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Hay tres tipos de Kéfir, el de leche, el de agua y el de té. Del primero, el Kéfir de leche, se obtiene
una especie de yogurt, del segundo, una bebida parecida a una limonada con gas, y del tercero,
una bebida de hierbas. La mayoría de gente conoce más el Kéfir de leche. En realidad, los tres
tipos son el mismo Kéfir, con la misma microflora, pero adaptados a medios distintos.
Un efecto característico del Kéfir es que está en constante crecimiento, puesto que son
microorganismos vivos. Los nódulos que crean, se parten por gemación y pronto duplicarán su
tamaño necesitando más aporte energético y espacio. Es entonces cuando se separa un poco, que
se puede ofrecer a otras personas para que se beneficien con él y así con nuestra ayuda y a lo
largo de la historia, han logrado colonizar un planeta de tribus y gente alternativa.
El Kéfir, sería como un cultivo, pero tradicionalmente no se compra ni se vende, sino que ha
seguido un flujo de mano en mano, como regalo entre conocidos y amigos, en gesto de buena
voluntad. No es casual que signifique más o menos eso, un deseo de bendición, etimológicamente
en Turco ¨sentirse bien¨
El kéfir contiene más de 40 tipos de microorganismos y también vitaminas K, B12, B1, biotina
(vitamina que ayuda en la asimilación de las demás del complejo B), fósforo, calcio y magnesio.
La fermentación del kéfir permite descomponer la leche en nutrientes más simples haciéndola
más digestiva y tolerable por personas que sufren de intolerancia a la lactosa. También aporta
microorganismos que regeneran la flora intestinal y compiten eficientemente contra las bacterias
patógenas de nuestro intestino. Esto permite tomar el kéfir sin necesidad de hervir o esterilizar la
leche en su elaboración, de forma que permite aprovechar todas las propiedades beneficiosas de
la leche cruda.
Los componentes alimenticios del kéfir difieren en muy poco respecto a los contenidos en la leche
de la que ha sido elaborado, pero son de una cualidad biológica superior, pues hace más
asimilables los nutrientes contenidos en la leche.
Al contener triptófano, el kéfir tiene un efecto positivo sobre el sistema nervioso, ya que mejora
los problemas para conciliar el sueño o profundizarlo y beneficia también a las personas que
sufren de depresión.
Sin embargo, debido a su sabor agrio, muchas personas rechazan su consumo. Por ello, algunos
prefieren incorporar frutas dulces como pasas y dátiles troceados, lo que, además de mejorar el
Dejar fermentar de entre12 a 48 horas. Luego, solamente se debe colar y tomar como refresco en
las próximas 24 horas (sin refrigeración) y en hasta por cinco días (conservado en el refrigerador).
Para tener siempre a mano kéfir, use los bacilos con una nueva dosis de leche.
Nota: En la elaboración del kéfir no se debe usar utensilios de metal, ya que pueden generar
electricidad debido a la acidez del medio y cortar los "granos" innecesariamente.