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LUIS IGNACIO BRUSCO

Médico, investigador y educador argentino especializado en


Neurociencia

Cerebro e Información Integrada del


pensamiento
Posted on 11 septiembre, 2018

Admiro al hombre que permanece fiel a su conciencia, cualquier cosa que ésta le inspire.
Luis Buñuel

Se plantea en la mayoría de los foros de neurociencia o de filosofía al problema de la conciencia


subjetiva como un tema central.

Se considera clave la integración de la misma, es decir cómo se asocian las diferentes informaciones
específicas, que se constituyen en ella.

Pues las percepciones y los pensamientos dependen de un sustrato material pero no son reducibles a
estos, como plante el neurocientífico Christof Koch.

Por otro lado la pregunta es cómo se diferencian los estímulos ambientales, generando procesos que
reflejan por ejemplo el color azul, un perfume o un sonido.

Básicamente se genera por un proceso de transducción de energía; cambiando la energía de inicio, que
se convierten en idioma neurológico del cerebro.

También se coincide que la conciencia se establece como proceso dependiente del cerebro, pues sin
cerebro no existiría la conciencia humana. En la muerte cerebral y además en una anestesia o un
coma se suspenden los procesos de la conciencia.

Aunque existen situaciones intermedias, como el estado vegetativo o el sueño no REM, que tienen
procesos de conciencia debilitada y con menor integración.

Como dice Christof Koch, el investigador de Tecnología de California y especialista en el estudio de


la conciencia: “un cerebro sano es consciente pero al reducirlo a papilla deja de serlo”.

Sin embargo se ha avanzado bastante en el sustrato neuronal de la conciencia, se conoce por ejemplo,
que parte del encéfalo es la principal encargada de los sistemas conscientes: El sistema tálamo-cortical
y otras zonas que antes se desconocían, como sectores subcorticales del cerebro (como el claustrum o
el núcleo accumbens); se los describe actualmente como controladores de los sistemas de ingreso de la
información consciente.

La conciencia requiere de procesos de información que son llave para la posibilidad de entenderla.
Pero además esa información debe ser integrada, cuanto más integrada existiría mayor calidad
de conciencia.
En el caso del ser humano existen miles de posibilidades que son abordadas por la información; por
ejemplo: cada sentido tiene diferentes submodalidades, cada pensamiento contiene miles y miles de
datos.

Sin embargo esas funciones deben asociarse. Así como cuando observamos los fotogramas de una
película y lo integramos en una sola imagen dinámica en el tiempo. O también con los colores de
nuestra visión que no son pasibles de separarlos o la imposibilidad de aislar los sonidos de un violín,
del resto de una orquesta. A pesar que sí podemos diferenciarlos con la atención, no es posible dejar
de lado al resto de la información sensible.

Este concepto es postulado como conciencia integrada, creado por el neurocientífico Giulio Tononi de
la Universidad de Wisconsin en Madison. Este científico plantea el concepto de integración de la
conciencia, incluso no solo en el cerebro humano, sino en otros animales o incluso en cualquier
materia que pueda contener información.

La clave de este concepto es que ver que a mayor integración menor margen de error. Tononi plantea
que todo sistema que posea alguna cantidad no nula de información integrada experimenta algo.

Así como la información computacional se maneja en bits, la integración de la conciencia se la maneja


en unidades en phi (Φ). En cuanto Phi sea cero no existiría integración, pero a mayor Phi habría más
integración de la conciencia.
Sistemas desconectados no asociados tendrían entonces integración cero. Un Phi mayor que cero
muestra además que la suma de las partes es mayor que las partes por separado, eso es parte clave de
esta teoría.

Está funcionalidad permitiría relacionar la información, cuestión que realiza el cerebro. Aunque antes
se pensaba que una computadora no podía hacerlo, actualmente ya Google puede organizar, por
ejemplo, fotos ordenándolas por tiempo o por personas. Situación antes impensada y que abre nuevas
posibilidades a la inteligencia artificial, que no para de avanzar.

Existe una cuestión que le permite a esta estructura funcional cerebral economizar durante la
integración, ser más rápida y gastar menos energía. Por ejemplo, la cercanía de regiones en el cerebro
para una misma función es una de ellas. Es decir zonas que participan complementariamente para un
objetivo se encuentran cercanas. Con el propósito de economizar la funcionalidad, pero si las redes son
lejanas o se comunican al azar, bajan la integración (disminuye el Phi).

Otra de las maneras de integrar es manejar vías nerviosas en paralelo del sistema nervioso. Es decir
que una función sea realizada por más de un sector, aunque en general existe un encargado principal
de la misma, y solo es reemplazado si la vía principal no funciona.

Todas son tareas de integración permiten asociar y economizar la función. Se pensaba que las
máquinas no podían hacerlo, se considera todavía que sólo los seres vivos experimentaran
sentimientos subjetivos. Aunque muchos actualmente postulan que cualquier artefacto que adquiera
información y sea capaz de integrarla podrá tener, a su manera, cierto nivel conciencia. Siendo el
cerebro humano quien, por ahora, suma el mayor paradigma integrativo.

Luis Ignacio Brusco *

*Neurólogo. Doctor en medicina y doctor en Filosofía. Investigador del Conicet.@brusco_N

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