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#APRENDOENCASA

Educación Inicial

0 a 2 años

SEMANA 4

“Juegos” que no son juegos

Los primeros años de vida son fundamentales para los bebés, las niñas
y los niños. La atención que les brindamos y las interacciones que
establecemos están influenciadas por las vivencias de nuestra propia
infancia, por lo que observamos en otras familias o por lo que nos
aconsejan amigas, amigos, familiares u otras personas.

Las interacciones son fuentes de afecto y satisfacción que les otorgan


seguridad. En esos encuentros, surgen naturalmente juegos en los que
respondemos a sus intereses respetando su iniciativa, es decir, lo que
ellas o ellos deciden hacer y de la manera en que desean hacerlo.
Sin embargo, en ocasiones, realizamos acciones que, si bien se han transmitido de
generación en generación, ahora sabemos que afectan emocionalmente a los bebés,
las niñas o los niños. Por ejemplo, es común ver a algunos adultos levantarlas/os muy
alto, más arriba de su cabeza, y bajarlas/os bruscamente; esta acción produce en ellas o
ellos una sensación de vacío que les genera inseguridad. Algunas/os reaccionan llorando
o intentando aferrarse desesperadamente al adulto; otras/os, se ríen exageradamente.
Lejos de divertirse con esas acciones, en realidad es posible que se vean en la necesidad
de reír para sentir a su cuidadora o cuidador contenta/o. Observemos a nuestras/os
bebés, niñas o niños para conocer su manera de decirnos lo que les agrada o desagrada,
lo que los atemoriza o los irrita; así, podremos responder a sus requerimientos de manera
pertinente y oportuna.

A mi hijo le gusta que lo


alce por los aires. ¡Se ríe
a carcajadas!
Yo pensaba lo mismo que tú,
Carlos. Sin embargo, aprendí
que se ríe de nervios. Como
cuando algunas personas
suben a un juego mecánico
algo peligroso y se ríen,
pero no de
alegría.
A mí me da la
impresión de
que cuando lo
alzas por los
aires no le gusta
del todo, ya
que después se
siente inquieto.

Identifica las señales que te da tu bebé, niña o niño y responde de manera empática
y respetuosa. Recuerda: una condición fundamental del juego es que sea divertido. Si
ella o él no la está pasando bien, entonces NO es un juego y debes detenerlo.
EDUCACIÓN INICIAL
“Juegos” que no son juegos 0 a 2 años

El rol principal de los adultos es garantizar el cuidado y bienestar de los bebés, las niñas
y los niños. Por ello, es necesario que favorezcamos situaciones de juego y evitemos
aquellas acciones que generan malestar, inseguridad y confusión en ellas y ellos.
Las diferencias de tamaño, fuerza y preferencias entre los adultos y los bebés, niñas y
niños son evidentes; lo que para nosotros no es intenso, para ellas o ellos sí lo es. Lo que
para los adultos puede ser un juego o una broma divertida, para un bebé, una niña o un
niño NO necesariamente lo es, pues, a su corta edad, tiene una manera de entender la
vida distinta a la del adulto.
Asimismo, es importante reflexionar sobre algunas muestras de cariño que a veces
ofrecemos y les causan incomodidad; por ejemplo, cuando las/los besamos intensamente
o las/los “acariciamos” apretándoles las mejillas o la nariz, o cuando les damos palmadas en
la espalda o en las nalgas. Estas acciones son vividas por ellas y ellos como una invasión e,
incluso, como una agresión, por lo que debemos erradicar estas formas de contacto físico.

Toma en cuenta lo siguiente:


• Respeta la iniciativa de tu bebé, niña o niño. Ella o él sabe a qué desea jugar y sabrá
decírtelo. Es cuestión de que te des un tiempo para escucharla/o.
• Participa de su juego si te invita a hacerlo.
• “Escucha” a tu bebé, niña o niño. Presta atención a las señales gestuales o corporales
que te indican que no la está pasando bien, por ejemplo:
- El llanto.
- Risas intensas, que pasan al llanto de un momento a otro.
- Si contrae su cuerpo y se pone tensa o tenso.
- Su total pasividad.
- Si busca aferrarse desesperadamente al adulto.
• Responde a tu bebé, niña o niño con empatía, comprensión y prontitud.
- Detén la situación que causa el malestar.
- Acércate con serenidad y escúchala/o. Expresa en palabras lo que sucedió y parece
haber sentido, por ejemplo: “Yo te levanté muy alto, parece que eso te asustó”.
- Transmítele mensajes de comprensión, por ejemplo: “Entiendo, no te gustó. Discúlpame.
No lo haré más”.
• Reflexiona sobre las acciones que NO resultan divertidas para tu bebé, niña o niño,
como los “juegos” que no son juegos o las “bromas” que no son bromas:
- Hacerle cosquillas.
- Asustarla/o.
- Despeinarla/o con las manos.
- Jalarle los pies hacia atrás cuando está gateando.
- Quitarle algo que tiene en sus manos y decirle: “Mío, mío”.
- Decirle: “Me voy, ya no te quiero”.

Referencia bibliográfica

Ministerio de Educación del Perú. (2013). Guía “El valor educativo de los cuidados infantiles”. (1.a ed.).
Lima, Perú: Autor.

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