Está en la página 1de 22

Cofactores enzimáticos inorgánicos y ORGANICOS

Modelo tridimensional enzima fosfatasa alcalina Un cofactor enzimático es definido como un


componente no enzimático que promueve el valor catalítico de una enzima, en una definición que
enfatiza la función más que la estructura. Dado que casi un tercio de las enzimas requiere de
metales iónicos para la función catalítica, es evidente que los componentes inorgánicos conforman
una parte substancial de los cofactores. La mayoría de los metales traza tienen un común
denominador en su involucramiento íntimo con las enzimas; muchos son componentes del sitio
activo que se une a los sustratos, aceptan electrones, estabilizan las estructuras terciaria y
cuaternaria y aún regulan el ritmo de las rutas metabólicas.

La historia nutricional de los elementos minerales, a diferencia de las vitaminas, tuvo poco
enfoque temprano en humanos. Fue en el ganado doméstico alimentándose de forraje
procedente de suelos pobres en minerales que se manifestaron los síntomas de deficiencia
(aunque al principio se pensó que era debido a toxicidad). Signos típicos eran el prensado de la
lana en las ovejas, ruptura de aorta en cerdos y bovinos y pérdida de mielina en los cerebros de
corderos recién nacidos. Los síntomas disminuían marcadamente por suplementación del pienso
con sales de iones metálicos como CuSO4, Fe(NH4)2(SO4)2 y ZnCl2.

El reverso de los síntomas y el restablecimiento del crecimiento óptimo del ganado proporcionó la
primera evidencia de los metales esenciales. Con el tiempo, los estudios bioquímicos llevaron al
aislamiento de enzimas que requerían iones metálicos para funcionar, y poco después esas
enzimas específicas podían ser asociadas a los síntomas de deficiencia.

Las interacciones de los iones metálicos eran vistas como detrimentales, así como valiosas para el
sistema. Por ejemplo, un estudio temprano mostró que el cobre potenciaba los efectos de hierro
para aliviar una condición de anemia en ratas de laboratorio alimentadas con una dieta a base de
leche; esa observación fue repetida en pollos y cerdos, y pronto atrajo la atención de los clínicos
que adoptaron un protocolo bimetálico similar en el tratamiento de humanos anémicos. Junto con
el advenimiento de dietas semipurificadas en la misma época la ciencia de la nutrición se colocó
en el umbral de importantes descubrimientos sobre los papeles de os elementos minerales
esenciales.

Propiedades generales

Los cofactores minerales comprenden un grupo grande de substancias inorgánicas, con una
mayoría de iones metálicos. El dominio de iones metálicos incluye macrometales (como Na+, K+,
Ca2+), iones metálicos traza (incluyendo Fe2+, Zn2+, Cu2+ y Mn2+) y metaloides (como Se, Si y B).

Al buscar una razón para su necesidad, debemos entender que los iones metálicos son adecuados
para la labor de ejecutar peligrosas reacciones químicas en las superficies enzimáticas, reacciones
que de otra manera podrían dañar las cadenas orgánicas laterales más sensibles de los
aminoácidos en una enzima. Por ejemplo, los metales redox tales como hierro, manganeso y cobre
pueden aceptar electrones en su estructura, manteniéndolos temporalmente para luego donarlos
al oxígeno, formando agua como una forma para disponer de los electrones con seguridad.

1
En esencia, uno debe considerar que un cofactor metálico extiende el repertorio de funciones
catalíticas disponibles para y realizadas por enzimas.

Las enzimas que dependen de los iones metálicos como cofactores caen en 2 categorías: enzimas
activadas por metales y metaloenzimas. Como el nombre implica, las enzimas activadas por
metales son incitadas a una mayor actividad catalítica por la presencia de un ion metálico mono o
divalente en el exterior de la proteína. El metal puede activar el sustrato (por ejemplo, Mg2+ con
ATP), acoplar la enzima directamente o entrar en equilibrio con la enzima explotando su carga
iónica para producir una unión más favorable con el sustrato o un mejor ambiente catalítico. Por
lo tanto, las enzimas activadas por metales requieren que el metal esté presente en exceso tal vez
2-10 veces más que la concentración de la enzima.

Como el metal no puede unirse en una forma más permanente, las enzimas activadas por metales
típicamente pierden actividad durante la purificación. Un ejemplo es piruvato-quinasa, que tiene
un requerimiento específico por K+ y es inactivada por diálisis (difusión por una membrana
semiporosa).

Las metaloenzimas, en contraste, tienen un cofactor metálicos unido firmemente a una región
específica en la superficie de la proteína. Algunas pueden incluso requerir más de un ión metálico
y en raras ocasiones podrían ser 2 metales diferentes como, por ejemplo, en Cu2,Zn2-superóxido-
dismutasa.

Con algunas excepciones, los metales traza entran en el cuadro como cofactores para las
metaloenzimas. Fe, Zn, Cu y Mn, referidos como metales de la primera serie de transición, son los
más comunes. Sus contrapartes, Mg, K, Ca y Na, son no considerados traza y solamente en raras
instancias estos llamados macroelementos se unen fuertemente a la superficie de enzimas.

La fuerte unión imposibilita la pérdida del ión metálico por diálisis o pérdida por agentes
disociadores débiles. Las metaloenzimas, sin embargo, pueden perder su cofactor metálico y
volverse inactivas cuando son tratadas con queladores metálicos que tienen una afinidad de unión
más fuerte que la enzima y vencen a la proteína enzimática por el ión metálico.

Como grupos prostéticos, los metales en las metaloenzimas tienen una relación estequiométrica
(relación ión metal-proteína enzimática) representada por un integrador completo. Las
metaloenzimas raramente son preparadas para una mayor actividad al agregar su ión metálico
conjugado a la enzima. La geometría espacial también es una preocupación: los metales en la
primera serie de transición (Mn, Fe, Co, Ni, Cu, Zn) deben adherirse a configuraciones geométricas
estrictas alrededor del sitio de unión del metal. Para los metales en la primera serie de transición
se toma nota de los orbitales 3d y 4s al asignar estados de valencia y las formas geométricas
factibles.

Exceptuando aquellas con cinc, las enzimas con metales de la primera serie de transición tienden a
ser muy coloridas; por ejemplo, el color rojo de la hemoglobina (hierro) o el color azul de
ceruloplasmina (cuyo nombre significa azul cielo) asociada con cobre.

2
Cofactores metálicos

Hierro

La mayoría de enzimas con hierro acoplan el hierro ya sea como heme o como un arreglo especial
de hierro con grupos azufre conocidos como centros hierro-azufre (FenSn). El hierro en heme
muestra un enorme parecido con el ión magnesio en la clorofila. Heme, que es básicamente un
sistema de anillo de porfirina con hierro posicionado en el centro, es la forma más común de
hierro en las proteínas biológicas. En citocromo c, una proteína heme común en las mitocondrias,
los ligandos axiales al hierro están ocupados por histidina y metionina de la proteína.

Como componente de los centros hierro-azufre, el hierro entra en múltiples arreglos de grupo con
residuos de cisteína en enzimas que ofrecen un contacto más directo con la proteína. Estos
centros difieren en su complejidad del simple 2Fe-2S al más elaborado 4Fe-4S. El hierro en estos
centros se une a los sustratos así como transfiere electrones y toma parte en reacciones que
involucran deshidrataciones y reacomodos.

Las enzimas con centros hierro-azufre incluyen xantina-oxidasa, succinato-deshidrogenasa,


aconitasa y nitrogenasa.

Una tercera clase, representada por ribonucleótido-reductasa, tiene un grupo FeO2 con un
dioxígeno como un anión peróxido O22- montado entre 2 centros de hierro. Este arreglo permite a
la enzima remover un átomo de hidrógeno de una unión C-H muy estable. Un no metal puede
substituir al hierro en estos complejos.

Las enzimas con un grupo heme generalmente son de color café rojizo (cuyo tono dependerá del
estado de oxidación del hierro). El color motivó un interés inicial en estas proteínas y fue el factor
motivador detrás de nombrar a las proteínas heme en las mitocondrias como “citocromos”.

Aunque solamente algunas pocas enzimas solubles tienen hierro como cofactor, el hierro es
especialmente prominente en las proteínas unidas a membrana que comprenden rutas de
transporte de electrones. Ejemplos de estas incluyen los citocromos en la mitocondria, retículo
endoplásmico y fotosistemas I y II en los cloroplastos. Tal vez la proteína con hierro más inusual es
la ferritina, una enorme proteína subunidad de almacenamiento de hierro que tiene la capacidad
de unir más de 2,500 átomos de hierro en su estructura.

La propiedad redox del hierro desempeña mucha de su química como cofactor. El hierro está casi
siempre involucrado con la transferencia de electrones y muchas veces dona los electrones a una
molécula de oxígeno. Dos importantes propiedades que se adecúan a ese papel son: (1) un átomo
de hierro que puede fácilmente realizar cambios de valencia reversibles de Fe2+ a Fe3+, lo que
permite el intercambio fácil de electrones, y (2) el par ión ferroso-férrico tiene un potencial
electroquímico relativamente bajo (-0.1 V), el cual permite al hierro estar en el lado alto (reductor)
de una cadena de transporte de electrones.

En citocromo P450 un solo átomo de oxígeno es transferido al sustrato después de que O2 se une
a Fe(II). En el mecanismo el complejo Fe(II)-O2 es convertido en FeO, el cual presenta una especie
Fe(V) que atrae el sustrato e incorpora el único átomo de oxígeno en su estructura. Aunque

3
estados más altos de valencia tales como Fe(IV) y Fe(VI) son formados por remoción de electrones
3d adicionales, solamente en raras ocasiones estas valencias más altas de hierro son vistas en
sistemas biológicos.

Tanto catalasa como peroxidasa, dos enzimas heme, utilizan hierro para interactuar con oxidantes
peligrosos. Ambas enzimas están localizadas en el citosol y en peroxisomas, en donde ocurren las
reacciones de oxidación dañinas durante el curso de los eventos metabólicos normales.

Tal vez la enzima conteniendo hierro más familiar es la citocromo c-oxidasa, el aceptor de
electrones terminal en la cadena mitocondrial de transporte de electrones y la enzima capaz de
dividir una molécula de oxígeno para formar agua.

Cinc

El cinc es tal vez el más ubicuo y versátil de todos los cofactores metálicos. Más de 300 enzimas
tienen un cofactor de cinc. Las proteínas ligadas a cinc que se enganchan al DNA, las llamadas
proteínas dedo de cinc, atestiguan la versatilidad del cinc en los sistemas biológicos.
Aproximadamente el 3 % del genoma en los mamíferos codifica para proteínas dedo de cinc.

Como cofactor, el cinc puede realizar funciones tanto estructurales como catalíticas. En la
anhidrasa carbónica, por ejemplo, el cinc entra en una unión coordinada con el sustrato CO2; en la
carboxipeptidasa el cinc toma parte activa en la ruptura de la unión péptido; las enzimas
multisubunidad como aspartato-transcarbamilasa utilizan cinc para coordinar las posiciones de las
subunidades catalítica y reguladora, un papel estructural; la Cu2,Zn2-superóxido-dismutasa
requiere cinc para posicionar el átomo de cobre en el canal accesado por el sustrato HO.2, otro
papel estructural; en las proteínas dedo de cinc, Zn2+ contribuye a la estabilidad de la estructura
de rizo que contacta los surcos mayor y menor del DNA. Estos ejemplos ilustran por qué el cinc es
un importante acompañante para enzimas y proteínas.

El cinc es considerado un metal suave porque se comporta como un catión divalente sin
preferencia geométrica especial. Es tal vez esta suavidad lo que permite al cinc adaptarse a tantos
ambientes enzimáticos diferentes. El cinc existe en un estado de valencia Zn2+, y por tanto no
tiene propiedades redox. El ión Zn2+ está configurado como un 3d10, lo que denota un orbital 3d
lleno. Por esta razón, los complejos de cinc carecen de color y el cinc en sí se comporta
principalmente como un catión.

Zn2+ es un buen aceptor de electrones (ácido de Lewis) y puede entrar en un arreglo de unión
coordinado que polariza grupos a los cuales se une. Esta propiedad permite al cinc incrementar la
susceptibilidad de una unión química a ataque; por ejemplo, Zn2+ polariza al agua, lo que hace
que el agua se comporte más como un ión hidróxido y sea más efectiva para atacar el CO2 para
formar HCO-3 en la reacción catalizada por anhidrasa carbónica. Otro ejemplo es el uso de cinc
para polarizar la unión ester o amida, promoviendo así el ataque nucleofílico de agua a la unión,
como en las reacciones catalizadas por carboxipeptidasa y aminopeptidasa.

Cobre

El cobre, como el hierro, es un metal redox. Como el hierro, el cobre existe en estados de valencia
múltiples; Cu+ y Cu2+ (cuproso y cúprico) son los más comunes.

4
Las enzimas con cobre, aunque no tan numerosas como las enzimas con cinc, cumplen
importantes funciones biológicas, principalmente dentro del citosol. Muchas caen en la categoría
de oxidoreductasas, o más específicamente “oxidasas”, lo que significa que catalizan reacciones en
las cuales los electrones del sustrato son transferidos al O2.

Las enzimas con cobre pueden ser simples o complejas, dependiendo del número de átomos Cu en
la enzima. Las enzimas simples generalmente contienen un Cu por subunidad. Las enzimas más
complejas incluyen las oxidasas multicobre, que pueden tener tan pocos como 4 (ejemplo, laccasa)
o tantos como 8 átomos de cobre por enzima (ejemplo, dopamina-β-monooxigenasa). El cobre en
estas enzimas existe en 3 diferentes ambientes químicos conocidos como sitios cobre tipo 1, tipos
2 y tipo 3.

La ceruloplasmina, por ejemplo, contiene 6-7 átomos de cobre en 3 sitios distintos. El sitio cobre
tipo 1 da un color azul a la ceruloplasmina y otras proteínas azules con cobre. Los sitios de unión
con cobre en una oxidasa multicobre forman una triada consistente de un cobre tipo 2 y dos
cobres tipo 3, arreglados en un triángulo isósceles. El oxígeno se une a estos dos cobres tipo 3 en
la base del triángulo. Ejemplos de enzimas con cobre incluyen citocromo c-oxidasa, lisil-oxidas y
ascorbato-oxidasa.

Debido a su tendencia para aceptar electrones, el cobre es un poderoso oxidante en los sistemas
biológicos. Los sitios cobre en la ceruloplasmina tienen la capacidad de oxidar Fe2+ a Fe3+, lo que
prepara los iones férricos para unirse a la transferrina y entregar hierro a órganos y tejidos. Esta
reacción liga al hierro con el metabolismo del cobre y podría explicar como la ausencia de cobre en
la diera impide el transporte de hierro y causa anemia en los humanos.

Raramente el cobre está destinado a desempeñar solamente un papel estructural, y muchas


enzimas que poseen cobre como cofactor utilizan el metal en el sitio activo. Estudios han ligado
iones de cobre con la formación de arterias o angiogénesis. Uno de los descubrimientos más
emocionantes, aún por ser comprendido del todo, es que privar a un animal (humanos incluidos)
de cobre retrasa o aún inhibe el crecimiento de tumores cancerosos. Desde una perspectiva
nutricional, esto podría significar que el cobre es esencial para el desarrollo del sistema
microvascular.

Manganeso

Mientras que el cinc puede ser el metal de transición más común en enzimas, el manganeso es tal
vez el menos común, en parte debido a que los complejos de manganeso con proteínas tienden a
ser débilmente estables y se disocian con facilidad. Metaloenzimas con manganeso notables
incluyen piruvato-carboxilasa y manganeso-superóxido-dismutasa en las mitocondrias y arginasa
en el ciclo de urea. El manganeso también puede funcionar como un cofactor activador de metal
para muchas enzimas que requieren magnesio.

Aunque el manganeso no es considerado un metal redox basado en su reactividad, puede no


obstante existir en 6 estados de oxidación (Mn2+ a Mn7+), tres de los cuales (Mn5+ a Mn7+) no se
observan en sistemas biológicos. La forma más común de manganeso es Mn2+. El mayor número

5
de valencias múltiples de manganeso ocurren en la enzima divisoria de agua que se encuentra en
los cloroplastos de las plantas como parte del fotosistema II.

Cobalto

El papel del cobalto como cofactor está limitado a su presencia en la vitamina B12. El cobalto y el
níquel son iones que pueden haber figurado más prominentemente en los sistemas primitivos
cuando la atmósfera contenía H12 y CH4 como gases ambientales comunes; cuando los sistemas
biológicos gradualmente se adaptaron al O2 la necesidad de estos 2 metales fue menor.

El cobalto puede existir en 3 estados de valencia, Co+, Co2+ y Co3+, siendo Co2+ el más común en
5’-desoxiadenosilcobalamina, la forma familiar de la coenzima vitamina B12. El cobalto está unido
por un arreglo plano cuadrado a un anillo, análogo a heme pero con características muy
especiales. A diferencia de heme, el cobalto tiene 2 ligandos axiales que están libres de la
proteína, lo que permite a grupos no proteínicos tener acceso al metal central por arriba y por
debajo del plano. En un complejo octaedro, una posición axial (el quinto coordinado) está
normalmente ocupado por un benzimidasol y el otro por un grupo metilo (como en metil-
cobalamina).

El arreglo es único y permite al cobalto forman uniones carbón-metal con el potencial para 2
diferentes reactividades. El grupo metilo, por ejemplo, puede ser removido como ión carbonium
reteniendo ambos electrones en el cobalto, lo que luego revierte a un menos estable Co(I). Esto es
típico de la reacción en la cual la vitamina B12 actúa como un donador de metilo.

En los rearreglos de posición el cobalto retiene solamente un electrón y forma un estable Co(II) o
ión d7 con la liberación de un radical libre. Los radicales libres son altamente reactivos y superan
las barreras de energía que mantendrían a raya a otros reactivos. Así, las propiedades químicas del
cobalto transfieren grupos como iones carbonium o radicales centrados en carbón altamente
reactivos. Ambos productos son posibles y explican la necesidad por cobalto como un cofactor
para la reacción que procede vía un mecanismo de radical libre. Un ejemplo de este último es el
rearreglo intramolecular de metilmalonil-CoA a succinil-CoA, catalizado por metilmalonil-CoA-
mutasa.

Vanadio

Aunque todavía debe describirse una función bioquímica completa para el vanadio en los animales
superiores, reportes en bacterias y algas proporcionan pistas sobre la necesidad funcional de este
metal en la catálisis enzimática. Se ha encontrado que el vanadio es esencial para la actividad de
bromoperoxidasa, una enzima encontrada en las algas cafés y rojas, y poco después se caracterizó
una iodoperoxidasa dependiente de vanadio.

El vanadio también ha sido encontrado en altas concentraciones en hongos, y se ha demostrado


su acumulación abundante en ascidias, específicamente en las células sanguíneas (vanocitos) de
estos organismos.

La especulación sobre la función del vanadio en los microorganismos va de la acción


antimicrobiana a la transferencia de electrones y el atrapar oxígeno. En los animales superiores,
sin embargo, el vanadio tiene propiedades insulinomiméticas y se ha demostrado que estimula la

6
proliferación y diferenciación celular. Se cree también que regula las reacciones de fosforilación y
desfosforilación a través del control de ATPasas, fosfatasas y adenilciclasa, lo que tiene amplios
efectos en las funciones celulares. Debe notarse, sin embargo, que no se ha demostrado todavía
que el vanadio sea un activador o inhibidor específico de alguna enzima en humanos.

El vanadio es como el molibdeno, al ser capaz de formar tanto oxianiones como oxicationes, VO42-
(MoO42-), VO2+ (MoO2+, MoO2+ y MoO22+), así como centros de azufre, como VS43- (MoS42-).
El vanadato difiere del molibdato al ser un agente oxidante más fuerte, lo que puede relacionase
con su función de transferencia de electrones en las formas de vida menores, pero con significado
cuestionable en humanos.

Calcio

El calcio es un cofactor para un número limitado de importantes enzimas, además del complejo
actina-miosina en el músculo; alfa-amilasa y termolisina son 2 de las más conocidas. Como un ión
libre o trabajando a través de calmodulina, el calcio es mejor entendido como un activador de
enzimas en rutas de señalización celular dependientes de hormonas.

Las enzimas referidas como Ca-ATPasas y H+/Ca-ATPasas no deben ser consideradas como
enzimas dependientes de calcio. Este es un nombre incorrecto porque Ca2+ es el objeto de la
acción de la enzima más que un cofactor para su actividad. Las ATPasas comprenden un gran
grupo de enzimas unidas a membrana que bombean Ca2+ desde el citosol hacia el retículo
endoplásmico o expelen calcio de la célula a través de canales en la membrana.

Como un metal del grupo IIa, el calcio está limitado a un estado de valencia 2+ y sirve
primariamente como catión divalente en sus interacciones con enzimas. El papel de Ca2+ está
limitado principalmente a la estabilidad estructural.

Molibdeno

El molibdeno está ampliamente distribuido en plantas y animales. El metal existe en 3 estados de


valencia: Mo4+, Mo5+ y Mo6+. Un número limitado de reacciones redox explotan los estados
multivalencia. Las enzimas dependientes de molibdeno se encuentran en rutas que metabolizan
purinas, pirimidinas, pterinas, aldehídos y sulfitos.

Se ha propuesto una estructura de cofactor para el molibdeno, llamada molibdopterrina. Las


enzimas que utilizan el cofactor incluyen xantina-oxidasa, sulfito-oxidasa y aldehído-oxidasa. En
microorganismos el molibdeno es un metal clave para la fijación de oxígeno. La xantina-oxidasa es
la enzima con relevancia en el sistema mamífero.

Una preocupación nutricional del molibdeno es su habilidad para antagonizar al cobre. El rociado
indiscriminado de los suelos con molibdeno afecta el crecimiento y productividad de los
rumiantes. El efecto se relaciona con la formación de tiomolibdatos en el rumen, en donde estos
interactúan y se ligan al cobre evitando su absorción. Los tiomolibdatos tienen una enorme
afinidad por cobre, casi al grado de exclusión de otros iones metálicos, al grado que se han
utilizado para controlar la toxicidad en la enfermedad de Wilson, una enfermedad genética de
envenenamiento de cobre en humanos.

7
Níquel

Como un cofactor, el níquel aparece con poca frecuencia, reportándose en enzimas microbianas y
de plantas, como ureasa del frijol Jack, frijol de soya, arroz y tomates. Hay unos 2 gramo-átomos
de níquel por mol de subunidad (96,000 Da) de la enzima. Otras metaloenzimas conteniendo
níquel incluyen el Factor F340 encontrado en la membrana de bacterias metanogénicas, carbono-
monóxido-deshidrogenasa e hidrogenasas I y II.

El níquel ha llamado la atención debido a la observación de que las concentraciones en el suero de


mujeres se elevan marcadamente, inmediatamente después del parto.

Algunos consideran al níquel como “el metal que fue”. A medida que los biosistemas
evolucionaron y cambiaron de una atmósfera sin oxígeno a una rica en oxígeno, en donde el
metano y el hidrógeno tendieron a ser minimizados como sustratos para energía, los metales que
formaban un cofactor importante en el ambiente anaerobio y que eran utilizados por organismos
más primitivos (como arqueobacterias) fueron substituidos por un metal o cofactor más adecuado
para el ambiente actual. Así, níquel, como cobalto, pueden haber tenido su mayor era en las
enzimas que catabolizaban CH4 y H2.

Otros cofactores metálicos

El ión sodio no es considerado generalmente con un cofactor específico pues no se ha demostrado


la existencia de una enzima cuya catálisis dependa estrictamente de los iones de sodio. Las
enzimas activadas por sodio responden con frecuencia a cofactores metálicos substitutos como Li+
o aún cationes divalentes.

El ión magnesio es requerido por un gran número de enzimas conocidas como quinasas, enzimas
que transfieren el grupo fosfato terminal de ATP a un sustrato. Las enzimas quinasas figuran
prominentemente en muchas rutas bioquímicas como glicólisis (hexoquinasa, fructosa-6-fosfato-
quinasa, piruvato-quinasa), respuestas hormonales mediadas por AMP cíclico, señalización celular
y regulación de división celular.

El ión potasio es un cofactor específico para piruvato quinasa en la ruta de glicólisis. Tanto potasio
como magnesio forman enlaces no permanentes con sus respectivas enzimas y por tanto actúan
más en la capacidad de activadores.

Aunque cromo, estaño, arsénico y estroncio han sido postulados por algunos investigadores como
esenciales para el óptimo crecimiento y salud de los organismos, así como poseedores de una
influencia positiva en los sistemas biológicos, las funciones como cofactores para sus iones no han
sido asignadas porque no se han encontrado enzimas específicas que puedan requerirlos para su
actividad.

8
Cofactores minerales no metálicos

Selenio

El selenio pertenece a la categoría de no metales redox y está incluido en la misma clase del azufre
(algunas veces referidos como metaloides), lo que implica que el selenio podría ser capaz de
substituir al azufre en los complejos biológicos. Como un congénere del azufre, el selenio se vuelve
parte de la estructura de proteínas como selenocisteina y selenometionina, no como un átomo de
selenio ligado directamente a la proteína como un grupo prostético. Estas son los cofactores
activos en las enzimas con selenio.

Aunque un ión selenio es claramente capaz de reacciones redox, hay poca información disponible
sobre las funciones de selenio como cofactor. Enzimas como glutatión-peroxidasa son enzimas
solubles que trasfieren electrones hacia y desde sustratos. Substituir el selenio con azufre en la
enzima niega la actividad. Con solamente algunas selenoenzimas disponibles hay información
insuficiente para precisar el papel catalítico del selenio.

Se cree que glutatión-peroxidasa en la forma reducida (descanso) contiene un selenol ionizado


que puede reaccionar con peróxidos orgánicos o peróxido de hidrógeno. Una enzima selenol
podría ser un intermediario en la reacción catalizada por 5’-deiodinasa, la enzima que cataliza la
remoción de iodo de la hormona tiroidea. El complejo enzima-ácido selenénico (Enz-SeOH) es
regenerado por glutatión reducido (GSH) el cual forma un intermediario mixto (Enz-Se-S-G). Este
intermediario luego reacciona con un segundo GSH para restaurar Enz-Se- y libera glutatión
oxidado (GSSG) como producto. La regeneración de Enz-SeI de 5’-deiodinasa también requiere un
agente reductor cuya identidad es incierta.

Sílice

Existe debate sobre si sílice es un cofactor, aunque es innegable su importancia en un número


considerable de reacciones bioquímicas que llevan a la síntesis de glicoproteínas y polisacáridos en
la matriz extracelular del tejido conectivo.

El sílice como Si(OH)4 es muy abundante en suelos y minerales, siendo tan común en los tejidos
humanos como el magnesio. En las plantas, especialmente pastos, el sílice es un componente
importante de un esqueleto mineral y tiene una renovación metabólica cercana a la del carbono.
En los humanos, las mayores concentraciones de sílice aparecen en los tejidos conectivos como
aorta, tráquea, tendones, huesos y piel. Menores cantidades se encuentran en hígado, corazón y
músculos, La epidermis y el pelo son significativamente altos en sílice.

El sílice, como ácido silícico, es requerido para la actividad máxima de prolil-hidroxilasa, la enzima
que convierte los residuos de prolina a hidroxiprolina en el colágeno. Se requieren niveles
elevados (0.2 a 2.0 mM) para estimular la enzima, la cual cataliza un factor determinante de tasa
en la biosíntesis de colágeno.

9
Boro

Manipulando el contenido de boro en la dieta lleva a un amplio número de respuestas


metabólicas, lo que atestigua la importancia potencial del boro en la nutrición humana. Estudios
tempranos reportaron niveles superiores de hormonas esteroides, testosterona y estradiol en los
animales suplementados con boro. Estudios adicionales sugirieron que el boro tenía un papel
regulador en el metabolismo de otros minerales como calcio y que podía afectar el metabolismo
óseo.

En una forma comparativa, el papel del boro ha sido bien establecido en plantas vasculares,
diatomeas y flagelados algáceos marinos. Los peces cebra privados de boro tienden a sufrir
defectos de desarrollo. Estos datos han impulsado la investigación sobre las funciones biológicas
del boro en los vertebrados superiores; sin embargo, pocos estudios apoyan un papel esencial del
boro en los vertebrados.

Comparado con el pez cebra, las ratas embarazadas alimentadas con un quinto del nivel de boro
de las ratas control no presentan menor crecimiento o desarrollo fetal. Sin embargo, menos
embriones de 2 células de las ratas deficientes alcanzaron la etapa de blastocito cuando fueron
cultivadas in vitro, sugiriendo que la privación de boro tuvo un impacto en una etapa muy
temprana del desarrollo.

Tal vez la reticencia a aceptar boro como esencial es la falla para definir un enlace a un compuesto
de órgano boro específico con una función fisiológica. Los datos, no obstante, tienden a apoyar la
noción de que los complejos de boro con componentes biológicos son muy inestables para ser
aislados y estudiados, lo que ha limitado el impulso para precisar su función metabólica.

Los cofactores minerales pueden ser vistos como un subgrupo especial de los biominerales. Más
que contribuir a la masa esquelética y a la homeostasis de fluidos, sin embargo, los cofactores
minerales son más sutiles y están dedicados específicamente a enzimas.

Para encontrar una razón para la existencia de los cofactores minerales, debe considerarse que
para cumplir con sus obligaciones funcionales una enzima se enfrenta a muchos retos. La
superficie de la proteína puede ser fácilmente modificada químicamente por interacción con
sustratos y que la enzima puede perder fácilmente su forma biológica por desnaturalización.

Los electrones y grupos que son transferidos hacia y desde los sustratos tienen el potencial de
modificar permanentemente la enzima. Esto sucede con frecuencia y en lugar de ser reparadas las
enzimas viejas son substituidas.

Los cofactores minerales entran en la labor diaria de hacer que una enzima soporte el ambiente
difícil en que existe. También se ha demostrado que son ligadores efectivos de sustrato y que
interactúan con oxidantes y reductores sin dificultad.

Algunos metales traza como cinc pueden aceptar pares de electrones en la formación de unión
covalente que polariza y facilita la ruptura de uniones químicas en el sustrato. Otros metales como
cobre y hierro pueden aceptar electrones del sustrato y pasarlos al oxígeno.

10
La catálisis y la estabilidad estructural son las 2 funciones primarias de los metales en las enzimas.
Muchos factores orgánicos sirven como agentes de captura de electrones y de transferencias de
grupo, lo que sugiere que las metaloenzimas pueden respaldar enzimas con cofactores orgánicos;
sin embargo, esta visión es sobresimplificada ya que hay muchas reacciones catalizadas por
enzimas en donde solamente un metal podrá cumplir con el papel, como en las metaloenzimas
que catalizan la destrucción de radicales de oxígeno.

Nos referimos a los metales esenciales en un nivel similar que las vitaminas, que son requeridas en
cantidades muy pequeñas para mantener el status quo en un sistema y, como las vitaminas, están
disponibles solamente a través de la dieta. Por lo tanto, podemos concluir que los minerales
esenciales y las vitaminas tienen un punto común en las enzimas, a las cuales, literalmente, les
permiten funcionar.

Cofactores enzimáticos orgánicos

Citrato sintetasa y CoA (ADP3'-fosfato) en morado CoA(Ácido pantoténico) en rojoLos cofactores


son importantes elementos para los procesos bioquímicos. Generalmente presentes como
compuestos orgánicos pequeños o iones metálicos, los cofactores dar poder a las enzimas para la
máxima funcionalidad de la efectividad catalítica o resistencia. Las coenzimas con un subgrupo de
cofactores cuya estructura es en parte derivada de las vitaminas hidrosolubles del grupo B.
Históricamente los cofactores han sido removidos inadvertidamente durante la purificación y han
debido ser agregados para restaurar la actividad enzimática. En la actualidad, nos referimos a un
cofactor como un componente obligatorio del mecanismo catalítico.

Los compuestos que cumplen el criterio anterior son 1) moléculas orgánicas pequeñas que se
unen directamente a la superficie de la enzima, formando un sitio activo para que se una o
interactúe el sustrato, o asiste en estos eventos indirectamente, o 2) iones inorgánicos que se
unen a grupos específicos en la superficie de la enzima y ayudan en la unión del sustrato, catálisis,
estabilización del estado de transición o contribuyen a la estabilidad global de la estructura
enzimática. Hablando prácticamente, cualquier substancia en un medio de ensayo que promueve
la actividad catalítica o la estabilidad de una enzima es un candidato para cofactor.

Cofactores y coenzimas son términos que se usan intercambiablemente. Es importante notar, sin
embargo, que el prefijo “holo” se utiliza para referirse a una enzima y a su coenzima juntas como
una unidad catalítica, y el prefijo “apo” cuando falta la coenzima. Las apoenzimas son afuncionales
y no benefician al organismo.

Los estudios tempranos en vitaminas encontraron que muchas, especialmente las vitaminas
hidrosolubles del grupo B, formaban el núcleo de los compuestos que tomaban parte en la
catálisis enzimática. El descubrimiento estableció un puente entre nutrición y bioquímica. En
efecto, muchos investigadores bioquímicos tempranos se dedicaron a aprender las funciones
biológicas de los nutrimentos esenciales, los cuales incluían a las vitaminas.

Un principio general que emergió en ese entonces era que una vitamina debía ser cambiada a otro
compuesto para ser metabólicamente funcional. Con la dieta como la única fuente, fue posible
aprender los efectos específicos de las vitaminas individuales por estudios de omisión. Con
estudios más profundos de los procesos biológicos, pronto se dieron cuenta de que cancelar una
enzima en una ruta bioquímica crítica estaba detrás de muchas de las enfermedades por

11
deficiencia vitamínica, como beriberi, pelagra y anemia perniciosa. Esto puso un nuevo énfasis en
las funciones enzimáticas y en la búsqueda por enzimas que dependieran de las vitaminas para
funcionar.

Se considera que existen alrededor de 20 principales cofactores orgánicos involucrados en la


acción enzimática de las rutas bioquímicas en humanos.

Vitaminas específicas como cofactores

Tiamina (vitamina B1)

Mejor conocida como el factor anti-beriberi y llamada inicialmente simplemente vitamina B por
McCollum, la tiamina está involucrada en la descarboxilación de piruvato a acetaldehído en la
fermentación alcohólica y fue llamada “cocarboxilasa” en 1932. La confirmación de su estructura
como tiamina-pirofosfato (TPP, por sus siglas en inglés) vino 5 años después. Su nombre significa
una vitamina que contiene azufre (thios en griego).

Reacciones en las que está involucrada:

1. Complejo piruvato-deshidrogenasa en mitocondrias.

2. Complejo α-cetoglutarato-deshidrogenasa en mitocondrias.

3. Deshidrogenasa de cadena ramificada.

4. Reacciones de transcetolasa en la ruta de la pentosa y en la ruta reductora de pentosa en la


fotosíntesis.

La estructura de la tiamina tiene dos anillos puenteados por un grupo metileno. La coenzima (TPP)
surge vía una pirofosforilación del grupo alcohol primario dependiente de ATP. Lo que puede
llamarse el sitio activo de la coenzima es el carbono en la posición 2 (C-2) del anillo más pequeño
de tiazolio de 5 miembros. Una posición favorable de C-2 entre átomos de nitrógeno y azufre
causa que el hidrógeno en C-2 intercambie protones con agua, indicando que C-2 se puede ionizar
a carbanión.

Como un carbanión, C-2 es capaz de unirse a centros positivos como carbono carbonilo de α-
cetoácidos y cetoazúcares. En la reacción con piruvato, α-cetoglutarato o α-cetoácidos de cadena
ramificada de valina, leucina o isoleucina, un grupo carboxilo es expelido como CO2 y los
electrones permanecen con el “aldehído activo” en la posición C-2.

El ataque en el cetoazúcar separa los primeros 2 carbonos como una unidad, que luego se une a C-
2 como un aducto “glicoaldehido activo”. La levadura separa el aldehído activo como acetaldehído
más tarde para ser reducido a etanol por alcohol-deshidrogenasa. Las bacterias convierten al
aldehído activo en acetil-fosfato. En las mitocondrias de los organismos superiores, sin embargo, el
aldehído actico es oxidado por una enzima que contiene FAD (parte del complejo piruvato-
deshidrogenasa) y transferido al ácido lipoico, el cual transfiere el grupo acetilo altamente
energético al grupo tiol de la coenzima A.

12
Como una coenzima para transcetolasas en la ruta de la pentosa, TPP toma parte en la formación
de ribosa-5-fosfato, gliceraldehido-3-fosfato y eritrosa-4-fosfato a partir de sedohepulosa-7-
fosfato, xiulosa-5-fosfato y frutosa-6-fosfato, respectivamente. Cada fosfato de azúcar dona un
glicoaldehido activo a un aceptor de aldosa.

TPP es también la coenzima para deshidrogenasa de cadena ramificada, la enzima que cataliza la
descarboxilación oxidante de α-cetoácidos derivados de leucina, isoleucina y valina, tres
aminoácidos esenciales. La reacción sigue un esquema similar a la oxidación de piruvato, aunque
el esqueleto de carbono del aminoácido se condensa con la coenzima A (CoA).

Riboflavina (vitamina B2)

La primera pista de que la vitamina B de McCollum era en realidad un complejo multifactorial


surgió cuando la levadura sin actividad antineuritis retenía la actividad estimuladora del
crecimiento. Originalmente llamada vitamina G, la riboflavina fue renombrada vitamina B2 cuando
se reconoció como parte del complejo B de la levadura. El nombre riboflavina siguió al
descubrimiento en 1935 de su asociación con el pigmento fluorescente verde del suero.

En la actualidad nos referimos a riboflavina y niacina como las 2 principales vitaminas que dan
lugar a coenzimas que funcionan con enzimas conocidas como oxidoreductasas. Ambas coenzimas
transportan electrones hacia y desde los sustratos, formando así productos oxidados o reducidos.
Las dos con conocidas como coenzimas redox (abreviatura de oxidación-reducción) por esta razón.

La riboflavina fue identificada como el compuesto bioquímico que daba el color a la enzima
amarilla de Warburg, glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa (G6PDH, por sus siglas en inglés). Se notó
que G6PDH catalizaba la transferencia de electrones de nicotinamida adenina dinucleótido fosfato
(NADPH) a azul de metileno, un tinte sensible a redox que pierde el color por reducción,
sugiriendo que la riboflavina probablemente mediaba el intercambio de electrones. G6PDH es un
punto clave de entrada para glucosa en la ruta de la pentosa y un colaborador importante de
NADPH para la biosíntesis de ácidos grasos y otras grasas.

Riboflavina está asociada con 2 coenzimas, mononucleótido de flavina (FMN, por sus siglas en
inglés) y dinucleótido de flavina y adenina (FAD, por sus siglas en inglés). FMN es formado por
fosforilación del alcohol primario en la parte azúcar de riboflavina, una reacción dependiente de
ATP. FAD resulta de la condensación adicional de FMN con la parte 5’ AMP del ATP. Lo que puede
ser considerado el sitio activo es el anillo de isoaloxacina, que puede existir en estado oxidado o
reducido, dependiendo de la ausencia o presencia de pares de electrones, respectivamente.

Las enzimas que contienen FAD o FMN son referidas como flavoproteínas. FMN está limitado a las
proteínas de membrana del sistema de transporte de electrones en la mitocondria, mientras que
FAD se encuentra tanto en las enzimas unidas a la membrana como en las solubles. El cofactor de
flavina se une covalentemente a la estructura, previniendo la separación durante los
procedimientos de purificación.

Las enzimas de flavina están diseñadas para remover (y agregar) electrones hacia y desde los
sustratos. En general, las coenzimas de flavina son agentes oxidantes más fuertes que las
coenzimas de pirimidina (NAD+ y NADP+) y tienden a participar en reacciones más complejas.
También, las coenzimas de flavina pueden aceptar electrones únicos de un donador, formando

13
una semiquinona y permitiendo a las flavoproteínas tomar parte en reacciones que forman
radicales libres. Tener un solo electrón también permite a las flavinas unirse a oxígeno molecular
como un complejo hidroxiperoxilo.

Niacina (vitamina B3, ácido nicotínico, nicotinamida)

La niacina resulta interesante, ya que su compuesto padre, el ácido nicotínico, ha sido conocido
desde 1867, mientras que su actividad como vitamina fue reconocida en 1937. Si tiamina es el
factor anti-beriberi, la niacina es el factor anti-pelagra. La pelagra es una enfermedad
caracterizada por dermatitis en áreas de la piel expuestas a la luz solar, así como inflamación en las
piernas, desde la rodilla hacia abajo, además de enrojecimiento doloroso y comezón.

La niacina es el componente activo de la segunda mayor coenzima redox, nicotinamida adenina


dinucleótido y su fosfato (NAD+ y NADP+, respectivamente). Como con FMN y FAD, NAD+ y NADP+
surgen por fosforilación y condensación de la estructura básica de la vitamina con ATP. NAD+
difiere de NADP+ por tener un grupo fosfato en la posición 3’ de la pentosa más cercana a la
adenina. NAD+ y NADH fueron descubiertos en extractos dializables de levadura, lo que significa
que estas coenzimas se separaban fácilmente de la enzima que las unía. La habilidad para unirse y
separarse de la enzima es fundamental para la entrega de electrones.

Con algunas excepciones, las reacciones relacionadas a redox de NAD+ y NADP+ son con enzimas
deshidrogenasas, enzimas que catalizan la remoción y adición de electrones (como iones hidruro)
a sustratos. Una reacción típica en la cual NAD+ es el agente oxidante es la conversión de ácido L-
láctico a piruvato. Por lo tanto, la coenzima es el principal participante en las reacciones
catabólicas productoras de energía.

NADP+ tiene un menor papel catabólico, pero su forma reducida, NADPH, es un importante
reductor en las reacciones anabólicas, especialmente la biosíntesis de ácidos grasos y otros lípidos.

El sitio activo tanto de NAD+ como de NADP+ es el anillo de nicotinamida. La forma oxidada de
nicotinamida tiene un nitrógeno cuaternario (4 uniones), descrito como una carga positiva. El
anillo oxidado acepta 2 electrones y un protón del sustrato (literalmente un ión hidruro, H-)
reduciendo el anillo y aboliendo la carga positiva en el nitrógeno.

Se conocen más de 200 enzimas que catalizan reacciones en las cuales NAD+ o NADP+ aceptan un
ión hidruro del sustrato. Adicionalmente, hay una fuerte estereoespecificidad para esta reacción.
La adición de un H- al anillo puede ser en el frente (tipo A) o en la espalda (tipo B), dependiendo
de la enzima. Reducir el anillo debilita su unión a la enzima y causa que NADH (o NADPH) se
disocie y se una a otros componentes celulares con el propósito de transferir los electrones.

NAD+ es también una fuente de 5’ adenosina-monofosfato (5’AMP, por sus gilas en inglés) en una
serie limitada de reacciones de activación o inhibición. El 5’AMP transferido se vuelve un grupo
que se separa para la subsecuente formación de unión. En la DNA-ligasa en bacterias, por ejemplo,
el 5’AMP es transferido a una lisina en la enzima para formar un aducto fosfoamida inusual, que
subsecuentemente es transferida a una de las cadenas de DNA. El ataque por el grupo 3’ hidroxilo
en la cadena adyacente de DNA libera el 5’AMP concomitante con la formación de una unión
fosfodiester, sellando juntas las 2 cadenas de DNA.

14
Una reacción relacionada, conocida como ribosilación-ADP resulta en la separación del grupo
nicotinamida del NAD+ y la parte ribosa forma una unión glicosilamina covalente con una proteína.
La ribosilación-ADP de proteínas sensibles es uno de los efectos más mortales de las toxinas
bacterianas como la toxina del cólera, la de la difteria o la de la tosferina.

Piridoxina (vitamina B6)

La vitamina B6 fue descubierta en los 1930s y nombrada piridoxina debido a su parecido


estructural con la piridina. El mayor involucramiento de la piridoxina es con una familia de enzimas
conocidas colectivamente como aminotransferasas. Estas enzimas intercambian grupos amino de
aminoácidos a α-cetoácidos. Nombres familiares incluyen la glutamato-oxalato-transaminasa de
suero (SGOT, por sus siglas en inglés). La coenzima, piridoxal-5’-fosfato (PLP, por sus siglas en
inglés), es la forma predominante y es sintetizada en una reacción de 2 etapas que involucra la
oxidación del grupo hidroximetilo en la posición para del anillo de piridina a un aldehído, y la
fosforilación del grupo hidroximetilo en la posición 5.

PLP es también una coenzima para glicógeno-fosforilada y ornitina-descarboxilasa. Con


tetrahidrofolato, PLP toma parte en la interconversión serina a glicina. En la superficie de la
enzima, la especie reactiva no es un aldehído, sino más bien una aldamina formada por una unión
base Schiff entre el aldehído y un grupo ε-amino de lisina en el sitio activo.

La reactividad de PLP se debe a varias características. Primero, el carbonilo (aldehído) en el anillo


está posicionado para unirse a los grupos amino de aminoácidos y unir el aminoácido a la enzima.
A través de una serie de rearreglos de electrones promovidos por la PLP, el nitrógeno en el
sustrato aminoácido es separado y el esqueleto de carbono (un α-cetoácido) es liberado,
reteniendo el grupo amino en la coenzima (piridoxamina-5’-fosfato). La enzima entonces se une a
un segundo α-cetoácido y transfiere el grupo amino, generando un nuevo aminoácido y
restaurando la función carbonilo en la PLP.

Otros cambios también pueden ocurrir a la estructura ligada. Un rearreglo de electrones puede
resultar en la pérdida de un grupo carboxilo (como CO2) o una molécula de H2O. Así, las enzimas
PLP pueden también participar en reacciones de descarboxilación y deshidratación.

En la reacción de glicógeno-fosforilasa, el grupo fosfato de la coenzima actúa como un catalizador


general, promoviendo el ataque de fosfato en la unión glicosídica del glicógeno.

Ácido fólico

El ácido fólico fue reconocido por primera vez como el factor levadura o hepático que podía curar
una anemia megaloblástica severa en pollos, monos y humanos. La prueba posterior de que la
substancia activa era un factor de crecimiento para ciertas bacterias como Lactobacillus casei y
Streptococcus faecalis proporcionó un bioensayo rápido para el aislamiento, identificación y
eventual síntesis de la vitamina y sus coenzimas.

El nombre ácido fólico fue dado en 1941 en reconocimiento de su abundancia en verduras de hoja
verde y su estructura fue confirmada como ácido monopteroilglutámico en 1946. En la actualidad,
reconocemos al ácido fólico como una de las coenzimas de vitaminas más complejas, debido a su

15
presencia en muchas formas bioquímicas. A pesar de su enorme complejidad, sin embargo, el
papel bioquímico del ácido fólico se angosta a un juego específico de reacciones sintéticas cuyo
común denominador es las unidades de un carbono.

La estructura del ácido fólico (ácido N-pteroil-L-glutámico) comprende un compuesto formado por
3 moléculas unidas covalentemente: un anillo metilado de pteridina unido a un ácido ρ-
aminobenzoico (PABA, por sus siglas en ingles), que a su vez está unido vía el grupo carboxilo al α-
nitrógeno del ácido glutámico.

La forma coenzima es el tetrahidrofolato (FH4, por sus siglas en inglés) formado en los mamíferos
por adición de 4 electrones y 4 hidrógenos al anillo de pteridina. La reducción es catalizada por
dihidrofolato-reductasa con NAPDH como donador de electrones. La adición de uno o más
residuos de ácido glutámico completa la estructura. En la etapa reductora, un nuevo centro
asimétrico es generado en C-6 y parece ser crítico para el papel biológico, sado que solamente un
estereoisómero de este centro es activo. FH4 puede tener hasta 7 residuos de ácido glutámico y
existir en muchas diferentes formas químicas, la mayoría de las cuales es interconvertible.

Las reacciones básicas tienen lugar en las posiciones N5 y N10 en la molécula, las que sirven como
puntos de anclaje para las unidades de un carbono en tránsito. N10-formilo-FH4 y N5,N10-
metilenilo-FH4 son 2 formas sintéticas biológicamente activas. Los complejos de N5-formilo-FH4
(ácido folínico) transfieren grupos formilo a sustratos específicos. Los derivados activos de ácido
fólico tienen carbono en el estado de oxidación de formato así como formaldehido (metileno), y
un derivado de metilo, N5-metilo-FH4 se conoce por tomar parte en a conversión enzimática de
homocisteina a metionina. Estas observaciones revelan que la familia de coenzimas de ácido fólico
es bastante compleja pero todas parecen involucrar la unión de un solo átomo de carbono al
sustrato.

Las enzimas que requieren ácido fólico participan en lo que se conoce como el metabolismo de un
carbono. Esto toma la forma de transferencias de grupo, involucrando grupos metilo, grupos
formilo, grupos formimino y grupos metileno. El ácido fólico no toma parte en acetilaciones o
carboxilaciones.

En tal vez su único requerimiento importante como un donador de grupo metilo, N5-metilo-FH4 es
necesario por la enzima homocisteina-metiltransferasa para sintetizar (regenerar) metionina a
partir de homocisteina. Esta reacción también utiliza un derivado metilado de la vitamina B12 para
mediar la transferencia de grupo. Otra importante reacción es la interconversión de serina y
glicina; la reacción requiere el derivado N5,N10-metilenilo-FH4.

En la actualidad, la lista de reacciones catalizadas por folato es bastante larga e incluye unidades
de un carbono en la síntesis de un anillo de purina en los ácidos nucleicos, metilación de DNA y
RNA, la biosíntesis de timidina, biosíntesis de colina y S-adenosilmetionina (SAM, por sus siglas en
inglés) y el catabolismo de histidina y tirosina.

Biotina

16
El interés temprano en la biotina involucraba el llamado factor de daño de clara de huevo. Cuando
se confirmó que el daño en la clara de huevo era causado por una deficiencia y no una toxicidad, la
búsqueda de la substancia faltante llevó eventualmente al descubrimiento de biotina. La
investigación en la vitamina llevó a un nuevo concepto en nutrición, el de las antivitaminas –o
sustancias capaces de detener la acción de las vitaminas antes de su uso como cofactores. En el
caso de biotina, la antivitamina resultó ser la proteína avidina, que se une a la biotina tenazmente
y limita su absorción intestinal.

La biotina puede ser vista como otro cofactor de un carbono, pero para biotina este es CO2. Así,
las enzimas que requieren biotina catalizan reacciones de carboxilación, descarboxilación o
transcarboxilación.

La forma activa de la biotina es la biocitina (ε-N-biotinilo –L-lisina), formada por la unión covalente
de la cadena lateral de biotina al grupo ε-amino de un residuo de lisina en la apoenzima, catalizada
por una sintetasa específica. La condensación requiere ATP y procede vía un intermediario
biotinilo-AMP con la apoenzima catalizando la formación de la unión amida. La estructura única
resultante combina las cadenas alifáticas de biotina y lisina, permitiendo que la estructura de
anillo de la biotina se extienda unos 14 Å de la superficie de la enzima.

El sitio activo en el grupo biotinilo es uno de los N en el anillo de 5 miembros. Un derivado N-


carboxilo sirve como donador de CO2 a un aceptor de sustrato apropiado. La reacción ocurre en 2
etapas y requiere una formación ATP-dependiente de una carboxilo-biotinilo-enzima. Si la enzima
es una carboxilasa, hay 2 tipos principales de sustrato: 1) derivados de acilo-CoA, que incluye
acetil-CoA y propionilo-CoA; y 2) simples α-cetoácidos como el piruvato. Cada sustrato debe
contener un grupo carbonilo adyacente a o conjugado con el carbón que recibe el grupo carboxilo
de la carboxilo-biocitina.

Tal vez las enzimas biotina-carboxilasa más familiares en los sistemas mamíferos son acetilo-CoA
carboxilasa en la biosíntesis de ácidos grasos, propionilo-CoA-carboxilasa en el catabolismo de
ácidos grasos de cadena impar, piruvato-carboxilasa en gluconeogénesis y β-metilo-crotonilo-CoA-
carboxilasa en el catabolismo de leucina.

Ácido pantoténico

El ácido pantoténico fue nombrado por Williams, quien reconoció su ubicua presencia en tejidos
de todos los organismos y en todas las fuentes de alimento. La forma coenzima, CoA, fue
descubierta mucho antes que la vitamina; las investigaciones de la subestructura de CoA llevaron a
un entendimiento de cómo la coenzima era sintetizada. La CoA era conocida como un cofactor
dializable esencial para la acetilación de sulfonilamida y colina. De hecho, la designación “A” en
CoA reconocía la importancia de las reacciones de acetilación.

La primera pista sobre la estructura de la vitamina surgió cuando digestos de CoA con fosfatasa
intestinal y extractos de hígado mostraron contener β-alanina y ácido pantoténico como
productos de la hidrólisis. Tratando la CoA con una 3’-nucleotidasa específica se inactivó la
coenzima a un producto conteniendo pantoteno que podría ser restaurando a CoA por adenilación
con ATP. Estos estudios mostraron que el ácido pantoténico era un componente esencial de CoA y
que estaba ligado a la estructura de una coenzima algo compleja.

17
Como un componente importante de CoA y sus derivados, el ácido pantoténico está involucrado
en reacciones de acetilación, que incluyen la síntesis de aceto-acetilo-CoA, un precursor del
colesterol, y la biosíntesis de citrato a partir de acetato. CoA puede participar en reacciones de tio-
transferencia de acilo tales como la aceptación de grupos acilo del ácido lipoico y la formación de
acetilo-CoA, así como CoAs de acilos grasos. El pantoteno también se encuentra como grupo
prostético (4’-pantoteno) unido a un residuo de serina de la proteína transportadora de acilo (ACP,
por sus siglas en inglés), que juega un importante papel en la biosíntesis de ácidos grasos.

Cobalamina (vitamina B12)

Pocas vitaminas han sido más complicadas para los estudios de estructura-función que la vitamina
B12. Entre sus muchas características únicas, es la única coenzima vitamina conocida por tener un
ion metal de transición (cobalto) coordinado a su estructura. El metal permite una química inusual.

La vitamina está presente en una variedad de alimentos, pero está casi ausente en las plantas.
Aunque la vitamina puede ser sintetizada de novo por la flora intestinal, el sitio de absorción está
anatómicamente antes del sitio de síntesis en el intestino, lo que significa que poco beneficio se
obtiene de la síntesis endógena.

El aislamiento de la forma activa de la vitamina significó el desarrollo de un ensayo in vitro para la


anemia perniciosa, una de los síntomas de deficiencia. En 1950, Shive introdujo un ensayo en el
cual homocisteina era convertido a metionina en una reacción dependiente de B12. Un segundo
ensayo fue esencial para la interconversión de L-glutamato y β-metilo-aspartato. El último
descubrimiento llevó al aislamiento de 5’-adenosilcobalamina, la principal forma activa de la
vitamina.

El núcleo de la vitamina consiste de un anillo de corrina con un átomo central de cobalto. La


corrina contiene 4 anillos de pirrol unidos, lo que vagamente recuerda estructuralmente el anillo
de porfirina en heme. Una forma inactiva de la vitamina contiene un grupo CN desplazable unido
al cobalto; de ahí el nombre temprano cianocobalamina para una de sus formas más familiares.

El átomo de cobalto en el anillo puede tener un estado de oxidación +1, +2 o +3. La quinta valencia
(debajo del plano del anillo) tiene un dimetilbencimidazol unido al cobalto y la sexta puede ser un
grupo metilo, un grupo hidroxilo o un grupo 5’-desoxiadenosilo, dependiendo de la reacción o de
la enzima.

La forma más común, 5’-desoxiadenosilcobalamina surge del ataque en el carbono 5’ de ATP por
Co+, el cual desplaza al grupo trifosfato del ATP, una rara acción en bioquímica.

Las enzimas conocidas que requieren B12 entran en una de 2 categorías funcionales: aquellas que
transfieren grupos metilo de la coenzima al sustrato, y aquellas que toman parte en los rearreglos
posicionales de grupos vecinos en el sustrato o en reacciones de transferencia de grupo.

Las reacciones de metilación en los sistemas mamíferos que involucran B12 están limitadas a la
transferencia de grupo metilo a homocisteina para formar metionina. N5-metilo-FH4 es el donador
de grupo metilo en la reacción y B12 media la transferencia. Restaurando el grupo metilo en
metionina prepara al sistema para metilación adicional, dado que la metionina misma, actuando a

18
través de su forma activa, S-adenosilmetionina, es un donador primario de grupos metilo a otros
sustratos.

Existe un interés considerable en las reacciones de la vitamina B12 que tienen radicales libres
como intermediarios. Esta puede ser una de las principales ventajas de la coenzima, la habilidad
para formar y retener un radical libre estable en su estructura. La estabilidad del radical libre es
debida a la química inusual del ion cobalto.

Ácido ascórbico

La vitamina C (ácido L-ascórbico), ligada con el escorbuto, se conoce por ser un cofactor para 2
enzimas que participan en la biosíntesis de colágeno, la principal proteína del tejido conectivo; la
formación de residuos de hidroxiprolina e hidroxilisina, catalizada por las enzimas prolil-hidroxilasa
y lisil-hidroxilasa, respectivamente. El colágeno es un componente esencial de la matriz
extracelular.

Como un cofactor para dopamina-β-monooxigenasa, el ácido L-ascórbico es requerido también


para la síntesis de adrenalina y noradrenalina en la médula adrenal. Otro importante papel no
cofactor del L-ascorbato es como un antioxidante en células y la sangre.

Vitamina K

El papel antihemorrágico de la vitamina K había sido establecido mucho antes de darse cuenta de
que la vitamina sin modificación estructural era esencial para la biosíntesis de protrombina
funcional. Las 3 formas de la vitamina, filoquinona (vitamina K1), menaquinona (vitamina K2) y
menadiona (vitamina K3, que es una forma sintética) difieren solamente en la estructura de sus
cadenas laterales.

La vitamina K participa en una amplia serie de reacciones de carboxilación que involucran todos
los residuos de ácido glutámico en la primera mitad de la protrombina, un factor de coagulación
sanguínea. Los residuos de ácido carboxiglutámico o “gla” que ocupan esta región de la molécula
de protrombina, son capaces de unirse a los iones calcio necesarios para catalizar la formación de
trombina.

La carboxilación es dependiente de oxígeno y utiliza la forma hidroquinona de la vitamina como la


fuerza regidora. La warfarina, un inhibidor de la coagulación, interfiere con la reacción de
carboxilación, lo que explica el mecanismo básico de este inhibidor. Un sustrato sintético, Pro-Leu-
Glu-Glu-Val substituye a protrombina en la reacción, abriendo el camino para aprender los detalles
finos del mecanismo de reacción y el papel específico de la vitamina K.

Cofactores no vitamínicos

Además de las coenzimas-vitamina, hay varios cofactores que no cumplen la categoría general de
cofactores derivados de vitamina. No obstante, estos cofactores orgánicos son componentes
esenciales de los mecanismos catalíticos de enzimas importantes o sistemas de enzimas unidos a
membrana.

Acido lipoico

19
El papel del ácido lipoico como un factor de crecimiento para microorganismos y como un cofactor
para reacciones bioquímicas en todos los organismos ha quedado claro. El cofactor fue
descubierto originalmente en la conversión de piruvato a acetato y como un factor esencial para la
oxidación de piruvato.

El ácido lipoico es conocido por su asistencia a α-cetoácido-deshidrogenasas de una variedad de


organismos. Está normalmente unido al grupo ε-amino de un residuo de lisina (análogo a biotina),
permitiendo que el cofactor se extienda lejos de la superficie de la enzima.

Las reacciones que tienen lugar en el complejo piruvato-deshidrogenasa revelan mejor la función
como cofactor del ácido lipoico. Como cofactor, el ácido lipoico (ácido 6,8-dithiooctanoico) existe
tanto en la forma oxidada (disulfuro) como en la forma reducida. La forma disulfuro oxida el
acetaldehído activo unido a TPP simultáneamente con la transferencia de un producto acetato a
uno de los grupos SH del ácido lipoico ahora reducido. Como un tioester, el grupo acetato es
subsecuentemente transferido a CoA formando acetilo-CoA y regenerando un grupo SH libre en el
ácido lipoico.

El ácido lipoico reducido, que todavía contiene los electrones, es luego oxidado por una
flavoproteína (FAD) restaurando el grupo disulfuro del ácido lipoico por otra ronda de catálisis.
Eventualmente FADH2 pasa los electrones a NAD+, que se une a la cadena de transporte de
electrones de las mitocondrias. El ácido lipoico es entonces un agente oxidante y un portador de
acetato en la reacción. Uno puede imaginarse el largo brazo del cofactor oscilando entre sitios en
las subunidades a fin de desempeñar las múltiples reacciones en sincronía con los eventos
catalíticos que tienen lugar.

Carnitina

La carnitina es fácilmente sintetizada a partir de lisina. Como un cofactor, la carnitina toma parte
en el sistema de enzima unido a membrana que transporta ácidos grasos hacia la mitocondria para
la oxidación energética. Dos enzimas, carnitina-acilo-transferasa I y carnitina-acilo-transferasa II,
comprenden un ciclo que entrega el ácido graso como un derivado de acilo-carnitina al interior de
la mitocondria y regresa la carnitina al lado citosólico para transporte adicional.

La estructura de la carnitina, con su c grupo hidroxilo en C-3 es idealmente adecuado para la


formación de una unión acilo con un ácido graso.

Coenzima Q (ubiquinona)

Detectada primero en los extractos lípidos de mitocondrias e identificada como una quinona, la
coenzima Q (CoQ) fue llamada así para significar su papel como cofactor en reacciones de
oxidación. Un segundo grupo de investigadores descubrieron un cofactor que tenía ocurrencia
ubicua en procesos oxidantes, que llamaron ubiquinona. Con el tiempo se encontró que CoQ y
ubiquinona eran el mismo compuesto.

Estudios tempranos en la cadena de transporte de electrones en la mitocondria mostraron al


menos 3 complejos que requerían CoQ y reconocieron su papel esencial en el proceso global de
transferencia de electrones. CoQ puede ser sintetizada en el hombre a partir de tirosina en una
síntesis algo compleja.

20
CoQ y sus forma reducida, CoQH2, están diseñadas para manejar pares de electrones en tránsito
en las reacciones de oxidación-reducción (redox). Una tercera forma, semiquinona (CoQH-) existe
como un radical estable y es capaz de transferencia de un electrón. Debido a su habilidad para
tratar con electrones en una base sencilla o en pares, CoQ participa en cadenas de transporte de
electrones en donde las transferencias de 1 o 2 electrones son esenciales.

Su naturaleza lípida permite al cofactor unirse firmemente a la membrana interna de la


mitocondria. Además de ser un prominente transportador de electrones en la cadena de
transporte de electrones de la mitocondria, CoQ se conoce como una fuente y mediador de
protones que son bombeados a través de la membrana interna de la mitocondria para formar el
gradiente de protones de alta energía asociado con la fosforilación oxidante.

Pirroloquinolina quinona (PQQ) y 6-hidroxidopa (topa) quinona

Un cofactor conocido por estar presente en bacterias metilogéncias y otros microorganismos, PQQ
fue inicialmente considerada un cofactor para cobre-amino-oxidasas de mamíferos y otras
enzimas de cobre. Su naturaleza esencial llevó a algunos investigadores a considerar a PQQ una
vitamina sin descubrir. Esto, sin embargo, resultó no ser el caso y PQQ como cofactor ahora ha
sido relegado al mundo de los microorganismos. Lo que al principio se pensó que era PQQ en
cobre-oxidasas resultó ser un cofactor con propiedades de quinona, derivado por modificación de
un residuo de tirosina en la enzima.

La síntesis de 6-hidroxi (topa) quinona, un derivado de tirosina, requiere cobre en una reacción
aparentemente autocatalítica. Aunque rara y limitada, esta reacción bioquímica altamente inusual
abre un nuevo capítulo en los cofactores, mostrando que algunas enzimas tienen una capacidad
limitada pero específica para sintetizar cofactores en su superficie a través de modificación de las
cadenas laterales de aminoácidos existentes.

Otros compuestos orgánicos

Hay varios compuestos orgánicos naturales que no cumplen totalmente la descripción de


cofactores, aunque han sido identificados por su participación en la estabilización de enzimas, o
por tomar parte en una serie selecta de reacciones.

Se incluyen aquí en el entendido de que algunos se pueden comportar más como sustratos que
como cofactores.

Glutatión

El glutatión es una tripéptido de ocurrencia natural, que se sabe existe en cantidades milimolares
dentro de las células. La forma reducida (GSH) tiene grupos SH expuestos, asociados con un
residuo interno de cisteína, que figura prominentemente en la estabilidad de enzimas con grupos
SH en el sitio activo.

Glutatión participa en muchas reacciones biológicas como el transporte de aminoácidos,


transporte de metales pesados y con la actividad antioxidante. Su papel como cofactor, sin
embargo, no debe ser pasado por alto, pues GSH ha demostrado activar muchas enzimas o retener
su efectividad catalítica durante los ensayos, lo que hace sospechar, con justificación, que esta
podría ser una de las funciones de GSH in vivo.

21
Betaína

Betaína (N,N,N-trimetilglicina) surge a partir de colina por una reacción de oxidación. La estructura
es una derivado trimetilo de glicina. Betaína aparece en cantidades muy pequeñas en las células y
se ha demostrado que es un donador de metilo para un número limitado de reacciones, en las que
se destaca la síntesis de metionina a partir de homocisteina.

S-adenosilmetionina

Considerar a S-adenosilmetionina (SAM, adomet) un cofactor es reconocer su papel en una


multitud de reacciones que transfieren grupos metilo a los sustratos. Así, SAM está involucrada en
una serie extensa de reacciones de metilación que sobrepasan las metilaciones de N5-metilo-FH4
o metilo-cobalamina combinadas.

El grupo metilo transferido es el carbón terminal de metionina. Para activar el grupo metilo,
metionina reacciona con ATP, agregando un grupo adenosilo al átomo de azufre y causando una
especie donadora de metilo de alta energía a la forma.

Aunque SAM es tal vez más un sustrato que un cofactor, su inclusión aquí es para denotar la
importancia de metionina y su forma reactiva, SAM, en una serie de reacciones biosintéticas
extremadamente importantes.

3’-fosfoadenosina-5’-fosfosulfato (PAPS, por sus siglas en inglés)

PAPS es un cofactor para las reacciones de sulfatación, un proceso confinado casi por completo a
plantas y bacterias, pero que incluye una reacción metabólica importante en los humanos. PAPS
sirve como un agente activo para la esterificación de sulfato, como en la síntesis de polisacáridos
sulfatados como sulfato de condroitina, sulfato de queratina y heparina.

De las 2 docenas de cofactores orgánicos descubiertos, las estructuras de más de la mitad son
derivadas de los núcleos de las vitaminas, primariamente las vitaminas hidrosolubles B. Como
compañeros de las enzimas, los cofactores orgánicos se relacionan a todas las formas de vida.

Aunque tendemos a pensar que las vitaminas son requeridas solamente por los organismos
superiores, muchos factores orgánicos fueron diseñados para servir exclusivamente con las
enzimas, y las imperfecciones en los sistemas de enzimas que dieron a las vitaminas su carácter
esencial, fueron revelados en sistemas de bacterias y levaduras mucho antes de conocerse en
humanos. La permanencia de las reacciones dependientes de cofactores en microorganismos y
humanos ha sido notable, una ilustración del principio estructura-función de la bioquímica.

Aun así, no debemos olvidar el hecho de que el estudio de cofactores ha brindado un enfoque más
agudo en el papel de los componentes dietarios en la salud y nutrición humanas. Los nutriólogos
tienen el reto de conocer todas las funciones de todos los cofactores, ya que dicha información
proporciona pistas fundamentales en el plano químico que aplica a un amplio espectro de
organismos a nivel molecular.

22

También podría gustarte