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COMUNIDAD TRAVESTI, TRANSEXUAL Y PESCADORES TRADICIONALES

DE LA BAHÍA DE SANTA MARTA, LOS CIUDADANOS INVISIBLES

Discusión sobre identidad, multiculturalidad y ciudadanía en la ciudad de

Santa Marta

Por:

Edgar De Luque Jácome

Dentro de mi trabajo de investigación planteo un estudio de toda las ideas,

imaginarios y significaciones que sobre la homosexualidad, el machismo y otras

discusiones de género se han ido formando en el pensamiento colectivo de los

pescadores de la Bahía de Santa Marta para así, lograr tener un registro

honesto de las impresiones sobre machismo, género y homosexualidad que

puede tener un grupo humano tan representativo de la cultura del Caribe como

lo son los pescadores. Por otra parte, está la comunidad de travestis y


transexuales de de Santa Marta que comparten un espacio en común con los

pescadores tradicionales, la Bahía, tanto travestis y transexuales como

pescadores habitan de forma nocturna un sector de la bahía aislado de la zona

turística y comercial, los pescadores utilizan el espacio para partir a sus faenas

de pesca, mientras los travestis y transexuales lo usan para ejercer la

prostitución. Estos dos grupos sociales raramente interactúan a pesar de

encontrarse cerca, debido principalmente a las ideas preconcebidas que cada

uno tiene del otro, pero se puede afirmar que más allá de las notorias

diferencias, entre ellos existen ciertas consideraciones que los hacen mucho

más cercanos de lo que se podría pensar, los cuales hacen parte de cómo son

percibidos sus derechos de igualdad, identidad, libertad y diversidad individual

ante el resto de la comunidad de Santa Marta.

Tanto pescadores tradicionales como travestis y transexuales, han permanecido

invisibilizado ante el resto de la sociedad samaria, los primeros han sufrido un

desplazamiento que es ya histórico, a medida que la ciudad iba creciendo

inyectada por dinámicas económicas como la creación de un puerto comercial y

luego un auge turístico por su riqueza en playas de alta calidad, los pescadores

vieron como sus lugares tradicionales de pesca y vivienda fueron

transformándose en muelles y playas adecuadas para el recibimiento de turistas.

El ejemplo más notable lo encontramos en la construcción del puerto comercial

de la ciudad, dicho proyecto se edificó en toda la bahía de Santa Marta, en lo


que era conocido como el barrio El Ancón, habitado en su totalidad por

pescadores, dicho lugar era un barrio con una comunidad arraigada totalmente a

las actividades de la pesca, lo que suscitaba una estrecha relación de sus

moradores con el mar, situación que cambió drásticamente cuando los

pescadores fueron obligados a vender sus terrenos para iniciar la empresa del

puerto marítimo. “Nos dijeron: “véndannos las casas, porque tarde que temprano

el gobierno va a hacer el muelle aquí, pero como nosotros somos… a nosotros

no nos forma… a ustedes sí, le forman líos hasta que los hacen salir, entonces

no vendimos, sino que hicimos una transferencia, no, nosotros no queremos,

entonces vamos hacer esto. Ustedes salgan al centro cada uno y donde ustedes

encuentren una casa que les guste nos avisa, se la compramos y se la

entregamos salvo de todo1.”

Los antiguos moradores del Barrio Ancón comenzaron a habitar los barrios

cercanos a la bahía, San Martín, Pescaito, El Cundí y el Centro, su relación con

el mar y la pesca seguía, pero la unidad como comunidad de pescadores

comenzó a deteriorarse, ya que, sin tener un lugar en común cercano al mar, los

encuentros comenzaron a ser esporádicos, los antiguos “Anconeros”

comenzaron a integrarse a dinámicas más acordes a su nuevo entorno, muchos

de ellos entraron a trabajar en el nuevo puerto, otros ejercían como albañiles o

carpinteros y comenzaron a dedicar poco tiempo a la pesca. Otra de las razones


1 El TIGRE DE TAGANGUILLA: EL ÚLTIMO PESCADOR DE REMO Y CAYUCO

PRIMERA PARTE (2009) Entrevista por Fabio Silva Vallejo, ORALOTA, Univessidad
del Magdalena.

por las cuales los pescadores iban perdiendo contacto con su antigua profesión

y el mar se debe al imaginario que tenían los ciudadanos ante los pescadores,

los cuales consideraban a los pescadores como ciudadanos de tercera, veían el

acto de ganarse la vida pescando como una muestra de fracaso y limitación

personal; era notable la advertencia que le hacían los padres a sus hijos cuando

éstos no se les daba el estudio “Sí no estudias vas a quedar bruto y te va tocar

pescar” A parte de la creación del puerto marítimo, los pescadores que

decidieron resistir y seguir laborando en el arte de sacar sus sustento de la mar,

empezaron a lidiar con la expansión turística, las playas y ancones donde los

pescadores ancestralmente ejercían sus faenas de pesca empezaron a llenarse

de turistas y nuevas construcciones de hoteles y edificaciones pensadas para el

deleite de los visitantes.

Actualmente, Santa Marta una ciudad emplazada frente al Mar Caribe, no cuenta

con una comunidad de pescadores significativa, en la parte más oscura, sucia y

olvidada de su bahía, entre la mole del puerto comercial y la sofisticación de la

Marina internacional, se encuentran unos cuantos botes, lanchas y cayucos que

dan muestra de una cultura que está a punto de desaparecer; esta situación

convierte a Santa Marta en una ciudad donde sus pescadores no viven en un

único núcleo geográfico cercano al mar, los pocos pescadores que aun persisten

están regados en la multitud de barrios que conforman el distrito; no obstante

aun es posible observarlos en las noches y horas de la madrugada sacando sus


cayucos mientras los travestis y transexuales pescan clientes en las zonas

oscuras de la bahía.

En el caso de los pescadores y su forma de resistencia ante una ciudad que los

olvida y no los vincula con sus dinámicas de ciudadanía, vemos la búsqueda de

un deseo individual de dignidad que luego da paso a lo que se conoce como la

tercera generación de los derechos sociales, donde el derecho colectivo en el

que se busca asegurar a los grupos étnicos y minorías, los derechos humanos

individuales no alcanza si quiera a ser discutido. Inconscientemente los

pescadores de la bahía de Santa Marta demuestran en su acto heroico por

mantener su legado, una lucha por obtener una ciudadanía diferenciada.2 Lo que

indudablemente se puede considerar como una expresión social por visibilizar la

multiculturalidad que tiene la ciudad que ha hecho parte de ella desde su misma

fundación.

En el caso de la comunidad Travesti y Transexual de la Bahía de Santa Marta,

también encontramos una total invisibilidad por parte del resto de la sociedad

samaria y principalmente de sus gobernantes, ésta comunidad ha visto decaer

su número, hace diez años atrás era común hallar grupos de travestis y

transexuales transitando por las calles del centro de la ciudad, a horas de la

noche, los T y T se reunían para ejercer la prostitución o simplemente para


2 García Giraldes TEREZA, De La Ciudadanía Social a la Ciudadanía Multicultural,

Cuaderno de Trabajo Social, 200, página 8


compartir; teniendo preferencia por los lugares oscuros y alejados del resto de

espacios más concurridos; en sus propias palabras, ellos argumentan que la

elección de éste tipo de lugares se debe a que por su aspectos eran rechazados

y perseguidos, para ellos no era del todo fácil poder salir en las mañanas a

caminar libremente, inmediatamente eran blanco de burlas y agresiones tanto

físicas como verbales, por esa misma razón tampoco era muy fácil conseguir un

trabajo, lo que los llevaba a recurrir a la prostitución.

Teniendo claro que la marginalidad en la que se encontraban los T y T de Santa

Marta estaba influida por factores de evidente discriminación y violación de los

derechos civiles, se puede entender el porqué de su forma de actuar, la cual

incluía prostitución, uso de drogas y delincuencia (Robo) pero más allá de eso,

los T y T encontraban dentro de la marginalidad el único momento y espacio par

poder desarrollar su identidad y personalidad de forma plena, sin importar las

implicaciones que esto podría traer. En el momento que se empezó a ejecutar el

Plan Maestro del Centro Histórico de Santa Marta, una iniciativa del gobierno

nacional, el Ministerio de Cultura y el distrito, para recuperar todos los espacios

públicos olvidados como los parques y casonas coloniales para dar vida a un

sector de la ciudad que había sido totalmente olvidado, los Travestis y

Transexuales comenzaron a ser desplazados de sus lugares habituales de

convivencia, la forma como se empezó a perseguir a dicha comunidad, incluyó

una fuerte represión policial que los llevó casi a la desaparición, de no ser por la

bahía de Santa Marta, lugar donde el embellecimiento del plan maestro del
centro histórico no llegó; en dicho lugar los Travestis y Transexuales de la

ciudad lograron seguir con sus actividades pero con un grupo mucho más

reducido, siendo ahora habitantes esporádicos y menos asequibles que antes.

En el caso de los Travestis y Transexuales de la ciudad de Santa Marte se

puede notar fácilmente como el elemento social el cual puntualiza en la

multiculturalidad está totalmente perdido, esto diagnostica como Santa Marta se

encuentra lejos de las dinámicas contemporáneas que buscan asegurar a los

ciudadanos sin importar a que grupo social pertenezcan, un mínimo bienestar

económico y derecho a la seguridad, hacer que se tenga en cuenta la extensión

de la igualdad como libertad a un número mayor de grupos sociales, para poder

identificar como ciudadanía no solo a aquellas personas que fácilmente se

pueden desenvolver en las dinámicas sociales más aceptadas, sino también a

aquellos grupos emergentes como los Travestis y transexuales y otros más

tradicionales pero igual de marginados como los pescadores.

De igual manera como los pescadores de la bahía, hacen resistencia ante una

ciudad que los trata de ignorar, saliendo en sus canoas al encuentro con el mar,

los Travestis y Transexuales de la bahía, siguen desde una posición mucho más

marginal viviendo de forma nocturna, manteniendo a su cuerpo como forma de

expresión que reivindica su derecho ciudadano al libre desarrollo de la

personalidad. Los dos grupos humanos, comparten un espacio que a duras

penas les toco aceptar y acondicionarlo a sus necesidades, esa esquina en la


bahía de Santa Marta es el último lugar que la ciudad logró concederle a los que

también son sus hijos. Es así como podemos confirmar cómo los pescadores

tradicionales de Santa Marta y la comunidad Travesti y Transexual de la misma

ciudad comparten una lucha por ser visibilizados, una constante carrera par

poder desarrollar sus identidades y reafirmar que la multiculturalidad de la

ciudad nace en el lugar más oscuro de ella misma.

Es preciso también diferenciar la naturaleza de los dos grupos, en cuanto a

identidad, multiculturalidad y representación en las dinámicas de ciudadanía

presentes en Santa Marta. Si bien, los T y T son visto como un problema y un

mal de la sociedad con lo cual incómodamente se tiene que lidiar, el caso de los

pescadores, se puede decir, contiene ciertos significancias que lo hace, mucho

más cuidadoso a la hora de analizarlo; la imagen del pescador ha sido tomada

como un referente de la vida samaria, su figura bordeando el Mar Caribe en su

canoa se ha convertido en una estampa comercial que invita a los foráneos a

visitar una multicultural Santa Marta. Según Bonilla, el abordaje que se le hace a

la nación, como un complejo sistema simbólico, que usa una forma metafórica

de dirigirse a los grupos multiculturales como “El Espejo” “Mosaico” y “Crisol”

demuestra la manera como es resuelta y pensada la diversidad y pluralidad de

los grupos y personas que habitan una nación.3 Del mismo modo, la manera

“turística” como Santa Marta ha concebido al pescador ha hecho que la


3 BONILLA Alcira, imágenes de Nación y Ciudadanías Interculturales Emergentes

(UBA-CONICET)
discusión sobre su visión de ciudadanía intercultural no haya sido analizada de

la forma rigurosa que necesita.

Si bien son amplias y conocidas las diferencias que pueden haber entre un

grupo como lo son los pescadores y otros como la comunidad transexual y

travesti; en el caso de la ciudad de Santa Marta notamos que más allá de las

diferencias los dos grupos comparten un mismo espacio donde por motivos

políticos, económicos y sociales han tenido que saber ajustar a sus

necesidades, los dos comparten una segregación silenciosa, disfrazada de la

cual no se escucha hablar en las calles coloniales de la ciudad, por tal razón se

puede afirmar que los pescadores tradicionales de la bahía de Santa Marta y la

comunidad Transexual y Travesti de la ciudad hacen parte de una ciudadanía

invisible, que está ahí pero que la gran mayoría de samarios prefiere no ver; aun

así desde el poco espacio que significa para ellos la Bahía de Santa Marta, los

dos grupos hacen resistencia, manteniendo su forma de afrontar la vida desde

sus identidades.

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