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| a alelialaiatiatalataiatatins weer re ee ee er rr TERCERIZACIONES. VERSIDAD DE LA REPUBL| FACULTAD DE DERECHO BIBLICTECA PLAN DE LA OBRA Presentacion = Primera Parte - Las nuevas formas de organizacion empresarial y su im- pacto sobre el Derecho del Trabajo De la empresa-organizacién a la empresa-red Capitulo I. La empresa clisica como habitat dela legislacién indus- trial Capitulo TL- La empresa tradicional: dos teorias sobre su naturale: gy za juridica 1) La teorfa clésica @ 2) La teoria institucionalista @ 2.1) Presentacién de la teoria e 2.2) La empresa-institucién 2.3) Critica e e € € e « a q Capitulo IIL. El big bang de la empresa y su impacto en el Derecho del Trabajo 1) Causas y consecuencias de la descentralizacién productiva 2) Patologia y fisiologia de la descentralizacién empresarial 3) La recomposicién del Derecho del Trabajo - Segunda Parte - Exégesis de las leyes N° 18.099 y N° 18.251 Capitulo I. Presentacién Capitulo II. Ambito subjetivo de aplicacién 1) Actividad privada 2) La calidad de patrono o empresario alll ll 8) Intermediacién 4) Suministro de mano de obra Capitulo IV. Exclusiones 1) El sistema no es aplicable al usuario que no posee la calidad de patrono o empresario 2) Obras o servicios que se ejecutan o prestan de manera ocasional 8) Servicios de distribucién icrrcen eaenecanUS odes C01 able. L Figur lidad de le empre ‘0 u de le ley N° 16.951 2 jerecho extranjero L mnculo juridico entre la empresa principal y el exigencie de un “acuerdo contractual” 2.2.4) Objeto de la subcontratacién: ejecucién de obras 0 servicios 2.2.5) Caracteristicas de las obras o servicios objeto de la subcontratacién 4) Realizacién bajo cuenta y riesgo del subcontratis- ta y oon trabajadores dependientes de este ultimo b) Integracién a la organizacién del principal o for- mar parte de su actividad normal o propia, prin cipal o accesoria, ya sea que se cumplan dentro 0 fuera del establecimiento b.1) {Cudndo la obra o servicio se integra en la organizacion del establecimiento principal? b.2) {Cuando la obra o servicio forma parte de a actividad normal o propia del estableci- miento? ©) Mantenimiento, limpieza, seguridad y vigilancia 2.2.6) Tercerizacién en cadena 2 a 7) Delimitacién temporal de la res Capitulo VI. Responsabilidad (solidaria-subsidiaria) de le empresa usuaria: modulacion de su intensidad smbio introducido por la ley N° 18.251 ssponsabilidad dual: solidaridad o subsidiariedad 3) Empresa usuaria: su derecho a ser informada. Situacién juri- dica de carga 4) Transicion de la solidaridad a la subsidiariedad: conducta efi- caz para conseguir dicho objetivo 5) La doctrina que exige la realizacién de controles ¥ las razones que determinan nuestra discrepancia con la misma 6) Forma en que debe hacerse efectivo el derecho a ser informado 7) Conclusiones Capitulo VII. Naturaleza juridica de la responsabilidad de la empre- sa usuaria, Solidaridad - Subsidiariedad 1) Presentacién 2) La solidaridad en el Derecho privado 2.1) La técnica referencial y sus limitaciones 2.2) Obligaciones con sujeto multiple en el Cédigo Civil 2.8) Obligaciones solidarias 8) {Solidaridad en les leyes 18.099 y 18.251? 8.1) Incongruencias entre nombres y efectos 3.2) Divisién ipso jure de la deuda 3.8) Algunas repercusiones de la divisién de la obligacién en- tre los deudores 8.8.1) Eficacia de los actos liberatorios 8.8.2) Carga de accionar contra todos los deudores 13 [MARIO GARMENDIA ARIGON - GUSTAVO GALIHIER 8.8.8) Exigencia legal de emplazamiento conjunto 3.3.4) Interrupeién de la preseripeiin. 4) Responsabilidad subsidiaria 8) @Podria una misma empresa ser responsable solidarie respec wo de cierta deuda y responsable subsidiaria respecto de otra deuda? itulo VIII. Derecho de retencién y pagos por subrogacién ‘ujetos legitimados para retener Circunstancias que habilitan la retencién jestino de las sumas retenidas 4) Pagos por subrogacién Capitulo IX. Otras disposiciones 1) Prohibicién de utilizar la subcontratacién, intermediacién o suministro de mano de obra en determinadas cireunstancias 1.1) Prohibicién de emplear las modalidades de contratacién para reemplazar trabajadores que se eneuentren ampa- rados al subsidio por desempleo 1.2) Prohibicién de emplear las modalidades de contratacién para reemplazar trabajadores que se encuenttren en con- {licto coleetivo 1.8) Una excepcién a las prohibiciones: servicios esenciales 1.4) Consecuencias de la trasgresidn de la prohibicién 2) Obligacién de informar al trabajador Capitulo X. Emplazamiento conjunto Capitulo XI. Aplicacién temporal del nuevo régimen legal y declara- cién de orden ptiblico 1) Aplicacién temporal del nuevo régimen legal 2) Declaracién de orden piblico Apéndice normativo Bibliogratia - Primera Panre - LAS NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACION EMPRESARIAL Y SU IMPACTO SOBRE EL DERECHO DEL TRABAJO DE LA EMPRESA-ORGANIZACION ALA EMPRESA-RED | ae » » » » , » , , , s . VvVVIGD VUVVVVR VID - Caprrcto I - LA EMPRESA CLASICA COMO HABITAT DE LA LEGISLACION INDUSTRIAL ina del Derecho del Trabajo no ha esa la misma invensidad o profun- le han destinado otras discipli- nas, como la economia o la sociologia. Alcanza con realizar un répido repaso de cualquiera de las obras generales de los mas destacados clasicos de la literatura juslaboralista ara notar que los espacios reservados a dicho tema suelen ser bas- ‘tante menos extensos y detallados que los que se dedican, por ejem- plo, al estudio del sujeto trabajador. ‘También es apreciable que, por lo general, las reflexiones de los laboralistas en relacién a este tpico, suelen estar enfocadas desde una perspectiva que bien puede calificarse como accesoria o satelital, enel entendido de que el eje principal sobre el que giran los abordajes es, precisamente, la figura del sujeto trabajador. En tal sentido, el estudio dela empresa suele encararse, o bien desde una perspectiva que privilegia el andlisis de la manera en que las obligaciones y res- ponsabilidades de la misma se corparizan frente al sujeto trabaja- dor, o bien toméndola, simplemente, como el dmbito fisico dentro del que se aplican las normas laborales. Por supuesto, seria un grave error suponer o pretender que esta relativamente escasa atencién que la doctrina laboral tradicional ha dispensado a la empresa (y sobre todo, al escudrifiamiento de su ‘naturaleza juridica) pudo haber sido el resultado de una generaliza- da desatencién o, todavia peor, que es la consecuencia de un andlisis, poco riguroso 0 profundo de la realidad. Por el contrario, existe una explicacién plausible para este he- cho: el Derecho del Trabajo esté genéticamente determinado por un 7 LMARIG GARMENDIA ARIGON - GUSTAVO GAUTHIER, propésito tuitivo hacia la figura del trabajador y, por esve motivo, toda su estructura dogmatica se ha construido en torno al efectivo cumplimiento de diche inalidad vital Sin embargo, también es importante dejar en evidencia que de- trds de esta parquedad doctrinaria. s2 esconde una clara paradoja. pues resulta evidente que la peripecia histérica det Derecho del Tra- bajo siempre ha estado, inescindible y estrechamente, asociada a la existencia de la empres Gisciplina juridica. los momentos de consol de crisis que ha sufrido el Derecho del ‘Trabajo, siempre se han visto, y se ven todavia, condicionados por la presencia de la empresa, enti- dad que hizo las veces de epicentro para el surgimiento y desarrollo del movimiento sindical y sobre cuva base se explica (entre otros miéltiples aspectos) In aparicién de todos los fenémenos laborales colectivos. La empresa fabril fue, de este modo, el habitat en el cual se desarrollé Is legislacién laboral (que no en balde hasta bien avanza- do el siglo XX adopté el nombre de legislacién industrial) y esta tlti- ma, en definitiva, no es otra cosa que uno de los resultados 0 produc- tos desprendidos de la industrializacién y de la consecuente apari- cién de las grandes factorias. Este inextricable vinculo determiné que la propia razén de ser de la legislacién industrial encontrara su esencia principal en la eje- cucién del trabajo subordinado en la empresa ajena’. De este modo, fue a partir de un determinado modelo de organi- zacién empresarial (la empresa fabril-industrial clésica) que se defi- nnié un perfil “tipico” de relacién individual de trabajo, caracterizada ppor la existencia de un empleador claramente definido y tinico, que desarrollaba su actividad recurriendo a la contratacién de la presta- cién de una labor especifica y predeterminada (lo que permitid, en- tre otras cosas, acufiar la nocién de “categor‘a laboral”), realizada dentro de un determinado establecimiento, durante un cierto mime- 2 Vana, Pierre (con Ia colaboracién de Sophie Durovn), Configuration Diversifie de Tentreprise et Droit du travail, Lee Presses de [Université Laval, Québec, 2008, p. 1. 18 TERCERIZACIONES noc cidn de ize pausas y de los descansos, el salario, los poderes del empleador y hasta las propias definiciones de los actores (trabajador y empleador) que configuran el vinculo laboral. Por este motivo, resulta muy atinada la afirmacién de que el hecho socio-econdmico de la empresa se impuso al Derecho*. En la actualidad, cuando le realidad de la empresa clésica sufre importantes mutaciones y ya no se reduce o simplifica a aquel mode- lo clasico, parecen advertirse con mayor nitidez los profundos lazos gue entretejieron la radical simbiosis entre el Derecho del Trabajo y a empresa tradicional, La doctrina laboralista, preocupada al constatar que la media- nera en la cual siempre se ha apoyado la estructura de la disciplina comienza a presentar indicios de desmoronamiento, ha vuelto su mirada hacia una nueva forma de organizacién empresarial, com- pletamente diferente de la tradicional y que tiende » tomar el lugar de esta tltima, Esta nueva realidad empresarial provoca que la mayor parte de Joe institutos, principios y definiciones del Derecho del Trabajo, tien- dan a convertirse en inadecuados, innecesarios o directamente fiti- les y enfrenta a la disciplina al obligatorio desafio de ensayar una répida adaptacién que le permita continuar cumpliendo con el pro- pésito tutelar inherente a su esencia, Podria decirse que cada una de las formas de organizacién por Jas que ha transitado la empresa a lo largo de la historia, ha mereci- do sendas construcciones acerea de lo que habria de ser su naturale- 2a juridica, * Vanot, P. (con la colaberacién de Sophie Dufow), Configuration... eit, p. 2. 19 MARIO GARMENDIK ARIGON - GUSTAVO G 20 7 E DERECHO OTECA - Capirczo II - LA EMPRESA TRADICIONAL: DOS EXPLICACIONES SOBRE SU NATURALEZA JURIDICA, 1) La teoria clésicg La denominada “teor‘a eldsiea” sobre la naturaleza juridica de Ja empresa tiene su origen en la concepcién liberal. Esta teoria no ve en la empresa otra cosa que un céimulo 0 conjunto de contratos indi- viduales de trabajo, organizados por, para y bajo la égida del capital. Para esta teorfa la empresa no es una entidad poseedora de at- tonomfa, sino que sélo consiste en una sumatoria de elementos funda- mentales y que, sintéticamente, puede presentarse de Ia siguiente manera: una persona (fisica juridica), que ostenta la titularidad del derecho de propiedad sobre determinados bienes que son nece- sarios para desarrollar un cierto objetivo econémico, contrata traba- jovajeno para llevar a cabo un emprendimiento bajo su riesgo exclu- sivo y, por este motivo, se constituye en tinica responsable de dichia explotacién: Esa persona posee ademés, un poder de direccién sobre 1 trabajo ajeno que utiliza, cuyo fundamento o legitimidad se pre- senta como una consecuencia ldgica y natural de los anteriores ele- mentos. Las piezas esenciales de la empresa, segiin esta teoria, en puridad se reducen a dos: la propiedad y el contrato. La primera (la propie- dad) atribuye la titularidad de la empresa, en tanto que el segundo (@lcontrato) es el instrumento que permite establecer el necesario vineulo entre el capital y el trabajo. El trabajador es un servidor del propietario, circunstancia que el Derecho liberal explica acudiendo a la nocién del “contrato” que representa e] instrument més adecuado para determinar las condi- ciones del relacionamiento entre los particulares, es la herramienta sobre Jp que descansa todo el orden juridio privado y el medio natu elit a) 1 i sayy i SUAS BELA REPUBLICA MARIO GARMENDIA ARIGON St ral para ale toda posibilic de propiedad y de contratar. De dades y las convenciones so De este modo, en la teria do por Ripert, “jurédicamente jca-liberal y siguiendo mpresa es una cosa muy © “Quien dice oontrata, dice justo", posculaba Fouts (Scisncie ‘existird en un momento futuro determinado", Les (que se produce 0 i privé depuis le Code Nepoléon, Bordeaux, transformations ® cit, p. 894 é Disourse proaunciado por Canmactrts, refréndose al 12" proyecto de Céigo pia Civil franeée, citado por Gounor, B., Le principe de I'autonomie de Ia vofonté en Droit privé. Contribution a Tetude critque de l'ndividualisme juridique. Arthar Rousseau, éditeur, Paris, 1912, p. 66. 22 ‘En esta vision. le empresa no alcanza a configurar una entidad dotada de existencia independiente (de alli que también se le haya denominado “teoria negativa” de la empresa), es decir, tal como ex- plican Rivero y Savatier, “...c la empresa, realidad colectiva de orden socioldgica, no le corresponde en el plano juridico, un concepto distinto (propio), como el concepto jurtdico de Estado traduce el con- cepto socioldgico de Nacién, la realidad colectiva se desagrega, en el plano juridico, en una yuxtaposicién de relaciones contractuales in- dividuales”.* EV conflicto de intereseRpredominio del capitafa ajenidad como caracteristica principal de la organizacién del trabajo y el’ea- @récter fungible o intercambiable de los trabajadores, constituyert - segtin Oscar Ermida Uriarte- las cuatro claves fundamentales de este teorfa elésica de la empresa" y sobre tales bases se conform#fe! modelo de regulacién jurfdica de la misma.” ‘La oposicién de intereses 0 la nocién del conflicto se presentan, en la teorfa clasica, como un dato absolutamente esencial e insosla- yable. Este conflicto estard siempre presente en el vinculo entre el capital y ol trabajo, sea que el mismo se encuentre en estado activo 0 * Riveer, Geokges, Aspects juridiques du capitalieme moderne. Lientreprize cavitalit, Librairie Général de Droit ot de Jurisprudence, od. , Para, 1961. p. 266, __& Rivmao, Jean y Savarum, Jean, Droit du Travail, edicién, Paris, 1964, p. 96. **#8. Brana Uniante, Oscar, "La teor(a eldsica de la empresa’, in Catoree Eatudioe sobre la Empresa, Ed. Acai, Mdeo., 1984, p. 70 y 08 23 PTUVVUVVGTVSTVVTIVTTTUD PED UU EUUU UU DL MARIO GARMENDIA ARIGON - GUSTAVO GAUTHIE TAVO GAUTHIER ___rercerzacionss potencial, como manifestacién externa o en Seguin la concepcién que se viene analizand: La propiedad o el capital, representan, segiin Ie teo: Jos elementos prevalecientes en la idea de la empresa. p feu MROALUTS sqemumverENGGrIeravEselinstrumentoteieommaroyevas nowas | OM FOC! 44 Finalmente, 1 veoriaclésiea no visualize alos trabajadores més tfpicas de subordinacién y ajenidad son trasmitidas al - BITE CON que como piezas fungibles y por lo tanto, absolutamente intercam jo, que por este motivo es subordinado v por cuent biables en el esquema de la empresa’ trabajador es estricta- Por efecto de las dos notas precedentes emerge, ‘mente un tercero respecto-de la empres ‘inico elemento que 16 de la ajenidad -bésicamente en su expresién de “ajenidad en los ries- vincula con ésta es el contrate de trabajo. Con excepciin del contra: to, no existe ningun otro elemento (como sentimientos de pertenen- gos”. que significa que todos los riesgos de la explotacién recaen ex- . de pa ‘clusivamente sobre el empleador, no pudiendo ser trasladados al tra- cia o afinidad) al que pueda reconocerse virtualidad juridica para bajador bajo ninguna circunstancia™. explicar el hecho de que el trabajador se desempefie en la empresa, Jo que viene a constituirse en la negacién de toda comunidad entre empleador y trabajador y a justificar lo sefialado por Ripert, en el = sentido de que en la economia capitalista los trabajadores quedan fuera de la empresa, o en todo caso, estén sometidos a ella” 7 Segin Bansaosiata, le subyacencia del conlicto en las relaciones laborales, tituye un elemento fundamental, que jertas partcularidat discipline. “Este tipo de relacién -dice 2) La teoria institucionalista 2.1) Presentacién de la teoria ‘ign, de la normativa jurfdica y del sistema politic, tanto como Ge ine partes, aunque estas variables no sean indiferentes al grado de profundi Sooner niles se manifesto ypuadan influtr pore agravarooatenio lor. El pariclrismo del Does ada, Ma ox gecchen mane eb Maurice Hauriou concibié ala Institucién'* como todo elemento Jes, RU 2 eicn acid a aban qu a7 de la sociedad cuya duracién no depende de la voluntad subjetiva de are parr de la ubicacion qu le recnoce al cenfict, ‘ va ae car dale pol individuos determinados. Sin embargo, pr BanaacBLata plantea serias reservas acaree de I cecbirse la existencia de verdaderos contratos jerdo de ‘el regultado al que pue Op. eit, p. 80. os Braapa Unares, 0., "Za teorfa.."| p. 81 82 yoda con Gounor (Le principe etude critique de Vindividualisme ju de Finstitution, de 1990 y La philosor? Py MARIO GARMENDUA ARGON - En Ia esencia de la institucis francés denominé la “idea de rrolla juridicamente en un m: Inspiracién, nosotros las hallamos y las libramos de su ganga"™. Cada uno de los miembros del colectivo, lleva en si Ia idea de obra y a su vez es sujeto de dicha idea, porque asume los riesgos la responsabilidad de su éxito. @ Por su parte, el “poder organizado”, no es “mstitucionalista de Hauriou- simplemente derecho”®:, El reconocimiento de esa capacidad cho, que Hauriou ubica en entidades (‘poderes sganizados”) no Secesariamente pertenecientes al Estado, sitian al ilustre Profesor TZ Hnmow, Maurice, La tora de Ia insticacion de la fondaciba Poon, de Tittle eocial), traduccion por Arturo Enrique SAmpsys “Abelodo-Perrot, Bs. jviduo no Uega a expresarse de manera vio- lenta, constrifiendo indebidamente la voluntad del sujeto, el asenti- nario ejerce so micnto otargado por este tltimo termina edquiriendo relevancia ju- ridica y se transforma en vélido. (D Por timo, las instituciones son ol resultado (5 @ su ver eas) Ge “manifestaciones de comunién” entre los miembros que las inte- gran. “Las conciencias individuales -dice Hauriou- se conmueven al ntacto con una idea comiin y por un fenémeno de interpsicologia, adquieren el sentimiento de su ‘emocién comuin™®. Ese sentimiento ‘comtin, constituye el motor que impulsa @. Jas instituciones en pos de Ja consecucién de la idea de obra asumida como propia. 2.8) La empresa-institucién Varios de los més destacados discipulos de Maurice Hauriou cexplicacién adecuada para algunos de ls institutos que, habiéndose originado en el proce: Pp de la industrializacién, provocaban Jos mayores desconciertos en sogin sofa Gusiare Fou, en Franca s exprsazen cmos *rchiomo de tale” (con autores como Gi, OBLET; MORD 2 "3 movimiento denoainado “Freirecht” (derecho que tuvieron gran trascendencia en deste ® Corrientes qu, lucha contra el manne nnnemnnnmennmnnonnononone rio) que ocupa un lugar ¥en relacién con los demés al sindicato como expresion de las ultimas. Por eu parte, wwenio colectivo la naturaleza de estatuto de una institu esta conformada par I sgrupscién productora (organismo regias deben someterse quienes le conforman). sein indica PLA Ropnicvr, no fue considerada por Maurice ‘Hacniow ni por Georges Resa, sino que fue iniciada por Jean BREE DE LA Gnessave (@ quien Galagr Fouct ubiea como diseipulo de Leén DuaUtt, op. eit, . 99) y Alfred Lecal, quienes publicaron una importante obra sobre el poder disciplinario en las instituciones privadss (Le pouvoir disciplinaire dans lee ‘nstitutiones privées, Parte 1", Sirey, Paris, 1938). Cfe. PLA RooRicue2, Américo, “Concepeiones afirmativas de la empresa”, in Cataree Estudios sobre la Empre- ‘3, itp. 85, ‘Dumoo, Paul y Javssivp, R, Traité de Droit du Travail, T. 1, Dalloz, Paris, 1047, p. 422 as. Dunes, P, “La nocién juridica de fa empresa’ in rev. La Ley. T. 46, p97 y 98. ‘También puede citarse, aunque tangencialmente referido al tema de la empre- 8, “Aux frontiéres du contrat et de linetitution: La relation du travail, Sem, jun, LCP, 1964, N* 387, 28 sus intereses son solidarios y su accion debe resultar de utilidad para el bien comin. Este concepto es el que sirve de fundamento, tanto a las prerrogativas del empresario, como a las facultades del colectivo este concepto el que determina los limites Paul Durand. consis- idica. La empresa no asume derechos crédivos ¢ deudas que se atribuyen a la direccién, pa en nal patrimonio del jefe de em- presa y se confunden con el resto de los bienes que éste posee. Sin embargo, reconoce que la evolucién del Derecho presenta una ten- dencia hacia la distincidn entre la empresa y la persona ¥ patrimo- nio del empresario, Por esta raz6n, Durand vislumbra que la em- presa habra de convertirse en una persona juridica, donde el empre- sario, por una parte y el personal, por otra, sersn sus drganos. Mappotieres que Durand recanoce al empleador en tanto jefe de qamama (poderes que, como se vio, son definidos como ARRSHI, ‘Gaplimenidncyatisetplinio), tienen un fundamento comin que, con- trariamente a lo que se habia afirmado tradicionalmente, no se en- & Traité, ct. p. 423. ™ Gitando al alemén Friedrich Natwausy, sefala Paul Dosw que los miembros del personal han pasado de la condicién de sujetos de la emprecn a la de ciuds- anes de la empresa. Traité, p. 422, nota al pie N° 2 % ‘Traité, op. cit. p. 428. 29 emma ne VUVVUV TUT TV UTEP VVUUDE SES SVVSSSVSELEET MARIC GAAMENDIA ARIGON - GUSTAVO GAUTHIER nes mais interesantes que formule De ella que consiste en sefiaiar la preeminencia de los instrumenios cole rn las relaciones laborales contemparéneas Advierte en tal sentido que en jos comienzos de le economia capite- lista las relaciones entre patronos y obreros fueron de cara: vidual y emanaron, en general. del contrato™ ricién en escena de la gran fabrica indus de fendmenos de naturaleza colectiva que resuian con el instrumento del contrato individual y que e miento de reglas uniformes que sélo pueden lograr: a través de instruments colectivos. “Todos estos fendmenos de con- vivencia profesional y este significative proceso de integracién eco- némica, han hecho necesario vo derecho que, si bien sigue in- cluyendo entre sus capitulos los contratos de trabajo, aprendizaje, ensayo, ete., ha émpezado, en cambio a encarar preferentemente rela- ciones colectivas y @ ver en la empresa una experiencia alentado- ra’ Sélo mediante la idea de le institucién (que el autor considers “el gran aporte del pensamiento contempordneo al acervo ideolégico del derecho”) pueden explicarse en el plano juridico los aspectos mas importantes de la empresa. Enla visin de De Ferrari, la empresa es una comunidad com- pleja, resultado del esfuerzo mancomunado de muchos seres huma- que colaboran con el empleador y que, a su vez, se ayudan entre sf en el desarrollo de la accién colectiva, Esto provoca el surgimiento de sentimientos de solidaridad entre los distintos integrantes de esa comunidad, efecto que no es el resultado de un acuerdo expreso, sino ‘que surge naturalmente y “se apoya en reglas que genera el grupo y que todos sus miembros acatan porque a todos les guia un fin co- que es, a su vez, el fin de la comunidad. al igual que toda comunidad, genera esponténea- jetivo y simultdneamente, una autoridad para min, La empresa, mente un derecho obj dem, p. 16. 32 empleador o el de los éreanos paritar de fabrica, etc.”* Las proyecciones que, segiin De Ferrari, provoca esta nue- va concepcién “institucionalista” de la empresa son miiltiples y par- ticularmente importantes. Entre ellas resalta el establ paulatino de una democracia industrial, mediante la participacién activa en la gestién, la creacién de consejos de emapresa, de comisio- nes mixtas de produccién. etc. Esta participacién del personal en la direccién de la empresa puede ser vista, en Jo inmediato como uns victoria proletaria, Sin embargo, dice De Ferrari, los resultados de dicho evento son “...un triunfo de nuestra época que beneficia por igual a todos los miembros de la sociedad. Asi como el eiglo pasado trat6 de alejar la iniquidad de la relacién de trabajo, y procuré con leyes tuteladoras, mejorar la condicién del taller, los hombres de nuestra generacién, en cambio, luchan por lograr la integracién del trabajador en la sociedad actual mostrando, con el mejoramiento de as condiciones de vida, que entre las clases existen solamente dife- rencias funcionales. (..) Patronos y trabajadores en nuestros dias han comprendido que la felicidad material de todos depende de las ‘posibilidades de aumentar los rendimientos y por eso -unos y ofros- ido una posicién mds sensata y mds constructiva, han busca- jlaboracién en los planos directivos de la empresa”®. © Idem, p60. 0p. cit, p. 68. Op. cit, p. 90, 91. 33 MARIO GARMENDIA ARIGON - GUSTAVO GAUTHIER clisio.s. preocupados reservar la primacia del contrat invivi dual en una econo: beral. Pero curiosamente dichas posiciones pésitos comunes, por resultar contraria al postulado de Ja lucha de clases! En general, las criticas apuntan a seftalar el cardcter ut6picoo. en cierta medida ingenuo de la concepcisi sin dejar de reconocerle fecundidad en p hecho de no ser mas que un “piadoso deseo’ que “tiende a atenuar la agudeza de la lucha social y a hacer olvidar al asalariado su verdadero interés" jcos resaltan que, en rigor, él concepto de institucién es JSgico que juridico, pues describe colectividades humanas jerarquizadas y orientadas en la realizacién de fin comtin, pero, sin embargo, a este tipo de descripcién sociolégica pueden responder sujetos de derecho de naturaleza muy diversa (administraciones, es- tablecimientos puiblicos, el propio Estado, etc.), de modo que definir a una empresa como una institucién, nada aporta acerea de su cali- ficacién juridica”. Se sefiala ademas, que no se advierte que el Derecho positive dispense a los trabajadores el tratamiento que les corresponderia si efectivamente fueran concebidos como integrantes de una comuni- dad. Por el contrario, diversos elementos revelan que, en realidad, Ja légica que en tal sentido se trasunta de las normas positivas reve- Ja que la maxima que las inspira se resume en la idea de que los trabajadores no forman parte de la empresa: estdn a su servicio" © Cneeniwck, G.H. y Lrow-Cabs, G., Derecho del Trabajo, Aguile, trad. al espe fil, Madrid, 1974, p. 264 LLientreprigo 4, Droit du Travail, dirigido por G.H. Casemuxecx, Dalloz, Paris, 1960, p. 149, nota N*2. © Castentasck, G.H. ¥ Ly08-Cans, G., op. cit. P: 265, 34 anima a las verdaderas comunidades. Sin embargo, Nicole Catala rescata una serie de aspectos va- liosos de la teoria de la institucién. En tal sentido, la teoria resalta le importancia del elemento humano, subrayando la solidaridad entre Jos miembros de la empresa y abre nueves perspectivas para juridizar las potestades empresariales, permitiendo asi ejercer el control ju- risdiccional sobre las mismas y determinar cuando son ejercidas con apartamiento de las finalidades para las cuales le son reconocidas* _— A pesar de las criticas, la teorfa tiene la virtud de presentar el mierocosmos de la empresa como un agrupamiento humano unido por una finalidad que, al menos en lo inmediato, se presenta como comin, mareando “..una benéfica reaccién contra una concepcion individualista fuertemente asentada, dandole a la empresa una con- sistencia orgdnica e institucional"*” poderes del jefe de empresa estén suj eben ser ejercdos en benefico del interés comin. Cfe. Javnsses, Jean-Claude, cit, por Carats, N.. op. eit p. 148, 35 ee SEO U USSU UU UU UU VEU Ie EL BIG BANG DE LA EMPRESA - Y SU IMPACTO. tencién de todos los costos de estructura y explotacién, de Ia productividad, rentabilidad y competitividad de las empresas y la eliminacién de los elementos que imprimen rigidez al proceso rods ste nuevo modelo se inserta en un c tores provocaron una cada vez mayor complejidad y de los procesos productivos, determinando cambios pro. fundos en los modelos de organizacién empresarial, los que impli- can, entre otras cosas, la ineursién en un "proceso de profunda revi ‘ién de la formas de organizar la produccién, con miras a ubicar con ‘recisién aquellas funciones de carécter estratégico y exteriorizar ‘tras funciones subsidiarias, reduciendo al minimo las dimensiones Scrporativas. Aaf,una ver idwatificado el corazin 0 baricentro de sit ‘sctividad, 1a empresa ejecuta cirectamente las funciones necesaria ‘para'la Sptima obtencién de su objetivo y opta por encomendar al ‘exterior ins demés, controlando indirectamente su realizacién: ‘ignifica- ‘ecnologias ¥ el notable dess- ha impactado sobre la de relacién que auge del sector de los servi ha provocado un despiazamiento del punto de mira hacia ese ‘sector ierciario, especialmente a las empresas de servicios de meno res dimensiones, dotadas de autonomia y muy especializadas, que Pasan acumplir con Jas partes del proceso productive que ya no oun pien las grandes empresas. economia de servicios. La pri En este sentido, la descentralizacién productiva supone un ee tadio de transicién entre dos modos de organizacién y de distribu- cién del trabajo entre empresas: del modelo de la integracién verti- cal y de la produccién en serie, que concentraba en una misma mano empresarial todas las actividades propias del ciclo productivo, se ha pasado a la empresa red y a la especializacién flexible, en la que el Producto o servicio final resulta de la cooperacién de una pluralidad de unidades productivas, encargadas, cada una de ellas, de una o ms fases 0 labores parciales, E] objetivo principal en este segundo modelo de organizacién industrial es obtener el maximo en rendimiento y calidad. Este obje- tivo se persigue no sélo en cada una de las etapas de la fabricacién de un producto o de la prestacién de un servicio al piiblico, sino tam: bién en cada uno de los servicios a las empresas ~investigacién, pro- yecto o disefo, mantenimiento, distribucién, utilizaciin de los bie- nes adquiridos. que se han incorporado a los distintos procesos pro- ductivos en la nueva situacién econdmica surgida de las transforma- ciones téenicas del iltimo cuarto de siglo. No es dificil comprender hasta qué punto estas nuevas tenden- cias han tenido aptitud para remover las bases fundamentales de la logica cldsica sobre la que se construyé el concepto de empresa y a partir del cual surgié y se desarrollé un tipo determinado de legisla- cién industrial. En este sentido, tamtola concepcién eldsica-liberal, como la con- cepcién institucionalista, se construyeron a partir de un dato de 1d ‘realidad: més alld de lo que tedricamente ce pretendiera visualizar en ella, 1a empresa se presentaba como una entidad tangible, fécil- 38 mente ubicabie en un determinado lugar fisieo, donde se congrega- ban factores materiales de produccién y un cierto ntimero de sujetos que desempefiaban una actividad caracterizada por la nota tradicie. nalmente tipica de la subordinacion, ra otra cos: que un co Aguel arquetipo tradicional de empresa. sin haber dejado totale mente de existir, convive hoy con otras formas de organizacién de le attividad econémicd: formas diversificadas, cada vez més significa- tivas, que suelen agruparse bajo el genérico y poco expresivo nom- bre de “empresa moderna”. So trata de una forma distinta de presentacién y desarrollo de la actividad productiva-empresarial que se expone como un modelo novedoso y con capacidad de romper con los paradigmas tradiciona- les. De este modo, las empresas que hasta ayer exhibian sus colosa- les dimensiones como sintoma inequivoco de éxito y poder, hoy se encaminan, sin hesitaciones ni pudores, hacia procesos de “pequeitizacién interna” y cual si hubieran sido objeto de un gran estallido, se desintegran y dispersan sus procesos productivos. A partir de estas bases, las mega-empresas se han convertidoen reliquias y por ello desarrollan répidas estrategias de autodivision y delegacién de cometidos y funciones entre una serie de sociedades (pre-existentes 0 creadas ad hoc) que mantienen vinculos outsourcing") més o menos estrechos con la matriz que les diera origen®* % Crvmmwice. G.H. y Lyow-Casx, G., Derecho del Trabajo, cit. p. 255. “Casio, J.J., El trabajo del sociéiogo, Madrid, 1994, p. 261, eit. por Pinez ve 0s Coves Oxtxvst, Francisco, "La filializacién de la empresa”, X Congreso Na- ‘ional espaol de Derecho del Trabsjo y la Seguridad Social, Zaragoza, 1999. p. 3 “ Riso Dave, Juan, “Outsourcing”, in Cuarontay dos eatudion sabre a descen- tralinacién empresarial y el Derecho del Trabajo, FCU, Mdeo,, 2000, p. 37 y 38. 39 seementos del ciclo en los que puede iadido y extemalizar de division det trabajo ini m ica, e} empresario congrega de produceién (tanto material ean productiva. ‘empresa-organizacién”. en la que dichos fact: r qi ongrega- dos se disponen en un cierto orden con vocacién de estabilidad, Fl elemento trabajo se integra a la empresa-organizacién a través de la nocién de subordinacién (criterio distintivo del to de trabajo) le empresa-organizacién presenta una estructura jerarquizada, don. as aie no del poder econémico se identifica con el empleador que En cambio, en la més fluida y difusa alidad de 1a “empresa * tiende a tomar el lu- produciendo un fenémeno le “empresa-red”, cuya principal preocupacién consiste en asegurarse el concurso més o menos estable de una serie = agentes Productivos con los cuales establece lazos de carécter com La empresa abandona su corporeidad fabriby pasa a constituir- se en una entidad articuladora de transacciones y en un instrumen: to para organizar la asignacién de recursos de un modo eficients", ba:“empresa moderna” sélo se reserva las actividades més caracte- isticas; mds redituables o las que puede desarrollar con mayor efi: cacia.y-deloga las:demaseLa empresa-organizacién queda transfor- mada en un conjunto de contratos organizados. Tiende a convertirse Pod Roorlovrs, A, “Le descentralizacién Trabajo’, A empresarial ye! Derecho det Trabajo’, in Cuarenta y dos estudios.. cit, p. 15 , . 2, Montnto Pnzz, José Luis, Las relaciones Iaborales on la rato de las empresas (Versén preliminns,p. 4 40 per procura obtener sus objetivos productivos ne medi cidnede trabajadores a su plantiila (gomo er dalidad empleada por la empresa tradiciona] o cldsica).ieino por la combinacién 0 coor dinscién de una serie de aportaciones parciales que son asumidas ov (evades a:cabo por empresas auxiliares 0 por colaboradores exter noe* . En términos similares, el catedratico espaiiol Jestis Cruz lalén, la define como “una forma de organizacién de! proceso de elaboracién de dienes o de prestacién de servicios para el mercado final de consumo; en virtud del cual una empresa decide no realizar directamente a través de sus medios materiales y personales ciertas formas 0 actividades precisas para aleanzar el bien final de consu- mo, optando en su lugar por desplazarlas a otras empresas o perso- nas individuales con quienes establece acuerdos de cooperacién dé ‘muy diverso tipo”. Por su parte, José Rivero Lamas definié la descentralizacién productiva como aquella que sirve para designar una forma de orga- nizar el proceso productivo para la obtencidn de bienes y servicios basada en una téenica de gestidn que consiste en contratar con pro- veedores externos ciertas fases 0 actividades de la empresa no consi- deradas bésicas de ésta, con independencia de que la mi i niera 0 no desempefiando con anterioridad. La descentr: productiva incluye, por consiguiente como componentes definitorios dos ideas nuevas: por un lado, una divisin del trabajo entre empre- © Maurty VaLvenog, Antonio, “EI discreto retorno al arrendamiento de servicioe” en Cueationes actuales de Derecho del Trabajo, Es ‘Auoxso Ores, Madrid 1990, p. 225. studios en homenaye a Mane) jaciones laborales”, Revista de Tra- ro-mer70 1994, p. 8 luc en los dhtimos tres decenios -¥ lo desarrollado han adquir oreanizacin empresarial, determinan in dejado de presentarse como un simple ‘sumir rasgos tipicaiente estructurales que desde hace tiempo hava: episodio coyuntural, pare a ¥ de fondo. En términos generales se objeti se puede afirmar que e] ‘incie bal perseguido con la descentralizacién es logaar una this eciente CaganizaciGn de la empresa, junto con una reduccién de tostos en cada una de as otapasy respecto de todos los factores que componen Competitivos en cuanto a precio y calidad, El combate a le “elefantiasis", evitar los vicios que répidamente ganan a las estructuras burocratizadas ¥ lograr presentarse en el meroado a través de unidades més pequefias, maleables y cercanas 8 la realidad; evitar los costos de instalaciin conexos a la capacidad productiva que se descentraliza, con el consiguiente beneficio de uti- lizar el capital no inmovilizado de manera més eficiente, disminuir el riesgo derivado de los desfasajes entre las distintas etapas del ciclo productive, de la desfavorable marcha de los precios, de las materias primas y de las oscilaciones entre oferta y demands; elimi- nar actividades sujetas a rendimientos decrecientes, reteniendo las de economia de escala, lo que permite recuperar la productividad, son algunos de I les beneficios que mencionan las modernas teorfas “manage suando exponen su defensa del nuevo siste- ma productivo™, Sin embargo, desde la perspective del Derecho del Trabajo, tam- bién es necesario encarar la cuestién desde otros puntos de vista. © Cnuz Vunuasdn, Jesis, “La descentralizacién productiva y las nuevas formas Seguridad Social, Asociacin Expafcla de Derecho del Trabajo y de la Soguri- {dad Social, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociles, Zaragoza, 1999, p, 23 © Péazz or 109 Coos, Pop. et p 3 42 con la finalidad de obtener productos 0 servicios ,| NY SAQA ™W—W—L LLL LLG) Ob\eiwos. TERCERIZACIONES Los procesos de descomporicién empresarial no suelen ser mis que estrategias organizacionales, que lejos de significar una simul. ténea dispersin del poder empresarial, en la mayoria de los casos constituyen un eficar instrumento de concentracién de dicho podee En este punto es necesario sefialar que ademis de las finalida- des habitualmente confesadas como inspiradoras de estos procesos de descentralizacién, también existen otras (a veces menos explicitadas en la academia, aunque no menos perceptibles en la realidad) que seguramente se inspiran en el mévil de saber sprove- char al méximo los beneficios derivados de los imptuctos profundos que en varias de las aristas més importantes del Derecho del Trabe- jo provoca esta nueva forma de presentacién de la actividad empre- sarial. Entre estas dltimas se destacan, naturalmente, la posibilidad de veducir los costos directos del factor trabajo como consecuencia de la disminucién de la plantilla y de los costos salariales y no sala- tines inherentes a cada trabajador, a eliminacién de la rigider de la estructura salarial, prescindiendo de los trabajadores menos cualifi- eados, la posibilidad de contrarrestar la capacidad de presién de los ‘sindicatos, etc. Por lo demés, al potente impacto que el fenémeno de la descen- tralizacién es capaz de provocar en el Derecho del Trabajo ‘por sus, propias connotaciones, viene a sumérseleel que se deriva del predo- 43 WWVVVVVUVZ VTE TT ew ~~~ --- -- Ric Se ARISON - usTAve GAUTHIER paradigmas ideologicc-culturales que defienden 61 2) Patologia empresarial En una primera época, numerosos estudios resaltaron los as- pectos negativos de la descentralizacién, en lo que Blat Gimeno denominé la “dimensién patoldgica” del fenémeno, que prevalecié por sobre la “dimensién fisiolégica” del mismo" En la vertiente patolégica la descentralizacién aparece como una técnica de organizacién empresarial que procura obtener la reduc- cién de costos y de riesgos, flexibilizando la utilizacién dela mano de obra y debilitando el poder de los sindicatos, concediéndose priori- dad a las causas de fndole politica, considerdndose las causas econd- mico-organizativas como comportamientos degenerativos de la nor- mal légica comercial, Mas adelante y frente a la conviccién inicial del recurso a la descentralizacién como forma de sortear el conflicto industrial, se capta la existencia de otras Iégices: la busqueda de flexibilidad no sélo apunta al factor trabajo, sino también y sobre todo, a la integra capacidad productiva, incluido el capital y otras cargas fijas; la con- centracién en actividades estratégicas tiene por finalidad elevar el valor afiadido y desarrollar nuevas funciones terciarias como la pro- yeccién, la investigacién y el desarrollo; la nueva divisién del trabajo ‘entre las empresas no supone una fractura del aparato productivo sino una moderna y genuina forma de organizacién del sistema in- dustrial caracterizado por la complementariedad y la coordinacién entre las empresas. % Monenso Péam, J.L., op. ct. p. 2. © Op. cit, p19 ys. plie gama de entre las emp! La descentralizacién se presenta para esta ver modo de obtener jerativas apropiadas @ cada estadio productivo y la divisién del trabajo consiguiente no se sivas fases, sino que puede concretarse en una especializacién de funciones*. En realidad, més que ante concepciones antagénicas se trata de visiones parciales de la descentralizacién productiva, en las que se resaltan o se soslayan determinados aspectos, v ello nunca aparece exento de la influencia de factores ideoldgicos que distorsionan y hacen més dificil la comprensién de la nueva realidad producti Ahora bien, en los hechos, el balance de la descentralizacion productiva parece haber sido positivo para las empresas, pero en cambio ha resultado eminentemente negativo para los trabajado- res", Las primeras han logrado sobrevivir en un periodo de grandes convulsiones econémicas y enfrentar el desafio'de la competitividad en un nuevo contexto caracterizado por la mundializacién de la eco- ‘nomia; han podido ajustar su plantilla de trabajadores en funcién de Ja actividad y han concentrado su atencién y capital en el foco de su negocio. Por contrapartida, los trabajadores en muchos casos per- dieron sus empleos, o bien los mantuvieron aunque bajo un estatuto distinto del laboral, pero en todo caso con menores salarios y protec: Bunt Gnanso, Francisco, op. cit, p. 27 y 28 Cfe. Pua Roonicues, Amérieo, “La descentratizacién empresarial y el derecho det trabajo, in Cuarenta y dos Estudios sobre la Deecentralizacién Empresarial y tl Derecho del Trabajo, FCU, Mdeo., 2000, p. 19 ¥ 20 4 MARIO GARMENDIA ARGON - SUSTAV GALT dejado claramente de manifiesta que ya ne las veces de “marco conereto” o “habitat” p jones labora: les, al menos no puede serlo respecto de las relaciones laborales tal como han sido concebidas tradicionalmente, En la “empresa virtual" parece no haber espacio para la mayo- tia de las definiciones e institutos del Derecho del Trabajo tradicio. nal y esto provoca la crisis de los mas elementales coneeptos elabo. rados por dicha disciplina: desde la propia nocién del trabajo subor- dinado -que operd como criteria distintivo bésico del contrato de tra bajo-, hasta las manifestaciones colectivas, como el sindicato, la ne- Sociacién colectiva o la huelga. Esta nueva realidad, caracterizada por su particular compleji- dad, determina la aparicién de un Derecho del Trabajo “...de segun- do tipo, que prospera a la sombra del anciano...", que debe esta de nominacién al hecho de que “...la mayor parte de las nociones funda mentales del Derecho del Trabajo (empleador, empresa, representa- cién, huelga, e incluso la nocién de asalariado) no se encuentran resentes"™. ‘Tan profundas son las transformaciones a este respecto, que las Propias nociones clisicas de “trabajador” y “empleador” (categorias fundamentales a partir de las que se desarrollé el Derecho del Tra- bajo), ya no se identifican tan claramente con los sujetos que interactiian en la “empresa moderna’. Esto obliga a la doctrina a incorporar otras expresiones, concep- tualmente més amplias y difusas, para identificar a los nuevos acto- Tes que interactiian en el actual “universo virtual” de la empresa, Asi, por ejemplo, se habla de “oferta” y “demanda” de trabajo, voca- * Sumor, Alain, “Pourquoi un Droit du Travail?, in Droit Social, N° 6, junio 1990, . 489. 46 TERCERZACIONES Quando le organizaciém en red tiende a desplazar a le organiza. cién piramidal. el poder empresarial se expresa de manera diferen te, esto es, que en lugar de hacerse efectivo a través de drdenes so- bre el contenido del trabajo, se conereta en la valoracion del produe- to resultante de este tiltimo y se endereza hacia un camino en el que Ins obligaciones exigibles al trabajador parecen mutar su naturale. za tradicional «que es de medios- para convertirse en obligaciones de resultados”. Este Derecho del Trabajo “de segundo tipo” trasunta asi un nue- vo modelo de regulacién que, en uno de sus aspectos, reacciona con- tre la excesiva relevancia que tradicionalmente se le ha otorgado a a nocién de cubordinacién -como criterio formal tipificante del con- trato de trabajo- y la consecuente desatencién de La S8istaineiabésien ‘ularque deberia atender primordiaimente el Derecho del Trabajoria pone asumir que existen tral i jadores “juridicamente independien- tes” que, sin embargo, también son merecedores de una tutela espe- cial por parte del Derecho. © Categoria de la que da cuenta el “Informe Sumor” (Sumor, Alain -Coordinador-, ‘Trabajo y Empleo, Transformaciones del trabajo y futuro del Derecho del Tra bajo en Europa, Tirant lo Blanch, Valencis, 1999, p. 47) y ala que también alude Verge, islaci le apuntar Ie mira, el Derecho del Trabajo ha cometido el pecado histérico de hiper-proteger relaciones de trabajo que ya habjan alcanzado un estadio de relativo equilibrio, ejando fuera del amparo a un sinntimero de rela- ciones sociales dominadas por Ia inequidad resl. Cfe. Groom, Gino, “Diritto del Lavoro (voce per una encizlopedia), Giornale de Diritto del Lavoro e di Relazioni Industriali, N° 90, afio VII, 1986, p. 22 47 empresa) hoy’pueden apreciarst evitar que i jores en la eject cién ‘aebiteabajadar en la bién en la integraciéh ee ee neiiatlin.cclelive Inbarel diene por 9 % Sunor, A. op. cit, p. 49, El recurso para extender el campo de apliaci ‘Velomont caresaiinclenarade terial wo eile qu cade dep Sin dab rcmera tin qn sn soi los se, neste th Saeco oes da ere were Trang Al esc, ver Ene Usa, Onan reomendeta hag A ci a Ls memendactin elo tsivela lade de obj n ter Deets Lite, TTLIV 87 925.9 ‘mendacién 198 y el fin del discurso tnico : Danan Label TL acai de la eubordinacién jur 48 ee... también se encuentran con otras de se: sostionen: la necesidad de contar con una inte las necesidades de la nueva empresa. Histas sostienen que el Derecho del Trabajo frente a las nuevas realidades de la organizacién del trabajo s. por efecto de dicha inadecuacién, provoca multiples consecuencias ne- gativas en materia de competitividad, inversién, gestién moderna Ge Ioe recursos humanos y apertura de los mereados en el mare ‘Para evitar estos “efectos perniciosos”, se Propo: Jas cuales se destacan la reduccién a jerencia estatal en las relaciones indi jzacién del rol de la autonomia de la 1a un modelo de nen diversas soluciones, una minima expresién de viduales de trabajo y la rev yoluntad individual”, postulando como paradigm: que la uniformidad normativa deje su Jugar a condi- Ia medida” de cada circunstancia del mercado regulacién en ciones establecidas “a ‘que permita a cada trabsjador individual negociar efiesuanes ¥ ‘Sin limitaciones, todas las condiciones del relacionamiento con su ® Sonor A. Trabajo y Empleo, cit, p. 60. Debe sefialaree que en la doctring un truaya, esto fue defendido por Basaceiata desde bastante tiempo atras, | Trabajo, Facultad de Derecho y Cien Sociales, Mdeo., 1965, p. 43 y 85. se Dauuee, Wolfgang, Derecho del Trabajo, Madrid, 1994, p. 99 y ss. Juma, "Laboral en Francio, in Revista del Tra: (set -oet, 1994), p. 79. ‘mis inteligente no es aquella que sot funcionar de manera distinta, Cfe fuentes del Derecho del Trabajo’, dad, Instituto Peruano ‘Bajo la premisa de que Jas fuentes rogwlativas, sino la que las hace Romaawous, Umberto, “Lo desregulacién y las, ten Reflexiones sobre e] Derecho del Trabajo y 1a Sexibii Sc Derecho del Trabajo y Ia Seguridad Social, Lima, 1904. 49 queda del punto de equilibrio, que por un la nismos de descentralizacién produetiva art diversas téenicas de subcontratacién derive una reduc Ion derechos de ioe trabojadoresafectadon,pery al nisas tease por otro lado, no imponga trabas institucionales excesivas que difi- culten irrazonablemente Ia organizacién descentralizeda del siste- ‘ma productivo v las formas legitimas de colaboracién entre empre- cidn de controles administrativos para tr de trabajar en fines de semana y feriados, implementacién de siatemas de remuneracién en funcién de iectetadee rosie renin rele nance de ln pre vy. Sts el fomento de la nogeciacin individual de salar, e:c Esto implica la eliminacién de las categorias laborales la intercambiabilidad de cometides y funciones, Ia sustitucién de le tarea individual por los grupos de produccién (circulos de calidad, equipos de trabajo compartido, células o equi- pos de calidad total) y Ia simplifcacién de las eacalas ealeriales por categorie. © ‘Mowsnso Pénez, José Luis, La responsabilidad empresarial en los procesos de ‘subeontratacién: puntos erticos, ibidem, Madrid, 1994, p. 16. 50 padece g irritantes de! de restringir su puesta dades de la empresa y por otro lado, mantener en cabeza de la em. presa principal algin tipo de responsabilidad laboral respecte del personal de las empresas descentralizadas, todo en el marco de una Tran imprecisién conceptual que hiciera fracasar incluso la adopr jon de un Convenio Internacional sobre el trabajo en régimen de Subcontrataciént? y que ofrece soluciones distintas en cada uno de los paises. intetiza Juan Raso: “En el proceso ideotégico de debilitamiento del Derecho ro, el derecho econdmizo ha euestionado los cimientos mie ser de la disciplina, promoviendo no solo desde tc elaboracidn tedrica, sine trabajo en las Univers mmo 2 la expansiGn de aquellas ramas del derecho que refieren @ 1a economia 9 a Iu comunidad de “os incluidos” (el derecho comercial, et derecho de las secieda dea, el derecho de la empresa, los derechos del consumidor), mientras se relegan Gun rol secundaria los euerpor normatives que procuran la proteccién social de To persona en cuanto tal, De ant precisamente la necesidad de reconstruir el ‘en generaP”, “Lee nuevas formas de organizacién empresa’ én del empleador’, XV Jornadas Uruguayas de Derecho del Trabajo ot y de In Seguridad Social, Salto, 2004, p. 160. Sobre las ificultades en la adopci6n de un Convenio Internacional sobre el ta bajo on régimen de subcontratacién en la OIT, ver el fe Arturo BRoNSTEDS titulado *Subeontratocién laboral", in El derecho del Trabajo ante el nuevo mi- Ienio, Porria, México, 2000, p. 199 y se., Emana Unianrs, Oscar y Covonsnz0, ‘Natalie, Descentralizacién, tereerizacién, subcontratacién, BIT, Lima. 2008, p. 81 y as-y Avpcuo, Eduardo, “Vicisitudes del proyecto de convenio internacional Vea 51 ue le deseentratizacion empresariai licito de! empresario en el marco del ejercicio das de ia existencia de otras esteras de derechos, también reconocie dos ai:mas alto nivel, que sea menester salvaguardare En este sentido, una lectura descentralizacién no puede admitir 4 yor flexibilidad buscada por las empresas en las mas diversas for- mas de coordinacién, exteriorizacién. deslocalizacién o complemen- tacién de sus actividades. estén fundadas directa o indirectamente en menores costos derivados de la inobservancia de los derechos la. borales, o de las condiciones de seguridad e higiene en el trabajo ode la falta de amparo del trabajador al sistema de seguridad social. Del mismo modo, un abordaje laboral del fenémeno descentrali- zador, lleva a no admitir que la mavor capacidad de competencia se base tinica y exclusivamente en el menor valor de los salarios, com prescindencia de cualquier otro motivo objetivamente fundado. Esta consideracién que puede implicar un desconocimiento de las leyes de la oferta y 1a demanda del sistema capitalista, seria antes bien una excepeién a aquelia regia fundada en el principio fundamental de que el trabajo no debe ser tratado como una mercancia y por le tanto debe quedar fuera de la especulacién de tipo mereantil Admitir una competencia fundada exclusivamente en menores costos derivados del incumplimiento de las normas laborales y de seguridad social y de bajos salarios sin una razén objetiva que asi lo amerite, implicaria dejar sin efecto paulatina, aunque inexorable- mente, el derecho del trabajo para un ntimero creciente de trabaja- dores. sobre trabajo en régimen de subcontratacién” en Cuarenta y dos estudios sobre 1a descentralizacin empresarial y el Derecho del Trabajo, FCU, Mdeo,, 2000, p. 405 y ws © fe, Riveno Lauas, Juan, “Lo descentralisacién productiva y las nuevas formas de organizativas de traboje", op. ct., p24. 2 Partiondo puede reputarse siderarse tales aquel justificacién oF te independientes ¥ auténomas, ambas podran ser responsables del incumplimiento ya que ambas de alin modo participaron de] mis. mo. Como se desarrollaré en la segunda parte de esta obra, el’siste- ‘ma consagrado por las leyes N° 18.099 y N* 18.261, pone en practica ‘un instrumento mediante el que se responsabiliza a la empresa prin- cipal junto con le subcontratista, intermediaria o suministradora de ‘mano de obra, pero lo hace en forma genérica, sin distinguir situa ciones de diversa naturaleza Desde luego, no es sencillo hacer frente a los retos que al Dere- cho del Trabajo le impone el “estallido” de la empresa. En realidad esta nueva forma de presentacin de la actividad empresarial, no es més que una de las miltiples expresiones del multifacético fenéme- node la globalizacién, que ha puesto en crisis no solamente al cho del Trabajo, sino, mucho mas ampliamente, a la propi capacidad regulativa del Derecho, por efecto de la compleji adquiere la sociedad contempordnea™ “Ante esta crisis de la “globalizacién’, el Derecho tiende a reac- cionar procurando transformarse en un sistema de garantias sustantivas, admitiendo la existencia de determinados valores con tuna fuerte impregnacién ética, asociados a profundas convicciones i, Derechos y garantias. La ley del mas débil, 4" edicion, Fé fadrid, 2004, p. 17. 53 En una linea bastante parecida, el principal desafio que hoy enfrenta e] Derecho del Trabajo consiste en discernir cSmo superar Ia logica eminentemente econémica que pugns por ocupar y cme dar forma a un modelo de regulacién juridico-laboral que, atendien- do a las cuestiones verdaderamente sustanciales, esté en condicio- nes de recuperar la verdadera virtualided juridica de la nocién de justicia social y asi lograr recomponer la tutela del més débil frente al incontenible proceso de transformacién (“estallido”) empresarial, que tiende a anular o (en el mejor de los casos) dificultar la accién del sindicato, que parece tornar inadecuada la reglementacién uni- forme de las relaciones de trabajo (justificando asi su individualiza- cién, con la consiguiente desproteccién que esto entrafia) y que, 50- bre todo, convierte en extremadamente compleja la deteccién de un “centro de imputacién juridiea” que -més alld de las estructuras for- males- atienda al origen verdadero y real de! poder -cada vez més, difuso y cada vez més intenso- que se ejerce sobre el trabajador. En este marco, mediante la incorporacién de un quevorsistemee de responsabilidad (solidaria 0 subsidiatia, segtin el caso). las leyeaw N° 18.099 y N°28.251 han pretendido poner ev préctics un mecani®- mo para encarar esta compleja situacién, modificandorelanterior Yégimen que estaba vigente enla materia (establecido por el'ertici? Sy ae amie i a reise See eee Fee eetiepers Seeeneetoinoes peat Se ey ae or See 54 Gl articulo 3 de la ley 10.449 rera, en au ine. 1: “Todo patrono o empresario que ilice subcontratisias o intermediarioe permaneceré, no obstante, obligado ‘subsidiariamente al pago de los ‘salarios minimos fijados". 65 ~ TT VTS VU TTT EU OUUUODEVEEECESEVIIYY ~ suuvg vaxnoag - STSL_.N A 680'ST WN SUATT SVT Fd SISTA DEDEDE LLL, TERCERACIONES ~ Capiruto I - PRESENTACION El particular proceso que precedié la promulgacién de I 18,099 (del 24 de enero de 2007) y que un afio més tarde enero de 2008) culminara cor le sumado ala singular técnica legislativa utilizade en esta ultima | norma, hacen necesario que cualquier andlisis que se pretenda efec- tuar sobre los alcances del régimen vigente en materia de subcontratacién, intermediacién y suministro de mano de obra, deba ser encarado tomando como punto de partida la consideracién en conjunto de los dos textos normativos. ‘Ambas normas han pasado a conformar una simbiosis muy es- pecial, aunque también podria decirse, un tanto incongruente en algunos aspectos. Esto se debe a que las téenicas legislativas que fueron emplea- das para vincular a ambas normas legales, fueron multiples y diver- gentes entre si. sf, en relacién a ciertos tépicos la Ley N° 18.251 empleo uns técnica que podria ser denominada referencial, pues toma como base determinados conceptos o institutes que ya estaban contemplados en la Ley N° N° 18.099 y en referencia a los mismos, consagra otras disposiciones (utilizando la expresiGn: “A los efectos de..."). Esto su- cede, par ejemplo, en el articulo 1° ley, cuando se alude a las figuras de subcontratista, intermediario y suministrador de mano de obra, y asimismo, en el articulo 9°, cuando se refiere al deber de informacion que recae sobre el empleador respecto de sus trabajado- | | res. En otros aspectos, en cambio, la ley N° 18.251 sustituyé normas ‘acontece en el caso del articulo de la ley N° 18.099. Por ejemplo, TV VV VV V VIVE ET ETT T TONITE Finalmente. en dujo nuevas disposi su predecesora De este modo, quien se acerca a la lectura de estas normas, debe tener presente, en primer lugar, que la ulterior (N° 18.251) no po- dria ser calificada exclusivamente como interpretativa, derogatoria, © complementaria de la primera (N° 18.099), sino que, en realidad merece todas y cada una de estas adjetivaciones en conjunto y si- multaneamente. Entre-ambas normas se ha creado un sistema normative unido ¢ inescindibley su abordaje exegético necesariamente debe tener en cuenta esta circunstancia, A continuacién y sobre la base de tales premisas, serd desarro- lado el andlisis del sistema de responsabilidad vigente para los ca- 80s de subcontratacién, intermediacién y suministro de mano de obra. 60 AMBITO SUBJETIVO DE APLICACION definido en el attieulo 1° de Ia ley N° 18.099, aunque con una serie de puntualizaciones o agregados que fueron posteriormente introduci- ° 18.25h en particular, a través de los artieu! Dentro de este Ambito subjetivo queda comprendido todo patro- no.o empresario que utilice subcontratistas, intermediarios o sur nistradores de mano de obra. De este modo, es posible sostener que, en principio, el sistema incluye dentro de su Ambito'subjetivo a cualquier patrono'oempre sario de ia actividad privada que organice su actividad sirviéndose dealguna de las modalidades que se acaban de referit. En este sentido, la ley no establece ningtin distingo, excepeién edad, abarcando un campo sumamente amplio. Por lo tanto, se reitera, el sistema puede considerarse aplicable, sin restricciones, a cualquier patrono o empresario de la actividad privada, cualquiera sea el sector o giro al que se dedique, incluyen- do, naturalmente, la industria, el comercio y los servicios, eualquit- rasea el émbito (urbano, rural u otro) en el que tenga lugar la situa- cién concretas Del mismo modo, aunque presentando la cuestién desde el én- gulo opuesto, es posible decir que el sistema beneficia a cualquier trabajador de la actividad privada que se desempefie para alguna empresa que realice actividades que ingresen dentro de alguna de ‘las figuras que movilizan las responsabilidades que establece el ré- ni se 61 aires ei caso, por ejemplo. de las obras o los servicios que 3 svecutan opretan de manera ocasiona. que sed analizado mAs ade inte’ También es necesario mencionar en este punto a lawituacién de los servicios deidistribucién. que genera una serie de cuestiones du- dosas en cuanto a su ingreso o no dentro del sistema de responsabi- lidad, segin se desarrollara infra 2) La calidad de patrono o empresario No obstante lo que se viene de seftalar, también corresponde precisar que|no todas las personas juridicas-o fisicas, por el mero hecho de encargar aun tercero la ejecucién dé una obra 0 un servicio, pasan_gutomdticamente a ser tomados como sujetos pasivos del régi- men de responsabilidad que reglamentan las leyes en estudia:\ Por el cohtrario, en todo caso, quienes asi Jo Kagan deben osten- tar ademds, la calidad de ser patrono o empresario. Esto significa que leresponsabilidad que ponen en juego las let yes en estudio, exige como premisa 0 presupuesto que el sujeto que ‘utilice alguna de las figuras de referencia (subcontratacién, interme- iacién o suministro de mano de obra) sweet mismo empleadér -ber-econdmico, Un ejemplo ilustrativo acerca de las connotaciones que puede tener la acotacién conceptual antes referida, lo constituyen las obras o servicios que se ejecutan o se prestan de manera ocasional. © Ver infra Capftulo 1V, numeral 2. % Ver Capitulo IV, numeral 3 62 ‘sion estriba en que cuando se contratan ocasionaimente determinadas obras o servicios. generaimente quien \o hace no posee respecto de quien los presta las potestaces de con- ‘rol reconocidas al patrén o empresario principal” Por el contrario, al-andlisis de la presencia o ausencia del ele- mento ocasionalidad, hay que agregarle el andlisis particular de la calidad que ostenta la persons fisica 0 juridica que encarga la obra‘o el servicioypare determinar si puede ser considerado o no patrono o ‘empresario. En caso afirmativo, se Je aplicaré el sistema de la res- ponsabilidad legal, en cambio. si no fuera patrono o empresario, no se le aplicaré dicho sistema. Esto tiltimo podria acontecer, por ejemplo, en el easo de una persona que sin ser patrono ni empresario, contrata 4 una empres® para que le brinde servicios de cualquier indole en forma continua, feéeuente 0 no ocasionaby, a su vez, esta iiltima, contrata depen- dientes a los efectos de brindar al primero esos servicios. Bn el caso de ejemplo, no seria de aplicacién el sistema legal de responsabili- dad, por no tratarse de un patrono o empresario quien dispara o da origen a la subcontratacién, intermediacién 0 suministro de mano de obra, a pesar de que los servicios son contratados de manera no ocasional. sino continuada. Los antecedentes parlamentarios de las Leyes N? 18.099 y N° 18.251 no arrojan elementos que ilustren sobre el punto que se viene analizando. ‘Por ejemplo, la persona fisica que contrata uns e: ficer o refaccionar gu vivienda; In persona fisica reperacién de chapa y pintura a un taller, a efectos de reparar los dafios de un Vehiculo consecuencie de un accidente de trénsito; una empresa que contrata tin servicio de “catering” para agasajar a sus clientes a fin de afc; una empress (que contrata los servicios de mudanzas con motivo de un cambio de local 63 MARIO! GARMENDUAARISON 5 GAUTHIER importancia tener presente que, segtin recordaba discusién en el Senado de aquella ley, *..el Senador Ai pidié que se aclarara qué se entendia por patro1 pensarse que el propietario que contrata la constr queda responsable por los salarios que adeude no sdlo el contratista sino también el subcontratista. Entonces, el miembro informante, Dr. Canessa, expuso que habia que dejar bien sentado que cuando se dice patronos o empresarios se refiere a los dueios de establecimientos industriales que estan realizando una obra, en cuyo caso puede em- plearse intamente la palabra watrén» como empresario 0 ‘empleador. Sefalé que fue precisamente el caso de la construccién el ‘que originé esta norma, porque los contratistas son empresas de gran solvencia; pero no los subcontratistas. Entonces el que contrata, el principal empresario o patrén, no el duefo de ia casa que se va a construir, es el que queda subsidiariamente obligado al pago de es- tos salarios"™. A nivel jurisprudencial es posible encontrar algunos fallos que hhan acompafiado la posicién que se viene desarrollando. Asi, por ejem- plo, en el Anuario de Jurisprudencia Laboral 2010, se transcriben tres pronunciamientos del Tribunal de Apelaciones del Trabajo de 3° ‘Turno (Dres. Odella, Contarin y Piatniza) que siguen esta linea. % Bl texto completo era el siguiente: “Todo patrono o empresario que => = = = - = = = a a a 2 2 a CY a 8 AIC) GARMENDI ARIGOM - GUS ‘Cuando la contratacién de un trabajador supone la mera inter- osicién de un tercero que carece de organizacion empresaria y de actividad Jegitima propia, la legislacién laboral desde hace larga data hha reaccionado estableciendo que le relacién de dependencia el sujeto que se beneficia o aprovecha del trabajo y determine solidaridad de las obligaciones laborales entre el intermediario 0 ter- cero interpuesto (hombre de paja) y el empresario principal (verde dero empleador). Dicha solucién habia sido impuesta en nuestro pais, aun en au- sencia de norma especifica que lo estableciera. Para ello, el Derecho del Trabajo acudié a sus principios, especialmente al protector y el de primacia de la realidad. La solucién que consagra el art. 1° de la Ley N* 18.099, al dispo- ner a texto expreso la responsabilidad solidaria de las empresas que utilicen intermediarios, recoge no solamente una opinién doctrinaria y jurisprudencial consolidada en nuestro pais, sino también una ten- dencia claramente arraigada en el Derecho comparado, En dicha figura quedaré incluida no solamente la intermediacion que pueda tener una causa u origen econémico, tecnolégico organizativo razonable, sino también las modalidades de interposi- cién en las cuales el “intermediario” se transforma en un mero testa- ferro u hombre de paja, que se coloca justo en medio de la relacién de 1 Manriy VaLvenne, Antonio, Ronnlausz Safuvo, Fermin y Gancia Muncts, Joa: in, Derecho del Trabajo, 14° edicién, Tecnos, Madrid, 2005, p. 232 7 Derecho del Trabajo, op. cit. p. 232 y 238, 112 desenvuelve su En esa categoria podrian ingresar los casos de trasp: préstamo de trabajadores entre empresas que no tienen actividad principal la intermediacién laboral. atin cuanc realice a titulo gratuito y con cardcter temporal. Las practicas de colaboracién y cooperacién empresarial llevan muchas veces a solu- ciones como la anteriormente sefialada. cuya consecuencie seré la aplicacién del régimen de responsabilidad solidaria por el peri que dure Ia intermediacién. En el caso del literal “B" del articulo 1° de la Ley N* 18.251. se sigue practicamente al pie de la Jetra la definicién que Pla Rodriguez propusiera en la doctrina*, cuya amplitud y generalidad permite comprender a la gran mayoria de situaciones o grados de interme. diacién de mano de obra. C Finalmente, en cuanto a la figura del suministro de mano de obra, la ley N° 18.251 la define como la que realiza la “Agencia de ‘empleo privada o empresa suministradora de mano de obra que presta servicios consistentes en emplear trabajadores con el fin de ponerlos a disposicién de una tercera persona fisica 0 juridica (empresa usua- ria), que determine sus tareas y supervise su ejecucidn’, siguiéndose en este caso la definicién del Convenio Internacional del Trabajo N” 181 sobre Agencias de Empleo Privadas, 1997, articulo 1.1b)'* 1 Pid Ronaicuee, A. op. cit, p. 428, "Sobre el concepto de empresas suministradoras de empleo temporal del suministro de empleo por intermedio de empresas sumini 113 Por otra parte, cuando €] legislador quiso referirse es} mente al suministro de mano de obra temporal, asi lo hizo. E dispone lo siguiente: “Los trabajadores provist nistradoras de empleo temporal no podrén recibir beneficios labora- les inferiores a los establecidos por laudos de los Consejos de Sala: ios, convenios colectivos o decretos del Poder wo para la cate- goria que desempefien y que corresponda al giro de actividad de la ‘empresa donde los mismos prestan sus servicios". ‘Como puede apreciarse, Ia norma que se viene de transcribir introduce una referencia especial, aplicable exclusivamente a aque- llas empresas que brindan el servicio de euministro temporal de mano de obra, Dicha especialidad consiste en reconocerle al trabaje- dor que realiza la misin, el derecho a recibir los beneficios laborales qcroporal a ia ius de In ley N* 18.089, puede consultarse Dono, Lilians, “EI temporal art 5 de la ley N* 18.099", in XVI Jornadas Uruguayas de Derecho Ge Trabajo y de la Segunidad Social (Colonia del Sacramento), FCU, Meo 2007, p. 55 yas. 14 eee SISSY Fpuncdassient: Dowo Drusere LB oleance del art § dele ley 3° GA XVITT Jornadas Uruguayas de DTS, 2007, p98 5 6 115 DNES 1) El sistema noes aplicable al usuaria que ne pines la calidad de patrano o empresarin (0, dicho ueuarn o principal dete ser en si mismo un patrons (es decir empleadior directo de personel depen: diente propio) 0, en todo caso, empresario (esto es. crganizadior de deverminados factores productivos oon la finalidad de lograr o pr ducir un determinads resultado de indole econtmica) De este modo, para determinar si resultan aplicables las leyes en estudio, es necesario escudrifiar si quien encarga la bra o servi cio retine en si mismo las calidades propias de un patron o empre- soria, En caso afirmativo, se le aplicaré el sistema de la responsab- gal, en cambio, si no fuera patrono o empresario, no se le dicho sistema™ Vid supra, Capitule 1, num. 2 1 Mas desarrllado aupra, Capitulo IT, num. 2 i [MAR GARMENO ARIGON - GUSTAVO GAUTHIER 2) Obras 0 servicios que se ejecutan o prestan de manera ional 51, también aclara de obra o ser le temporada, mas generales. En la historia del Derecho del Trabajo siempre se reconoci distincién entre los distintos tipos de vinculaciones 0 contratos, ra vés de los cuales el trabajador podia relacionazse con su empleador y ello a partir de privilegiar de alguna manera la contratacion indefi- nida como acreedora fundamentalmente de los derechos de indem- nizacién por cesantia o despido. En este sentido, Barassi distinguie tres especies de trabajos: los de planta, los eventuales y los meramente accidentales. Los pri- ‘meros son los puestos permanentes y continuos; los trabajos even- ‘wales serian los de temporada y los que se ofrecen cuando, en un momento dado, se ve obligada la empresa a intensificar su produc- ida. El trabajador eventual, segiin este autor, es aquel que no ocu- pa un puesto de planta y que, por tanto, solo es utilizado temporal- mente, de tal manera que no goza de las ventajas de la continuidad en el trabajo; lo trabajos meramente accidentales, por iltimo, son aquellos que responden a circunstancias imprevistas™™ En nuestro pais y a partir de la exclusién planteada en el articu: Jo 1 de la Ley N* 10.570, en referencia a los trabajadores contrata- dos para tareas de cardcter transitorio a efectos de la indemnizacion por despido, la jurisprudencia fue elaborando y depurando estos con- ceptos, al punto que, como ha establecido Barbagelata, “se ha lo- grado uniformidad de criterios, en torno a los siguientes caracteres thpicos: a) excepcionalidad, ocasionalidad, provisionalidad 0 anor- * Basass: Ludovico, Duitto del Lavoro, it. por Dra Curva, Mario, Derecho Mexi- cane del Trabsye, Ed Pornia, México, 1949, p. 770 8 TERCERZADONES La expresa exclusién de las actividades ocasionales resulta ra zonable y aleja algunas de las especulaciones que se manejaran en torno a los alcances exagerados a que podria haber dado lugar una aplicacién imprudente de la ley N° 18.099, sobremanera cuando le persona fisica puede llegar a ser catalogado como patrono o empre- sario principal, en caso de recurrir a una empresa para que le pro- vvea obras 0 servicios, 8) Servicios de distribucion referida del articulo 2 de la Ley por titulo “(Servicios de distribu- én cuando establece que “El pro- inelusive del decreto-ley N° 14.625, de 4 de enero de 1977." Ello por cuanto todo indicaria que la intencién del legislador habria sido la de excluir al proceso de distribucién de productos y ex particular a las empresas productoras o importadoras de la respon- sabilidad solidaria 0 subsidiaria respecto de los empleados de las empresas distribuidoras. Sin embargo, al establecer que le distribucién de productos se rige por los articulos 1° a 7’ del decreto-ley N* 14.625, necesariamen- ™ Derecho del Trabajo, T.1. vol 2. at. p. 244 "MB aricule 1" del decrete-ley N*14.625, define el process de distnbuntn come borales El articul iin de qe lae las obligaciones tributarias, de acuerdo a las normas les que rigen para cada una de esas materias. Lo establecido precedeniemente es también aplicable a las obligaciones relativas a seguros por accidentes de trabajo (Ley 10.004, de 28 de febrero de ‘1941, sus modificativas y concordantes).” Asimismo, en el articulo 3°, se prevé que esta presuncién “gue- dard sin efecta cuando lo empresa producior oimportadora dered te haber celebrado un controto de distribucién de sus productos"™ con una o mds empresas distribuidoras, en cuyo caso éstas tendrén la calidad de sujetos pasivos de las obligaciones, contribuciones 3 prestaciones, a sean fiscales 0 del régimen de la seguridad social, ‘generadas por el ejercicio de sus actividades.” {culo de la Ley N° 18.261 a las normas del decreto-ley 14.626, implica que los aspectos previsionales y los vinculados al seguro de accidentes de trabajo ™ Cie Pra Roontovze, A, “Aleance dela ley 14.628 sobre distribuidores de produc tos", en ev. Derecho Laboral, N* 105, Tomo XX, enero-marzo 1977, p. 162, quien sostiene que “se trata de una determinacién muy precisa y minucicea de cudles ‘ton los vapectos en fos que se oplica esta presuncién. No solo no hay ninguna frase de sentido genérieo, sino que la preocupacién que s¢ revela por elarificar ‘cudles son los planos en que se proyecto esta determinacién demuestra que no #€ le ha querido proclamar con aleance genera! (..) No hay una sola palabra sobre ‘conflicts directos entre los intereeados para definir su situacion desde el punto de vista laboral y determinar sus derechos" ‘De conformidad con e]articul 6, el contrato de distribucién de debe constar en ‘documento piiblico o privada; debe contener los niumeros de inscripcién de las empresas contratantes ante la DGI y BPS, los domicili reales fetablecer que el riesgo de ln distribucién de los productos seré empresa distribuidora, 5 120 laborales”, sobre ley 14.625. En este sentido, si se considera al proceso de distribucion de productos como una hipétesis de subcontratacién, la empresa pro- Guetora o importadora podré ser solidaria o subsidiariamente res- ponsable de las “obligaciones laborales” de la empresa distribuidora para con sus empleados, La conclusién anterior resulta aplicable tanto en los casos don- de existe contrato de distribucién, como cuando a que las presunciones establecidas en el decreto- exclusivamente en los aspectos tributarios y no inciden en la califi- cacién del empleador ni de las responsabilidades laborales de ambas partes del proceso, En otros términos. la ausencia de contrato de distribucién y la consecuente presuncién de que la empresa produc: ‘butarios, no de- tora o importadora es sujeto pasivo a los efe: termina que adquiera, a su vez y por esa sola cireunstanci ter de empleador de los trabajadores de la empresa distribuidora ‘sin perjuicio que pueda, exclusivamente por las obligaciones labora- Jes, permanecer obligada en forma solidaria o subsidiaria. Siendo asi, resultan trasladables las conclusiones que Pla Rodriguez extrafa al analizar el alcance de les disposiciones del decreto ley 14.626 cuando afirmé: “En consecuencia, puede ocurrir (que una situacin se resuelva de una manera a las efectos del pago de los aportes a los organismos de previsién social, aplicando los cre: rios eatablecidos en la presente ley ye resuelva de otra manera a los (feetos de fijar los derechos reefprocos entre las partes que deben Ser 121 MARIO GARMENDIA ARIGON - GUSTAVO GAUTHIER fe las empresas distribu: La doctrina en este punto también se ha mostrado dis Por un lado Rosenbaum én del proceso de distribuci to en las leyes N* 16.099 y N° 18.251, refiere no solamente a las obligaciones de eardeter previsional a las que hace referencia el De- creto ley N° 14.625, sino también a cualquier clase de obligaciones establecida en dichas leyes (laborales, seguro de accidente de trabajo y enfermedades profesionales, recuperos del Banco de Seguros del Estado, deberes en materia de seguridad e higiene, etc.) Por otro lado, Ameglio, si bien entiende que la exclusién del sistema de responsabilidad comprende ademas de las obligaciones previsionales, las obligaciones ante el Banco de Seguros del Estado, “respecto de las obligaciones laborales de los trabajadores del distri- buidor, el fabricante o importador, serd solidario o subsidiariamente responsable, seguin haya 0 no ejercido el derecho de informacién que le otorga la ley" En una linea similar a la de Ameglio, se encuentra Raso, quien Juego de ua pormenorizado anélisis de la regulacién del contrato de distribucién, concluye que “El Decreto-ley N*14.625 pretende regu- lar relacién entre la empresa principal y su distribuidor (indepen- diente 0 subordinado), pero de la lectura de sus normas no puede derivarse que las mismas alcancen a los fendmenos de terceri- zacién" En la jurisprudencia, es posible relevar la sentencia N° 6/2010 del Tribunal de Apelaciones del Trabajo de 1° Turno (Caso n° 615 % Op. ait, p. 163. subcontratacién e intermediacién laboral, op. cit, p. 164. “Ameglio, Eduardo J, “Segunda ley de proteccién de los derechos de los trabaja- ‘dores ante los procesos de descentralizacién empresaria? op.cit. p. 476. 1m Rago Delgue, Juan, Le eontratacién atipica del trabajo, op.cit., p. 406, 122 TERCERIZACION! guientes lio Posada cor codemandada 3 Castello (Subcontratacién ¢ intermediaci En tal sentido entienden que siendo la de la 18,099 y excluyendo la primera del sistema de responsabilidad derivado de la descentralizacién empresarial a las entidades que se ocupan de los procesos de distribucién de productos, la interpreta cién debe remontarse a la fecha de la segunda en tanto se trata dela ley interpretada. De alli que concluyen en la exoneracién de respon sabilidad de la productora por las deudas laborales que hubiera con- traido la distribuidora con el actor. Pero la redactora de esta sentencia Dra. Rosina Rossi~ discre- pa con la Sala en mayoria en tanto, siguiendo le opinion de Garmendia, entiende que la relacién triangular, cuando involucra procesos de distribucién regulados por el dec. Ley 14.625, no margi- na la responsabilidad solidaria o subsidiaria de la empresa de distri- ucién por el mero hecho de su giro, en tanto esta disposicién refiere inicamente, a las deudas con Is seguridad social y con las primas del contrato de cobertura por accidente de trabajo.” -y 18.251 interpretativa 123 124 Caprruve V aleanzados por el sistema d ria, segtin el caso) consagra debe dirigirse la atencidn al articulo 1° de la primera de las normas yal articulo 7° de la segunda. El artieulo 1 de Ja ley N° 18,099 reza lo siguiente: “Todo patrono 0 empresario que utilice subcontratistas, inter- mediarios 0 suministradores de mano de obra, serd responsable solidario de las obligaciones laborales de éstos hacia bajadores contratados, asi como del pago de las contribucio- nes a la seguridad social a la entidad provisional que corres- ponda, de la prima de accidente de trabajo y enfermedad profesional y de las sanciones y recuperos que se adeuden al Banco de Seguros del Estado en relacién a esos trabajadores”. Por su parte, el articulo 7° de la ley N° 18.251, dispone: “(Alcance de la responsabilidad de la empresa principal).- Las obligaciones laborales a que se refiere el inciso primero del articulo 1° de ta ley N° 18.099, de 24 de enero de 2007, compren- den aquellas derivadas de la relacién de trabajo que surgen de las normas internacionales ratificadas, leyes, decretos, laudos 0 decisiones de los Consejos de salarios, o de los convenios colecti- vv0s registrados o de la informacién que surja de la documenta- cidn ala que refiere el literal D) del articulo 4° de la presente ley, ‘asi como el deber del patrono o empresario principal de colabo- rar en la aplicacién de las medidas previstas en el articulo 1° de la ley 5.032, de 21 de julio de 1914, sus decretos reglamentarios y convenios internacionales del trabajo vigentes”. 125 ine. MARIO GARMENDIAARIGON - GUSTAVO GAUTHIER previsionales comprenden las co tronales y persor de infracciones a las normas laborales, las que se regulardn en funcion del grado de responsabilidad que a cada empresa co- rresponda por el incumplimiento” Ademis, también debe tenerse presente ¢] articulo 7 de la ley NY 18.098, que dispone: ibuciones especiales de seguridad social relativas a la de la construcei6n continuarén rigiéndose por la nor mativa especifica de la actividad” ‘De modo que, en sintesis, la responsabilidad que consagran las leyes en andlisis aleanza a: a) las obligaciones laborales que el subcontratista, intermedia- rio o suministrador de mano de obra mantenga con sus dependien- tes; b) las contribuciones a la seguridad social que el subcontratista, intermediario o suministrador de mano de obra, adeude a la entidad previsional que corresponda, con exclusién de las contribuciones ¢s- peciales de seguridad social relativas a la industria de la construe- cién; y «) la prima de aceidente de trabajo y enfermedad profesion como las sanciones y recuperos que el subcontratista, intermediario © suministrador de mano de obra adeuden al Banco de Seguros del Estado en relacién a sus dependientes. Junto con la implantacién de la solidaridad como una de las po- sibles formas de responsabilidad, el objeto o materia sobre el que ‘puede recaer la misma es otro de los puntos en e] que se encuentran Jas mayores y mds trascendentes innovaciones que introdujeron e- tas nuevas normas, en comparacién con su predecesora (articulo 3° de la ley 10.449). En tal sentido, por una parte, es notoria la ampliacién que con- leva Ia incorporacién al Smbito de la responsabilidad de las contri- 126 TERCERZACIONES de accidente de trabajo ¥ buciones a ia seguridad social, de | enfermedad profesional, de las sanciones y Banco de Seguros de] Estado, \on se analizan cada uno de dichos puntos + los recuperos 2) Alcance de la responsabilidad por las “obligaciones laborales” Las lees N¢ 16,099 y N¢ 18.251 han consagrado una muy im- portante apertura del ambito objetivo que resulta abarcado por el sistema de responsabilidades que implantaron. Es ffeil apreciar la diferencia que resulta del empleo en las nue- vas leyes de le expresin genérica “obligaciones laborales”, contras- tada con la utilizada en el articulo 3° dela ley 10.449, que aludia a le responsabilidad subsidiaria por el pago de los salarios minimos fija- dos. Mientras la responsabilidad consagrada por la ley 10.448 que- daba restringida a la materia salarial y, todavia més estrictamente, ‘a los salarios minimos fijados (recuérdese que aquella norma esta inserta en la Jey que creé el mecanismo de los Consejos de Salarios, el que, precisamente, tiene por finalidad establecer un sistema para 1a fijacién negociada de salarios minimos por categorias), la que ahora vinieron a consagrar las leyes N* 18.099 y N° 18.251, abarcan a to- cer’ (como por ejemplo, la obligacién de seguridad de la que es deu- dor el empleador frente a sus dependientes). "= Homenuavm y Casreiio entienden que la responsabilidad sé aleanae las obliga ciones laborales de dar (Subeontratacién ¢ intermediacin laboral. cit. 5. 170) or au parte, MANGARELLI sontiene que la responsabilidad no aleanza s las “obl: ‘raciones laborales del subcontratista 0 intermedianio respecto de los trabajado- res contratados que la empresa principal no pueda controlar” (Mawaaxei, Crs tina, “Descentralizacién empresarial y responsabilidad laboral en Uruguay’ 18 ral en América Latina y Espafia, 2 edicién, Tirant lo Blanch, Valencia, 2011, p. 373, Bn cambio, Raso Da.avr sostiene que *...! texto de la ley es amplio y claro, 127 damente amplio, dentro ciones laborales de dar, También es aprecit ¢ la responsabilidad de la empresa principal no solamente est referida a materias o condiciones de tra- bajo consagradas en normas de origen heterénomo, sino también aquellas otras que pueden ser producto de la negociacién colectiva, aunque en este caso se exige que los convenios que las consagren se encuentren registrados. Nétese en este sentido que la norma alude a condiciones consa- gradas en convenios colectivos registrados. Esta referencia noes para nada intrascendente. pues otorga al acto del “registro” de los conve- nics colectivos una relevancia practica especial" lateral at. 5 170 sm By arcicale 628 de la ley 16.170, del 28 de dicsemibre de 1990 crvt ia obligntone Gs ool regarcs de om ceevercen cobeczivoe ene! Mummers de Trabeye 7 Semone Gis Sa, Dicks norma ingal fae regiazentada por el decrets 555/061, de 9 de 128 junto de mi dades instaurados. superando con mucha holgura la rios minimos fijados que constituia la base del arti como superados en el periodo en que silo estuvo N* 18.098. En este sentido, corresponde hacer notar sién contenida en el articulo 7° de la ley N° Gawmibre de 1961. Ente registro cumplia une finabided de cardcter weresart® Seeran 7 en teoria careia de cualquier potencianted pare genera: wie de pe algunc. Parerormence, la ley S16 566, el) te Sects commenacn cojectivoe scm *..de aplicaciie obisgate del mined de repociacin respect Poder Eecutiod” (artcuir 36 129 MARIO GARMENDIA ARIGON - GUSTAVO GAUTHIER La extensa puntualizacién que reali N° 18.251. deja bien clara la vocacién om al legislador. Se trata, como puede apreciarse, de una enumeracién bastante pormenorizada de fuentes normativas del Derecho del Tra: bajo, que incluye: a) normas internacionales ratificadas por Uruguay ) leyes ©) decretos @) decisiones de los Consejos de Salarios ©) convenios colectivos registrados En esta enumeracién es curioso que no se haya incorporado la referencia a la Constitucién de la Reptblica ni a las Declaraciones 0 Pactos que consagran derechos fundamentales. En el caso de estos {iltimos, si bien son normas internacionales, en cambio no son sus- ceptibles de ser ratificadas. Pero ademés de las fuentes normativas del Derecho del Trabajo antes mencionadas, la ley también incorpora dentro de la esfera de las responsabilidades que consagra, a aquellas obligaciones labora- Jes que aun no estando consagradas en alguna de dichas normas, pudiera encontrar su fuente en el contrato individual de trabajo. Esto se desprende de la referencia que reza “o de la informacién que surja de la documentacién a la que refiere el literal D) del articu- Io 4° de la presente ley”. De modo que si existiera alguna obligacién laboral que sin sur- gir estrictamente de alguna de las normas citadas en la ley (normas internacionales ratificadas, leyes, decretos, decisiones de Consejos de Salarios, convenios colectivos registrados) fuere exigible por el 180 TERCERZACIONES la obligacton labs esa principal no respond! detalle que se acaba de principal sélo seria responsable por aquel monto (es decir. por ©) eenvenido individualmente), siempre que el mismo surgiera de le documentacién que la empresa principal puede requerir al gabeontratista, invermediario o suministrador de mano de obra. ‘De modo que el empresario principal no seria responsable por un salario superior al minimo obligatorio para la catego- via de referencia o por el devengamiento de determinados rubros que le resulta imposible controlar ~como pueden ser las horas extras, cuando el trabajo se desarrolla fuera del establecimiento del patrono o empresario principal- que no estuvieran documentados 0 declarados (lo que vulgarmente se conoce como “salario en negro”). Mediante el establecimiento de este limite para la responsabili- dad de la empresa principal, pareceria vishumbrarse la intencién de! legislador por evitar que esta tltima pudiera terminar respondien- do por obligaciones laborales cuyo cumplimiento no esté en condi- ciones de controlar (1a empresa principal no tendria cémo saber que eltrabajador gana un salario superior al que surge de la documenta- ccién que se le aporta o que est trabajando horas extras o durante 1a noche cuando el trabajo se desarrolla fuera del establecimiento del patrono o empresario principal). 1® En este punto parece haber coincidencia en la doctrina: Rosexman y CASTE ‘Subcontratacién e intermedincién Inboral, cit. p. 175, Raso Deicu Juan, La i, p. 871 y Awaiio, Eduardo 3, “Segundo ley trabajador ante las procesos de descentraiize cién empresarial, it. p. 477 131 [MARIO GARMENDIA ARIGDK « SUSTAYS GAUTHIER acién de subcontra de obra, se tornar: laborales cuyo cumplimiento lar. sino también por otras obligaciones c6mo controlar.™ Sin embargo, si el articulo 7 de la le critica en relacién a las obligaci puede ser verificado mediante el cotejo de documentos (por las obligaciones “de dar”), en cambio no hizo lo propio respecto de obligaciones laborales que por su propiz naturaleza no son suscepti- bles de ser documentadas. Pignsese cémo podria ejercerse el control del cumplimiento de Jas miiltiples obligaciones de hacer que recaen sobre el empleador, tales como el respeto a la conciencia moral y cfvica del trabajador, el respeto a su dignided, el respeto al ejercicio de sus derechos sindica- les, ete.2*” Ep tal sentido, habria sido deseable que la ley N° 18.261 hubie- ra incorporado alguna referencia para racionalizar el alcance de la responsabilidad en relacién a estas cuestiones, por ejemplo, limitén- dola exclusivamente a las obligaciones de dar, siguiendo la férmula 1% Este crterio ha sido recogide recientemente por el Tribunal de Apelaciones del ‘Trabajo de 2° Turno (sentencia N° 299/2011, de 31 de agosto de 2011), donde se cexpreeé: “De la decumentacién que la empresa requirié no surgen los extremos salariales reclamados, que justifiquen que reaponda solidariamente. Se compar- te lo afirmado por lot Dres. Rosenbaum y Castello sobre ia exclusion de respon: ‘sabilidad sobre lot salarioe que no han sido declarados. No se comparten las ‘afirmaciones realizadas por Ia parte actora en lo que refie ale minima diligen ia por parte de la empresa, con la contestacién de la demanda no solo se adjun- tan loe contratoe, sino informacién del Banco de Previsién Social, copia de rei bos de sueldo y se aeredita la contratacién de la empresa dedicada a la recolec- cidn de esta informacién. Sin perjuicio que el propio actor manifesté en autos a fs: 193. que nunca puso en eonocimiento de la demandada que s le pagaba por fuera de lo formal 0 cualauier otra anomalia de la documentacién...” * Cle. Gautam, G., op. cit, p. 22 132 UNIVERSIDAD DE LA FACULTA! ones BIBLIOTECA En tal sentido, el sistema instaurado por estas dos leyes no re- paré en este aspecto a los efectos de delimitar la esfera de las res- ponsabilidades que atribuye al patrono o empresario principal y, al contrario, el aleance material de las responsabilidades implantades incluye todas las obligaciones laborales, independientemente de su naturaleza y de] grado de dificultad que puede conllevar el control de su cumplimiento por parte de aquél” Al respecto incluso es notorio que por efecto de las responsabili- dades que legalmente se determinan. podrian recaer sobre el patro- no o empresario principal determinadas obligaciones cuyo cumpli miento in natura seria directamente imposible. Tal seria el caso, por ejemplo, de la aplicacién de la ley 17.940, do el mismo tenga por con su empleo o con el acceso al mismo. Si el acto declarado nulo fuere el despido, la sentencia debe disponer el reintegro del trabaja- dor. El patrono o empresa principal, responsable en virtud de las leyes N° 18.099 y N® 18.251, no est en condiciones de cumplir in Bin Chile, el articulo 168-B del Cédigo de Trabajo (en redaccién dada por la Jey , dispone que Ia empresa principal sera solidariamente responsable de ones Iaborales y previsionales de dar. mo sentido: Raso DEict, 3, La contrataciin atipies del trabajo, ct. 1p. 398. Contra: Rosestaim, J. y Casreiio, A. Subcontratacin ¢ Intermed:acion labora}, p. 170. 133 18.099 y N® 18.251, que en puridad no excluye tales casos de s bito de aplicacion. Por otra parte, si bien es cierto que el patrono o empresario princi- pal no estaria en condiciones de cumplir in natura una sentencia que ordenara el reintegro de un trabajador dependiente del subcon- tratista, intermediario o suministrador de mano de obra, esto no necesariamente significa que desaparezca por completo su responsa- bilidad legal (que le imponen las leyes N° 18.099 y N° 16.251), sino que la misma se traduciria al equivalente reparatorio en especie, de acuerdo a la regla que consagra el articulo 1338 del Cédigo Civil”. 3) Obligaciones previsionales De acuerdo al articulo 1° de la ley N* 18.099, la responsabilidad del patrono o empresario principal también alcanza a las contribu- 2 Cit. por Laneakaca Zea, N., cit. p. 209. 2%: Areiculo 1398, ine, 1 del Cédigo Civil: “Toda obligacién de hacer o de no hacer, se renuelve en resarcimiento de dats y perjuicios en caso de falta de cumplimiento de parte del deudor”. En el mismo sentido: Raso Deuovr, J., La contratacién stipica del trabajo, cit, p. 995. 134 E supuest responsabilidad consagrade en las leves en andlisis sera le entudad previsional correspondiente, que sera la legitimada pare reclemar Ja misma de la empresa prineipal™* Superando las dudas que habia planteado la doctrina respecto Jos alcances que correspondia otorgar a la expresin contribuciones «@ lo seguridad social™, e] articulo 7° de la iey N* é dentro de las obligaciones previsionales abarcadas por la responsa- pilidad quedan comprendidas las contribuciones especiales de seeu- ridad social, incluyendo tanto las patronales como las personales Pero, en cambio, quedan expresamente excluidas de dicha res- ponsabilidad. las multas, los recargos, los impuestos y los adiciona- les recaudados por ios mos de seguridad social. ‘También quedan tieulo T° de la ley N industria de la construccién, las que —segin se indica- continuaran rigiéndose por la normativa especifica de la actividad, esto es, el decreto-Ley N’ 14.411. Esta norma contempla un sistema de garantia especifico que grava e] inmueble en el que se realiza la obra correspondiente™ 1% % Rosensavn, J. y CASTELLO, A., Régimen Juridico de la Subcontratacién € Intermediacién Laboral, PCU, Mdeo, 2007, p. 116 = Decreto-Ley N* 14.411, articulo &-"EI erédito por concepto de aportaciones, us intereses, recargos ¥ mulias, gravaré el inmueble donde se realice la obra o trabajo con derecho real a favor del Consejo Central de Asignaciones Familsares En. caso de demolicién, total o parcial, el gravamen ubsustird sobre el inmuble, 135 4OObEOOECEEEEEEEGY' ss OO MARIO GAFAENOIA ARIGON - GUSTAVO GAL OOO ee eEEEELELLE io de la responsabilidad que consa- gran las leves .251 seré el Banco de Seguros del Estado, que seré la entidad legitimada para accionar a este respec: Segiin se encargan de precisar Rosenbaum y Castello, la res- ponsabilidad de la empresa principal por estas primas no solamente incluye las situaciones en que la empresa contratada (subcontratista, intermediaria o suministradora de mano de obra) omite cumplir con su obligacién de contratar el seguro de accidentes de trabajo v enfer- medades profesionales, sino que ademas abarca aquellos casos en que el seguro ha sido contratado pero luego no se hizo efectivo el pago de ia prima pertinente o surgieron diferencias en el célculo de Ja misma debido 4 Is subdeclarecién de remuneraciones®. En materia de accidentes de trabajo y enfermedades profesio- nales, también quedan incluidos dentro de le responsabilidad que se ‘pera se pedrsexigir la sustitucién por otra garantia a satisfaceiin del acreedor, 2 por wu refueran en caso de inauficiencia El gravamen referida tendrd derecho de preerencia, sin perjuicio de loe que se hayan constituide con anterioridad. Para las obras o trabajos iniciados con anterioridad a ta publucaciin de esta ley en el lnara Oficial, we mantendré el régimen legal de garantia vigente a exa fecha, Em lw casce en que las obligaciones del propietario fueron pagadas por ™ Roseranion, Jy Commun, A., Subcontratacén e invermediacion luboral, eit. p. 112.178. 136 4 la empresa pni de la ley N° 18, En tal sentido, ne que la respons: excluyé de la respons nistrativas por concep! o podria sostenerse infraceiones a tas que por su tenor especial (pues refiere especificamente # las sancio redaccién amplia, que no efectéa distincién alguna y ademés la ra z6n que explica la exclusin de las sanciones de la esfera de respon- sabilidades (imposibilidad del patrono o empresa principal de con- trolar tales extremos) es aplicable también a las hipotesis en virtud de las cuales el Banco de Seguros del Estado puede imponer sancio: nes. Con relacién a los recuperos, incluyen todas aquellas acciones que el Banco esté en condiciones de promover en determinadas cir- cunstancias contra las empresas incumplidoras para resarcirse de Jos gastos generados como consecuenci atencién de un traba- jador accidentado (gastos de asistencia médica, rentas, etc.) Los mismos pueden tener origen en el hecho de no haberse con. tratado la péliza de accidentes de trabajo o en la circunstancia de ™ Articulo 56 de In Ley N° 16.074 [MARIO GARMENDIAARIGON GUSTAVO GAUTHER 5) Medidas de prevencién: deber de colaboracién de la empresa principal En relacién con las medidas de prevencién, el articulo 7° de la Ley N° 18.251 también refiere principal de colaborar en la aplicaciin de las medidas previstas en el articulo 1° de la Ley N° 5.032, de 21 de julio de 1914, sus deere reglamentarios y convenios internacionales del trabajo vigentes."Esta disposicién es similar a la del articulo 183-E del Cédigo del Trabajo chileno™, que seguramente también sirvié de antecedente para el legislador uruguayo, aunque corresponde advertir desde ya una di- ferencia sustancial en el alcance de las obligaciones en esta materia en uno ¥ otro pais. Si bien el Cédigo chileno establece una responsabilidad directa de la empresa principal de adoptar medidas necesarias para prote- ger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores!™, lo hace respecto de todos aquellos que laboran en “su” obra, empresa o fae- ‘na, extremo no menor cuando de cumplir con las normas en mate- ria de seguridad y salud ocupacional se trata. En cambio, en el caso uruguayo y a partir del concepto de sub- contratacién que alcanza incluso a las obras y servicios que pueden i : = i é i | f | : ‘al articulo 185-A, donde sjecucién de una obra o servicio, ef “dvefa” de la obra, empresa 0 faena. 138 nada, resulten evidentes. Asimismo y desde ot: alcance de la disposicién del ‘tante mas restringido que l tandose en ambos casos de En efecto, la responsabilidad del patrono no es directa, en el sentido de estar obligado a cretas para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores “subcontratados”, sino de colaborar en la adopeién de medidas de resguardo y seguridad a efectos de evitar accidentes*” ‘Los contornos de esta obligacién estaran determinados en gran parte por el tipo y las caracteristicas que Ja descentralizacién 0 el ‘yecurso a la mano de obra revistan en cada caso. En términos generales puede establecerse que en las hipétesis de subcontratacién de obras o servicios, intermediacién 0 suminis- tro de mano de obra, donde los trabajadores subcontratados se des- empefian dentro del establecimiento del patrono o empresa princi- pal o en una obra o servicio propiedad de éstos Ultimos, se podra ser més riguroso a la hora de analizar el deber de jlaboracién en la adopcién de medidas tendientes a prevenir los riesgos del trabajo, © Dispone el articulo 1° de la Ley N° 6.032: *Los empresarioe de establecimientos industries, lor directores de construcciones de todas clases, los que expiotan rminaé y canieras o cualquier otro trabajo en que haya peligro para los operarios, quedan obligadoe, deede la promulgacién de la presente ley, a tomar las medi as de reeguardo y seguridad para el personal de trabajo, a efecto de evitar los ‘occidentes originados en 1a utilizaciOn de mdquinas, engranajes, ec, asi como ;por deficiencias en las instalaciones en general. Esas medidas serén las indica

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