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De qué manera los primeros vínculos proporcionan las bases para la

construcción del autoconcepto y los patrones de afrontamiento.

El autoconcepto es un proceso que inicia desde muy temprana edad. Según estudios
desde los 2 años el niño comienza a tener una noción del yo. Por ejemplo, cuando se
mira al espejo y comienza a identificar sus características físicas, o también cuando se
refiere a objetos que son de él, “mi pelota”, “mi coche”, “mi muñeco”, etc. En edad de
2 a 6 años es cuando ocurre este proceso de desarrollo del autoconcepto, es
precisamente en estos años cuando el niño debe aprender a manejar una amplia
variedad de sentimientos, debido a que comienza una serie de cambios para él y que
le generarán estrés, en consecuencia, debe desarrollar los patrones de afrontamiento,
que le permitirán adaptarse a los nuevos contextos de su vida.

Los primeros vínculos que establece el niño, incluso antes de nacer son decisivos en la
construcción de su personalidad, un niño que desde la concepción no es deseado,
quedara con ese sentimiento de no encajar en la familia, por el contrario cuando un
niño es deseado por sus padres, la comunicación y sentimientos del niño hacia ellos,
fortalecerán esos lasos de afecto que se desarrollan incluso cuando el niño se
encuentra en el vientre materno, un ejemplo de ello es cuando los padres hablan con
el y colocan la mano sobre el vientre de la madre, él bebé percibe lo que desean
comunicar, por ello responde con movimientos cuando sus padres están cerca. Estos
primeros vínculos ayudaran a que el niño posea seguridad y confianza para desarrollar
su autoconcepto y personalidad.

La integración de los conceptos sociales y reglas se logra a través del proceso


de internalización a partir del cual el niño hace suyos los valores y estándares
de la sociedad, ¿qué papel juega el contexto familiar a través de los métodos
de crianza en la conformación de estos referentes?

“A medida que los niños descubren lo que son y empiezan a evaluarse como factores
activos de su mundo, empiezan a elaborar una teoría cognoscitiva sobre su
personalidad y esta les ayuda a integrar su comportamiento. El ser humano es
bastante congruente. Actúa en formas sistemáticas y trata de que su comportamiento
se ajuste a sus convicciones y actitudes. El factor más influyente de su autoimagen
incipiente suelen ser sus padres, ya que dan a los niños las definiciones de lo que es
bueno y malo, los modelos de conducta y las evaluaciones de las acciones en que
funda sus propias letras” (Craig, Pag 311)

La familia es la primera escuela, por ende, es un factor decisivo para que el niño
desarrolle su personalidad, aprenda valores, reglas de convivencia y conducta, los
métodos de crianza establecen las bases del desarrollo social y emocional del niño
para determinar sus futuras interacciones sociales y sus relaciones afectivas.

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