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LECCIÓN XIV
El elemento de solución unificador es el de la autonomía de la voluntad para la elección del derecho aplicable;
no obstante, el principio tropieza con que no todos los ordenamiento jurídicos lo admiten con igual alcance, o las partes,
sólo hacen uso de esta facultad de elección para algunos aspectos del contrato, produciendo situaciones mixtas en las
cuales, en el mismo contrato el derecho elegido debe convivir con los mecanismos de elección de la ley aplicable
previstos en su ausencia. Es indudablemente, el medio más eficaz en materia contractual para lograr certeza respecto
de la ley aplicable.
La falta de previsión de las partes en introducir en sus contratos clausulas relacionadas con la determinación
de la ley aplicable, es la que conduce a los mecanismos contemplados por el sistema conflictual y en última a reflexionar
o verificar si la referencia es a la norma material extranjera o es posible considerar la norma de conflicto del
ordenamiento jurídico remitido.
La regla esta enunciada en la regulación del contrato –acto jurídico típico- por medio del Art. 669 del Código
Civil que faculta a los interesados a reglar libremente sus derechos mediante contratos, observando las normas
imperativas de la ley.
Esta facultad, la de que las partes puede reglar sus derechos, presupone la realización de un acto que reúne las
condiciones fijadas en la ley, es decir «actos voluntarios lícitos» conforme al Art. 296 del Código Civil, que tienen por
fin inmediato crear, modificar, transferir, conservar o extinguir derechos. Los de omisión siguen las mismas reglas.
El acto jurídico requiere que sea realizado con «discernimiento, intención y libertad» y que produzca como
efecto, la adquisición, modificación o extinción de derechos, la ley niega efecto a los actos que no reuniesen tales
requisitos según el Art. 277 del Código Civil.
La aplicación del derecho extranjero está sujeta a que no se oponga a las leyes de orden público, la moral y las
buenas costumbres según surge del Artículo 22 del Código Civil.
El principio de autonomía de la voluntad surge también de las disposiciones vinculadas al efecto de los actos
jurídicos, el Art. 301 del Código Civil dice: «Los actos jurídicos producen el efecto declarado por las partes, el
DERECHO
UNIGRAL – FILIAL ITÁ
virtualmente comprendido en ellos y el que les asigne la ley». Es la voluntad de las partes la que determina el acto
jurídico contractual y es también la que puede, en ejercicio de la libertad de reglar el derecho, establecer las reglas a
las que las partes decidan someterse.
En el Derecho Internacional Privado contractual es perfectamente posible que las partes elija directamente la
ley a la cual deciden someterse -«lex contractus»-; acuerdos que tienen forma contractual y efecto legal en la medida
en que no afecten normas de orden público, normas imperativas o de aplicación inmediata o normas de policía.
Son limitaciones a la actuación de los particulares impuestas por el derecho público económico. La cuestión
que interesa al Derecho Internacional Privado apunta a saber si el juez del foro puede tomar en cuenta las reglas de
competencia del derecho extranjero competente para limitar o evitar su aplicación, e internamente para aplicar o no
el derecho extranjero o en todo caso bajo que alcance.
Lo que se busca en esencia es la validez de la relación contractual, dejando como solución excepcional la invalidez o
nulidad del contrato, es decir en la interpretación aplicar el principio «favor negotti», principio que en el ordenamiento
jurídico Paraguayo encuentra contemplado en la última parte del Art. 22 del Código Civil « No se aplicarán las leyes
extranjeras cuando las normas de este Código sean más favorables a la validez de los actos».
El Art. 712 del Código Civil también refleja este principio «Las cláusulas susceptibles de dos sentidos, del uno
de los cuales resultaría la validez, y del otro la nulidad del acto, deben entenderse en el primero. Si ambos dieren
igualmente validez al acto, deben tomarse en el sentido que más convenga a la naturaleza de los contratos y a las reglas
de la equidad».
Se debe tener en cuenta lo dispuesto en el Art. 708 del Código Civil « Al interpretarse el contrato se deberá
indagar cual ha sido la intención común de parte y no limitarse al sentido literal de las palabras. Para determinar la
intención común de las partes se deberá apreciar su comportamiento total, aun posterior a la conclusión del contrato».
Estas disposiciones demuestran que dentro del sistema de ordenamiento jurídico Paraguayo, aún en ausencia
de acuerdo sobre ley aplicable, podría ser aplicado un derecho distinto al del lugar de celebración, cuando las reglas de
interpretación señaladas conducen a un derecho diferente. Lo demuestra lo dispuesto en el Art. 709 del Código Civil «
Las cláusulas del contrato se interpretan las unas por medio de las otras, atribuyendo a las dudosas el sentido que
resulte del contexto general» o el Art. 710 del Código Civil « Por generales que fueren las expresiones usadas en el
contrato, éste no comprende sino los objetos sobre los que las partes se han propuesto contratar», así como también
el Art. 711 del Código Civil «Cuando en un contrato se hubiere hecho referencia a un caso con el fin de explicar un
pacto, no se presumirá excluidos los casos no expresados, a los que, de acuerdo con la razón, puede extenderse dicho
pacto».
En torno a la autonomía de la voluntad de las partes para determinar la legislación aplicable en este tipo de
contratos, el Art. 3.3 dispone «La elección por las partes de una ley extranjera, acompañada o no de la de un Tribunal
extranjero, no podrá afectar, cuando todos los demás elementos de la situación estén localizados en el momento de
esta elección en un solo país, a las disposiciones que la ley de ese país no permita derogar por contrato, denominadas
en lo sucesivo «disposiciones imperativas».
El Tratado de Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1889 no contiene referencias con relación a la
autonomía de la voluntad, ni a la aceptación o rechazo del principio. El Tratado de Derecho Civil Internacional de
Montevideo de 1940 tiene una referencia en el Art. 5° del Protocolo adicional: «La jurisdicción y las leyes aplicables
sobre los tratados no pueden ser modificadas por voluntad de partes, salvo: en la medida en que dicha ley lo autorice».
La Convención Interamericana sobre Derecho aplicable a los Contratos Internacionales (1994), define el alcance
de la expresión contratos internacionales. En su Art. 1° luego de determinar que se aplica a este tipo de relaciones,
refiere «Se entenderá que un contrato es internacional si las partes del mismo tienen su residencia habitual o su
establecimiento en Estados Parte diferentes, o si el contrato tiene contactos objetivos con más de un Estado Parte».
La evolución de las relaciones contractuales y en especial el comercio internacional han impuesto cada vez más
el principio de autonomía plasmado en diversos instrumentos convencionales.
Los principios establecidos de UNIDROIT indican que el contrato internacional debe interpretarse conforme a
la intención común de las partes.
En la relación contractual entre presentes, para que se considere la existencia de consentimiento, la oferta
debe ser inmediatamente aceptada (Art. 675 CCP primera parte).
La terminología utilizada de contrato entre presentes y ausentes debe ser interpretada conforme a las
disposiciones del Código, la falta de presencia de una de las partes, no implica necesariamente que el contrato se
considere celebrado entre ausentes. Lo que exige la ley de acuerdo al citado artículo 675 del Código Civil es la
aceptación inmediata para que se entienda la existencia del consentimiento.
Los contratos a distancia se negocian y realizan vía internet que se viene convirtiendo en un medio
imprescindible cuando se busca de celeridad, pese a las dificultades de certeza que aún rodean este medio o de
determinación clara de las reglas a las cuales recurrir en caso de incumplimiento.
Frente a las nuevas formas de contratación internacional, estados ciertos que nuevas reglas serán introducidas
por normativa de fuente interna o de fuente convencional, buscando unificar las reglas aplicables, entre tato es
necesario recurrir a las normas de conflictos clásicas y a partir de ellas ubicar la legislación aplicable.
El Art. 687 del Código Civil « El contrato se considera celebrado en el lugar en que se formula la oferta».
Art.699.- La forma de los contratos será juzgada: a) entre presentes, por las leyes o costumbres del lugar en
que hubieren sido concluidos; b) entre ausentes, cuando constaren en instrumento privado suscripto por alguna de las
partes, por las leyes del lugar en que haya sido firmado.
VIII. Ley aplicable para juzgar los vicios substanciales de los actos jurídicos.
Los vicios substanciales de los actos a ser cumplidos en el Paraguay, interpretado como aquellos que invalidan
el acto como actos nulos, o actos no oponibles, en razón del orden público o la afectación de una norma imperativa y
de policías, son sometidos a la ley local.
Con relación a las normas de conflicto aplicables, el Art. 11 del Código Civil, establece la capacidad e incapacidad
de hecho de las personas físicas domiciliadas en la República, sean nacionales o extranjeras, serán juzgados por las
disposiciones de este Código, aunque no se trate de actos ejecutados o de bienes existentes en la República.
Art.12.- La capacidad e incapacidad de hecho de las personas domiciliadas fuera de la República, serán juzgadas por las
leyes de su domicilio, aunque se trate de actos ejecutados o de bienes existentes en la República.
Art.13.- El que es menor de edad según las leyes de su domicilio, si cambia de éste al territorio de la República, serán
considerado mayor de edad, o menor emancipado, cuando lo fuere conforme con este Código. Si de acuerdo con
aquéllas fuese mayor o menor emancipado, y no por las disposiciones de este Código, prevalecerán las leyes de su
domicilio, reputándose la mayor edad o la emancipación como un hecho irrevocable.
Art.26.- La existencia y capacidad de las personas jurídicas de carácter privado constituidas en el extranjero, se regirán
por las leyes de su domicilio, aunque se trate de actos ejecutados o de bienes existentes en la República.
Art.101.- La existencia y capacidad de las personas jurídicas privadas extranjeras, se rigen por las leyes de su domicilio.
El carácter que revisten como tales, las habilita para ejercer en la República todos los derechos que les corresponden
para los fines de su institución, en la misma medida establecida por este Código para las personas privadas nacionales.
En materia convencional, el Art. 4° del Tratado de Derecho Civil de Montevideo de 1940 establece: «La existencia y la
capacidad de las personas jurídicas de carácter privado, se rigen por las leyes del país de su domicilio. El carácter que
revisten las habilita plenamente para ejercitar fuera del lugar de su institución todas las acciones y derechos que les
corresponda».
Art.297.- Sin perjuicio de lo dispuesto en este Código sobre la capacidad o incapacidad de las personas, y sobre
la forma de los actos, éstos serán exclusivamente regidos, sea cual fuere el lugar de su celebración, en cuanto a su
formación, prueba, validez y efectos, por las leyes de la República, cuando hubieren de ser ejecutados en su territorio,
o se ejercieren en él acciones por falta de su cumplimiento. Los actos relativos a las sucesiones por causa de muerte se
regirán por las disposiciones especiales de este Código.
Los Tratados de Montevideo de 1889 y de 1940 han construido por mucho tiempo, hasta la aparición de las
nuevas fuentes generadas por las Conferencias Especializadas de Derecho Internacional Privado (CIDIP) y los Protocolos
de Cooperación celebrado en el ámbito del MERCOSUR, la fuente convencional más importante a la cual adhirió el
Paraguay.
Artículo 1º. La existencia, el estado, y la capacidad de las personas físicas, se rigen por la ley de su domicilio.
No se reconocerá incapacidad de carácter penal, ni tampoco por razones de religión, raza, nacionalidad u opinión.
Artículo 36. La ley que rige los actos jurídicos decide sobre la calidad del documento correspondiente. Las formas y
solemnidades de los actos jurídicos se rigen por la ley del lugar en donde se celebran u otorgan. Los medios de
publicidad, por la ley de cada Estado.
Artículo 37. La ley del lugar en donde los contratos deben cumplirse rige:
Su existencia;
Su naturaleza;
Su validez;
Sus efectos;
Sus consecuencias;
Su ejecución
En suma, todo cuanto concierne a los contratos, bajo cualquier aspecto que sea.
Artículo 38. En consecuencia, los contratos sobre cosas ciertas e individualizadas se rigen por la ley del lugar en donde
ellas existían a tiempo de su celebración. Los que recaigan sobre cosas determinadas por su género, por la del lugar del
domicilio del deudor a tiempo en que fueron celebrados. Los referentes a cosas fungibles, por la del lugar del domicilio
del deudor a tiempo de su celebración.
Si recaen sobre cosas, por la del lugar en donde ellas existían a tiempo de su celebración;
Si su eficacia se relaciona con algún lugar especial, por la de aquel en donde hayan de producirse sus efectos;
Fuera de estos casos, por la del lugar del domicilio del deudor, a tiempo de la celebración del contrato.
Artículo 39. Los actos de beneficencia se rigen por la ley del domicilio del benefactor.
Artículo 40. Se rigen por la ley del lugar de su celebración, los actos y contratos en los cuales no pueda determinarse,
a tiempo de ser celebrados y según las reglas contenidas en los artículos anteriores, el lugar de cumplimiento.
Artículo 41. Los contratos accesorios se rigen por la ley del contrato principal.
Artículo 42. La perfección de los contratos celebrados por correspondencia o por mandatario, se rige por la ley del
lugar del cual partió la oferta aceptada.
Artículo 56. Las acciones personales deben entablarse ante los jueces del lugar a cuya ley está sujeto el acto jurídico
materia de juicio. Podrán entablarse igualmente ante los jueces del domicilio del demandado. Se permite la prórroga
territorial de la jurisdicción si, después de promovida la acción, el demandado la admite voluntariamente, siempre que
se trate de acciones referentes a derechos personales patrimoniales. La voluntad del demandado debe expresarse en
forma positiva y no ficta.
PROTOCOLO ADICIONAL AL TRATADO DE DERECHO CIVIL INTERNACIONAL Artículo 5º. La jurisdicción y la ley aplicable
según los respectivos Tratados, no pueden ser modificadas por voluntad de las partes, salvo en la medida en que lo
autorice dicha ley.
Art. 17.- En las acciones personales será competente el Juez del lugar convenido para el cumplimiento de la
obligación, y a falta de éste, a elección del demandante, el del domicilio del demandado, o el del lugar del contrato,
con tal que el demandado se halle en él aunque sea accidentalmente.
Si hubiere varios coobligados, prevalecerá la competencia del Juez ante quién se instaure la demanda.
El que no tuviere domicilio conocido podrá ser demandado en el lugar donde se encuentre.
Art. 19.- Puede demandarse ante el Juez nacional el cumplimiento de los contratos que deban ejecutarse en la
República, aunque el demandado no tuviere su domicilio en la República y el contrato debiera cumplirse fuera de ella,
podrá ser demandado ante el Juez de su domicilio.
Desde la óptica del Derecho Internacional Privado, la disposición debe ser interpretada en el sentido de que la
competencia nacional, determinada por una relación de carácter internacional indique como componente la
jurisdicción nacional es improrrogable y no puede ser objeto de acuerdo de partes para prorrogarla.
Art.5°.- Competencia nacional. La competencia del juez paraguayo subsistirá hasta el fin de las causas iniciadas
ante él, aunque cambien durante el proceso las circunstancias que determinaron inicialmente su competencia.
Art.7°.- Declaración de incompetencia. Toda demanda debe interponerse ante juez competente, y siempre que la
exposición del actor resulte no ser de la competencia del juez ante quien se deduce, deberá dicho juez inhibirse de
oficio, sin más actuaciones, mandando que el interesado ocurra ante quien corresponda, salvo lo establecido por los
artículo 3° y 4°.
Se optó por una convención sobre los conflictos de leyes en materia de contratación internacional, quizás bajo
la idea de generar una normativa relacionada con la jurisdicción en todos los campos del Derecho Internacional Privado,
o quizás porque dificultaría la aprobación de la Convención que resultara por la existencia de sistemas diferentes como
los de Canadá y Estados Unidos.
El Protocolo de Bueno Aires sobre Jurisdicción Competente en materia contractual, tuvo por base la
«Convención Concerniente a la Competencia Judicial y Ejecución de Decisiones en Materia Civil y Comercial de la
Comunidad Europea».
Su ámbito de aplicación está referido a los Estados Partes del Mercosur y a las materias de naturaleza
contractual, sobre los cuales se establecen fórmulas de solución en materia jurisdiccional de contratos internacionales
de naturaleza civil o comercial celebrados entre particulares, personas físicas o jurídicas: a. con domicilio o sede social
en diferentes Estados Partes del Tratado de Asunción; y b. cuando por lo menos una de las partes del contrato tenga
su domicilio o sede social en un Estado Parte del Tratado de Asunción y además se haya hecho un acuerdo de elección
de foro a favor de un juez de un Estado Parte y exista una conexión razonable según las normas de jurisdicción de este
Protocolo.
La ley aplicable a los contratos se rige por la regla general a través del principio de autonomía de la voluntad,
en el ordenamiento jurídico paraguayo este principio surge del Art. 669 del Código Civil que faculta a los interesados a
reglar libremente sus derechos mediante contratos, observando las normas imperativas de la ley. La aplicación del
derecho extranjero está sujeta a que no se oponga a las leyes de orden público, la moral y las buenas costumbres según
surge del Artículo 22 del Código Civil.
Art. 715 del Código Civil «Las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a la cual
deben someterse como a la ley misma, y deben ser cumplidas de buena fe. Ellas obligan a lo que esté expresado, y a
todas las consecuencias virtualmente comprendidas» el Art. 301 del Código Civil dice: «Los actos jurídicos producen el
efecto declarado por las partes, el virtualmente comprendido en ellos y el que les asigne la ley».
Es la voluntad de las partes la que determina el acto jurídico contractual y es también la que puede, en ejercicio
de la libertad de reglar el derecho, establecer las reglas a las que las partes decidan someterse.
La terminología utilizada de contrato entre presentes y ausentes debe ser interpretada conforme a las disposiciones
del Código, la falta de presencia de una de las partes, no implica necesariamente que el contrato se considere celebrado
entre ausentes.
En el ordenamiento jurídico paraguayo, las reglas de competencia relacionadas con la jurisdicción internacional
competente, se encuentran legisladas en el Código de Organización Judicial «COJ».
Art. 17.- En las acciones personales será competente el Juez del lugar convenido para el cumplimiento de la
obligación, y a falta de éste, a elección del demandante, el del domicilio del demandado, o el del lugar del contrato,
con tal que el demandado se halle en él aunque sea accidentalmente.
Si hubiere varios coobligados, prevalecerá la competencia del Juez ante quién se instaure la demanda.
El que no tuviere domicilio conocido podrá ser demandado en el lugar donde se encuentre.
Art. 18.- Será Juez competente para conocer de la obligación accesoria el que lo sea de la principal.
Art. 19.- Puede demandarse ante el Juez nacional el cumplimiento de los contratos que deban ejecutarse en la
República, aunque el demandado no tuviere su domicilio en la República y el contrato debiera cumplirse fuera de ella,
podrá ser demandado ante el Juez de su domicilio.
El Art. 3° del Código Procesal Civil se ocupa del carácter de la competencia y de acuerdo al mismo: «La competencia
atribuida a los jueces y tribunales es improrrogable. Exceptúase la competencia territorial, que podrá ser prorrogada
por conformidad de partes, pero no a favor de jueces extranjeros, salvo lo establecido en leyes especiales»
Desde la óptica del Derecho Internacional Privado, la disposición debe ser interpretada en el sentido de que la
competencia nacional, determinada por una relación de carácter internacional indique como componente la
jurisdicción nacional es improrrogable y no puede ser objeto de acuerdo de partes para prorrogarla.
Los Tratados de Montevideo de 1889 y de 1940 han constituido por mucho tiempo, hasta la aparición de las nuevas
fuentes generadas por las Conferencias Especializadas de Derecho Internacional Privado (CIDIP) y los Protocolos de
Cooperación celebrado en el ámbito del MERCOSUR, la fuente convencional más importante a la cual adhirió el
Paraguay.
LECCIÓN XV
LECCION
ELEMENTOS:
Dentro de los títulos de crédito se encuentran títulos cambiarios y también están comprendidos en este tipo de
documentos los títulos representativos de mercaderías que atribuyen al poseedor el derecho a la entrega de
mercaderías que especifican en ellos.
La transferencia del título de crédito comprende los derechos accesorios inherentes a él (Art. 1510 del cód. civil)
Sobre sus modalidades con relación al sujeto activo, los títulos de crédito pueden ser nominativos o al portador,
éstos últimos pueden ser transferidos por la simple entrega del título (Art. 1517 C.C.)
Los títulos de crédito más utilizados por su efecto cambiario son el cheque bancario, el pagaré, las letras de cambio
y las facturas, de los cuales se han ocupado de forma específica la CIDIP I y CIDIP II y su antecedente los Tratados
de Montevideo.
El código Procesal Civil se ocupa de los títulos de crédito que traen aparejada ejecución, conforme lo previsto en el
artículo 449 en concordancia con el art. 448 inc f)del Código Procesal Civil, las letras de cambio facturas
conformadas, vales o pagarés y cheques, son instrumentos que taren aparejada ejecución.
a) Las que buscan unificar la legislación aplicable a todos los actos insertos en la letra y derivados de ella.
b) Las que consideran que cada uno de los actos incluyendo el de la capacidad para obligarse por la misma deben
ser regidos por una sola ley, donde los temas debatidos, por otra parte, se inician con la calificación misma del
instrumento.
DOCTRINA DE LA UNIDAD JURÍDICA: Hace del contrato de emisión la base de la existencia de la letra de cambio; de
tal manera que de los defectos que atenúan o suprimen la eficacia jurídica de ese contrato de emisión, repercuten
sobre todas las situaciones jurídicas ulteriores. Todos los derechos de los diversos negociadores de la letra, son
dados sobre la base del contrato inicial. Del mismo modo, la extensión de los derechos está limitada al máximum
de los derechos iniciales surgidos del acto de emisión. Por ende esta línea de pensamiento sujeta todos los actos
cambiarios a una misma y única ley
DOCTRINA DE LA AUTONOMÍA: Hace de cada uno de los actos de negociación cambiaria un contrato autónomo, en
el que cada uno de los obligados asume una obligación que no se encuentra subordinada en su existencia a la
validez o a la extensión de las obligaciones existentes. La autonomía cambiaria se impone ante la necesidad de
circulación del crédito, por lo que los actos cambiarios y en especial su circulación en base a los aspectos formales
y substanciales, que tienden así a ser regidos por el lugar en que se efectúa o celebra cada acto, que influirá en la
calificación.
En lo que guarda relación a la jurisdicción competente a los títulos de créditos, se ha indicado la del domicilio del
demandado al momento de asumir o suscribir la obligación, en su defecto el domicilio del demandado al momento
de promoción de la demanda (Art. 35 del TCTM40). La solución aportada por el art. 8 de la convención
interamericana sobre conflictos de leyes en materia de letras de cambio, pagarés y factura de Panamá, en 1975
indica una jurisdicción optativa a favor del actor, la del lugar en que la obligación deba cumplirse o la del domicilio
del demandado. Sobre la fuente jurisdiccional de fuente interna, la ley 8797/81 o Código de organización judicial
en su art. 17 en lo que resulta aplicable a los títulos de crédito, privilegia para las acciones personales la jurisdicción
del lugar en que la obligación debe ser cumplida y a falta de éste, la del domicilio del demandado. Sobre las
obligaciones accesorias, de acuerdo al art. 18 del código de organización judicial resulta competente el que lo sea
respecto de la obligación principal.
A dicho efecto corresponde hacer un análisis general de las soluciones más próximas, y que podrían servir de
referencia, por ejemplo, hacer regir cada acto de una letra de cambio conforme a la ley del lugar en que se efectúan-
locus regit actum-que determinará según la internacionalidad de los actos incorporados al título, la pluralidad de
legislaciones, pero que sin duda serán las más adecuadas para regir cada acto, en especial las formalidades que
deben revestir para su validez cada uno de ellos. Las soluciones relacionadas a la letra son extensibles a otros títulos
cambiarios.
De modo general puede decirse que los tratados de Montevideo de 1889 y 1940 se inclinan por someter los títulos de
crédito a la ley del lugar de realización de los actos.
La forma del giro, endoso, aval, intervención aceptación o protesto de una letra de cambio, se somete a la ley del lugar
en que cada uno de dichos actos se realice.
Todas las obligaciones resultantes de una letra de cambio se rigen por la ley del lugar donde hubieren sido contraídas.
Para los efectos de esta convención cuando una letra de cambio no indicare el lugar en que se hubiere contraído una
obligación cambiaria, ésta se regirá por la ley donde la letra deba ser pagada, y si éste no constare, por la del lugar de
su emisión.
Ley aplicable al procedimiento de aceptación, pago y protesto. Los procedimientos y plazos para la aceptación, el pago
y el protesto, se someten a la ley del lugar en que dichos actos se realicen o deban realizarse.
La ley del estado donde la letra de cambio deba ser pagada determina las medidas que han de tomarse en caso de
robo, hurto, falsedad, extravío, destrucción o inutilización material del documento.
Jurisdicción competente
Los tribunales del estado parte donde la obligación deba cumplirse o los del estado parte donde el demandado se
encuentre domiciliado, a opción del actor, serán competentes para conocer de las controversias que se susciten con
motivo de la negociación de una letra de cambio.
De acuerdo al artículo 1 “La capacidad para obligarse por medio de un cheque se rige por la ley del lugar donde la
obligación ha sido contraída”.
El artículo 2 dispone La forma del giro, endoso aval, protesto y demás actos jurídicos que puedan materializarse en el
cheque, se somete a la ley del lugar en que cada uno de los actos deba realizarse.
Todas las obligaciones resultantes de un cheque se rigen por la ley del lugar donde hubiesen sido contraídas.
Se someten a la ley del lugar en que el protesto o ese otro acto equivalente se realicen o deba realizarse.
La ley del lugar en que el cheque deba pagarse determina: a)Su naturaleza; b) Las modalidades y sus efectos; c)El
término de presentación; d) La personas contra las cuales puede ser librado; e) Si puede girarse para abono a
cuenta, cruzado, ser certificado o confirmado, y los efectos de estas operaciones; f) Los derechos del tomador sobre o
provisión de fondos y naturaleza de dichos derechos; g) Si el tenedor puede exigir o está obligado a recibir un pago
parcial; h) Los derechos del girador para revocar el cheque u oponerse al pago; i) La necesidad de protesto u otro acto
equivalente para conservar los derechos contra los endosantes, el girador u otros obligados; j) las medidas que han de
tomarse en caso de robo, hurto, falsedad, extravío, destrucción o inutilización material del documento y k) En general,
todas las situaciones referentes al pago del cheque.
Todas estas reglas son aplicables, salvo como que en el territorio del Estado Parte que la considerare manifiestamente
contraria a su orden público.
Como resultado dela conferencia de Ginebra de 1930, el 7 de junio de ese año, se aprobaron los siguientes convenios,
el convenio relativo a la ley uniforme sobre letra de cambio y pagaré cambiario, un convenio destinado a reglamentar
algunos conflictos de leyes en materias de letras de cambio y pagaré cambiario y un convenio relativo al derecho de
timbre de letra de cambio y el pagaré cambiario. Estos instrumentos entraron en vigor para los estados signatarios en
1934 al recibir el número de ratificaciones necesarias para su entrada en vigencia. Estas convenciones tienen por base
el “Reglamento Uniforme” de la Haya de 1912, la mayoría de su articulado es reproducción literal del citado
reglamento.
LECCIÓN XVI
LECCION
EVOLUCIÓN JURÍDICA DE LAS RELACIONES DE CONSUMO
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La corriente de liberalización comercial que impulsara la eliminación de los obstáculos
relacionados al comercio de bienes, se extiende posteriormente al comercio de servicios, dando
lugar a nuevos lazos entre productores y consumidores así como prestadores y usuarios,
relaciones jurídicas que no se ciñen necesariamente a las reglas tradicionales aplicables a los
vínculos contractuales en el campo del derecho acentuando las relaciones de consumo.
La comisión Europea impulsa la revisión de todos estos instrumentos con vistas al mejor funcionamiento del mercado
interior de los consumidores, busca establecer un equilibrio entre el nivel de protección y la competitividad de las
empresas, garantizando el respeto al principio de subsidiariedad, es decir, actuar sólo en los casos que los estados
miembros se encuentren imposibilitados de hacerlo. Considera que una revisión del acervo en materia de consumo,
brinda una oportunidad única para modernizar las directivas sobre consumo existentes y de simplificar y mejorar el
entorno regulador de cara a los profesionales y los consumidores, así como de ser necesario, ampliar la protección que
se ofrece a estos últimos.
En materia contractual, la comisión presentó dos propuestas de reglamento una sobre ley aplicable a las obligaciones
no contractuales (Roma II) y otra sobre la ley aplicable a las obligaciones contractuales (Roma I), en la que se incluye
una norma de conflicto para los contratos de consumo, con arreglo a determinadas condiciones.
La C.N de México art.28: La ley protegerá a los consumidores y propiciará su organización para el mejor cuidado de sus
intereses
La C.N de Argentina, prevé en el art.42° que los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la
relación de consumo a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y
veraz; a la libertad de elección y a condiciones de trato equitativo y digno.
La C.N. de Paraguay en su art. 27 dispone que la ley regulará la publicidad a los efectos de la mejor protección del
consumidor. También garantiza la defensa de los intereses difusos y que es posible reclamar individual o
colectivamente a las autoridades medidas para la defensa de los intereses del consumidor.
Los principios y garantías constitucionales, el reconocimiento de los mismos códigos y leyes especiales, contemplando
de mínima los previsto en la ley modelo y las directrices básicas para la protección a los consumidores tales como
facilitar la modalidad de producción y distribución que responda a las necesidades e interese del consumidor, buscar
plasmar en la legislación normas de conducta o reglas de competencia en el mercado para los productores, de modo
tal a evitar prácticas abusivas, desleales y de riesgo para la salud.
No se puede afirmar que en este proceso exista un cuerpo armónico común en materia de defensa a los consumidores,
los esfuerzos han sido manifiestamente discontinuos. En este efecto, luego de una primera etapa que reflejan las
resoluciones del Grupo Mercado Común y el Protocolo en Materia de Jurisdicción sobre relaciones de consumo, no ha
habido un avance significativo, lo cual no quiere decir que no existan regulaciones.
Las posibles soluciones pasan por una unificación internacional de las reglas aplicables, o el consenso sobre normas
sustantivas, ambos a través de fuentes convencionales, pero aun cuando esto es posible, es una solución a futuro, entre
tanto es necesario encontrar una solución adecuada. Las fórmulas tradicionales que parten de las reglas aplicables a
las relaciones contractuales; como la ley del domicilio del actor o demandante, o la del demandado o quien emite la
comunicación que genera el conflicto, no satisfacen por si solas la realidad en la que opera el uso de Internet, por esta
razón se propuso la aplicación de la lex mercartoria, que recurre usos y costumbres para determinar la ley aplicable.
Recorriendo la jurisprudencia que se ha venido gestando en torno a la ley aplicable a internet, en base a los resuelto
en las cortes de EEUU, se han dado diversas soluciones, la ley del domicilio el demandante, la ley del domicilio del
origen de la transmisión.
Podríamos apuntar como elementos referenciales para proseguir con la armonización, las directrices para la protección
del consumidor de las Naciones Unidas y en lo que se refiere al marco legal básico de toda legislación estatal, la ley
Modelo para la Protección del consumidor, elaborada por “Consumers Internacional”, que contiene referencias
normativas fundamentales a toda legislación de defensa del consumidor.
No es menor la importancia de los esfuerzos de la Organización de los Estados Americanos al impulsar una convención
interamericana relacionada a los derechos del consumidor, tendiente a resolver los problemas urgentes referidos a la
legislación aplicable y a la jurisdicción competente en las relaciones de consumo, que permitirá resolver los problemas
urgentes que surgen como consecuencia de las nuevas relaciones de consumo
OBLIGACIONES EXTRACONTRACTUALES
Las obligaciones extracontractuales, son aquellas que no tienen naturaleza contractual, es decir
las que no derivan de un acuerdo común de voluntades, pero que sin embargo determinan
consecuencias jurídicas y obligaciones. La multiplicidad de supuestos que abarcan este tipo de
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obligaciones comprende la responsabilidad derivada de accidentes, la responsabilidad por la afectación de intereses
difusos, la responsabilidad derivada de productos defectuosos, las derivadas como consecuencias de la afectación del
medio ambiente así como la gestión de negocios ajenos y el enriquecimiento sin causa.
La regla como ha quedado dicho respecto de la ley aplicable a las obligaciones extracontractuales es la del lugar donde
se produjo el daño directo, teniendo en cuenta que normalmente es la ley que corresponde a la residencia o domicilio
de la víctima.
En las obligaciones contractuales, siguiendo una división clásica tendríamos las obligaciones extracontractuales por los
delitos y las obligaciones extracontractuales derivados de los cuasidelitos, también pueden ser contempladas en esta
categoría las derivadas de los cuasicontratos (enriquecimiento injusto y la gestión de negocios ajenos). Las obligaciones
derivadas de las relaciones precontractuales, o la obligación de reparar que surja como consecuencia, deben ser
comprendidas.
El lugar del hecho o lex loci delicti commissi, aparece como primer elemento de conexión, pero también el domicilio,
en la medida que por conexidad y elementos relevantes, pueda determinar jurisdicción, por lo que salvo una
jurisdicción exorbitante o absurda, puede determinar igualmente la jurisdicción.
En efecto, los tratados de Montevideo en sus artículos 38 (TM89) y 43 (TM40) conforme la solución tradicional,
disponen que la ley aplicable a las obligaciones extracontractuales es la “ley del lugar donde se produjo el hecho”.
La última parte del art.43 del tratado de 1940 luego de la citada regla, agrega “y, en su caso, por la ley que regula
las relaciones jurídicas a que responden”, es decir situaciones en las cuales el acto ilícito se presenta en el marco
de otras relaciones preexistentes, en cuyo caso la ley aplicable será la de la relación preexistente.
Con relación a la jurisdicción competente, el art.56 de ambos tratados atribuye competencia a los jueces el lugar a
cuya ley está sujeto el acto jurídico materia del juicio, es decir al lugar del hecho.
A la vista de los informes, la asamblea General de organización de los estados Americanos (OEA) solicito al Comité
Jurídico Interamericano que prosiga con el estudio del tema relativo a la “Ley aplicable y Competencia de la
Jurisdicción Internacional con respecto a la Responsabilidad Civil Extracontractual”, tema que fue asignado al
comité por el Consejo Permanente.
Respecto de los elementos de conexión, se propugnan la atenuación de los criterios rígidos tradicionales (lex loci
delicti commissi) por medio de otros “factores de conexión” (agrupación de conexiones), siguiendo la regla del
“proper law”, l convención requiere por lo menos de dos contactos materiales localizados en el mismo Estado, para
considerar cuál es el derecho apropiado y que tenga la conexión más significativa, lo que facilita la elección a la
víctima o demandante entre el derecho en que tiene su asiento principal de negocios el responsable del daño y el
derecho del Estado en que ocurren los daños y perjuicios.
Para el instrumento citado es determinante para su aplicabilidad que el domicilio de las personas afectadas se
encuentre dentro del territorio de los estados parte, por lo que establece criterios para su determinación diciendo
que “A los finales del presente protocolo se considerará domicilio, subsidiariamente y en el siguiente orden:
a) Cuando se tratare de personas físicas: 1. La residencia habitual; 2. EL centro principal de sus negocios; 3. El
lugar donde se encontrare la simple residencia.
b) Cuando se tratare de personas jurídicas: 1. La sede principal de la administración; 2. Si poseen sucursales,
establecimientos, agencias o cualquier otra especie de representación, el lugar donde cualquiera de estas
funcionen.
De acuerdo al protocolo la ley aplicable corresponde a la del territorio en que se produjera la colisión o accidente.
El protocolo establece que para ejercer las acciones comprendidas en este protocolo serán competentes, a elección
del actor, los tribunales del estado parte: a) donde se produjo el accidente; b) del domicilio del demandado; y c)
del domicilio del demandante.
El convenio determina el derecho aplicable a la responsabilidad civil no contractual derivada de accidente de circulación
en carretera entre uno o más vehículos automotores. Establece como regla la aplicación del derecho del estado en
cuyo territorio ha ocurrido el accidente, pero flexibiliza admitiendo situaciones en las cuales exista una mayor
vinculación a otros ordenamientos jurídicos.
Determina el derecho aplicable a la responsabilidad del fabricante (y otras personas intervinientes en el proceso de
producción y distribución comercial) por daños causados por un producto, ya sea éste natural o industrial, cuando no
exista relación directa entre la víctima y el responsable en virtud del contrato. El convenio se aplica a los supuestos de
daño a una persona o bien, causados por un producto, cualquiera sea el grado de transformación de éste. Conforme a
lo dispuesto en los artículos 4 y 7 del convenio, el sistema es de agrupar distintas conexiones en orden a la
determinación del derecho aplicable, partiendo del lugar donde se produjo el hecho del que deriva el daño (lex loci
delicti commissi) si en ese estado tiene su residencia habitual la persona directamente perjudicada o en el caso que
dicho estado sea también el estado en el que se encuentra el establecimiento principal del responsable del daño o el
estado donde fue adquirido el producto por la víctima. Cuando estos criterios no coincidan, se estará a la ley de la
residencia habitual del perjudicado, cuando ese estado sea también el del establecimiento principal del responsable o
el de la adquisición del producto. Si no se dan estos supuestos, de acuerdo al art. 6° la persona que sufrió el daño tiene
la posibilidad de reclamar la reparación del daño tanto al amparo de la ley del estado del principal establecimiento del
responsable como de la ley del estado donde el daño se ha producido.
EL CÓDIGO DE BUSTAMANTE.
Establece en su artículo 167 que la obligaciones originadas por delitos o faltas se regulan por el mismo derecho que el
delito o faltas de que proceden, por su parte el artículo 168 dispone que “las que deriven de actos u omisiones en que
intervenga culpa o negligencia no penadas por la ley, se regirán por el derecho del lugar en que se hubiere incurrido en
la negligencia o culpa que la origine. Los cuasicontratos son regulados por medio de los artículos 220 al 222, donde la
gestión de negocios ajenos es regulada por la ley del lugar en que se efectúa dicha gestión, el cobro de los indebido (o
enriquecimiento sin causa), por la ley personal común de las partes, y en su defecto, por la ley del lugar en que se hizo
el pago: los demás cuasicontratos por la ley que regula la institución jurídica que la origine.
Respecto de la jurisdicción competente establece de forma general para las acciones civiles y comerciales la
competencia del juez “ a quien los litigantes se sometan expresa o tácitamente, siempre que uno de ellos por lo menos
sea nacional del Estado contratante al que el juez pertenezca o tenga en él su domicilio y salvo el derecho local contrario
(Art.318), cuando no existiere sumisión la competencia será la de los jueces “del lugar del cumplimiento de la obligación
o el del domicilio de los demandados y subsidiariamente el de su residencia” (Art.323)
En este escenario de actuación internacional de las personas la suerte patrimonial de las empresas ha dejado de ser de
interés puramente local.
Como principio rector una solución internacional adecuada parte de la idea de que todos los acreedores, cualquiera
sea su domicilio deben tener IGUAL DERECHO A LA GARANTIA COMUN A SUS CREDITOS. Principios tales como la
igualdad entre acreedores, de garantía y certeza jurídica llevan a los estados a buscar establecer reglas para la
protección.
a) Por "procedimiento extranjero" se entenderá el procedimiento colectivo, ya sea judicial o administrativo incluido el
de índole provisional, que se siga en un Estado extranjero con arreglo a una ley relativa a la insolvencia y en virtud del
cual los bienes y negocios del deudor queden sujetos al control o a la supervisión del tribunal extranjero, a los efectos
de su reorganización o liquidación;
b) Por "procedimiento extranjero principal" se entenderá el procedimiento extranjero que se siga en el Estado donde el
deudor tenga el centro de sus principales intereses;
c) Por "procedimiento extranjero no principal" se entenderá un procedimiento extranjero, que no sea un procedimiento
extranjero principal, que se siga en un Estado donde el deudor tenga un establecimiento en el sentido del inciso f) del
presente artículo;
d) Por "representante extranjero" se entenderá la persona o el órgano, incluso el designado a título provisional, que
haya sido facultado en un procedimiento extranjero para administrar la reorganización o la liquidación de los bienes o
negocios del deudor o para actuar como representante del procedimiento extranjero;
e) Por "tribunal extranjero" se entenderá la autoridad judicial o de otra índole que sea competente a los efectos del
control o la supervisión de un procedimiento extranjero;
f) Por "establecimiento" se entenderá todo lugar de operaciones en el que el deudor ejerza de forma no transitoria una
actividad económica con medios humanos y bienes o servicios.
La doctrina que propugna este sistema se funda en la diversidad de patrimonios por lo que no reconoce la unidad
internacional del patrimonio, sino la existencia de tantos patrimonios como bienes estén ubicados en diversos países,
por lo que se deberán iniciar tantos procedimientos de quiebra como estados en los que existan bienes.
Declarada también la quiebra por los tribunales de la República, no se tendrán en consideración a los acreedores que
pertenezcan al concurso formado en el extranjero, sino para el caso de que, pagados íntegramente los acreedores de
la República, resultase un remanente.
Artículo 9º Todo deudor comerciante que haya llegado al estado de insolvencia, deberá presentarse ante el juzgado
competente pidiendo la convocación de sus acreedores a o su quiebra. El pedido de convocación de acreedores llevará
implícito el de la quiebra.
Artículo 90º. Las obligaciones concertadas en el extranjero en moneda distinta a la nacional, se convertirán con
respecto de la masa a moneda de curso legal y al tipo de cambio que regía a la fecha del auto declarativo de quiebra.
Si las obligaciones no fueren de dar sumas de dinero, los acreedores participarán en el juicio por el valor en dinero que
el juez en procedimiento sumario, asigne a su crédito.
Si tuviere varios establecimientos, lo será el juez del lugar donde el deudor tenga la administración o negocio principal.
En el caso de que no tuviere ningún establecimiento, o no pudiese determinarse el lugar del asiento principal de sus
negocios será competente el juez de su domicilio real o el del legal, en su caso.
Podemos decir que siendo Juez competente para la declaración de quiebra el del domicilio del deudor o donde tuviese
su negocio o sede social es ahí donde se declarara su quiebra, sin que la declarada en el Extranjero pueda tener
influencia sobre los bienes o persona del fallido. Los acreedores cuyos créditos deben ser satisfechos en el extranjero
no podrán disputarles, a los locales, derechos sobre los bienes existentes en la república.
Artículo 124º. Serán ineficaces con relación a los acreedores los actos jurídicos celebrados por el fallido sobre los bienes
de la masa después de la declaración de quiebra. A este efecto, se computará el día en que ésta hubiese sido dictada.
Artículo 124º. Serán ineficaces con relación a los acreedores los actos jurídicos celebrados por el fallido sobre bienes de
la masa después de la declaración de quiebra. A este efecto, se computará el día en que ésta hubiese sido dictada.
Artículo 125º. Serán ineficaces con relación a la masa los siguientes actos realizados por el deudor en los doce meses
precedentes a la declaración de quiebra o su presentación. 1. Los actos a título gratuito, excepto los regalos de
costumbre y los actos ejecutados en cumplimiento de un deber moral o con un fin de utilidad social, en cuanto la
liberalidad guarde proporción con el patrimonio del deudor, y
También se entiende que el deudor anticipa el pago cuando descuenta efectos de comercio o paga facturas a su cargo,
y cuando lo hace renunciando al plazo estipulado a su favor.
Artículo 126º. Podrán ser revocados a favor de la masa los siguientes actos realizados por el deudor en los doce meses
precedentes contados en la misma forma del Artículo anterior, salvo que la otra parte pruebe que el deudor era solvente
al tiempo en que se realizó el acto, o justifique que ella tuvo razón suficiente, a juicio del juzgado, para creer que era
solvente:
1. Los actos a título oneroso en los cuales las prestaciones efectuadas o las obligaciones asumidas por el fallido
sobrepasen notablemente en cuanto le haya sido dado o prometido.
2. Los pagos de deudas vencidas que no sean realizados en la especie debida. La dación en pago de efectos de comercio
se considerará equivalente a pago en dinero; y
3. Los actos de constitución reales en seguridad de obligaciones anteriores que no las tenían.
Artículo 130º. Se restituirán por la masa a los terceros en caso de impugnación si se encontraren en especie, o el valor
en cuanto ella se hubiere enriquecido. Los valores que excediesen a dicho enriquecimiento constituirán créditos exigibles
en la quiebra.
QUIEBRA LOCAL- ACREEDORES EXTRANJEROS.
En el caso de quiebra declarada en la Republica, los acreedores pertenecientes a la quiebra declarada en país extranjero
no podrán ejercer sus derechos si no en caso de resultar un remanente en la liquidación.
Art. 40. Son jueces competentes para declarar la quiebra, los del domicilio del comerciante o de la sociedad mercantil,
aun cuando practiquen accidentalmente actos de comercio en otro u otros Estados, o tengan en alguno o algunos de
ellos, agencias o sucursales que obren por cuenta y responsabilidad del establecimiento principal.
Art. 41. Si el fallido tiene dos o más casas comerciales independientes en distintos territorios, serán competentes para
conocer del juicio de quiebra de cada una de ellas, los jueces o tribunales de sus respectivos domicilios.
Art. 42. La declaración de quiebra y demás actos concernientes a ella cuya publicación esté prescripta por las leyes del
Estado en donde la quiebra ha sido declarada se publicarán en los Estados en donde existan agencias, sucursales o
establecimientos del fallido, sujetándose a las formalidades establecidas por las leyes locales.
Art. 43. Declarada la quiebra en un Estado, las medidas preventivas de seguridad y conservación dictadas en el
respectivo juicio, se harán también efectivas sobre los bienes que el fallido tenga en los otros Estados, con arreglo a las
leyes locales.
Art. 44. Una vez cumplidas las medidas preventivas por medio de las respectivas cartas rogatorias, el juez exhortado
hará publicar durante treinta días en los lugares donde el fallido posea bienes, avisos en los cuales se dé a conocer el
hecho de la declaración de quiebra y las medidas que se hubieren dictado.
Art. 45. Los acreedores locales podrán, dentro del término de sesenta días, contados a partir de la última publicación a
que se refiere el artículo anterior, promover en el respectivo Estado un nuevo juicio de quiebra contra el fallido, o
concursado civilmente si no procediese la declaración de quiebra. En tal caso, los diversos juicios de quiebra se seguirán
con entera separación y serán aplicadas, respectivamente, en cada uno de ellos, las leyes del Estado en donde el
procedimiento se radica. Asimismo, se aplicarán las leyes correspondientes a cada juicio distinto y separado para todo
lo concerniente a la celebración de concordatos preventivos u otras instituciones análogas. Todo ello sin perjuicio del
cumplimiento de las medidas a que se refiere el art. 43, de lo dispuesto en el art. 47, de este título y de las oposiciones
que puedan formular los síndicos o representantes de la masa de acreedores de los otros juicios.
Art. 46. Entiéndase por acreedores locales que corresponden a la quiebra declarada en un Estado, aquellos cuyos
créditos deben satisfacerse en dicho Estado.
Art. 47. Cuando proceda la pluralidad de los juicios de quiebra, según lo establecido en este título, el sobrante que
resultare en un Estado a favor del fallido, quedará a disposición del juez que conoce de la quiebra en el otro, debiendo
entenderse con tal objeto los jueces respectivos.
Art. 48. En el caso de que se siga un solo juicio de quiebra, porque así corresponda según lo dispuesto en el art. 40, o
porque los titulares de los créditos locales no hayan hecho uso del derecho que les concede el art. 45, todos los
acreedores del fallido presentarán sus títulos y harán uso de sus derechos de conformidad con la ley y ante el juez o
tribunal del Estado que ha declarado la quiebra.
En este caso, los créditos localizados en un Estado tienen preferencia con respecto a los de los otros, sobre la masa de
bienes correspondientes al Estado de su localización.
Art. 49. La autoridad de los síndicos o administradores de la quiebra única, cualquiera que sea su denominación o la de
sus representantes, será reconocido en todos los Estados contratantes.
Podrán tomar medidas conservativas o de administración, comparecer en juicio y ejercer las funciones y derechos que
les acuerdan las leyes del Estado en donde fue declarada la quiebra pero la ejecución de los bienes situados fuera de la
jurisdicción del juez que entiende en el juicio, deberá ajustarse a la ley de la situación.
Art. 50. Aun cuando exista un solo, juicio de quiebra, los acreedores hipotecarios o prendarios, anteriores a la fecha de
la definitiva cesación de pagos, podrán ejercer sus derechos ante los jueces del Estado en donde están radicados los
bienes hipotecados o dados en prenda.
Art. 51. Cuando exista pluralidad de juicios de quiebra, los bienes del deudor situados en el territorio de otro Estado en
el cual no se promueva juicio de quiebra, concurso civil u otro procedimiento análogo, concurrirán a la formación del
activo de la quiebra cuyo juez hubiere prevenido.
Art. 52. En el caso de pluralidad de quiebras, el juez o tribunal en cuya jurisdicción esté domiciliado el fallido será
competente para dictar todas las medidas de carácter civil que le conciernan personalmente.
Art. 53. Las reglas referentes a la quiebra, serán aplicables, en cuanto corresponda, a las liquidaciones judiciales,
concordatos preventivos, suspensión de pagos u otras instituciones análogas contenidas. en las leyes de los Estados
contratantes.
El reglamento establece la categoría de procedimiento principal y secundario, respecto de este último podrán ser
abiertos para liquidar bienes en territorio de otro estado miembro.
Artículo 3
Competencia internacional
1. Tendrán competencia para abrir el procedimiento de insolvencia los tribunales del Estado miembro en cuyo territorio
se sitúe el centro de los intereses principales del deudor. Respecto de las sociedades y personas jurídicas, se presumirá
que el centro de los intereses principales es, salvo prueba en contrario, el lugar de su domicilio social.
2. Cuando el centro de los intereses principales del deudor se encuentre en el territorio de un Estado miembro, los
tribunales de otro Estado miembro sólo serán competentes para abrir un procedimiento de insolvencia con respecto a
ese deudor si éste posee un establecimiento en el territorio de este último Estado. Los efectos de dichos procedimiento
se limitarán a los bienes del deudor situados en el territorio de dicho Estado miembro.
3. Cuando se haya abierto un procedimiento de insolvencia en aplicación del apartado 1 cualquier otro procedimiento
de insolvencia que se abra con posterioridad en aplicación del apartado 2 será un procedimiento secundario. Dicho
procedimiento deberá ser un procedimiento de liquidación.
a) si no puede obtenerse la apertura de un procedimiento principal de insolvencia a tenor de las condiciones establecidas
por la Ley del Estado miembro en cuyo territorio esté situado el centro de intereses principales del deudor;
b) si la apertura del procedimiento territorial de insolvencia ha sido solicitada por un acreedor cuyo domicilio, residencia
habitual o sede se encuentre en el Estado miembro en cuyo territorio se encuentra el establecimiento en cuestión, o
cuyo crédito tenga su origen en la explotación de dicho establecimiento.
Artículo 4
Legislación aplicable
1. Salvo disposición en contrario del presente Reglamento, la Ley aplicable al procedimiento de insolvencia y a sus
efectos será la del Estado miembro en cuyo territorio se abra dicho procedimiento, denominado en lo sucesivo "el Estado
de apertura".
2. La Ley del Estado de apertura determinará las condiciones de apertura, desarrollo y terminación del procedimiento
de insolvencia. Dicha Ley determinará en particular:
a) los deudores que puedan ser sometidos a un procedimiento de insolvencia en calidad de tales;
b) los bienes que forman parte de la masa y la suerte de los bienes adquiridos por el deudor después de la apertura del
procedimiento de insolvencia;
e) los efectos del procedimiento de insolvencia sobre los contratos en vigor en los que el deudor sea parte;
f) los efectos de la apertura de un procedimiento de insolvencia sobre las ejecuciones individuales con excepción de los
procesos en curso;
g) los créditos que deban cargarse al pasivo del deudor y la suerte de los créditos nacidos después de la apertura del
procedimiento de insolvencia;
i) las normas del reparto del producto de la realización de los bienes, la graduación de los créditos y los derechos de los
acreedores que hayan sido parcialmente indemnizados después de la apertura del procedimiento de insolvencia en
virtud de un derecho real o por el efecto de una compensación;
j) las condiciones y los efectos de la conclusión del procedimiento de insolvencia, en particular, mediante convenio;
m) las normas relativas a la nulidad, anulación o inoponibilidad de los actos perjudiciales al conjunto de los acreedores.
Artículo 5
1. La apertura del procedimiento de insolvencia no afectará al derecho real de un acreedor o de un tercero sobre los
bienes, materiales o inmateriales, muebles o inmuebles -tanto bienes determinados como conjuntos constituidos por
colecciones de bienes indefinidos que varían de tanto en tanto- que pertenezcan al deudor y que, en el momento de
apertura del procedimiento, se encuentren en el territorio de otro Estado miembro.
a) el derecho a realizar o hacer realizar el bien y a ser pagado con el producto o los rendimientos de dicho bien, en
particular, en virtud de prenda o hipoteca;
b) el derecho exclusivo a cobrar un crédito, en particular, el derecho garantizado por una prenda de la que sea objeto el
crédito o por la cesión de dicho crédito a título de garantía;
c) el derecho a reivindicar el bien y reclamar su restitución a cualquiera que lo posea o utilice en contra de la voluntad
de su titular;
3. Se asimilará a un derecho real el derecho, inscrito en un registro público y oponible frente a terceros, que permita
obtener un derecho real en el sentido del apartado 1.
2. El presente Reglamento no se aplicará a los procedimientos de insolvencia relativos a las empresas de seguros y a
las entidades de crédito, ni a las empresas de inversión que presten servicios que impliquen la posesión de fondos o de
valores negociables de terceros, ni a los organismos de inversión colectiva.
a) «procedimiento de insolvencia»: uno de los procedimientos colectivos contemplados en el apartado 1 del artículo 1.
La lista de dichos procedimientos figura en el anexo A;
b) «síndico»: cualquier persona u órgano cuya función consista en administrar o liquidar la masa o supervisar la gestión
de los negocios del deudor. En el anexo C figura la lista de dichas personas u órganos;
d) «tribunal»: el órgano judicial o cualquier otra autoridad competente de un Estado miembro habilitado para abrir un
procedimiento de insolvencia o para adoptar decisiones en el curso del procedimiento;
f) «momento de apertura del procedimiento»: el momento a partir del cual la decisión de apertura produce efectos,
independientemente de que la decisión sea o no definitiva;
- para los bienes materiales, el Estado miembro en cuyo territorio se encuentre el bien,
- para los bienes y derechos cuya propiedad o titularidad deba inscribirse en un registro público: el Estado miembro bajo
cuya autoridad se lleve dicho registro,
- para los créditos: el Estado miembro en cuyo territorio se encuentre el centro de los intereses principales de su deudor,
tal como se determina en el apartado 1 del artículo 3.
h) «establecimiento»: todo lugar de operaciones en el que el deudor ejerza de forma no transitoria una actividad
económica con medios humanos y bienes.
Artículo 3. Competencia internacional.-1. Tendrán competencia para abrir el procedimiento de insolvencia los
tribunales del Estado miembro en cuyo territorio se sitúe el centro de los intereses principales del deudor.
Respecto de las sociedades y personas jurídicas, se presumirá que el centro de los intereses principales es, salvo
prueba en contrario, el lugar de su domicilio social.
2. Cuando el centro de los intereses principales del deudor se encuentre en el territorio de un Estado miembro, los
tribunales de otro Estado miembro sólo serán competentes para abrir un procedimiento de insolvencia con respecto a
ese deudor si éste posee un establecimiento en el territorio de este último Estado. Los efectos de dichos procedimiento
se limitarán a los bienes del deudor situados en el territorio de dicho Estado miembro.
3. Cuando se haya abierto un procedimiento de insolvencia en aplicación del apartado 1 cualquier otro procedimiento
de insolvencia que se abra con posterioridad en aplicación del apartado 2 será un procedimiento secundario. Dicho
procedimiento deberá ser un procedimiento de liquidación.
b) si la apertura del procedimiento territorial de insolvencia ha sido solicitada por un acreedor cuyo domicilio, residencia
habitual o sede se encuentre en el Estado miembro en cuyo territorio se encuentra el establecimiento en cuestión, o
cuyo crédito tenga su origen en la explotación de dicho establecimiento.
Artículo 4. Legislación aplicable.-1. Salvo disposición en contrario del presente Reglamento, la Ley aplicable al
procedimiento de insolvencia y a sus efectos será la del Estado miembro en cuyo territorio se abra dicho
procedimiento, denominado en lo sucesivo «el Estado de apertura».
2. La Ley del Estado de apertura determinará las condiciones de apertura, desarrollo y terminación del procedimiento
de insolvencia. Dicha Ley determinará en particular:
a) los deudores que puedan ser sometidos a un procedimiento de insolvencia en calidad de tales;
b) los bienes que forman parte de la masa y la suerte de los bienes adquiridos por el deudor después de la apertura del
procedimiento de insolvencia;
e) los efectos del procedimiento de insolvencia sobre los contratos en vigor en los que el deudor sea parte;
f) los efectos de la apertura de un procedimiento de insolvencia sobre las ejecuciones individuales con excepción de los
procesos en curso;
g) los créditos que deban cargarse al pasivo del deudor y la suerte de los créditos nacidos después de la apertura del
procedimiento de insolvencia;
i) las normas del reparto del producto de la realización de los bienes, la graduación de los créditos y los derechos de
los acreedores que hayan sido parcialmente indemnizados después de la apertura del procedimiento de insolvencia en
virtud de un derecho real o por el efecto de una compensación;
j) las condiciones y los efectos de la conclusión del procedimiento de insolvencia, en particular, mediante convenio;
m) las normas relativas a la nulidad, anulación o inoponibilidad de los actos perjudiciales al conjunto de los acreedores.
Artículo 5. Derechos reales de terceros.-1. La apertura del procedimiento de insolvencia no afectará al derecho real
de un acreedor o de un tercero sobre los bienes, materiales o inmateriales, muebles o inmuebles -tanto bienes
determinados como conjuntos constituidos por colecciones de bienes indefinidos que varían de tanto en tanto- que
pertenezcan al deudor y que, en el momento de apertura del procedimiento, se encuentren en el territorio de otro Estado
miembro.
Dimensión convencional.
Tratados de derecho internacional privado comercial de Montevideo
Código de Bustamante.
Convenio de la Unión Europea relativo al procedimiento de insolvencia, Reglamento CE 1346/2000
Proyecto de ley modelo de la CNUDMI sobre INSOLVENCIA TRANSFRONTERIZA