Está en la página 1de 2

 El entrenamiento en masturbación.

Otra forma inofensiva de mejorar el repertorio


sexual del paciente incluye la masturbación, cada vez más utilizada en la terapia sexual.
Las dos aplicaciones más frecuentes son las mujeres anorgásmicas y los hombres que
sufren de eyaculación prematura. El libro Para alcanzar el orgasmo, de Heiman y
LoPiccolo (1988), proporciona la explicación razonada del entrenamiento en
masturbación para las mujeres. De modo específico, se alega que, para la mayoría de las
mujeres, los orgasmos más fáciles de lograr, más intensos y más fiables tienen lugar
durante la masturbación. A aquellas mujeres que no han experimentado todavía un
orgasmo, la masturbación les proporciona una manera fiable de obtener esta forma de
placer. Heiman y LoPiccolo describen un programa para ayudar a las mujeres a emplear
la masturbación como un vehículo para la exploración y liberación de una misma. Con
el paso del tiempo, las mujeres incluyen a sus parejas, a quienes se enseña a tocar y
proporcionar placer a las primeras.

En el caso de los hombres que les preocupa la eyaculación prematura, puede utilizarse
también la masturbación para aumentar el darse cuenta de la excitación y la
estimulación para el orgasmo. La masturbación se emplea a menudo junto con el
método del apretón (Masters y Johnson, 1970) o la técnica de parada-marcha (Semans,
1956); esta última se discute más adelante.

El entrenamiento en masturbación tiene que abordarse también de forma similar al


empleo de materiales eróticos. Se deben explorar primero las cogniciones negativas y
luego se deber prestar una atención detallada hacia la optimización de una experiencia
sexual positiva. El terapeuta no tiene que suponer que el paciente sabe cómo
masturbarse. Por ejemplo, tuve un paciente que nos informó de no tener éxito al intentar
masturbarse. Cuando se le preguntó cómo se masturbaba contó que lo hacía con la mano
abierta, de modo que la palma de ésta rozase la cara posterior del pene. Además, nos
contó que ponía “miel” en el pene para que actuara como lubricante. Creía que había
leído en algún lugar que la miel era un buen lubricante. Instrucciones específicas junto
con ilustraciones ayudaron a este paciente a aprender cómo masturbarse
satisfactoriamente.

El entrenamiento en masturbación ayuda a algunos pacientes a ser más sensibles a las


condiciones necesarias para una experiencia sexual positiva. Para los pacientes que
carecen del deseo y de la confianza o seguridad sexual, el entrenamiento en
masturbación puede producir experiencias positivas que aumenten tanto el deseo como
la seguridad.

EL ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES CONDUCTUALES II: LA SUPERACIÓN


DE EXPERIENCIAS DESADAPTATIVAS

Además de experiencias positivas restringidas, algunos pacientes han tenido experiencias


sexuales negativas cuyo efecto residual es negativo. Se han desarrollado varias estrategias
conductuales para ayudar a estos pacientes a superar este aprendizaje negativo anterior.

 La dilatación progresiva para el vaginismo y la dispareunia. La explicación


psicológica más común sobre la etiología del vaginismo y la dispareunia se basa en un
trauma sexual anterior y en mensajes sexuales negativos. La superación de estos
problemas entraña a menudo la compleja tarea de revisar y procesar experiencias
sexuales negativas y cogniciones asociadas. Por el contrario, los pacientes que no han
sufrido un trauma sexual extremo sacan a menudo provecho del procedimiento de la
desensibilización en vivo, lo que incluye la inserción gradual de un dedo o un dilatador
en la abertura vaginal. Algunos clínicos aconsejan el empleo de un conjunto graduado
de dilatadores para desensibilizar a una mujer ante la inserción vaginal. Los dilatadores
se pueden obtener de una empresa de suministros médicos y vienen con grosores
graduados. Se debería instruir a la mujer para que practicase en privado el empleo de los
dilatadores, empezando con el más delgado. La profundidad de la penetración puede
variarse y practicarse y sólo cuando una mujer está cómoda con la inserción de un
dilatador durante un período de cinco minutos debería pasar al tamaño siguiente. Se
puede recomendar un lubricante vaginal.

Un informe reciente de Hong Kong describe un caso en el que una mujer de 30 años no
se benefició del tipo habitual de objetos dilatadores (Ng, 1992). Esta mujer había sido
incapaz de consumar su matrimonio de 3 años y no sacó provecho de la terapia sexual
anterior. Curiosamente, la terapia de desensibilización con una tira de bolas de plástico
de tamaño graduado tuvo éxito y permitió que la mujer pudiera realizar el coito después
de 12 semanas. Este ejemplo nos recuerda la necesidad de ser creativos y flexibles.

También podría gustarte