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EL BULLYING COMO AUSNTO PÚBLICO

límites), los menores sienten la falta de rumbo,


la desorientación, la desprotección.
¿Violencia escolar es bullying?

Puede ser, pero no necesariamente son Es importante resaltar, así, que para que
sinónimos. Que dos alumnos se golpeen en un
patio es violencia escolar, pero puede no ser haya bullying se requiere un acoso
bullying. En este caso, se requieren las sostenido en el tiempo, donde uno o más
siguientes condiciones:
El “buleo”, burla, acoso, intimidación de uno o son los iniciadores y muchos los que
varios hacia alguien de su misma edad o acompañan activamente (risas, burlas,
parecida (se da entre pares). Amenazar,
humillar, burlar, avergonzar, aislar. Agresión golpes) o pasivamente (miran y lo
física, sexual, emocional. Bloqueo social, permiten). Estos pasivos pueden ser pares
hostigamiento, manipulación, coacción para
realizar determinados actos. Que debe ser (compañeros de la víctima) o adultos
público y sostenido en el tiempo (una (padres, docentes, legisladores,
golondrina no hace verano; una sola pelea no es
bullying sino otra cosa). periodistas… que no intervienen).

El o los agresores: en un grupo de 20 o 30


alumnos, generalmente, no hay más que uno a
tres buleadores protagonistas. Agrede al
diferente. O porque le gusta hacer sufrir. O para
demostrar poder (hay un trasfondo de
inseguridad en el victimario).
La víctima: puede ser cualquiera. El más
común de los alumnos, la menos llamativa de
las compañeras, puede ser la próxima víctima.
Porque es nuevo, nueva, pobre, rico; la más
linda, el que habla mal, la que cecea; el gordito,
el flaco, la nerd, el estudioso; esa que acaba de
hacerse de novia con el ex de otra, que inicia el
acoso… La víctima no tiene la culpa de nada ni
anda “atrayendo” buleo: nada justifica el acoso.
El público: al buleador le interesa que haya
mirones, aplaudidores. No quiere bulear en
secreto o escondidos tras un muro: necesita el
alimento emocional del público. Ese público
puede ser activo (seguidores o secuaces del
buleador principal; lo apoyan, agregan risas o
golpes, hacen caso de sus órdenes, por ejemplo,
“nadie le hable”) o pasivo (los que ven y saben,
pero no se meten. Prefieren pasar
desapercibidos, ya sea para evitarse problemas o
por temor a ser la

Siguiente víctima).
Los adultos que no intervienen. Llámense
padres, docentes, legisladores, directivos,
periodistas, entrenadores… Por falta de
atención, exceso de trabajo, o para no
complicarse la vida: hay de todo. Lo cierto es
que cuando el adulto no cumple su rol de adulto
(velando por los menores, educando, siendo
coherentes, dando cobijo, escuchando, poniendo

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