Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Rozitchner Revista La Biblioteca PDF
Rozitchner Revista La Biblioteca PDF
ÍNDICE
3 Editorial
Diálogos
8 • Oscar del Barco: “El poema no dice, surge en una exclamación sin sentido...”.
Por Horacio González
18 • Noé Jitrik: “La literatura dialoga secretamente, envía señas de nuestra experiencia
colectiva”. Por Sebastián Scolnik
Conflictos y armonías
36 • Descodificación del Código Penal en Argentina. Por Eugenio Raúl Zaffaroni
54 • Federalismo en el Bicentenario. Por Natalio R. Botana
64 • Modelo regional y popular de desarrollo. Por Enrique Martínez
76 • Notas sobre el jacobinismo argentino. Por Eduardo Rinesi
96 • La acción como anhelo y el futuro como imposibilidad. Por Alejandro Kaufman
Imágenes y memoria
112 • Celebrar el segundo Centenario. Por León Rozitchner
132 • ¿El porvenir sólo será un espectáculo de la memoria? Por Héctor Schmucler
144 • Treblinka de los argentinos. Imágenes de la nación: el cine y el Bicentenario.
Por David Oubiña
158 • ¿Cómo escribir la historia? Por Horacio González
Discusiones
230 • Fuegos de los Centenarios. ¿La verdad no se nos escapará? Por Javier Trímboli
248 • El Bicentenario y los usos de la historia. Por Tomás de Tomatis
262 • Negativos sin revelar. Misceláneas de los años del Centenario. Por Guillermo Korn
274 • Zonas francas. Risas y mediaciones. Por María Pia López
Fragmentos
284 • La Estrella del Sur: a través del porvenir. Por Enrique Vera y González
298 • La ciudad anarquista americana. Por Pierre Quiroule
334 • Buenos Aires en el 1950 bajo el Régimen Socialista. Por Julio O. Dittrich
354 • El diario de Gabriel Quiroga. Opiniones sobre la vida argentina. Por Manuel Gálvez
362 • Eurindia. Por Ricardo Rojas
Papeles sueltos
372 • Sobre Historia de la Biblioteca Nacional de Horacio González. Por Eduardo Rinesi
378 • Las prácticas bibliotecarias en tiempos de la Revolución. Sobre Los orígenes de la
Biblioteca Pública de Buenos Aires de Alejandro Parada. Por Luis Pestarini
384 • “Idea liberal económica sobre el fomento de la biblioteca de esta capital”. Por
Juan Luis Aguirre y Tejeda
1
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario
Investigaciones en la BN
430 • Recursos de información sobre genealogía e historias locales en Argentina. Por
Elsa Barber
444 • Biblioteca Nacional: los procesos técnicos en el Centenario. Por Elvira Arcella,
Mabel Bizzotto e Ignacio Zeballos
460 • Aproximación al archivo de Dardo Cúneo y a los sentidos de una práctica social.
Por Vera de la Fuente
476 • Algunos aspectos de la sociedad del Centenario a través del archivo personal de
Pastor Servando Obligado. Por Ana Guerra
484 • La ciudad en la obra de Francisco Felipe Fernández. Por Alicia Gloria Rubio
504 • Los conductores de la Biblioteca Pública de Buenos Aires. Sus apodos y
seudónimos. Por René Garmón, Ana Guerra, Germán Álvarez, Daniel López,
Juan Pablo Canala y Mario Tesler
530 • 1910, un año monumental. Festejos estatuarios. Por Rosana Sagré
542 Álbum
2
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario
Editorial
El porvenir de las bibliotecas nacionales
El mundo es un mundo de prácticas. Hay prácticas culturales, prácticas ideológicas, prácticas
teóricas. ¿Cuánto van a cambiar las prácticas de lectura y de tratamiento de los libros a partir de nuevas
realidades tecnológicas? Mencionamos un objeto sobre el que se ha declarado un interés reciente: el
libro electrónico. Lo seguimos llamando “libro”. La civilización y el lenguaje son prudentes. No atri-
buyen nuevos nombres livianamente. La milenaria denominación de “libro” tiene resonancias reli-
giosas, antropológicas y científicas. En sus diferentes formas, se mantiene la expresión “libro”, sean las
famosas tabletas de arcilla de las que hoy todos hablan (interés por los arcaísmos de Amazon: también
llama “tableta” al Kindle), sean los milenarios rollos y papiros, y sobre todo éstos, pues “libro” toma su
etimología precisamente del papiro, o en otros casos, de la inscripción de signos sobre pergaminos.
Está en cuestión si la humanidad asiste a una gran mutación en la que se preservará esa palabra
“libro”, pero para aplicarla a otro objeto y a otros procedimientos. El mundo procede por metonimias,
y hay que agregar: éstas se desplazan a veces circular o erráticamente del mundo natural al mundo
animal y de éste al mundo humano. El libro va del árbol a la vida, a todo ello se superpone, así como
podrá superponerse con su versión electrónica en una magna hipótesis de superposición de capas de
cultura histórica. En la génesis de todo nombre puede haber una práctica productiva primitiva que
luego se convierte en la denominación que construye genealogías familiares, nombres propios de todo
tipo. En cuanto a la palabra “libro”, la etimología puede conservar el significado de “corteza de árbol”
en un dispositivo electrónico operado a la distancia por servidores digitales.
No es posible hoy imaginar cómo cambiarán las prácticas de lectura con el libro electrónico. Las
noticias sobre las ventas de Amazon y los nuevos productos que surgirán, con nuevas y maravillosas
funciones, suponen la existencia masiva de almacenadores portátiles de textos que serán verdaderas
bibliotecas ambulantes. La capacidad de almacenamiento aumentará progresivamente, así como el
vínculo de servicios con la matriz proveedora, que acrecentará sus prestaciones, múltiples conectivi-
dades y disponibilidad de títulos, salteando las agencias intermediarias históricas, librerías, editoriales
y bibliotecas. Es cierto que son piadosos. Amazon propone distintas vinculaciones entre librerías
y bibliotecas, y se verá cuáles son. La trilogía Millenium vendió un millón de copias digitales en
Amazon; se trata de una obra cuya curiosidad también reside en una ardua disputa sobre el derecho
de autor debido a las restricciones de la ley de cohabitación sueca, lo que revela el cambio dramático
en las relaciones entre el mercado, la industria cultural y los andamiajes jurídicos existentes.
El debate respecto del libro y del periódico electrónico hace tiempo está instalado. Es muy cono-
cida la opinión de Umberto Eco respecto a que, al igual que la rueda, objeto irreductible e irrem-
plazable de la cultura material, el libro solo admitiría algunos aderezos y apliques adicionales. La
rueda admite el neumático, por ejemplo, sin modificar su estructura. Permanecería en su forma ya
concluida, con variaciones no esenciales en su práctica conocida. No sabemos si es un ejemplo apro-
piado para juzgar el futuro del libro. Un salto impresionante, superior al que se dio desde el papiro
al códice enrollado o del copista medieval hacia la imprenta Gutemberg, está sucediendo ahora. Un
salto que sólo es posible recibir con esperanza si se lo construye a partir de los legados de la conciencia
lúcida y la cultura crítica. Se trata de un salto que involucra un signo diferencial en las prácticas cultu-
rales, entre ellas la de la lectura como acto de organización colectiva y autoconstrucción personal.
Tomemos rápidamente algunas ideas de Roger Chartier, quien afirma que la lectura puede estudiarse
3
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario
como un acontecimiento cuasi ontológico. Pasan así a formar parte del armazón de la época las
decisiones colectivas alrededor del libro y las publicaciones periódicas, así como la red de lectores, las
bibliotecas, la relación entre los artículos situados a partir de decisiones editoriales en la prensa y su
posterior reaparición en libros, la decisión de publicar libros con las correspondientes tensiones entre
la tecnología, el mercado y la cultura, etcétera.
Reflexionando sobre el porvenir digital del libro, Chartier dice:
“Al menos hasta hoy, en el mundo electrónico, es la misma pantalla iluminada de la compu-
tadora la que da a leer los textos, todos los textos, cualquiera sea su género o función. Se rompe así
la relación que en las culturas escritas anteriores ligaba estrechamente los objetos, géneros y usos.
Es ésta la relación que organiza las diferencias inmediatamente percibidas entre los diferentes
tipos de publicación impresas y las expectativas de sus lectores, guiados por el orden y desorden
del discurso, por la materialidad misma de los objetos que los portan. Es esta misma relación que
queda visible en la coherencia de las obras, imponiendo la percepción de la entidad textual, aun
al que no quiere leer más que algunas páginas. En el mundo de la textualidad digital, los discursos
no están más inscriptos en los objetos que permiten clasificarlos, jerarquizarlos y recogerlos en su
identidad propia. Es un mundo de fragmentos descontextualizados, yuxtapuestos, infinitamente
recompuestos, sin que sea necesaria o deseable la comprensión de la relación que los inscribe en la
obra de la cual fueron extraídos”.
No se trata de una crítica al libro digital, sino de lo que aún le falta para situarse al nivel de comple-
jidad de las grandes culturas heterogéneas de la lectura. Sí, en cambio, es una crítica a quienes presu-
ponen que la civilización es una alegre continuidad de “distintos soportes” y que en cada momento
aparece uno superior al otro, sustituyéndolo ante la complacencia y felicidad pública. No son así las
cosas, por lo menos si los pueblos y los horizontes de constitución de la vida pública pretenden algo
más que acoplarse a la “ciencia y técnica como ideología”. Lo adecuado es, y siempre fue, realizar
severos esfuerzos conceptuales para despojar a los avances tecnológicos de su ideología hegemonista
y culturalmente homogenizadora, para devolverles primero la condición de “instrumental” (que los
laboratorios y tribus universales que los impulsan presentan con aparente ingenuidad: “son simples
herramientas”) y reasignarles a partir de ella su verdadera cualidad emancipadora, al rescatarlos de
ese falso instrumentalismo para darles una verdadera condición creadora de nuevas fuentes de vida,
conocimiento y arte.
Se convierten así en objetos no instrumentales, no dominados por “ingenieros de sistemas” por
un lado, y por “gerentes de contenido”, por otro, sino por unidades experienciales donde cada uno
de estos hemisferios se funde con el otro. En la historia de estas fusiones entre soportes y contenidos,
formas y magnitudes, se halla la historia de la ciencia en su más cabal expresión intencional y práctica:
Leonardo da Vinci, Spinoza, Einstein y Borges, para quedarnos cortos.
Una expresión que ganó desde hace décadas el lenguaje vinculado a la revolución digital en la que
todos participamos –revolución, por tanto, minoritariamente activa y universalmente pasiva–, es la
“producción de contenidos”. Hay que llamar la atención sobre ella, así como otras descripciones de la
gran mutación técnica, pues la encierran en ideas rutinarias en lugar de expandir sus verdaderos efectos
liberadores. En verdad, “producir contenidos” –un “contenido Proust”, un “contenido Cortázar”, un
“contenido Jauretche”–, significa una hipótesis de gerenciamiento poco capaz de preguntarse sobre las
complejas relaciones entre la cultura, el pensamiento, el lenguaje y la técnica. Tan entrelazadas están
que no es posible reducirlas a la mera ecuación simplificadora “forma/contenido”, sobreentendiendo
que la segunda “llena” los “recipientes” que ofrece la primera.
4
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario
La gran revolución en las comunicaciones todavía no registró su fase más elevada, que es la de
construir un lenguaje civilizatorio que supere las metáforas prestadas con las que hoy habla y llegue a
producir otra lengua que se parezca a la del objeto libro que conocemos desde hace siglos: donde no
hay distinción entre forma y contenido, sino una ideología de las prácticas de liberación a través de las
lecturas. Tanto ha triunfado esta práctica, que todos los credos despóticos o las propuestas de quitar
de la acción humana sus síntomas de autonomía, también se expresan en el mundo de esos libros,
tan eminente es su vigencia en las culturas y conflictos contemporáneos. Lo es porque son delicadas
invenciones “definitivas”.
No porque nada venga a cambiarlas, todos participaremos inevitablemente de la cultura del libro
electrónico, pero es menester dejar en ella las evidencias del gran legado, gracias al que todos los frutos
de la creación humana convivirán dramáticamente ante una humanidad en condiciones de emanci-
parse –como siempre lo estuvo, como siempre se lo dijo, como siempre se lo comprueba a diario, en
los fracasos y logros de esa percepción–, retomando las tecnologías para emanciparlas a ellas mismas
de su corazón productivo y libertario, anulándoles, entonces, sus capas funcionariales que son las que
primero aparecen, usándolas demasiadas veces de cabestro para nuevas jactancias de dominación.
Las bibliotecas históricas, con sus prácticas sociales, no desaparecerán pero contendrán funciones
nuevas, en diálogo con esas “bibliotecas ambulantes” que serán en poco tiempo más los libros y las
bibliotecas digitales. Y las bibliotecas nacionales –como ésta, que en el mismo momento en que el
lector está leyendo estas líneas cumple 200 años, de Mariano Moreno a Leónidas Lamborghini–,
tendrán como tarea adicional pensar estas nuevas relaciones: hacer ingresar en su seno las primicias del
ingenio humano y ser usinas vivientes de los nuevos nexos de lenguaje que los lectores, que la sociedad
en general exigirá de los procesos automatizados de consulta, y de la consulta como acto existencial
fundado en la libertad autorreflexiva, aquella que procura toda existencia que desea ser autónoma.
Horacio González
Director de la Biblioteca Nacional
5
Diálogos
Una indestructible tradi-
ción cultural pone al diálogo
como la cumbre del método
filosófico y de la conjunción
entre espíritus dispuestos a la comprensión. Pero basta leer en los
folios antiguos que llevan precisamente ese nombre, los diálogos
de Platón, para percibir que no vienen acompañados de otra cosa
que de una suave violencia interna que presupone que cuando
termina un diálogo, las cosas no deben quedar como estaban en su
origen. La civilización, entendida como consciente deseo de llegar a
acuerdos, es un concepto promovido por la convicción de que ellos
son una mutua cesión de aspectos sobrantes que se dejan inactivos
en nombre de una concordancia espiritual. Pero las cosas no suelen
ser así. Hay civilización porque siempre estamos preguntándonos
por lo que sobra y no encaja en los diálogos. Es decir, los diálogos
son tales porque contienen su propia negatividad, su imposibilidad
de cierre. La vieja frase “hablando se entiende la gente” es una feliz
redundancia. La sospecha aciaga de que el mundo no se compone de
tales benevolencias, siempre nos obliga al consuelo de considerarnos
hablantes en diálogo sempiterno. No es que no lo seamos, pero no
podemos disfrazar la angustia de que no hay diálogo concluso, de
que no hay diálogo que domine realmente su materia secreta e
indócil: la dificultad misma de entenderse, la desconfianza de que
hablando no necesariamente se entiende la gente. En estas conver-
saciones que publicamos late este problema, que en su sentido más
amplio, lo expresa Nietszche en su crítica a Sócrates, quizás injusta,
pero reveladora de un problema. Todo hablante lo sabe: llamamos
al diálogo como consuelo y para ver la satisfacción oscura de lanzar
hilachas inexplicables al mundo. Leyendo las respuestas de Del Barco
y Jitrik, es posible comprobarlo y anunciar que esa comprobación ya
nos pone en el umbral de la filosofía.
En el primer caso, se trata de una conversación –si puede consi-
derarse como tal un intercambio de mails que intenta salvar las
distancias físicas– sostenida por el mutuo conocimiento de las
reflexiones de cada uno de los hablantes que se siguen las pistas
mutuamente durante décadas, y que recobran nuevos aires a
partir de los más recientes ejercicios de escritura. No es que se
piense siempre lo mismo, sino que todo el tiempo se vuelve sobre
aquello que constituye una preocupación fundamental, aunque
desde nuevas perspectivas que acompañan los viejos problemas.
Como si el arte del pensamiento procediera por recurrencias que
son, en sí mismas, innovaciones.
El segundo caso, si bien se trata de temas diferentes a los que ocupan
a Del Barco, comparte rasgos comunes: con el paso del tiempo esos
problemas también retornan renovados. Se sabe de la trayectoria
de Noé Jitrik como crítico literario. Sin embargo, cada vez que
retoma sus reflexiones es como si agregara a ellas nuevas imágenes
que trabajan desmontando las expectativas de sus interlocutores.
¿Por qué aquellos autores y sucesos a los que refiere vuelven tan
distintos? No encontraremos una respuesta fácil, y quizás esa duda
nos acompañe siempre, cada vez que acudamos al paciente tono
con el que narra sus preocupaciones.
8
Entrevista
9
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
10
LA BIBLIOTECA
Diálogos N° 9-10 | Edición Bicentenario
11
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
algo que el poema dice más allá de lo A partir de estas sucintas aclara-
que efectivamente dice, y así dejaría ciones intentaré hablar de algunas de
de lado el hecho de que lo único que tus preguntas.
el poema dice es el propio poema. Y La culpa, después de la “muerte de
la verdad es que no sé nada del poema, Dios” y, en general, de la caída de los
o no sé más de lo que sabés vos y de conceptos centrales de la metafísica, es
lo que puede saber cualquiera que lo inmanente; quiero decir que es nomi-
lea (“no sé” significa que no tengo nativa: llamo “culpa” a lo que vos tal
ninguna explicación o clave última vez nombrás con la palabra “sangre”
del poema). (la “especie humana” como carnicería
Una vez dicho esto, agrego que obvia- o sevicia hiperbólica); es al peso espi-
mente vos o yo o cualquiera puede ritual de esa sangre a lo que podemos
decir, pensar, analizar, criticar, destruir llamar culpa. Claro, algunos dicen “yo
o alabar el poema. En mi “interpre- no soy culpable ni responsable de lo
tación” del poema de Juan L. Ortiz que pasa en el mundo”, en cuyo caso, y
“Ah, mis amigos, habláis de rimas...” como consecuencia lógica, deberíamos
sostuve que mi interpretación era una aceptar que en el mundo hay inocentes
de las tantas posibles. En consecuencia, por un lado y culpables por el otro, lo
y en una vía nietzscheana, pienso que que es absurdo, salvo que aceptemos
todo es interpretación, sin que haya un ser trascendente que funde tanto el
ninguna garantía de interpretación bien como el mal. De alguna manera
fundada en un autor. (aunque a algunos esta indecisión les
Teniendo en cuenta, para concluir desagrade) todos somos culpables (de
con estas observaciones, que “poeta” olvidos, de indiferencias, de maledi-
se llama al lugar-de-manifestación cencias, de envidias, de odios, etc.).
donde surge eso que llamamos poesía. Pero para entender esta afirmación
Ese lugar de manifestación de la poesía de culpabilidad es preciso no aislar
(es) en este caso lo que llamamos “yo”, los hechos. Por ejemplo, al hecho de
un yo-habla y no un yo-que-habla, que un niño muera de hambre en
como si el habla fuese un atributo de tal o cual lugar hay que subsumirlo
algo distinto al habla, y que podría así, en lo que Robert Antelme llamó “la
fundándose en esa diferencia, hablar especie humana”. En caso contrario
del poema y de las circunstancias o tanto la responsabilidad como la culpa
motivaciones subjetivas en las que se aparecen como algo inverosímil, e
produjo su manifestación. Manifes- incluso absurdo: ¿¡cómo voy a ser yo
tación que se produce, por supuesto, responsable de lo que pasa en África o
en lugares investidos empíricamente, –haciendo referencia al No matar que
y que el poema/poeta “expresa” de la vos recordás–, de la muerte del Pupi
misma manera que expresa lo trascen- en las sierras de Salta!? El problema es
dental en el acto de su manifestación. que no hay hechos aislados: si somos-
El trabajo del llamado “poeta” consiste con-otros, si no hay mónadas sino
en producir y sostener su apertura (y comunidad o “especie”, no podemos
esto conlleva necesariamente el “sacri- hacer del otro un otro aleatorio, un
ficio” del yo, la destitución del yo por otro separado absolutamente. En este
el no-hombre) para que en eso abierto sentido, el deseo de inocencia exacer-
acontezca el poema. bado puede llevar a la constitución de
12
LA BIBLIOTECA
Diálogos N° 9-10 | Edición Bicentenario
13
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
14
LA BIBLIOTECA
Diálogos N° 9-10 | Edición Bicentenario
y que el no-ser es (¡algo tan simple!); “estética” sino de lo que puede implicar
“afirmación y negación del yo”, ¡claro!, al nivel del pensamiento un poema.
porque se trata de espacios o, valga la No hay estética, hay poemas, cuadros,
expresión, de lugares diferentes que ya música, con sus particulares “estéticas”
Kant analizó in extenso: no podemos (lo pongo entre comillas para señalar
dejar de utilizar el “yo”, de decir “yo”, la imposibilidad de una tal hipóstasis).
y, sin embargo y al mismo tiempo, de En otras palabras, cada uno hace lo que
negar el yo (en realidad el enunciado se quiere y lo que puede. Pero la “estética”
enuncia solo, no hay un quién, ni un de estos poemas me parece que se
quien, del habla, y por supuesto que inscribe en esa “sangre” de la especie, o
esto puede resultar un hueso duro de después de la Shoa como diría Adorno,
roer, y ahí está la historia de la filosofía y a pesar de Adorno, universalizando la
para demostrarlo). Se trata de una Shoa como acontecimiento de sacralidad
suerte de “cinta de Moebius”: hay que intocable, irreferible, y sin embargo
emplear argumentos para decir que adentro nuestro, actual, vigente,
no hay argumentos; reconozcamos, llevando el lenguaje a su fin...
Horacio, que se trata de pura óptica Y a este fin sólo podemos señalarlo
(Derrida ya señalaba la paradoja de como sacrificio. La literatura, o mejor
que no hay más remedio que utilizar el dicho el arte, como sacrificio secular,
lenguaje de la metafísica para criticar sin ningún dios, Estado o Partido que
la metafísica). Sí, al respecto mi refe- lo recoja en su economía (de trueque:
rencia, o mi inclinación más bien, yo te ofrezco tal sacrificio y vos me das
sería hacia el Macedonio que afirmaba tales dones, etc.). El sacrificio secular
su no-almismo... es sin economía, es puro-sacrificio
Tal vez sea posible “presentar así” (a distinguir del sacrificio puro; y
Partituras; pero considero tu palabra aquí estoy haciendo una referencia al
“reflexión” en el sentido de figuración sesgo del problema del puro-amor en
(meta-fórica en cuanto llevar algo, Fenelon), un sacrificio del “yo” (sujeto,
el razonamiento, la palabra, al límite alma o espíritu) que no puede justifi-
–¿límite de qué si no hay límite?–). carse. Repito lo ya dicho: en el arte no
Y tal vez me inclinaría a ver el poema hay “yo”; luego el arte implica la extin-
como un fin, en el sentido de término, ción (o la muerte) de ese fundamento
de acabamiento: “el abandono de las egológico que, a la vez, implica la
palabras” entendido en la completud muerte o el fin de la onto-teo-logía
del doble genitivo, y lo que queda son (ser-dios-razón). Hay un momento en
restos, de acordes, de ritmos, de pala- que el llamado “artista” (al igual que el
bras... pero pregunto, me pregunto, místico, el revolucionario o el erótico)
¿por qué después de ese final surge otra toca, en un punto-real, la muerte (¡la
cosa que de alguna manera continúa “sangre”!), lo que Mallarmé, a quien
lo mismo en otro poema, como si la siempre se vuelve en este tema, llamó
palabra renaciera de su fin, renaciera “desaparición elocutoria del poeta”, y
de su muerte en una especularidad “desaparición” es desaparición. ¿Cómo
lacerada, para hablar ya solamente de no pensar en Hölderlin, en Artaud,
la muerte, o, más aun, como muerte, en Nietzsche, en Rotkho, en Staël, en
o, en tus palabras, de la “sangre”, como Pollock...? Si me preguntaras el por
sangre...? No se trata, es obvio, de la qué, la causa, de este sacrificio, de estos
15
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
16
LA BIBLIOTECA
Diálogos N° 9-10 | Edición Bicentenario
Juan L. Ortiz
17
18
Entrevista
19
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
20
LA BIBLIOTECA
Diálogos N° 9-10 | Edición Bicentenario
NJ: A propósito de las plumas que se romántico, sino más bien un impulso
instalaron como imaginación colec- que el romanticismo le da para conec-
tiva de país, la Generación del 37 es tarse con estructuras muy misteriosas
un momento particularmente intere- y secretas de la realidad argentina. Y
sante, por ser un período de muchos esa manera de considerar misterioso lo
cruces y perplejidades en relación con que ocurre por aquí, en la pampa, las
esta intención de dar fórmulas desde ciudades, las temporalidades propias,
la palabra que sirvieran para orga- es un modo de pensar romántico, pero
nizar el país. La idea de organización también local; es un pensamiento que
ya había aparecido en la Asamblea del intenta dar forma a la experiencia local
año 13, es decir, desde el comienzo para tratar de llegar a esa idea de orga-
aunque embrionariamente. Se trata nización que se va dando después.
de crear instituciones a semejanza de El grupo del 37 tiene varios nombres
los modelos franceses: ya el mismo notables, luego fundamentales: Alberdi,
nombre, asamblea, está tomado en Juan María Gutiérrez, Echeverría, y las
préstamo. Hacia los años 30 estos conexiones que mantienen con gente
intentos empiezan a capotar, se ahogan, del interior del país. Buenos Aires es,
y entonces los jóvenes del 37, presen- en ese momento, el horno del que
tándose como generación, vuelven a salen todos los panes ideológicos, esté-
replantear y reformular la posibilidad ticos y políticos, pero que encuentran
de establecer pautas para la organiza- fuera de Buenos Aires alguna gente que
ción y construcción del país. Esto se ve sobrepasa lo que la capital forjó, por
claramente en las obras de Echeverría ejemplo Sarmiento, que estaba conec-
y Alberdi, ambas inaugurales respecto tado con este grupo, pero que hace una
a las propuestas institucionales que formulación novedosa. Encuentra una
presentan. El mismo Alberdi es quien salida, que podemos ver como literaria
años después escribirá las “Bases” de la en un sentido a-genérico, no some-
Constitución. Su excepcional cabeza tida a ninguna indicación de ningún
funcionaba casi programáticamente. tipo, con una fuerza extraordinaria y
La palabra organización es impor- una arbitrariedad o locura expresiva
tante; después reaparecerá en el 80. enormes. Su obra es una irrupción
Este término viene del pensamiento dentro de un panorama en el cual los
no utópico de Francia, del sector intentos anteriores se presentan de un
denominado “eclecticismo francés”. modo desiderativo, pero tímidos en su
Echeverría recupera este término en su formulación.
libro Dogma Socialista. Esta Generación del 37 cuenta con
Pero cabe aclarar que Echeverría es el Dogma Socialista de Echeverría, los
además un escritor, es el primer escritor escritos filosóficos de Alberdi –escritor
que podríamos llamar moderno. Es que piensa en términos de nación–, la
un autor que vivió un momento de idea de cultura literaria de Gutiérrez
transición de la literatura francesa, y –quien dice que si la independencia
que fue casi testigo de las contiendas supuso cortar los lazos con España,
románticas en París. Pero, contra- para ser congruentes habría que aban-
riamente al modo en que muchos la donar la lengua española y adoptar el
presentan, su concepción literaria no francés; paradójicamente, años después,
es de sometimiento respecto al modelo Gutiérrez termina siendo académico
21
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
22
LA BIBLIOTECA
Diálogos N° 9-10 | Edición Bicentenario
23
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
Noé Jitrik empiezan a llegar las nuevas ideas inmigración y el arribo de nuevas ideas
sociales: el socialismo, el anarquismo, y protagonismos. Todo ello presenta
todas las corrientes que acompañan el alternativas literarias de otra natura-
proceso de modernización del país. leza, nuevas o viejas según se mire.
Una modernización puede ser un Hasta ese momento, y de forma domi-
hecho mental, volitivo, pero también nante, la literatura estaba ligada a lo
es un cambio estructural: la imposi- político y lo social, en el sentido de
ción de una estructura económica, la la pertenencia. Como aquella distri-
recuperación del territorio nacional bución que operaba en Europa en la
24
LA BIBLIOTECA
Diálogos N° 9-10 | Edición Bicentenario
25
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
26
LA BIBLIOTECA
Diálogos N° 9-10 | Edición Bicentenario
cambio, cuando llegan acá y ven esta hubiese existido la Generación del 98
ensalada, la pregunta se hace insos- en España, con sus figuras extraordina-
layable y se transfiere a los intelec- rias, sin la presencia y la acción poética
tuales argentinos, entre los que están de Rubén Darío.
Martínez Estrada, Scalabrini Ortiz Pero en cuanto a Sarmiento lo que
y una cantidad de pensadores que hace es escribir como un torrente y lo
empiezan a razonar e indagar sobre qué que produce es tan fuerte y germinal,
es ser argentino, qué es ser porteño. que no puede sino tener los efectos
Sarmiento y Borges parecen despren- que conocemos. Un escritor como
derse de esta tendencia, lo que no deja Martínez Estrada es sarmientino,
de ser paradójico puesto que uno y pero no porque defienda a Sarmiento
otro pasan por ser los más europeos o haya escrito una biografía sobre él,
que ha producido Argentina. Pero sino porque tiene parecida actitud, se
Borges tiene una visión muy clara diría que convulsiva, tanto respecto del
sobre el asunto: afirma que la lite- lenguaje como de la realidad, una lite-
ratura argentina, para ser literatura, ratura que siempre está por ser descu-
tiene que acompasarse con la literatura bierta gracias a su pluralidad y fuerza,
universal, no puede recluirse en una al igual que la obra borgeana.
provincia, meramente orgullosa de ser Retomando la idea del cruce naciona-
tal. Eso que a veces uno siente al tomar lista, es interesante para considerar la
contacto con ciertos escritores de inte- cuestión de la fuerza de la identidad
rior, que siempre están vociferando y su posibilidad de gravitación en la
contra Buenos Aires, y reivindicando lo literatura. Como ejemplo se suele
que son por su condición de escritores mencionar a Roberto Arlt. La pregunta
del interior, aunque lo que escriben que surge es: ¿por qué apreciamos a
sean unos versos abominables, cuentos Roberto Arlt? Un aprecio que no sólo
que no tienen ningún interés, pero eso es verificable sino creciente, luego de
no importa, simplemente arguyen que un periodo de silencio en el cual ni
son desconsiderados por Buenos Aires. la crítica corriente ni la academica se
En Buenos Aires se considera o descon- ocuparon de su obra. Poco a poco fue
sidera por razones muy complejas redescubierto y entendido como una
y extravagantes, y nunca se puede manera de ser de la literatura argen-
tener garantías de ser considerado. Lo tina, así como lo es Borges, así como
mismo, no se puede tener garantías lo es Sarmiento, como lo es Mansilla,
de consideración en el mundo para la o Lugones y una cantidad de escritores
literatura argentina, sólo por ser argen- que pueden gustarnos más o menos.
tina. Esa posición a Borges le resultó, Lugones es irreemplazable, y tratar
llegó a ser exitosísimo, se incorporó de liquidarlo es una tarea un tanto
a la literatura universal sobre la cual estúpida. El hecho de que haya termi-
gravitó, tal como lo había hecho en nado siendo un reaccionario no es
su momento Rubén Dario. Si bien era un criterio para tratar de entender la
un exquisito que escribía sobre cosas posición de su literatura dentro de
rarísimas, sobre porcelanas chinas y un proceso discursivo amplio, lo cual
princesas, expresa y manifiesta una necesita de una lectura que consistiría
fuerza de cambio impresionante que en tratar de comprender qué revelan
gravita sobre la literatura española. No los escritos de los escritores para no
27
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
28
LA BIBLIOTECA
Diálogos N° 9-10 | Edición Bicentenario
las estructuras de pensamiento tradi- LB: Suele decirse que en Borges hay
cionales, sostenidas por una estructura un movimiento transicional, entre
rural como patrón para imaginar situa- la gauchesca y los arrabales, algo
ciones, no toleran y desprecian; en ese que es retomado en una especie de
imaginario, los últimos que responden “caracterología” por Roberto Arlt,
–Benito Lynch por ejemplo aunque aunque de manera diferente, pero
muy críticamente– son desplazados también centrada en personajes de
por la obra de Arlt, que imagina submundos. Y también en Martínez
“por” la ciudad, no como exaltación Estrada hay una narración que
sino como modo de pensamiento. La caracteriza las figuras emergentes
ciudad de Arlt es siniestra, pero esa del peronismo, donde se configuran
experiencia inmediata es sobrevolada de formas notables y complejas...
por una estructura de pensamiento,
una sintaxis arrebatada, una desproli- NJ: Creo que la cuestión consiste en
jidad análoga al desorden urbano. tratar de ver los pasadizos que hay entre
En términos generales la marcha de distintas obras; la literatura dialoga
la escritura urbana es rectilínea y de secretamente, enviándose señas. Pienso
cruces, pero la escritura de Arlt es en el primer libro de Roberto Arlt, El
urbana sin ser rectilínea, es trabucada, juguete rabioso. En los últimos tramos
atravesada, ésa es su transgresión. En de ese relato el protagonista empieza
la crítica que se hace a la escritura a vender papel. La presencia del papel
de Arlt, por ejemplo de la escena de dentro de un texto literario siempre
la quinta de Temperley, en Los siete sugiere algo; cuando aparece el papel,
locos, siempre se ha puesto el acento plumas o escrituras, hay algo que se
en los sujetos extravagantes pero no revierte sobre la tarea misma y tiene
en el acceso, en la organización de alguna significación, inconsciente por
la prosa. Porque la literatura no es supuesto. El personaje vende papel
sólo decir cosas importantes, sino en las carnicerías, por lo tanto para
sobre todo construcción de lenguaje hacerlo necesita caminar, desplazarse.
y hallazgo de un modo de hallar sus Ese desplazamiento le permite describir
residuos, surgidos de órdenes de lo que va viendo, hasta que llega a una
realidad que pueden estar en cual- carnicería, un lugar bastante ominoso,
quier lugar. Eso puede verse en Arlt, en la cual un sujeto confía en él pero
siempre y cuando uno no se detenga a quien el protagonista traiciona. La
sólo en la extravagancia de Los siete crítica que se ha hecho sobre El juguete
locos, o en los conflictos matrimo- rabioso pone el acento en esa traición.
niales de El amor brujo. En Arlt A mí, lo de la traición me importa
tenemos un punto de partida, una menos, y prefiero poner el ojo en dos
nueva manera de entender la narra- datos: el personaje vende papel cami-
ción desde un imaginario diferente, nando y termina la venta en una carni-
que le debe mucho a la ciudad como cería. En ese caminar, entre un punto
estructura profunda y generadora. En y el otro, puede trazarse una relación
eso consiste, me parece, un cambio con la búsqueda de referentes. ¿Cómo
que ya estaba en la vanguardia y en se cuentan situaciones que nutren una
los primeros poemas de Borges, y que novela? Algunas maneras son pura-
luego prosigue su camino. mente imaginarias, otras resultan de
29
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
30
LA BIBLIOTECA
Diálogos N° 9-10 | Edición Bicentenario
31
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos
32
Argentina está crispada. Así
lo anuncian los profetas de la
armonía que, especialistas en
lanzar al ruedo slogans de
alto impacto comunicacional,
diagnostican con gesto adusto
y voz grave que el país se preci-
pita hacia un despeñadero. Su
Conflictos capacidad de producir sensa-
ciones y golpes de efecto se
y armonías multiplica en escenas difun-
didas a coro. Desde la radio,
la televisión y los periódicos se
nos invita a diario a ingresar
decididamente al mundo de
la sensatez y el diálogo para
dejar definitivamente atrás el
desacuerdo. Poco se advierte hasta qué punto en este enunciado reite-
rado se respira un grito de guerra.
Desde las veredas oponentes se proclama el conflicto como la base de toda
transformación social. La dinámica agitada de los acontecimientos del
presente amplía, según esta mirada, los límites de lo posible. La demo-
cracia, por esta vía, se ve enriquecida: donde hay un conflicto nace un
derecho, como si se tratase de una versión remozada de aquella célebre
frase arrojada a los vientos de la historia.
Estas miradas no parecen tan alejadas de la clásica dicotomía que
caracterizó la vida del país. Civilización o barbarie fue el signo que
permitía una inteligibilidad capaz de clasificar la dinámica contro-
versial que se remonta a las épocas decisivas de la Revolución de Mayo.
Pero lo sabemos, toda civilización está teñida de actos de barbarie, y en
su reverso, toda “barbarización” puede ser portadora de nuevos para-
digmas civilizatorios.
Quienes leyeron la historia como una sucesión progresiva de etapas
pronosticaban, apagados los fuegos de la historia, el ingreso a una
nueva adultez que dejaría atrás los períodos de luchas y desencuentros.
Para unos serían las revoluciones burguesas. Para otros, se trataba de
la emancipación de las fuerzas laborales que conducirían el destino de
la humanidad a un estadío superador de los antagonismos. De esta
manera, quedaría sepultada su pre-historia.
Esta forma de comprender los enigmas del tiempo no fue privativa de
Argentina. La tensión entre conflictos y armonías no siempre dio lugar
a pensamientos singulares, capaces de advertir las formas impuras en las
que se manifiesta el drama de la historia. Pero, volviendo a estas tierras
más próximas, ambos polos de esta inquietud nos conducen a interro-
gaciones cuyas irresoluciones se nos aparecen como aporías. ¿No supone
la armonía, acaso, una utopía ilustrada que imagina una estabilidad
mórbida? ¿Cómo podrían expresarse los malestares en este anhelo de
una sociedad sin conflictos? Por el contrario, ¿qué ocurriría si quienes
predican el conflicto como el motor de la historia dudasen de que al final
del camino nos espera la felicidad augurada? Así, bajo un dilema que se
debate entre una existencia sin riesgos y una vitalidad sin certidumbres,
pueden pensarse estos doscientos años de un país que, más de una vez,
desfiló por los abismos de su destino.
El lector encontrará aquí ensayos que dan cuenta de estas dificultades.
El Dr. Eugenio Zaffaroni traza un panorama del derrotero que siguió el
Código Penal argentino, materialización de la Constitución Nacional
que garantiza la vida ciudadana frente al poder punitivo del Estado.
En esta genealogía pueden palpitarse los ritmos políticos del país.
Natalio Botana revisa los fundamentos del federalismo argentino a
la luz de los problemas emergidos en la democracia posdictatorial:
“astenia” fiscal, sistema impositivo regresivo, disparidad de la insti-
tución legislativa respecto a su representatividad, y la constitución
de megalópolis que vuelven infructuosos los intentos por pensar una
convivencia de largo plazo.
Enrique Martínez revisa los modelos productivos sugiriendo las poten-
cialidades, no siempre vislumbradas, que ofrece la integración regional
para el planteo de una economía de carácter popular y solidaria.
Eduardo Rinesi sigue las pistas del jacobinismo en Argentina, seña-
lando la relevancia de esta forma política para comprender la historia
del país y sus movimientos más significativos. Este análisis propone
una disyuntiva: en la relación entre representantes y representados, en
sus cercanías y lejanías, se cifran las posibilidades de una democracia
más inclusiva.
Finalmente, Alejandro Kaufman se pregunta por la pertinencia de la
política moderna y los modos intelectuales con los que ésta se corres-
pondió, a partir del surgimiento de un nuevo orden global de producción
“biopolítica”. Tal disposición, inmanente a la vida contemporánea, no
se detiene en los límites regulatorios de la acción estatal.
36
Descodificación del
Código Penal en Argentina(*)
Por Eugenio Raúl Zaffaroni
37
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
necesidad del código penal inmedia- que confirmarían esta última versión.
tamente pegado a la constitución. Lo cierto es que la primera tentativa de
Muy tempranamente, en 1826 en El código se nos perdió.
Salvador y en 1831 en Bolivia con el A partir de ese momento se abrió un
Código Santa Cruz y en Brasil con largo interregno en el que se suspendió
el Código Criminal del Imperio de todo intento de codificación. En
Brasil, se abre la codificación penal momentos políticos muy convul-
latinoamericana. sionados se sancionó en Santa Fe la
En realidad, en la tradición posco- Constitución de la Confederación
lonial española los primeros códigos Argentina de 1853, jurada por todos
fueron casi reproducciones del código los gobernadores, menos por la
español de 1822, que fue el código provincia de Buenos Aires, que perma-
de la revolución liberal, que no tuvo neció segregada hasta 1860, año en
casi aplicación en España –incluso el que su incorporación provoca una
los historiadores dudan de que haya reforma a la Constitución original.
alcanzado real vigencia allí– pero la En 1863 se instaló la Corte Suprema
tuvo largamente en América Latina, que proyectó la Ley 49, que sólo tipi-
al punto que en Bolivia llegó a regir ficó delitos federales y carecía de una
por 140 años. parte general. El gobierno de Mitre
Esto prueba que nuestros movi- necesitaba de esta ley para “no ahorrar
mientos emancipadores temprana- sangre de gauchos”, como le aconse-
mente buscaron la sanción de códigos. jaba Sarmiento, y poder reprimir los
Comprendieron la necesidad de codi- movimientos del noroeste, en los que
ficar la materia penal y jerarquizarla descollaba la figura de Peñaloza. La
como complemento indispensable y tipificación de los delitos federales no
parte de la legislación constitucional. era más que un paso precario hacia la
En Argentina, como suele suceder, codificación.
se dio una historia curiosa. El primer En 1866 se le encargó la redacción de
ensayo de código penal lo hizo el un proyecto de código penal a Carlos
gobernador Dorrego, encargándoselo Tejedor, que era un destacado hombre
a un francés, Guret de Bellemare. político y profesor de Derecho Penal
La impresión de este documento se de la Universidad de Buenos Aires.
interrumpió sin explicación alguna y Tejedor se dio cuenta de que no podía
el manuscrito terminó perdiéndose inventar un código y adoptó el modelo
sin que hasta el momento haya sido históricamente más liberal que había
posible hallarlo. en Europa, que era el código de Baviera
Lo pintoresco es que tampoco sabemos de 1813 de Anselm Von Feuerbach,
mucho acerca de Bellemare. Se dice que contrapuesto al Code Napoleón. Como
era un jurista o juez francés que luego Tejedor no sabía alemán, apeló a la
regresó a su país, pero tampoco está traducción francesa de Vatel, publi-
muy claro qué hacía un francés en el cada en París en 1852.
Río de la Plata en 1829. El historiador Desde entonces, nuestra codificación
José María Rosa dice que era un espía penal tiene una característica que hoy
del gobierno francés, pero no da muchas domina en toda la legislación compa-
noticias al respecto. Algunas investiga- rada pero que en aquel momento era
ciones recientes aún no publicadas parece una novedad. El orden en el que se
38
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
39
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
40
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
41
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
42
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
43
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
44
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
45
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
46
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
hoy por todo el mundo, por lo tanto, tolerará ni la más mínima infracción,
no nos creamos originales. Responde a para mantenerlos a raya fuera de las
una circunstancia particular de ese país zonas de jardincitos ordenados.
y al cambio que provocó el abandono Esto produjo en Estados Unidos una
del modelo Roosevelt para el estado. hipertrofia increíble del sistema penal,
La particularidad local es que el que lo llevó al más alto índice de prisio-
Procurador General y el ministerio nización del mundo, quintuplicando
público en los estados son elegidos la media mundial. Generó también
por voto popular. Aprovechan esa una enorme empresa que natural-
circunstancia para generar víctimas mente tiene publicidad. Dicha publi-
héroes, y proyectarse mediáticamente cidad se mundializa. Este programa de
como los custodios de la seguridad y prisionización es costosísimo y repre-
los campeones de la lucha contra los senta un desplazamiento de inversión
malvados, saltando de inmediato a la social, para expresarlo gráficamente,
política y postulándose como gober- del hospital a la cárcel.
nadores. Esta modalidad –estadual Algunos comunicadores sociales
pero no federal en Estados Unidos–, adquieren enorme rating gracias a la
a partir de 1980 con las administra- identificación de víctimas-héroes y
ciones republicanas, se convierte en su consiguiente consagración en los
una modalidad federal, dado que el medios. Las usan
desprestigio de las autoridades fede- en estas campañas Si a alguien poderoso verdade-
rales hacia 1980 –con la derrota de v i n d i c a t i v a s , ramente le interesara la insegu-
Vietnam y el fracaso de la recupera- hasta que no les ridad, los riesgos y frecuencia
ción de los rehenes de Teherán, entre sirven más y las de victimización, lo primero
otras cosas–, hizo que los candidatos desechan. que haría es una investigación
a presidente no saliesen más del Estas son inven- seria sobre la victimización y
Senado, sino que surgiesen entre los ciones norteame- el delito. Aún no la tenemos,
gobernadores de los estados. Con lo ricanas de los a nadie le importa, y no se
cual, a partir de Reagan, se llevó al últimos treinta gasta un centavo en inves-
gobierno federal la modalidad propia años, que por tigar seria y científicamente
de los estados. cierto no tienen lo que nos pasa con el delito.
A esto se agrega que el modelo de nada que ver con El delito es sólo un pretexto
incorporación progresiva de origen la tradición ante- para demoler los límites que
keynesiano, o sea, el modelo Roosevelt, rior pero cunden el derecho penal le puede
fue reemplazado por el modelo de por el mundo. Se oponer al poder punitivo.
exclusión irremediable del festival espe- especializan en
culativo de la mafia del mercado, con mostrar como enemigos de la sociedad
las consecuencias que todos conocemos a quienes pueden obstaculizar esta
en la periferia del poder mundial, pero ampliación demagógica-vindicativa del
también en el centro, cuyos efectos aún poder punitivo; deterioran la imagen
no podemos predecir por completo. de los jueces, estigmatizándolos como
Tolerancia cero no es sólo el eslogan de aliados y encubridores del crimen.
un demagogo municipal, sino todo un Éste es el discurso que nos llega y que
proyecto político: se pasó de la inclu- se expande por el mundo con conse-
sión a la exclusión, con la advertencia cuencias que inciden gravísimamente
de que a los sumergidos no se les sobre la propia legislación.
47
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
48
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
49
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
El derecho penal necesita un alto En síntesis, hoy nadie puede decir con
grado de certeza, la ley penal debe seguridad que tiene toda la legisla-
ser muy clara, pues debe aspirar a ción penal en sus manos. El esfuerzo
que todos seamos más o menos cons- realizado a lo largo de muchos años
cientes de qué es lo prohibido y qué y que se concretó en un código que
no, qué es delito y qué no lo es. conservaron los gobiernos popu-
Nuestros abuelos lo sabían, pero hemos lares, que mantuvo vigencia intocada
perdido sus códigos, códigos con durante 40 años y que nos sirvió para
50 ó 60 tipos penales básicos, en los la coexistencia, ese código que luego
cuales, incluso en la valoración paralela manosearon los gobiernos de facto,
en la esfera del lego, más o menos se hoy, en 25 años de democracia se ha
tenía idea de lo que era delito y de lo desarmado y desbaratado.
que no lo era. Hoy los profesores de El mandato de certeza que la
derecho penal no lo sabemos; el caos es Constitución y las provincias le dan al
de tal magnitud que ni siquiera podemos Congreso Nacional, no simplemente
garantizar que tenemos en nuestras es el de legislar en materia penal, el
manos los textos de todas las leyes penales. de hacerlo en cualquier forma. Su
No se asombren, pero se dictan mandato es el de sancionar un código
sentencias con leyes penales dero- penal. El mandato de certeza se legi-
gadas como resultado del caos y la tima en un código, y hace 25 años
confusión que existe. Los propios que se agudiza la descodificación, la
magistrados tienen ediciones comer- violación del mandato de certeza de la
ciales del Código, llenas de papelitos Constitución. Lo construido a lo largo
y notas, porque tampoco hay una de cien años se ha venido a destruir en
edición oficial. 25 años de democracia, de Congresos
Nuestro Congreso transformó aquella en los que no hay proscripción, sino
vieja comisión especial de legislación que son legítimamente electos.
penal y penitenciaria de Moreno en El general Perón ordenó en 1947 la
una comisión ordinaria y por lo tanto clausura del penal de Ushuaia y se
creó una comisión permanente de tardó cuatro años en desmantelarlo. En
legislación penal. ¿Qué va a hacer una 1955 se lo reabrió para presos políticos,
comisión de legislación penal? Pues es que en 1956 se escaparon a Chile junto
natural que haga leyes penales. Pero con el personal penitenciario de Chile.
las leyes penales son excepcionales, El penal de Ushuaia quedó vacío y hoy
a diferencia del resto de las leyes. Si es un museo. Empero, el artículo 52
tenemos comisiones permanentes del Código Penal, el que servía para
en ambas Cámaras, terminarán por mandar los presos a Ushuaia, está hasta
ordinarizarse las leyes penales, dando hoy en el Código, sin que nuestro
como resultado las 200 leyes penales Congreso se haya tomado el trabajo
que tenemos y las múltiples dispo- de derogarlo. Fue declarado inconsti-
siciones penales en leyes no penales tucional por la Corte Suprema apenas
que no sabemos hasta dónde llegan, en 2006, con el limitado efecto que
ya que carecemos de una edición tiene la declaración de inconstitucio-
completa y oficial que nos garantice nalidad en nuestro país. De modo que
una información total, y una perspec- sigue vigente el artículo por el cual se
tiva de reproducción al infinito. mandaba gente a Ushuaia aunque el
50
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
penal ya no exista desde hace 60 años. código que le copiamos a Italia cuando
Hace más de cien años que un famoso ya lo había derogado tres años antes, y
autor alemán, Ernst von Beling, dijo ése es el que tenemos ahora.
que el derecho penal de fondo, el Además, hay un pequeño detalle:
del código, no le toca un solo pelo al tenemos juicios orales pero corremos el
delincuente, pero el derecho procesal tremendo riesgo de que en el proceso
penal, aquél que establece el procedi- penal nos desaparezca el juicio, por
miento –esto lo digo yo– es capaz de efecto de una pequeña característica
arrancarle la cabeza al ciudadano. que le copiamos a los norteameri-
Efectivamente, tenemos un proceso canos y está difundiéndose por todo el
penal precioso, sólo que la mayoría de mundo. En Estados Unidos los juicios
nuestros presos no están condenados. por jurados son para la televisión, pues
Las penas de nuestro Código Penal no se resuelve de ese modo sólo el 3% de
se aplican, sólo se aplican las penas de los casos (algunos dicen que el 6%). Los
Código de Procedimientos, es decir, restantes juicios se resuelven por extor-
se aplica la pena antes de la sentencia. sión. Es decir, se le impone que acepte
Esto se da en toda América Latina. una pena menor bajo amenaza de ir al
Entre el 70 y el 90 por ciento de jurado y con una defensa precaria se le
nuestros presos no están condenados, imponga una pena altísima.
pero están procesados. En Argentina Algo parecido tiende a pasar en
estamos cerca del 70%. Permanecen América Latina, entre nosotros. Es
en prisión sólo los condenados a los el famoso procedimiento abreviado,
que al momento de la condena, por la famosa negociación con la cual
tratarse de algún delito grave, les corremos el riesgo de suprimir el
quedan algunos años que cumplir juicio y montar una máquina infernal
antes de volver a su casa. de condenar, a través de presiones y de
Por cierto que algunos son absueltos amenazas respecto al juicio oral. Esto
al cabo del proceso: pese a todo el se ve favorecido por la congestión de
esfuerzo realizado por condenarlos, los tribunales orales y una circuns-
no ha sido posible, quizá porque eran tancia que no puedo dejar de señalar:
inocentes, pero de cualquier modo y nada hay más aburrido que ser juez de
por las dudas, ya le hicimos cumplir juicio oral. Siguiendo la norma buro-
la pena. Es decir, tenemos invertido crática y tratando de descartar trabajo,
absolutamente todo en el sistema y además por la imposibilidad mate-
penal. Aunque esto es un decir, o sea, rial de realizar la enorme cantidad de
invertido conforme al discurso jurídico, juicios orales, el camino que se abre
pero quizá esté proyectado para que en hacia el futuro es un gravísimo riesgo
los hechos funcione de este modo. de desaparición del propio juicio. En la
Primero tuvimos un código procesal realidad, caminamos hacia un proceso
copiado del que tuvo España en el peor penal sin juicio. De un sistema que
momento de la Restauración borbónica pena sin condena, estamos pasando a
y nos rigió provisoriamente mientras se otro que condena sin juicio.
mejoraban las instituciones. Como lo Creo que todos estos problemas son
provisorio es lo más permanente, ese una deuda que tiene el Congreso
código rigió entre 1886 y 1992, o sea, Nacional, una deuda del Poder
106 años. En 1992, establecimos un Legislativo para con los ciudadanos.
51
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
52
54
Federalismo en el Bicentenario(*)
Por Natalio R. Botana
El tema del federalismo puede ser ¿A qué se debe esta cuestión irresuelta?
tratado de una manera retórica –estilo Hay un primer punto a señalar, que
abundante en los ensayos consagrados aquellos que han nacido en democracia
al respecto– o de un modo que exija a veces olvidan, a diferencia de los que
penetrar en los problemas no resueltos hemos tenido que soportar la larga
en esta materia. Argentina es en la actua- noche del autoritarismo en Argentina.
lidad, por definición, un país regido Desde el año 1983, el federalismo en
por una constitución. Sin embargo, lo nuestro país está envuelto por una
que a continuación trataré de demos- activa vida electoral. Se vota cons-
trar es que lejos de ser un régimen tantemente cada dos años, y a veces
federal, tal cual la Constitución lo ha hay elecciones entre esos intervalos.
delineado, es más bien un régimen Excepto la elección directa de presi-
aquejado por muchas inconsistencias dente y vicepresidente, que ocurre cada
unitarias. Por eso, el federalismo no cuatro años, todos los demás procesos
alude en Argentina a consenso insti- electorales tienen lugar en el marco de
tucional, sino a un conflicto que atra- la organización federal, es decir, en los
viesa en son de alarma un pasado de 24 distritos electorales (las 23 provin-
200 años. Este conflicto empezó en cias y la Ciudad Autónoma de Buenos
1811 con la llegada de los diputados de Aires). El planteo de estos dos órdenes
los cabildos del interior, que posterior- electorales, el de las provincias y el de
mente integraron la Junta Grande. la elección nacional, tal vez permita
Estos antecedentes son previos a entender mejor la impronta que tiene
una suerte de punto de partida del el federalismo argentino cuyos orígenes
Bicentenario que celebramos y que se remontan a la fórmula centralizante
comienza en el año 1983, unos antece- que se puso en marcha, en medio de
dentes más recientes marcados por el guerras exteriores e intestinas, a partir
fenómeno inédito de más de un cuarto de 1853. Una impronta “alberdiana”,
de siglo de ejercicio ininterrumpido de podríamos sugerir, que impregna
la democracia. la constitución argentina, con sus
Si bien la proporción de intervenciones vicios y bondades, y que se refleja,
federales a las provincias desde esa fecha sobre todo, en las malformaciones de
ha sido mucho menor –comparada con nuestro régimen fiscal. Como en cual-
otros períodos como, por ejemplo, el quier fórmula federal, de las muchas
que se abre con la primera transición conocidas en el mundo, en Argentina
a la democracia con la presidencia de se planteó un conflicto entre dos
Hipólito Yrigoyen en 1916–, la recu- órdenes de competencia y jurisdicción:
rrencia de ciertos problemas como la el nacional y el provincial. Luego de
sobre-representación, y la sub-represen- largos procesos, plagados de violencia
tación de los legisladores en la Cámara y dictaduras, terminó prevaleciendo
de Diputados, así como la demora en entre nosotros una inclinación evidente
resolver mediante una ley de copartici- a favor del orden nacional.
pación federal la distribución de recursos De aquí se deriva la contradicción,
fiscales entre la Nación y las provincias, que padecemos en estos años de
hacen que el federalismo aparezca una democracia, entre un vigoroso fede-
y otra vez en el debate político bajo el ralismo electoral y un asténico fede-
signo de la contradicción. ralismo institucional. La astenia,
55
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
56
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
fiscal; en Brasil, en cambio, un régimen basta con repasar los conflictos severos
federal como el argentino, los recursos en materia salarial, con la secuencia de
propios de las provincias representan enfrentamientos entre los sindicatos de
el 31 por ciento. Ni hablar de Estados maestros y los gobiernos provinciales.
Unidos donde los recursos propios de Ante este escenario resulta imperioso
las provincias representan alrededor plantear la necesidad de impulsar una
del 40 ó 45 por ciento. reforma del federalismo a través de una
Esto nos da una idea acerca de cómo nueva ley de coparticipación federal.
refracta en nuestra circunstancia el El 1994 la Constitución Nacional fue
antiguo argumento de la teoría política reformada. En dicha reforma hubo
que giraba en torno a la apariencia y la una cláusula transitoria, la sexta, que
realidad. Tenemos, en los hechos, un obligaba al Congreso a dictar una ley
federalismo caligráfico, como Alberdi de coparticipación federal en un plazo
solía calificar a las constituciones de máximo de tres años. En este punto
1819 y 1826: bellas creaciones litera- el silencio parlamentario es muy
rias con escaso asidero en la realidad. elocuente: desde el año 1997 nada se
Por este motivo, las iniquidades más ha hecho. Y es un hacer desafiante, ya
flagrantes que deberían ser compen- que como ocurrirá ahora con la discu-
sadas con una nueva ley de coparti- sión parlamentaria en torno al proyecto
cipación federal, sobresalen en esa presentado por el Ejecutivo en materia
periferia rica en su economía, y pobre de organización y elección de candi-
en lo que respecta a la capacidad fiscal datos en los partidos políticos, este
para implementar políticas públicas. tipo de leyes requieren mayorías cali-
En especial, por deber de justicia, ficadas. Son leyes-convenio que exigen
aquellas vinculadas con la margina- el voto de la mitad más uno de los
lidad, la pobreza y la exclusión en los miembros de las Cámaras. Se trata de
conglomerados urbanos. una ley convenio que por ser atinente
Cuando se puso en funcionamiento al federalismo debe ser iniciada por el
en clave oligárquica nuestro régimen Senado, y posteriormente, requiere la
federal (recordemos la Ley 1420), gran adhesión o rechazo de las provincias.
parte de la educación primaria, escuelas Es, por cierto, un desafío enorme,
normales y colegios nacionales, estaban pero creo que si queremos asumir el
junto con las universidades en manos Bicentenario con temple arquitectó-
del Estado nacional. Hoy lo único que nico es hora de enfrentar los grandes
queda bajo la jurisdicción del Estado desafíos a través de la deliberación y el
nacional son las universidades nacio- consenso, dado que son leyes de este
nales. El resto de las estructuras educa- tipo las que se requieren urgentemente
tivas están en manos de las provincias, en Argentina, esto es, consensos de
es decir: son las provincias las que naturaleza fundacional.
tienen que financiar la educación, en Ahora bien, ya lo hemos dicho,
los dos niveles, junto con la seguridad este cuadro pinta el paisaje de
y la salud. Por tanto, cuando hablamos un conflicto que alude también a
de astenia, su signo más elocuente es el los problemas atinentes a nuestro
hecho de que en muchas de las provin- régimen fiscal. Concibo, por consi-
cias argentinas la educación pública no guiente, la necesidad de un nuevo
está funcionando o lo hace mal. Nos “pacto federal”, unido a la exigencia
57
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
58
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
punto que nos cuesta trabajo entender Buenos Aires no había cedido la Aduana
a los argentinos. Sin impuestos al servicio de todo el país. La Aduana
directos no hay vínculo ciudadano que tenía tal relevancia por el hecho de que
me permita hacer valer mis derechos no había, en aquellos años, otra institu-
por estar cumpliendo una intransfe- ción comparable en materia de recau-
rible obligación personal. El pago de dación de impuestos. Era un sistema
impuestos indirectos está condenado a muy sencillo: si aumentaba el comercio
perderse en el anonimato. –el sueño de
Este intrincado asunto tiene su origen Alberdi–, aumen- En realidad, lo que hoy
en un importante texto publicado taba la riqueza; tenemos en Argentina respecto
en 1855: Sistema económico rentístico si aumentaba la al contrato fiscal es un proceso
para la Confederación Argentina según riqueza, aumen- de frágil legitimación. En lugar
su Constitución, cuyo autor fue Juan taban también los del círculo virtuoso de una
Bautista Alberdi. Es un texto liminar recursos fiscales. ciudadanía fiscal, nos encon-
en el pensamiento político-económico Tal fue la clave tramos frente al círculo vicioso
argentino, por tener la característica de del pensamiento de gente que no opera con
correr parejo con los famosos artículos alberdiano: nacio- criterios de ciudadanía –en el
escritos por Hamilton para defender la nalizar el Estado, sentido de que el ciudadano
constitución de los Estados Unidos en un punto central asume el bien general en su
1788, y que después fueron reunidos, con el que estoy conducta–, sino que lo hace al
junto con los de Madison y Jay, en el completamente modo de habitantes volcados
texto conocido como El Federalista. de acuerdo. Pero a la defensa de sus intereses
La obsesión que tenían estos autores Alberdi, además particulares.
consistía en inventar todo desde la de estos impuestos
nada. Entre 1788 y 1855, el federalismo indirectos, no propuso otros impuestos
aún no existía en el mundo vaciado en relevantes bajo jurisdicción nacional, y
el molde del Estado nacional. Lo que dejó la organización de los impuestos
sí existían eran confederaciones laxas, directos en poder de las provincias. Para
y en el caso de Argentina, aquella ello estableció una fuerte restricción
Confederación establecida en el Pacto constitucional por la que corresponde
Federal de 1831 que otorgó a la Aduana exclusivamente al gobierno nacional
de la provincia de Buenos Aires una percibir impuestos indirectos.
posición hegemónica con respecto Esto quedó escrito en la Constitución
al resto del país, en tanto todos los que a partir de 1853 tuvo nume-
recursos de importación y exportación rosas reformas: en 1866, en 1898, en
revertían sólo sobre dicha Aduana. 1949, en 1957, y por fin en 1994.
Es decir que cuando Alberdi escribe Sin embargo, en ninguna de ellas se
Sistema económico y rentístico..., lo hace tocó este principio. De tal suerte que
en plena guerra civil, asumiendo las Argentina está protagonizando, como
características económicas que propi- en muchas otras cuestiones, una pieza
ciaron dicha guerra concluida proviso- de ficción, dado que para tener que
riamente con la batalla de Pavón. pagar impuestos directos en todo el
En ese entonces, el gobierno que presidía país, cada año invariablemente, a partir
Urquiza, y luego su sucesor Manuel de 1932, el Congreso vota una ley de
Derqui, carecía de recursos fiscales emergencia que tiene vigencia anual y
como efecto de que la provincia de es sistemáticamente prorrogada.
59
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
60
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
Éste es el gran desafío que tiene por senta a toda la población por su número.
delante la representación política en Una rápida mirada sobre nuestro país
Argentina: poner en marcha lo que nos permite comprobar que estos requi-
podríamos denominar “leyes constitutivas sitos no se cumplen. La representación
del Bicentenario”, dentro de las cuales igualitaria del Senado se desequilibra
la ley tributaria y fiscal es condición debido al desfasaje que se advierte en la
necesaria para llevar adelante otro tipo Cámara de Diputados. Dicha cámara
de leyes constitutivas en el campo de la es un recinto que alberga a provincias
educación, la salud, y en aquel terreno en chicas sobre-representadas, y a provin-
que se disparan los dardos de la injusticia cias grandes sub-representadas. Es una
distributiva: el campo de la exclusión y ley que rige intocable, a pesar de ser
la marginalidad. Al plantear estas cues- herencia de la última dictadura militar.
tiones, estoy hablando de derechos. No Parece una ley pétrea, inmodificable.
obstante, generalmente olvidamos que Tomemos seis provincias de la región
los derechos cuestan dinero, dado que sin pampeana y patagónica: La Pampa,
respaldo material, los derechos son pura Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa
virtualidad. El respaldo material para los Cruz, y Tierra del Fuego (aclaro que
derechos es la obligación asumida por el este trabajo se basa en datos censales de
ciudadano que percibe que su esfuerzo hace diez años).1 Estas seis provincias
fiscal, proporcional y progresivo, es tienen una población en conjunto de
correspondido por el Estado. 2.037.545 habitantes, cifra que reúne
Además del tema fiscal, hay otro en la cámara a 30 diputados. Cada una
problema importante que aqueja al de ellas tiene asignado un mínimo de
federalismo argentino. Desde que se cinco diputados. La provincia de Santa
pensó y puso en práctica la teoría del Fe por su parte, con 3.700.000 habi-
federalismo político, la pregunta acerca tantes, está representada sólo por 19
de la escala geográfica de los territorios diputados. Por su parte, la provincia de
que participaban del Pacto Federal, que Córdoba, con una población semejante,
en Argentina se llaman provincias –en está representada por 18 diputados. Pero
Estados Unidos y Brasil estados, y en además de esta evidente disparidad, la
Suiza cantones–, inquietó a los consti- provincia de Buenos Aires emerge en
tucionalistas y legisladores. Porque el este cuadro como un Leviatán demográ-
federalismo, en tanto teoría política, es fico que engulle cerca del 40 por ciento
una apuesta a favor del equilibrio entre de la población total de la República. Feria La Salada
las unidades que pactan esa forma de
Estado y ese régimen de gobierno.
Los norteamericanos y luego los suizos
–Alberdi conocía el proyecto de consti-
tución federal para Suiza de Pellegrino
Rossi– plantearon estos problemas y
los resolvieron mediante una invención
notable: establecieron dos cámaras, un
Senado que representa la igualdad de
todos los estados, cantones o provincias,
con un mismo tipo de representación;
y una Cámara de Diputados que repre-
61
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
62
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
debilidad fiscal. En el caso de tener que 18.000.000, y eso sin hablar de las
describir a esta provincia, lo haría con megalópolis chinas, indias o africanas.
una frase orteguiana; diría que es un Por primera vez en la larga historia de
“gigante invertebrado”, una población la humanidad, el mundo es predomi-
enorme, con los peores contrastes de nantemente urbano. Ahora bien, ¿cómo
Argentina, donde se produce el choque gobernar la megalópolis? Porque además
feroz de las desigualdades. Choque que de democrática, Argentina es una repú-
se acrecienta cuando los sectores están blica, y desde que la república fue pensada
próximos, cuando se tocan aunque no por los romanos, siempre interpeló la
quieran reconocerse. Mundo de habi- imaginación del legislador planteando
tantes, diría Rousseau, no de ciudadanos. un problema de escala. ¿Cuál es la mejor
Este gigante que, si bien posee esa escala para que florezca la ciudadanía
potencia electoral, es al mismo tiempo con sus conflictos y armonías?
castigado fiscalmente. La última Habría que preguntarse, por consi-
provincia argentina reconocida como tal guiente, si es realmente posible cons-
es Tierra del Fuego, provincia pequeña y truir un federalismo a escala humana
deshabitada. Por cada uno de sus habi- con este desequilibrio demográfico,
tantes recibe 2.665 pesos, en concepto de social y urbano. Por ejemplo, Estados
coparticipación federal. La provincia de Unidos tiene también megalópolis,
Buenos Aires recibe 368 pesos. He aquí la pero mantiene cierto equilibrio entre
contradicción que estalla en el escenario Los Ángeles y Nueva York, entre
del Gran Buenos Aires: la brutal escisión Chicago y Houston. Aquí en Argentina,
entre ricos y pobres. Este problema de tenemos por un lado Buenos Aires y
astringencia fiscal se remonta a décadas, luego el país: la megalópolis y el resto.
y hace que la provincia quede directa- Se imponen, pues, audaces políticas
mente dependiente de los favores del de descentralización y, como comple-
“príncipe”, porque de lo contrario carece mento, políticas de cooperación admi-
de capacidad de respuesta. nistrativa en las grandes áreas urbanas.
Estamos, pues, frente a un gigantesco Concluyo. Estamos inmersos en un
problema en lo que atañe a la confor- círculo, que espero no sea dantesco sino
mación de la Argentina moderna. La ascendente, donde lo fiscal, lo federal
provincia de Buenos Aires se ha colmado y lo urbano se interpenetran. Hemos
a partir de 1880 sin ningún plan ni polí- hecho un diagnóstico, y tenemos la
tica alguna de descentralización. En esta esperanza de que frente a tal diagnós-
provincia se levantó la gran esfinge del tico podamos obrar en consecuencia.
siglo XXI: la Megalópolis. El Conurbano,
más la Ciudad de Buenos Aires, concen-
tran alrededor de 13.000.000 de habi- (*) Conferencia brindada en el marco
tantes, el Distrito Federal de México del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
concentra alrededor de 24.000.000, San en el Bicentenario”, organizado por la
Pablo casi 23.000.000, Río de Janeiro Biblioteca Nacional durante el 2009.
NOTAS
1 Véase, para los párrafos siguientes, mi ensayo “La democracia republicana en el Bicentenario”, en
Natalio R. Botana (ed.) (2010), Argentina 2010. Entre la frustración y la esperanza, Buenos Aires, Taurus.
63
64
Modelo regional y
popular de desarrollo(*)
Por Enrique Martínez
65
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
66
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
67
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
68
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
en este país como en todos los de la una vivienda digna. Recién después
región. Se ha consolidado una dife- de establecer claramente estos obje-
rencia de ingresos y oportunidades tivos, hay que pasar a discutir cómo
muy pronunciada. Y debemos señalar conseguirlos, y no seguir discutiendo
también que los empresarios nacio- cómo se consigue
nales se han subordinado económica- eso a condición Vivimos con una lógica que
mente e ideológicamnete a las cadenas de crecer el 9 admite la existencia de países
de valor transnacionalizadas, al pensar por ciento anual, ricos rodeados de países
que no existe una solución posible objetivo para el pobres, o regiones ricas, dentro
para todos. Verdaderamente, cuando cual se derrocha de la misma frontera nacional,
se llega a pensar esto, estamos al borde empeño en ir a vinculadas con regiones pobres;
de la disgregación, o adentrándonos buscar a la multi- lugares donde se consume y
en ella misma. Los empresarios, inexo- nacional para que gente que se muere de hambre
rablemente, están destinados a pensar ponga el hiper- dentro del mismo país. Una
que serán ellos quienes se salven. mercado, buscar lógica no sólo perversa e
Para pensar en términos positivos, excavadores para inequitativa, sino insusten-
¿cuál es el verdadero desafío? Yo me abrir la mina, table. Desde el punto de vista
remito al modelo nacional y popular, o exploradores económico más elemental, la
y postulo empezar por recuperar su que encuentren lógica de que alguien pueda
objetivo primario: que todos tengan un yacimiento tener una oferta permanente-
las necesidades básicas satisfechas. La gasífero. Hay un mente creciente, tiene que ver
primera condición para esto es eliminar camino dema- con que del otro lado alguien
los razonamientos en cascada. siado largo e lo demande, alguien consuma.
Lamentablemente no hemos podido intolerable entre
aún sacarnos de encima la teoría del el yacimiento gasífero y el formo-
derrame. Por izquierda o por derecha, seño que está muriéndose de hambre.
tendemos a tratar de aumentar la Debemos encontrar una lógica que
producción todo lo que se pueda en el parta del objetivo a perseguir: todos
contexto internacional; creemos que comen, todos se visten, y todos se
con el incremento de la producción se cobijan en una vivienda digna.
reducirá la desocupación y se cubrirán Para conseguir esto se requiere a mi
las necesidades del conjunto de la juicio, nuevos actores productivos.
población. No es así, es más, estamos Una política pública debería tener una
en un gigante laboratorio que nos lo propuesta sostenida para los actuales
demuestra. Hace siete años que venimos actores productivos, pero dentro de
creciendo a tasas chinas, y la pobreza se esa política también debería jugar
redujo un poco, pero también admi- un papel importante la aparición de
tamos que existe. Y si hemos crecido nuevos actores: productores familiares,
el 9 por ciento durante tantos años, y cooperativas, municipios pequeños,
la pobreza sigue existiendo en dimen- ámbitos públicos. Grupos que puedan
siones significativas, quiere decir que ser protagonistas de proyectos que
no hay una relación lineal que permita busquen que aquellos que no trabajan,
establecer que la cascada vale. y por lo tanto no comen, trabajen y
En rigor, el objetivo debe ser plan- coman en forma directa.
teado de forma directa: todos comen, Esto tiene que estar acompañado por
todos se visten, y todos se cobijan en crédito industrial de otro cuño, un
69
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
crédito que sea pagable con la evolu- que generan un movimiento circular
ción de la actividad, como fue el crédito donde el que inicia la rueda también
industrial histórico. No un crédito que gana. Vivimos con una lógica que
pregunte “cuánto tenés para hipo- admite la existencia de países ricos
tecar”, sino un crédito que se asocie. Si rodeados de países pobres, o regiones
alguien pone un matadero de cerdos ricas, dentro de la misma frontera
en Tucumán, que pague en función nacional, vinculadas con regiones
de su flujo de fondos en un tiempo pobres; lugares donde se consume y
razonable, y si en cierto momento los gente que se muere de hambre dentro
cerdos se mueren por algún motivo, del mismo país. Una lógica no sólo
esto sea tomado como razón suficiente perversa e inequitativa, sino insus-
para interrumpir el pago y continuarlo tentable. Desde el punto de vista
el año siguiente. económico más elemental, la lógica
Ésta es la lógica que debemos Eso es lo que de que alguien pueda tener una oferta
incorporar profundamente, es hizo el Banco permanentemente creciente, tiene que
decir, que no debe haber nece- Industrial en ver con que del otro lado alguien lo
sidades insatisfechas dentro del Argentina durante demande, alguien consuma.
propio país, como de ningún m u c h í s i m o s ¿Cómo podemos imaginar que los
país aliado. Deberíamos pensar, años, y lo cierto ecuatorianos, los venezolanos o los
dentro de nuestra mirada a largo es que nunca bolivianos, van a relacionarse con
plazo, que nuestro proyecto lo estafaron los Argentina, o los formoseños con los
sólo será sustentable si los pequeños, sino los porteños, si tienen riquezas naturales y
bolivianos que hoy no tienen grandes amigos material humano que no pueden apro-
electricidad, que son más del del poder. vechar por no tener el conocimiento
60 por ciento de la población, Además de los tecnológico adecuado? ¿Debemos
o que no tienen capacidad de nuevos actores suponer que ellos van a generarlo a
producir sus propios alimentos, productivos y del lo largo del tiempo y que dentro de
puedan hacerlo. Para que eso crédito indus- una generación los formoseños sabrán
suceda no necesitan dinero de trial, necesitamos transformar la papaya en papaína? ¿O
los argentinos, sino nuestra saber cómo. Hay sería mucho más sensato tratar de conse-
ayuda técnica. un problema de guir que los formoseños produzcan
conocimiento en sus propias carnes, sus propias leches,
el mundo actual que precisa de una vestimenta, y como consecuencia de
figura: la solidaridad tecnológica. ello, los fabricantes de equipos frigo-
El concepto de solidaridad tecnoló- ríficos, equipos para industria láctea,
gica no es un término que remite a la o vestimenta, florezcan en Argentina?
piedad, tampoco al asistencialismo. Obviamente, para conseguir esto,
Es un concepto circular que parte de aquel vendedor cordobés que trans-
admitir que quien es capaz de trans- porte carnes a Formosa venderá menos
ferir conocimiento de una región a porque ya no será sensato hacerlo, pero
otra, para que en ésta última se cons- podrá implementar otro proceso para
truya un tejido productivo, inexora- poder exportar carnes al exterior.
blemente se beneficiará. En el lugar La segunda condición para tener
donde se construye ese tejido produc- un país mejor es contar con auto-
tivo aparecerán nuevas demandas de nomía económica, social y política.
bienes y de conocimientos, demandas La primera es condición necesaria, si
70
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
71
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
72
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
73
76
Notas sobre el
jacobinismo argentino(*)
Por Eduardo Rinesi
77
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
78
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
79
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
80
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
que haya sido) la faz moderna de los primero en Francia y Alemania, pero
países de nuestra región, y ése es, por enseguida también en América del
esa razón, uno de los tópicos recu- Sur, dos siglos atrás. Y que es funda-
rrentes y más interesantes del discurso mental para el argumento que quiero
del presidente Chávez. presentar hoy, porque es exactamente
Así lo indica, en efecto, Arnoux, quien cuando existen esos espacios públicos,
subraya la fuerza que tiene en la retó- cuando esos espacios públicos existen
rica de Chávez el ademán pedagógico, y están densamente habitados de pala-
escolar, típicamente ilustrado, del bras, de discursos y de discusiones, que
líder que es también un intelectual los gobernantes que gobiernan con un
y que recomienda lecturas, exhorta oído atento a esas discusiones pueden
a leer, alfabetiza y enseña mientras considerarse representativos del pueblo
habla, sugiere libros y muestra su que las protagoniza, o incluso, como
pertinencia y su utilidad en el combate dice el presidente Chávez, una y la
político presente. Recomienda, por misma cosa que ellos. “Porque Chávez
ejemplo, Los miserables, de Víctor no es Chávez” –lo cito–: “Chávez es el
Hugo: “Novela monumental, yo les pueblo venezolano. Vuelvo a recordar
recomiendo que la lean y sobre todo al gran Gaitán cuando dijo lo que yo
nosotros los que estamos metidos en de vez en cuando repito, desde que me
esta batalla”. O recomienda el Quijote: di cuenta, desde que siento en el alma
“Yo ya comencé (...) a releerlo, vamos aquello mismo que dijo Gaitán un
todos a leer el Quijote. Ésa es una día: ‘Yo no soy yo, yo soy un pueblo’”.
obra universal (...) que además nos De nuevo es posible ver aquí la rela-
recoge mucho a nosotros, a Bolívar, ción entre el pasado y el presente: ayer
que fue un Quijote”. Son fantásticos –vimos antes que decía el presidente–
estos pasajes, que nos permiten ver un San Martín, Artigas y O’Higgins
conjunto de tópicos fundamentales echaron, junto al pueblo, a los espa-
del discurso de Chávez: la dimensión ñoles; hoy Chávez enfrenta, junto al
épica de la acción política, el lugar del pueblo, a los nuevos representantes
líder, que además –insisto– es un lector de las fuerzas del imperialismo, a los
y un maestro, y se presenta como tal, dueños del poder político y econó-
la importancia de la alfabetización, de mico del mundo.
la lectura, de la cultura escrita, de la Así, si en las versiones más racio-
discusión de ideas. Es en esa discusión nalistas del proyecto moderno de
de ideas, y de ideas escritas, de ideas de ampliación progresiva del espacio
la alta cultura letrada, que se conforma público, de la esfera público-política,
un pueblo libre. El populismo de uno puede imaginar ese espacio o esa
Chávez, acaso el más arquetípico de esfera como tendiendo a configurar
los populismos de la hora actual en un ámbito casi anónimo de discu-
América del Sur, es hijo –y un hijo siones indulgentes y bien informadas
autoconsciente y militante– de la gran entre sujetos autónomos y libres,
ilustración, de la cultura libresca y que intentan determinar las mejores
del sueño, típicamente moderno, de medidas de gobierno para alcanzar
un ensanchamiento de los espacios algo parecido al bien común, tratando
públicos de deliberación y de debate de convencerse mutuamente sin otra
que esa gran tradición letrada soñó coacción (como dice en más de un
81
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
82
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
83
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
compañía que la de Hobbes si uno se de ella para darle un uso diferente, una
duerme soñando con Rousseau. Si no es categoría no ya histórica sino teórica
esa evolución, esa dialéctica, ese movi- de alcance más general), el balance
miento de Rousseau a Hobbes lo que histórico, digo, de esa experiencia de la
define la lógica misma del jacobinismo. historia política francesa nos presenta
¿Sería eso condenable? ¿Estaría eso en general al jacobinismo como un
mal? No parece posible decirlo con momento de ruptura violenta con
tanta ligereza. De hecho, como sugería un pasado que difícilmente podría
hace un momento, los movimientos haberse dejado atrás de otra manera, y
jacobinos han sido muchas veces a su inevitable caída como la apertura a
enormemente productivos, enorme- un tiempo nuevo que tampoco podría
mente eficaces, y sin duda la capa- haberse conquistado sin ese exceso
cidad de operar sobre la historia que inicial. Ese exceso jacobino, entonces,
este sistema de concentración de la destinado a ser superado por el mismo
soberanía y el poder importa permite proceso que él desencadenó, no podría
a veces promover transformaciones ser condenado ligeramente.
muy notables. Nadie podría condenar Pero ni es necesario confiar tan ciega-
eso ni dejar de alegrarse cuando esas mente en que el progreso subterráneo
transformaciones se producen. Pero sí de las fuerzas secretas de la historia
me parece posible sostener que todos justifiquen siempre, al final, los
los avances y las transformaciones que momentos en que esa “desconexión”
se realizan en una sociedad de esta entre dirigentes y dirigidos permitió
manera tienen la enorme fragilidad acaso progresos más vigorosos y nota-
que les otorga una base de sustenta- bles, ni puede tampoco asegurarse
ción tan quebrantable. ¿Qué queda de que siempre haya sido “mejor” o más
las grandes realizaciones promovidas y avanzado el resultado global de estos
alcanzadas por estos grupos a la caída desarrollos que los puntos de arranque
de los mismos? Y antes aun: ¿qué posi- de los que partían. Considerando el
bilidades tienen estos grupos de evitar proceso revolucionario de mayo de
esa caída si no han logrado construir 1810 en el contexto de cuyo próximo
(¿y cómo hacerlo sino generando esos bicentenario estamos proponiendo
espacios de discusión y de debate, estas discusiones, Tulio Halperín
amplificando esa esfera de la opinión Donghi ha escrito en su enorme
pública política a la que me venía refi- Revolución y guerra, que el mismo
riendo?) una legitimidad social que constituye, con todos sus arrebatos
los sostenga? Sé que estoy planteando y con todas las energías políticas que
un tema enorme que no podríamos se empeñaron en el mismo, menos
considerar acá sin incurrir en simplifi- el escalón necesariamente doloroso
caciones groseras. El balance histórico hacia una etapa de superación de los
de la Revolución Francesa, que es el obstáculos de la fase precedente de
acontecimiento o el proceso en relación la historia que una suerte de bisagra
con el cual la expresión “jacobinismo” entre dos tipos de sociedades orga-
adquiere su sentido histórico preciso nizadas internamente, y articuladas
(aunque aquí estoy tratando de volver con el resto del mundo, según sendos
a esa categoría, surgida de esa historia “pactos coloniales” entre los que no
pero que podemos tratar de emancipar está claro que el segundo haya resul-
84
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
tado superador del más antiguo. Más sociedad que a veces puede ser muy
bien –sugiere Halperín– al contrario. conservadora, incapaz de pensar para
Así pues, si Halperín está en lo cierto, sí misma horizontes diferentes de
la revolución debería ser pensada aquellos a los que se ha habituado?
como una astucia de la historia, pero El jacobinismo nos presenta entonces
no de una historia ascendente, hecha en forma condensada, extrema, una
de progresos y de superaciones, sino de diferencia, una separación, que por
una historia de retrocesos y de regre- un lado no podemos festejar ingenua-
sión, y si esta mirada resulta especial- mente ni puede resultarnos un modelo
mente amarga es porque no nos deja de vínculo político deseable, pero por
ni siquiera la ilusión de que los excesos otro no deja de interesarnos, porque
jacobinos de un momento determi- tenemos la sensación de que es justo
nado del proceso puedan ponerse gracias a esa diferencia, a esa separación,
después “a la cuenta”, por así decir, de a ese hiato, que una sociedad puede a
algún saldo finalmente positivo de ese veces sacudirse algo de su modorra e ir
proceso considerado en su conjunto. planteándose nuevos desafíos.
Puede ser que Halperín tenga razón. ¿Cómo resolver entonces esta tensión?
Y sin embargo, ese “momento jaco- ¿Qué deberíamos pedirle a un líder,
bino” de la revolución sigue titilando, a un dirigente democrático virtuoso?
sigue resplandeciendo, seductor, en Yo lo diría así, muy toscamente: que
el pasado. Sigue fascinándonos y esté un paso más adelante, sí, que la
emocionándonos. Porque hay sin sociedad que pretende conducir, pero
duda algo de excitante en el jacobi- que pueda argumentar frente a esa
nismo. Algo de heroico. La epopeya sociedad (frente a los ciudadanos y a las
de un hombre solo, o de un conjunto organizaciones de esa sociedad) sobre
pequeño de hombres solos, separados la conveniencia de la dirección y el
de la sociedad a la que, sin embargo, sentido en el que pretende conducirla.
se empeñan obstinadamente en repre- Que pueda persuadirla y que logre
sentar, en cuyo nombre dicen actuar, así, por la vía de la argumentación
presuntos detentores de la cifra de una y de la persuasión, que esa sociedad
voluntad general que no se sabría a sí experimente como suyo cada uno de
misma pero cuyos arcanos, en cambio, los pasos que ese líder democrático
ellos sí conocerían, la gesta épica de pueda hacerle dar en dirección a la
un puñado de hombres “adelantados realización de ese programa que debe
a su tiempo” nos produce siempre proponerle, someter a la discusión,
una suerte de hechizo singular. Por lo retocar incluso –eventualmente– en
demás, ¿no es algo bastante parecido el curso de esa discusión, ir mejo-
a eso lo que le pedimos a cualquier rando en el camino. Que logre que esa
líder político, a cualquier dirigente, a sociedad (quiero decir: que porciones
cualquier conductor: que esté, tal vez considerables de esa sociedad, puesto
no mucho, pero al menos un poquito que las sociedades son por supuesto
adelante del conjunto de los hombres heterogéneas y los grupos que las
a los que dirige o conduce o lidera? componen tienen desde luego inte-
Al revés: ¿aceptaríamos como justo reses enfrentados y no siempre articu-
a un líder que apenas se limitara a lables: por eso es que existe la política,
expresar el estado de opinión de una por eso es que la construcción de una
85
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
hegemonía es una tarea), sienta como ese aliento, ese estímulo a la participa-
suyo cada uno de esos pasos y que esté ción popular se nos revela menos como
dispuesta a sostenerlos y a defenderlos el núcleo del programa de los distintos
cuando aparezcan las dificultades, gobiernos que hemos conocido en estos
las oposiciones y a veces también los años que como el medio al que algunos
enfrentamientos. La prolífica discur- de ellos debieron a veces recurrir para
sividad del presi- afirmarse, pero también para arrojarla
Algo de eso estuvo sin duda dente Chávez, por la borda inmediatamente después,
–y sin duda junto con muchas el pedagogismo apenas conseguido su objetivo. En
otras cosas más– en la base casi escolar que realidad, desde el inicio de ese ciclo
del malhumor social que se –como muestra de la transición, tendió a primar entre
expresó en las estrepitosas Elvira Arnoux nosotros no el principio democrático
jornadas de fin de 2001, en en el libro que de la participación, sino el principio
las que es posible afirmar que mencioné al liberal de la representación. “Nos, los
convergen, en curiosa coinci- c o m i e n z o – representantes...”, empezaba, en efecto,
dencia, una serie de líneas de destilan sus el “rezo laico” del preámbulo de la
protesta social que se venían discursos, su Constitución con el que Raúl Alfonsín
desarrollando activamente, y carácter fuerte, solía vestir sus arengas de candidato y
desde hacía bastante tiempo, p e r s i s t e n t e , después de presidente, y no sería exce-
por parte de diversos actores confiadamente sivo afirmar que en esas tres palabras
sociales y políticos, con un argumentativo, estaba contenido no sólo lo esencial
conjunto nuevo de reclamos forma parte del programa político del viejo caudillo
hijos de una serie de deci- de un tipo de radical sino también lo más decisivo del
siones del gobierno aliancista c o n d u c c i ó n tipo de gobierno que se estaba entonces
que habían herido, entre otras política de gran fundando en Argentina, y que es el que
vísceras quizás algo más nobles, estilo, perfecta- aún tenemos: un tipo de gobierno de
el órgano más sensible de las mente adecuado los representantes del pueblo, que, como
clases medias argentinas. al proyecto de dice esa misma Constitución, deliberan
una democracia y gobiernan en su nombre, pero que
amplia y participativa como la que lo hacen separados de él por ese hiato
todo el tiempo dice promover el presi- al que damos el nombre clásico de
dente de los venezolanos. representación, y que sólo por excepción
se consideran obligados a discutir con
ese pueblo, a argumentar frente a ese
III. pueblo, las razones de sus movimientos
y de sus decisiones.
En Argentina hemos escuchado y usado Baste recordar el modo en que el mismo
mucho, a lo largo de los últimos cinco Alfonsín mandó a su casa, el domingo
lustros, estas palabras que acabo de decir: de pascuas de 1987, a una ciudadanía
democracia, democracia participativa. Y movilizada y activa, y la forma en
es cierto que no faltaron, desde el inicio que, seis años después, él y su sucesor
mismo del ciclo de lo que se llamó la cerraron a solas y en secreto, sin verse
“transición a la democracia”, diversas obligados a argumentar en público
convocatorias a la participación popular nada o casi nada, el famoso “pacto”
en los asuntos públicos. Pero también lo que permitiría la reforma de aquella
es que, vistas las cosas en retrospectiva, Constitución y la reelección de Carlos
86
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
87
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
88
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
muchos. Por lo menos dos (aunque tinas (en algunas calles argentinas: en
esta distinción sólo puede ser analí- la boca de algunos de sus ciudadanos
tica: estos dos impulsos marchaban más movilizados) era un pedido de
a menudo juntos y mezclados): por más de esa democracia proclamada y
un lado, una especie de reacción luego relegada o traicionada u olvi-
airada, indignada y llena de urgencia, dada, y del conjunto de valores que le
contra la política. Por otro lado, sin estaban asociados.
embargo (y creo que sería parcial no Y que en cierto sentido vuelven al centro
reconocerlo) había habido en aquellas de la escena con el ascenso al poder de
jornadas decembrinas, y en varias de Néstor Kirchner. En efecto, parece
las que las prepararon y en muchas posible afirmar que en Kirchner, más
de las que las siguieron, otro tipo de o menos inesperadamente electo para
aprendizaje: el de una intensificación suceder a Duhalde en el año 2003,
de las discusiones y de los debates, convergen dos fuerzas, dos impulsos.
el de un fuerte desarrollo de instan- Que Kirchner, por así decir, recibe al
cias diferentes de participación, el mismo tiempo dos legados, está atento
de una horizontalización de diversas al mismo tiempo a dos tipos de voces
relaciones y el de la aparición de que le llegan de los confusos meses Simón Bolívar
relaciones nuevas. A esto me refería
cuando aludía a un segundo tipo de
demandas, que después de diciembre
de 2001 comienza a actuar sobre el
espacio político argentino junto con
la demanda de orden ya indicada.
Se trata, ahora, de una demanda de
democratización, de una demanda
de participación, de una demanda
de ampliación de la esfera pública de
las discusiones. En cierto sentido, se
trata de un retorno a aquellas incum-
plidas promesas del inicio del ciclo de
la “transición”, en que se articulaban
el discurso liberal de la representa-
ción con el discurso democrático de
la participación deliberativa y activa
de los ciudadanos en los problemas
de la comunidad. Después de que ese
ciclo hubiera llegado a su final con el
triunfo pleno de aquel principio de la
distinción y la separación por sobre
este principio de la democracia (ésta
es la culminación, querría insistir, de
la odisea alfonsinista y la condición
de posibilidad para el despliegue de
la política menemista que siguió), lo
que se oía ahora en las calles argen-
89
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
90
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
91
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
92
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
que no debía repetirse: si el domingo de Edgardo Mocca. Esto es: que aún no ha
la Semana Santa del 87, Alfonsín había querido o no ha encontrado el modo de
dicho que “el pasado” había estado a movilizar activamente a una sociedad
punto de alcanzarnos otra vez, ahora civil que es espesa, densa y contradic-
Cristina Fernández decía que había toria, y en la que este gobierno tiene
vuelto a ver “el rostro de un pasado que la tarea pendiente de tratar de forjar
pareciera querer volver”. Así, ambos lo que el autor de los Cuadernos de la
discursos sitúan a las corporaciones cárcel llamaba, como recordábamos
del lado del autoritarismo y del pasado, hace un rato, una hegemonía.
e identifican a las instituciones de la Eso es, en efecto, lo que falta, y en esa
democracia liberal como su conjuro. falta medran la retórica empresarial de
No está mal, si es para empezar. Pero los De Narváez, los Reutemann y los
sería imperdonable que no hubiéramos Tinelli, la despreocupada insolencia
aprendido la lección de aquella Semana de los Biolcatti y los Llambías, el
Santa y de lo que siguió, que no hubié- fascismo elemental de los De Ángeli y
ramos entendido que sin el aliento a la los Grondona, el oportunismo grosero
participación democrática del pueblo, de los Buzzi, los Solá y los Cobos, la
las propias instituciones de la represen- jactancia de dedito en alto de Clarín.
tación liberal peligran. La lucha contra Ideologías miserables y miserabilistas
las corporaciones no pueden darla solos que tocan fibras profundas de una
los representantes del pueblo, por muy sensibilidad popular que es sin duda
virtuosos que sean. Primero, porque si más compleja que todo esto pero que
en efecto son virtuosos no les intere- contiene a todo esto, y que es tarea de
sará ganar ese combate sin el pueblo. las dirigencias políticas que quieren para
Segundo, porque sin el pueblo no este pueblo otro futuro, menos indigno,
tienen posibilidades de ganar. Y esto la interpelar, activar, comprometer en un
Presidenta lo sabe. Al menos lo dice, lo sentido diferente. Acusando recibo del
que no es poco. Dice (dijo, en otro de golpe electoral de junio, el gobierno
los discursos que desgranó en medio del ha iniciado un largamente reclamado
conflicto) “sola no puedo”, y este reco- “diálogo” con los dirigentes de los
nocimiento, el reconocimiento de que partidos políticos y de las corpora-
la lucha contra los intereses particulares ciones de la producción. Desde luego,
a los que se enfrenta sólo puede librarla y está bien. Pero ese gesto (sin duda
con lo que en ese mismo discurso llamó importante, por mucho que la irres-
“la fuerza del pueblo” de su lado, es tal ponsabilidad opositora se empeñe
vez lo mejor y lo más democrático que en declararlo ya acabado) no puede
haya dicho en estos años. Se trata ahora agotar el tipo de diálogo que el
de saber cómo se organiza y se potencia gobierno debe proponer, y que debe
esa “fuerza del pueblo” que se trata de incluir cuanto antes (porque es lo
movilizar, pero que hasta ahora no se único que puede salvarlo de terminar
ha movilizado en la medida suficiente sus días como rehén de los peores
para darle a este gobierno un aspecto intereses sectoriales) la convocatoria a
diferente al de un liberalismo político una conversación muy amplia con los
de avanzada. “Jacobino”, decíamos. ciudadanos y sus organizaciones. Con las
“pre-gramsciano”, ha escrito –me organizaciones movilizadas y críticas
parece que en un sentido similar– de la sociedad civil, que el gobierno
93
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
94
96
97
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
98
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
puede esperar respecto del porvenir. meta situación que permitiera examinar
Hay viejísimas tradiciones respecto a esta polaridad. Todos esos años, hasta
la posibilidad de habitar el presente, el término de la Guerra Fría, repre-
de sustraerse de una descripción imagi- sentan el periodo de implantación
naria acerca del futuro. A la vez, la idea de la política del juego, en la que se
de que el futuro puede estar planifi- presentan algunos parámetros lógicos,
cado es un fenómeno moderno. a los cuales se deja funcionar por sí
En rigor, ¿cuáles son las tramas que solos, sin la intervención de voluntad
se nos interponen con respecto a un humana alguna,
futuro? Esas tramas están colocadas en y sin siquiera un La imposibilidad colectiva
la más imperiosa actualidad. Ella tiene anclaje deseante. de producir una proyección
una intensidad que dispone una serie Se cae en un genera una crisis de la cultura
de variables respecto de las cuales cual- automatismo, en y de la política, porque el
quier proyección hacia el futuro tiene una entrega fatal discurso cuya dimensión
que rendirle cuentas. ¿Quién está en a un azar fuera intrínseca estaba destinada
condiciones de producir ese discurso? del alcance de la a la proyección, la promesa
¿Quién está en condiciones de definir, voluntad. y el futuro, perdió toda su
de una manera eficaz, un modo que Ante este pano- eficacia. Entonces lo que se
acople lo que se dice y lo que se hace rama, la política produce es una experiencia de
con aquello que ocurra? No hablo ni ya no se proyecta, la actualidad permanente, un
de una utopía, ni de una promesa, ni en tanto no hay estado de presente continuo.
de una decepción, ni de una mentira. futuro –tema que Cuando hablamos de las socie-
Hay una conciencia colectiva que supervive desde dades mediáticas, estamos
requiere una promesa, sólo para luego la década del nombrando mucho más que
denostarla, descalificarla, ya que sabe sesenta, la oblite- un ordenamiento regulatorio
de antemano que esa promesa es falaz. ración del futuro libre, monopólico, diverso,
Cuando decimos promesa desig- por el Apocalipsis representacional o inma-
namos un enunciado político-cultural nuclear, una cues- nente; estamos hablando de
del tipo: “esto que estamos haciendo tión que sigue una experiencia colectiva de la
producirá mayor justicia social”; “esto presente y no ha instantaneidad y la inmediatez
que estamos haciendo generará un sido superada–, y permanente.
mayor bienestar colectivo”, etcétera. se ha deslizado a
Esta es la condición por la cual los una posición más lateral: no estamos
últimos años han estado definidos en la Guerra Fría, no está por ocurrir
por una política del juego. Estamos una estrategia relacionada con el juego
organizados alrededor de una intere- de la destrucción, aunque las condi-
sante forma de sustentabilidad de la ciones por las cuales eso podría ocurrir
existencia, porque tiene su eficacia. siguen estando presentes, y hasta cierto
Buena parte de la política global de las punto intactas.
últimas décadas está relacionada con La imposibilidad colectiva de producir
el juego. La política de posguerra por una proyección genera una crisis de
ejemplo, es decir, la Guerra Fría, fue la cultura y de la política, porque el
en buena medida una enorme gestión discurso cuya dimensión intrínseca
del juego y el azar. Existía la capacidad estaba destinada a la proyección, la
de destruir el mundo completamente, promesa y el futuro, perdió toda su
sin ninguna posibilidad de estar en una eficacia. Entonces lo que se produce es
99
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
100
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
101
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
102
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
103
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
104
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
105
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
106
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
107
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Conflictos y armonías
108
LA BIBLIOTECA
Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario
termina siendo enunciada como una cido cambios relacionados con lo que
cuestión moral, porque en el fondo enunciaron, sino en haber formulado
nadie sabe cómo podrían modificarse un actitud de prestigio moral, inte-
aquellas cosas con las que no estamos lectual y cultural a favor de algo que
de acuerdo. Hay una condición ineluc- fue denostado con odio e injusticia.
table, de tal nivel de impermeabilidad Atravesamos un contexto de coacción,
a la intervención, que todo lo que se establecido por una forma literaria
pueda hacer desde la política es una que desciende desde el periodismo y
acción de salvamento, de derechos los grandes medios de comunicación,
humanos, de tipo humanitario: que no una forma racista y estigmatizadora,
haya tanta violencia, ni tanta crueldad, que postula como “negros” a aque-
ni tanta injusticia, ni tantos pobres. Es llos que se posicionan en una política
algo muy cristiano, y no está mal que populista. En el terreno del acuerdo
sea así, pero habría que reivindicarlo de y del consenso no hay interlocución
manera más explícita para desenvolver posible respecto de la protección del
una crítica mejor definida contra los sector más marginado de la población.
falsos cristianos que hay en esta época: Para ello no hay disponibles opciones
aquellos que se denominan como tales que prescindan de la abnegación y la
y reivindican la realidad, y los que no esperanza, a pesar de todo.
se reivindican como tales y se hacen
llamar de izquierda pero razonan en
rigor de la misma manera moralista. (*) Conferencia brindada en el marco
Toda discusión política sobre la del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
Ciudad de Buenos Aires no debería en el Bicentenario”, organizado por la
hacer omisión de la aglutinación Biblioteca Nacional durante el 2009.
demográfica, el principal tema de
fondo. Sin la resolución de este tema, (**) Para una reformulación y ampliación
no hay una salida deseable respecto de lo aquí expuesto, cfr.: “Políticas para
a este colectivo que formamos a un futuro imposible”, Pensamiento de los
la vera del Río de la Plata. No hay confines N° 25, Buenos Aires, noviembre
forma de resolver el problema habita- de 2009; “Expectativa de una inquietud
cional de la ciudad, si no se desaglu- política”, Nombres N° 24, Córdoba,
tina el fenómeno demográfico de 2010; “¿Reparar el mundo? Notas sobre
Argentina. Esto lo sabe la derecha y la supervivencia”, Pensamiento de los
ante ello actúa represivamente, y el confines N° 26, Buenos Aires, 2010.
progresismo intenta atenuarlo, pero
respecto de su propio discurso se
vuelve inconsecuente.
Estamos frente a un problema de
lenguaje, y las “cartas abiertas” han
hecho una propuesta efectiva sobre el
lenguaje, pero queda todavía mucho
por hacer si quieren ser sometidas a un
análisis por fuera de lo que han signifi-
cado como acciones políticas concretas.
Su valor no consiste en haber produ-
109
Imágenes
Lo sabemos, pues frecuen-
y memoria temente nos ha sido adver-
tido: la lectura de la historia
resulta productiva cuando se
la emprende desde las exigen-
cias del presente. Bajo esta
sentencia, tan cara a la tradi-
ción de la crítica, solemos pensar las facultades de la memoria. Ella
procede por selección arbitraria de las imágenes del pasado. Recordar
es también olvidar. Pero, ¿qué ocurre cuando esas imágenes fijan
nuestra percepción de los sucesos acaecidos, cristalizando íconos que
retornan como estereotipos? ¿Cuándo podemos determinar efectiva-
mente que el presente es soberano sobre el pasado y puede escoger en él
nuevas fuentes de inspiración? ¿Cuándo logra recordar la memoria y
cuándo se pierde en un ejercicio de mera reiteración conmemorativa?
Rara vez nos encontramos con la sensación de estar siendo parte de la
historia, y cuando lo hacemos, experimentamos la felicidad inédita
de sentirnos protagonistas de una época e intérpretes de fuerzas preté-
ritas subterráneas. Son circunstancias de convulsiones personales y
colectivas, en las que nace un nuevo calendario que difumina las
secuencias temporales. Pero tales instantes sublimes brotan efímeros
sin que logremos afirmar todo su potencial. En un ciclo donde el
recuerdo se impone como obligación, resulta fundamental reabrir
una “imaginación creadora” capaz de recobrar la osadía de ensayar
nuevas posibilidades de vida.
Los artículos que presentamos aquí, cada uno a su manera, retoman
la hebra de estas intuiciones. Como si fueran incisivas dagas del
pensamiento que se introducen en los aspectos más hondos y enig-
máticos de nuestro ser actual.
La distancia entre el tiempo histórico y el tiempo de la experiencia
personal resulta inconmensurable. ¿Cómo saldar esa distancia
y fundir la propia vida en el flujo de la historia? No es posible
ensayar una respuesta certera a este interrogante sin abordar los
fundamentos mitológicos más profundos que nos vienen dados.
Como sugiere León Rozitchner, la Ley paterna, el cristianismo y
el capitalismo financiero forman una tríada que borra la materia-
lidad afectiva originaria.
Héctor Schmucler parte de preocupaciones parecidas: no podrá
percibirse críticamente el pasado si no se pone en juego la propia
sensibilidad en esa búsqueda. Sólo así, recuperando la fragilidad de
la experiencia personal, es posible aventurar nuevos sentidos para
una memoria que se nos ofrece como espectáculo.
David Oubiña piensa las imágenes con las que se construye la
memoria. Ellas se erigen como el fondo en el que una nación se
percibe a sí misma. Sin embargo, el cine no pudo resolver su vínculo
con el horror. ¿Cómo mostrar su relación con aquello inenarrable?
Luego de los campos de exterminio este dilema permanece abierto;
también para el cine argentino en su desafío por narrar los crímenes
de la dictadura.
Horacio González, finalmente, parte de la pregunta sobre cómo la
historia puede pensarse a sí misma. Si ella se refiere a un conjunto
de textos que pueden considerarse fundadores, no menos cierto es
que esos textos se ven compelidos a ocultar la violencia de origen
con la que se crea todo Estado. El Plan de operaciones de Mariano
Moreno, y la discusión que suscitó respecto a su autoría, nos propor-
cionan un documento emblemático de esta tensión entre la historia
y sus formas de escritura.
112
113
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
decenas de años, centenas sobre todo a aquellos que nos antecedieron. Ese
(centenarios, siglos) y después milenios: tiempo pasado se aprende por lo
un tiempo irreductible por lo distante que nos cuentan o nos imaginamos
de nuestra experiencia, tanto que ni en las personas o en las cosas que
siquiera podemos imaginarlo. El tiempo vemos. Hay que expandir el sentir
vivido se resiste a incluirse en el tiempo del cuerpo para sentirlo en nuestro
pasado como si le fuera heterogéneo. cuerpo. Sólo mucho más adelante,
Esto se explica si en momentos destellantes y efímeros,
Si queremos salvarnos imagina- comprendemos ambos tiempos confluyen y se funden
riamente de la muerte debemos que la estruc- en uno: es el acontecimiento “revo-
conservar intacta y separada tura del sujeto lucionario” donde el tiempo indi-
la experiencia del sin-tiempo está constituida vidual y el tiempo social se unifican
arcaico, cuando para el recién por estratos que poniendo en juego simultáneamente
nacido el tiempo no existía y pueden actuali- todos los estratos. Por eso san Agustín
era a su manera “eterno”, pero zarse siguiendo nos dice del tiempo: “si nadie me
para mantenerlo y reafirmarlo el derrotero de su pregunta lo sé, pero si trato de explicár-
en el tiempo fugaz de la vida propio desarrollo, selo a quien me lo pregunta, no lo sé”
finita que la muerte devora. o en cambio (Conf. xi, 14). Cuando no lo pienso sí
Para poder creer ya adultos puede vivirse cada lo sé; cuando lo pienso, no lo sé. Son
que somos eternos nos debe uno separado de dos tiempos y dos vivencias distintas
acompañar el sentimiento los otros, o afir- del tiempo, tajantemente separadas:
arcaico del sin-tiempo, como mados al mismo uno sin conciencia, con el afecto
si el final de la vida nos estu- tiempo pese a originario y absoluto de la infancia
viera esperando convertido en moverse cada arcaica, otro con el concepto que abre
tiempo infinito. uno de ellos en en la conciencia el puro pensamiento.
tiempos distintos. Porque si hay dos tiempos, y están
Cada tiempo –el arcaico, el afectivo, tajantemente separados, entonces
el imaginario, el simbólico– conserva puede haber dos muertes: la finita
siempre la marca de su origen y corres- del cuerpo, la infinita del alma. Dios,
ponde a experiencias distintas en la intemporal e infinito como Agustín
medida en que prolongan o se distan- lo siente, está dentro de uno puesto
cian del cuerpo. que convirtió al dios trascendente
judío en dios inmanente cristiano y le
dio como residencia el lugar interno
Dos tiempos simultáneos y opuestos de la madre, ocupando su espacio
al desplazarla. Y así el sin-tiempo
Al principio hay entonces dos tiempos, arcaico del acogimiento sensible
sin común medida: el tiempo de la vivido con la madre se convierte en
historia y el tiempo propio vivido. La tiempo patriarcal abstracto, infinito
historia nos es ex–tempo-ránea. Y de y divino. Entonces el tiempo finito
algún modo es como si esta medida de la historia humana queda como
del tiempo reclamara la aproximación un momento fugaz e insensato del
de los sujetos al tiempo de la historia, tránsito de lo infinito a lo infinito. Es
porque también participamos de la promesa realizada de la bienaven-
una fracción de ese tiempo que nos turanza salvadora que nos promete el
incluye, y que incluye necesariamente santo si nos hacemos cristianos.
114
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
A partir de aquí uno vuelve a interro- miento arcaico del sin-tiempo, como
garse sobre la proximidad del tiempo si el final de la vida nos estuviera espe-
sensible cuya cercanía buscamos. Hay rando convertido en tiempo infinito.
tiempos que asustan, por ejemplo el Al decir años-luz, aunque evidente-
que Pascal tenía presente cuando de mente es inconmensurable e infinita
pronto, mirando al cielo y las estre- la relación que señala con el tiempo
llas exclamaba angustiado: “los espacios humano, estamos igualmente impli-
infinitos me aterran”. Los espacios infi- cados en esa temporalidad infinita,
nitos nos revelan el tiempo infinito, pero al menos nos permite distanciarla
la esencia temporal de su existencia y convertirla en abstracta: el tiempo
espacial: la unidad indisoluble e inso- científico es un tiempo insensible. Pero
portable del tiempo y del espacio, del eso no les pasa a los astronautas que
cuerpo y del pensamiento. Esto es lo en sus naves espaciales, atentos sólo
que aterra: cuando el tiempo infinito al cálculo abstracto, están profesio-
pensado nos penetra hasta el estrato nalmente comprometidos sólo en el
más sensible y finito del cuerpo y tiempo abstracto finito, anodinamente
sentimos que somos mortales. Y como apasionado de un partido de futbol que
ya sabemos, la apuesta pascaliana no la TV les acerca mientras navegan en los
afecta al sentimiento: sólo se debate en espacios infinitos: “dos tiempos” de 45
el estrato del cálculo abstracto. No es minutos cada uno. Borran la distancia
para menos, porque ese espacio infi- que separa al
nito también es medible bajo medidas tiempo finito del Frente a esa inconmensura-
humanas finitas. Cuando se habla de tiempo infinito. bilidad del tiempo infinito,
años luz, se está hablando de años, de El tiempo cien- la vida que fue separada del
medidas del tiempo de la vida humana tífico congela el cuerpo, la distancia mayor que
con la cual se trata de comprender las tiempo finito de con él así abrimos hace que el
dimensiones cósmicas para, de alguna nuestra propia instante de la propia vida en su
manera, hacer que la carne sienta lo vida sin permitir fugacidad sea también impen-
infinito, incluirlo en la propia perspec- que se prolongue sable. Pero si postulamos que
tiva subjetiva abriendo un sentimiento y se verifique en el nosotros también formamos
para que el tiempo infinito tenga que mundo humano parte de un tiempo homo-
ver con el tiempo finito de la propia ese tiempo abso- géneo con el del Centenario
vida. Que lo logre o no, todo depende luto, el sin tiempo que rememoramos, es porque
del contacto que mantengan entre sí de nuestra prema- queremos, a diferencia de
los distintos estratos: de la escisiones turación arcaica: Hegel, donde el movimiento
que vive el sujeto. Dios por un lado, –el tiempo– que ponía en juego
Si queremos salvarnos imaginaria- la ciencia por la dialéctica del Ser y la Nada
mente de la muerte debemos conservar el otro. Y justa- venía desde afuera, afirmamos
intacta y separada la experiencia del mente, por formar en cambio un tiempo que
sin-tiempo arcaico, cuando para el parte nuestro viene desde adentro de nuestra
recién nacido el tiempo no existía y era tiempo finito de propia experiencia del cuerpo.
a su manera “eterno”, pero para mante- esa temporalidad
nerlo y reafirmarlo en el tiempo fugaz infinita es posible que un Lévi-Strauss
de la vida finita que la muerte devora. pueda decir –para horror y consuelo de
Para poder creer ya adultos que somos un destino del que nadie está a salvo–
eternos nos debe acompañar el senti- que la Tierra comenzó sin nosotros,
115
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
116
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
117
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
118
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
cies de animales y que hace que viva Grecia, ya que los griegos eran niños
intensamente algo que no correspon- normales, a diferencia de los nuestros.
derá luego al tiempo “objetivo” de la Hay en estos autores una referencia a la
realidad adulta, y que sin embargo va a niñez que está marcada con letra inde-
ser determinante para todo el resto de leble, y al mismo tiempo se encuentra
su vida, esa que luego será computable encubierta: un mundo feliz anterior a
en segundos, minutos, horas, años este mundo que buscan a tientas. Pero
y hasta siglos. El niño está fuera del no van a encontrar a ningún filósofo
tiempo en el tiempo. El fundamento racionalista que plantee el lugar de lo
del tiempo humano es la des-mesura. materno como el origen de la inolvi-
dable felicidad histórica del hombre.
Por el contrario, un Lacan llega a decir
La vida feliz en sus primeros trabajos que la lactancia
es un estado “natural” que vive la
Nosotros nacemos al tiempo desde el madre con el hijo, y que la historia y
sin-tiempo. Porque esta figura primera la cultura que allí desaparece se inicia
donde formamos una unidad con la para el infante luego del destete: con
madre es una unidad autosuficiente, el comienzo del estadio del espejo y el
donde el acogimiento ensoñado cuerpo hecho pedazos: “morcélé”, para
materno, tanto para el niño como decirlo en lengua franca.
para ella, no requería de ningún inter- Es muy extraño todo esto. Hay un
cambio determinado por las leyes del intento de relegar lo materno y no
valor o por las leyes del Estado. Simple- ver que también es histórico desde
mente es una unidad que se realiza el comienzo de la gestación misma
por el hecho mismo del estar el uno y que esa existencia sin-tiempo va a
formando parte todavía del otro, sepa- permanecer para siempre, pero sin
rándose en el espacio del otro donde conciencia, como su fundamento
se había gestado y al que sigue unido, imborrable. En rigor, podríamos
en un nivel de tal cercanía que resulta seguir diciendo: si éste es el comienzo
ser el más heterogéneo y distante que que se nos ofrece como derrotero en
podamos sentir y pensar respecto del el campo de la historia a través del
tiempo del hombre adulto frente a las Estado (y del mito religioso que lo
condiciones del Estado, de la política, acompaña), ¿qué es lo que tuvo que
y de la historia. pasar para que ese momento originario
Por eso esta etapa primera es presen- haya quedado como insignificante, sin
tada, aun por aquellos autores que palabras, pese a ser la madre la primera
relegan lo materno, como la “vida en enseñarlas? Porque, como sabemos,
feliz”, el “paraíso perdido” origi- la reflexión teo-filosófica comienza
nario. San Agustín sostenía que todos con el Verbo, y eso es el comienzo
los hombres, antes de ingresar en la del cristianismo: el Verbo inserta
memoria que está como fundamento el espíritu en el cuerpo natural del
de la vida, en el origen, hemos tenido hombre, la lengua materna que crea
una vida feliz; y aun Marx añoraba las primeras significaciones sonoras no
“la atracción eterna del momento que existe. El pensamiento sólo nace con el
no volverá nunca más”, refiriéndose Verbo, que es siempre del padre. Por
en este caso a los niños y hombres de lo tanto, hay simultáneamente una
119
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
separación entre una historia temporal se dice, porque la lengua aún no exis-
sin-tiempo que el niño vive como tiría como tampoco el hombre que
momento absoluto, previo al tiempo la hable para poder crearla. El naci-
que va a ir madurando en la prematu- miento del hombre y el nacimiento de
ración de su cuerpo, y hay una historia la lengua son simultáneos: un círculo
temporal con-tiempo (puesto que es sin entrada ni salida. A lo sumo, como
social y adulta la historia que la madre diría Heidegger, es el Ser quien habla
vive con el hijo). El primer tiempo es en el habla. Hay un Ser que luego de
el que se inicia con el nacimiento en darnos a luz la madre aparece hablando
el hijo; el segundo tiempo es el que en nosotros y abriendo, a través de la
simultáneamente la madre prolonga el palabra, el espacio del tiempo que el
tiempo de las generaciones anteriores cuerpo le ofrece como el Da sensible
en su propia historia. al Sein espiritual: la apertura de un
presente que se distingue del pasado
sin tiempo del cual viene, y se abre
La lengua materna hacia el futuro al cual tiende. En ese
sentido, estos tres llamados éxtasis
El “éxtasis” del tiempo que la madre del tiempo no son comparables con
vive con el niño es actualidad pura, no el éxtasis que el niño ha vivido con la
se abre en los tres éxtasis del tiempo madre en el sin-tiempo que la mística
–presente, pasado y futuro– de la feno- adulta acoge como su elemento.
menología. De todos modos, aunque la ¿Había o no había “habla” materna
madre sea el lugar de ese acogimiento irreductible a la palabra paterna? Eso
primero donde el tiempo sólo existe es lo que trataremos de comprender
como “duración” y no como “tiempo” para llegar después al problema del
contable, sin embargo ese momento Estado y del sujeto dentro del Estado.
va a ser deter- ¿La “celebración” del habla materna
El problema aparece cuando minante para el no es previa a la celebración del
nos preguntamos por qué la desarrollo de la Bicentenario? Celebrar a la madre
lengua materna, ésta que es vida del niño en como unas Pascuas.
el lugar que podemos pensar el cual se abrirá
como originario de aquello que su propio tiempo
luego se convertirá en palabra, para cuando Vertical y horizontal: la historia
no es rescatado como lo que sea grande. Por del acceso a la historia
está en el origen de la cultura, ejemplo, en las
puesto que cuando la madre culturas patriar- Si el lenguaje aparece con la palabra
habla con el niño lo hace sobre cales como es patriarcal, con una lengua ya consti-
fondo de un lenguaje ya cons- la nuestra el tuida, parecería que en la relación con
tituido que tiene muchos mile- a d v e n i m i e n t o la madre no hubo génesis de la palabra
nios de historia humana pasada, del lenguaje no en su habla, como si la madre no
evocada en los gorjeos primeros tiene génesis hubiera sido el lugar donde se elabo-
de la invención de las lenguas. histórica que lo raron las primeras significaciones,
haya creado. El aunque éstas se producen sin repre-
lenguaje es aquello que hace que el sentación ni signos, sin expresiones
hombre sea hombre, por lo tanto no verbales orgánicamente constituidas
sería producto de la creación humana, como lengua plena y codificada. La
120
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
121
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
122
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
22 vidas vivas y fecundas de unidades fue lo más cierto. La vida luego necesa-
“abuela de Bayer? ¿O festejamos la riamente la frustra. Pero la religión se
reconquista de un espacio terrenal que apodera de este acontecimiento magno
fue colonizado por la Cruz, la Espada originario y convierte en tiempo infi-
y el Estado cristianos? nito al sin tiempo de la infancia e
A partir de esa cronología mitológica invalida y desprecia, ya adultos, la
sin embargo estamos viviendo una finitud del tiempo verdadero que nos
situación histórica en la que nunca ha fue dado. El ordo materno se trans-
sido destruida hasta tal punto la natu- forma en orden despótico. Cuando la
raleza, ni el hombre ha sido convocado palabra patriarcal, el Verbo, suplanta
a la acumulación amonedada, infinita a la primera lengua de la madre, la
y abstracta, del tiempo de la vida ajena impronta materna queda congelada,
consumido a través del capital finan- su ordo amoris queda sin poder desa-
ciero, como para distinguir ahora dos rrollarse ni verificarse en la realidad
muertes simultáneas: la muerte finita adulta de la historia. La edad adulta,
del cuerpo humanizado y la muerte del es cierto, frustra necesariamente en
espíritu, que las jerarquiza y da como todos lo que quedará para siempre
sacrificable a la primera por desvalori- insatisfecho. Pero la insatisfacción
zada frente a la segunda, que sería la de una experiencia arcaica alucinada
muerte más temible, la más verdadera. no significa necesariamente que su
En tanto, podríamos seguir diciendo matriz amorosa no pueda enderezarse
que al inaugurar cada año nuestro al prolongarse en el tiempo real de la
–aunque no estamos en una cultura historia. El ordo amoris sin-tiempo
agrícola, aunque no seamos peruanos de la madre crea con su acogimiento
ni bolivianos–, deberíamos pensar que amoroso una matriz diferente, un
la tierra ha sido el fundamento, aquel orden afectivo como premisa para el
que encontraron también los primeros pensamiento: eso es lo que debería
conquistadores al llegar a América. Esta mantenerse en las relaciones sociales
tierra, despreciada, que no podía ser cuando se abren al tiempo. Por eso la
el sostén del espíritu cristiano, signi- palabra paterna que congela la lengua
fica que también la madre terrenal, en materna sin prolongarla será siempre
tanto gestadora, fue desechada como persecutoria: amenaza nuestro propio
lugar originario del sentido histórico y fundamento. Las premisa materna de
terrenal donde se produce la creación su silogismo, que la razón patriarcal
de la palabra humana. relega con la amenaza de muerte,
queda radiada de las conclusiones
racionales pensadas: es la tragedia del
El tiempo arcaico infantil funda Edipo griego la que narra las vicisi-
el infinito cristiano adulto tudes de este enfrentamiento, pero
comprendida desde el Freud judío y
Porque esa vida feliz del acogimiento no desde el Lacan cristiano. Para la
materno, sentida con la intensidad de religión judía Dios nunca es inma-
las primeras marcas, casi sin imágenes nente; pese a lo que san Agustín creía,
todavía, casi puro afecto, resonará en lo más íntimo del hombre judío
indeleble para siempre desde los reco- no reside Dios-Padre sino la diosa-
vecos del cuerpo, porque para el niño madre. En el cristianismo, en cambio,
123
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
lo materno enmudece: el habla es del ¿Por qué la madre arcaica pudo quedar
Ser y no de la Cosa. San Agustín, una contenida, sin desarrollo, congelada y
vez convertido al catolicismo, busca sustituida por dios-padre en nuestro
que esa madre sea el lugar de engen- propio fundamento? En este primer
dramiento espiritual con Dios padre. acceso a la vida, que nos ha marcado
Y entonces nos describe la sagrada con su felicidad completa, ordo amoris
concepción cristiana: el espíritu del sin intercambio ni equivalencia, la
Dios paterno penetra en el útero de madre vive con el niño una relación de
la madre para engendrar al hijo con amor recíproco, y en el darse, era ella
su cuerpo de palabras. San Agustín toda la que se daba extendiendo desde
llamará a Dios su “padre adoptivo”, y la simbiosis nuestro primer mundo. Sin
entonces también tenemos que llamar esa unidad primera, relación amorosa
a la Virgen María nuestra madre donde la gestación se prolonga en el
adoptiva. Sólo cuando el Verbo acogimiento, nosotros no hubiéramos
paterno usurpa el lugar de la madre y existido. Porque si hubiera faltado esa
la desplaza por la amenaza del terror madre cobijante en el origen, la vida
en lo más profundo de nuestra carne hubiera sido imposible. Como hubiera
enamorada, sólo entonces la razón sido imposible pensar también el
deja de preguntarse por el origen de las origen de la historia humana.
lenguas, y las convierte en increadas: Se trataba de una relación en la que
no se interrogan por su origen histó- el niño, ya vimos, estaba fuera del
rico, la lingüística sólo las compara. tiempo. Porque el tiempo no existía
¿Cómo convertir a la razón del racio- como tiempo regulado por el desarrollo
nalismo en inmanente, puesto que adulto de los fenómenos de la vida.
nosotros somos los que pensamos? Ésa es una regulación que transcurre a
Al yo pienso cartesiano le falta la medida que las cosas van transformán-
historia subjetiva del acceso al pensa- dose y el ritmo de las necesidades y del
miento. Creo que esto marca la crisis deseo aparece señalando el decurso que
terminal en la que se debate la razón luego puede ser desarrollado como una
moderna. Su comprensión depende imbricación de causalidad de un fenó-
del código –la matriz– que se activa en meno con otro. En ese primer momento
el lector que la lee, del estrato subje- aún no existía el tiempo como tiempo,
tivo del aparato psíquico que al pensar y creo que podemos pensar que ese
ponemos en juego. Por eso podríamos tiempo, que quedó congelado, podría
extender lo que Freud dice del pensa- ser prolongado y desplegarse en el
miento patriarcal: de ese silogismo, tiempo vital histórico. En ningún lado
cuyas raíces son arcaicas, la conciencia está dicho que aquello que comenzó
conoce sólo sus conclusiones pero no con la madre tuviera que negar y
las premisas que lo hicieron posible. oponerse al desarrollo del pensamiento.
(Ver Freud: El malestar en la cultura). Hemos visto que el pensamiento tiene
su origen carnal, imaginario, sensible y
afectivo en la madre. Porque también
Pensemos es cierto que en el patriarcado, y sobre
todo en el cristiano, el ordo amoris de
¿Qué pasa en nuestra cultura cristiana la madre fue suplantado por la ley abso-
con aquello que tenemos de materno? luta del padre.
124
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
125
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
126
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
127
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
128
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
129
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
130
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
131
132
133
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
134
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
decir lo que sentimos, cómo negarnos tras manos nos asombra. El legado,
a decir “lo que deberíamos decir”? en el mejor de los casos, está allí, en
Decir lo que sentimos es siempre la bruto. Todo su valor depende de
posibilidad del riesgo, de la distancia, cuánto nos enseña para el presente,
del castigo, de la marginación; a veces empezando por el hecho de que sólo
de la muerte. El legado puede ser la desde el presente podemos ofrecerle
propia muerte. Piénsese en Sócrates. algún sentido.
Pero, ¿qué es un legado? ¿Cómo reco- Pero, podríamos preguntarnos: ¿en qué
nocerlo como tal si generalmente llega sentido estamos obligados a aceptar ese
a nosotros subrepticiamente? En la legado? Sin testamento, sin una tradición
historia los legados suelen ser inde- que envuelva el legado y como parte de
mostrables. Los instituimos nosotros esa tradición, la herencia se nos impone
de acuerdo a lo que la memoria optó coercitivamente, aceptar la herencia
por conservar del pasado. En todo porque no es imaginable otra opción.
caso, ¿qué nos obliga a aceptarlo como Una herencia inevitable se codea con el
legado? Un legado llega a nosotros miedo a las consecuencias del rechazo.
y puede ser sorprendente: nos ha Pero el legado es también una forma cons-
acompañado desde largo tiempo y de titutiva de la memoria. La memoria es un
pronto lo descubrimos. Sólo entonces legado inapelable, tanto como la lengua
se convierte en legado. Irrumpe en a la que nacemos.
nuestra vida. Nos coloca en otra situa- Ningún otro No es virtuoso repetir la insus-
ción. El Bicentenario, ¿es un legado legado es menos tancialidad de las retóricas
en sí mismo, o es sólo la ocasión de externo que la temerosas. Criticar el pasado
reconocer los legados que nos amarran lengua, ninguno se no significa borrarlo. Nuestro
a algún destino común? Estamos a nos muestra como recuerdo histórico, aunque nos
punto de construir un objeto-fetiche menos prepotente, resulte ingrato, no prescinde de
llamado “bicentenario”. ¿Qué nos hace ninguno nos acom- los mismos valores en los que se
vivir y pensar en algo llamado bicente- paña de manera sostienen esos legados que nos
nario? ¿Atrás está la Patria? Desde que más permanente. han sido otorgados. Los legados
el recuerdo lo permite, no ha cesado la El legado del cubren nuestra memoria. La
pregunta por lo que encierra la palabra Bicentenario es memoria para nosotros, para
“patria”. ¿Está la patria antes o después plural: las diversas nuestra vida colectiva, no es
que la hemos nombrado? ¿La patria nos lenguas que habi- simplemente la recordación.
ha legado algo durante estos 200 años taron en los conglo- No es sólo el pasado, sino la
o la suma de estos legados configura merados humanos latencia de ese pasado en el
algo que hoy llamamos Patria? ¿O que poblaron un presente. El pasado late, inevi-
creemos construir una patria con la territorio que se tablemente, en el presente. El
suma heteróclita de legados? En todo habría de llamar legado es nuestra memoria y
caso resulta difícil demostrar que un Argentina. La doxa el presente lo solicita como un
único legado nos es ofrecido a todos. que nos habla de alimento primitivo.
Sea como sea, ese legado nos llega sin nuestros antepa-
testamento que nos instruya sobre su sados, como si ellos nos ofrecieran un
uso. La evocación al poema de René legado que se nos ofrece, es tan frágil como
Char que Hannah Arendt comentó cualquier doxa. ¿Quiénes son nuestros
con reiterada intensidad, es precisa: antepasados comunes? Lenguas múlti-
como al poeta, lo que aparece en nues- ples de antepasados que difícilmente
135
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
136
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
137
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
138
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
en los balcones que parecen responder veces tan caprichosas que no atinamos
a presuntas demandas de la multitud a preverlas. Nuestras preguntas al
reunida. “El pueblo quiere saber de qué Bicentenario se acomodan a nuestra
se trata”, luce como el cuadro fundante particular visión del presente. Si fuera
de la democracia argentina, la apari- aceptable esta especie de hipótesis, si
ción del pueblo como partícipe de la llegamos a lo que somos (cualquiera
construcción del país. No importa que sea la descripción de lo que somos)
algunos historiadores (seguramente por causas más o menos percibibles
con razón) sostengan que es poco y que variarán según la descripción
verosímil que hubiera gente en los del presente, podremos aprender para
balcones, y que esa multitud no llegaba mantener o cambiar el rumbo. Aun
a dos centenas; que los paraguas eran podríamos proponernos hacer todo
usados sólo por los muy poderosos y de nuevo. Lo imposible, lo inde-
no por el pueblo y que en realidad no seable, es pretender que lo que ocurrió
llovía, sólo estaba nublado. El cuadro puede ahuecarse. En algún lugar, la
quedó como un eco de algo de debía experiencia de lo vivido (que algunos
haber sucedido, de una memoria que podrán llamar “experiencia histórica”)
sigue alimentando la escena original persiste, aunque ni nos duela ni nos
de la Patria. Un espectáculo necesario alegre. Es impensable renunciar al
para que la memoria persista. Es así barro que nos forma. Reconocerlo
como fuimos produciendo a partir de es el mejor punto de partida para no
cierta iconografía, nuestra memoria del sorprendernos ante el espejo. Mientras
Mayo de 1810. tanto, hasta ahora, a pocas semanas
Tal vez sea exagerado, pero vale la de concluir el año 2009, ninguna
pena pensar si nuestra memoria de conmoción atraviesa la cotidianidad
1810 es mucho más que el recuerdo de los argentinos. El Bicentenario, por
y la presencia de la iconografía que ahora, es un puro deber.
se consolida en el primer centenario. Es posible que el primer centenario
El Bicentenario puede ser la ocasión conmoviera por lo menos a un sector
de reflexionar sobre nuestra historia de la población. Todo se estaba plas-
que hoy se muestra con 200 años de mando y junto a las riquezas inauditas
antigüedad o mirarnos a cien años de del “granero del mundo” bullía una
cuando, al cumplir el centenario de sociedad injusta y conflictiva que se
1810, se dibujó la Patria. preparaba, sin saberlo, para tejer una
El Bicentenario nos interroga, según historia a veces ilusionada y atravesada
se enuncia en la convocatoria a estas por dolores, desesperanza y sangrientas
charlas. Me gustaría afirmar que, tal afirmaciones del poder. En el aire, con
vez, ante la magnitud del tiempo que todo, podían resonar los versos de
se nos cuelga en la mochila, nos inte- Rubén Darío: “¡Argentina, tu hora ha
rrogamos nosotros mismos, perplejos llegado!”. Y el canto a las mieses y los
o ilusionados, sobre los altibajos del ganados de Lugones, que también se
camino que nos trajo hasta aquí. Y en preparaba para proclamar unos años
este “aquí” surgen las preguntas posi- más tarde que “había llegado la hora
bles. Qué vemos en este aquí, en este de la espada”.
presente que a la manera de un caleidos- Seguimos fluctuando entre Paso
copio presenta formas multiplicadas, a afirmativo y rotundo del cuadro de
139
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
140
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
es tal si se hace vida presente, acción, rior a la historia. A veces creemos que
quedará para las cámaras, quedará en la historia nos está mirando, que nos
algunas celebraciones, quedará en las observa para controlar si cumplimos
habituales consignas escolares: “La su mandato. Nuestra confianza en ella,
Patria cumple doscientos años”. La nos enajena como hombres. Como si,
Patria espectacularizada. ¿Quedará así, en alguna parte, la historia ya estuviera
o seremos capaces de hacer el esfuerzo escrita, hecha. Por el contrario, no
de alejarnos de esa “patria” y entrar creo que ninguna
en nosotros, cueste lo que cueste, para historia nos espera. Enfrentamos la enorme difi-
una vez más decir lo que sentimos y no En cambio, el cultad de no saber, desde el
aquello que nos incorpora al espectáculo? pasado nos acom- futuro, qué significa lo que
Enfrentamos la enorme dificultad de no paña, a pesar estamos haciendo hoy. Sólo
saber, desde el futuro, qué significa lo nuestro, aunque puede saber lo que en el futuro
que estamos haciendo hoy. Sólo puede no nos libera de la sabrá de lo que está haciendo
saber lo que en el futuro sabrá de lo responsabilidad del hoy, quien considere que
que está haciendo hoy, quien considere presente. Nada nos está cumpliendo un papel
que está cumpliendo un papel prede- determina, pero en predeterminado. Pero gene-
terminado. Pero generalmente quienes el pasado pueden ralmente quienes actúan de
actúan de esta manera carecen de capa- encontrarse las esta manera carecen de capa-
cidad para preguntárselo. Un marchar huellas de lo que cidad para preguntárselo. Un
de autómata, incapacitado para dete- hoy somos. Sólo marchar de autómata, incapa-
nerse a pensar qué está haciendo. Los con coraje una citado para detenerse a pensar
portadores de la “banalidad del mal” en mirada hacia el qué está haciendo.
el decir de Hannah Arendt. Nos queda pasado puede
la exigente posibilidad de pensarnos reconocer el origen de los rastros que
a nosotros mismos. Toda responsa- marcan nuestro mundo, no distintos a
bilidad presente tal vez encuentre su los que descubrimos en nuestro propio
principio de acción en ese acto que nos cuerpo. No podemos perdonarle nada
proyecta más allá de una inmediatez al pasado si queremos aprender. Y
vacua: interrogarnos por el pasado, por constantemente estamos a punto de
todo aquello que en su momento no aprender: el aprendizaje es inminente
nos atrevimos a preguntarnos. y siempre es tiempo.
No podemos saber, desde la historia, qué No podemos renunciar a ser lo que
estamos haciendo. Esta charla gratuita somos en donde estamos. Ninguna
que ejercemos como en una reunión de historia absolverá nuestros actos,
amigos, ¿qué va a significar mañana? porque de éstos se hará la historia. Los
Lo más previsible es que no signifique legados se nos vienen encima, no los
nada, nada de nada, como la enorme elegimos. Se nos ofrecen y es imperioso
mayoría de las cosas que efectuamos. recibirlos puesto que el legado se nos
Pero no lo sabemos, y el no saberlo nos aparece como un don. Pero también,
obliga a ser responsables de cada palabra. como el don, el legado nos es ajeno. No
Sabemos que no vivimos bajo la mirada es fácil reconocerlo. Si podemos hacerlo
de la historia. Napoleón imaginaba nuestro es porque, llegado del pasado,
que la historia lo contemplaba, sentía guarda jirones de aquello pretérito que
que estaba escribiéndola. Tal vez tenía queda alojado en el presente y que está
razón aunque era él, Napoleón, ante- entrañablemente en nosotros.
141
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
142
144
Quisiera que este texto sirva como luchas populares que fueron supri-
modesto homenaje a mi madre, cuya midas y olvidadas en los libros tradi-
familia sufrió las persecuciones y los cionales: los indios, los negros, las
campos de concentración en Polonia, mujeres, los pacifistas, los libertarios,
durante la Segunda Guerra Mundial. los anarquistas.
En Argentina, en la época de la dicta- Profit Motive and the Whispering Wind
dura militar, en los años 70, mi madre es uno de los films más apasionada-
vivió con miedo, como todos; pero, en mente políticos que se hayan realizado
su caso, el miedo adquiría un sentido en los últimos años porque, a través
suplementario, porque era la compro- de la simple observación, logra extraer
bación horrorizada de que la historia de la imagen su dimensión profunda-
sucede una vez como tragedia y luego mente cuestionadora. Al comienzo,
se repite también como tragedia. un epígrafe dictamina: “Una memoria
extensa es la idea más radical en
America [The long memory is the
I most radical idea in America]” (Claire
Spark Loeb). En efecto: el cine puede
Una imagen puede darse por satis- convertirse, a veces, en la forma más
fecha en el mero reconocimiento de los poderosa de la memoria. Lo repito y lo
objetos o puede, en cambio, hacerlos subrayo: sólo a veces. De una manera
legibles. Observar es (debería ser) una paradójica, esas escasas oportunidades
asignación de sentido. En el docu- en que las imágenes nos permiten ver,
mental Profit Motive and the Whispering también dejan en evidencia hasta qué
Wind (El incentivo de la ganancia y el punto las películas no sirven usual-
viento susurrante, 2007), John Gianvito mente para esos fines sino, al contrario,
recorre la historia de las luchas políticas para ocultar. Como si ese vínculo con
y sociales en Estados Unidos a lo largo la memoria que se advierte en Gianvito
de cuatro siglos; pero lo hace exclu- fuera una habilidad que el cine hubiera
sivamente a través de una impresio- dejado de lado, un camino poco explo-
nante acumulación de lápidas y placas rado que permanece como virtualidad
conmemorativas. No hay personas, no o como latencia, y que sólo se ilumina
hay entrevistas, no hay acciones, no de manera esporádica en la mirada de
hay locución. Sólo la enumeración de algunos cineastas.
monumentos mortuorios. Para que se Mientras veía la película de Gianvito,
entienda: durante 58 minutos, la pelí- pensaba cómo podría hacerse una
cula no hace más que enhebrar una historia de Argentina con materiales
sucesión de imágenes que se mantienen similares. ¿Qué lápidas se mostra-
en la pantalla el tiempo necesario para rían? ¿Qué nombres deberían resca-
leer un nombre, unas fechas y un breve tarse? ¿Qué historia olvidada surgiría
epitafio que deja constancia de una de allí? Los primeros films argumen-
lucha inclaudicable. Inspirado en el tales argentinos se realizaron en la
libro del historiador Howard Zinn, época del primer Centenario y fueron
La otra historia de los Estados Unidos películas históricas. En algún caso,
(A People’s History of the United States, el tema es previsible. La Revolución
1980), Gianvito muestra una historia de Mayo (Mario Gallo, 1909) estre-
de Norteamérica a partir de aquellas nada el 24 de mayo de 1910 tenía
145
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
146
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
147
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
148
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
149
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
150
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
151
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
152
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
rado en las películas del género social- en medio del infierno. Pero, como
folcklórico a fines de la década del 30 afirma Agamben: “Ese momento de
o “la brecha generacional” fue una normalidad, es el verdadero horror del
obsesión para la Generación del 60. campo. Podemos pensar, tal vez, que
El riesgo es que el Proceso se convierta las matanzas masivas han terminado,
en un telón de fondo para ambientar aunque se repitan aquí y allá, no
una historia cualquiera como ha suce- demasiado lejos de nosotros. Pero ese
dido con el franquismo en el cine partido no ha acabado nunca, es como
español, la guerra de Vietnam en el si todavía durase, sin haberse inte-
cine norteamericano o la Resistencia rrumpido nunca. Representa la cifra
en el cine francés. El riesgo es que perfecta y eterna de la ‘zona gris’, que
todo ese momento oscuro de nuestra no entiende de tiempo y está en todas
historia se fije en la memoria colectiva partes. De allí proceden la angustia y
como un lugar común, es decir, como la vergüenza de los supervivientes (...)
una forma del olvido. Ese riesgo ya se Mas es también nuestra vergüenza,
había planteado en el final de Noche la de quienes no hemos conocido los
y niebla: “Estamos nosotros, que campos y que, sin embargo, asistimos,
miramos sinceramente estas ruinas no se sabe cómo, a aquel partido, que
como si el viejo monstruo concen- se repite en cada uno de los partidos
tracionario hubiese muerto bajo los de nuestros estadios, en cada trans-
escombros; nosotros, los que fingimos misión televisiva, en todas las formas
recuperar la esperanza ante esta imagen de normalidad cotidiana. Si no
que se aleja, como si nos curásemos llegamos a comprender ese partido,
de la peste de los campos; nosotros, si no logramos que termine, no habrá
que aparentamos creer que todo esto nunca esperanza”.17
proviene de un único tiempo y país, y Indudablemente soy injusto al decir que
que no pensamos en mirar a nuestro el cine argentino no ha sabido filmar
alrededor ni oímos que se grita sin la dictadura militar. Aquí y allá, hay
fin”. En efecto, si el exterminio queda películas honestas e, incluso, aquí y allá,
confinado al estatuto de accidente hay algunas imágenes sabias en algunas
monstruoso, entonces se elimina la películas honestas. Ya lo he mencionado
posibilidad de que pueda ser pensado. al comienzo: los ejemplos pueden variar
Lo monstruoso pertenece al orden pero, desde 1983 para acá, cada uno
de la naturaleza y por lo tanto no es podría enumerar lo que ha aprendido
susceptible de ser procesado por la en cada caso. No se trata, entonces, de
razón. El movimiento de la represen- convertirse en fiscal y levantar el dedo para
tación debe demostrar que esa alte- criticar a las películas; pero hay también
ridad radical del exterminio no es sino un riesgo en pensar que ya hemos visto
el otro lado (el reverso) de lo propio.16 todo cuando, en verdad, la tarea recién
Nunca estaremos lo suficientemente ha comenzado. Agamben sostiene que,
lejos de él porque vive con nosotros. más allá de la utilidad y la necesidad de
En Lo que queda de Auschwitz, un los procesos celebrados en Nuremberg,
testigo relata un partido de fútbol quizás ellos fueron “los responsables de
que tuvo lugar durante una pausa la confusión intelectual que ha impedido
del trabajo. Se podría pensar que pensar Auschwitz durante decenios”
ahí emerge un rasgo de humanidad porque “contribuyeron a difundir la
153
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
idea de que el problema había quedado evitar ese destino un poco tranquili-
ya superado”.18 El derecho no agotaba zador del memorial o el monumento.
el problema sino que, al contrario, ese Como si las muertes del Proceso fueran
problema puso en tela de juicio al derecho. hechos aislados –inhumanos pero
Si ha sido necesario aislados– que permanecen confinados
Aun las imágenes más honestas, dictar sentencia, es en un momento de nuestra historia
las más auténticas, las más porque la justicia y no lo que realmente son: el reverso
valientes no logran evitar ese se ha ausentado. apenas oculto o disimulado de nuestra
destino un poco tranquili- Y en cierta forma, experiencia cotidiana. El pasado
zador del memorial o el monu- lo mismo puede aún no ha pasado. Ni siquiera es un
mento. Como si las muertes del decirse de los films pasado para nosotros. Es lo que afirma
Proceso fueran hechos aislados ya que, en este caso, Pilar Calveiro: “La acción del terror
–inhumanos pero aislados– la posibilidad de no acabó el día que cayó el gobierno
que permanecen confinados mostrar los sucesos militar. Hay un efecto a futuro, un
en un momento de nuestra no hace más que efecto que perdura en la memoria de la
historia y no lo que realmente evidenciar de sociedad (...) Ese efecto de terror dife-
son: el reverso apenas oculto manera extrema rido, que los militares se han encargado
o disimulado de nuestra expe- la distancia que de refrescar con cierta periodicidad, de
riencia cotidiana. nos separa de ellos. maneras abiertas o solapadas, cuando
Ya sabemos que amenazan ‘lo volveríamos a hacer’, es
una imagen no es justa sino justo una quizás uno de los mayores logros del
imagen. La verdad no posee consistencia dispositivo concentracionario”.19
jurídica ni estética. Circula por carriles En vez de celebrarse a sí misma, una
más intangibles y evanescentes. André imagen auténtica se sostiene sobre la
Bazin ironizaba sobre los documentales tensión entre lo que muestra y lo que
etnográficos que se jactan de mostrar inevitablemente debe obturar para
a la feroz tribu de caníbales: el hecho poder mostrar algo.20 No hay imagen
de que los cineastas no han sido devo- que pueda dar cuenta del horror y,
rados y han regresado para mostrarnos sin embargo, resulta imprescindible
la película prueba que los caníbales no obstinarse en dar cuenta del horror.
eran tan feroces o bien que el film no es Aun –o sobre todo– cuando se trata
tan verdadero como pretende. de una empresa destinada al fracaso.
Nosotros también podemos decir En esa misma dirección habría
que se nos ha mostrado; pero, aun que leer la conocida sentencia de
así, todavía no hemos visto nada real- Adorno que suele malinterpretarse:
mente. Todavía no hemos compren- no como una interdicción sobre la
dido lo que significa ver eso. Sí, claro: poesía luego de Auschwitz sino como
hemos visto las picanas, el submarino, un rechazo a estetizar el sufrimiento
los tabicamientos; hemos visto las de las víctimas.21 Cualquier imagen
violaciones, los secuestros, el síndrome plena resultaría inmediatamente falsa,
de Estocolmo; hemos visto la ESMA, porque la verdad sólo puede intuirse en
la Mansión Seré; hemos visto los la medida en que permanezca incom-
vuelos de la muerte; hemos visto las pleta, es decir, mientras siga gravitando
fosas comunes. Pero, en cierto sentido, sobre nuestro presente. Allí radica la
aun las imágenes más honestas, las más dimensión genuinamente constructiva
auténticas, las más valientes no logran de la memoria: hacer que el pasado
154
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
NOTAS
1. José Hernández, Vida del Chacho, Buenos Aires, Editorial Coyoacán, 1962, p. 34 y Domingo Faustino
Sarmiento, “El general Fray Félix Aldao”, en Obras completas de Sarmiento, volumen VII, Buenos Aires, Luz
del día, 1949, p. 262.
2. Pilar Calveiro, Poder y desparición. Los campos de concentración en Argentina, Buenos Aires, Colihue,
2004, p. 148.
3. Jacques Rivette, “De l’abjection”, Cahiers du cinéma nº 120, junio de 1961.
4. Georges Didi-Huberman, Imágenes pese a todo. Memoria visual del Holocausto, Barcelona, Paidós, 2004, p. 185.
5. Véase Serge Daney, “El travelling de Kapo”, en Perseverancia. Reflexiones sobre el cine, Buenos Aires,
El Amante, 1998. Daney, al igual que Rivette, opone el film de Pontecorvo a Noche y niebla, de Alain
Resnais. En otro lugar, se refiere al concepto de Blanchot sobre la “escritura del desastre” para referirse a
esos “tres manuscritos” de Resnais, “esos tres testigos irrecusables de nuestra modernidad” que son Noche
y niebla (1956), Hiroshima mon amour (1958) y Muriel (1963). El cine de Resnais en los años 60 aparece
así como el gran “sismógrafo”, aquel que encontró la forma para contar el acontecimiento fundante de
nuestra modernidad (Véase Serge Daney, “Resnais y la escritura del desastre”, en Cine, arte del presente,
Buenos Aires, Santiago Arcos, 2004).
6. Tomo la referencia del exterminio como “lo que nunca debió suceder pero sucedió” de Silvia Schwarzböck, “La
memoria frente al espectador: cómo representar en el cine lo que nunca debiera haber sucedido”, en Pablo Dreizik
(comp.), La memoria de las cenizas, Buenos Aires, Dirección Nacional de Patrimonio, Museos y Artes, 2001.
7. Escribe Raúl Beceyro sobre la película de Spielberg: “Los judíos de Schindler, que son los judíos de Spielberg,
se salvaron. Aunque parezca inconcebible, La lista de Schindler, que supuestamente habla del asesinato de seis
millones de judíos, tiene un happy end. Y el final es feliz no sólo porque los judíos se salvan (porque los judíos
del film se salvan) sino porque a causa de ese escamoteo, los espectadores salen contentos de ver el film, sin
ningún conflicto, porque el film los ha resuelto todos” (Raúl Beceyro, “Los límites. Sobre La lista de Schindler”,
Punto de vista nº 49, agosto de 1994, p. 9). Lo mismo podría predicarse sobre La vida es bella, aun cuando
el protagonista tenga un final más desgraciado que los prisioneros de Spielberg. El padre del film de Benigni
puede morir satisfecho porque ha logrado proteger a su pequeño hijo de los infortunios: su simulacro es tan
eficaz que ha logrado borrar la experiencia terrible del campo de prisioneros y ha convertido al exterminio
en un mundo de pura ficción. Como si nada de eso hubiera existido. Por cierto, para el niño, nada de eso ha
existido y la vida sigue siendo bella.
8. Giorgio Agamben, Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo (Homo Sacer III), Valencia, Pre-textos,
2005, p. 34
9. Ibid., pp. 8-9. Huyssen también trabaja sobre el funcionamiento necesariamente contradictorio de la
memoria: para él, ningún monumento singular podría dar cuenta del Holocausto en su totalidad pero, además,
eso tampoco sería deseable puesto que fijaría el recuerdo del horror en una única imagen estática y, en última
instancia, decepcionante. Véase Andreas Huyssen, “Monuments and Holocaust. Memory in a Media Age”, en
Twilight Memories. Making Time in a Culture of Amnesia, Londres, Routledge, 1995.
155
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
10. Georges Didi-Huberman, Imágenes pese a todo. Memoria visual del Holocausto, op. cit., pp. 186-187. Sobre
esta polémica, véase también, Libby Saxton, “Anamnesis and Bearing Witness: Godard / Lanzmann”, en
Michael Temple, James Williams y Michael Witt (eds.), Forever Godard, Londres, Black Dog Publishing,
2004. El problema es que, como dice Rancière, el enfrentamiento entre los cineastas terminó convirtiéndose en
un debate teológico en el que se opuso el verbo a la imagen: “un judaísmo de la palabra” contra “un catolicismo
impuro del ícono”. La temática de lo irrepresentable deviene así “una especie de confiscación ético-religiosa
de los procedimientos artísticos” (Jacques Rancière, “Las poéticas contradictorias del cine”, Pensamiento de los
confines nº 17, diciembre de 2005, p. 17). A propósito de esta oposición estético-teológica, véase, por ejemplo,
Jean-Michel Frodon, “Le fameux débat Lanzmann-Godard: le parti des mots contre le parti des images”,
Le Monde, Supplément Télévision, 28 de junio de 1999 y Gérard Wajcman, “‘Saint Paul’ Godard versus
‘Moïse Lanzmann’, le match”, L’Infini nº 65, 1999.
11. Citado en Georges Didi-Huberman, Imágenes pese a todo. Memoria visual del Holocausto, op. cit., p. 145.
Sobre los problemas de la representación de lo abyecto, véase también Julia Kristeva, Powers of Horror. An Essay
on Abjection, Nueva York, University of Columbia Press, 1982.
12. Marguerite Duras y Jean-Luc Godard, “2 o 3 choses qu’ils se sont dites”, en Jean-Luc Godard par Jean-Luc
Godard, tome II (1984-1998), París, Cahiers du cinéma, 1998, p. 146.
13. Jean-Luc Godard, “Le cinéma n’a pas su remplir son rôle”, en Jean-Luc Godard par Jean-Luc Godard, tome
II (1984-1998), op. cit., p. 336.
14. Citado en Libby Saxton, “Anamnesis and Bearing Witness: Godard / Lanzmann”, en op. cit., p. 375.
15. Jean-Luc Godard, “Feu sur Les Carabiniers”, en Jean-Luc Godard par Jean-Luc Godard, tome I (1950-1984),
París, Cahiers du cinéma, 1998, p. 239.
16. O, como sostiene Jean-Luc Nancy: aunque no se trata de determinar una estricta necesidad histó-
rica del nazismo, es importante “sustraerlo desde el principio del estatuto de accidente monstruoso acaecido
en la historia y a la historia, porque así se lo excluye de toda posibilidad de pensamiento” (Jean-Luc Nancy,
La representación prohibida, Buenos Aires, Amorrortu, 2006, p. 35. Sobre la categoría de lo monstruoso, la historia
y la naturaleza, véase Marina Warner, No Go the Bogeyman: Scaring, Lulling and Making Mock, Londres, Chatto
& Windus, 1998 y Mary Russo, The Female grotesque. Risk, Excess and Modernity, Londres, Routledge, 1995.
17. Giorgio Agamben, Lo que queda de Auschwitz, op. cit., p. 25.
18. Ibid., p. 18.
19. Pilar Calveiro, Poder y desparición. Los campos de concentración en Argentina, op. cit., p. 158.
20. Véase nota 5.
21. Véase Theodor Adorno, “La crítica de la cultura y la sociedad”, en Prismas, Barcelona, Ariel, 1962.
156
158
159
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
160
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
161
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
162
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
163
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
164
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
165
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
Emile Zola
166
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
167
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
168
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
pero quien lee los grandes textos sin pesadilla, en la que los muertos hablan
revolcarse en el suelo, sin que le pase por los vivos, las personas se creen
nada como si se tratase de la reproduc- romanas en lugar de francesas, todo está
ción de momentos arcaicos ya inviables, mal; todo ocurre en términos de una
si alguien al leer no siente lo invariante, sustitución. La pesadilla acabará cuando
el hecho de que los problemas no han los hombres pongan la historia sobre sus
cambiado, es un necio y no está leyendo. manos y digan: “Ésta es mi verdadera
Este tipo de autores que intentan intro- historia, basta de fantasmas”; y en ese
ducir nuevos conceptos de lectura, de momento, los hombres podrán hablar
relación con grandes fórmulas narrativas como el padre de Hamlet, “has hozado
de carácter “eterno” pueden ser tratados bien, viejo topo, has hecho bien tu
como locos. tarea subterránea”; hasta que podamos
Marx toma la idea del viejo topo apare- ver la luz, deberemos cruzar el mundo
cida en Hamlet, en el momento en que de pesadillas para, de una vez, tener la
aparece el rey, y Hamlet hijo le dice: historia en nuestras manos. ¿Ésta es sólo
“Has cavado bien, viejo topo”. Marx, sin una metáfora que acompaña la teoría?
mencionar que es de Hamlet, termina el El modo en que el mundo metafórico
18 Brumario diciendo que la revolución ingresa al mundo real, y la forma en que
es el viejo topo, y que finalmente se va a las palabras escapan a nuestro control,
aclarar esta historia, tan parecida a una es un problema que aparece al leer los Horacio González
169
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria
diarios, al leer historia, en cualquier otras dos, pero Plotino nos dice que
conversación de amigos. No existe otra no debemos elegir ninguna dado que
manera de conversación que ésta, sucia, las tres son una unidad inseparable.
en la que el viejo topo actúa permanen- En la idea de hipóstasis remitida al
temente hasta que alguna vez –parafra- mundo laico, se da bajo otro rostro el
seamos a Marx–, podamos vaticinar mismo problema: la indagación si sobre
el momento en que los hombres por la base de una invariante las figuras son
fin se detendrán a ver lo que hicieron, mutables, o si precisamos siempre, en el
momento terrible en el cual dejarán de pensamiento crítico que las figuras, a la
hacer falta los historiadores. manera de Plotino (Dios padre, Hijo y
La idea del viejo topo es la idea de una Espíritu Santo), vayan mutando, repre-
promesa, de que todo lo que ocurre es senten funciones diferentes siendo, sin
pesadilla: “La historia no es más que embargo, una la manifestación de la
una pesadilla en la que los muertos no otra, aunque nunca enteramente.
hacen más que ocupar la conciencia de En el Facundo se presenta una trinidad
los vivos”, pero al mismo tiempo, al hecha sobre la base de la hipóstasis.
tener que explicar qué es lo que hacen Dicho en términos de la filosofía exis-
los muertos, el 18 Brumario es un libro tencial, yo soy el otro respecto de aquél
de historia de la humanidad, el libro problema del cual no puedo hacerme
que indica el modo en que el pasado el zonzo. Facundo comienza diciendo
interviene siempre. que va a hablar de Rosas, aunque
Cuando Groussac afirmaba que, en su después no se dedique tanto a Rosas.
época, imaginaba salir a la calle con el Más bien lo enfrenta desde el propio
capote de Liniers, estaba señalando el Facundo. Sarmiento finge admitir que
modo en que los hechos se repiten a lo que escribió carece de rigor cien-
lo largo de la historia, y la necesidad tífico, y tiene la prudencia de pedir
de romper con dicha recurrencia. En perdón y explicar que su escritura fue
historia, las categorías están estili- rápida por estar inserta en una época
zadas, los hombres pasan a pertenecer de lucha política con Rosas, y que más
a categorías históricas, por lo tanto ni adelante, cuando el libro sea olvidado,
siquiera precisamos imaginar entera- se dedicará a corregir e introducir las
mente su vida. estadísticas de rigor. No pensaba real-
Por último, la forma de escritura de mente así, pues dice todo esto para
la historia que nos queda nombrar, es defender sus hipóstasis, un elemento
la de la hipóstasis, aquella que cosifica limítrofe de la escritura histórica.
los hechos históricos y los coloca en Entonces, la tercera figura de la hipós-
un molde equivocado. La hipóstasis tasis es el Doctor Francia, ministro
es una figura del cristianismo, apare- de Paraguay. El primer capítulo va de
cida en Plotino para interpretar los Facundo a Rosas, y luego de Rosas
tres rostros del misterio, Dios padre, al Doctor Francia, una figura que es
Hijo, y el Espíritu Santo; al igual que presentada por Sarmiento como un
la Sagrada Trinidad de la Revolución personaje siniestro, aquel que cerraba la
Francesa: libertad, igualdad, frater- tríada que, en lugar de estar conformada
nidad. Muchos hombres discutieron por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
con vistas a discernir cuál de las tres se componía por Facundo, Rosas, y el
es la verdadera, la que incluye a las mencionado Doctor Francia.
170
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario
Uno va y viene del Facundo porque por que mató a Chacho Peñaloza”.
presenta el mismo misterio o compli- Luego de decirle todo esto, podemos
cación que la religión cristiana. No pensar que es como si señala explícita-
sabemos si nos habla de Facundo, mente: “Usted es la cuarta figura”.
de Rosas, o del Doctor Francia, los ¿Acaso puede escribirse así la historia?
tres “fanáticos” del período de la Un historiador diría que no, pero si
Independencia. Para Sarmiento, dicha asumimos una diversidad de posi-
época, requería de una gran escritura ciones éticas dentro de la escritura, no
que mostrara de qué modo el Mal se resuelve el problema de la historia
estaba presente en todos lados, y que sin pasar por estos problemas. En
cada uno de ellos era el rostro del otro. cierta reunión donde se encuen-
Años después, poco antes de la muerte tran Sarmiento y Alberdi ya viejos,
de Sarmiento, Alberdi, con quien Sarmiento toma la iniciativa, y dice:
por momento se odiaban, introdu- “A mis brazos doctor Alberdi”.
cirá el cuarto elemento. Le dirá: “El
Facundo es usted, el título del libro
debió llamarse Faustino, no hace más (*) Conferencia brindada en el marco
que escribir sobre usted porque es un del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
déspota, un unitario que quiere apode- en el Bicentenario”, organizado por la
rarse de las provincias y es un asesino Biblioteca Nacional durante el 2009.
171
Artificios:
lengua y ciudad
La teoría del artificio no fue
escrita por nadie y quizás
todos escriben a su manera
esas teorías. Se trata, ni más
ni menos, que de la hipótesis de que la acción humana depende
de ella misma, es su propia autora y su propio rastro, su forma
y su fondo, su manifestación y su consecuencia; todo está en uno
y sin dejar otra constancia que la acción misma en su mero ser.
¿Pero si todo fuera eso? ¿Si todo fuera así? ¿Sólo habría energía
sin reflexión ni estilo? El mundo sería puro arrojo vital; nadie
podría volver sobre sus pasos para saber lo que ha sido, lo que
pudo ser, la diferencia entre lo ocurrido y lo que se esperaba. Por
eso, hay algo más. Está el artificio. Volver sobre la experiencia es
el artificio, la construcción luego de la materia bruta, la forma
de la creación que se asume y contempla, meditada o no. Y si
no lo es, igual se coloca como acto intencional que otro podrá
pensar. Los actos premeditados tienen mala fama, pero son la
esencia de la realidad y la cultura. Muchas veces surge la equi-
valencia del artificio con la artimaña, el disimulo o el ardid.
Pero la literatura y el pensamiento político viven de ellos, no
por lo que tienen de enredo, sino por lo que suponen de creación
incesante de realidades. Se crea sobre lo ya dado. Pero lo ya dado
quizás fue un antiguo artificio que logró engañarnos haciéndonos
creer que era espontánea vitalidad irredenta. Jorge Luis Borges y
Ezequiel Martínez Estrada, fueron quienes más provocaron las
fuerzas del artificio con la potencialidad del vivir sin nombre,
la pura fuerza del destino. Ambos pensaron situaciones únicas
y maravillosas, capturadas por los signos y mecanismos de las
culturas. Signos a veces terroríficos, como en Borges, o despó-
ticos, como en Martínez Estrada. Borges lo hizo para saludar
con ironía estos mecanismos y convertirlos en un juego más de las
posibilidades de la existencia. Martínez Estrada buscó llamar la
atención respecto del hecho de que en los artificios las existencias
naufragaban. Pero entre ambas posibilidades se sigue jugando
hoy la apuesta de los pensamientos que quieran transformar las
cosas trasformándose a sí mismos.
En esta sección presentamos un conjunto de elaboraciones sobre los
dos grandes artificios de la creación humana: la lengua y la ciudad.
Martín Prieto reflexiona sobre la relación de la poesía con el pero-
nismo y lo hace recurriendo a dos nombres que, en opciones ideoló-
gicas diferentes, vieron atravesada su obra por el rumor de la calle:
Lamborghini y Fernández Moreno.
Ángela Di Tullio interviene en la polémica sobre la lengua de los
argentinos retomando los encendidos debates que antagonizaron
respecto al carácter de lo que puede considerarse como materia
prima de la nación.
Pablo Sztulwark y Juan Molina y Vedia piensan la ciudad como
espacio fundamental de la convivencia colectiva que, sometido a
las variaciones del vértigo de le época, reclama nuevos modos de
ser habitado.
Lengua y ciudad, entonces, como los artificios legados y las ficciones
por venir.
174
Poesía y peronismo:
un episodio en la historia
de la literatura argentina(*)
Por Martín Prieto
Los acontecimientos políticos suelen modificar las
percepciones y las sensibilidades culturales de su
época. Sin embargo, la emergencia del peronismo
en la década del 40, no logró conmover, hasta años
más tarde, las expresiones estéticas en el campo de
la poesía. Quizá por tratarse de un fenómeno de
difícil inteligibilidad inmediata, reacio a las grillas
clasificatorias, o bien por la perplejidad frente a tal
conmoción, la literatura no pudo volverse rápida-
mente permeable a las transformaciones en curso.
No se trata de la presencia, evidente, del fenómeno
político peronista en el ambiente cultural de aquel
entonces. Existía sí, como sabemos, una polariza-
ción que alineaba a uno y otro lado, distribuyendo
posiciones en la escena. Sin embargo, apologetas y
detractores permanecían indiferentes por cuanto
más allá de sus referencias temáticas, las formas
y la materia poética no se veían cuestionadas en
sus modos por la aparición del mundo plebeyo,
aunque incorporase su habla en el canon poético.
Bajo estas intuiciones, Martín Prieto recoge las
discusiones de las distintas corrientes de la poesía
del período, encontrando en ellas núcleos inva-
riantes (la idea respecto a su función, las métricas
y los estilos) que no cedían al llamado de otras
formas expresivas. César Fernández Moreno y
Leónidas Lamborghini, a uno y otro lado ideo-
lógico, dan cuenta de una mutación política y
social produciendo una experimentación radical
en el carácter poético argentino.
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
175
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
176
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
veces lujoso, pero de una suntuosidad citado por Avellaneda, describe las dos
ya comprobadamente poética desde facciones políticas en pugna: de un
el Modernismo, y cuyos temas son lado, la vitalidad primitiva, la fuerza
los comunes a la poesía de la época: toda del primitivo que es lo próximo
evocaciones de la infancia perdida, o lo cercano al animal (ellos) y del otro
himnos a la patria, y la Antigüedad el ideal de cultura, los progresos de la
como fuente de inspiración, o como inteligencia, la presencia del libro, los
pretexto. En noviembre de 1945, en movimientos esclarecidos, las acciones
una revista titulada Antinazi, Ocampo dirigidas por el juicio y el pensamiento
publicó un singular poema llamado (nosotros).
“Esta primavera de 1945, en Buenos Los cuarentistas, como señaló el crítico
Aires”, cuya evidente referencia es la Carlos R. Giordano, sintieron aguda-
revolución del 17 de octubre de 1945. mente la extrema gravedad de la época,
Desaparecen entonces la abstracción pero no entendieron los términos del
y el irrealismo –“Vi morir a ciuda- problema.
danos tristemente, / asesinados por Mi hipótesis es que tampoco los enten-
la policía”–, y cae la máscara neutral, dieron los poetas cronológicamente
apolítica, que también fue señalada sucesivos, es decir, los invencionistas y
como una marca generacional: “¡Oh, los surrealistas.
desolada confusión del día / que ha
transformado en odio la armonía / de Los invencionistas. La neurosis del
un territorio plácido y profundo!”. historiador. Edgar Bayley, en la línea
Pero tal vez lo más importante sea la de Echeverria y Mitre, pero mejor.
inadecuación entre el asunto tratado Los poetas del espíritu nuevo. La
–“la turba histérica” que avanzaba elección objetiva, el correlato objetivo
hacia la Casa Rosada–, y el vocabulario y la melancolía de Flaubert. Mayor
elegido por Ocampo: “esa triste gente fuerza reactiva que propositiva
/ que escribía palabras en la acera”,
además de una especie de inversión El invencionismo argentino afinca,
retórica y política que es otorgarles, sobre todo, en la revista Poesía Buenos
en el poema, nobleza humana a los Aires, una publicación, podríamos
animales (los caballos inocentes) decir así, programáticamente progra-
mientras que, “por afuera”, el discurso mática, en la que no había número que
propiamente político, le daba, al revés, no tuviera, sobre todo en la forma de
condición animal al nuevo sujeto polí- editoriales, o notas liminares, algún
tico peronista, según se desprende de texto en el que se explicitara cuál era
la campaña partidaria de la Unión la novedad que la revista venía a signi-
Democrática de 1946, en la que, como ficar en el mapa de la poesía argentina,
señala Andrés Avellaneda en El habla menos en dimensión “histórica” que
de la ideología, se cristaliza la oposi- esencialista y radical. No qué debe
ción entre un signo positivo, el de la ser la poesía “hoy” –y ojo, ese hoy era
cultura entendida como inteligencia, extremadamente atractivo en términos
evolución y armonía, y uno negativo, ideológicos, políticos, culturales y aun:
el de la no-cultura, representada por vitales– sino, directamente, qué es la
el instinto, lo primitivo y, directa- poesía y qué es un poeta en notas que
mente, lo animal. Américo Ghioldi, remiten de modo implícito a las que
177
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
178
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
179
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
presentan un hecho nuevo, indepen- según esta secuencia: tus pelos tan
diente del mundo externo, desligado amarillos como el oro: tus pelos como
de toda otra realidad que él mismo”, el oro, tus pelos de oro. La imagen, en
y para el que “la poesía no debe imitar cambio, no responde a nada exterior y
los aspectos de las cosas, sino seguir las es, exactamente, la figura propiciatoria
leyes constructivas que constituyen su de la libertad absoluta, como ese verso
esencia y que les confiere la indepen- de Bayley que dice “la perla de las islas
dencia de todo lo que es”. favoritas”, que es una imagen, y no una
De este modo, y apoyándose en esa metáfora, en tanto no es una transcrip-
tradición, el invencionismo pretende ción en palabras de algo preexistente, o
introducir –ya veremos si lo consigue– real anterior. Pero, si vemos el poema
un giro retórico en completo nos encontramos con que esa
Es que tanto los surrealistas la poesía argentina, imagen no es lo absoluto del poema, sino
como los invencionistas, críticos reemplazando la su fuga. El poema sigue, digamos así,
declarados y fervorosos de la metáfora por la anclado en el mundo referencial: son
poética cuarentista, compar- imagen. ¿Por qué? las ocho y media de la mañana de un
tieron sin embargo con ella una Porque la metáfora fin de semana (de este fin de semana)
idea de la poesía, aunque su responde, por más llueve. Y la imagen abre un punto de
ejecución y su retórica fuesen alejados que estén fuga. Yo creo que ése es el límite del
diferentes: sentimientos la sus polos, a un tipo invencionismo, según podemos verlo
mayoría de las veces elevados, de relación entre en la misma muestra que acompaña la
temas esencialmente poéticos uno y otro, que presentación de 1953 en los poemas de
también (el amor, la muerte, la es el que la metá- Bayley, Raúl Gustavo Aguirre, Mario
infinitud o la finitud, el desaso- fora viene precisa- Trejo, Alberto Vanasco.
siego), una elección léxica mente a develar. En Y esta comprobación avisa que el
guiada por una poeticidad términos composi- programa de Poesía Buenos Aires tuvo
anterior. En lugar de que una tivos, “tus cabellos mayor fuerza reactiva –“contra los
palabra cualquiera, al formar de oro”, que ya es supuestos formales de la poesía, contra
parte de un poema, se convierta un clisé, no es dife- las maneras tenidas por prestigiosas,
en poética, o, mejor dicho, en rente al “hombre contra las convenciones literarias”–
vez de que un poema sea lo que que se crucifica al que propositiva porque, de hecho,
defina una condición poética abrir de par en par los poemas más representativamente
o la emergencia o manifesta- una ventana”, de inventivos de Poesía Buenos Aires son,
ción de la poesía, son las pala- Girondo, en tanto en su ejecución, algo –o mucho–
bras, poéticas de antemano, las ambas son referen- menos que las demasiado exigentes
que le otorgan a un poema su ciales y es posible premisas en las que se apoyaban.
condición. Esto es algo que se restablecer esos dos
ve en todos los movimientos términos reunidos Una idea de la poesía común a (casi)
“descendentes” en poesía. por el poeta en uno todos. Movimientos ascendentes y
solo, a partir de descendentes. Un triángulo de fuerzas
eso en común que tienen ambos (el que –aparentemente– se repelen. El
color, en el pelo y en el oro, los brazos prejuicio de lo sublime
abiertos en Cristo y en el señor que
abre la ventana). En algún punto una Sin embargo, y más allá de la imposi-
metáfora sigue siendo una comparación ción, como decíamos, de un “valor”,
reducida a la que le faltan los nexos, los invencionistas –y también los
180
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
181
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
nuevo, una ampliación léxica, que Oliverio Girondo abría los Veinte poemas
luego los surrealistas descendentes con un epígrafe que decía “ningún
convierten en fin. prejuicio más ridículo que el prejuicio
Y ese concepto de lo descendente es lo de lo sublime”, y que ese epígrafe se
que reúne a ese triángulo de fuerzas que encuentra respaldado por el manifiesto
en apariencia se repelen, que se arma entre del espíritu nuevo de Apollinaire que
los años 40 y 50 en la poesía argentina: decía que el “descubrimiento poético”
cuarentistas, surrealistas e invencionistas. no necesariamente tenía que estar condi-
Porque esa repulsión entre unas y otras cionado por un hecho juzgado como
fuerzas no puede sublime de antemano. Pero también es
No se trata acá de pensar el ocultar lo que sin verdad que el mismo Apollinaire refuerza
vínculo literatura y peronismo embargo tienen en después el valor que su poética viene a
a partir de apoyos o rechazos común: el valor proponer, que es el valor de lo nuevo,
–que es una idea que está en que tienen para como un valor al que también lo raya
boga hoy (por ejemplo, la todos las palabras o lo toca la condición de sublime: la
revista Ñ de hace unos meses poéticas ya consa- “novedad sublime”, dice Apollinaire.
está dedicada a la literatura gradas como tales ¿Qué quiere decir esto? Que cambia el
neoperonista, entendiendo a por la tradición a valor (y el valor de la vanguardia es la
ésta como la que practican los la que responde novedad, lo nuevo) pero no cambia la
escritores cívica, política y elec- cada una de ellas: condición de lo poético, que sigue siendo
toralmente neoperonistas)–, la palabra román- lo sublime. Al revés, Apollinaire viene
en tanto sería “peronista” la tica, la palabra a decir que lo nuevo también puede
literatura de Sola González y surrealista, la ser sublime, o que lo sublime sólo se
“antiperonista” la de Ocampo: palabra creacio- encuentra en lo nuevo. Pero sigue
al revés, ninguna de las dos es nista. Consecuen- apoyándose en esa condición de poesía
una cosa ni la otra en tanto temente, tienen en alta a la que responden los románticos
ninguna de las dos es formal y, común una filiación y a la que responderán los surrealistas
por lo tanto ideológicamente entusiasta a una y los invencionistas también.
sensible a la conmoción que el tradición poética El triángulo es, en fin, por la disputa
peronismo estaba importando, culta y prestigiosa y de valores diferentes. Pero todo englo-
en esos mismos años, en el el funcionamiento bado en una búsqueda que es común,
mismo cuerpo de la literatura de nombres de que es la búsqueda de lo sublime.
argentina, más allá de las valo- esa tradición que
raciones y más allá de los “posi- funcionan como Silvina Ocampo, igual que Alfonso
cionamientos” de los escritores talismanes o Sola González. Los poetas que bajan
en el campo intelectual en su escudos protectores del Olimpo. La política, obligatoria
relación con la política. de “la novedad”
que cada uno de En 1954 Antonio Monti publica un
ellos viene a representar: Rainer Maria volumen titulado Antología poética de
Rilke, para los neorrománticos, André la Revolución Justicialista, que marca el
Breton para los surrealistas, Apollinaire y modelo de la literatura peronista oficial:
Huidobro para los invencionistas. Y los elegías a Eva Perón, a Perón, al caballo
tres, además, se encuentran amparados de Perón, cantos celebratorios a todo
por un prejuicio común: el prejuicio de lo que incluye la liturgia peronista,
lo sublime. Es verdad que, como recor- incluido el aguinaldo o los aumentos de
darán muchos de ustedes (eso espero), sueldo. Como en esta cuarteta octosílaba
182
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
183
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
184
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
185
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
186
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
187
188
La construcción de la identidad
lingüística argentina
Por Ángela Di Tullio
189
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
que dan rienda suelta al “instinto pelea contra los “corregidores” del
bajero” (Américo Castro, La peculiaridad Instituto de Filología, Américo Castro
lingüística rioplatense) o los “escritores- y Amado Alonso, dispuestos a seguir
masa”, que carecen del buen gusto de imponiendo su “vasallaje” y a desco-
los distinguidos verdaderos (Amado nocer el “lenguaje rioplatense”.
Alonso en “El problema argentino Baste esta apretadísima presentación
de la lengua”, primer capítulo de El para mostrar que la identidad lingüís-
problema de la lengua en América), una tica argentina en singular no es más
prédica tal vez no ajena a las reacciones que una generalización que esconde
negativas de inseguridad, abundancia múltiples respuestas, más valorativas
de clichés, miedo al ridículo, que los que descriptivas, más ideológicas (en
mismos filólogos advierten. sentido amplio) o incluso políticas
Más afortunado que el contenido de que estrictamente lingüísticas, todas
la obra, el nombre de Idioma de los difícilmente descontextualizables de
argentinos se convierte en punto de las circunstancias (históricas, grupales,
referencia de réplicas condenatorias o de discursivas) de su producción. Como
contrarréplicas que adscriben a la idea se advierte, esta extensa serie discur-
como realidad, posibilidad o esperanza. siva no queda circunscripta a una
En 1927, Borges recupera la designa- intrascendente cuestión lingüística o
ción en la conferencia El idioma de los cultural, sino que se entrecruza con
argentinos: aunque descrea de su exis- las diferentes interpretaciones del
tencia, la alienta nacionalismo, con rechazos al “verbo
La labor de modernización, que como esperanza de la democracia” y a la movilidad
significaba la intelectualización y como táctica social y con definiciones de la litera-
del léxico, la simplificación distanciadora de tura nacional.
de la sintaxis y nuevas pautas los hispanistas,
estilísticas, cercanas a las prác- pero también de
ticas del periodismo, abría las los promotores Un pasado de grandeza
puertas al préstamo, sin mira- del lunfardo u
mientos no sólo hacia la norma- orillero. Frente a Comenzaré, entonces, con algunos
tiva académica sino incluso estas posiciones, antecedentes. La “cuestión del
por la unidad de la lengua. A prefiere insertarse idioma” fue una pieza fundamental en
partir de la distinción entre en la tradición el programa de ruptura con España y
culturas avanzadas y culturas de los escritores con el pasado colonial que emprende la
retrógadas, que se extendía argentinos que Generación del 37: la tarea era borrar
a las lenguas respectivas, era no se desviaron esas huellas, incluso en la lengua.
lícito admitir los galicismos de la oralidad. Aunque con diferencias personales y
necesarios, pero no las expre- En la Aguafuerte cronológicas, todos los miembros coin-
siones consideradas propias porteña homó- cidían en la necesidad de modificar la
de la “chusma” ignorante. nima (1930), Arlt lengua heredada de la metrópoli hasta
se refiere burlo- hacerla propia, en consonancia con la
namente a la pretensión de Ricardo nueva realidad política.
Monner Sans de recuperar las riendas No se daban mayores precisiones, sin
para encauzar la lengua de Buenos embargo, del alcance de esta modifi-
Aires. Vicente Rossi seguirá creyendo en cación. Como en algunos momentos
su realidad; en sus Folletos Lenguaraces, Echeverría y Alberdi plantearon
190
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
191
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
192
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
193
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
194
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
195
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
196
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
197
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
Vicente Quesada
198
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
mento. Atiende también al valor que reparada por la labor creativa de los de
puede revestir su obra para asimilar arriba: la creación lingüística no es obra
lingüísticamente al extranjero y a del pueblo, sino de los cultos. Como
su hijo en un “país que marcha a la cada grupo de la escala social tiene el
cabeza de América Latina y le auguran lenguaje que le corresponde, no puede
un porvenir no lejano de extraordi- salvarse la frontera entre la lengua de
naria riqueza y esplendor”. la gente decente y la de la chusma y
En un artículo publicado en la revista su lengua plebeya. Es igualmente dura
Nosotros en 1923 (“Evolución del la condena de la cursiparla, usada por
idioma nacional”), Quesada declaraba los grupos poco cultos que aspiraban a
satisfecho que la batalla estaba defi- imitar a los de arriba.
nitivamente ganada gracias al cambio También Leopoldo Lugones sostiene
de actitudes, menos hostiles hacia una postura aristocratizante en rela-
España, y también a una correcta polí- ción con la formación del idioma,
tica lingüística desplegada en la escuela que no atribuye a la acción del pueblo
y en la prensa: sino a la de los cultos: “Todo idioma
es obra de cultura realizada por los
“La lengua oficial de un país es única- cultos”. El intelectual se va apartando
mente la enseñada en sus escuelas, progresivamente del “verbo de la
usada en sus funciones públicas, y democracia”, al que acusa de captar
empleada en sus libros y periódicos; la aprobación del pueblo mediante
es, a la vez, hablada por un deter- recursos demagógicos y, por lo tanto,
minado número de personas, pero, corruptos. La desintegración de la
las cuales, comparadas con el resto patria comienza con la desintegra-
de la población, sólo constituyen una ción del idioma, sobre todo por la
verdadera minoría” (p. 10). influencia perniciosa de la inmigra-
ción cosmopolita, por lo que es nece-
La construcción del Estado requiere sario defenderlo de hibridaciones
la unidad lingüística como una de destructoras. Éste será el objetivo
sus condiciones de existencia. La de su labor de formación ciudadana
educación pública era la encargada con la Didáctica y, como hombre de
de difundir la única variante admi- cultura, de dar fundamento científico
sible, que se decantaba de la buena al castellano usual en su Diccionario
literatura y de los consejos de los etimológico (Didáctica, p. 221-2).
gramáticos. El ideal monoglósico
prevé una lengua única, sin diferen-
cias dialectales marcadas, aunque sí Los guardianes de la lengua
con la debida separación entre los dos
sociolectos, la lengua del vulgo y la La construcción de la lengua del
lengua culta, que seguía mantenién- Estado requiere la labor de los gramá-
dose como posesión exclusiva de los ticos, que serán los encargados del
verdaderos distinguidos. trabajo técnico –eliminar el plurimor-
Quesada es categórico: “A las razas que fismo previo a la estandarización– y
progresan corresponden idiomas que de una función ideológica: la exalta-
se enriquecen y prosperan”. La labor ción del castellano como único objeto
destructiva de los cambios de abajo es digno de ser estudiado y preservado
199
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
200
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
201
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
202
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
Octavio Pico, que “describía las fiestas y el ‘salivoso’ chau” (Herrero Mayor) o
de antruejo, que carnaval le parecía por el anglicismo sintáctico Automóvil
italianismo innecesario para quienes Club o Plaza Hotel (J. Selva). Otra
tienen, además, en su rico idioma, forma de afectación será luego blanco
carnestolendas, de clásico abolengo” de la sátira de Adolfo Bioy Casares
(p. 6). Preocuparse por un italianismo en su Breve
tan arraigado como carnaval indica diccionario Los hablantes se expresan sin el
una clara voluntad de contrarrestar la del argen- necesario cuidado, con expresiones
presencia inmigratoria, en un medio tino exqui- tuntúnicas, que muestran la pereza
que, según Zeballos, “carece de las sito (1978) mental del porteño, como los evalua-
aptitudes para la asimilación intelec- que, más tivos positivo fenómeno y negativo
tual del extranjero”, y lo peor es que es moderno, macana. El uso de la lengua indica la
el que termina por asimilar al nativo. se espe- condición social y el grado de cultura
Buenos Aires es Gringópolis, la confu- cializa en del hablante, y se asocia también a la
sión babélica y el desbarajuste. Los d e c l a r a - moral: el lenguaje correcto va unido a
hablantes se expresan sin el necesario ciones de la buena conducta, según Lugones.
cuidado, con expresiones tuntúnicas, políticos
que muestran la pereza mental del y gobernantes, tan afectos en esos
porteño, como los evaluativos positivo tiempos a las finezas de fractura, infra-
fenómeno y negativo macana. El uso de estructura, curricular, redimensionar.
la lengua indica la condición social y
el grado de cultura del hablante, y se
asocia también a la moral: el lenguaje Borges vs. Castro
correcto va unido a la buena conducta,
según Lugones. La causa antihispánica era compartida
Capdevila extrae las consecuencias: “Así por un amplio sector de los intelec-
como la mala crianza aísla, así como la tuales, que veían con resquemor la
suciedad en el vestir separa, todo lo presencia de lingüistas españoles en
que conspire contra el buen hablar la dirección del Instituto de Filología
será también razón de confinamiento de la Universidad de Buenos Aires
y soledad” (“Desazones idiomáticas desde su creación en 1924 por la firma
argentinas”, Cuadernos del idioma, p. de un convenio entre el decano de la
31). El buen hablante, sin embargo, Facultad, Ricardo Rojas, y Ramón
no se confunde con el redicho o afec- Menéndez Pidal, director del Centro
tado. La finura aparente de algunos no de Estudios Históricos de Madrid. Así
puede ocultar el mal gusto; la lengua llegan, entre otros, Américo Castro en
permitirá reconocer a los verdaderos 1924 y como director permanente, a
distinguidos de quienes aspiran a serlo partir de 1927, Amado Alonso. El año
y se exceden en la imitación. Es que la anterior, cuando la Gaceta Literaria de
distinción no se compra en la tienda, Madrid había planteado que el meri-
recuerda Capdevila a los enriquecidos diano cultural y lingüístico que debía
que llegaron en el último aluvión inmi- acatar la América hispanohablante era
gratorio (Despeñaderos, p. 87). El mal el de Madrid, los colaboradores del
gusto se pone de manifiesto en expre- periódico Martín Fierro rechazaron
siones cursis como mi esposa (por la unánimemente la pretensión, encabe-
más directa mi mujer), “el cómico aló zados por el director, Evar Méndez:
203
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
204
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
En “Las alarmas del Doctor Castro”, Aunque el artículo de Borges fue inter-
publicado en Sur, Borges hostigará con pretado como una falacia ad hominem,
feroz sarcasmo, al ocasional enemigo o una burla gratuita e irrespetuosa, sin
para destruir su tesis. Las estrategias que embargo, no parece ajeno al hecho de
emplea en el ataque las había expuesto que en la obra de Castro se deslizan
en el “Arte de injuriar” (Historia de la acusaciones veladas contra Borges y su
eternidad, 1933). No parece azaroso posición frente a la lengua: “Hay argen-
que en su teorización sobre el género tinos, incluso con relieve intelectual,
mencione entre los términos denigra- que declaran ser su lengua el ‘argentino’,
torios que el polemista esgrime para aunque no insistan mucho en ello al
denostar a su oponente el de doctor: expresarse con la pluma” (p. 16). Borges
“Doctor es otra aniquilación” (O. C., no se detiene a explicar que escribir en
p. 420). Alarmas, a su vez, sugiere aspa- argentino no significa convertirse en
viento, malhumor, rezongo, las acti- gaucho o en compadrito, ni tampoco
tudes que en El idioma de los argentinos hacerse español, sino, más bien,
endilga a los hispanistas. mantener el tono de la oralidad porteña
Borges no intenta arduas discusiones en su modalidad culta. Es el matiz que
gramaticales que pudieran probar la
superior corrección o calidad de la
“lengua vernácula de la charla porteña”
sobre otras. Demuestra la falacia de
identificar la lengua de Buenos Aires
con sus parodias gauchescas o arraba-
leras, que el ensayista comparaba con
el español estándar peninsular. A la
pretendida superioridad de la penin-
sular concede, con la objetividad de
un observador imparcial, como único
argumento la intensidad de la voz:
205
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
pretende transmitir, siguiendo a escri- porteño. Sigo toda una tradición: Fray
tores como Sarmiento y Mansilla: Mocho, Félix Lima, Last Reason...Y es
acaso por exaltar el habla del pueblo,
“El tono de su escritura fue el de su ágil, pintoresca y variable, que inte-
voz; su boca no fue la contradic- resa a todas las sensibilidades. Este
ción de su mano. Fueron argentinos léxico, que yo llamo idioma, primará
con dignidad: su decirse criollos no en nuestra literatura a pesar de la
fue una arrogancia orillera ni un indignación de los puristas, a quienes
malhumor. Escribieron el dialecto no leen ni leerá nadie (Aguafuertes
usual de sus días: ni recaer en espa- porteñas, p. 369).
ñoles ni degenerar en malevos fue su
apetencia... Dijeron bien en argen-
tino: cosa en desuso” (El idioma de
los argentinos, p. 29). Conclusiones
También se adivina una solapada refe- ¿De qué se discute cuando se plan-
rencia a Borges cuando Castro, enojado, tean estas polémicas sobre la lengua?
se queja del recurso al humor, que Básicamente de “mitos acerca de la
evidencia una preocupación mayor por lengua” relativos al carácter más lógico,
la forma que por el contenido. Explí- más bello o más difícil de una lengua,
citamente, a Borges sólo lo menciona o de los efectos de un dialecto sobre
una vez, en una lista en que reúne escri- la pureza de la lengua o de la (im)
tores de diferente laya, que concluye pericia de los hablantes de un cierto
en un genérico “y cien más” (p. 122). sector social. Muchos de estos “mitos”
Retomando estas alusiones y elusiones, circulan en los textos comentados. De
Borges concluye su ilustración del arte hecho, son las cuestiones vinculadas a
de injuriar con la aniquilación total: la valoración –más que de la estructura
interna de la lengua– lo que suscita
“En la página 122, el doctor Castro el interés de académicos, intelec-
ha enumerado algunos escritores cuyo tuales, políticos y gran público; cada
estilo es correcto; a pesar de la inclu- uno, desde su perspectiva particular.
sión de mi nombre en este catálogo, Algunas parecen depender de gustos,
no me creo del todo incapacitado para más o menos legitimados; otras, de
hablar de estilística” (O. C., p. 657). factores sociales y políticos implícitos;
un tercer grupo, de cómo se entienda
También Roberto Arlt recupera el la “unidad de la lengua” y qué alcance
nombre “El idioma de los argentinos” se les reconozcan a las diferencias.
en su Aguafuerte porteña para discutir En nuestro recorrido hemos recono-
con un hispanista, el ya mencionado cido una línea dominante trazada por
Monner Sans. A diferencia de Borges, la defensa de los rasgos del hablado
Arlt dice escribir “en porteño” –que en Argentina frente a una normativa
identifica con un léxico– y se apoya en que desconocía la valoración de los
una genealogía diferente: hablantes nativos y que sólo admitía
como legítima la opción del español
“Escribo en un ‘idioma’ que no es peninsular: Sarmiento propone una
propiamente el castellano, sino el ortografía que daba lugar al seseo,
206
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
rasgo compartido por todas las moda- mamá? o en ¿No lo invitaste a Tomás?,
lidades habladas en América; Borges la prácticamente obligatoria cuando se
reconoce en un matiz, el de la oralidad hace referencia a personas consideradas
porteña, que se reconoce en un tono, familiares para el interlocutor.
en algunas selecciones léxicas y en las Ahora bien, la suma de los rasgos,
connotaciones que se asocian con ciertas ¿define la identidad lingüística argen-
palabras; Arlt la identifica con el voca- tina o, mejor aun, las varias identidades
bulario propio de Buenos Aires. Los lingüísticas argentinas: la rioplatense,
marcadores de “argentinidad” cambian muy cercana a la uruguaya, la del
a través del tiempo. El lingüista alemán noroeste, vinculada a la del español
Fritz Krüge, que fue profesor en la andino, la cuyana, similar a la del
Universidad de Cuyo, escribió un libro español de Chile y la del nordeste,
sobre “el argentinismo es de lindo” que comparte muchos rasgos con el
(Era de linda...; Está de alto... Me cayó de Paraguay? Creo que no basta, por
de mal...). Sin embargo, esta construc- más puntuales y específicos que se
ción hoy ha perdido vigencia entre describan. Como hemos visto, la iden-
los jóvenes, sustituida por el prefijo tidad lingüística es una construcción
re-: Era re-linda, Está re-alto; Me cayó elaborada por intelectuales, hecha
re-mal. La entonación de la frase resulta de reflexiones sobre la lengua y sus
más cercana a la de ciertos dialectos componentes, pero también de valores
del italiano que a la del español penin- afectivos, como los prejuicios y los
sular, e incluso el italiano parece haber mitos antes mencionados, y también
favorecido la tendencia a la duplicación de ciertas acciones glotopolíticas,
pronominal, como en ¿La viste a mi normativas o antinormativas.
BIBLIOGRAFÍA
Abeille, Lucien (1900), Idioma nacional de los argentinos, París, Libraire Emile Bouchon.
Alonso, Amado (1935), El problema de la lengua en la Argentina, Madrid, Espasa Calpe.
— (1943), Castellano, español, idioma nacional, Buenos Aires, Losada.
Arlt, Roberto (1991), “El idioma de los argentinos”, en Aguafuertes porteñas. Obra Completa II, Buenos Aires, Planeta.
Bauer, Laurie & Peter Trudgill (ed.) (1998), Language Myths, Londres, Penguin Books.
Bello, Andrés (1970), Gramática de la Lengua Castellana, Buenos Aires, Sopena.
Blanco, Imelda, M. Eugenia Contursi y Fabiola Ferro (2003), “La enseñanza de la gramática y los medios de
comunicación”, Comfer, www.comfer.gov.ar/publi/pdf
Bioy Casares, Adolfo (1978), Breve diccionario del argentino exquisito, Buenos Aires, Emecé.
Borges, Jorge Luis (1984), Obras completas, Buenos Aires, Emecé.
— (1928), El idioma de los argentinos, Madrid, Alianza, 1998.
— y E. Clemente (1963), El lenguaje de Buenos Aires, Buenos Aires, Emecé.
Cané, Miguel (1919), Prosa ligera, Buenos Aires, Administración General, Casa Vaccaro.
— (1895) En viaje, Buenos Aires, Estrada.
Capdevila, Arturo (1928), Babel y el castellano, Buenos Aires, Losada.
— (1952), Despeñaderos del habla, Buenos Aires, Losada.
— (1965), “Desazones idiomáticas argentinas”, Cuadernos del idioma, 21-38.
Carricaburo, Norma (1999), El voseo en la literatura argentina, Madrid, Arco/Libros.
Castro, Américo (1941), La peculiaridad lingüística rioplatense y su sentido histórico, Buenos Aires, Losada.
Costa Álvarez, Arturo (1922), Nuestra lengua, Buenos Aires, Sociedad Editorial Argentina.
Di Tullio, Ángela L. (2003), Políticas lingüísticas e inmigración. El caso argentino, Buenos Aires, Eudeba.
Garzón, Tobías (1910), Diccionario argentino, Barcelona, Imprenta Elzeviriana de Borrás y Mestre.
Herrero Mayor, Avelino (1954), Diálogo argentino de la Lengua. 50 lecciones para hablar y escribir correctamente,
Buenos Aires, Hachette.
207
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
208
210
211
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
las categorías sin duda son difíciles de poblado de sentido. Pero esa operación
separar– inevitablemente nos topamos implica una apropiación material y
con un problema sobre el habitar humano simbólica. Por eso mismo y en tanto
que pone en cuestión los saberes previos que efecto de esa ocupación que insti-
y en consecuencia es necesario revisarlos tuye sentido, el espacio se transforma
a la luz de cada proyecto. en terreno intensamente humano.
Planteada esta definición, regresemos Ahora bien, la ocupación no está hecha
sobre la imagen de la ciudad como de una vez y para siempre sino que su
urdimbre colectiva. Al imaginarla de temporalidad –en rigor, su histori-
esta manera, lo hacemos tomando cidad– se teje al ritmo de la apropia-
como eje las operaciones de territo- ción y la re-apropiación del espacio
rialización y desterritorialización de que siempre es continua. Entonces,
una cultura.1 Es decir, como estrate- la tarea es constante pero, además, esa
gias de apropiación y subjetivación del constancia no consiste en la repetición
territorio. Pero, ¿en qué hacemos foco de un procedimiento, en la aplicación
cuando miramos con los ojos de la de una regla técnica o en la puesta en
territorialización y la desterritorializa- juego de un saber especifico. Más bien,
ción? Hacemos foco en el habitar como cuando decimos ocupar decimos rela-
habitar humano que se apropia de un ción singular, subjetiva y situada con
Pablo Sztulwark espacio y lo convierte en territorio el espacio. Por otra parte, el habitante
212
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
213
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
construir algo material (un edificio de ción con las ficciones y la tarea del
hierro, cemento, vidrio, madera, etc.), arquitecto en nuestras condiciones.
en realidad, se estaba exponiendo una Comencemos, entonces, por la ciudad
ficción sobre el habitar humano. nación en tanto que ciudad moderna.
Todavía recuerdo el impacto que me No hay duda de que la ficción moderna
causó aquel cartel. Pero más allá del por excelencia está dominada por el
impacto, lo central Estado y sus instituciones. Tal es así
La lógica de la ciudad moderna es el problema que que René Lourau, por mencionar a un
está constituida por una diná- dibujó ese anuncio. destacado pensador anti-institucional
mica donde el mercado asigna, Es evidente que de la segunda mitad del siglo XX,
el Estado regula y el urbanista la vida humana cuando describe el funcionamiento
proyecta. Por lo tanto, pensar no transcurre de las instituciones modernas, subraya
la ficción moderna acerca de la exclusivamente que el Estado es –nada más y nada
ciudad implica pensar el vínculo en el plano de menos que– el inconsciente. Más allá de
entre Estado y Mercado. Es lo material y lo cómo leamos esta interesante afirma-
decir, la restricción estatal sobre concreto. Eso lo ción de Lourau, el relato moderno se
el mercado que éste no intro- sabemos. Inclusive organizó bajo un paradigma basado en
duciría por sí mismo. Claro cuando pensamos la planificación en general y la urbana
que esta ficción era posible, desde la arqui- en relación con el eje que estamos
tendríamos que agregar, en una tectura, también considerando, pero en rigor su diná-
sociedad disciplinaria, es decir, pensamos la vida mica no se agota allí. Por el contrario,
trabajada y marcada, siguiendo en sus dimensiones la lógica de la ciudad moderna está
el análisis de Michel Foucault simbólicas e imagi- constituida por una dinámica donde
en Vigilar y castigar, por la narias porque, en el mercado asigna, el Estado regula
vigilancia jerárquica, la sanción rigor, no hay vida y el urbanista proyecta. Por lo tanto,
normalizadora y el procedi- humana por fuera pensar la ficción moderna acerca de la
miento del examen. de alguna ficción ciudad implica pensar el vínculo entre
o relato. Estado y Mercado. Es decir, la restric-
Terminada la obra unos años después, ción estatal sobre el mercado que éste
otro cartel llamó esta vez mi atención. no introduciría por sí mismo. Claro
En la entrada para coches, sobre la reja, que esta ficción era posible, tendríamos
se leía: Señor conductor: por razones de que agregar, en una sociedad discipli-
seguridad, al entrar, apague las luces naria, es decir, trabajada y marcada,
externas de auto y encienda la internas. siguiendo el análisis de Michel Foucault
en Vigilar y castigar, por la vigilancia
jerárquica, la sanción normalizadora y
III. La ciudad moderna el procedimiento del examen.
Pero esta restricción obviamente no
Presentadas algunas definiciones que excluyó la posibilidad de una alianza
son nuestro punto de partida cuando entre Estado y Mercado sino que en
nos interrogamos acerca de la ciudad, todo caso la enmarcó. Y esa alianza
detengámonos ahora en las produc- adoptó una forma específica que se
ciones ficcionales tanto de la ciudad manifiesta en esa dinámica mercantil
nación como de la metrópoli global. y los edificios públicos y los monu-
Por otra parte y en este contrapunto, mentos son la representación y
tendremos mucho que pensar en rela- garantía de ese pacto.
214
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
215
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
216
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
217
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
218
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
219
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
220
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
y participar en la lucha cultural por (*) Este artículo se basa en las ideas
el sentido, percibir las formas de lo expuestas en “Ficciones de lo habitar.
urbano y sus modulaciones perma- Sobre arquitectura, ciudad y cultura”
nentes. En las palabras de Luis en Ficciones de lo habitar, Buenos
Fernández-Galiano: “La sociedad del Aires, Nobuko, 2009, pp. 19-45 y en
espectáculo nos arrastra a todos, y en la conferencia brindada en el marco del
las aguas turbulentas de ese río que ciclo “Legados y porvenir: Argentina
nos lleva, quizá sólo podamos aspirar a en el Bicentenario”, organizado por la
mantener los ojos bien abiertos”. Biblioteca Nacional durante el 2009.
NOTAS
221
222
Rurbanismo y desurbanismo(*)
Por Juan Molina y Vedia
223
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
224
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
225
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Artificios: lengua y ciudad
sucedido en la historia nadie nos lo ciento de los jóvenes que hoy trabajan
había contado. En los bicentenarios en Buenos Aires, lo hacen en la rama de
corremos peligro de repetir esa ficción. fabricación de sueños, en publicidades
El mundo imaginario ocupa hoy un lugar de todo tipo. Fabricar el sueño para el
inmenso en la generación joven. Hay una objeto es invertir el programa de la época
potencia de la información que domina el de la necesidad, en el cual se investigaba
inconsciente, lo que se piensa y lo que se qué hacía falta y se daba marcha a una
quiere, es una potencia que llega a cualquier investigación para poder fabricarlo. Hoy
lugar. Hoy un niño ni siquiera piensa en no importa que algo sea necesario, sino
treparse a un árbol, porque no concibe el que alguien consiga hacerle creer a toda
mundo exterior, ve el árbol dentro de la la gente que se lo está perdiendo.
pantalla televisiva que no puede traspa- ¿Por qué a nadie se le ocurrió cobrar
sarse. Ante esto yo siento mucha nostalgia, por las horas perdidas de su vida frente
sobre todo cuando al televisor? Cuando uno cree que está
El noventa por ciento de los recuerdo mi infancia llevándose algo gratis, el que es gratis es
jóvenes que hoy trabajan en donde el paraíso era uno. La gente no se da cuenta de que es
Buenos Aires, lo hacen en la el potrero. ella misma gratis, y uno sube al tren de
rama de fabricación de sueños, La niñez es una Retiro a las 6 de la tarde en un vagón
en publicidades de todo tipo. conjunción de que parece una sala de terapia intensiva,
Fabricar el sueño para el ignorancia con donde todos tienen La Razón gratis, y
objeto es invertir el programa inocencia, y lo están viendo una noticia sobre Mirtha
de la época de la necesidad, en que le sobra a la Legrand al mismo tiempo. También
el cual se investigaba qué hacía gente que habla por es extraordinaria la idea que circula en
falta y se daba marcha a una televisión todo el los supermercados: todos los productos
investigación para poder fabri- tiempo sobre cues- tienen una raya que te dice qué parte es
carlo. Hoy no importa que algo tiones políticas, es gratis o te dicen que te apures el martes
sea necesario, sino que alguien justamente esa pose porque el jueves ya no habrá descuento.
consiga hacerle creer a toda la de saberlo todo, Arman una vida en la que te introducen
gente que se lo está perdiendo. sin ignorancia ni y mantienen alterado para que no te
inocencia. Saben pierdas nada de lo que te ofrecen.
que para cualquier discurso alcanza con Esa fabricación de sueños afecta tanto
meter tres o cuatro porcentajes, datos la experiencia de las grandes ciudades
numéricos que dan forma a lo que están como la vida de una ciudad-pueblo.
diciendo a través de una máscara de Tanto a Buenos Aires como a Río
seriedad absoluta. Hay una falta de duda Gallegos. Las pantallas aparecen en
en los programas llamados políticos que todos lados, los programas son los
es alarmante por su falsedad. mismos. El mundo está globalizado,
La masividad de los medios de comuni- pero cuando Marco Polo se iba a China
cación hace que la fabricación de objetos ya estaba en el primer paso de lo que la
sea muy secundaria respecto a la fabri- globalización significa la recta final.
cación de todo el aparato que hace que
ese objeto sea consumido por alguien:
lo que cuesta hacer un dentífrico es una VII. Arquitectura y ciudad prefabricada
suma infinitamente menor a la que se
necesita para convencer a la gente de Aristóteles, en su libro Política, decía que
que use ése y no otro. El noventa por la ciudad es diversidad, y es la diversidad
226
LA BIBLIOTECA
Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario
lo que hace al carácter y calidad urbana, que tiene que ver. El punto máximo de
no la unificación. El urbanismo de todo eso es el parque temático, un lugar
algunas épocas pretendía dibujar en un donde está previsto todo lo que tenés
plano a una sociedad ideal en la que el que ver y sentir.
viento llevaba el humo para un lugar, El individualismo termina en eso, en
las viviendas estaban en otro, la recrea- los rebaños. Mientras los tipos creen ser
ción del cuerpo y el espíritu estaban en individuales en realidad son un rebaño,
otro, donde los chicos para ir a la escuela y el típico personaje de esta época es el
no tenían que cruzar ninguna calle, de turista. Pero mucho peor es la ciudad
modo que el niño iba a morir atropellado que arma el paisaje del Caminito para
cuando terminara la escuela sin haber inventar al turismo idiota. O en la
aprendido a cruzar la calle. Creo que la Patagonia, donde las estancias se trans-
manera de adaptarse a la ciudad es disce- forman en lugares turísticos para que
poleana, o a la manera de Macedonio los alemanes vean cómo un tipo esquila
Fernández, estar en un lugar donde lo a una oveja. Turistas que son hombres
imprevisto aparece todo el tiempo. y mujeres que parecen haber perdido
Al término de la Segunda Guerra, a todo el sentido de la vida.
pesar de haberla ganado, Churchill
perdió las elecciones frente a los
socialistas. Éstos hicieron dieciséis (*) Conferencia brindada en el marco
new towns desde 1945 hasta 1957, y ya del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
en los años 50 los jóvenes se negaban en el Bicentenario”, organizado por la
a vivir en las new towns porque eran Biblioteca Nacional durante el 2009. Juan Molina y Vedia
demasiado perfectas.
Había un tintorero japonés al que
mi vieja le llevaba la ropa que decía
“pelfeto no hay”. Ese japonés era un
filósofo. Muchas veces, siendo proyec-
tista de arquitectura, uno armaba un
proyecto en el que le habían encon-
trado un defecto, entonces se rompía la
cabeza noches y noches para resolver ese
defecto, y terminaba arruinándolo todo.
Lo mismo ocurría con las manchas: si
uno las dejaba eran sólo un manchón; si
intentaba sacarlo se hacía cada vez peor.
La belleza no se hace por la falta de
defectos sino por la primacía de virtudes.
Y los sistemas de premios que se usan
actualmente son todo lo contrario, son
para formar rebaños de turistas, hacerlos
fotografiar a todos lo mismo. Una guía
que habla por un micrófono hace que
la gente no pueda vivir la ciudad, ya
que va escuchando por unos auriculares
un discurso prefabricado que le dice lo
227
Discusiones
No decimos nada nuevo si
situamos el relato histórico
como objeto controversial.
Si decimos que nada hay, en
ese plano, que se presente despojado de polémicas o deducido de
un conjunto de datos empíricos vacantes de interpretación. Y
aunque no sea nuevo hay que decirlo, para presentar una serie
de ensayos que encuentran su animación en la idea de que es
necesario rasgar, con instrumentos precisos, ciertas imágenes que
circulan como datos del sentido común o se postulan derivadas de
una descripción objetiva.
Ensayos escritos en momentos de una conmemoración, la del
Bicentenario, que puso en primer plano los debates sobre el relato
que esta nación se merecía. Aunque los rituales y las narraciones,
las expresiones artísticas y los espectáculos remitían a la historia
que transcurrió en estos 200 años, se podría advertir que entre sus
núcleos polémicos más intensos estaba la valoración realizada sobre
los años del Centenario.
El Bicentenario fue más una ocasión para pensar acerca de los
modos de conmemorar efectuados un siglo atrás que para discutir
la Revolución de Mayo y sus dilemas –quizá porque en ciertos
puntos fundamentales las polémicas están saldadas. Los artículos
que componen esta sección retoman esa cuestión, atentos a la nece-
sidad de auscultar aquello que habitaba a la vera de las narra-
ciones dominantes en y sobre 1910: el conflicto, la diferencia, la
traducción, lo popular.
Los textos, las muestras, los documentos, el arte, son invocados –como
han sido en las distintas realizaciones ligadas al Bicentenario– para
reponer lo social en la forja de los acontecimientos. Para evitar que
los hechos se presenten privados de su real encarnadura. Comparten
este espíritu los artículos que presentamos, pero lo hacen desde estra-
tegias bien distintas.
Javier Trímboli interviene en las polémicas alrededor del carácter
de las conmemoraciones centenarias con una incisiva prosa, por
momentos irónica, por otros encendida, que se propone refutar
las miradas complacientes con aquellos sucesos. Un artículo cuyas
derivas difícilmente naveguen las aguas de la indiferencia.
Tomás de Tomatis retoma el hilo de las discusiones históricas
contextualizándolas tanto en sus genealogías como en sus dilemas
contemporáneos: el refugio en las tradiciones jerárquicas y discipli-
narias, la producción editorial asociada a las técnicas de merca-
dotecnia y los medios masivos de comunicación que sustituyen las
argumentaciones por el efectismo consignista.
Guillermo Korn recupera las narraciones críticas de aquella época,
elaboradas en la fina prosa de los diarios de Juan Bialet Massé y
Rafael Barret, como así también las opciones escogidas por el nacio-
nalismo y la “gauchipolítica” rioplatense.
María Pia López fija su atención en el mundo plebeyo y en
la traducción como el arte de pensar las posibilidades de una
nación inclusiva a partir de la pregunta por los tonos capaces de
componer, en la diferencia que los vuelve reversibles, los modos
culturales heterogéneos.
230
231
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
guerra mentada por Nun no había sobre todo en las ciudades. En infi-
conocido final. Lectura que sobrevoló nidad de centros urbanos medianos
especialmente los días que rodearon y pequeños, directamente vinculados
a los festejos del Bicentenario, y que con su contorno agropecuario. En las
porta con una carga importante de capitales provinciales –con sus edifi-
novedad que, a la vez, es difícil no cios públicos, su teatros de ópera y
registrar como la sus parques– y especialmente en las
Tan ventajoso es el efecto del variación de algo grandes ciudades, como Buenos Aires”.
“derrame de beneficios” que en ya escuchado. Tan ventajoso es el efecto del “derrame
la Buenos Aires imaginada por En 2009, año que de beneficios” que en la Buenos Aires
Romero “residieron y gastaron contó entre sus imaginada por Romero “residieron y
sus rentas las elites, trabajaron más importantes gastaron sus rentas las elites, trabajaron
los jornaleros y peones, pros- best-sellers al libro los jornaleros y peones, prosperaron
peraron los comerciantes y ¡Pobre patria los comerciantes y artesanos y vivieron
artesanos y vivieron digna- mía! de Marcos dignamente los empleados públicos o
mente los empleados públicos Aguinis, tiene los educadores. También los obreros de
o los educadores. También lugar una publi- las industrias, establecidas para abas-
los obreros de las industrias, cación significa- tecer un acrecido mercado interno”.
establecidas para abastecer un tiva en relación ¿Conocen los muñequitos Little People
acrecido mercado interno”. con el asunto de Fisher Price? Vienen con un DVD
que nos ocupa. Si que cuenta episodios de sus vidas sin
¡Pobre patria mía! se sostiene en la tan sobresaltos, que transcurren en una
poco precisa comparación entre lo que ciudad de cuento. Muy parecido. Así
éramos antes y lo que somos ahora las cosas, claro está, el ascenso social,
–antes, los valores; ahora, su negación– lejos de ser una quimera, era una posi-
en Mirando el Bicentenario. Reflexiones bilidad sólida.
sobre el Bicentenario y Memorabilia, De todas formas este relato propone
uno de sus autores, Luis Alberto un actor destacado, casi descollante:
Romero, le da mayor nitidez a lo que el Estado. Porque a la prosperidad
en el best-seller era sólo impreciso. En económica, Luis Alberto Romero no
el recorrido que su texto propone –de la encuentra hija del accionar espon-
un centenario a otro–, el momento táneo del mercado, sino resultado de
que se erige más ajeno a claroscuros y la acción estatal que se mostró suma-
nubarrones es justamente el que le da mente eficiente a la hora de adecuar
inicio, 1910. El cuadro que delinea este sus políticas a “las tendencias de la
historiador tiene como piedra prin- economía mundial”. Aunque en este
cipal “la prosperidad económica que retrato la direccionalidad del derrame
todos admiraban” y, como si advirtiera no parece ser tema de su interés, es
las críticas que podría despertar el uso posible suponer que el sistema educa-
del pronombre indefinido “todos”, tivo –otra de las “grandes empresas
refuerza el argumento señalando que del Estado” que hizo de “los edifi-
“los espectaculares resultados econó- cios escolares, verdaderos palacios”–,
micos” no eran beneficiosos sólo constituye una muestra ejemplar de
para sus “sectores altos” sino para la esa circulación fluida y, entonces, en
sociedad en su conjunto. El “derrame”, cierta forma dirigida, de riquezas.
ésta es la palabra elegida, “se aprecia Pero no se trata sólo de descubrir que
232
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
233
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
Luis Alberto Romero –¿un hijo díscolo escalones que marcan ese descenso,
o solamente desatento?– describe como poco valor interpretativo encierran,
un juego tonto, que ganan los que tienen son olvidables incluso para Romero
“flexibilidad y capacidad de adaptación”, que seguramente se verá obligado a
y así obtienen el premio de interpretar pulirlos. Es difícil, por ejemplo, que la
felizmente su papel. Luis Alberto no clave de bóveda que elige para explicar el
quiere renunciar a la palabrita “aluvial” período 1955-1976 –algo así como una
–patrimonio del apellido, cosa que nos guerra entre corporaciones– resista una
recuerda cada vez que puede–, pero mirada que no provenga de un becario,
deja prolijamente de lado su densidad, reverente o pícaro. Porque justamente
para dar una pincelada inofensiva a la lo que se vuelve estridente en el escrito
estampa sin grietas que está trazando. es la caída. Empezó siendo, hacia 1914,
¿Por qué no repasa los libros de su un giro en el rumbo, “no categórico pero
padre que guarda significativo: digamos de 30 grados”,
Más generoso que sus colegas, con venerable para después sí desbarrancarse: “Les
amigos y conmilitones, Romero respeto? ¿Obede- habría sorprendido saber, a los invitados
no se abstiene de casi nada: tan cerá esta simplifi- extranjeros, que la Argentina cien años
pertinente encuentra la figura cación fenomenal después no celebraría su prosperidad
de la caída que en un artículo a que este escrito sino que se lamentaría de su miseria”.
aparecido en la revista Ñ del tiene por finalidad En el medio, si algo bueno hubo fue
diario Clarín, del sábado 24 la divulgación o porque continuó con las políticas de
de abril de este año, luego de la enseñanza de 1910 o porque se trató de un resto
señalar que “la que hoy nos toca las jóvenes gene- aún vivo de ese entonces. En la revista
vivir” es “una Argentina deca- raciones a las Viva de Clarín, del 16 de mayo, en la
dente”, subraya que “el meollo que, vale decir, principal entrevista del número especial
del desafío de la hora está en la consideraría poco sobre los 200 años, leemos a Romero:
reconstrucción de un Estado menos que estú- “Voy a decir una trivialidad, pero la
capaz de pensar políticas esta- pidas? El precio y Argentina fue un país espectacular
tales o políticas nacionales”. las características entre las últimas décadas del siglo XIX
Para rematar y que no queden del libro en cues- y mediados del siglo XX. Yo alcancé
dudas: “Un Estado como el que tión impiden sacar a conocer un pedacito en la década
tenían los hombres del Cente- una conclusión del 60...”. Era cantado que usted, que
nario”. Que nadie se confunda, por este lado. tiene la oportunidad de ingresar con sus
no se trata de cualquier Estado Con la ayuda ideas en los baños de miles de familias
sino precisamente de ése. de un término burguesas, no iba a desaprovechar la
acuñado por otro oportunidad. ¡Mejor afuera que adentro!
historiador, podemos decir que Luis Lo decimos por él, no por nosotros que
Alberto Romero –a la vanguardia de seguimos con la revista en las rodillas,
una parte de nuestra intelectualidad colorados por prestarle atención a lo que
y opinión pública– encuentra en la nos dice. Más generoso que sus colegas,
experiencia política y social que rodea amigos y conmilitones, Romero no se
al Centenario el “foco de positividad” abstiene de casi nada: tan pertinente
de la entera parábola argentina. Desde encuentra la figura de la caída que en
ese punto encumbrado, lo que inevi- un artículo aparecido en la revista Ñ del
tablemente siguió fue la caída. No diario Clarín, del sábado 24 de abril de
reviste mayor interés reparar en los este año, luego de señalar que “la que
234
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
hoy nos toca vivir” es “una Argentina más preciso de una política de Estado
decadente”, subraya que “el meollo del Centenario. Se trata de uno de los
del desafío de la hora está en la recons- clásicos artículos de opinión del diario
trucción de un Estado capaz de pensar de los Mitre, en este caso firmado por
políticas estatales o políticas nacionales”. Alejandro Poli Gonzalvo. Si no se
Para rematar y que no queden dudas: conocen, los presentamos. Destaca los
“Un Estado como el que tenían los programas policiales llevados adelante por
hombres del Centenario”. Que nadie Ramón L. Falcón,
se confunda, no se trata de cualquier un señero cuadro Porque si la fracción de
Estado sino precisamente de ése. de ese Estado, nuestra intelectualidad a la
Es Tulio Halperin Donghi quien usa cosa que de que está ligado Romero tuvo
la expresión “foco de positividad”, y lo ningún modo un enemigo, ése fue el esen-
hace para referirse al modo en que el ignora Romero cialismo, al que buscó detrás
primer revisionismo, el de los años 30, que, en Mirando de decenas de máscaras pero
había mirado al pasado rosista. Porque, el Bicentenario, si al que encontró sin falta tras la
a su entender, esa empresa política y bien opta por no del revisionismo. Allí denunció
cultural producía una narrativa deca- mencionar esas una lectura de la historia y una
dentista de la historia argentina, en la políticas, sobre posición ante la cultura domi-
medida en que encontraba en los años él sólo indica que nadas brutalmente por la polí-
del gobierno de Rosas aquellas polí- fue “asesinado tica. Y, ahora, como si fueran
ticas virtuosas que luego no habían en 1909 por un sus discípulos –sólo formales,
sido sino olvidadas por los responsables terrorista anar- Romero, no sume un nuevo
de los sucesivos gobiernos. Enfriado quista”. El elogio motivo para su pesar–, atan
el siglo XIX, en un tablero de otras de Poli Gonzalvo cada consideración sobre el
dimensiones, estas intervenciones de desemboca en pasado a un precipitado juicio
Luis Alberto Romero parecen situarnos una celebración político sobre el presente.
frente a una nueva visión decadentista de la nación del
del pasado. Mientras que la del primer Centenario, para recomendarle a la de
revisionismo estaba alimentada por nuestros días que siga sus pasos, por
la crisis del 30 –por lo tanto, con los empezar en materia policial. ¡Tanto
signos de agotamiento de una forma esfuerzo invertido en desmarcarse de
de ligarse con la economía mundial– mitologías para terminar enredados a
y por la añoranza de un Estado que, una narración anquilosada! Porque si
suponían, había sabido situarse por la fracción de nuestra intelectualidad
encima de las clases de la sociedad a la que está ligado Romero tuvo un
bonaerense; esta otra no hace sino cele- enemigo, ése fue el esencialismo, al que
brar ese vínculo, pero lo que cuestiona buscó detrás de decenas de máscaras
acerbamente son las formas sociales y pero al que encontró sin falta tras la del
políticas, el Estado, que no permiten revisionismo. Allí denunció una lectura
hacer uso eficaz de las oportunidades, de la historia y una posición ante la
tan abiertas en 1910 como en 2010. cultura dominadas brutalmente por la
En aquel entonces aprovechadas, en política. Y, ahora, como si fueran sus
éste desperdiciadas. discípulos –sólo formales, Romero, no
El mismo día en que se publica en Ñ sume un nuevo motivo para su pesar–,
el artículo de Luis Alberto Romero, en atan cada consideración sobre el pasado
el diario La Nación se hace un elogio a un precipitado juicio político sobre
235
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
236
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
237
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
238
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
239
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
240
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
241
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
al común de las gentes. ¿Cómo explicar en algunas estancias siguen los enfren-
una afirmación como ésta? ¿Estupidez? tamientos y algunos indígenas curan
¿Desprecio de clase que se continúa e sus heridas, “los vecinos del pueblo
incluso sobreactúa? Una y otra cosa en pusieron fuego a la toldería”. A través
dosis generosas. Salvadora Medina de de una toma cenital, vemos arder ahora
Onrubia, familiar de Botana, conocía una maqueta. La escena es trabajosa,
muy bien a Marotta, incluso se conserva lo que refuerza la impresión de que no
el relato de cómo juntos, en la multitud, podía faltar. Este fuego también sobre-
resistieron la embestida de la policía vuela el Centenario.
montada, los cosacos, en el cementerio Como se sabe, en El juicio del siglo,
de la Chacarita, en enero de 1919. En el Joaquín V. González remarcó la exis-
libro de Marotta, El movimiento sindical tencia en la trayectoria histórica argen-
argentino, la virulencia del ataque contra tina de una “ley del odio” o “ley de
los trabajadores y los sectores populares la discordia”, que viene amenazando
en 1910 no es muy distinta a la que con malograr la enorme vitalidad de la
tiene lugar en 1919. Incluso en la hora sociedad. “Acaso más que en ninguno
de la interpretación, cuando Devoto de sus contemporáneos, la pasión
parece querer poner paños fríos al de partido, las querellas domésticas,
cuadro de situación que ha planteado los odios de facción, la ambición de
–“Incluidos y excluidos los hay en todos gobierno o de predominio personal,
los casos”–, en una misma constelación constituyen una de las fuerzas más
coloca a esas dos fechas. permanentes y decisivas en el dina-
Hay otro incendio que está presente en mismo general de todo el país”. De
esa coyuntura. Nos enteramos de él por este escrito, publicado por primera vez
la película El último malón, estrenada en el número especial que La Nación
en 1917, que documenta y ficcionaliza le dedicó al Centenario, y en sintonía
lo que había sucedido en 1904 en la con esa “ley del odio”, se puede
localidad de San Javier, en el límite desprender, por ejemplo, el enfrenta-
con el Chaco. La película, muy difícil miento entre Roca y Figueroa Alcorta,
de ver durante décadas, conoce una que hizo que el primero no estuviera
nueva vida ya que fue restaurada por en Argentina para las celebraciones.
los investigadores a cargo del Museo del Pero no hay lugar para estos asaltos e
Cine. Sobre las condiciones de trabajo incendios, porque la preocupación de
a las que eran sometidos los pobladores Joaquín V. González es por el indis-
indígenas, Juan Bialet Massé ha dejado ciplinado funcionamiento de la elite
un testimonio difícilmente refutable, política. Quien sí va a referirse al
contemporáneo al levantamiento. odio de clase es el Partido Socialista,
Sobre la última parte de la película, el a través de un manifiesto difundido
típico cartel nos dice: “Por espacio de en mayo de 1909, luego de la repre-
dos horas el pueblo estuvo expuesto sión del 1º de mayo, a cargo del jefe de
a la saña del indio que correteaba por policía, coronel Ramón L. Falcón, que
las calles”. Pero la batalla se define con dejó un número incierto de muertos.
la derrota de quienes habitaban en los “Su patriotismo les permite pedir a
bordes del poblado. En ese momento los patrones extranjeros que manden
“la valerosa juventud sanjavierina sale sus peones argentinos a votar por las
a perseguir a los fugitivos”. Y, mientras facciones de la política criolla (...) Pero
242
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
les hace mirar con odio tanta altiva la idea de que la modernidad triunfante
reclamación obrera, toda tendencia de los 20 podía venir, este libro, en
política genuinamente popular y, en cambio, no tiene idea de ningún regreso.
su incapacidad para comprender el La Argentina no tiene regreso. No va
movimiento obrero, y adaptar a él a volver a lo que fue. No hay ninguna
sus actividades de clase gobernante, restauración. El cambio ha sido tan
no encuentra argumento mejor que brutal que no queda ningún fundamento
acusarlos de extranjero”. Este docu- sobre el cual restaurar”. No es lo mismo
mento es reproducido extensamente los 20 que el 10,
por José Luis Romero en Las ideas pero el movi- Contra lo que las jornadas de
en la Argentina del siglo XX, cuya miento se empa- 2001 pensaron de sí mismas,
primera edición es de 1965, en el renta, la caída. Se incluso quizá contra lo que
capítulo “El espíritu del centenario”. trata de la inmensa el kirchnerismo piensa de sí
Marc Bloch hacía suyo un proverbio desilusión que mismo, ambas situaciones
árabe: “Los hombres se parecen más a atraviesa a lo que encadenadas han hecho reapa-
su tiempo que a su padre”. Y a Luis Sarlo denomina recer a las clases. Desde ya,
Alberto le tocó un tiempo signado por en la misma entre- poco tiene esto que ver con
el miedo, de gran conservadurismo, vista como “la los manuales ortodoxos, esta
pero también, convengamos, se supo franja del progre- vuelta está mucho más ligada
adaptar a él e interpretarlo con esmero. sismo argentino”. al odio que al amor, a la desi-
Después de este breve recorrido, ¡Menos mal que dentificación que a la identi-
¿cómo entender la aparición de una no estamos en sus ficación. Como expresión del
lectura del pasado que deja de lado, ya pellejos! Funda- momento en el que parecen
sin ambigüedades, cada uno de estos mentalmente, haber hecho agua los univer-
sucesos? Después de más de un cuarto desilusión con la sales que organizaron los años
de siglo de producción intelectual e experiencia demo- de la posdictadura, se revela
historiográfica sin restricciones a la crática iniciada imposible su uso y se buscan
libertad de expresión, por lo tanto, con en 1983, a la que otras palabras.
la vigencia de condiciones que son las habían apostado
que se reclaman en pos de los avances con énfasis. Desilusión ante la expec-
del conocimiento y de la cultura, tativa de que Argentina se reencontrara
¿cómo entender que se desatiendan con la modernidad que imaginan alguna
estos datos que son parte de 1910? Si, vez fue. Se podría suponer que un sueño
con Nietzsche, es inevitable que algo de esas características habría salido direc-
del pasado sufra cada vez que se lo tamente maltrecho de los años de la
interpreta, ¿por qué la predilección por dictadura, pero no, todo lo contrario.
sacrificar esta zona? Sin sonrojos, se le Tampoco se vio dañado por el ocaso
sobreimprime que “la nacionalidad de la primavera democrática e, incluso,
de 1910 era plural, tolerante y liberal, la decepción ni siquiera tuvo estos
no excluía a nadie y ponía en primer acentos pesarosos y decadentes durante
término las ideas de ley y patria”. los gobiernos de Menem y de la Alianza.
En la entrevista que Verónica Gago le El hoy severísimo Romero, poco antes
hace a Beatriz Sarlo en 2009, a propó- de las jornadas de diciembre de 2001,
sito de la publicación de su libro La dejó escrito en la reedición de uno de
ciudad vista, esta crítica señala: “En sus libros que más ha rodado, Breve
La modernidad periférica (de 1988) tenía historia contemporánea de la Argentina,
243
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
244
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
245
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
arder. ¿Qué quiere que le diga, Sarlo? palabras. Es cierto que son sólo eso,
Uno realmente tiene serias sospechas palabras, nada que ver con los hechos,
de que se pueda construir una buena pero nunca se sabe.
sociedad sobre la base de la arquitec- Llegados a este punto, donde el festival
tura de las Lomas de San Isidro, de imaginado por Nun se transformó en
Coronel Díaz y Santa Fe, de Caballito, esto otro más inquietante, se impone
de Ayres del Pilar, de Palermo Soho. no obstante la impresión de que no
O, como a usted le gusta tanto, de hay mucho más que discutir. Quizá
Berlín. El listado podría ser larguí- sea pasajera. La desilusión que a unos
simo, infinito. Eso sí, si fuera uno de los embarga con la experiencia demo-
los vecinos de la casa de Carabobo y crática argentina es nuestro contento.
Castañares, “especie de precaria mons- Moderado, de baja intensidad, pero
truosidad”, tomaría recaudos ante sus contento al fin.
246
248
El Bicentenario
y los usos de la historia
Por Tomás de Tomatis
El combate por la historia tuvo hitos memorables.
Célebres e insoslayables polémicas que obran como
sombra de toda reflexión sobre la práctica histo-
riográfica. Nacida del erudito documentalismo de
Bartolomé Mitre y de la búsqueda de fuentes hete-
rodoxas para la construcción del relato histórico
de Vicente Fidel López, y hundida en el clásico
debate entre la tradición liberal y el revisionismo
histórico, cuyos coletazos percibimos aún en estos
tiempos, la historiografía sigue parapetándose en
una oposición que no logra renovar sus lenguajes
clásicos. Acosados por las técnicas mercantiles de
la producción editorial y por la agitación televi-
siva, los historiadores profesionales se refugian en
la tradición aséptica de la elite ilustrada mientras
que sus oponentes, los revisionistas, no advierten
hasta qué punto sus observaciones fueron estan-
darizadas para el formato mediático. Unos y otros
deambulan entre el rencor y la adaptación a un
exitismo cuyos efectos lucen desproblematizados.
Bajo estas preocupaciones, Tomás de Tomatis
analiza los recientes festejos del Bicentenario a
partir de las expresiones del grupo Fuerza Bruta, y
de la exposición El laberinto, parque temático de las
antinomias argentinas de los artistas Daniel Santoro
y Francis Estrada. En ellas, el autor encuentra
una originalidad dada por la combinatoria de
los materiales de la historia y las escenificaciones
elaboradas con recursos y montajes asombrosos
capaces de sugerir una nueva imaginación histó-
rica que de cuenta de los dilemas contemporáneos.
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
249
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
y Toynbee, que sin dejar de exhibir una Ciertos libros se lanzan con coberturas
gran erudición, tenían el gesto carac- tomadas de la tradición intelectual,
terístico de los escritores que saben pero vendrían a sustituir los verdaderos
enlazar repentinamente con una gran combates por el conocimiento con
corriente de pensamientos oscuros, el pobres analgésicos decadentistas, sibi-
“malestar en la cultura”, lo que en este linos o moralizantes. Ésta es la esencia
caso significaría la búsqueda de satis- de la crítica de Febvre a Spengler y
facciones más primitivas que las que Toynbee en el terreno del “debate de
provee el complejo mundo civiliza- los historiadores”. No es concebible
torio y tecnológico. Pero sabiendo que un país sin la actuación enfática del
ese primitivismo –una “filosofía de la mencionado debate.
historia” que simula grandeza intelec- En los años 80 en Alemania tuvo
tual, accesible pero ficticia– no es sino lugar asimismo un mentado debate
una adecuación en nivel superior a los entre historiadores y filósofos, en el
mismos inconvenientes civilizatorios que estaba en juego un juicio sobre
Tomás de Tomatis que se quieren superar. los años del nazismo desde el punto
de vista de la ética del historiador.
Mientras Nolte, no sin condenar al
nazismo, lo hacía parte de una vasta
reacción contra el bolcheviquismo,
situando en el campo de un verosímil
histórico, Habermas respondía que era
necesaria una ética cuyo carácter argu-
mental fuera diferente, para que todo
enunciado histórico surgiera de la
certeza de un corte entre una historia
bárbara y una historia reconstruc-
tiva. Sin una polémica similar, poco
tiempo después en nuestro país, Tulio
Halperín Donghi escribió un artículo
en un libro colectivo llamado –si no
me engaño–, Historia y ficción, en el
que afirmaba que no es posible que
las imágenes de la historia nacional
carguen con el mismo ejercicio valora-
tivo si no se realiza una cesura radical
con eje en el significado que tienen los
años de terror.
Sean unos u otros los debates, no
son los habituales, pues cargan con la
dificultad de preguntarse si hay una
asignación valorativa específica que
ante hechos de desmesura inhumana,
el sentimiento del historiador deba
asumir un punto de vista de resguardo
de premisas fundadoras de las bases
250
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
251
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
ante una nueva sociedad lectora, al punto Pongamos estos hechos meramente
que en un viaje de Arnold Toynbee a conjeturados en el bastidor o a la luz
la Argentina, un periodista le realiza la de lo que fue y está siendo la conme-
inopinada pregunta al historiador que moración del Bicentenario de la
había intentado comparar las civiliza- Nación Argentina. Hubo decisiones
ciones japonesa, minoica y helénica: sobre la historia muy fundamentales,
“¿Qué opina usted del revisionismo pero vaciadas en el molde de atrac-
histórico?”. tivos espectáculos de masas y sugestivas
Un paralelogramo de fuerzas No, no parece exposiciones artísticas. En el primer
materiales alegorizadas (el haber concluido caso mencionamos el espectáculo del
agua, el aire, el fuego y la todo. Hay histo- grupo Fuerza Bruta en las calles de
tierra –el pavimento urbano–), riadores, carreras Buenos Aires el día 25 de mayo; en el
sostuvo una dramaturgia de historia y libros segundo caso, la exposición “El labe-
de maquinaria y cuerpos que ejercen la rinto, parque temático de las antino-
que ponían al ocurrir histó- historia de la histo- mias argentinas”, de Daniel Santoro
rico en una dimensión este- riografía, como la y Francis Estrada. En ambos, hay un
tizada, espiritualizada. La atinada enciclo- proyecto historiográfico junto a deci-
historia estuvo en una escala pedia escrita por siones teatrales, plásticas, audiovisuales
de segunda naturaleza tecno- Fernando Devoto y museísticas. ¿Ha triunfado el “revisio-
lógica y coreográfica, con un y Nora Pagano. nismo histórico”, al fin, en estas nuevas
alegorismo directo, “brutal”, ¿Pero no corres- formas representacionales? En primer
pero, al mismo tiempo, los ponderían estos lugar, habría que ver si estas puestas en
camiones militares, las auto- movimientos, que escena basadas en cuadros vivos, diado-
bombas de bomberos, los no son escasos, a ramas, juegos de parque de diversiones,
soldados actuales haciendo de un fin de época en fusión de altas tecnologías de trans-
soldados antiguos, y soldados materia de escri- porte, desfile de alegorías y cuadros
reales haciendo de trabaja- tura de la historia, animados, pueden trasladar conceptos
dores del espectáculo, pusieron en coincidencia historiográficos a formas de represen-
a ese entretenimiento en una con la aparición tación que tienen cierta semejanza con
desafiante continuidad con las de las memorias las festspiele (aunque en lo que vimos en
condiciones de producción que de Halperín? En el el Bicentenario, el aspecto de la repre-
lo habían generado. El realismo mencionado libro sentación colectiva está implícito; es la
pedagógico masivo, la herencia de recensión de historia nacional la que ocurre en una
del circo, de la televisión y la historiografía escena urbana masiva).
de la plaza medieval, creaba argentina, se La respuesta no permite imaginar que
miniaturas emotivas con utile- señala el momento la traslación de la tesis revisionista, o
rías de dimensiones portuarias en que también la más amplia, de carácter latinoameri-
e ingenierías de precisión. La el revisionismo canista-indigenista, se verifica sin más
tecnología se encontró con el histórico ve la en los medios teatrales. En el caso de
arte y la imaginación histórica. necesidad de crear Fuerza Bruta, éstos acentúan el hecho
una escritura y un histórico a través de la representación
nivel de problematización adecuado a de la fuerza empírica del sufrimiento,
las lecturas masivas, evitando los escollos el acoso físico de las fuerzas de la
eruditos de investigaciones a la Saldías o naturaleza, el fragor de la batalla, el
a lo Ernesto Quesada: eran los libros de simulacro fabril con desenlace artís-
Dardo Corvalán Mendilaharzu. tico, la guerra con sus muertos-vivos.
252
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
253
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
254
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
255
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
256
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
257
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
reposando tranquilamente sobre sus ya del suceder efectivo con sus oscuros
corroídos cimientos, ni puede aceptar detritus de miedo, amenaza y repre-
la regencia dictaminadora que emana sión que equivalen a los “horrores de
naturalmente de la hipótesis genérica las grandes migraciones, de las irrup-
del divulgacionismo televisivo. ciones de los hunos, de los mogoles
Enfrentarse o confrontarse con este bajo Gengis Khan y Tamerlán...”, etc.,
trance general de las sociedades contem- etc., de los que hablaba Freud. Incluso
poráneas exige nuevos conocimientos podemos ver sofocadamente todo
y tratos con la esto en párrafos como los que escribe
De modo que podemos conje- materia problemá- Joaquín V. González –en un libro que
turar que el refugio en el canon tica de los medios se ha citado abundantemente durante
liberal ilustrado, desnutrido y de la propia este año del Bicentenario–, en los que
incluso de algunas de sus carac- crisis ostensible alude a la “opinión gobernante del
terísticas más interesantes, es de los aparatos país”, que empleó desmedidamente la
una de las tantas, pero no de pedagógicos here- violencia sanguinaria por cuestiones
las más interesantes posibili- dados. Es posible políticas y que ahora se siente “ofen-
dades que se le presentan al comprender que dida por las formas violentas y agre-
historiador carcomido por la el malestar de la sivas que a veces ha animado en su
acción de la neoparla mediá- historia académica propaganda [al movimiento obrero]
tica y sus anexiones de prácti- no puede resol- en su lucha por la elevación efectiva
camente todos los documentos verse con los pasos de la clase en el conjunto de la vida
y testimonios de la cultura que hasta ahora económica y social del país”.
universal (incluso del cine, que ha dado un sector Este tramo de El juicio del siglo, una
le es tan próximo pero es su ponderable de sus inocentada bien escrita en 1910 por
contrario). Si se desmontaran miembros, ya sea un caballero ilustrado, daba paso a una
una a una las piezas de ese intentando un consideración sobre las luchas obreras
liberalismo ordenancista, que divulgacionismo que, en su vocación de aceptarlas y
supo contener turbias insinua- carente de drama- ofrecerles un proyecto integracionista,
ciones de racismo inauguradas ticidad, ya sea, podría ser una prefiguración del muy
por el último Sarmiento y que acaso por imperio posterior peronismo. ¿No se podría ver
tentaron en cierto momento de lo anterior, aquí un momento de reconocimiento
a Ingenieros, se vería que retrocediendo del conflicto social, que aunque “cien-
albergaba potencialidades hacia las fuentes tífico” y “natural”, merecería cien años
culturales, éticas y literarias de un orden social después que los historiadores del “orden
que estaban por encima de confinado, como conservador” –no ironizamos aquí: un
los límites que en principio lo era la Argentina Henri Pirenne lo era, incluso lo era un
le proponía la ecuación que del Centenario, Trotsky en su Historia de la Revolución
aunaba la teoría individualista supuesto dominio Rusa–, abrieran su caja de herramientas
con el biologismo positivista. de armonías hacia la contracara del orden? Sólo desde
sociales que repre- allí, desde la revuelta, parece verse mejor
sentan menos una realidad de época que el orden, y no tanto a la inversa, que
una hipótesis general de bajas calorías entraña siempre mentalidad represiva.
sobre el modo en que procede la historia Lo primero funda la escritura de los liber-
y su relato real. tarios, lo segundo, la de los comedidos y
¿Cómo procede? Arriesgamos la idea enjundiosos. Preferimos la primera; no
de que lo hace en la discordancia necesitamos condenar la otra.
258
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
259
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
260
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
261
262
263
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
264
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
265
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
encubierta. También desde allí remi- posición al visitante para que controle
tirá un texto, en julio de 1910, donde su trabajo, “como si fuese el instructor
denuncia y analiza El terror argentino, de ellos” dice Caras y Caretas.
la aplicación de la ley social y la Ley de “El general Von der Goltz, verificando
Residencia: “No hay bienestar colec- la puntería hecha por los soldados
tivo. Hay bienestar de una clase, cuyo de infantería de la Escuela de Tiro”,
dogma forzoso es la propiedad”. explica el epígrafe. En todo caso
Wilhem Leopold Colmar von der
Goltz, que había llegado a Argentina el
¡Cuerpo a tierra! 14 de mayo de 1910 en representación
del emperador Guillermo II, anota
en su libreta de viaje sobre su paso
“Ya quisiera que nosotros, los por Campo de Mayo: “El desarrollo
alemanes, también imitáramos de de fuerzas es tanto más seguro como
vez en cuando algo de este vigor que las aptitudes físicas y mentales
original y edificante y no tuviéramos del pueblo argentino son excelentes.
siempre tantas contemplaciones”. Se ven en las tropas, generalmente,
Von der Goltz, soldados de figura esbelta, continente
Impresiones de mi viaje... marcial, de estatura más que mediana
y cuerpo flexible, capaces de perma-
El hombre está echado sobre el suelo necer erguidos sin esfuerzo alguno”.
húmedo sin tener en cuenta que Seguramente no estaba pensando
su uniforme de trabajo empieza a en quien oficiaba como edecán en
mancharse con el rocío de la mañana. su visita. Von der Goltz –de haber
Está tumbado vivido veinte años más– se hubiera
En Impresiones de mi viaje boca abajo, con sorprendido de que aquel hombre
por Argentina cuenta que en la su cuerpo exten- rechoncho y culón, admirador del
desembocadura del Riachuelo, dido y sus brazos espíritu prusiano, el coronel José Félix
“se hallaba anclado un barco t e n s i o n a d o s . Uriburu, llegara a presidente de aquel
bien grande que, como me rela- Como en una lejano país. Pero paradojas del destino,
taron con sonrisas elocuentes, flexión dobla sus el mariscal alemán tuvo su momento
se iba poblando poco a poco con codos y el peso de admiración por la nación que visitó
esa chusma carne de presidio del cuerpo cae en su centenario. En Impresiones de
que la policía iba cazando aquí sobre sus puños mi viaje por Argentina cuenta que en
y allá. Me señalaban además apretados sobre la desembocadura del Riachuelo, “se
que, cuando el buque estaba la gramilla. Sus hallaba anclado un barco bien grande
lleno, comenzaba un viaje de botas, de cáñamo, que, como me relataron con sonrisas
turismo a Tierra del Fuego y parecen suspen- elocuentes, se iba poblando poco a
allí se los desembarcaba”. didas en el aire. poco con esa chusma carne de presidio
Sobre su pecho que la policía iba cazando aquí y allá.
pende la cruz de malta. A lo lejos dos Me señalaban además que, cuando
infantes observan la posición del general. el buque estaba lleno, comenzaba un
La mayoría no lo mira. Están atentos en viaje de turismo a Tierra del Fuego y
sus posiciones. La cabeza de un soldado allí se los desembarcaba”. El emba-
asoma, casi saliéndose del marco de jador imperial, que se enteró de su
la fotografía, tras haberle dejado su ascenso por comunicación telegráfica
266
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
267
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
268
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
269
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
270
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
271
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
NOTAS
1. “Buenos Aires”, fue publicado en El Correo Español, y forma parte de Moralidades actuales, Montevideo,
O. M. Bertani, 1910.
2. En Impresiones de mi viaje por Argentina, publicado en Berlín, en 1911 (citado y traducido por Osvaldo
Bayer, en Exilio, en coautoría con Juan Gelman, Buenos Aires, Legasa, 1984).
3. En Historia de la literatura argentina, “Los gauchescos”, vol. II, Buenos Aires, Losada, 1948.
4. En carta a Vicente Fidel López, del 25 de enero de 1946, recopilada en sus Viajes, Buenos Aires, Editorial
de Belgrano, 1981.
5. Carta de Mitre fechada en Buenos Aires, 14 de abril de 1879.
6. “El primer poeta de la patria no tiene rostro; es sólo voz que canta y opina”, dice Ángel Rama en
Los gauchipolíticos rioplatenses, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1982.
7. Jorge Luis Borges, Aspectos de la literatura gauchesca, Montevideo, Número, 1950.
8. Leopoldo Lugones, “La fuente de Lola Mora”, en La Tribuna, 27 de mayo de 1903, reproducida en
Las primeras letras de Leopoldo Lugones, Buenos Aires, Centurión, 1963.
9. En “Inauguración de la Fuente de Lola Mora”, Caras y Caretas N° 243, 30 de mayo de 1903.
10. Vicente Nicolau Roig, “A una escultora”, en P.B.T. N° 287, mayo de 1910.
11. Caras y Caretas N° 611, 18 de junio de 1910.
12. En “Crónica del Centenario”, Atlántida N° 5, mayo de 1911.
13. Tomo esta cita del sitio web: http://www.museodelaciudad.org.ar/exhibiciones-el-arquitecto-y-la-obra.htm.
14. En el número extraordinario del 25 de mayo de 1910, del diario La Nación.
15. “Psicología de las multitudes”, por El de verde gabán (seudónimo del periodista español Eduardo López
Bago), en P.B.T. N° 287, mayo de 1910.
16. En “Comenzó Cristo a padecer”, por Julio S. Canata, en P.B.T. N° 287, mayo de 1910.
17. “Un acto imprevisto que no por su violencia no deja de ser simpático”, dirá La Prensa. Puede ampliarse
con el escrito de Javier Trímboli sobre el suceso: en http://www.escritoresdelmundo.com/2010/06/4-de-mayo-de-
1910-por-javier-trimboli.html.
18. “La conmemoración del centenario en un conventillo”, en Caras y Caretas N° 615, 16 de julio de 1910.
272
274
Zonas francas.
Risas y mediaciones
Por María Pia López
Contra toda tentación progresista que percibe la
historia como un desarrollo conclusivo, capaz de
unificar linealmente los mundos culturales hete-
rogéneos, a lo largo de la historia de las naciones
ha surgido el problema de la discrepancia. Una
diferencia que emerge en el propio acto de cono-
cimiento y en el ejercicio de la expresión. Toda
palabra dicha es reinterpretada y sometida a un
(violento) proceso de reapropiación que despoja
las pretensiones originales y los significados ensa-
yados por sus autores. Por esta vía, la traducción se
convierte en un arte capaz de traficar, de un punto
a otro, de una forma cultural a un incierto destino
de arribo, con la lengua y las percepciones. Las
teorías contemporáneas de la recepción preten-
dieron resolver este dilema bajo la idea de una
traslación que suponía un “receptor” pasivo, ajeno
a desvíos ni tensiones, sin advertir que la cultura
es en sí misma la pregunta por estas derivaciones
“impuras” del original.
María Pia López piensa la Argentina bajo la pers-
pectiva de la traducción como ejercicio inaugural.
En Sarmiento, voraz traductor, en Estanislao del
Campo que utiliza recursos del humor para hacer
pasar la alta cultura al mundo popular, en Leopoldo
Lugones que realiza el movimiento inverso y en
las escenificaciones teatrales se juega una cuestión
política primordial: la posibilidad de pensar una
forma comunitaria inclusiva capaz de tomar como
propia la disidencia de las tonalidades en el habla y
las múltiples formas de la vida colectiva.
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
275
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
obra de la alta cultura vuelta a repre- Los escenarios teatrales como ámbitos
sentar en el plano de una representación de puestas singulares: traducciones
de la cultura popular. Para aprehender que se dirimen y circulan en distintos
su sentido, conviene situarla en un más sentidos. La de El payador de Lugones
amplio panorama de la relación entre puede percibirse como la inversa
la gauchesca y el mundo teatral. Con respecto de la del Fausto de Del Campo:
el supuesto de que en muchos sentidos si éste interpreta una obra de la alta
lo popular, en el cultura en la lengua de la gauchesca; el
Los escenarios teatrales como siglo XIX, encon- otro convierte a una obra que proviene
ámbitos de puestas singulares: traba su lengua en de esa tradición en el objeto de una
traducciones que se dirimen y la gauchesca. legitimación necesaria para la alta
circulan en distintos sentidos. Ángel Rama cultura. No hay menos fuerza inter-
La de El payador de Lugones sostiene que el pretativa en uno que en otro. Ni se
puede percibirse como la teatro nacional revelan menos propicios los esfuerzos
inversa respecto de la del Fausto r i o p l a t e n s e de la traducción. Como si los uniera
de Del Campo: si éste inter- encontró el cauce la idea de una cultura nacional capaz
preta una obra de la alta cultura de una creación de forjarse sobre una tensión entre
en la lengua de la gauchesca; el singular con el lenguas antes que sobre la primacía
otro convierte a una obra que Juan Moreyra. En de una de ellas. Porque son inversas es
proviene de esa tradición en esa obra se dio el posible entender el radical desprecio
el objeto de una legitimación pasaje de la panto- con el que el lector de Hernández trata
necesaria para la alta cultura. mima al teatro, al Fausto: “es una parodia, género de
No hay menos fuerza interpre- produciendo un suyo pasajero y vil”.3
tativa en uno que en otro. tipo de actuación En los mismos años en que Lugones
y una lengua que homenajeaba al país con esas confe-
ya no consistían en traducciones sino rencias, Nicolás Granada había escrito
en una producción autónoma. Por lo sus Cartas gauchas. La ficción narrativa
mismo, recién ahí se encontraría con de esos poemas consistía en las cartas
un público real. Eso, a fines del siglo en que un gaucho enviaba a su mujer
el que el Pollo le narraba sus descubri- desde la ciudad que estaba visitando,
mientos a Laguna. En el siglo siguiente, Buenos Aires, durante los festejos del
Lugones dictaría sus conferencias en el Centenario. Granada, que había escrito
teatro Odeón, en las que produjo la ¡Al campo!, en estas Cartas afirma la
fundacional interpretación del Martín idea de una nobleza ligada al mundo
Fierro como la obra clave de la literatura rural, que permitiría una redención de
argentina, pero no sólo como hecho una ciudad tomada por el esnobismo
literario sino como piedra basal de una y por la viveza. Azorado asistente a
autonomía nacional que haría de la los festejos y a los oropeles, es un más
Argentina una colectividad capaz de asombrado narrador de las innova-
dar cuenta de los valores más profundos ciones técnicas urbanas y una ingenua
de la historia de la humanidad. El víctima del cuento del tío. Como no
poeta se enorgullecía, al final de esas podía ser de otro modo en un texto
conferencias, de su labor de mediador y imbuido del clima del Centenario, el
traductor, de haber producido un enlace final es feliz, y alguien que pertenece a
entre la poesía del pueblo y la sensibi- ambos mundos restituye lo perdido en
lidad culta de la “clase superior”. una trapisonda.
276
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
277
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
278
LA BIBLIOTECA
Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario
279
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones
NOTAS
1. Silvia Molloy analiza el cuantioso número de traducciones que se atribuye el autor de Facundo (doce libros
en un mes, en un idioma que recién aprende): “Es notorio que Sarmiento tendía a la exageración. En este caso
particular, sin embargo, sospecho que lo que dice es en esencia cierto. Quizá sí haya hojeado, aunque muy por
encima, la mayoría de estos volúmenes –el tiempo no le habría permitido otra cosa–, armando una traducción
de lo que leía (o, dado su deficiente conocimiento de la lengua extranjera, de lo que creía leer), una traducción
que es artefacto textual, simulacro del original, libro diferente. Por muy ‘correcta’ que a Sarmiento le haya pare-
cido su manera de leer, sin duda tenía conciencia de que leer es modificar. Así, describe su práctica de la lectura
como un ‘traducir el espíritu europeo al espíritu americano, con los cambios que el diverso teatro requería’”
(Acto de presencia. La escritura autobiográfica en Hispanoamérica, Fondo de cultura económica, 1996). Están,
ya, todos los temas que nos interesan en este artículo: la traducción, el teatro, la mediación, la diferencia.
2. El buen Sarmiento decía: dos culturas. La del campo y la de la ciudad. El teatro está identificado con la
vida urbana. La lógica de la representación es la de la ciudad, la de la ciudadanía y la del espectáculo teatral.
(Eduardo Rinesi, Ciudades, teatros y balcones, Paradiso, 1994).
3. ¿Y si la parodia es una parodia anticipada de la operación lugoniana? ¿No es por eso que el poeta está obli-
gado a refutar a Del Campo, porque tiene que enlazar gauchesca y teatro del modo inverso y no puede hacerlo
si esa risa no deja de producir ecos? Lugones, demasiado cerca de Laguna, para no sentirse inquieto.
4. Escribe Ángel Rama: “también los temas registran una transformación aunque algo más degradada. De ser
actores de los sucesos históricos, estos gauchos pasarán a ser sus testigos y luego todavía menos: simples contem-
pladores de espectáculos”. En este sentido, el Fausto hereda los Diálogos de Hidalgo, en los que el gaucho Ramón
Contreras narra las Fiestas mayas (Los gauchipolíticos rioplatenses, CEAL, 1982). Josefina Ludmer analiza esos
encadenamientos para mostrar la radical inversión que supone la aparición del poema de Del Campo: “Fausto
se constituye por exclusión de lo político. Transforma definitivamente la fiesta política en puramente cultural
y cambia así la representación del sistema de relaciones del gaucho con la ciudad, y por lo tanto el vínculo y la
alianza de las dos culturas en el género. Los efectos de la despolitización son múltiples: el texto se autonomiza
y transforma su relación con la coyuntura, el contexto y el conjunto del sistema de referencias” (El género
gauchesco. Un tratado sobre la patria, Sudamericana, 1988).
5. Julio Schvartzman recuerda la crítica de José Hernández a Del Campo, pero para relativizarla: “la versión
del Pollo de la ópera de Gounod no implica, necesariamente, candor ni ignorancia. Puede leerse, más bien,
como un sistema de equivalencias populares que ponen, sutil e irónicamente, a ras de tierra, las imágenes
sublimadas de la alta cultura”. (Prólogo a Tres poemas gauchescos, Clarín, 2001). En el mismo sentido, corre
la interpretación de Leónidas Lamborghini que funciona de epígrafe para este artículo (Risa y tragedia en los
poetas gauchescos, Emecé, 2008).
6. Esta idea, como muchas otras que recorren este ensayo, proviene de Mijail Bajtin y su potente interpretación
de la cultura popular.
280
Los textos futuristas no nos
hablan tanto de aquello que
imaginan, aunque también
lo hacen, sino que nos ofrecen
la posibilidad de comprender
Fragmentos los contextos culturales en los
que se sitúa su escritura. Son
expresiones utópicas con altas
dosis de incerteza. A pesar de
ello, logran convertirse en un
ejercicio intelectual consis-
tente para investigar cómo el autor escapa de los condicionantes
culturales de su entorno. En la ficción que supone los tiempos veni-
deros se manifiesta una confianza en el futuro; unas veces bajo
la forma de hipótesis especulativas, otras, como ferviente deseo
redentor. Pero, como decíamos, encontramos en estas elucubra-
ciones los ensayos de unas vidas que buscaban sustraerse de un
orden asfixiante. Huir hacia adelante como modo de huir del
tiempo aquí y ahora. En esos trayectos se vislumbran las marcas
conspirativas de la marcha de la historia.
Aquí publicamos fragmentos de libros. En el fragmento hay un
poder iluminador. Pertenece a una obra, pero también tiene el
potencial de subvertir todo orden. No se trata, por lo tanto, de la
parte de un todo, sino que en él mismo puede verificarse todo un
universo virtual.
La sección comprende tres textos futuristas, un ensayo y un relato
testimonial de principios del siglo XX, todos escritos en el marco
(o bajo el condicionante) del Centenario argentino.
En Estrella del Sur, Enrique Vera y González concibe un 2010
(nos concibe) como un país poblado por 200 millones de habi-
tantes, solidario, organizado y predecible, regido por funcionarios
eficientes y probos. En esta construcción ilusoria, si bien se nota
la influencia de los valores con que se pensaba por aquellos años,
también hay una extraña ironía, quizás un pesimismo propio del
argentino de todos los tiempos.
Julio O. Dittrich relata la Buenos Aires de 1950, pero lo hace
en 1908. Se trata, en esta proyección, de una ciudad socialista
inserta en un mundo políticamente unido bajo un mismo sistema,
excepto Inglaterra que sigue ejerciendo su misantropía política. Un
anciano queda en estado de coma durante 40 años y su hijo le
cuenta los drásticos cambios producidos. El relato aparentemente
idealista, deviene en alerta frente a la idea del totalitarismo, lo que
le brinda una fuerza premonitoria notable.
Pierre Quiroule –un tipógrafo de la Biblioteca Nacional en los años de
Paul Groussac– en La ciudad anarquista americana llega a plasmar,
en 1914, una crítica muy lograda de las formas de organización
urbana y sus modos de edificación que corrompen a sus habitantes.
El autor, de origen francés, predice alucinantemente los fenómenos
sociales que sobrevendrán en esos conglomerados humanos.
El sincretismo entre europeísmo e indigenismo se despunta en
Eurindia, de Ricardo Rojas. Las teorías contemporáneas del posco-
lonialismo creen hallar en sus formulaciones novedades radicales
respecto al pensamiento social. Puede que las haya, pero sin dudas,
el poeta nacionalista –a quien se le achacaría el calificativo de
sustancialista– anticipa con una prosa delicada y decidida las
potencialidades del pensamiento latinoamericano. Una perspectiva
singular que pretende una nueva universalidad.
Si denunciar la represión de los obreros es, en todo momento, un
acto riesgoso, hacerlo en los festejos del Centenario puede parecer un
extravío de la razón. En el Diario de Gabriel Quiroga, Manuel
Gálvez pergeña un denunciante, nunca más solitario, que asume
su condición a sabiendas que puede ser encarcelado. Cargando el
riesgo con pasión, se constituye en medio y mensaje de las peripecias
de un país al que ama escéptica y profundamente.
284
285
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
286
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
Hecha esta digresión, que hemos mados acerca del potencial de las
creído conveniente para explicar la energías psíquicas de cada individuo.
rapidez del viaje de los dos nobles La psicología experimental, enrique-
abisinios, dedicaremos algunas pala- cida con un número prodigioso de
bras al protagonista de esta parte de observaciones concienzudas, había
nuestro relato. revolucionado las ciencias médicas y
Renato de Villena, a quien había permitía inducir, con una exactitud
cabido la honra de ser elegido que siglos antes hubiera pasado por
Intendente de la más complicada de hechicería, la fuerza moral y mental
las ciudades del mundo para el ejer- de cada sujeto de observación. La
cicio de 2010, contaba en la actua- inmensa mayoría de los sometidos
lidad algo más de 50 años y figuraba a este examen, casi tan rápido como
en el libro de oro de los característicos las mediciones externas de la antigua
o diferenciados superiores, en la cate- antropología, era clasificada en la vasta
goría número 31, sobre la cual no muchedumbre de los indiferenciados
había sino dos series de capacidades o indiferentes, gentes de buen sentido
geniales muy difíciles de llenar y que vulgar, útiles para las faenas y profe-
de hecho estaban casi siempre en siones comunes, que no exigen facul-
blanco. Esta clasificación por coefi- tades preciosas. En cambio, los que
cientes personales habíase introdu- presentaban caracteres marcadamente
cido en el segundo tercio del siglo XX, favorables, eran objeto de una vigi-
merced a los progresos de las ciencias lancia particular. Desde su juventud,
antropológicas y descansaba en una un signo convencional colocado antes
serie de datos suficientemente aproxi- de su nombre, servía de advertencia a
287
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
los profesores universitarios para que ningún veto y el pueblo decidía; pero
les impusieran trabajos especiales sin tantas veces se confirmaron los pronós-
temor al surmenage, y en efecto, muy ticos de aquella junta de sabios que se
rara vez desmintieron estos elegidos llegó pronto a dos hechos difíciles de
a predestinados las esperanzas que prever un siglo antes: a presentar al
en ellos podían fundarse, con arreglo pueblo una serie de gobernantes real-
al determinismo científico. La vigi- mente capaces e íntegros que elevaron
lancia de que se ha hecho mención, la grandeza nacional a inconcebible
se refería a la conducta moral de los altura y a que el prestigio atribuido
característicos y no entrañaba para en otras épocas a los sacerdotes pasase
ellos la más leve coacción física, ni rápidamente a los médicos que, en
aun siquiera la molestia de amones- conjunto, soportaron con gran honor
taciones o consejos que sirvieran de la ruda prueba y se hicieron dignos de
trabas a su libertad; únicamente se su apostolado terrenal, por su abne-
anotaban ciertas observaciones en el gación y la rectitud de sus procederes.
correspondiente registro y esto era La ciencia tuvo adeptos tan desintere-
todo. La filiación intelectual y moral, sados como los más fervorosos místicos
de capacidad y de resultados, especie de las religiones y, por otra parte, las
de biografía sumaria de cada persona- tentativas de engaño eran tan fácil-
lidad distinguida, era más completa mente desautorizadas y tan general el
de lo que hubiera podido desear un desprecio que acarreaban a los culpa-
exigente y sabio jefe de pesquisas. bles en tiempos de una publicidad
Esta alta inspección estadística y en vastísima, que llegó a ser imposible
cierto modo policial de la corporación falsificar las reputaciones.
de psicólogos experimentales, tuvo en Había subido Renato hasta su cargo
el desarrollo de la sociabilidad argen- actual, comparable a la gobernación
tina una influencia inmensa. Obser- de un vasto imperio, después de haber
vaciones que al principio habían sido mostrado grandes aptitudes como
aisladas y de mero interés científico, se físico y como legislador. Se le debían
generalizaron pronto y entraron cada descubrimientos notables, entre ellos
vez más en las costumbres y en las leyes; la fijación de las imágenes psíquicas
la corporación de antropólogos, cons- por medio de la luz del polonio, que
tituida por un número fijo de miem- producía impresiones diversamente
bros, sometidos a rigurosas pruebas coloreadas, representativas de otras
de capacidad y espléndidamente tantas energías espirituales; algo así
retribuidos, llegó a ser, de hecho, un como un bosquejo interesantísimo
verdadero poder del Estado; un admi- de la fotografía del ser verdadero, y
rable instrumento de selección. Todo no decimos interior, porque la exis-
candidato a cargos públicos hubo de tencia de la irradiación astral era ya
someterse al examen y calificación una verdad comprobada. Al mismo
de ese areópago temible, que dictaba tiempo había demostrado Renato una
sus fallos con una imparcialidad vasta preparación administrativa y
pasmosa. Si el candidato, después de financiera. De tal modo, sin embargo,
un dictamen desfavorable respecto de absorbían entonces los puestos del
sus aptitudes, insistía en someterse a Estado las facultades más vigorosas,
la votación popular, no se le oponía tales esfuerzos mentales imponían, que
288
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
289
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
290
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
291
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
–Las fugaces excursiones o, mejor diré, ficie, mientras la actual Buenos Aires,
trayectorias que en la noche de ayer y tomando solamente lo que pudiera
en la mañana de hoy hemos tenido que llamar el casco de la ciudad y prescin-
realizar por Buenos Aires –dijo Ayub– diendo de sus expansiones, prolon-
nos han llenado de asombro, a pesar gadas como rayos de un sol naciente,
de que hace algunos meses visitamos mide 500 kilómetros de NE. a SE., y
Nueva York. Pasmosa fue la impresión no menos de 225 de E. a O., y abarca
que nos produjo la metrópoli norte- una zona de diez millones de hectáreas
americana y juzgábamos insuperable próximamente. Ya ustedes ven que
su grandeza y magnificencia; más ahora no hay siquiera posibilidad de discu-
empezamos a sospechar que no nos sión; se trata de una diferencia de área
engañaron los diplomáticos sudameri- enorme, como de uno a diez, y sin
canos de varios países al decirnos que la embargo, se quiere negar la evidencia.
ciudad de las ciudades es la capital del Los norteamericanos aseguran que lo
hemisferio Sur. que nos empeñamos en llamar Buenos
–Así es, en efecto, y no tardarán ustedes Aires es un conjunto de grupos aislados
en convencerse de esta verdad –dijo de población, entre los que hay grandes
Renato de Villena–. La lucha entre zonas agrícolas, mientras ellos han
Nueva York y Buenos Aires es antigua, reunido de hecho Nueva York, Boston,
data de más de un cuarto de siglo; Filadelfia, Baltimore, Washington y las
pero todos los esfuerzos de los norte- ciudades vecinas, urbanizando comple-
americanos y todas las violencias que tamente el conjunto. Tienen razón al
hacen sufrir a la estadística, no bastan decir que viven allí más aglomerados
a destruir los hechos, por más que que nosotros; puesto que la población
los desfiguren. Admiro a los Estados de esa ciudad, que puedo llamar lineal,
Unidos en lo mucho que tienen de sube a 62 millones de habitantes, mien-
admirable; ese país representa uno de tras aquí, en un espacio casi diez veces
los más prodigiosos esfuerzos que ha mayor, tenemos 80 millones en un
realizado la humanidad; pero quisiera vasto rectángulo dos veces más largo
ver a sus hombres menos exclusivistas, que ancho; pero las cifras absolutas son
menos obcecados en desconocer la en Buenos Aires mucho mayores que
evidencia cuando ésta se opone a en Nueva York y las relativas no nos
los dictados de su amor propio. No preocupan, ya que la comodidad, la
insistiré en esto: cada cual entiende el variedad y la belleza están de nuestra
patriotismo a su modo, pero siempre parte. Es cierto; aquí tenemos vastí-
deberían quedar a salvo los fueros simas extensiones de huerta, no sólo
de la verdad. Y la verdad es que la en la periferia, sino en el interior; pero
cadena de antiguas ciudades que hoy no se interrumpe un momento la edifi-
forman un todo continuo desde Lynn cación de las grandes vías, ni la de las
(Massachussets) hasta Mount-Vernon avenidas que circunvalan esta ciudad
en Virginia, se prolonga de norte a sur inmensa; el aire es más puro, las faci-
en una extensión de 680 kilómetros, lidades de aprovisionamiento mayores,
con una anchura máxima de 12 de las perspectivas incomparablemente
E. a O., lo que daría, tomando estas más hermosas y cada grupo originario
dimensiones como si fueran cons- ha conservado su individualidad, sin
tantes, 816 mil hectáreas de super- menoscabo de la unidad del conjunto.
292
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
Hay aquí extensos barrios de calles un personaje puede ser rey del trigo o
relativamente estrechas con altísimos del acero o de los transportes o de la
caserones de gusto norteamericano y en carne; aquí no hemos querido intro-
que la población es tan densa como en ducir esa clase de monarcas, peores
Nueva York; pero abundan los recintos aún que los emperadores políticos, y
más desahogados, y en estos se vive con hemos evitado en lo posible las grandes
más holgura, más luz y más higiene. diferencias de fortuna; somos más bien
El inconveniente de las distancias se usufructuarios y cedemos con placer
anula con la prodigiosa abundancia de a la colectividad nuestro sobrante en
vehículos de todo género, y en último cuanto empezamos a sentirnos dema-
término, hay donde elegir. Ya tendré siado ricos. No somos Cresos sino
el gusto de servir a ustedes de guía por accidentalmente y de pasada; hemos
esta red y estoy seguro de que no han aprendido a limitar nuestras aspira-
de tardar en orientarse por el laberinto, ciones y cuando nuestros hijos están
sin necesidad de hilo protector. a salvo de la pobreza, tributamos
–Elevados desde las primeras horas de gustosos con el resto, seguros de que la
la mañana en un aeroplano dirigible administración pública está en buenas
–dijo el anciano Yezid– hemos podido manos. Así, encontrarán ustedes en
observar, como a vista de pájaro, que Buenos Aires una serie prodigiosa de
ésta que no sé si llamar ciudad o vastí- fundaciones y empresas de aprovecha-
sima provincia de casas, no tiene límites miento y beneficio nacionales. Todo
apreciables en ningún sentido, mien- argentino tiene asegurado, en el peor
tras los de Nueva York, en el sentido de los casos, un conjunto bastante
de la anchura, se percibían desde no aceptable de medios de vida, a cambio
muy gran elevación; pero lo que no de una modesta cooperación personal
podemos explicarnos es el hecho de al trabajo común, y eso que nuestra
que la nación argentina, mucho menos República cuenta cerca de 200 millones
poblada que los Estados Unidos, haya de habitantes. En los Estados Unidos
llegado a tener una capital que, ya hay 450 millones y no viven, por cierto,
estamos persuadidos de ello, es incom- mejor que nosotros; pues la lucha por
parablemente más extensa. la existencia es allí más ruda, por la
–Ese fenómeno –repuso el Intendente– exageración del feudalismo industrial
obedece a dos razones principales; una y propietario. Allí alcanzan fabuloso
del orden físico, que es la suavidad poderío las personalidades vigorosas y
excepcional del clima de esta región, en también las favorecidas por las circuns-
que el invierno es templado y el verano tancias, pero los vencidos por la vida
poco riguroso, circunstancias que no y aplastados sin compasión se cuentas
se dan en la costa oriental de Estados por muchos millones. También aquí
Unidos; otra del orden social y econó- tienen premio, y no escaso por cierto,
mico, y es el carácter más expansivo, los hombres excepcionales que prestan
más cordial de nuestro pueblo, que se servicios de valía a la colectividad; pero
ha opuesto siempre a la organización nos preocupamos mucho de los débiles
de los trusts o sindicatos omnipotentes y no identificamos la desgracia con el
que allá lo acaparan todo. Allí hay cuan- crimen. Necesitamos muchas pruebas
tiosísimas fortunas individuales, que se para definir como parásito a un ser
trasmiten y aumentan por herencia, y humano; es difícil que no hallemos
293
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
294
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
lucha. Además, cada día parece más apenas eran sospechados hace un siglo.
bárbaro, inútil y cruel el sacrificio de Ahora, pues, el objeto de la guerra no
cientos de miles de hombres, y aunque es destruir al adversario, sino reducirle
los esfuerzos de cada contendiente se a la impotencia, maniatarle e impo-
dirigen sobre todo a privar de medios nerle condiciones, que consisten en la
de ataque y defensa al contrario, desba- retribución del daño causado y en un
ratando sus máquinas de exterminio y empequeñecimiento de su persona-
los choques entre ejércitos van pasando lidad; en una vigorosa limadura de las
a la historia –pues grandes masas de uñas y los dientes.
hombres pueden ser aniquiladas en –Queda en pie todavía la amenaza de
momentos por la agitación vertigi- Europa –observó Ayub.
nosa que producen los explosivos en –No puede inspirarnos graves recelos.
las capas atmosféricas– siempre se Su población crece con mucha lentitud
pierden en estas contiendas muchí- relativamente a la nuestra. Tiene, es
simas vidas sin provecho de nadie. Sin cierto, mil millones de habitantes;
las aplicaciones del radio, el polonio y pero las naciones en que se divide no
otras sustancias análogas que neutra- llegarán fácilmente a un acuerdo. Las
lizan las más violentas proyecciones de repúblicas unidas de Iberia, con sus
energía eléctrica, habría sido relativa- sesenta y cuatro millones de habitantes,
mente fácil para los misántropos, los están aliadas de corazón a los intereses
malvados o los ambiciosos el aniquila- sudamericanos y otro tanto sucede
miento de gran parte de la humanidad. con Italia, que domina las dos orillas
Por fortuna, esos cuerpos maravillosos del Adriático. Alemania, después de
que así matan como salvan a distan- haber absorbido el antiguo imperio
cias increíbles, han servido de base a austro húngaro, con más Dinamarca y
medios de prevención y defensa que Holanda, podría inspirarnos cuidado
295
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
con sus 320 millones de habitantes, sus se mantienen todavía en varios puntos
temibles aprestos guerreros y su ambi- de la costa. Hierve nuestra sangre al
ción de conquistas; pero no tiene poco ver que aún se nos mira como pueblos
que hacer con defenderse de Rusia, que nacidos para la servidumbre, después
la amenaza con sus 520 millones de de transcurrido el siglo XX, que debió
súbditos ultra civilizados de los czares, haber borrado los últimos vestigios de
que aún mantienen su soberanía en colonización en el mundo entero. Si
más de media Europa y gran parte del nosotros los abisinios hemos logrado
Asia. La república francesa, después mantener nuestra independencia, ha
de incorporarse a Bélgica, ha tratado sido a costa de sacrificios terribles, de
varias veces de organizar la confedera- luchas incesantes, en que hemos puesto
ción latina, pero bajo condiciones de a contribución todos los inventos
predominio que Italia y los Estados de devastadores de los últimos tiempos.
Iberia no han querido aceptar, y así Nuestro país ha sido y es el refugio de
estas tres naciones, que juntas reuni- todos los aventureros desesperados a
rían 250 millones de habitantes, siguen quienes halagan todavía las emociones
aisladas, lo que las perjudica de un de la guerra; las puertas del único
modo enorme. En cuanto a Inglaterra, imperio independiente del África están
después de haber perdido sus colonias abiertas de par en par a los ingenieros
de la India y Australia, sufrió un golpe que nos propongan alguna máquina
rudo con la separación de Irlanda y hoy mortífera, a los arbitristas del mal y
vive de hecho, ya que no de nombre, de la destrucción. Así tenemos que
bajo el protectorado de los Estados vivir y así viviremos hasta que el África
Unidos, que aún le permiten explotar se emancipe o hasta que el último
una parte del África y conservar una abisinio haya caído asfixiado por un
holgada posición mercantil. Rudo ha proyectil deletéreo o hecho trizas por
sido el golpe para el orgullo británico, un explosivo. Situación terrible, pero
pero la historia ofrece contrastes muy necesaria cuando no tiene más que dos
curiosos y más de una metrópoli de soluciones, la esclavitud o la victoria.
ayer vive hoy bajo la dependencia, –Pero –indicó Renato– ¿creéis en
no menos real por lo indirecta, de sus conciencia que el continente africano
antiguas colonias. está en condiciones de figurar digna-
–Nosotros los africanos –dijo Ayub– mente entre las sociedades libres y
tenemos aún mucho que sufrir de progresivas?
algunas de esas naciones europeas. Los –Lo creemos con fervor –repuso el
americanos, más poderosos, os previ- viejo Yezid– porque nosotros los
nisteis con tiempo y no estáis ya en abisinios, cristianos desde hace quince
situación de temer vejaciones, antes siglos, antes que lo fueran algunos de
podríais imponerlas; más en África no los más orgullosos pueblos de Europa,
suceden así las cosas. Tenemos aún hemos sabido ir adelante sin renun-
a los ingleses en Egipto, El Congo y ciar a nuestra personalidad y ésta es
Hotentocia; a los alemanes en Zanzíbar precisamente la que quieren destruir
y en vastas regiones del interior; a los educadores venidos de fuera. No
los franceses en Berbería, Sahara, el se trata de impulsarnos, sino de elimi-
Senegal y Madagascar; a los italianos narnos; no se nos coloca en la corriente
en Trípoli: los españoles y portugueses sino que desean ahogarnos en ella, y
296
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
297
298
299
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
300
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
301
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
302
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
asociación con sus semejantes el medio del recinto de las ciudades. Es preciso,
de obtener el máximo de bienestar con pues, que haya ciudades para alber-
el mínimo de esfuerzo individual, y garlos convenientemente, y que estas
una libertad amplia, sin restricciones, ciudades sean grandes, porque cuanto
que permita a cada uno de los miem- más grandes, más numerosos son los
bros de dicha asociación disponer de su servicios públicos que ellas necesitan,
tiempo sin control, sea interviniendo los cuales exigen todo un arsenal de
últimamente en las ocupaciones mate- ordenanzas y reglamentos que faci-
riales exigidas por las necesidades liten su buen funcionamiento. Estos
económicas, sea dedicándose a las del reglamentos y ordenanzas requieren,
espíritu, no menos importantes y nece- como es de suponer, una legión de
sarias para el normal equilibrio de las “activos” funcionarios que velen por
facultades humanas. su exacto cumplimiento.
Y bien, las grandes ciudades no pueden Además, se precisan numerosas oficinas
ofrecer nada de esto a sus moradores. para la administración de la cosa
Mas, casi se podría afirmar que ellas pública: oficinas de estudios, de soli-
han sido ideadas por los gobernantes citudes, de autorizaciones, despacho
para conseguir lo contrario, con el de fórmulas y papel timbrado, de
fin de transformar las mil anormali- informes...; otras para las contraven-
dades que derivan fatalmente de un ciones y multas; otras para recauda-
exceso de población en fuente inago- ción de impuestos, etc., etc.
table de dinero. Cada uno de los servicios públicos de
Por eso, han hecho creer a los gober- una gran ciudad debe tener en todos los
nados que es un título de gloria para la barrios sus oficinas correspondientes y
capital de una nación el tener muchos el personal de empleados encargados
millones de habitantes, como Nueva de la reglamentación e inspección de
York, París o Londres, diciéndoles que dichos servicios. Y, naturalmente, el
estas capitales deben una gran parte parásito burgués encuentra en esas
de su fama y prosperidad a tan colosal oficinas el puesto bien remunerado,
reunión de individuos y propenden que le permite vivir y hacer buena
a que la de su país sea tan grande o figura con los demás individuos de su
mayor que las citadas. clase privilegiada.
El brillo ficticio de aquellas colosales Y como estos individuos son muchos,
aglomeraciones humanas, les da una se necesitan muchos empleos... Es así
apariencia de razón, con lo que el engaño como hay un sinnúmero de oficinas
es fácil. Y el pueblo cree, se aglomera de reglamentación, conservación e
según la fórmula patriótica, con lo que inspección; de construcción, pavimen-
los dirigentes consiguen lo que desean: tación, tráfico y consumo; de teatros,
recursos abundantes para mantener en paseos y trabajo; del riego, de análisis;
la holganza a la clase burguesa. de higiene, asistencia, etc., etc., que
Sabido es que la burguesía se sólo sirven para dar una apariencia de
compone de individuos que viven ocupación a los hijos de la burguesía.
del trabajo ajeno. Todo nuevo ensanche, cada nuevo
Estos individuos, que son los pará- progreso, toda innovación, todo lo
sitos que roen el cuerpo social, no que da mayor brillo o esplendor a la
podrían existir o desarrollarse fuera ciudad moderna, son el pretexto para
303
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
304
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
305
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
puertas, sobre la corriente eléctrica que cada impreso, etc., y otra nube más
da luz, calor y tracción; sobre la forma de funcionarios parásitos, hijos de
del edificio y su arquitectura; sobre el burgueses, tienen asegurada una exis-
espacio ocupado por sus frentes y la tencia tranquila y bien rentada.
superficie de su base, etc., etc. En una gran ciudad, el público tiene
Pero el dueño del inmueble gigante que ocupar sus ocios en alguna cosa:
halla el modo de no sacar un solo se va al café, al concierto, etc., cuando
centavo de su bolsillo. ¿No es él, acaso, no a las carreras u otras diversiones
burgués también, es decir, parásito que sportivas. Pues bien, ¡hasta la alegría
se nutre del esfuerzo ajeno?... Pues, y el descanso pagan tributo a la ley
con aumentar el precio del alquiler común! El café, principalmente, ¡qué
a los locatarios, se resuelve sin difi- mina de oro inagotable! Allí, cada
cultad el problema, siendo en defi- botella que se expende o está en los
nitiva los productores quienes, como estantes, cada vaso, cada cucharita,
siempre, tienen que chancelar íntegras cada silla, cada letra de los avisos que
las contribuciones y los impuestos del adornan las paredes, paga gabela a la
rico propietario. comuna (léase a los burgueses). El
Las calles, largas, y en su mayoría mal teatro y el hipódromo entregan un
pavimentadas y sucias, hacen el uso tanto por ciento sobre el importe de
del vehículo imprescindible. Nada sus rentas diarias.
conviene más a nuestros parásitos, que ¡Qué decir del cigarrillo, ese compa-
tienen con esto otra fuente abundante ñero inseparable del trabajador y del
de recursos derivados de las gabelas holgazán!, ¡qué fuente de recursos!...
de todas clases, que alcanzan a todos Pero, si hasta de los vicios menos nobles,
los rodados, a todos los caballos, a ¡¡¡hasta de la prostitución!!! sacan
todas las fustas, a todas las cocherías, provecho estos honrados y virtuosos
etc. Esto para los coches de plaza. En señores administradores nuestros...
cuanto a los carros de carga, su número Y así es como hay en la gran ciudad un
tiene que aumentar forzosamente a sin fin de contribuciones y de gabelas
medida que se desarrolla la ciudad y sobre todo lo que se ve, lo que se toca,
crece su población, cuyas necesidades lo que se usa, para la mejor marcha y
exigen un abastecimiento incesante, y administración de la cosa pública.
llueven reciamente también sobre éstos En cuanto a los beneficios que sacan
las contribuciones benditas: impuesto los contribuyentes de los tales servicios
sobre el peso que pueden llevar, públicos que ellos sostienen tan libe-
sobre el número de yuntas que tiran; ralmente con su dinero, es difícil de
gabelas de una clase para los vehículos apreciarlos, porque no existen, o si los
de cuatro ruedas, de otra para los de hay, son tan escasos, tan ínfimos, que
dos, etc., sin olvidar, naturalmente, la ni vale la pena hablar de ellos.
indispensable patente de circulación. En realidad, no se trata de parte de la
La ciudad es grande. Los habitantes, burguesía administradora y directora,
que tienen relaciones entre ellos, viven de atender seriamente ninguno de
en los barrios más opuestos: de allí estos servicios de utilidad pública.
el servicio de correos que facilite las Dichos servicios son el pretexto, el fin
comunicaciones epistolares. Y luego, es encontrar dinero para vivir bien sin
el impuesto sobre cada carta, sobre hacer nada. Teniendo asegurado el
306
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
ingreso de este dinero, lo demás importa Pues, contra ellos, cientos de puños
poco, es de segunda importancia. se levantan traduciendo en gesto de
Pero, como es preciso dar siquiera una rabia impotente la desesperación de
apariencia de compensación al dinero los desgraciados seres que viven en su
sustraído del bolsillo de los produc- base privados de luz, de aire y de sol,
tores, se les ofrece un raro ramillete en las miserables chozas envueltas en
de espléndidas ilusiones: ilusión de la fría sombra que proyecta sobre ellas
limpieza, ilusión de empedrado, de el criminal coloso, sembrador de tris-
seguridad, de higiene, de embelle- teza, de tuberculosis y de muerte...
cimiento; ilusión de luz, etc., etc. Y Y así todo...; convirtiéndose fatalmente
a medida que la ciudad se agranda las grandes ciudades en receptáculos
y que su esplendor es más brillante, de todas las inmundicias arrojadas por
nuevas ilusiones, que se pagarán con la población, animal y humana, que
buenas realidades monetarias, son la envenenan la atmósfera: ellas no son
consecuencia de ese mayor grado de sino un conjunto de fealdades de la
progreso alcanzado por las deslum- peor especie, una reunión diabólica de
brantes Atenas modernas. todo lo que puede dañar y perjudicar
De ahí las quejas y protestas del contri- al hombre: suciedad, enfermedad,
buyente, escandalizado por la grosera corrupción, degeneración, delin-
mistificación de que va siendo víctima. cuencia, opresión, esclavitud, hambre,
Sí, todo es ilusión en las grandes miseria, aflicción, etc.
ciudades, todo, hasta la salud, que ¿Era para perpetuar semejante estado
no tenemos; hasta el aire que respi- de cosas que los voluntarios de la
ramos, viciado por las miasmas y Anarquía habían derrumbado la
pestilencias de la calzada: ¿no hemos monarquía? ¿Trabajar cual un autó-
dicho que el barrido de la vía pública mata; vivir en malas condiciones
es otra ilusión? higiénicas; sujetarse a reglamentos
Y si el aire que respiramos en la opresores, y lo más peor, estar por
calle lleva a nuestros pulmones los presenciar la ruptura entre el elemento
gérmenes de todas las enfermedades, agrícola y el elemento industrial?...
¡qué decir del que respiramos en las ¡No... mil veces no!... la revolución
“higiénicas” habitaciones construidas no podía detenerse a medio camino,
con la competentísima aprobación de ella debía acabar su obra, proclamar
las oficinas de parásitos creadas para la libertad sin límite y el derecho a la
dicho objeto! salud en la región americana eman-
¿Veis estos edificios colosales que se cipada, organizando el trabajo sobre
levantan, soberbios, muy alto por bases nuevas que no aten al individuo
encima de las modestas casas que a un modo determinado de labor y de
los rodean, como aplastándolas con vida. Y sobre todo, huir de las grandes
su mole enorme... estos edificios ciudades, derribarlas implacablemente
estupendos que atónito contempla hasta que no quede de ellas piedra
el forastero, confundido ante tanta sobre piedra, como si fueran ciudades
ciencia de ingeniería y atrevidez malditas..., y formar pequeños pueblos
de concepción, y que son uno de que produciéndolo todo, se basten a sí
los principales motivos de orgullo mismos. Respirar aire puro, vivir en
de las grandes ciudades actuales?... plena gloria del sol, para dar nuevos
307
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
308
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
Después, cuando los pueblos contaran que vivían en una parte de la ciudad,
con medios propios para poder producir nada tenían que envidiar a los que
y abastecerse en las condiciones reque- habitaban en las otras partes, porque
ridas por su población, se abandona- en todos sus puntos hacíase sentir
rían también los talleres y las usinas de igualmente la inteligente e interesada
Las Delicias, no sin antes haber sacado intervención de los moradores, que se
de ellos cuantos útiles contenían y de esmeraban en dotarla de cuanto podía
desarmar y transportar a los nuevos contribuir a su embellecimiento y a
centros de población toda la maqui- hacer más agradable la permanencia
naria susceptible de ser adaptada a los en ella, por lo que tanto valía residir
nuevos métodos de trabajo, garantía de en uno como en otro punto, al norte
la autonomía del productor. como al sur, al este como al oeste;
Durante cuatro años consecutivos se siendo así que la población no se veía
trabajó afanosamente para poner la en la dura necesidad de emigrar conti-
comuna en estado de andar con sus nuamente, como antes, siempre más
solas fuerzas. La capital había sido lejos del centro, hacia los parajes apar-
evacuada casi por completo. Sólo resi- tados, sucios y faltos de todo, ni tenía
dían todavía en ella los compañeros que luchar contra el encarecimiento
ocupados en la fabricación y trans- siempre creciente de las habitaciones
formación de las máquinas y demás situadas en el corazón de la “city”.
instrumentos de labor que sólo podían Por estos motivos, y el de no existir ya
hacerse allí por el momento. las largas distancias que separaban el
Luego, se necesitó otros tantos años domicilio del empleo, las que debían
más para dar forma aproximada a la recorrerse diariamente, con la tortu-
concepción filosófica de la comuna rante preocupación de llegar a destino
anarquista, y diez años más para que con exactitud matemática, el servicio
los nuevos pueblos adquiriesen las de transporte rápido de pasajeros por
costumbres y el aspecto que tenían tracción eléctrica o vapor, era absolu-
en la actualidad. Se estaba, pues, en tamente superfluo e inútil.
la aurora hermosa de una sociedad En verdad que se necesitaba una orga-
verdaderamente libre y feliz. nización tan irracional absurda como
la de la sociedad burguesa, para que
fuera imprescindible recurrir a seme-
2. Ojeada a la nueva sociedad jante medio para asegurar el funciona-
miento de la máquina social.
La planta urbana no estaba exage- La manera de comprender las cosas
radamente extendida como la de en aquella época singular, era de las
las grandes ciudades. Nadie pagaba más curiosas y divertidas. Así, por
alquiler para habitar en los chalets ejemplo, la gente que vivía al norte de
comunistas, careciendo estos últimos, la ciudad tenía sus ocupaciones al sur
como todo lo que constituía el haber de la misma, y la que residía al sur las
social, de valor especulativo, por la tenía al norte, pasando un par de horas
supresión del dinero y la abolición de todos los días viajando en tranvía, una
la propiedad privada. Y no habiendo a la mañana para la ida a la labor y otra
barrios centrales ni suburbios, ni calles a la noche para el regreso al hogar...
privilegiadas y otras abandonadas, los Y miles de hombres, de mujeres y de
309
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
310
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
Muy contados fueron los individuos que Pero no es sólo el delincuente a quien
se mostraron reacios al nuevo estado de debe mantener el robado. ¡¡¡Tiene que
cosas. Hubo, asimismo, algunos incons- remunerar regiamente los jueces y sus
cientes que no tuvieron el menor escrú- escribientes; tiene que pagar los comi-
pulo en aprovecharse del esfuerzo ajeno, sarios de policía y los guardianes del
consumiendo sin contribuir en la produc- orden y de la propiedad; los carceleros
ción, o simulando hacerlo, pensando y los obreros que edifican las cárceles,
poder vivir cómodamente, como buenos y abonar también el valor del material
zánganos, engañando a los productores. que se emplea para la construcción de
Esto, como es natural, no podía tole- estas últimas!!!...
rarse. Pero ¿cómo hacer para obligarlos Esta manera de hacer justicia,
a trabajar? ¿Tener espías, crear tribu- sangrando igualmente a las víctimas
nales, nombrar jueces? de los delincuentes y a los que no son
Esto hubiera sido imitar el absurdo víctimas de ellos, no podía convenir,
sistema de represión inventado por como se comprende, a los comunistas,
los burgueses, sistema de represión porque era crear al lado de algunos
“que hiere una vez más al robado al parásitos dañinos, todo un ejército de
pretender castigar al ladrón”. nuevos parásitos mucho más voraces y
Pero dicho sistema no resuelve nada, temibles que los primeros; además de
ya que su acción no puede ser otra que ser en alto grado inmoral, por cuanto
la de reprimir, siendo bien probado deformaba cerebros, moldeándolos
que le es imposible impedir el delito. para la ejecución de una obra baja y
Los jueces pueden mandar a presidio deprimente, como lo es la de perseguir
al delincuente, pero lo que no podrán y espiar a los hombres y condenarlos
hacer nunca es evitar que robe el a una vida de tortura, privándolos de
ladrón o asesine el criminal. Su papel libertad y de bienestar.
se reduce, en consecuencia, a castigar No; aunque en el principio origi-
al culpable, y con el encierro del delin- náronse no pocos incidentes desagra-
cuente la justicia se declara satisfecha. dables entre productores y no
Pero, al aprisionarlo, ella se ve no productores, los comunistas prefi-
solamente obligada a alojarlo gratui- rieron rendir a estos últimos por
tamente durante todo el tiempo de la presión moral del ejemplo, sin
su condena, sino que debe proveer emplear la violencia, y consiguiéronlo
también a su alimentación y darle las en poco tiempo.
ropas que necesite. Y como es preciso Los zánganos de la comuna eran cono-
tener dinero para pagar los gastos de cidos por todos. Por lo tanto, cuando
su manutención el robado o la familia un compañero ocupado en un trabajo
del asesinado, conjuntamente con los cualquiera necesitaba de ayuda, pedíala
demás miembros de la sociedad que no al parásito directamente con palabras
fueron perjudicados ni por el asesino insinuantes y amables, diciéndole ser
ni por el ladrón y por consiguiente cosa de corto momento, no atrevién-
nada tienen que ver con ellos, deben dose el otro a rehusar, y con buena o
saldar la cuenta, una cuenta muy mala gana hacía lo que se le pedía.
larga, porque nunca acaba, aunque los Así, sin aparato de fuerza, sin coerción
malhechores salgan en libertad, ya que de ninguna especie, los refractarios
siempre hay otros para reemplazarlos. acostumbrábanse poco a poco a la
311
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
312
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
313
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
314
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
315
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
316
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
entre las máquinas o se mezclaba con como unidad de dicha masa, algo de la
los mayores ocupados en las faenas producción general debía pertenecerle
del campo, cuando no estudiaba en la –y sucedía precisamente lo contrario–
escuela o no tomaba lecciones de cosas pero sí a los de una ínfima minoría
en los cuatro puntos cardinales de la de parásitos privilegiados, dueños de
región, el niño llegaba a hombre fami- la riqueza social, y que explotaban al
liarizado con el funcionamiento de la obrero a su capricho, sometiéndolo a
maquinaria industrial y agrícola, estaba una organización del trabajo absolu-
al corriente de las diversas instalaciones tamente irracional y atrofiadora de las
y métodos de producción, habiendo más bellas cualidades humanas.
adquirido poco a poco, la práctica ¿Se concibe condición más miserable
necesaria para todas las labores. y desastrosa que la de estos pobres
Es así, como el hijo de la ciudad liber- parias de ambos sexos, quienes para
taria sabía indistintamente manejar un ganarse un jornal exiguo, siempre insu-
telar, imprimir un libro, hacer una insta- ficiente para conseguir las cosas más
lación eléctrica, fabricar herramientas, indispensables a la vida, tenían que
accionar una panificadora, fundir desempeñar durante diez, doce, catorce
casas, etc., lo mismo que entendía de o más horas diarias, funciones o labores
física y de química y conocía todo lo extenuantes y aburridoras, muchas
relacionado con los trabajos agrícolas, veces viles, humillantes o desmoraliza-
agregando a esta universalidad de apti- doras, siempre las mismas, durante toda
tudes la de “chauffeur” o conductor de su existencia, en húmedos y oscuros
automóvil y ¡hasta la de aviador expe- sótanos transformados en talleres, o en
rimentado!... locales inadecuados, estrechos y antihi-
Esta multiplicidad de profesiones giénicos? Labores que consistían para la
y diversidad de conocimientos, les costurera, por ejemplo, en estar sentada
permitía colaborar útil e inteligente- accionando rápidamente con los pies
mente en casi todas las obras o trabajos en el pedal de la máquina de coser,
de la comuna, y como la producción desde el amanecer hasta muy entrada
en lo relativo a las cosas de uso no la noche, encorvada sobre esta diver-
muy apremiante se hacía a medida tida y agradable tarea: coser calzones
que éstas se iban necesitando, evitá- y más calzones, y, para “descansar”
base caer en el peligro de someter los abriendo ojales o atando botones en
miembros de la comuna, al absurdo y prendas eternamente iguales, con una
odioso sistema de producción indus- retribución tan ínfima que apenas si
trial intensiva adoptado en la época lo ganado superaba el gasto del hilo
del mayor desenvolvimiento y poderío usado y comprado por la obrera; para
del capital, en que el trabajador era el soplador de botellas, en dirigir deses-
doblemente víctima de una organiza- peradamente el chorro de aire aspirado
ción social monstruosa, que lo tenía sobre el vidrio en fusión, hoy, mañana
esclavizado de cuerpo y de espíritu; y siempre, hasta quedarse tísico y fuera
régimen maldito en que el oro reinaba de servicio a los treinta años de edad;
insolente sobre el universo, siendo para el minero en estar sepultado en las
sacrificado el individuo en holocausto entrañas de la tierra, para extraer peno-
a los intereses, no de la masa como se samente el negro combustible, sin ver
pretendía hacerlo creer, puesto que nunca el sol ni la luz del día, ni poder
317
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
318
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
319
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
320
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
321
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
víctimas, a las que era necesario dar vergüenza ni pudor los gloriosos
cuidados especiales o efectuar una charlatanes del oficio–, pero sí, era
operación quirúrgica. Los comunistas, empleado para devolver rápidamente
enriquecida su sangre por un sistema la salud al que estaba privado de ella,
de vida más racional y natural, reju- y tan pronto como el convalesciente
venecido el organismo por su nueva tenía fuerzas para hacerlo, abandonaba
condición de hombres libres y felices, su lecho de dolor de la Casa de salud,
e iniciándose sin violencia en el arte para volver a su domicilio y confiar a la
de cuidar y conservar la propia salud, acción reconstituyente de los agentes
se habían librado paulatinamente naturales: aire, sol, etc., la terminación
de la casi totalidad de sus antiguas de su cura, que sólo dependía de un
dolencias, y cuando por casualidad, suplemento de oxígeno vital.
alguna afección o enfermedad pasa- La Casa de la salud no tenía personal
jera, debida más a imprudencia del médico fijo ni enfermeros. Los médicos
paciente que a otra causa, condenaba y cirujanos de la comuna acudían en
a inacción momentánea a alguno de gran número, cuando se necesitaban
ellos, quedábase éste en su habitación sus servicios, turnándose de manera
donde amigos de ambos sexos lo visi- que quedaban libres buena parte del
taban y cuidaban, haciendo obra de día, la que aprovechaban para tomar
solidaridad, retribuida de la misma parte como los demás compañeros, en
manera cuando ellos se hallaban en las faenas comunes y para dedicarse a
igual situación. Pero, las más de las estudios u otras ocupaciones intelec-
veces sucedía que el enfermo ingeniá- tuales o manuales de su agrado.
base para no molestar a nadie, aislán- Hacían de enfermeras, turnándose
dose y cuidándose solo, cuando sus también cuantas veces era necesario,
dolencias no le quitaban del todo el las personas que por afinidades simpa-
libre uso de piernas y de brazos. tizaban o estaban ligadas particular-
En los casos rarísimos, en que la vida mente con el doliente por los lazos de
del enfermo peligraba, se le trans- la amistad, o por los más íntimos y
portaba a la Casa de la salud, donde dulces del amor.
expertos compañeros lo atendían.
Como en las comunas anarquistas el Cada barrio poseía su establecimiento
arte de curar no servía para prolongar de baños y natación al que acudían
indefinidamente el estado anormal del diariamente los comunistas de ambos
paciente, con la criminal e indigna sexos. Componíase éste de una gran
intención de lucrar con sus dolores piscina, al aire libre, de aguas crista-
–como antes sucedía con demasiada linas siempre renovadas. Ésta piscina
frecuencia, cuando el enfermo era tenía más de cincuenta metros de largo
hombre de fortuna, o para ensayar por treinta de ancho. Estaba dividida
con el desgraciado y pasivo organismo en dos partes: una honda para los
del proletario indigente, indecente- nadadores, dotada de cuantos acceso-
mente convertido en campo de experi- rios necesita el bañista para lucir su
mentos para lograr nuevas fórmulas de agilidad en los ejercicios de la nata-
curación infalible, de esas que curan ción: puentes, trapecios, argollas, etc.,
durante el solo período en que están suspendidos sobre el agua; y la otra
de moda y que explotan sin la menor de poca profundidad para los niños y
322
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
aquellos que aun no sabían nadar. Una debidamente, se aceptaba; los papeles
doble hilera de corpulentos y altos se repartían según la aptitud y el talento
eucaliptus plantados alrededor de la de cada cual, y los competentes en la
piscina, hacían de aquel sitio, uno de materia, encargábanse de la hechura de
los más frescos y agradables del lugar. los trajes de los personajes, así como de
la preparación de los adornos y demás
En el lado opuesto al observatorio astro- accesorios señalados en la pieza.
nómico, al norte de la ciudad, estaba Estos actores improvisados reuníanse
situado el gran Coliseo anarquista. cuando las labores lo permitían para
Este Coliseo tenía la forma de las anti- proceder a los ensayos necesarios,
guas arenas romanas a cielo abierto; y bajo la dirección del autor de la obra
se daban en su recinto toda clase de a representar.
torneos, fiestas y juegos olímpicos; A veces se formaban así varios grupos
pero más especialmente, grandes espec- o asociaciones de actores, con otras
táculos artísticos, glorificando la Vida, tantas obras o producciones teatrales
la Naturaleza, el Sol, la Anarquía, la diferentes, las que permitían variar agra-
Libertad, el Amor, la Solidaridad, etc., dablemente estas festividades artísticas,
y cuyo imponente desenvolvimiento que constituían hermosas y sanas diver-
escénico requería un marco apropiado siones populares en las que una multitud
a su grandiosa interpretación. de personas de todas las edades y sexos,
Durante los meses de las grandes tomaban parte activa y entusiasta como
labores agrícolas del año, no se cele- figurantes de segundo orden.
braban fiestas en dicho Coliseo, pero
se formaban asociaciones o grupos de
jóvenes autores y actores de ambos 4. El consejo, órgano de “gobierno”
sexos, los que se reunían en las horas de
tregua para dar forma y vida a la nueva La Sala del Consejo, ubicada al lado
creación teatral o para concertarse sobre del teatro comunista, no era ninguna
la próxima fiesta a realizar o sobre el institución burocrática elaboradora
espectáculo atrayente proyectado. de decretos imperativos y compuesta
Como estos espectáculos necesitaban de un personal especial más o menos
grandes y muy diversos preparativos, parásito a estilo de las administra-
tanto para armonizar el conjunto de ciones públicas burguesas. Su fin era
la interpretación como para la confec- muy diferente y mucho más útil que el
ción de la indumentaria necesaria, y de aquéllas. Ella era el alma y cerebro
los ensayos de rigor, había que organi- de la comuna. En ella reuníanse,
zarlo todo, con prudente anticipación todas las noches, las fuerzas vivas de
para estar listo cuando llegaba la tan la ciudad anarquista para deliberar en
impacientemente deseada temporada común y tomar todas aquellas resolu-
de los grandes festivales anuales. ciones destinadas a dar cohesión a las
El autor traía primeramente su obra actividades generales.
al juicio de los compañeros y compa- La Sala del Consejo componíase de un
ñeras, actores y comediantes, a quienes gran local que medía cincuenta metros
la leía y explicaba. Si tenía acogida de largo por treinta de ancho. En el
favorable de parte de un número sufi- fondo había una tribuna, desde la cual
ciente de ellos, para ser interpretada se hablaba a los presentes. La parte que
323
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
324
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
325
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
326
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
327
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
328
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
329
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
330
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
331
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
332
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
NOTAS
1. Quiroule utiliza la denominación genérica de “comunista” para referirse a los habitantes de las comunas
anarquistas y a todo lo relativo a este sistema. Por lo tanto tiene en su libro una significación que difiere total-
mente de la actual, que, por otra parte, es posterior a esta obra de Quiroule. - F. W.
333
334
335
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
336
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
que le decían “La Chancha”, que era de cambiar el color, había algunos que
un hombre muy distinguido por su opinaban en contra, porque alegaban
colosal gordura. que ya que el color rojo nos había
Algunos compañeros querían expul- llevado al triunfo, bien podíamos conser-
sarlo a la fuerza. varlo. Pero había un motivo poderoso,
“–¡Abajo las armas!” mandó el jefe, además de los que te dije antes, y es que
y él en persona le puso la mano en la bandera roja se prestaba a confusión
el hombro al rebelde, y en términos con la inglesa, que es la única nación que
corteses, le rogó no hacer resistencia. aún no forma parte del todo de la Gran
Éste se puso furioso y empezó a gritar: Sociedad Universal. Habría medios para
“–Yo soy el presidente de los diputados obligarlos; pero está tan opuesto a nues-
y tengo catorce casas y tres estancias y tros principios que no hay ni que pensar
no soy un cualquiera que se echa así en ello. Además, es solamente cuestión
no más de su querencia.” de tiempo y ellos solos vendrán a soli-
Algunos compañeros empezaban a citar su incorporación.
amostazarse, y Palacios, para evitar –¿Pero solamente Inglaterra falta, y
alguna escena de sangre, acabó por todas las demás naciones están con
tomar al hombre por un brazo y lo tiró nosotros?
hacia la puerta. Lo llevó hasta la esca- –Sí, padre; todas o casi todas. Porque
lera, y allí se volvió a retobar el hombre, aún hay algunos pequeños pueblos
tratando de bribón y de muerto de –como el Tibet, por ejemplo– [en]
hambre a nuestro jefe. Éste perdió la que el gran Lama tiene tal poder,
paciencia; empezaron a forcejear, y que sus pobres súbditos prefieren la
abrazados los dos rodaron por las esca- muerte antes de desobedecer a este
leras abajo. Un grito partió de nuestros astuto vividor que los tiene completa-
labios, y corrimos apresuradamente a mente atemorizados con promesas de
auxiliarlos. Pero el pobre Palacios yacía castigos celestes.
en tierra muerto. “La Chancha” lo –Y la paloma, seguramente, ¿también
había aplastado con su peso. la habrán puesto como símbolo?
Era digno de mejor suerte, porque –Sí, padre mío; como símbolo de
era un buen compañero; aunque a paz y además para reemplazar a todas
veces podía haber tenido un poco las águilas de una y de dos cabezas,
más de calma. cóndores, leones y osos, que figuraban
–Vámonos ahora a casa, padre mío, antes en los escudos de las naciones.
que ya nos esperan. –¡Ah! ¡Qué hermoso, qué hermoso es
–Con mucho gusto, mi querido; pero, todo esto!
dime todavía una cosa. ¿Por qué no –Padre mío, hemos llegado.
es la bandera roja la que ahora flamea Se paró el automóvil delante de una
sobre los edificios públicos? casita con jardín al frente.
–Por varias razones. Primero, la bandera Entramos, y mi hijo me presentó a
roja es un símbolo de guerra y sangre su familia.
y tenía razón de ser cuando aún luchá- Todos me conocían a mí, porque
bamos; pero después del triunfo, que habían ido a menudo a verme en la
empezó a reinar el perdón y la paz casa de salud; pero yo no conocía a
universal, era mucho más propio un ninguno de ellos.
estandarte blanco. Cuando se trataba ¡Qué espléndido cuadro!
337
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
338
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
El primero empleará el idioma del país –¿Recién lo ves, padre mío? Hacía ya
en honor tuyo y disertará sobre las tiempo que esperaba esta pregunta.
primeras evoluciones de nuestras insti- Porque deben ser de la misma edad,
tuciones. Los otros dos hablarán en más o menos. Hoy no se usan diferen-
esperanto: uno sobre electricidad y sus cias en los trajes y vestidos sino dentro
aplicaciones, y el otro sobre astronomía. de categorías que cambian según la
–Pero, ¿por qué nos salen ahora por edad. Hasta los seis años, los niños
todas partes con este idioma espe- visten más o menos la misma ropa de
ranto? le dije yo. antes. A los seis empiezan a ir al colegio,
–Tú debes saber, padre mío, que es y entonces, hasta los quince años, usan
necesario un idioma para entenderse los varones pantalones hasta la rodilla y
entre tantas razas distintas de que se blusa corta, y las niñas un vestido liso.
compone la Gran Sociedad Universal, Y para evitar el rigor de las estaciones
y para no dar preferencia a un idioma los géneros se fabrican de tres clases:
determinado, ya en uso en uno de los liviano, media estación y grueso, y
países adherentes, el Gran Consejo para dar satisfacción a los diferentes
Central de Berna ha resuelto deci- gustos, se fabrican estas tres clases de
dirse por el esperanto. Además este géneros en todos los colores imagi-
es un idioma sumamente fácil y toda nables. Así cada cual se viste aparen-
la juventud lo habla correctamente, temente como se le da la gana; pero
porque su enseñanza es obligatoria en siempre de acuerdo con nuestros prin-
todas las escuelas del universo. Hasta cipios: “Que nadie debe tener lo que
los ingleses, que son tan refractarios no pueden tener también los demás”.
a todo lo que no es netamente anglo- Todos los niños, mientras están en las
sajón, tuvieron que aprenderlo. Porque clases visten de blanco, ya sea invierno
en nuestras relaciones con ellos, damos o verano, naturalmente del paño apro-
por no recibido todo escrito que no piado a la estación. Así se acostumbran
esté redactado en esperanto. desde chicos a mantenerse limpios y
–No puedo negar que tus argumentos ser aseados. De los quince años arriba
son muy convincentes. Pero, dime un usan el color que más les gusta. Menos
poco, hijo mío, ¿de dónde sacaste tú los varones que van a los talleres, que
esta manera de expresarte? Parece que durante las cuatro horas de trabajo
tú entiendes de todo, y hasta estás usan trajes color verde aceituna. Así, en
al tanto de cosas que antes se consi- todos los países adherentes a la Gran
deraban únicamente abordables por Sociedad Universal se ha establecido la
grandes sabios. manera de vestir siguiente: Hasta salir
–Hoy todo el mundo es sabio, en rela- de la escuela, conforme ya te he expli-
ción de hace cuarenta años, y yo no cado: después los varones usan todos el
soy ninguna excepción; apenas soy un mismo pantalón; pero de 15 a 18 años,
término medio. usan un saquito ajustado que llega
–Me alegro que así sea, porque daba hasta la cintura; de 18 hasta 50 un saco
pena el ver la ignorancia de la juventud común como el mío, y de 50 arriba la
obrera de mis tiempos. Pero otra cosa levita. La vestimenta está íntimamente
que no comprendo: ¿por qué estas ajustada a la comodidad e higiene de
jóvenes que vienen agrupadas allí están las personas, y además de acuerdo con
todas vestidas iguales? las categorías establecidas. Hasta los
339
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
quince años, el niño pertenece entera- –Me parece que olvidas la profesión
mente a su familia. de abogado.
–Pero, dime, Juan mío. ¿Y aquellas –Hoy no existe esa clase de tiburones,
teorías de mis tiempos, que tenían me respondió él.
tantos partidarios entre los compañeros, No pude menos de reírme, porque soy
que se debía suprimir completamente de la misma opinión. Porque ya en
la familia y establecer el amor libre? mis tiempos esta gente no servía más
–Ideas poco meditadas de algunos que para desvalijar durante los pleitos
exaltados –me respondió mi hijo. Sacar a vencedores y vencidos.
la vida de familia, sería suprimir de –El que se dedica a estudios supe-
golpe la base de toda sociedad durable. riores tiene que asistir igualmente a
Esta idea tiene todos los argumentos su trabajo diario, hasta que demuestre
en su contra, y en su favor sólo uno. que verdaderamente tiene aptitudes y
Que sería: que no es justo que uno afición para uno de ellos. Entonces se
tenga mujer bonita y otro fea. Pero no dedica por completo, y cuando los ha
piensan que la linda cara es lo menos terminado se le agrega a un estableci-
durable en el matrimonio; en cambio, miento como médico, ingeniero u otro
la dulzura y un genio alegre son para ramo, sin que por esto se le considere
siempre. Pero sigamos nuestra conver- ni más ni menos que otros compa-
sación anterior. ñeros. Porque si uno nace más inteli-
Bueno; después de los quince años, gente que otro, no sería justo creerse
el niño pertenece a la Sociedad, la con más méritos por esto. Hace tantos
cual está obligada a enseñarle a ser un sacrificios un individuo algo obtuso
miembro útil de ella. Durante tres años para ponerse al nivel de los demás,
es compañero aprendiz, al cabo de los como uno muy inteligente, con sobre-
cuales se le destina, según sus aptitudes ponerse a estos mismos. El compañero
y de acuerdo con sus inclinaciones, a que presta servicios verdaderamente
uno de los talleres o a otras labores. En sobresalientes es muy querido y respe-
estos tres años asisten cuatro horas por tado, y éste sirve de estímulo a los
día a su trabajo. El otro tiempo que le demás. Además, si alguno tiene una
sobra lo emplea completamente a su buena idea para inventar o perfec-
gusto. Nadie le obliga a seguir estu- cionar algo, se le ponen a su disposi-
diando; pero se le dan amplias facili- ción todos los elementos necesarios.
dades para perfeccionarse en toda clase –Pero, dime, mi Juan, ¿quién hace
de conocimientos. Una vez siendo de sirviente?
compañero, es considerado mayor de –¿De sirviente? ¿Cómo puedes tú,
edad, y goza de todos los beneficios padre mío, un socialista convencido,
de la Gran Sociedad. Puede contraer hacerte esta pregunta? ¿Crees tú que
matrimonio. Puede seguir los estu- hay hoy un sólo hombre sobre la tierra
dios superiores. Puede pasearse por el que renegaría de su dignidad personal
mundo un mes cada año. hasta tal punto de ser lacayo de otro
–¿Qué entiendes tú por estudios hombre? ¿Crees tú que alguno que
superiores? esté en su sano juicio llevaría la cola
–Los estudios superiores son varios; del vestido de una mujer, fuese quien
como ser: médicos, ingenieros, arqui- fuese, como antes hacían en algunos
tectos, químicos y astrónomos. países los cadetes militares cuando les
340
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
341
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
342
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
“Al principio hubo que trabajar diez “Se había producido el inmenso acon-
y más horas cada individuo, para que tecimiento social de que se efectuaba el
no nos muriéramos de hambre al año enlace de la hija de un almacenero enri-
siguiente, porque durante unos meses quecido con el hijo de un diputado.
todo había quedado abandonado. “Invito a todos los presentes a ponerse
“Hubo que acallar a los descontentos, de pie, en honor del mártir presente.”
demostrándoles que dentro de poco Todos, sin excepción, se levantaron,
tiempo las cosas mejorarían, porque por y muchos se adelantaron hacia mí a
el momento la mitad de las actividades besarme las manos.
se perdían en estériles idas y vueltas. Quedé tan emocionado que apenas
“Hubo que consolar a los que más pude decirles:
sacrificios habían hecho y que, por el –¡Dejadme! Es demasiado honor,
momento, no se podían recompensar. hijos míos.
“Hubo que vigilar a estos lobos con
piel de cordero que, antes, con el
nombre de sacerdotes, explotaban y 3. La organización productiva
esquilmaban al pueblo, y después, con
una mentida mansedumbre hacían Muy temprano estuve yo de pie; pero
aparentar que aceptaban gustosamente mi hijo ya me esperaba.
nuestras instituciones, y por dentro –Espero tus órdenes, padre mío. Dime
hervían de rabia, acordándose de sus a dónde iremos hoy, y si apronto el
templos parroquiales, que eran tantas automóvil.
minas de oro y de placeres para ellos. –Mira, hijo mío: por decirlo franca-
“¡Oh, juventud moderna! No olvidéis mente, prefiero ir a pie; pero, natu-
nuestros sacrificios y esfuerzos, y haced ralmente en tu compañía. Así nos
lo posible para sobrepujar en prendas encaminamos hasta Barracas. Todo
morales a vuestros padres, que esto completamente desconocido. Multitud
será nuestra más grande recompensa. de casitas, siempre con su jardín; bien
Antes de concluir quiero presentaros al frente, bien al fondo.
un compañero, muy digno de todos –¿Cómo se las han arreglado para
los respetos y consideraciones. Vedlo; repartir las viviendas conformando
dijo, señalándome a mí. a todos?
“Un compañero que sufrió durante –¡Oh, sumamente fácil! Una vez
cuarenta años por nuestra causa. normalizada la situación la gran
¿Y sabéis por qué fue atropellado mayoría de la gente quiso ir al campo,
y herido? donde se levantaron casas a la minuta.
“Tuvo la audacia de proclamar la Los habitantes de Buenos Aires estaban
libertad de reunión durante la mani- hambrientos de sol y de aire puro.
festación del 1° de Mayo de 1910, Bien es cierto que también se han produ-
porque la policía había prohibido cido casos verdaderamente extraordi-
la reunión alegando que estorbaba narios de gente que no querían salir
el tráfico, y esta misma policía, la de los conventillos, alegando que una
noche anterior tuvo parada la circu- casa sólo les iba a parecer una tumba
lación del trafico durante más de una por su silencio. Extraña facultad del
hora frente a una iglesia, y ¿sabéis género humano, saberse amoldar a tal
vosotros por qué? punto a la miseria, que le causa dolor
343
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
344
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
345
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
346
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
¿Cómo se las arreglan para compensar elección cualquier parte de la tierra que
la sobreproducción de un artículo, ellos quisieran, y entonces nos respon-
como, por ejemplo, los cereales en dieron que sus deseos eran vivir todos
nuestro país? reunidos en Irlanda. Naturalmente,
–Como el Gran Consejo Central de nos pareció una pretensión exagerada.
Berna dispone de todos, de allá vienen Sin embargo, por fórmula, se hizo la
las órdenes cuando en alguna parte falta pregunta al pueblo irlandés, y cuál no
algo, y sin más fórmulas se envía lo nece- sería la agradable sorpresa del Gran
sario. Además, en cada país se trata de Consejo al recibir la siguiente nota:
fabricar los artículos cuya materia prima “Al Gran Consejo Universal:
se encuentra allí mismo, para evitar “El pueblo irlandés tiene en honor
doble trabajo y doble transporte. Única- poder ofrecer su tierra a los intereses de
mente con Inglaterra se hace una excep- la Gran Sociedad, y pide únicamente un
ción. Con ellos tenemos una especie año de tiempo para desalojar su país y
de tratado de intercambio comercial. hallar otro lugar que goce, más o menos
Nosotros les enviamos trigo y carne, y del mismo clima, para habitarlo.
ellos nos entregan hierro y acero. Y no “No se nos agradezca nuestra acción,
es que necesitamos esto, porque bien porque, además de ser un deber agra-
podríamos también nosotros trabajar en decer la ayuda que hemos recibido en
las minas para extraer los minerales, sino sus tiempos del Gran Consejo, con
para evitar que los ingleses se mueran gusto nos alejamos de nuestros peli-
de hambre porque la Isla de la Gran grosos vecinos.”
Bretaña no produce lo suficiente para El Gran Consejo les propuso entonces
alimentar todo ese enjambre de aristó- la Patagonia Argentina, y ellos acep-
cratas, príncipes y reyes refugiados allí taron en seguida. Así, ahora tenemos
después de nuestro triunfo. toda Irlanda, o a lo menos sus habi-
–¿Pero ellos tienen a la Irlanda, tantes, aquí, en el Sur, alrededor del
que creo que es un país muy Chubut. Una vez desalojada aquella
productivo? –dije yo. isla se enviaron allá todos los anar-
–Irlanda no es más inglesa, padre mío. quistas del Universo y ahora mante-
Uno de los primeros pueblos que se nemos relaciones muy cordiales con
han proclamado libres del yugo fueron ellos. Únicamente que éstos no aceptan
ellos. Posteriormente, este pueblo tan absolutamente nada de nosotros,
digno, hizo un gran acto colectivo de porque dicen que hemos transformado
abnegación. Al poco tiempo de haberse al mundo en una gran cárcel modelo.
establecido el sistema actual, empe- –Y los ingleses, ¿qué dicen a todo esto?
zaban a perturbarnos los anarquistas. –Se conformaron, y no está lejos el día
No sabíamos qué hacer con ellos. No que “malgré-tous” tendrán que soli-
había manera alguna de entenderse. citar el ser admitidos en nuestro seno.
Criminales no eran y, por lo tanto, no Todo el elemento pensador y todos
podíamos tratarlos como tales. Pero los trabajadores han emigrado de allí
nuestro sistema no les gustaba, porque y se encuentran entre nosotros; así
ellos querían descansar y no trabajar, y solamente quedan allá los aristócratas
además decían que una libertad conquis- empedernidos de todo el Universo.
tada sin sangre no merecía este nombre. Gentes que han proclamado que se
Entonces les propusimos dejarles a su harían saltar al aire, junto con toda
347
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
la isla, antes de ser compañeros de su hijo, que están aún en la cuna, que va
los “sans-culotte”. Gente que sostiene a salir un gran médico o un buen zapa-
que todos nosotros somos unos desal- tero. Sin embargó, hoy nacía un prín-
mados ladrones, por haberles robado cipe y ya le aplaudía el pueblo ignorante
sus tierras y sus palacios. Bienes que por el gran esfuerzo heroico que había
sus padres habían conquistado a hecho con nacer. Ya todo el mundo
fuerza de sacrificios heroicos (uña). Lo sabía que este chico iba a ser un rey
gracioso es que este enjambre de prín- magnánimo, ilustre, sabio, bondadoso,
cipes y gentes de sangre azul no podían valiente, guerrero y tutti cuanti. Esto
soportar el gobierno monárquico. me hace acordar un hecho que oí en mi
Hicieron una revolución e implan- juventud. En Escocia perseguían una
taron la república; pero copiando vez a un rey, y éste, para evadirse con
casi por completo nuestro sistema; más facilidad, se disfrazó de leñero y
es decir, en vez de haber un presi- se mezcló con otros del mismo oficio.
dente y ministros, el poder ejecutivo Después de ponerse en seguridad les
está representado por un consejo de avisaron a éstos que el que había estado
ancianos. Al discutir la nueva forma de entre ellos había sido el rey.
gobierno hubo algunas observaciones –¡No puede ser! –exclamaban éstos.
dignas de ser reproducidas, sobre todo –¡Si tenía la cara como nosotros!
tratándose de gentes que todos habían Pobres pueblos engañados y vendidos
sido soberanos y habían gobernado en que habéis soportado leyes como la que
mayor o menor escala. Uno dijo que castigaba los delitos de lesa majestad
un joven no tenía bastante experiencia con fuertes penas. Mirad en una noche
ni calma para pertenecer al consejo. Y serena por espacio de cinco minutos al
este mismo individuo había sido rey a firmamento, y sabréis lo que quiere
los dieciocho años. Otro dijo que era decir majestad, y os convenceréis más
peligroso acumular demasiado poder que nunca que este título no corres-
en una sola persona, olvidando que él ponde a ningún miserable gusano en
en persona había clamado que no podía esta tierra.
hacer grandes obras porque una estú- En esto llegamos a la Boca del Riachuelo.
pida constitución se lo impedía. Otro ¡Qué cambio! Todas las casillas de
dijo que se debían examinar primero madera de mis tiempos las llevó el
los nuevos miembros del consejo, sin empuje de las nuevas instituciones.
pensar que él en su vida jamás había Lindas casitas de material, todas con
pasado por ningún examen y, sin su jardín, daban un aspecto magnífico
embargo, fue, según su opinión, un a este barrio tan abandonado antes.
rey sabio y aplaudido. Porque en mis tiempos, todo el celo de
No pude menos de afirmar todo lo las autoridades municipales se reser-
dicho por mi hijo. Es verdaderamente vaba para los grandes paseos aristocrá-
sorprendente cómo el mundo se ha ticos, y si algo se ocupaban de la Boca
dejado llevar tantos siglos por las narices y Barracas era por miedo de convertir
por todos estos aventureros que se estos barrios de obreros en focos de
llaman testas coronadas. Todo empleo, enfermedades infecciosas, que muy
todo trabajo, toda profesión, por ínfima bien algún día podían extenderse hasta
que sea, tiene que ser aprendida, y se los barrios de la gente bien.
trataría de loco al padre que dijese que Llegamos donde estaban los buques.
348
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
El puerto estaba relativamente vacío. no quiso saber más de él. Esta gente,
Pero cerca de un gran transatlántico antes de reconocer que son de carne
con bandera inglesa se veía algún y hueso como nosotros, se dejarían
movimiento. cortar en pedazos.
Nos acercamos a un empleado, y éste, La carga del vapor se efectuaba de
al reconocer en mí a un miembro del una manera original. No se veía gente
Gran Consejo, categoría que yo mismo ninguna, y todo caminaba automáti-
ignoraba aún, se puso en seguida a mis camente. Le pregunté al empleado que
órdenes para lo que quisiese mandar. nos hacía de cicerone, y éste nos dijo
Le hice algunas preguntas respecto al que el vapor había llegado esa mañana
buque, su tripulación, lo que traía y lo cargado y que hoy quedaría listo para
que llevaba. emprender nuevamente el viaje.
–Compañero anciano, no quiero –¿Y el carbón para las calderas? –dije yo.
quejarme; pero el peor servicio que Mi hijo, notando el asombro en la
puede existir es tener que lidiar con cara del empleado, le dijo que yo era
esta gente. Toda la tripulación del el anciano que había estado demente
barco inglés son aristócratas y nos durante cuarenta años, a lo que aquél
miran a nosotros como la peste. me contestó:
Vienen aquí a traer hierro y llevan –Nadie pierde su tiempo actual-
carne. Pero todo lo hacen con un mente en sacar carbón de debajo de
gesto de perdona vidas, que parece la tierra. Los buques son propulsados
que son ellos los que nos mantienen por motores eléctricos, y las acumula-
a nosotros, en vez de ser todo lo dores se cargan en un par de horas. Y
contrario. Sin embargo, no todos son son suficientes para un viaje de ida y
así y hay un rubio entre ellos muy vuelta; pero por precaución se vuelven
modesto. He oído decir que aquel a cargar aquí. Mas este buque no es
rubio que ahora está recostado contra de los más veloces y creo que sólo
la obra muerta del buque es el lujo de camina cuarenta y cinco millas por
un gran soberano que en sus tiempos hora. Por allí pueden ver los vapores
era muy belicoso y tenía en un latente de la Gran Sociedad Universal, entre
sobresalto a media humanidad. los que hay algunos de ellos cuyo
Dirigí la mirada donde me indicaba andar normal es de ochenta millas
el empleado, y vi allí un hombre que por hora, y otros cuyo andar sólo
tenía de todo menos de matasiete, y no es superado por los aeroplanos, que
pude menos de sentir compasión por emplean, desde París hasta aquí, sólo
un hombre que se había criado entre el dieciocho horas.
lujo y que ahora tenía que ganar su pan, –Pero debe ser terrible el esfuerzo
haciendo la triste vida de marino. necesario para desarrollar estas veloci-
Así se lo manifesté a mi hijo. dades, más teniendo en cuenta que la
–No los compadezcas, padre mío. Este resistencia del agua aumenta en rela-
mismo hombre tiene un hermano que ción del cuadrado con la velocidad.
está entre nosotros; es decir, en Suiza, –No tanto como tú crees compañero
y demostró ser un hábil electricista; anciano, porque ahora los buques no
pero desde el día que abandonó su cortan el agua, sino ruedan sobre ella.
estado social y abrazó nuestro credo, Mi hijo me contemplaba sonriendo, y
toda su familia lo declaró renegado y nos encaminamos hacia nuestro barrio.
349
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
350
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
“Les decían al pueblo que en esta este siglo, cuando de golpe despertó
tierra era necesario trabajar y sufrir el pueblo de su letargo y sacudió el
para ser recompensado con exceso en yugo que lo oprimía.
la otra vida. “¡Qué sorpresa para muchos!
“Bien es verdad que si los pueblos “Cuando antes del movimiento liber-
hubieran sido un poco más perspi- tador el obrero pedía ocho horas de
caces, bien hubieran podido ver que trabajo, los barrigones de burgueses
los que tales cosas decían empezaban decían: “¡qué barbaridad!”
por no cumplirlas ellos mismos; pero “Y después resultó que se trabajan sola-
los pueblos eran ciegos. mente cuatro horas, y no solamente es
“Andando los tiempos, otros jefes se suficiente, sino que sobran todavía,
transformaron en reyes y se rodearon y dentro de algún tiempo se podrá
de soldados; pero siempre de acuerdo reducir la jornada, porque tenemos
con los jefes religiosos. víveres acumulados para varios años,
“Éstos les aseguraban la sumisión del y las grandes plantaciones de árboles
pueblo, y en cambio, disfrutaban de estarán terminadas.
altos honores y conseguían su objeto “Ahora les diré, mis queridos, cómo
principal, que era: No trabajar. es posible que hoy se produzca más en
“Además, supieron investirse de auto- cuatro horas que antes en ocho.
ridad casi igual como los reyes, y “Primero: ahora trabaja todo el mundo,
algunas veces más aún. y antes lo hacía sólo una parte.
“Sí, mis niños queridos, aún no hace “Segundo: no se fabrican artículos de
mucho tiempo, apenas cuarenta años, lujo ni inútiles.
que las autoridades municipales de “Tercero: no se fabrican armas.
nuestra ciudad no podían hacer tal o “Esta fabricación, comprendidos los
cual cosa, para no tener conflictos con buques de guerra, explosivos y demás
la Autoridad Eclesiástica. armas grandes y chicas, absorbían antes
“Hoy en día, gracias a los esfuerzos el trabajo de unos cuarenta millones
de la Gran Sociedad Universal, se ha de hombres.
extirpado este cáncer social; pero es “Cuarto: hoy no tenemos esa inmensa
necesario que vosotros, que sois el cantidad de soldados que perdían su
pueblo de mañana, conozcáis a vues- tiempo lastimosamente en ejercicios,
tros enemigos. o por encargo superior se mataban
“Habíamos llegado que en los antiguos entre ellos, haciendo cada carnicería
tiempos, los jefes civiles y los religiosos que subleva el espíritu.
y los demás vividores, no trabajaban. “Quinto: los grandes adelantos en la
“No solamente no trabajaban, sino mecánica.
hubo algunos que, para construir un “Todo o casi todo, se hace con las
monumento inútil, y sólo para satis- máquinas y la misión del hombre no
facer su orgullo inmenso hicieron es más que dirigirlas.
trabajar alrededor de cien mil personas “Sexto: el aprovechamiento del
durante diez o doce años, como calor solar.
sucedió en el Egipto, con la construc “Porque antes mucha gente era
ción de las pirámides. empleada en cortar leña y sacar carbón
“Este sistema siguió, con pocas de las minas.
variaciones, hasta el principio de “Hoy tenemos las grandes usinas
351
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
352
354
355
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
oratoria y exhibe en ella, junto a sus senta el espíritu europeo; esto le hace
maneras de una solemnidad clásica, un creerse por encima de todos y despre-
vocabulario jacobino y campanudo. ciar las cosas criollas y las costumbres
Cuida las formas sociales y habla con gauchas. Detesta a España. Carece
pulcritud e importancia. Se afana en de verdadero patriotismo porque no
el vestir y usa diariamente las prendas siente el alma nacional. La patria es
menos comunes. Sarmiento refiere que para él una entidad abstracta, sin rela-
la administración de Rivadavia iba a las ción visible con el suelo que habitamos.
oficinas de corbata blanca. El unitario Y así, cuando llega a concretarla, la
es librecambista y liberal; tiene la concreta en Buenos Aires solamente.
manía civilizadora y, desconocedor del Sin embargo, se cree patriota y en
ambiente y careciendo del sentido de todas las ocasiones solemnes ostenta
la realidad, implantaría de golpe las su patriotismo: un patriotismo verbal
mejores instituciones de pueblos más y oratorio, de fiesta cívica, de bandera
evolucionados. Vive retóricamente y y de mitología histórico-guerrera. El
no abandona jamás sus bellos gestos. Es unitarismo existe aún en Buenos Aires
Manuel Gálvez ingenuo, orgulloso y vanidoso. Repre- y casi todos sus adeptos pertenecen a
la sociedad más elevada, a familias de
abolengo. Al unitario se lo encuentra
en los partidos de oposición, algunos de
los cuales, como el Radical y el extin-
guido Partido Republicano, son mera
continuación del Partido Unitario.
El federal representa el tipo opuesto.
El federal genuino casi nunca es doctor:
es estanciero, general, “comandante
de campaña”. No tiene ideas sobre la
patria pero la siente intensamente, crio-
llamente, sin alardes de patrioterismo.
Forma con el país un solo todo pues
es un producto genuino de la tierra:
como el ombú, como el caballo criollo,
como la vidalita. El federal típico casi
nunca es orador ni retórico. Tiene toda
la viveza del gaucho. Carece de ilus-
tración y de preocupaciones formales.
Es sencillo, democrático, “a la que
te criaste”; sonríe socarronamente
ante los teatrales amaneramientos del
unitario. No habla con la pulcritud
de éste ni se atribuye importancia. Es
conservador y proteccionista. General-
mente provinciano, conoce bien el país
y, por su perspicacia y su sentido de la
realidad, resulta un excelente hombre
de gobierno. En la actualidad se
356
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
357
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
358
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
359
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
360
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
NOTAS
1. La frase “culto del coraje”, de García, no comprende sino una faz, mejor dicho, una parte, la menos impor-
tante tal vez, del fenómeno en cuestión. Las palabras “espíritu faccioso” me parecen más acertadas pero tampoco
abarcan toda la complejidad del mal. (Nota del autor).
2. Esta palabra, la primera definición de la doctrina y la fecunda propaganda de los ideales que ésta sustenta,
ha sido obra del escritor don Ricardo Rojas. Si bien en algunas páginas de este libro la palabra nacionalismo
aparece empleada, por la fecha, antes que Rojas, ello es debido a que, al corregir las pruebas puse dicha palabra
en lugar de alguna otra equivalente. No tengo la intención de quitar a Rojas la gloria, pues mucha gloria hay
en ello, de haber sido quien, interpretando una idea que vagaba en el ambiente, la proclama con todo el fervor
de su entusiasmo y con todo el vigor de su talento. (Nota del autor).
361
362
Eurindia(*)
Por Ricardo Rojas
363
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
364
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
365
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
366
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
367
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos
368
LA BIBLIOTECA
Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario
con la argentinidad, con el indianismo las formas estéticas. Las naciones del
y con la conciencia de lo continental. Nuevo Mundo se yuxtaponen por su
En esa fusión reside el secreto de territorio, su gentilicio, su economía
Eurindia. No rechaza lo europeo; lo política, sus intereses económicos,
asimila; no reverencia lo americano; lo cosas a veces excluyentes entre sí; pero
supera. Persigue un alto propósito de hay una zona espiritual en que descu-
autonomía y civilización. Persiguién- bren sus afinidades, y tal es la zona del
dolo, ha descendido por el análisis a arte. Gracias a ello he podido hallar las
lo profundo de nuestro ser nacional; leyes que rigen estos fenómenos de la
pero lo argentino sólo es una parte de cultura americana, mostrando en toda
lo americano: de ahí que este naciona- su latitud continental y estética, la
lismo no es localista dentro del conti- doctrina de Eurindia; tena que trataré
nente. Así también, el razonamiento en los próximos capítulos.
ha tomado por punto de partida la
documentación literaria, en cuanto
es índice general de la cultura; pero (*) Fragmentos del libro Eurindia,
como la poesía sólo es una parte de la tomados de la edición de Librería La
belleza, mi doctrina se extiende a todas Facultad, 1924.
369
Nacida de las conmociones
revolucionarias, y heredera
Papeles sueltos del fundacional espíritu beli-
gerante que la animó desde
sus albores, la Biblioteca
Nacional participó y fue
objeto de las más diversas
querellas: el impulsor de su
creación, el combate por la historia y sus legados y las convulsiones
que se urdieron en el drama político del país. En todas estas discu-
siones, de vibrantes episodios y encendidos movimientos retóricos,
unas veces injuriosos, otras mordaces, pero también normativistas,
se vio envuelta esta institución, contradiciendo el destino habi-
tual que se le adjudica: ser un sosegado y ecuánime espacio de la
cultura. En sus doscientos años de existencia no pudo desprenderse
de las marcas de su origen. Su zigzagueante tránsito fue asediado
por las divergencias incitadas por el pasional vértigo argentino.
En sus páginas más resonantes, pero también en sus documentos
sigilosos, sus correspondencias y actos administrativos, pueden rastrearse
los ecos de una historia que persiste en desmentir cualquier intento
conclusivo. Revisando en sus anaqueles hallamos actos expropiatorios,
huellas de nombres relevantes, insurrecciones acalladas y el murmullo
de una memoria esquiva que solicita una comprensión tan benevo-
lente como compleja. No es sencillo descifrar sus enigmas. La imagi-
naron los revolucionarios de Mayo, la disputaron clérigos y laicos, la
asaltaron las muchedumbres radicales en sus horas agitadas, la rece-
laron los peronistas que décadas más tarde la verían emplazarse sobre
los escombros de la residencia de su líder. En cada rincón se respiran las
inflexiones de un tiempo pretérito, tan controversial como mítico.
Publicamos aquí un conjunto de materiales que obran como
testimonio de este agitado trajín. En primer lugar, presentamos
la reseña de dos libros de reciente publicación que dan cuenta
de la singularidad de la Biblioteca Nacional: las intrigas que la
poblaron, los fondos de sus archivos, los directores que la animaron
y la compleja relación con los sucesivos edificios que la alber-
garon. Eduardo Rinesi reseña el libro Historia de la Biblioteca
Nacional. Estado de una polémica, de Horacio González, mien-
tras que Luis Pestarini comenta Los orígenes de la Biblioteca
Pública de Buenos Aires, de Alejandro Parada. Ambos textos
componen una historia que dialoga y reflexiona sobre las dificul-
tades que atravesó la BN desde sus primeros pasos hasta sus más
recientes dilemas.
También presentamos un texto clave y poco explorado: “Idea liberal
económica sobre el fomento de la biblioteca de esta capital”, de Juan
Luis de Aguirre y Tejeda, publicado en el periódico Grito del Sud
en 1812, y que establece una extraña confluencia entre economía
y bibliotecas, colocando a estas últimas, en clave moreniana, como
un eslabón fundamental del desarrollo de los pueblos.
Groussac inauguró en 1901 el clásico edificio de la calle México.
En el acto inaugural, y en medio de los poderes más encumbrados
de la época, ofreció un discurso tramado por una elegante verba
que se permitía juguetear con el destino edilicio planeado para la
nueva sede, la Lotería Nacional. Hay allí, indudablemente, un
antecedente de las especulaciones borgeanas que desde los mismos
sitios sobrevendrían décadas después.
Finalmente, ofrecemos un conjunto variado de imágenes documen-
tales, indicios y señas de un pasado que aquí invitamos a rememorar.
372
Varias cosas querría decir sobre este escribe Horacio. Y ese sutil desdobla-
libro extraordinario de Horacio miento del yo escribiente y actuante
González. Que es un libro, en efecto, en la historia está sin duda en la base
importantísimo, que a mí me parece de la enorme fuerza e importancia de
que hay que leer como una pieza este libro. Que es una importancia
decisiva en el recorrido biográfico, histórica, teórica y política: Horacio,
bibliográfico, intelectual y político de director de la Biblioteca Nacional,
Horacio. Yo lo pondría, en ese sentido, piensa la historia de la Biblioteca
junto a su magnífico Perón, del que Nacional para inscribir en ella la
de algún modo es el complemento. reflexión sobre su propio desempeño,
Son los dos libros –de los a esta altura sobre lo que él mismo está haciendo
muchos que ha escrito Horacio– en los en la historia de la Biblioteca, sobre lo
que Horacio piensa el conjunto de los que a veces se llama (palabra horrible)
problemas políticos, intelectuales, lite- su “gestión”.
rarios y culturales de la Argentina bajo Que es una gestión cuya materia se
la forma (sub especie, como Horacio, inscribe entonces en el corazón de los
juguetonamente, dice en ambos libros) debates políticos y culturales del país,
o la especie de una reflexión sobre los de los debates sobre su literatura, sus
que acaso sean sus dos mitos mayores: símbolos y su tecnología. Debates que
el mito de Perón y del nombre de Perón, acaso se resumen en uno, que es aquel
en aquel libro notable; y el mito funda- (me parece entender) al que se refiere
mental, fundante, originario (casi el subtítulo del libro, y que es un
idéntico al mito mismo de la Patria debate cuya misma centralidad explica
–de la que es contemporánea–) de la la importancia de pensar la historia de
Biblioteca. Es que siempre pensamos la Biblioteca para pensar su presente
–nos viene diciendo Horacio desde (y viceversa, por supuesto), porque
hace muchos años y muchos libros– en es el debate, nada menos, sobre sus
el interior de los mitos y de su historia, orígenes, sobre su fundación. En este
y por eso no podemos dejar de seguir debate está comprometido el nombre,
pensando, de seguir escribiendo esa siempre sugestivo, siempre miste-
historia, mítica, de la que somos parte. rioso, de Mariano Moreno, y también
Esto es cierto siempre, por supuesto, el de un sacerdote, personaje menos
pero lo es más todavía cuando el conocido y más oscuro, el canónigo
lugar que uno ocupa en esa historia, Chorroarín, quien fue el director de la
como el lugar que ocupa Horacio en Biblioteca (eso se sabe), pero a quien
la historia de la Biblioteca Nacional, ciertas corrientes de la historiografía
no es un lugar cualquiera, sino un nacionalista católica han insistido en
lugar fundamental. Quiero decir: que presentar (y esto durante los largos
Horacio es el director de la Biblioteca años, del 31 al 55 del siglo pasado, en
Nacional escribiendo la historia de la que Hugo Wast dirigió la Biblioteca
Biblioteca Nacional. Esa doble condi- Nacional) como su fundador. ¿Quién
ción de historiador y de protagonista fundó la Biblioteca Nacional: Moreno
de esa historia se expresa en la reite- o Chorroarín? Wast, director de la
ración de una fórmula que utiliza Biblioteca Nacional, quería creer que
Horacio para hablar sobre sí mismo: Chorroarín; Horacio, director de la
“quien esto escribe”. Quien esto escribe, Biblioteca Nacional, afirma que la
373
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
374
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
375
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
que no le gusta a Horacio de estos tres Perón pasa fuera del país. No deja de
autores (de Groussac, de Halperín, de haber en esto una expresión visible
Bioy), y ese algo es su incapacidad para y ruidosa de la gran contraposición
aceptar los matices y las rugosidades del que divida el campo político nacional
gran texto de la historia, su tendencia durante buena parte del siglo pasado.
a mirarla desde fuera y desde arriba, su Al mismo tiempo, no deja de ser inte-
incapacidad para entender el núcleo de resante constatar, como podemos
verdad que encierran las posiciones más hacer leyendo el libro de Horacio, que
distantes a su iluminismo y unidimen- Borges es el director de la Biblioteca
sionalidad, su mordacidad implacable, Nacional durante todo el período de
que resultaría más graciosa y tal vez la presidencia de Héctor J. Cámpora.
más productiva si se atreviera a dirigirse Convivencia insólita, ciertamente
alguna vez sobre sí misma. Pero no se difícil de pensar, pero que expresa sin
trata para Horacio de prescindir de estos duda algo de lo increíble y rico que
autores (al contrario: los usa todo el tuvieron esos años, una manifestación
tiempo, los examina permanentemente de lo que la historia muchas veces nos
y encuentra inspiración en su misma reserva como exceso de posibilidades
maliciosa y tremenda mirada sobre el respecto a las que supondríamos más
mundo), porque lo que estos autores evidentes o menos forzadas. Como
dicen es una parte de esta historia. ocurría sin duda en esos años y como
En cuanto a Borges, la síntesis que ocurre también en los que corren, en
su pensamiento opera entre la severa los de la gestión de Horacio al frente
vocación por las clasificaciones y la de la Biblioteca Nacional.
dramática constatación del fracaso final Esta gestión (de la que no debo decir acá,
de todas ellas es, por supuesto, infini- ni en ningún lado, que es una gestión
tamente más sutil, y ha sido muchas extraordinaria, que pasará a la historia
veces comentado. No es el caso hacerlo como la más deslumbrantemente
aquí de nuevo. De algún modo Borges activa que haya tenido la Biblioteca
escribe la forma más alta y más elabo- Nacional en mucho tiempo, y que ha
rada del mito de la Biblioteca y de toda hecho de la Biblioteca Nacional un
Biblioteca, porque ese mito es la forma resorte fundamental de un proyecto de
que asume la aceptación simultánea de democratización de la cultura, amplia-
los dos polos de la contraposición (del ción de los debates e iluminación del
debate) del que acá estamos hablando. espacio público), esa gestión (de la que
Igual que el mito de Perón (perdón por este libro es un momento reflexivo
la insistencia, pero no quiero dejar de fundamental: no ha habido muchas
subrayar la perfecta complementa- que hayan tenido uno semejante), esta
riedad entre estos dos grandes libros gestión de Horacio, digo entonces, ya
de Horacio que estoy aquí tratando para terminar, es un capítulo más, y
de pensar juntos), igual que el mito de uno especialmente autoconsciente, del
Perón, digo, es la forma que asume la debate del que aquí se habla: del debate
aceptación simultánea de los lados bona- entre la cultura como conservación
partista y jacobino de una retórica que y la cultura como aventura, peligro y
consigue combinarlos a ambos. Borges crítica. Un capítulo de este debate en
es director de la Biblioteca Nacional el que los defensores del ideario archi-
exactamente durante los 18 años que vístico que Horacio condena, no por
376
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
falso, sino por sesgado y por parcial, en una ciencia que desearía tener todo
no visten ya los ropajes conservadores a su disposición, trocando el ideal de la
de los viejos sacerdotes o cataloga- pregunta abisal por la satisfacción siba-
dores pre-ilustrados de comienzos del rítica de los pormenores”. O porme-
siglo XIX, sino los vestidos progresistas nores, pues, o abismo. Horacio plantea
del investigador subsidiado –como lo aquí (en esta frase que acabo de copiar,
llama Horacio– o del científico que en el conjunto de este libro enorme)
reclama casi como un derecho ciuda- la forma más dramática de la contra-
dano la plena disponibilidad, alfabeti- posición que es posible hallar entre los
zada y a la mano, del conjunto de los distintos modos de pensar, no sólo las
libros y los datos que el Estado debe bibliotecas, sino también la actividad
resguardar. Nada de intrínsecamente en nuestras universidades, y la propia
malo hay en ello, desde ya, salvo el vida intelectual.
pobre modelo de verdad, de ciencia
y de investigación que de ahí deriva,
o que a ese modelo de archivo está (*) Palabras compartidas en la presen-
asociado: un modelo, dice Horacio, tación de este libro en la Feria del Libro
extractivo y no de sembradío. “Basado de Buenos Aires 2010.
377
378
En los días que transcurrieron entre Buenos Aires donde le informa que la
el 13 de septiembre de 1810 y Junta dispuso la creación de la biblio-
el 16 de marzo de 1812 se sucedieron teca. Fechada el 7 de septiembre, no
tres gobiernos en la revolucionada hay otro acto oficial sobre el tema. La
Buenos Aires. En ese período, también, ausencia de una firma que se responsa-
se pasó de la euforia de la autonomía bilice del artículo “Educación”, la falta
a la lucha para defender las fronteras de documentos, ha provocado una larga
de un territorio todavía informe, se discusión sobre el verdadero artífice de
resolvieron de manera sangrienta las la biblioteca, discusión que reproduce
rebeliones internas y se conformaron una mucho mayor, la articulación entre
ejércitos de pobre experiencia para Iglesia y Estado. Martínez Zuviría,
combatir en distintos frentes. Es director durante más de veinte años,
sabido que aquel 13 de septiembre católico ultramontano, fue el paladín del
la edición de La Gazeta de Buenos sacerdote Chorroarín como fundador
Ayres contenía el artículo “Educación” de la biblioteca, así la iglesia extendería
donde, de manera poco formal y reso- sobre ella su influencia. Groussac, entre
lutiva, se anunció la creación de la otros, señala a Moreno por su prosa, por
Biblioteca Pública de Buenos Aires. sus influencias y por sus ideas. Parada se
Dieciocho meses tomó su apertura. desentiende de la disputa. No importa
Todas esas circunstancias agigantan el quién fue el padre del gesto de la funda-
valor simbólico y material de la crea- ción, sugiere, lo relevante es el hecho.
ción de la que, décadas más tarde, se Así, significa lo mismo que detrás de la
convertiría en la Biblioteca Nacional. innovadora institución se encuentren
De los primeros años de esta institu- Moreno, Chorroarín –poderosa fuerza
ción, de sus antecedentes y de las difi- en su funcionamiento posterior–,
cultades de su mantenimiento en activo Belgrano o la Junta en pleno. Pero el
escribe Alejandro Parada en Los orígenes significado y la trascendencia son muy
de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, distintos. Chorroarín, sacerdote erudito
volumen nacido como tesis y conver- aficionado a los libros, animador en
tido en libro, publicado por el Instituto segunda línea de la Revolución, ve a la
de Investigaciones Bibliotecológicas biblioteca como un espacio de inter-
de la Universidad de Buenos Aires, en cambio de lecturas, heredero de las
adhesión al Bicentenario de la Revolu- bibliotecas conventuales; Moreno ve en
ción de Mayo. Vale dejar en claro que ella el comienzo de la reconstrucción y
el texto no tiene la aridez de los escritos el recambio de instituciones, entiende
de aprobación de grado, sino que es que es una respuesta aún incompleta a
amable y grato en su lectura. la necesidad de ampliar los espacios de
Fue la Primera Junta de Gobierno educación –no es un accidente el título
–nombre con el que pasó a la historia del artículo–, muy maltratados desde
la Junta Provisional Gubernativa presi- las invasiones inglesas. No en vano
dida por Saavedra, el primer gobierno escribió en su estilo un poco descui-
elegido autónomamente en el Río de dado, impetuoso, en el prólogo a su
la Plata– la que ordenó su creación. traducción de El contrato social, publi-
Antecedente del artículo publicado en cada por La Gazeta: “Si los pueblos
La Gazeta es una nota manuscrita de no se ilustran, si no se vulgarizan sus
Mariano Moreno dirigida al Obispo de derechos, si cada hombre no conoce
379
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
lo que vale, lo que puede y lo que se Nada sabemos de las prácticas que
le debe, nuevas ilusiones sucederán a sucedieron entre 1783 y 1794, cuando
las antiguas, y después de vacilar algún su colección de entonces 336 piezas,
tiempo entre mil incertidumbres, será fue donada, en forma conjunta con
tal vez nuestra suerte mudar de tiranos su esposa, al Convento de la Merced.
sin destruir la tiranía”. Parada disecciona cuidadosamente
Parada nos advierte que su inten- el registro y hasta especula con los
ción es echar luz sobre la práctica y el motivos que podrían tener Prieto y su
pensamiento bibliotecario en Buenos esposa en su donación, alguno, incluso,
Aires en los tiempos previos y poste- “no tan simpático ni idealista”.
riores a la Revolución, centrándose La Biblioteca de La Merced tiene
en la Biblioteca Pública en el período una doble condición: es pública pero
que acaba en 1826, en el marco de también conventual, o sea el acceso
los nuevos estudios culturales y de la es más o menos libre pero está bajo
historia de la lectura, y a medida que la mirada áspera de la iglesia. Confor-
avanza la lectura descubrimos que lo mada por un millar de volúmenes,
hace muy bien. Basándose en escasos no es mucho lo que se sabe de ella, ni
documentos originales y algunos estu- siquiera cuándo cerró definitivamente;
dios sobre el tema, logra una recons- funcionó, tal vez de manera intermi-
trucción vivaz y analítica a la vez. tente, hasta comienzos del siglo XIX.
Comienza su recorrido cronológico Es probable que estos dos antecedentes
con la biblioteca pública circulante de de circulación del libro y de manus-
Facundo de Prieto y Pulido, singular critos no fueran los únicos, aunque tal
español de trayectoria porteña que fue vez nunca sepamos de otros, desvane-
conformando una interesante colección cidos sin dejar marcas. Pero ninguno
particular. Práctica frecuente en aque- tuvo la envergadura ni la continuidad
llos años, los libros, bienes costosos de la biblioteca nacida bajo la Primera
de por sí, lo eran más en estas tierras Junta e inaugurada bajo el Primer
sin imprentas, se movían con cierta Triunvirato. El anuncio de su funda-
libertad en los círculos cercanos –y a ción provocó el entusiasmo de una
veces no tan cercanos– de sus propie- población que todavía no se soñaba
tarios. Es de suponer que muchos de metrópoli, con más barro y jaurías
los dueños de estas pequeñas biblio- que adoquines y corrales. Así, las
tecas llevaran registros de estos actos donaciones de libros y dinero fueron
de confianza, pero sólo se ha conser- sorprendentes, la Biblioteca fue una
vado, o al menos tiene estado público, suerte de catalizador del fervor provo-
el que llevó adelante Prieto y Pulido cado por la nueva situación política.
entre 1779 y 1783. Es imposible saber La nueva Biblioteca parecía sintetizar
si Prieto anotaba cuidadosamente los los ideales de libertad y modernidad.
préstamos, o si las amistades de más No es difícil entrever las dificultades
confianza eran aliviadas de este trámite; que asumió la conformación de la
Parada hace un análisis de las distintas Biblioteca. Su fondo bibliográfico
capas de este documento, incluso la se integró, además de las mencio-
estadística, que registra 122 préstamos. nadas donaciones, con la Biblioteca
Prieto fue un hombre que supo hacer del Convento de la Merced, con la
fortuna y también conoció la cárcel. del Colegio de San Carlos, con las
380
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
381
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
382
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
del período de dirección de Moreno, libro, de manera que provea más títulos
quien continuará hasta 1828, cuando a la Biblioteca –llega a proponer una
renuncie para ser ministro de Dorrego, misión a la India para comprarlas–,
continuando con su prolongada actua- hasta cuestiones como la fabricación del
ción política. Pero como nos había papel, con una fuerte insistencia sobre la
señalado el autor en el comienzo, no conservación de los libros y el combate
sólo revisa la Biblioteca Pública de a las plagas que los destruyen. También
Buenos Aires en sus primeros años, es una apelación al Triunvirato para que
sino también la situación bibliotecaria respalde a la Biblioteca.
del mismo período. Por esto, antes de Sobre todo esto escribe Parada basán-
cerrar el volumen, se detiene extensa- dose en los escasos documentos de la
mente en lo que considera el primer época –manuscritos y algunos perió-
artículo de práctica bibliotecaria publi- dicos, en los que ha llevado adelante
cado en estas tierras. un invisible y formidable trabajo
Es obra de Juan Luis de Aguirre y de rastrillaje– y en una extensísima
Tejeda, abogado revolucionario cercano bibliografía que cita con ánimo meti-
a la Sociedad Patriótica y Literaria. Su culoso. De cada manuscrito, de cada
extenso título es “Idea liberal econó- documento impreso, extrae hasta la
mica sobre el fomento de la biblioteca última posibilidad, aún cuando en
de esta capital” y fue publicado en ocasiones avanza más con la imagina-
números sucesivos de El Grito del Sud, ción que con los hechos. Los orígenes
en 1812, precisamente el año de aper- de la Biblioteca Pública de Buenos Aires
tura de la Biblioteca. Debe considerarse es un trabajo definitivo sobre el tema,
este texto como una serie de reflexiones parece cerrar otros posibles abordajes
y consejos para el buen desempeño de de la práctica y el pensamiento biblio-
la nueva institución, despertados por tecarios de los años previos y poste-
el entusiasmo de su apertura. Si bien riores a la Revolución, a menos que se
Aguirre y Tejeda suena bienintencio- habiliten nuevos avances por la apari-
nado y es muchas veces contradictorio, ción de documentos desconocidos.
sugiriendo algunas medidas imposibles Más allá de la práctica, de los vaivenes
de llevar adelante en la situación que en los turnos de atención, más allá de
viven las Provincias Unidas, ve con los presupuestos insuficientes y del
claridad que la medida tomada por vertiginoso desfilar de libros y lectores,
la Junta ha sido superlativa porque la queda el gesto de sorprendente ilumina-
educación es más importante que la ción de Mariano Moreno para orientar
guerra o, como escribe Parada: “Así y perpetuar la Revolución, adoptando
pues, el establecimiento de la Biblioteca una institución nueva, símbolo de la
constituye para el autor un acto de modernidad y del Estado, en tiempos
mayor trascendencia revolucionaria vertiginosos que poco permitían la
que la propia Revolución”. La creación reflexión. Difícilmente soñara el joven
de nuevas instituciones es precisamente Moreno que, doscientos años después,
lo que perpetuará a la Revolución. esos principios todavía son el sostén
En su texto se suceden diversas cuestiones más firme que le otorga sentido y tras-
de manera no muy ordenada, desde la cendencia a la Biblioteca Nacional.
sugerencia de impulsar la compra de
imprentas para activar la industria del
383
384
385
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
ramo de nuestro comercio como dice nietos, como buscamos nosotros las de
Ward y Andrés Kippis ¿y por qué Elzebires. Poco ha se dió un paso favo-
nuestra dexación y falta de economía rable al progreso y á nuestra biblioteca
no ha de redimir á la patria por un con la llegada á Balpárayso y Chile de
medio tan fácil de las escaseses perni- una imprenta preciosa y su impresor, y
ciosas de papel, que con frequencia buenos artistas de papel y loza, de que
sufre, como la actual, en que la carestía nos dió noticias la gazeta.
ha hecho sufrir en varios pueblos inte- Se continuará.
riores á treinta y más pesos la resma Imprenta de Niños Expósitos.
de papel, que surtido por medio de
fábricas establecidas, jamás podría
ascender á más de tres pesos con
proporción á sus costos?
Esta capital gastará mucho tiempo
y dinero para formar y enriquecer Tom. I. Núm. 8°. Pág. 57
su biblioteca, si no cuida de adoptar El Grito del Sud
iguales providencias económicas para Buenos-Ayres
el acopio y reimpresión de libros. Si Del martes 1 de setiembre de 1812.
me fuera permitido en la estrechez de
un periódico profundizar, y no hablar
con demasiada precipitación como lo Rara temporum felicitate, ubi sentire
hago en esta materia fecunda, guar- quæ velis, et quæ sentias, dicere licet.
dando rigurosa imparcialidad, sin Tacit. Lib. I. Hist.
declinar entre el espíritu de rivalidad,
que maldice, quanto se le presenta y
el entusiasmo que todo lo exalta, y Continuación de la idea económica
aplaude diría francamente por los para el fomento de la biblioteca.
rápidos progresos que hizo en estos
últimos tiempos nuestra España en La nueva vida política que empezamos
punto á edicciones; que nos bastaría á adquirir con la energía y prudencia
surtirnos por medio de los ingleses del actual gobierno, y la casi universal
de las mejores edicciones de la penín- incomunicación con la Europa, á que
sula, que tal vez juzgándolas no nos fuerzan las ideas ambiciosas de la
muy precisas en su afligida situación Francia, nos estrechan despóticamente á
presente nos las venderían acomo- vernos privados del manantial precioso
dadas. El arte que mejores progresos ha de libros, y á solicitar por todos medios
hecho en España dice Mr. Mautelle en ediciones, que reproduzcan los que
su nuevo viaje, ó geografía comparada, tenemos maltratados, y que abran el
es la imprenta. Todos los aficionados camino á las producciones intelectuales
conocen, y han preferido á las obras de la América hasta aquí tristemente
de Baskerbille y Barbere el Quixote, obstruidas, mucho más quando la sabi-
y Salustio traducido al castellano por duría y liberalidad de un gobierno, tiene
el infante D. Gabriel, y otros libros ya sancionada la libertad de la imprenta.
impresos por Ibarra en Madrid, y por Si á las escasas y defectuosas ediciones
Monforo en Valencia obras maestras de esta capital y Lima se sostituyerán
tipográficas, y que buscarán nuestros otras buenas y abundantes, aquí y en los
386
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
387
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
388
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
389
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
390
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
391
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
y pudiese resistir más á las injurias del calidad, preparación, y mayor eficacia
tiempo, y de la corrupción. En los de la cola con que se baña el papel al
payses húmedos y cálidos, como el de tiempo de su formación puede tal vez
esta capital Lima y Paraguay, no es fácil influir á preservarlo de insectos. Debe
poderse conservar por mucho tiempo en consecuencia cuidarse y hacerse los
los libros y el papel sin corrupción, más prolixos ensayos en la confección
porque la misma humedad excesiva les de estas colas, empleando los ingre-
acomete y penetra atacándoles inme- dientes más análogos y fuertes, como
diatamente varias especies de insectos el binagre, el limón, yervas, y substan-
que engendra, y á pesar de toda precau- cias más amargas y del modo, tiempo,
ción se ven roidos. Con que venimos y cantidad, con que se emplean, para
á inferir que poco ó nada se avanzarías desterrar los insectos y su propaga-
con el noble establecimiento literario de ción. Mr. Decandez dice que los anti-
bibliotecas en esas capitales con la copia guos envolvían el papel fino en hojas
de buenas imprentas, con las fábricas de de naranjo ó limón para preservarlo de
papel, y con su conocida utilidad, sino la polilla. No han faltado quienes con
se adoptasen medidas económicas diri- algún buen suceso persuadan, que las
gidas á precaver del papel y de los libros sales minerales, como la alcaparrosa,
su progresiva corrupción, defendién- alumbre, victriolo, y las yerbas amargas,
dolas de la injuria del tiempo, y de la ó aromáticas, como el romero, tomillo,
polilla. El gobierno pues debe imperio- alucema, rosa, ruda, hiervabuena,
samente interesarse en un objeto de esta mansanilla &c. empleados en la putre-
importancia, del mismo modo que en facción de los trapos, influyen pode-
años pasados lo hizo el Consulado con rosamente á hacer resistible el papel
intento de redimir los cueros al pelo de á su corrupción: pero además que la
la polilla, señalando premios á los que experiencia ha acreditado que no son
descubriesen medios ciertos que hagan suficientes como dice Mr. Perdiger,
el papel y pastas capaces de resistir á la la razón natural persuade, que estas
corrupción é insectos. substancias apenas pueden producir un
Hasta aquí se han hecho en varias partes efecto momentáneo porque es natural
del mundo prolixas especulaciones, que su amargor y olor fuerte se disipe
para lograr este fin importante pero con el tiempo, y que aun pierdan sus
las más han sido infructuosas, y otras propiedades contrarias á los insectos
poco eficaces. La materia misma de con la misma descomposición expon-
que se forma el papel, según el método tánea que experimentan al tiempo de su
común como trae quando se emplea maceración en los cubos.
un grado de alteración pútrida, y es por Tengo noticia que en varias fábricas de
su naturaleza feble y poco constante, papel se ha observado por algún tiempo
pone ciertos obstáculos para preser- mezclar la cola con algunas substancias
varlo de toda corrupción. Este mismo yá amargas, yá olorosas para preservar el
estado de alteración pútrida, que debe papel de la polilla; pero como el tiempo
acopiar un tropel de semillas, y hueve- y el ayre debe necesariamente evaporar
cillos de insectos, le hace susceptible, todo lo que halla impregnado la cola, y
y más propenso á su corrupción, y á sería peligroso al color del papel, si se
proporción de este grado de alteración, conservase; no merece mi aprobación
en los tiempos, y climas más cálidos, y este arbitrio, pues aun no está demos-
húmedos debe necesariamente aumen- trada con la experiencia su absoluta
tarse la disposición nociva, para instruir eficacia; con mayor razón recomienda
y abrigar otros insectos, que le roan: la la academia de Berlin siguiendo á
392
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
Mr. Perdiger que para preservar el papel indagan mejores preservativos, enqua-
de la polilla, se use del almidón, y no dernados á la rústica con tapas de papel
de la harina de pan en la confección de doble azul bien teñido de añil que
la cola ó engrudo. Tampoco se puede según el sentir de Mr. Reybellon es
convenir el uso de venenos minerales un excelente preservativo de la polilla.
como el arsénico, sublimado &c que Acaso por esta secreta causa se ha dicho
despidiendo efluvios nocivos, pueden generalmente que el papel de Genova,
exponer á la muerte á muchas personas y todos los azulados por muy finos, y
y niños, que masquen el papel, y sería delgados que sean, son los suceptibles
de temer fuesen muchos víctimas por de la polilla, por que en su fabricación
falta de experiencia, ó por distracción. se confeccionan con algún añil. En
Imprudentemente por cierto se adop- esta América donde debe conservar
taría un medio tan horrible, supuesto este vegetal su más activa qualidad nos
que las ventajas que presenta aun presenta un modo fácil para desterrar
quando se supongan ciertas, y quali- la polilla de nuestra biblioteca.
ficadas no pueden compararse con los
peligros y daños, que prepara. No debe Dr. Juan Luis Aguirre.
haber nación tan avara, y cruel en todo
el mundo, que pretenda mejorar sus
fábricas, ni adoptar ningún descubri-
miento con sacrificio de la humanidad.
Así lo inspira la razón y una buena
política, debiéndose graduar por un
riguroso derecho natural todo aquello
como dice Cicerón, en que interviene el
consentimiento general de las gentes; in
omni re consentio omnium gentium lex
naturæ putanda est.
Algunos con Mr. Lemonte han obser-
vado la eficacia de varios olores fuertes
como el de la trementina, tabaco, y
alcanfor, cuyo vapor es más congruente
para preservar los libros de toda casta
de insectos. Estos olores mezclados
con azufre se frotan con la esencia
de trementina sobre la faz del papel,
y causan á lo menos preservativos
momentáneos de la corrupción de los
libros. Sólo la atmósfera que de estos y
otros olores se forma en las boticas, es
sin duda la causa de la preservación de
sus papeles de polilla, é insectos, como
la experiencia lo ha mostrado; en todos
los libros por lo común empieza la
polilla por la pasta y por los lomos de los
libros, que reciben inmediatamente la
humedad y acaso por esto convendría,
que los libros de que se vaya surtiendo
nuestra biblioteca, fuesen mientras se
393
394
Inauguración de la
Biblioteca Nacional(*)
Por Paul Groussac
395
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
396
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
397
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
398
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
399
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
400
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
401
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
402
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
403
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
404
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
405
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
contentándose con levantar una punta más “prácticos” que los millonarios
del velo de la Isis eterna que ningún ojo de Chicago o Nueva York, opinar que
mortal contemplara desnuda. aquellas especulaciones teóricas de la
Un doble sentimiento se apodera mente son mucho menos actuales que
insensiblemente del que, como yo, las suyas, teniendo sólo las bibliotecas y
por oficio e inclinación, no se cansa de museos una vaga influencia ilustrativa y
recorrer estas galerías donde se estre- platónica; –algo así como el resplandor
chan en hileras, como en los colum- reflejado de la luna o el propio pero
barios de las antiguas necrópolis, los lejano de las estrellas, que brillan en
trofeos y despojos del humano espí- la noche sin convertirse en fuentes de
ritu. Por una parte se medita, como el energía y calor. Esta función, desde
viejo Fausto en su laboratorio, sobre luego, no sería desestimable, y la vibra-
lo inane de tanto esfuerzo malogrado: ción luminosa que hace soñar al poeta y
ciencias balbucientes, filosofías caducas meditar al filósofo, tiene aplicación tan
y subtituídas, legislaciones derogadas, práctica como la de fijar jalones infali-
historias conjeturales o deformadas por bles en las rutas del océano. Pero aquí es
la pasión –irisadas burbujas de jabón el lugar de desvanecer completamente
que reflejaron un instante la ilusión de una preocupación funesta, que procede
la mente. Pero muy luego reacciona el de una vista estrecha de las cosas y de su
Fausto adorador de la belleza antigua, interpretación errónea. El espectáculo
para proclamar la relativa eternidad del mundo enseña elocuentemente, a
del genio. Sí, en la ciencia como en el los que tienen ojos para ver, que una
arte, la suprema grandeza es inmortal. misma constelación de naciones es la
Nada puede nacer sobre la tierra, en las que derrama sobre las otras la luz y el
condiciones en que por ahora conce- calor: la que alimenta con igual tesón
bimos la civilización, que reemplace sus focos de ciencia y sus fuentes de
y anule las concepciones sublimes de energía, como que una y otra son de
Homero o Aristóteles, de Dante o naturaleza idéntica. Las naciones que
Galileo, de Pascal o Shaskespeare. Y no saben son las que producen: las que
se crea que aquellos colosos signifiquen tienen artistas originales, filósofos
meras personificaciones de la belleza profundos, literatos de biblioteca y
científica o literaria: son en toda verdad sabios de laboratorio, son también las
sus representantes actuales e inamovi- que inundan los mercados del universo
bles –y cualquiera biblioteca, que en con sus artefactos, sin que formen
un rincón del mundo antiguo o nuevo excepción a la regla los Estados Unidos
se edifique, no sólo ostentará, como de Longfellow y Emerson, de Edison
la nuestra, sus nombres o sus efigies y Motley. Y la razón es obvia, señores,
simbólicas, sino que colocará en el sitio –tan evidente que no merece discu-
de honor de sus armarios, sus obras cien tirse. Todo progreso material arranca
veces reproducidas y sin tregua consul- del espíritu: la industria, la agricultura,
tadas por millones de admiradores. el comercio, la navegación –la misma
Con todo, y sin desconocer la obligación guerra– son ciencia pura, pues, como
moral, para cualquier nación civilizada, lo ha demostrado admirablemente
de mantener encendido el culto del Pasteur, no hay ciencias aplicadas sino
espíritu puro, podrían algunos soció- aplicaciones diversas de la ciencia. La
logos de nuevo cuño, en esto mucho momentánea superioridad económica
406
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
407
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
408
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
llero de mundos para el incrédulo, pero, ción, como los químicos que todavía
para uno y otro, región inmutable de lo descubren cuerpos nuevos: unos y otros
absoluto que nos incita a meditar sobre edifican ciencia provisional; la definitiva
nuestra mudanza y pequeñez, y, con será la síntesis que reduzca todas las varie-
la contemplación de lo eterno, distrae dades a la unidad. El hombre futuro,
nuestro cuidado de lo efímero. molécula consciente adherida por un
Sometámonos a las leyes naturales, como día a una masa inconsciente, sólo podrá
quiera que no piden nuestra aquies- perpetuarse impersonalmente, incorpo-
cencia para cumplirse. Aceptemos sin rando a la obra perdurable de la civili-
murmurar nuestro destino, aun despo- zación su esfuerzo pasajero y oscuro. A
jado de toda perspectiva de ultratumba este edificio milenario y nunca termi-
–hasta de aquella fata Morgana, de la nado, cada generación agrega su hilera
gloria cuya ilusión sublime consolara de piedras, primorosamente esculpidas
a los genios y los mártires. El antiguo y firmadas algunas, vulgares y anónimas
incentivo de una supervivencia nominal las más, pero unas y otras indistingui-
se torna más y más una quimera; y bles a tal altura para la muchedumbre
nuestras apoteosis de diario, acuñadas que, desde el suelo, discierne apenas las
en plomo que luego se refunde, repre- más cercanas a la base. Bástennos, pues,
sentan el vellón paródico de la inmorta- saber, escultores o canteros, que el sillar
lidad. No se reconstruirá el Panteón de por nosotros allegado al monumento
Agripa. En adelante, la marcha colectiva participa de su relativa eternidad, para
de la humanidad, huérfana de semi- que podamos también decir: non omnis
dioses y héroes, remedará más y más el moriar –y no sea esta esperanza suprema
movimiento solidario de no sé qué trust una suprema ilusión.
monstruoso y absorbedor del accidente Señoras y señores: sed bien venidos
individual. Los filósofos modernos, que en esta casa que con vuestra presencia
miran en la heterogeneidad creciente la se llena hoy de flores y música, y que
misma ley del progreso, se han inmovi- desde mañana será un refugio de
lizado en el punto medio de la evolu- silencio y estudio.
(*) La inauguración de la nueva Biblioteca Nacional se realizó el 27 de diciembre de 1901. Al acto oficial, que
se efectuó en el anfiteatro de conferencias del establecimiento y revistió gran solemnidad, asistieron el señor
Presidente de la República, teniente general don Julio A. Roca, el señor ministro de Instrucción Pública, doctor
don Juan E. Serú, el cuerpo diplomático extranjero, varios miembros del Congreso, altos funcionarios, represen-
tantes de la prensa y numerosas familias especialmente invitadas. El elegante y espacioso local, que reúne todas las
condiciones de higiene y comodidad apetecibles, será objeto de una noticia descriptiva que oportunamente verá la
luz pública; me limito, por ahora, a reproducir el discurso que pronuncié, como director de la Biblioteca, al entre-
garla al Excmo. Gobierno de la Nación. Complemento natural de esta reproducción hubiera sido la de la notable
alocución que, en respuesta a la mía, leyó el señor ministro; y, como yo, sentirán sin duda su ausencia los muchos
oyentes que aplaudieron sus conceptos elevados y elocuentes. Me cumple declarar que, de palabra y por escrito,
he reiterado vanamente mis tentativas para conseguir el manuscrito: todas mis instancias se han estrellado en una
resolución irrevocable. El señor ministro Serú, creo que mal inspirado en este caso por su excesiva modestia, ha
considerado que, de sus acertadas miras y plausibles propósitos acerca de la institución, no debían quedar otros
vestigios que los ecos de su palabra en nuestra memoria. En lo que a mí atañe, séame permitido agregar –ya que
a la hora en que estas líneas se publiquen habrá dejado de ser mi superior jerárquico– que al recuerdo de su alto
concurso quedará unido en mi gratitud el de su aprobación alentadora y constante benevolencia.
Aunque este discurso hallará cabida natural en el tomo de los Anales de la Biblioteca, próximo a salir a luz, me
ha parecido conveniente anticipar su publicación por separado, para satisfacer el deseo de algunas personas que
no asistieron a la inauguración y no reciben los Anales.
409
410
Papeles al día
Encendido escrito de
Mariano Moreno,
aparecido bajo el título
“Educación” en la
Gazeta de Buenos Ayres
del 13 de septiembre
de 1810. Considerado
el texto fundacional de
la entonces Biblioteca
Pública de Buenos
Aires, hoy Biblioteca
Nacional.
411
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
412
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
413
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
Reproducción del
bando de la Primera
Junta a través del cual
se ordena el embargo
de los libros del obispo
Orellana, cómplice de
los conspiradores de
Córdoba. Estos libros
constituyeron uno de
los primeros fondos
bibliográficos de la
Biblioteca Pública de
Buenos Aires.
414
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
415
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
416
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
417
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
Documento de
gobierno del 11
de marzo de 1812
ordenando la
participación de la
banda del regimiento
de granaderos en el
acto de apertura de
la Biblioteca Pública
de Buenos Aires. Casi
un siglo después,
la inauguración del
edificio de la calle
México también sería
celebrada con música.
418
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
Nota de El Censor
dando cuenta de la
inauguración de la
Biblioteca Pública de
Buenos Aires, el 12 de
marzo de 1812.
Debajo puede leerse
el curioso aviso de la
venta de un esclavo.
419
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
420
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
421
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
422
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
423
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
Entrevista publicada
el 3 de noviembre
de 1955 en la
revista Propósitos
al recientemente
designado director
Jorge Luis Borges.
En ella explicita el
proyecto para la
Biblioteca que propone
su gestión.
424
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario
Editorial de la revista
De Frente del 21 de
marzo de 1955, donde
el ex diputado John
William Cooke expone
el mal funcionamiento
de la Biblioteca
Nacional, a cargo,
en aquel entonces,
de Gustavo Martínez
Zuviría (Hugo Wast).
425
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos
426
Nunca sabremos del todo el
alcance de la idea de inves-
tigación. Ella sugiere estilos,
preocupaciones, abriga las
esperanzas de dar con lo
desconocido. Debe lidiar con
las formas establecidas y los
lenguajes heredados. La utopía
Investigaciones del investigador arropa el deseo
íntimo de producir un nuevo
en la BN conocimiento sobre aquello que
se encuentra disperso o insos-
pechado de utilidad. Y para
ello se sirve de los recursos y los
procedimientos más variados.
Recorre el trabajo de los que
lo antecedieron en la tarea,
indaga los documentos y las pistas que a simple vista no se manifiestan
como obvios. La sospecha y la curiosidad animan la labor de quien
se siente desafiado por nuevas evidencias. ¿Pero quién es el sujeto de
la investigación? ¿A qué dominios pertenece este arte, tan añejo como
imprescindible? Investiga el académico, pero también el pensador. Y
sin embargo, esta práctica los excede. Sería absurdo suponer que una
vocación tan infinita, inagotable en sus preocupaciones, pueda segmen-
tarse a tal punto de corresponderse exclusivamente con especializaciones
profesionales. Cada investigador inventa su propio método. Aun cuando
lo disimule en las convenciones pautadas, y cada vez más rígidas, del
formato estandarizado para ser admitido como tal.
En las siguientes páginas, el lector podrá encontrar un conjunto de inves-
tigaciones que, en un primer vistazo, no encuentran una coherencia
interna inmediata. Varían en los temas, en el tipo de información que
manejan, en las fuentes documentales a las que acuden y en los modos
de expresar sus resultados. Sin embargo, ellas comparten una condición
común: se trata de indagaciones hechas en la Biblioteca Nacional, por
sus trabajadores y por quienes participan de sus movimientos cotidianos
a partir de sus programas de becas. La vida de una institución se juega
en su capacidad de reabrirse una y otra vez a la aventura del conoci-
miento. Y, en el caso de la Biblioteca, conocer significa conocerse a sí
misma, tal y como nos legó la filosofía griega.
Elsa Barber reconstruye la deriva de las publicaciones periódicas de las
comunidades migrantes en el país, constituyendo una valiosa fuente
de datos que permite recomponer títulos, existencias y bibliotecas
públicas o centros de documentación que los atesoran. En conjunto
se traza una red de información fundamental para la investigación
histórica y genealógica.
Elvira Arcella, Mabel Bizzotto e Ignacio Zeballos, trabajadores de la
sección de los procesos técnicos de la Biblioteca, se plantean explorar la
historia de la institución a través de sus innovaciones en el campo de la
bibliotecología, en cuanto a las formas de organización y catalogación de
los materiales que resguarda.
Vera de la Fuente examina el archivo de Dardo Cúneo. Poeta deli-
cado y sagaz cronista periodístico, Cúneo organizó un riguroso archivo
personal que fue donado a la Biblioteca Nacional. El estudio de esos
papeles nos conduce a una reflexión sobre la labor archivística y sobre los
dilemas que enfrenta a la hora de pensar la relación de esos fondos con
la biografía de quienes se ocuparon de su acopio.
Ana Guerra nos introduce en el mundo de Pastor Servando Obligado a
partir de la revisión de papeles de los más variados: documentos, corres-
pondencias, imágenes fotográficas. Cada una de estas fojas nos da cuenta
de las alternativas en las que se debate una vida, y a partir de ella, el
clima político y cultural en la que se hallaba inscripta.
Alicia Rubio se propone recuperar la experiencia de un personaje poco
frecuentado: Francisco Felipe Fernández, que a partir de numerosas
piezas teatrales denunciaba las fuerzas morales decadentes que, según
su parecer, emanaban de la naciente metrópoli porteña. Una ciudad
que se erigía de espaldas a los gauchos e indígenas, y que reclamaba una
redención de las muchedumbres subalternas sometidas a un nuevo tipo
de subordinación de características diferentes al dominio colonial.
Mario Tesler emprende una singular tarea: rehacer la historia de
la Biblioteca Pública de Buenos Aires, luego Biblioteca Nacional,
desde el reverso de la identidad de sus máximas autoridades.
Sea cuando éstas ocultaban sus nombres, o cuando utilizaban
seudónimos para encubrirlas.
Rosana Sagré recompone los festejos del Centenario a partir de los
monumentos que se erigieron para las celebraciones. La legislación
parlamentaria que los proponía, las erogaciones presupuestarias, los
escultores contratados y los lugares de emplazamiento forman parte de
las actividades que volvían posible la existencia de las figuras que se
pensaban emblemáticas de la nación.
430
431
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
432
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
433
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
434
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
435
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
436
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
rales alemanes especialmente del inte- poner al servicio del grupo recursos ya
rior y con bibliotecas e instituciones existentes, como boletines informativos,
argentinas (Bader, 2006). convocatorias para realizar actividades
Las bibliotecas de colectividades han de promoción cultural y bibliotecaria
comenzado a reunirse anualmente y cursos de capacitación para volun-
desde 2006. Han llevado a cabo tarios: bibliotecasdecolectividades@
tres congresos. El Primer Encuentro gruposyahoo.com.ar. Para la reali-
de Bibliotecas de Colectividades zación del próximo encuentro se
se efectuó en la ciudad de La Plata propuso la Biblioteca del Jardín
el 16 de septiembre de 2006; el Segundo Japonés, en la Ciudad Autónoma de
se desarrolló también en La Plata el Buenos Aires. La información gene-
14 de julio de 2007. Ambos eventos rada en el 3EBC estará disponible
fueron organizados por la Biblioteca en: http://www.centrovasco.com
“Matxin Burdin” del Centro Vasco (Área Biblioteca) (Tercer Encuentro
Euzko Etxea. El sábado 7 de junio de de Bibliotecas de Colectividades:
2008, en la Federación de Asociaciones Conclusiones, s.f.).
Gallegas de la República Argentina,
se realizó el Tercer Encuentro de
Bibliotecas de Colectividades (3EBC), Archivos de la administración pública
organizado en forma conjunta por
la Biblioteca Galega de Bos Aires y La Dirección Nacional de Migraciones
la “Matxin Burdin de La Plata”. Sus es la autoridad de aplicación de la política
objetivos se planteraron en términos y la normativa migratoria en Argentina.
de intercambio de experiencias y de Tiene competencia sobre la admisión,
contacto para emprender acciones en otorgamiento de permisos de ingreso o
común. Asistieron unas 60 personas residencia para los extranjeros, control
en representación de 29 instituciones de su ingreso, permanencia y egreso.
de diversas colectividades, tales como En la actualidad la República Argentina
la Andaluza, la Brasileña, la Bielorrusa, desarrolla una política migratoria inclu-
la Catalana, la Friulana, la Gallega, la siva; el Ministerio del Interior, por
Japonesa, la Judía, la Lituana, la Polaca, intermedio de la Dirección Nacional de
la Rusa, la Ucraniana, la Uruguaya y la Migraciones, implementa mecanismos
Vasca (Tercer Encuentro de bibliotecas tendientes a lograr la cobertura legal de
de Colectividades: Conclusiones, s.f.). todos los inmigrantes.
Cabe destacar que en el Segundo En el marco del Decreto 578/05 lleva
Encuentro se presentó el Directorio adelante el Programa de Normalización
de Bibliotecas de Colectividades de la Documentaria Migratoria para los
República Argentina (2007) que puede extranjeros nativos de los Estados Parte
consultarse en http://euskadi.7host. del Mercosur y sus Estados Asociados.
com/centrovasco3/biblioteca/ Certifica las entradas de pasajeros a
reunion2007/Directorio%20 Argentina de 1928 a la actualidad.
Bibliotecas%20de%20Colectivi- También extiende una certificación
dades-2007-08-06.pdf (Astigarraga, negativa en caso de que el inmigrante
2007). Así mismo, en el Tercer haya ingresado en el período compren-
Encuentro se acordó crear una lista elec- dido entre 1870 y 1882, en que se
trónica para facilitar la comunicación y quemaron los libros de registro.
437
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
El Hotel de los Inmigrantes –hoy que las entradas de las que se conservan
Museo Nacional de la Inmigración, registros en Argentina, corresponden
dependiente de la Dirección Nacional solamente a las del puerto de Buenos
de Migraciones– alojó entre 1911, año Aires. En los puertos de Bahía Blanca,
en que se inauguró, y 1920, el 39,76% Rosario y La Boca, no se registraban los
de los pasajeros llegados al Puerto de ingresos. Tampoco hay registros de los
Buenos Aires, un total de 479.126 Vapores de la Carrera que llegaban con
inmigrantes a quienes se registró, se les inmigrantes desde Uruguay (Apellidos
dio alojamiento, cobertura de salud y italianos..., 2002).
capacitación para futuros empleos. La El Archivo General de la Nación
iniciativa de crear el Museo se planteó ofrece la consulta gratuita sobre la
en 1983, en 1990 fue declarado entrada de buques de pasajeros desde
Monumento Histórico Nacional. Hoy 1821 a 1869, en el Departamento de
encara el Programa Complejo Museo de Documentos Escritos, 7° Piso (Archivo
la Inmigración. Solicita la colaboración General de la Nación, 2008).
de la población a través de donaciones El Registro Nacional de las Personas
o de la cesión en guarda o préstamo de (ReNaPer) es el organismo nacional que
aquello que recuerde a quienes llegaron tiene por cometido realizar el registro
a Argentina en busca de una vida e identificación de todas las personas
mejor. Pueden ser documentos, pasa- físicas que se domicilien en el territorio
portes, documentos del país de origen argentino o en jurisdicción argentina,
u otros de algún antepasado, familiar y de todos los argentinos cualquiera
o amigo; en caso de objetos, elementos sea el lugar de su domicilio, llevando
de la vida diaria, vestimentas, libros un registro permanente y actualizado
de la cultura de origen o de devoción de los antecedentes de mayor impor-
religiosa (cualquiera sea la religión tancia, desde su nacimiento y a través
practicada), etc. Al darlo en guarda, el de las distintas etapas de su vida, prote-
dador mantiene la propiedad y puede giendo el derecho a la identidad. Para
recuperarlo por su propia voluntad; si obtener datos del Archivo, se debe
lo otorga en préstamo, se lo retiene al cursar oficio al Director del Registro
solo efecto de permitir su duplicación Nacional de las Personas.
mediante sistemas computarizados, en El Museo de la Memoria, en Rosario,
el caso de documentos o fotografías, y cuenta con una biblioteca y con
para su fichaje y fotografiado en caso el archivo documental Voces de la
de objetos. Ofrece otros servicios tales Memoria. Posee un importante acervo
como la biblioteca, que contiene las bibliográfico, con más de 2.000 volú-
Memorias de la Dirección Nacional de menes, dedicado al análisis y estudio
Migraciones, libros y artículos, dispo- del terrorismo de Estado y los derechos
nibles para consulta del público. Una humanos, orientado al caso argentino y al
vez por año programa “Homenajes” a latinoamericano. Este material procura
diferentes colectividades. Permite la considerar el estudio de dicha proble-
consulta gratuita de la base de datos de mática transversalmente, desde campos
inmigrantes elaborada por el Centro de disciplinarios. En la biblioteca pueden
Estudios Migratorios Latinoamericanos encontrarse informes, investigaciones
(CEMLA) (Dirección Nacional de y documentos elaborados por institu-
Migraciones, s.f.). Si bien hay que aclarar ciones nacionales y extranjeras, entre
438
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
otras del Centro de Estudios Legales rimientos del Poder Judicial u otros
y Sociales, de la Comisión Nacional trámites que revistan carácter de
para la Desaparición de Personas, imprescindible debidamente acredi-
de la Asociación Abuelas de Plaza de tado. En esta dependencia se gestionan
Mayo, del Instituto Interamericano de la Partidas Parroquiales, es decir,
Derechos Humanos con sede en Costa aquellas inscripciones realizadas en las
Rica, de Amnistía Internacional y de iglesias de la ciudad de Buenos Aires
la Comisión Nacional sobre prisión previas a la creación del Registro Civil
política y tortura (Chile). Cuenta con en el año 1886.
una importante colección de publica- Los trámites para obtener las partidas de
ciones periódicas vinculadas al período nacimiento, matrimonio y defunción
1976-1983, conformada por mate- anteriores al año en curso pueden reali-
riales gráficos de aparición semanal y zarse en la Circunscripción del Registro
mensual. Integran este acervo publi- Civil correspondiente al domicilio del
caciones producidas por las diferentes interesado. La solicitud de partidas de
juntas militares así como una copia digi- nacimiento, matrimonio y defunción
talizada de más de ciento cincuenta mil bilingües sin búsqueda puede realizarse
fojas que conforman la Causa Feced, por Internet. Debe proporcionarse el
pieza fundamental para comprender las nombre, apellido, tomo, acta y sección.
características del accionar represivo y el Si no se cuenta con esos datos deberá
Diario del Juicio a las Juntas, producido
en el primer gobierno democrático. El
fondo documental se completa con una
selección de recortes periodísticos orde-
nados en carpetas según descriptores,
lo que facilita y agiliza la búsqueda de
información por parte del usuario.
El archivo testimonial trata de recons-
truir el pasaje por la vida de las personas
desaparecidas gracias a testimonios
orales de distintos actores que tuvieron
vínculos con dichas personas. Los
documentos se organizan en carpetas,
una por cada persona desaparecida
que contienen, además del testimonio
oral, otros documentos y materiales
relacionados. El acceso al contenido
del archivo depende de la autorización
previa y expresa de los testimoniantes.
Registros Civiles
439
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
440
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
441
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
BIBLIOGRAFÍA
Albornoz, S., Borrell, M., Pisarello, R., & Ristuccia, C. (2007). Bibliotecas de las colectividades Ucraniana y
Lituana de Berisso. En Segundo Encuentro de Bibliotecas de Colectividades, La Plata, 14 de julio de 2007.
Recuperado septiembre 29, 2008, de http://euskadi.7host.com/centrovasco3/biblioteca/reunion2007
Álvarez González, A. (2007). ¿Por qué una biblioteca gallega en Buenos Aires?. En Segundo Encuentro
de Bibliotecas de Colectividades, La Plata, 14 de julio de 2007. Recuperado septiembre 29, 2008, de
http://euskadi.7host.com/centrovasco3/biblioteca/reunion2007
Apellidos italianos: Genealogía italiana en español. (2002- ). Recuperado octubre 27, 2008, de
http://www.apellidositalianos.com.ar/index.htm
442
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
Apellidos italianos: Parroquias de Argentina. (2001- ). Recuperado octubre 27, 2008 de http://www.apellidos
italianos.com.ar/parroquias_argentina.htm
Archivo General de la Nación. (2008). Recuperado septiembre 29, 2008, de http://www.mininterior.gov.ar/agn/
Arrachea, M. M. (2006, agosto). Situación de las bibliotecas de instituciones vascas en la República Argentina.
Recuperado octubre 6, 2008, de http://www.euskosare.org/ko munitateak/jakinet/biibliotecas_vascas_argentina/
at_download/file
Astigarraga, M. F. (2007). Catálogo colectivo de las Bibliotecas Vascas de Argentina. En Segundo Encuentro
de Bibliotecas de Colectividades, La Plata, 14 de julio de 2007. Recuperado septiembre 29, 2008, de
http://euskadi.7host.com/centrovasco3/biblioteca/reunion2007
Bader, M. (2006). Biblioteca del Goethe-Institut Buenos Aires. Biblioteca “Matxin Burdin” del Centro Vasco
“
Euzko Etxea”. En Primer Encuentro de Bibliotecas de Colectividades: sábado 16 de septiembre de 2006.
Recuperado septiembre 29, 2008, de http://euskadi.7host.com/centrovasco3/biblioteca/reunion%202006/
Biblioteca%20Instituto%20Goethe%20Bs%20As.pdf
Baravalle, M. (2007). La prensa de colectividades en la Biblioteca Nacional Argentina. En Segundo
Encuentro de Bibliotecas de Colectividades, La Plata, 14 de julio de 2007. Recuperado septiembre 29,
2008, de http://euskadi.7host.com/centrovasco3/biblioteca/reunion2007/Prensa%20extranjera%20en%20
Biblioteca%20Nacional-Baravallle.pdf
Baravalle, M. (2007a). Prensa periódica de colectividades extranjeras existentes en la Hemeroteca de la Biblioteca
Nacional Argentina: Listado por colectividad. En 2° Encuentro de Bibliotecas de Colectividades, La Plata,
14 de Julio de 2007. Recuperado septiembre 29, 2008, de http://euskadi.7host.com/centrovasco3/biblioteca/
reunion2007/ Listado%20x%20colectividad-%20Prensa%20Extranjeras%20en%20Biblioteca%20N.pdf
Baravalle, M. (2007b). Prensa periódica de colectividades extranjeras existentes en la Hemeroteca de la
Biblioteca Nacional Argentina: Listado por título de publicación. En Segundo Encuentro de Bibliotecas de
Colectividades, La Plata, 14 de julio de 2007. Recuperado septiembre 29, 2008, de http://euskadi.7host.
com/centrovasco3/biblioteca/ reunion2007/Listado%20x%20titulo%20Prensa%20Extranjera%20en%20
Biblioteca%20Nacional....pdf
Biblioteca: Federación de Asociaciones Gallegas. (s.f.). Recuperado septiembre 29, 2008, de
http://www.fsgallegas.org.ar/?page_id=5
Bienvenidos a la página de la historia de Esperanza, 1er. colonia agrícola organizada de Argentina. (2002- ).
Recuperado septiembre 29, 2008, de http://www. zingerling.com.ar/
Capdevila, C. R. (2006). Biblioteca “Joan Salvat Papasseit” del Casal dels Paisos Catalans de La Plata.
En 1° Encuentro de Bibliotecas de Colectividades: sábado 16 de septiembre de 2006. Recuperado septiembre 29,
2008, de http://euskadi.7host.com/ centrovasco3/biblioteca/reunion%202006/Biblioteca%20Catalana.pdf
CEMLA. (s.f.). Recuperado octubre 16, 2008, de http://www.cemla.com
Dirección Nacional de Migraciones. (s. f.). Recuperado octubre 27, 2008, de http://www.migraciones.gov.ar/
Directorio de Bibliotecas de Colectividades de la República Argentina. (2007). En 2° Encuentro de Bibliotecas
de Colectividades, La Plata, 14 de Julio de 2007. Recuperado septiembre 29, 2008, de http://euskadi.7host.com/
centrovasco3/biblioteca/reunion2007/ Directorio%20Bibliotecas%20de%20Colectividades-2007-08-06.pdf
III° Encuentro de bibliotecas de Colectividades: Conclusiones. (s. f.). Recuperado del sitio Web de la Federación
de Asociaciones Gallegas, septiembre 29, 2008, de http://www.fsgallegas.org.ar/?p=114
Federación de Sociedades Españolas de Argentina. (s. f.). Recuperado septiembre 29, 2008, de
http://www.fedespa.org.ar/bienvenidos.php
Genealogía Argentina: Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas. Recuperado septiembre 29, 2008, de
http://www.genealogia.org.ar/
Gobierno de la Ciudad: Registro Civil. (2008). Recuperado del sitio web del Gobierno de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, septiembre 29, 2008, http://www.registrocivil.gov.ar/areas/registrocivil/?menu_id=10
Historia: Federación de Asociaciones Gallegas. (s f.). Recuperado septiembre 29, 2008, de
http://www.fsgallegas.org.ar/?page_id=7
López, M. C. (2007). El CEMLA y su importancia en el estudio de las inmigraciones. En Segundo Encuentro
de Bibliotecas de Colectividades, La Plata, 14 de julio de 2007. Recuperado septiembre 29, 2008, de
http://euskadi.7host.com/centrovasco3/biblioteca/ reunion2007/CEMLA-Monica%20Lopez.pdf
Medina, G. (2006). Biblioteca “Matxin Burdin” del Centro Vasco “Euzko Etxea”. En 1° Encuentro de
Bibliotecas de Colectividades: sábado 16 de septiembre de 2006. Recuperado septiembre 29, 2008, de
http://euskadi.7host.com/centrovasco3/biblioteca /reunion%202006/Biblioteca%20Matxin%20Burdin.pdf
Museo de la Emigración Gallega: Federación de Asociaciones Gallegas. (s.f.). Recuperado septiembre 29,
2008, de http://www.fsgallegas.org.ar/?page_id=6
Ristuccia, C. A., Pisarello, R. Z., Albornoz, S. B., & Borrell, M. (2006). Las Bibliotecas de las Asociaciones
Prosvita y Nemunas, de Berisso. En Primer Encuentro de Bibliotecas de Colectividades: sábado 16 de
septiembre de 2006. Recuperado septiembre 29, 2008, de http://euskadi.7host.com/centrovasco3/biblioteca/
reunion%202006/Bibliotecas%20Asociaciones%20Prosvita%20y%20Nemunas%20de%20Berisso.pdf
Stoffel, E. G. (2006). El archivo parroquial. Trabajo presentado en las VI Jornadas de Historia Eclesiástica
Argentina, realizadas el 9 y 10 de junio de 2006. Recuperado septiembre 29, 2008, de http://www.archivistica.
net/ELARCHIVOPARROQUIAL.pdf
443
444
445
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
446
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
Catálogo de
manuscritos
nuevos fondos que iba adquiriendo la los donantes y una aclaración sobre
Biblioteca: “clasificar” era guardar. su profesión o cargo– algunos detalles
Puede encontrarse, en cambio, la de las obras: autor, título, cantidad de
observación hecha por Quesada –en su tomos y volúmenes, formato y, sólo en
memoria de 1871– de que hacia fines de algunos casos, el idioma.
1833, durante la recién iniciada gestión Pero no se limitaba este libro a la rela-
de Terrero, una comisión nombrada ción de las obras donadas. Aparecen
por el Poder Ejecutivo provincial para en él varias notas de tipo aclaratorio,
examinar el establecimiento reveló la como por ejemplo la expresada bajo la
desaparición de una cantidad de volú- donación de “Dn. Bartolomé Muñoz,
menes cercana a los dos mil, pero inde- vicario general castrense del exército de
terminada debido a la inexactitud y el la Banda Oriental”, en los años 1813,
desarreglo en que se encontraban los 1814 y 1815: tras una lista de dona-
índices y catálogos que hubieran permi- tivos que incluye libros, planos y artí-
tido efectuar el cómputo preciso de las culos diversos, como “un microscopio
existencias. Da cuenta además de la difi- completo, con su caxa de caoba” y “un
cultad para prestar servicio al público termómetro capilar, y un prisma”,
debido al “hacinamiento confuso” de se aclara que “la relacion impresa de
las obras presentes. este donativo se hizo en la Gazeta
La base para dicha evaluación pudo Ministerial de 11 de junio de 1814, no
haber sido el primer Libro de dona- segun lo que se recivio, sino conforme á
ciones, que contiene el listado –orde- la nota qe. remitió el donante, con la qe.
nado por años, de 1810 a 1850–, de las no concuerdan los articulos recibidos,
obras ingresadas a la Biblioteca. Enca- pues se echan de menos los siguientes”,
bezado por la leyenda “Libros extraídos pasando a listar los que faltaron.
de la libreria del Colegio de San Carlos, También en este libro se registra un
pertenecientes en parte al mismo hecho extraordinario: a pesar de la
Colegio y en parte al Dr. Chorroarín”, expresa prohibición estipulada en el
consigna –debajo de los nombres de Reglamento (en el original de 1812 e,
447
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
Catálogo de
manuscritos
448
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
449
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
Por otra parte, propuso reunir en “una Estas observaciones y el estudio compa-
nueva sala para las obras americanas” los rativo de los sistemas de clasificación
libros que según la clasificación encon- usados en las bibliotecas más presti-
trada se hallaban dispersos en todas e, giosas, junto con las prescripciones
incluso, hacer “una nueva clasificación tomadas del repertorio de Brunet, de
más acertada, siguiendo para ello los la obra de Leopold Constantin –sobre
consejos é indicaciones de Brunet”. la fijación del formato y tamaño de
Diferentes autores coinciden en los libros–, de la de Eugène Hatin
postular a Quesada como el más –acerca de las clases bibliográficas en
ferviente precursor y divulgador de que deben dividirse las publicaciones
esa clasificación en Argentina, que periódicas–, y de la de Cousin, consti-
el bibliógrafo francés presenta en tuyeron la base sobre la cual Quesada
la segunda parte de su obra clásica planificó su trabajo de ordenamiento
Manuel du Libraire et de l’Amateur topográfico y clasificación sistemática
de livres, una tabla en forma de catá- de la Biblioteca.
logo razonado utilizada como comple- A partir de su gestión, el lento pero
mento para organizar metódicamente constante acrecentamiento de la colec-
las obras listadas en el Dictionnaire ción redundó en un aumento notable
Bibliographique, la parte principal de de la concurrencia de lectores, de 2.504
su repertorio. El sistema de clasifica- en 1872 a 6.192 en 1876 (Groussac,
ción de Brunet, debido en realidad al 1967: xliii). Resultaba imprescindible
jesuita Jean Garnier, había adquirido entonces encarar una catalogación,
gran difusión en Europa a principios aunque fuera de carácter provisorio,
del siglo XIX y fue adoptado, con que pudiera atender esa demanda. La
mínimas variaciones en numerosas escasez de personal y la estrechez del
bibliotecas (Buonocore, 1952). local hicieron que esa tarea se comple-
Personalmente, Quesada consideraba tara sólo de manera parcial.
a la clasificación una cuestión seria y En 1876, en su Memoria al gobierno
científica, para la que debe adoptarse un provincial correspondiente a 1875,
sistema con arreglo al cual se clasifique Quesada describía el estado (deplo-
y organice el material. De otro modo, rable, en algunos casos, con correc-
sería “un hacinamiento de libros dispen- ciones en lápiz, sucios y con hojas
dioso y completamente inadecuado al rotas) en que se encontraban los catá-
fin social de la creación de las Bibliotecas logos que estaban en uso. Insistía,
Públicas” (Memorias, 1872: 12). intentando persuadir al gobierno de
En 1877 se editó –por orden del la necesidad de rehacerlos adoptando
gobierno– el primer volumen de la obra la clasificación de Brunet –para lo cual
Las Bibliotecas europeas y algunas de la buscaba aprobación– en el reclamo
América Latina, donde Quesada hace de las imprescindibles refacciones
un estudio pormenorizado del modo para el edificio de la Biblioteca. Esto
de organización y funcionamiento de obedece a la comprensión de que cual-
las principales bibliotecas nacionales y quier reformulación en la distribución
públicas, resultado de su viaje a Europa topográfica de la colección preci-
en 1874. Quedó inédito, sin embargo, saría adecuarse al espacio de las salas
un segundo volumen dedicado a las en que estaría dividida, atendiendo a
bibliotecas de América. la impracticidad de hacer continuos
450
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
Libro de donaciones
451
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
452
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
453
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
454
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
Libro de donaciones
tario: “El bibliógrafo [...] tiene que un repaso por las diferentes clasifica-
rechazar prudentemente todo espí- ciones filosóficas ensayadas por Bacon,
ritu sistemático y reducir las mismas Spencer y Comte, asegura que no es su
innovaciones de detalle á lo estric- intención discutir sus principios sino
tamente indispensable. No es su demostrar su falta de aplicabilidad al
catálogo el que está encargado de objeto práctico de ordenar una colec-
instruir á los lectores, sinó sus libros; ción como la de la Biblioteca.
y lo más á que pueda aspirar, es el Como vimos, en la segunda mitad del
método claro y sencillo que torne siglo XIX, la vigencia de la influencia
supérflua su personal intervencion” francesa y, en particular, la del sistema
(Groussac, 1967: lviii). de Brunet, habían sido sancionadas
En su prefacio al primer tomo del como paradigmáticas, aunque su
Catálogo metódico publicado en utilización –en general– se limitó a la
1893, vuelve sobre la sugerencia de la organización de las secciones y fondos,
Comisión de 1833 (aquella de formar puesto que los catálogos que hasta
el catálogo general en base a una exacta entonces se confeccionaban tenían una
clasificación de las ciencias), advir- ordenación alfabética. A pesar de ello,
455
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
456
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
457
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
458
BIBLIOGRAFÍA
Acevedo, H. (1992), “Biblioteca Nacional de Argentina” en: Boletín de Anabad, tomo 42, n° 3-4. [recuperado
de: http://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=224204].
Anales de la Biblioteca: publicación de documentos relativos al Río de la Plata con introducciones y notas de
P. Groussac. (1902), Tomo segundo, Buenos Aires, Imprenta y Casa Editora de Coni Hermanos.
Barber, E. (2008), “La catalogación en la Biblioteca Nacional de la República Argentina: antecedentes y tenden-
cias”, en: IV Encuentro Internacional de Catalogadores [recurso electrónico]: memorias. Bogotá, Biblioteca
Luis Angel Arango, Universidad Nacional de Colombia ; Rojas Eberhard Editores.
Biblioteca Pública de Buenos Aires [s.d.], Memorias: 1872-1876. [s.l.: s.n.].
Biblioteca Pública de Buenos Aires (1878), Memoria de la Biblioteca Pública de la Provincia correspondiente al
año 1877 presentada por sus directores interinos Doctor D. Nicolás Massa y D. Ernesto Quesada: marzo de 1878,
Buenos Aires, Imprenta de la Penitenciaría.
Biblioteca Pública de Buenos Aires (1880), Memoria de la Biblioteca Pública, 1879. Buenos Aires, Imprenta
de la Penitenciaría.
Buonocore, D. (1952), Elementos de bibliotecología, Santa Fe, Librería y Editorial Castellví.
Brunet, J.–Ch. (1845), Manuel du libraire et de l’amateur de livres, Bruxelles, Société Belge de Librairie.
Finó, J. F., Hourcade, L. A. (1952), Evolución de la bibliotecología en la Argentina: 1757-1952, Santa Fe,
Imprenta de la Universidad.
Groussac, P. (1901), Noticia histórica sobre la Biblioteca de Buenos Aires: 1810-1901, Buenos Aires, Imprenta
y Casa Editora de Coni Hermanos.
Groussac, P. (1967), Historia de la Biblioteca Nacional, Buenos Aires, Biblioteca Nacional.
Massa, N., Quesada, E. (1878), Informe de los encargados de la dirección de la Biblioteca Pública de Buenos Aires
D. Nicolás Massa y D. Ernesto Quesada sobre la colección de obras argentinas que se envía á la Exposición Universal
de París en 1878, Buenos Aires, Imprenta de la Penitenciaría.
Memoria presentada por el Ministro Secretario en el Departamento de Gobierno D. Santiago Alcorta á la Honorable
Legislatura de la Provincia: año de 1878 (1879), Buenos Aires, Imprenta de M. Biedma.
Memorias de los diversos Departamentos de la Administración de la Provincia de Buenos Aires: Departamento
de Gobierno, 1871 (1872), Buenos Aires, [s.n.].
Parada, A. E. (2009), Los orígenes de la Biblioteca Pública de Buenos Aires: antecedentes, prácticas, gestión y
pensamiento bibliotecario durante la revolución de Mayo, 1810-1826. Buenos Aires, Instituto de Investigaciones
Bibliotecológicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
Quesada, V. G. (1877), Las bibliotecas europeas y algunas de la América Latina, tomo 1, Buenos Aires, Imprenta
y Librería de Mayo.
Quesada, V. G. (1879), La Biblioteca Pública de Buenos Aires: proyecto de reorganización, Buenos Aires, Imprenta
de M. Biedma.
Revista de la Biblioteca Pública de Buenos Aires (1882), Tomo 4.
San Segundo Manuel, R. (1996), Sistemas de organización del conocimiento: la organización del conocimiento en
las bibliotecas españolas, Madrid, Universidad Carlos III de Madrid, Boletín Oficial del Estado.
Selva, M. (1944), Tratado de bibliotecnia, tomo primero, Buenos Aires, Julio Suárez.
Tesler, M. (2006), Paul Groussac en la Biblioteca Nacional, Buenos Aires, Biblioteca Nacional.
460
Aproximación al archivo de
Dardo Cúneo y a los sentidos de
una práctica social
Por Vera de la Fuente
La figura de Dardo Cúneo nos ofrece un singular
itinerario. En él no sólo podremos encontrar una
escritura sofisticada, una poesía atrayente y una
rigurosidad periodística que se manifiesta en
sus crónicas, sino también una vida intelectual
y política de enorme relevancia. Sus primeros
pasos de filiación socialista, vocación fundada
en la biblioteca paterna, su adscripción a los
proyectos desarrollistas, su labor parlamentaria,
su proximidad a las orientaciones económicas
del ministro Gelbard, su exilio en Venezuela
y su posterior adhesión al radicalismo, que le
otorgó la responsabilidad de dirigir la Biblioteca
Nacional, son las estaciones más visibles de una
vertiginosa experiencia.
Reconstruir la trayectoria de Cúneo y las derivas
políticas argentinas a partir de su archivo personal,
nos arroja a una serie de consideraciones que
hacen a la pregunta por la propia naturaleza de
la labor archivística. ¿Qué fuerzas son las que
interpretan un archivo? ¿Es posible, a partir del
trabajo de archivo, con sus formas clasificatorias
y sus procedimientos, reconstruir la sensibilidad
biográfica que subyace en todo aquello que luego
vemos escrito y hablado? ¿Qué tipo de disponi-
bilidad debe ejercitar un investigador que quiera
interrogar aquel territorio subjetivo? Aquí se
ofrece un intento que nace del propio orden rigu-
roso que Cúneo dio a sus materiales de archivo.
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
461
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
462
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
463
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
464
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
Borrador “Balance
octogenario”
de las colecciones que los viejos socia- el oficio de escritor socialista parece
listas han reunido, en las que ha podido capaz de estructurar subjetivamente
trabajar y aprender el valor del archivo. la propia vida.
Ese habitus, asociado tanto a una El archivo nos habla así tanto del
condición social como a una historia hombre como del mundo que lo
y a una experiencia personal, adquiere habita, pero al hacerlo nos trans-
una dimensión mayor que se rela- mite también –con todas las marcas
ciona claramente con su práctica de autenticidad de lo vivido– una
intelectual y política, que él dice toda memoria. Leonor Arfuch ha desta-
junta: “militancia”. El socialismo en cado sugerentemente esa vecindad
el que abreva Cúneo se enmarca en entre memoria y archivo, en la que
una época en que la razón y las ideas ambos operan “iluminando escenas,
–impulsadas desde la imprenta y el momentos, impresiones, con su
partido– tienen todavía un rol funda- correlato obligado de olvidos, silen-
mental, ofreciendo al intelectual un cios, represiones (...) los rastros son
lugar claro y definido en el proyecto a menudo fragmentarios y la parte
colectivo. En ese universo, signado sólo adquiere sentido en relación
por el prestigio de la palabra impresa, a una totalidad hipotética aunque
465
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
466
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
467
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
468
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
469
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
Acción Socialista
Original 1er número
470
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
471
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
472
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
473
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
474
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
BIBLIOGRAFÍA
Arfuch, Leonor (2002), El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea, Buenos Aires, Fondo
de Cultura Económica.
— (2007), “La autobiografía como (mal de) archivo”, en Crítica cultural entre política y poética, Buenos Aires,
Fondo de Cultura Económica.
Bachelard, Gastón (1957) (2000), La poética del espacio, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
Benjamin, Walter (1931), “Desempaco mi biblioteca”, en Punto de Vista, N° 26, abril de 1986.
Bourdieu, Pierre (2007), El sentido práctico, Buenos Aires, SigloXXI.
Braudilard, Jean (1969), El sistema de los objetos, México, Siglo XXI.
Derrida, Jacques (1996), Mal de Archivo. Una impresión freudiana, Madrid, Trotta.
Foucault, Michael (1990), Tecnologías del yo, Barcelona, Paidós.
Ricoeur, Paul (1996), Sí mismo como otro, Madrid, Siglo XXI.
475
476
477
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
478
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
guerra, donde se dedicó por más de antiguo Ferrocarril Sud. Los docu-
cuarenta años a manejar los asuntos mentos que se mencionarán a conti-
relativos a una enorme propiedad, la nuación se vinculan a esos terrenos en
Colonia Obligado. las zonas de Juárez (Estación López),
Brandsen (Estación Ferrari), Adrogué,
Almirante Brown y Lomas de Zamora
El Archivo (Estación Temperley).
Decíamos antes que este archivo
Comencemos entonces por algunos personal abre puertas para conocer
documentos que dan cuenta de su algunos aspectos de la sociedad
fortuna. Se conservan como parte del del Centenario. Veamos entonces
archivo personal de Pastor Obligado algunos ejemplos. Hay documentos
listas de sus propiedades, tanto rurales que podríamos llamar “formales”, de
como urbanas, durante muchos años, carácter legal, como son los contratos
donde se aclaran los valores de cada de arrendamiento y los recibos que dan
una así como cuál es su renta anual. cuenta de su cobro. En ellos se puede
También hay listas de bienes, inventa- seguir, por ejemplo, la evolución de
rios de objetos del interior de sus casas, los precios de arrendamiento durante
presupuestos y planos de reformas aquellos años, las condiciones a las que
edilicias entre otras cosas. Además se un arrendatario tenía que compro-
encuentran varios testamentos fami- meterse frente al propietario, lo que
liares, tanto de su parte como de su condiciona o hace a las relaciones entre
esposa, Teresa Ortega, que ayudan a ellos. La nacionalidad de los arren-
reconstruir la formación de este gran datarios y la ocupación que declaran
propietario. Hay otros datos que no tener son otros datos que figuran en
aparecen en los documentos pero que este tipo de documentos. También
pueden tratar de inferirse de acuerdo a se encuentra siempre la cantidad de
lo que se va investigando tanto sobre tierras que se arrendaban, lo que se
la persona como sobre la época. Por vincula directamente con el debate
ejemplo, más allá de lo que se trans- que existe en relación a la definición de
mite por herencia no hay documenta- los estamentos propios de la sociedad
ción que refiera explícitamente a cómo rural del momento. El conocimiento
pudo haber obtenido esos miles de de las condiciones contractuales al que
hectáreas en Paraguay. Sin embargo, se accede es interesante en la medida
una posibilidad es que los haya reci- que constituyeron en la época una de
bido en “compensación” por haber las principales reivindicaciones en los
participado en la guerra del Para- conflictos abiertos entre arrendatarios
guay unos años antes, tipo de reparto y propietarios.
usual y común a otras campañas Por otro lado, se encuentra la corres-
como la realizada después de la cono- pondencia entre Obligado y quienes
cida como “Campaña al Desierto” arriendan sus campos, esto es, las
al sur argentino. cartas y telegramas originales que él
Algunos mapas nos muestran la loca- recibía y una gran cantidad de borra-
lización de las otras propiedades de dores de sus respuestas. Estos mate-
Obligado, fundamentalmente las que riales nos permiten acercarnos a otros
se encontraban cercanas a la línea del aspectos, diferentes a los que aporta la
479
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
480
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
Pastor Servando
Obligado
481
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
482
484
La ciudad en la obra de
Francisco Felipe Fernández(*)
Por Alicia Gloria Rubio
485
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
“Sus intereses no iban más allá del iluminación y música, sino patentizar
libre tráfico marítimo ni más lejos que la verdad situacionista al pueblo; esto
la política aduanera”. También senten- es, al gaucho, al soldado, al saudra1
ciaba el devenir histórico del país, (sic), en fin, hermanos mendicantes
señalando que dicha ciudad, Buenos de luz, que los déspotas políticos y
Aires, iría creciendo en rivalidad con sociales hacen encorvar para sobre
la república. Ideas similares a las esbo- sus espaldas echar una arenga de
zadas por Martínez Estrada ya habían libertad y derecho constitucional
sido formuladas por el escritor entre- (Fernández, 1870: 25).
rriano Francisco F. Fernández. Lo
original en el planteo de este último Si bien en este párrafo el autor no hace
autor fue el medio del que se valió para referencia a la ciudad, resulta intere-
divulgar sus juicios: el teatro. Si bien la sante destacar que su idea es poner
historia nacional está plagada de acon- al tanto al espectador de los manejos
tecimientos que ofician de testimonios que los condenan a vivir en las peores
de la rivalidad entre Buenos Aires y el condiciones. Puede leerse entre líneas
interior, según la visión de Fernández, que dichos abusos son concertados
el teatro le permitiría dirigirse a un en la ciudad, en tanto centro político
receptor tal vez menos prevenido, administrativo aunque necesite de un
contribuyendo así tanto a la denuncia brazo ejecutor en el campo que prohíje
como a su concienciación. El propio lo establecido a tantas leguas del lugar.
Fernández alegaría que ese género era Esto favorece la proliferación de un
el más indicado: aparato cuasi burocrático que integra-
rían jueces de paz, comisarios, jefes de
“En esta forma puedes infundirle regimientos de frontera, etcétera. Por
la enseñanza de un libro entero en otra parte, aunque en algunas instan-
tres horas, mientras que en un año cias Fernández no hable de la ciudad
no conseguirás hacerle apreciar una como el origen de los padecimientos
verdad, que en el caso que nos ocupa que vive el interior, una lectura atenta
[hace referencia a su obra La Triple permite detectar las referencias hechas
Alianza] esa verdad trae carácter de a los políticos cuestionados como una
urgente, urgentísimo. He aquí, entre sinécdoque de la urbe en cuestión. Por
otras muchas, la ventaja de la forma ejemplo cuando escribe: “El periódico
dramática por la cual me he decidido” que ruje por Mitre adula á Urquiza, el
(Fernández, 1870: 21). que viste de lepra la anomia de Urquiza,
adula á Mitre... El servilismo y la espe-
¿Qué lleva a Francisco Felipe Fernández culación... ¡El vacío!” (1870: 20). Mitre
a encarar este género, siendo que hasta es sinónimo de ciudad y de comercio,
ese momento se había desempeñado en tanto que su contrafigura en este
como periodista? Él mismo es el encar- párrafo, Urquiza, aparece siempre
gado de explicárselo a un amigo en un asociado en el imaginario con el campo
diálogo introductorio a su obra La y la explotación agropecuaria. Vale la
Triple Alianza: pena indagar a través de la obra dramá-
tica de Francisco F. Fernández cuánto
No es mi objeto recoger aplausos contribuyó su discurso a la sedimenta-
de una concurrencia en medio de ción de estos arquetipos.
486
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
487
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
son los males que aquejan a Argentina Romero es uno más de los tantos
según Fernández? Tal vez una clave la uruguayos que cumplen con un
proporciona en una de sus cartas: “Yo exilio, sea en la propia patria o en el
sé bien lo que soy: un hijo de provincia. exterior, en su carácter de opositor
Es decir, un oscuro muchacho que, al gobernante partido blanco. Sin
por sentimiento o convicción prefiere embargo, no acuerda con la alianza
la sombra del ombú del hogar a las establecida con Brasil por consi-
techumbres doradas de los grandes derar que concluirá llevando muerte
centros...” [el destacado es nuestro]. y destrucción a su patria. Valga este
Este sentimiento atraviesa toda la parlamento como muestra de lo que
obra dramática de Fernández llegando sería una de las constantes en la obra
a convertirse prácticamente en un de Fernández: los personajes princi-
axioma de su pensamiento y visión del pales son gente sencilla, generalmente
mundo, razón por la que cualquiera del campo u oriundos de algún paisaje
fuera la temática o la época en la que natural o agreste.
transcurriesen, las praderas, los paisajes Pese al amplio espectro argumental
rurales, bucólicos, inocentes, casi imaginado por este autor, para servir
edénicos, parecían ser los únicos que de telón de fondo a sus obras y como
podían cobijar a la gente buena. Por el salvoconducto para divulgar sus ideas,
contrario, la ciudad es mostrada como el que va desde los años de la conquista
lugar en el que se desarrollan los peores de América hasta la década de 1870
sentimientos: la ambición desmedida, –en que se desarrolla su drama
el egoísmo, la hipocresía, etc. Solané– pasando desde los valles de los
En una de sus primeras obras teatrales, Pirineos hasta las tierras del incario o
La Triple Alianza, publicada en Paraná las riberas del Paraná, es frecuente el
en 1870 por la imprenta “Obrero lazo, que parece prácticamente indiso-
nacional”2, Fernández utiliza como luble, entre la bondad del hombre y la
marco para desarrollar su argumento limpidez del paisaje de la naturaleza.
al campo. La pieza se despliega en un Todo lo bueno parecer desarrollarse
único acto que transcurre en la zona allí con la inocencia de la que estaría
rural de las sierras orientales, donde privada la ciudad. Sin embargo, ¿puede
habita en una modesta casa el coman- hablarse de una visión determinista de
dante Romero, antiguo lugarteniente este autor sobre el tema? Esa pregunta
de Flores, al que este último convoca reaparece constantemente ante sus
para que se sume a la “cruzada liberta- páginas. ¿Existe para Fernández una
dora” que ha fraguado con los gobiernos cisura entre el campo y la ciudad?
de Argentina y Brasil. Ante este ofreci- ¿Sólo en la naturaleza edénica pueden
miento reflexiona en voz alta: forjarse los grandes hombres? Como
contrapartida, cabe interrogarse si en
Yo veo que el General, al pobre las urbes únicamente pueden crecer
viejo ofendido, ¡ay! que torpe, le ha espíritus mezquinos, seres abyectos y
confundido, con la canalla inmoral! almas devoradas por el vicio. Recorrer
“Colorao” yo siempre he sido, y lo la obra del entrerriano nos permite
soy por tradición... mas, yo, tengo examinar los rasgos distintivos de sus
religión y no soy ningún bandido! principales personajes y sus trayecto-
(Fernández, 1870: 31). rias vitales, hayan tenido éstas soportes
488
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
reales o absolutamente ficticios. Este Una cosa que podría haber sido desta-
punto merece que nos detengamos un cada como una virtud, la civilización, es
momento para analizar las elecciones señalada por Fernández como pretexto
realizadas por el autor para encarnar a ser utilizado por los tiranos para
en ellos las ideas que le interesa recalcar aplastar al pueblo. De allí que a otro de
o, por el contrario, denostar. En su sus caracteres, el propio Monteagudo,
teatro desfilan personajes como los de manifiesta que ha decretado que “la
Monteagudo, Solané, Clorinda, El genio educación y no el hierro volvieran al
de América, El Sol de Mayo, El Borracho seno de nuestra familia política á vues-
y La Triple Alianza, un compendio tros hermanos, hijos nómades de la
amplio y variopinto, cada uno de sierra y el desiertos” (1881: 50). Esa
ellos preñados de vicios o virtudes, aparentemente infranqueable dico-
en los que no se encuentran medios tomía, que a primera vista puede perci-
tonos, pero sí algunos que, habiendo birse como una posición maniquea del
sido víctimas de su debilidad ante los autor, según la cual lo bueno habita las
embates de las tentaciones a las que los soledades de los paisajes silvestres y lo
arrojara, aparentemente la civilización, malo confluye en la ciudad, quedaría
han podido salvarse gracias a su fuerza así desvirtuada. Si la naturaleza puede
de voluntad. Notablemente, aque- ser un entorno excelente para la reden-
llos que buscan la redención siempre ción de algunos, no educa a sus luga-
piensan encontrarla en algún lugar reños en aquello que es la preocupación
aislado como puede ser las propias de Fernández, la concienciación del
riberas del Plata, aun hallándose en pueblo en la defensa de los derechos
sitios tan distantes como Venecia, en que les asisten en tanto ciudadanos. De
el caso de Clorinda. Todo parecería allí que constantemente advierta que la
indicar que la salvación se encuentra rusticidad puede llevar a aquéllos tanto
lejos de las ciudades; sin embargo, el a dejarse atropellar por quienes los aven-
planteo realizado por Fernández no tajan en lecturas, usándolas como el
remite a un modelo roussoniano en instrumento que garantice la conquista
el que el aislamiento es la forma de de lo que les demanda su ambición
alcanzar la excelsitud humana. No se desmedida. Esta doble faz de potencial
trata de mantener al buen salvaje en peligro que implica la ignorancia, ya sea
su estado original, ya que el mismo por error u omisión, es brillantemente
entrerriano se encarga de hacerle decir abordada por el autor en Solané. Allí el
a su personaje, el villano vizconde de desconocimiento del gaucho puede ser
Monteagudo: utilizado en su contra tanto por aristó-
cratas y políticos, como por el propio
Decid a Lima que fuera de su civili- Solané, gaucho que a lo largo de los años
zado recinto no existe sinó bárbaros, tuvo oportunidad de instruirse, pese
caudillos rudos que comen niños a lo cual terminará siendo víctima del
vivos, decidla que la mision de un sistema que pretende combatir. De allí
pueblo culto a someterla a su religión que para ejecutar su venganza se apro-
política, y Lima lanzará a sus ejér- veche de la ignorancia de otros gauchos
citos a despedazar los pueblos, como que lo siguen ciegamente por creerlo un
se lanzan los lobos a despedazar enviado del cielo, el Tata Dios. Tanto la
rebaños... (Fernández, 1881: 17). barbarie como los abusos ejercidos por
489
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
los poderosos, facilitaron el desarrollo ante los hombres, diría que soy efecto
de un mesianismo que por momentos lógico de los vicios de la época, que
recuerda el descrito por Euclides Da contaminan todo el cuerpo social,
Cunha en Los sertones. El misticismo desde la conciencia social hasta la
narrado en Solané no cuenta con el Iglesia y la política. La Iglesia y la
apoyo de la Iglesia, por el contrario, política de hoy son en las altas esferas,
ésta es uno de los blancos preferidos por exactamente lo que el Adivino de
Tata Dios, ya que no encuentran en ella Tandil en las bajas (407-8).
ni eco a sus reclamos ni consuelo ante
las injusticias de las que son víctimas. La responsabilidad que el gaucho
Por el contrario, ve en esa institu- les endilga a los políticos y al clero
ción uno los baluartes que sostienen a como sujetos sine qua non no hubiese
quienes están en el poder. En otra de tenido arraigo el movimiento enca-
sus obras, Genio de América, deja en bezado por él, se debe a la carcoma
claro su pensamiento al respecto para lo que para este personaje han signifi-
cual apela a los personajes involucrados cado los principios liberales, de los
en la conquista de América: El Inca, la que Solané mismo se considera una
Ñusta, los heraldos de la conquista, el reacción, afirmando ser “una conden-
rey, el papado y el jesuitismo. El perso- sación providencial de todas vuestras
naje alegórico al que Fernández deno- aberraciones, operadas en la atmós-
mina “Genio de América” mantiene fera social...” (408). Fernández lanza
una conversación con el Inca en la que a la palestra otro elemento funda-
afirma enfáticamente: mental para tratar de reconstruir su
visión del mundo, la que si bien en
No cual los Incas paternales, un principio puede parecer sencilla,
Roma en sus legiones la virtud cifrando, disimula una complejidad digna de
llevó a los pueblos destructora guerra; los pensadores de su época, en los
y cruel, altiva los ató á su carro [...] que evidentemente ha abrevado. Ese
vergüenza sólo ha quedado componente, el liberalismo, parece ser
de su vil grandeza! para el gaucho Solané el catalizador de
(Fernández, 1881: 430). los males que se encontraban larvados
en la sociedad. Miles de respuestas
El autor forja su visión de la Iglesia pueden ensayarse acerca de las carac-
como la institución que ha enlo- terísticas de esta concepción político-
dado la idea de trascendencia, con económica que habrían llevado al
la que acuerda, pero no trepida en gaucho a responsabilizarla por las
denostar los abusos que permitió injusticias que padece la mayoría
aprovechándose de la necesidad de de la población, pero lo realmente
creer que experimentan los hombres. destacable es que sean asociadas a la
Es también altamente significativo Iglesia y a la masonería. ¿Cómo puede
el parlamento que pone en boca del ser que ideas aparentemente antagó-
gaucho Solané: nicas estén fusionadas en el discurso
de Solané? Evidentemente, no pecaba
Si yo he sido víctima del clero y de los de ingenuidad Fernández cuando los
políticos de ciudad [...] Ante Dios, ni amalgamaba en los parlamentos de
una disculpa: debe castigarme; pero Tata Dios. El liberalismo, en tanto
490
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
ideología dominante, era el factotum lanza una diatriba en contra del oscu-
del desenvolvimiento socioeconómico rantismo al que la España monárquica
durante esos años. Por otra parte, la y absolutista condenó a América, de
masonería era considerada como una allí el esfuerzo titánico que el héroe
de las poderosas instituciones que siente que debe realizar para tratar de
contribuyeron a la entronización de revertir en Lima lo que tres siglos de
aquél. El misterio que rodeaba a esta servidumbre e ignorancia fraguaron:
organización alimentaba esta supo-
sición. El propio Solané constante-
mente acusa a los masones de ser los
responsables del encumbramiento de
una casta administrativo-guberna-
mental que sometía y explotaba a las
mayorías. Vale destacar que Francisco
F. Fernández se había iniciado en la
masonería, de lo que puede deducirse
Guerra del Paraguay
su adhesión a las metas de aquélla. Sin
embargo, no duda en usar un perso-
naje como Solané para asociarla con “¡Inquisición y reyes! Pesadas argollas
lo peor. Este recurso resulta aun más del galeote republicano...” (1881: 31).
llamativo si tenemos en cuenta que Si ésa era la situación, no demora las
en otra de sus obras, Monteagudo, el respuestas: “Yo he colocado la piedra
personaje principal, al presentarse con angular de las escuelas y bibliotecas,
los atributos que lo identifican como donde las generaciones irán, en
masón en grado 33, a la vez despierta nombre del derecho de la República,
admiración y cierto recelo en el grupo a despejar la clave del presente y a
que lo rodea, integrado tanto por revo- despejar la incógnita del porvenir”
lucionarios como por realistas. Puede (1881: 50). Presente y porvenir equi-
tomarse esta escena como un guiño valen a la actualidad y su devenir, la
del autor acerca de la pluralidad de cual cuando puede dar un giro posi-
tendencias que cobijaba la masonería, tivo se transforma en progreso para el
y de esta manera desarmar la díada que ideario predominante en el siglo XIX.
la unía a un liberalismo a ultranza que No escapa a este sentir el propio
el propio Fernández no compartía. Francisco Felipe Fernández. Su lucha
Ésta es una de las claves que permiten siempre estuvo orientada en esta
una perspectiva más amplia sobre el dirección, por eso su obra dramática
pensamiento y la obra del autor entre- logró consonancia con su actuación
rriano: aunque creía en el progreso y política. Nacido en Paraná, se traslada
la educación como instrumento para aun siendo un niño a Concepción
lograrlo, constantemente denuncia del Uruguay, para cursar los estu-
las políticas trazadas para dejar en la dios en el famoso instituto de aquella
marginación a los nativos. Es por eso población. Destacado alumno, desde
que destaca en Bernardo de Monte- muy joven vislumbra el poder trans-
agudo la inmensa importancia de su formador de la educación, aunque
lucha contra la ignorancia. A lo largo esta no fuera impartida por la tradi-
de dos páginas, el carácter principal cional vía de los colegios. De allí su
491
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
vocación por el teatro, aunque esto otros pueblos son las metrópolis. Ellas
no lo mantendrá alejado de las luchas instauran las tiranías, consolidan las
militares ni políticas. Pero su origen injusticias y reciben los réditos econó-
provinciano parece haber desplegado micos. Por eso Fernández le hace decir
ante su mirada un panorama que a a Monteagudo:
otros les estaría vedado, o que no
lograrían describir con igual sutileza. Es esa la España que hoy pretende
El mundo rural y sus habitantes, como negarnos la independencia, perma-
así también las aldeas y ciudades del nece vencedora en las costumbres, en
interior encontrarán en su escritura la funesta superstición del fanatismo
un hábil defensor, que no se limitará a contra la razón, de la esclavitud
planteos maniqueístas ni a la entroni- contra la libertad. Ese es el enemigo,
zación de falsas antinomias, sino que á cualquier raza que pertenezca; ese
irá al rescate de aquéllos pero sin actuar es el monstruo que no hemos podido
en desmedro de los otros. Esta posi- extirpar del hogar Americano
ción, clave en su accionar, se perfila (1881: 32).
en un parlamento de Monteagudo
cuando el propio tucumano defiende Este parlamento nos permite descubrir
a España y a los españoles, objeto de dos elementos que antes de cristalizarse
descalificación sin más por parte de su en la escritura fueron experimentados
interlocutor: por el propio Fernández en su carácter
de homo politicus. Por una parte, la
No confundas las ideas y las iden- presión ejercida por la tiranía de la
tidades con los hombres y las usur- metrópolis, que si bien en este drama
paciones [...] Desde la primitiva es encarnada por España, en su propia
España hasta la inmortal España del trayectoria vital era representada por
año ocho, nos ha enseñado á preferir Buenos Aires, en su carácter de poder
la muerte á la esclavitud, á expulsar omnímodo que no respeta la voluntad
los conquistadores con el hierro y del interior, o por Río de Janeiro en
con el fuego, á bajar á puñaladas á tanto ambiciosa ciudad imperial que
los reyes, que manchaban el trono á gracias a sus pretensiones expansionistas
donde los había exaltado la soberanía arrastró a cuatro pueblos a la guerra. La
Nacional! (32). obra se torna autorreferencial cuando
alude al ejemplo dado por el pueblo
Evidentemente, esa España descrita español, que supo elevar su puñal contra
por Fernández en Monteagudo no los déspotas que pretendían sojuzgarlo.
guarda relación con la pintada en Ésa fue la actitud asumida por Francisco
Genio de América. ¿Dónde reside la Felipe Fernández cuando, sintiéndose
diferencia entre ambas? En el hecho traicionado por el general Urquiza, se
de una ser la población y el territorio encolumna tras López Jordán y avala
que la contiene, con lo cual el autor el asesinato del general entrerriano
niega que haya pueblos retrógrados y y de sus hijos. Como puede apre-
opresores sino que esa característica la ciarse, Fernández empuñaba al mismo
encarnan algunos de sus gobernantes tiempo tanto el sable como la pluma.
e instituciones. Más aun: las que se Su misma experiencia le proporciona
solazan y benefician sometiendo a una profundidad político-social poco
492
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
frecuente en el país por esos años. Por ancestrales. Este cambio que tiene lugar
esa razón, su percepción de la ciudad en en todas las regiones que podrían deno-
tanto conglomerado social que ocupa minarse como extramuros, o sencilla-
el centro de la escena resulta particu- mente el interior, es atribuido por sus
larmente interesante. Si la miseria se pobladores a las políticas ejecutadas
encuentra en las metrópolis, puede desde Buenos Aires. Si la Revolución de
encarnarse en otras ciudades vanas y Mayo había sido hecha bajo el influjo
fenicias como la Venecia de Clorinda, de hombres como Monteagudo –que
la Lima de Monteagudo, o la Madrid sostenían que era necesario “... concluir
de El Borracho; se trata solamente de de todo. Que las relaciones que existen
disfraces que el autor inventa como si entre amos y esclavos, entre razas que
fuera un vestuarista para cubrir con otros se detestan, y entre hombres que
ropajes los defectos que ha detectado forman tantas subdivisiones sociales
en las ciudades que ha conocido perso- como cuantas modificaciones hay en
nalmente, particularmente en Buenos su color...” (Fernández, 1881: 65)– y
Aires, y aquellas que conoce a través de llevó a que el propio Fernández escri-
sus inquietudes intelectuales. En el caso biera un drama como El Sol de Mayo,
de Buenos Aires, la gran aldea promo- en el cual cacique Carul y sus indios
tora de la Revolución de Mayo, pasa de tomaban parte en el movimiento revo-
ser la doncella de la fábula a la mere- lucionario ya que consideraba “lógico
triz de la historia. ¿Qué situaciones han que la América indígena [interviniera]
mediado para que dicha metamorfosis en su emancipación!” (Fernández,
pudiera operarse? Podrían enumerarse 1881: 102), los gobernantes parecían
una serie de acontecimientos como la haber dejado de lado esos ideales. Es
concentración del poder en manos del por eso que en unas páginas en las
puerto, de los comerciantes y, poste- cuales explica por qué deja de lado el
riormente, la expansión que experimen- género periodístico para abocarse al
taría la producción agropecuaria que drama, Fernández escribe:
opera inmensas transformaciones en la
sociedad. La extensión de la frontera ... lo que nos proponemos llevar al
agrícola implicará, entre otras cosas, la convencimiento del pueblo, que
necesidad de someter a los aborígenes, ante todo será necesario despertar
además de proceder a la leva forzosa del pesado letargo de su ignorancia.
del gaucho tanto para su incorporación Fatigado de tan larga lucha, al
a las fuerzas dispuestas para someter a final ha depositado su conciencia y
aquéllos como para arrastrarlos como su libertad en manos de sus mismos
mano de obra en las tareas rurales. A enemigos, cuyo uso de tan inopi-
esto se sumará la llegada de inmigrantes nada prerrogativa es fácil presumir
extranjeros que ocupan los territorios cuál será [...] cuánto los enemigos
que hasta esos años eran habitados casi del pueblo hacen para vencer a un
exclusivamente por indios y gauchos. enemigo que, vencedor, recoge el
De esta manera, es comprensible el fruto de su victoria entregándoselo
sentimiento que ambos grupos expe- al vencido para dormir el iluso
rimentan de estar siendo arrinconados sueño pesado de la fatiga y de la
por una nueva situación socioeco- confianza (Fernández, 1870: 15)
nómica que les arrebata sus parajes [el destacado es nuestro].
493
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
Fatiga y confianza que los gobernantes, boa que envenena con su aliento!”
instalados en las metrópolis, aprovechan (Fernández, 1881). Esa malignidad
para instaurar políticas que convierten es a la vez causa y consecuencia de la
a las masas que entregaron su vida, o burguesía que anida en ella y detenta el
parte de ella, para conseguir la aboli- poder. Francisco Fernández la denuncia
ción de las injusticias, en víctimas de en la descripción que hace Solané de
otras iniquidades de nuevo cuño. Guillermo, el joven de ciudad que es el
elegido por el dueño de la estancia para
casarse con Genoveva. Desde su peinado
IV. El gaucho y la ciudad hasta sus costumbres le resultan al
gaucho frívolas y cobardes, no pudiendo
¿Dónde reside el mal que aqueja al país entender que un sujeto como ese pueda
para Francisco Felipe Fernández? En un desplazarlo en el corazón de aquélla:
párrafo que redacta como introducción
a su obra La Triple Alianza señala: Guillermo era opulento pero cobarde;
incapaz de tomar un fusil en las
Castigados los déspotas por la victoria horas de conflicto para la libertad:
del pueblo en cien combates, pretenden Guillermo era la degradación para
hoy adoptar un plan completamente la raza de San Martín! Cuando
distinto de venganza... Tan hábil un pueblo hermano lanzaba desde
cuanto pérfido y subterráneo es el un punto á otro de la República su
elemento que lo prohíja [...] Los caudi- grito de agonía bajo la garra del
llos entonces del Plata y la monarquía poder, Guillermo corría á acabar de
brasilera han desertado de los campos enervar su espíritu y empalidecer su
de batalla y se han encerrado en sus alma indiferente entre las arias de
gabinetes a trabajar la tela de araña... Traviata (Fernández, 1881: 388).
(Fernández, 1870: 14).
Guillermo es la contrafigura del gaucho
Esos gabinetes se encuentran ubicados curandero, que se enamora de la hija
en las capitales, en las cabeceras de del estanciero quien, a su vez, le corres-
distritos o en cualquier lugar en donde ponde. Al descubrir esto, el padre de
se asiente el poder. Y si bien puede Genoveva expulsa a Solané de sus tierras
afirmarse que el poder es ubicuo y se y, no conforme con ello, utilizando sus
encuentra en todas partes, alcanza un contactos, lo hace perseguir a donde
alto nivel de concentración y visibi- quiera que éste marche. Cuando, final-
lidad en las ciudades. De allí que todo mente, decide ir a Buenos Aires, lejos
lo que pueda asociarse con ellas merezca de poder empezar una nueva vida en la
ser tenido por algo envilecido o peli- cual la educación y su empeño le garan-
groso que debe ser combatido. En este ticen el acceso a aquellos círculos que le
sentido resultan esclarecedores los parla- estaban vedados por su condición social,
mentos que Fernández coloca en boca la injusticia sigue condenándolo a un
de los distintos personajes de Solané. ostracismo que lo margina y lo explota.
Por ejemplo, Tata Dios Solané exclama: El propio Tata Dios relata sus desven-
“[...] á los gauchos los arrojaron á la turas de tal manera que dejan traslucir el
ciudad. ¡La ciudad!... ¡Caburé funesto resentimiento y el odio que finalmente
que fascina con su mirada brillante, lo lanzarán a la masacre tandilense:
494
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
495
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
496
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
497
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
498
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
499
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
500
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
501
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
NOTAS
1. Probablemente se refiere a los zudras, individuo de la casta hindú que comprende a los labradores y artesanos.
2. Sin embargo, su autor hace constar en la carátula que fue “escrita en diciembre de 1864”, es decir en los días
previos a la caída definitiva de Paysandú. Es probable que el gobierno haya impedido su representación pero
no hay datos que permitan corroborar esta hipótesis.
BIBLIOGRAFÍA
Carlos R. Centurión (1961), Historia de la Cultura Paraguaya, Tomo I. Asunción, Biblioteca Ortiz Guerrero.
Emilio J. Corbiere (1998), La masonería. Política y sociedades secretas en la Argentina, Buenos Aires, Sudamericana.
Godofredo Daireaux (2005), Las dos patrias, Buenos Aires, Librería Histórica Emilio J. Perrot.
Jacobo De Diego (1987), Francisco Felipe Fernández, Buenos Aires, A-Z Editora.
Francisco Felipe Fernández (1870), La triple Alianza: a propósito político, en un acto – prosa y verso referente a la
diplomacia brasilera, Mitrista y Florista en la Revolución de 1864, Paraná, Obrero Nacional.
Francisco Felipe Fernández (1881), Obras dramáticas, Buenos Aires, Imprenta y librería de Mayo.
Max Horkheimer, Theodor W. Adorno (2006), Dialéctica de la Ilustración, Madrid, Trotta.
Viacheslav V. Ivanov, “Contribución al estudio semiótico de la historia cultural de la gran ciudad”, en
Entretextos. Revista Electrónica Semestral de Estudios Semióticos de la Cultura, N° 2, noviembre de 2003.
ISSN 1696-7356. Trad. del ruso de Desiderio Navarro.
Alcibíades Lappas (1966), La masonería argentina a través de sus hombres, Buenos Aires, Impresora Belgrano.
Ezequiel Martínez Estrada (1996), Radiografía de la pampa, Barcelona, FCE.
Ricardo Rojas (1923), Un dramaturgo olvidado: don Francisco Fernández y sus obras dramáticas, Buenos Aires,
Imprenta y Casa Editora Coni.
Vladímir N. Toporov, “El texto de la ciudad-doncella y de la ciudad-ramera desde una perspectiva mitológica”,
en Entretextos. Revista Electrónica Semestral de Estudios Semióticos de la Cultura, N° 8, noviembre de 2006.
ISSN 1696-7356. Trad. del ruso de Klaarika Kaldjärv.
Raymond Williams (2001), El campo y la ciudad, Buenos Aires, Paidós.
502
504
505
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
506
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
507
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
508
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
509
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
510
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
511
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
512
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
Mariano Moreno
513
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
514
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
515
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
516
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
517
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
518
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
Manuel Moreno respecto a lo publi- in the River Plat, in a letter to the Rt.
cado con el seudónimo Veritas, pero no Hon. the earl of Aberdenn, K. T. F. R.
vierte opinión alguna. Secretary of State for Foreign Affaire
Tres libros sobre el ocultamiento [... ] By Alfred Mallalieu, esq. “Veritas
autoral en nuestro país dan a Veritas vel mandacio corrumpitur vel silentio”.
como uno de los seudónimos usados Edinburgh, London: W. Blackwood
por Manuel Moreno: Diccionario and sons, 1844.
de alfónimos y seudónimos de la El defensor de los intereses inglés,
Argentina (1800-1930), Buenos Aires, residente en Montevideo, Adolph R.
Elche, 1962; Diccionario argentino de Pfeil, dio su opinión sobre la autoría
Seudónimos, Buenos Aires, Galerna, de esta pieza en Rosas and some the
1991; y Autores y Seudónimos atrocities of his dictatorship in he River
porteños. Buenos Aires, Dunken, 2007. Plate, in a Letter to the R. H. Earl
Cotejando los textos de la presenta- of Aberdeen, publicado en 1846, y
ción de Mariano Moreno (h) ante las Enrique Arana, desde el Boletín de la
autoridades de gobierno, y el reclamo Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
publicado por Manuel Moreno en El (a. 1 n° 5, junio de 1933) reitera la
Argos (Buenos Aires), cabe replan- opinión de Pfeil.
tearse quién es realmente Veritas en Zinny en el tercer tomo con los
esta oportunidad. resúmenes de contenido de “La Gaceta
Mercantil” de Buenos Aires 1823-1852,
editado en 1912, al sintetizar este
Alfred Mallalieu documento reproducido dice que los
trabajos de Mallalieu sobre el Río de la
Seudónimo atribuido. Este seudó- Plata son atribuidos con algún funda-
nimo ha sido atribuido a Pedro de mento á inspiraciones del señor don
Angelis y a Manuel Moreno. Para Manuel Moreno. Pero Zinny no mani-
Adolph R. Pfeil y Enrique Arana es de fiesta quién o quiénes se lo atribuyen y
De Angelis, en cambio Antonio Zinny tampoco cuáles son los fundamentos.
se inclina por creer que le pertenece a En el estudio preliminar a la reim-
Moreno; e Ignacio Weiss opta sola- presión del Archivo americano (1946),
mente por rechazar la posibilidad de Ignacio Weiss se abstiene de acom-
que De Angelis sea quien lo usó. pañar a Zinny en atribuir a Moreno la
En La Gaceta Mercantil (del 11 al paternidad, pero rechaza que pudiera
18 de mayo de 1844) y luego en el ser obra de De Angelis.
Archivo Americano (del 30 agosto al el Cuando en la Revista de Historia
10 de octubre) se fue publicando por (Buenos Aires) Enrique M. Barba
entregas el impreso titulado Buenos publicó Noticias bibliográficas sobre
Ayres-Montevideo y negocios del Río de unitarios y federales también consideró
la Plata, en una carta al Muy H. conde el caso y ofreció las dos versiones,
de Aberdeen, cuyos datos bibliográficos pero sin tomar partido. Quien mejor
y tipográficos del original se trans- invalidó con fundamentos la posibil-
criben, tomados del libro de Josefa idad de que el autor del impreso fuera
Sabor Pedro de Angelis y los orígenes De Angelis fue Josefa Sabor.
de la bibliografía argentina (1995): Sabor retomó este tema en su ensayo bio-
Buenos Ayres- Montevideo and affaires bibliográfico sobre Pedro de Angelis,
519
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
Manuel Moreno
520
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
con el cual obtuvo el Premio Academia / - / Odio al que sobresale; faz torcida; /
Nacional de la Historia 1991-1992 a la Lomo cual de alambique o dromedario;
obra inédita, y probablemente no tuvo / mirada atroz; color atrabiliario; / risa
noticias de que Alfred Mallalieu volvió traidora de venganza enchida. / - / Pobre
a aparecer en Londres al año siguiente, de alcance, de intención profundo; / nulo
firmando el libro Rosas y sus calumnia- como orador; como estadista / siempre
dores (1845), que allá llamó la atención en contradicción con todo el mundo.
por la calidad de su impresión. / - / Vendido a un estrangero tramoyista;
Como el contenido de las dos publi- / espuma y nata de un partido inmundo...
caciones de Mallalieu tienen que ver / ¿Don Oxide no es éste, el alquimista? /
con cuestiones comerciales de interés En el mismo medio periodístico
para los ingleses, en Gran Bretaña y también le dedicaron estas cuartetas:
Argentina en el siglo XIX Henry Ferns Don Oxide es un químico / Cuyo
cita al libro Rosas y sus calumniadores y semblante escuálido / Anuncia ingenio
trae la noticia de que Henry Mandeville, tétrico / E intelecto sarcástico. / - / Fuese
desde Londres, había celebrado calu- al Norte de América, / Pisó el suelo britá-
rosamente la publicación de éste en nico, / Donde en tiempo brevísimo / Hizo
carta a Manuelita Rosas. Por entonces, progresos rápidos. / - / De allí regresó
Manuel Moreno continuaba desempe- físico, / Histórico, botánico, / Y además
ñándose como nuestro ministro pleni- metalúrgico, / Item, bibliomaniático.
potenciario ante Su Majestad Británica. Vicente Fidel López dio su versión del
Queda en pie la sospecha de que Manuel origen de este apodo, cuando sobre la
Moreno pudiera haber sido el autor o el persona de Manuel Moreno expresó: era
inspirador de estas dos publicaciones. un pensador de mucho saber; vivía concen-
trado en sus libros y siempre contraído a
los estudios físicos, químicos y de historia
Don Oxide natural. Era de índole solitario, de genio
adusto y taciturno; tenaz, apasionado y
Apodo. Lo prohijó El Constitucional antipático... A causa de su temperamento
(Buenos Aires), dirigido por Manuel bilioso y áspero, corrosivo si es permi-
Bonifacio Gallardo, su constante adver- tido decirlo, le habían puesto el apodo
sario político y adicto a Bernardino “Don Oxide”. cfr. en su Historia de la
Rivadavia. Manuel Moreno profe- República Argentina. Su origen, su revo-
saba ideas federales y era opositor a lucion y su desarrollo político hasta 1852.
este periódico al que combatía, en Buenos Aires, Carlos Casavalle, 1893.
su función de redactor, desde las En el primer tomo de los Anales de la
columnas del Correo Político de las Academia de Medicina de Buenos Aires,
Provincias Unidas del Río de la Plata. impreso por Hallet en 1823, Manuel
Pergeñaron este apodo aprovechando Moreno en su introducción al estudio
que Moreno era profesor de química. de la química dijo: Los metales no tienen
En El Constitucional apareció el soneto actividad en su estado metálico; pero
que se reproduce, dedicado a zaherir convertidos en óxido se hacen corrosivos.
a Moreno: Confusa masa, añeja y mal Para Marcial I. Quiroga, autor del libro
surcida / de especies que no ignora un Manuel Moreno, publicado por Eudeba
boticario / Dicción inculta, estilo estrafa- en 1972, este concepto habría inspirado
lario, / ridícula ambición, mal reprimida. al autor del apodo Don Oxide.
521
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
522
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
523
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
Federico
Obispo Pequeño
Apodo. Nombre dado o adoptado
por Alsina en la Sociedad Valeper. Apodo. Por problemas de salud del
Valeper fue una sociedad secreta, cuasi obispo de Buenos Aires, monseñor
masónica, con actividades literarias Mariano José y Cabrera, aquejado por
y políticas, que funcionó desde el 6 ceguera, sordera y los achaques de la
de noviembre de 1821 hasta el 1° de vejez, debió ser reemplazado en sus
noviembre de 1822, fecha en la cual se funciones. Fue llamado con este fin
decide su disolución. el canónigo Elortondo y Palacio para
Se conocen otros de los apodos dados desempeñarse como su secretario. Elor-
por la Sociedad Valeper a sus inte- tondo y Palacio era un incondicional de
grantes: a Juan Crisóstomo Lafinur Juan Manuel de Rosas y esto le generó
el de Hermano Sinforiano; a Ruperto el mote, ya que su imagen era contra-
Godoy el de Victorio: el de Hipolito al puesta a la del obispo Medrano.
sobrino del general Belgrano, Manuel
Belgrano Cabral; Bartolomé al doctor Nombre y apellido usados: Carlos
Francisco Pico; Pedro al doctor Tejedor
Ireneo Portela; a José Lagos Reflexión; Función y período: director de la
Discurso le fue puesto al coronel Pedro Biblioteca Pública, 1853-1858
García Palacios Discurso; para Ángel
Saravaia, secretario de la sociedad,
el de Jacques; a Baldomero García C. T.
Censor; y José Antonio al médico y
filósofo Diego Alcorta. Seudónimo. Este inicialónimo lo trae
Leopoldo Durán en Contribución a
524
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
T.
525
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
Pepe
Junius
Apodo. Desde su infancia se lo llamó
con este apodo nada original, es éste Seudónimo. Lo dan tanto Cutolo
un nombre hipocorístico familiar. como Durán. Dos de sus contem-
Después aparece a veces en el trato y poráneos, Paul Groussac y Nicolás
la correspondencia con sus relaciones Avellaneda también lo usaron.
personales.
526
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
527
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
528
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
se dice en una nota que dos de estos Nombres y apellido usados: Manuel
artículos son debidos a Quesada. Ricardo Trelles
Función y período: director de la
En cambio, sin ninguna duda, reco- Biblioteca Pública, 1879-1884
noce Cánter como de su autoría A
prepararse! ¿la guerra?, también publi-
cado en El Tiempo de Buenos Aires
(20 de febrero de 1895). Este artículo El Ermitaño del Retiro
fue reproducido en el apéndice del libro
La política chilena en el Plata, las nego- Apodo. A la muerte de su hermano en
ciaciones diplomáticas entre Chile y la 1880, Manuel Ricardo heredó la casa
República Argentina, la cuestión actual, que aquel poseía en la calle San Martín
criterio “de las más altas cumbres” y del 499 (numeración de época), hoy estaría
“Divortium aquarum interoceánico”, el situada al 1100, detrás de la Iglesia del
“hito” de San Francisco, el memorial del Santísimo Sacramento, en la zona de
perito Barros Arana, refutación de las Retiro. Rafael Trelles era su hermano
pretensiones chilenas, con un apéndice mayor; soltero y de gran cultura, entre
que contiene la exposición y refutación sus pertenencias se contaba una vasta
del doctor Bernardo de Irigoyen y varios colección de libros, impresos, docu-
mapas y planos (1895). mentos y objetos de arte.
Por tal motivo Manuel Ricardo y su
familia se mudaron a ese solar, donde
Ernesto prosiguió su vida recoleta, dedicado
al estudio y a atesorar piezas de valor,
Seudónimo atribuido. Pertenece de ahí el apodo de El Ermitaño del
al subgrupo de los prenónimos, Retiro recibido de sus contemporáneos
o nombres propios usados sin el y rescatado en su oportunidad por
apellido. Figura incluido en Autores y Samuel Lafone Quevedo. Este apodo
Seudónimos porteños (2007). sirvió a Enrique de Gandía para subti-
tular El erudito y simpático ermitaño
del Retiro a la conferencia que el 7 de
Quesada junio de 1971 pronunció sobre Trelles
en el Museo Mitre.
Aunque no es seudónimo conviene Samuel A. Lafone Quevedo dedicó un
señalar que también usó para firmar artículo, publicado por La Nación el
sólo su apellido, con lo cual podría 30 de abril de 1893, con los ejemplos
surgir confusión respecto de quién es interesantes de Manuel Ricardo Trelles
la autoría, si de él o de su padre. y su saber como americanista, donde
Con motivo del banquete que se le aparece usado este apodo.
ofreció a Enrique Ferri cuando visitó
Argentina, el discurso que Quesada
pronunció en su honor fue publicado
como artículo en El Tiempo (Buenos
Aires) del lunes 31 de agosto de 1908,
al pie sólo se estampó el apellido
Quesada.
529
530
531
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
532
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
533
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
534
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
535
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
También estuvo la intención de levantar Para llevar a cabo estas obras se dictó la
en la Plaza San Martín un monumento Ley que contiene la autorización para
a los ejércitos de la Independencia, y en la realización de estos proyectos. De
la Isla Martín García, uno en homenaje dicha Ley, la 6286, dictada en el año
a la Marina de Guerra. 1909 y de la que ya hemos hecho refe-
Otros emprendimientos fueron pensados rencia anteriormente, establecía que
en forma conjunta con la colaboración el Poder Ejecutivo contribuiría con la
de otros países. Este es el caso del que suma de 302.970 pesos para la realiza-
se pensó llevar a cabo en Francia, en ción de estas obras y el reacondiciona-
Boulogne Sur Mer, lugar que eligió miento de la Catedral metropolitana y
el general José de San Martín para su el mausoleo del general San Martín.
retiro. El gobierno argentino pensó El Congreso llevó a cabo algunas
comprar la casa del libertador y levantar modificaciones al proyecto original
allí un monumento en su memoria, la del Poder Ejecutivo. Entre algunos de
ley también hacía referencia a la crea- los cambios se encontraba la suspen-
ción del Monumento a la Bandera en la sión de la “estatua de la libertad” a la
ciudad de Rosario y otro en la provincia entrada del puerto de Buenos Aires.
de Córdoba en honor a Deán Funes y en Sin dar demasiados fundamentos al
536
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
varias piedras fundamentales de futuros Por tal motivo, debía tenerse especial
monumentos, algunos proyectos del cuidado con no herir la susceptibi-
gobierno, otros homenajes de distintas lidad de los españoles; el monumento
colectividades extranjeras residentes en no era a la independencia argentina ni
el país, sumados a aquellos que regalaron al pueblo, se trataba de una obra para
a la ciudad los gobiernos extranjeros. la nación Argentina, entendiendo por
Ya en el año 1907 se había confor- nación al conjunto de características
mado la Comisión de Monumentos geográficas, etnográficas, históricas y
y se había previsto levantar los bustos sociales. A pesar del tiempo transcu-
de los vocales de la Primera Junta. Los rrido, aún se temían los resquemores de
mismos deberían ser inaugurados para España hacia sus ex colonias; la idea del
las celebraciones de Mayo. monumento era terminar con cualquier
En 1908 se decidió agregar otros tipo de asperezas que aún pudieran
próceres que también se vinculaban quedar hacia esta ex colonia convertida
a la gesta revolucionaria; los nombres en república independiente.
que sugeridos eran: Nicolás Rodríguez La obra fue encargada a los escultores
Peña e Hipólito Viéytes, entre otros. Agustín Querol, Mariano Benlliure y
Para estos proyectos fueron contra- Miguel Blay. El lugar dispuesto para el
tados muchos artistas extranjeros como emplazamiento del monumento era la
Gustavo Ebelein, encargado de llevar a avenida Alvear y Sarmiento. Se calcu-
cabo el monumento a Juan José Castelli; laba una obra de aproximadamente
J. Lagae, el autor de la estatua de Cornelio veinticinco metros hecha en bronce,
Saavedra; y E. Cordier, responsable de la con un cuerpo del monumento hecho
estatua de Miguel de Azcuénaga. en mármol de Carrara.
Como hemos mencionado anterior- En 1909 los escultores no habían
mente, varias colectividades preveían logrado ponerse de acuerdo, por lo tanto
levantar monumentos. Una de ellas se le encargó la obra sólo a Querol, quien
fue la colectividad alemana; para ello por la misma cobraría 800.00. pesetas. A
se le encargó a Gustavo Alfred Bredow los pocos meses Querol fallece dejando
una talla en mármol, la cual debía el monumento sin concluir. Entonces se
reflejar a unos rudos campesinos junto readjudica la obra a Cipriano Flojeras,
al arado y al buey, en dos grupos sepa- quién antes de terminar el monumento
rados por una plataforma y unidos por también fallece, dejando una vez más
un estanque. Esta obra recién pudo inconclusa la obra.
ser inaugurada en su actual emplaza- Los inconvenientes continuaron. Se
miento de la Plaza Alemania casi 8 años produjeron demoras en la entrega de los
más tarde, el 18 de Mayo e 1918. materiales, se presentaron conflictos con
Tampoco corrió con buena suerte el los herederos y hubo otras muertes más
monumento de homenaje a los resi- entre los miembros de la comisión.
dentes españoles en la argentina. La Finalmente, la inauguración se
comisión de 1908, presidida por Manuel produce 17 años más tarde de lo que
Durán, decidió levantar un monumento había sido previsto. La fecha en que
que reflejara la relación entre Argentina fue descubierta esta obra fue el 25 de
y el pueblo español; esta comisión cons- mayo de 1927.
tituyó una representación en Madrid Los españoles también recibieron un
encargada de la contratación de la obra. monumento proveniente de Argentina.
537
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
538
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
539
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN
540
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario
BIBLIOGRAFÍA
Baliari, Eduardo, Almario de Buenos Aires: los monumentos, Ediciones Culturales Argentinas, Buenos Aires, 1972.
Castelli, María Ermida, Protección jurídica del patrimonio cultural de la humanidad, Blas editora, Buenos Aires, 1987.
Estudios de la historia y arte Argentinos, W. M. Jackson editores, Buenos Aires, 1929.
Salas, Horacio, El centenario, Planeta, Buenos Aires, 2009.
Monumentos y lugares históricos de la República Argentina, Comisión Nacional de museos y monumentos
históricos, Buenos Aires, 1944.
Toto, Carlos María, Monumento y obras de arte en el espacio público de la Ciudad de Buenos Aires, Ministerio de
cultura. Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, 2007.
Zabala, Rómulo, Historia de la Pirámide de Mayo, Academia Nacional de la historia, Buenos Aires, 1962.
541
Álbum
Revisitar la historia es
también un ejercicio de
especulación. Cuando descu-
brimos las primeras fotogra-
fías, no podemos sino ejercer esta facultad de la mente humana.
Pues una inevitable inquietud nos perturba frente al hallazgo, y
nos lleva a indagar sobre las hipotéticas condiciones en que esos
retratos, instantes milagrosos que parecen detener la historia,
fueron sustraídos de su situación.
Los primeros paisajes y pobladores de Argentina que vemos en las
fotos realizadas hacia 1864 por Esteban Gonnet, pueden revelar
un caso temprano de transferencia tecnológica; porque tanto él
como sus sucesores eran extranjeros. Pero en las fotografías poste-
riores surge (de manera evitable, pero preferimos no hacerlo) la
cuestión idiosincrática acerca de la falta de vocación argentina
por prescindir de la mirada del otro. Una percepción ciertamente
benevolente que resalta una escena melancólica.
Las fotografías históricas generan diversos significados: el peón
laborioso en un apacible paisaje patagónico quizá no sea otro que
el mismo trabajador que fue reprimido y sometido a penurias de
diversa índole. Pero este visitante extranjero, en su carácter de invi-
tado, propone una tregua, produce un velo sobre el drama vital de
sus objetos, soslaya las tensiones, construye una vista apacible. A
veces la Buenos Aires retratada se asemeja a una ciudad dibu-
jada por el Barón Haussmann, idealizada respecto de su pulso
cotidiano, el cual aparece sosegado. Muchos personajes (fotógrafo
y fotografiado) aparecen como “no identificados”, aunque se sabe,
tuvieron una vida que ínfimamente (o íntimamente) se detuvo
frente al poder de la lente.
La seriedad es un requisito para lograr un mínimo lugar en la
historia. Acaso porque la fotografía, en aquel entonces, no estaba
asociada inexorablemente a la sonrisa, acaso porque las condiciones
para esbozarla no estaban dadas, los rostros que aparecen sin ser
adustos, enseñan que el humor y lo trascendente no podían reunirse
en una misma figura humana.
¿Cómo no caer en la paradoja de ver la quietud en el movimiento de
gente que se traslada? Muelles, carruajes, caballos, botes. Además,
la fuerza del trabajo es una praxis imposible de ser reducida a los
rígidos planos bidimensionales, pero sospechamos el esfuerzo. Tal
vez, en el presente, las formas del trabajo no sean tan atractivas
para la cámara y para la compasión futura. La potencia de las
imágenes tiene la intensidad del trabajo y, si bien lo simplifica
gráficamente, también lo rescata para que surja una situación de
interrogación respecto a sus modos, sus condiciones y sus posibili-
dades emancipatorias.
Es imposible elogiar las obras sin incurrir en un exceso de paisajismo
pintoresco, sólo puede superar tal exceso el valor que la historia
le otorga a la recreación de cada singularidad acontecida. En el
Universo todo se mueve siempre. ¿Por qué no habría de hacerlo un
ente que es “apenas” una foto?
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Mercado de
Constitución (1864),
Recuerdos de Buenos
Ayres, Esteban Gonnet
544
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Paseo de Marte
(1864), Recuerdos de
Buenos Ayres, Esteban
Gonnet
545
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Plaza de la Victoria,
Cabildo (1864),
Recuerdos de Buenos
Ayres, Esteban Gonnet
546
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Plaza de la Victoria
(1867), Benito Panunzi
547
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
548
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Retratos (1871-1876),
Benítez y Pages
549
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Escenas de la playa
(1876), Vistas y
costumbres,
Christiano Junior
550
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
551
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Palermo (1876),
Vistas y costumbres,
Christiano Junior
552
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Puente Pueyrredón
(1876), Vistas y
costumbres,
Christiano Junior
553
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Jardín de infantes
(1889), Escuelas,
Samuel Boote
554
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Clase funcionando
[2° grado, escuela
de varones] (1889),
Escuelas,
Samuel Boote
555
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Muelle de pasajeros
(1891), Álbum de
vistas y costumbres de
Buenos Aires y de la
República Argentina,
Autor no identificado
Sombrerería Sommer
(1891), Álbum de
vistas y costumbres de
Buenos Aires y de la
República Argentina,
Autor no identificado
556
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
La Boca (1891),
Álbum de vistas y
costumbres de Buenos
Aires y de la República
Argentina, Autor no
identificado
Mercado central de
frutos de Barracas
(1891), Álbum de
vistas y costumbres de
Buenos Aires y de la
República Argentina,
Autor no identificado
557
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
558
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
559
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Cochera y caballeriza
presidencial
(ca. 1910),
Casa de Gobierno,
Harry Grant Olds
560
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Jardín de invierno
(ca. 1910),
Casa de Gobierno,
Harry Grant Olds
561
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
562
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
563
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
564
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Calle Florida
(ca. 1920), Vistas de
Buenos Aires, Gastón
Bourquin
565
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Avenida de Mayo
(ca. 1920), Vistas de
Buenos Aires, Gastón
Bourquin
Calle Callao esquina
Córdoba (ca. 1920),
Vistas de Buenos Aires,
Gastón Bourquin
566
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Avenida de Mayo
(ca. 1920), Vistas de
Buenos Aires, Gastón
Bourquin
Calle Perú (ca. 1920),
Vistas de Buenos Aires,
Gastón Bourquin
567
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
568
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
569
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Constitución (1920),
Souvenir,
Harry Grant Olds
570
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
571
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
572
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Balneario Atlántico
(ca. 1930), Ing. White,
Federico Kohlmann
573
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
574
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Berisso. Frigorífico
Swift. Salida del
trabajo (1930),
Vistas de la República
Argentina,
Federico Kohlmann
575
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
576
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
577
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
578
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Panorámica de
Buenos Aires (1931),
N. del Prado
579
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Antiguo sistema de
empaque de uvas en
canastos (ca. 1931),
Censo Agrícola de
San Juan, Autor no
identificado
El “desaparte” en
el cultivo de la
remolacha (ca. 1931)
Censo Agrícola de
San Juan, Autor no
identificado
580
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
Máquinas
cosechadoras de
remolacha (ca. 1931),
Censo Agrícola de
San Juan, Autor no
identificado
Pulverización de
frutales (ca. 1931)
Censo Agrícola de
San Juan, Autor no
identificado
581
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum
Edificio Kavanagh
(1936), Autor no
identificado
582
LA BIBLIOTECA
Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario
583