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La educación popular: radio y alfabetización

A finales de los años 60, obispos del norte santafesino, conocedores de la vulnerabilidad la
que están expuestas familias campesinas e indígenas, llegan a la conclusión de que la principal
causa de la pobreza estructural es el analfabetismo. En esas décadas, los indicadores sociales de
exclusión y marginación eran alarmantes. Esa zona del país es conocida por la explotación
laboral y la desigualdad. Los humildes viven aún en forma indigna.

Se crea el Instituto de Cultura Popular (Incupo) con el fin del educar e incluir a los
adultos, tanto peones rurales, trabajadores golondrinas, como comunidades originarias.

Comienzan adaptando el método de alfabetización del educador brasileño Paulo Freire,


mezclado con las propuestas de educación radiofónica del sacerdote colombiano José J. Salcedo
Guarín. Luego, con el aval de los años, se inmiscuyen en luchas referidas a derechos y acceso a
la tierra para los humildes ante las privatizaciones.

Además se produce el intercambio de aprendizajes, aquello que es trasmitido por los pueblos
nativos: la sustentabilidad ecológica y la colaboración entre cultural, la necesidad de
participación y crecimiento. Se les acompaña desde el instituto, se les da voz a los excluidos
para repensar en conjunto las problemáticas que afectan a esas regiones.

En la actualidad está presente en cinco provincias del norte argentino: Santa Fe, Chaco,
Formosa, Corrientes y Santiago del Estero.

El proyecto se financió desde la iglesia católica a través de organizaciones extranjeras y


capitales de filántropos de la zona.

La alfabetización en los 70 se da mediante un programa radial, “juntos podemos”, con apoyo


de material didáctico y formadores en diversos lugares de la región (una casa, un patio, un salón
vecinal o parroquial) que ejercitan y explican en el momento de la transmisión. El monitor guía
al grupo mientras oyen la radio. “Es un proceso de aprendizaje que apunta a un desarrollo
humano integral”.

También se elabora un periódico llamado “acción”, donde se dan a conocer y analizan las
realidades de esas familias campesinas e indígenas y los avances dados a través de los años
gracias al instituto.
Juntos podemos

En la primavera de 1970 se realizó la primera transmisión radiofónica educativa del país. Las
grabaciones fueron reproducidas en la radio Nacional de Formosa y la radio Universidad de
Santa Fe.

La educación a distancia fue pensada para la población humilde campesina, por esto los
temas a tratar debían adaptarse y ser trasmitidos en determinado horario.

Los contenidos eran economía y trabajo, lengua y matemáticas, y temas religiosos y


eclesiales.

Los grupos se reunían en diversos lugares a oír la trasmisión y el monitor acompañaba la


clase, explicando.

La capacitación con los años se vuelve hacia la política, la técnica y la comunicación.

Las personas aprenden a leer y escribir, esto les permite insertarse en la comunidad de
manera más plena. Se les otorga libertad y dignidad. Muchos eligen continuar sus estudios.

Se apunta a fomentar la educación y comunicación para la construcción de una sociedad más


integrada y justa. Esto colabora en la restitución de valores de aquellos excluidos del sistema
social.

Avances y actualidad

El paso del tiempo y las transformaciones políticas y económicas implicadas influyeron en


los avances necesarios para la solución profunda de las problemáticas sociales. Se requiere la
organización productiva de los campesinos, peones, criollos y nativos.

Los resultados a alcanzar se magnifican y se requieren soluciones cada vez más elaboradas.
Con instruir a la comunidad no es suficiente. Por esto se busca generar una producción popular
de alimentos que les permita la inserción en el mercado. Para esto es necesaria la obtención y la
posibilidad de trabajar la tierra por parte los campesinos y nativos, el uso de tecnologías acordes
y la autonomía y sustentabilidad.

Desde el INCUPO se considera que su motivo de existencia trasciende la labor educativa.


Buscan promover el desarrollo rural, a través de la organización y la lucha por la tierra, el
autoabastecimiento, el uso y desarrollo de tecnologías propias y comercialización en
comunidad, manejo de recursos naturales de manera sustentable y la producción de alimentos
sanos.

El INCUPO, con su origen en el cristianismo tercermundista, colabora en la formación de


esas organizaciones populares, devolviéndoles a las personas el rol de actor social y político.
Con el tiempo estos actos e ideas logran incidir en las políticas públicas, solucionando algunas
de las miles de necesidades de las familias campesinas e indígenas.

Uno de los proyectos firmes que sostienen desde el INCUPO es la creación de una
universidad campesina, imitando la experiencia venezolana del año 2014.
Bibliografía:

Artículo disponible en https://www.diarionorte.com/article/159722/incupo-47-anos-


trabajando-para-la-inclusion-de-campesinos-e-indigenas

Artículo disponible en https://www.revistacriterio.com.ar/bloginst_new/2010/09/01/juntos-


podemos/

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sus-45-anos/+&cd=2&hl=es-419&ct=clnk&gl=ar

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