Está en la página 1de 7

DEL NUEVO SISTEMA PENAL

ACUSATORIO ADVERSARIAL
Y su comparación con la ideología Clásica

Daniel Aldair Carrillo Velázquez


INTRODUCCIÓN

El “Sistema Acusatorio Adversarial” es el proceso que da las bases


necesarias para tener un sistema procesal oral acusatorio que es lo que se conoce
también como juicio oral, con el que se explicará y tratará de defender en todo
momento la presunción de inocencia del imputado.
En éste mismo, se establecen varios principios la publicidad, de
inmediación, de concentración, de continuidad y de contradicción.
Con el Sistema Acusatorio, se busca que la víctima 'tenga y se le otorgan'
mayores derechos. Así también se utiliza e implementa el sistema de la libre
valoración de la prueba, fortaleciendo así la Defensoría Pública de la parte a la
que se planeé ayudar, mediante mecanismos alternativos de solución de
controversias, así como la aplicación del criterio de oportunidad que se estuviera
estableciendo.
Por ello, se crea dicha figura y también se establecen las facultades de
control con las que los jueces contarán., y se establece la flagrancia, la
estandarización de pruebas para poder librar la cárcel y se precisan los requisitos
para el proceso de auto-vinculación.
Para llevarlo a cabo se da una lista de los delitos graves que pueden ser
aplicables a este proceso: la delincuencia organizada, el homicidio doloso, la
violación, secuestro, delitos con violencia, explosivos, armas, y los delitos graves
que marque la ley en contra de la seguridad 'en general', el libre desarrollo de la
personalidad y de la salud.
La etapa del juicio oral es aquél proceso que es realizado ante jueces (tres
jueces) que, de manera imparcial, interrumpida y presenciando la realización y
aplicación de todas las pruebas previas 'testimoniales, periciales, inspección, entre
otras' que, gracias a ellas, se llega a tomar una decisión/sentencia debido a las
resoluciones que hayan tomado.
… “El proceso penal podrá variar en cuanto a su duración.”
En cuanto a la ideología Clásica de los S. XVII-XVIII

Analicemos el contexto dentro del entorno cultural, si bien las ideologías clásicas son la
base de muchas de las normativas vigentes y aplicables en la actualidad para México, no son más
que la trascendencia de todas y cada una de las ideologías y modelos ya establecidos por
personajes ilustres clásicos y neoclásicos no solo a nivel nación si no internacional.

Uno de los más famosos escritores y analistas de las ciencias es Tomas Hobbes, si bien
tratar de resumir la ideología y postulados, así como sus diversos estudios suena una tarea extensa
y específica, solo concentrare esta redacción al punto de vista penalista de este escritor.

En diversos de sus escritos acerca de la materia contrapone a la sociedad con el proceso


ético y normativo ante las fallas de un poder legislativo débil y carente, ahora bien, la época en
que este filosofo redacta sus escritos acerca de la materia son resultado de una época de guerras
civiles, carencia económica y revoluciones no solo de sociedades si no de formas de pensar.

Mediante su promulgación el soberano declara públicamente qué debe ser hecho y qué
omitido, y los súbditos encuentran la norma común de referencia de lo lícito y de lo ilícito, de lo
bueno y de lo malo, a la que en lo sucesivo quedan obligados. Querrán o no cumplirla, eso nada
importa; podrán o no hacerlo: pero saben que si no lo hacen están actuando delictivamente, y
saben igualmente que la hipotética impunidad natural de antaño ha sido sustituida por la certeza
del castigo civil.

Así pues, lo malo no ha sido legalmente prohibido por ser malo; lo malo es legalmente
malo por haber sido prohibido. Violar la ley es delito; y ninguna otra cosa, salvo eso, es delito. El
formalismo legal sigue al nominalismo ético con similar fuerza lógica a como la pena sigue al
delito11 o el efecto a la causa. Ahora bien, una vez establecida la ley, una vez determinado
objetivamente lo bueno y lo malo, qué impulsa a los individuos hacia su infracción.

La respuesta es sencilla: permaneciendo idéntica la naturaleza humana, resulta lógico que


las mismas causas que un tiempo hicieron necesaria la organización de la fuerza, la creación del
Estado, con la cual su creación hace necesario el castigo.
Ahora bien si analizamos ese entendido nos podemos dar cuenta que El nuevo sistema
penal oral de corte acusatorio se basa en principios fundamentales contenidos en el nuevo art. 20
constitucional, como son los de oralidad, publicidad, inmediación, contradicción, continuidad a los
cuales les tendríamos que anexar los principios procesales que contiene el código procesal penal
de Chile en sus arts. 1 al 20, como son entre otros el Onus Probandi y el Ius decisionis entre otros,
a los que había de agregarse los tradiciones principios generales del derecho penal que existen en
México como son el in dubio pro reo ante la duda absolver, non bis in ídem y el de presunción de
inocencia, así como el del debido proceso derecho que tiene el inculpado de saber que se le está
investigando, que resulta ser un principio básico del sistema acusatorio.

Precisamente en aras de alcanzar plenamente los ideales políticos y filosóficos que inspiraron al
constituyente de 1917, y en congruencia con el sistema acusatorio adoptado y con los pactos
internacionales suscritos sobre la materia por México, los principios rectores que rigen al nuevo
proceso penal son, entre otros muchos:

 La Presunción de inocencia
 La oralidad
 La publicidad
 La inmediación
 La contradicción
 La concentración
 La continuidad
 La libre valoración de la prueba

En ese entendido si tratamos de analizar el proceso penal según Maquiavelo


primerísimamente hay que mencionar que el contexto en el que se va a desenvolver Maquiavelo
no es el de la paz y mansedumbre social; es más bien un tiempo turbulento, en donde la
exaltación del hombre se conjuga también con la violencia; un mundo vital, desenfadado, pero
también peligroso, escandaloso, etc.; era la época del Renacimiento.

Lo que hizo Maquiavelo, fue describir cómo funciona la sociedad en relación al Estado y al
gobierno; estudió y describió las relaciones de poder que se daban institucionalmente en ese
momento y de allí planteó sus reglas, que luego incluyó en esa especie de manual del gobernante:
El Príncipe, el cual tomara como base u muchas de las normativas aplicables y aún vigente para, no
solo el sistema penal acusatorio en México, si no en diversas normativas institucionales e inclusive
constitucionales.

Es desde este pensador que el Derecho, y la misma concepción del mundo fue
apreciándose bajo otros cristales, más crudos tal vez, pero también más reales. En donde se
establecía una clara distancia entre la ética y la política, bases para la corriente del liberalismo.

Según Maquiavelo, un sistema penal idóneo, funcional y aplicable se fundamentaba en la


correcta realización de los procesos autocríticos y de contra postura, enmarcando que el estado
tiene la responsabilidad de agilizar dichos procesos no solo con un fin económico sino de
entendimiento político nacional.

Ahora bien enmarcado eso quizás podríamos entender, a mi humilde opinión que., la
presunción de inocencia, al consignar que toda persona se presume inocente hasta en tanto no se
demuestre su culpabilidad, impone la carga de la prueba al órgano acusador y reduce
considerablemente la procedencia de la prisión preventiva, la publicidad que a la vez asegura el
control, tanto interno como externo de la actividad jurisdiccional y de todos los intervinientes en
el proceso penal, permite la transparencia en la administración de justicia, la oralidad como
condición necesaria para hacer efectiva la publicidad, excluye al mínimo la forma escrita de las
actuaciones procesales, la inmediación, al exigir que todos los actos procesales, principalmente la
producción de las pruebas, sean presenciados por el juez que va a resolver, impide la delegación
de las funciones jurisdiccionales, la contradicción, al no autorizar que todos los sujetos procesales
tengan plenas facultades de intervención, sobre todo en la recepción de pruebas y contrapruebas,
eleva la calidad de la información que los jueces utilizan para la toma de decisiones y posibilita una
efectiva defensa del imputado, la concentración y continuidad.

Al demandar que los actos procesales se lleven a cabo, por lo general en una sola
audiencia y sin interrupciones, garantiza que la administración de justicia sea pronta y expedita y
la libre valoración de las pruebas, al otorgarle al juez la facultad de valorar el acervo probatorio
según la sana critica conforme a las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas
de la experiencia, refrenda el carácter cognitivo-racional de las actividades jurisdiccional y
excluyen el régimen de la prueba legal.
Cambiando de contexto un poco “filosófico” quiero citar a el gran autor Sun Tzu, que a mi
pareces deja estragos ideológicos en muchos de sus postulados que, a mi parecer, tienen base
estructural de cualquier proceso penal acusatorio.

Sun Tzu dijo: “Pelear y conquistar todas las batallas no es la excelencia suprema;
las excelencias supremas consisten en romper la resistencia del enemigo sin luchar.”

La respuesta realmente es muy sencilla. Una batalla rápida no significa un ataque


descuidado. Es decir, Sun Tzu va mucho más allá que la simple recomendación de batallas
relámpagos (otra estrategia militar desarrollada sobre la base de “El Arte de la Guerra” que
consiste en realizar un ataque directo y sorpresivo para evitar que el enemigo pueda organizar su
defensa). Lo que recomienda es “la captura antes que la confrontación”.
En ese entendido podría cualquiera, a opinión mia, que la intención del proceso penal
acusatoria vigente y aplicable para México, está basado en el litigio de la controversia tratando de
llegar a la conciliación de la situación o, en dado caso, la correcta exposición de las pruebas que
hagan así, que el sujeto tenga la incapacidad momentánea al momento de serle expuestas las
pruebas que lo derroten ante un proceso penal acusatorio.

Si analizamos las características normativas dentro del proceso penal acusatorio


podríamos entender que con el dictado, por el juez de control de la legalidad o de garantías, del
auto o resolución de apertura del juicio oral culmina la etapa intermedia o de preparación del
juicio oral y comienza la última fase del proceso ordinario, comúnmente conocida como “etapa de
juicio oral o de debate”.

Esta etapa, que es la esencial del nuevo proceso penal, se realiza sobre la base de la
acusación, y asegura, como en ninguna otra, la concreción de los principios que sustentan a todo
el sistema, como lo son la oralidad, la inmediación, la publicidad, la contradicción, la
concentración, y la continuidad.

A diferencia de las fases anteriores (preliminar e intermedia), en la del juicio intervienen


tres jueces profesionales, quienes, para asegurar su objetividad e imparcialidad, no deben haber
actuado en las etapas anteriores (artículo 315: restricción judicial), so pena de nulidad de aquél.
Como cuestiones previas, el juez que presida el tribunal, una vez radicado el auto de
apertura del juicio, fijara el día y la hora para el desahogo de la audiencia de debate, la que deberá
celebrarse no antes de quince ni después de sesenta días de la notificación del citado auto de
apertura, indicará el nombre de los jueces que integrarán el tribunal, y ordenará que se cite a
todos aquellos obligados a asistir a la audiencia (Ministerio Público, acusado, defensor, parte
coadyuvante, testigos, peritos, etcétera) según sea el caso. 

Sun Tzu dijo: “Ganará el que sepa cuándo pelear y cuando no pelear”

Es posible que, tras un largo estudio, uno pueda llegar a la conclusión válida de que
nuestro caso tiene pocas posibilidades de éxito, sea porque el terreno (hechos) no nos es
beneficioso, sea porque los dioses (la Ley) no están de nuestro lado. De ser así, es mejor no iniciar
un litigio. Será esfuerzo y dinero mal invertido. Recuerde, quien inicia un litigio que nunca tuvo
posibilidades de ganar, demuestra el poco conocimiento que tuvo de su propio caso.

Soy consciente de que muchos critican la aplicación de esta obra en el campo del derecho,
y abogan por la aplicación de otro tipo de reglas, sin embargo, lo cierto es que el conflicto siempre
va a existir y, con ello, la posibilidad de que un arreglo amistoso no sea posible (muchas veces, las
emociones negativas y la animadversión constituyen costos de transacción imposibles de superar).
Lamentablemente, mientras existan emociones humanas siempre habrá litigios (y, por tanto,
abogados).

También podría gustarte