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Apuntes 34- Primer Semestre 1994

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DEL ARRIBISMO AL ACHORAMIENTO:


medios anómicos de ascenso social

Oswaldo Medina

RESUMEN ABSTRACT

El artfculo contrasta dos medios de ascenso social: el The article deals with the popular concept of "achora-
"arribismo-estrategia "y el "adwramiento ".Asimismo, los recla- miento" as a mean of social ascension,and opposes it to that more
ma producto del contexto hist6rico y econ6mico en el cual se c/assical of "arribismo". Jtc/aims that both conceptsareaproduct
producen: rfgido, patriarcal y personalista, el primero (antes de of tlzeir h1storical and economical context: rigid, patriarchalistic
1970); y convulso y an6mico el segundo (a rartir de 1970). Al and personalised, tlze fírst one (before 1970); convulsed and
final se sustenta la tesis de que la táctica de arribismo deviene without norms the other (after 197Ó). Jt maintains, at the end,
ineficiente ante las nuevas realidades -signadas por la migrací6n that the "arribismo-strategy" tums out to be inefficient to cope
y la crisis generalizada- induciendo a los actores sociales de todas with the new problems due to migration and generalíz.ed socltll
las clases a comportamientos "achorados" -los que define básica- crisis, thus inducíng social actors of al/ c/asses to behave them-
mente como de desconocimiento de cualquier autoridad, es decir, selves in a way theauthor cal/s "achorada", defined primarily as
como an6micos. the type of behaviour which recogníz.es neither norms nor autho-
rity.

1. Presentación el tema al que está dedicado el presente ensayo.


Veinte años han transcurrido desde que fuera
La alternancia recurrente, en la econo- dada a conocer esta hipótesis. Durante este lap-
mía peruana, entre períodos de crecimiento y so, muchos y muy importantes cambios han
de contracción productiva, es un fenómeno al sobrevenido en el Perú.
que economistas e historiadores han dedicado La sociología del conocimiento nos ha
numerosos y profusos estudios. Comparativa- revelado, con hallazgos y argumentos suma-
mente menor ha sido el interés por investigar mente convincentes, que el quehacer intelec-
la incidencia de estos ciclos sobre los procesos tual es en muchos sentidos una actividad
de ascenso o descenso de los grupos o clases en dependiente de los factores sociales, económi-
la estructura social. cos y políticos imperantes en una época y socie-
Entre los pocos teóricos que han abor- dad determinadas. Siempre se teoriza a partir
dado el estudio de la estratificación social en el de un complejo de condiciones socioculturales
Perú contemporáneo, quizás sea Carlos Delga- dadas, de carácter ineludible que dejan su im-
do1 el que más ha contribuido a la comprensión pronta sobre la obra. No por ello, sin embargo,
de esta problemática. Su aporte puede adscri- el teórico queda reducido al papel de una fun-
birse principalmente a la investigación de los ción puramente pasiva. La teorización, aunque
mecanismos de la movilidad social en el Perú. difícilmente puede desasirse de las circunstan-
"Arribismo": tal fue el término que in- cias históricas en las que se lleva a cabo, en
trodujo en la sociología para designar a la pe- cierto modo las trasciende mediante las opera-
culiar modalidad que adopta en el Perú la ciones de abstracción, idealización y formaliza-
búsqueda del éxito social. Es éste precisamente ción, que permiten formular generalizaciones
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cuya validez pretende ir más allá de las condicio- significativa y cuyo referente empírico es la
nes históricas en las que tal teorización se originó. acción individual dirigida a escalar posiciones
De aquí derivamos los objetivos prin- en la jerarquía social. El primer componente
~ipales que perseguimos en este ensayo, asa- concierne a la actitud de valoración positiva
ber: primero, discutir la consistencia teórica del que el arribista asume con respecto a los objetos
planteamiento en torno al arribismo; y, segun- socialmente reputados como bienes dignos de
do, contrastar esta tesis con algunos casos em- ser apreciados, buscados y poseídos; y que, por
píricos, a fin de calibrar su capacidad ende, confieren a sus titulares un status o rango
explicativa respecto de las condiciones y varia- de superioridad social legítima.
ciones sociales, económicas y políticas que pre- El arribista, además de aceptar la vali-
senta el Perú en la actualidad. dez de las apreciaciones socioculturales vigen-
Vamos a considerar las teorías como tes que definen a la riqueza, al poder y al
sistemas simbólicos abiertos, susceptibles de prestigio como objetos valiosos, conecta a esta
ser verificados o falsificados, en la medida en actitud el deseo, el afán de acceder a su disfrute.
que se consideran productos dimanantes de Llegar a poseer estos bienes es la meta de la
medios históricos sociales concretos y determi- acción del arribista. Sin embargo, aunque nece-
nados, que es necesario conocer a efecto de sario, este componente no es suficiente por sí
comprender el sentido y características de solo para definir la significación integral del
aquéllas. La validez científica de la teoría sobre concepto, dado que la especificidad de la con-
el arribismo en el Perú, podría inferirse en la ducta arribista radica también, y con igual peso,
medida en que, al desaparecer o modificarse las en los medios que emplea para conseguir su
condiciones que le dieron origen, ella perdería objetivo, es decir, en la estrategia que sigue para
sustento empírico y, por tanto, devendría en intentar consumar su propósito de encumbra-
inadecuada para explicar los nuevos hechos y miento social. Es justamente aquí donde estriba
los profundos cambios que han alterado la re- el segundo aspecto definitorio del arribismo.
alidad nacional. Para comprender mejor el carácter distintivo de
Nuestro trabajo intenta llamar la aten- tal estrategia, consideramos conveniente expli-
ción sobre el hecho de que la hipótesis del citar los fundamentos teóricos que sustentan la
arribismo, enunciada a principios de la década argumentación de este autor.
de 1970, estuvo hondamente condicionada por En su opinión, la estratificación social
factores sociales, propios de aquel momento imperante en el Perú en la década del sesenta
histórico y, como no pudo prever los cambios presenta una ostensible rigidez o estrechez en
subsecuentes, su validez ha quedado severamen- sus vías de movilidad ascendente, es decir, las
te cuestionada, a la luz de la realidad actual. oportunidades de desplazamiento hacia los ni-
En este sentido, planteamos que el arri- veles altos de la jerarquía son escasas; y preci-
bismo, como mecanismo de ascenso social, ha samente por ello, los bienes sociales, la riqueza
sido desplazado por otro al que, recurriendo a y el poder están concentrados en una clase o
ese acervo de intuiciones sociológicas que es el grupo, que no sólo tiene bajo su dominio tales
conocimiento del sentido común de los propios recursos, sino que también ejerce control sobre
actores sociales, nos permitimos tipificar con el los canales o vías de movilidad social que per-
rótulo conceptual de "achoramiento". miten poseerlos.
Bajo estas condiciones, cualquier in-
2. Discusión teórica tento de progresar en la estructura jerárquica
está supeditado o condicionado a las decisiones
2.1 Arribismo: concepto e hipótesis del grupo que detenta la propiedad de los men-
cionados recursos. Así, pues, como las posibili-
El concepto de arribismo consta de dos dades de subir son muy restringidas y las pocas
dimensiones distintas y separables, a las que que están disponibles se hallan sometidas al
Carlos Delgado articula en una sola unidad control o influencia del grupo dominante, na-
Oswaldo Medina: Del arribismo al achoramiento: medios anómicos de ascenso social 29
die -que no cuente con la aquiescencia o apro- 2.2 Análisis crítico
bación de este círculo de poder- puede lograr
acceder a posiciones de mayor bonanza econó- Son varias las cuestiones que plantea
mica, influencia política o prestigio social. esta argumentación. Empezaremos con una
En consecuencia, para ascender se re- pregunta patentemente trivial, en considera-
quiere imperativamente ser capaz de inducir y ción de todo cuanto queda expuesto páginas
mantener en los poseedores de los recursos atrás. ¿Cuáles son los hechos que se propone
sociales una disposición favorable, es decir, explicar la hipótesis antes expuesta? La res-
granjearse su simpatía, su buena consideración puesta es obvia y cabe enunciarla con un solo
o benevolencia para recibir en retribución los término: el arribismo. Ahora bien, dejamos
beneficios apetecidos. Son variadas las expre- constancia al inicio de la duplicidad inherente
siones en las que el ingenio popular ha conden- a la significación de este concepto. Así, discer-
sado este aspecto del comportamiento nimos, de un lado,la orientación de valóración
arribista: "sobar", "franelear", "chupar las me- positiva frente a los bienes sociales y la corres-
dias", entre otros. Todas ellas aluden a una pondiente expectativa de alcanzarlos; y, de
persona que adula a otra de rango superior, a otro, la conducta instrumental que se pone en
fin de obtener sus favores. práctica para tomarlos asequibles. ¿Cuál de
Ahora bien, el arribista es consciente ambas dimensiones constituye el objeto de la
de que él no es el único afanado en triunfar explicación propuesta? De nuevo, la contes-
socialmente, sino que a su alrededor, por así tación fluye sin obstáculo: el segundo aspecto,
decirlo, otros individuos, de su mismo o similar es decir, el componente estratégico.
rango, tienen las mismas expectativas; y, pues- En consecuencia, no pretendemos en
to que las oportunidades no son suficientes este trabajo explicar por qué algunas personas
para gratificar a todos, resulta inevitable que aspiran a escalar posiciones, sino, más bien, por
la competencia se desencadene entre todos qué en el Perú quienes buscan ascender social-
los aspirantes. Enfrentado a sus contenedo- mente apelan a la práctica del arribismo como
res, el arribista emplea contra ellos medios estrategia.
diametralmente opuestos a los que utiliza para En ausencia de toda estipulación explí-
atraer hacia sí los favores de los superiores. Su cita respecto al ámbito de aplicación de la hipó-
estrategia consiste, en este caso, en descalificar- tesis, es preciso asumir que su autor no
los, en degradarlos moralmente, dañando su restringe su aplicabilidad a campos específicos,
imagen ante los ocupantes de las posiciones sino que la considera, por su generalidad, ca-
más elevadas. Puede considerarse entonces paz de dar cuenta de cualquier caso, sea cual
que el arribismo, reducido a su esquema más fuese éste. El universo que cubre o que preten-
simple, es un fenómeno que se verifica en el de abarcar esta hipótesis es, pues, bastante am-
contexto de una relación social triádica. Ésta plio y diversificado. En rigor, todo contexto o,
se halla conformada por una posición de pre- lo que es igual, toda organización dentro de la
eminencia, correspondiente a una persona cual o por medio de la cual se persiga el ascenso
que tiene bajo su mando bienes socialmente social, es susceptible de ser objeto de aplicación
valorados; y, por posiciones subalternas en de la hipótesis del arribismo-estrategia. Se trata
competencia entre sí, de las cuales al menos pues de identificar cuáles son las organizacio-
una, aplica la estrategia de adular al que ocu- nes a las que cabría aplicar la hipótesis en con-
pa el rango más alto, mientras que la otra sideración.
trata de neutralizar o anular al rival, desacre- El mismo Carlos Delgado2 enunció y
ditándolo ante el superior, mediante la iro- caracterizó sucintamente los canales y mecanis-
nía, la crítica, el sarcasmo, el infundio, la mos a través de los cuales se busca realizar el
maledicencia, el chisme y otros expedientes de ascenso social. He aquí su nómina: el sistema
esta índole. educacional,la administración pública, el siste-
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ma económico, las fuerzas armadas y los parti- todo aquello que constituye motivo de autoes-
dos políticos. Todos estos ámbitos instituciona- tima para una persona. Está claro, pues, que el
les son contextos organizacionales, en los que arribista asume una orientación totalmente
el conato de ascenso y los casos de ascenso ya personalizada hacia el otro, en el sentido de que
consumados del mismo pueden explicarse en al interactuar con él lo trata en su singularidad,
términos del arribismo-estrategia. procurando halagar o alabar todos los aspectos
Ahora bien, según dijimos, la hipótesis de personalidad que este otro aprecia.
afirma que en todos los sistemas sociales jerar- Nicolás Maquiavelo3, sutil observador
quizados, en los que las oportunidades de des- de la conducta humana, mostró cuáles son las
plazamiento vertical son escasas, y en los que motivaciones íntimas que busca despertar y
los bienes socialmente valorados están concen- estimular el adulador: "No puedo menos de
trados, la búsqueda o persecución del ascenso hablar de la adulación que reina en todas las
adopta la estrategia arribista. Asumamos, pres- cortes; vicio sobre el cual los príncipes deben
cindiendo de los detalles singularizantes, que estar siempre alerta, y del que no se verán libres
todas las organizaciones antes aludidas cum- a menos que utilicen la prudencia y mucha
plen con las condiciones o requisitos exigidos habilidad. Tienen los hombres tanto amor pro-
en la hipótesis. Se trata en todos los casos de pio y tan buena opinión de sí mismos, que es
sistemas diferenciados en términos de rango o difícil preservarse de tal contagio; además que,
status y en los que no todos los miembros pue- queriéndolo evitar, pudieran también dismi-
den acceder a las posiciones más elevadas. nuir su justo aprecio".
La pregunta que surge a este respecto Si es correcta nuestra interpretación
es si son éstas las únicas condiciones de las que del pensamiento de Carlos Delgado, entonces
necesariamente resulta el arribismo-estrategia será menester concluir que las demandas y ex-
o si hay otras que se han omitido. Nuestra pectativas, a las que el arribista trata de respon-
respuesta es afirmativa. Sostenemos en conse- der satisfactoriamente, pertenecen a la esfera
cuencia que, aun cuando las condiciones iden- de la peculiar personalidad del otro y, por ende,
tificadas por Carlos Delgado son necesarias, pueden considerarse como expectativas psico-
éstas no bastan; y que, por ende, es menester lógicas. Llevada hasta sus últimas consecuen-
introducir otros factores para lograr una expli- cias lógicas, esta concepción implica que, en los
cación más ajustada a los hechos. Seamos más diversos contextos institucionales en los que el
explícitos. arribismo opera (empresas, administración pú-
El arribista cifra el cumplimiento de su blica y partidos políticos) los superiores son
proyecto en la obediencia obsecuente a los unos ególatras contumaces, cuyo único interés
mandatos del superior, en la lisonja, en la adu- estriba en que sus subalternos los honren, reco-
lación; es decir, su norma fundamental de con- nociendo y exaltando sus cualidades personales.
ducta consiste en ajustarse siempre a las No estamos aseverando que haya
expectativas de la persona que se halla por mantenido esta tesis. Es más, su misma hipóte-
encima de él en la jerarquía organiza ti va. Com- sis, que es de carácter sociológico, aporta una
placer al superior, adecuándose a sus deman- prueba definitiva en contra de nuestra suposi-
das, tal es la divisa del arribista. La cuestión ción. Sin embargo, como su perspectiva privi-
crucial que es necesaria plantearse consiste en legia el análisis del ajuste del arribista a las
indagar cuál es la naturaleza de las expectativas expectativas egocéntricas de los superiores, con
a las que él trata de amoldarse. ello asume -al menos implícitamente- que todo
Ateniéndonos al significado de la pala- lo demás carece de relevancia. Esto es, eviden-
bra "adular", puede convenirse en que esta ac- temente, un error.
ción apunta a colmar de encomios o de elogios Las organizaciones son sistemas socia-
a las cualidades de otro individuo. La adula- les que sin duda alguna tienen una estructura
ción supone haber descubierto los gustos, pre- más o menos jerarquizada, en cuyo seno se
ferencias, aficiones, inclinaciones; en suma, presenta, también con mayor o menor genera-
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lidad e intensidad, el fenómeno de la compe- nes cuya variación u omisión modifican la efec-
tencia entre sus miembros por arribar a las más tividad del rol y suscitan contra el actor reac-
altas posiciones. Aparte de estas dimensiones, ciones correctivas de distinta índole. Por
en las organizaciones son también discernibles último, hay acciones llamadas axiales o básicas,
otros aspectos que, a nuestro juicio revisten que no admiten ninguna variación y que, si éste
especial importancia para este tema y que no se fuera el caso, provocan la aplicación de medi-
han tomado en consideración. das punitivas más severas que las correspon-
dientes al tipo anterior.
2.3 Reformulación de la hipótesis Así pues, la persona que está ocupan-
do el rol jerárquicamente superior tiene la ex-
Las organizaciones son sistemas que pectativa de que el subordinado ajuste su
actúan para o hacia el logro de fines preestable- conducta a los patrones relevantes o axiales de
cidos, en función de los cuales evalúan su pro- su rol. Correspondientemente, sus reacciones,
pia actuación y la de sus miembros. Además, motivadas por la evaluación que haga del de-
las organizaciones regulan y controlan el com- sempeño del otro, serán positivas o negativas,
portamiento de sus integrantes mediante nor- dependiendo ello de si el subalterno cumple o"
mas más o menos formales o explícitas y, por incumple las obligaciones que tiene asignadas.
tanto, inducen al cumplimiento de éstas impo- Desde esta perspectiva, la interpretación del
niendo sanciones positivas o negativas. arribismo no será la misma que la que propuso
Pues bien, con estas sumarias posicio- Carlos Delgado. Puesto que el superior se
nes en mente, tornemos a considerar la hipóte- orienta hacia el subordinado de acuerdo con las
sis sobre el arribismo. En primer término, expectativas relevantes y básicas de su rol, los
concentremos nuestra atención en la interac- juicios aprobatorios o condenatorios que emita
ción superior-subordinado, asumiendo que es- no tendrán en cuenta, primariamente, los actos
te último sea un arribista. Como sabemos, el de adulación del otro sino que recaerán sobre
arribista actúa en la creencia de que siendo la manera en que éste desempeña sus tareas.
solícito, complaciente y dadivoso con el supe- Esprobable,entonces,quepormásque
rior, es decir, satisfaciendo sus expectativas el arribista se afane en pulsar las fibras egolá-
egocéntricas, éste retribuirá o sancionará posi- tricas del superior, no será éste el criterio que el
tivamente tal conducta, otorgándole algún be- superior aplicará para evaluar la actuación del
neficio. subordinado sino que otorgará más importan-
Tal como acabamos de sugerir, visua- cia a la efectividad del desempeño del rol que
lizar el proceso de interacción desde esta sola él cumple. Por consiguiente, como el superior
perspectiva implica dejar fuera del análisis un está interesado en el rendimiento de sus subal-
elemento real sumamente importante, a saber ternos -independientemente de la actitud per-
las expectativas impersonales. Éstas arraigan sonal que éstos asumen frente a él- las
en el rol organizacional que desempeña el que recompensas que pudiera otorgar estarán regi-
ocupa la posición superior y, en general, puede das por esta consideración. Bajo estas condicio-
considerarse que tienen que ver con el modo en nes, la estrategia arribista no será tan competitiva
que éste espera que el subalterno ejecute las como la que base el logro del ascenso social en
tareas, labores y obli~aciones de su rol. Siguien- la maximización o elevación del rendimiento
do a Sigfried Nadel , podemos distinguir en personal en función de la obtención de las me-
cada rol tres tipos de acciones. tas estipuladas en la organización.
Se llaman acciones periféricas a las que Aunque es cierto que todas las organi-
el actor puede variar u omitir, sin que se altere zaciones se orientan a la consecución de objeti-
la efectividad del comportamiento del rol. Son, vos e, igualmente, todas imponen normas
en este sentido, atributos facultativos o discre- sancionables, también es claro que no todas
cionales, debido a que no conllevan ninguna tienen las mismas posibilidades de establecer
sanción. Se denominan relevantes a las aedo- pautas impersonales u objetivas para evaluar
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su propia actuación y la de sus miembros. Lud- contrastación rigurosa las hipótesis arriba bos-
wig von Mises5 sostiene que comúnmente to- quejadas. Además, hay que destacar que las
das las organizaciones -en las que es factible fuentes existentes no sólo son escasas sino que
aplicar las reglas del cálculo económico- po- los pocos trabajos disponibles no son del todo
seen patrones objetivos para medir el rendi- adecuados a la naturaleza específica de nuestro
miento de sus integrantes. Estas pautas objeto de estudio. A nuestro juicio, el arribismo
evaluativas tienen la característica de ser nor- es un fenómeno que requiere ser investigado a
mas abstractas, en el sentido de que únicamen- través de la técnica de la historia de casos per-
te seleccionan algunas pocas dimensiones del sonales estudiados en profundidad. Mediante
comportamiento de los individuos; aquellas este proceso metodológico, se trataría de captar
que, precisamente, se juzgan pertinentes al lo- el complejo de valoraciones que orientan la
gro de las metas de la organización. conducta arribista, así como de reconstruir la
Por el contrario,las organizaciones que trama de las relaciones interpersonales en las
no son productivas, y éste es el caso de las que se involucra en distintos contextos, avan-
burocracias, no reúnen los requisitos exigidos zando hacia el logro de su fin más preciado: la
para la aplicación de la regla del cálculo econó- estima y elevación de su status social.
mico y, como consecuencia, tampoco están en Al caracterizar esta exigencia, estamos
condiciones de definir pautas abstractas de pensando en el tipo de análisis que Stendhal
evaluación. aplicó en su obra Rojo y negro. Julian Sorel, el
A partir de estas consideraciones, no es personaje protagónico de esta novela, es descri-
difícil advertir que en las organizaciones del to desde la perspectiva de su intencionalidad
primer tipo el arribismo es nulo o casi inexis- frente al mundo en la que se destaca su ambi-
tente, mientras que en las burocracias encuen- ción; su vehemente afán de arribar; su inescru-
tra las condiciones más favorables para pulosidad moral; su inteligencia, siempre
desarrollarse. En efecto, los mandos burocráti- alerta para detectar y explotar las oportunida-
cos altos no tienen interés en que los beneficios des; y su habilidad para urdir relaciones, sean
económicos superen a los costos porque los galantes, políticas, amistosas o serviciales, bus-
recursos provienen del Estado. En consecuen- cando siempre obtener el máximo provecho de
cia, tampoco estarán motivados para exigir a ellas, en función de la meta última de su proyecto.
sus dependientes rendimientos apropiados de Demás está decir que no estamos en
carácter productivo. En ausencia de esta moti- condiciones de intentar aquí un análisis similar
vación, su interés básico se concentra en man- al que acabamos de bosquejar. Supliremos las
tener su propio rango, su propia posición de carencias antes aludidas, acudiendo a unos po-
preeminencia. Así, no exigirá de sus subalter- cos casos que presentaremos no a título de
nos eficacia o eficiencia en el rendimiento, validación concluyen te, sino como meras ejem-
puesto que estas pautas resultan inaplicables y plificaciones que, al menos, tornen plausibles
más bien demandará lealtad a su rango. Quien nuestras aseveraciones teóricas.
satisfaga su requerimiento, será bien evaluado
y gozará de su confianza personal. Cuantos 3.1 El caso de la administración pública
más signos inequívocos de lealtad se le testimo-
nien, tanto más indinado estará a gratificar esta Ochoa y Serrano6, en una investiga-
conducta y así tanto más se reforzará la estrate- ción sobre una muestra que abarcó dos muni-
gia del arribista. cipalidades y dos ministerios, encontraron que
los cargos de director general, director ejecuti-
3. Aproximación empírica vo y director, estaban ocupados por funciona-
rios designados en virtud de sus vinculaciones
Es menester advertir que, por los lími- personales con los mandos políticos de estas
tes de este trabajo, no disponemos de suficien- reparticiones públicas. La fuente en referencia
tes datos empíricos como para someter a una no nos suministra información detallada acerca
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del proceso de ascenso en cada uno de estos tro o jefe, designar a las personas que él elija.
casos. No obstante, el solo hecho de haber ne- Por lo demás, su decisión se halla exenta de
gado a ocupar estos puestos al margen de un condiciones legales restrictivas, toda vez que
concurso de méritos, compitiendo con otras para esos cargos ni la ley de carrera ni sus
personas, parece ser un indicio suficiente para reglamentos estipulan otros requisitos que los
pensar que aquí fueron determinantes los me- de ser peruano y de edad.
canismos del arribismo-estrategia. Es evidente que, no estando constreñi-
En otro contexto, el de las empresas do a ceñir su elección a requisitos atinentes a la
públicas, Barletti y Fernández7 constataron que formación profesional (experiencia y capaci-
entre los gerentes predomina el criterio de que dad, por ejemplo), podrá seleccionar a quien
es preferible tener por colaboradores a perso- juzgue conveniente, según su propio criterio,
nas de confianza, tales como amigos o parien- sin que tal decisión pueda ser legalmente im-
tes, antes que encomendar esos cargos a pugnada.
personas de las cuales sólo se conoce un currí- Bajo este sistema, la eficacia y la efi-
culum abstracto. Este haiiazgo es sumamente ciencia del rendimiento no son, pues, condicio-
revelador. Muestra que más importancia se nes sine qua non para poder ascender a los ,
asigna a las relaciones primarias, concretas y cargos más altos, puesto que éstos tienen el
altamente personalizadas que a las relaciones carácter de cargos de confianza y, precisamente
secundarias, basadas en consideraciones estric- por eHo, están exonerados de requisitos de obli-
tamente técnicas, profesionalizadas, carentes gatorio cumplimiento.
de connotaciones afectivas y que únicamente En suma, quienes aspiren a subir hasta
atienden a la idoneidad para desempeñar un estos cargos tendrán que valerse de los medios
rol laboral. más aptos para cultivar la confianza personal
A partir de los estudios antes citados, de los mandos decisorios. Conforme estipula
se puede conjeturar que la administración pú- nuestra hipótesis, bajo condiciones organiza-
bliéa es la organización donde suelen prevale- cionales distintas de las burocráticas, el meca-
cer los mecanismos de ascenso de carácter nismo de ascenso tendrá que ser, de modo
arribista. No se nos oculta el hecho de que este correspondiente, diferente al del arribismo.
aserto es una generalización que no guarde
debida proporción con los escasos datos aquí 3.2 El caso de una empresa privada
consignados. Sin embargo, tal vez el análisis moderna
legal pueda reducir esta distancia.
Según sugiere el estudio de Ochoa y Para averiguar si en las organizaciones
Serrano, los ascensos acordados con prescin- productivas se cumple esta predicción, vale
dencia de concurso constituyen un magnífico decir, si en eiias rigen cánones de ascenso dis-
indicador de la presencia de factores identifica- tintos a los arribistas, -nos valdremos del testi-
bles o asumibles a la estrategia arribista. Con- monio suministrado por un informante, a
secuentemente, bastaría con averiguar si los guien entrevistamos a propósito de este asunto.
estatutos o reglamentos de la administración El trabaja en un laboratorio farmacéutico que
pública exigen o no este requisito para poder se dedica a la producción y comercialización de
deducir de aHí, con visos de verosimilitud, cuán medicinas en la ciudad de Lima. La empresa
operativos o actuantes son los mecanismos recluta al personal de propaganda médica me-
arribistas en los ascensos. Pues bien, examinan- diante la convocatoria pública a concurso, la
do la ley de la carrera administrativa De la misma que consigna los requisitos que deben
Torre Ugarté ha puesto de relieve que los car- reunir los postulantes. Después de ser someti-
gos públicos de confianza -directores supe- dos a una serie de pruebas técnicas bastante
riores, directores generales- no se cubren variadas, son seleccionados los que más altos
mediante concurso, sino que es potestad del puntajes hayan obtenido. Concluida la selec-
titular de la institución correspondiente, minis- ción, se inicia un período de capacitación in ten-
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sivo, durante el cual un equipo de médicos, párrafos arriba, son los visitadores los que asu-
farmacéuticos y supervisores de venta, instru- men la labor de transmitir a los médicos la
yen a los futuros visitadores médicos en todo información pertinente acerca de los productos
cuanto concierne a la labor que habrán de reali- del laboratorio. Se supone que si son persuasi-
zar en la empresa. vos en su trato con los médicos y logran indu-
Al finalizar este ciclo, quedan expedi- cirlos a que prescriban a sus pacientes los
tos para comenzar a desarrollar sus activida- fármacos de la empresa, ello se reflejará en
des. A partir de este momento, se inicia la volúmenes de venta. Cuanto mayores sean es-
carrera del personal del departamento de ven- tas colocaciones, tanto más elevadas serán sus
tas, es decir, se abre la posibilidad de ascender comisiones, es decir, sus ingresos adicionales al
-sucesivamente- a los cargos de supervisor, su- sueldo básico que perciben. Estas bonificacio-
pervisor nacional y gerente de ventas. Ahora nes no sólo benefician a los visitadores, sino
bien, debido a la rigidez de esta jerarquía, el también al supervisor de la zona. Así, tanto
ascenso supone invariablemente la salida de la unos como el otro están económicamente inte-
persona que ocupa el cargo inmediato superior, resados en llevar a cabo sus actividades con
sea por renuncia voluntaria o por destitución. eficiencia, ya que, de no ser así, se exponen a
Los visitadores médicos -nivel jerárquico infe- perder estos márgenes adicionales de ingreso.
rior de la estructura- son evaluados permanen- A la luz de estas consideraciones, se
temente por sus respectivos supervisores de puede advertir que en este sistema o, más pre-
acuerdo a un doble criterio: disciplinario y de cisamente, en la relación supervisor-visitador,
rendimiento. no es posible que tenga cabida el arribismo. El
El primero atañe al cumplimiento de visitador, interesado como está en incrementar
los deberes propios del rol, entre los cuales el el monto de sus bonificaciones, sabe que el
más importante consiste en ceñirse estricta- medio para lograrlo no es precisamente adular
mente al itinerario, previamente notificado al al supervisor, pues sus ingresos no dependen
supervisor, de las visitas a los consultorios de de éste, sino de la cantidad de productos que
los médicos, de quienes depende el que un consiga vender. Además, la adulación no ten-
producto determinado se recete o no a los pa- dría ningún efecto, debido a que el supervisor
cientes. El segundo criterio se refiere al monto cuenta con patrones objetivos que está obliga-
de las ventas que logra colocar cada visitador do a usar para evaluar el rendimiento del visi-
médico en las zonas que tiene asignadas. Como . tador. Más aún, difícilmente el supervisor
se ve, ambos criterios son objetivos y, en conse- tolerará que el visitador adopte tal comporta-
cuencia, permiten al supervisor formarse una miento, toda vez que ello sea un signo claro de
idea bastante exacta del rendimiento de sus que este último pretende eludir sus obligacio-
subordinados o, lo que es lo mismo, de la ren- nes, es decir, trabajar menos; pero, como esto
tabilidad de éstos para la empresa. perjudica sus intereses, sus respuestas serán
Los méritos de los visitadores se tradu- desaprobatorias o de rechazo, a fin de impedir
cen inmediatamente en una elevación de las que tal conducta prospere.
comisiones que perciben cuando alcanzan o No es éste, sin embargo, el único moti-
sobrepasan los niveles definidos por la compa- vo que impele al supervisor a desalentar cual-
ñía. Los deméritos, sean de índole disciplinaria quier intento arribista. Si el supervisor acce-
o de bajo rendimiento, no sólo se formalizan diera a alternar con cualquier visitador en tér-
por escrito, sino que, dependiendo de su grave- minos personalizados, anteponiendo conside-
dad, motivan amonestaciones, pudiendo inclu- raciones de simpatía a las reglas laborales
so llegar a constituir causal de d_e~pido. impersonales, tarde o temprano tendría que
Cada supervisor tiene bajo su mando, concederle algunas licencias o prerrogativas es-
en promedio, entre 6 y 7 visitadores distribui- peciales que, aparte de los perjuicios económi-
dos en zonas que abarcan uno o más distritos cos ya mencionados, traería consigo el
de Lima metropolitana. Como se ha sugerido resquebrajamiento de la disciplina de su equi-
Oswaldo Medina: Del arribismo al achoramiento: medios anómicos de ascenso social 35
po, puesto que los demás también querrían factores .se añade otro que, en realidad, no es
recibir el mismo trato. En este contexto, los más que la garantía del cumplimiento de los
visitadores que aspiran a labrarse una carrera precedentes. Nos estamos refiriendo al tiempo
exitosa, saben que la senda conducente al as- de servicios. Es lógico suponer que un visitador
censo consiste en acumular méritos, de confor- con más años de trabajo tiene más experiencia
midad al cumplimiento de las normas de la que otro con menos tiempo en la actividad.
compañía: disciplina y eficiencia. Con todo, el En conclusión, el caso que acabamos
ascenso no depende única y exclusivamente de de reseñar nos ha permitido comprobar las es-
este factor. Se requiere también, necesariamen- tipulaciones de nuestra hipótesis. Las organiza-
te, del concurso de otra circunstancia, a saber: ciones productivas, debido a que pueden
la vacancia del puesto de supervisor. aplicar las reglas del cálculo costo-beneficio,
Teniendo en cuenta que una de las es- están en condiciones de evaluar objetivamente
tratagemas del arribista es la intriga ("la serru- el rendimiento de sus miembros. Así como es-
chada de piso"), es pertinente preguntarse si el tán obligados a generar utilidades, su política
visitador está en condiciones de echar mano a tiende a estimular e incentivar los comporta-
este expediente. La respuesta es negativa. Y ello mientos que redunden en el logro de esta meta.
por dos razones, ambas vinculadas a la estruc- Bajo estas condiciones,la estrategia arribista no
tura piramidal de la empresa. En efecto, para sólo es difícil que surja, sino que, como hemos
conspirar contra el supervisor, el visitador ten- sugerido, es considerada como un síntoma· o
dría que ser capaz de acceder directamente al como un indicador de falta de compromiso con
trato con el supervisor nacional, jefe del super- la organización.
visor, de quien dependería, al menos en prime-
ra instancia, la decisión de una posible 4. Reflexiones finales
remoción del supervisor. Aunque esto no en-
traña ninguna imposibilidad es, en la práctica Habíamos anticipado al inicio del pre-
institucionalizada de la empresa, altamente im- sente ensayo que la hipótesis sobre el arribismo
probable debido a que los canales de comuni- acusaba, en su misma formulación, el impacto
cación son verticales y, por ende, el supervisor de las características históricas de la sociedad
constituye el filtro ineludible entre el visitador peruana, vigentes en el momento en el que fue
y el supervisor nacional. Sortear esta interme- propuesto dicho planteamiento. En rápida re-
diación supone transgredir una norma con las visión retrospectiva podemos aseverar que,
consiguientes sanciones disciplinarias. desde 1968 hasta 1975, el autoproclamado Go-
Por otro lado,la presunta conspiración bierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas,
que estamos considerando fracasaría por cuan- enarboló y ejecutó un programa destinado a la
to es política de la compañía, en casos de con- liquidación de la sociedad oligárquica. La re-
flicto o disputas, respaldar siempre a los forma agraria, la nacionalización de la banca, el
superiores jerárquicos. Así, la vacancia del car- control estatal sobre las importaciones, entre
go de supervisor, condición imprescindible pa- otras, fueron medidas adoptadas para abolir las
ra el ascenso, es un hecho que no puede ser bases de la dominación de la oligarquía.
provocado por el visitador mediante los ardi- Carlos Delgado, quien, además de an-
des tácticos típicos del arribista. Es, si se quiere tropólogo y profesor universitario, fue un dis-
más precisión, una oportunidad que se le pre- tinguido asesor e ideólogo del gobierno militar,
senta sin haber intervenido en su gestación, preconizaba la instauración de un modelo de
pero que puede aprovechar en su beneficio, sociedad participacionista, en la que el control
siempre y cuando reúna los requisitos que de- sobre los medios de producción fuese asumido
manda la empresa. Estas exigencias son las por los mismos agentes generadores de la ri-
mismas que ya hemos visto operando en el queza y en la que el Estado, interviniendo acti-
análisis anterior: los méritos obtenidos por la vamente en la economía, impulsase su
disciplina observada y el rendimiento. A estos desarrollo.
36 ARTICULOS

Como ideólogo, su mirada estaba diri- El contraste entre la oligarquía y las


gida hacia el futuro, al que, a través de la acción clases medias y populares es nítido y tajante, y
política del gobierno, aspiraba a modelar de se verifica en cada uno de los aspectos enume-
acuerdo con la doctrina de la revolución mili- rados. De éstos, importa resaltar aquí la inte-
tar. Como teórico, por el contrario, su atención gración que presentan estos segmentos
recaía sobre el presente de la sociedad peruana, sociales. En la cúspide de este ordenamiento, la
la que ya desde inicios de la década del sesenta, oligarquía se halla cohesionada por sus intere-
había sido tipificada como oligárquica según ses económicos y políticos, pero también, y
diversos estudios sociopolíticos, tales como los sobre todo, por sus vinculaciones familiares,
realizados por Borricaud, Bravo Bressani, Piel, protegidas y reforzadas por arreglos matrimo-
Matos Mar, Cotler, Malpica y otros más. niales rigurosamente selectivos, a través de los
Todos coincidían poco más o menos en cuales se buscaba impedir el acceso al grupo
que, en el Perú, un minúsculo grupo de familias privilegiado.
notables, de cuño aristocrático, la denominada Por el contrario, en la base de la jerar-
"argolla", tenía bajo su dominio, no sólo los quía prevalecía la atomización, la desarticula-
principales recursos productivos -tierra, finan- ción de las capas populares, debido a la
zas y el gran comercio- sino que, además, debi- ausencia o, en todo caso, al larvado desarrollo
do a esta monopolización, erigía y disponía a de sindicatos, gremios y partidos políticos.
los gobiernos, según concordasen o no con sus Así pues, en virtud de esta asimetría, la
intereses. oligarquía pudo mantener su dominación so-
A causa del predominio de las activi- bre el Estado y, en consecuencia, manejarlo con
dades agroexportadoras, el desarrollo indus- sujeción a sus intereses privados.
trial era incipiente y, en consecuencia, las capas Los historiadores Alberto Flores Galin-
urbanas, la burguesía, los obreros y la clase do y Manuel Burga9, remitiéndose a las inves-
media eran exiguas y carecían de poder para tigaciones de Francois Borricaud, sostienen que
enfrentarse a la oligarquía, por lo que su posi- la oligarquía privatizó el poder público, no sólo
ción era subordinada. porque supeditó al Estado a sus intereses par-
En el campo, haciendas y latifundios ticulares, sino también porque permitió que
mantenían en condiciones de servilismo a cam- hacendados y terratenientes ejercieran, dentro
pesinos costeños y andinos, para los que no de sus establecimientos, funciones que legal-
regían ni las leyes del Estado ni las instituciones mente estaban reservadas al Estado. Ambos
económicas más modernas de la sociedad. historiadores consideran que la familia fue el
Alta concentración de los recursos eco- núcleo central de la aglutinación de la oligar-
nómicos, así como de la propiedad mueble e quía. La implicación que cabe inferir de esta
inmueble; control del Estado por un grupo mi- afirmación es que el dominio oligárquico sobre
noritario; subordinación de las capas integra- la sociedad se ejerció según el modelo de la
das al sistema; y marginación del grueso de la autoridad del pater familiae, en el que se combi-
población, constituyeron los caracteres típicos nan la violencia y el paternalismo.
de la sociedad oligárquica peruana. Destaque- Del mismo modo que el padre exige
mos, como complemento de este breve esbozo, fidelidad y sumisión a sus hijos, así también los
que en este tipo de sociedad, más que en clases oligarcas, en sus haciendas, latifundios, fábri-
sociales, conviene pensar en estamentos más o cas y oficinas imponían a los trabajadores la
menos cerrados, caracterizables no sólo por obligación de obedecer a sus dictados bajo la
sus relaciones de propiedad con los recursos amenaza de severos castigos. Esta analogía es
y medios productivos, sino t,ambién por esti- esclarecedora y fértil en consecuencias. La rela-
los de vida muy propios: vivienda, indumen- ción entre el padre y sus hijos es asimétrica y
taria, educación, lengua, recreación, personal. El padre detenta la potestad de man-
localización espacial, filiación familiar y ras- dar y la propiedad de los bienes de la familia.
gos étnicos. Es, pues, económicamente independiente de
Oswaldo Medina: Del arribismo al achoramiento: medios anómicos de ascenso social 37
sus hijos, al paso que estos últimos requieren Resultado de la acción combinada del
de él para satisfacer sus necesidades. Padre e crecimiento demográfico, del traspase pobla-
hijos alternan entre sí en la intimidad del hogar cional de la sierra hacia las ciudades costeñas,
en situaciones cara a cara o de máxima proxi- sobre todo a Lima, y de la escasa capacidad del
midad psicológica, lo que abre la posibilidad de aparato industrial para generar empleo ade-
que los participantes se capten recíprocamente cuado, la informalidad ha invadido casi todas
como individualidades peculiares y plenamen- las actividades de la urbe.
te singularizadas. Ante ciudades insuficientemente dota-
En consecuencia, como los hijos care- das para absorber laboralmente a los migran tes
cen de significación económica para el padre, y brindarles servicios, éstos, para adaptarse,
en el sentido apuntado anteriormente, éste in- han optado por forjar sus propias instituciones,
ducirá y reforzará los comportamientos de res- al margen de la formalidad establecida. Según
peto o lealtad a su persona y, en esa medida, los ha puesto de relieve José Matos Mar10, esta
gratificará. A su vez, los hijos dependientes del respuesta supone que el Estado ha sido rebasa-
padre percibirán tales recompensas como do- do en un enfrentamiento abierto, y no exento
nes gratuitos o, más precisamente, como obse- de violencia, por lograr espacios sociales, impo:
quios obtenidos merced a la fidelidad sibles de ser obtenidos dentro de la legalidad.
guardada a la figura paterna. El padre aparece- Es, pues, evidente que el Estado ha devenido
rá entonces como dispensador de bienes que en obsoleto: sus normas ya no rigen eficazmen-
pueden conseguirse sólo a condición de agra- te las relaciones sociales en el campo económi-
darte. Debido a la cercanía en la que interactúan co, político y cultural. En opinión de este autor,
padres e hijos, éstos tienen excelentes oportu- en el Perú está gestándose un nuevo orden por
nidades para descubrir las predilecciones per- la iniciativa e intervención activa de las clases
sonales de aquél y así, actuando en populares, lo que permite aseverar que la socie-
consecuencia, podrán lograr más dádivas por dad peruana se halla en un momento de tran-
haber colmado sus expectativas. sición, en el que las instituciones oficiales han
Proyéctese este boceto a las relaciones perdido todo su vigor, sin que las que están en
entre la oligarquía y sus trabajadores en los trance de formación hayan logrado todavía
ámbitos de las haciendas, latifundios, minas, consagrarse formalmente.
talleres, centros fabriles y oficinas y se verá, Se sabe, desde los tiempos de Emile
como en una pantalla ampliada, el arribismo en Durkheim11 que, cuando el orden social se tras-
pleno funcionamiento. toca profundamente, surgen, inducidos por es-
Así, pues, desde un punto de vista es- ta suerte de desinstitucionalización, un
tructural, el arribismo es un fenómeno que conjunto de fenómenos que este sociólogo cali-
hunde sus raíces en el suelo de una sociedad ficó de anómicos.
precapitalista, que todavía conserva dentro de Hugo Neira12, ante la comprobación
sí instituciones políticas y económicas de carác- de los muiltifacéticos casos de corrupción que
ter feudal. Fue ésta la realidad social en la que vienen sucediéndose en el Perú, desde los años
pensó Carlos Delgado cuando enunció su tesis ochenta, ha propuesto interpretarlos como ma-
sobre el arribismo. Sin embargo, como bien se nifestaciones de anomia. Considera que esta
sabe, el curso de la historia modificó a la socie- proliferación de la corrupción, que afecta prin-
dad oligárquica hasta que finalmente ésta de- cipal, aunque no exclusivamente al Estado, son
sapareció. evidencias del deterioro de normas, antes efica-
No nos concierne aquí seguir paso a ces y ahora al borde de la extinción. En la deta-
paso los acontecimientos que debilitaron y su- llada casuística exhibida por Hugo Neira, en
mieron en la crisis a la oligarquía, conducién- apoyo de su tesis, merece situarse en primer
dola luego a su último ocaso. Limitémonos a plano los actos de defraudación, estafa, desfal-
registrar el que acaso sea el más importante de co y soborno, entre otros; todos ellos perpetra-
todos estos cambios: la informalidad. dos con la finalidad de adquirir riqueza
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mediante medios ilícitos, transgresores de nor- tisfacción solamente puede encontrarse en el


mas, es decir, anómicos. reconocimiento de los demás. Debido a la do-
Todo esto conduce a conjeturar que, en minancia de esta necesidad, el arribista no es
la actualidad, el ascenso social o, cuando me- capaz de proponerse objetos-metas sustituto-
nos, la obtención de riqueza, se está buscando rias que reencausen su conducta en direcciones
a través de una estrategia radicalmente distinta distintas a la que, de hecho, preside y controla
a la del arribismo. Una cumplida demostración su comportamiento. Careciendo de proyectos
empírica de esta hipótesis desborda los límites alternativos, el arribista confronta el riesgo de
de este trabajo, no obstante lo cual considera- frustrarse con mayor facilidad que otra persona
mos practicable aducir algunos elementos de que dispone de una gama variada de opciones.
juicio para sustentarla teóricamente. Así, cuando las condiciones sociales no
Retomemos, a tal efecto, a los casos sean favorables al propósito de consumar su
mencionados por Hugo Neira. Se advierte, en designio de triunfo social, el arribista persistirá
esta enumeración, que la mayoría de estos actos obstinadamente en su empeño; y, entonces, al
han sido realizados por altos funcionarios civi- fracasar, propenderá a salvar los escollos me-
les y jefes militares de elevado rango jerárquico. diante actos de violencia. En estos casos, el
Se trata, pues, de personas ubicadas en posicio- arribismo-estrategia cederá el paso a otra mo-
nes de autoridad legitimada, que les permiten dalidad que, según dijimos al principio, nos
adoptar decisiones muy importantes en los hemos permitido denominar "achoramiento".
asuntos políticos y económicos del Estado. Conviene estar prevenidos ante un
Es notorio que el Estado ha perdido la inminente sesgo interpretativo. En el habla po-
hegemonía que tuvo durante la década de los pular, el vocablo suele designar comporta-
años setenta. La liberalización de la economía mientos que son bastante familiares en nuestra
ha determinado, entre otras secuelas, que el vida cotidiana: el microbusero que rehusa en-
Estado desregularice varios e importantes ám- tregar boletos y que, ante la demanda de los
bitos del quehacer productivo, comercial, so- pasajeros, reacciona en tono soez y prepotente;
cial, etc., todo lo cual, a su vez, ha provocado la o el funcionario público, que con su deliberada
reducción del tamaño de la administración pú- lentitud, busca exasperar al usuario para que
blica y la drástica disminución del gasto de éste "le refile alguito" y que, ante su negativa,
inversión y de remuneraciones. · amenaza con suspender el trámite por una su-
En este contexto, el Estado se está vol- puesta disposición de la superioridad. Éstos
viendo menos atractivo como vehículo de as- son casos claros de achoramiento, pero no son
censo social o, por lo menos, las oportunidades los únicos; mejor dicho, al ser los más notorios
que ofrece son ahora mucho más limitadas que y difundidos, no agotan el campo de aplicación
en la década del setenta. Apresurémonos a del término.
plantear la cuestión implícita en las considera- Mutual Perú, San Ricardo, CCC, REPI-
ciones precedentes: ¿qué sucede con la expec- SA y, últimamente, CLAE, entre otras, organi-
tativa arribista de ascenso social cuando, zaciones de apariencia formal y seria, pero que
además de debilitarse las normas reguladoras a la postre defraudaron a miles de ahorristas,
de este proceso, los bienes o recompensas a sin que sus fundados reclamos lograsen que se
lograr se toman sumamente exiguos? les restituya sus fondos, son también casos de
Recientemente Carlos Darcourt13, des- achoramiento. No importa cuál sea su ocupa-
de la perspectiva de la psicología social, ha ción, su educación o su apariencia personal, el
propuesto una respuesta interesante a este pro- achorado es aquel que insurge, abierta o su-
blema. Su argumentación establece que el afán brepticiamente, contra las normas legales, ne-
de ascenso social, que domina y dirige la con- gándose a aceptar su autoridad y rechazando
ducta arribista, dimana de una inseguridad bá- las obligaciones que éstas pretenden imponer:
sica de su personalidad, que es vivida por el en suma, desconociendo los derechos de los
sujeto como una necesidad imperiosa, cuya sa- demás.
Oswaldo Medina: Del arribismo al achoramiento: medios anómicos de ascenso social 39
Sin embargo, esta actitud básica que es sonal, anónimo y abstracto del dinero, único
el achoramiento puede ser aplicada a distintas objeto al que se le reconoce valor universal y
finalidades. Así cuando, para lograr ascender hacia el cual, en estas condiciones de crisis o de
socialmente, se utiliza como arma el achora- anomia, se precipitan todos los competidores, sin
miento, decimos que el arribismo-estrategia ha más reglas que las de lograr su posesión.
sido desplazado por esta última modalidad. El En suma, cuando las expectativas de
arribista achorado, al igual que el arribista adu- ascenso social, inducidas por la educación y
lador, aspira también a llegar al éxito, sobre reforzadas a cada momento por la publicidad
todo al que ahora es el más descollante, la llave de los medios masivos de comunicación, son
maestra que abre todas las puertas: el dinero. interiorizadas, hasta el grado de constituir el
Ambos apuntan, pues, en la misma di- factor dominante de la identidad y seguridad
rección. La diferencia estriba en la estrategia. El de las personas; y cuando, paradójicamente, las
arribista adulador se presentaba reverente, ge- condiciones sociales (crecimiento económico,
nuflexamente, ante las clases superiores, acti- redistribución del ingreso, generación de em-
tud que, aunque no siempre sincera, traslucía pleo, aceptación mayoritaria de códigos regu-
la aceptación de la autoridad de las clases su- ladores), no permiten satisfacer el deseo dé
periores. Ahora que la autoridad ya no está éxito social; entonces quedan sentadas las bases
identificada, ni mucho menos personalizada en psicosociales para el desarrollo del achora-
ninguna clase social; y que el Estado, que su- miento, entendido como sucedáneo del arribis-
puestamente la detenta, ha perdido su capaci- mo-estrategia estudiado por Carlos Delgado en
dad de ordenar, sólo queda el poder imper- la década del setenta.

NOTAS 7. Barletti, Bruno y otros, Investigación sobre la acti-


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