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El Internalismo de Acceso y la Mente Extendida

Declan Smithies

DOI:10.1093/oso/9780198769811.003.0002

Resumen

El objetivo principal de este capítulo es argumentar que el accesibilismo en epistemología es


incompatible con el externalismo de vehículo en la filosofía de la mente (también conocida como
"la tesis de la mente extendida"). Sin embargo, como veremos, existen argumentos sólidos para
ambas posiciones. Por un lado, hay un argumento convincente a favor del externalismo de
vehículo: el argumento de la paridad de Clark y Chalmers (1998). Por otro lado, hay un
argumento convincente a favor del accesibilidad: el argumento de Moore por Smithies (2012). Si
el accesibilismo es incompatible con el externalismo de vehículo, entonces ambos argumentos no
pueden ser sólidos. Se resuelve la tensión argumentando que el argumento de Moore tiene éxito,
mientras que el argumento de la paridad fracasa, y por lo tanto que el externalismo de vehículo
debe ser rechazado en términos generales por razones epistemológicas.

Palabras clave: epistemología, filosofía de la mente, externalismo de vehículo, mente extendida,


mentalismo, accesibilidad, paradoja de Moore.

¿Es compatible el internalismo en epistemología con el externalismo en filosofía de la mente?1


Esta pregunta no es trivial porque las etiquetas "internalismo" y "externalismo" tienen
significados diferentes en epistemología y filosofía de la mente. De hecho, la cuestión se
complica aún más por el hecho de que estas etiquetas están asociadas a varias posiciones
diferentes dentro de cada una de estas áreas.

El internalismo en epistemología puede significar mentalismo o accesibilismo. El mentalismo es


la tesis de que los hechos acerca de los cuales uno tiene justificación para creer supervienen a los
hechos acerca de los propios estados mentales. El accesibilismo es la tesis de que uno siempre
tiene acceso epistémico privilegiado a hechos sobre qué proposiciones se tiene justificación para
creer. Ni el mentalismo ni el accesibilismo implican lógicamente al otro: estas dos posiciones

1 El material de este capítulo fue presentado en el Primer Taller de Conocimiento Extendido en la Universidad de
Edimburgo en 2013 y como discurso de apertura tanto en la Conferencia de Epistemología de Graduados de Notre
Dame/Northwestern como en la Maestría de la Asociación de Postgraduados de Filosofía Británica en 2015. Gracias
a las audiencias en esas oportunidades, especialmente a Duncan Pritchard y Andy Clark, y a Adam Carter, David
Chalmers, Brie Gertler, y a un árbitro anónimo por sus comentarios útiles sobre el borrador de este capítulo.

1
pueden ser combinadas como partes de un paquete más grande, y una puede ser sostenida
consistentemente sin la otra.2

El externalismo en la filosofía de la mente puede significar o bien externalismo de contenido o


bien externalismo de vehículo. El externalismo de contenidos es la tesis de que algunos estados
mentales tienen sus contenidos en virtud de las relaciones con el entorno externo. El
externalismo de vehículo, en cambio, es la tesis de que algunos estados mentales —es decir,
vehículos de contenido mental- están parcialmente constituidos por rasgos del ambiente externo.
Una vez más, ni el externalismo de contenido ni el externalismo vehicular implican lógicamente
al otro.3

La cuestión de si el internalismo epistémico es compatible con el externalismo de contenido ha


sido ampliamente discutida. En contraste, la cuestión de si el internalismo epistémico es
compatible con el externalismo de vehículo se ha descuidado en gran medida hasta hace poco.4
Esto quizás no sea sorprendente dado que el externalismo de contenido surgió en la década de
1970, mientras que el externalismo de vehículo no surgió hasta la década de 1990. Aun así, ha
llegado el momento de abordar la segunda cuestión. Primero, sin embargo, necesitamos aclarar
de qué tipo de internalismo epistémico estamos hablando. Parece bastante claro que el
mentalismo es compatible con el externalismo de vehículo, siempre y cuando los estados
mentales en los que la justificación superviene puedan ser parcialmente constituidos por el medio
ambiente. Una cuestión más interesante es si el accesibilidad es compatible con el exterior del
vehículo. Esta es la cuestión central de este capítulo.

El objetivo principal de este capítulo es argumentar que el accesibilismo es incompatible con el


externalismo de vehículo. Sin embargo, como veremos, existen argumentos sólidos para ambas
posiciones. Por un lado, hay un argumento convincente a favor del externalismo de vehículo: el
argumento de la paridad de Clark y Chalmers (1998). Por otro lado, hay un argumento
convincente a favor del accesibilismo: el argumento de Moore por Smithies (2012). Si el
accesibilismo es incompatible con el externalismo de vehículo, entonces ambos argumentos no
pueden ser sólidos. Se resuelvo esta tensión argumentando que el argumento de Moore tiene
éxito, mientras que el argumento de la paridad fracasa y, por lo tanto, que el externalismo de
vehículo debe ser rechazado en términos generales por razones epistemológicas.

2 Los términos "mentalismo" y "accesibilismo" son de Conee y Feldman (2001). Véase Conee y Feldman (2001)
para el mentalismo sin accesibilismo, Gibbons (2006) para el accesibilismo sin mentalismo, y Smithies (2014) para
la combinación del mentalismo y el accesibilismo.
3 El término "externalismo de vehículo" es de Hurley (1998). Burge (1986, 13-18) combina el externalismo de
contenido con el internalismo de vehículo: las creencias están constituidas por estados neurales pero tienen su
contenido en virtud de las relaciones con el entorno externo. Clark y Chalmers (1998, 14, n. 4) combinan el
externalismo de vehículo con el internalismo de contenido; las creencias tienen contenidos "nocionales" en virtud de
características que son internas a un sistema cognitivo que se extiende hacia el mundo externo.
4 Véase Carter, Kallestrup, Palermos y Pritchard (2014) para una visión general del estado actual de la literatura
sobre ambas cuestiones. Ver también Carter y Palermos (2015) para una discusión reciente de la segunda pregunta,
que da una respuesta diferente a la mía.

2
Este es el plan para el capítulo. La sección 1 presenta el argumento de paridad para el
externalismo del vehículo. La sección 2 presenta el argumento de Moore a favor del
accesibilismo. La sección 3 presenta un nuevo argumento según el cual el accesibilismo es
incompatible con el externalismo de vehículo. Las Secciones 4-6 defienden las premisas de este
argumento contra las objeciones. La Sección 7 explica por qué el argumento de paridad para el
externalismo de vehículo no funciona y extrae algunas lecciones más generales sobre el
funcionalismo y la mente. La sección 8 concluye el capítulo.

1. Cognición extendida

Centraré mi discusión en la versión del externalismo de vehículo propuesta por Andy Clark y
David Chalmers en su innovador artículo " La Mente Extendida" (1998). Ellos argumentan que
las creencias pueden ser extendidas en el sentido de que están constituidas en parte por aspectos
del ambiente externo que juegan el tipo correcto de papel funcional en los procesos cognitivos
del sujeto. Llamaré a esto la tesis de la cognición extendida.5 He aquí una declaración oficial de
la tesis del documento original:

La tesis de la cognición extendida: "las creencias pueden estar constituidas en parte por rasgos
del entorno, cuando esos rasgos juegan el papel correcto en la conducción de los procesos
cognitivos". (Clark y Chalmers 1998, 12).

Comenzaré por aclarar la tesis antes de presentar el argumento central para ella. Primero, esta es
una tesis sobre la cognición a diferencia de sus fundamentos computacionales. Más
concretamente, se trata de una tesis sobre la naturaleza de los estados cognitivos así como de los
procesos cognitivos en los que figuran. Al usar el término, la cognición se distingue de la mera
computación por el hecho de que está sujeta a una evaluación epistémica. Por medio de este
criterio, los estados y procesos cognitivos incluyen estados doxásticos de creencia y procesos
doxásticos de revisión de creencias, pero no los estados y procesos subdoxásticos que figuran en
las explicaciones computacionales de la ciencia cognitiva.

Segundo, esta es una tesis acerca de la cognición a diferencia de la conciencia. Clark y Chalmers
reconocen que está "lejos de ser plausible que la conciencia se extienda fuera de la
cabeza" (1998, 10). Pero la cognición puede extenderse incluso si la conciencia no lo hace.
Además, esto es compatible con conexiones bastante fuertes entre la conciencia y la cognición.
Siguiendo a Clark y Chalmers, se asume que las creencias son estados disposicionales
permanentes, más que eventos que ocurren en la corriente de la conciencia. Sin embargo, esto es
consistente con (aunque no se requiera) el punto de vista de que las creencias son disposiciones
para causar eventos ocurrentes en los que se juzga conscientemente el contenido en el que se

5 Esto a veces se conoce como "la tesis de la mente extendida". En la introducción, los editores de este volumen
usan "la tesis de la cognición extendida" para etiquetar una tesis sobre los procesos cognitivos, mientras que yo la
uso para etiquetar una tesis sobre los estados cognitivos, es decir, las creencias.

3
cree. Tercero, Clark y Chalmers argumentan a favor de la posibilidad de una cognición
extendida, pero no argumentan -al menos, no en el documento original- que esta posibilidad sea
real. Su argumento se basa en la consideración de ejemplos contrafácticos, en lugar de ejemplos
reales -en particular, el ejemplo de Inga y Otto que se discute más adelante. Pero si su argumento
es sólido, entonces tiene el potencial de aplicarse a ejemplos reales. Clark (2011) aboga por esta
propuesta con cierto detalle.

Finalmente, la tesis de la cognición extendida es más controversial que la tesis de que las
creencias pueden tener una ubicación extracraneal y una base no neuronal. Dado el compromiso
con la múltiple realizabilidad, muchos funcionalistas aceptarían que las creencias pueden
realizarse implantando chips de silicio en el cerebro o cableándolas hasta el cerebro de forma
remota. Aún así, es mucho más polémico que las creencias puedan tener una ubicación
extracraneal y una base no neuronal sólo por desempeñar el tipo de papel funcional que
desempeña el cuaderno de Otto en el ejemplo de Clark y Chalmers. Uno puede negar que el
cuaderno de Otto realiza creencias extendidas sin por ello descartar la posibilidad de escenarios
de ciencia ficción más remotos en los que las creencias tienen una ubicación extracraneal y una
base no neuronal.6

Pasemos ahora al ejemplo central de Inga y Otto. Clark y Chalmers describen el caso de la
siguiente manera: Inga se entera por un amigo que hay una exposición en el Museo de Arte
Moderno, y decide ir a verla. Piensa por un momento y recuerda que el museo está en la calle 53,
así que camina hasta la calle 53 y entra en el museo. Parece evidente que Inga cree que el museo
está en la calle 53, y que lo creía incluso antes de consultar su memoria. Anteriormente no era
una creencia ocurrente, pero tampoco lo son la mayoría de nuestras creencias. La creencia estaba
en algún lugar de la memoria, esperando ser accedida. Ahora considera a Otto. Otto padece la
enfermedad de Alzheimer y, al igual que muchos pacientes de esta enfermedad, depende de la
información del entorno para ayudar a estructurar su vida. Otto lleva un cuaderno consigo a todas
partes. Cuando aprende nueva información, la escribe. Cuando necesita información antigua, la
busca. Para Otto, su cuaderno juega el papel que suele jugar la memoria biológica. Hoy, Otto se
entera de la exposición en el Museo de Arte Moderno y decide ir a verla. Consulta el cuaderno, el
cual dice que el museo está en la calle 53, así que camina hasta la calle 53 y entra al museo
(1998, 12–13).

¿Por qué Inga y Otto caminan hasta la calle 53? Según Clark y Chalmers, la explicación es la
misma en ambos casos: cada uno de ellos quiere ir al MdAM y cree que el MdAM está en la
calle 53. El punto clave es que el cuaderno de Otto juega para él el mismo papel que la memoria
de Inga juega para ella, es decir, combinando el deseo de producir acción. A menudo se piensa
que éste es un papel central —y quizás incluso el papel central— en términos sobre el que se

6 Farkas (2012) distingue dos versiones de la tesis de la mente extendida: (i) "la base física de los acontecimientos
mentales puede extenderse más allá de los límites de nuestro cuerpo físico" (2012, 437); y (ii) "el papel típico de los
estados permanentes puede extenderse para incluir estados que producen manifestaciones conscientes de una manera
algo diferente de lo que lo hacen las creencias y deseos normales" (2012, 441). Lo que es relevante aquí es la tesis
(ii), más que la tesis (i).

4
define la creencia.7 Alguien podría objetar que Otto no tiene ninguna creencia sobre la ubicación
del MdAM hasta que consulte su cuaderno. Si es así, entonces la explicación de su
comportamiento es más complicada. Otto camina a la calle 53 porque quiere ir al MdAM, y cree
que el MdAM está ubicado en cualquier lugar que diga el cuaderno, pero no cree que el MdAM
esté ubicado en la calle 53 hasta que abre su cuaderno y lo mira.

Clark y Chalmers responden que debemos evitar explicar el comportamiento de Otto de esta
manera porque añade una complejidad innecesaria. Primero, argumentan que no deberíamos
complicar la explicación en el caso de Otto a menos que lo hagamos también en el caso de Inga.
Si decimos que Otto no cree que el MdAM esté en la calle 53 hasta que consulte su cuaderno,
entonces deberíamos decir que Inga no tiene esa creencia hasta que consulte su memoria. En
segundo lugar, sostienen que, en igualdad de condiciones, las explicaciones más sencillas son
mejores que las complicadas: "En una explicación, la simplicidad es poder" (1998, 13).

Si el cuaderno de Otto juega el mismo papel para él que la memoria de Inga juega para ella,
entonces podemos argumentar que el cuaderno de Otto realiza la creencia si la memoria de Inga
lo hace. He aquí una reconstrucción del argumento a partir de la paridad:

(1) Cualquier cosa que juega el mismo rol que una creencia es en sí misma una creencia.


(2) La información almacenada en la memoria del Inga juega el rol correcto para que cuente
como creencia.


(3) La información almacenada en el cuaderno de Otto juega el mismo rol que la información
almacenada en la memoria de Inga.


(4) Por lo tanto, la información almacenada en el cuaderno de Otto juega el rol adecuado para
contar como creencia.

El argumento tiene tres premisas. Voy a considerar brevemente cada una de ellas a su vez. La
primera premisa es una versión de lo que se conoce como el principio de paridad. En primer
lugar, Clark y Chalmers definen el principio de paridad para los procesos cognitivos: Si, al
enfrentarnos a alguna tarea, una parte del mundo funciona como un proceso que, si continuara en
la cabeza, no dudaríamos en aceptarlo como parte del proceso cognitivo, entonces esa parte del
mundo es parte del proceso cognitivo (1998, 8). Parafraseando, si algún proceso juega el mismo
rol funcional que un proceso cognitivo, entonces es un proceso cognitivo. El mismo principio se
aplica a los estados cognitivos: si un estado informacional desempeña el mismo rol funcional que
una creencia, entonces es una creencia. Este principio está motivado por una concepción
ampliamente funcionalista de la creencia, según la cual una creencia es un estado informacional

7Compárese con Stalnaker: "Creer que P es estar dispuesto a actuar de manera que se tienda a satisfacer los propios
deseos, cualesquiera que sean, en un mundo en el que P (junto con las otras creencias) eran verdaderas" (1984, 15).

5
que desempeña el tipo correcto de papel funcional. Como señalan Clark y Chalmers, "lo que
hace que cierta información cuente como una creencia es el rol que desempeña" (1998, 14).

Uno podría objetar que el funcionalismo es falso. Pero el principio de paridad sólo requiere una
forma débil de funcionalismo. No hay compromiso con el funcionalismo sobre la conciencia
como algo distinto de la cognición. Además, no hay ningún compromiso con una explicación
específica del rol funcional de la cognición. Por ejemplo, el rol funcional de la creencia puede
incluir, e incluso puede ser agotado por su disposición a causar experiencias conscientes de
pensar o juzgar que son inmunes a cualquier análisis funcional posterior. 8 Uno podría objetar que
incluso esta débil forma de funcionalismo es falsa. Así, Mark Sprevak (2009) argumenta que la
tesis de la cognición extendida reduce los supuestos funcionalistas que motivan el principio de
paridad a lo absurdo. Pero es difícil ver cómo esta débil forma de funcionalismo puede ser falsa.
¿Qué más se necesita para la creencia además de tenerse un estado informativo que juegue el tipo
correcto de rol funcional? Uno podría insistir en que la creencia requiere realización neural o
ubicación intracraneal, pero esto entra en conflicto con la suposición plausible y generalizada de
que la cognición puede ser realizada múltiplemente.

El fundamento de la segunda premisa es que si alguien cree algo, entonces Inga lo hace, ya que
un caso paradigmático de creer que p es tener la información que p se almacena en la memoria.
Uno podría objetar que no existe tal estado mental como la creencia interpretada como un estado
de disposición permanente, en lugar de un evento que ocurre en el flujo de la conciencia. Según
Brie Gertler, por ejemplo, "la mente se compone enteramente de estados de ocurrencia y
procesos conscientes" (2007, 203). No hay lugar para la creencia disposicional y permanente
dentro de esta concepción de lo mental. Desde este punto de vista, hay paridad entre Otto e Inga
porque ninguno tiene un estado mental de creencia según el cual el MdAM está en la calle 53.

A primera vista, este punto de vista es extremadamente revisionista. La existencia de la creencia


disposicional se apoya no sólo en el lenguaje ordinario, sino también en consideraciones
explicativas y epistémicas. Supóngase que abro la nevera mientras preparo mi café de la mañana.
¿Qué explica mi comportamiento? Estipulamos que estoy tan preocupado con mis planes para el
día que no pienso conscientemente en lo que estoy haciendo. Aún así, sería perfectamente natural
decir que abro la nevera porque quiero leche en mi café y creo que hay leche en la nevera. No es
sólo parte del sentido común que tales descripciones de creencias sean a menudo ciertas. Es
difícil explicar por qué actúo como lo hago, y por qué mi acción es racional o justificada, sin
asumir que estoy actuando con base en creencias que no ocurren en la experiencia consciente.

El fundamento de la tercera premisa es que el cuaderno de Otto juega el mismo rol en la


explicación de su conducta que la memoria de Inga en la de ella. Uno podría objetar que hay
diferencias entre Inga y Otto con respecto a la confiabilidad o estabilidad de su acceso a la
información almacenada. Por ejemplo, Clark y Chalmers observan que Otto no puede acceder a
su cuaderno en la ducha o en la oscuridad. Pero también notan que Inga no puede acceder a su

8 Véase Schwitzgebel (2002) y Smithies (2014) para versiones de este punto de vista.

6
memoria cuando está dormida o intoxicada. Podría decirse, pues, que la paridad se mantiene.
Clark y Chalmers estipulan que el acceso de Otto a su cuaderno no es menos estable o confiable
que el acceso de Inga a su memoria. Además, estipulan que sólo bajo estas condiciones el
cuaderno de Otto constituye una creencia. Si su acceso al cuaderno es demasiado inestable o
poco fiable, entonces no constituye una creencia en absoluto. Según Clark y Chalmers, deben
cumplirse las siguientes condiciones:

(1) En primer lugar, el cuaderno es una constante en la vida de Otto; en los casos en que la
información en el cuaderno sea relevante, rara vez actuará sin consultarlo.


(2) En segundo lugar, la información del cuaderno está directamente disponible sin dificultad.


(3) Tercero, al recuperar la información del cuaderno, él automáticamente la respalda. 


(4) Cuarto, la información en el cuaderno ha sido conscientemente respaldada en algún momento


en el pasado, y de hecho se da como consecuencia de este respaldo (1998, 17).

La cuarta condición es controvertida porque contiene un componente histórico. Podría decirse


que se puede creer cosas que nunca se ha respaldado en el pasado siempre que ahora se esté
dispuesto a respaldarlas cuando surja la cuestión. Pero quizás la condición histórica puede ser
reemplazada por la siguiente condición causal: cuando alguna información es conscientemente
respaldada en el juicio, esto típicamente causa que como resultado la información sea
almacenada en el cuaderno. Incluso concediendo estas similitudes funcionales entre Inga y Otto,
uno podría insistir en que hay algunas diferencias funcionales que persisten.9 Pero el desafío es
argumentar que estas diferencias funcionales son lo suficientemente profundas e importantes
como para hacer una diferencia cognitiva entre Inga y Otto. Después de todo, Clark y Chalmers
pueden admitir diferencias superficiales entre Inga y Otto:

Las diferencias entre el caso de Otto y el de Inga son notorias, pero superficiales. Al usar
la noción de "creencia" de una manera más amplia, ésta selecciona algo que se asemeja
más a una clase natural. La noción se hace más profunda y unificada, y es más útil en la
explicación (1998, 14).

Como señala Sprevak (2009), si la cognición es realizable múltiplemente, entonces debemos


esperar diferencias de grano fino en el rol funcional que corresponden a las diferencias en la
realización física. Así que el desafío es argumentar que las diferencias funcionales entre Inga y
Otto son lo suficientemente gruesas como para hacer una diferencia cognitiva, en lugar de
simplemente una diferencia en cómo se realiza la cognición. Uno de los objetivos de este
capítulo es desarrollar una nueva respuesta a este desafío.

9 Para propuestas específicas, véase Adams y Aizawa (2001); Rupert (2004); Gertler (2007); Weiskopf (2008); y
Pearlberg y Schroeder (2015).

7
2. Accesibilismo

El accesibilismo es la tesis de que uno siempre tiene acceso privilegiado a los hechos sobre los
que tiene justificación para creer. Hay varias maneras de hacer más precisa esta tesis de acceso
privilegiado, pero en Smithies (2012), se definió como una versión bicondicional del principio
JJ:

Accesibilismo: se tiene justificación para creer que p si y sólo si se tiene justificación para
creer que se tiene justificación para creer que p (Jp ↔ JJp).

De acuerdo con el accesibilismo, los hechos sobre los cuales uno tiene justificación para creer
son auto-sugerentes en el sentido de que se tiene una justificación de más alto nivel para creer
que se obtienen siempre que se obtienen. Además, la justificación de más alto nivel es infalible
en el sentido de que estos hechos de justificación se obtienen siempre que uno tiene una
justificación de más alto nivel para creer que se obtienen. En ese sentido, se tiene un acceso
epistémico privilegiado a los hechos sobre la justificación.

Tal como lo he definido, el accesibilismo es una tesis sobre la justificación proposicional, en


lugar de la justificación doxástica: es una tesis sobre qué proposiciones uno tiene justificación
para creer, en lugar de qué creencias justificadas uno tiene. La justificación doxástica requiere
una justificación proposicional, pero no viceversa: se puede tener justificación para creer una
proposición que no se cree en absoluto o que no se cree de una manera justificada. Podría decirse
que se puede tener justificación para creer una proposición incluso si no se tiene la capacidad
psicológica para creerla de una manera que esté justificada. Por ejemplo, uno podría estar
demasiado cansado, demasiado distraído o simplemente ser demasiado torpe para creer lo que
sea que esté justificado por la evidencia.

Esto es crucial para evitar algunas objeciones de stock al accesibilismo. El accesibilismo no


implica que tener creencias justificadas requiera tener creencias justificadas de orden superior
sobre esas creencias. Esto descartaría la posibilidad de una creencia justificada en criaturas
irreflexivas, incluyendo algunos bebés humanos y animales no humanos, con la capacidad de
cognición pero sin capacidad de metacognición. Peor aún, descarta la posibilidad de una creencia
justificada en cualquier agente finito, ya que tener creencias justificadas requeriría tener una
jerarquía infinita de creencias superiores justificadas de complejidad infinitamente creciente.
Puesto que el accesibilismo es una tesis sobre la justificación proposicional, más que sobre la
justificación doxástica, no tiene estas consecuencias poco convincentes.

En Smithies (2012), se abogó por el accesibilismo apelando al absurdo de creer en las


conjunciones de Moore de las siguientes formas:

(1) p pero no tengo justificación para creer que p


8
(2) p pero es una pregunta abierta si tengo justificación para creer que p


(3) Tengo justificación para creer que p, pero no es el caso que p


(4) Tengo justificación para creer que p, pero es una pregunta abierta si p

El argumento adopta la forma de una reductio. Si el accesibilismo es falso, entonces puedo tener
justificación para creer en las conjunciones Mooreanas de estas formas. Intuitivamente, sin
embargo, no puedo tener justificación para creer en estas conjunciones de Moore porque creerlas
sería absurdo. Por lo tanto, el accesibilismo es verdadero. Considérese primero la dirección de
izquierda a derecha. Si es falso, hay un caso posible en el que tengo justificación para creer que
p, aunque no tengo justificación para creer que tengo justificación para creer que p. Pero ahora
podemos preguntar: "¿Qué actitud tengo justificación para adoptar hacia la proposición de que
tengo justificación para creer que p?" Si no tengo justificación para creerla, entonces tengo
justificación para no creerla o mantenerla. Así que tengo justificación para creer que p, aunque
también tengo justificación para ser incrédulo o no creer en la proposición de que tengo
justificación para creer que p. Asumiendo que la justificación se cierra bajo conjunción, se
deduce que tengo justificación para creer (1) o (2).

Ahora considérese la dirección de derecha a izquierda. Si es el accesibilismo falso, entonces hay


un caso posible en el que tengo justificación para creer que tengo justificación para creer que p,
aunque me falta justificación para creer que p. Pero ahora podemos preguntarnos: "¿Qué actitud
tengo justificación para adoptar hacia la proposición que p? Si no tengo justificación para
creerla, entonces tengo justificación para no creerla o para mantenerla. Así que tengo
justificación para creer que tengo justificación para creer que p, mientras que también tengo
justificación para ser incrédulo o no creer en la proposición de que p. Asumiendo que la
justificación se cierra bajo conjunción, se deduce que tengo justificación para creer (3) o (4).

Hay varias opciones para bloquear el argumento, pero ninguna de ellas tiene mucha
plausibilidad. Una opción es hacer de tripas corazón e insistir en que puedo tener una creencia
justificada en las conjunciones de Moore. El problema es que no estoy en posición de conocer la
conjunción de Moore que p y no tengo justificación para creer que p. Después de todo, si estoy
en una posición para conocer el primer conyunto, entonces tengo justificación para creerlo, y por
lo tanto el segundo conyunto es falso. Además, estoy en posición de saber que no estoy en
posición de conocer la conjunción Mooreana por la prueba que acabo de dar. Y no es plausible
que pueda tener justificación para creer en una proposición que es cognosciblemente
incognoscible.

Otra opción es decir que puedo tener justificación para creer en las conjunciones Mooreanas,
pero no puedo tener creencia justificada porque mi justificación es finkish en el sentido de que es
destruida en el acto de tratar de usarla. Más específicamente, uno podría decir que mi
justificación para creer que p es destruida cada vez que no creo o me niego a creer que tengo
justificación para creer que p. Pero si puedo tener justificación para sostener estas actitudes

9
doxásticas en primer lugar, entonces ¿por qué simplemente formar esas actitudes doxásticas
debería frustrar mi justificación para sostenerlas? A falta de una explicación fundamentada, esto
parece ad hoc e implausible.

Una tercera opción es rechazar el principio de que la justificación se clausura con la conjunción.
Pero incluso si la justificación no siempre se transmite a través de una conjunción, como sugiere
la paradoja precedente, no se sigue que la justificación nunca se transmita a través de una
conjunción. Por lo tanto, la objeción no excluye la posibilidad de tener justificación para creer en
las conjunciones de Moore. En cualquier caso, uno no puede evitar el cargo de irracionalidad
sólo por fallar en conjuntar sus creencias en las conjunciones de una conjunción de Moore. Por
lo tanto, el argumento puede ser ejecutado usando sólo la premisa más débil de que uno no puede
tener justificación para creer en los conyuntos de una conjunción de Moore.

Concluyo que el argumento a favor del accesibilismo es sólido. Pero, ¿es el accesibilismo una
forma de internalismo? A menudo se asume que sí.10 Sin embargo, se puede argumentar que
algunas teorías externalistas de la justificación son consistentes con el accesibilismo. Para
ilustrar el punto, considérese la teoría (ciertamente inverosímil) de que uno tiene justificación
para creer todas y sólo las verdades. 11 Si es verdad que p, entonces uno tiene justificación para
creer que p, y si eso es verdad, entonces uno tiene justificación para creer que uno tiene
justificación para creer que p, y así sucesivamente. Así que esta teoría de la justificación implica
accesibilidad. Sin embargo, cabe argumentar que ésta merece ser categorizada como una teoría
externalista de la justificación. Si es así, ¿cómo debemos entender la distinción entre las
versiones internalistas y externalistas del accesibilismo?

Una forma internalista de accesibilidad —llamada internalismo de acceso— combina una tesis
de acceso privilegiado con una tesis de acceso peculiar. El internalismo de acceso es la tesis de
que nuestro acceso epistémico a los hechos sobre la justificación no sólo es privilegiado, sino
también peculiar: es mejor que otros modos de acceso epistémico, pero también diferente de
otros modos de acceso epistémico. Más precisamente, nuestro acceso epistémico a los hechos
sobre la justificación tiene su fuente sólo en la reflexión —es decir, tiene su fuente en una
combinación de introspección y razonamiento a priori. Por lo tanto, el internalismo del acceso
puede definirse de la siguiente manera:

Internalismo de Acceso: se tiene justificación para creer que p si y sólo si se tiene


justificación para creer sólo a través de la reflexión que se tiene justificación para creer
que p.

10 Véase, por ejemplo, Conee y Feldman 2001.


11 Gracias a Jonathan Jenkins Ichikawa por este ejemplo.

10
Una forma externalista de accesibilidad —llamada externalismo de acceso— acepta la tesis del
acceso privilegiado pero rechaza la tesis de acceso peculiar. Volveré a esta distinción entre el
internalismo de acceso y el externalismo de acceso a su debido tiempo.

3. Un argumento a favor del incompatibilismo

En las Secciones 1 y 2, vimos que hay argumentos plausibles para la tesis de la cognición
extendida y para el accesibilismo. Sin embargo, ahora argumentaré que estas dos tesis son
incompatibles y por lo tanto ambas no pueden ser verdaderas: si el accesibilismo es verdadero,
entonces la tesis de la cognición extendida es falsa, y viceversa. He aquí el argumento básico
para el incompatibilismo:

(1) Si el accesibilismo es verdadero, entonces todo lo que juega un rol justificador es accesible a
través de la introspección.


(2) Todas las creencias juegan un papel justificador.


(3) Si la tesis de la cognición extendida es verdadera, entonces no todas las creencias son
accesibles a través de
introspección.


(4) Por lo tanto, si el accesibilismo es verdadero, entonces la tesis de la cognición extendida es


falsa.

En las Secciones 4-6, defenderé cada premisa del argumento contra las objeciones, pero
comenzaré explicando brevemente la motivación para cada premisa. El fundamento de la
primera premisa es que el accesibilismo se explica mejor por el internalismo de acceso que por el
externalismo de acceso. El internalismo del acceso explica nuestro acceso privilegiado a los
hechos sobre la justificación en términos de nuestro acceso privilegiado a los hechos mentales
que los determinan. Los hechos justificativos están determinados por hechos mentales que son
accesibles a través de la introspección. Además, los hechos justificativos están determinados por
hechos mentales de acuerdo con principios epistémicos que son accesibles a través de un
razonamiento a priori. Esto garantiza que los hechos justificativos sean accesibles sólo a través
de la reflexión, es decir, mediante una combinación de introspección y razonamiento a priori.

La primera premisa es descartada por los partidarios del externalismo de acceso que apoyan el
accesibilismo y rechazan el internalismo de acceso (Gibbons 2006). Desde este punto de vista, el
accesibilismo puede ser cierto aunque no todo lo que juega un papel justificador sea accesible a
través de la introspección. En particular, la información almacenada en el cuaderno de Otto
puede jugar un papel justificador aunque no sea accesible a través de la introspección. Se
argumentará en la Sección 4 que necesitamos respaldar el internalismo de acceso en lugar del
externalismo de acceso para explicar la verdad del accesibilismo.

11
El fundamento de la segunda premisa es que el rol que asociamos con el concepto ordinario de
creencia incluye su rol epistémico en la justificación de otras creencias. Todas las creencias
tienen el potencial de justificar otras creencias. No todas las creencias cumplen con este
potencial, ya que sólo las creencias justificadas justifican otras creencias. Pero todas las
creencias tienen el potencial de justificar otras creencias cuando ellas mismas son justificadas.
De hecho, esto es parte de lo que distingue a las creencias de los estados subdoxásticos, que no
tienen tal potencial para desempeñar un rol epistémico en justificar y ser justificados.

La segunda premisa es descartada por los partidarios de un mentalismo fenoménico fuerte que
afirman que sólo la experiencia consciente puede desempeñar un papel en la justificación de la
creencia (Conee y Feldman 2008). Desde este punto de vista, las creencias disposicionales no
pueden desempeñar un papel justificador. Por lo tanto, ni la memoria de Inga ni el cuaderno de
Otto almacenan información de una manera que juegue un papel justificador. Se argumentará en
la Sección 5 que esta propuesta no explica algunas características clave de la epistemología del
razonamiento ordinario.

El fundamento de la tercera premisa es que el acceso de Otto a la información almacenada en su


cuaderno se basa en la percepción, más que en la introspección. Inga puede saber que cree que el
MdAM está en la calle 53 sólo consultando su memoria, mientras que Otto tiene que abrir su
cuaderno y leerlo. Por lo tanto, si Otto tiene creencias extendidas que están parcialmente
constituidas por la información almacenada en su cuaderno, entonces esas creencias extendidas
no son introspectivamente accesibles. La tercera premisa es descartada por los partidarios de la
introspección extendida que afirman que la percepción de Otto sobre su cuaderno constituye una
forma extendida de introspección (Clark y Chalmers 1998). Se argumentará en la Sección 6 que
esta propuesta oscurece una importante asimetría epistémica entre percepción e introspección.

4. Externalismo de Acceso

La primera opción compatibilista es rechazar el internalismo del acceso en favor del


externalismo del acceso. El término "externalismo de acceso" fue acuñado por John Gibbons
(2006). Según la versión de Gibbons del externalismo de acceso, la justificación superviene
sobre lo que uno está en posición de saber, pero no superviene sobre lo que uno está en posición
de conocer sólo a través de la reflexión. Si Gibbons tiene razón, entonces la información
almacenada en el cuaderno de Otto no necesita ser introspectivamente accesible para jugar un
papel justificador. Lo que importa es que Otto está en condiciones de conocer el contenido de su
cuaderno abriéndolo y leyéndolo. Si es así, entonces la información almacenada en su cuaderno
puede jugar un papel justificador incluso si no es accesible a él a través de la introspección.

Gibbons argumenta en contra del internalismo de acceso proponiendo pares de sujetos que son
iguales en lo que pueden conocer por introspección, pero que se diferencian en lo que están
justificados para creer debido a las diferencias de lo que fácilmente pueden llegar a conocer por
percepción. Aquí está su ejemplo central:

12
El buen caso: tengo razones para creer que desayunaré huevos porque recuerdo haber
visto huevos en el refrigerador anoche.

El mal caso: no tengo justificación para creer que desayunaré huevos, aunque me parece
recordar haber visto huevos en la nevera anoche, porque debería haber visto el letrero en
la puerta que dice: "¡Se nos acabaron los huevos!”.

Gibbons argumenta que en el mal caso (1) se debería haber visto la nota en la puerta; así que (2)
se debería haber sabido que nos hemos quedado sin huevos; y (3) no se debería creer que lo que
se debería saber es falso; pero (4) no se tiene justificación para creer lo que no se debería creer;
así que (5) no se tiene justificación para creer que se va a desayunar huevos. En mi opinión, el
argumento fracasa porque se basa en una equivocación entre los diferentes sentidos de "deber".12
Hay un sentido subjetivo en el que debo creer lo que sea que esté respaldado por la evidencia que
actualmente está en mi poder. En el sentido subjetivo, debo creer que desayunaré huevos. Pero
también hay un sentido objetivo en el que debo creer lo que sea que esté respaldado por la
evidencia que fácilmente podría llegar a poseer usando mejores métodos de recolección de
evidencia. En el sentido objetivo, no debería creer que desayunaré huevos porque debería
haberlo sabido.

Richard Feldman (2004) establece una distinción relacionada entre dos sentidos de racionalidad
epistémica:

Un tipo de valoración epistémica se refiere a si creer en una proposición en particular es racional


para una persona en un momento, dada exactamente la situación en la que la persona se
encuentra en ese momento. Podemos decir que esta es una evaluación de la racionalidad
epistémica del estado actual de creer la proposición. ...Una segunda posible evaluación
epistémica de una creencia tiene que ver con los métodos que llevaron a ella. Podemos llamar a
esto racionalidad epistémica metodológica (2004, 233). Como señala Feldman, una creencia
puede ser racional en el sentido del estado actual sin ser racional en el sentido metodológico: una
creencia puede ser apoyada por la evidencia actual de alguien incluso si posee esta evidencia
como resultado del uso de malos métodos. En el mal caso, mi creencia de que desayunaré huevos
está justificada por la evidencia que actualmente está en mi poder, aunque la posesión de esta
evidencia es el resultado de métodos insuficientemente cuidadosos para obtener evidencia.

El internalismo de acceso se interpreta mejor como una teoría de la racionalidad o justificación


epistémica en el sentido del estado actual, más que en el sentido metodológico. El argumento de
Gibbons en contra del internalismo de acceso fracasa por esta razón. Pero todavía tenemos que
preguntarnos si Gibbons tiene razón al afirmar que podemos explicar el accesibilismo sin
aprobar el internalismo del acceso. Si es así, entonces gran parte de la motivación para el
internalismo de acceso se ve socavada.

12La diferencia se modela mejor en la semántica de Kratzer (1981) mediante una distinción entre formas objetivas y
subjetivas de jerarquizar las opciones.

13
En la Sección 2, se definió el accessibilismo como una versión bicondicional de la tesis JJ.
Gibbons (2006, 30) acepta explícitamente la dirección de derecha a izquierda de la
bicondicional. Argumenta a favor de esta versión condicional de la tesis de JJ, como lo he hecho
yo, apelando a la inadmisibilidad de creer en las conjunciones de Moore:

Desde su punto de vista, la cuestión de si está justificado creer que p no es independiente


de la cuestión de si p es verdadero. Si las cuestiones fueran independientes, cualquier par
de respuestas serían aceptables en una situación u otra. Pero nunca debes creer una
proposición (p.29) de la forma (p pero no estoy justificado en creer que p). Tampoco
debes creer nada de la forma (p es falsa, pero yo estoy justificado en creerlo) (2006,
32-3).

Como vimos en la Sección 2, sin embargo, este argumento de Moore puede extenderse a ambas
direcciones del bicondicional. Gibbons no acepta explícitamente la dirección de izquierda a
derecha del bicondicional, pero se acerca mucho:

De hecho, es tentador suponer que la justificación de primer orden en sí misma es


directamente relevante a la justificación de la creencia relevante de segundo orden si se
forma una. En el caso ordinario, tu creencia de segundo orden está justificada porque tu
creencia de primer orden está justificada (2006, 33).

Por lo que puedo decir, su único reparo sobre la dirección de izquierda a derecha proviene del
deseo de evitar el requisito de "que se debe tener una creencia de segundo orden acerca de la
justificación para cada creencia de primer orden que se tenga" (2006, 33, n 18). Sin embargo, si
el tema es la justificación proposicional, entonces la justificación de primer orden es suficiente
para la justificación de segundo orden, ya sea que se forme o no una creencia de segundo orden.
Así que se continuará asumiendo que una forma satisfactoria de externalismo de acceso necesita
explicar la versión bicondicional de la tesis de JJ.

En el siguiente pasaje, Gibbons propone una explicación externalista de nuestro acceso


privilegiado a los hechos sobre la justificación:

No hay nada misterioso en combinar el externalismo sobre la justificación con el tipo de


acceso privilegiado que he identificado. Una manera de leer (JJ) es considerarlo como la
afirmación de que la justificación de primer orden es una condición para la justificación
de segundo orden. Si algún hecho externo es relevante para la determinación de la
justificación de primer orden, esos mismos hechos son relevantes para la determinación
de su justificación de segundo orden (2006, 35).

La propuesta es que la tesis de JJ es cierta porque todo lo que es relevante para la determinación
de la justificación de primer orden también lo es para la determinación de la justificación de
segundo orden. Si esto es cierto, entonces es suficiente explicar ambas direcciones del
bicondicional. Pero, ¿explica Gibbons por qué esto es verdadero?

14
En la teoría de Gibbons, de lo que se tiene justificación para creer depende de lo que se esté en
posición de saber. En el mal caso, se tiene justificación para creer que se ha quedado sin huevos
porque se está en posición de saber que se ha quedado sin huevos. ¿De ello se deduce que
cuando se está en posición de saber que se ha quedado sin huevos, también se tiene una
justificación de segundo orden para creer que se tiene una justificación de primer orden para
creer que se ha quedado sin huevos? No, a menos que estemos asumiendo que siempre se está en
posición de saber qué es lo que tiene justificación de primer orden para creerse. Pero esto sería
asumir que se tiene una especie de acceso privilegiado a los hechos sobre la justificación, que es
precisamente lo que se necesita explicar. Así que concluyo que el externalismo de acceso de
Gibbons no explica nuestro acceso privilegiado a los hechos sobre la justificación.

No afirmo que el externalismo de acceso sea una visión inconsistente. Pero sí afirmo que el
internalismo del acceso explica nuestro acceso privilegiado a los hechos sobre la justificación,
mientras que no está claro cómo puede explicarlo el externalismo del acceso. Por lo tanto,
concluyo que debemos rechazar el externalismo de acceso en favor del internalismo de acceso.

5. Mentalismo Fenoménico Fuerte

La segunda opción compatibilista es negar la premisa de que todas las creencias pueden
desempeñar un rol justificador sobre la base de que sólo las experiencias conscientes pueden
desempeñar ese rol. Desde este punto de vista, ni la información almacenada en la memoria de
Inga ni la información almacenada en el cuaderno de Otto juega un rol justificador.

Supóngase que el internalismo de acceso es verdadero y, por lo tanto, que todo lo que juega un
rol justificador es accesible a través de la introspección. Y supongamos que la información
almacenada en el cuaderno de Otto no es accesible a través de la introspección y por lo tanto no
puede desempeñar un rol justificador. Esto no es una objeción a la tesis de la mente extendida a
menos que aceptemos que todas las creencias pueden jugar un papel justificador.

Earl Conee y Richard Feldman (2008) aceptan una versión del evidencialismo en la que la
evidencia de uno determina qué proposiciones tiene justificación para creer. También respaldan
la tesis adicional de que la evidencia de uno está restringida a su experiencia consciente actual.
Desde este punto de vista, sólo la experiencia consciente puede desempeñar un papel en la
determinación de las proposiciones en las que uno tiene justificación para creer. De ello se sigue
que las creencias disposicionales de uno no pueden desempeñar un papel justificador, puesto que
no están incluidas en la experiencia consciente actual de uno.

Feldman (2004) motiva este punto de vista al establecer una comparación entre dos casos. En
cada caso, mi amigo Jones me asegura que puedo completar la caminata a Precarious Peak, y le
creo. En el primer caso, tengo información almacenada en la memoria en la que Jones tiende a
sobrestimar mis habilidades. Y en el segundo caso, tengo información almacenada en mi guía de
bolsillo de que la caminata es adecuada sólo para escaladores expertos. Así que, en ambos casos,

15
tengo información que va en contra de la confianza de Jones, pero en un caso se almacena en la
memoria y en el otro se almacena en una guía de bolsillo. Por otra parte, la misma pregunta se
plantea en cada caso: a saber, ¿estoy justificado en mi creencia de que puedo completar la
caminata a Precarious Peak?

Según Feldman, la respuesta es la misma en cada caso: mi creencia está justificada en el sentido
del estado actual, pero no en el sentido metodológico. En este punto de vista, mi creencia está
apoyada por mi evidencia actual, pero mi evidencia actual resulta del uso de malos métodos para
adquirir evidencia. Si hubiera usado mejores métodos —digamos, consultando mi memoria o
leyendo mi guía— entonces habría tenido evidencia que invalida mi justificación para creer que
puedo completar la caminata. Sin embargo, tal como están las cosas, no tengo tal evidencia que
la invalide.

En esta visión, la información almacenada en mi memoria no es más constitutiva de mi evidencia


que la información almacenada en mi guía de bolsillo. Esto tiene claras implicaciones para el
caso de Inga y Otto: ni la información almacenada en la memoria de Inga ni la información
almacenada en el cuaderno de Otto son adecuadas para jugar un papel epistémico en la
justificación de la creencia.

Feldman considera tres objeciones a esta propuesta: el problema de las creencias almacenadas, el
problema de la evidencia olvidada y el problema de las creencias de trasfondo. Argumentaré que
sus respuestas a estas objeciones fallan. Primero, el problema de las creencias almacenadas.
Ustedes tienen creencias almacenadas en la memoria que son justificadas, y a menudo
constituyen conocimiento, pero que no son justificadas por ninguna cosa en su corriente actual
de conciencia. He aquí un ejemplo de Feldman:

Por ejemplo, mientras escuchas una conferencia de filosofía todavía sabes, y estás
justificado en creer, que Washington D. C. es la capital de los Estados Unidos. Pero
(presumiblemente) eso no fue sustentado por lo que estabas pensando durante la
conferencia (2004, 236).

En respuesta, Feldman hace una distinción entre los sentidos ocurrentes y disposicionales de los
términos epistémicos, tales como conocimiento, justificación o racionalidad. La afirmación es
que mis creencias disposicionales constituyen conocimiento disposicional porque sus
manifestaciones ocurrentes constituirían conocimiento ocurrente:

Una persona conoce una cosa disposicionalmente, siempre y cuando la persona la


conozca por ocurrencia si piensa en ella. Puesto que la idea de que Washington es la
capital estaría, presumiblemente, acompañada de una percatación por justificar la
evidencia, este hecho puede ser conocido disposicionalmente por la mayoría de nosotros.
Por lo tanto, la intuición de que conocemos hechos simples incluso cuando no estamos
pensando en ellos puede ser acomodada por la visión minimalista de la evidencia que se
posee: son conocidos disposicionalmente pero no por ocurrencia (2004, 236).

16
Esta respuesta incurre en una versión de la falacia condicional, ya que hay proposiciones que no
conozco ahora, aunque las conocería si pensara en ellas. Considere, por ejemplo, la propuesta de
que ahora estoy pensando en ruibarbo. Feldman reconoce este problema, pero intenta eludirlo
optando por una forma leve de escepticismo sobre el conocimiento disposicional:

En el sentido más fundamental, no se conocen cosas como que Washington es la capital


cuando no se piensa en ellas (2004, 237).

Desde este punto de vista, realmente no sabemos nada de lo que no estemos pensando
actualmente, aunque estamos dispuestos a tener ese conocimiento cuando lo necesitemos. Una
consecuencia de esta propuesta es que no podemos explicar nuestro conocimiento ocurrente en
términos de nuestro conocimiento disposicional. Como veremos, esto causa dificultades a las
respuestas de Feldman a otras objeciones.

Segundo, el problema de la evidencia olvidada. Puedo saber que Washington es la capital incluso
si he olvidado las pruebas sobre cuya base adquirí originalmente este conocimiento. En ese caso
puede no haber nada almacenado en la memoria que pueda justificar la creencia cuando se hace
consciente.

La respuesta de Feldman es que mi justificación para creer que Washington es la capital tiene su
fuente en "mi convicción actual o sentimiento de certeza" (2004, 238). Pero, ¿qué justifica este
sentimiento? Presumiblemente, necesita justificación, ya que puedo sentirme demasiado
convencido de que algo es cierto. Y un sentimiento de convicción no puede justificar una
creencia a menos que sea justificada. Pero no está claro qué justifica mi sentimiento de
convicción de que Washington es la capital sin invocar mis disposiciones para sentir convicción
sobre otras cosas, como mi sentimiento de convicción de que esto es producto de la memoria y
que los productos de la memoria son generalmente confiables. Esto amenaza con socavar la
propuesta de Feldman porque está comprometido a negar que el conocimiento ocurrente se
explica en términos de conocimiento disposicional.

Tercero, el problema de las creencias de trasfondo. Si mi evidencia justificativa está agotada por
mi experiencia actual, entonces ¿cómo explicamos el papel epistémico de las creencias de
trasfondo? En el ejemplo de Feldman, un experto y un novato ven una tángara escarlata y a cada
uno de ellos les parece lo mismo. La experta llega a creer que es una tángara escarlata porque
tiene el conocimiento de trasfondo de que las tángaras escarlatas se ven de esa manera. Mientras
tanto, la novata llega a la conclusión de que es una tángara escarlata sobre la base de su
conocimiento de que las tángaras escarlatas han sido vistas aquí antes. En este caso, el experto y
el novato tienen las mismas experiencias, pero sólo el experto sabe que es una tángara escarlata.
Además, es difícil explicar esto sin invocar el conocimiento de trasfondo.

Como reconoce Feldman, sería inverosímil sostener que el experto no puede saber que es una
tángara escarlata a menos que lleve su conocimiento de trasfondo a la conciencia. No hay
necesidad de que el experto haga la inferencia conscientemente una vez que se ha vuelto

17
automática. En cambio, Feldman apela a los sentimientos de certeza del experto de que es una
tángara escarlata. El problema es que el novato también puede tener estos sentimientos, aunque
no estén justificados en su caso. Así que es difícil explicar la diferencia en la posición epistémica
entre el experto y el novato sin apelar al rol epistémico de las creencias de trasfondo.13

El resultado es que no podemos restringir plausiblemente la evidencia que se tiene a la


experiencia consciente actual. Las creencias disposicionales también juegan un papel
justificador. Pero dado el internalismo de acceso, pueden desempeñar este papel sólo si son
accesibles a través de la introspección. El problema para la tesis de la cognición extendida es que
la información almacenada en el cuaderno de Otto no parece satisfacer esta condición.

6. Introspección extendida

La tercera opción compatibilista es argumentar que la información almacenada en el cuaderno de


Otto es accesible para él a través de la introspección. Clark y Chalmers siguen esta línea en
respuesta a una objeción al argumento de la paridad. La objeción es que hay una disparidad entre
Inga y Otto porque el acceso de Inga a su memoria depende de la introspección, mientras que el
acceso de Otto a su cuaderno depende de la percepción. Clark y Chalmers responden que esta
objeción plantea la cuestión:

Los procesos internos de Otto y su cuaderno constituyen un único sistema cognitivo.


Desde el punto de vista de este sistema, el flujo de información entre el portátil y el
cerebro no es perceptible en absoluto; no implica el impacto de algo fuera del sistema. Es
más parecido al flujo de información dentro del cerebro (1998, 16).

Presumiblemente, Clark y Chalmers no quieren negar que Otto percibe su cuaderno. Eso sería
difícil de tragar. Una interpretación más caritativa es que la percepción que Otto tiene del
cuaderno constituye una forma extendida de introspección, ya que le permite conocer el
contenido de sus creencias extendidas. La objeción plantea la cuestión al asumir que si el acceso
de Otto al cuaderno implica percepción, entonces no puede constituir también un proceso
extendido de introspección.14

En cierto modo, esta respuesta es demasiado apresurada. No todo el conocimiento de las propias
creencias cuenta como conocimiento introspectivo, por ejemplo, el conocimiento que se adquiere
a través del testimonio experto de un terapeuta. Por lo tanto, aunque suponemos por el bien del
argumento que Otto cree en el contenido de su cuaderno, no se sigue que su percepción del
cuaderno constituya una forma de introspección. Aún así, queda abierta la pregunta de si la

13 Feldman (2004, 239) considera otra respuesta que admite este punto. En esta respuesta, la evidencia que se tiene
incluye no sólo la experiencia consciente, sino también las creencias de trasfondo que son actualmente operativas en
causar la experiencia actual.
14 Véase también Carter y Palermos (2015, 760) para un punto similar.

18
percepción que Otto tiene del cuaderno constituye una forma extendida de introspección de sus
creencias. Necesitamos un argumento para resolver la cuestión.

Brie Gertler aboga por una respuesta negativa. Comienza señalando que la introspección es una
forma exclusivamente en primera persona de adquirir conocimiento: "revela sólo los propios
estados de quien hace la introspección, y no los estados de otros" (2007, 194). A continuación,
argumenta que la manera de Otto de adquirir conocimiento de sus creencias a través de la
percepción de su cuaderno no satisface esta condición. Después de todo, el amigo de Otto puede
averiguar lo que Otto cree leyendo su cuaderno de la misma manera que Otto. Así, escribe:

Cuando Otto intenta averiguar lo que cree sobre un tema en particular, consulta el
cuaderno. Por ejemplo, supóngase que se pregunta qué cree acerca de la ubicación del
MdAM. Mirará en el cuaderno y concluirá: Creo que el MdAM está en la calle 53. Pero,
por supuesto, alguien que no sea Otto puede determinar las creencias de Otto
precisamente de la misma manera: consultando el cuaderno, un amigo puede determinar
que Otto cree que el MdAM está en la calle 53 (2007, 194).

Sobre la base de este argumento, Gertler concluye que Otto no puede adquirir un conocimiento
introspectivo de sus creencias mediante la percepción del cuaderno. Uno podría cuestionar la
suposición de Gertler de que tenemos una forma exclusiva de primera persona para conocer
nuestras creencias. Por ejemplo, Clark argumenta que es un hecho puramente contingente que
otras personas no pueden saber lo que Inga cree accediendo a sus memorias almacenadas:

Pero, ¿por qué suponer que la exclusividad del acceso es algo más que un hecho
contingente sobre la recordación biológica estándar? Si, en el futuro, la ciencia ideara una
forma para que ocasionalmente aprovecharas mis recuerdos almacenados, ¿los haría eso
menos míos, o parte de mi aparato cognitivo? (2010, 57).

Sin embargo, por lo que veo, esta objeción no da en el clavo. Gertler no descarta la posibilidad
de que otras personas puedan saber lo que creo accediendo a mis recuerdos. Lo que ella descarta
es la posibilidad de que puedan saber lo que creo por medio de la introspección. La posibilidad
futurista que describe Clark es aquella en la que otras personas saben lo que yo creo por medio
de alguna forma novedosa de percepción, como por ejemplo la telepatía, en lugar de la
introspección.

Una objeción más prometedora apunta a la suposición de Gertler de que el amigo de Otto puede
saber lo que cree Otto de la misma manera que Otto. Si asumimos que el cuaderno de Otto juega
el mismo papel que la memoria de Inga, entonces Otto puede saber lo que cree de manera no
confidencial sobre la base de la percepción del cuaderno. El amigo de Otto, en contraste, no
puede saber que Otto cree lo que está escrito en su cuaderno sin hacer una inferencia que se basa
en la creencia de trasfondo de que el cuaderno juega el rol correcto en la psicología de Otto.
Podría decirse, entonces, que la manera de Otto de saber lo que cree es exclusivamente de
primera persona.

19
Propondré ahora un argumento diferente para la conclusión de que Otto no puede adquirir un
conocimiento introspectivo de sus creencias mediante la percepción del cuaderno. El argumento
de Gertler se basa en la afirmación de que la introspección es peculiar en el sentido de que es
diferente de otras formas de conocer el mundo. En contraste, mi argumento se basa en la
afirmación de que la introspección es privilegiada en el sentido de que es epistémicamente más
segura que otras formas de conocer el mundo. Sin embargo, la noción adecuada de privilegio
epistémico debe ser explicada con cuidado.

No digo que el acceso de Inga a su memoria sea más confiable que el acceso de Otto a su
cuaderno. Es cierto que Otto podría quedar ciego temporalmente o sufrir ilusiones visuales
ocasionales o alucinaciones que lo llevan a malinterpretar el contenido del cuaderno. Estos casos
deben ser la excepción, más que la regla, ya que el contenido del cuaderno no constituye las
creencias de Otto a menos que tenga un acceso suficientemente fiable a ellas. De la misma
manera, sin embargo, Inga podría sufrir problemas que le impiden recuperar correctamente la
información que está almacenada en la memoria. Como Clark y Chalmers escriben:

El acceso de Otto al cuaderno es muy confiable —no perfectamente confiable, por cierto,
pero tampoco lo es el acceso de Inga a su memoria. Un cirujano podría alterar su cerebro,
o más mundanamente, podría beber demasiado (1998, 15).

Así que podemos estipular que existe una paridad aproximada entre Inga y Otto con respecto a la
confiabilidad del acceso. En mi opinión, la diferencia epistémica entre Inga y Otto se describe
mejor en términos de racionalidad que de confiabilidad. Incluso si estipulamos que Inga y Otto
son igualmente confiables, no aseguramos que sean igualmente racionales. Y esto se debe a que
las percepciones erróneas de Otto sobre el cuaderno no tienen por qué constituir un fallo de la
racionalidad, mientras que los lapsus de memoria de Inga sí lo son.

Supongamos que Inga tiene la información que el MdAM está en la calle 53 almacenada en la
memoria, aunque no puede acceder a esta información en alguna ocasión específica debido a un
error en la recuperación. Esto es un fallo de racionalidad. La racionalidad requiere que usted
acceda a la información almacenada en la memoria cuando sea relevante para responder
preguntas prácticas o teóricas. Usted no siempre es culpable de infringir este requisito racional,
ya que puede ser difícil recordar esta información, y puede estar haciendo lo mejor que puede
dadas las circunstancias. Aún así, usted está infringiendo irreprochablemente los requisitos de la
racionalidad. La racionalidad requiere el uso de toda la evidencia en su posesión cuando es
relevante a la pregunta en cuestión.

Ahora supongamos que Otto tiene la información de que el MdAM está en la calle 53 guardada
en su cuaderno, aunque no accede a esta información en alguna ocasión porque tiene una ilusión
visual en la que el cuaderno parece decir que el MdAM está en la calle 51. Esto no es un fallo de
racionalidad. La racionalidad no requiere que usted perciba el mundo con precisión o que ignore
sus percepciones cuando son inexactas. Sería extremadamente inverosímil suponer que Otto es
irracional sólo por no percibir bien su cuaderno. Compare el nuevo problema del demonio

20
maligno de Stewart Cohen (1984) para el confiabilismo: una víctima de un demonio maligno
cartesiano puede ser completamente racional incluso si sus experiencias perceptivas tergiversan
sistemáticamente el medio ambiente. De la misma manera, Otto puede ser completamente
racional incluso si sus experiencias perceptivas ocasionalmente tergiversan el contenido de su
cuaderno. En general, el error de percepción no es suficiente para un error racional.

El mismo contraste puede ser señalado cuando desviamos nuestra atención de las creencias
acerca del mundo externo hacia las creencias introspectivas acerca de lo que se cree.
Supongamos que Inga considera la pregunta de si cree que el MdAM está en la calle 53. Y
supongamos que tiene esta información almacenada en la memoria, aunque no pueda acceder a
la información en esta ocasión debido a un fallo en la obtención. Esto también es un fallo de
racionalidad. Podemos sacar esto a la luz considerando el procedimiento de Gareth Evans para
responder preguntas sobre lo que se cree:

Me encuentro en condiciones de responder a la pregunta de si creo que p poniendo en


marcha cualquier procedimiento que tenga para responder a la pregunta de si p (Evans
1982, 225).

Usar el procedimiento de Evans lleva a Inga a creer que ella no cree que el MdAM está en la
calle 53. Ahora, ella está en la dificultad de Mooreana de creer que el MdAM está en la calle 53,
mientras que ella cree que no cree esto. Pero esto es una dificultad irracional. Después de todo, si
ella adhiere a estas creencias, entonces cree en la conjunción Mooreana de que el MdAM está en
la calle 53 y que no cree que lo esté. Además, no puede evitar la crítica racional simplemente por
fallar en unir sus creencias. Si no es racional creer en una conjunción de Moore, entonces no es
racional creer en los conyuntos de la conjunción de Moore. Ciertamente, creer en una conjunción
Mooreana es más profundamente irracional que creer en cada uno de sus conyuntos, así como
creer en una contradicción explícita es profundamente más irracional que creer en cada uno de
sus conyuntos. Pero creer en los conyuntos de una conjunción de Moore no es más inmune a la
crítica racional que creer en los conyuntos de una contradicción explícita.15

Ahora supongamos que Otto considera la cuestión de si cree que el MdAM está en la calle 53. Y
supongamos que tiene esta información almacenada en su cuaderno, aunque falle para acceder a
la información en esta ocasión porque tiene una ilusión visual en la que el cuaderno parece decir
que el MdAM está en la calle 51. Al usar el procedimiento de Evans llega a creer que no cree que
el MdAM esté en la calle 53. De acuerdo con la tesis de la cognición extendida, ahora se
encuentra en la dificultad Mooreana de creer que el MdAM está en la calle 53, mientras que cree
que no lo cree. Así que la tesis de la cognición extendida predice que Otto es irracional. Pero esta
predicción es extremadamente inverosímil. Otto no puede ser condenado por irracionalidad sólo

15Véase Shoemaker (1996, Capítulo 4) y Smithies (2016) para una discusión más amplia de la paradoja
de Moore y sus implicaciones para para dar cuenta de nuestro conocimiento introspectivo de la creencia
permanente.

21
porque perciba mal lo que hay en su cuaderno. Por lo tanto, la tesis de la cognición extendida es
falsa.

En resumen, un proponente de la tesis de la cognición extendida no puede adherirse a ambos de


los siguientes principios plausibles sobre la racionalidad:

(1) El principio de percepción: si eres racional, y perceptivamente te parece que p, y no hay


vicisitudes, entonces crees que p (cf. Pryor 2000, 532).


(2) El principio de introspección: si eres racional, y crees que p, y consideras si crees que p,
entonces crees que crees que p (cf. Shoemaker 1996, 83, 241-2).

Estos principios entran en conflicto en el caso de que Otto perciba erróneamente su cuaderno
diciendo que el MoMA está en la calle 51. De acuerdo con el principio de percepción, es racional
para Otto creer que su cuaderno dice que el MoMA está en la calle 51, en lugar de la calle 53. Si
es racional, entonces Otto puede usar el procedimiento de Evans para llegar a creer
racionalmente que cree que el MoMA está en la calle 51, en lugar de la calle 53. Y sin embargo,
por hipótesis, cree que el MoMA está en la calle 53. De acuerdo con el principio de
introspección, no es racional que Otto crea que el MdAM está en la calle 53 mientras que él cree
que no lo cree. Así que los dos principios entran en conflicto.

Un proponente de la tesis de la cognición extendida podría argumentar a favor de la paridad


epistémica entre Inga y Otto apelando a un modelo perceptivo de introspección. En un modelo
perceptivo de introspección, no existe una disparidad epistemológica relevante entre el acceso
introspectivo de Inga a su memoria y el acceso perceptivo de Otto a su cuaderno. Sin embargo, el
modelo perceptivo de introspección debe ser rechazado precisamente porque oscurece las
diferencias epistemológicas entre percepción e introspección. He aquí un argumento a tal efecto:

(1) Si el modelo perceptivo de introspección es verdadero, entonces la introspección es


vulnerable al error absurdo: puede haber falsas creencias introspectivamente justificadas sobre
las propias creencias.


(2) Pero la introspección es inmune al error absurdo: no puede haber falsas creencias
introspectivamente justificadas sobre las propias creencias.


(3) Por lo tanto, el modelo perceptivo de introspección es falso.

El fundamento de la premisa (1) es que la percepción es vulnerable a errores absurdos en los que
uno forma falsas creencias justificadas sobre la base de representaciones perceptivas que
distorsionan el mundo. El fundamento de la premisa (2) es que si la introspección es vulnerable
al error absurdo, entonces puede haber creencias Mooreanas justificadas de la forma, p y yo no
(p.37) creo que p. Puesto que no puede haber creencias Mooreanas justificadas de esta forma, no

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puede haber error absurdo en el caso de la introspección, y por lo tanto el modelo perceptivo de
la introspección es falso. 16

En conclusión, existe una importante disparidad epistémica entre Inga y Otto. El acceso
introspectivo de Inga a su memoria es inmune al error absurdo, mientras que el acceso perceptivo
de Otto a su cuaderno es vulnerable al error absurdo. La afirmación no es que el acceso
introspectivo de Inga a su memoria sea más confiable que el acceso perceptivo de Otto a su
cuaderno. Puede haber errores en la recuperación de memoria así como puede haber errores en la
representación perceptiva. La diferencia es que los errores en la recuperación de la memoria
constituyen fallos de racionalidad, mientras que los errores en la representación perceptiva no lo
son. La tesis de la cognición extendida oscurece esta disparidad epistémica entre percepción e
introspección.

7. El argumento de la disparidad

En las Secciones 1 y 2, vimos que hay argumentos plausibles para la tesis de la cognición
extendida y para el accesibilismo. En la sección 3, sin embargo, vimos un argumento de que
estas dos posiciones son incompatibles, y defendí las premisas de este argumento en las
secciones 4-6. Si el argumento a favor del incompatibilismo es acertado, entonces no podemos
aceptar tanto el accesibilismo como la tesis de la cognición extendida. Puesto que estoy
persuadido por el argumento de Moore a favor del accesibilismo, me comprometo a rechazar la
tesis de la cognición extendida. El objetivo de esta sección es liberarse de la carga de tener que
explicar dónde falla el argumento de la paridad.

Afirmo que la tercera premisa del argumento de la paridad es falsa. Esta premisa establece que la
información almacenada en el cuaderno de Otto juega el mismo papel que la información
almacenada en la memoria de Inga. De hecho, sin embargo, existe una disparidad crucial entre
Inga y Otto —a saber, que Inga tiene acceso a la información almacenada en su memoria a través
de la introspección, mientras que Otto tiene acceso a la información almacenada en su cuaderno
a través de la percepción.

Además, no se trata de una diferencia meramente superficial. Por el contrario, es lo


suficientemente profunda como para establecer una diferencia cognitiva entre Inga y Otto. He
argumentado que el papel funcional de la creencia incluye su rol en la justificación de otras
creencias. Y he argumentado que si el internalismo de acceso es cierto, entonces las creencias
pueden jugar este rol justificador sólo si son accesibles a través de la introspección. Ya que la
información almacenada en la memoria de Inga es accesible a través de la introspección, puede
jugar el rol justificador que se requiere para la creencia. En contraste, la información almacenada
en el cuaderno de Otto es accesible a través de la percepción, en lugar de la introspección, por lo
que no puede desempeñar el rol justificador requerido para constituir la creencia.

16 Ver también Shoemaker (1996, Chs 2 y 11) y Burge (1996) para argumentos contra el modelo perceptivo de
introspección. El término "error absurdo" es de Burge (1996), aunque yo lo defino ligeramente diferente de él.

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El resultado es que podemos dar un argumento de la disparidad para la conclusión de que el
cuaderno de Otto, a diferencia de la memoria de Inga, no constituye creencias:

(1) Todo lo que juega un rol justificador es accesible a través de la introspección.


(2) Todas las creencias juegan un papel justificador.


(3) La información en el cuaderno de Otto (a diferencia de la información en la memoria de


Inga) no es accesible a través de la introspección.


(4) Por lo tanto, Otto no cree en la información de su cuaderno.

Como hemos visto, los partidarios del externalismo del acceso rechazan la premisa (1), mientras
que los partidarios del mentalismo fenoménico fuerte rechazan la premisa (2), y los partidarios
de la introspección extendida rechazan la premisa (3). Pero después de haber defendido las tres
premisas contra las objeciones, concluyo que debemos aceptar la conclusión (4).

El argumento de la paridad fracasa, y el argumento de la disparidad tiene éxito, porque los


estados extendidos no satisfacen el principio de paridad. De acuerdo con el principio de paridad,
cualquier cosa que juegue el mismo papel que la creencia es en sí misma una creencia. Este
principio está motivado por una concepción ampliamente funcionalista de la mente, en la cual la
creencia se realiza mediante información que juega el tipo correcto de rol en la psicología del
sujeto. ¿Pero qué es exactamente lo que cuenta como el tipo correcto de rol? Diferentes versiones
del funcionalismo dan diferentes respuestas a esta pregunta.

Clark y Chalmers enfatizan el papel causal-explicativo de la creencia. Ellos argumentan que los
estados extendidos pueden funcionar de manera muy parecida a las creencias en la explicación
causal de la conducta. Sobre esta base, concluyen que los estados extendidos son creencias. Pero
su argumento asume que el papel de la creencia está agotado por su rol causal-explicativo. En
una discusión reciente, Chalmers escribe:

El punto más profundo es que los estados extendidos pueden funcionar en explicación de
manera muy similar a como funcionan las creencias, y debe considerarse que comparten
un tipo de explicación profunda e importante con ellas. Esta unificación explicativa es el
verdadero punto subyacente de la tesis de la mente extendida (Chalmers 2011, xiv).

Un punto clave que se pierde en la discusión de Clark y Chalmers es que el papel funcional de la
creencia no se agota por su papel causal en la explicación de la conducta, sino que también
incluye su papel epistémico en la justificación de otras creencias. Dado el internalismo de
acceso, las creencias deben ser accesibles a través de la introspección para poder jugar este papel
justificador. Pero como los estados ampliados de Otto no son accesibles a través de la
introspección, no pueden desempeñar un papel justificador. Por lo tanto, los estados extendidos

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de Otto no deben ser considerados como creencias, incluso si juegan un papel explicativo que es
similar al rol explicativo de la creencia.

La lección más general es que el funcionalismo de sentido común sobre la creencia se interpreta
mejor como funcionalismo normativo, que como funcionalismo meramente causal. En otras
palabras, la creencia debe definirse en términos de aspectos tanto normativos como meramente
causales de su rol funcional. Después de todo, la psicología del sentido común no es una teoría
puramente causal. También es una teoría normativa de qué justifica qué. Esta es una de las
maneras en que nuestra teoría de la mente de sentido común es diferente de las demás teorías
científicas. Una teoría funcionalista de la creencia que destaca su rol causal a expensas de su rol
normativo ignora lo que es más distintivo para nuestro entendimiento de sentido común (en
oposición a un entendimiento puramente científico) de la mente.

¿Por qué tantos filósofos han enfatizado el papel causal de la creencia a expensas de su papel
normativo en el desarrollo de teorías funcionalistas de la mente? Gran parte del ímpetu proviene
de un programa de reducción naturalista. Se considera que la causa es más susceptible de
reducción que la normatividad y, por lo tanto, más adecuada para dar una definición
reduccionista de los estados mentales. Pero si el programa de reducción naturalista ha de tener
éxito, entonces necesita abarcar tanto la normatividad como la causalidad. Por lo tanto, el
programa de reducción naturalista no proporciona ninguna razón fundamentada para definir las
creencias y otros estados mentales en términos de aspectos puramente causales en lugar de
aspectos normativos de su rol funcional.

Concluyo que la tesis de la cognición extendida debe ser rechazada por razones ampliamente
epistemológicas. Y lo propongo como un ejemplo de la manera en que la epistemología puede y
debe restringir nuestra comprensión de la mente.

4. Conclusiones

En este capítulo, he argumentado que deberíamos rechazar la tesis de la cognición extendida por
razones epistemológicas. Termino con algunas aclaraciones y concesiones.
Primero, he argumentado que los estados extendidos de Otto no son creencias porque no son
accesibles a través de la introspección y por lo tanto no pueden jugar un rol epistémico en la
justificación de otras creencias. Pero esto es consistente con la afirmación de Clark y Chalmers
de que los estados extendidos juegan un papel en la explicación causal del comportamiento que
es por lo demás similar al papel de la creencia. Por lo tanto, podríamos admitir que los estados
extendidos pueden desempeñar algunos de los roles funcionales que asociamos con nuestro
concepto de creencia, pero no todos.

En segundo lugar, mi discusión de la tesis de la cognición extendida se refiere exclusivamente a


los estados y procesos doxásticos, a diferencia de los estados y procesos subdoxásticos que
figuran en las explicaciones computacionales en la ciencia cognitiva. Mi discusión no tiene
implicaciones para una versión de la tesis de la cognición extendida que concierne a los estados y

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procesos subdoxásticos, ya que no están sujetos a evaluación epistémica y no juegan un papel
epistémico en la justificación de la creencia.

Finalmente, no niego la posibilidad de escenarios de ciencia ficción en los que las creencias se
realizan fuera del cráneo. Lo que niego es que las creencias se realicen fuera del cráneo
simplemente jugando el tipo de papel que desempeña el cuaderno de Otto. El cuaderno de Otto
no realiza creencias porque sus contenidos son accesibles por percepción, más que por
introspección, por lo que no pueden jugar un papel epistémico en la justificación de otras
creencias. El acceso introspectivo suele coincidir con la localización intracraneal, pero ambos
pueden separarse: en los escenarios de ciencia ficción, puede haber acceso introspectivo a los
estados extracraneales y acceso perceptivo a los estados intracraneales. En este sentido, estoy
totalmente de acuerdo con Clark y Chalmers en que "cuando se trata de creer, no hay nada
sagrado acerca del cráneo y la piel" (1998, 14).

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