Está en la página 1de 3

Cofactores:

Un cofactor es un compuesto químico no proteico o un ion metálico que se requiere


para la actividad de una enzima como catalizador (un catalizador es una sustancia que
aumenta la velocidad de una reacción química ). Los cofactores pueden considerar
"moléculas auxiliares" que ayudan en las transformaciones bioquímicas . La velocidad a
la que estos ocurren se caracterizan en un área de estudio llamada cinética
enzimática . Los cofactores suelen diferir de los ligandos en que a menudo obtienen su
función al permanecer unidos.

El complejo succinato deshidrogenasa muestra varios cofactores, incluidos flavina , centros de hierro-
azufre y hemo .

Los cofactores se pueden dividir en dos tipos: iones inorgánicos y moléculas orgánicas
complejas llamadas coenzimas. Las coenzimas se derivan principalmente de vitaminas
y otros nutrientes esenciales orgánicos en pequeñas cantidades.

cofactores inorgánicos:
Dado que casi un tercio de las enzimas requiere de metales iónicos para la función catalítica,
es evidente que los componentes inorgánicos conforman una parte substancial de los
cofactores. La mayoría de los metales traza tienen un común denominador en su
involucramiento íntimo con las enzimas; muchos son componentes del sitio activo que se une a
los sustratos, aceptan electrones, estabilizan las estructuras terciaria y cuaternaria y aún
regulan el ritmo de las rutas metabólicas.

Los cofactores minerales comprenden un grupo grande de substancias inorgánicas, con una
mayoría de iones metálicos. El dominio de iones metálicos incluye macrometales (como Na+
(sodio), K+(potasio), Ca2+(calcio)), iones metálicos traza (incluyendo Fe2+ (hierro), Zn2+(Zinc),
Cu2+ (cobre) y Mn2+(manganeso)) y metaloides (como Se(selenio), Si(silicio) y B(boro)).

Al buscar una razón para su necesidad, debemos entender que los iones metálicos son
adecuados para la labor de ejecutar peligrosas reacciones químicas en las superficies
enzimáticas, reacciones que de otra manera podrían dañar las cadenas orgánicas laterales
más sensibles de los aminoácidos en una enzima. Por ejemplo, los metales redox tales como
hierro, manganeso y cobre pueden aceptar electrones en su estructura, manteniéndolos
temporalmente para luego donarlos al oxígeno, formando agua como una forma para disponer
de los electrones con seguridad.

En esencia, uno debe considerar que un cofactor metálico extiende el repertorio de funciones
catalíticas disponibles para y realizadas por enzimas.

Las enzimas que dependen de los iones metálicos como cofactores caen en 2 categorías:
enzimas activadas por metales y metaloenzimas. Como el nombre implica, las enzimas
activadas por metales son incitadas a una mayor actividad catalítica por la presencia de un ion
metálico mono o divalente en el exterior de la proteína. El metal puede activar el sustrato,
acoplar la enzima directamente o entrar en equilibrio con la enzima explotando su carga iónica
para producir una unión más favorable con el sustrato o un mejor ambiente catalítico. Por lo
tanto, las enzimas activadas por metales requieren que el metal esté presente en exceso tal
vez 2-10 veces más que la concentración de la enzima.

Como el metal no puede unirse en una forma más permanente, las enzimas activadas por
metales típicamente pierden actividad durante la purificación. Un ejemplo es piruvato-quinasa,
que tiene un requerimiento específico por K+ (potasio) y es inactivada por diálisis (difusión por
una membrana semiporosa).

Las metaloenzimas, en contraste, tienen un cofactor metálicos unido firmemente a una región
específica en la superficie de la proteína. Algunas pueden incluso requerir más de un ión
metálico y en raras ocasiones podrían ser 2 metales diferentes como, por ejemplo, en Cu2,Zn2-
superóxido-dismutasa.

Con algunas excepciones, los metales traza entran en el cuadro como cofactores para las
metaloenzimas. Fe, Zn, Cu y Mn, referidos como metales de la primera serie de transición, son
los más comunes. Sus contrapartes, Mg, K, Ca y Na, son no considerados traza y solamente
en raras instancias estos llamados macroelementos se unen fuertemente a la superficie de
enzimas.

hiero (fe):
La mayoría de enzimas con hierro acoplan el hierro ya sea como heme o como un arreglo
especial de hierro con grupos azufre conocidos como centros hierro-azufre (FenSn). El hierro
en heme muestra un enorme parecido con el ión magnesio en la clorofila. Heme, que es
básicamente un sistema de anillo de porfirina con hierro posicionado en el centro, es la forma
más común de hierro en las proteínas biológicas. En citocromo c, una proteína heme común en
las mitocondrias, los ligandos axiales al hierro están ocupados por histidina y metionina de la
proteína.
Aunque solamente algunas pocas enzimas solubles tienen hierro como cofactor, el hierro es
especialmente prominente en las proteínas unidas a membrana que comprenden rutas de
transporte de electrones. Ejemplos de estas incluyen los citocromos en la mitocondria, retículo
endoplásmico y fotosistemas I y II en los cloroplastos. Tal vez la proteína con hierro más
inusual es la ferritina, una enorme proteína subunidad de almacenamiento de hierro que tiene
la capacidad de unir más de 2,500 átomos de hierro en su estructura.

La propiedad redox del hierro desempeña mucha de su química como cofactor. El hierro está
casi siempre involucrado con la transferencia de electrones y muchas veces dona los
electrones a una molécula de oxígeno.

Zinc (zn)
El cinc es tal vez el más ubicuo y versátil de todos los cofactores metálicos. Más de 300
enzimas tienen un cofactor de cinc. Las proteínas ligadas a cinc que se enganchan al DNA, las
llamadas proteínas dedo de cinc, atestiguan la versatilidad del cinc en los sistemas biológicos.
Aproximadamente el 3 % del genoma en los mamíferos codifica para proteínas dedo de cinc.

Como cofactor, el cinc puede realizar funciones tanto estructurales como catalíticas. En la
anhidrasa carbónica, por ejemplo, el cinc entra en una unión coordinada con el sustrato CO2;
en la carboxipeptidasa el cinc toma parte activa en la ruptura de la unión péptido; las enzimas
multisubunidad como aspartato-transcarbamilasa utilizan cinc para coordinar las posiciones de
las subunidades catalítica y reguladora, un papel estructural; la Cu2,Zn2-superóxido-dismutasa
requiere cinc para posicionar el átomo de cobre en el canal accesado por el sustrato HO.2, otro
papel estructural; en las proteínas dedo de cinc, Zn2+ contribuye a la estabilidad de la
estructura de rizo que contacta los surcos mayor y menor del DNA. Estos ejemplos ilustran por
qué el cinc es un importante acompañante para enzimas y proteínas.

Magnesio (mg)
El ión magnesio es requerido por un gran número de enzimas conocidas como
quinasas, enzimas que transfieren el grupo fosfato terminal de ATP a un sustrato. Las
enzimas quinasas figuran prominentemente en muchas rutas bioquímicas como
glicólisis (hexoquinasa, fructosa-6-fosfato-quinasa, piruvato-quinasa), respuestas
hormonales mediadas por AMP cíclico, señalización celular y regulación de división
celular.

Calcio (ca):
El calcio es un cofactor para un número limitado de importantes enzimas, además del
complejo actina-miosina en el músculo; alfa-amilasa y termolisina son 2 de las más
conocidas. Como un ión libre o trabajando a través de calmodulina, el calcio es mejor
entendido como un activador de enzimas en rutas de señalización celular dependientes
de hormonas.

También podría gustarte