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“Compartir algo”. Wow, qué bonito. Cuando yo comparto algo con otra persona, es
que ese “algo” es muy importante para mí, el sólo hecho de “compartir” me hace sentir
mejor persona. Claro está, esa es mi experiencia. Aunque si yo parto de esa base, me
gustaría que las personas se comunicaran conmigo de la misma manera. Es un “ganar,
ganar”, “dar y recibir”, como un bonito baile bien acompasado.
En ocasiones la comunicación que tenemos a lo largo del día con nuestro entorno, no
suele ser así. Según una presuposición de PNL, “Es imposible no comunicarse”,
por lo tanto existirá una comunicación, aunque tenga o no el resultado deseado.
¿Cuántas veces has intentado decir algo o expresar lo que sientes y el otro no ha
comprendido nada?
¿Cuántas veces quisiste decir algo y se entendió todo lo contrario?
¿Cuántas relaciones se han terminado por la falta de comunicación?
¿Cuántas veces al día nos alejamos de los seres que más amamos porque no
somos capaces de expresar lo que realmente queremos decir?
¿Cómo te expresas? ¿Cuáles son las palabras que utilizas?
Si nos pusiéramos a observar realmente, las veces que intentamos decir algo y no se nos
entiende, tal vez, pondríamos más atención en nuestro objetivo al comunicar. Porque Lo
importante es lo que diga el emisor, no lo que entienda el receptor: Si una
persona no ha entendido algo no es culpa suya, es del emisor, por eso siempre se debe
comprobar la recepción correcta de nuestro mensaje, de nuestro argumento.
Palabras tan sencillas y a la vez tan bonitas como el Por Favor, Gracias, ¿Me permites?,
Me gustaría, ¿Te Parece?, ¿Tú qué opinas?, ¿Te gustaría?, Respeto tu opinión, Perdón,
Lo siento, y muchas otras que puedes agregar a la lista, están condicionadas por nuestros
malos hábitos. Hablamos como nos enseñaron. Entonces, ¿Qué te impide aprender a
hacerlo mejor?
Hay personas que intoxican con sus expresiones, que restan con sus comentarios
negativos y hay otras, afortunadamente, que escucharlas hablar es un regalo para el
alma, entregando serenidad y optimismo.
El modo en que experimentas la vida está en función de las decisiones que tomes.
Experimentar una vida plena, “compartir” lo que sientes, cómo quieres que te traten y
sentir que tus relaciones fluyen, cambia tu percepción de interpretar lo que sucede.
La próxima vez que quieras comunicar algo, asegúrate de que tu mensaje ha llegado
correctamente, de esta manera verás como la magia de la buena comunicación hace
maravillas.
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