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Educación

FLACSO ARGENTINA
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

39
propuesta@flacso.org.ar
ISSN 1995- 7785
ARGENTINA

2013
“Escuela Secundaria, Participación Política y Movimiento Estudiantil.
Articulaciones conceptuales y actores para el caso de la provincia de Buenos Aires”,
por Marina Larrondo,
Propuesta Educativa Número 39 – Año 22 – Jun. 2013 – Vol 1 – Págs 51 a 58
Escuela Secundaria, Participación Política y Movimiento
Estudiantil. Articulaciones conceptuales y actores para el caso
de la provincia de Buenos Aires

Marina Larrondo*

Introducción formas de participación, distintas En dicha jurisdicción, el nivel secun-


ciudades y sectores socioeconómi- dario de educación común estatal
Estudiar la participación política de cos). Asimismo, se realizaron entre- tiene 3297 escuelas, y 1652 escuelas
los estudiantes en la escuela media vistas a militantes de coordinadoras de gestión privada. Asimismo, desde
implica construir un objeto de es- estudiantiles y ramas “secundarias” el año 2005, la jurisdicción lleva ade-
tudio complejo. Por un lado, puede de partidos y movimientos políti- lante una política activa en cuanto a
abordarse el fenómeno en su histo- cos, quienes dieron adicionalmente la promoción de la participación estu-
ricidad y su presencia como un actor información sobre las prácticas par- diantil. Ello se vio reflejado en cambios
colectivo -el movimiento estudiantil ticipativas de sus propias escuelas. en la normativa. En particular, la reso-
secundario-; pero también, puede En síntesis, el corpus está constituido lución 4900/05 establece la necesidad
analizarse el espacio de participa- por 43 entrevistas en profundidad y (y cierta “obligatoriedad”) de que las
ción política de los jóvenes en el fuentes secundarias pertinentes para escuelas secundarias cuenten con CE.
ámbito escolar. Entre ambos nive- el análisis de la protesta estudiantil1. Dicha resolución, a la vez, presenta un
les de organización y conformación modelo de estatuto que delimita ob-
hay nexos complejos que reclaman jetivos y funciones, define los cargos a
la necesidad de construir un abor- ocupar, el tiempo que los estudiantes
daje que dé cuenta de esta multidi- Lógicas de acción participativa y tienen derecho a tomar del horario 51
mensionalidad. Nos movemos en política en la escuela escolar para participar, y especifica el
un terreno que va desde la escuela mecanismo de elecciones legítimas.
y su diversidad de ámbitos parti- Las investigaciones recientes en Más recientemente, y luego de un aná-
cipativos a la conformación de un Argentina han mostrado que en la lisis de las situaciones efectivas que se
movimiento social. En este sentido, actualidad existe una diversidad de daba en las escuelas, se ha ampliado

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la diversidad mencionada reclama situaciones en cuanto a la participa- esta normativa otorgando legitimidad
la necesariedad de construir aborda- ción de los jóvenes en el marco de a otras formas de organización estu-
jes que permitan analizar de modo la escuela secundaria (Castro, 2007; diantil (cooperativas escolares, clubes
dinámico unos actores insertos en AAVV, 2008; Batallán et al., 2009; de estudiantes, etc). La vigencia de
una institución particular: la escuela, Nuñez, 2010; Enrique, 2010; Scarfó esta normativa, y la fuerte promoción
pero también, el sistema educativo, y Enrique, 2010). La forma “clásica” por parte de los niveles intermedios
el espacio público y el Estado. Las de participación a través de los cen- del sistema educativo (inspecciones),
descripciones, conceptualizaciones tros de estudiantes (en adelante, CE) ha generado un aumento relevante
y análisis que aquí se presentan se no es la única. Las escuelas presen- de la cantidad de organizaciones estu-
basan en los hallazgos de un trabajo tan situaciones disímiles: algunas diantiles, aunque su impacto preciso
de investigación doctoral en curso. tienen CE consolidados, otras no resulta difícil de medir.
La indagación se realizó a partir de cuentan con estas instancias; pero sí
un estudio de caso en 11 escuelas de con otros formatos de participación, Un relevamiento estadístico produci-
las ciudades de La Plata, partido de mientras que otras escuelas inten- do por la Dirección General de Escue-
La Matanza, Pergamino, San Isidro y tan conformarlo o bien, su funciona- las de la Provincia en el año 2009, per-
San Nicolás. El criterio de selección miento es discontinuo (GCBA-AAVV, mite realizar un primer acercamiento
de los casos se construyó en base a 2008; Nuñez, 2010). Nuestro caso de descriptivo general.2 De 3036 escue-
los hallazgos de estudios previos so- estudio, la provincia de Buenos Ai- las secundarias públicas, pudieron
bre el tema (en cuanto a diferentes res, confirma estos hallazgos. recabarse datos de 1397 casos. Estos

Doctoranda en Ciencias Sociales, Instituto de Estudios Sociales-Universidad Nacional de General Sarmiento; Mg. en
Educación, Universidad de San Andrés; Lic. y Prof. de Sociología, Universidad de Buenos Aires. Becaria Doctoral del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), con sede en la Escuela de Educación de la Uni-
versidad de San Andrés. E-mail: mlarrondo@udesa.edu.ar

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casos respondieron positivamente, Un fenómeno que suele ocurrir en actividades recreativas y solidarias,
expresando el modo de participación varias escuelas, aún en las que tie- religiosas o de extensión a la comu-
estudiantil que hay en cada escuela. El nen tradición de existencia de CE, nidad. Son concebidas como formas
46% de las escuelas, para el año 2009, es la discontinuidad de la actividad de participación y asociación de los
contaba con algún tipo de organiza- del CE. Ello puede darse a partir del estudiantes, pero sin la organización
ción estudiantil o con iniciativas para “recambio” de autoridades, cuan- que “exige” el formato CE. Además,
conformarla, pero con una diversidad do los estudiantes más activos que en la mayoría de los casos, sus objeti-
de formatos. Los datos producidos sostienen al centro egresa y se va vos se presentan de modo diferente:
como fuente primaria en la investiga- de la escuela. O bien, puede ocu- refieren a un actuar mancomunado
ción –entrevistas y el estudio de caso rrir durante el mismo “mandato”, a pero no tienen siempre la impron-
mencionado- que dan origen a este medida que suceden “altas y bajas” ta de “representar intereses” de los
artículo, han encontrado esta diver- en la voluntad de participación. En estudiantes, aunque algunas de las
sidad de formatos organizativos. De otras escuelas se han registrado si- actividades entre estos formatos y el
este modo, comenzaremos con una tuaciones en las que el CE está con- clásico de CE tiendan a ser parecidas.
descripción de los mismos para luego formado por pocos alumnos, que se En ocasiones, los vínculos con direc-
ir avanzando en la problematización. esfuerzan permanentemente por tivos escolares y docentes tienden a
convocar a mayor participación. ser de cooperación y con una fuerte
Partimos del caso arquetípico del Este pequeño núcleo –que va desde participación de estos últimos. Este
formato “centro de estudiantes” 5 a 10 alumnos- tiene una vocación formato puede clasificarse en dos
(CE), con comisión directiva, voca- permanente por “activar” la partici- tipos: aquellos que se conforman
lías y comisiones, refrendado ade- pación, y suelen plantear activida- como iniciativas más autónomas
más por la normativa vigente. En des con distintos grados de “con- de los estudiantes, y aquellos que
estos casos, cada año se realizan vocatoria”. En otros casos, y sobre forman parte de un proyecto peda-
elecciones donde se eligen autori- todo, en aquellos CE que realizan su gógico escolar. Algunas escuelas se
dades de los CE, a partir de “listas” primera elección, o bien, que lo re- nutren de actividades previas y, por
que presentan los propios alumnos, toman para “relanzar” el CE, la falta ejemplo, adoptan formatos relativos
agrupadas según diversas afinida- de la conformación de “listas” hace a “grupos misioneros”, “grupos de jó-
des (ideológico políticas o amis- que se vote a una lista única, o bien venes”, para crear la instancia de par-
52 tosas, o bien, un “mix” de ambas que se ocupen cargos en la lista por ticipación estudiantil. Se conciben a
cosas). La lista ganadora distribuye estudiantes que “hacen el favor de sí mismos como grupos que intentan
los cargos de presidente, vicepresi- figurar en la lista” pero no tienen “proponer”, “hacer”, “evitar la conflic-
dente y vocalías, pueden distribuir- “convicción” en participar. En base a tividad”, “participar”, pero no “politi-
se otros a la minoría –según se haya la observación y a los hallazgos en- zar” ni “crear conflictos”. El objetivo
especificado en el estatuto de cada contrados, y a los estudios previos de ellas es desmarcarse claramente
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escuela-. Asimismo, se eligen tam- sobre el tema, estas “discontinuida- de la tradición de los “centros de
bién delegados por curso que con- des” o “altas y bajas en la participa- estudiantes” aunque se proponen
forman la asamblea donde se dis- ción”, como así también la preocu- como una instancia de participación
cuten líneas de acción a seguir. Una pación permanente por convocar a estudiantil. Este último tipo resulta
tercera instancia son los trabajos en una participación más amplia por común en escuelas privadas y reli-
“comisiones” o “secretarías” que se parte del conjunto de los estudian- giosas, aunque no exclusivamente.
ocupan de distintos temas (prensa, tes, no parecen ser anomalías. Más
derechos humanos, relaciones inte- bien, son parte de la dinámica de la Más allá del sentido y la forma espe-
rinstitucionales, por ejemplo). En la participación en CE de las escuelas. cífica que adoptan las organizacio-
práctica, las comisiones suelen con- Como sostendremos más adelante, nes escolares, es posible encontrar
formarse si el CE en cuanto tamaño la propia organización es una bús- en casi todas las escuelas, un reper-
de estudiantes lo amerita. queda y un objetivo en sí mismo de torio de acciones comunes o muy
las organizaciones estudiantiles. similares. Este conjunto de activida-
Una segunda modalidad de confor- des se encuentran, con las variacio-
mación del CE es a partir, no ya de Otra situación encontrada refiere a nes según la escuela, en todos los
una comisión directiva y cargos es- otros formatos organizativos que no CE, inclusive, en distintos momentos
trictamente delimitados, sino a par- se denominan en sí mismos “centros y períodos históricos. Estos refieren,
tir de un modo horizontal. El CE está de estudiantes” sino “cooperativas” en términos amplios, a la ayuda y
constituido por un “cuerpo de dele- o “clubes estudiantiles” o –por ejem- gestión de recursos para la propia
gados”, sin autoridades jerárquicas, plo- “grupo de acción positiva”. Esos escuela, la gestión de la vida escolar,
o delegando algunas funciones de llevan adelante actividades más li- el tiempo libre, intereses culturales
coordinación o ejecución en pocos gadas a lo asociativo, a resolver pro- y de diversión, deportivos y solida-
estudiantes, que suelen ser los más blemas de interés común cotidiano rios. El sentido de ellas varía según
activos o “interesados”. –ligado mayormente a recursos-, cómo la organización estudiantil se

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defina a sí misma y las defina. Es de mostrará a continuación- es que, da- provincia de Buenos Aires.
destacar que en todas las organiza- das ciertas condiciones, estas pre-
ciones estudiantiles es posible en- sencias favorecen la “politización” Según la normativa, pero también la
contrar este tipo de acciones. en un sentido específico. cultura escolar de la escuela media,
las agrupaciones de estudiantes que
Un segundo repertorio –que no De este modo, el carácter “más o se presentan a elecciones para con-
abarca a la totalidad de las escuelas- menos” politizado de un CE, como formar un CE no pueden llevar mar-
tiene que ver con un conjunto de dijimos, puede captarse en el análi- cas partidarias. En el caso que exis-
acciones en donde los estudiantes, sis de las modalidades que adquiere tan alumnos que participen en los CE
de distintas maneras, se dirigen al su repertorio de acciones, su for- con una identidad política o con mi-
sistema político, y puede ir desde mato organizativo, sus demandas litancia por fuera de la escuela, siem-
el planteo de demandas a partir de y cómo y a quiénes se dirigen los pre la identificación de las listas para
la protesta a realizar peticiones a estudiantes. En ese sentido, es po- las elecciones del CE lleva un nombre
través de formatos institucionales sible observar que ciertas formas de fantasía. Asimismo, en los casos
(ejemplo: envío de cartas al Conse- de organización y ciertas acciones en que las listas están formadas por
jo Escolar). A diferencia de las acti- favorecen más o menos la confor- algunos estudiantes con una similar
vidades antes enunciadas, en estos mación de conflictividades y ejes identidad política, también se inte-
casos emerge la potencialidad de de discusión desde la escuela hacia gra por estudiantes que no necesa-
una conflictividad y de una direccio- el espacio público. Hay CE en los riamente adhieren a la misma. Como
nalidad hacia las autoridades y/o el que sus objetivos y actividades no una categoría nativa, los propios es-
espacio público. Este espacio puede se plantean como espacio que po- tudiantes militantes mencionan que
ser la propia escuela, donde la ac- sibilite este tipo de acciones, sino las listas para las elecciones de los CE
ción reivindicativa o de planteo de que están pensados y concebidos deben ser “apolíticas”.
demandas se dirigen a las autorida- primordialmente como una acción
des escolares (ejemplo: por cambios cooperativa y de acción en torno a Por otro lado, -y como instancia fun-
en régimen disciplinario, protesta necesidades e intereses comunes, e damental de la conformación del
por el nombramiento de nuevas inclusive, hay actores escolares que movimiento estudiantil en tanto tal-
autoridades, uso de uniformes esco- “resguardan” fuertemente este ca- existen las organizaciones de segun-
lares, disputas en torno a los conte- rácter “neutral” (cfr. Castro, 2007). do grado4, que intentan coordinar las 53
nidos escolares, entre otras), o bien, acciones de diferentes centros de es-
a las autoridades del sistema educa- Cabe aclarar que esta última idea se tudiantes o estudiantes secundarios:
tivo. Es el caso de los reclamos por basa en una mirada teórica acerca las “coordinadoras de estudiantes
situación edilicia, oposición ante de la “participación” y “la política” secundarios”, “uniones”, o bien, “fren-
leyes educativas, pedidos por el bo- que será retomada en párrafos pos- tes” o “federaciones”, y se organizan

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leto escolar, pedidos de justicia, ac- teriores. Para proseguir en la argu- por ciudad o localidad. Las confor-
ciones de memoria (por ejemplo, las mentación, y fundamentar esta idea, man estudiantes miembros de los CE
marchas por la noche de los lápices), previamente daremos cuenta de otra de sus escuelas, o jóvenes que asisten
o reivindicativas (“no estigmatizar a problemática relevante: las modalida- a escuelas sin CE. Estos últimos suelen
los jóvenes”) entre otras. Este tipo des en las que se insertan las identida- participar de las coordinadoras para:
de acciones, claramente políticas, des políticas militantes3 en los CE. 1) aprender de las experiencias y pro-
también puede incluir el apoyo y la mover la formación del CE en su es-
alianza con docentes y directivos, cuela; o 2) para participar en el espa-
con la comunidad o el barrio. cio junto a otros jóvenes y colaborar
Organizaciones de segundo gra- en las acciones de la coordinadora/
En este punto se hace necesario pre- do y movimiento estudiantil federación. De este modo, puede ha-
cisar que la existencia de un CE en ber jóvenes que militen en estas or-
una escuela –u otro tipo de organi- Las identidades políticas dentro de ganizaciones y realizan acciones con
zación participativa estudiantil-, no la escuela media (refieran a partidos ellas, “invitando” a los estudiantes de
define en sí misma la presencia de políticos o movimientos sociales la escuela a participar de la actividad,
“lo político” o “la política” en la es- presentes en el espacio público más como una marcha o un petitorio. Las
cuela. La presencia de vínculos con amplio), han estado presentes histó- organizaciones de segundo grado nu-
organizaciones político partidarias ricamente y de modo constitutivo en clean antes que a CE, a miembros de
por fuera de la escuela –a través de los CE. Sin embargo, aún en contex- los mismos, ya que no es común que
los estudiantes que son militantes-, tos de fuerte promoción de la parti- un CE en una escuela decida adherir
tampoco define en sí misma el ca- cipación política juvenil, la relación o “coordinar” de modo orgánico con
rácter “político” de un CE o de otro identidad política y escuela no resul- una organización de segundo grado
tipo de organización estudiantil. Lo ta fácil, ni se trata de un fenómeno (especialmente si tiene vínculos con
que esto último sí permite –como se extendido, al menos en el caso de la identidades político partidarias). En

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la provincia de Buenos Aires las coor- zaciones estudiantiles de segundo identidades o los jóvenes que pug-
dinadoras suelen ser de dos tipos: grado pueden encontrarse dos tipos nan por un CE “libre de política”, idea
pueden estar vinculadas con partidos de actividades. Las más complejas que tiene un fuerte consenso. Esta
políticos/movimientos sociales, aun- de articular son aquellas que refieren tensión apareció sin excepciones en
que se presentan como “abiertas” y al planteo de demandas al sistema todos los militantes entrevistados, y
tienen miembros sin identidad parti- político, a la acción reivindicativa y obviamente, ya había sido mostrado
daria o independientes; por ejemplo5: la protesta. Las acciones de protes- en investigaciones previas (Enrique,
UES y CUES-La Plata, CUES-La Ma- ta, allí cuando suceden, deben en- op. cit.). En la escuela, los militantes
tanza, CES-Pergamino. Pero también tenderse como articulaciones entre realizan diversos mecanismos para
hay coordinadoras independientes, distintos actores, y se logran a partir “matizar”, “relativizar”, “explicar”,
sin vínculos partidarios permanentes de la construcción de un marco de “diferenciar” o en algunos casos,
conformados por miembros de CE o acción colectiva6 (Zald, 1999) “exito- ocultar, su militancia política, aún en
estudiantes secundarios, que buscan so” entre organizaciones de segun- los CE con “tradición política”. En las
“movilizar” la participación, o bien, do grado y CE o sus miembros7. En conclusiones, plantearemos algunas
conformadas por militantes de diver- estas acciones puede verse al “mo- hipótesis para interpretar este parti-
sos partidos junto a independientes. vimiento estudiantil” como “unidad”. cular fenómeno.
En estos casos, la organización está En determinados momentos ello se
conformada en base a la pertenencia conforma como una acción colecti- En la sección siguiente, de corte con-
a la localidad y a la defensa de cues- va que agrupa a diferentes ciudades ceptual, avanzaremos en ciertas dis-
tiones estudiantiles que se definen o localidades, como ocurrió en los tinciones sobre la participación estu-
como relevantes y “comunes”, prin- años noventa con el ciclo de protes- diantil y sobre lo político, para luego
cipalmente, el hecho de la organiza- tas en contra de la Ley Federal de plantear una hipótesis interpretativa
ción de CE. Por ejemplo: Movimiento Educación. En este sentido, el papel acerca de la relación entre política,
Estudiantil de Ituzaingó; Unión de de las organizaciones de segundo organización estudiantil y escuela
Centros de Estudiantes Rosaleños; grado o de los partidos y movimien- media para nuestro caso de estudio.
Coordinadora de Estudiantes secun- tos es central en la construcción de
darios de Escobar. Por otra parte, en marcos de acción colectiva del movi-
momentos de conflictividad político miento estudiantil.
54 educativa pueden emerger grupos Acción política, participación y lo
de coordinación de estudiantes con- Si cambiamos la perspectiva y mira- político en la escuela
formados en torno a la coyuntura y a mos a estas organizaciones desde la
la necesidad de emprender acciones escuela, los alumnos que son militan- En este apartado se especificarán las
comunes. tes son el “nexo” entre estas dos ins- relaciones conceptuales utilizadas
tancias. Estos actores ponen de ma- para la descripción de las dinámicas
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Otro actor relevante se encuentra nifiesto una de las tensiones propias de participación antes presentadas,
en las “ramas de secundarios” de y quizás constitutivas de la participa- y se presentan algunos problemas
los partidos políticos o movimien- ción política escolar: la “entrada de la derivados de la construcción de
tos sociales. Estas agrupaciones política en la escuela”. Ateniéndonos marcos conceptuales que permitan
desarrollan distintas actividades, a los hallazgos de esta investigación, describirlas y comprenderlas.
sus militantes intentan incidir y sostendremos que estos actores son
marcar los debates o actividades en capaces de “motorizar” la participa- Como mostramos anteriormente, la
sus propias escuelas, o bien, incidir ción escolar en tanto acción política, escuela media es un ámbito donde
mediante la construcción de listas u siempre y cuando puedan articular existen múltiples formatos de par-
otras acciones en la formación del los marcos de acción colectiva con ticipación de los jóvenes. Cuando
CE de su escuela. Desde los partidos la organización específica de cada refiere al obrar mancomunado en
o movimientos sociales, a su vez, se escuela, y con los intereses y reperto- torno a cuestiones relativas a la vida
trata de conformar organizaciones rios de acción de los CE. En algunos estudiantil, puede darse a partir de
de segundo grado que, como se ha casos la situación se torna conflictiva distintos “contenidos”, “definición de
mostrado, en muchos casos tienen cuando las autoridades niegan o re- problemas”, y “objetivos comunes”:
una orientación partidaria, aunque chazan fuertemente la organización solidarios, recaudación de fondos,
siempre se presentan con vocación estudiantil. Como la reglamentación diversión, etc. No obstante, aquí sos-
de “transversalidad”. Un tercer tipo y la tradición tienden a expulsar las tendremos que ello no siempre está
de vínculo es el objetivo de sumar discusiones o posturas en términos vinculado con la emergencia de lo
militantes (secundarios) al partido o “partidarios”, estos militantes tienen político en el ámbito escolar.
movimiento. que presentar y re presentar los mar-
cos como “interés general” por parte Las particularidades empíricas del
Como mencionamos, dentro del de los estudiantes. Sólo tendrán “éxi- caso de estudio, y las múltiples formas
repertorio de acción de las organi- to” si pueden articularlo con otras de participación estudiantil, tal como

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han sido descriptas, nos colocan fren- esta argumentación, las prácticas jóvenes (Bonvilliani et al., 2008). Du-
te a una cuestión sinuosa: los límites sociales de los actores concretos de rante los últimos quince años se ha
entre lo político y lo asociativo, los nuestra investigación –en este caso, observado la emergencia de colec-
límites entre “lo político”, “la política”, jóvenes estudiantes secundarios- tivos que a partir de su inserción en
y un más allá que podríamos llamar pueden ser consideradas en torno organizaciones de derechos huma-
“cooperativo” o “participativo”. Esta al desarrollo de lo político. Esto nos nos, agrupaciones estudiantiles uni-
cuestión es muy relevante cuando el coloca, a su vez, frente a otro desafío versitarias, artísticas o periodísticas,
escenario es la escuela. ¿Por qué? Por- conceptual: quién y cómo define o participaban políticamente de modo
que la institución escolar es, en sí mis- lee “lo político” en la participación de activo y con formatos novedosos. Re-
ma, espacio de permanente actividad los jóvenes, en este caso, en el ámbi- chazando vínculos con los partidos
“participativa” de los jóvenes, dado to escolar y estudiantil. Quisiéramos políticos, sindicatos o iglesias, se or-
que es un eje central de numerosas dedicar unas líneas a este problema, ganizaban a partir de vínculos hori-
prácticas pedagógicas. no para introducir una clasificación zontales, mecanismos asamblearios
estanca, sino para desarrollar una e interviniendo en la escena pública
Tomamos como punto de partida discusión que será retomada más mediante la acción directa (Bonvilla-
el concepto de lo político como una adelante para formular una hipótesis ni et al, op. cit; Svampa, 2008).
dimensión de antagonismo consti- interpretativa sobre el vínculo escue-
tutiva de las sociedades humanas la secundaria y política. En definitiva, y en la actualidad, re-
(Mouffe, 1999). Mientras que la políti- sulta ya un hecho comprender a la
ca es entendida como “el conjunto de En la Argentina, el campo de inves- participación política de los jóvenes
prácticas e instituciones a través de las tigación sobre política y juventud a partir de la diversidad de formas or-
cuales se crea un determinado orden, ha producido un importante co- ganizativas y buscarlas no siempre en
organizando la coexistencia humana nocimiento sobre formas de hacer los espacios “tradicionales” como par-
en el contexto de la conflictividad de- política por parte de los colectivos tidos políticos, y más aún, podríamos
rivada de lo político”. La relación de juveniles en la contemporaneidad, al agregar, en movimientos sociales. En
antagonismo debe ser entendida no mismo tiempo que invitan a repen- este contexto, la categoría de “politi-
sólo como “presencia” sino también sar las categorías desde donde se cidad”8 resulta fructífera para pensar
como una potencialidad. Esto será piensa a “lo político”. Resulta ineludi- las prácticas políticas juveniles, dado
posible mientras identidades dife- ble dialogar con este campo, el cual que permite vislumbrar un sinnúme- 55
renciales puedan ser relativamente ha mostrado diversidad de fenóme- ro de aspectos en la indagación em-
articuladas en torno a intereses que nos y ha marcado tópicos relevantes pírica que suelen permanecer ocultos
no preexisten, sino que son capaces en los modos de entender el vínculo si se define a la política como un sis-
de construirse en tanto tales en una política y juventud. Hacia fines de la tema de prácticas separado de otras
dinámica colectiva. De este modo, lo década del noventa la investigación esferas de la práctica social. La idea

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político es contingente e inestable, daba cuenta de un fuerte deterioro de politicidad entiende que “política”
es una posibilidad siempre presente del vínculo entre ciudadanía y siste- y “sociabilidad” marchan juntas: “la
“y requiere desplazamientos y renego- ma político, a partir de la mentada condición política de los individuos y de
ciaciones constantes entre los actores “crisis de representación”, en la cual los grupos se forma en la intersección
sociales” (op. cit.: 24). los jóvenes no fueron una excepción. de una trama compleja de lazos polí-
En definitiva, se sostenía la tesis de ticos como una trama de lazos que no
Ahora bien, el modo en que ese anta- la apatía juvenil por y en la política. puede ser definido: necesita ser descrip-
gonismo se expresa remite en parte Pocos años después, otro conjunto to en cada coyuntura, en cada lugar,
a la configuración de determinadas de investigaciones han contestado para cada grupo social, y es en el con-
prácticas sobre la política. Algunas a este supuesto desinterés desde flicto que se lo define” (Merklen, 2010:
se expresan en un sistema de insti- otras lecturas teóricas que habilita- 18-19). Asimismo, refleja “no sólo la
tuciones, por ejemplo, el propio de ron relevantes hallazgos. Desde una identidad y la cultura política de un co-
las democracias liberales; otras lo concepción amplia de la política, lectivo o de un individuo sino también
hacen por medio de otros formatos destacaban la “politicidad” de ciertas la totalidad de las prácticas a través de
como los movimientos sociales (Offe, prácticas culturales de la juventud las cuales cada uno salta a la palestra
1992). No obstante, más allá de los (Chaves, 2009). Muchas de estas esta- a batirse por sus intereses y al espacio
modos concretos en los que se or- ban centradas en la búsqueda de la público para defender una concepción
ganice lo político, la existencia de in- politicidad en las prácticas juveniles: del bien común” (op. cit.). Por último,
tencionalidad de influir en la marcha la dimensión política de las prácti- dado que refiere a una trama de lazos
de los asuntos públicos, articulados cas que los propios actores no sue- en contexto, ello marca que es diná-
en torno a un antagonismo –o con- len nominar como políticas (Nuñez, mico e inseparable de las condiciones
flictividad- es definitorio para com- 2011). Por otro lado, se daba cuenta de vida, de la socialización política y
prender una acción colectiva como de la emergencia de nuevas formas de modos de vivir una experiencia de
política. Si estamos de acuerdo con de hacer política por parte de los acuerdo con ello.

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Sin embargo, aún considerando los sariedad de pensar lo político y dis- adquiere el potencial político; 4) que
aportes y la potencialidad de dicho tinguirlo de otro tipo de prácticas se formule o una demanda o reclamo
abordaje, es posible pensar que la dis- colectivas en el ámbito escolar. La que, por lo dicho, adquiera un carácter
cusión se complejiza cuando miramos dimensión de conflicitividad y anta- público y contencioso” (p. 28).
otras fronteras de lo político: aquellas gonismo, la dimensión de bien co-
formas participativas que plantean el mún y de espacio público parecen En síntesis, comprendemos que no
actuar mancomunado y la prosecu- ser, a nuestro entender, centrales en toda acción participativa y colectiva,
ción de objetivos de índole priorita- la construcción de un objeto de estu- aún cuando los estudiantes actúen
riamente “no política” pero sí “solida- dio acerca de “la política en la escue- “en común” en la escuela es política
ria” o “participativa” (como categoría la”, que refiere a algo más y distinto per se. Sin embargo, establecemos
en sí misma) como único o principal que “la participación en la escuela”, un criterio que apunta a analizarlo de
articulador de las acciones colectivas. concepto y paradigma común en la modo dinámico, en términos del de-
Aún en formas no institucionalizadas, literatura de corte pedagógico, orien- venir de la acción de los jóvenes en
aún atentos al entramado de vínculos tado a la práctica. Aún más, es posible los formatos organizativos que es-
en los que se combinan diferentes considerar que resulta necesario ha- tán presentes en las escuelas. Como
prácticas, parece haber en la noción cer una nueva distinción en este con- mencionamos en otras secciones,
misma de politicidad un aspecto tinuum de prácticas que pueden ir consideramos que algunas formas
irreductible: la conformación de in- de “menores” a “mayores” grados de organizativas y repertorios de acción
tereses comunes, la conformación de politización: aquellas acciones que, favorecen y posibilitan más el desa-
algún tipo de antagonismo en torno además de la escuela como espa- rrollo de lo político. Por el contrario,
a ellos, la conformación de algún tipo cio público político, logran articular otras prácticas intentarán despegar-
de identidad colectiva, la visibilidad intereses comunes y antagonismos se de “lo político” en múltiples senti-
pública y una particular direccionali- dirigiéndolos al sistema educativo, al dos. Por un lado, relativos a las iden-
dad hacia alguna instancia en la que Estado y al espacio público común. tidades partidarias, y los vínculos con
ciertas prácticas dialogan –en sus En este “salto a la palestra” se hace “la” política. Por otro lado, a partir del
particulares términos- con un sistema visible y se constituye el estudiante rechazo –y el intento de eliminar- la
marcado por desiguales distribucio- secundario como actor que disputa conflictividad y el antagonismo en
nes y atribuciones de poder. sus intereses en un espacio político. El la vida escolar. En definitiva, en la
56 caso de la provincia de Buenos Aires escuela secundaria, las prácticas
En este sentido, consideramos que resulta por demás interesante dado participativas de los jóvenes po-
la distinción no ya entre política que, allí cuando la organización de drían analizarse como ubicaciones
“institucionalizada” y política “no estudiantes emerge suele dirigirse a situacionales en distintos puntos de
tradicional”, entre “gestión de la diferentes instancias: el gobierno lo- un continuum donde estas acciones
vida cotidiana” y “acción política”, cal (municipalidades), los consejos es- pueden acercarse a formas de acción
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sino entre la emergencia de lo polí- colares y en otras instancias a las au- política –en los sentidos antes defi-
tico y su imposibilidad, resulta nece- toridades político educativas (DGE). nidos-, o a formas asociativas y coo-
saria al mirar la escuela. Aún con re- perativas cuyo carácter propiamente
caudos teóricos y metodológicos, y Esta diferenciación plantea, enton- político es más borroso, desplazan-
con una vigilancia del propio rol del ces, a lo político como una potencia- do el conflicto y el antagonismo,
investigador a la hora de “hablar” lidad, y a las fronteras entre lo partici- avocándose únicamente a una esfera
las prácticas de los otros, debería pativo y lo político como dinámicas de actividad. De este modo, es espe-
continuar vigente en el análisis de y permeables, pero distintas. En ese rable que “centros de estudiantes”,
estos actores para además avanzar sentido, coincidimos con la propues- “cuerpos de delegados” puedan po-
en la comprensión de los efectos de ta de Bonvillani et al. (2008), quie- litizarse, o a la inversa.
la institucionalización y regulación nes en un esfuerzo sistematizador
de la participación estudiantil en sostienen que: “la politización es un
las escuelas por parte de la política potencial u horizonte constitutivo de
educativa. Ello permite problema- cualquier vínculo social. Sin embargo, Palabras finales
tizar los casos muy frecuentes en para atribuirle carácter político a un
que, aún intentando “despolitizar” colectivo y a un sistema de prácticas Como hemos intentado mostrar a
la escuela a partir del rechazo a las sociales, consideramos que es preciso partir de la descripción realizada,
identidades partidarias, la “no poli- reconocer, al menos, cuatro aspectos: el vínculo entre política, escuela,
tización” en la escuela refiere a la eli- 1) que se produzca a partir de la or- jóvenes y movimiento estudiantil,
minación de posibles fuentes de an- ganización colectiva; 2) que tenga un es complejo y multidimensional.
tagonismo y su reemplazo por otro grado de visibilidad pública (ya sea de Como se mencionó, los resquemo-
tipo de proyectos participativos. un sujeto, de una acción o de una de- res, “sospechas” y rechazos hacia “la
manda); 3) que reconozca un antago- política” en la escuela, están presen-
En este punto, sostenemos la nece- nista a partir del cual la organización tes en el imaginario de muchos di-

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Escuela Secundaria, Participación Política y Movimiento Estudiantil.
Articulaciones conceptuales y actores para el caso de la provincia de Buenos Aires

rectivos y docentes y en los propios origen a este trabajo. Las identidades fuera de ella (por ejemplo, el dis-
estudiantes y sus familias. Y aún así, políticas deben “perder algo” para curso político militante). ¿Será uno
las identidades político partidarias entrar en la escuela. Deben llegar a de esos productos una forma “es-
están presentes en un movimiento consensos y acuerdos en el ámbito colar” de hacer política? ¿Cómo son
estudiantil que actúa, y son capaces propiamente escolar, y sobre todo, a las interacciones que se dan entre el
de motorizar la participación escolar. consensos en hasta donde se expre- mundo escolar y el mundo de la mi-
A la vez, los CE hacen muchas cosas, san “ideas políticas” y hasta dónde litancia política? ¿Qué posibilidades
y todo ello se da en un contexto en no. En definitiva, deben transformar- genera tanto para la escuela como
que las normativas promueven que se en identidades estudiantiles y es- para los movimientos sociales? ¿En
las escuelas tengan mecanismos de colares legítimas. Sucede lo mismo qué medida y bajo qué modalidades
representación y participación estu- con el desarrollo de antagonismos al los cambios en la normativa pueden
diantil. ¿Cómo se entiende este fenó- interior del espacio escolar. generar condiciones de politización
meno “contradictorio”? –tal como hemos definido aquí- en la
En este punto, creemos que además escuela; o por el contrario, favorecer
Seguramente, no podremos respon- de pensar la complejidad de las prác- procesos de despolitización?
der acabadamente esta pregunta en ticas políticas juveniles en la contem-
el marco de este trabajo. Pero sí inten- poraneidad, pensar la escuela como En definitiva, hemos intentado hacer
taremos presentar algunas pregun- institución resulta muy fructífero. una descripción analítica de un actor
tas e hipótesis sobre los caminos que Los conceptos de “programa insti- colectivo y de unas prácticas relevan-
a nuestro entender sería interesante tucional” (Dubet, 2004) y “cultura tes, y mostrar algunos caminos y pre-
recorrer para responderla. En primer escolar” (Viñao, 2002) nos permiten guntas que recorren nuestro problema
lugar, diremos que las identidades comprender a la institución escolar de investigación, en el que creemos se
político partidarias de los jóvenes como una que produce efectos es- vinculan dos mundos: la política y lo
cuando entran en la escuela lo hacen pecíficos, en tanto su relación con el escolar. Y hemos encontrado que se
de un modo particular, y uno de sus entorno no es lineal. Por el contrario, articulan de modos muy complejos, a
mecanismos consiste en sufrir cierta produce mediaciones, traducciones, veces cercanos, a veces indiferentes, y
“metamorfosis”, basada en una diná- recolocaciones: tiende a procesar el otras muy distantes entre sí.
mica de “ocultamiento” relativo. Ello afuera en su propia lógica. Genera
se ha evidenciado como un hallazgo sus propios “productos” a partir de Recibido el 14 de diciembre de 2012 57
del proceso de investigación que da los saberes y discursos que están Aceptado el 15 de marzo de 2013

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Notas
1 Archivo DIPPBA (1986-1998), diarios Tiempo Argentino, El día y Clarín, diferentes años.
2 Los datos fueron recabados a partir de una consulta (encuesta) que respondieron las escuelas de modo voluntario. Cabe
destacar que no son datos producidos en el marco de una investigación. La falta de datos estadísticos sobre el tema hace que,
con muchos recaudos, estos datos puedan ser utilizados como una descripción aproximada, sólo con fines exploratorios.
3 En este escrito aludimos con ello a un nombre genérico que refiere a las identidades político partidarias, o bien, constituidas
en el ámbito de movimientos sociales, y que comportan la filiación militante de los jóvenes secundarios.
4 Retomamos esta categoría de Batallán et al. (2009).
5 Muchas coordinadoras suelen tener una duración esporádica: los ejemplos mencionados en este artículo representan orga-
nizaciones que están actualmente en funcionamiento.

58 6 Ejemplos: Concentración en ANSES por entrega de netbooks (La Plata, 2012); Marcha y abrazo simbólico por la aprobación del
boleto estudiantil y la situación edilicia (Pergamino, 2011); Marcha y movilización por la continuidad de un equipo directivo
(Villa Luzuriaga, 2012); Petitorio por la prohibición de fumar dentro de la escuela (Ituzaingó, 2009).
7 Al respecto, se recomienda el trabajo de Enrique (2010) sobre los conflictos en la ciudad de Buenos Aires.
8 El uso de esta categoría para pensar las prácticas de los jóvenes en el nivel medio fue propuesto de modo novedoso por Nu-
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ñez (2010) y por Chaves y Núñez (2012), para pensar el espacio escolar como configuración de prácticas políticas.

Resumen Abstract
En la Argentina, el movimiento estudiantil secundario In Argentina, the secondary student movement has not
no ha sido foco de investigaciones numerosas y espe- been the focus of numerous investigations. Currently, this
cíficas, como sí lo ha sido el movimiento universitario. is an emerging field research. Political participation in
En la actualidad, estamos en presencia de un campo en middle school, has been investigated primarily-through
construcción que ha indagado a este objeto de estudio perspectives that emphasize the link between school
-principalmente- a través de perspectivas que ponen el and citizenship, and with it, the link between youth and
acento en el vínculo entre escuela y ciudadanía, y junto policy. In this presentation, we return these approaches,
con ello, en el vínculo entre juventudes y política. En este while some aspects will be discussed, in order to describe
artículo, se retomarán estos enfoques, a la vez que se and understand certain practices and dynamics of an ac-
discutirán algunos aspectos en cuanto a su problemati- tor made ​​up in different instances. Also presents the first
zación conceptual, con el fin de describir y comprender findings of ongoing research about the formation of the
determinadas prácticas y dinámicas de un actor confor- student movement and school participatory formats in
mado en distintas instancias organizativas. Asimismo, se the educational system of the province of Buenos Aires.
expondrán los primeros hallazgos de la investigación en
curso acerca de la conformación del movimiento estu-
diantil y los formatos participativos escolares en el siste-
ma educativo de la provincia de Buenos Aires.

Palabras clave Keywords


Participación política - Escuela media - Movimiento Political participation - Middle School - Student Movement
estudiantil

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