Está en la página 1de 5

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE


LOS LLANOS OCCIDENTALES EZEQUIEL ZAMORA
EL PIÑAL ESTADO TACHIRA

DERECHO CIVIL III


ANALISIS A LA SENTENCIA
137-300102-01-0622

Tutor de la Materia:
Abog. LISVEY FERNANDEZ
Alumno:
Roger Hocton Appelshauser vivas
C.I 12.251.195
Seria apropiado iniciar este ensayo citando a tres grandes hombre que han marcado
una trascendental influencia en la ética y la moral en el ejercicio de la ardua y
desmeritada profesión de la abogacía y del derecho; pero no sin antes hacer
mención a un libro de los cuales se nos recomienda leer cuando iniciamos los
estudios de la carrera del derecho “el alma de la toga” escrito por Ángel Osorio y
Gallardo, abogado y escritor, quien en una afán de describir la actividad del abogado
categorizo (despectivamente) a un punto para algunos estudiosos y críticos a los
abogados en dos clases: los litigantes que dirimen en los tribunales controversias a
través del arte del litigio y esos otros abogados dedicados a los documentos; hoy
día cuando el sistema procesal esta orientado a la oralidad pareciera cobrar mayor
fuerza su tesis ante un sistema educativo que perdio aquellos principios donde se
esgrimía la calidad sobre la cantidad, hoy es una realidad que una masificación
indiscriminada de profesionales egresados de las diferentes casas de estudio es el
resultado de las políticas mal orientadas del estado, donde se otorgan títulos de
pregrado sin mayor esfuerzo en algunos casos que la mera asistencia, la amistad o
los compromisos políticos por no ahondar en campos mas profundos de la
corrupción.

Eduardo Couture destaca en su obra "Los mandamientos del abogado" donde


desarrolla diez "mandamientos" que debe cumplir un abogado en el ejercicio de su
profesión, hare mención a el primero y segundo : 1) ESTUDIA… tiene una gran
importancia el tiempo y la dedicación al mejoramiento profesional y es por ello que
bajo ningún pretexto el abogado o estudiante del derecho debe dejar de ilustrarse,
formarse y mejorar su escritura y redacción ya que es una profesión que requiere
de una lectura y escritura precisa y correcta. 2)PIENSA: El derecho se aprende
estudiando, pero se ejerce pensando.

“Decálogo del Abogado” según Ángel Ossorio y “Decálogo del Abogado” según San
Ivo patrono de los abogados todos ellos cargados de ética, moralidad, apego a la
justicia y respeto al cliente, pero ¿cómo lograr esto si nos apartamos del estudio del
aprendizaje? Es imposible… el abogado esta obligado a ser un amante asiduo del
aprendizaje constante y su mejoramiento profesional.

En la actualidad en medio de un desmejorado sistema de educación, se hace


necesario que a través de las herramientas ofrecidas por la tecnología dediquemos
tiempo a esa tan apreciada formación y específicamente a la gramática y ortografía
la cual se ocupa de la forma correcta de escribir las palabras, cuyo principal uso es
la comunicación, y para poder comunicarnos efectivamente, es necesario que
elaboremos los mensajes de forma correcta y comprensible, por ello escribir bien
evitará malinterpretaciones en lo que queremos decir. Una palabra mal escrita
puede cambiar el sentido a lo que se quiere expresar, y en el mundo del derecho
son bienes como la vida, la libertad el patrimonio los que se confían al profesional
del derecho y es necesario que lo que se quiere expresar sea entendido por su
destinatario sin posibles equivocas interpretaciones.

Es por ello que el magistrado Ponente: JESÚS E. CABRERA ROMERO en


sentencia 137-300102-01-0622 de la sala constitucional del 31 de enero del año
2002 en defensa del sistema de justicia venezolano llama la atención al sistema de
justicia en pleno sobre las actuaciones de la abogada Gaudys María Domínguez
Parra, que en un escrito de menos de dos (2) páginas, específicamente de cuarenta
y ocho (48) líneas, contiene más de cuarenta y ocho (48) errores gramaticales.
Particularmente, no coloca casi ningún acento en su escritura, y además repite en
dos oportunidades la palabra “bulnerado”, escribe la palabra “alución” y
“establesco”, y se refiere al Texto Fundamental como la “constitución”, en
minúscula, entre otras cosas, este llamado de atención que hace extensivo a el
respectivo Colegio De Abogados pero muy particularmente a la Universidad que le
otorgo su titulo de pregrado y a los profesores (abogados) que fueron parte del
proceso de formación de la misma, quienes tienen un mayor grado de
responsabilidad por ser quienes le permitieron su promoción año tras año hasta
titularse como abogado; esto es una de las mayores muestras del daño que ha
sufrido la educación venezolana con los principios de masificación, pero siendo
objetivo esta sentencia es del 2002 cuando aun no se vislumbraba el alto grado de
deterioro social y educativo que en la actualidad vivimos.

Cita Natalia Inés De La Rosa Santillana, de Universidad Autónoma del Estado de


Hidalgo “…Dentro del salón de clases, podemos realizar muchas cosas con
nuestros alumnos, a fin de lograr que mejoren su escritura, ortografía o su
redacción, en cualquier asignatura que impartamos podemos lograrlo, necesitamos
buscar pero sobre todo encontrar la manera de incentivar a nuestros alumnos para
escribir, es necesario hacerles notar la necesidad de utilizar los signos de
puntuación, a través de…” haciendo referencia a la obligación de los profesores sea
cual sea la catedra fomentar la correcta escritura y ortografía de los estudiantes.
Como estudiante del último año de la carrera de Derecho de la UNELLEZ, entiendo
que más que una sentencia es una reflexión a cada uno de nosotros, a los
profesores y en general a la universidad pues es el prestigio de esta, de sus
profesores lo que esta en tela de juicio ante situación como estas, en que a pesar
de que la Sala no posee potestad, para sancionar o descalificar a un profesional
cuyo título fue otorgado por una Universidad legalmente establecida, al menos, en
defensa del Sistema de Justicia venezolano, por ser los abogados parte de él, de
acuerdo a lo establecido en el articulo 253 de la CRBV y quienes tienen una gran
responsabilidad para con el estado , la justicia y sus representados o asistidos,
como actores fundamentales del proceso de justicia, tutores de los derechos de sus
representados e intérpretes de los mismos ante la justicia , deben ser verdaderos
garantes del decoro en el ejercicio de su profesión, bajo riesgo de quedar
innecesariamente empañada la tarea de defender los legítimos intereses de quienes
representan, en perjuicio directo de éstos, de su libertad de sus bienes.

Ahora bien, la Abogada Gaudys María Domínguez Parra, recibió un


fuerte llamado de atención y ejemplificante para todos los agremiados y quienes
cursamos estudios de Derecho, así como a los profesores universitarios y las
diferentes casas de estudio del país, por ser una sentencia conocida y difundida sin
menos cabo al perjuicio de la persona de la abogada en mención, y así mismo
encontramos personajes reconocidos como el Dr. Hermánn Escarrá Malavé,
abogado constitucionalista, que en decisión Abril/747-080402-00-3210, en ponencia
del Magistrado PEDRO RAFAEL RONDÓN HASS cita textualmente:
“A l m a r g e n d e l o q u e h a s i d o d e c i d i d o e n e l p r e s e n t e f a l l o , n o
puede esta Sala dejar de expresar su preocupación ante las graves
deficiencias gramaticales; especialmente, de orden sintáctico y ortográfico,
perceptibles en el escrito que presentó el recurrente para el inicio del
presente proceso, las cuales han obligado a un serio e innecesario
esfuerzo, por parte del actual juzgador, para desentrañar, a falta de texto
inteligible, el espíritu y propósito del documento en cuestión; fallas estas
tanto más serias si se consideran las hipótesis, que, en este caso, la Sala
solamente imagina, pues no tiene la intención de especificar ni concretar,
de que el autor de dicho recaudo sea, llegue a ser o haya sido docente
universitario. En efecto, una somera revisión que se hizo a la escritura en
cuestión ha perm itido el descubrim iento de errores –varios de ellos,
francamente elementales- tales como: A) omisión de acentos ortográficos y
signos de puntuación; B) Uso u om isión indebidos de ma yúsculas; C)
Confusión de la preposición a con la conjugación del verbo haber (tercera
persona, singular, presente, modo indicativo), inobservancia de
concordancias gramaticales, etc.; D) Errores gramaticales que, incluso, en
ciertos casos, provocan la trasmutación del término correspondiente;
v.g., gerarquia, precindencia, presindencia, excensiones,
lazos (entiéndase lapsos. Nota de la Sala), precuiiera (¿?); E) Uso de
algunos términos, con significado distinto del que se le reconoce
oficialmente; por ejemplo, palabra, F) Innecesario empleo de ciertos
neologismos; por ejemplo, aperturan, G) Errores de transcripción; así, al
denunciar un presunto cambio textual en el artículo 214 de la Constitución,
expresa: “En el Articulo 214 se sustituyo la frase con acuerdos a Consejo
de Ministros”, siendo que en ninguna de las dos versiones de la disposición,
que el recurrente compara, aparece la construcción que se acaba de
transcribir;
Resulta hasta irónico, por la advertencia gramatical que en él
se inclu yó, el contenido del párrafo que a continuación se
transcribe textualmente, el cual constituye una muestra de las antecedentes
observaciones: “Ahora bien, es menester observar que constitucionalmente
el texto aprobado en el referéndum popular es el texto oficial con
presindencia de los posibles errores de gramática, sintaxis o estilo por tanto
creemos que una reimpresión por errores de copia no podria corregir el
texto aprobado por el pueblo es decir lo que esta situación significa es que
indebidamente alguien se erigio en órganos Constituyentes usurpando la
soberania popular y dando una versión distinta de la Constitución aprobada
en el Referendum del 15 de diciembre de 1999...”

También podría gustarte