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Por
Willy Villasmil Nava
PROYECTO DE GRADO
Presentado ante la ilustre Universidad Simón Bolívar
como requisito parcial para optar al título de
Ingeniero Mecánico
Por
Willy Villasmil Nava
PALABRAS CLAVES
Bombas de doble tornillo, predicción del desempeño, escurrimiento, flujo bifásico
A Dios, porque gracias a Él tengo la capacidad de hacer un trabajo como este y porque ha
estado a mi lado en todo momento.
A mi padre y a mi madre, por el inmenso apoyo que me brindaron en todos los sentidos y
sin el cual este trabajo no hubiese sido posible.
A Judith, por su paciencia y porque siempre me dió animos para seguir adelante con este
proyecto.
i
ÍNDICE DE CONTENIDOS
lllllll
5.4.3 Algoritmo del programa ................................................................................. 84
LISTA DE FIGURAS
Figura 3-19 Desplazamiento de las cavidades de una bomba de doble tornillo con roscas de
doble hilo
Figura 3-20 Modelo de discos. Caudales de gas y de líquido en cada cavidad y escurrimiento
en cada intersticio
Figura 3-21 Representación de las cavidades de la bomba y acumulación de líquido desde la
succión hasta la descarga
Figura 3-22 Escurrimiento en la última cavidad, una vez que se abre a la descarga
Figura 3-23 Perfil de presiones para el caso de flujo monofásico, 100% líquido
Figura 3-24 Perfil de presiones para el caso de flujo bifásico, líquido y gas
Figura 3-25 Temperaturas de los escurrimientos y del líquido en las cavidades
Figura 3-26 Evolución de la cavidad 1 de la figura 3-21 según la simplificación de las dos
etapas del escurrimiento
Figura 3-27 Longitud del tornillo
Figura 3-28 Intersticio circunferencial no uniforme como consecuencia de la deformación de
los tornillos
Figura 4-1 Trayectoria de los escurrimientos radiales
Figura 5-1 Ventana para la entrada de datos al programa
Figura 5-2 Perfil de presiones según FVG para aproximación inicial
Figura 5-3 Diagrama de flujo del algoritmo del programa
Figura 6-1 Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 0%, N = 2500rpm)
Figura 6-2 Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 0%, N = 2000rpm)
Figura 6-3 Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 0%, N = 1500rpm)
Figura 6-4 Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 0%, N = 1000rpm)
Figura 6-5 Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 80%, N = 2900rpm)
Figura 6-6 Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 80%, N = 2500rpm)
Figura 6-7 Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 80%, N = 2000rpm)
Figura 6-8 Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 80%, N = 1500rpm)
Figura 6-9 Eficiencia mecánica vs. Diferencial de presión, según de tipo de bomba
Figura 6-10 Eficiencia isotémica vs. Diferencial de presión, (FVG = 0%, N = 1900rpm)
Figura 7-1 Caudal de succión vs. Diferencial de presión. Comparación entre la predicción
según se consideren o no las pérdidas locales.
vii
NOMENCLATURA
η: eficiencia
ρ: densidad
α: ángulo de avance de la rosca
β: ángulo de excentricidad
δ: fracción de cavidad
μ: viscosidad dinámica
ν: viscosidad cinemática
π: pi
ω: velocidad de giro
τ: esfuerzo de cizallamiento
Subíndices
atm: atmosférica
c: circunferencial; compresión
cr: crítico
dp: diferencial de presión
e: entrada
eq: equivalente
f: de flanco; fricción
h: hidráulica
i: iésima posición
l: líquido
p: primarias
r: rotación; radial
s: secundarias; salida; succión ANEXOS
t: total; traslación .......................................................................
v: volumétrica ...................................................... 109
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN
2
Uno de los elementos más importantes para la correcta selección de una bomba es
conocer su curva de operación. En el caso de las bombas centrífugas, generalmente el
fabricante proporciona las curvas de operación tomando el agua como referencia y si la
aplicación involucra a un fluido con una viscosidad diferente existen gráficas que permiten
ajustar las curvas dadas por el fabricante. Sin embargo, en el caso de las bombas de doble
tornillo, el desempeño de las mismas es tan sensible a cambios en la viscosidad que descarta la
posibilidad de ajustar las curvas de un fluido conocido tomando como base las curvas de
operación de otro con una viscosidad diferente. Además de ello, los rangos de presión en los
cuales pueden operar las bombas de doble tornillo son tan amplios que hacen poco práctico al
fabricante especificar las curvas de operación para un determinado fluido en todo el rango de
operación permisible. Si a esto se le añade el hecho de que las bombas de doble tornillo
pueden ser usadas para bombear líquidos con una viscosidad tan baja como la gasolina hasta
crudos súper pesados, la tarea de especificar las curvas de la bomba se complica aún más.
Adicionalmente, dado el enorme uso que se le ha dado a las bombas de doble tornillo en el
campo de aplicaciones multifásicas, la tarea de determinar las curvas de operación implica una
tercera variable que viene a ser la fracción volumétrica de gas de la mezcla. Resumiendo, las
aplicaciones de las bombas de doble tornillo son tan numerosas que hacen imposible al
fabricante especificar las curvas de operación para todos los fluidos y los rangos de operación
posible. Todos estos inconvenientes han llevado al desarrollo de un modelo matemático de
predicción que permita obtener dichas curvas de operación sin la necesidad de ensayos o datos
experimentales.
La curva de operación más importante de una bomba de doble tornillo es la curva Q vs.
Δp, donde Q representa el caudal de succión y Δp la diferencia de presión entre la succión y la
. .
descarga de la bomba. Asimismo, la curva W vs. Δp, donde W es la potencia consumida, es de
suma importancia pues a partir de ella es posible seleccionar la unidad motriz de la bomba.
Siendo estas curvas las más relevantes, el objetivo principal de dicho modelo matemático es la
predicción precisa de ellas.
3
1.2 Objetivo
El modelo matemático que permite predecir las curvas de operación de una bomba de
doble tornillo es lo que se aborda en este trabajo. En este sentido, se evalúan dos modelos
propuestos en la literatura con el objetivo de establecer las limitaciones y ventajas de cada
uno.
1.3 Importancia
La importancia de este modelo radica en que permite obtener las curvas de operación
de la bomba sin la necesidad de datos experimentales previos. La correcta predicción de la
curva de operación de la bomba es de suma importancia para el fabricante, pues como ya se
dijo, es esencial para poder seleccionar la bomba más apta para una determinada aplicación.
Adicionalmente, el conocer dichas curva sin necesidad de ensayar la bomba le permite al
fabricante predecir el desempeño de la misma en el proceso de diseño cuando aún no ha sido
fabricado el primer prototipo.
bifásicos (líquido/gas) con fracciones de gas menores a 80% y para líquidos de cualquier
viscosidad.
1.5 Antecedentes
A pesar de que las bombas de doble tornillo han sido usadas para el manejo de mezclas
bifásicas por mucho tiempo, tomó más de 15 años desarrollar un modelo teórico apropiado
para una predicción computacional confiable (Vetter, Wirth, Körner & Pregler, 2000). El
mayor aporte en este campo lo han proporcionado Vetter y sus alumnos quienes han realizado
diversos trabajos (Wincek, 1992; Vetter & Wincek, 1993; Körner, 1998; Vetter & Körner,
1998; Vetter et al., 2000) en donde se analizan los fenómenos que ocurren en una bomba de
doble tornillo cuando se manejan mezclas bifásicas. El modelo que proponen Vetter et al.
(2000) es sumamente completo pues en él se consideran prácticamente todos los factores que
afectan el desempeño de la bomba y es por ello que es un modelo sumamente complejo. En
segunda instancia se encuentran Cooper y Prang (2004) quienes basados en el trabajo de
Vetter y Wincek (1993) proponen un modelo de predicción bastante simplificado, pero que
tiene la desventaja de requerir datos experimentales previos. Por otra parte, el inconveniente
del modelo propuesto por Egashira, Shoda, Tochikawa y Furukawa (1998) es que al igual que
aquél propuesto por Cooper y Prang (2004) requiere de datos experimentales previos. Por
último, se tiene la tesis de Nakashima (2000) quien se basa en el modelo de Wincek (1992),
pero hace un aporte importante en cuanto al cálculo de las pérdidas por arrastre en las
diferentes áreas de la bomba.
5
CAPÍTULO 2
FUNDAMENTOS TEÓRICOS
6
Las bombas de doble tornillo pertenecen a la gran familia de las bombas rotativas de
desplazamiento positivo. El principio de las bombas de doble tornillo se basa, al igual que el
resto de las bombas de desplazamiento positivo, en atrapar un volumen finito del fluido y
transportarlo desde la succión hasta la descarga de la bomba. En las bombas de doble tornillo,
los volúmenes de fluido quedan atrapados en las cavidades delimitadas por los tornillos y por
la superficie interna de la carcasa y se transportan a lo largo de los mismos a medida que estos
giran y engranan entre sí (figura 2-1). Esto le da la particularidad de un flujo axial que
representa una ventaja sobre otras bombas de desplazamiento positivo. Como consecuencia
del flujo axial, la velocidad del fluido es relativamente baja y por lo tanto, a diferencia de otras
bombas de desplazamiento positivo, se evita la agitación del líquido en aplicaciones donde
esta última es indeseada. Por ejemplo, en las bombas de engranajes, en donde el flujo es
obligado a desplazarse de forma circunferencial la agitación del fluido resulta inevitable.
Figura 2-2. Válvula de seguridad en una bomba de doble tornillo. (adaptado del catálogo de
Leistritz)
Las aplicaciones de las bombas de doble tornillo son innumerables y entre ellas se
pueden mencionar: la industria del petróleo, la industria alimenticia, la industria farmacéutica,
la industria marina y de navegación, procesos químicos, servicios de aceite de lubricación,
entre muchos otros.
8
Dado que la bomba de doble tornillo es una bomba de desplazamiento positivo, bajo
condiciones ideales el caudal manejado por la bomba solo depende de la geometría de la
misma y de la velocidad de giro. A este caudal teórico o ideal se le denomina comúnmente
caudal de desplazamiento o sencillamente desplazamiento. Este caudal viene dado por el
producto del volumen de fluido desplazado por la bomba por cada revolución y la velocidad
de giro de la misma. En caso de no existir ningún juego entre las diferentes partes móviles y
fijas de la bomba, el caudal manejado por la misma sería igual al desplazamiento. Sin
embargo, existe un juego tanto entre los tornillos y la carcasa como entre los tornillos entre sí
que dan lugar a los diferentes intersticios de la bomba por los cuales el fluido circula
9
internamente. Estos juegos existen debido a la necesidad de evitar el desgaste prematuro de las
diferentes partes de la bomba como consecuencia del roce indeseado entre las partes móviles y
fijas de la misma.
En cuanto al diseño de la bomba, por lo general, cada una de las roscas de los tornillos
esta constituida por dos hilos desfasados entre sí 180° (figura 2-3). El efecto del número de
hilos sobre el desempeño de la bomba se estudiará en el capítulo 3, siendo uno de los más
importantes el tiempo que dura cada cavidad.
Figura 2-3. Hilos de la rosca de los tornillos de la bomba. Bomba de doble hilo
10
En las bombas de doble tornillo uno de los tornillos es accionado directamente por la
unidad motriz (motor eléctrico, motor a gas o motor diesel), mientras que el segundo es
movido a través de un conjunto de engranajes que vinculan el tornillo conductor con el tornillo
conducido (figura 2-4). De esta forma cada uno de los tornillos gira a la misma velocidad y
tiene asociado la mitad de la potencia de accionamiento total. Este tipo de diseño, en el cual
los tornillos no están en contacto directo se le denomina sincronizado. Este se caracteriza
porque, como ya se explicó, la sincronización de los movimientos de los rotores esta dada por
un conjunto de elementos externos llamados engranajes de sincronización (figura 2-4).
Figura 2-4. Plano descriptivo de una bomba de doble tornillo. 1. Tornillo conductor; 2.
Tornillo Conducido; 3. Carcasa; 4. Rodamiento; 5. Sello mecánico; 6. Engranaje de
sincronización. (adaptado del catálogo de Leistritz)
lubricante o no. En este caso, tanto los engranajes como los rodamientos son lubricados por
una fuente externa. Sin embargo, la desventaja más importante de este tipo de configuración es
requiere de cuatro sellos mecánicos, a diferencia de la configuración interna que requiere solo
uno.
Figura 2-5. Arreglo interno de una bomba de doble tornillo. 1. Cámara de bombeo; 2.
Engranaje de sincronización; 3. Rodamiento; 4. Sello mecánico.
(Flowserve Corporation, adaptado de Karassik et al., 2001)
a)
b)
En cuanto a las bombas usadas para aplicaciones multifásicas, se pueden encontrar dos
tipos de bombas: las bombas rotodinámicas y las bombas de desplazamiento positivo. Dentro
del grupo de las bombas rotodinámicas se encuentran las bombas hélico-axiales, mientras que
dentro de las de desplazamiento positivo se encuentran las bombas de un tornillo (mejor
conocidas como bombas de cavidad progresiva) y las bombas de doble tornillo.
En cuanto a las bombas hélico-axiales, ellas se caracterizan por tener múltiples etapas
de impulsores (rotores) y difusores (estatores) que comprimen progresiva y dinámicamente la
mezcla. Este diseño, operando a una velocidad de giro apropiada, evita la separación del fluido
y permite bombear mezclas bifásicas con elevadas fracciones volumétricas de gas. La
desventaja más importante de estas bombas en las aplicaciones multifásicas es que la presión
requerida es generada por el giro del rotor de la misma, así que un cambio en la presión del
sistema implica un ajuste en la velocidad de giro de la bomba. Asimismo, a una determinada
presión se requiere una velocidad de giro mayor para bombear mezclas con fracciones de gas
más elevadas, así que una modificación en la fracción de gas implica un ajuste de la velocidad
14
de giro. Finalmente, otro inconveniente de estas bombas es que una variación en la fracción de
gas conlleva una variación del torque de la bomba.
Por último, dentro de las bombas de desplazamiento positivo, las bombas de doble
tornillo son las más ampliamente usadas en aplicaciones multifásicas. Las bombas de doble
tornillo han sido históricamente usadas para bombear flujos viscosos, pero hoy en día son más
comúnmente usadas para manejar fluidos multifásicos en aplicaciones de recuperación de gas
y crudo. Las bombas de doble tornillo son ideales para bombear productos multifásicos en
aplicaciones de hidrocarburos ya que tienen la habilidad de bombear fluidos directamente
desde los campos petroleros en un rango amplio de condiciones de operación. Mezclas de
crudo, gas y agua o tapones de gas de hasta 100% pueden ser bombeados a una presión
constante con estas bombas. La habilidad de mantener una presión de descarga máxima con
todos esos fluidos y sin la necesidad de cambios en la velocidad de operación es la principal
ventaja de estas bombas. Adicionalmente, este tipo de bombas posee la habilidad de manejar
una amplia y cambiante variedad de flujo tanto monofásicos como multifásicos (hasta 100%
de gas) a cualquier presión, desde cero hasta el máximo valor de diseño. Finalmente, debido su
capacidad de variar la velocidad de giro en un amplio rango, se pueden emplear motores
eléctricos de velocidad variable para ajustar la bomba a las condiciones más permanentes,
como cambios en el caudal y viscosidad del líquido que acompañan a los cambios de las tasas
de producción de crudo en los yacimientos. Para aplicaciones remotas como plataformas
marítimas mar adentro, se pueden emplear tanto motores de gas o diesel como sistemas
motrices opcionales.
Qg s Qg s
FVG = = (2.1)
Qs Qg s + Ql s
15
2.3 Hidrodinámica
Donde hp1-2 representa las pérdidas entre los puntos 1 y 2. En muchas ocasiones los
términos de z y V de la ecuación (2.3) desaparecen quedando la siguiente expresión
simplificada:
16
p1 − p 2
= h p1− 2 (2.4)
ρ
Existen dos tipos de pérdidas en las tuberías: primarias y secundarias. Las pérdidas
primarias son las pérdidas de superficie como consecuencia del roce del fluido con la
superficie de la tubería, mientras que las pérdidas secundarias son las pérdidas de forma, que
tienen lugar en las transiciones (estrechamientos o expansiones de la corriente), codos,
válvulas, y en toda clase de accesorios de tubería.
Experimentos realizados han demostrado que las pérdidas primarias son directamente
proporcionales al cuadrado de la velocidad y a la longitud de la tubería e inversamente
proporcional al diámetro de la misma. La ecuación fundamental que expresa lo anterior es la
fórmula de Darcy-Weisbach:
L V2
h p, p = f ⋅ ⋅ (2.5)
D 2⋅ g
particular de las geometrías de los intersticios de una bomba de doble tornillo. Estas relaciones
serán discutidas en detalle en el siguiente capítulo en la sección 3.8.2.
Al igual que para el caso de las pérdidas primarias, las pérdidas secundarias pueden ser
calculadas empleando la siguiente relación, conocida como ecuación fundamental de las
pérdidas secundarias:
V2
h p,s = k ⋅ (2.6)
2⋅ g
Dado que las ecuaciones planteadas en la sección anterior para el cálculo de las
pérdidas fueron deducidas para el caso particular de tuberías circulares de sección transversal
constante, es necesario introducir un concepto que permita emplear dichas ecuaciones para
calcular las pérdidas en los intersticios de la bomba, cuyas geometrías no son circulares. Dicho
concepto es el de radio hidráulico y viene dado por la siguiente relación:
A
Rh = (2.7)
Pm
CAPÍTULO 3
MODELO DE PREDICCIÓN
PROPUESTO POR VETTER ET AL.
(2000)
20
3.1 Introducción
En las siguientes secciones se explicará de forma detallada cada una de las ecuaciones
que conforman el modelo matemático de Vetter et al. (2000), así como los fenómenos
hidrodinámicos y termodinámicos que ocurren dentro de la bomba tanto para el caso de flujo
monofásico como para el caso de flujo bifásico.
Como ya se dijo, la función del modelo de predicción que se expone en este trabajo es
la de predecir de forma analítica la curva Q vs. ΔP para una bomba de doble tornillo. Tal como
se mencionó en la sección 2.3, el caudal de la bomba viene dado por la resta del
desplazamiento menos el escurrimiento que ocurre a través del primer intersticio de la bomba.
Por lo tanto, la tarea del modelo se reduce al cálculo de los escurrimientos para obtener a partir
de ellos el caudal de succión de la bomba. De esta forma, el escurrimiento se convierte en la
variable más importante, pues además de que permite determinar el caudal de succión de la
bomba, permite calcular la eficiencia volumétrica y la potencia hidráulica de la misma. Para el
caso de flujo monofásico el escurrimiento puede ser calculado fácilmente debido a que la tasa
de escurrimiento es constante a lo largo de la bomba, siendo la causa de ese comportamiento
la incompresibilidad del fluido. Sin embargo, para el caso de flujo bifásico, la tarea de calcular
la tasa de escurrimiento es mucho más compleja como consecuencia de la naturaleza
compresible del gas que está presente en las mezclas bifásicas. Como consecuencia de ello, el
escurrimiento varía a lo largo de la bomba, siendo mayor el escurrimiento en las etapas finales
de la misma. Finalmente, el modelo se puede complicar aún más si se considera la posibilidad
21
de que en el escurrimiento se pueden encontrar presentes tanto la fase líquida como la fase
gaseosa.
Qd = Vd ⋅ N (3.1)
⎡ π ⎤
⎛
Vd = P ⋅ ⎢ De 2 ⋅ ⎜ π − arccos
a ⎞
De ⎠
2 2
2
2
( 2
)
⎟ + a ⋅ De − a − ⋅ De + Di + 8 ⋅ Nh ⋅ (Δf1 − Δf 2 )⎥ (3.2)
⎣ ⎝ ⎦
Dado que el único escurrimiento que afecta la eficiencia de la bomba es aquel que
retorna hacia la succión, se tiene:
Qd − Qe1
ηv = (3.3)
Qd
Donde Qe1 representa el escurrimiento total que retorna a la succión de la bomba. Este
escurrimiento viene dado por la suma de los escurrimientos radiales, circunferenciales y de
flanco.
23
En las bombas de doble tornillo se pueden diferenciar tres tipos de intersticios, los
cuales dan lugar a tres juegos diferentes, estos son (ver Figura 3-2):
• Juego circunferencial: es el juego que existe entre los tornillos y la carcasa de la bomba.
Generalmente, este es el mayor juego de todos, ya que de las zonas sometidas a desgaste
abrasivo esta es la más critica.
• Juego radial: es el juego que existe entre el diámetro interno del tornillo y el diámetro
externo del tornillo gemelo que engrana con él.
• Juego de flanco: es el juego que existe entre las caras de las roscas de ambos tornillos.
Tal como lo exponen Vetter et al. (2000, p.155), en cada uno de los intersticios
mencionados anteriormente, el escurrimiento tiene dos componentes: la componente de
presión y la componente de rotación. Es decir:
• Escurrimiento 100% líquido: es decir, se asume que dadas las condiciones de operación de
la bomba, todos los intersticios se encuentran completamente llenos de líquido.
• Comportamiento newtoniano del fluido
• Flujo estacionario, completamente desarrollado: es decir, el análisis se lleva cabo una vez
que los efectos transitorios de la bomba han desaparecido.
• Superficie de los tornillos lisa: se asume que la rugosidad de la superficie de los tornillos
no influye significativamente en el cálculo de los escurrimientos.
• Desprecio de las pérdidas debido a corrientes parásitas: a pesar de que existen corrientes
parásitas en cada una de las cavidades por efecto de la turbulencia, se desprecia su efecto
pues en comparación con las pérdidas por fricción sus valores son despreciables.
• Gas ideal: se asumirá que para el caso de flujo bifásico la fase gaseosa se comporta como
gas ideal.
• Proceso de compresión del gas isotérmico: se asume que todo el calor generado durante el
proceso de compresión del gas es transmitido a la fase líquida sin un cambio de
temperatura en ella. Esta hipótesis será discutida en detalle en la sección 3.14 en donde se
analizará el fenómeno de compresión del gas.
• Principio de superposición: se calcula cada una de las dos componentes del escurrimiento
(de presión y de rotación) como si la otra no existiera y luego se superponen ambos
resultados.
La hipótesis más importante que se hace tanto en el modelo propuesto por Vetter et al.
(2000) como en el modelo propuesto por Cooper y Prang es la que se refiere a la asunción de
que el escurrimiento es completamente líquido a través de todos los intersticios. Tal como lo
exponen Vetter et al. (2000, p157), esta hipótesis se hace basada en el hecho de que la fuerza
centrífuga que se genera debido al giro de los tornillos hace que el líquido, que tiene una
densidad superior a la del gas, sea centrifugado radialmente hacia la periferia del tornillo,
llenando de esa forma el intersticio circunferencial completamente de líquido. En cuanto a los
intersticios radiales y de flanco, la explicación se basa en el hecho de que alrededor del área de
engranaje, estos intersticios se encuentran permanentemente sumergidos en agua debido a las
presiones de impacto local. Sin embargo, estudios experimentales han demostrado que para
fracciones volumétricas de gas muy elevadas, el efecto de centrifugación no es suficiente para
26
separar ambas fases y por lo tanto se presenta una mezcla espumosa cuasi-homogénea de gas y
líquido en los intersticios. El valor de la fracción volumétrica de gas para la cual el
escurrimiento se comienza a comportar de esta forma es a partir de 85% aproximadamente. En
este caso se debe considerar el cálculo de las propiedades de la mezcla, tales como la
viscosidad y la densidad, como un promedio ponderado de ambas fases. Es por ello que la
validez del modelo desarrollado en este trabajo esta limitado a fracciones de gas por debajo de
80% de forma tal que el escurrimiento sea completamente líquido y la hipótesis sea válida.
Con el objetivo de hallar una ecuación que permita calcular la componente de presión
de la velocidad se plantea a continuación la ecuación de Bernoullli con pérdidas para la línea
de corriente entre la entrada y la salida del intersticio:
2 2
p1 V1 p V
+ z1 ⋅ g + − h p1− 2 = 2 + z 2 ⋅ g + 2 (3.5)
ρ 2 ρ 2
Si se tiene en cuenta que el área de entrada es igual al área de salida del intersticio y
que la altura entre dichos puntos no varía, se puede simplificar la ecuación (3.5) de la siguiente
forma:
Δp
= h p1− 2 (3.6)
ρ
L V2 V2
h p1− 2 = f ⋅ ⋅ + (k e + k s ) ⋅ (3.7)
D 2⋅ g 2⋅ g
la ecuación (3.7) para el caso particular del intersticio circunferencial. Para ello se sustituye la
longitud de la tubería por la longitud del intersticio y la velocidad del fluido por la velocidad
del escurrimiento:
2 2
B Vec ,dp Vec ,dp
h p1− 2 = f⋅ ⋅ + (k e + k s ) ⋅ (3.8)
Deq 2 ⋅ g 2⋅ g
2 ⋅ Δp
Vec ,dp = (3.9)
⎛ B ⎞
ρ l ⋅ ⎜⎜ k e + k s + f ⋅ ⎟
⎟
⎝ D eq ⎠
Con respecto a las pérdidas en el intersticio, Vetter et al. (2000, p.156) proponen
considerar sólo las pérdidas por fricción y despreciar las pérdidas locales tanto en la entrada
como en la salida del mismo. Sin embargo, simulaciones computacionales del flujo en una
bomba de doble tornillo (Hidalgo, 2006) indican que es necesario la contabilización de al
menos las pérdidas locales en la entrada de los mismos. Como se observa en la simulación de
la figura 3-5b, en la entrada del intersticio la aceleración del líquido es muy brusca lo que
conlleva a pérdidas locales considerables. Por otra parte, en la salida del intersticio el
gradiente de velocidad es mucho menor y la transición entre la velocidad del líquido en el
intersticio y la velocidad del líquido en la cavidad es más suave. A pesar de que ocurren
pérdidas locales por la generación de corrientes parásitas en la salida del intersticio, las
pérdidas asociadas a ello se consideraran despreciables en comparación con aquellas que
ocurren en la entrada del mismo.
29
a)
b)
Es por ello que en este trabajo se ha decidido considerar las pérdidas locales sólo en la
entrada del intersticio. El coeficiente ke corresponde al coeficiente de pérdidas locales debido a
la contracción brusca de la sección transversal por la se mueve el fluido. A partir de la figura
3-6 (Mataix, 1986, p.239) el valor de ke se ha establecido en 0,5 ya que el juego
circunferencial tiene un valor muy pequeño que generalmente se encuentra alrededor de los
200 a 300 μm y dado que la cavidad es lo suficientemente grande se puede asumir que el
ángulo de cobertura α alcanza el valor máximo de 180°.
Figura 3-6. Coeficientes de pérdidas debido a la contracción del fluido (adaptado de Mataix,
1986)
π
4⋅ A
4⋅
4
(
⋅ De 2 − Di 2 )
Deq = = = De − Di = 2 ⋅ Jc (3.10)
Pm π ⋅ De + π ⋅ Di
Flujo laminar 96
f = (3.11)
Redp
0,3322
f = 0.25
(Hidráulicamente liso) (3.12)
Redp
Flujo turbulento
1 ⎛ 2⋅ J ⎞
= 2,00 ⋅ lg⎜ ⎟ + 0,97 (Hidráulicamente rugoso) (3.13)
f ⎝ K ⎠
en su trabajo en el cual demuestra que la hipótesis de Vetter et al. (2000) no es válida sino en
un rango limitado de presiones, el cual corresponde a valores muy elevados. Nakashima
encontró que para la bomba empleada para su validación experimental, la hipótesis de Vetter
et al. (2000) solo es válida para diferenciales de presión entre cavidades alrededor de 100 bar,
lo que implica una presión de descarga muy elevada. Asimismo, según Nakashima los factores
de fricción calculados en base a la hipótesis de flujo hidráulicamente liso solo se desvían
ligeramente de los valores reales para números de Reynolds muy elevados. Por otra parte, con
respecto a la estabilidad del modelo, lo que ocurre al emplear la ecuación de flujo
hidráulicamente rugoso es que existe una discontinuidad entre el régimen laminar y el régimen
turbulento.
Figura 3-8. Curvas de factores de fricción para los diferentes regímenes de flujo
En la figura 3-8 se observa que para un valor de Reynolds crítico de 2000 existe una
discontinuidad entre el factor de fricción para flujo laminar y para flujo turbulento rugoso.
Esta discontinuidad genera problemas de cómputo durante la solución del sistema de
ecuaciones y es por ello que se ha decidido emplear la ecuación para flujo hidráulicamente
liso. En ese caso, existe una pequeña discontinuidad entre ambas curvas, sin embargo, para
asegurar la continuidad de la curva del factor de fricción se ha decidido establecer el número
33
de Reynolds en un valor ligeramente menor que corresponde a la intersección entre las curvas
de régimen laminar y de régimen turbulento liso. Este valor viene dado por:
4
⎛ 96 ⎞ 3
Recr = ⎜ ⎟ = 1911
⎝ 0,3322 ⎠
Por último, dado que el cálculo de las componentes de los escurrimientos esta basado
en el principio de superposición, los números de Reynolds de las ecuaciones (3.11), (3.12) y
(3.13) vienen dados por:
Vec ,dp ⋅ Deq
Redp =
ν
π −β
⋅ P 2 + (De ⋅ π )
2
Ac = 2 ⋅ Jc ⋅ Pc = 2 ⋅ Jc ⋅ (3.15)
π
⎛ a ⎞
β = ar cos⎜ ⎟ (3.16)
⎝ De ⎠
34
Figura 3-10. Perfil de velocidades inducido por la rotación del tornillo (adaptado de Vetter &
Wincek, 1993)
35
Rex 2 ⋅ ω ⎡ ⎛ Rc ⎞ ⎛ Rex 2 ⎞ ⎤
Vr = ⋅ ⎢ln⎜ ⎜
⎟ ⋅ 1+ ⎟⎟ − 0.5⎥
Rc − Rex ⎣ ⎝ Rex ⎠ ⎜⎝ Rc 2 − Rex 2
(3.19)
⎠ ⎦
Rex 2 ⋅ ω ⎡ ⎛ Rc ⎞ ⎛ Rex 2 ⎞ ⎤
Ver = ⋅ ⎢ln⎜ ⎟ ⋅ ⎜⎜1 + 2 ⎟ − 0,5 ⎥ ⋅ sen(α )
Rc − Rex ⎣ ⎝ Rex ⎠ ⎝ Rc − Rex 2 ⎟⎠ ⎦
(3.20)
Dado que las ecuaciones deducidas en las secciones anteriores se limitan a un solo
tornillo, es necesario considerar las contribuciones de ambos tornillos para contabilizar el
escurrimiento circunferencial total que retorna a la succión de la bomba. En el caso de una
bomba de doble succión se debe considerar los cuatro extremos de los tornillos (dos extremos
por tornillo) y por lo tanto se obtiene la siguiente ecuación:
2 2
De Di ⎛ De ⎞ ⎛ Di ⎞
⎟ − (x − x0 ) − ⎜ ⎟ − (x − x0 )
2 2
Jr ( x) = Jr1 ( x) + Jr2 ( x) = + + Jr0 − ⎜ (3.22)
2 2 ⎝ 2 ⎠ ⎝ 2 ⎠
38
2 ⋅ B ⋅ Δp
Qer ,dp = 2 x0
f (3.23)
ρ⋅ ∫ Jr (x )
0
3
dx
f = F (Re ) (3.24)
4 ⋅ B ⋅ Jr(x)
Deq (x) = (3.26)
2 ⋅ B + 2 ⋅ Jr(x)
Considerando que el ancho de cara, B, es alrededor de 100 veces el juego radial, Jr0, es
posible despreciar el término 2 ⋅ Jr(x) en la ecuación 3.26, lo que resulta en la siguiente
simplificación:
1
ψ(x) = (3.29)
Jr(x)3
En la figura 3-14 se observa que la curva de ψ(x) alcanza un pico justo en x0 pero este
se desvanece rápidamente alcanzando valores prácticamente nulos en comparación con el
valor alcanzado en el pico. Dado que lo que se quiere estudiar es el efecto de x0 sobre la
integral de la ecuación (3.23) y considerando que la integral de una función es el área bajo su
curva, es posible asumir un valor de x0 razonable que asegure que prácticamente todo el área
bajo la curva ψ(x) sea contabilizada. Es decir, se puede tomar el valor de x0 tan pequeño como
se quiera, siempre y cuando se considere todo el área en la región cercana al pico. Siendo así,
se considerará un valor de x0 tal que cumpla lo anteriormente dicho y que tenga sentido
físicamente. Es decir, aparte del sentido matemático de lo explicado hasta ahora se debe
entender lo que significa físicamente el valor x0. Al fijar el valor de x0 lo que se esta haciendo
es delimitando el intersticio radial, es decir, se esta decidiendo hasta que punto se debe
41
Debido a la diferencia entre los diámetros interno y externo del tornillo, existe una
diferencia entre las velocidades tangenciales de los mismos y como consecuencia de la
adherencia del fluido a la superficie del tornillo se genera un perfil de velocidades lineal.
Siendo así, es posible calcular la componente de rotación del escurrimiento radial
considerando la sección transversal en la cual la velocidad tangencial del tornillo es paralela a
la velocidad del fluido. Como se observa en la figura 3-16, esa sección se encuentra
justamente en el punto en el cual el juego radial es mínimo.
Figura 3-16. Perfil de velocidades en el intersticio radial inducido por la rotación de los
tornillos
ω ⋅ Ri + ω ⋅ Re x
Qer ,r = ⋅ B ⋅ Jr0 (3.30)
2
hilo y bombas de doble hilo. En base a la figura 3-15 se pueden plantear las siguientes
ecuaciones:
2 ⋅ Δp
Ve f ,dp = (3.33)
⎛ lf ⎞⎟
ρ l ⋅ ⎜⎜ k e + k s + f ⋅
⎝ Deq ⎟⎠
44
Figura 3-17. Intersticio de flanco ficticio en una bomba de doble tornillo (adaptado de Vetter
et al., 2000)
Rex 2
lf = ⋅ [2 β − sen(2β )] (3.34)
Re − Ri
⎛H ⎞
Qe f ,dp = Ve f ,dp ⋅ A f = Ve f ,dp ⋅ ⎜ ⋅ Jf ⎟ (3.35)
⎝2 ⎠
Donde Jf es el juego radial, H es igual a Rex-Ri y la velocidad Vef,dp viene dada por la
ecuación (3.33). La razón por la cual se toma el ancho del intersticio igual H/2 en la ecuación
(3.35) es porque, como ya se dijo, el escurrimiento de flanco ocurre no solo entre cavidades
del mismo tornillo sino que además retorna hacia cavidades del tornillo gemelo.
45
En el intersticio de flanco la distancia de las superficies de las roscas al eje del tornillo
no es constante y por ende se genera un perfil de velocidades diferentes para cada rosca como
se muestra en la figura 3-18.
Figura 3-18. Perfil de velocidades en el intersticio de flanco inducido por la rotación de los
tornillos
ω ⋅ R + ω ⋅ Rex ⎛ H ⎞
Qe f ,r = V f ,r ⋅ A f = ⋅⎜ ⋅ J f ⎟ (3.36)
2 ⎝2 ⎠
46
Dado que los escurrimientos de flanco solo son considerados una vez que se ha hallado
el perfil de presiones, no nos interesa calcular todos los escurrimientos en el interior de la
bomba sino solo aquellos que retornan hacia la succión. Vetter y Wincek (1993, p.335)
proponen las siguientes relaciones para calcular el escurrimiento total de flanco que retorna
hacia la succión:
A pesar de que una de las hipótesis establecidas en la sección 3.7 es que el flujo en la
bomba es de tipo estacionario, cuando el análisis hidrodinámico se hace en base a la unidad
más elemental, es decir a nivel de la cavidad, el flujo adquiere un carácter transitorio. La razón
de ello es que las cavidades no se encuentran estáticas dentro de la bomba sino que por el
contrario se desplazan continuamente desde la succión hacia la descarga. Esto trae como
consecuencia que las condiciones de flujo, presión y escurrimiento asociadas a cada cavidad
varían constantemente a medida que esta se desplaza hacia la descarga. Este carácter
transitorio de las cavidades dificulta el estudio y la comprensión del fenómeno de
escurrimiento en el interior de la bomba. Sin embargo, con la finalidad de simplificar el
análisis, se asume que las condiciones de las cavidades son constantes tomando para ello
valores promedios. Es decir, lo que se hace es analizar la bomba en una configuración de
cavidades dada y se asume que estas se encuentran estáticas en esa posición. De esa forma, los
cálculos que se realizan a partir de esa configuración proporcionan valores promedios de las
diferentes variables.
47
Sin embargo, dado que las cavidades no se encuentran estáticas, cada una de ellas tiene
un período de vida asociado. En un determinado momento una cavidad ocupa una cierta
posición, pero unos instantes después se encuentra en una posición posterior. Por ejemplo, en
la figura 3-19 se observa la evolución de una cavidad de una bomba con roscas de doble hilo,
en donde por cada revolución del tornillo la cavidad se desplaza dos posiciones hacia delante.
Figura 3-19. Desplazamiento de las cavidades de una bomba de doble tornillo con roscas de
doble hilo
Otra conjunto de ecuaciones que forman parte del modelo de predicción se deduce
aplicando el principio de continuidad en cada una de las cavidades de la bomba. Dado que el
análisis en esta sección implica una complejidad mayor que el realizado en las secciones
anteriores, se hará uso del modelo de discos propuesto por Vetter et al. (2000, p.158) el cual se
muestra en la figura 3-20. En dicho modelo, las cavidades que forman los tornillos y la carcasa
de la bomba son representadas por cámaras que se forman entre discos que se mueven
continuamente desde la succión hacia la descarga de la bomba.
Figura 3-20. Modelo de discos. Caudales de gas y de líquido en cada cavidad y escurrimiento
en cada intersticio
Lo primero que se debe comprender es que, dado que las cavidades de la bomba se
encuentran completamente llenas en todo momento, el caudal neto que estará desplazándose a
lo largo de la misma será igual al desplazamiento. El segundo punto que se debe tener claro es
que los escurrimientos son flujos de recirculación que alternativamente entran y salen de las
cavidades. Este hecho implica que, como ya se dijo, independientemente de la cavidad, el flujo
neto que maneja la bomba en su interior es igual al desplazamiento. Es importante hacer
hincapié en que es el caudal interno de la bomba el que es igual al desplazamiento, pues a
49
diferencia del caudal de succión, este último es menor al desplazamiento como consecuencia
del líquido que escurre a través del primer intersticio hacia el área de succión.
Con el objetivo de expresar el caudal Qli de una cavidad cualquiera en términos del
caudal de succión, Qls es necesario relacionar los caudales de líquido de las diferentes
cavidades empleando las tasas de escurrimiento. Como consecuencia de la compresión del gas,
en el caso de flujo bifásico el escurrimiento varía de cavidad a cavidad, lo que implica una
acumulación de líquido en las cavidades a medida que estas se desplazan desde la succión
hacia la descarga. La variación de volumen líquido que sufre una cavidad al pasar de una
posición a la siguiente viene dado por el volumen neto de líquido que ingresa a la misma
durante su cambio de estado, es decir:
Donde ΔQli-1 es la tasa neta de líquido que entra a la cavidad i-1. Si se considera que la
tasa neta de líquido viene dada por la suma del escurrimiento que proviene de la cavidad
posterior menos el escurrimiento que retorna hacia la cavidad anterior, se puede expresar la
ecuación (3.41) para cada cavidad de la siguiente forma:
Figura 3-21. Representación de las cavidades de la bomba y la acumulación del líquido desde
la succión hasta la descarga
cavidades solo en su estado inicial. Es por ello que en el interior de las cavidades no se
representa ninguna porción de líquido de la cavidad posterior pues justo en ese momento es
cuando dicho escurrimiento empieza a entrar a la cavidad.
Qd = Ql s + Qg i + Qei +1 (3.43)
Vale la pena detenerse a analizar en detalle la ecuación (3.43) pues ella proporciona
información física importante del fenómeno de escurrimiento. Si se analiza el caso de flujo
monofásico, la ecuación (3.43) expresa que el desplazamiento es igual a la suma del caudal
líquido de succión y el escurrimiento de un determinado intersticio. Dado que tanto el caudal
líquido de succión como el desplazamiento son constantes, se deduce que el escurrimiento
debe permanecer invariable a lo largo de toda la bomba independientemente del intersticio que
se trate. Asimismo, para el caso de flujo bifásico, la ecuación (3.43) expresa que a medida que
se avanza hacia la descarga y se tienen caudales de gas menores (debido a la compresión del
mismo), el escurrimiento se incrementa. Estos dos comportamientos dan lugar a dos perfiles
de presión diferentes según sea el caso. Los perfiles de presión y la compresibilidad del gas es
lo que se discutirá en detalle en las secciones 3.13 y 3.14 respectivamente.
Por último, se deben mencionar dos aspectos importantes con la finalidad de dejar
suficientemente claro el tema discutido en esta sección. Lo primero es en cuanto al caudal
líquido de succión. En el análisis anterior se vio que el caudal de líquido en cada una de las
cavidades va aumentando a medida que estas avanzan hacia la descarga de la bomba (ver
figura 3-20). Sin embargo, dado que el aumento de volumen líquido en las cavidades se debe a
los flujos de recirculación, el caudal de líquido efectivo manejado por cualquier cavidad es
52
igual al caudal líquido de succión. Ello permite concluir, en base al principio de conservación
de la masa y la hipótesis de estado estable, que el caudal líquido en la descarga de la bomba
debe ser igual al caudal líquido de succión. Una forma de entender lo anterior es haciendo uso
del concepto de flujo de recirculación y con la ayuda de la ecuación (3.43). A pesar de que el
caudal líquido va aumentando progresivamente desde la succión hasta la última cavidad, una
vez que la última cavidad se ha abierto a la descarga, el escurrimiento que acumuló durante la
última posición, lo retorna a la cavidad anterior quedando el mismo caudal de líquido que
había en la succión de la bomba.
Figura 3-22. Escurrimiento en la última cavidad, una vez que se abre a la descarga
Para ilustrar este fenómeno es necesario extender el modelo de la figura 3-21 de forma
tal de representar tanto el estado inicial como el estado final de la última cavidad. En la figura
3-22 se observa que una vez que la última cavidad ha sido abierta a la descarga, el líquido
acumulado durante la última posición retorna a la cavidad anterior quedando de esa forma la
misma cantidad de líquido que había en la succión.
una sección decreciente, precisamente por la disminución del caudal líquido a medida que el
escurrimiento retorna a la última cavidad.
⎛ ⎞
⎜ ⎟
⎜ 2 ⋅ Δpi ⎟
Qec ,i =⎜ ⎟ ⋅ Ac + Qe f ,r ,i (3.44)
⎛ B
⎜ ρ ⋅⎜k + k + f ⋅ ⎟ ⎟ ⎞
l ⎜ e
⎜ d h ⎟⎠ ⎟⎠
s
⎝ ⎝
⎛ B ⎞
2 ρ l ⋅ ⎜⎜ k e + k s + f ⋅ ⎟⎟
⎛ Qec ,i ⎞ ⎝ dh ⎠ (3.45)
Δpi = ⎜⎜ − Qe f ,r ,i ⎟⎟ ⋅
⎝ Ac ⎠ 2
independientemente de la cavidad que se trate. Esto implica, en base a la ecuación (3.45), que
la diferencia de presión entre dos cavidades adyacentes es constante a lo largo de toda la
bomba. Esto genera un perfil de presiones lineal que es característico del flujo monofásico en
bombas de doble tornillo (ver figura 3-23).
Figura 3-23. Perfil de presiones para el caso de flujo monofásico, 100% líquido
Para el caso de flujo bifásico, debido a la compresión del gas, el volumen de gas se
reduce progresivamente desde la succión hasta la descarga de la bomba. Como consecuencia
de ello, el escurrimiento a lo largo de la bomba deja de ser constante, siendo mayor aquellos
correspondientes a las etapas más cercanas a la descarga. Esto implica, en base a la ecuación
(3.45), que los diferenciales de presión aumentan a medida que se avanza hacia la descarga de
la bomba, lo que genera un perfil de presiones parabólico como se muestra en la figura 3-24.
55
Tal como se explicó en la sección 3.13.2, como consecuencia de la compresión del gas,
la FVG disminuye a medida que la cavidad avanza hacia la descarga, alcanzando un valor
mínimo en la última cavidad y luego retomando el mismo valor que tenía en la succión una
vez que el último escurrimiento ha retornado a la última cavidad (figura 3-24). La fracción
volumétrica de gas es un parámetro de operación que debe ser conocido para predecir el
56
Qg s Qg s
FVG = =
Qs Qg s + Ql s (3.46)
Qg i +1 p + p atm
= i (3.47)
Qg i pi +1 + p atm
Como consecuencia del roce del fluido con la superficie tanto de los tornillos como de
la carcasa cuando este pasa a través del intersticio circunferencial, el líquido se calienta
reduciendo de esta forma su viscosidad. Este fenómeno se conoce como calentamiento
viscoso, ya que lo que genera dicho calentamiento es la naturaleza viscosa del fluido que hace
que el fluido más próximo a la superficie se adhiera a ella. El calentamiento en los intersticios
radiales y de flanco no será considerado pues en ellos la velocidad relativa del fluido con
respecto a la superficie de los tornillos es tan baja que no da a lugar a un esfuerzo de
cizallamiento significativo.
Pa = Pa r + Pat (3.48)
Pa = Fa ⋅ V (3.49)
58
Fa = τ ⋅ A (3.50)
μ ⋅V h ∂p
τ= + ⋅ (3.51)
h 2 ∂x
2 ⋅ (π − β ) ⋅ Rex 3 ⋅ B ⋅ μ ⋅ ω 2
Pa r = (3.52)
Jc
μ ⋅ ω 2 ⋅ P 2 ⋅ (π − β ) ⋅ Rex ⋅ B
Pat = (3.53)
2 ⋅ π 2 ⋅ Jc
Una vez que se ha calculado la potencia de arrastre, es necesario hallar una relación
entre la potencia de arrastre y el aumento de temperatura, lo que permitirá finalmente
determinar la viscosidad del líquido. Para ello se hace un balance de energía asumiendo que
todo el calor generado por el roce es transmitido al fluido que escurre:
.
Pa = m ⋅ Δhe = Qe ⋅ ρ l ⋅ Δhe (3.54)
.
Donde m representa el flujo másico de líquido que escurre y Δhe el cambio de entalpía
del escurrimiento entre la entrada y la salida del intersticio. De la ecuación (3.54) se deduce
fácilmente la siguiente relación:
Pa
Δhe = (3.55)
Qe ⋅ ρ l
Adicionalmente, se sabe que:
Δp
Δh = Cp ⋅ ΔT + (3.56)
ρ
⎛ Pa ⎞ 1
ΔTe = ⎜⎜ − Δp ⎟⎟ ⋅ (3.57)
⎝ Qe ⎠ Cp l ⋅ ρ l
Con el objetivo de simplificar el análisis de este fenómeno, se hará uso del modelo
mostrado en la figura 3-26 y se asumirá que el intercambio de líquido de una cavidad con las
cavidades adyacentes ocurre en dos etapas. En la figura 3-26 se muestra la evolución de la
cavidad 1 de la figura 3-21 basados en la simplificación del escurrimiento en dos etapas.
Durante la primera etapa escurre líquido hacia la cavidad anterior y dado que la temperatura
de ese escurrimiento y la de la cavidad son iguales, no ocurre una transferencia de calor en
61
esta fase. Durante la segunda etapa escurre el líquido proveniente de la siguiente cavidad y
dado que la temperatura de la cavidad y la del escurrimiento son diferentes se transfiere calor
y el líquido en la cavidad se calienta. Al concluir la segunda etapa el líquido en la cavidad ha
alcanzado una temperatura media que corresponde a la temperatura de la siguiente cavidad
(Tc2).
Figura 3-26. Evolución de la cavidad 1 de la figura 3-21 según la simplificación de las dos
etapas del escurrimiento
Pa 2
he s , 2 = hee , 2 + Δh2 = hee , 2 + (3.60)
Qe2 ⋅ ρ l ⋅ Cp l
62
Adicionalmente, se sabe que hes , 2 = hc 2 , por lo que la ecuación (3.60) se convierte en:
Pa 2
he s , 2 = hc 2 + (3.61)
Qe2 ⋅ ρ l ⋅ Cp l
Pa 2
hc 2 = hc1 + (3.62)
ρ l ⋅ Ql ⋅ Cp l
⎛ Pa ⎞ 1
Tci = Tci −1 + ⎜⎜ − Δp ⎟⎟ ⋅ (3.63)
⎝ Ql ⎠ Cp l ⋅ ρ l
Lt
Nc = Nh −1 (3.64)
P
Hasta ahora el modelo de predicción ha sido planteado para una bomba cuyo número
de cavidades es entero, pues se requiere un número entero para definir el número de
ecuaciones que se pueden plantear. Por ejemplo, si se tienen 3 cavidades es posible plantear
tres ecuaciones de continuidad, pero si se tienen 3.3 cavidades surge la pregunta de como debe
ser planteado el modelo para ajustarse a la realidad. Antes de explicar como resolver esta
situación, se definirán dos parámetros que serán empleados para analizar la situación descrita.
En general, una bomba tiene un número no entero de cavidades que puede ser escrito de la
siguiente forma (Vetter et al., 2000, p.158):
Nc = k + δ (3.65)
del tornillo en su forma real (no en el modelo de discos), por ejemplo la figura 3-27, se ve que
para un determinado tornillo los intersticios de un lado del mismo se encuentran más
adelantados (más cercanos a la descarga) que los del otro lado. Debido a que el aumento de
presión se da precisamente en los intersticios, esto trae como consecuencia que el lado del
tornillo cuyos intersticios están más adelantados se encuentre sometido a una presión mayor
que la del otro lado y como consecuencia se tiene una fuerza resultante en la dirección radial.
Dicha fuerza resultante puede ser calculada con relativa facilidad empleando la siguiente
fórmula propuesta por Cooper y Prang (2004, p.73):
Fr = P ⋅ De ⋅ Δp t ⋅ (1 − ξ ) (3.67)
ssss
. .
Donde Wh representa la potencia hidráulica y Wf la potencia disipada por fricción. Por
otra parte, para el caso de flujo bifásico es necesario considerar la potencia necesaria para
comprimir el gas desde la presión de succión hasta la presión de descarga:
. . . .
W = Wh + Wc + W f (3.69)
.
Donde Wc es la potencia de compresión. En las siguientes secciones se discutirá el
cálculo de cada una de las componentes de la potencia.
. ⎛p ⎞
Wc = ps ⋅ Qg s ⋅ ln⎜⎜ d ⎟⎟ (3.71)
⎝ ps ⎠
Tal como se explicó en la sección 3.15, el roce del fluido con la superficie del tornillo
genera pérdidas que son disipadas en forma de calor y trasmitidas al fluido. En este sentido,
las pérdidas por fricción pueden ser divididas en tres componentes: 1) pérdidas en el área de
engranaje, 2) pérdidas en la región periférica y 3) pérdidas por recirculación en las cavidades
67
Pa r =
(π − β ) ⋅ Rex 3 ⋅ B ⋅ μ ⋅ ω 2 (3.72)
Jc
Pat =
(π − β ) ⋅ Rex ⋅ B ⋅ ω ⋅ P ⋅ ⎛ μ ⋅ ω ⋅ P + Jc ⋅ Δp ⎞
⎜ ⎟ (3.73)
2 ⋅π ⎝ 2 ⋅ π ⋅ Jc 2⋅ B ⎠
Es importante recordar que las ecuaciones (3.72) y (3.73) permiten calcular la potencia
disipada por el arrastre viscoso para un solo intersticio. Dado que se quiere calcular la potencia
total disipada en la bomba, es necesario contabilizar todos los intersticios de la misma. En
cuanto a la potencia de arrastre por rotación, lo único que se tiene que hacer es multiplicar la
ecuación (3.72) por la cantidad de intersticios circunferenciales que haya. Sin embargo, la
ecuación (3.73) indica que la componente de traslación de la potencia de arrastre no es
constante y por lo tanto no es posible hallar el total multiplicando por el número de intersticios
ni. Sin embargo, se sabe que la sumatoria de todos los diferenciales de presión entre las
cavidades es igual a la diferencia de presión total entre la succión y la descarga de la bomba.
En base a ello, se puede deducir la siguiente relación que permite calcular la potencia total
disipada en la bomba como consecuencia del arrastre viscoso:
Pabomba = ni ⋅ Pa r +
(π − β ) ⋅ Rex ⋅ B ⋅ ω ⋅ P ⋅ ⎛ ni ⋅ μ ⋅ ω ⋅ P + Jc ⋅ Δptotal ⎞
⎜ ⎟ (3.74)
2 ⋅π ⎝ 2 ⋅ π ⋅ Jc 2⋅ B ⎠
68
CAPÍTULO 4
MODELO DE PREDICCIÓN
PROPUESTO POR COOPER Y PRANG
(2004)
69
4.1 Introducción
Para el cálculo del desplazamiento Cooper y Prang (p.71) proponen la siguiente relación:
Qd = 4 ⋅ ω ⋅ De 2 ⋅
P
2
(
⋅ε ⋅ 1−ξ 2 ) (4.1)
Donde ε es la fracción de área anular entre la raíz de tornillo y el diámetro externo del
mismo. El 4 en la ecuación (4.1) proviene de los cuatro extremos que tiene una bomba de
doble tornillo de doble succión (2 extremos por tornillo), lo que implica que solo es válida
para este tipo de configuración. Sin embargo, puede ser modificada fácilmente para bombas de
succión simple. A pesar de que la ecuación propuesta por Cooper y Prang es relativamente
sencilla, hace poco práctico su uso ya que el parámetro ε no es sencillo de calcular a partir de
los parámetros geométricos comunes de la bomba. Es por ello que, a pesar de que en este
capítulo se plantea el modelo de Cooper y Prang, se empleará la ecuación (3.2) propuesta por
Vetter y Wincek (1993) para el cálculo del volumen desplazado.
Según lo que ellos plantean, para todas las velocidades de giro prácticas de las bombas de
doble tornillo, la rotación tiene un efecto despreciable sobre el escurrimiento y por lo tanto no
es necesario considerarlo. Asimismo, en la investigación de Egashira et al. (1998), los
resultados experimentales obtenidos por ellos indican que aparentemente la rotación de los
tornillos no tiene un efecto significativo sobre el escurrimiento de la bomba. A pesar de que
los resultados obtenidos en la validación experimental de Cooper y Prang indican que esta
simplificación es válida, falta por verificar si es posible hacerla bajo cualquier circunstancia.
Además de esto, ellos incurren en el error de mencionar que la componente de rotación se
opone al escurrimiento (Cooper & Prang, 2000, p.71) cuando la realidad es que contribuye al
mismo. Quizás el error se basa en haber realizado el análisis en base al perfil de velocidades
absolutas y no el perfil de velocidades relativas al tornillo tal como se mencionó en la sección
3.8.2 del capítulo anterior.
Basado en lo dicho hasta ahora, Cooper y Prang (2004 p.71) proponen la siguiente
relación para el cálculo del escurrimiento total:
1
Qe = Qe c ⋅ (4.2)
ft
64
Flujo laminar f = (4.3)
Re
0,316
Flujo turbulento f = (4.4)
Re 0, 25
Dado que, en base a la propuesta de ellos, la curva de flujo turbulento se extiende hasta
la curva de flujo laminar, el criterio que define el cambio de un tipo de flujo a otro viene dado
por la intersección de ambas curvas. El valor de Reynolds que satisface esa condición viene
dado por:
72
4
⎛ 64 ⎞ 3
Recr = ⎜ ⎟ = 1190 (4.5)
⎝ 0,316 ⎠
Ac = 2 ⋅ π ⋅ De ⋅ Jc (4.6)
Qec
ft = (4.7)
Qec + Qer + Qe f
Dado que Cooper y Prang proponen despreciar las componentes de rotación, los
escurrimientos de la ecuación (4.7) representan en realidad las componentes de presión de los
escurrimientos. Lo primero que se debe comprender es que el factor ft, tal como lo plantean
Cooper y Prang, representa la relación entre el escurrimiento circunferencial y el
73
escurrimiento total que entra a una determinada cavidad. Siendo así, el factor de la ecuación
(4.7) es particular para cada cavidad pues no necesariamente la relación que existe en la
succión o en la primera cavidad es igual a la relación que existe en la última cavidad.
Considerando eso, cabe preguntarse como calcular el escurrimiento de flanco que entra a una
determinada cavidad si ya se ha dicho que la trayectoria de los escurrimientos de flanco es de
una complejidad tal que solo se consideran una vez que ha sido hallado el perfil de presiones.
Entonces, para continuar con el análisis de esta sección es necesario despreciar el
escurrimiento de flanco de la ecuación (4.7) y contabilizarlo una vez que se ha hallado el perfil
de presiones. Si se hace eso la ecuación (4.7) se convierte en:
Qec
ft = (4.8)
Qec + Qer
Con esta última simplificación es posible hacer el análisis del factor ft pues tanto la
trayectoria de los escurrimientos radiales como circunferenciales se conoce con exactitud. Sin
embargo, en este punto es necesario hacer el análisis considerando el número de hilos de la
rosca, pues como se recordará de la sección 3.9.1.1 la trayectoria de los escurrimientos
radiales no es igual en una bomba de dos hilos que en una bomba de un hilo.
por una posición intermedia (figura 4-1). Siendo así, surge el primer inconveniente en la
determinación del factor ft, pues cuando se analiza el escurrimiento radial hacia la succión, se
observa que este proviene tanto de la primera cavidad como de la segunda cavidad, mientras
que en las cavidades de la bomba el escurrimiento radial solo proviene de la cavidad dos
posiciones más adelante. Es decir, el coeficiente ft en la succión debería ser determinado de
forma independiente del factor ft de las cavidades.
2 ⋅ Δp c
⋅ Ac
⎛ B ⎞
ρ l ⋅ ⎜⎜ k e + k s + f ⋅ ⎟
⎟
⎝ D eq ⎠
ft = (4.9)
2 ⋅ Δp c 2 ⋅ B ⋅ Δp r
⋅ Ac +
⎛ B ⎞⎟
2 x0
f
⎜
ρl ⋅ ⎜ ke + k s + f ⋅ ρ⋅ ∫ dx
0 Jr ( x )
Deq ⎠⎟ 3
⎝
La ecuación (4.9) hace evidente uno de los problemas más importantes al intentar
determinar el factor ft de forma analítica. El problema radica en que para determinar este factor
sin conocer el perfil de presiones (si se conociera no haría falta el modelo de predicción) es
necesario que la relación expresada en la ecuación (4.9) no dependa de las presiones en el
interior de la bomba. Para ello, todos los diferenciales de presión de la ecuación (4.9) se
tendrían que cancelar de forma que no aparezcan en esa ecuación. Sin embargo, dado que es
evidente que no se pueden cancelar esos términos, queda claro que no es posible determinar el
factor ft de forma analítica.
Para el caso de bombas de un solo hilo, dado que el escurrimiento radial ocurre solo
entre cavidades adyacentes, sería posible hallar una un único factor ft si no fuera por el
problema descrito en la sección anterior. Así que en este caso tampoco es posible determinar
de forma analítica el valor del factor de proporción.
75
CAPÍTULO 5
5.1 Introducción
5.3 MATLAB 7
especializado en el cálculo numérico con vectores y matrices, a pesar de que también puede
trabajar con números escalares (tanto reales como complejos), con cadenas de caracteres y con
otras estructuras de información más complejas (García, Rodríguez & Brazález, 2001, p.2).
Además de ello, MATLAB cuenta con una innumerable cantidad de funciones matemáticas y
de cálculo numérico, además de una capacidad enorme de realizar gráficos tanto en dos como
en tres dimensiones. En cuanto al lenguaje de programación, MATLAB cuenta con su propio
código básico y con varias librerías especializadas denominadas toolboxes.
• Funciones: permiten crear funciones análogas a las de MATLAB, con su nombre, sus
argumentos y sus valores de retorno. Ellas se caracterizan porque la primera línea del
fichero comienza con la palabra function seguida por los valores de retorno, el signo = y el
nombre de la función seguida de los argumentos.
5.3.1.1 Transportabilidad
Una vez que se ha generado el código fuente empleando los ficheros M, el programa
debe ser llamado desde la línea de comandos de MATLAB para su ejecución. La desventaja
de ello es que el usuario necesita instalar MATLAB en la máquina donde el programa vaya a
ser ejecutado. Sin embargo, si se hace la compilación del código fuente especificando la
información necesaria, MATLAB es capaz de generar una aplicación independiente (Stand-
Alone Application) a partir de los ficheros M previamente generados. La característica de estas
aplicaciones independientes es que no requieren que la computadora donde se vaya a ejecutar
79
el programa tenga MATLAB instalado. La ventaja de ello es que permite emplear cualquiera
de las librerías de funciones de MATLAB sin la necesidad de tenerlo instalado durante la
ejecución del programa.
Entre las funciones de cálculo numérico con las que cuenta MATLAB 7 se encuentra la
función fsolve, la cual permite resolver sistemas de ecuaciones no lineales. La matemática
involucrada en esta función es realmente compleja e involucra conocimientos de estudios de
cuarto nivel en el área de Matemáticas. La función fsolve permite al usuario seleccionar entre
dos algoritmos: algoritmo de larga escala y algoritmo de mediana escala. Ambos algoritmos
requieren que el usuario suministre una aproximación inicial, que se denotará por x0.
Comenzando en x0, los algoritmos de optimización generan una sucesión {xk} que termina
cuando el algoritmo no puede progresar más o cuando parece que un punto se ha aproximado
con precisión suficiente a la solución. Para decidir como pasar de un iterante xk al siguiente,
los algoritmos utilizan información sobre f y sus derivadas en el iterante xk o incluso de todos
los iterantes anteriores x0, x1, ... , xk−1, xk (Martínez, sin fecha). En base a ello, fsolve emplea
dos estrategias para pasar de un iterante a otro:
• Búsqueda de línea: el algoritmo elige una dirección dk y busca a lo largo de esa dirección
desde el iterante actual a un nuevo iterante con un valor menor de la función objetivo.
Luego, en cada punto nuevo se calcula una nueva dirección de búsqueda y un nuevo paso
y se repite el proceso.
• Región de confianza: se construye una función modelo mk(x) cuyo comportamiento cerca
del iterante actual xk sea similar al de la función objetivo f. Como el modelo mk puede no
ser una buena aproximación de f cuando x está lejos de xk, se restringe la búsqueda de un
óptimo de mk en alguna región en torno a xk.
5.4.1 Introducción
Con el objetivo de no hacer demasiado extenso y repetitivo este capítulo y dado que
ambos modelos de predicción (Cooper & Prang, 2004; Vetter et al., 2000) son en esencia
bastante parecidos, en las siguientes secciones solo se explicará la programación del modelo
basado en aquél propuesto por Vetter et al. (2000). Considerando que dicho modelo implica
una complejidad mayor que aquél propuesto por Cooper y Prang, no habrá dificultad alguna
en comprender la estructura del programa asociado al modelo de Cooper y Prang si se
entiende la estructura de programa del modelo de Vetter et al. (2000).
Parametros.m
Parametros_Interfaz.m
Este fichero solo se ejecuta en caso de que el usuario decida emplear la interfaz gráfica
para introducir los parámetros de entrada al programa. Su función es básicamente la misma
que la del fichero Parametros.m con la diferencia de que los valores de los parámetros son
establecidos en base a la información suministrada por el usuario durante la interacción con la
interfaz gráfica y no directamente modificando el archivo.
82
Ventana.m
Este fichero tiene la función de crear la ventana mostrada en la figura 5-1, la cual sirve
de interfaz gráfica para el usuario y a través de la cual se introducen todos los parámetros de
entrada al programa. Asimismo, este fichero tiene la función de almacenar toda la información
suministrada por el usuario relativa a los parámetros de entrada.
Semilla.m
Esta función define la semilla de iteración x0 necesaria para el inicio del método
numérico empleado por fsolve. El primer paso para determinar la aproximación inicial x0 es
estimar el perfil de presiones en la bomba. En este sentido, se han generado las curvas de la
figura 5-2 en base a la información experimental de Egashira et al. (1998, p.66) y a partir de
las cuales se realiza la estimación inicial del perfil de presiones.
Sistema.m
Prediccion.m
Este es el primer fichero de comandos que se ejecuta y para ello debe escribirse la
palabra Prediccion en la línea de comandos de MATLAB. Una vez que se ha llamado este
fichero, éste se encarga de llamar el resto de los ficheros del programa. Desde este módulo se
llama la función fsolve, la cual a su vez llama a la función Sistema. Adicionalmente, se calcula
la potencia consumida por la bomba y se almacenan los resultados obtenidos en cada punto
para su posterior manipulación.
Calentamiento.m
Flanco.m
Resultados.m
Con el objetivo de dar una visión global del funcionamiento del programa, en la figura
5-3 se muestra el diagrama de flujo del algoritmo del mismo. En él solo se especifican las
decisiones y acciones más importantes que realiza el programa durante su ejecución, ya que
mostrar todos los detalles en dicho diagrama complicaría demasiado la comprensión del
mismo.
85
Inicio
Parámetros
de entrada
punto = 1
pd = ps + (pmáxima-ps) · (punto/np)
Se resuelve f
Se calcula μnueva
μ = μnueva no
|μnueva-μ| < tol
si
.
Se calcula Qef , W
punto = punto + 1
no
punto = np
si
Q vs. Δp
.
W vs. Δp
Fin
CAPÍTULO 6
RESULTADOS
87
6.1 Introducción
Con respecto a la data experimental, ésta ha sido tomada, al igual que las
especificaciones de la bomba, de la publicación de Vetter et al (2000, pp.160-2). El fluido de
trabajo corresponde al agua para el caso de flujo monofásico y una mezcla de agua y aire para
el caso de flujo bifásico.
Los primeros resultados que se presentan en este capítulo corresponden a las curvas Qs
vs. Δp. Con el objetivo de diferenciar el comportamiento entre flujo monofásico y flujo
bifásico, en esta sección los resultados asociados a cada caso se presentan en apartados
diferentes. El número óptimo de puntos a hallar se determinó partiendo de un mínimo de 10 y
88
aumentándolo progresivamente hasta que la variación entre una solución y la anterior fuera
despreciable.
50
40
Mediciones
experimentales
30 Vetter et al.
10
0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 6-1. Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 0%, N = 2500rpm)
40
30
Mediciones
experimentales
20
Vetter et al.
0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 6-2. Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 0%, N = 2000rpm)
89
30
Mediciones
20 experimentales
Vetter et al.
0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 6-3. Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 0%, N = 1500rpm)
20
Mediciones
experimentales
Vetter et al.
10
Cooper & Prang
0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 6-4. Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 0%, N = 1000rpm)
90
Tanto las curvas experimentales como las elaboradas a partir de los modelos de
predicción muestran el comportamiento característico de una curva Qs vs. Δp de una bomba
de doble tornillo operando con un líquido de baja viscosidad (figuras 6-1 a 6-4). A medida que
el diferencial de presión aumenta, disminuye el caudal de succión como consecuencia de un
incremento del escurrimiento hacia la succión. El aumento del escurrimiento se debe a que
éste es proporcional al diferencial de presión o a la raíz del diferencial, según se trate de flujo
laminar o turbulento. En los fluidos de baja viscosidad el flujo en los intersticios es por lo
general turbulento y en ese caso el escurrimiento es proporcional a la raíz del diferencial de
presión, lo que conlleva el comportamiento parabólico observado en las figuras 6-1 a 6-4.
60
50
Mediciones
experimentales
40
Vetter et al.
30
Cooper & Prang
20
10
0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 6-5. Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 80%, N = 2900rpm)
50
40
Mediciones
experimentales
30
Vetter et al.
10
0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 6-6. Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 80%, N = 2500rpm)
92
40
Mediciones
experimentales
30
Vetter et al.
10
0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 6-7. Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 80%, N = 2000rpm)
30
Mediciones
experimentales
20
Vetter et al.
0
0 2 4 6 8
Δp (bar)
Figura 6-8. Caudal de succión vs. Diferencial de presión, (FVG = 80%, N = 1500rpm)
93
100
90
80
L2
70
60 L3
ηm (%)
50 L4
40 L5
30
20
10
0
0 4 8 12 16 20
Δp (bar)
Figura 6-9. Eficiencia mecánica vs. Diferencial de presión, según el tipo de bomba
(FVG = 0%, N = 1900rpm). (calculado del catálogo de Leistritz)
70
60
L2
50
L3
40
ηi (%)
L4
30 L5
20 Experimental
10
0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 6-10. Eficiencia isotérmica vs. Diferencial de presión, (FVG = 0%, N = 1900rpm)
95
CAPÍTULO 7
ANÁLISIS DE RESULTADOS
96
Las figuras 6-1 a 6-4 muestran que en general las curvas predichas por el modelo
basado en aquél propuesto por Vetter et al. (2000) se ajustan mejor a las curvas experimentales
que aquellas correspondientes al modelo de Cooper y Prang. Sin embargo, para todas las
velocidades de giro, ambos modelos predicen caudales de succión menores a los
experimentales, lo que significa una sobreestimación de los escurrimientos.
50
40
Mediciones
30 experimentales
Sin pérdidas
locales
20 Con pérdidas
locales (1,5)
10
0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 7-1. Caudal de succión vs. Diferencial de presión. Comparación entre la predicción
según se consideren o no las pérdidas locales
operación pero aumentando el valor de juego radial a 187 μm. Este valor corresponde al juego
circunferencial de la bomba y la modificación de este valor no resulta descabellada, ya que
existen bombas de doble tornillo cuyos juegos circunferenciales y radiales son iguales. El
resultado de esta modificación se muestra en la figura 7-3 en la cual se observa que para
diferenciales de presión elevados el factor ft ha disminuido aproximadamente un 15% como
consecuencia de esta modificación.
0,9
0,8
0,7
0,6 1000rpm
0,5
2500rpm
ft
0,4
0,3
0,2
0,1
0,0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
0,9
0,8
0,7
0,6 Jr = 105μm
0,5
ft
0,4 Jr = 187μm
0,3
0,2
0,1
0,0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 7-3. Influencia del juego radial sobre el factor empírico ft
99
4 Agua
Aceite Presión
Qe (m3/h)
3 SAE 10
2 Rotación
0
0 5 10 15 20
Δp (bar)
Figura 7-4. Influencia del tipo de fluido sobre la componente de presión del escurrimiento,
(FVG = 0%, N = 2500rpm)
100
A pesar de que para flujo monofásico y líquidos de baja viscosidad como el agua la
hipótesis de despreciar la componente de rotación resulta válida, para el caso de flujo bifásico
no sucede lo mismo. Al igual que para flujo monofásico y líquidos de alta viscosidad, en el
caso de flujo bifásico la componente de rotación gana importancia relativa con respecto a la
componente de presión. La razón de ello radica en que, para el caso de flujo bifásico, el
diferencial de presión en el primer intersticio es considerablemente menor que en el caso de
flujo monofásico (debido al perfil parabólico de presión), lo que implica una disminución
considerable de la componente de presión del escurrimiento. En este caso, despreciar la
componente de rotación conlleva a la diferencia observada en las figura 6-5 a 6-8 entre la
predicciones del modelo de Vetter et al y el modelo de Cooper y Prang.
En cuanto a la gran desviación observada en las figuras 6-5 a 6-8 entre las curvas
teóricas y las curvas experimentales y el contraste que ello hace con respecto a los resultados
de flujo monofásico, las figuras 6-5 a 6-8 parecen indicar que alguna de las hipótesis para el
caso de flujo bifásico no es válida. Las únicas hipótesis que aplican para flujo bifásico y que
no afectan el estudio de flujo monofásico son: a) compresión isotérmica del gas y b)
escurrimiento 100% liquido a través de todos los intersticios. La primera de las hipótesis ha
sido confirmada experimentalmente tanto en los trabajos de Vetter (1993 y 2000) como en el
trabajo de Egashira et al (1998), lo que implica que la posible causa de la desviación entre la
predicción y los resultados experimentales de las figuras 6-5 a 6-8 es la hipótesis de
escurrimiento 100% liquido. Como se mencionó en la sección 3.7, la validez de esta hipótesis
se limitó a valores de FVG menores a 0.8. Sin embargo, los resultados de este trabajo parecen
indicar que este límite es mucho menor. Si se toma un límite menor y se considera el
escurrimiento a partir de ese límite como una mezcla homogénea de líquido y gas, el resultado
sería que la curva predicha por ambos modelos tendría una pendiente mucho mayor, lo que
resultaría en un ajuste mejor a los resultados experimentales. La razón de ello es que al
101
considerar el escurrimiento como una mezcla de líquido y gas y dada la baja viscosidad del
gas con respecto a la del líquido, el escurrimiento aumenta considerablemente y por ende lo
hace la pendiente de la curva.
Si se observa el efecto de la velocidad de giro sobre las curvas Qs vs. Δp de las figuras
6-5 a 6-8, se encontrará que a medida que disminuye la velocidad de giro, la curva toma una
pendiente cada vez mayor. La razón de ello es que, para bajas velocidades, la fuerza centrífuga
no es suficiente para llevar el líquido a la periferia del tornillo y por lo tanto el escurrimiento
resulta en una mezcla de líquido y gas. Esta observación confirma la hipótesis de que el límite
a partir del cual el escurrimiento deja de ser 100% líquido es menor a 0,8. Lamentablemente,
la data para flujo bifásico proporcionada por Vetter et al (2000) no incluye curvas Qs vs. Δp
para FVG menores a 0,8, lo que impide confirmar esta hipótesis con datos experimentales.
Además del efecto de la velocidad de giro sobre las curva Qs vs. Δp de las figuras 6-5
a 6-8, hay otro indicio que lleva a la conclusión de que el valor de FVG a partir del cual el
escurrimiento deja de ser completamente líquido es menor a 0,8. Este indicio lo representan
los resultados experimentales de Vetter y Wincek (1993, p.339) en los cuales las desviaciones
entre las curvas predichas por el modelo y las curvas experimentales comienzan a ser
importante a partir de valores de FVG de 0,5. Ya para ese valor sus resultados experimentales
muestran un comportamiento de las curvas Qs vs. Δp muy similar al de las figuras 6-5 a 6-8 en
donde los escurrimientos en todo el rango de presión se mantienen casi nulos lo que resulta en
un caudal de succión prácticamente constante.
La figura 6-10 parece indicar que la bomba empleada por Vetter et al. (2000) para la
validación experimental es del tipo L2, pues para ese tipo de bomba la curva predicha y la
curva experimental coinciden prácticamente en todo el rango de operación. Si esto es cierto,
entonces la propuesta realiza en la sección 3.18 es exitosa ya que logra predecir de forma
bastante precisa la potencia interna de la bomba. Sin embargo, esto no se puede asegurar a
ciencia cierta y no hay forma de determinar con certeza de que tipo de bomba se trata.
102
CAPÍTULO 8
CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES
104
• Tanto el modelo basado en aquél propuesto por Vetter et al. (2000) como el basado en el
de Cooper y Prang (2004) permiten predecir el desempeño de una bomba de doble tornillo
operando con flujo monofásico de una manera satisfactoria.
o Geometría de la bomba
o Condiciones de operación
o Tipo de fluido
• Para fracciones volumétricas de gas elevadas (>80%) los resultados arrojados por ambos
modelos se desvían considerablemente de los resultados experimentales, siendo la razón de
ello la validez de la hipótesis de escurrimiento 100% líquido.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
107
Brennan, J. R., Czarnecki, G. J., Lippincott, J. K. & Prang, A. J. 2001, ‘Screw Pumps’, en
Pump Handbook, eds Karassik, Igor J., Messina, Joseph P., Cooper, Paul & Heald, Charles
C., McGraw-Hill, Estados Unidos de América, pp. 3.102-3.103.
Egashira, K., Shoda, S., Tochikawa, T., Furukawa, A., 1998, “Backflow in Twin-Screw-Type
Multiphase Pump” SPE Production and Facilities, Febrero.
Hersey, M. 1966, ‘Fluid Friction’, en Theory and Research in Lubrication, John Wiley &
Sons, Inc., p.44.
Martín, A., 1999, ‘New Approach Describes Multiphase Flow Behavior in Single and Twin-
Screw Pumps’. Preparado para su presentación en el Texas A&M University Student
Paper Contest, Texas.
Martínez Aurea, sin fecha, "Optimización sin restricciones" [en línea], Departamento de
Matemática Aplicada II de la Universidad de Vigo, España. Disponible en:
http://www.dma.uvigo.es/~aurea/transparencias2.pdf [14 de octubre de 2006]
Prang, Allan J. & Cooper, Paul, 2004, ‘Enhanced Multiphase Flow Predictions in Twin-Screw
Pumps’, en Proceedings of The Twenty-First International Pump Users Symposium.
Vetter, G. & Wincek, M., 1993, ‘Performance Prediction of Twin Screw Pumps for Two-
Phase Gas/Liquid Flow’, Pumping Machinery, FED-154, pp 332.
Vetter, G., Wirth, W., Köerner, H. & Pregler, S., 2000, ‘Multiphase Pumping with Twin-
Screw Pumps – Understand and Model Hydrodynamics and Hydroabrasive Wear’, en
Proceedings of The Seventeenth International Pump Users Symposium.