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—Si tuviera que destacar una cualidad que —Yo creo que lo ocurrido ha sido que el
resumiera lo que más me impacta en tu hombre —y no empleo esta palabra sólo
obra, diría que es la conjunción de dos cosas: en el sentido de «varón» (preciso es acla-
por un lado una suma elegancia, una suma rarlo para que la corrección política no
concisión, una suma sobriedad de expre- me ataque)— en suma, el ser humano,
sión, que se compagina, por otra parte, «con no ha sabido conservar la belleza y la dig-
la más devastadora mordacidad en cuanto nidad combinándolas con otros valores
a fondo de lo expresado». Hay, por ejemplo, más instrumentales, de modo que ha con-
en uno de los ensayos de El siglo XX y otras vertido la comodidad o el bienestar prác-
calamidades un pasaje extraordinario en ticamente en el único valor. Cabe pen-
el que llegas a defender nada menos que… sar que se hubieran podido conservar los
la hipocresía y la censura. «Yo he sido siem- otros valores, tales como la belleza, la
pre ardiente defensor de la hipocresía y de valentía, la dignidad o el saber defender-
la censura —escribes— y no me voy a des- se; pero no es así. De hecho —lo esta-
decir ahora. La hipocresía es esencial en toda mos viendo en las sociedades modernas,
sociedad moderna, que sin fingimiento sería que son las más susceptibles al chanta-
invivible. Si todos expresásemos lo que pen- je— nuestras culturas no están dispues-
samos, esa franqueza destruiría en horas tas a defenderse. Eso tiene, además, otro
cualquier tejido social. En cuanto a la cen- aspecto, porque como tampoco nuestra
sura, recuérdese que Shakespeare, Quevedo sociedad cree en la belleza como valor
o Dostoyevsky escribieron bajo su mirada importante, renuncia a ella, producien-
severa, y que yo sepa no escribieron peor que do un arte esencialmente feo. Eso será
Terenci Moix. La censura —siempre que «En nuestra época, ¿dónde están los Bach, todo lo lamentable que se quiera, pero
los Homero, los Velázquez?», se pregunta
tan sólo obligue a callar, y no a decir como yo creo que es innegable. De hecho,
el Marqués de Tamarón.
la soviética, mientras sea negativa y no posi- alguien como George Steiner, que es judío,
tiva— aguza el ingenio y la pluma y es bené- bastante agnóstico, y se podría decir que
fico estímulo para el autor.» ¿Estás de acuer- El siglo XX ha estado liberal, dice claramente en su libro
do con esta conjunción de contrarios: sua- Presencias reales que el arte sólo es posi-
vidad en la forma y mordacidad máxima ya al borde de acabar ble en sociedades que no sean ni ateas ni
en cuanto al fondo? con la civilización democráticas. Él lo lamenta, pero la ver-
—Sí, supongo que en mi caso, y no soy dad es que es así. Steiner no emplea la
el único, se produce una mezcla de sen-
a secas, con dos expresión «sociedades democráticas»
guerras mundiales
Sátiras y melancolías
timientos ante lo que yo al menos veo como normal y equivocadamente se
como una decadencia de la cultura occi- y el comunismo. emplea hoy, como sinónimo de socieda-
dental (tal vez de las orientales también, des donde rige el imperio de la ley, sino
pero en todo caso es la nuestra la que nos en el sentido original de «igualitarias».
importa ante todo), en ese culto a lo feo En nuestra época, ¿dónde están los Bach,
de un liberal
y a lo informe. Me suceden dos cosas que El socialismo revolucionario, otra de las grandes los Homero, los Velázquez?
calamidades del siglo XX.
se entremezclan: por un lado, enfado y, Lo que yo he querido decir con el
por el otro, melancolía. La irritación, no título —sin duda irónico, por otra parte—
siempre sorda, la expreso a veces con vehe- de mi libro El siglo XX y otras calamida-
mencia y sinceridad al mismo tiempo; des, es lo siguiente. El siglo XX, habien-
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Entrevista
Degeneración de la lengua
puede armar. Ahí, por lo demás, despreciar al género humano: per-
tenemos el caso de China, que está tenezco a él), simplemente creo Hilaire Belloc en las trincheras
de la Primera Guerra Mundial.
creciendo al 10% desde hace vein- que, hoy por hoy, somos el cán-
ticinco años. cer del planeta. No hay posibi- —Entre otras degeneraciones o entre otras
Lo de menos es que suba el pre- lidad humana de controlarnos calamidades está también la degeneración
cio del petróleo. El recalentamiento a nosotros mismos. Shakespeare, de la lengua. Al respecto, podríamos hablar
global es una realidad, e irá a más. Yo un poco de lo que escribes en tu libro, recien-
veo muy difícil que se salve… no sé —Es «la especie degenerada» de la que
Quevedo temente aparecido, El guirigay nacional.
si la raza humana o el modo de vida occi- habla Álvaro Mutis…, ¿no? o Dostoyevsky ¿Por dónde lo enfocarías?
dental. Se ha dicho que probablemente El comunismo fue una de las calamidades —Sí, en efecto. escribieron bajo —Yo creo que tiene varios enfoques. Se
del siglo XX que se abatió sobre China puede enfocar, por ejemplo, desde un
(foto de arriba), pero el capitalismo la censura. Que yo punto de vista más cultural e incluso
salvaje que le ha sucedido, aunque
permite que la existencia sea más vivible,
sepa no escribieron antropológico, porque al ser nuestra civi-
no deja de ser otra calamidad (abajo, peor que Terenci Moix. lización una civilización de la imagen, la
foto de Shanghai y sus rascacielos). palabra ha perdido el peso que tenía hasta
ahora. Hasta este momento, la comuni-
cación se hacía con gestos o con palabras,
Heidegger, uno de los escasos pensadores pero ahora la imagen es tan fácil de usar
que redimen al siglo XX de su esterilidad. para explicar o comunicarse… Cualquiera
que haya intentado montar un mueble
Tropas francesas preparándose para el asalto
en la carnicería que, entre 1914 y 1918, de Ikea con los diagramas habrá visto lo
fue la primera gran guerra industrial. fácil que le resulta hacerlo. Decía, por el
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contrario, Hilaire Belloc, el De todo eso quedan ecos en cultura y que hoy se encuen- Con la mirada perdida nalsocialismo, que están…
escritor inglés, muy polémico, la ceremonia del bautismo tra ya desvanecido: la unión en el vacío, ¿llegaría alguna espero que desaparecidos,
a propósito del límite de las cristiano, donde el oficiante entre el hombre y la naturale- vez Hitler a intuir algo pero puede que tan sólo se
palabras: «Intenten ustedes, con dice: «ahora compartes la dig- za —en respeto mutuo— y en de la calamidad que se estaba encuentren en eclipse; lo
fraguando?
palabras, sin gestos y sin dibu- nidad de rey, sacerdote y pro- un sentido sacro de la natura- grave, decía, es que no sólo
jos, explicar cómo se hace un feta». Esa acumulación de leza. Lo cual acarrea otra cosa: ellos, sino que el laicismo
nudo, cualquier nudo, como papeles se ha roto, y eso pro- el respeto a los hombres y a los rousseauniano descafeinado
la lazada del zapato. A ver». En duce una debilitación enor- dioses: las dos cosas que des- de hoy (no voy a mencionar
cambio, con un dibujo o expli- me de la fuerza del corazón, truye la modernidad. Yo creo nombres, pero, en fin, los
cándolo, haciéndolo, es como no sólo espiritual, sino psi- que la maldición, el desastre vemos a diario) también está
se les enseña a los niños… Así cológica en cuanto a la capa- mayor del siglo XX, es la pér- tan apartado de la noción de
es que yo no es que tenga una cidad de resistencia del ser dida de la percepción de lo lo sagrado que da hambre y
fe sin límites en el poder de la humano, porque pierde esos sagrado, su desvanecimiento. sed al ser humano.
palabra, pero sí creo, primero, apoyos. Por eso en nuestras Y decir «lo sagrado» no signi- En los personajes de mi
que la palabra nace ya siendo sociedades, a las que les fica necesariamente decir «lo novela hay otra cosa en sus
sagrada, y, segundo, que nace ponen bombas en los trenes, divino», pues se trata de dos raíces, algo que los alimenta.
antes, probablemente, la expre- se tambalean y se pueden conceptos distintos aunque, Son, si te fijas, aparte de los
sión poética en rima que la caer; son enormemente más sin duda, relacionados entre sí. dos dioses o semidioses (la
prosa… frágiles. Es un hecho, qué duda cabe, verdad es que no se los ve
que se ha perdido el sentido de muertos nunca), gente que
—No sé si sabías que Heidegger —Cambiando de tema, me lo sagrado, tal como lo enten- busca, pero todos, incluido
dice exactamente lo mismo… gustaría hablar contigo tam- dían Rudolf Otto y Mircea el rojo, como él se llamaba a
—¿Lo dice? Y lo dicen todos los bién de tu novela El rompi- Eliade. Por eso, volviendo a la sí mismo, y los dos semidio-
antropólogos, y por un moti- miento de gloria, aunque cita que te hacía antes de ses, el alemán, militar, todos
vo: porque incluso las instruc- tampoco se puede decir que George Steiner, cabe recordar son conscientes de algo que
ciones para ir de un punto a con ello se cambie mucho de que no hay cultura ni arte — está en la naturaleza y en el
otro, en una geografía primiti- tema, pues esta novela no deja gran arte— sin una referencia arte, que es sagrado. No es
va las recuerda uno mejor rima- de estar relacionada, por el a lo sagrado, como tampoco que yo quisiera con esta nove-
das que sin rima, con rima se aliento que la impulsa, con los hay dignidad del hombre que la demostrar nada —no es
puede uno acordar. Por ejem- otros dos libros de los que ya no le venga dada por una refe- una novela de tesis—; salió
plo: «Al llegar al cuarto árbol, hemos hablado: El siglo XX y rencia de lo sagrado. así por amor…, por amor a
se tuerce a la derecha »; si rima otras calamidades y El guiri- Insisto: «lo sagrado», y no la naturaleza, por amor a cier-
eso con «la mitad del camino gay nacional. En El rompi- necesariamente lo divino, aun- tas artes, por amor a los per-
está hecha», por poner un ejem- miento de gloria hay, como que es difícil concebirlo por sí sonajes también. El resulta-
plo, se puede recordar mucho tú mismo subrayas, un gran solo… ¡Mira!, hay otra cosa do es que a fin de cuentas lo
mejor. Porque, además, esas protagonista, que es la natu- que no he mencionado en nin- que intento, lo que se puede
rimas son sagradas, con lo que raleza, la cual aparece en gún ensayo, porque todavía no sacar de esa novela —aparte
uno se acuerda de ellas con más forma de la sierra cercana a he tenido ocasión, y se trata de lo principal, que yo espe-
vigor. Pasa igual con las cróni- Madrid, la segoviana, y la de de una cita curiosísima de un ro que la gente tenga ganas
cas. Ahí hay una idea que se ha Gredos. ¿Qué sería para ti, inglés de los años treinta lla- de pasar las hojas y ver lo que
mencionado mucho, a propó- aparte de este papel predomi- mado Christopher Dawson. va ocurrir, porque eso es una
sito de las civilizaciones arcai- «¡Ay de la religión nante de la naturaleza, lo más Este pensador, converso a la fe novela, si no es un ensayo—
cas, y que un amigo mío que se o de la sociedad importante que se juega en católica, se irritaba mucho es un fondo que yo confío en
llama Javier Gomá, un filósofo esta novela, en la cual apare- cuando oía decir que el nacio- que la gente encuentre. Se
clasicista (lo aborda de una
que no tiene cen otros protagonistas aún nalsocialismo y el comunismo puede ser de izquierdas, de
manera más clara cuando lo imágenes! Una más curiosos: dos dioses, hom- eran doctrinas modernas pero derechas, de centro; se puede
cuenta que cuando lo escribe), sociedad bre y mujer, nada más y nada paganas. ¡Ojalá! —exclama- ser comunista, cristiano; se
resume diciendo que hasta hace menos? ¿Qué es lo que has ba— porque el paganismo está puede ser nietzscheano; se
poco tiempo, dos mil o tres mil sin imágenes es una intentado buscar en esta nove- lleno de espiritualidad, mien- puede ser lo que sea… Se
años, en las sociedades no sólo sociedad puritana. la que, por tantos aspectos, tras que el nacionalsocialismo puede, con todo eso, tener
occidentales sino de cualquier constituye una auténtica obra y el comunismo están total- un sentido de comunión con
sitio, los papeles importantes
Una sociedad maestra? mente vacíos de espiritualidad. la naturaleza y con nuestra
no estaban separados, es decir, opresora del cuerpo —He intentado recordar para Ése es el gran daño, y por eso cultura; se puede. Lo malo
que en la antigüedad hacía falta y de la imaginación.» mí y compartir con mis lec- son perversas esas dos doctri- de nuestra civilización moder-
alguien que fuera a la vez rey, tores ese hecho decisivo, que nas. Pero lo grave es que no na, por llamarla de alguna
sacerdote, profeta, que curase… estaba en la raíz de nuestra sólo el comunismo y el nacio- manera, es que ninguno de
OCTAVIO PAZ
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Entrevista
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