que no hay cristianos en la Iglesia,
sino que la Iglesia son los cristianos, hay una disyuntiva sobre el andar y el actuar. Hemos
sido dados a entender que debemos hacer que el mundo se sienta cómodo con nosotros, para
poder hablarle de la palabra de Dios, que mientras más parecidos a ellos seamos, ellos
tendrían la iniciativa de acercarse más a Dios. Que si nuestra manera de pensar y de vivir en
el Evangelio no los ofende, ellos serán más abiertos a recibir su palabra. Si podemos
convencerlos de que el mensaje de la Biblia no representa una amenaza para su forma de
vida, tal vez lo crean.

Elimina la ofensa del evangelio, y tal vez ellos lo acepten. La Iglesia ha sido infectada por
este pensar, vemos pastores más parecidos al mundo, y más alejados de Dios. Debemos saber,
que la sola Palabra de Dios es suficiente para penetrar los corazones endurecidos por el
pecado. Nosotros debemos menguar para que crezca Cristo, no empequeñecerse para que el
mundo pueda digerir la Gloria de Dios. Si no nos volvemos a Dios, tendremos cristianos,
Iglesias, y el cuerpo de Cristo avergonzado del Evangelio de Cristo.

Los pastores y teólogos evangélicos pueden aprender de la experiencia convencional de poner


la relevancia por encima de la verdad. Debemos evitar la trampa de lo novedoso y vendible
que, se nos dice, hará más fácil que los modernos crean. Los métodos pueden cambiar, pero
nunca el mensaje… Somos llamados a ser fieles administradores de una gran y confiable
herencia teológica. Tenemos verdades que afirmar y errores que evitar. No debemos intentar
hacer estas verdades más llamativas o amigables diluyéndolas.

En tanto que la Iglesia sucumbe a las presiones culturales y sociales, no es de sorprender que
los roles pastorales bíblicamente definidos y el contenido de la enseñanza ministerial,
orientado con las Escrituras, también haya experimentado un serio desafío. La Iglesia está
atravesando una crisis de identidad. Ahora, no queremos proclamar que la Iglesia debe ser un
lugar inmaculado, prístino, y perfecto, absolutamente no. Charles Spurgeon proclamó: “El
día que encontremos una Iglesia perfecta, el momento en que nos unamos a esta, se volverá
imperfecta.” Las Iglesias instituidas por hombres, también han sido responsables de muchas
atrocidades, tomando en vano el nombre de Cristo como razón de su proceder. Considerando
todas las guerras, inquisiciones y matanzas, ciertamente es comprensible que la reputación de
la Iglesia sufriera desde estas instituciones pretendían ser una “iglesia”. Algunos de ellos
incluso han quemado cristianos en la hoguera!. Es difícil para el mundo, que es reacio a la
palabra de Dios, saber la diferencia entre una Iglesia instituida por los hombres versus la
Iglesia de Cristo.

¿Cómo saber si una Iglesia es el verdadero cuerpo de Cristo? Las Iglesias constituidas por
hombres, se apoyan en la parábola de Mateo 13: 30 para explicar y racionalizar sus acciones,
este versículo dice. “Dejad crecer juntamente uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la
siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para
quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.” Confunden esta parábola, para tolerar la
maldad dentro de la Iglesia, que como la cizaña y el trigo pueden crecer juntos, no importa si
este está presente. ¡Qué gran equivocación! Somos ordenados a no ser tolerantes de estas
cosas, de apartarnos de todo, en 2 de Timoteo 2: 19: “Pero el fundamento de Dios está firme,
teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel
que invoca el nombre de Cristo.” La iglesia que no está rebosada del Espíritu Santo, se verá
llena de cristianos que no son cristianos, personas que practican el pecado, que tergiversan los
mandamientos de la Biblia para su beneficio, la tolerancia de la práctica del pecado.

Debido a estas tendencias ascendentes, la iglesia está en un peligro creciente de igualar la


religión con la cristiandad y el hecho de «asistir a la iglesia» con la salvación. La iglesia
sustituye crecientemente el poder humano por el poder de Dios y el hablar con rodeos acerca
de Dios en vez hablar directamente acerca de él. La iglesia confunde cada vez más la
emoción con la adoración en Espíritu y en verdad y el poder del evangelio con la astucia de
las palabras de los hombres. Si la iglesia evangélica se mantiene en su presente curso,
tememos que, por demanda popular, la generación siguiente reemplace el cristianismo
verdadero por una impotente religión idólatra.

Se cree que Pablo hizo una afirmación absoluta con implicaciones innegables cuando escribió
a Timoteo: «Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia; para que el hombre de Dios sea perfecto (adecuado),
equipado para toda buena obra» (2 Ti 3.16-17). Este pasaje enseña no solo una alta
perspectiva de la autoridad de las Escrituras, sino también su suficiencia, sobre todo en
formular planes y prioridades ministeriales. Demanda que comencemos con Dios y la Biblia
antes que con el hombre y la cultura para poder entender la voluntad de Dios en el ministerio.

Las tensiones del ministerio, los problemas y preguntas a los que se enfrenta nuestra
generación no son nuevos. Malaquías acusó a Israel porque cambiaron la gloria de Dios por
las costumbres de la cultura. Pablo confrontó a los corintios. Jeremías y Ezequiel advirtieron
contra la proliferación de falsos pastores en el Antiguo Testamento, como lo hicieron Pedro y
Judas en el Nuevo Testamento. El pastor contemporáneo debe prestar estrecha atención a las
lecciones de la historia bíblica, porque éstas con seguridad se repetirán en su generación. Por
consiguiente, cuando preguntamos «¿qué debe ser y hacer un pastor?», debemos buscar
respuestas en la Palabra de Dios y no en la última moda o en teorías que hallan su fuente en la
sociedad antes que en las Escrituras, o en la cultura pero no en Cristo.

Podemos afirmar, que el ministerio pastoral, nunca dejará de ser difícil. ¿Cuáles son los roles
de un pastor? Orar, Evangelizar,Equipar, Defender, Amar, Laborar, Modelar, Dirigir,
Alimentar, Vigilar, Advertir, Enseñar, Exhortar, Animar, Corregir , Confrontar y Rescatar la
Iglesia de Cristo. El ministerio pastoral, el pastor debe comprometerse con su trabajo: Deja
que los engañadores mientan, deja que los sectarios riñan, deja que los críticos maldigan, deja
que los enemigos acusen, deja que el diablo haga lo peor; pero cuida que nada te evite
cumplir con gozo la obra que Dios te ha dado.

Dios no te mandó para ser admirado o estimado. Nunca nos ha mandado para defender
nuestro carácter. No nos puso en la obra para contradecir la falsedad (acerca de ti) que los
siervos de Satanás puedan empezar a difundir, o para averiguar el origen de todo rumor que
amenaza tu reputación. Si hacemos estas cosas, no haremos nada más; estaremos trabajando
para nosotros mismos y no para el Señor.

Mantenernos enfocados. Dejar que nuestra meta esté tan firme como una estrella. Puede que
seamos asaltados, contradicho, insultados, matado, heridos y rechazados, mal entendidos, o
que se te atribuyen motivos impuros; tal vez seamos abusados por tus enemigos, abandonados
por los amigos y despreciado y rechazado por los hombres.
Pero cuida confirme determinación, que nuestro celo no falte, que sigamos el gran propósito
de nuestra vida y el objeto de existencia hasta que finalmente puedamos decir como dice Juan
17: 3-5 “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que
me diste que hiciese. 5 Ahora pues, Padre, glorificame tú al lado tuyo, con aquella gloria que
tuve contigo antes que el mundo fuese.”

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