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Departamento de Filosofía
Seminario
Monografía
1
Introducción
La discusión sobre las doctrinas no escritas de Platón gira en torno a la cuestión del
encontrarse dos épocas históricas más contrapuestas que el período neoplatónico y la época
texto, noción que se halla fuertemente ligada a la de literalidad1. Por ello, los efectos de
este paradigma hermenéutico han consistido no sólo en la desconexión entre los diálogos
de los diálogos que resalten la naturaleza metafórica y rigurosa a la vez de muchos de sus
pasajes. En la época del neoplatonismo, por el contrario, los dos supuestos hermenéuticos
que operaban con más fuerza eran, por un lado, la creencia en la naturaleza sistemática de
la obra platónica y, por otro lado, la validez del método alegórico que permitía referir
diversos pasajes de los diálogos a nociones que venían explicitadas en la tradición indirecta.
Los intérpretes modernos críticos del punto de vista de Schleiermacher admiten que en
ningún pasaje de los diálogos hay una exposición explícita de la teoría de los principios,
pero que, sin embargo, existen indicios que es posible referir a esa doctrina. Al respecto
1
Cf. Krämer, Hans: Platón y los fundamentos de la Metafísica. Caracas, Monte Ávila Editores
Latinoamericana, 1996. Obra original: Platone e i fondamenti Della metafisica, Milano, Vita e Pensiero, 1982
Traducción del texto inédito alemán, revidada y autorizada por el autor, a cargo de Giovanni Reale. pp. 33-36.
2
Cf. Gaiser (1980) pp. 53 ss.
2
referencias explícitas a conocimientos más profundos que no pueden insertarse en el
Nos interesa principalmente la segunda clase de alusiones a partir de la cual se hace posible
integrar los textos de los diálogos con la tradición indirecta, en particular en lo relativo a la
teoría de los principios. En este sentido, los autores del tardo-neoplatonismo constituyen un
del corpus platónico en un esfuerzo por sistematizar todo el contenido filosófico y alegórico
En este trabajo nos proponemos poner de manifiesto las referencias contenidas en el Libro
III de la Teología que remiten a los principales diálogos platónicos de los períodos de
madurez y vejez: Parménides, Sofista, Filebo, Timeo y Leyes. Con ello pretendemos exhibir
el modo en el cual opera la exégesis alegórica neoplatónica que constituyó por muchos
Un hito en este sinuoso derrotero lo constituye la aparición, hacia finales del siglo XII, del
Liber de causis traducido del árabe por Gerardo de Cremona e inicialmente atribuido
se revela que el pensamiento de este autor, y no el del estagirita, era la fuente directa del
3
Liber de causis. Guillermo traduce también otros textos de Proclo: una parte del
entrada en escena de los humanistas del siglo XV serán los textos del tardo neoplatonismo
relevancia para nuestro tema fue Pietro Balbo, quien se movía en los círculos del Cardenal
Bessarión donde entabla amistad con Nicolás de Cusa por encargo de quien traduce la
Teología Platónica de Proclo, disponible en manuscritos desde 1462.4 Balbo también juega
neoplatonismo y por eso nos introduciremos en ella con el propósito de investigar las ya
mencionadas referencias a los diálogos de madurez.5 Toda la obra consiste en una exégesis
explícitas o implícitas, a diversos pasajes del Corpus. En particular en el Libro III Proclo
hace un amplio uso de la “teoría platónica de los principios”, retomando los resultados de la
3
Hankins, James: Plato in the Italian Renaissance, Vol. I, E. J. Brill, New York, 1990. p. 261 nota 245.
4
Pietro Balbo pisano (1399 Pisa – 1479 Roma) se desempeña en la corte pontificia, donde sobresale por su
erudición humanística. Hecho Obispo de Nicótera por Pio II, es posteriormente trasferido a Tropea en 1462.
Nos ha llegado un ejemplar de su traducción de la Teología platónica contenido en el Codex Cusano 185, que
se conserva hoy en la Biblioteca cusana de Bernkastel-Kues.
5
Las citas textuales de la versión latina de la Theologia contenidas en este trabajo no están tomadas de la
versión de Balbo, sino de la realizada por Emilio Porto y publicada como edición bilingüe en Frankfurt en
1608. Se ha afirmado como una deficiencia de dicha versión el hecho de que se traducen términos filosóficos
con circunloquios al estilo ciceroniano para evitar la palabra griega que, contrariamente, resulta
filosóficamente insustituible. Por ello indicaremos, cuando sea conveniente, el término griego
correspondiente. Cf. la traducción italiana de Enrico Turolla: La Teologia Platonica , Bari, 1957, Editori
Laterza. Intr. XVIII.
4
doctrina del Uno, desarrollada en el segundo libro, como causa preexistente tanto a los
El libro III consta de veintiocho capítulos y la argumentación específica que hace uso de la
teoría de los principios se inicia en el Capítulo 7. Los capítulos previos tienen por objeto
general exponer cuáles y cuantos son los “órdenes divinos” para lo cual Proclo introduce la
“Quiero, antes de las consideraciones particulares, establecer esto y hacerlo manifiesto a los
oyentes por medio de demostración: que es ciertamente necesario que sean tantos los órdenes de
Aquí el autor está refiriéndose al extenso pasaje 142b – 155e correspondiente a lo que
clásicamente se conoce como el segundo argumento de los ocho en los que se divide la
tercera parte del diálogo.7 En dicho argumento se parte de la hipótesis “si lo uno es” y se
concluye que este uno es pasible de recibir todos los predicados opuestos: es uno y
mismo y de las demás cosas, etc. Lo que le interesa a Proclo de este argumento del
5
contradicciones, el problema que se plantea es organizar esta generación de lo
habrá de llamar el “movimiento de las tríadas inteligibles” cuya relación con la teoría de los
cada uno de los casos, los predicados de lo uno-ente (unicidad, identidad, inmutabilidad,
en una sucesión de nociones, cada una de las cuales es mediadora entre la anterior y la
posterior, de modo tal que siempre se conserve una relación de similitud entre cada
lo que garantiza el retorno al principio, el movimiento de repliegue hacia lo uno que sucede
“No hay, ciertamente, conversión sin similitud, ni generación de efectos que puedan retornar a
sus principios”.8
Todas las posteriores referencias al Parménides que hallamos en el Libro III se refieren al
mismo pasaje y en general con el mismo propósito de argumentar sobre este “movimiento
8
In Plat. theol. Ed. cit. p. 119: “Neque, enim est conversio sine similitudine, neque generatio ipsorum
effectum unquam esse potest qua revertatur ad sua principia.”
6
El orden de la Énadas en el Capítulo 6
Después de aquel principio inefable, nos dirá Proclo, aparecen los Dioses, entendidos como
mónadas perfectas, o Énadas, participantes del Ser. Se trata entonces de determinar los
órdenes de las Énadas que subsisten a partir del Uno imparticipable. En el Capítulo 6 del
Libro III, hallamos una deducción de estos órdenes a partir de un análisis de la condición
corpórea. El autor comienza explicando que ningún cuerpo subsiste por sí mismo, ya que la
autosubsistencia requiere de una potencia indefinida y, dado el carácter limitado del cuerpo,
no puede ser causa de este tipo de potencia omnipresente. Al preguntarnos, entonces, qué es
lo que otorga el ser a los cuerpos debemos mirar aquello que los perfecciona y encontramos
que los cuerpos de naturaleza orgánica son más perfectos que aquellos que no participan de
esa condición. Es por tanto el alma la causa de que subsista la esencia de los cuerpos o, lo
que es lo mismo, de que los cuerpos participen en algún grado de la perfección, ya que:
“Es propio de aquél que otorga la perfección mantener unida la esencia misma de las cosas
Para otorgar la perfección a algo se requiere una potencia (facultas) que, sin embargo, no se
identifica con aquello que otorga la perfección, sino que según un principio que Proclo
presentará en el Capítulo 8, posterior al texto que nos ocupa, tal potencia tiene una
esencias.
9
Op. cit. p. 127: Illius enim, qui perfectionem suppeditat, est ipsam quoque secundorum essentiam continere.
Quoniam et ipsa perfectio, est essentiae perfectio.
7
El segundo paso de la deducción toma como objeto el alma: así como no todos los cuerpos
participan igualmente de la perfección que les otorga el alma, no todas las almas participan
“Y en efecto, pienso que así como es perfecto el cuerpo que participa del alma, así el alma es
Es entonces la capacidad cognoscitiva, que vuelve a las almas susceptibles de llevar una
vida según la razón, lo que las perfecciona ya que estrictamente hablando, nos dirá Proclo
propiamente alma, las otras, en cambio, son sombras de almas (animarum simulacra) que
producen las vidas particulares en su relación con los cuerpos. Encontramos así el orden
Hasta aquí tenemos entonces el orden corporal cuyos entes pueden o no participar del alma,
y el orden psíquico cuyos entes pueden o no participar del Nous. En estos dos órdenes de
entes se dan distintos grados de perfección que corresponden a los grados de participación
Y en relación a esto el alma actúa en el tiempo, la Mente, en cambio en la eternidad, por lo que
Mientras la potencia anímica, por la cual el alma otorga perfección a los cuerpos, no puede
mente es siempre perfecta y la intelección debe concebirse como “acción inmóvil” (actio
10
ibid: Etenim ut corpus, quod animam participat, perfectus censetur, sic etiam anima, quae Mentem
partecipat, perfecta censetur.
11
Los pasajes correspondientes son República 522e; Fedro 245c y Timeo 41d.
12
Op. cit. p. 127: “Et anima quidem, haec in tempore agit, Mens vero, in aevo, et ipsam essentiam, simul et
ipsam actionem stabilem, ut firmam comprehendit.”
8
stabilis) que exhibe el carácter dinámico de la Mente, dinamismo que no debe ser entendido
Este carácter dinámico permite comprender que el orden noético, aunque participe del ser,
no es inmediatamente derivado del orden del ser. Ello es así porque la Mente participa de la
Vida: hay una vida de la mente que se manifiesta en el “acto inmóvil” propio de la
cognición, así como la vida propia del alma se manifiesta en el movimiento del raciocinio.
Al respecto, Proclo refiere un pasaje del Libro X de las Leyes (898a-b) que asimila el
movimiento propio del nous con el de las esferas celestes y afirma que todo movimiento es
propio de la vida:
En las Leyes dice que la mente se mueve del mismo modo que las rápidas esferas celestes. En
efecto, lo que se mueve lo hace en cuanto participa de la vida y ninguna otra cosa es sino
En esta exégesis Proclo se vale de la metáfora platónica para explicar la actividad o vida de
efecto, el texto de las Leyes es claro en resaltar la “mismidad” de tal movimiento: “el
el autor está recurriendo aquí la distinción aristotélica entre el movimiento circular perpetuo
de los cuerpos sublunares que comporta un cambio de estado y por tanto un progreso hacia
13
p. 129: “In Legibus vero, Mentem moveri dicit eodem modo quo concitatae sphaerae caelestes moventur.
Quod enim moventur, vitae particeps movetur, et nihil aliud est, quam vere vita in ipso motu versans.”
14
Platonis Opera, ed. John Burnet. Oxford University Press. 1903. Leyes 898a: τὸX καταX ταὐτὰταX δήπὸυ καὶ X
ὡσαύτωςσαύτως καὶ X ἐνν τῷ αὐτὰτῷ καὶ X περὶ X ταX αὐτὰταX καὶ X πρὸXς ταX αὐτὰταX καὶ X ἕνανα λόγὸν καὶ X τάξὶν μίαν ἄμφωμφω κὶνεῖσθαισθαὶ
λέγὸντες, νὸῦνν τήν τε ἐνν ἑνὶνὶ X φερὸμένην κίνησὶν, σφαίρας ἐνντόρνὸυ ἀπεικασμέναπεὶκασμένα φὸραῖσθαις, ὸὐτὰκ ἄμφων πὸτε
φανεῖσθαιμεν φαῦνλὸὶ δημὶὸυργὸὶ X λόγῳ καλῶνν εἰκόνωνκόνων.
9
lo otro. En el primer caso el movimiento es una permanente recuperación del origen y, si
bien hay alteridad, pues de otro modo no se concibe ningún tipo de actividad, tal alteridad
no comporta una separación sino que toda progresión se identifica con una conversión y
ambas expresan una unidad dinámica que constituye la nóesis o intelección, la actividad
el despliegue lógico del raciocinio, que como vimos constituye la actividad propia del alma,
de esta última las primeras. En cualquier caso, para Proclo es la vida y no el alma el
Por otro lado, la mente no puede sin más identificarse con la Vida porque de ella, nos dice
Proclo, participan muchos más entes que de la Mente, es necesario entonces que la Vida
La vida, finalmente, participa del orden del Ser que, como lo prueba la existencia de entes
privados de vida, debe tener prioridad por sobre el de la Vida. Se obtienen así los órdenes
de las Énadas segundas, que proceden del Uno imparticipable: el Ser, la Vida, la Mente y el
Alma. De ellas las tres primeras son llamadas mónadas universales por trascender todo lo
divisible en partes.
15
Asistimos aquí a un capítulo desarrollado en la antigüedad tardía de la discusión entre los intérpretes de
Platón sobre cuál es el principio del movimiento, discusión que se extiende hasta nuestros días. Cf. Costa,
I.:”Alma, intelecto y creación en la refutación platónica del ateísmo” en Diálogo con los Griegos, Buenos
Aires, Colihue, 2004.
10
Una vez establecido el orden de la Énadas, a partir del Capítulo 7 se inicia la exposición de
“Causa incognoscible por cualquier cognición, incomprensible, produce de sí misma todas las
cosas en la luz, preexiste a todas las cosas de modo inefable; convierte todas las cosas hacia sí
misma, existe como término optimo de todo. Causa separada, fuera de todas las otras causas; que
ciertamente constituye todas las mónadas de las cosas divinas, todos los géneros de los entes y
Esta causa, nos dirá, “debe ser venerada por nosotros en el silencio y en aquella Unidad que
precede al silencio”17. Apartando entonces aquella causa inefable, resta “considerar con la
A partir del Capítulo 8 del Libro III Proclo lleva a cabo una deducción inversa a la
subsistir con anterioridad (lógica) a todo ente cuyo status ontológico se identifica con la
se halla separado de todo en su trascendencia, es, sin embargo, causa de la cual procede el
11
“se deberá encontrar en Él una potencia generatriz del ser. Cada cosa que produce, en efecto,
produce según la propia potencia la cual tiene una subsistencia intermedia entre lo que produce y
las cosas producidas. En relación al primer término es procesión y casi tensión; en relación al
Provisto de este principio que afirma que siempre una potencia (facultas, δύναμὶς) debe
mediar entre lo producente y lo producido, Proclo llevará a cabo una exégesis del Filebo
“Sócrates en el Filebo llama principio determinante a este Uno que es anterior a la potencia y
De este modo se compatibilizan aquellos atributos contrarios que surgían del segundo
“En consecuencia, cuando decimos que alguna de las cosas divinas procede, deberemos admitir
que en relación al principio determinante permanece inmóvil y que, en cambio, procede según la
indeterminación.”21
19
In Plat. theol. III, 8. Ed. cit. p. 133: “Sed in hoc Unum est causa ipsius entis, et ipsum Ens constituit, in ipso
vis, ut facultas erit ipsius Entis generatrix. Quidquid enim aliquid producit, secundum, ut per suam facultatem
id producit, quae mediam hypostasim inter ipsum producens, et ea quae producuntur, est fortita. Et hujus
quidem est progressus et quasi extensio. Hujus vero, est causa generatrix antecedens.”
20
Ibíd. : “Hoc igitur Unum, quod est ante ipsam facultatem, et quod primum ab imparticipabili et ignota
rerum universarum causa manans, ante subsistit, Socrates in Philebo finem appellat. Generatricem vero ipsius
Entis facultatem vocat infinitatem.”
21
Ibíd. : “Quamobrem etiam quum rerum divinarum unamquanq; simul etia progredi dicimus, manere quidem
ipsam constanter in ipso fine consistebimur, progredi vero secundum infinitatem.”
12
Todas las Énadas divinas entonces, a la vez permanecen y proceden por participar de
ambos principios. Proclo dirá que poseen aspectos opuestos, uno “mejor” y otro “peor”,
del “tercero”, tal como lo expresa un pasaje del Filebo (25b 6, ss.), es decir del mixto
(mixtum, μὶκτόν). “que tiene origen a partir del Determinante y la Indeterminación” 22. Este
entes, y si los entes son los que tienen su constitución a partir de ambos, tal como el mismo
Sócrates enseña abiertamente, es claro que aquello que es el primero de los mixtos es el primero
de los entes. Y esto no es otra cosa que aquello que en los entes es supremo y lo que es ser por sí
Al explicar la formación del Ser o primera esencia a partir de los principios del
Demiurgo en el Timeo (34c - 36b) en lo que constituye la primera referencia a este diálogo
en el Libro III:
“Si también el Demiurgo en el Timeo constituye por sí misma la esencia del alma a partir de lo
indivisible y de lo divisible, que es lo mismo que aquello que permanece a partir del
22
Ed. cit. p. 135: “Vocatur autem ubique mixtum, ut ex Fine et Infinitate constans.”
23
ibidem: “Si vero finis est ipsorum Entium finis, et ipsum infinitum ipsorum Entium est infinitum, et ipsa
Entia sunt ea, quae ex ambobus suam constitutionem habent, quemadmodum ipse Socrates aperte docet,
perspicuum est, quod illud quod primum est mixtorum, primum est ipsorum Entium. Hoc autem nihil aliud
est, quam illud quod in ipsis Entibus est summum, et quod est Per-se-Ens, et nihil aliud quam Ens.”
13
alma a partir de estas cosas, y lo idéntico y lo diverso son considerados distintos; si entonces a
partir de estas cosas ya preexistentes produce el alma entera, ¿cómo no diremos mucho más aún
las tríadas que el autor introduce en el libro que nos ocupa. Esta teoría constituye una suerte
descripción.
La que Proclo habrá de llamar “primera tríada inteligible” (mente-percepta, νὸητή), está
resume:
imparticipable hacia la cima inteligible, que a la vez mide y define todas las cosas de las que es
distinciones de los órdenes generatrices y toda la indeterminación, tanto la anterior al ser como
la esencial, hasta la última materia. Y el Mixto, aquel primer y altísimo orden de los Dioses que
comprende ocultamente todas las cosas, completo según la tríada inteligible que las contiene, es
24
Ed. cit. p. 136: “Si vero etiam ille opifex in Timaeo ipsam essentiam animae, ipsam per se ipsam constituit
ex individua et dividua, quod idem est, ac illud, quod ex Fine et Infinito subsistit. Similis est individuae
quidem, secundum ipsum finem, dividuae vero, secundum infinitum. Si igitur ille opifex ex his ipsam
essentiam animae commiscet, et ipsum Idem, et ipsum Diversum separatim spectantur, et si ex his iam
praeexistentibus integram constituit animam, quomodo non multo magis ipsum primum Deum essentiae
primae causam dicemus?”
14
eso que comprende singularmente la causa de todo ente y coloca en los primeros inteligibles la
dado que la Indeterminación, se nos dice, es la potencia inagotable de ese primer Dios que
es el Determinante, razón por la cual se refiere a él, luego participa de él. El Mixto a su vez
es la completitud de la tríada y, como tal, participa de los otros dos términos, dando
autorreferencial.
Proclo reproduce este esquema triádico partiendo de los elementos de esta primera tríada,
cada uno de los cuales se presenta como la raíz de una actividad, comprendiendo en su
elemento, sino también los otros dos se vuelven determinantes de tríadas sucesivas. En
efecto, de estos tres dioses, como los llama Proclo, han de surgir los que de ellos participan,
en virtud del principio de que “la Divinidad participada crea en torno a sí lo que de ella
una segunda tríada, cuyo elemento mixto será un “segundo ser” que será identificado con la
Vida inteligible:
25
Op. cit. p. 140: “Talis igitur secundum in Philebo Socratem mente-perceptam prima Trinitas, Finis,
Infinitum, Mixtum. Quorum ipse quidem Finis est Deus, in summum mente-perceptum progressus ab
imparticipabili et primo Deo, omnia metiens, et definiens, et omne paternum, et rerum omnium
continendarum vim habens,et impollutum Deorum genus sustinens. Ipsum vero Infinitum, est facultas
nunquam deficiens huius Dei, omnes generatrices ordinum distinctiones declarans, et omnem Infinitatem, et
ante essentialem, et essentialem, et usque ad ultimam materiam. Ipsum vero Mixtum est ille primus et
altissimus ordo Deorum, et qui occulte omnia complectitur, secundum quidem Trinitatem mente-perceptam,
quae (res alias in se) continet, completus, omnis vero Entis causam singulariter complectens, et in primis
mentis-perceptis summitatem, vel ex universis exemptam collocans.”
26
Op. cit. p.141: “Ubique enim participata Deitas constituit circa se id, quod participat ipsam.”
15
De nuevo habrá una segunda tríada que habrá de compartir un origen correspondiente a la
primera. Y de ella hay algo supremo que llamamos Uno, Divinidad, Esencia. A lo que es
mediano en cambio llamamos Potencia; lo que es extremo decimos que es Ser, el cual es
segundo Ser, esto es la misma Vida inteligible. Todas las cosas, en efecto, están en el inteligible,
como antes fue demostrado: el mismo Ser, el mismo Vivir, el mismo Inteligir. El primero al
modo de causa es ocultamente todas las cosas; el segundo muestra la pluralidad producida y
desde la unidad del Ser procede hacia la luz; el último es ya toda la pluralidad inteligible y el
mismo orden de las formas inteligibles. En efecto, las formas tienen su fundamento en el
extremo de lo inteligible.27
Esta vida inteligible, como elemento mixto de la segunda tríada consiste en un mostrar
(ostendere) y un proceder (prodere) desde la unidad. Las cosas están ocultas en el Ser, han
de ser mostradas por la potencia de manifestación en la que consiste la vida, pero aún no
corresponde a una tercera tríada, originada por el Mixto de la primera (el Ser, que se vuelve
Así como la primera Énada después de aquella eximia causa dio a luz a aquel Ser inteligible y la
segunda produjo la Vida inteligible, así la tercera constituyó en torno a sí la Mente inteligible y
la llena con divina unidad, situando la potencia media entre ella y el mismo Ser, por la que
completa este Ser y lo convierte a sí misma. En ella aparece toda pluralidad inteligible. Y todo
27
ibidem: “Rursus igitur Trinitas erit secunda, quae ortum primae consentaneum est sortita. Et ipsius aliud
quidem est summum, quod vocamus Unum, et Deidatem, et Essentiam. Id vero, quod est medium appellamus
Facultatem. Aliud vero est extremum, quod esse dicimus id Ens, quod est secundo Ens. Hoc autem est ipsa
mente-percepta Vita. Omnia enim sunt in eo, quod mente-percipitur, quemadmodum ante demonstratum est,
ipsum Esse, ipsum Vivere, ipsum Intelligere. Et illud quidem, per causa est omnia, et occulte. Hoc vero,
multitudinem productam ostendit, et ab Unitate ipsius Entis prodit in lucem. Hoc vero, iam est omnis mente-
percepta multitudo, et ipse mente-perceptarum formarum ordo. In extremo enim eo, quod mente-percipitur,
ipsae formae hypostasin habent.”
16
este ser es Mente inteligible y Vida y Esencia. Y no existe como causa, como primeramente el
Ser, ni manifiesta todas las cosas, como el segundo Ser, sino que existe casi por acto y
abiertamente exhibe todas las cosas. Por esta razón es el determinante de todas las cosas
inteligibles.28
Este difícil pasaje (que presenta ciertas dificultades de puntuación) explica nuevamente el
potencia media entre ella (la tercera Énada, es decir el primer Ser) y aquel mismo Ser (el
ser tercero, es decir, la Mente). Esta potencia, entendemos, no puede ser otra que la misma
Vida inteligible, por medio de la cual se dice que la Mente es completada llenándose con
Como ayuda para sintetizar la estructura de las tres tríadas inteligibles podemos pensar en
una figura que comprende tres triángulos en cada uno de los cuales el vértice superior
en el sentido de las agujas del reloj obtendremos un esquema del movimiento inteligible de
28
Op. cit. p. 143: “Quemadmodum igitur illud Ens, quod mente-percipitur, prima post illam eximiam causam,
Unitas in lucem produxit, et secunda mente-perceptam vitam, sic tertia mente-perceptam Mentem circa se
constituit, et ipsam Unitate divina replet, mediam inter se et ipsum Ens facultatem constituens per quam hoc
Ens explet, et ad se convertit. In hac igitur et omnis mente-percepta Mens, et Vita et Essentia. Et neque per
causam, ut primo Ens existit, neque demonstrat omnia, ut secundum Ens: sed quasi per actum, et aperte omnia
demonstrat. Quamobrem etiam omnium mente-perceptorum est Finis.”
17
Finis Infinitum Facultas
1 2
Ens Vita
3
Mens
En cuanto a las funciones que corresponden al Ser, la Vida y la Mente, el primero otorga
Mente como una pluralidad. Estas funciones se corresponden con tres “movimientos”
inteligible hacia el principio y envuelve el orden hacia sí mismo. Pues es propio de la Mente, en
todas partes, volverse a sí misma y tender hacia lo que es inteligible. Y todas estas cosas son
29
Op. cit. p. 143: “Praeterea vero, cum prima quidem Trinitas occulte in ipso fine maneat, et omnem mente-
perceptarum constantiam in se ipsa fixerit, secunda vero maneat simul et progrediatur, tertia post ipsum
progressum, convertit, ipsum mente-perceptum finem ad principium, et ordinem convolvit ad se ipsum.
Mentis enim est ubique sese convertere, et vergere ad id, quod mente-percipitur. Et haec omnia profecto sunt
uniformia, et mente-percepta, ipsum manere, ipsum progredi, ipsum reverti.”
18
La función propia de la mente, como vimos, es la conversión a la unidad que cierra la
señalaremos la relación que establecerá Proclo entre las actividades de estas tríadas y
diversos pasajes del Timeo. En efecto, en los capítulos 15 al 19, tienen lugar múltiples
referencias a este diálogo que el autor pone en relación con su teoría de las tríadas. En
viviente inteligible (per-se Animal, ὶδέας ζῷὸν), es decir el modelo ideal, que el autor ubica
en la tercera tríada inteligible, y aquel que es obra del Demiurgo, el viviente eterno (Ipsum
Animal, ζῷὸν ἀπεικασμέναίδὶὸν) que sirve como modelo a los animales sensibles.31
30
Op. cit. p. 144: “Nam illa quidem prima Trinitas est Deus primo mente-perceptus. Illa vero Trinitas post
ipsam Deus mente-perceptus et intellectualis. Tertia vero Deus intellectualis.” Aquí el traductor Porto hace
uso, una vez más, del adjetivo neológico compuesto “mente-perceptus”, en lugar de “intelligibile” de uso
común en la filosofía medieval, para traducir el griego νὸητός que vertemos por “inteligible”. Utiliza en
cambio “intellectualis”, que traducimos por “inteligente” para el adjetivo griego νὸηρός. Cf.: Magnavaca,
Silvia: Léxico técnico de filosofía medieval, Buenos Aires, Miño y Dávila srl., 2005. p.381
31
Cf. In Plat. theol. III, 15. Ed. cit. p. 145. Aquí Proclo se refiere a Timeo 37d 2; 39e 13.
19
En el capítulo 20, Proclo retoma su teoría de las tríadas, pero ahora a partir de una exégesis
del Sofista, en particular del pasaje 244b6-245e2 en el que se desarrolla la crítica de los
como resultado, que Platón tiene la misma concepción sobre los primeros principios.” 32
Proclo divide el pasaje en “tres demostraciones” que lleva a cabo el extranjero eléata. La
primera, nos dice, parte del Uno-ente y corresponde a la afirmación parmenídea “uno el
todo” (Universum unum, ν τὸX πᾶν) que inicia el pasaje y se desarrolla hasta concluir queν) que inicia el pasaje y se desarrolla hasta concluir que
lo uno-ente no es el primer Uno (244b6 – d14). La segunda, nos dice, parte del Entero
(Totum, λὸν), que se identifica con lo uno que es, para concluir, dado que lo entero tiene
partes, que no puede ser idéntico al Uno (244d14-.e) 33. La tercera, se inicia postulando lo
Perfecto (Perfectus, παντελής), que por ser divisible en partes no puede tener la misma
El autor hace explícita su interpretación del uso platónico de los términos λὸν y πᾶν) que inicia el pasaje y se desarrolla hasta concluir queν, al
expresar
“Nosotros hemos dividido, Platón en cambio ha unido el Entero ( λὸν) y el Todo (π ᾶν) que inicia el pasaje y se desarrolla hasta concluir queν)
diciendo:…”34
32
In Plat. theol. Ed. cit. p. 154: “Si vero velis et ab illis, quae in Sophista distincte sunt tradita, profecti,
demostrabimus Platonem eandem habere sententiam de primis principiis.”
33
La oscilación entre los términos πᾶν) que inicia el pasaje y se desarrolla hasta concluir queν y λὸν para referirse a la noción de totalidad está ya presente en el
texto platónico. Cf. Diálogos, volumen V, Madrid, Editorial Gredos, pp.409-10, n. 180.
34
In Plat. theol. Ed. cit. p. 156: “Ergo nos quidem divisimus, Plato vero coniunxit et ipsum Totum, et ipsum
Universum ita loquens...”
20
A continuación de lo cual cita el pasaje 245a 1-4 en el que se concluye que son uno, el
Entero y el Todo.35 Estas tres nociones que Proclo distingue en su exégesis: Todo, Entero y
Uno-ente, serán correlacionadas con las tres tríadas inteligibles que, como vimos, a su vez
“Es evidente que el Todo está en el fin inteligible. Aquello, en efecto, que es en todo perfecto y
centro medio y en el vínculo de la anchura inteligible. En efecto, este centro medio conviene más
al Entero que al Todo, ya que mientras el Todo es un entero, el Entero no es sin más un todo.
Aquello que contiene en sí la multiplicidad y que no está aún dividido es un entero. Y esto
inteligible, así como el Entero es comprensión y unión del Todo. El uno-ente, finalmente,
La distinción que Proclo establece entre el Todo y el Entero es paralela a la que había
establecido entre la Mente y la Vida, en el sentido de que en la primera hay una pluralidad
manifiesta que está sólo implícita en la segunda. Con ello queda establecida la pertenencia
del Uno-ente a la primera tríada, cuyo elemento mixto es el Ser; del Entero a la segunda,
cuyo mixto es la Vida inteligible; y del Todo a la tercera que corresponde a la Mente, donde
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Platonis Opera, ed. John Burnet. Oxford University Press. 1903. Sofista 245a: ἀπεικασμέναλλαX μηXν τό γε
μεμερὶσμένὸν πάθὸς μεXν τὸῦν ἑνὶνὸXς χεὶν ἐνπὶ X τὸῖσθαις μέρεσὶ πᾶν) que inicia el pasaje y se desarrolla hasta concluir queσὶν ὸὐτὰδεXν ἀπεικασμέναπὸκωλύεὶ, καὶ X ταύτῃ δὴ πᾶν τε ὂν δηX πᾶν) que inicia el pasaje y se desarrolla hasta concluir queν τε ὂν ν
καὶ X λὸν ν εἶναι.ναὶ.
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In Plat. theol. Ed. cit. p. 156: “Perspicuum igitur est, ipsum Universum esse in fine mente-percepto. Quod
enim in omnibus est perfectum, et tota mente-percepta multitudo suam hypostasin illic habet. Ipsum vero
Totum in medio centro, et mente-perceptae latitudinis vinculo. Ipsum enim Totum ante Universum, huic
medio centro convenit. Siquidem ipsum quidem Universum est Totum, ipsum vero Totum non etiam iam est
Universum. Id vero, quod in se multitudinem continet, et quod nondum est discretum, est Totum. Et hoc ipsi
Aevo maxime convenit. Aevum enim est omnis mente-perceptae multitudinis mensura, quemadmodum ipsum
Totum est comprehensio, et unio ipsius Universi. Id vero, quod est Unum Ens, primae Trinitatis convenit, et
est proprium illius.”
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Conclusión
El Libro III de la Theologia constituye, como hemos visto, un claro ejemplo de la exégesis
señalar que la gran mayoría de las referencias a los diálogos platónicos contenidas en este
libro corresponden a obras de vejez, con algunas pocas referencias a diálogos de madurez
como República y Fedro. Este hecho se cuenta a favor de la hipótesis de Krämer de que la
como vimos, en partir de dos textos: el Parménides y el Filebo. Del primero toma la
dialéctica del movimiento inteligible que comprende los tres momentos: μὸνή, πρόὸδὸς,
ἐνπὶστρὸφή; del segundo los elementos propios ές, ἄμφωπεὶρὸν, μὶκτόν. Krämer se refiere a
este texto del Filebo como “una especie de teoría de los principios de carácter
teoría de las tríadas inteligibles, el autor procede a interpretar los demás diálogos en
términos de esta teoría, como lo hemos mostrado explícitamente para los casos del Timeo,
Concluimos señalando, una vez más, la importancia que adquiere la Teología platónica, por
las razones arriba indicadas, en la formación del paradigma interpretativo del pensamiento
de Platón que fue dominante hasta finales del siglo XVIII. Si bien no existen todavía
ediciones críticas de las traducciones latinas de esta obra, creemos que sería muy
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Cf. Krämer, Platone e i fondamenti Della metafisica, Milano, Vita e Pensiero, 1982, p.179.
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ibid. p.209.
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prometedor un programa de investigación que profundice en su papel en la formación de las
Bibliografía
GAISER, K. (1980), “La teoria dei principi in Platone”, en Elenchos 1 (1980) 44-75
HANKINS, J. (1990), Plato in the Italian Renaissance, Vol. I, New York, E. J. Brill.
PLATÓN (1988), Diálogos, volumen V, Madrid, Editorial Gredos. Trad. castellana de M.I.
PLATÓN (1992), Diálogos, volumen VI, Madrid, Editorial Gredos. Trad. castellana de M.
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PROCLO (1608), In Platonis theologiam libri sex. Ed. Aemilius Portus, Frankfurt.
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