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José Bleger
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Este trabajo, póstumo e inédito, estaba destinado a ser leido como relato oficial en el IX Congreso
Latinoamericano de Psicoanálisis, Caracas, 1972. Fue presentado póstumamente en la Asociación 317'
Pslcoanal ítlca Argentina y en el mencionado Congreso Latinoamericano.
José Bleger
320 • 'Es Interesante consultar -además de los diccionarios y diccionarios etlmológlcos- La medicina hipo-
crática, de P. Larn Enftalgo (cap. VI), Revisté de Occidente, Madrid, 1970.
Criterios de curación y objetivos del psicoanálisis
Abreacción,
Llenar lagunas mnémicas,
Hacer consciente lo inconsciente,
Relacionado con los anteriores: levantar las represiones,
Transformar la neurosis en neurosis de transferencia,
Resolver fijaciones infantiles,
Maduración de la personalidad,
Conocimiento de sí mismo: insight,
"Donde está el Ello debe estar el Yo" (Freud, 1923),
"Working through",
Mayor capacidad de sublimación,
Mayor capacidad de reparación,
Relación con objetos internos: cambio del mundo interno del pa-
ciente,
Mayor libertad interior; mayor libertad y plasticidad del Yo (Waelder),
Mayor autonomía del Yo; criterio de adaptación (Hartmann),
Integrar disociaciones. Integración del Yo o. adelanto en la capa-
cidad de síntesis del Yo (M. Klein),
Introducir discriminaciones.
cita que Ferenczi y Rank describieron el objetivo del análisis ·como "la
completa reproducción de las relaciones edípicas en la experiencia analí-
tica"; Rank, por su parte, enfatizó la importancia del trauma del nacimien-
to; W. Reich, el alcanzar la-plena genitalidad de la potencia orgástica; Ko-
vác, la superación de la compulsión a la repetición.
Aunque mi tema no es el de la terminación de análisis ni menos
aún el de la terminación del análisis didáctico, haré mención del relato
oficial sobre "Terminación de análisis" presentado en México, en 1964,
por Alvarez de Toledo, Grinberg y Langer. Extracto del trabajo de estos
autores algunas citas sobre "resultados adecuados" del análisis didáctico,
es decir -en otros términos- cómo algunos autores definen los objetivos
del psicoanálisis:
removido las raíces del complejo sintomático inicial. Para Rickman (1950)
resulta importante la irreversibilidad de lo logrado.
Por su parte Hoffer señala tres criterios: 1) el grado de conocimien-
to de los procesos psíquicos inconscientes; 2) la disminución de la repre-
sión y de las resistencias; 3) el cambio del "acting out" por el recordar en
la transferencia.
H. Segal enfatiza en la curación la capacidad de adquirir y tolerar
insight juntamente con "el reemplazo de la negación por la aceptación de
la realidad psíquica: la aceptación del conflicto, ambivalencia y culpa; el
reemplazo de la omnipotencia por una actitud realista hacia la tarea por
realizar (en particular, el ser capaz de utilizar de un modo realista la ayuda
del analista); la disminución de la angustia de persecución y agresividad, y
el incremento del amor y confianza en el Self y en los demás; el acting out
cediendo paso a la simbolización, y el síntoma a la sublimación; la acep-
tación y uso del pensamiento y comunicación verbal".
Para Szasz el objetivo del tratamiento reside en conseguir las con-
diciones que favorezcan el pleno desarrollo de las potencialidades del Yo
o, en otros términos, permitir el crecimiento impedido.
Junto con todo esto se puede recordar también que Glover incluye
los criterios terapéuticos del psicoanálisis en tres capítulos, a saber: fac-
tores metapsicológicos, factores clínicos y factores metodológicos, que
no entraremos a analizar aquí.
Balínt (1935), observando los objetivos finales del psicoanálisis su-
geridos o sostenidos por distintos autores, los resume en dos posiciones
que llama clásica y romántica. La primera está constituida por formula-
ciones tales como la de hacer consciente lo inconsciente, superar la am-
nesia infantil, superar las resistencias. La segunda se basa en la dinámica
de los factores emocionales y se emparenta con la catarsis. A todos
Balint los considera factores necesarios pero no suficientes.
Para Fairbairn el objetivo fundamental del tratamiento psicoanalí-
tico es el de promover la máxima síntesis del Yo; incluidos en ese objetivo
se hallan también: una máxima reducción de la dependencia infantil, una 323
José- Sleger
Apéndice
Neurotlsmo
8) Comunicación simbólica.
• ~ I ." t
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.
9) Identidad, personificación.
10) Amplitud del Yo~
-.
....
.,. r
Psicotismo
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José Bleger
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342
Comentarios y contribuciones
David Liberman
listas, de que ocurra este efecto, que en esta ocasión y muy oportunamente Bleger 'puso
en evidencia para que los psicoanalistas latinoamericanos que asistieron a dicho Con-
greso tomasen en consideración. la comunicación que el autor nos presente-en 1957,
en la Asociación Psicoanalitica Argentina, y que luego pasó a formar parte de uno de
los capitulos cruciales de su obra Pslcoan.álisis y dialéctica materialista 1, jerarquiza la
importancia de la sesión psicoanalítica, y constituyó uno de los aportes que pone a
disposición del analista un replanteo y un, medio para una indagación permanente de la
dirección terapéutica o iatrogénica que puede llegar a tomar el diálogo psicoanalitlco.
También el término "aprendizaje",aun con las salvedades que Bleger nos se-
ñala, encierra riesgos similares a la 'consideración del objetivo del psicoanálisis como
"curación", aunque si resulta adecuado reconocer las relaciones que se señalan entre
la experiencia vivencial que podemos transmitir a nuestros analizandos y algunas de las
muchas teorias del aprendizaje de las que disponemos hasta la fecha. Sin embargo, con-
sidero que este punto resulta un tantocontrovertldo, puesto que podria deslizarse que
los cambios que ocurren en el analizando durante un proceso psicoanalitico podrlan
encuadrarse dentro de algunas teorías del aprendizaje. 'Sobre este punto yo siempre me
incliné a correlacionar los, cambios con datos provenientes de los indicadores comunica-
cionales (sean lingürsticos o extrallnqülstlcos), tomando algunos como puntos de par-
tida, los que necesariamente deben ser Intrlnsecos al, proceso psicoanalltico. Estos Indi-
cadores son los más confiables, puesto que su aparición es correlativa con la producción
del material, y permiten establecer cuáles de aquellos tipos de respuestas podrían encerrar
los auténticos objetivos, del psicoanálisis. En otros términos, parto del supuesto de que
los enunciados que encierran los criterios de curaclón tendrán que partir en última
instancia de los hallazgos-que nos transmitan los-paclentes en los momentos productivos
del análisis. '
En la misma' obra de Bleger encontramos una apertura hacia esta manera de
encarar la búsqueda de los objetivos del psicoanálisis dentro de la producción que
efectúa el paciente en distintos momentos 'de su proceso pslcoanalltlco. El desarrollo que
Bleger efectuó sobre "los grados de libertad" o repertorio de conductas en 19632 ofrece
un conjunto de hipótesis para caracterizar todo un universo de "comportamientos" Inser-
tados en el vínculo transferenéialque, como sabemos, es constantemente cambiante
durante el curso, de la sesión y nos 'permite comprobar las transformaCiones que cada
uno de los analizandos puede presentar.
El "objetivo mayéutico" resulta ser en las Ideas de Bleger el aspecto más no-
vedoso e Interesante para proseglJli'enia invéstlgación.Adséribe al mismo una categorla
abarcatlva, una concepción global de todas las otras enumeraciones que se han realizado
hasta la fecha e Introduce una concepción de la neurosis entérminos que la remite
a un estado de alienación y de dialectización. Por lo tanto, las transformaciones que se "~o
Bibliografía
1. Bleger, J., Psicoanálisis y dialéctica materialista, Paidós, Buenos Aires, 1~58, cap. 6,
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4., - Simbiosis y ambigüedad, Paidós, Buenos Aires, 1967.
Carlos A. Paz
Fue Bleger sin duda una de aquellas personas de nuestro quehacer psicoana-
Iftico con quien se tiene la sensación de haber quedado pendientes muchos diálogos Que
hubieran enriquecido nuestra visión del psicoanálisis, aun a través de la discusión y
la posible disidencia con sus enfoques. Pero aqul se me ofrece con todo la oportunidad
de establecer ese diálogo hipotético, y aunque dolorosamente sé que no habrá respuesta
por parte del autor, daré al diálogo toda la veracidad en los acuerdos y desacuerdos con
Bleger, que se pudieran producir en caso de estar él vivo, y que luego de escuchar
con atención lo hubieran estimulado a seguir trabajando el tema, como siempre fue
habitual en él.
, Empiezo por un acuerdo total, cuando afirma: "No queda ninguna duda de que
el objetivo del psicoanálisis es la curación, y si bien es correcto ponerse a cubierto del
'furor curandis', no creo que en ningún análisis pueda estar ausente una intención cura-
tiva. Posiblemente la cuestión radique mucho en la naturaleza de la curación pretendida:
desaparición del sufrimiento y la patolopla, o modificación profunda de la personalidad".
Me siento interpretado aquí por Bleger en mi desconcierto de siempre frente a quienes
afirmaban que el objetivo del psicoanálisis es sólo "psicoanalizar" al individuo y que la
curación no es parte' necesaria de este Objetivo. Bleger plantea bien el problema y dlscrl-
mlnaIoá dos niveles implícitos 'en el concepto de "curación en, psicoanálisis". Vuelvo a
coincidir al afirmar Bleger: "el psicoanálisis tiene objetivos que rebasan ampliamente
al de curación y ... aun esta última ha devenido una especie de producto aleatorio o -co,-
mo lo dice Glover- un by. prcduet", También me parece exacta su aflrmaclón cuando, .al 345
Comentarios y contribuciones
referirse a temas como evaluación de la. terapéutica psicoanalítica, terminación o fin del
análisis, criterios o definiciones de salud y normalidad, dice: "para gran parte de estos
términos ocurre que realmente no sabemos' de qué hablamos cuando los estamos utili-
zando". Digo que me parece exacto lo que señala 81eger por cuanto alude al acuciante
problema de la semántica psicoanaiítica y al no saber el grado de acuerdo o desacuerdo
entre nosotros sobre el sign.ificado de múltiples términos, que utilizamos a diario sin poder
precisar su carácter unívoco o por el contrario, con qué significado o matiz se lo está
usando.
Comenta 81eger más abajo algo que siempre me preocupó y que actualmente
me preocupa aún más, luego de haber revisado otras formas y escuelas de psicoterapia
muy alejadas del psicoanálisis. 81eger afirma: "Los psicoanalistas no se han ocupado
mucho de los criterios de curación; el interés ha recaído más en el estudio de los
psicodinamismos; Freud mismo ofrece' muchos ejemplos de ello. Casi todos los trabajos
clínicos que se presentan en nuestra Asociación estudian modificaciones de pslcodlna- "'-
mismos, de la relación transferencial, etcétera, pero generalmente no dicen si se con-
sidera curado al paciente, o bien se trata de estudios de pacientes cuyo tratamiento aún
no ha concluido". Efectivamente es así y resulta inevitable pensar aquí como pslcoana-
listas en términos de una resistencia muy profunda a verificar y evaluar sistemáticamentl
los resultados alcanzados con. el psicoanálisis, tanto en el rol de terapeutas como en
el propio análisis personal. No es concebible pensar este problema si no es entendlén-
dolo dinámicamente como producto de una idealización inicial -quizá, como toda idea-
lización, distorsionadora de las curaciones alcanzables y posibles- seguida por una
profunda ambivalencia posterior, negada y racionalizada de múltiples formas. Esto hace
que estemos tan a la zaga de otras escuelas de psicoterapia, como por ejemplo la pslco-
terapia centrada en el cliente,' de Rogers, que desde hace décadas viene explorando
sistemáticamente el punto. Los párrafos de 81eger me hicieron pensar en dos tareas fac-
tibles a mi entender y de alcances, si se realizaran. La primera consistiría en un segui-
miento de la evolución alcanzada, d~r~ro del proceso analítico por todos los pacientes
que fueron motivos de trabajos clínicos en la Asociación Psicoanalítica Argentina; se
trataría de casos estudiados con detalle y preocupación especial, lo que darla una
visión en, profundidad y diversidad del grado de curación que t6gramos los analistas
argentinos en cerca de quinlen.tos pacientes. Podría ser éste un primer paso, y el Centro
E. Racker, tan caro a los afane¡¡ de 8,leger, podría encargarse de la tarea, La otra tarea
me surgió en forma de pregunta: ¿por qué nunca se han Intentado estudiar los resul-
tadoe alcanzados y el grado de "curación'! logrados en el nivel de los candidatos de
la carrera psicoanalítica? Están allí dados todos los requisitos para una estupenda inves-
tigación: análisis prolongados con encuadres estables, estudio sistemático por varios
observadorss ien el nivel, de las entrevistas de admisión, posibilidad de follow-up por
346 largos años, posibilidad de obtener colaboración de un grupo grande y calificado de
Comentarios y contribuciones
y la relación entre ambos". Me parece esencial este enfoque colncldehte con el mío en otra
publicación, al definir "analizabilidad" "como una noción referida al grádo en que un pacien-
te determinado y un analista pueden comprometerse en un procescánaíItico en el cual el
paciente pueda evolucionar y eventualmente curar, y el analista, se gratifique en su tarea
específica. No es ni puede ser un concepto, que permita dividir a los pacientes en. anali-
zables o inanalizables de acuerdo a su estructura psicopatológica (E. Zetzel o Winnicott
por ejemplo): es por el contrario ,un concepto' relativo que surge de, una consideración
multidlmenslonal que comprenderá ineludiblemente al paciente,' al posible analista y al
ambiente total de ambos". Lo que me parece una lástima es que Bleger no tenga presente
este enfoque -esencial para m[- en todo el trabajo. Por ejemplo, al plantear los proble-
mas que ofrece la "Parte Psicótica de, la Personalidad" desde el, punto de vista de la
"curación" en un proceso analitico, no puede dejar de tenerse en cuenta con cuál ana-
lista son viables y con cuál no, las tareas que Bleger describe bien como "suplir en la
relación terapéutica la simbiosis de la que el paciente ha carecido en su desarrollo (per-
sonalidad pslcopátlca)": "establecer un clivaje (borderline)"; "permeabltlzar el clivaje
(caracteropatías)", etcétera.
Nos encontramos así en el aspecto culminan.te:de este' aporte póstumo, pues sin
duda lo más personal del trabajo está en su replanteo del problema "curación" al intro-
ducir los niveles psicóticos vistos desde el ángulo de sus postulaciones genético-evo-
lutivas para el, desarrollo psicológico del individuo. Coincidiendo con mucho de lo plan-
teado por Bleger -sobre todo en el nivel de hechos clínicos-, me surgen. aquí dudas
sobre si lo' señalado por él puede conciliarse con la postulación freudiana queBleger
cita y que está tan enraizada en la noción de instinto, y sobre todo si puede conciliarse,
sosteniéndose que 'el criterio de' Freud 'es totalmente válido para la PNP, como lo intenla
el autor. Personalmente me inclino a' pensar que lo que Bleger postula tiene alcances
que no sólo rsplantearlan la "curación", 'sino el proceso analítlco todo, que debería
o podría funcionar de una manera' para la PNP y de otra para la PPP. Tomando un
ejemplo, al hablarnos de la inmovilización de la estructura sincicial como elemento
básico del desarrollo y de cómo "se logra con una cierta fijeza o seguridad del medio
externo", o al decirnos "solamente si esta estructura sincicial primitiva se organiza como
una dependencia simbiótica, con uno o varios depositarios, la PPP quedará suficiente-
mente detenida, paralizada' ó depositada como para permitir el desarrollo y la consoli-
dación de la PNP", Bleger nos enfrenta con un rol y una tarea analítica muy diferentes
a los objetivosfreudianos -reflejadosien,la consideración de los tres factores citados: .ln;·
fluencia de los traumas (escena primaria-castración, etcétera), los instintos (instintos' de vida
e instinto .de muerte) y la estructura 'del Yo (modltlcaclones en el Yo-Yo .anormal) (Freud,
"Análisis terminable e interminable]";", y 'esta postura' es coincidente con el enfoque
de Bleger en publicaciones anteriores. Estoy muy: de acuerdo con él cuando dice; que
348 "a .ta. teorta. pslcoanalltlca, y. a" la ,.teOrla' de la técnlca le faltan los aportes del aaállsís
Comentarios y contribuciones
de psicóticos, de: niños y de serios trastornos de la personalidad". Pero creo que sus
planteos -y este trabajo es evidencia para mi- lo llevaban a una posición no tan
conciliable con lo afirmado por Freud y que Bleger denomina aquí criterio trlfactorial.
Es asf como pregunto hasta dónde puede aceptarse la validez del enfoque freudiano
para los niveles neuróticos solamente sin desnaturalizar ambas posiciones. No es que
esto me perturbe, sólo quisiera ver claro el· problema. Algo de esto íntenté en una
oportunidad anterior al decir: "me cuestion.o si podemos afirmar actualmente la existencia
de una técnica psicoanalftlca única; o si por' el contrario existen principios técnicos bá-
sicos: encuadre, transferencia-contratransferencia, interpretación, que se Instrumentan de
distinto modo frente a las' distintas estructuras. Pienso que la expresión 'psicoanálisis en
sentido estricto' abarca un campo más amplio que el incluido en la definición de Eissler,
pues al estudiarse intensamente los fenómenos propios de' los niveles psicóticos (el rever-
tir la perspectiva o la violencia, descriptos por Blon, son buenos ejemplos de lo especi-
ficamente psicótico) nos hemos visto obligados a modificaciones en la técnica freudiana
original". Bleger introduce en su trabajo planteos ciertos en el nivel de hechos clfnicos
-y mi propia experiencia con pacientes fronterizos y esquizofrénicos me ha convencido
de la necesidad y de la posibilidad cierta de llevarlos a niveles neuróticos-; lo que si
pueden variar grandemente a partir de este hecho clfnico son su interpretación teórica
y los planteos técnicos que surjan, como asimismo la trascendencia que esta nueva di-
mensión puede crear en el psicoanálisis. Para mi un corolario al planteo que Bleger
introduce tendria que ser expresado en forma de estas preguntas: ¿qué curación? ¿con
cuál psicoanálisis? ¿con qué tipo de psicoanalista?
Por todo lo dicho me parece que Bleger -que fue pionero en muchos aspectos-
se queda en este trabajo en una suerte de compromiso, entre el psicoanálisis de Freud
-aun en su versión última de "Análisis terminable e interminable" o del "Compendio
de psicoanálisis"-, y otro psicoanálisis posible -el construido a partir de los niveles
piscótlcos y parapsicótlcos-, en este caso el psicoanálisis de Bleger, con sus concep-
ciones del desarrollo individual normal y patológico, y por ende del proceso psicoana-
lítico todo. Este compromiso de Bleger, refleja para mi de manera dramática los muchos
compromisos de las escuelas psicoanalíticas actuales que tratan de seguir unidas en la
apariencia de compartir una misma teoria y una misma técnica, aunque las divergencias
sean tan radicales que pueda dudarse hoy en día de la existencia del "psicoanálisis"
como tal, y tengamos que empezar a hablar de "teorias y técnicas psicoanalftlcas" donde
ortodoxia y heterodoxia carezcan de sentido, e Incluso de posibilidad de ser delimitadas.
Justamente creo que este compromiso de Bleger es de manera paradójica uno
de los mayores estimulos que pudo dejarnos, si lo leemos con el sentido que he tratado
de reflejar más arriba. Acercándonos de manera concisa y clara al marginado tema de
la "curación" en psicoanálisis, Bleger, luego de revisar y reseñar los principales -y no
demasiado abundantes- trabajos sobre el tema, nos da sus ideas al respecto. Ideas 349
Comentarios y contribuciones
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