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Resumen del libro “Inteligencia Emocional”

de Daniel Goleman

Algunas personas piensan que las emociones juegan un rol


importante solo en situaciones románticas o en una confrontación
física; en realidad, las emociones están en todos lados. Nos ayudan
a tomar decisiones, entender el mundo y son cruciales en todas
nuestras interacciones.

Este resumen del libro “Inteligencia Emocional” de Daniel


Goleman explica en detalle el impacto que las emociones tienen en
tu vida diaria; te muestra cómo pueden ayudarte, pero también
como pueden hacer que pierdas el rumbo. También destaca el rol
que la inteligencia emocional desempeña en permitirnos usar las
emociones para crear resultados positivos y evitar situaciones
donde nos puedan hacer daño.

También explica cómo la inteligencia emocional hace posible crear


una interacción equilibrada entre el cerebro emocional y el
racional. También nos muestra cómo esta capacidad puede ser
adquirida y expandida.

Por último, responde estas interesantes preguntas: ¿Cómo se


desarrolla la inteligencia emocional, y por qué es tan importante
esta capacidad para la sociedad en general?

1. Las emociones son importantes;


nos ayudan a aprender cosas
nuevas, entender otras e
impulsarnos a la acción.
¿Acaso nuestras emociones son un lastre? ¿Nos iría mejor si nos
las quitaran y nos volviésemos criaturas íntegramente lógicas?

De hecho, las emociones son vitales para nosotros pues nos


otorgan beneficios que nos permiten vivir plenamente.

Una de esas ventajas es la forma como las emociones nos ayudan a


aprender de nuestros recuerdos.

Cuando nuestro cerebro almacena experiencias, no simplemente


recopila hechos; también registra nuestros sentimientos y estos
sentimientos nos ayudan a aprender.

Por ejemplo, si un niño toca un horno caliente, experimentará un


dolor intenso. Solo pensar en volver a tocar otro en el futuro, hará
que se dispare el recuerdo de ese dolor. De esta forma, las
emociones evitarán que le pase lo mismo otra vez.

Otra ventaja de las emociones es la forma en la que nos ayudan a


interpretar los sentimientos de otros, lo que puede ayudarnos a
predecir sus acciones.

Por ejemplo, imagina que te estás enfrentando a un hombre


colérico. Por su lenguaje corporal – quizá sus puños cerrados o su
tono de voz – puedes descifrar su estado emocional. Sabiendo
esto, puedes predecir sus acciones futuras; por ejemplo, estar a
punto de golpear a alguien.

El último beneficio que mencionaremos es el impulso para actuar.


Requerimos de nuestras emociones para poder reaccionar
rápidamente ante una situación. Por ejemplo, el hombre colérico
del ejemplo anterior; si creemos que puede estar cerca de explotar,
nos sentiremos amenazados o incluso enfadados como él, lo que
nos preparará para huir o luchar.

Las personas que pierden su capacidad para las emociones,


también pierden esta habilidad para actuar. Por ejemplo, en el
siglo pasado, muchos pacientes psiquiátricos fueron sometidos a
una cirugía de cerebro llamada lobotomía, la cual separaba las dos
regiones del cerebro que son vitales para el procesamiento
emocional.

Como resultado de la cirugía, los pacientes perdieron su iniciativa


e impulso para actuar, así como gran parte de su capacidad
emocional.

2. Algunas veces nuestras


emociones pueden impedir nuestro
juicio o hacer que actuemos
irracionalmente.

Nuestras emociones son herramientas importantes para entender


e interactuar con nuestro entorno. Aún así, tienen defectos y
pueden impulsarnos a cometer errores.

Uno de esos errores ocurre cuando nos volvemos excesivamente


emotivos; para poder realizar juicios sólidos, necesitamos pensar
claramente. Como un malabarista, nuestras mentes pueden
manejar un número limitado de elementos a la vez; y cuando
estamos en un estado de intensidad emocional, nuestras mentes
son bombardeadas con pensamientos alarmantes e imágenes
perturbadoras.

Así, no queda espacio para el pensamiento racional y nuestro


juicio se nubla.

Por ejemplo, cuando estás aterrorizado puedes verte reaccionando


en exceso a ciertas situaciones, pensando que son más peligrosas
de lo que realmente son. Éste es el por qué cuando estás
aterrorizado, puedes confundir una sábana tendida con un
fantasma.
Otro error causado por nuestras emociones ocurre cuando
actuamos antes de poder juzgar una situación apropiadamente.
Cuando la información entra a nuestro cerebro, una fracción de
ella se salta la región responsable del pensamiento racional, el
neocórtex, y entra directamente al área emocional. Si ésta percibe
que la información es una amenaza para nosotros, el cerebro
emocional puede provocar que actuemos súbitamente, sin pensar
racionalmente.

Ésta es la razón por la que puedes pegar un brinco cuando estás en


un bosque oscuro y ves una figura extraña con el rabillo del ojo.

Nuestra mente emocional reacciona a situciones del presente


basándose en experiencias pasadas, aún cuando las condiciones
hayan cambiado. Por ejemplo, un niño que fue acosado en el
colegio puede crecer para convertirse en un hombre seguro de sí
mismo, pero aún así sentirse amenazado por su antiguo acosador.

Aunque las emociones son importantes, pueden tomar el control


de nuestra mente y corromper nuestro pensamiento racional.

Por eso necesitamos algo para ayudarnos a manejarlas


efectivamente.

La inteligencia emocional te permite


gestionar tus emociones y
apalancarlas para alcanzar tus
objetivos.

Entonces, ¿Cómo puedes usar el poder de tus emociones sin que


ellas te controlen a ti?
Necesitas inteligencia emocional (IE), que te permite reconocer y
manejar tus sentimientos sin ser controlado por ellos.

El primer aspecto de la inteligencia emocional es ser capaz de


reconocer y darle nombre a tus sentimientos.

Este paso es vital para ser capaz de manejar tus emociones. Los
estudios demuestran que las personas que no son capaces de
reconocer sus propios sentimientos, son más propensos a
arranques violentos.
Una vez que eres capaz de reconocer tus emociones, necesitas
estar consciente de qué las causa.

Con frecuencia tus sentimientos en una situación dependen de


cómo piensas sobre ellas. Por ejemplo, si te cruzas con un amigo
en la calle y no te reconoce, puede que inmediatamente pienses
que te está ignorando a propósito. Eso puede que te moleste.

Pero si haces una pausa para pensar el por qué no te reconoció,


puede que consigas otras razones. Por ejemplo, que hayas estado
con el sol a tus espaldas y por eso no supo quién eras.

Cuando comienzas a reconocer y manejar tus sentimientos, la


inteligencia emocional puede ayudarte a concentrarte en alcanzar
ciertas metas.

Por ejemplo, imagina que necesitas escribir un ensayo para la


universidad. No te gusta para nada el tema y preferirías ir a un
festival de cine. La inteligencia emocional puede ayudarte a
gestionar todos estos sentimientos.

Aunque el tema te aburra, puedes tratar de verlo desde otro


ángulo. Puede que hay un aspecto del tema que te llama la
atención; además, a sabiendas de cómo va a hacerte sentir el
festival de cine, puedes posponer la gratificación para cuando
verdaderamente tengas tiempo y no tengas pendientes.
Los estudiantes que manejan su carga de trabajo de esta forma,
tienden a tener éxito en sus estudios, aún si tienen coeficientes
intelectuales promedio.

La inteligencia emocional es la
capacidad que te ayuda a navegar el
mundo social.

Otras personas juegan un rol importante en tu existencia y solo


gestionando tus interacciones sociales con ellos puedes aspirar a
vivir una vida plena.

Una vez más, la inteligencia emocional puede ayudarte a alcanzar


esto, pues desarrolla las interacciones sociales provechosas al
ponerte en los zapatos de otros. Sabiendo cómo te sentirías en en
ciertas situaciones, te ayuda a medir cómo se sentirían otros en
circunstancias similares.

Tu inteligencia emocional también te ayuda a descubrir las


emociones de otros al analizar sus claves no verbales. Esto quiere
decir que puedes juzgar el humor de una persona solo viendo
señales corporales como sus expresiones faciales.

Por ejemplo, si ves a alguien con el rostro blanco y la boca abierta,


probablemente concluirás que están en estado de shock.

Lo que es más, probablemente identifiques esas pistas


automáticamente sin ningún esfuerzo consciente.

Como te ayuda a desarrollar la empatía con otros, la inteligencia


emocional te permite comportarte para despertar reacciones
favorables en otros.
Por ejemplo, imagina que eres el gerente de una compañía donde
un miembro del staff comete continuamente los mismos errores.
Necesitas decirle sobre lo que pasa y que necesita cambiar, pero
tienes que hacerlo de la manera correcta. Si hieres sus
sentimientos, puede enfadarse o ponerse a la defensiva, y es
menos probable que haga los cambios que le sugieres.

Si desarrollas empatía con él e imaginas cómo puede sentirse,


puedes actuar de tal forma que lo estimules mejor a cambiar.

En general, las personas con inteligencia emocional pueden


desarrollar aptitudes como la habilidad de enseñar a otros,
resolver conflictos o gestionar equipos de trabajo. Y estas
aptitudes nos ayudan a mantener las relaciones en un entorno
social.

La inteligencia emocional requiere


un equilibrio entre el cerebro
emocional y un cerebro racional.

La manera como pensamos y y sentimos están entrelazadas. Esto


es porque el cerebro pensante – donde desarrollamos la razón – y
el cerebro emocional – El núcleo de nuestros sentimientos – están
conectados; Están unidos por redes neuronales muy fuertes.

Nuestra inteligencia emocional depende de de estas conexiones


entre ambos cerebros, y cualquier daño que sufran pueden causar
un déficit en tu inteligencia emocional.

Por ejemplo, una persona cuyo cerebro emocional ha sido


separado del racional dejará de tener emociones. Sus deficiencias
en esta área incluirá una pérdida de autoconsciencia emocional,
que es un componente importante de la inteligencia emocional.
Otro ejemplo de la importancia de las conexiones entre nuestros
dos cerebros es el rol del cerebro racional de corregir el
funcionamiento del cerebro emocional: un proceso indispensable
para la autorregulación emocional.

Esta autorregulación funciona de la siguiente manera: Los


estímulos, como una explosión súbita, usualmente acelerarán al
máximo a tu cerebro emocional, automáticamente percibiendo el
estímulo como una amenaza, y por tanto responderá poniendo tu
cuerpo en un estado de alerta.

Usamos nuestros cerebros racionales para regular este proceso.


Justo después de escuchar la fuerte explosión, y mientras nuestro
cerebro emocional envía toda clase de alarmas por todo el cuerpo,
nuestro cerebro racional analiza qué es lo que está ocurriendo.

Si no detecta peligro, entonces calma tanto al cerebro emocional


como al cuerpo, permitiéndote pensar claramente otra vez. Éste es
el por qué no reaccionamos de más por cada ruido que
escuchamos.

La inteligencia emocional te hace


más saludable y más exitoso.

¿Cuál es la clave para liderar una vida plena y exitosa?

Puedes pensar que es un coeficiente intelectual alto; que las


personas más brillantes tendrán las mejores probabilidades de
llevar vidas felices; pero la inteligencia emocional es tan
importante como el coeficiente intelectual en este punto.

La evidencia sugiere que las personas con altos niveles de


inteligencia emocional son quienes tienen más probabilidades de
tener éxito.
Por ejemplo, los estudios demuestran que estudiantes con altos
niveles de empatía consiguen calificaciones significativamente
mejores que sus compañeros menos empáticos.

Los estudiantes que pueden controlar sus impulsos también serán


más exitosos. Un estudio realizado por la Universidad de Stanford
llamado “El reto del malvavisco”, probó la habilidad de un grupo
de niños de cuatro años para resistirse a un dulce. Años después,
resultó que aquellos que habían sido capaces de controlar sus
impulsos a los cuatro años, tuvieron mayor éxito académico y
social a lo largo de su juventud.

Este éxito continuó hasta la adultez.

La inteligencia emocional también puede ayudarnos a tener estilos


de vida más saludables.

Puedes constatar esto tomando en cuenta el estrés. Cuando


pasamos por períodos estresantes, nuestros corazones son
sometidos a una presión inmensa porque nuestra tensión
aumenta. Eso nos pone en riesgo de un ataque al corazón.

El estrés también puede mermar nuestro sistema inmunológico,


como lo demuestra un estudio que sugería que las personas bajo
estrés son significativamente más propensas a pescar un resfriado.

Pero la inteligencia emocional puede ayudarnos a evitar los


peligros del estrés. Esto es posible porque si aprendes a mitigar los
sentimientos estresantes como la ansiedad y la ira, reducirás los
efectos de esos sentimientos en tu salud. Por ejemplo, en un
estudio clínico, las personas quienes habían sufrido un infarto
fueron entrenadas en la gestión de su ira, lo que disminuyó
significativamente su riesgo de otros ataques.

A pesar del gran impacto de la inteligencia emocional en el éxito y


la salud, ¿Por qué no se han tomado medidas para enseñar
adecuadamente sobre inteligencia emocional en los colegios?
El futuro de nuestra sociedad
dependerá de la inteligencia
emocional de nuestros niños.

Por una parte, la alta inteligencia emocional hace a las personas


felices y saludables; pero tener deficiencias en esta facultad puede
tener efectos negativos que afectan a toda la sociedad.

Por ejemplo, la tasa de asesinatos en adolescentes de los Estados


Unidos, triplicada entre 1965 y 1990 está relacionada con la
disminución de la inteligencia emocional.

Existe una fuerte evidencia que sugiere que los déficits en la


inteligencia emocional pueden propiciar la delincuencia, lo que a
su vez es un factor determinante en el aumento de la tasa de
crímenes.

Por ejemplo, los estudios demuestran que los adolescentes


violentos tienen dificultades al controlar sus impulsos y les cuesta
leer las expresiones faciales de otras personas – deficiencias que
también están presentes en criminales adultos.

Los adictos a las drogas también demuestran problemas de


inteligencia emocional. Por ejemplo, los adictos a la heroína tienen
dificultad para regular la rabia aún antes de su adicción.

Ya no quedan casi dudas de que el bienestar de un niño está ligado


a ser competente emocionalmente. Los niños que crecen en un
ambiente rodeados de personas emocionalmente inteligentes,
también demostrarán altos niveles de inteligencia emocional. Esto
fue confirmado por un estudio que demostró que estos niños
regulan mejor sus propias emociones, son más apreciados por sus
compañeros y son considerados socialmente adeptos por sus
profesores.

No es de sorprender que la inteligencia emocional de un niño esté


relacionada con su bienestar; los que sufren de un déficit en la
regulación de sus emociones corren el riesgo de desarrollar
problemas mentales y tienden a tener más problemas en el colegio.

Toda esta evidencia demuestra que la inteligencia emocional de los


niños es crítica para el futuro de nuestras comunidades. Los niños
de hoy son los padres, gerentes y políticos de mañana.

En resumen, muchos tendrán un gran impacto en las sociedades


futuras, y será de gran ayuda si las personas involucradas son
empáticas, adeptas en la resolución de conflictos y reservadas en
cuanto a actuar impulsivamente.

Existen muchas formas de


desarrollar tu inteligencia emocional.

Hemos aprendido que la inteligencia emocional puede llevarnos a


vivir una vida plena; pero ¿Cómo podemos desarrollar y potenciar
esta habilidad?

Si quieres desarrollar tu autoconciencia y tu autogestión, puedes


hacerlo aplicando diálogos internos. Esto te ayudará a identificar y
ponerle nombre a tus sentimientos.

Por ejemplo, si un amigo le dice a todo el mundo excepto a ti sobre


sus problemas maritales, puede que te sientas enojado. Pero el
diálogo interno puede ayudarte a resolverlo: Deberías preguntrate
a ti mismo: ¿Por qué me siento herido?
Al identificar este sentimiento y su causa, puedes reducir su poder.
Puedes, en vez de eso, decirte a ti mismo, “Me siento rechazado
por mi amigo, pero es posible que no haya querido molestarme
porque sabía que estaba ocupado con los cierres anuales”. De esta
manera, te sentirás menos enojado.

Si quieres mejorar tu empatía, puedes intentar reflejar el lenguaje


corporal de otra persona. Esto es útil porque el lenguaje corporal
no solamente expresa emociones – También las evoca. Así, por
ejemplo, al reflejar la postura tensa de otra persona, puedes
inducir tensión en ti mismo.

Si quieres ampliar tu habilidad para automotivarte y pensar más


positivamente, sigue esta recomendación: La manera como
expones tus éxitos y fracasos, tiene un impacto en tu habilidad
para motivarte a ti mismo. Para automotivarte, comienza a pensar
así: Las personas que pueden convencerse de que los errores son
producto de algo que pueden cambiar, no se rinden tan fácilmente.
Continúan intentándolo porque creen que un resultado positivo
depende de sus propias acciones.

En contraste, aquellos que atribuyen un problema a un déficit


personal permanente, son más propensos a rendirse. Están
convencidos que no hay mucho que puedan hacer sobre su éxito,
de todas formas. Si quieres tener éxito, trata de evitar estos
pensamientos.

Puedes usar la inteligencia


emocional en todo tipo de
situaciones, desde tu oficina hasta tu
vida amorosa.
Ahora conoces la inteligencia emocional un poco mejor. Pero
también puedes estar preguntándote: ¿Cómo puedo usar este
conocimiento en mi vida diaria?

La primera recomendación es: puedes evitar malentendidos en


una relación, si tomas en cuenta las diferentes maneras en que los
hombres y las mujeres manejan las emociones. Típicamente, las
niñas son criadas para hablar de sus emociones, mientras que los
niños aprenden a minimizar los sentimientos que los hacen
parecer vulnerables.

Por ejemplo, si una mujer se queja sobre un problema, la reacción


natural de un hombre es ofrecer un consejo. Pero esto puede ser
erróneo; con frecuencia una mujer solo está planteando un
problema para obtener una validación, así sea solo asentir. Quiere
que su pareja la escuche y demuestre que le entiende.

Por lo tanto, una solución inmediata puede ser malinterpretada


como un rechazo de sus preocupaciones, en vez de un intento de
ayudar; es mejor escucharle cuidadosamente.

Tú también puedes seguir esta recomendación. Si estás muy


alterado durante una discusión, trata de hacer una pausa para
calmarte. Las emociones fuertes tienden a distorsionar tu
pensamiento por lo que probablemente dirás o harás algo de lo
que luego te arrepentirás. Afortunadamente, un período de
‘enfriamiento’ te puede ayudar.

Algunos terapeutas matrimoniales incluso aconsejan a las parejas


a monitorear su pulso durante una discusión. Si se supera en 10
pulsaciones la velocidad promedio de la persona, es un indicador
de que está poniéndose demasiado emotiva para pensar
racionalmente y necesita un período para calmarse.

Finalmente, si necesitas criticar a alguien, se específico y ofrece


una solución. Siempre destaca lo que se hizo bien, qué pudo
hacerse y plantea una solución para trabajar juntos.
https://knesix.institute/resumen-del-libro-inteligencia-emocional-de-daniel-goleman/

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