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PERIODO LECTIVO
2020* 2021
MEDIDAS CAUTELARES ANTE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS.
Introducción:
La protección de los derechos humanos ha sido siempre un tema de gran
relevancia, sean estos en el ámbito jurídico, político, social, económico, etc. su
reconocimiento y protección estatal e internacional han permitido que los derechos
humanos sean garantizados mediante mecanismos constitucionales e internacionales. La
evolución de los derechos, los mismos que han traído consigo una evolución progresiva
tanto nacional como internacional. Desde la segunda guerra mundial la protección de
derechos humanos ha tomado gran relevancia hasta nuestros días, para lo cual se han
creado Organismos internacionales que buscan la protección tal de los derechos
humanos ya sean en América, Europa o Asia.
El presente trabajo tiene la finalidad de evidenciar la evolución histórica y aplicativa
con respecto a las medidas cautelares en el sistema internacional, así como sus
características y requisitos que adopta la Comisión Interamericana de derechos
humanos, con el fin de salvaguardar y proteger los derechos fundamentales vulnerados a
cierto grupo de personas como lo son: mujeres, niños, sindicalistas, grupos vulnerados,
personas privadas de la libertad entre otros, los mismos que deben ser de alta gravedad o
de carácter urgente.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos es un órgano judicial autónomo de la
Organización de los Estados Americanos (OEA), que tiene su sede en San José de Costa
Rica. Su finalidad es aplicar e interpretar la Convención Americana de Derechos
Humanos y otros tratados de derechos humanos a los cuales se somete el llamado
Sistema Interamericano de Derechos Humanos. La Corte Interamericana de derechos
humanos, establece ciertos requisitos normativos que permiten acceder a estas medidas
cautelares, las mismas que están establecidas en su Art 25.
Las medidas cautelares son acciones que permiten la prevención o cautela en la
vulneración de los derechos protegidos a través del proceso jurisdiccional, en el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos se establece la misma acción al proceso en sí, su
finalidad es la misma aunque cambie su fuente frente al decreto de una medida en un
proceso de carácter nacional, el juez que conoce del proceso expide la medida cautelar a
solicitud de parte, por su parte el juez interamericano no decreta la medida cautelar, esta
función la tiene el órgano cuasi jurisdiccional denominada Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, estas medidas cautelares son controversiales en el mundo jurídico
por su legitimidad y validez dentro de los ordenamientos jurídicos de los Estados parte
lo que hace que sea un problema a resolver su carácter vinculante en el ordenamiento
jurídico.
Desarrollo:
Se dice que las medidas cautelares tienen mas de 30 años de historia en el
sistema interamericano de derechos humanos, estas existen con la finalidad de
precautelar los derechos fundamentales de los habitantes de los 35 estados que se
encuentran subordinados a la comisión interamericana de derechos humanos. Las
medidas cautelares son un instrumento efectivo de protección y prevención ante
posibles daños graves e irreparables a personas o grupos de personas que enfrentan
situaciones de riesgo inminente. Entre los grupos que protegen las medidas cautelares
tenemos: defensores de derechos humanos, periodistas y sindicalistas, grupos
vulnerables, tales como mujeres, niños, comunidades afrodescendientes, pueblos
indígenas, personas desplazadas, comunidades LGTBI y personas privadas de libertad.
Adicionalmente, han protegido a testigos, operadores de justicia, personas en vías de ser
deportadas a un país donde podrían enfrentar torturas o ser sujeto a tratos crueles e
inhumanos y personas condenadas a la pena de muerte,
El mecanismo de medidas cautelares se encuentra previsto en el artículo 25
del Reglamento de la CIDH. Según se encuentra en el Reglamento, únicamente en
situaciones de gravedad y urgencia la Comisión podrá, a iniciativa propia o a solicitud
de parte, “solicitar que un Estado adopte medidas cautelares. Estas medidas, ya sea que
guarden o no conexidad con una petición o caso, se relacionarán con situaciones de
gravedad y urgencia que presenten un riesgo de daño irreparable a las personas o al
objeto de una petición o caso pendiente ante los órganos del Sistema Interamericano”.
Las medidas podrán ser de naturaleza colectiva con el fin de prevenir un daño
irreparable a las personas debido a su vínculo con una organización, grupo o comunidad
de personas determinadas o determinables. El actual reglamento indica que el
otorgamiento de las medidas y su adopción por el Estado no constituirán
prejuzgamiento sobre la violación de los derechos protegidos en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y otros instrumentos aplicables. El 1º de agosto de
2013 entró en vigor el Reglamento modificado de la CIDH y establece que "las
decisiones de otorgamiento, ampliación, modificación y levantamiento de medidas
cautelares serán emitidas mediante resoluciones fundamentadas".
FUNCIONES DE LAS MEDIDAS CAUTELARES:
CAUTELAR: Hace referencia a que preservan una situación jurídica bajo el
conocimiento de la CIDH en peticiones o casos. Las medidas pueden estar destinadas a
impedir la ejecución de medidas judiciales, administrativas o de otra índole, cuando se
alega que su ejecución podría tornar ineficaz una eventual decisión de la CIDH sobre
una petición individual.
TUTELAR: preservar el ejercicio de los derechos humanos.
Este presupuesto admite una doble perspectiva que habrá de ser valorada por el Tribunal
a quien se solicite la medida cautelar.
Por una parte, tiene un marcado sentido objetivo atinente a la conservación los bienes
del deudor hasta la finalización del asunto y la posible efectividad de la condena sobre
los mismos.
Y, por otro lado, esa apreciación habrá de conectarse con la situación personal del
solicitante tendente a conseguir el propósito de que un retardo en la ejecución forzosa
resulte infructuosa por la desaparición de los bienes sobre los que pudo haberse
realizado.
Su objetivo inmediato es procurar que los bienes jurídicos -cualquiera que sea su clase o
naturaleza- que pertenecen al acervo patrimonial del sujeto pasivo permanezcan
integrados en él, para que desaparezca el riesgo de que se difumine la efectividad de una
eventual resolución favorable al instante de la medida.
La apreciación del peligro que puede suponer la tramitación del proceso deberá
justificarse por el solicitante de la medida, pues así lo dispone el art. 728.1 LEC.
3. Caución
Limitados tales requisitos, aún puede resaltarse el papel preponderante del periculum in
mora, como requisito nuclear de la concesión de la medida, al estar orientado a evitar la
desaparición de los bienes que el transcurso del tiempo conlleva (AAP Valencia
265/2000 de 6 julio, rec. 1181/1999), a cuyo derredor gira la valoración de la apariencia
de buen derecho, porque, en definitiva, la efectividad de una posible sentencia
estimatoria solo obtendrá cumplida satisfacción si se han adoptado las precauciones
necesarias para impedir el riesgo de difuminación de los bienes del demandado que la
dilación temporal del proceso comporta.
El predominio del peligro de la mora no supone prescindir del valor del otro
presupuesto, el fumus boni iuris, al que también habrá de prestarse la atención que
merece, como complemento necesario del anterior. Pero, precisamente, su carácter
complementario la relega a un segundo plano. Una ponderada valoración de la
conjunción de ambos elementos dictará las pautas a seguir en la concesión de la medida
cautelar que se interesa en cada caso concreto.
1. Jurisdiccionalidad
Se trata de medidas que solo las puede decretar el órgano jurisdiccional competente,
como resulta de las potestades jurisdiccionales amparadas en el art. 117 CE y que
implícitamente establece el art. 721.1 LEC; sin que ningún otro organismo ostente
competencia para pronunciarse sobre su adopción. Incluso las que deriven de
actuaciones arbitrales, habrán de ser interesadas ante los Tribunales ordinarios (art. 722
LEC). Así resulta también de la atribución de competencia a los Tribunales españoles
para adoptar medidas provisionales o de aseguramiento respecto de personas y bienes
que se hallen en territorio español y deban cumplirse en España. La L.O. 7/2015, de 21
de julio, por la que se modifica la L.O. 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial lo
recoge ahora en el artículo 22 sexies.
2. Rogación de parte
Las medidas cautelares solo pueden acordarse si media petición de parte (arts.
721.1 y 722.1 LEC), careciendo el Juez de la posibilidad de su adopción de oficio, pues
lo prohíbe terminantemente el número 1 del art. 722 LEC. Si bien, inmediatamente el
mismo párrafo del precepto hace una salvedad a esa prohibición categórica, permitiendo
su adopción discrecional por el Juez cuando se trata de procesos especiales.
3. Instrumentalidad o accesoriedad
Deriva esta cualidad de su condición accesoria del proceso principal cuyo resultado
satisfactorio pretende asegurar su adopción. Por ello, debe responder a un criterio de
proporcionalidad con la finalidad que persigue. Carece de autonomía e independencia y
está condicionada por el objeto del litigio a que se refiere (art. 726.1,1º LEC).
4. Provisionalidad
Integra otra de las notas que tradicionalmente ha caracterizado a las medidas cautelares,
en cuanto que tiende a satisfacer una necesidad inmediata de aseguramiento de un
resultado futuro, que subsistirá hasta que se resuelva el asunto principal y determine la
innecesariedad de su mantenimiento (art. 726.2 LEC), por ello la susceptibilidad de
modificación y alzamiento prevista en el mismo precepto.
5. Temporalidad
La LEC contiene un catálogo amplio y detallado de las diversas medidas cautelares que
pueden adoptarse en el que trata de acoger una variada casuística dimanante de las
diversas situaciones jurídicas que puedan integrar el objeto del proceso, a pesar de lo
cual, no pretende atender a todas los supuestos que en la práctica forense puedan
plantearse, introduciendo a la postre una fórmula general integradora que admite la
adopción de cualquier medida encaminada a asegurar el resultado definitivo del pleito
(art. 727.11ª LEC).
7. Discrecionalidad
8. Sentido patrimonial
Toda la normativa reguladora de las medidas cautelares de carácter general está imbuida
de un profundo sentido patrimonial, pues se orienta particularmente hacia la protección
de intereses económicos y procura que la garantía que integra la medida recaiga sobre
bienes patrimoniales.
1. Personales
En este tipo de medidas no suele regir la exigencia de los requisitos propios de las
patrimoniales, especialmente el fumus boni iuris, porque la adopción de las mismas está
condicionado por una especial relación de parentesco o por estrechos vínculos
personales entre las partes, que excluye la concurrencia de aquel requisito. Asimismo,
destaca la mayor discrecionalidad de que goza el Juez para adoptarlas y, como exigencia
más característica, la necesaria intervención del Ministerio Fiscal, porque suelen
dictarse para asegurar situaciones que precisan su actuación de oficio y como
salvaguarda de los derechos debatidos que afectan a personas a las que representan
(menores, incapaces, procedimientos penales)
Son propias de los procesos penales y de los juicios civiles relativos a menores,
incapaces, filiación, paternidad y de índole matrimonial.
2. Patrimoniales