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LAS CLAVES DE LA ARGUMENTACION

ANTHONY WESTON
Reseña

En la formación académica resulta casi imprescindible desarrollar buenas habilidades para


argumentar. Si no somos hábiles para elaborar argumentos, muchos de nosotros podemos vernos
en aprietos a la hora de escribir un ensayo argumentativo. De nuestra capacidad de argumentar se
desprende, en cierta medida, el valor y prestigio que pueda llegar a tener nuestra opinión para los
demás.

Es por ello que debemos tener unas bases claras de lo que significa argumentar y cómo hacerlo
correctamente. Si entendemos que argumentar es una clave de nuestra vida académica, entonces,
lo mejor es entender también Las claves de la argumentación: título de la obra de Anthony Weston
que nos guiará a través de lo esencial en materia de argumentación. Mi propósito en este texto es,
pues, presentarlo y caracterizarlo. Sin embargo, antes de entrar en materia, es preciso ponernos
en contexto acerca del autor y de la edición que he reseñado. Anthony Weston nació en Estados
Unidos en 1945 y se ha desenvuelto ampliamente como filósofo, profesor y escritor. Los temas que
más ha difundido son: pensamiento crítico (p.ej. argumentación), ética, ecologismo y filosofía
social. El título original del texto que reseño aquí, A Rulebook for Arguments, fue publicado por
primera vez en 1987. Dicho esto, en lo que respecta a esta reseña, abordaré el libro de la siguiente
manera: una primera parte, va del prefacio a la introducción; una segunda, que compone los
capítulos centrales del libro, la divido a su vez en 3 secciones; y una tercera, que es más un
apéndice. La primera parte funciona fundamentalmente para: a) mostrarnos el propósito del libro,
que es darnos una guía introductoria y esencial a la argumentación a partir de reglas –pensadas,
mayormente, para estudiantes–; b) conducirnos a reconocer la importancia de argumentar,
apoyándose en lo que es y lo que no es argumentar; y c) presentarnos la estructura del libro y sus
razones. La segunda parte se enfoca en definir cada una de las 30 reglas que le permitan al lector:
a) componer y evaluar argumentos cortos (1ª sección: capítulos I al VII); b) construir ensayos
basados en argumentos (2ª sección: capítulos del VII al IX); y c) evitar las falacias (3ª sección:
capítulo X). Por último, la tercera parte plantea reglas con las cuales construir y evaluar
definiciones. Habiendo abordado brevemente los contenidos del texto, para la caracterización del
libro, mencionaré las operaciones que considero más relevantes para su potencial lector. Entre
ellas destaco la clara organización en que el texto establece unas condiciones; me refiero a que
Weston aclara que su libro está pensado para entender primero las reglas de la argumentación, y
luego sí pasar al apartado de elaboración de ensayos; además, nos recomienda no saltarnos los
apartados. Las varias operaciones que parecen ser fundamentales para Weston en cada uno de
sus capítulos son: a) definir cada regla y término que usa a lo largo de sus explicaciones; b)
ejemplificar y contraejemplificar cada una de sus afirmaciones que, dicho sea de paso, además se
distinguen perfectamente de los párrafos de conceptualización; c) numerar las reglas; d) la
didáctica de hacer preguntas explícitas a su lector para ejercitar sus habilidades argumentativas.
En conclusión, la forma en que está estructurado el libro nos permite adentrarnos de forma muy
clara en las bases de la argumentación. Es un libro que, una vez leído, podemos usarlo como un
manual de consulta y remitirnos a cada una de las reglas sobre las que tengamos dudas. Si bien
no es su eje, el apartado sobre las falacias se vuelve un excelente referente para tener a mano
cuando escribimos ensayos argumentativos.
Finalmente, junto con esta invitación a leerlo, Weston nos sugiere también un variado material
bibliográfico para aquellos que quieran ahondar más en el campo de la argumentación.

Este libro nos ayuda como estudiantes a mejorar nuestra parte argumentativa y es muy bueno por
esa parte, pero algo negativo seria que es un libro hecho para una población no juvenil ya que a
nosotros los jóvenes nos gusta leer libros de ficción, terror, etc, y este libro se tornaría un poco
aburrido.

Jairo Alberto Ramos Castaño 11°03


Institución Educativa Comfamiliar

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