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Cómo hacer un ensayo: Las 3 fases

¿Nos creerás si te decimos que escribir un ensayo no es tan retorcido como parece? En este artículo
te explicaremos cómo hacer un ensayo en 3 fases de manera sólida. Quizás sea la oportunidad para
aprender a desarrollar un género extremadamente útil. Una vez que entiendes la lógica de cómo
escribir ensayos, en poco tiempo podrás volverte un muy hábil ensayista. ¡A por ello!

¿Qué es un ensayo?
Antes de responder la pregunta cómo hacer un ensayo, hablemos brevemente de este género que
tomó forma a partir de la obra Ensayos de Montaigne, en el siglo XVI.

El ensayo es la escritura en prosa de una tesis, es decir, una postura personal sobre un tema
específico respaldada por argumentos. Este tema, normalmente, es polémico: no existe unanimidad
al respecto en la comunidad académica.

El objetivo del ensayo es exponer tus ideas para persuadir a los lectores sobre tu posición. Por lo
tanto, el ensayo no pretende ser dogmático. La fuerza de los argumentos debe ser lo que, al final de
cuentas, te lleve a lograr este cometido.
Además, el ensayo es considerado un género literario. Como autor, debes buscar un estilo narrativo
con tinte artístico, pues tus ideas deben estar presentadas de manera amigable y sin ambigüedades,
dentro de un registro formal.

Entonces, ¿todo es ensayo?


No. No todo es ensayo. Con frecuencia, profesores y estudiantes usan el término ensayo con poco
rigor, para referirse a cualquier escrito en prosa de una cierta extensión que aborde una temática
particular. No queda del todo claro cómo escribir un ensayo y cuándo hacerlo. Esto afecta a los
demás géneros que comparten algunas de sus características, como la reseña, el resumen o el
informe.

Ahora sí, ¿cómo escribir ensayos?


El proceso de escritura de un buen ensayo tiene tres fases:
1. Antes de escribir
2. Escritura del borrador
3. Revisión y corrección

1. Antes de escribir
Lo primero es la preescritura. Antes de escribir, hay que tomarse el tiempo para leer sobre el tema
en cuestión. Este acercamiento llevará a la generación de ideas, que deberás organizar y respaldar
con documentación seleccionada.
Cuando ya cuentes con las ideas que deseas exponer, haz una lista y pregúntate qué orden lógico
les darías. Durante todo este proceso preliminar irás descubriendo y dando forma a tu propia postura
sobre el tema, es decir… la tesis.

Como sabemos, el ensayo se pronuncia sobre una tesis, la idea principal que defenderás. Esta tesis
no debe ser demasiado general, sino concreta, recortada y clara. La tesis es el eje del ensayo.
Implica una clara afirmación de algo que, en principio, es cuestionable y, por eso mismo, necesita
argumentarse.

2. Escritura del borrador


Ya estás en condiciones de comenzar a escribir. De todas maneras, ten presente que lo que sea
escribas primero no tiene por qué ser definitivo. Esto es un borrador. El borrador te permitirá
presentar todas las ideas y los argumentos centrales de un modo visual.
Dependiendo del soporte que hayas elegido para escribir, hablaremos de un borrador o de varios. Lo
que sucede es que los procesadores de texto para escritores ofrecen la posibilidad de borrar y
reescribir con facilidad sobre un mismo documento.

En cambio, si escribes a mano sobre el papel, el proceso te demandará la escritura y reescritura de


varias versiones hasta llegar al ensayo definitivo. Permítete escribir todos los borradores que sean
necesarios para alcanzar el nivel que te satisfaga.

La organización de las ideas que hiciste en la primera etapa te orientará para decidir cómo hacer un
ensayo organizado. Un ensayo consta de 3 partes fundamentales:
1. La introducción.
2. El nudo o cuerpo.
3. La conclusión.

1. La introducción
La primera parte del ensayo es la introducción. Tiene la misión de introducir al lector en el tema
sobre el cual se argumenta, mientras comienzas a sentar una posición al respecto. Por lo tanto,
debe haber límites en el enfoque para que el lector siempre tenga claro el asunto del que se habla.
Lo ideal es presentar una serie de preguntas que te haces a ti mismo sobre el tema, que te ayuden a
llegar al desarrollo de la tesis.

2. Cuerpo
En esta parte debes desarrollar los aspectos que se indicaron en la introducción. El contenido debe
ser profundo y el discurso, firme; de otro modo, no podrá convencer. Recuerda que el tema sobre el
cual trata el ensayo admite posiciones contrarias.
¿Con qué recursos contamos? Es el momento de recurrir a citas de autores en los cuales nos
basamos para construir nuestra posición, que deben ser expuestas siguiendo las normas de citación
adecuadas (APA, Vancouver, ICONTEC, o las que tu universidad o colegio solicite).
Además, debes mostrar que no desconoces que existen posturas diferentes. Sin embargo, debes
exponer con seguridad las razones por las que, a su pesar, defiendes esta tesis y no otras, y mostrar
credibilidad. El desafío de cómo escribir ensayos no está en acertar entre el bien y el mal, sino en
pensar y argumentar.

3. Conclusión
La conclusión es el último párrafo del ensayo. Aquí, debes responder las preguntas que planteaste
en la introducción, y repasar brevemente las ideas que se presentaron en la tesis. En la conclusión
se invierte la fórmula de la introducción: se empieza con un breve resumen del ensayo y se termina
con una frase consistente, que llame la atención del lector sobre el punto clave del ensayo.

3. Tercera fase: revisión y corrección


El problema de cómo hacer un ensayo se va solucionando, ¿verdad?
Una vez que hayas organizado de buena manera el borrador y ya estén todas las ideas y
argumentos formando parte del discurso, llega la tercera fase: la revisión y corrección.

Pero ¿A qué prestarle atención al revisarlo? En un ensayo se juzga:

1. Si su contenido es relevante y está bien documentado.


2. Si tiene un argumento apropiado y bien organizado.
3. Si presenta un uso correcto del lenguaje.

A veces, el trabajo de autocorrección puede volverse difícil. Y que esto no te sorprenda, porque es
más normal de lo que piensas. Lo que sucede es que, luego de tantas relecturas de tu propio
material, te saturas y puede que no percibas las debilidades en cuanto a organización y gramática.

Si tu trabajo debe ser presentado ante un tribunal, concurso o atravesará una instancia de
calificación, considera contar con los servicios de un corrector de estilo experto en ensayos
académicos.

Personalmente, nos gusta muchísimo el ensayo porque asume no sólo el debate de ideas, sino
también la posibilidad de no estar en lo cierto. Puede haber otros fundamentos que, al reflexionar
sobre ellos, posibilitan ampliar el conocimiento y la visión de mundo de los autores.

Un valor agregado que tiene el género ensayo es el ejercicio de la humildad, de aprender a valorar
las ideas propias y los ajenas. El ensayista debe siempre asumir la posibilidad de estar equivocado y
aprender de otros. En cualquier caso, recuerda que no has llegado por tu cuenta a la toma de
posición; a través de la cita textual, reconocemos el legado de otros pensadores y sus aportes.

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