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AUTOS SACRAMENTALES DE CALDERÓN DE LA BARCA

Un auto sacramental es una obra de teatro religiosa alegórica de uno o varios actos y de
tema preferentemente eucarístico que se representaba el día del Corpus entre los siglos
XVI y XVIII. Hasta el año 1765, que prohibieron los teatros por la orden de provisión ya
que creían que los teatros eran lugares inapropiados y los comediantes instrumentos
indignos para representar los sagrados misterios, los autos sacramentales constituyeron
un género muy popular y apreciado. Usaban un gran aparato escenográfico y las
representaciones comprendían en general episodios bíblicos, misterios de la religión o
conflictos de carácter moral y teológico. Numerosos autores, especialmente del Siglo de
Oro español, escribieron autos destinados a consolidar el ideario de la Contrarreforma,
entre ellos se destaca Pedro Calderón de la Barca.

Pedro Calderón de la Barca fue uno de los autores de autos sacramentales, sus autos
sacramentales eran más filosóficos y teológicos, se trata de un teatro teológico y de lucha
intelectual con los problemas de la época, en sus autos sacramentales el elemento lírico
era muy importante. Llevó a los escenarios todos los problemas sociales, morales o
teológicos de su tiempo. Sus protagonistas son símbolos o personajes que no tienen otra
existencia que la de las ideas que encarnan, como la Fe, la Esperanza, el bien, el mal, las
virtudes y los vicios, la vida y la muerte, etc. ya que en su teatro se destaca la falta de
acción y de las pasiones humanas. La obra de Calderón consta de 120 dramas y comedias,
80 autos sacramentales, además de entremeses, zarzuelas y obras menores. Entre sus autos
sacramentales más reconocidos encontramos El gran teatro del mundo, Los encantos de
la culpa y La vida es sueño.

El gran teatro del mundo

Este auto sacramental fue representado por primera vez durante las fiestas del Corpus de
Valencia en el año 1641, Calderón en esta obra compara la vida humana con una
representación teatral donde los personajes realizan buenas y malas acciones y quienes
actúen con rectitud pueden acceder eventualmente a la vida eterna. Calderón utiliza el
mundo como una enorme puesta en escena donde cada personaje tiene que encarnar su
papel y al final de la función o la vida recibe la salvación o el castigo según haya obrado
bien o mal. Los tópicos o ejes temáticos de este auto sacramental son: el sentido de la
vida, el tempus fugit y la muerte junto con los problemas humanos de siempre, el poder,
la miseria, el hambre y la pobreza.

El Gran Teatro del Mundo es el teatro dentro del teatro donde Dios o el Autor entrega el
papel a los personajes que van apareciendo para entregarles el soplo de vida, el orden de
la obra se hace así: el nacimiento, el desempeño o actuación de cada uno, la muerte y el
premio o castigo final mientras el Autor preside desde su globo terrestre la representación
de la comedia humana. El Mundo también hace de la Muerte, en la representación va
quitando los papeles al Rey, la Hermosura, la Discreción, el Rico, el Pobre, el Labrador
y se describen las emociones y sentimientos de temor o resignación ante lo inevitable. Y
finalmente los personajes vuelven a presentarse ante el Autor, el globo está abierto donde
está Dios esperando para la cena eucarística a los personajes que han hecho bien su papel,
que han actuado siguiendo valores cristianos y altruistas.

Los encantos de la culpa

Entre los autos sacramentales de Calderón encontramos diez “autos mitológicos”, se


llaman así porque han sido tomados de la mitología, Los encantos de la culpa es uno de
estos diez autos. Calderón emplea temas, personajes y motivos del mito grecorromano
adaptándolos a la representación del dogma de la Eucaristía, este tipo de auto sacramental
provocó críticas ya que la presencia de la mitología en los autos de Calderón constituye
un problema en la historia del teatro del Sacramento.

Calderón en este auto alegoriza el conocido episodio de la llegada de Ulises y sus


compañeros a la isla de Circe, la transformación de los marineros en animales por la maga
y su rescate por el astuto héroe. En la obra, el Hombre, acompañado de sus cinco Sentidos
y de su Entendimiento, se enfrenta con la Culpa y sus seducciones, vencidas gracias a la
ayuda del cielo y la intervención de Penitencia. El autor ha conseguido adecuar y adaptar
el mito en la religión cristiana introduciendo algunos elementos dramáticos específicos
que modifican el desarrollo del episodio mitológico, así orientan su interpretación.

La vida es sueño

Es el auto sacramental que ha alcanzado la cumbre de su obra, se puede decir que este
auto sacramental es bastante filosófico e intelectual. El tema central es la libertad del ser
humano para configurar su vida sin dejarse llevar por un supuesto destino. El tópico
literario de “la vida como un sueño” ocupa toda esta obra, como indica claramente el
título.

El argumento de la obra se sitúa en Polonia, el rey Basilio consulta al oráculo sobre su


recién nacido hijo, Segismundo, la respuesta del oráculo es que su hijo será un gobernante
cruel que robará el trono y humillará a su padre. Por lo tanto, Segismundo es recluido en
una torre, encadenado, para evitar que la predicción se cumpla. Transcurrido el tiempo,
el Rey desea probar a su hijo, hizo adormecerle para que despierte en medio del palacio
y como monarca, como acertó el oráculo, el nuevo Rey, Segismundo, actúa en forma
abusiva y arbitraria, hasta quitó la vida a un criado arrojándolo por la ventana y además
le falta el respeto a su padre. Su padre con esta experiencia, vuelve a recluir a su hijo a la
torre y le hacen creer que lo que vivió fue un sueño.

El pueblo se entera que tiene un príncipe heredero, organiza una revuelta y libera a
Segismundo de su torre y lo proclama Rey, sin embargo, esta vez actúa diferente,
reconoce la autoridad de su padre y armoniza con él, por la generosa actitud de
Segismundo, el Rey le deja el trono.

Este auto sacramental tiene tópicos, como la vida como un sueño, la vida no depende del
destino, el destino no es inmutable, etc.

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