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Carencia de oportunidades de desarrollo para los adolescentes en república dominicana

la falta de oportunidades educativas y laborales, así como la falta de orientación hacia instituciones formales, la
deserción escolar, los problemas familiares, la baja autoestima y el trabajo infantil se asocian a la conducta delictiva
en adolescentes recluidos. Debido a la falta de empleos y oportunidades de formación técnica y profesional, los
jóvenes dominicanos confrontan grandes obstáculos para integrarse productivamente en la sociedad

Cada día los adolescentes experimentan la pobreza y el peligro de vivir en medio de la delincuencia, lo que además
de exponer su integridad física la aleja de sus posibilidades de estudiar o acceder a una oportunidad de trabajo para
salir de la miseria que los rodea. Para muchos es normal que un amigo o familiar muera asesinado, una menor se
convierta en mamá a los 15 años o que un joven abandone la escuela para dedicarse al trabajo informal.

Uno de los problemas más grave que enfrentan los adolescentes actualmente es la maternidad temprana. Y es que
existe un fuerte vínculo entre la pobreza y el embarazo en adolescentes, pues este es más frecuente entre jovencitas
pobres y con menor educación. Los jóvenes no tienen un centro comunitario donde hacer actividades de corte
culturales, no hay una escuela técnica cercana, no tienen nada en que invertir bien su tiempo, entonces cuando se
embarazan tanto la menor, como el padre de la criatura que en muchos casos también es adolescente se ven forzados
a desertar de la escuela y esa realidad ensancha el círculo de la miseria.

El 20% de los jóvenes dominicanos de 15 y 29 años de edad se encuentra fuera del sistema educativo y del mercado
laboral, por lo que forman parte del segmento poblacional que a nivel internacional se conoce como “Ninis”,

El estudio, titulado “Los Jóvenes Dominicanos: esos desconocidos”, se refiere a los Ninis como “Sin-Sin”, en
referencia a personas “sin las competencias requeridas por el mercado de trabajo, y sin oportunidades para acceder a
una vida digna y próspera”. Afirma que, “dado el bajo nivel de educación que pueden acumular los jóvenes “Sin-
Sin”, sus posibilidades de obtener un empleo de calidad se ven reducidas, lo que va en deterioro de su calidad de
vida”. “Estos, son más propensos a caer en situaciones de vulnerabilidad, tales como la participación en actividades
ilícitas, el consumo de drogas, la violencia, entre otros.

Los adolescentes tienen muchos factores de riesgo y pocos factores de protección, así como motivaciones a la
conducta delictiva por causa de problemas con la regulación de emociones y contingencias de reforzamiento
conductual.

Los déficits cognitivos no atendidos pueden acarrear consecuencias que a corto plazo incluyen fracaso y deserción
escolar, baja estima y rechazo familiar. A mediano plazo, estas consecuencias iniciales, al ser combinadas con otros
factores de riesgo, pueden sentar las bases de una serie de situaciones desafortunadas que culminen en (colocar a los
jóvenes) en los caminos de la delincuencia juvenil.

En el país hay alrededor de 600 mil jóvenes en riegos de delinquir. La cifra se soporta en los resultados de dos
estudios que abordan los factores o causas que empujaron a cometer delitos a más de 200 adolescentes en conflicto
con la ley, y que guardan prisión en alguna correccional; así como sus características cognitivas.

En ambas investigaciones se concluye que la mayoría de los adolescentes muestra inicio de conductas de riesgo en
edades tempranas y que, en su mayoría, no tuvieron atención necesaria. Los investigadores encontraron que la falta
de oportunidades educativas y laborales, así como la falta de orientación hacia instituciones formales, la deserción
escolar, los problemas familiares, la baja autoestima y el trabajo infantil se asocian a la conducta delictiva en
adolescentes recluidos.

En cuanto a la escolaridad, indica que apenas el 42.7% asistía a la escuela cuando delinquió y que la edad promedio
para abandonar los estudios fue los 13 años. La mayoría, el 10.8%, se fue de la escuela porque se aburría. Ese
mismo estudio reflejó que entre los jóvenes se reportó 174 artículos robados, y que la mayoría de esos artículos
fueron vendidos para adquirir alcohol y drogas.
La edad de inicio al consumo de drogas fue a los 14 y al alcohol a los 13 años. “El 33.6% admitió uso de marihuana,
mientras que el 3.7% admitió uso de cocaína. Es importante notar, que del grupo que admitió uso de drogas, 35
cometieron el delito bajo los efectos de alcohol y 29 bajo los efectos de drogas”.

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