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+La naturaleza social del estado de derecho y el valor normativo de

la constitución han adquirido plena vigencia, como se hace evidente


en el traslado del poder político a la persona, el reconocimiento y
protección de sus derechos fundamentales y la vinculación de todas
las autoridades a la constitución, así como sus desarrollos
jurisprudenciales.
+La constitución de Colombia a diferencia de la España y Alemania
no tiene señalada expresamente los derechos fundamentales, sin
embargo la constituyente deja abierta la determinación por vía
jurisprudencial.
+La indefinición de cuáles son los derechos susceptibles a la
protección mediante la acción de tutela da más ventajas que
desventajas.
+ Los desarrollos jurisprudenciales por medio de la asignación del
carácter fundamental por conexidad (el derecho a la salud es
fundamental cuando su vulneración atenta contra el derecho a la
vida) o la atribución de este carácter según las circunstancias
concretas del caso (los derechos a la seguridad social para las
personas de la tercera edad) se han permitido tutelas como derechos
fundamentales.

+La constituyente de 1991 reconoce el valor normativo de la


Constitución y la aplicación inmediata de ciertos derechos
individuales en contraste con la Constitución de 1886 y sus
posteriores reformas que tenían un valor meramente programático.
+La Constitución de 1991 más que generar un orden que garantice la
unidad nacional mediante la centralización del poder político o la
atribución de extensas facultades al ejecutivo, está inspirada para la
protección de los derechos fundamentales como presupuesto
necesario de legitimidad de las instituciones públicas.
+La consagración constitucional de los derechos fundamentales les
ha otorgado una doble naturaleza; por un lado son derechos
subjetivos (otorgan a las personas protección frente al estado) y por
el otro recogen contenidos del derecho objetivo.
+La parte dogmática de la Constitución proyecta una fuerza
irradiadora sobre la parte orgánica y funcional.
+La vinculación de todas las autoridades al respeto y protección de
estos valores normativamente positivizados permite la realización de
uno de los fines más precisados del estado: garantizar la efectividad
de los derechos, principios y deberes consagrados en la constitución.
+El derecho ordinario ha de ser interpretado de acuerdo con el
"espíritu" de los derechos fundamentales.
+ ¿? La jurisdicción ordinaria esta llamada a privilegiar la
interpretación teleológica sobre la exegética.
+Algunas consecuencias del Objetivo de los derechos fundamentales
en la interpretación constitucional son:
-La interpretación y aplicación de todo el derecho ordinario de
conformidad con la Constitución, de manera que las normas
jurídicas de inferior jerarquía no contraríen los principios, derechos
y valores contenidos en la Carta Política.
-La actuación del estado según el derecho privado o el
administrativo, pero con sujeción al orden constitucional.
-La eficacia de los derechos fundamentales en las relaciones
entre particulares.

+El hecho de que los derechos fundamentales constituyan hoy en día


el principal elemento de legitimidad del estado y hayan alcanzado
una alta popularidad, fuerza integradora y capacidad de generar
consenso en la población, se debe al despliegue que de ellos han
hecho los jueces, gracias a la acción de tutela.

+El ejercicio de los derechos fundamentales entra, muchas veces, en


conflicto con asuntos de interés individual o de interés comunitario.
Esto requiere una definición y delimitación del alcance de los
derechos fundamentales. Como característica en un sistema
conceptual para la interpretación y aplicación de los derechos
fundamentales pueden enunciarse tres niveles de examen
constitucional.
-Primer nivel: derechos sin restricción constitucional expresa.
La Constitución consagra diversos derechos fundamentales sin
señalar reserva alguna, como por ejemplo el derecho a la vida, el
reconocimiento de la personalidad jurídica, la libertad de conciencia,
religión y cultos entre otros. Pero estos deben atenerse a la moral, el
orden público, las buenas costumbres, el interés general y la ley. En
caso de confrontación entre derechos fundamentales de igual
jerarquía constitucional el juzgador debe proceder a sopesar su valor
relativo, según las circunstancias del caso y los efectos concretos
que la restricción de los derechos podría tener respecto a las
personas involucradas en la situación concreta.
-Segundo nivel: derechos limitados constitucionalmente o
respecto a los cuales existe una reserva legal. En estos casos, la
Constituyente estimo conveniente permitir la intervención del
legislador en el ámbito de ciertos derechos, de manera que su
regulación sirva para hacer compatible su ejercicio con otros
derechos y garantías institucionales.
-Tercer nivel: limitación de los límites de los derechos
fundamentales. El contenido de los derechos fundamentales no
deriva de la ley sino de la propia constitución, por lo cual las
intervenciones del legislador deben ser excepcionales, limitadas,
mensurables y estrictamente reguladas.
Interpretación constitucional según los paradigmas de la
Constitución de 1991
Cambio de paradigmas:
Hay un cuestionamiento sobre si ha cambiado el papel del juez a
partir de la constitución de 1991; para algunos esto no debería ser así
pues sostiene que la actitud del juez no debe ser distinta frente a un
nuevo código, pues la constituyente procura crear normas claras para
el juez, para que pueda interpretar la ley a través de los métodos
tradicionales. Sin embargo, esto se dificulta no solo por las fallas
estructurales que llevan su insostenibilidad en la realidad, sino
también por los cambios a nivel de la filosofía política, esto implica
un balance distinto del poder que conduce a una nueva orientación
de la actividad interpretativa. Son muchos los factores que afectan
en su estructura la concepción antes descrita. Son:
+Previsibilidad o justicia: La ley que técnicamente se acomode a los
presupuestos de un caso, se aplica al mismo sin ninguna
consideración adicional. Sin embargo, Aristóteles plantea que el
legislador no está en capacidad de prever todas las hipótesis
prácticas que se pueden encontrar comprendidas o excluidas en una
ley determinada, la cual tiene una esencial vocación de generalidad.
La ley una vez promulgada inicia su vida, y la realidad termina por
superar a la previsión del legislador. El juez excluye los casos
fronterizos con un sentido de justicia, en la mentalidad de
Aristóteles no invade una órbita propia del legislador, pues la ley
tiene una vocación de generalidad y el legislador una pretensión de
justicia.
+Exactitud o eficacia: Otro dilema que toca el positivismo moderno
es ¿puede funcionar el ordenamiento jurídico con la precisión de un
reloj? La pretensión de exactitud de la modernidad, en el ámbito
jurídico se ha traducido en una pretensión de claridad de la ley. El
legislador contemporáneo sabe muy bien que la claridad cuando no
es esquiva, tampoco se puede conquistar a cualquier precio. El
derecho contemporáneo ha pretendido sacar de la crisis al
positivismo, que consiste precisamente en desechar la pretensión de
un derecho que funcione tan bien como un buen reloj. Pero no, se
sigue aspirando a un derecho funcional. Se difiere del método o por
lo menos del valor otorgado al método, y decididamente del fin.

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