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Antes de abordar esa tarea es necesario tener en cuenta algunas cuestiones que
no serán explícitamente revisadas en este capítulo. En primer lugar, el hombre no se
puede comprender cabalmente sino en relación con otros hombres y con el ambiente,
por lo que las funciones cognitivas, si bien psiconeurobiológicas, tienen una
dimensión social.-
En cuarto lugar, tampoco es posible iniciar el estudio de las bases neurales de los
procesos cognitivos sin una solución a la aparente contradicción entre la idea de que
ciertas regiones del sistema nervioso central, tienen que ver especialmente con
determinadas funciones cognitivas -hipótesis localizacionistas- y la de que es
imposible localizar un determinado proceso cognitivo en un área circunscripta, ya que
el cerebro actúa como un todo. -
Aún avanzado este siglo persistían algunas concepciones ingenuas que proponían
la localización de las funciones más complejas del psiquísmo en áreas limitadas de la
corteza cerebral. Se suponía que, al igual que los centros corticales de la sensibilidad
o los movimientos, podrían hallarse centros análogos de los fenómenos cognitivos.-
Sin embargo hoy sabemos que los procesos psíquicos superiores no se dan en la
corteza cerebral igual que las funciones fisiológicas elementales. Por otra parte los
nuevos conocimientos acerca de la estructura diferenciada de ciertas regiones del
sistema nervioso central no condicen con la hipótesis de que el cerebro es un todo
íntegro e indiferenciado. Es así que fueron ganando espacio las concepciones que
entendían a las funciones cognitivas apoyadas en estructuras organizadas en
sistemas, dinámicas en su desarrollo y relacionadas tanto a las psiconeurobiología
cuanto a las interacciones sociales,.
Es natural que este proceso, propio del hombre, obligue a suponer un principio
nuevo de localización cerebral de las funciones psíquicas superiores, diferente de las
formas de organización de los animales y relacionados con actividades
específicamente humanas, básicamente el lenguaje y la actividad social. El hecho de
que en ese proceso de desarrollo se originen funciones nuevas -cognitivas- no
significa que cada una de ellas se asiente sobre un nuevo grupo de neuronas o
nuevos centros nerviosos al estilo de los que los frenólogos descubrían a principio del
1800.
Sin embargo, en las etapas tardías, las funciones superiores empiezan a influir
sobre sus bases y las formas más simples de los procesos psíquicos se reestructuran
por efecto de la actividad psíquica superior. Si bien es cierto que al principio la
formación de los centros superiores depende de los inferiores, en el comportamiento
ya formado los centros superiores organizan el trabajo de los inferiores. respetando
una organización jerárquica de control.
El modelo cognitivo
Las más modernas investigaciones parecen indicar que los procesos cognitivos
funcionan a través de una estructura de módulos en la que cada uno de sus
elementos está dedicado a realizar un tipo especial de transformaciones. Estos
módulos pueden recibir información directamente del entorno o de otros módulos, con
lo que la capacidad procesadora global se multiplica. Todos son sistemas
estratégicamente flexibles que permiten que las tareas pueden realizarse mediante
diferentes caminos, más automáticos e inconscientes o más controlados y
conscientes según el caso.
Algunos módulos están bajo control voluntario y permiten seguir paso a paso las
diferentes etapas del procesamiento, otros son cognitivamente impenetrables y se
conoce de ellos solo a través de sus resultados.- Todos los componentes del sistema
son capaces de trabajar simultáneamente o en paralelo de manera contingente, con
retroalimentación permanente y con referencias frecuentes a estructuras de
conocimientos ya existentes o esquemas. Estos esquemas predeterminados
relacionados a situaciones, actividades, etc. y almacenados en la memoria, prestan
un toque original a cada proceso y personalizan los resultados del funcionamiento
cognitivo.