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Trastornos y dificultades asociados al aprendizaje

Los psicólogos educativos también tienen que hacer frente a los problemas que
presentan algunos alumnos para aprender al mismo ritmo que lo hacen sus pares.
Los niños en edad escolar pueden presentar dificultades específicas como el
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad o la Dislexia, que afectan
negativamente a los aspectos cognitivos vinculados al proceso de aprendizaje. Será
necesario que el psicólogo educativo, de acuerdo con los docentes, planifique un
plan de estudios adaptado a estos casos, intentando minimizar el impacto
académico de estos trastornos o retrasos.

No obstante, los psicólogos educativos también tienen un papel fundamental a la


hora de detectar y tratar otros problemas de índole no específica. Por ejemplo,
casos clínicos como alumnos con cuadros depresivos, ansiosos, o con cualquier
otro tipo de afectación que requiera de un tratamiento individualizado y, en algunos
casos, de una adaptación curricular. Otros problemas psicosociales como los
alumnos afectados por bullying también pueden precisar de la intervención del
psicólogo educativo.

Psicología educativa: definición y objeto de estudio

La psicología educativa es una subdisciplina de la psicología que se encarga de


estudiar las formas en que se lleva a cabo el aprendizaje humano, especialmente en
el contexto de los centros educativos. La psicología educativa analiza los modos en
que aprendemos y enseñamos y trata de aumentar la efectividad de las distintas
intervenciones educativas a fin de optimizar el proceso. También trata de aplicar los
principios y leyes de la psicología social a las instituciones y organizaciones
educativas.

Dicho de otro modo, el objeto de estudio de la psicología educativa es el aprendizaje


de los estudiantes y los distintos aspectos que modulan su desarrollo cognitivo.
Psicología educativa para mejorar el aprendizaje

En el contexto escolar, la psicología educativa investiga los mejores métodos y


planes de estudio que permitan mejorar el modelo educativo y la gestión de los
centros.

Siendo su objetivo la mejor comprensión de los elementos y características que


influyen en el aprendizaje durante la infancia, la adolescencia, la adultez y la vejez,
los psicólogos educativos son los encargados de elaborar e implementar distintas
teorías sobre el desarrollo humano que ayuden a comprender los distintos procesos
y contextos en que se produce el aprendizaje.

La inteligencia emocional es la capacidad de conocer nuestras emociones y


entender las ajenas, mientras que el mindfulness es la atención plena.
Conócelos.

En UNIR ahondamos en los conceptos de inteligencia emocional y mindfulness,


cuáles son las claves e importancia de cada una de ellas en nuestro día a día.

La inteligencia emocional es la capacidad de conocer nuestras emociones,


identificar y comprender tanto las propias como las ajenas, así como saber gestionar
nuestros estados de ánimo. Las primeras teorías del siglo XX daban protagonismo
al cociente intelectual, considerado como inteligencia. A partir del año 1995, con la
publicación del libro “Inteligencia emocional” de Daniel Goleman, comenzó a
popularizarse dicho término dando cabida a otro tipo de inteligencias.

Desde el ámbito psicológico actualmente se da gran importancia al desarrollo


emocional de las personas, siendo entendido como un aspecto influyente en el
comportamiento humano y en la toma de decisiones. Para comprender al ser
humano es importante conocer las emociones; esta cuestión contribuye a la
socialización y la adaptación a nuestro entorno.

Claves de la inteligencia emocional


La inteligencia emocional es una capacidad humana relacionada con la empatía, el
control de las emociones propias y ajenas y las habilidades sociales. Está formada
por diferentes elementos destacados por Daniel Goleman:

● Autoconocimiento: conocer las emociones propias y saber actuar ante ellas.


● Autorregulación emocional: habiendo identificado la emoción propia, saber
cómo será el comportamiento asociado para gestionarlo y actuar de la forma
más adecuada y sana en relación con el entorno.
● Automotivación: utilizar las emociones para lograr alcanzar los objetivos que
se desean, siendo capaz de motivarnos para ello.
● Empatía: saber identificar las emociones ajenas así como entender sus
sentimientos y estado emocional.
● Habilidades sociales: entendiendo que las emociones propias y ajenas
influyen en las relaciones, actuar en función del momento en el que se está
(entorno, situación, responsabilidad).

Relacionado con la inteligencia emocional se encuentra el mindfulness que se basa


en la autorregulación emocional.

¿Qué es el mindfulness?
Mindfulness se define como “atención plena”. Es la capacidad de estar en el
presente de forma consciente, permanecer atento ante lo que se hace y lo que
sucede en cada momento. Se basa en la conciencia plena sobre lo que nos sucede
a nivel personal y a nuestro alrededor.

Para conseguir llegar a ese estado mental se realiza meditación, sesiones basadas
en ejercicios que ayudan a relajar la mente y que posteriormente se llevan a la
práctica en la vida diaria consiguiendo así un bienestar personal, entre otros
beneficios.

Los beneficios del mindfulness


El mindfulness es utilizado por muchas personas para lograr una estabilidad
emocional más adecuada, que permita vivir en el presente y afrontar los problemas
de la mejor manera posible. Esto es así porque el desarrollo del mindfulness
presenta grandes beneficios en la vida diaria:

● Mejora el autocontrol y fomenta el desarrollo de la inteligencia emocional.


● Influye positivamente en la resolución de problemas.
● Fomenta la capacidad de concentración y la memoria.
● Aumenta la creatividad.
● Favorece las relaciones sociales sanas.

Aplicación del condicionamiento operante

Desarrollo humano y educación: dos ramas entrelazadas


Imaginemos el caso de un niño de 4 años que muestra dificultades en el desarrollo
de su capacidad comunicativa, sin evidencia médica de que sufra ningún tipo de
discapacidad auditiva. Antes de elaborar un programa de intervención, se debería
analizar cómo evoluciona el lenguaje a lo largo de la infancia, pero también en qué
fase de este proceso se encuentra el niño y si los problemas en el habla son
síntoma de algún otro tipo de trastorno

Este caso ficticio nos ayuda a entender la estrecha relación que existe entre la
psicología educativa y la psicología evolutiva y del desarrollo, la cual está enfocada
en el estudio e investigación de los cambios psicológicos a lo largo del ciclo vital de
un humano. En otras palabras: su objetivo es establecer las teorías explicativas
sobre el desarrollo de las capacidades —inteligencia y lenguaje, entre otras—
durante la infancia, adolescencia y vida adulta.

También la psicología del desarrollo, al igual que la psicología educativa, contempla


las variables externas que intervienen en ese proceso de maduración cognitiva:
edad, herencia genética, factores socioculturales… Otra característica que
comparten es el reconocimiento de factores internos que, sin lugar a dudas,
impulsan el desarrollo integral del humano: las emociones, las actitudes, los valores
sociales o la metacognición.

El estudio sobre la influencia de estos factores en el aprendizaje ha generado


diversas teorías explicativas a lo largo de la historia, hasta llegar al modelo
constructivista: el paradigma donde se asientan las bases de la escuela actual.

El modelo constructivista en la psicología educativa


El constructivismo supone un cambio radical en el concepto tradicional de los roles
del profesor y alumno, puesto que defiende el papel activo de este último en el
proceso de aprendizaje. Además, permite mostrar al docente los materiales de
construcción y las directrices necesarias para que el niño progrese en su propio
desarrollo integral.

Una de las teorías que ayuda a comprender el modelo constructivista es el


andamiaje. Esta está basada en los principios del desarrollo y aprendizaje
psicosocial del psicólogo ruso Lev Vygotski, considerado uno de los grandes
propulsores de la psicología de la educación.

A grandes rasgos, la teoría del andamiaje perfila al maestro como un instructor que
presenta al alumno la información necesaria —y estructurada— para que resuelva
un problema o tarea que le ayudará a desarrollar una serie de aprendizajes. Esta
tarea debe suponer un reto motivador para el niño, pero tiene que estar ajustada a
los conocimientos previos del alumno. Mientras el niño la va resolviendo, el profesor
debe limitarse a ofrecer los apoyos necesarios para que alcance el objetivo.
Formación en psicología de la educación: competencias profesionales
La función principal del psicólogo educativo es mejorar el sistema de enseñanza
trabajando en tres niveles: en el desarrollo de las capacidades de un individuo, de
grupos o de las instituciones. Esto supone la adquisición de competencias en:

● Técnicas de evaluación e intervención psicoeducativa.


● Diseño de programas de adaptación curricular y proyectos educativos.
● Habilidades para el asesoramiento y orientación vocacional y profesional.

Desde UNIR analizamos una de las metodologías de aprendizaje en el ámbito de la


Psicología, el condicionamiento operante o instrumental, qué es y sus principales
objetivos y funciones.
El condicionamiento operante o instrumental es el término que se emplea para
referirse al método de aprendizaje que se produce a través de la asociación de
refuerzos (recompensas) y castigos con una determinada conducta. De esta forma
se lleva a cabo una asociación entre el comportamiento y la consecuencia de este.

El objetivo principal de esta disciplina es aumentar o disminuir la probabilidad de


que una conducta se vuelva a repetir. Las acciones que obtengan una recompensa
tenderán a realizarse de nuevo; las que obtengan un castigo dejarán de hacerse.
Además, persigue también los siguientes objetivos:

● La adquisición. Conducta que se asocia al refuerzo positivo y/o al refuerzo


negativo. Como consecuencia del refuerzo, la conducta cada vez se da más
rápidamente y más veces.
● La extinción. Esta se centra en eliminar el reforzamiento de una conducta. Al
suprimirla, la frecuencia de esta va decreciendo. No es un proceso inmediato
sino gradual por lo que no puede esperarse que la conducta desaparezca al
momento. Por este motivo es importante insistir en la aplicación de esta
práctica para asegurar la eliminación de la conducta, ya que a veces puede
darse el fenómeno de “recuperación espontánea”, donde una conducta que
ya había desaparecido vuelve tras un corto período de tiempo

Aplicación del condicionamiento operante


Según el comportamiento específico que se quiera trabajar, el objetivo a alcanzar
será diferente y, por lo tanto, el cambio de conducta cumplirá una función diferente.
Entre las prácticas más usuales de este método encontramos los siguientes:

● Moldeamiento de la conducta: consiste en un cambio gradual de una


conducta a la conducta objetivo, la que se desea alcanzar. Para llevarlo a
cabo se comienza por una respuesta parecida para que el paciente la
modifique paulatinamente. Uno de los usos más comunes de esta técnica es
en aquellas personas con diversidad funcional cognitiva y que no pueden
comunicarse de forma verbal.
● Superar fobias: esta técnica también se emplea para superar o gestionar
episodios traumáticos o fobias, mediante el refuerzo y el castigo ante las
diferentes conductas.
● Adicciones: el condicionamiento operante juega un papel importante a la hora
de superar la dependencia a drogas como el tabaco o el alcohol, ya que
permite reconocer qué pensamientos son los que producen una determinada
emoción y llevan al consumo.

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