Los hongos como alérgenos
capítulo 25
J. Bartra Tomàs
INTRODUCCIÓN
El estudio de los hongos constituye un mundo apasionante,
tanto por su proceso biológico como por las enfermedades que
se les puede atribuir al hombre, animales y plantas. En la clasi-
ficación de los hongos existen hoy en día múltiples controver-
sias. La primera de las dificultades que aparece es describir
qué es un hongo, dado que es fácil delimitar las formas supe-
riores pero, cuando se analizan las más pequeñas y simples,
resulta muy dificultoso aclarar sus niveles de organización e
incluir las especies dentro de ellas. Otra dificultad radica en la
peculiaridad que poseen diferentes especies de hongos de pre-
sentarse con aspectos y estructuras diferentes en determinadas
condiciones ambientales así como su facilidad para mutar.
Desde el punto de vista médico, las partículas reproducto-
ras de los hongos son las responsables de numerosas enfer-
medades; estas partículas reproductoras experimentan regular-
mente un transporte atmosférico(1). La carga aérea de esporas
cambia según el área geográfica, ya que el substrato sobre el
que crecen los hongos, los ciclos del desarrollo de las plantas y
las características geoclimáticas, inciden directamente sobre su
reproducción(2,3). A pesar de este hecho, hay especies de hon-
gos distribuidos de forma universal y, frecuentemente, consti-
tuyen el grueso del material biogénico en suspensión en el aire.
Entre los aeroalérgenos atmosféricos, solamente los hongos
se derivan frecuentemente de fuentes microscópicas, hecho que
dificulta en gran medida el valor de las observaciones de campo.
En consecuencia, el riesgo de su exposición se manifiesta casi
exclusivamente mediante la muestra directa de los materiales
en suspensión.
Su implicación en enfermedades como la rinitis y el asma alér-
gicas ha quedado demostrada en las últimas décadas a partir de
los estudios sobre la aerobiología y su papel como alérgeno.
CONCEPTO DE HONGO Y ESTRUCTURA BÁSICA
Un hongo es un organismo eucariota heterotrófico que se
desarrolla en estructuras filamentosas y, menos frecuentemente,
en estructuras unicelulares. Su reproducción fundamentalmente
es por esporas. Los hongos pueden ser saprófitos, mutualistas
o parásitos. Obtienen los nutrientes por absorción, logrando la
energía y el carbono de compuestos orgánicos sintetizados por
otros organismos. Su pared celular está formada por polisacá-
ridos y proteínas; los polisacáridos más importantes son la qui-
tina (polímero de N-acetil-glucosamina) y β-glucanos en dife-
rentes proporciones.
Los hongos constituyen un grupo numeroso de organismos,
siendo un claro ejemplo de la biodiversidad (se han descrito apro-
ximadamente 500.000 pero se estima que pueden existir entre
1 y 1,5 millones de especies diferentes)(4).
Los hongos presentan básicamente dos tipos de morfología:
una multicelular, llamada filamentosa, y otra unicelular, deno-
minada levaduriforme. Los hongos filamentosos representan el
crecimiento más típico de los hongos microscópicos. En el micros-
cópico óptico, los hongos filamentosos presentan unas estruc-
turas tubulares, formadas por múltiples células, que se llaman
hifas(5). El diámetro de una hifa varía según el grupo al que per-
tenece el hongo, oscilando entre 8-15 µm y 2-4 µm. Las hifas
normalmente se desarrollan a partir de esporas, aunque tam-
bién pueden originarse a partir de fragmentos de otras hifas, y
crecen formando un entramado de filamentos que se denomina
micelio.
En un hongo filamentoso se produce una diferenciación
en las funciones del micelio: el micelio vegetativo penetra en
el substrato para obtener los nutrientes, mientras que el mice-
lio aéreo se proyecta hacia el exterior de la colonia y produce las
estructuras reproductoras(4,5).
Los hongos que presentan un crecimiento en forma de leva-
dura generalmente dan lugar a colonias lisas que recuerdan
las bacterias en medios de cultivo sólidos. Un pequeño grupo
de hongos, pero de gran importancia en micología clínica, pre-
sentan tanto un crecimiento levaduriforme como micelar(4).
REPRODUCCIÓN DE LOS HONGOS
Existen dos tipos de reproducción en los hongos:
1. Reproducción asexual, vegetativa o somática.
2. Reproducción sexual.
450 Los hongos como alérgenos
Reproducción asexual
Las formas de reproducción asexual se resumen en cuatro:
segmentación de hifas, fisión o bipartición, gemación y forma-
ción de esporas.
Las esporas son células germinales que, por sí mismas, pue-
den originar un nuevo adulto y pueden ser unicelulares o plu-
ricelulares. Se pueden distinguir dos clases de esporas de ori-
gen asexual: esporangiosporas, que son endosporas, y conidios,
que son exosporas; son producidas en el ápex o en los lados
de las hifas; el tamaño de los conidios puede oscilar entre 1-
3 mm en caso de ser unicelulares y 5-20 µm si son pluricelu-
lares.
Reproducción sexual
La reproducción sexual es menos frecuente y refleja las rela-
ciones filogenéticas entre los hongos.
CRECIMIENTO DE LOS HONGOS
La esporulación (formación de esporas) y el crecimiento vege-
tativo de las hifas están sometidos a determinadas condiciones
ambientales, geográficas y nutricionales. Algunas condiciones
externas influyen favorable o desfavorablemente en el creci-
miento de los hongos; afectan sobre todo a factores como la
temperatura, la luz, el pH, la humedad, el oxígeno y los nutrien-
tes(5).
Temperatura
De acuerdo con la capacidad de soportar diferentes tem-
peraturas, los hongos pueden dividirse en dos grandes grupos:
1. Euritérmicos: soportan temperaturas comprendidas entre
amplios márgenes.
2. Estenotérmicos: soportan temperaturas comprendidas entre
márgenes muy estrechos.
Debido a la gran adaptación de los hongos al medio, a pesar
de tener unas necesidades térmicas para su crecimiento y repro-
ducción, pueden persistir a temperaturas menores de 0 °C en
una forma normalmente latente; sin embargo, hay algunas espe-
cies de hongos que pueden crecer y reproducirse en estas con-
diciones.
Luz
La luz es un factor importante en la ecología de los hongos.
Muchos hongos no necesitan la luz solar, expresando un foto-
tropismo negativo (las hifas crecen en dirección contraria a la
luz); en algunas especies, las hifas y los esporangios crecen hacia
la luz expresando un fototropismo positivo. Muchos hongos
esporulan en presencia de la luna mientras que otros esporulan
mejor con la oscuridad.
pH
Los hongos crecen generalmente en un intervalo de pH de
4,5 a 8. Frecuentemente, los hongos alteran el pH del medio en
el que crecen.
Oxigenación
La mayoría de los hongos son aeróbicos estrictos. Si el medio
es rico en nutrientes, los hongos pueden crecer, existiendo una
baja concentración de O2, pero su producción celular es menor
del 10% de la que se conseguiría en condiciones aeróbicas ópti-
mas.
Humedad
Para obtener nutrientes, los hongos tienen que excretar enzi-
mas, que degradan los polímeros en monómeros y, para que
pueda haber difusión de las enzimas, se requiere de una pelí-
cula de agua, por lo que el crecimiento de los hongos precisa
normalmente de medios relativamente húmedos para que haya
una fase líquida. Para algunos micólogos, el límite inferior de
la humedad relativa para el crecimiento de la mayoría de los hon-
gos es del 70%, aunque pueden crecer con una mayor lentitud
con una humedad relativa inferior al 65%. La humedad atmos-
férica, no sólo afecta al crecimiento vegetal y a la esporula-
ción, sino también a la dispersión. No es sorprendente que, con
la lluvia, la niebla y las condiciones relativamente húmedas que
predominan durante las horas de oscuridad, aparecen eleva-
das concentraciones atmosféricas de algún tipo de esporas debido
a sus características físicas, dado que se presentan al medio
ambiente en forma de masas mucinosas; por otro lado, hay otra
serie de hongos en los que la dispersión de las esporas se ve
favorecida con un nivel de humedad relativa ambiental bajo y
con la acción de la fuerza de la velocidad del viento, siendo
máxima durante los periodos vespertinos. En estas condiciones,
las esporas de especies del tipo Cladosporium, Alternaria, Epi-
coccum, alcanzan sus concentraciones máximas.
Nutrientes
Muchos hongos aprovechan cualquier resto orgánico para
obtener los nutrientes. Casi se podría asegurar que no hay nin-
gún compuesto orgánico natural que no pueda ser utilizado por
un hongo u otro.
Geografía
Según el ámbito geográfico y de acuerdo con las caracterís-
ticas climáticas, el tipo de vegetación predominante tendrá unas
características determinadas, que influirán en la existencia de
una mayor o menor concentración de esporas de hongos. En
general, los prados de regiones templadas y los campos de cul-
tivos (sobre todo de cereales) constituyen fuentes especialmente
importantes de Alternaria, Cladosporium, Epicoccum y Ustilago,
entre otros.
CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA DE LOS HONGOS
Se han clasificado, desde los dictámenes de Margulis, en un
reino propio: el reino de los hongos(6).
Exponer una visión general clara y concisa de un mundo com-
plejo como es el de la clasificación taxonómica de los hongos no
es una tarea fácil. A lo largo de los años se han realizado dife-

rentes clasificaciones, llegándose a un punto común: realizar una
clasificación en función de la forma de reproducirse sexualmente.
Como muchas especies sólo se reproducen asexualmente, se ha
creado la categoría de los hongos imperfectos o Deuteromy-
cotina, entre los cuales se encuentran la gran mayoría de los
hongos patógenos para el hombre y los animales. En caso de
que una especie de hongos tenga dos formas de reproducirse,
tal como hemos descrito anteriormente, en micología médica
se suele utilizar el nombre que identifica a la forma de repro-
ducción asexuada.
Las esporas asexuales generalmente se producen en hifas
especializadas y se llaman de diferente forma según su morfolo-
gía. Los hongos del phylum Basidiomycota producen basidios-
poras en el exterior de una estructura llamada basidio. Los hon-
gos del phylum Asmomycota producen ascosporas en el interior
de una estructura en forma de saco llamada asco, mientras que
los hongos del phylum Zygmomycota producen zigosporas.
Una clasificación ya clásica de los hongos y que ha servido
de referencia para posteriores clasificaciones es la realizada
por Parker(7).
ALERGIA POR HONGOS: CONSIDERACIONES GENERALES
La alergia por hongos es conocida desde hace más de dos
siglos y más específicamente desde el año 1726, cuando Flo-
yer observó síntomas asmáticos en pacientes que visitaron unas
bodegas(8).
La exposición a los alérgenos fúngicos se produce tanto en
espacios abiertos como cerrados. Algunas especies de hongos
se encuentran en mayor concentración en la atmósfera respecto
a ambientes de interior, como es el caso de Cladosporium y Alter-
naria, mientras que otras especies predominan en los ambien-
tes de interior, como es el caso de Penicillium y Aspergillus, aun-
que Cladosporium también se puede encontrar en elevadas
concentraciones.
El número de esporas varía según el momento del día, la
estación del año, la localización geográfica, la presencia de fuen-
tes de esporulación y un largo etcétera. No es infrecuente que
el recuento de esporas fúngicas supere las 4.000 por metro
cúbico, siendo generalmente una de las especies más predo-
minantes en los ambientes de exterior las de Cladosporium y
Alternaria. La respuesta alérgica a los hongos se relaciona de
una forma más directa con las esporas que con la presencia de
restos micelares u otras células fúngicas(9).
Aunque la concentración de esporas de Cladosporium es
superior a la de Alternaria, en el sur de Europa hay más pacien-
tes alérgicos a la Alternaria. De hecho, la sensibilización a los
hongos y a la exposición a los alérgenos fúngicos aerovagan-
tes se han descrito como factor de riesgo de asma, y no sólo de
asma en general, sino de asma grave y de asma mortal, como
es el caso de la Alternaria(10-12). No siempre es posible establecer
una relación directa entre los recuentos fúngicos en la atmós-
fera y la presencia de sintomatología alérgica. Las enfermeda-
des alérgicas más frecuentemente relacionadas con la exposi-
Aerobiología en Alergología 451
FIGURA 1. Alternaria alternata vista por microscopio óptico.
ción a los hongos son la rinitis y el asma aunque no se deben
olvidar la sinusitis fúngica alérgica, la aspergilosis broncopul-
monar alérgica (ABPA) y la alveolitis alérgica extrínseca.
Sin lugar a dudas, se puede asegurar que los hongos son
causantes de alergia en personas sensibilizadas y, en los últimos
estudios epidemiológicos, se comprueba que su prevalencia es
superior a lo que anteriormente se pensaba, siendo la población
pediátrica la más afectada(13).
ALTERNARIA ALTERNATA: DESCRIPCIÓN MICOLÓGICA
Por su relevancia clínica, merece la pena una breve descrip-
ción de este moho filamentoso con conidióforos simples pluri-
celulares con septums. En sus extremos se forman conidios muri-
formes, de color marrón oscuro, con septos transversales y
verticales de disposición irregular. Por gemación de la célula api-
cal se genera un nuevo conidio, formándose largas cadenas de
10 o más conidios(5) (Figura 1).
Su posición taxonómica dentro del reino de los hongos es la
siguiente:
Phylum: Eumycota. Subphylum: Deuteromycota. Clase:
Hyphomycetes. Orden: Hyphomycetales. Familia: Dematiaceae.
Género: Alternaria. Especies: Alternaria alternata, Alternaria con-
sortiale, Alternaria tenuisima…
Crece como saprófito o parásito sobre plantas y material
vegetal, pudiéndose encontrar en alimentos y tejidos. En los
invernaderos se aísla en las plantas enfermas o muertas, por
su tendencia a habitar en substratos orgánicos en descomposi-
ción. Se le conoce como “moho negro”. Dentro de los domici-
lios pueden aislarse del aire, polvo y lugares húmedos, como
pueden ser los marcos de las ventanas en las cuales se produce
condensación. Su distribución es universal y se considera que es
un hongo predominantemente de espacios abiertos. Los coni-
dios se aíslan con frecuencia del aire libre durante el tiempo calu-
roso. El intervalo de temperatura de crecimiento varía entre 2
y 32 °C, con temperaturas óptimas entre los 25 y 28 °C(5).
452 Los hongos como alérgenos
DATOS AEROMÉTRICOS DE LAS ESPORAS FÚNGICAS
ATMOSFÉRICAS
Los estudios aerobiológicos ponen de manifiesto la presen-
cia en la atmósfera de numerosas partículas, entre ellas las espo-
ras, es decir, las estructuras reproductoras de los hongos, bac-
terias, musgos y criptógamos vasculares. Las esporas que se
encuentran en cantidades más abundantes en la atmósfera pro-
ceden de los hongos(14). Por numerosos, múltiples e importan-
tes motivos, es necesario conocer las características cualitati-
vas y cuantitativas del contenido de esporas ambientales, tanto
de exterior o atmosféricas, como de los ambientes de interior,
qué épocas del año son más importantes para su difusión y cuá-
les son los factores ambientales que contribuyen a ello. Para
interpretar el comportamiento atmosférico de las esporas de los
hongos es necesario conocer la biología básica de los organis-
mos que las producen.
Desde el trabajo realizado por Canto y Jiménez Díaz en 1945
sobre la aerobiología de los hongos en la atmósfera de Madrid(15),
ha ido creciendo el interés por conocer las características cuali-
tativas y cuantitativas del contenido de esporas ambientales en
España, tanto en la atmósfera, como en ambientes de interior.
Portillo y cols. estudiaron la relación entre las condiciones
meteorológicas y la micoflora atmosférica en la ciudad de Zara-
goza(16), concluyendo que las mayores concentraciones de Alter-
naria alternata se produjeron en las semanas 42 a 45 en 1986
y las semanas 45 a 52 en el año 1987, coincidiendo con una
humedad relativa alta, precipitaciones moderadas y temperatura
fría; Cladosporium herbarum apareció en la misma concentra-
ción entre las semanas 21 a 27 en el año 1986 y 13 a 17 en el
año 1987, coincidiendo con precipitaciones bajas, temperatu-
ras suaves y una humedad relativa alrededor del 60%.
Subiza y cols., en un estudio sobre la aerobiología de los hon-
gos en la atmósfera de Madrid utilizando como captador espo-
ropolínico un colector volumétrico de tipo Burkard(17), conclu-
yeron que la mayor incidencia de hongos correspondía al
Cladosporium, seguido de las basidiosporas y el Ustilago, des-
tacando sin embargo que las concentraciones de Cladosporium
en Madrid son mucho más bajas que en otras ciudades de la
Europa húmeda; Madrid, al igual que el resto de la región cen-
tro peninsular, está incluida dentro del área climática denomi-
nada España seca, caracterizada por un bajo índice de lluvias y
una baja humedad relativa del aire, al contrario que en la zona
conocida como la España húmeda o la zona mediterránea. Como
se ha dicho anteriormente, el crecimiento de los hongos está
influenciado por la humedad relativa del aire; por tanto, no es
de extrañar que, globalmente, la incidencia atmosférica de hon-
gos en Madrid sea inferior respecto a otras ciudades de la Europa
húmeda como son Londres, Munich, Eliden o Bruselas. A pesar
de ello, las concentraciones de Alternaria presentes en la atmós-
fera de Madrid son parecidas a las encontradas en Londres, obser-
vándose los picos máximos entre los meses de mayo y septiem-
bre.
Otro estudio sobre la aerobiología de los hongos atmosféri-
cos, utilizando un colector volumétrico de tipo Burkard, reali-
zado en España, concretamente en Badajoz, por Gonzalo y cols.
durante los años 1993 y 1994(18). En este trabajo se concluye
con la identificación de 27 especies de hongos distintos, siendo
la mayoría conidios y clamidosporas de hongos ascomicetos y
deuteromicetos y el resto ascosporas y basidiosporas. El tipo
de hongo que aparece con mayor frecuencia es el Cladosporium
(entre el 60 y el 70% de las esporas observadas) seguido de Usti-
lago, Alternaria, basidiosporas y Dreschlera. La concentración
media entre los meses de mayo y agosto fue en torno a las 3.000
esporas/m3, siendo los meses de mayo y junio los de máxima
concentración. En este estudio, las variables meteorológicas se
relacionaron de forma estadísticamente significativa con la pre-
sencia de determinadas especies de esporas. Además de la hume-
dad, las precipitaciones y la temperatura fueron parámetros que
se asociaron a la aparición de algunas esporas fúngicas.
El trabajo de González Minero y cols.(19) se centró en la atmós-
fera de la ciudad de Cádiz, emplazamiento con clima típicamente
mediterráneo. En este estudio se demostró que el Cladosporium
vuelve a ser el hongo con más concentración atmosférica, siendo
la semana 42 la que muestra un pico máximo, estableciéndose
una estacionalidad de verano a otoño al igual que pasa con la
Alternaria, si bien ésta presenta unas concentraciones menores.
Belmonte y cols.(14) realizaron un trabajo sobre el conte-
nido esporopolínico en la atmósfera de Cataluña entre 1983 y
1990 utilizando dos tipos de captadores distintos: del tipo Dur-
ham modificado (Belmonte, 1988) y el Cour, permitiendo ambos
la conversión de los resultados obtenidos en esporas por metro
cúbico de aire. Los datos de este estudio fueron tomados en
diversas localidades de Cataluña, con condiciones ambientales
diferentes: en Lérida y en Gerona (aeropuerto), donde el entorno
es rural; en Tarragona y en Barcelona, que son núcleos urbanos,
y en Bellaterra, que es una zona urbanizada y situada en medio
rural. El reconocimiento de las partículas captadas se hizo a par-
tir de sus características morfológicas. La relación de esporas
identificadas en la atmósfera de las localidades estudiadas fue
la siguiente: Alternaria, Arthrinium, Asterosporium, Bispora,
Chaetomium, Cladosporium, Curvularia, Drechslera, esporas uni-
celulares (incluye Aspergillus y Penicillium), esporas bicelulares,
Epiccocum, Fusarium, Helminthosporium, Humicola, Lesptos-
phaeria, Nigrospora, Oidium, Pithomices, Pleospora, Polythrin-
cium, Phaecelotheca, Sporobolomyces, Stemphylum, Tetraploa,
Tilletia, Torula, Urocystis, Ustilago, Xilariáceas.
Parte de las conclusiones que se realizan a partir de los datos
estudiados fueron que la mayor parte de las esporas identifica-
das y que se encontraban con una cierta frecuencia en la atmós-
fera de Cataluña son alergénicas. Muchas de estas especies eran
parásitos de vegetales, y las esporas que les permitieron una
identificación eran las correspondientes a unidades de multi-
plicación vegetativa.
Datos más recientes realizados por Belmonte y cols. y publi-
cados en la tesis doctoral de Bartra(20) sobre el recuento de espo-
ras de Alternaria y esporas totales en diferentes puntos de la
geografía catalana muestran que, durante los meses de abril-
mayo a noviembre, se dan las concentraciones más elevadas con
picos de concentración diaria de esporas de Alternaria/m3 de
 Aerobiología en Alergología 453

200 200

100
150
80

100 60

40
50
20
0 0
1 8 15 22 29 36 43 50 1 8 15 22 29 36 43 50
Número de esporas Alternaria/m3 Barcelona Número de esporas Alternaria/m3 Bellaterra
FIGURA 2. Concentración media semanal de esporas de Alter- FIGURA 3. Concentración media semanal de esporas de Alter-
naria en Barcelona durante el año 2001. naria en Bellaterra durante el año 2001.

300 300

250 250

200 200

150 150

100 100

50 50

0 0
1 8 15 22 29 36 43 50 1 8 15 22 29 36 43 50

Número de esporas Alternaria/m3 Girona Número de esporas Alternaria/m3 Lleida

FIGURA 4. Concentración media semanal de esporas de Alter- FIGURA 5. Concentración media semanal de esporas de Alter-
naria en Gerona durante el año 2001. naria en Lérida durante el año 2001.

80 767 en Lérida, 375 en Gerona y en Bellaterra, 300 en Barcelona

o 271 en Tarragona, y con picos de concentración diaria de espo-
70
ras totales/m3 de 5.605 en Barcelona, 6.118 en Bellaterra, 18.373
60 en Gerona, 6.571 en Lérida y 8.640 en Tarragona (Figuras 2 a
50 6, Tabla I).
40 Estos datos están en consonancia con lo descrito por Troutt
30 y Levettin(21) que afirman que, en las áreas de clima moderado,
20 pero con variaciones estacionales, la concentración de esporas
tiende a crecer en verano y otoño. Distintos estudios muestran
10
unos niveles elevados de esporas atmosféricas desde finales de
0 primavera hasta el otoño.
1 8 15 22 29 36 43 50
Hay estudios que señalan que durante las estaciones más
Número de esporas Alternaria/m3 Tarragona secas hay un pico de esporas fúngicas como son las de Clado-
porium, Alternaria, Drechslera, Epiccocum, Curvularia, Botrytis
FIGURA 6. Concentración media semanal de esporas de Alter- y Phitomices, llamadas “esporas de aire seco”, que precisan
naria en Tarragona durante el año 2001.
de temperaturas moderadamente elevadas y corrientes de viento
454 Los hongos como alérgenos

TABLA I. Picos máximos de concentración media diaria, semanal y concentración media anual de esporas de Alternaria y esporas
totales en Barcelona, Bellaterra, Gerona, Lérida y Tarragona durante el año 2001

Pico máximo Pico máximo Concentración Pico máximo Pico máximo Concentración
diario Alternaria semanal Alternaria media anual diario esporas semanal esporas media anual
(concentración (concentración Alternaria totales totales esporas
media diaria) media semanal) (concentración (concentración totales
media diaria) media semanal)

Barcelona 300 (17 octubre) 173 (semana 30) 36 5.605 2.198 816
Bellaterra 375 (17 octubre) 104 (semana 31) 33 6.118 2.398 1.100
Gerona 434 (21 julio) 279 (semana 29) 40 18.373 9.053 3.081
Lérida 767 (3 noviembre) 241 (semana 35) 84 6.571 3.742 1.198
Tarragona 271 (3 noviembre) 76 (semana 35) 23 8.640 2.828 824

presentes. La liberación de estas esporas se realiza de manera TABLA II. Esporas fúngicas atmosféricas más comunes
pasiva y está directamente relacionada con factores climáticos(22).
Sin embargo, los días de lluvia se pueden encontrar con con- Tipo de espora Límites de cantidades Sumas anuales de
centraciones elevadas de estas esporas de aire seco: las gotas relativas (%) media diarios (E/m3)
de lluvia impactan sobre las superficies o substratos en las que
crece el hongo como pueden ser las hojas de plantas o árboles Cladosporium 40-80 600.000
en descomposición de forma que el conidio, por un mecanismo Basidiosporas 5-30 25.000
de vibración, libera las esporas; además, la lluvia deshace la masa Ascosporas 5-20 15.000
mucilaginosa en la que está creciendo el hongo, dispersándose Aspergillus/Penicillium 2-20 15.000
también, de esta manera, las esporas que contiene(23). Botrytis 2-20 12.000
En diferentes lugares del mundo se han ido realizando estu-
Levaduras 2-20 10.000
dios sobre la aerobiología de las esporas fúngicas atmosféricas
destacando los diferentes trabajos europeos de los últimos 20 Alternaria 1-10 7.500
años, que son los que nos pueden servir de punto de referencia Dydimella 1-10 7.500
dado que los distintos climas que se dan en diferentes lugares Fusarium 1-10 7.500
de este continente tienen una clara influencia en las caracterís- Ustilago 1-10 7.500
ticas climáticas de España. Wilken y Gravensen(24) y D’Amato(25)
han publicado resultados comparativos de los estudios realiza-
dos por varios autores en 11 ciudades europeas. Erisiphe, Ganoderma, Leptospheria, Mucor, Paecilomyces, Phoma,
Debido a las diferencias en las técnicas de muestreo y de los Pithomyces, Pleospora, Polythrincium, Rhizopus, Rhodotorula,
métodos de identificación, es imposible realizar comparacio- Scopuloropsis, Stemphilium, Tilletiopsis, Torula, Trichoderma,
nes directas entre los resultados de estos informes. A pesar de Ulocladium, Urocystis.
este hecho, destaca las pequeñas diferencias entre las obser-
vaciones, incluso cuando están realizados en regiones europeas
distantes entre sí. PREVALENCIA DE SENSIBILIZACIÓN A HONGOS
En la Tabla II se resumen de forma global los 10 tipos de espo-
ras fúngicas atmosféricas más comunes, con los números rela- Las enfermedades alérgicas, como la rinitis y el asma alér-
tivos estimados en forma de porcentaje y con estimaciones con- gicas afectan, de modo general, cerca de un 20% de la pobla-
servadoras de les sumas anuales de las concentraciones medias ción general de los países industrializados, de la cual un 10%
diarias. manifiestan una forma grave. Los estudios epidemiológicos de
Estos datos muestran que las esporas de Cladosporium son, sensibilización a los hongos según las pruebas cutáneas apun-
con ventaja, las más abundantes en ambientes de exterior. Esta tan a que, entre un 3 y un 10% de la población general, pre-
afirmación se puede extender de forma universal. sentan una alergia por hongos. Un estudio epidemiológico en
Las basidiosporas y ascosporas, que comprenden tipos de población general realizado en los EE.UU.(26) indicó que el 3,6%
esporas de muchos grupos taxonómicos diferentes de hongos, de la población estaba sensibilizada a Alternaria alternata. Un
son también muy abundantes. Entre los tipos menos abundan- reciente estudio epidemiológico realizado en población gene-
tes pero también observados con regularidad y en general en ral mostró que el 12,9% de la población estudiada presentan
proporciones relativas de menos del 5% se encuentran: Aero- una sensibilización a Alternaria(27). La prevalencia exacta no está
basidium, Chaetomium, Curvularia, Drechslera, Entomophtora, bien establecida, puesto que los estudios que existen se mue-

ven en un intervalo entre el 3 y el 91%, dependiendo de la
población estudiada, de los extractos utilizados y de las espe-
cies de hongos probadas(28). Un ejemplo de esta situación es
el estudio realizado por Portnoy y cols.(29) en el que, sobre una
misma muestra poblacional, realizan pruebas intraepidérmi-
cas (prick) para estudiar la prevalencia de sensibilización a Eppi-
coccum nigrum, variando de un 6 a un 70%, según el extracto
utilizado. Esta realidad demuestra que sin unos extractos estan-
darizados no se puede realizar un estudio de prevalencia de sen-
sibilización.
En estudios recientes realizados a partir de población con
rinitis y/o asma alérgicas como el realizado por D’Amato y cols.(30),
en un estudio multicéntrico europeo, la prevalencia de sensibi-
lización en hongos osciló entre el 3 y el 20%, según el área estu-
diada. Según el trabajo de Lehrer y cols.(28) a partir también de
un estudio multicéntrico que engloba población de distintos pun-
tos de Europa y de EE.UU. afecta de alergia respiratoria, del 25
al 35% están sensibilizados a distintas especies de basidiomice-
tos. Otro estudio epidemiológico relevante es el realizado por
Güneser y cols.(31) en Turquía en el que el 35% de los pacien-
tes estudiados presentaban una sensibilización a alguno de los
hongos a partir de una batería de pruebas cutáneas que englo-
baba a 19 especies diferentes.
Resano y cols.(32) estiman una sensibilización a hongos de un
5% aproximadamente en la población española estudiada con
rinitis y/o asma a partir de un estudio retrospectivo mientras que,
un estudio prospectivo realizado en Italia por Mari y cols.(33), la
prevalencia de sensibilización a Alternaria fue de un 19%.
Si nos centramos en la sensibilización a Alternaria alternata
en los últimos trabajos epidemiológicos realizados, observamos
que la sensibilización en la población con rinitis y/o asma alér-
gicas difiere según la zona estudiada. Así, en un estudio a gran
escala realizado en el centro de grandes ciudades de los EE.UU.,
en población infantil con asma alérgica, el 38,3% estaba sen-
sibilizada a la Alternaria(34). En el estudio multicéntrico ante-
riormente mencionado de D’Amato y cols.(30), la prevalencia de
sensibilización a Alternaria y Cladosporium encontrada en España
y, más concretamente, en Murcia, fue del 20% mientras que en
Portugal disminuía al 3%; en los países participantes restantes,
la media fue del 7-10%. Corsico y cols.(35) realizaron un mapa
de sensibilización a Alternaria en Italia en pacientes con rinitis
y/o asma alérgica encontrando que un 10,4% de la población
estudiada presentaban una sensibilización a este hongo mediante
pruebas intraepidérmicas, encontrando diferencias importantes
según el área estudiada: la zona de Turín mostraba una sensibi-
lización del 1,8% mientras que, en la zona de Cagliari, la sensi-
bilización a Alternaria ascendía al 29,3%. Otro estudio que mues-
tra la diferencia de prevalencia de sensibilización a Alternaria
según el área geográfica estudiada es el realizado por Peat y
cols.(36) en una población infantil con rinitis y/o asma alérgicas,
comparando una zona costera de Australia con un alto índice
de humedad relativa y una zona del interior de Australia más
seca, encontrando que la prevalencia de sensibilización oscilaba
entre un 4 y un 23%, siendo el área del interior la que presen-
taba un mayor índice de sensibilización a Alternaria.
Aerobiología en Alergología 455
La influencia del factor climático en la presencia de Alterna-
ria y, consecuentemente, en su sensibilización, queda patente
en el estudio de Reijula y cols. en Finlandia(37) en el que, a par-
tir de una gran muestra de población con rinitis y/o asma alér-
gicas, demuestran una sensibilización a Alternaria alternata de
un 2,8% y a Cladosporium herbarum, de un 2,7%.
Datos recientes de nuestro entorno muestran que la preva-
lencia de sensibilización a Alternaria en una muestra de 856
pacientes con rinitis y/o asma alérgicas es del 18%, observán-
dose un mayor porcentaje de sensibilización de forma estadísti-
camente significativa en el subgrupo de población afecta de
asma y en la población pediátrica(20).
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