Está en la página 1de 1

El perdón a uno mismo: perdón intra-personal

El perdón intrapersonal está motivado por la auto-compasión y aceptación, para sanar las heridas
que hemos causado a otro y las heridas personales a partir de las que empleamos la agresión o el
daño en las relaciones con los demás.
Esto se traduce en una mirada de empatía y aceptación hacia uno mismo y hacia la propia
herida; que permite entrar en contacto con ella, y curarla en lugar de rechazarla o mirarla con juicio
y auto-crítica. Cuando los pacientes miran sus propias heridas internas con desprecio, esto dificulta
su sanación porque al rechazarlas no se pueden hacer cargo de ellas y sólo perpetúan la auto-
inculpación, la vergüenza o el enfado hacia sí mismos que no posibilita el cambio. Sin embargo, la
noción de empatía hacia las heridas internas es intrínsecamente curativa.

Esto diferencia el perdón a uno mismo del perdón a otros, porque en este primer caso,
probablemente la comprensión, compasión, empatía y aceptación sean la manera de no perpetuar el
daño; mientras que en el perdón a otro que nos ha agredido podemos tomar la decisión de tener esa
mirada o no: ¿queremos y podemos empatizar nuestro agresor?  Este tema lo abordaré más adelante
en el perdón interpersonal.

Respecto al perdón a uno mismo, implica abandonar el resentimiento y reconocer el error


cometido, antes de poder generar compasión. Puede darse la situación de que yo sea mi propia
víctima y victimario cuando hablamos de perdón a uno mismo, pues las personas nos generamos
malestar a través de pensamientos, sentimientos, acciones o decisiones.

No obstante, me centraré más en el caso del daño causado a otro. En este proceso resulta
terapéutico asumir la culpa, no tratando de exculparnos ni minimizar el daño causado porque
entonces ni podemos repararlo ni podemos perdonarnos. La culpa es una emoción que puede
favorecer la ayuda al otro, haciendo cosas para sentirnos bien con nosotros mismos.

Por ejemplo, se ha encontrado en personas que han participado en la guerrila, que la culpa les
motiva a ayudar a otros a formarse y no caer en esas redes criminales. Es importante por ello
reconocer no sólo que se ha cometido un error que ha causado daño a otro, sino sentirlo así y
apropiarse de esa culpa porque la emoción puede motivar el cambio.

Sin embargo, es importante matizar que la culpa o la vergüenza que podamos sentir por dañar a otro
no debe instalarse como una forma de auto destrucción, sino de inicio de reparación y ayuda a
nosotros mismos y a la víctima, para traducir la culpa y vergüenza en responsabilidad, en hacerse
cargo.A veces, se considera la opción de hablar con la víctima para tratar de reparar algo de su
herida, pero esto está sujeto a las posibilidades y voluntades de víctima y victimario.
 

También podría gustarte