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Según Lakoff,
Los marcos no se ven ni se oyen. Forman parte de lo que los científicos llaman el
“inconsciente cognitivo”, se trata de estructuras de nuestro cerebro a las que no
podemos acceder de manera consciente, pero que conocemos a través de sus
consecuencias: la forma en que razonamos y lo que consideramos sentido común.
También conocemos los marcos en el lenguaje, ya que todas las palabras se definen
en relación con un marco conceptual. Cuando oímos una palabra, su marco (o un
conjunto de marcos) se activa nuestro cerebro. (Lakoff, 2017, p. 11)
Lakoff explica a través de su propuesta la visión del mundo de la que está formado
nuestro imaginario colectivo. A este demócrata (Lakoff es reconocido como
simpatizante del partido demócrata gringo) le llamaba la atención los discursos
políticos y los mensajes que estos enviaban a la sociedad. Para él, la cuestión es
más elaborada, apela a la moral de las personas y no simplemente, a la lista de
posibilidades de una vida mejor. Para este autor, la visión de unos y otros (derecha
e izquierda) se puede explicar a través de la figura del padre estricto y el progenitor
protector. De ahí que, la visión del padre estricto comprende el mundo como un
lugar peligroso donde se compite y se generan ganadores y perdedores. Donde el
bien y el mal llegan al absoluto. Según está posición, los niños nacen malos en la
medida en qué sólo quieren hacer lo que les satisface y no lo que es correcto. Por
ello, la defensa de la familia es su fortín moral, ideológico y político.
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Cfr. Rubio, Mauricio. Junio 26/15. Ventajas y bemoles de aplazar el gustico. El espectador.
https://www.elespectador.com/opinion/ventajas-y-bemoles-de-aplazar-el-gustico-columna-568387,
recuperado mayo 23 de 2020.
doloroso si existe mala conducta. Sin castigo, el mundo se irá al garete. No habrá
moral. Asimismo, la disciplina es entendida como fundamental para alcanzar el
éxito; la disciplina garantiza el éxito personal, quien lo práctica será una persona
autosuficiente, por consiguiente, la disciplina esta ligada a la moral. Es aquí donde
se hace otra extrapolación, para explicar cómo esta cosmovisión entiende la
vinculados al padre estricto y el capitalismo del libre mercado. En este orden de
ideas, será buena persona quien logre el éxito, mientras, quien no lo alcance con la
receta propuesta, será visto como un mal hijo. Y es catalogado de esta manera por
no observar la moral y por su pobre disciplina que lo llevó a convertirse en un
dependiente. Y por dependiente, recurriendo nuevamente a la extrapolación, se
entiende quien necesita de subsidios. Algo así como: “Es inmoral dar a la gente
cosas que no se han ganado” (Lakoff, 2017, p. 22). De ahí que, proponer programas
sociales sea inmoral. Finalmente, las personas que aplican los principios del padre
estricto en política creen que es la forma correcta de gobernar.
Padre protector
Este marco es lo contrario del pasado. No está marcado por el género. A diferencia
del marco estricto, este considera que los niños nacen buenos y se les puede educar
para ser mejores. La apuesta consiste en proteger los hijos para que ellos, a su vez,
protejan a Otros después. Este marco toma la empatía y la responsabilidad a
manera de valores similares con la protección, en consecuencia, la empatía será
sinónimo de protección. Las políticas progresistas están centradas en la protección:
del medio ambiente, trabajo, consumidor, personas frente a la enfermedad. En
suma, de la protección del ciudadano.
Insiste el autor, en que ambos marcos están interesados en la seguridad y que esta
hace parte de los valores morales. A propósito de valores, aquí una breve lista:
libertad, oportunidad y prosperidad, justicia, comunicación bidimensional, formación
de comunidad, servicio–cooperación y confianza, entre otros. Según Lakoff, estos
son los valores progresistas fundamentales, tanto para la sociedad como para la
familia. Como se dijo desde un comienzo, esta clase intenta analizar los modos de
pensamiento que construyen o destruyen una ciudadanía. Para el autor, uno de
tantos problemas de las personas que piensan dentro del marco protector, está
ligada a la creencia que su análisis y soluciones son las únicas y mejores. Que su
manera de entender los problemas es la única y más viable. En nuestro medio es
clara la desunión de la izquierda, la cual, es tomada por muchos como una virtud.
Lakoff lamenta que personas que comparten los mismos valores no puedan trabajar
unidos. Que simplemente no sean capaces de unirse. Según este autor, el otro
bando ya lo hizo. Para ello, explica como los conservadores de su país apoyan
decididamente a los intelectuales de su orilla o marco ideológico. Asimismo, advierte
que un 80% de los comentaristas de la tv son de pensamiento conservador. Ya para
finalizar el análisis brevísimo de la obra de Lakoff, citémoslo nuevamente,
La neurociencia nos dice que todos los conceptos que poseemos (los conceptos a
largo plazo que estructuran nuestro pensamiento) se originan en las sinapsis de
nuestro cerebro. Los conceptos no son cosas que puedan cambiarse sencillamente
por que alguien nos informe del hecho. Aunque nos presenten datos, para cobrar
sentido tendrán que encajar con lo que ya existe en las sinapsis del celebro. De lo
contrario, los hechos entrarán por un lado y saldrán por el otro. No se escuchan, no
se aceptarán como hechos o nos desconciertan: ¿Cómo es posible que alguien diga
algo así? De manera que catalogamos como un dato irracional, un disparate o una
estupidez. Eso es lo que sucede cuando los progresistas “se limitan a enfrentarse
con los conservadores con hechos”. Esa estrategia tiene un efecto muy limitado o
incluso nulo, a no ser que los conservadores posean un marco que dé sentido a los
datos. (Lakoff, 2017, p. 31).
La clase llega a su fin con una invitación: atrévanse a pensar. Kant, el defensor de
nuestra autonomía al tomar el ser humano como un fin en sí mismo, los invita a la
reflexión. La vida buena en lugar de la mera vida es el fin. Ese fin debe ser
interpretado por cada uno de ustedes. Debe ser pensando, escogido, para después
ser vivido. Es fundamental el pensamiento critico para evitar caer en lugares
comunes que nos pongan del lado del “pensamiento fácil” que nos desciende más
allá de lo evidente. Vivir éticamente debería poner en diálogo los aspectos más
significativos de la vida, haciendo posible entender y responder la pregunta ¿cuál
es el fin de la vida? Y ese fin, usted lo debe fijar. Nadie más. La defensa de la libertad
entendida como hacer y ser lo que se valora con razón (Sen) es fundamental para
evitar caer en la rueda de hámster del hiperconsumo pagado a cuotas entendido
como felicidad.
Ha sido un gusto compartir con ustedes este corto recorrido. Espero haber dejado
inquietudes por resolver.