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Derecho Internacional privado

Boggiano – Rabino.
Primer parcial

Concepto y objeto de estudio.

El DIPr es el sistema normativo destinado a realizar las soluciones justas de los casos iusprivatistas multinacionales
en el ámbito de una jurisdicción estatal, de una pluralidad de jurisdicciones estatales o de una jurisdicción
internacional. El sistema del DIPr tiene por fin y función buscar la solución justa de los casos multinacionales.

Como principio general, es probable que el DIP imponga a los Estados la obligación de tener un sistema de DIPr de
modo que éstos no excluyan absolutamente la aplicación del derecho extranjero en sus territorios. Se va a reconocer
“mínimos standards de justicia”. Mann sostiene que un Estado que prohibiese la aplicación de cualquier otro
derecho que no sea el propio, cometería un ilícito internacional.

Los Estados, en casos multinacionales, deben establecer cuándo se aplica su lex fori y cuándo se aplica un derecho
extranjero. De aquí se sigue que los Estados no deben aplicar siempre su lex fori como sistema cerrado.

En caso de laguna se impone investigar cuál es el derecho más próximo a la cuestión a decidir. El contacto razonable
debe prevalecer frente al contacto con la lex fori. En casos de laguna, hay que elegir razonablemente el derecho
aplicable a la cuestión iusprivatista multinacional.

El caso concreto se presenta como un conjunto de hechos que producen una situación la cual reclama justicia. El
caso vinculado al derecho privado, iusprivatista, puede presentar hechos, situaciones, objetos, conductas
relacionadas con varios Estados, cuyos sistemas jurídicos resulten diversos. El caso iusprivatista aparece, entonces,
ligado a varios sistemas jurídicos nacionales, por lo que puede, en este sentido, llamárselo “multinacional”.

En definitiva, entonces, el DIPr es una rama del derecho que estudia los casos iusprivatistas internacionales,
entendiéndose estos como aquellos casos que presentan elementos personales, reales o conductistas que suceden
en el territorio de dos o más Estados, para encontrar una solución efectiva, justa y uniforme, ya sea en una o más
jurisdicciones nacionales, o en una jurisdicción internacional.

Clasificación

En los casos iusprivatistas multinacionales se pueden distinguir dos dimensiones de su multinacionalidad. Una
dimensión atiende a la multinacionalidad de la situación problemática del caso, vinculada a varios sistemas jurídicos,
otra alude a la multinacionalidad de las conductas exigidas para su solución. Boggiano va a clasificar entonces a los
casos iusprivatistas multinacionales de la siguiente manera:

Hay casos multinacionales totales y casos multinacionales parciales. En los primeros, tanto la situación problemática
del caso como su solución real se hallan vinculadas a varios sistemas jurídicos nacionales. En los segundos, sólo la
situación problemática es multinacional, vinculada a múltiples sistemas jurídicos nacionales, pero su solución real, en
cambio, se encuentra en el ámbito de un solo sistema jurídico nacional, y solo a éste se vincula.

Por otro lado, tenemos la concepción de Jitta, que es distinta a la que propone Boggiano. Jitta hace una mirada a la
“historia del caso” y no a la solución de la misma, va a clasificar a los casos iusprivatistas multinacionales de la

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siguiente manera:
Nacionales: Son casos nacionales, desde su inicio hasta su finalización, observándolo por medio de su historia.

Parcialmente Internacionales: Son casos que comienzan como nacionales, pero hay un elemento en determinado
momento de su existencia que lo hace internacional.

Y por último, tenemos los Absolutamente Internacionales: Son casos donde desde su origen ya presenta rasgos
internacionales.

Para Jitta, los hechos en sí no son internacionales, tiene que haber elementos que lo hagan multinacional. En
cambio, para Boggiano, los hechos ya son internacionales, y, según la solución, si puedo resolverlo en un solo Estado,
el caso será parcialmente internacional, mientras que si requiere hacer conductas en más de un Estado, se va a
considerar el caso como totalmente internacional.

Principios de uniformidad y efectividad

El DIPr busca llegar a una solución justa de la totalidad e integridad multinacional de los casos iusprivatistas. Éstos
tienden hacia una solución de todo el caso. El principio de uniformidad establece que aquella solución tiene que ser
uniforme, para que no quede fraccionada entre varios Estados, y poder llegar a una solución concreta. La decisión ha
de ser siempre la misma, cualquiera sea el país donde la sentencia se hubiere pronunciado. Ahora bien, tal
uniformidad requiere reciprocidad, pues sin recíprocos reconocimientos de decisiones y aplicaciones de derechos,
no habría unidad.
Este principio de uniformidad, fue descubierto por Savigny, y actualmente se lo llama principio de armonía
internacional de las soluciones o “de mínimo de conflictos”

Por su parte, el principio de efectividad de la solución reclama también un punto de vista internacional para poder
garantizar la eficacia del principio de uniformidad. Éste principio básicamente intenta buscar que la solución integra
y uniforme sea totalmente válida y reconocida en todos los Estados donde se necesite hacer valer la solución del
caso. Boggiano entiende que al principio de efectividad no hay que considerarlo como un límite al principio de
uniformidad, sino especialmente como su complemento necesario. La uniformidad efectiva, he aquí el principio,
pues de no haber efectividad en la solución uniforme, ésta no sería realizada.

Boggiano agrega un elemento fundamental, que es la cooperación jurídica internacional. Generalmente los casos
multinacionales son decididos y regidos por autoridades nacionales de diversos países. Ahora bien, si no existe una
coordinación y cooperación de estas autoridades nacionales, el fraccionamiento será un límite y una obstrucción a la
solución del caso.

Norma de conflicto.

La norma de conflicto, como toda norma jurídica, presenta una estructura bimembre. Por un lado, el tipo legal
describe un aspecto de un caso iusprivatista multinacional, y la consecuencia jurídica dispone la reglamentación del
tipo mediante la elección del derecho aplicable. Tal elección se halla indicada en el “punto de conexión” de la
consecuencia jurídica, por ejemplo, el domicilio. Hay que destacar, que la consecuencia jurídica no me da la solución
directa del caso, sino que me otorga el derecho aplicable al caso para obtener, de esa manera, la solución del mismo.
Se trata de una norma indirecta, justamente porque tenemos que ir al derecho que la norma de conflicto me indica
para solucionar el caso. El método utilizado por la norma de conflicto es el método de elección, es decir, elige el
derecho aplicable al caso.

El funcionamiento de la norma de conflicto requiere, ante todo, interpretación de la norma. Es decir, descubrir la
voluntad real del legislador sobre el exacto alcance del tipo legal y la consecuencia jurídica de la norma. A veces, el
legislador sólo le proporciona al Juez una “orientación general”, ésta generalidad del legislador lleva a que el Juez
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haga una investigación fáctica y valorativa para concretar aquella orientación general y precisarla a las circunstancias
de los casos. He aquí la determinación de la norma de conflicto. En cambio, cuando el legislador regula mediante
conceptos normativos indeterminados o cláusulas generales, ya no existen “lagunas”, sino un “relajamiento”
planificado de la vinculación con la ley.

Pueden existir normas de conflicto materialmente orientadas, que son aquellas normas de conflicto que tienen un
fin específico. Por ejemplo, al otorgarle a la validez del testamento una norma de conflicto con un punto de conexión
alternativo con varios derechos posibles, el legislador tiende a buscar que el testamento sea válido.

Calificaciones

El problema de las calificaciones fue planteado por el jurista alemán Kahn, como un problema de conflicto entre
normas de conflicto. Un conflicto puede aparecer cuando las normas de conflicto difieren manifiestamente. Por
ejemplo, una norma de conflicto puede indicar como derecho aplicable a una sucesión mortis causa, el derecho del
último domicilio del causante. Otra, en cambio, el derecho de la última nacionalidad del causante. Este conflicto
conduce al problema del reenvío.

Además, las normas de conflicto, pueden adoptar el mismo punto de conexión (por ejemplo, domicilio), pero puede
significar cosas distintas en dos sistemas jurídicos. Por ello, se dice que la calificación del punto de conexión o
consecuencia jurídica es siempre lex fori. De lo contrario, resultaría imposible llegar a una solución.

En tercer lugar, otro conflicto se puede presentar cuando dos normas de conflicto de sistemas diversos, aunque
coinciden en la definición del punto de conexión, difieren en la definición de la cuestión que debe resolverse. Así una
norma de conflicto puede ver una cuestión como sucesoria y la otra como una cuestión de régimen patrimonial del
matrimonio. Éste es en sí, el problema de las calificaciones.

Se puede calificar de varias formas:

Calificación según la lex fori: Los que sigue ésta corriente, han sugerido resolver el problema de las calificaciones
mediante las definiciones de la lex fori. Las cuestiones contempladas en las normas de conflicto deben definirse
según la ley del foro y no otra. Sin embargo, de aplicarse esta calificación, resultaría imposible resolver aquellos
casos donde el tipo legal no se encuentra contenido en nuestro derecho. Por ejemplo, si se nos presenta un
“mortgage”, al no encontrar este instituto en nuestro derecho, no podríamos llegar a una solución. Deberá acudirse
al derecho del cual proviene el instituto para así comprender que se trata de una herramienta similar a la hipoteca.

Calificación según la lex causae: Otros juristas han sugerido que las definiciones o calificaciones debían tomarse del
derecho indicado por la NC: lex causae. Pero las dificultades de la calificación según la lex causae son serias. Nos
encontramos frente a la pregunta de cómo es posible sacar definiciones de la lex causae, si antes no se puede saber
cuál es esa misma norma. Ante posibles derechos aplicables diferentes, ¿de cuál se tomará la calificación apropiada?
Es por ello que no resulta conveniente calificar de ésta manera.

Calificación basada en el método comparado: Rabel entre otros juristas, expusieron que las definiciones debían
buscarse en la ciencia general del derecho, basada en los resultados del estudio comparativo de los derechos y en los
principios generales de aplicación.

Via media: Otra teoría ha sido la expuesta por Falconbridge. Según él, habría que adoptar calificaciones provisionales
según la lex fori y considerar las posibles leyes aplicables en su contexto.

Boggiano no trata de hallar una teoría aplicable a todas las cuestiones de calificaciones, sino que presenta el asunto
bajo el enfoque general del funcionamiento de la norma de conflicto. El punto de partida es que las cuestiones de
calificaciones no deben necesariamente ser definidas de acuerdo a la lex fori. Ello no significa tampoco excluir la
aplicación de la lex fori, sino que significa excluir su aplicación exclusiva y apriorística. Tampoco puede ser razonable
aplicar sistemáticamente la lex causae. Por lo tanto, Boggiano entiende que hay que comparar los derechos que
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concretamente están en tela de juicio en cada caso. Se trata de un método comparado relativo al caso, a los
derechos conectados al caso. Suelen ser dos o tres, excepcionalmente más, pero nunca todos los derechos del
mundo.

El método propuesto por Boggiano consiste entonces en aproximarse desde la lex fori a las lex causae
correspondientes. En primer lugar, se debe buscar cómo califica la lex fori. Posteriormente, se deben buscar las
normas de conflicto referidas la cuestión y establecer cómo califican las lex causae que propone la norma. Una vez
que se cuenta con la calificación según la lex fori y las lex causae, se está en condiciones de establecer cómo debe
resolverse el caso: si hay contradicción entre las lex causae, se debe acudir a la lex fori para desemparejar. Si hay
armonía entre las lex causae, se resuelve como éstas establecen, por ser las llamadas a responder. Una vez que se
cuenta con la calificación, se debe aplicar la norma de conflicto que contenga a la cuestión como ha sido calificada
(por ejemplo, si se califica como “forma”, se debe aplicar la norma de conflicto que hable sobre la forma). Con la
aplicación de esta norma, estamos en condiciones de saber qué derecho debe aplicarse, y, por consiguiente, cuál es
la solución a la cual ha de arribarse.

Una salvedad debe realizarse con respecto al derecho y solución a aplicarse, y es que deben hacerse de forma
integral, aplicando la teoría del uso jurídico, que sostiene que el caso debe resolverse como lo haría el juez de ese
derecho, por lo que no corresponde aplicar sólo una parte del ordenamiento jurídico de ese país, sino de manera
total.

Por ejemplo, tomando el caso del testamento holandés: El Código Civil holandés disponía que un súbdito holandés
no podía otorgar testamento ológrafo, ni en Holanda ni en el extranjero; debía hacerlo por acto auténtico
observando las formas correspondientes al lugar donde se realizara el acto (lugar de otorgamiento).

Ocurre entonces el caso de un nacional holandés, que viviendo en Francia, fallece dejando un testamento ológrafo
en el que dispone de sus bienes (siendo la forma ológrafa válida en la ley de Francia). Según la ley francesa, la forma
de los testamentos se rige por la ley del lugar de su otorgamiento, y la capacidad de testar por la ley nacional del
testador.

En cuanto los pretendidos sucesores del causante inician el juicio antes los tribunales franceses, surge entonces el
problema de saber si la mencionada disposición del Código Civil Holandés pertenece al régimen de la capacidad o al
régimen de la forma. Siendo el derecho francés la lex fori le corresponde a éste decidir sobre las cuestiones de
forma. Según la ley holandesa es un problema de fondo (capacidad) y según la ley francesa es un problema de
forma. Entonces, ¿el testamento ológrafo debe calificarse como una cuestión de forma o de fondo? ¿es o no es
válido el testamento ológrafo de un holandés otorgado en Francia?

Aplicando el método de Boggiano, en primer lugar hay que ver la calificación que le da al caso la lex fori (Francia),
resultando ser una cuestión de forma. En segundo lugar, partiendo desde la lex fori (Francia), se busca la lex causae
que resulta aplicable a la cuestión de los testamentos. Así, encontramos que en materia de forma, se rige por la ley
del lugar de otorgamiento, mientras que en materia de fondo, por la ley nacional del testador. La primer lex causae
nos remite entonces a Francia (lugar de otorgamiento), que resuelve la cuestión como de forma. La segunda lex
causae nos remite a Holanda (nacionalidad del testador), que resuelve que es una cuestión de fondo. De esta
manera, encontramos que una lex causae y la lex fori resuelven de forma, mientras que la otra lex causae resuelve
de fondo. Frente a esta disidencia entre las lex causae, la lex fori es la que inclina la balanza por una o por otra, por
lo que la cuestión de un testamento ológrafo debe ser tomada como una cuestión de forma. La norma de conflicto
que se refiere a las cuestiones de forma es aquella que sostiene que “la forma de los testamentos se rige por la ley
de lugar de otorgamiento”, es decir, la ley francesa, por lo que el derecho aplicable resulta ser el derecho francés. De
esta manera, aplicando este derecho, la solución a la cual se arriba es que el testamento ológrafo otorgado por un
holandés en Francia es válido.

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LEX LEX CAUSAE LEX RESOLVER NORMA DE DERECHO SOLUCIÓN
FORI (Ley del lugar CAUSAE CÓMO CONFLICTO APLICABLE
(Juez de (Ley CALIFICAR
Francés) otorgamiento) nacional
DERECHO del
FRANCES Testador)
DERECHO
HOLANDES

Cuestión Cuestión de Cuestión Califico Ley francesa, El derecho EL


de Forma. de Fondo. como donde aplicable testamento
Forma. Cuestión dispone que: al caso es es
de Forma. “la forma de el derecho plenamente
los francés. válido,
testamentos debiendo
se rige por la continuar
ley del lugar su curso
de su normal.
otorgamiento”

Cuestión previa

Las cuestiones previas son las cuestiones concatenadas, y cada una de ellas depende de la solución anterior. En esta
materia se enfrentan dos teorías: la teoría de la jerarquización y la teoría de la equivalencia. La teoría de la
jerarquización tiene por denominador común, como su nombre lo indica, jerarquizar las cuestiones concatenadas y
someter unas al derecho aplicables a otras. En cuanto al criterio de la jerarquización se dan dos posibilidades: el
ideal y el real. El criterioideal, estima que la cuestión principal es aquella que constituye la condición de otra: la
cuestión condicionante prima sobre la condicionada. Por ejemplo, la adopción, el matrimonio o la filiación
matrimonial pueden ser, condiciones de la vocación sucesoria, entonces las leyes aplicables a aquellos regirían ésta
última. El criterio real, al contrario, considera cuestión principal el tema de la petición en la demanda, es decir el
objeto de la misma, mientras que todas sus condiciones no serían sino cuestiones previas, por lo que, éstas
cuestiones previas estarán sometidas al derecho que impera sobre el objeto de la demanda.

Dentro de la teoría de la jerarquización podemos tener un predominio del DIPr, o bien del Derecho Privado interno,
dependiendo la situación en cada caso. Es decir, frente a la elección del derecho, es menester decidir si se aplicará el
derecho privado de ese país, o el derecho internacional privado. Se sostiene que si se toma el criterio real con
predominio del DIPr se podrá llegar a una solución más justa.

La teoría de la equivalencia, sostiene que cada causa es independiente, distinta y se rige por su propio derecho. En
esta teoría, ninguna cuestión somete su derecho aplicable a las demás cuestiones. Se las trata de manera igual e
independiente. Se va a aplicar la norma de conflicto para cada caso. Ésta teoría es la que predomina en nuestra
jurisprudencia y doctrina.

En este orden de ideas puede citarse el fallo Grimaldi, donde en el marco de una sucesión se plantea la validez y
efectos de una adopción realizada en el extranjero. Al respecto, el fallo de Primera Instancia aplica la teoría de la
jerarquización ideal, ya que somete el análisis del caso al derecho que se aplicaría para la adopción. El magistrado se
limita a tratar la cuestión de la adopción, del derecho aplicable, y de su validez. Somete a la sucesión al derecho de la
adopción. Frente a la apelación, la Cámara falla de manera curiosa, ya que en apariencia lo hace aplicando la teoría
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de la equivalencia, pero al tratar la cuestión de la adopción, le reconoce su validez, pero le suprime sus efectos por
no estar el adoptado dentro de orden sucesoria, lo cual implica una incongruencia, ya que resulta lógico que el
adoptado no se encuentre en ese orden, en razón de que la adopción no se encontraba regulada. La resolución de la
Cámara de quitarle efectos a la adopción termina siendo, en definitiva, establecer una jerarquización del derecho
argentino por sobre el italiano, es decir, resuelve el caso aplicando la teoría de la jerarquización real, sometiendo a la
adopción al derecho de la sucesión. Resolver por equivalencia implicaría, en este caso, salvar la incongruencia
aplicando por analogía las normas de conflicto de filiación, o las de los Tratados de Montevideo.

Puntos de conexión

Los puntos de conexión contienen la indicación del Derecho aplicable mediante una expresión variable, la cual se
individualiza en atención a las particularidades del caso dado, las cuales aquélla enfoca. Los puntos de conexión
pueden ser personales, es decir, contemplan cualidades de los hombres (la nacionalidad, el domicilio, la residencia,
etc.) Pueden ser Reales, como por ejemplo (la situación del inmueble y de muebles, el lugar de inmatriculación de un
buque, aeronave, etc.) o bien pueden ser conductistas, es decir, enfocarse a conductas humanas (lugar de
celebración del contrato, cumplimiento de un contrato, puerto de salida, etc.)

Otra clasificación aborda al punto de conexión como rígido o flexible. El punto de conexión rígido elige como es el
derecho aplicable, otorga seguridad jurídica, ya que permite conocer con certeza qué derecho se aplicará con la
mera lectura de la norma. Por otro lado, el punto de conexión flexible, no asegura el derecho aplicable al caso, ya
que no se desprende literalmente de la norma al leer la misma. Por lo tanto, al no asegurar el derecho no me otorga
seguridad jurídica, pero si posibilita un acercamiento al derecho más próximo o ligado al caso en particular.

En el sistema internacional se intenta converger ambos sistemas, y de esta manera encontramos que pueden haber
puntos flexibles con pautas orientadoras (por ejemplo, establecer qué se entiende por derecho más vinculado), o
puntos rígidos con cláusulas de excepción o escapatoria, donde excepcionalmente no se va a aplicar el derecho que
la norma de conflicto me conduce, por encontrarse otro derecho más próximo al caso en particular. El CCC, en su art.
2597, establece una cláusula escapatoria general. Para ello se tiene que dar una serie de requisito: que exista otro
derecho más próximo vinculado al caso que aquél dispuesto por la norma de conflicto; tiene que existir
previsibilidad; y la relación se tiene que haber establecido válidamente.

En palabras de Goldschmidt, los puntos de conexión pueden ser acumulativos y no acumulativos. Los puntos de
conexión no acumulativos, pueden ser simples o condicionales. El punto de conexión simple, consiste en que se
aplica desde el principio una sola ley a determinado aspecto. Hay una sola elección del derecho aplicable. El punto
de conexión condicional elige más de un derecho, ya su vez puede ser no acumulativo o acumulativo. El no
acumulativo sólo aplica un derecho, y puede ser subsidiario o alternativo. El subsidiario consiste en que la norma de
conflicto emplea un solo punto de contacto, pero acude a un segundo (o ulterior) en caso de que el primer punto de
conexión fracase. Por ejemplo “se declara aplicable el derecho del domicilio y, no existiendo domicilio, el de la
residencia.” En el punto de conexión alternativo, la norma de conflicto ofrece varios puntos de contacto y se podrá
aplicar cualquiera de ellos, un claro ejemplo de éste tipo de punto de conexión es el art. 2645 del nuevo CCC. Los
puntos de conexión acumulativos pueden ser iguales o desiguales. En el acumulativo se aplican todos los derechos
elegidos, y puede ser igual o desigual. Los iguales, consisten en que la misma cuestión es sometida a diferentes
derechos que la resuelven cada uno con independencia del otro, sólo el acuerdo entre todos los derechos aplicables
permite llegar a una solución. Se intenta buscar una protección de la persona y a su vez, que la solución pueda
aplicarse en todos los estados interesados. Por ejemplo, el art. 23 del Tratado de Montevideo, expone que resulta la
adopción solo valida, si lo es tanto según el Derecho domiciliario del adoptante como del adoptado. El punto de
conexión desigual, consiste en aplicar a una cuestión un solo Derecho, que, no obstante, puede resultar completado
o disminuido por otro Derecho, que funciona, por tanto, como minino o máximo. Un ejemplo puede ser el art. 15 de
la ley 11.723 de propiedad intelectual, estableciendo un periodo máximo de protección.

También pueden ser instantáneos o continuados. Serán instantáneos cuando se agota en un solo momento, en su
mismo acontecer. Por ejemplo, un punto de conexión instantáneo es “lugar de celebración del contrato”. Serán
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continuados cuando se mantengan en el tiempo. Los continuados pueden ser permanentes o variables. Serán
permanentes cuando suceden en el transcurso del tiempo, pero no se modifica. Por ejemplo, el lugar de situación de
un inmueble. En cambio, será variablecuando habiéndose constituido bajo un sistema jurídico, pueden abandonar
aquella localización espacial y constituirla bajo otro sistema. Dicho de otra manera, son aquellos en los que la
situación fáctica (aunque la norma se mantiene igual) puede cambiar con el transcurso del tiempo. Por ejemplo, si
dijésemos “los contratos se rigen por el domicilio del demandado”. En estos puntos de conexión variables existe una
ausencia de determinación del tiempo que debe tenerse en cuenta.

Este último tipo de punto de conexión es el que da lugar al llamado conflicto móvil, aunque en rigor, no es móvil el
conflicto sino el elemento de la situación fáctica que capta el punto de conexión. Para resolver estos conflictos, cabe
interrogarse cuál es el “tiempo crítico” de la conexión en la norma de conflicto, es decir, en qué momento sería justo
contemplar el elemento localizador móvil. Podríamos sostener que este tiempo crítico es aquel momento en el cual
surgen los derechos y obligaciones. Siguiendo el mismo ejemplo, sería el tiempo crítico el momento de celebración
del contrato.

Aplicación del derecho extranjero

En cuanto a la parte aplicable del Derecho extranjero, el problema consiste en saber si la consecuencia jurídica indica
como aplicable el Derecho Privado extranjero, o si declara aplicable, en primero lugar el DIPr extranjero, y sólo en
segundo lugar, un derecho Privado cualquiera. Este problema se lo conoce por el nombre de “problema de reenvío”.
Para ello hay tres teorías que inducen una solución a éste problema.

Teoría de la referencia mínima: sostiene que el DIPr del Juez indica inmediatamente el Derecho Privado aplicable.

Teoría de la referencia media: afirma que el DIPr del juez indica como aplicable, en primer lugar, el DIPr extranjero.
Si éste último considera aplicable su propio Derecho Privado, éste se aplica. Si al contrario, el DIPr extranjero estima
inaplicable su Propio Derecho Privado, lo abandonamos, y buscamos en nuestro propio DIPr un punto de conexión
que resulte afortunado, acudiendo, en último lugar a nuestro Derecho Privado. Como se advierte, abandonamos el
DIPr extranjero si no coincide con el nuestro en cuanto al resultado del caso concreto.

Teoría de la referencia máxima: Aquí el DIPr del juez indica como aplicable el DIPr extranjero y luego, el derecho que
aquél indique, que puede ser de nuevo un DIPr o un Derecho Privado. (Ver ejemplos apuntes!!!!!)

Nuestro nuevo CCC adopta la teoría máxima, podemos encontrarlo en su art. 2596. Allí habla del reenvío, expresa
que, “Cuando un derecho extranjero resulta aplicable a una relación jurídica también es aplicable el DIPr de ese país,
y si el derecho extranjero aplicable reenvía al derecho argentino resultan aplicables las normas del derecho interno
argentino.”

La teoría del uso jurídico determina la manera de ser del Derecho en función de la justicia. Una vez calificado el caso
como extranjero, y a su vez, si se declara aplicable a una controversia un Derecho extranjero, hay que darle el mismo
tratamiento de fondo que le daría el juez del país cuyo derecho ha sido declarado aplicable. El juez deberá aplicar el
derecho extranjero actualizado. VER Art. 2595 inc. A B y C.

Norma de jurisdicción

Las normas de jurisdicción son aquellas normas que van a expresar qué juez es competente para entender en un
caso iusprivatista multinacional.

La jurisdicción internacional argentina es el poder de los jueces argentinos para decidir casos iusprivatistas
multinacionales. Se va a requerir una relación razonable entre el caso y el foro. Ha de haber un mínimo de contacto
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razonable para que la jurisdicción pueda asumirse sin caer en exorbitancia o abuso jurisdiccional, cuya sanción es el
desconocimiento extranjero de la sentencia dictada por el tribunal que se arroga una jurisdicción exorbitante. La
realidad es que el Estado argentino coexiste con otros Estados extranjeros, éstos también ejercen la jurisdicción,
cada Estado nacional podría declarar, la pretensión de conocer en todas las causas del mundo. El límite de la
jurisdicción propia viene impuesto por las probabilidades de reconocimiento y ejecución de las sentencias
nacionales en países extranjeros. Por lo tanto, el principio de efectividad de las decisiones limita la jurisdicción de los
Estados nacionales.

Los Estados suelen obligarse internacionalmente, por medio de tratados, a reconocer y ejecutar sentencias
extranjeras bajo determinadas condiciones. No obstante, los Estados autolimitan mediante normas internas su
jurisdicción internacional. El principio de efectividad es uno de los principios de autolimitación de la jurisdicción.
Otro principio que proporciona autolimitación de la jurisdicción es el principio de independencia jurisdiccional,
según éste, los Estados consideran exclusiva y excluyente su jurisdicción en causas propias y, recíprocamente, se
declaran incompetentes en causas que juzgan ajenas (territorialismo jurisdiccional).

Otro principio es el de interdependencia jurisdiccional, según éste, los Estados conceden extraterritorialidad a las
sentencias extranjeras, admitiendo el ejercicio de extrañas jurisdicciones en causas relativamente vinculadas
alEstado que reconoce aquellas sentencias.

También cabe mencionar dentro de los principios a los de defensa en juicio y de eficacia de la sentencia. Por lo
general, se tiene al demandado como la parte débil, aunque en ciertas circunstancias, se da al (como en el caso
Vlasov).

Recordemos que hay casos donde cada Estado tiene jurisdicción exclusiva, en nuestro país, el nuevo CCC establece la
jurisdicción exclusiva, en su art. 2609, para ciertos casos tales como materia de derechos reales sobre inmuebles
situados en la Argentina.

De aquí, se pueden derivar dos grandes conflictos, positivos o negativos. Existe un conflicto positivo cuando
tenemos un caso iusprivatista multinacional, concurren las mismas partes y el mismo objeto de demanda, y,
tenemos a dos jueces de distinta jurisdicción que se declaran competentes, en estos casos, estamos frente al peligro
de obtener sentencias contradictorias. Todo lo contrario ocurre en el conflicto negativo, aquí tenemos el mismo
caso, con igual objeto y las mismas partes, pero, ninguna de ellas puede llevar el caso ante la justicia, ya que no hay
jurisdicción que asuma la competencia, es decir, que ningún juez considera que debe entender en el caso. Como
veremos, el conflicto negativo nos conlleva a una denegación internacional de justicia.

En el fallo Vlasov, la CSJN resolvió un conflicto de jurisdicción internacional ya no basada en la interpretación y


aplicación de normas incorporadas a un tratado internacional, sino en virtud de normas internas incorporadas a una
ley nacional de derecho común. La actora demandó a su esposo por divorcio y separación de bienes, invocando las
causales de abandono voluntario y malicioso del hogar, adulterio e injurias graves. El matrimonio Vlasov, había sido
celebrado en Rumania, y en Bs. As. Constituyeron el domicilio conyugal. El esposo se trasladó luego a Europa, y
según él había constituido domicilio Real en Génova (Italia), por lo que puso la excepción de incompetencia de los
jueces argentinos para conocer en la causa de divorcio con base en los arts. 104 de la Ley de Matrimonio y 90 del
C.C. argentino. El juez de primera instancia rechazó la excepción de incompetencia. La CNAC de la Capital, la acogió
declarando la incompetencia de los jueces argentinos. Ahora haremos un análisis de las razones que tomo la Corte
para dictar su sentencia. En primer lugar, la Corte hace una interpretación extensiva del art. 9 de la ley 4055, que da
lugar a la intervención de la CSJN para dirimir los conflictos insolubles entre jueces. En segundo lugar, aplicó el
criterio jurisprudencial según el cual, aun cuando no estuviese caracterizada una típica cuestión de competencia, le
incumbiría intervenir a la Corte si se llegara a producir una efectiva denegación de justicia por la declaración de
incompetencia de los jueces a los que se sometiera las controversias. Además, se fundamentó dicha intervención en
la necesidad de controlar la garantía de defensa en juicio. En tercer lugar, la Corte sentó el concepto de privación de
justicia, al establecer que éste concepto debe ser contemplado con relación a las circunstancias de tiempo, lugar y
personas del caso planteado. En el fallo Vlasov, la Corte tuvo presente la circunstancia de que el demandado en
autos tenía sus negocios en el extranjero, especialmente, en empresas de navegación. Estos elementos espaciales
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tornaban dificultosa la posibilidad de entablar demanda contra Vlasov en el extranjero y, en cambio, fácilmente
previsible el cuestionamiento por el demandado de la jurisdicción internacional de cualquier tribunal foráneo ante el
cual pudiese ocurrir la actora.

Por lo tanto, el resultado negativo de la jurisdicción extranjera condujo a la conclusión de que la actora quedaba
privada internacionalmente de justicia si no se abría para ella un foro nacional. En el nuevo CCC en su art. 2602, se
adopta el foro de necesidad, recordemos, para que entre en juego el foro de necesidad, se requiere estar frente a
un conflicto negativo y, en consecuencia, se corra el riesgo de una privación internacional de justicia, o denegación
de la misma.

No existe hoy en día una jurisdicción judicial internacional para nuestros casos. De tal carencia, se deriva la necesaria
intervención de los tribunales nacionales. Para solucionar un poco éste problema, los particulares pueden utilizar la
prórroga de jurisdicción. Al no haber éste tribunal internacional, ya que los Estados no quieren ceder soberanía,
aquellos, pactan distintos Tratados Internacionales con el fin de determinar la jurisdicción en ciertos casos, pero
como es de entender, no existen tratados para todos los casos.

Para poder saber si hay jurisdicción internacional debemos apoyarnos en ciertos criterios, conocidos como criterios
atributivos de la jurisdicción: se trata del juicio o razonamiento que debe realizarse para asignar al tribunal
respectivo la potestad de conocer, vale decir, si tiene o no jurisdicción. Estos criterios son:

1.- Domicilio o residencia del demandado: este criterio presupone que el demandado es la parte débil en el
juicio, y por ello lo que se busca es proteger la defensa en juicio

2.- Proximidad (lugar de los hechos)

3.- Foro de necesidad

4.- Prórroga de jurisdicción

5.-Forismo y fórum shopping: el forismose trata de una atribución de competencia que consiste en que ciertos países
apliquen al caso iusprivatista multinacional su derecho interno únicamente. Si tenemos un caso donde el actor elige
un país adherido al forismo, se perjudica al demandado, ya que le impone un derecho privado totalmente extraño. El
fórum shopping, por su parte, consiste en la elección unilateral del actor del tribunal que más favorezca a su
pretensión sustancial. Además, el actor, busca elegir países que estén adheridos a la doctrina del forismo. De esta
manera, el actor no sólo elige la jurisdicción, sino también el derecho a aplicar. Si bien el actor puede elegir la
jurisdicción más conveniente, siempre debe hacerlo ante una jurisdicción concurrente. Si no es así y busca un país en
adhesión al forismo, está perjudicando gravemente al demandado causando fórum shopping y vulnerando su
derecho de defensa, ya que el demandado se ve sometido a un derecho al que nunca imaginó someterse, y por otra
parte, desconoce su contenido. Una forma de prevenir el fórum shopping es mediante la prórroga de jurisdicción

6.- Forumcausae: se trata de otro criterio atributivo de jurisdicción, que puede observarse en el fallo Lamas, y el cual
iguala jurisdicción con derecho: el juez que corresponde es el mismo que el derecho. La mayor crítica que puede
hacérsele a este criterio es que resulta dificultoso establecer la jurisdicción cuando no se sabe con exactitud qué
derecho es el aplicable.

El fallo “Lamas” es un fallo dictado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación (C.S.J.N.) en el año 1968, y en el
cuál se intentan dilucidar cuestiones de competencia.

El caso surge en razón de que el Banco Mercantil del Río de la Plata (con sede en Montevideo) prometió el pago de
una comisión al Sr. Emilio Lamas a cambio de que el mismo le gestionase un préstamo con Yacimientos Petrolíferos
Fiscales de U$S 30.000.000. Dicho trabajo se encargó por correspondencia, mediante una carta dirigida desde
Montevideo hacia Buenos Aires (domicilio del Sr. Lamas), y por medio de otra misiva, el Banco prometió la comisión
a pagar y por la cual se suscita el juicio.

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Atento a lo expuesto, el problema que surge es determinar qué juez resulta competente: si los tribunales argentinos
o los uruguayos. Sin perjuicio de que ambos admiten que las normas aplicables son las del Tratado de Montevideo
del año 1940, por cuestiones de interpretación de las mismas, el actor sostiene que la competencia recae sobre los
jueces nacionales, mientras que el demandado se sitúa sobre la tesis opuesta.

Las normas que entran en juego son, a grandes rasgos, los arts. 56, 37 y 42 de dicho Tratado. Según la interpretación
del voto mayoritario, el art. 56 es el principio general que sostiene que las acciones personales deben entablarse
ante los jueces del lugar a cuya ley está sujeto el acto jurídico en materia de juicio. El art. 37 establece que la ley
aplicable es la del lugar de cumplimiento del contrato. El art. 42 es el que más debatido, ya que sostiene que "la
perfección de los contratos celebrados por correspondencia o por mandatario, se rige por la ley del lugar del cual
partió la oferta aceptada". Desecha la teoría que sostiene que el art. 37 es la regla y el art. 42 la excepción, y se
funda en que el mentado artículo sólo hace regir por la ley del lugar del cual partió la oferta la cuestión de la
perfección del contrato, pero que a todos los demás efectos, continúa aplicándose el art. 37. Citando al
considerando 11, “que, en lo que se refiere a todo lo demás concerniente al mismo, rige la ley del lugar de
cumplimiento, según el art. 37. Esa es la regla general, sin que se advierta motivo alguno para prescindir de ella por
la sola circunstancia de haberse concluido el acto por correspondencia. Una vez perfeccionado hay que estar a
aquella regla”. Por ello, siendo que los efectos típicos debían naturalmente darse en Argentina (lugar de la sede de
YPF), la Corte resuelve revocar la sentencia apelada, siendo la competencia correspondiente al juez comercial de la
C.A.B.A.

La disidencia, por su parte, interpreta de otra manera las mencionadas normas. Sostiene que en dicho Tratado, si
bien la norma general de ejecución es la lex lociexecutionis, existen ciertos supuestos donde se aplica la lex
locicelebrationis, aunque ambas deben interpretarse de forma armónica y no contradictoria. El caso se integra
dentro de esta última categoría, siendo que el art. 42 es una norma especial de excepción de la del art. 37, “ya que
los conceptos de ‘perfeccionamiento’ y ‘existencia’ del contrato “son nociones que se implican”. Por lo tanto, siendo
un contrato por correspondencia, se perfecciona en Uruguay y deben intervenir los jueces de dicho Estado.

Además, se sostiene en este voto que incluso aun en el caso que se entendiese al lugar de ejecución como aquel que
determina la norma a aplicar, deberían intervenir los jueces uruguayos, toda vez que el pleito se suscita en razón del
pago de la comisión del Sr. Lamas, y dicha pretensión debe cumplirse en el país vecino, que es lugar donde la
prestación debe satisfacerse. Por ello, el Dr. Risolía falla confirmando la sentencia apelada.

Prórroga de jurisdicción

El antiguo CPCCN sólo permitía las cláusulas de prórroga de jurisdicción en casos patrimoniales, y a favor de otros
jueces o árbitros nacionales. Se estableció el principio de la improrrogabilidad de jurisdicción argentina. Luego de la
reforma del CPCCN, el art. 1 pasó a admitir la prórroga por conformidad de partes en asuntos exclusivamente
patrimoniales de índole internacional, incluso a favor de jueces o árbitros extranjeros. Por lo tanto, para que sea
válida la prorroga se requiere, un caso exclusivamente patrimonial, la voluntad de las partes en prorrogar, y que el
asunto sea objetivamente internacional (es decir que la mera declaración de las partes de que el caso es
internacional no es suficiente: se requiere que efectivamente el caso sea internacional en lo fáctico). El art. 1 del
mentado código sólo regirá si no existe a sus efectos un tratado internacional.

La prórroga no sólo puede ser acordada antes de los hechos que den origen a la controversia, sino que en cualquier
tiempo. La prórroga de jurisdicción puede ser ante litemnatam cuando aquella es pactada antes de que ocurre
alguna controversia, o bien post litemnatam es la que surge luego de producido un conflicto entre las partes. El art.
2 del CPCCN establece que la prórroga puede ser expresa, mediante una clausula escrita, o también es considerable
que sea tacita, es decir, cuando el actor interpone la demanda y el demandado no opone la excepción de
competencia correspondiente. Aceptando tácitamente la jurisdicción elegida por el actor.

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Cuando la prórroga está en un contrato plasmada por medio de una clausula, ésta es totalmente independiente del
contrato. La prórroga de jurisdicción será revisada por el juez donde se quiere aplicar la prórroga, el derecho del juez
prorrogado va a establecer los requisitos necesarios para hacer valer la prórroga.

Las siguientes razones justifican la prórroga de jurisdicción internacional: la elección equitativa del tribunal
competente, la certeza sobre jurisdicción internacional, la prevención del fórum shopping, la prevención de
cuestiones de litispendencia y de sentencias contradictorias, la identificación de la lex fori con la lex causae, la
elección de un tribunal neutral, la efectividad de jurisdicción internacional mediante un foro de patrimonio
acordado, la unidad concreta de la solución para la controversia internacional, que en definitiva tienden a la
proporción del comercio internacional.

La prórroga sería inválida si estableciera la jurisdicción de un tribunal extranjero cuando la jurisdicción argentina es
exclusiva. En cuanto a la prórroga en cuestiones de contratos de adhesión, ésta se encuentra prohibida, ya que
coloca al adherente en una situación procesal que le impide o dificulta acceder a la jurisdicción, afectando su
derecho a defensa.

Resulta de vital importancia corroborar si el juez a favor del cual se realiza la prórroga aceptará la misma, y además,
es necesario cerciorarse si la sentencia que se dictará será o no efectiva, es decir, si será reconocida y plausible de
ser ejecutada, y para ello también deberá estudiarse, además del derecho del juez que entenderá, el derecho que se
aplicará.

Norma material

El tipo legal de la norma material de DIPr, enfoca un caso iusprivatista multinacional <o un aspecto de él> y la
consecuencia jurídica de dicha norma lo resuelve mediante una disposición directa y substancial que establece las
conductas de solución definitiva de la controversia. A diferencia de la norma de conflicto, no nos va a indicar un
derecho del cual se desprende la solución de fondo, sino que crea directamente dicha solución para el caso en
particular. Es por ello que utiliza el método de creación. La norma material puede ser creada por el legislador, por las
partes a través de la celebración de contratos, o bien por los jueces, mediante el dictado de sentencias, es decir, por
medio de una sentencia van a crear una solución específica para el caso, salvándolo de posibles incongruencias.

Se puede decir que la norma material tiene una doble función, por un lado es suplementaria, funcionando como
normas especiales, que van a imponerse sobre normas generales en caso de que haya incongruencias. Y por el otro,
tenemos la función complementaria de la norma material con relación a las normas de conflicto cuando los
derechos privados elegidos por éstas resultan inadaptados y se requiere armonizarlos materialmente, a fin de
asignar una solución equitativa al caso. Por ejemplo, el art .118 de la ley de sociedades 19550, donde su primer parte
es una típica norma de conflicto, y en el segundo párrafo, tenemos una norma material complementando a la norma
de conflicto.

Si en un conjunto de normas materiales un problema carece de regulación por normas materiales (laguna), se habrá
de retomar la vía de elección de las normas de conflicto. Si una norma material brinda una solución incompleta del
caso, hay que volver a las normas de conflicto..

Si el autor de la norma material ha manifestado una voluntad incompleta, será menester determinarla. Éste es el
caso de la norma material indeterminada, la cual deja al juez competente de cada caso, determinar la solución final
del mismo. Es decir, la norma nos va a decir la solución pero va a dejar a criterio del juez que entienda la causa,
determinar cuál es la solución definitiva. Es una especie de delegación que hace la norma en el juez que interviene
en el caso. Así, por ejemplo, en la Convención de Varsovia – La Haya, cuando el transportador pruebe que la persona
lesionada produjo el daño o contribuyó a él, el tribunal podrá, conforme a su lex fori, descartar o atenuar la
responsabilidad del transportador.

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También existe la norma de conflicto materialmente orientada, se trata de una norma de conflicto que busca la
validez del acto, intenta proporcionar varias soluciones al caso buscando el derecho más favorable, contienen un
punto de conexión alternativo.

Norma de policía

La norma de policía, capta en su tipo legal un caso iusprivatista multinacional y va marcando en ese caso los puntos
de contacto con el territorio, y en la consecuencia jurídica somete el caso al derecho material propio. El art. 604 de la
ley de navegación o el 124 de la ley 19550 son claros ejemplos de una norma de policía. Se trata de una norma
indirecta, ya que no nos va a dar la solución directamente, sino que nos va a conducir al derecho interno. La norma
de policía presenta la estructura de una norma de conflicto unilateral inderogable, que remite al derecho propio
exclusiva y excluyentemente. No hay lugar para el derecho extranjero ni para la autonomía de las partes. Son
normas excluyentes de toda otra regulación.

La razón que inspira tal exclusivismo es la defensa de la organización política, económica, social y familiar del país.
Las normas de policía, obviamente, deberán estar adecuadas a los principios, garantías y normas constitucionales. El
art. 2599 del nuevo CCC, encontramos regulada la norma internacionalmente imperativa, que es aquella norma
mucho más especial que una norma material y su aplicación va a ser exclusiva y excluyente de cualquier otra norma.

El principio de interpretación de las normas de policía es restrictivo, es decir, son normas excepcionales en el DIPr
argentino, por lo tanto, deben ser interpretadas restrictivamente.

El único ejemplo de norma de policía de fuente internacional es el tratado de Bretton Woods.

Hay casos donde la norma de policía puede serbilateralizada, como es el caso del art. 3 de la LCT, es decir, que si al
cambiar la redacción de la norma de policía, aquella cambia, no estamos frente a una norma de policía, sino frente a
una norma de conflicto unilateralmente expresada, obviamente con distintos alcances. La norma de policía como
sabemos, protege un interés económico, político o social del Estado, si se puede bilateralizar la norma de policía, sin
alterar el interés que el legislador se propuso al legislar, no estamos realmente frente a una norma de policía, sino
ante una norma de conflicto unilateralmente expresada.

Para que sea aplicable una norma de policía extranjera, no debe existir norma de policía argentina que enfoque el
mismo aspecto del caso, pues las normas de policía argentinas son exclusivas y excluyentes de toda otra. Además, se
requiere que la norma de policía extranjera no lesione principios de orden público argentinos. Por último, se justifica
el respeto de normas de policía extranjeras a fin de establecer un espíritu de cooperación internacional entre los
países dispuestos a reciproca solidaridad.

Orden público

Una vez que se ha analizado el caso y se tiene el derecho que resultará aplicable, es menester en primer lugar
realizar un control de orden público. Los principios del derecho argentino actúan como “cláusula de reserva” frente a
las soluciones del derecho extranjero; es decir, los jueces deben cotejar la solución que propone el derecho elegido
con los primeros principios de nuestra legislación. No hay que confundir este último concepto con la norma de orden
público per se, ya que el control recae sobre el principio que puede o no contener la norma. En términos de
Goldschmidt, se trata de la “característica negativa de la consecuencia jurídica de la norma de conflicto”.

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Si la solución que da la norma del derecho elegido contraría este orden público, la misma no puede aplicarse. El
problema viene a la hora de determinar cuándo nos encontramos frente una violación del “espíritu de la legislación”.

Para ello, podemos establecer dos normas genéricas: en primer lugar, las cuestiones de quantum (cantidad, número
neto) no implican una afectación al orden público, salvo que la diferencia de quantum sea tal que desdibuje el
principio. Por ejemplo, si se debe aplicar un plazo de prescripción de 10 días, nos encontraríamos frente a una
violación del principio de acceso a la justicia; si fuese por un plazo de 15 años, implicaría una afectación a la
seguridad jurídica. En cambio, si es un número intermedio, como lo sería, por ejemplo, 4 años, es tarea
interpretativa del juez determinar si la cuestión de quantum implica una violación al orden público.

La segunda regla genérica es que las cuestiones formales no pueden nunca ofender a nuestro orden público. Por
ejemplo, un testamento otorgado de forma oral no podría ser desconocido en nuestro país, porque se trata de una
cuestión de forma.

En cuanto a la consecuencia de la decisión por parte del juez, si determina que efectivamente la solución contraría
los primeros principios, existen varias posibilidades. En primer lugar, la resolución podría ser, en caso de que se trate
de una norma de conflicto con punto de conexión alternativo, aplicar el otro derecho que menciona la norma. Si no
fuese el caso, podría resolverse en base a la lex fori. Para Boggiano, en cambio, se tendría que realizar una
adaptación o conciliación armoniosa del derecho extranjero a nuestros principios, y no aplicar directamente el
derecho privado argentino.

En términos de lo expuesto en el fallo Solá, puede decirse que el orden público internacional no es un concepto
inmutable y definitivo sino esencialmente variable, pues expresa los principios esenciales que sustentan la
organización jurídica de una comunidad dada, y su contenido depende en gran medida de las opiniones y creencias
que prevalecen en cada momento en un estado determinado. De allí que la confrontación debe hacerse con un
criterio de actualidad, noción que es ampliamente recibida en el derecho comparado.

Fraude

El fraude consiste en que se aparenta sometimiento a la elección del legislador, cuando en realidad se hace elección
por las partes del derecho aplicable. A modo resumido, podemos decir que existen tres tipos de fraude: el
simultáneo, en el que en el mismo momento en el que se realiza el fraude se ven los efectos (como las sociedades
off-shore), a la expectativa, en el cual el fraude puede o no consumarse (por ejemplo, cuando en Argentina no se
admitía el divorcio, se celebraban matrimonios en el extranjero para tener esa posibilidad) y el retrospectivo, que se
refiere al fraude que se da con posterioridad a la consumación de un hecho, y el cual las partes quieren evitar su
consecuencia.

Cuando el legislador elige, las partes no pueden adulterar dicha elección mediante la creación artificial de los puntos
de conexión. Goldschmidt dice que el fraude a la ley aplicable consiste en que los fraudulentos manejan la relación
de causa y efecto que opera sobre el legislador como una relación de fin y medio.

La evidencia de la intención fraudulenta tiene que ser extraída de la conducta exterior de las partes. Hay 2 indicios
típicos de la intención fraudulenta: la expansión espacial (las partes aparecen injustificadamente en un país
extranjero) y la contracción temporal (las partes obran muy aceleradamente).

La sanción para el caso de fraude provoca la ineficacia de las consecuencias fraudulentas perseguidas por las partes,
y sólo a ellas alcanza. Se sanciona la evasión mediante la sumisión del acto a su derecho propio.

Reconocimiento y ejecución de sentencia extranjera

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Una de las tendencias que se han propiciado en este último tiempo en materia de derecho internacional privado es
la cooperación internacional entre países. Así encontramos que se han celebrado numerosos tratados, ya sean
bilaterales, regionales o universales.

La cooperación internacional se centra en las modernas autoridades centrales. En nuestro país, dicho rol lo cumple la
Cancillería. La función de estas autoridades es agilizar los trámites internacionales. Una de las medidas para ello es la
implementación del sello apostilla, o apostille, que suprime la cadena de legalizaciones.

Si sostenemos que se debe controlar la jurisdicción internacional del juez original, encontramos que hay varias
teorías para explicar los criterios a aplicar. Una primera concepción, llamada unilateralidad simple, considera que el
juez requerido debe aplicar las normas de jurisdicción internacional del juez sentenciante. Es decir, no habría
control.

Otra de las teorías es la de la unilateralidad doble, que sólo desconoce la jurisdicción del juez extranjero cuando éste
hubiese invadido la jurisdicción internacional exclusiva del juez requerido.

Otra teoría, la de la bilateralidad, controla la jurisdicción internacional del juez extranjero según las normas de
jurisdicción internacional que el juez requerido aplicaría para asumir jurisdicción. Es decir, el control se hace a partir
de las normas de jurisdicción internacional propias.

Esta concepción es la que adopta nuestro sistema, y el problema más delicado que presenta es que puede conducir
al desconocimiento de una sentencia fundada en una conexión jurisdiccional razonable, pero no admitida por las
normas de jurisdicción internacional del juez requerido. Por ello, Boggiano propone un multilateralismo crítico,
donde exista control sobre las sentencias extranjeras, pero sólo se desconozcan cuando la jurisdicción tomada por el
extranjero implique un juicio que no sea justo. Según sus propias palabras, “no cabe el apego a un fetichismo
jurisdiccional”.

Al respecto, encontramos que existen 3 grados de cooperación que funcionan como una clasificación del
compromiso que se le exige al estado requerido. El primer grado refiere a los pedidos de notificaciones, informes,
producción de pruebas, etc. El segundo grado hace referencia a los pedidos de medidas cautelares. El Estado
requerido analiza más profundamente. El tercer grado se da frente a un pedido de reconocimiento y ejecución de
sentencia, ya que así se equipara a una sentencia nacional.

Cuando no existiesen Tratados que regulen la ejecutoriedad de las sentencias extranjeras, se aplican las reglas del
art. 517 C.P.C.C.N, que sostiene que para que sean ejecutables, se requiere:

En primer lugar, que la sentencia tenga carácter de cosa juzgada en el Estado que dictó la sentencia, es decir, que en
el país de la cual emana no haya ningún recurso pendiente.

En segundo lugar, la sentencia debe emanar de un Tribunal competente, es decir, que tenga jurisdicción
internacional. Al respecto, cabe mencionar lo dicho en cuanto a las teorías.

En tercer lugar, la sentencia debe ser consecuencia del ejercicio de un derecho personal, o real cuando el mueble ha
sido trasladado a la República durante o después del juicio tramitado en el extranjero.

En cuarto lugar, se requiere que haya existido una notificación personal al demandado, es decir, mediante cédula. Es
necesario prestar especial atención a este requisito, ya que no siempre en el testimonio de la sentencia surge el
cumplimiento de dicho requisito, en cuyo caso debe solicitársele al juez sentenciante la pertinente aclaración.

En quinto lugar, se exige que la sentencia reúna los requisitos necesarios para ser considerada como tal en el lugar
en que hubiere sido dictada y las condiciones de autenticidad exigidas por la ley nacional. Al respecto, se debe
recordar lo dicho sobre apostilla.

En sexto lugar, la sentencia no puede contrariar el orden público nacional y sobre ello se aplica lo desarrollado en
“orden público”.
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En séptimo y último lugar, la sentencia no puede ser incompatible con otra pronunciada, con anterioridad o
simultáneamente, por un tribunal argentino.

Finalmente, podemos realizar unos pequeños comentarios con respecto al exequátur, o pedido de reconocimiento
de sentencia extranjera. El mismo tramita por las normas correspondientes a los incidentes, y debe presentarse ante
el juez de primera instancia competente según la jurisdicción nacional. En la demanda deben acreditarse el
cumplimiento de los requisitos del art. anterior. Una cuestión procesal importante es la obligación de correr vista al
registro nacional correspondiente antes de reconocer la sentencia, ya que sin el mismo no se hace lugar al
reconocimiento. Si en la sentencia se dispusiese la ejecución, se tomará como si fuese una sentencia nacional. Si la
sentencia es declarativa o constitutiva, podría evitarse el exequátur mediante el llamado “reconocimiento
involucrado”, en el que el reconocimiento se realiza sin el pedido expreso. Por ejemplo, dentro del pedido de
sucesión se puede resolver la aplicación o no de una sentencia de adopción de otro Estado.

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