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CARLOMAGI\O
Y EL IMPERIO CAROLII\GIO
LOUIS HALPHEN
MIEMBRO DEL INSTITUTO. PROFESOR DE LA SORBONA

Traducción al castellano de la nueua edición, revisada, por


JOSE ALMOI¡{A
Pnorsson os Hrsronr¡

Con un cuadro genealógico, cuatro mapas g ocho láminas


fuera de texto

TIPOGRAFIfi TDIIORIAI. HISPANO AlttTRIüNA


BdEdúo.
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Co,ocqs. Gro remo.o. L" n.**
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Río d. Joñeiro_Sc¡ Josdde Costo R@,Son Sctvqo""S..U"n"_'-'*
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§-\

LIBRO PRIMERO
FUIVDACION DEL IMPERIO

CAPITULO PRIMERO
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA
CAROLINGIA
Desde los primeros siglos de Ia Edad Media, los francos de Clo-
doveo y de sus sucesores habían logrado establecer su dominación
sobre vastos territorios cuya configuración geográfica y composición
étnica presentaban ya, en gran parte, como una anticipada forma
del Imperio carolingio.
En el momento de su mayor extensión, en los días del reinado
de Dagoberto (629-639) , su reino englobaba poco más o menos toda
la Galia, una parte de los países renanos, Alemania y Turingia, y
hasta comenzaba a hacer sentir su acción en Frisia, Sajonia y Ba-
..'iera y a inspirar respeto a algunos de sus vecinos eslavos. Sin
embargo, la monarguía merovingia no era otra cosa que un reino
bárbaro, como sus semejantes. Fundada en Ia conquista, no se pro-
ponía otro objetivo que aumentar incesantemente el conjunto de su
ierritorio, que formaba su riqueza, y cuyas partes muy mezcladas
no poseían de común entre ellas más gue el pertenecer a los mismos
dueños: los francos. Por eso, todas ellas se llamaban "reino de
los francos" (regnum frcncorum).
Con respecto a estos últimos, los descendientes de Clodoveo sólo
:enían la calidad necesaria para reinar en virtud de una tradición que
zmaizaria en 10 sucesivo sólidamente y que, entre todos los bárbaros,
:eservaba el trono a Ia familia del caudlllo que los había conducido
: la victoria. Las tierras conguistadas por sus armas se consideraban
:omo de propiedad personal, y parecia obligado gue su herencia
:,uedase asegurada en favor de sus hi¡'os legítimos y luego en los
:erederos directos de éstos, que se las repartían entre ellos por lotes
: reinos de valor sensiblemente igual y gue únicamente los naturales
f=llecimientos lograban, a veces, reagrupar en un reino único.
i:lomagno.-1. I
2 FUNDACION DEL IMPERIO I :i,I'ABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA
Pero, en la segunda mitad del siglo vIl, la estirpe merovingia ll.',t,r cl añ,o 714 en gue murió, este Pipino el looen, aun dele-
parece agotada y su decadencia conduce el "reino de los francos" a ,,r,,1,' ¡r.r'algún tiempo el gobierno de los dos palacios de Neustria
su ruina. [Jno a uno se van separando de él los territorios germánicos ,1, li.r't¡oña en su segundo hi¡o Grimoaldo II,3 se mantuvo en
que antes le estaban sometidos; la misma Galia se desmembra y .. 'l,,l.r,l t:<¡mo único y omnipotente señor de los tres reinos en gue
triunfa la anarquía en el interior de cada uno de los reinos parciales, . ¡,,,,r ,lividido el regnum francorurn. Así, desde comienzos del si-
que ya regularmente se oponen unos a otros sobre su suelo
-Aus- ¡! r ¡r, sr establece Ia costumbre de considerar al mayordomo o
trasia, Neustria, Borgoña-, sin que ninguno de ellos consiga con- '1. ,,,l, tlt'palacio de Austrasia como jefe de toda la monarquía.
seryar a la disidente Aquitania. En torno de los reyezuelos fantas- I r rt'r'to gue en el año 714, el orden que estaba a punto de
mas que la prematura muerte de sus padres lleva al trono aun en su . rrl,l,'t('r'se parece destruído de repente por el asesinato de Gri-
primera infancia y que, comúnmente, no alcanzan la pubertad, hasta ,.,',,rl,lo ll, único superviviente de los dos hl¡os legítimos de Pipino
tal punto está degenerada su taza, se agita una multitud de ambi- '! l,'r't¡¡, cluien, a su vez, muere unos meses más tarde.a Los nietos
ciosos, sedientos de poder; los más hablles, que se apoyan en una t- I'r¡rln«r son unos niños, igual gue el único rey merovingio que aun
mayor clientela o facción de leudes, logran, en cada uno de los tres i,.. rl clc Neustria. ¿Se va a producir aguella ficción duplicada de
reinos, ocupar el cargo de "alcaide o mayordomo de palacio" (major =.i=l.rr'f' Junto a un rey fantasma pareados mayordomos también
domus), que le vale disfrutar en realidad el poder. La unidad teórica l¡, ri' inql
de la dominación franca pudo, pese a todo, sobrevivir al fracciona- f 'rrl ts la combinación que intenta, sin lograrla, la viuda de Pi-
miento, y no hubo mayordomo de palacio que no tuviera el deseo de t¡¡l,r lllectrudes, que trata de gobernar al socaire de sus nietos. Pero
reconstruirla en provecho personal, apoderándose de las mayordo- =e enlr¡rrt¿¡ con la resistencia de los de Neustria, gue eligen un nuevo
mías que no les estaban sometidas. ,*,a1,,,t,l,rnto de palacio en la persona de uno de los suyos, Rainfrodo
d'
'' Por haberlo logrado cuando sus rivales fracasaban, y por haber ,r h,rl1nrfredo, y luego marchan hacia el Mosa para unirse con el
maniobrado, además, con gran tacto para reservar a su familia el mo- Ju'¡rrc ,le l«rs frisones paganos, Radbodo, que también actúa en plena
nopolio de su cargo, los antepasados de los carolingios pudieron fun- rcl¡rllcur y cuyas tropas, más o menos de acuerdo con los sajones,
dar el clestino de su casa. fÉrlrnl¡ru cl Rin hasta Colonia.s Parece que el reino franco va a
txlver r¡ ('¿rcr en la anarquía cuando aparece un salvador en la per-
egfta ,f,.rrn bastardo, Carlos, fruto de los amores de Pipino el Joven
I.- Los ANTEpASADos DE Los cARoLINGIos y LA oBRA DE
Canros ManrBr FHfi lrr rroblc Alpaida.G Mantenido en aislamiento por la ambiciosa
fle, lrrr,lrl y por orden de ella encerrado en una prisión o vigilado,
Desde los días de Clotario II y de su hijo Dagoberto, uno de ltilulvrr rl ccrco de sus carceleros y triunfa de todos sus enemigo,s
ellos, Pipino el Viejo, ocupaba la mayordomía del palacio de Austra- Há*l lrrr¡ otr«r: de los de Neustria en Ambléve, cerca de Lie;a, el 716,
sia, en Ia que parece que se mantuvo por espacio de veinte años, con
excepción de un muy breve período de desgracia (hacia el 634),
f ltre¡¡,t en Vincy (o Vinchy), cerca de Cambray, en el 717; el
ñletlrn ¡rñn, rlc los partidarios de Plectrudes, que alcanzada en Colo-
durante el cual sus funciones fueron desempeíradas por su yerno ñlá, crr rlor¡rlr. se había refugiado, tiene que entregarle el tesoro de
Ansegiselo, hiio del obispo de Metz, Arnulfo.l Después de este pl¡,|,r,,, rlrllot¡r tiunbién a los frisones y a los sajones, a los gue
Pipino, a quien los modernos historiadores tienen la costumbre de ptalgrrr lr¡r¡rt¡l crr su territorio; poco después (719-720), vence a los
llamar Pipino de Landen, gobernaron el palacio de Austrasia su hijo f! A,¡,rtt,,rrt,r I ir su duque Eudes, aliado de Ragenfredo; finalmente,
Grimoaldo y luego su nieto Pipino el louen; éste, al gue llamamos
áI I ltl¡,¡tt, rr,," ill)rl ¿r 30g.
Pipino de Herstal, venció a los de Neustria en Tertry, cerca de
I I I I'1,,u, n", '.',llt y 2()h,
Peronne, el año 687, y anexionó a la suya las mayordomías de pala- E l.¡tlt tt'tinun l,'ttttt.ont.nl (r.rr'rlri<n nrdar:tada en727y.qre hoysuele designarse
cio de Neustria y de Borgoña.2 fF pl tr,,rulrt¡, ,lu Lil'tt hi¡tt¡titt l"rtn,,,rurrt.),51 y 52, ed. Krusch (nq 32 de la Biblio-
' üf ltr I ¡rrJg. I ,r lli't; r'onlirrrrrrL,rcs ,1,' l"rcrL'¡.litt io tl y 9, crl. Krusch (na 29 de la
t (l[. I]iirruri¡r-Mi¡rrln¡r:r¡un (nq 47 de Ia Ribliografín), nos 2r: n 2r¿. *hlr,,p,.ri{r, r,,ru', l/it 17.t.
2 (',Í. ltlt¡n, rro, 2r r 2l/¡.
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 5
4 FUNDACION DEL IMPERIO
¡rrrrrcte a los frisones en
733-734.1a Mientras tanto, se precisa de
en el 7'24, derrota en Angers a este último.z De creer a sus contem-
tr¡rcnte el más grave peligro que jamás amenazafa a1 reino, el peligro
poráneos, el mismo Dios le conduce por doquier a la victoria, y por
rr¡rrsulmáni en tromba, la caballería del emir de España, Abderrah-
su brazo salva al reino franco de la desmembración y de la ruina.s
ltán, se abate desde Pamplona sobre Ia Gascuña y Burdeos y pronto,
Nada impide ya a Carlos, puesto que en lo sucesivo no tiene ,ltli1¡iendo su avance hacia Tours y la Francia septentrional, llega a
quien rivalice con é1, ejercer el poder en calidad de mayordomo del frrñ puertas de Poitiers (octubre del732). Es la repetición de la alga-
palacio en nombre del reyezuelo merovingio Thierry IV, hi¡o de Da-
t¡ tlcl 725, pero esta vez están en peligro las regiones vitales de la
goberto III, y restablecer la situación tal como su padre la había ( i,rli¿r. Llamado por el derotado duque Eudes, acude Carlos. Los
dejado. rl.:r cjércitos se enfrentan a las mismas puertas de Poitiers; con sus
No obstante, el reino franco resulta de todo aquello muy redu- Itl,r:i apretadas, "inmóviles como una muralla", según frase de un
cido. Por el sur, y pese a la victoria de Carlos del año 720,|a Aqui- r ilillcmporáneo,14 pero animados de una feroz energía, esperan
tania permanece bajo el dominio de su duque Eudes prácticamente 1,,,, f rancos a pie firme el choque del enemigo, que viene a romper su
independiente; los musulmanes de España, después de haber inva- Iulr;r en sus espadas y del gue hacen una horrible matanza. Entre
dido el Rosellón y el Languedoc inferior en el 719 o el 720, penetran 1,,,, r»uertos está Abderrahmán y sólo el manto de la noche gue
al mismo tiempo hacia Nimes y Tolosa; sólo una rápida y vigorosa ,,r,. y los oculta, salva de los vencedores los maltrechos restos del
intervención de Eudes de Aquitania logra impedir su avance, a las i'lrir'( ito musulmán en derrota.ls
puertas de esta última ciudad, cerrándoles el paso al valle del Garo- Al fin puede respirar la Galia; no queda su suelo enteramente
na; pero, por el norte de Nimes, pueden el año 725 lanzarce impune- lirrr¡ritr de sarracenos, ya gve éstos ocupan todavía el Rosellón y el
mente por los valles del Ródano y del Sg¡ , hasta el corazón de l,ur(Jucdoc inferior, desde donde realizarátt afortunadas correrías,
Borgoña, saquear Autun y llevarse un cuantioso botÍn sin ser moles- ,',¡'r'r'irrlmente la del año 737 sobre Aviñón y la comarca vecina; pero
tados ni perseguidos.g La mayoría de los territorios germánicos al lr rrs¡;uesta a estas incursiones no se hizo esperar; rechazados y
este y al norte del Rin, dejaron de reconocer la hegemonía franca ,1, rrot¡dos por Carlos ese mismo año a orillas del Berre, al sur de
y dificilmente puede contenerse en sus fronteras el impulso invasor ll,rllxrna, las huestes del Islanr quedan ya contenidas en aquella
de alamhnos, bávaros, sajones y frisones. Nunca, en ningún mo- rt1¡irirr t(i de la que serán fácilmente desalojadas veinte años más
mento de su historia, apareció más d¿bil ni más próximo a Ia ruina el ¡.rr,lr'.17
reino cuyo gobierno tenía Carlos en sus manos.
Pero el mayordomo de palacio no carece ni de osadía ni de ca- r lliirrinr':n-X{üHLBACHER, ne 39c y d. También aquí eI testimonio esencial es
I
rácter enérgico, y con valor sereno hace frente a las más compro- 'i l,'\ r'outinuadores de Fredegario, l"l, pág. 176.
,1,
metidas situaciones. Por el este obliga a los bávaros a someterse;lo rr lrr¡xrt«r oE BsJe (Isidorus Pacensis), Chronique, en Recueil des híst. des
t 'ttl,¡ tt lr: La France, t. II, pág. 721,y en Nhcrve, Palrol. lat.,t.XCY\ col. 1271. [Se
desde el aíro 730, queda reducido a una provincia el ducado ala- t,¡r,r ,l¡, ln Cróníca atribuída con error al obispo de Pax Julia (Beja); MrNÉxorz
mano 11 y por una serie de bien dirigidas ofensivas (desde el 720 al f l¡r rlr.signa como Crónica tlel Mozárabe del 754 (por ejemplo, Rod,rigo el último
738) son contenidos y amedrentados los sajones.l2 Por el norte i "r,r
.,/,,, I l, ¡,írgs. XXVII, LXVIL LXVIII); para Claudio SÁxcr¿z Atronnoz, su autor
f, f,rr' ¡,.r "rrrr r:lórigo de la Iglesia de Toledo, acaso oriundo de Córdoba, y qtízá,
7 Gesta reg. Franc.,51-53, págs. 325-328; cont. de Fredegario, 8-lI, págs' 173- ,'rr r,llit residente o viajero...", Véase. En torno a los orígenes d,el Feud'a-
175. Cf. Bór¡rmn-Münr-BACrrER, no' 29n-37b. i,.,,r,,, N,.rrrIrzu (Argcntina), 1942, tomo II, págs.23-271. IN. del T']
8 Gesta reg, Franc.,5r, pág. 325,7.27; cont. de Fredegario, B, pág. 173, r.l7; l.r (:1. lli;¡rIl¡r,irt-Miittr,¡ecnrn, na ii9a, Los textos esenciales, a más del de la nota
13, pág. L75,1.I7;15, pág. 176,I.2;19, pág. I77,1.9;20,pis.178, 1.16.
g A. Mor.rNrrn y H. ZottNrrnc, Sur les inuosions arabes d,ans le Languedoc, en
, ¡t¡t lt (ll¡ttti,t1uc d.e Moissac (na 28 de la Bibliogralía), pág. 29I, y los
',,r' il,,f
. .'rr ¡ru,rrh)r'r's r[: l,'rr:rlegario, 13, pág. 175. La importancia real de la batalla de
la Histoíre générale d,e Languedoc de Devic y Vaissete, nueva ed. tomo II (1875), I,ittlñ rrrr ¡r.rliscrrlr: nquí, pero Io cierto es que el Occidente tuvo una sensación
págs. 549-558; F. Coorne, Narbona, Gerona y Barcelona baio la dominacíón musul' .1. cl¡r ¡,, r¡ur. ¡rr',,¡rorf i0rrri gran prestigio a Carlos Martel.
tÍLana, en Institut il'Estud,is Catalans. Anuari, años 1909-1910, páes. UB'202. l'r ll,rr¡rrr.rr Nlirttt,tr,trtu,:u, no: iJ9¿l a 39m, El texto esencial es eI de los continua-
1o Cont. de Fredegario, 12, pág.175. Cf. BónImn'MÜHTBACHER, no' 37c y 384. i ,'., ,fr, lfr,,l,'¡,.rttio, lll), ¡ti;qs. 177-l1tl.
r1 Bónurn-Münrnecnen, ne 3Bc. I ¡ t I A. Nlor.rrurrrr y ll. Zrrtt.:rt¡,t,.ttt;, loc. ci¿. (vírase pág. 11, n. 1), pág. 554.
t2 ldem., no" 31g, 35a, 37b, 3Bb, 47a. El testimonio esertcial es el de los conti-
' ,,rrt, /,¡r ril. (rí'rr'.r'¡rí1i. ll, rr. l), ¡rigs.197-l9fl.
nuadorcs de Fredegario, 11, pág. 175, y 19, píF,. 177.

}
6 FUNDACION DEL IMPERIO ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 7

Sus victorias sobre los musulmanes, en especial la de Poitiers, Tal gestión en aquella fecha podía parecer temeraria, ya que en el
dieron al mayordomo de palacio prestigio y autoridad en toda la alk¡ 722 la autoridad del hijo de Pipino era todavía incierta. Pero
Galia. Aguitania, que le debe su salvación, parece haber entrado r¡trince años más tarde ya no era posible ningún género de duda; el
entonces definitivamente bajo su obediencia; conserva en su gobier- trt,tyordomo del palacio era el más importante personaje no sólo
no a un duque, aun después de la muerte de Eudes acaecida el 735, rlel reino merovingio, sino de todo el Occidente. No hay por tanto de
pero un recorrido a caballo de Carlos a través del país hasta Burdeos r¡lí' asombrarse si en 739, y luego en 740, el nuevo papa Gregorio III
y Blaye, al día siguiente de aquel suceso, es suficiente para imponer a or rlirige a Carlos para solicitar no ya un simple salvoconducto en
todos el reconocimiento de la soberanía franca.18 De la misma manera Invrrr de un misionero, sino ayuda y consuelo contra sus temibles
deben inclinarse Borgoña y Provenza, igualmente indóciles, que a la sazón, amenazarr con apoderarse
r'ttt'nricros Ios lombardos que,
son recorridas, como hizo con Aquitania, por Carlos, en 733, 736 y ,lc lloma,23
en los años siguientes para, sin gran esfuerzo, domeñar su espíritu l)esde los días de |ustiniano, Ia silla de San Pedro parecía por
levantisco. Pero aqui no se trata sólo de un simple dominio señorial, rrrrrcho tiempo situada de manera durable, bajo Ia autoridad de los
sino de soberanía plena y absoluta, y Carlos designa sus condes y ,'rrr¡rcradores romanos de Constantinopla; pero éstos, que considera-
representantes sobre toda la extensión del territorio sometido.le l,lrr y trataban a los papas como simples obispos imperiales, acabaron
AIli donde queda así restablecida la autoridad real 1,,'r' ircloptar una política eclesiástica y, con frecuencia, una posición
-una auto-
ridad real gue el mayordomo del palacio ejerce sin que se le ocurra" r,'ll1¡iosa a 7a vez, gue no se conjugaban con la tradición defendida
ni aun después de Ia muerte de Thierry IV, el 737,20 justificar cdh ¡,,'¡ los sucesores de San Pedro. Desde el año 717 ocupaba el trono
la presencia junto a sí de un merovingio-, Carlos actúa como señor lrr¡'r'r'ial León III, cuyas pretensiones de regir a la Iglesia desenca-
absoluto, legislando, haciendo justicia, disponiendo a su antojo de ,lrn¡u'on por doguier Ia guerra en sus Estados. Partidario del regreso
Ias sedes episcopales o abaciales y de los bienes de las iglesias, que ,, rrrr culto desembarazado de las supersticiones y excesos que en
distribuye entre sus fieles a cambio de sus servicios; en una palabra, I )rirnte condujeron a la devoción de los iconos, adoptó una postura
conduciéndose exactamente como si personalmente estuviera inves- t,rrr r'¡rrlical en aquella materia delicada que no sólo llenó de luchas
tido del poder soberano.2l No se produce protesta alguna ni aun r,rrilrlcs el Oriente, sino gue consumó la ruptura con el romano
contra las numerosas usurpaciones de que se hace culpable con res- ¡,,,rrtrlite. No había dudas en cuanto a la posición adversa que
pecto al clero y ninguno de sus contemporáneos pensaría siquiera '1, l'¡'r'iir tomar el papado, y por mucho tiempo no habría posibi-
que aquello significaba una actitud cualquiera contra Ia Iglesia. Por l¡,l,r,l tlc que llegase a un acuerdo con un gobierno imperial gue estaba
el contrario, se le rinden elogios, con razón, por su abnegación en .1,, i,l¡(lo tr imponerle sus normas, a ejetce-r represalias cada vez
favor de Ia religión. Tanto para las obras piadosas como para las ',,,,,,,|nr'¡rs contra los bienes de la Iglesia romana y hasta a posesio-
misiones, resulta protector destacado, al gue no en vano se pide r,u,ir. (l(' la autoridad de la Santa Sede, cuyo campo de acción directa
ayuda. El año 722, el papa Gregorio II, "conociendo el espíritu reli- ,lr,'r¡¡i¡¡¡¡i¡¡ al substraer a su jurisdicción eclesiástica, pata unirlas al
gioso que anima" a aquel "glorioso duque de los francos", soiicita t,.rtri¡u,';rdo de Constantinopla, provincias enteras como Calabria,
su apoyo en favor de San Bonifacio, encargado por la Santa Sede ,¡, tlr,¡, l)i¡lmacia y los países balcánicos.
de convertir a la fe cristiana a los paganos de Germania; y Carlos A'ir, l)ues, no pudiendo contar con el apoyo de un emperador
contesta con una carta de protección completa, redactada según el mo- tr' ,r,lcnuis, tenía entre manos otros asuntos bien diferentes y estaba
delo de las cartas habituales de protección real, por Ia que convierte i,tl,r ¡r;rltc cntregado a defender sus posesiones de Asia y de Euro-
al misione¡o pontificio en un protegido personal suyo. 22 i,, ' l l);rl)ir sc encontraba desamparado frente al peligro que los
; ,r, ¡',: ,lt krs lombardos le hacían correr. No es éste el lugar de
18 Cont. de Fredegario, 15, págs. 775-776. l',,, r l,r rrrllación de sus conquistas; hay gue recordar tan sólo que
tc ldern, 14, lB, 21, págs. 1?5-1?8. ,1, .t,,,,.,,1c h;rl'rcr atravesado la Germania hasta las orillas del Danu-
!o Bórlrrn-Mür.rr.recnrn, ne 39á.
zt ldem, nos 32, 34, 35, 97, 38, 89, 40, 41, 48. 't,'tl,.t 1'¿rr¿¡l., r'¡utrs I y 2 (na.lil dc I¿ Bibliogra{ía). Resultan particular-
22 §¡¡ Boxrnacro, Epistolae, ed. Tangl. (nq 15 de la Bibliografía), carras 20 y r',rrrlrr'rrliro.r lo:i lrinnilros r¡rr,: r'rrr¡rlt:a Grctlorio III para señalar la piedad de
22, piss.33 y 37. ,,i.,. r rr ,1,,r',,, i,i¡r ¡r,rr lrr l¡-ilr.sirr.
FUNDACION DEL IMPERIO ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA
bio, invadieron Italia el 568. En aquella fecha toda la península era lrcs que se acumulan para que piense, también, en las burlas que
ya, desde hacía treinta años, parte integrante del Imperio romano y sus retrasos en acudir levantan entre aquellas
estaba gobernada desde constantinopla por los únicos sucesores gentes que pretenden
r,cnospreciar el poderío de ros francos. EI acento
supervivientes de los Augustos. Lentamente, desde entonces, se d" cartas '|

dedicaron los lombardos a arrancársela; ocuparon gran parte de las


y la brillante embajada que Gregorio envió a carros ".tu,
er año i39 puru
r'xponerle verbalmente su petición, demuestran
provincias septentrionales, y algunas del sur, pero aun no habían el valor que se co,,ce-
rlía en Ia curia romana al concurso del prírlcipe f.u..o
conseguido apoderarse ni de Roma ni de Rávena, Ia antigua capital
¡rrestigio que nimbaba a éste en aquel momento.
f-"t gru' j
de los emperadores de Occidente, en donde residia uho., ei exarca de
su categórica negativa a intervenir en los asuntos Italia en
Italia, representante oficial del emperador para toda la península. .l rnomento en que Ie era necesaria ra arianza rombarda de p"*1""r"- I
Arrianos en un principio, Ios lombardos, que habían comenzado rr.r a los musulmanes por er rado de provenza, fue
por hacer gravitar sobre Italia el peso de una sañuda persecución sin duda una
¡rltteba de prudencia; en cualguier caso no puede verse en el
fi
religiosa, terminaron por hacerse católicos romanos, pero no por
ello dejaba de ser constante problema de preocupación angustiosa
rintoma de un debilitamiento de su autoridad, como pur""iu-irr.irruu" "¡u
( lleclorio III en
la última de sus cartas; y casi inmeáiatamente des_
para el papado el progresivo avance de aquel pueblo gue por su
l'rrr's de este incidente asistimos, el año z4i, a u" r"rolito
desconcierto y sus luchas intestinas se hacía con largos retrasos, (l;rrlos, que desde el Z3Z y sin
ampararse siquiera ".p".ir.ulo,
,, ,"y,
Nominalmente obispo del Imperio, pero en Ia práctica libre de sus rr,'l,icrna sólo el conjunto de los territorios sometidos a "o
presiones y tan alejado de Constantinopla y aun de Rávena .o-o*' los francos,
r'r'"tccle "después de haber obtenido el consejo de sus nobles, ar
para poder actuar en calidad de pontífice universal, el papa tem- r{'r)','to del reino entre sus hi¡os". Tales son, ul á"no.,
blaba ante la idea de gue pudiera convertirse en obispo de una tu.
,¡rr,' crnplea un contemporáneo generalmente "rpr"rior".
bien lr¡orrnuáo,iJ qri",
monarguía lombarda. Evidentemente, Ia incorporación de la sede ,r r'( isír que carlos dió ar hijo mayor, carromán, la Austrasiá, país
er
de Roma a aguel reino hubiera sido una catástrofe para el sucesor de ,1,'. l,rs alamanos y la Turingia; al menor, pipino,
Borg.ñ;,-ñJustria
San Fedro en una época en la gue su autoridad ecuménica estaba r' l'r'.venza. Luego, agrega, Carlos murió en euierzy"el Zn-ie'o«u-
aún seriamente en litigio por las pretensiones del patriarca de cons- I'r'' tlcl 741 y *ssrno el gran rey Dagoberto* fué ánterrado "en
la
tantinopla, a quien respaldaba firmemente el emperador y de quien l,.r,rlit;r de San Dionisio márti{'.27
era colaborador directo. N. cra todavía rey er carolingio, pero todo sucedía como si ya
Pero ¿cómo evitar el peligro? Sólo una solución parecía factibier l.r n¡onrrrcluía merovingia hubiera dejado de existir.
recurrir a los francos. Por primera vez iba entonces a hacerse indis-
pensable para salvar a la cristiandad de occidente aquella con¡'unción
II.- GonlBRNo DE CanrouÁN y os plp¡N¡o
de Io carolingio y del papado, de la que, más adelante, debían pro-
ducirse tan trascendentales consecuencias. llr;,1 ¡ transcurrir, sin embargo, diez años antes
de que se diera
Ei año 739, el rey lombardo Luitprando acampaba a guince .I ¡',¡1¡¡¡ rlcfinitivo; fueron diez añts durante ros cuales tu'-orárqui",
leguas de la Cludad Eterna; el momento no daba lugar a vacilaciones r,r ,.,r.r'.li.qia, no dejaría de extender su autoridad
y el papa Gregorio III se dirigió resueltamente al poderoso mayor- N,) r)()r ello tuvieron en menos graclo Carl"*á, "" O..i;;;;;. qr"
lr'rr r'¡ l¡','¡¡J¡', cn un principio, a toda t-p;i;;",'
domo del palacio merovingio.2a Las epístolas que a la sazón dirige una serie de reberiáne".ro"rria"-
al ¡efe efectivo del gran reino bárbaro de Occidente2b.sorprenden r¡i r. (rr(' cstallaron en cuanto murió su padre:
Ia de Grffi hr;o
por su singular tono. Se trata de una súplica urgente dlriglda al l' r"r'rrrl., tlc carlos Marter, celoso der podário
que se habia otorgado
uirreg (subregulus) de los francos para que actúe como "hi;o devoto 'r '.r'¡ ,rr'(li()lrcrmanos;28 Ia del duque de Aquitaniu, Hrnutáo,
I rr,l,'., ,tr(.s(' iizó el 742;zo la dLI duque de I., lrr,." ¿"
del príncipe de los Apóstoles"; para que se conmueva ante las lágri- .l;;;;;;'ilo¿"_
mas "que día y noche vierten los ojos" del pontífice ante los desas,

:.t (lf. Iliiunrrrr-X'Itlirlr.necrrrin, ne 4ld.


2:' (:o(l!,:\: Ourti., t:i'rtas 1 y 2, ya r:itadas.

&
10 FUNDACION DEL IMPERIO IiSTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA
11
baldo, el 742,30 y la del de Baviera, OdilOn, en 743.3r Por doquier, tltiti;rtiv¿r mismo apóstor de ros germanos da testimonio de
la respuesta de los nuevos señores fu,é rápida y eÍicaz, aunque tanto r'll().*,:i7 el-el
hijo mayor de carros Marter habia "hecho ,amar junto
en Baviera como en la región alamana y en Aquitania tuvieran ir t'1" para restablecer la disciplina eclesiástica
en sus Estados.
necesidad de reanudar varias veces sus campañas :t2 y jvzgaran Las medidas promulgadas entonces y que sóro
se contraían a Ios
prudente, para consolidar su poder, proveer de nuevo el año 743 el I.rritorios sometidos a carlomán, fueron confirmadas
trono merovingio, que una curiosa paradoja m¡rntenia vacío desde rl.l cle matzo siguiente en Estinnes, en Hainau¡,r, ,.,o.fo rectificadas
rrtlr¡rtadas por Pipino pafa sus propios territorios, ,
después
el 737,llevando allí a un reyezuelo fantasma, Childerico III, del
en ocasión de un
que sólo hacen mención desde entonces las act¿rs o[iciales.33 IJna !'¡i'o(lo reunido en Soissons er 2 dá matzo
d,el r44. En ra capiturar
de ellas lleva la siguiente declaración, que bien v¿rle la pena citarr r¡rrt'lir.s resume,3e el nombre de Childerico,
"Childerico, rey de los francos, al eminente Carlom¿rn, mayordomo que había sido entre tanto
,'l.v;r«lo al trono, sólo aparece
en la fecha (.;en el año 244.. . ."grr,ao
del palacio gue nos ha establecido sobre el trono. . .",:tL y tal fórmula
'lr'l 'cy childerico"). para colmo, er documento está redactado de
no precisa comentario. A mayor abundamiento, Ios dos mayordomos
"''r¡r'r'rlo con el modelo de la capiturar der año 242: arí, quien dicta su
del palacio siguen promulgando actas en su propio nombre y llegan r.lrrntad es Pipino,_ "duque y príncipe de los
en ellas hasta a hacer referencia a "su reino", o a decir, como Io "de acuerdo .o, lo. oui.po.'; frur.o.,,, ,roluntad
'l''' itlicla y después de "iaber sido
hace Carlomán en el 747, que están "encargados por el Señor del .,'pipiro, .,rurá,
'r(r)nsci¿ido por el clero y por s¿rs nobles,'i ilustre,
cuidado del gobierno".er rrr"v.rclomo der palacio" ",
el rey quien al finál del acta estampa
Esta tareá, en efecto, la realizan como si el reino fuese v"rdu- S z,o
'¡'fi.r,a. Tanto en derecho como en-ra rearidad, Ia reforrna de lu
deramente suyo. Emprenden la obra de reE¡enerarlo, reúnen conci- "':i 11¡l''si;r de tas Galias fué obra personar de
los d;. it;;-;; carros
lios y publican capitulares en las que expresan su voluntad soberana. M¡u'tcl, a quien prestó su concurso San Bonifacio.
Una capitular de Carlomán,36 de fecha 2l de abril del 742 --poÍ Lrr retirada de Ca¡lomán, que el año 247 d,ejó
el siglo para ir a
tanto anterior al establecimiento de un rey merovinqio en el trono- ¡rr'¡rlr;r. sus días en un cenobio,ao posiblemente
apresuró Ia anuración
comienza con las palabras siguientesl
'l'' l¡r ficción merovingia. En efecto, sólo ya en Ia cabecera de todo
,'l Pipino, al que llamamos el Breue, tuvo, es cierto, que
"En el nombre de Nuestro Señor ]esucristo. Yo, Carlomán, duque y príncipe 'r.ino, hacer
Ir¡'rrfr',;r,na nueva reberión de su medio hermano Grifon-at que
de los francos, por consejo de los servidores de Dios y de mis próccres, he reunido
rrr¡rr'1¡11¡¡fs¡¡ente se había puesto en libertad
a los obispos y a los sacerdotes que están en mi reino... para qtlc me aconsejen
rlr' ¡r'isi<in, rebelión complicada con ros apoyos que de ,"¡" uro,
después
el medio de restaurar la ley de Dios y la Iglesia, corrompidas en los días de los el sublevado
príncipes anteriores, a fin de que el pueblo cristiano pueda asegurar la salvación r'rrtrrrtr'ó en sajonia y en Baviera;41 pero
de su alma y no se deje arrastrar a su pérdida por falsos sacerdotes." -uyoriomo del paracio
"r
llrt l,irrc('e que tuviera, por otra parte, dificultades
serias en hacerse
,lrr'tlr'1'¡¡.'r:: Grifón y sus cómprices fueron
Siguen a esto las decisiones acordadas "por consejo de sus rrlflllrlos Irteses de luchas,a3 y los docu*entos
vencidos ar cabo de
sacerdotes y de sus nobles", por el "duque y príncipe" Carlomán. contemporáneos, aun-
rl'r' se ten§Ja en cuenta más que las apariencias oficiales,
Todas ellas se dirigen a Ia restauración de la Iglesia franca bajo
It¡rrr '()
demues-
tJr¡r cl papel asignado al rey merovingio decrece
la égida de aquel mismo Bonifacio, "enviado de San Pedro", a quien constantemente.
ya Carlos Martel había concedido su apoyo y que, por propia li" lrr:r.irrí¿r cn vano, durante este perioáo, en las actas autránticas
rrl S¡rr lirrrillrcio, Epistolae, ed. Tangl,
3o Cont. de Fredegario, 25, pág. 180. 'ttt (;tltitttl.. carta 50, pág.82.
r. [, nq ll, pá.gs.27_28. para ]a fecha, cf. también
st Idem, 26, pig. 180. C{. Bósnun-Xilür¡r,eacurn, na 45ó. ,t¡' ilt tt. n! ,15.
Bór¡r,r¡n_Mür¡r,-
32 Continuadores de Fredegario, 27, 28, 29, págs. 180-181; Biisntn-Nfü¡rr,re- tttt t.ttltitttl.. t. I, n,) 12, págs:. 29_30.
r:rrrn, ne 4Ba. lrr ll'irr[r¡ y
rr ]\lillrr.lr,rr:rr¡trr, nos S2a SSb.
ll:l flii¡¡¡1¡p-fiiirrr,necurn, nq 45¿. I I ltltnt. tr,,., 55t. y lt7t.
:t.t I ¿?nr. l.' Sirr .rrrlrrrr¡ir,' s. lrir sl¡rrr{'sro, sin que sc puccra
ilÍ l(lrrn, no 51. afirmar, que un hijo de carro-
*r',r, ll¡,rr¡r,1,, l)r.grrrr, ¡rrrrr. urrri¡1irr rrrgrrnns protensiones, rápiáamente
:rti Oupítu.luria, t. T, n'? 10, págs. 24-26. F,ste documento tambión aparcce cn la anuladas, a
=ir, ',1, r ¡r ,,, l¡irrlr(.. !,ir¡sr: S.,rN ll,Ntt,.,t.r., lipisttl.ttt,. ed. Tang.l, na pág. 172.
corrr,sl,r,nrlorcit rlr: Stn Roniiacio, r:rl. 'l'irngl, pírgs. 98-102, na 56. 79,
I t I I llrinutrr Nlillr.r¡,rr llr rr, rre 57¿,-
12 FUNDACION DEL IMPERIO
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 13
una sola gue emane del rey Childerico, mientras se multiplican León III el lconoclasta, con quien el papado había tenido que vivir
aguellas en las que Pipino se nos presenta en el ejercicio del poder
en actitud de guerra, pareció al principio asomar una esperanza de
soberano-
duradero acercamiento, volvían otra vez a acumularse nubarrones
Farecía, pues, llegado el momento de dar el paso decisivo. En y, desvanecido el período de las iniciales afabilidades y del cambio
un acta del mes de agosto del 750 aparece Pipino sentenciando pú- cle cortesías, el papa Zacaúas, aunque oriundo de la italia griega,
blicamente en justicia, en el palacio merovingio de Attigny, al que iba a encontrar en constantino v un encarnizado adversario del
llama "s¡-¿ palacio"; declara que preside allí "rodeado dc s¿rs nobles"
culto de las imágenes y, por consecuencia, un enemigo latente de la
(proceles nostrí) los duques y los condes del reino-
-los obispos,
y para ejercer el poder "que Ie ha sido confiado por Dios".44
Santa Sede. De la misma manera, por 1o que hacía a los lombardos,
con guienes habían mejorado las relaciones en los últimos meses del
Poco después decide, al fin, separar al ficticio rey en cuyo nom- rcinado de Luitprando y durante el de su sucesor Ratchis (244-Z49) ,
bre gobierna y tomar para sí el título real. lir paz parecía peligrosamente comprometida con la ascensión al
¡roder de Astolfo en junio del 749,a7 Como antaño, en los días de
III.- GorpE DE EsrADo or PlprNo "EL Bnevp" l,uitprando, el nuevo rey sólo tenía un deseo, el de realizar a todo
riesgo Ia unidad de Italia. Ya se preparaba el ataque, si es que no
Todo hace creer que este golpe de Estado fué preparado cuida- cstaba en curso, contra lo que quedaba de la provincia bizantina
dosamente. Durante los dos años que lo precedieron, según observa
tlt: Rávena *el exarcado- cuando los dos enviados de Pipino lle-
uno de nuestros más serios informadores (uno de los "Continuadores
1¡irban a Roma para abrir con el papa las negociaciones que les había
de Fredegario"), "la tierra se mantuvo sin combates",ao y, en una t:ncomendado el príncipe franco.a8
época en la que el renacimiento primaveral traía normalmente
De aquella negociación no aparece señal alguna en los c¡onistas
una actividad b¿lica, todo hace pensar que aquella paz excepcional
se aprovechó, sobre todo, para entablar negociaciones. Hay que ¡xrntificios ni, lo que es más sorprendente todavía, en el Codex Caro-
/in¡¡.s, esa copiosa recopilación, formada el año 791 por orden del
suponer que se sostuvieran conversaciones con los próceres del reino,
rnismo Carlomagno, de las epístolas que se cruzaron entre los papas
y conocemos, por fuente segura, que las hubo con la Iglesia, cuyo y los primeros carolingios. Pero, según dice el ¡edactor oficioso
apoyo se creía indispensable. Entre otros detalles, sabemos que el
,le los anales de Ia corte franca (los Annales royales), del que, en
obispo de Würzburg, Burchard, y el abad de San Dionisio, Fulrad,
rruc'stra traducción, hemos respetado el estilo torpe e incorrecto,
fueron enviados a Roma a fines del año 749 o, con más probabilidad,
cl obispo Burchard y el abad Fulrad, fueron "enviados al papa Zaca-
a comienzos del 750, para lograr la adhesión del papa al propósito de
un cambio de régimen.+6 r¡irs para preguntarle, con respecto a los reyes gue, a la sazón, no
Ya hacía algunos años que se habían ido multiplicando las rela- lrnifln en Francia el poder real, si estaba bien o no que fuese así";
ciones entre los jefes del reino franco y la Santa Sede. La obra de rr lo que Zacarias parece que respondió "gue más valía llamar rey al
reforma religiosa emprendida por Carlomán y por Pipino en sus r¡ttc tenia que al gue no tenía el poder real".ae Era
-ignoramos si con
r orrrliciones o sin ellas- la anticipada aprobación de la actitud gue el
Estados, el apoyo que todos los misioneros, comenzando por Boni-
facio, habían encontrado en ellos, no podían por menos, pese a ¡rlirrcípe franco se disponía a tomar.
cuanto se ha dicho a veces, que predisponer a ambas potestades para Scrluro ya de esta aguiescencia, de la gue un texto como el gue
concertar un acuerdo más íntimo. La misma situación política obli- ¡rr'¡rbirnros de citar parece demostrar que se dió a conocer a la opi-
gaba a los pontífices romanos a realizarlo, ya que, después de una
'li Sr¡1,*r torlr¡ esto véase la biogra{ía del papa Zacarías (escrita, en opinidn de
breve tregua, §us relaciones tanto con el emperador como con los l\l.rrur.i,rr I)rrt,lr.snc, t¡n vida del mismo pontífice) en el Líber pontilicalis, t, f,
lombardos se presentaban ante ellos cargadas de amenazas. Por el ¡rri¡1u.
,llflll.il(), y lts not¿rs dcl editor.
horizonte de Bizancio, donde en 740, despu,és de la muerte de 'tA l,il,e r ¡xnrilicul.is, t. I, pig,. M4.
44 ltl.tm, no 58,
' lu ,'lnnttl(\ tt¡ytlts, tlto 74(). Los Continuadores de Fredegario,33, pág. lB2, y
4l'í (lont. rlr: lircrlcgitrio, 32, pág. 182, 1. B-9. lil l.ltt¡t\ul¡t lt, tutttiotu, l'i¡tpirti. lrrr:cn nlusión, también, a esta aprobación pontificia;
'ttt ltlt'nt, llll, ¡rrig. l!\2: ,4nntlt's rtry¡tl¡5, aíto 74.9. ¡rlt,r ¡rrr,,ilrlltttcttlc rr'¡rrorlttt'r'tt l¿r r¡tisnla fur:nlrr r¡rrc r:I autor <le los ,4nnales royales o
frlr,rr ri¡rrrr.u n I,,¡ r¡ri,,utr¡s .,lnttul,,s nrytlt,s.

&
14 FUNDACION DEL IMPERIO ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 15
níón pública, Pipino decidió en noviembre de 751 encerrar en un Hay que admitir sin esfuerzo que esta resurrección de la cere-
convento al merovingio Childerico y se hizo reconocer personal- monia bíblica de la consagración haya podido ser facilitada por el
mente como rey en una asamblea reunida en Soissons.r'() recuerdo de un pasado menos lejano. La monarquía visigótica prac-
Su elevació,, ai trono, contraria en principio a la tradición franca ticó parecidos usos antes de ser barrida, a comienzos del siglo vrrr,b2
que limitaba Ia elección a los miembros de la Iarnilia merovingia, tuvo por la conguista musulmana, y nada impide suponer que se poseyeran
lugar con formas inusitadas; la habjtual elección por el pueblo, según informes cincuenta años más tarde en la Galia por cualquier libro
la requería la antigua costumbre franca (morc Francorum, dice el litúrgico o cualquier recopilación canónica importada de España.
analista), [ué seguida e:r Soissons por un¡ ccremonia desconocida Es posible, también, aungue menos seguro, que ya fuera usada la
hasta entonces en la Galia y en el curso de l¿ cual el recién elegido consagración en los países anglosajones de los que venía San Boni-
recibió la unción santa de manos del obispo de Gerrnania, Bonifacio.5l [acio.53 Pero en todo caso prdt _--t"rrerse por seguro que los antece-
Con esto se proponía el carolingio, sin duda alguna, hacer visible dentes bíblicos impresionaron directamente el espíritu de los cléri-
a todos la aquiescencia otorgada por el Soberano Pontífice a la gos del siglo vlrr y que en tal evocación halló Pipino fuerza y presti-
usurpación rcalizada. ¿No era, en efecto, San Bonifacio, el legado, gio capaces de hacer ol..,idar el origen revolucionario de su poder.
el enviado personal del papa con el que estaba, como lo demuestra
su correspondencia de la época, en íntimo y permanente contacto? IV.- Lran¿AMTENTo DEL pApA EsrrseN II er nry FRANCo
La presencia y actitud del más calificado de los representantes del Y LA "PRoMESA" DE PrprNo
jefe supremo de la cristiandad significaba, por tanto, ante los espec-
tadores, que la instauración de un orden nuevo se llevaba a cabo Carecemos de detalles sobre la acogida que tuvo este golpe de Es-
en pleno acuerdo con aquel que debía ser considerado como el más tado, pero cabe razonablemente suponer que la adhesión no fué uná-
legítimo intérprete de la voluntad divina. nime 5a y que no parecieron de ningún modo superfluas las nue-
El gesto de San Bonifacio, al verter los santos óleos en 7a cabeza vas manifestaciones de la Iglesia en favor del "elegido de Dios".
de Pipino, tenía por resultado convertir al carolingio en el elegido de Precisamente proporcionó ocasión para ellas el haberse agravado
Dios, a la vez que en el elegido del pueblo. Sobre esto no cabe cl peligro a que exponían al papado las victorias lombardas del otro
duda alguna: se renovaban los tiempos bíblicos y la consagración l;rdo de los Alpes. Rávena había sido ocupada por Astolfo a comien-
adquiría a los ojos de ios contemporáneos stl valor antiguo. Si el zos del verano del 751 ,y al año siguiente era amenazada Roma.
alcance de este rito olvidado podía no ser comprendido por la masa l'll sucesor de Zacarias, el papa Esteban II, elegido en marzo del
de los f¡ancos no sucedía 1o mismo con respecto al selecto grupo 752, trató en vano de negociar, pero Astolfo no escuchó sus
clerical alimentado con la lectura de los Libros santos. Igual que rlemandas.
Saúl y que David, Pipino era el ungido del Señor y como ellos se La conmoción ganó finalmente a Bizancio. La perdida de Ra-
convertía en su mandatario; de Dios recibía la investjdura, gue sig- vcna, con la que Constantinopla había sostenido siempre constantes
nificaba un verdadero sacerdocio, como 1o fuefa, según el testimonio comunicaciones, fué allí vivamente sentida y se envió a un alto fun-
de los libros de Samuel y de los fteyes, el de aguellos a quienes la t'i.n¡rrio del palacio imperial, el silenciario |uan, para protestar ante
voluntad divina, y no su nacimiento, habia designado para regir a rl rey lombardo por aquella usurpación. ¡Era perder el tiempo!
los fieles del Topoderosc. Ast<rl[o, que poseía la f.uerza, se burlaba de las protestas diplomáticas
La analogía de las situaciones debió conmover a los hombres de ñ:, (f[. Marr:. Br-ocrr, Ies rois thaumaturges (Estrasburgo y París, 1924, in-Ba,
Iglesia y por-muchos años la historia de Saúl y de David iba a estar l,rn,'. ¡t¡tb lu l)u,liicutitnrs d,e la Facubé des Lettres d,e Strasbourg), apéndice III,
presente en sus espíritus en todo momento y a ser continuamente evo- ¡ri ¡1r. .1.0O.,177.
cada por ellos como una especie de prototipo de la misma historia hit ('.( . i ¡l ¡¡¡¡.
ca rolin g ia. lr I1,. l,rvu.l.AtN, L'ulpi:ntnttnt ,le: lo dynastie carolingianne (n, 84 de la Bi-
lrlio¡,¡¡¡ll¿¡), ¡ri1i. !ll(), rrolrr,l,, irrtr.r¡rlclir rrrr ¡rtsljr: tle Villibaldo cn su biografía de
I'n ,'l¡¡¡¡¡¡11's t,,.t.,i,'s. ¿rño 750, ¡rúgs. B t'l(): (hnt. tltr I"rtrrlt'glttir,, ltlt, ¡rii1. ltlll. \¡ttt ll,ttil¡t.i. (,',1. l,r'vi',,rtt, ¡rrig.4,4,) (rrm unir vcllrrlit ¡rlttsitin a "trrrlrtrlr:nr:ils l)ol)u-
t't Itl,'ttt ¡rir,r'¡'ii(), lr'r"r.. ll v ll). l,rrr.,," ,,11,,,,., r¡r.rrlr.,r tt l¡r "¡.r.r,ltt.ir'¡rr rlir¡lislir.lr". l,r.r¡r r.sl, r.s rlisr.lllil,lr..

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16 FUNDACION DEL IMPERIO ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 17
previsible chocó allí con una categórica negativa
y sólo contestó al recurso que le dirigieron Roma y sus habitantes, a recibir el men-
saje y, sin hacer caso de las tentativas de intimidación
redoblando las amenazas".55 gue le hizo
cl rey lombardo, se puso en camino para Francia, con uru buerra
El emperador Constantino V, hi¡o y succsor dc León III el lco- cscolta, en noviembre.60
nc¡clasta, no estaba evidentemente en disposicitin dc hacer respetar
sus derechos en Occidente. Esto lo sabía bien el papa Esteban II, Consciente de la excepcional importancia gue tenían las nego-
ciaciones gue iba a emprender, Esteban II ilevaúa
que aun enviándole, por guardar las form¡rs, tlna cmbajada solici- consigo u alguios
cle los principales personajes de la curia: seis
tando socorro 56 enviaba a Pipino, con toclc¡ secrcto por conducto cardenales, el arce-
rliano de la Iglesia romana, el primicerio y el secundicerio
de un simple peregrino, una carta exponicnclolc str angustia; en ella de su
le expresaba, además, el deseo de ir a conferenci¿rr con él y le rogaba ¡ralacio, gue eran, los dos, altos funcionarios de Letrán, y un nutrido
gue le enviase a buscar a Roma con hombres dc confianza.s1 Era 'séquito de sacerdotes y diáconos romanos. A pesar der'frío, ra tra-
vcsía de los puertos se realizó sin dificultad"., pero
una medida doblemente prudente, ya que los carninos, infestados ..áiro
de lombardos, no eran seguros y, por otra parte, antes de ponerse en
lirrgo y hasta el 6 de enero d,el 254, en pleno invierno, "l á"rp"e. "r,
a"
rrna detención en el convento de san r\iauricio en
camino quería el papa, sin duda, obtener de Pipino un acto que valais,'no fué
rccibido el Soberano Pontífice en el dominio real de ponthion,
comprometiese claramente la responsabilidad de su futuro aliado. no
lcjos del actual vitry-le-FranEois, por el rey pipino que
Las respuestas a estas dos gestiones intentadas por Esteban II, había sarido
¡r s._ encuentro. ]untos se trasladaron ambos al monasterio de
una en Constantinopla y la otra en la Galia, llegaron con pocas li¿rn Dionisio, donde el papa se instaló para pasar
semanas de intervalo, hacia fines del verano o comienzos del otoño el invierno y en
del año 753. La de Constantinopla era una invitación para signi- 'l"ttde se prosiguieron las conversacionesiniciadas en ponthion.or
No conocemos los detalles de estas conversaciones, pero sus re-
ficar de nuevo al rey lombardo, de parte del emperador, la orden
''.lt.dos fueron claros. su conclusión se señalo po" un. ."r;;;;t.
de evacuar los territorios que había conquistado. Nueva y vana r¡.t: tuvo como escenario la iglesia abacial de san Dionisio
protesta diplomática gue realizaba el emperador por medio del obispo y durante
l'r .rral Esteban II procedió de nuevo a consagrar al principe
de Roma, al gue consideraba como un funcionario imperial. La de la franco
v lrreqo a sus dos hi¡os carros y carromán.62 Lrn contemporaneo
Galia, tan deseada, llegó a través de una embajada compuesta por
'rrlirtlt' que el mismo día el soberano pontífice bendi¡o u Iu ,einu
dos grandes personajes: el obispo de Metz, Chrodegango y el duque
llrlfr¡rde, esposa de Pipino, y gue ..prohibiO a todos, ta¡o pena
Augiero, ambos encargados evidentemente de asegurar al papa sobre de
trrlrrrlicto y de excomunión, eregir jamás a un rey
las intenciones de su señor y, además, de acompañar a Esteban II, sarido de otra
r='rlir'¡re que la de aquellos príncipes gue
según era su deseo, hasta su país, en donde estaba preparada una la divina piedad se había
rlirrrir(l() exaltar y, por intervención de los santos
entrevista.s8 El papa no podía tener la menor duda en elegir entre apóstoles, confir-
,r,r' y consagrar por la mano del bienaventurado pontífice su vica-
Bizancio y los francos y no nos sorprende saber que efectivamente
r¡.".rr:r ]iste texto, tan curioso, no es más gue una nota perdida
se puso en camino el 14 de octubre del 753 dirigiéndose a Ia Italia al
lllr,rl rlc ,n manuscrito, copiado, en er mismo san Dionisio, algunos
septentrional y a la Galia protegido por los enviados de Pipino.rc
'rtlrr'¡'r'is tarde, por un monje de Ia abadía, posiblemente testigo
Sin embargo, por un último escrúpulo y para tranquilizar su coll-
ciencia, Esteban [ué a Pavía a visitar al rey Astolfo y a cumplir la '1,' l,l¡ ¡rt'()rltccimientos; no posee valor oficial y sin duda sólo traduce
l'r r''r'r;().irl intcrpretación de su redactor, pero hay que pensar
misión que le había encomendado el emperador; como era fácilmente que
ttt Itlt'nt, ¡»i;,s. rl.l5-44,6.
55 Estos hechos y los siguientes sólo nos son conocidos por la versión, visible- ttt l,l,.ut. ¡rri¡,s. ,1,16.44,8; continuadores de Fredegario, 86, pág. lB3. para la cro-
mente tendenciosa, que da de ellos el biógrafo de Esteban II en el Liber pontifícalís, r,,,lr,¡rlt, r'f. ll,rrlvr.lr l\litlll,l¡lr:rrr,:n, nq ?3f.
ed. L. DucnssNr, t. I, pág, 442. Su narración se hace, con frecuencia, apologética, tt' I ¡l',.¡ ¡trtrrrilit.ttlis, t. l, ¡rrig. 44.t\; Ann.ales roy.les.
pero sus líneas generales pueden tenerse en cuenta' año 754, pág. 12; Chronique
Í,
r$ Lí.bcr ponti,licali.s, t. l, pág. 442. .ll,,r'¡,¡,. ¡rri¡,. ll()il; (ltnlt,t O.rol., r:.rla 7, tttlas lipistokte, t. IIi, pag.+OS.
r't l,ltm, pág. 4M. "' I l,ttttttl,t. ¡rril'r'. 'lrrlr rr¡(r. sr¡rrrr. r¿r ¿u¡lr:nti.irrarl rrcr tcxto, u"I Bn¡our,
t , ttr'.y',t ,¡t:,.. ."' .¡.rir.. t. \\\,lll ( l9:7), ¡rrí;1s. lZi),lfll, y L. "a,
ía l¡l¡¡n, prig. 445. i1.,t,,,,¡t, Lr:r,rr.r.,rrN, cn Ia Bj_
,1,' l'1,,'t,, tl,.¡ (.'ltttttt.¡. tollr,r l,XXXVlll il():lZ),
t'tt lltm, ¡rrig. 4,4J-r. ¡rrigs. !0, 11.
18 FUNDACION DEL IMPERIO ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 19

responde a un sentimiento compartido también por otros. La nueva ocurre preguntar: ¿a qué restituciones ha querido referirse el papa?
consagración, extendida ahora además a la descendencia de Pipino, ¿Es que no pertenecían al emperador aguellos dominios?
no sólo tenía el efecto de repetir, reforzándolo, el acto tealizado anta- Y al llegar aquí hay que incluir en el expediente un documento
ño por San Bonifacio, sino que confería a la familia del que en un cuyo origen ha producido desde hace siglos constantes controversias
principio no era más que un usurpador, una consagración solemne cntre los historiadores, pero gue tiene todas las probabllldades de
calificándola a toda ella y defrnltivamente para la realeza. En nombre haber sido llevado por el papa Esteban II en su equipaje para impre-
del papa había San Bonifacio convertido a Pipino en clegido de Dios, sionar al príncipe francoi nos referimos ala Falsa donación de Cons-
ahora el mismo papa, intérprete autol.izado de la voluntad divina f¿tntino.67 En virtud de esta acta, sobre la gue existen poderosas
por ser el sucesor del príncipe de los Apóstolcs, hacÍa de la familia rirzones para creer que acababa de ser inventada entonces precisa-
carolingia la designada especialmente por Dios para gobernar al pue- rrrente, aprovechando diversas leyendas, por un falsificador al ser-
blo franco. vicio de la Santa Sede, se atribuía al emperador Constantino el
Con todo, muchos aspectos quedan oscuros en este asunto. La (lrande el haber concedido al pontífice romano, en la persona
misma fecha de la consagración de San Dionisio se presta a contro- rlcl papa Silvestre I, amplias cesiones; muchas de ellas, como vamos
versias. Algunos la sitúan en el verano del 754, en el mes de ¡ulio.0+ ¡r ver, resultaban extremadamente oportunas para aquel momento en
Pero todo hace pensar gue tuvo lugar en la primavera, lo que supone rl que, tanto dentro del oratorio de Ponthion como en la capilla de
ya varias semanas de negociaciones. Pero, más aun que la fecha li¿rn Dionisio, Pipino y el sucesor del papa Silvestre, Esteban II, se
sería deseable conocer 7a naturaleza y la forma precisa de los com- ocrrpaban de vincular mutuamente sus destinos.
promisos a que se obligaba el rey franco a cambio del apoyo que le Ill acta tiene amplias dimensiones, ya que está contenida en unas
proporcionaba el papado. Nos gustaría también saber en qu'é atmós- ot'lro o diez anchas páginas. Comienza con una larga evocación de
fera se desarrollaron conversaciones tan decisivas para el porvenir l¡rs circunstancias que llevaron al emperador, cuando [ué curado
de las dos partes. Por desgracia, desde que el Soberano Pontífice rr¡il¡rqrosamente de la lepra, a abjurar el paganismo y abrazar la fe
penetra en el territorio de la Galia, comienzan las oscuridades. Los r listi¿¡na, en la que Ie inició el mismo papa Silvestre, y en r€cono-
honores que se dispensan a Esteban II cuando llega a Ponthion r irrricnto de todo lo cual, Flavio Constantino, reverenciando en
nos revelan un protocolo inusitado hasta entonces y que el biógrafo li,ur l)cdro "al vicario del Hijo de Dios" y en los pontífices romanos
pontificio señala con visible complacencia.os Pipino salió al encuentro "¿r l¡rs representantes del príncipe de los Apóstoles", declara su
de su augusto visitante hasta tres millas de distancia de xt palacía; ,lcr,.'o cle asegurar a estos últimos que deben su principado a la AIta
cuando vió a Esteban II, descendlo del caballo y se arrodilló humil- Volrrnt¡d de Dios, un poder más arnplio que el gue él mismo posee
demente junto con su esposa, sus hi¡os y los grandes personajes de r r¡nl() ('rnperador por indulgencia de los homb¡es. Ansioso,. en cons€-
su séquito; luego, en señal de respeto, caminó a pie al lado del papa, r u¡'n( iir, de laborar por la exaltación de Ia Sllla de San Pedro, deci-
que iLra a caballo, y, por algunos momentos, sostuvo la brida de su ,li,'r "r'cconocerle el poderío, la dignidad, los medios de acción y los
montura, como si fuera un simple escudero del pontífice. Ir,,rro¡es imperiales, es decir, el primado sobre las cuatro sedes prin-
Pero todavía no hemos llegado al cabo de nuestro asombro. En ,ll,¡rL.q rle Antioquía, Alejandría, Constantinopla y |erusalén, así
el oratorio real de Ponthion, en donde tuvieron ambos su primera rrrur{r.i()l)rc todas las iglesias del universo entero". Y he aquí, de
conferencia, el papa ,-según dice su biógrafo- recibió la promesa l,r,nl(), cst;rblecida, por un acto solemne, la primacía de la Sede
de Pipino, bajo fe de juramento, de entregarse 'por todos los medios ,1,'lJrtnr;r, y a los otros patriarcados, incluso el de Constantinopla,
a la tarea de restituirle el exarcado de Rávena, así como los dere-
chos y territorios de la república".66 Pero inmediatamente se nos r¡¡ llrr!, ,L.r.llrr rrrrnreros¿rs r¡diciones. Una de las mejores es la de K. Zurrnrtn, en la
l,.tp,tl',' ltrr litr,lrtll t,.n Ontist (Rcrlín, IBB8, in-Ba), págs. 47-59, reprorlucida en
(;1 Va)¿se L, L¡;vrlr-rrN, L'auéne¡nent de la d,ynastie carolingíenne (ne 84 de l'r f ,,,,,,,,r,.,r11,..1. ll,rr,r,ur (t1,46 da la Bibliografía), págs.24I-250. El documento,

Ililrlirrgr.tlía) quc propon(i, además, para todos los acontecimientos de los años 749-7i¡7 rr 'r i ,,l¡r,r lrri,i irrrli¡,.Utr sr. r(.iltonlil u comionzos del siglo fx, ha sido objeto de nume-
trna cronologíit rlrtcva. I)c clla rliscrepamos lundamenta]mcntc. ¡ f tt,lr¡r'r , rí1i,,,r. r'rtllc tllos rt'r't¡r'rl¿ttttr¡s cslrccialmente cl det I-cvrsoN. Konstan-
ti6 Lil)t't ¡utrtl.ilit:ulis, t. I,1t5g. 44,7. ' . ,, tt, \, lTt rrl,rut¡; tuttl ,\ilt,tst,'tlt,i:,,il¿r. <:¡ ll[ist:cllunea Fr. Dhrle, t. II (Roma,
titt ltlt nt, ¡,íit. '1 lll. l'r'! , r ll"l \,lr,rrri ri,rr.r.r.l rrr ,.it;r 1,, lrrtír.r¡l,r ¡1,'J,. L¡tvl¡,t.,rt¡1.
20 FUNDACION DEL IMPERIO ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 2I
que en el siglo vIII era inspirador de la política imperial, reducidos combatir alli la propaganda pontificia, recordando a los francos las
todos ellos al rango de simples agencias ejecutivas. grandes ventaias que para ellos tenía su tradicional alianza con los
A esta primera concesión agregó Constantino el regalo del pala- lombardos.68
cio de Letrán y de la iglesia de San Pedro del Vaticano; el derecho Apoyándose sin duda también en la Donación de Constantino,
a que el papa llevase la diadema y las insignias inrperiales: clámide en ocasión de la consagración realizada en San Dionisio, añadió el
de púrpura, túnica escarlata, cetro y bastón de mando; el derecho papa Esteban un signo honorífico suplementario a los que ya había
a la misma escolta de caballeros "que acompañan la g¡loria imperial"; concedido a su hu,ésped para ganar su favori en uso de una de las
el poder de "crear patricios y cónsules"; y, en [in, y ,ésta er,a la más prerrogativas que la falsa acta imperial concedía al Soberano Pontí-
sensacional concesión, la soberanía sobre Roma, Italia y hasta sobre fice, vemos que Esteban confiere al rey Pipino y a sus hi;os el título
todo el Occidente: de "patricio de los rornanos";6e desde entonces las epístolas que le
"A fin de que en nada sea despreciada la dignidad pontifical, sino que reciba diri¡a la Curia llevarán, en efecto, el siguiente encabezamiento: "A
honor y gloria y tenga aún mayor poderío que la dignidad dcl imperio terrestre, los señores nuestros muy excelentes hijos el rey Pipino. Carlos
donamos al bienaventurado pontífice, nuestro Santo Padrc Silvcstre, papa univer- y Carlomán, todos tres patricios de los romanos. . ." 70
sal, y le entregamos, tanto a él como a sus sucesores, no sólo nuestro palacio citado Este pomposo título de patricio de los romanos, cuyo valor prác-
(el de Letrán), sino la ciudad de Roma, y con ella todas las provincias, todas las
tico se mantenía en un misterio, sig,nificaba, lo mismo gue sucedía
localidades, todas las ciudades, tanto de toda Italia como dc todas las regiones
occidentales y, por una firme decisión de nuestra autoridad inrpcrial, en virtud de
con la consagración, el pago anticipado de un pacto formal que el
este edicto sagrado y de esta pragmática, las reconocemos corno clc plena propiedad Soberano Pontífice creía firmemente concertar con el príncipe franco.
de la Iglesia romana para que disponga de ellas a perpetuidad. También hemos Iln Ponthion nada se había precisado entre ambos, Iimitándose a un
juzgado conveniente transferir nuestro imperio y el ejercicio de nucstra autoridad a contacto inicial; pero después las negociaciones prosiguieron con un
las regiones orientales, erigir en la provincia de Bizancio, en lugar particularmente scntido favorable al papado: Pipino rompió definitivamente co,n
favorable, una ciudad que llevará nuestro nombre y estableccr allí nuestro imperio.
Pues donde el principado de los sacerdotes y la capital de la religión cristiana han Astolfo al hacer detener a Carlomán, poniendo fin a sus intrigas;
sido instituídos por el Emperador celestial, no es justo que el empcrador terrenal ¡rclemás dió orden de encerrarlo para siempre en un cenobio, en donde
ejerza su poderío." illa a morir pronto;Tl luego el rey franco adoptó una actitud más
lcsuelta al prometer que iría a la cabeza de sus ejércitos para alrarl-
Tal es lo esencial de ese texto famoso que será muy frecuente- t'irr a los lombardos y restituir al papa un extenso territorio reciente-
mente citado a Io largo de la Edad Media y sobre el que se apoyarán
nrcnte conquistado por Astolfo; finalmente, en el mes de abril del
muchas teorías resonantes. Pero, además, contiene todavía varias '/54, en ocasión de una asamblea reunida en
cláusulas notables, de las que no señalaremos más gue una: después Quierzy, junto al Oise,
de haber recordado, al paso, que había renunciado a su blanca tiara rlclirnte del papa, se comprometió solemnemente a obligar a los lom-
para cubrir con ella a aquel que gustosamente reconocía por Sobe- lr,rrclos, hasta por la fuerza si era menester, a abandonar sus coJl-
rano Pontifice de toda la cristiandad, Constantino agregaba que r¡rristas 72 y parece que llegó a establecer en un acta, redactada en
"por respeto a San Pedro" habia desempeñado junto a Silvestre I
nx Li.lter pontilicalis, t. I, pág. 448.
el "oficio de escudero", llevando de Ia brida su cabalgadura. ttn Ol.uu^sula, ed. Anxnr, pág,. 465; ed. Helr,nn, pá5. 67,1.24.
Como vemos, este documento, no sólo en su coniunto señala eI 'itt ¡',,,¡.,,* Carol., cartas 6,7,8,9, etc. Véase también carta 1l (pág. 505 de las
origen del significativo protocolo adoptado en Ponthion o a lo menos l'l,rrl,,/¿rr'. t. ITI).
presenta estrechas vinculaciones con é1, sino que explica también, y ;t l.iltrr ¡xtrtti.licalis, t. I, pág.449i Annales royales, año 755, ed. Kunzr, pág.12.
pretende justificar, las reivindicaciones territoriales de Esteban II, ;'-t l,ilx'r ptn.ti.licalis, t. I, pág. 449; Annales royales, versión arreglada, año 753,
y parece efectivamente que constituye el perentorio argumento desti- hr'¡tzt:, ¡rri;1. ll. Nosotros scguimos la cronología de BóHurn-Müurnecnrn, ne 74;
',1
,,lrr r rr¡f ,rrrt,o srilr¡ tir,nc l srr favor el ser más verosímil. El recopilador de los Annales
nado a vencer, llegado el caso, las vacilaciones del rey franco. Argu-
,,,r,t1,, I ¡,ir¡1. ll rI, lrr r.rl. Kurrzr:), sitíra la asamblea de Quierzy antes de la consa-
mento tanto más necesario cuanto que Astolfo no temió hacer salir
r! r {r¡ llr lrro r'r i':il(, no lr{t( r' sitto irttt:rprctar de manera discuti}¡le el texto analista
rlcl cl;¡t¡stro, en donde vivía retirado desde el 747, a Carlonr;in, l,r¡rrilrr" rrtrr'¡'.lr'rrrrlolo. l'or rslr¡, l¡unlririrr ar¡uí, nos s(.1)¿lramos del sistema cronológico
ht'r'rrurrro tlc [)ipino y, sin p('rcli<la rlc ticrl¡ro, t'nvi¿rrlr';r l;r (irrli;r p;tr;r ,l,l,l,lr,l,, ¡,,rr l,rvlr,r,rrn r.¡r r.l ¡rrtír.r¡l¡r,'itrrrlo srr,¡rrrr (no f|4, rL: la 13ibliogra[í¿r).
ESI'ABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 23
22 FUNDACION DEL IMPERIO
debida forma, el alcance exacto que tendría su intervención, seña- realeza franca sólida es indispensable al Soberano Pontífice que
lando por anticipado 7as rcstitucíones que se proponía realizar.Ts frente a los lombardos carece de cualquier otro apoyo'
La desaparición, posiblemente intencionada, de este documento Para esa misma realeza, las consecuencias de tal estado de cosas
impedirá siempre llegar, en relación con su contenido, a conclusiones son decisivas, El papel desempeñado por la Iglesia en la revolución
definitivas.z+ Debe hacerse notar, sin embargo, que resulla curioso dinástica que favoreció a la casa carolingia, tuvo por primer efecto
gue por parte de los francos se abstuvieran de hacer alusión a su dar a la autoridad real un carácter nuevo.
existencia y que del pontificio se limitaran a evocarla sin reproducir Sin duda, ya algunos reyes merovingios se habían apoyado en
nunca sus término,s.?5 La idea de restitttcioncs debidas al papa, que Dios para justificar sus frecuentes intervenciones en los' asuntos
eclesiásticos. El año 585, el piadoso rey Gontrán, al invitar a los
suponía el reconocimiento de un derecho para el cual únicamente la
Falsa donación de Constantino podía servir de apoyo, repugnaba obispos de sus Estados a predicar el retorno a una más cuidadosa
menos en sí misma a los contemporáneos de lo que actualmente
práctica del culto y al recordaf a sus súbditos la obligación del
descanso dominical, invocaba, como respaldo de sus decisiones, sus
sucede, ya que el papa, desde hacía mucho tiempo, era el señor
deberes para con Dios "de guien", subrayaba,TT "tenia el poder de
efectivo del "ducado de Roma" y ya había obtenido varias veces
trasantaño que se le entregasen plazas evacuadas por las tropas reinar" (facultas regnandí). Reminiscencia del libro de los Ptouet-
lombardas. Pero, según se deduce del Libcr pontificalis, esta vez se á;os (VIiI, 15-16); "Por mí reinan los reyes, las autoridades de-
iba más lejos en estos intentos, ya que entre los bienes que debían cretan el derecho; por mí los príncipes gobiernan y los magnates
jtzgan con equidad." Este es también el pensamiento de San Pablo:
ser lestituídos al papado se incluían territorios como el exarcado de t'Tádu
Rávena ?6 del que habían sido arrojados por los lombardos, hacía
alma se someta a las autoridades superiores. Porque no hay
menos de tres años, los representantes directos de Bizancio. Real-
autoridad que no sea instituída por Dios (non est enim potestas nisi
mente el papa trataba de obtener de la situación ventajas que ningún
a Deo); y las gue existen, por Dios han sido ordenadas. Así que el
que se opone a la autoridad resiste a la ordenación establecida por
antecedente hacía presumibles en el pasado.
Dios".78 Lo que quiere decir, como lo han explicado perfectamente
desde San Agustín, pasando por Casiodoro, trsidoro de Sevilla y
V.- RBars,zA DE DERECHo DIvINo Gregorio el Grande,?e los diversos comentaristas de San Pablo, que
Desde entonces es completa la vinculación de intereses entre Ia todo gobierno, toda magistratura es de institución divina, porgue,
realeza franca y el papado: el porvenir o destino de cada una ya sea en bien o en mal, e1 orden establecido 1o ha sido por 1a volun-
de las dos partes interesadas depende en gran medida de los éxitos de
tad de Dios y gue un príncipe, cualquiera que sea, aunque se trate
cle un Nerón, no posee, según palabras de San Agustín,8o
"el poder de
la otra. No se trata únicamente de una cuestión de prestigio: la exis-
tencia de un papado fuerte y, con todo, sosteniendo obligaciones para r¡randar si este poder no le ha sido dado por 1a Providencia". Sólo
el carolingio le resulta tan necesario a Pipino, cuyo poder reciente- cn este sentido muy general se creía Gontrán apoyado para con-
mente establecido choca aún con insidiosas resistencias, como una vcrtir a Dios en autor de su Poder.
Pero en 1o sucesivo va a ser diferente. La misma persona de
73 Liber pontífícalis, t. I, pág.498 (biogra{ía de Adriano I). l)ipino y las de sus descendientes han sido objeto de una elección
74 Monseñor Saltet, en una serie de artículos publicados en el Bulletin de lítté' ,livina. Tal elección tuvo lugar en Ia rnisma forma que en los días
rature relígieuse de Toulouse (ver Bibliogra{ía, ne 108), llega hasta afirmar que ('rr (¡r(' Israel reclamaba un rey y plugo a Yahvéh designar perso-
nunca hubo "promesa de Quierzy" y que la tardía alusión que se hace a ella en el
n,rl,ll,'ntc y hacer ungir, para ocupar el trono, primero a SaúI, luego
Li,bcr pontilícalis por el biógrafo del papa Adriano (pasaje citado en la nota ante'
rior) carece de valor. Pero ¿cómo explicar en tal caso las cartas (citadas en la nota ,r l)¡rvirl y lucgo a Salomón. Al gesto del sacerdote Samuel, derra-
sigrrir:nte) cn las que el mismo papa Esteban II recuerda, poco después de Quierzy
y r:n tt':rnrinos forrnales, el acta de donación que eI rey franco había suscrito cn {¿vor' i I (.',tl,ittlutiu. l. T, n' 5, pág. 11' 1.30.
rh lt Iglr:sil rnmanB. con antcrioridad a su viaje a Italia?
it\ l'.'[¡islt¡ltt ,r. lt,s ronuutos, xrrr, 1-2.
,rr ( ll. li. W. y A. .1. (l,rrrr.vt.¡i, I history ol metliaeual politícal theory in the
ií (i¡yl¡a Ctrol.., r:lrLas 6,7,11.
itt l,ilx.t ¡trtntilirul.is, t. f, ¡rírgs. 44.4'-44.(¡ y, r's¡rrtittltttt'nlr', '1¡lfl ( lrio¡1r'rrlírr rk: ll ttt. t. I ( lir:i(l), ¡rr'i¡ls. l4fl-l5ll, 157, 170-l7l'
t\r I.tt l'itttltttl tl,' I)it», Y, lt).
l,lxtr.l¡rrr I| ).

@*
24 FUNDACION DEL IMPERIO
mando el santo óleo, por orden de Dios, en la cabeza de Saúl o de
David 81 venía a corresponderse el de San Bonifacio y luego el
del Soberano Pontífice, haciendo otro tanto con Pipino y con sus
hijos. Podía, pues, el carolingio decir al Señor, corno Salomónr "Tú
me escogiste para rey" (Tu elegisti me t,cgcm);sr o como para Saúl
o para David, "el Espíritu de Yahvéh lo invadió";s:r él es su mar- CAPITULO II
datario. Si ninguna de las actas de Pipino, que se conservan en su ori-
ginal, lleva todavía 8a la fórmula "rey por la qracia de Dios" (Dei LA OBRA DE PIPINO
gratia rex Francorum), que regularmentc vi¡n il emplear süs suceso-
res, el concepto que tal fórmula contienc, sc cxpresa ya en ellas
I.- INtenvENCIóN EN ITALIA (755-756) Y "DoNACIóN" A LA
varias veces: "Con la ayuda del Señor que nos ha colocado en el
trono. . .",85 se lee en el encabezado de un acta del añ.o 760; "Habi¿n-
SeNt¡ Sror
donos ungido la divina Providencia para el trono real...",86 o bien:
"Habiéndose realizado enteramente con la ayuda del Señor nuestra La primera tarea que incumbía a Pipino, una vez asentada la rea-
leza en los basamentos que acabamos de ver, era la de cumplir las
ascensión al trono. . .", según se lee en actas del 762 y del 768.at
promesas que había hecho a Esteban II y de las que dependía, ade-
Y no se trata de puras fórmulas protocolarias, sino de la afirmación
rnás, grandemente el porvenir del papado, tan íntimamente vinculado,
consciente y reiterada de una doctrina cuya marca o señal van a
llevar pronto estampada todas las capitulares de los primeros caro- en 10 sucesivo, al de la misma monarquía franca.
lingios y según cuyo espíritu el rey de los francos, a partir de Pipino Ante todo tenía que obligar al rey lombardo a evacuar los terri-
el Breue, ha recibido efectivamente de Dios la misión personal de tolios cuya cesión al Soberano Pontífice había sido acordada. Al
reinar sobre el pueblo franco y de laborar, apoyándose en éste, por ¡rrincipio, trató Pipino de lograrlo por medios pacíficos, y a este fin
el triunfo de la religión de Cristo. ric realizaron activas negociaciones durante el verano y el otoño del
754, co¡ la esperanza, constantemente defraudada, de atraet a Astol-
fo ¿r rrn arreglo. Todo este trabajo fué en vano y sólo la fuerza podía
tlcciclir. En la primavera del 755, un ejército franco salió de los
¡rlrccleclores de Soissons dirigiéndose a Lyon y de allí a la comarca
rlt'l;r Maurienne [Saboya], en donde Pipino se unió al grueso de
riri tropas junto con Esteban IL1 Después de un ultimátum inútil,
lir cxpcdición franqueó los Alpes por el puerto del monte Cenis y
Irrr'1¡,r, cmpujando a las vanguardias enemigas, los francos avanzaton
h¡rst;r Pavía, capital del reino lombardo, donde Astolfo se dejó
lrr'(;rr, Ilarece que su resistencia [ué débil y todo hace creer que se
t'r.ii1¡rrri pronto a ceder, a 1o menos aparentemente, para desemba-
r'¡r.,;il':i(. rlcl invasor. Por su parte Pipino parece que se declaró satis-
81 Libro I de los Reyes (I de Samuel), x, 1; xvr, 13. l'rrh,,,t,n bastante {acilidad. Posiblemente no veía con claridad
82 Libro de la Sabiduría, rx, 7. ¡rrlrr'l rrcrlr¡cio ni tenía entusiasmo por una empresa que de prolon-
83 Libro I de los Reyes (I de Samuel), x, 6; xvr, 14.
84 Mucho tiempo se creyó Io cont¡ario dando fe a copias arregladas. tlril,ir. l)()(l¡ir l)()ner en peligro su propia situación dentro de sus Esta-
85 Díplom, Karol., t. I, na 14: 'oJuvante nos Domino, qui nos in solio regni rln,r; l)r)t olrlt ¡r;rrtc no podía contar con los recursos militares más
instil.uit..." nll¡ ,1,' l,r,; r;t'rrr;ul¡ls c¡ue determinaba la legislación, ni con el concurso
9ti l(lün, n? 16: "Et quia divina novis providentia in solium regni unxissc ma-
nifr:slul¡t cst. . ." t lttt¡ttlt'¡ rtt¡tlrs, rrño 755; r:ortliltttttlores dc Frcdegario, 37. Cf. Lrvrrr,erN,
li ltlttn, rru 25 y 26: "Inci¡ricnlil l:gni nostri affcctu dt: Ilostr'ü or(]ctiorrr: ilrlr.grc l'tt.1,t,¡tt,ttt ,l, ltt l.ttttt¡tit tutt¡1.. (rtl|4, rL: lir Ililrliografía), pág,.24 y sigs. que aquí
rtt¡xili¡¡rrlo I ),r¡¡¡i¡rr,..." E': -rl,rrt'r. ¡r,r'rlnrllunlr¡ll ln rl¡r'stt¡l r,¡rittiritt, rL'l;L ctottologín tratlitlional.

?5
26 FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE PIPINO 27

de sus fieles, a quienes no interesaban los asuntos pontificios; por San Pedro", es decir, en los dominios particulares de la Iglesia
ello se contentó con el compromiso que adquirió Astolfo, bajo jura- romana, cerca por todas partes la capital de la cristiandad, en cuyos
mento, de que evacuaría el exarcado de Rávena y algunas otras con- alrededores, escribe Esteban II, sus tropas multiplican las profa-
quistas recientes o al menos no exigió de él sino la ilusoria garantía naciones de iglesias y de monasterios, los pillajes, las violaciones,,
de cuarenta rehenes; después de esto, con la conciencia ya tranquila, las matanzas. Se llega ahora, según é1, a que los lombardos desdeñen
hizo conducir al papa hasta Roma y regresó al reino franco, en y menosprecien a los francos". "iQue vengan, pues, exclaman, que
donde se encontraba lo más tarde desde el comienzo del verano vengan a arrancaros de nuestras manos!" ¡Así es escarnecida la
de\755.2 alianza franca y, a pesar de la gravedad del momento, Pipino no
Pero con todo aquello no estaba eximido de su obligación, ya gue actúal 7
la promesa que había hecho al papa de ayudarle a contener a los El llamamiento del papa se hacía cada vez más apremiante, y
lombardos estableciéndole en los territorios cuya posesión creía el hasta suplicante. En nombre de los dos jóvenes herederos del trono
pontífice, con razón o sin ella, necesaria como consecuencia de la franco, a quienes considera, por la consagración que les impartió
inhibición de los emperadores, no podía considerarse como cumplida en San Dionisio, como hi;os espirituales suyos, y que no son menos
mientras Astolfo no la realizara. Ahora bien, apenas había Pipino dulces a su corazón que al de su padre, Esteban II -aunque no sea
regresado cuando ya el rcy lombardo, olvidando sus juramentos, se sino para evitar que llegue un día en que la desgracia se abata sobre
negaba a ceder nada, y el papa se veía obligado a reconocer el Í.ra- ellos- conjura a Pipino para que Yaya a socorrerle, ya que de otra
caso de la política seguida por su aliado en su intervención al sur manera el rey carolingio se expondría a una penosa sorpresa cuando
de los Alpes. en el día del |uicio, rodeado de San Pedro y de otros apóstorles, le
Las cartas que le dirige, sólo unos meses despu,és de la capitula- pida el Señor cuenta de sus actos. "No te conozco", le dlra entonces,
ción de Pavía, rezuman la más amarga decepción. ¿Qué significa, si no obtiene ahora su apoyo, "no te conozco, pues no socorriste a
pues, para Pipino y sus hijos, el acto realizado por el Soberano mi lglesia, no hiciste nada para defenderla a ella y a su pueblo en
Pontífice en la ceremonia de San Dionisio, cuando "San Pedro" no peligro".s I-Jna demanda igual [ué dirigida al pueblo franco e y, para
ha obtenido "justicia" después de la brillante victoria con la que, sin conmover más intensamente los espíritus, la cancillería pontificia,
embargo, galardonó el Todopoderoso a las armas francas? a ¿Al recurriendo a la prosopopeya, adjunta al expediente de tan insistentes
"ungirlos como reyes" no les ha dedicado al servicio de la santa rucgos una carta, todavía más apremiante,lo por la que San Pedro
Iglesia y no les confió el mandato de obligar a restituir 1o que se r.n persona reclama un inrnediato auxilio de Pipino y de sus hi;os:
debe al Príncipe de los Apóstoles? t ¿No se obligó Pipino a ello
en un diploma firmado por su mano? 5 Ha sido vano gue pade- "...¡Vosotros, que sois mis hiios adoptivos, venid a arrancar de manos de mis
rrrcrrril¡os mi ciudad de Roma y el pueblo que me fué confiado por Dios; venid a
ciendo el papa un largo y penoso viaje, fuese desde Roma "a depo-
Irrot('llcr del contacto de estas gentes el lugar en donde reposa mi cuerpo; venid
sitar en sus manos, por orden del Señor", aquella causa sagrada n lllrcrar a la Iglesia de Dios, expuesta a las peores tormentas, a las peores opre-
entre todas; ya desembarazado de toda influencia, Astolfo "se ha rioilr.s ¿r causa de ese abominable pueblo lombardo! Vosotros a quien tanto amo' ' .
negado a restituir a San Pedro Ia más pequeña pulgada de terreno" rrl;rtl sc1¡uros que entre todos los pueblos, el de los francos me es particularmente
y su negativa está impune.6 Y he aquí que pronto reanuda su ofen- r¡trcrirkr. Así os coniuro a hacerlo y os aconsejo a ello, ¡oh reyes cristianísimos!,
lll¡rlrr0, Carlos y Carlomán, y lo mismo a cuantos pertenecen al orden sacerdotal,
siva. A comienzos de enero del 756, acampa delante de Roma. Des-
llrlrpos,;rlxtclcs, sacerdotes, monjes, y a los duques y condes, y al pueblo franco
pués de apoderarse de localidades situadas en "el patrimonio de llrIr r.trtr.l.o, dad fc a mis exhortaciones Como si eStuviera allá entre vosotrOs ViVO
l, Ir'r'r;r'ntr', l)ll('s (luc si no me véis en carne y hueso, estoy ahí en espíritu. Y, junta-
2 CI. los textos citados en Bóqnr¡n-MüHrnecnrn, nq 76a a 76h, q:ue hay tlue
I¡r.¡lr.(()nnr¡(l(), t¿rmhién nuestra señora la madre de Dios, ]a Virgen María, os con-
r:orrcgir, en cuanto a la cronología, de acuerdo con el artículo de Ltvrr,r,,rr:* citado
l¡tir, rr:i,tr.orrsr.iir y os ordcna, así como toda la milicia celestial de mártires y COnfe-
t'rt l¿t nr¡t¿¿ ¿ntcrior.
:i Ott{t'x Otrol., carta te 6. I l,l,'nt, ne l\.
I ltlcnt. n't 7.
3 ltl,,ttt. ¡o,; (t y 't /,/,'rrt, lt'' ll.
7. I ltlt'nt. ¡tr r).
tt ltltttt, tlt 7. ltt ltlt'nt. tt''' lll.
28 FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE PIPINO 29
so¡eJ de Cristo, para que tengáis piedad de esta
ciudad de Roma que Dios me ha sobre los acontecimientos del añ,o 755,llegaba en un momento muy
confiado y del rebaño del señor que alli pastura y
de ra santa Igresia que el Seiior poco oportuno. Cuando después de muchas vueltas lograron los
me dió en guarda. Sin perder un instantá, venid
en su defensa j, hberácion de las
manos de los lombardos que las atacan, para evitar que
mi cuerpo, que
enviados del emperador ser recibidos por Pipino junto a Pavía, le
sufrió el
ma¡tirio por Nuestro señor Jesucristo y er lugar en donde ofrecieron ingenuamente magníficas recompensas si lograba volver
repos. por'la voluntad
de Dios, sean mancillados a su contacto y pa¡a que a colocar bajo la autoridad de Bizancio el exarcado de Rávena per-
mi puebro no sea ya más tiem-
po desgarrado y asesinado por esta g"rrte tomba.aa,
haáinamicnto de
transgresores de las divinas Escrituras, conoced a mi pucbro
y de
fer¡uros dido el año 751 . Ya no Ie era posible al rey franco desconocer, en el
.o*uro..., dad a supuesto de que la hubiera olvidado, la verdadera situación jurídica
vuestros,hermanos el apoyo de todas vuestras fuerzas
para que yo, pedro apostol,
pueda, al coiocaros bajo mi protección...,
concederos .o,,,o
gue tenía que enfrentar; pero el biógrafo pontificio, por quien cono-
las felici-
dades eternas y las alegrías infinitas del paraíso. "".árrrp"rsa cemos estos detalles, afirma que el franco acogió como se merecía
¡Apresuraos, pues, apresuraosl por el Dios vivo, por el Dios verdadero, os la proposición imperial, es decir, negándose categóricamente a "arre-
Io
ruego' os lo suplico; acudid_en nuestra ayuda, antes de quc...
vuestra madre espi-
ritual' Ia santa Iglesia de Dios, por ra que esperáis arcanzar ra batar a San Pedro lo que con anterioridad le había ofrecido".l1
vida eterna, sea En efecto, una vez que Astolfo capituló, no sólo se puso en vigor
humillada, invadida, violada, manctllada, po. io" impíos.
Os conjuro a ello, mis
amadisimos hijos adoptivos, por la gracia áel Espíritu
Santo, os con;uro a ello en
el tratado del755, con la obligación por parte del rey lombardo de
nombre de Dios, creador de todas las cosas. . . y, conmigo, pedro,
Apástol de Dios, entregar una indemnización de guerra y nuevos rehenes, sino que
os conjura también Ia santa Igresia catórica y apostórica que Pipino, si hemos de seguir creyendo al biógrafo pontificio, hizo
cr seáor me ha con-
fiaclo, para que no dejéis perecer esta ciudad de Roma,
colocado mi cuerpo, esta ciudad que El me ha confiado y que
en donde el señor ha redactar inmediatamente un acta en la que se hacía "donación per-
El erigió como petua a San Pedro, a 1a santa Iglesia romana y a todos los pontífices
fundamento de la fe. . .
Ya estáis advertidos. si obedecéis prontamente, seréis por elro recompensados que en lo sucesivo ocupasen la Sede apostólica", de todas las ciu-
con largueza; no sólo mi apoyo os permitirá triunfar en
esta vida de todos vuestros dades y todos los territorios gue el rey lombardo se había compro-
enemigos, sino gue después de una larga existencia, metjdo a evacuar el año anterior y que iría a recibir en persona el
en ra que disfrutaréis de los
bienes de esta tierra, os asegurará, en er otro mundo, el
beneficio de una vida abad de San Dionisio, Fulrad, en representación del rey franco. Y
eterna' En caso contrario no podemos creerro- o si os retrasáis... sabed que
-y
en el nombre de la santísima Trinidad y por la gracia del apostolado así sucedió. Fulrad hizo su entrada en Rávena y en Comacchio en el
que me ha
dado Nuestro señor lesucristo, vuestra desobediencia a mis Ilxarcado, en Forlimpopoli, Cesena, Rímini, Pesaro, Fano, Sinigaglia,
exhortaciones os var-
drían ser separados dei reino de Dios y de la vida eterna.', San Marino, Montefeltro (hoy San Leo), Urbino, Iesi y en tres
o cuatro plazas o aldeas de la Pentápolis; también se hizo entregar
Aun haciendo caso omiso de la exageración, era evidente que Gubbio, al norte de la Umbria, y en los confines del ducado de
para el papa indefenso la coyuntura era grave y que I?oma y de la Sabina, la pequeña población de Narni que Astolfo
si en verdad
queria prese(var a Roma de un asalto de los lombardos, pipino lrabía ocupado por sorpresa al papa un poco antes.12 En todos los
no
podia aplazar su llegada a Italia. Esto fué ro gue decidió en lusares el abad de San Dionisio exigió rehenes; luego [ué a depo-
los
primeros meses del 756, y su nueva expedición se desarroló, sitar en la tumba del Príncipe de los Apóstoles las llaves de las
al prin-
cipio, de manera casi id'éntica a Ia der año anterior: paso der monte cirrdades entregadas junto con el acta oficial de donación extendida
Cenis, rompimiento de la línea defensiva del enemigá en el paso ir nombre de Pipino.ra
de
Susa, bloqueo de Astolfo en Pavía, esta vez .on uyuda de contin- Lo mismo que sucede con Ia promesa inicial hecha en Quierzy
gentes bávaros traídos del norte por el dugue de Báviera, Tassilon, cl 754,1a tampoco podemos precisar el contenido de este documento.
y, finalmente, rendición del rey lombardo. Arrnc¡ue el biógrafo oficial de Esteban II declare que en el momento
Sin embargo, mientras tanto se había producido un incidente ('n (lue escribe (entre el 757 y el 759), el original del mismo se
que merece ser anotado: dos representantes del basileus habían ,¡rrrrrl;rba "en los archivos de la santa Iglesia romana",rn hay que
desembarcado en la península con ra misión de ponerse en contacto,
en el plazo más breve, con el rey franco, y recordarle, en nombre
de
tt l,ilx'r ¡xtrtti.lirnlís, t. I, págs. 452-453.
srr scñor los derechos imprescriptibles del emperador ttt ltl,'ttt. yir{,. 4it2.
sobre los terri- tt ltlt'n, ¡,rigs. 4,511-41-r4,.
t.ri<ls indebidamente ocupados por los lombardos. E,sta llanlacla al
tl \t. ¡t¡l¡rrt ¡rrig.21.
.r'tlcn, r'f.cto cvi«lclrtc dc l¡s noticii¡s rccibírlas crr c.lrst¿rntin.¡rlir tt, l.il't,t ¡t,trtrili, rt!.í.s. t. l, ¡rrig. 4,51!.

I
30 FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE PIPINO 3I
señalar gue, al igual que con la promesa de Quierzy, aunque la hacia mucho tiempo bajo 1a autoridad directa del papa, iba a com-
Santa Sede se haya referido continuamente a tal documento en los prender en 10 sucesivo toda Ia Romaña, Ia Pentápolis, con la marca
siglos vtll y tx, siempre mantuvo secreto su texto, que ha desapare- de Ancona, y, sin duda, la vieja ruta que enlazaba a Roma con estas
cido. ¿Habia Pipino hecho suponer al papa la evacuación por los últimas provincias.
lombardos, en beneficio de la Iglesia romana, de otros territorios Pero ¿qué valor tenía esta nueva promesa de Desiderio? ¿Man-
además de aquellos de que se había apoderado Astolfo después de su tendría su palabra? Por otra parte, ¿estaba dispuesto el rey franco
ascensión al trono y de los que se hizo cargo Fulrad? El curso de a velar por su cumplimiento? Esto era lo que solicitaba de Pipino
los acontecimientos hace pensar gue intencionalmente fueron dejados Esteban II a comienzos del aío 757 en una carta un poco embara-
sin precisión estos extremos en el acta oficial y el papado no dejaría zosa 1e en la que, expresándole su gratitud entusiasta por la obra
más tarde de aprovechar esta vaguedad. Pero Pipino, por su parte, realizada y saludándole con los lisonjeros títulos de "nuevo Moisés"
estaba convencido de que podía regresar de Italia (hacia julio del y de "nuevo David", le explicaba gue la promesa hecha por Desi-
756) con la conciencia tranquila, pensando que una vez hecho caxgo, derio se reÍería a territorios que eran en realidad inseparables de
por los buenos oficios de Fulrad, de los territorios deseados, el go- aquellos otros consignados en el acta de donación gue Fulrad había
bierno pontificio quedaría desde entonces capacitado para dedicarse depositado en la tumba de San Pedro; que tanto unos como otros
por sí mismo a sus propios asuntos. ,siempre habían estado hasta entonces sometidos "a la autoridad
de un único y mismo señor" y que, por consecuencia, esperaba el
II.- MrolrcróN apoyo y vigilancia del rey franco para que electivamente le {ueran
nr, PrprNo ENTRE EL REy DssrnBnro
entregados.
Y EL PApA Peuro I
El hecho es que Desiderio no parecía darse mucha prisa para
Era no tener en cuenta las dificultades de todas clases que iba a cumplir su promesa. Había podido efectivamente el papa entrar cn
encontrar el papa para hacer respetar su autoridad en sus nuevas posesión de los territorios de Faenza y de Ferrara;2o pero en cuanto
posesiones, frente a una monarguía lombarda vencida, pero no resig- a 1o demás, Desiderio subordinaba su entrega a toda clase de con-
nada a su derrota, y que, además, no podía de;'arse arrinconar en el diciones que Esteban Il iuzgaba inaceptables y durante meses y
noroeste de la penín,sula so pena de suicidio. meses iba Pipino a verse asediado de reclarnaciones sobre aquel
No había duda de que las circunstancias parecían favorables asunto por parte de Paulo I, hermano y sucesor de Esteban II, quien
al papado. Muerto Astolfo, a consecuencia de un accidente de caza había muerto el26 de abril del757.
pocos meses después de la victoria de Pipino (diciembre del 756), Un diluvio de cartas se abatió entonces sobre el rey franco para
fu'é sucedido en el trono de Pavía por un príncipe del que, tanto empujarle a una nueva intervención en Italia. No sólo deja Desiderio
en Roma como en la corte del rey franco, se esperaba un leal con- cle cumplir su promesa, le escribía Pau1o,21 sino gue se permite atra-
cursoi se trataba del duque de Toscana, Desiderio, candidato del vesar la Pentápolis para ir a la Italia meridional a someter a obedien-
abad Fulrad y cuyo triunfo sobre los demás pretendientes se debió cia a los duques lombardos de Spoleto y de Benevento, y el papa
al apoyo de este último y del papa.1o A cambio, Desiderio había se indigna de que se atreva a atacarlos 22 cuando han manifestado la
¡'urado solemnemente cumplir todos los compromisos adquiridos por intención de pasar al campo pontificio.23 Además, las comunicaciones
Astolfo.lT Llegó hasta prometer al papa que renunciaría en su favor ¡tor tierra están cortadas de nuevo entre Roma y el reino franco y el
a la región de Faenza, Imola, Bolonia y Ferrara, a la comarca occi- l)¿¡pa tiene que recurrir a la astucia para informar a Pipino de la
dental del Exarcado, así como a la de Ancona, Llmana y Osimo, situación, llegando, incluso, para despistar, a enviar a través
al sudeste de la Pentápolis,18 regalo verdaderamente regio que termi- «lc lirs líneas lombardas un informe engañoso en el que elogia los
naria por convertir al Estado de San Pedro en un conjunto territorial
inry'rr:»nente, ya que, a más del "ducado de Roma", que estaba dc:;de ttt (:txl.(N Curol., no ll.
l,ilxr ¡nntilitulis, t. I, pág. 455.
tn l,l, n. ¡,íg<. li l- I55. ",¡
':,1 (ltxlt't ('.uttl.., tt" l3 y l4' (años 757-75U).
ti ltlrn, ¡rri11. ,1,55. ltltn, rr'¡ l7(7511 ).
"t"'
tx (lt¡tlt t Ottt,l., i' ll, r.rr ,.1 t. lll ,1,. hs l,)¡tist,irt,, ¡rri1,. 50tr
'ttt ltl¡'it, lt'' ll, r'tr,l r. lll ,1,'lt" l)¡'i'1"1"''. ¡rír' 506'

l*
32 FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE PIPINO 33
merecimientos de Desiderio,2a mientras por la vía marítima dirige la víspera. El acuerdo, firmado 1o más tarde el añ,o Z66,8B aunque
otro auténtico plagado de acusaciones contra é1.25 dejaba muchos asuntos sin decidir, al menos [.inalizaba el estado
Pero esta vez, Pipino se resiste a dejarse arrastrar y trata de belicoso gue incesantemente había enfrentado, por muchos años, al
salir del asunto por medios diplomáticos. En abril delZ60, dos pleni- papa y al rey lombardo. Es cierto que el resultado no era perfecto,
potenciario,s de calidad, su hermano el obispo de Ruán, Remigio, y pero concedía un respiro a la monarquía franca y le proporcionaba
el dugue Augier, logran, al [in, que Desiderio se comprometa for- el medio de prosegui¡, en condiciones más seguras, Ias negociaciones
malmente a entregar en aquel mes los territorios que todavía detenta que había comenzado algunos meses antes con Bizancio, a fin de
contra derecho: hasta consiguieron que comenzara Ia evacuación de Ilegar, también por aquel lado, a un acuerdo provisional sobre los
los mismos.26 Pero todas eran promesas vanas; bajo los más falaces múltiples problemas suscitados por los asuntos de Italia.ee
pretextos Desiderio se desentiende y Paulo I, aunque no cesa de
elevar protestas,27 no consigue conmover a Pipino, a quienes otros
más urgentes cuidados
III.- RgsI¡BLECTMTENTo DE LA srruAcróN EN LA
-y en especial los asuntos de Aquitania2a-
obligan a permanecer entonces al norte de los Alpes. GaTn Y EN GERMANIA
Para colmo, Pipino concede muy limitado cÉdito a lo que le dice La parsimonia que manifestaba Pipino para una intervención
el papa, para quien todo el mundo parece conjurarse contra la Iglesia decisiva al sur de los Alpes no se puede explicar únicamente por
y gue, sospechando connivencias entre Desiderio y el emperador los riesgos de una aventura cuyo inter,és inmediato para la monarquía
bizantino, ya le parece ver a la flota griega desembarcando en el franca puede ser que no pareciera en aguella sazón muy claro; huy
Exarcado, la Pentápolis y el ducado de Roma, ejércitos dispuestos que tener en cuenta, para comprender sus reservas, Ias dificulta-
a ayudar a los lombardos,2e ya que las actuaciones de Bizancio no des que aun tenía gue vencer la casa carolingia, tanto en Galia como
inspiran al papa menos terror que las del rey Desiderio. Hacia fines en Germania, para asentar su autoridad sobre bases sólidas.
del 763 y en los comienzos del 764, denuncia a Pipino un complot En Germania, Ios alamanos, que fueron en un principio hosti-
más o menos real tramado contra ,su gobierno en Rávena y enlazado Ies, parece que se sometieron al fin a los nuevos señores del reino
con los representantes del basileus 3o y, una vez más, tiembla ante franco; después de sucesivas rebeliones en los años 242, 244, 246 85
la perspectiva, que él cree próxima ya, de un desembarco griego y, posiblemente, 749,36 abandonaron toda esperanza de reconstituir
en las costas de 1a Pentápolis. También suplica al rey franco que .su país como ducado independiente; pero su sumisión era reciente y,
como defensor de la ortodoxia, intervenga sin dilación contra ague- sin duda, se necesitaba seguir vigilándolos de cerca.
llos herejes, o, cuando menos, presione. . . al rey lombardo para que Cuando se ilevó a cabo Ia coronación de pipino, Baviera, gue
éste le proporcione esta clase de socorro, 1o que parece ser el colmo scguía teniendo dugues propios y que siempre aguantó con inquietud
de Ia paradoia. sl l. hegemonía franca, hacía poco que había sido conducida a ía obe-
Con todo, fué el mismo Pipino el primero que, cansado de tantas rliencia. Al duque Odilón, a quien Pipino y Carlomán, avanzando
quejas y peticiones, invitó al Soberano Pontífice a llegar a un enten- vit:toriosos hasta las orillas del Inn, impusieron su voluntad el año
dimiento con Desiderio,r, y el papa, dominando su contrariedad, tuvo 74-],:fz sucedi6 el 744 un niño de t¡es años, su hi]o Tassilon, sobrino,
que aceptar la conclusión de un modus uiuendi con el adversario de l)()r parte de su madre Hiltrudes, de los dos príncipes francos. pero
z+ Idem, na 16(758). r¡ cl 748 ó 749, un terrible levantamiento conmovió de nuevo al
zs ldem, ne 17(758). ¡r.ris irl llamamiento insurreccional de Grifón, hermano bastardo de
26 ldem, ne 19 (primavera del 760).
2i l¿em, ne 22, q.ue parece lógico situar poco después de la carta 19. :r:t l¡l¡'¡¡¡, rrq 37, carta seguramente anterior al sínodo de
Gentilly, cle las pascuas
ts V. í.n.lra, págs. 34-36. ,1, I rrrro 7(r7-
2r ('odt,x Corol., no" 15 y 77 (año 758). :t't ll.rnl, lrn,, ll(¡ y 37.
ittt l¿?n. nu" 25 y 29. :rr' (:ont. rL' I,'rcrlt'gario, 25, 27, 29.
:',1 l¡t,nt. n.'; 30, lll, 32 y itt|. Iista írltilna 'rarta, (lc [cr:ha incierta, r)re(.nros ql¡o irrr s¡ f'l rlrrr¡rrr: LnnrIrirlo, r:itarlo t:n csta fecha en los Annales
royales, es efecti-
rl.lrt s.t' r,'l¡r, ionrrrlrt colr lrrs ¡rrr.r'crk:trlcs. I ¡tt»¡,1lo ¿tl¡tt¡tittto.
:l1l /r/r,frr. il" 'lf). lli' I :r¡nl. rl,: l,'rr,rk.¡1rrrio, 26.

l'rrrlr¡rrr,rlIlrr. .1.

-- I
FUNDACION DEL IMPERIO
LA OBRA DE PIPINO 35
34

Pipino y Carlomán, que, desde la muerte de Carlos Martel, se movía su uictoria al invasor.as Este, por su parte, se venga matando, ro-
para obtener su participación en el poder. Bávaro por su madre bando y quemando, llevando por doquier eI terror. Después de eso
Swanagilda, sobrina de Odilón, Grifón estuvo a punto de vencer. los sajones de las comarcas asoladas hacen acto de sumisión, se
Pero una nueva e iresistible ofensiva de los ejércitos de Pipino comprometen a pagar tributo y, a veces, hasta aceptaban el bautis-
hasta el Inn le obligó a abandonar el campo y a entregar el ducado mo, para volver a sus correrías devastadoras en cuanto las tropas
al vencedor,ss francas se replegaban. Además de esto, los sajones estaban siempre
Al restablecer a Tassilon en el trono ducal, Pipino sólo le resti- dispuestos a dar incondicionalmente su apoyo a todos los adver-
tuyó el encargo de mantener Ia provincia "en beneficio" (per suum sarios de los francos y esto mismo fu'é, precisamente, lo que sucedió
beneficium),3e es decir, en las condiciones de subordinación y de el año 747 cuando el medio he¡mano de Pipino, Grifón, luchó
servicios previstos para un vasallo con respecto a su señor.ao Así, en su filas.a6
pues, en apariencia, estaba entonces asegurada la sumisión de Ba- Pero los más serios obstáculos para el triunfo de su autoridad
viera; el pequeño ducado parecía estar hasta domesticado; el año los encuentra Pipino en la Galia. Si entre los años 752 y 759,logta
757, al llegar a su legal mayoría de edad, a los quince años, Tassilon hacerse dueño sin mucho esfuerzo de la Septimania, recuperada
se dirigió al palacio de Compiégne, en el corazón de la Galia, para finalmente de manos de los infieles gracias a Ia colaboración de la
prestar, ante toda la corte reunida, juramento de vasallaje al tey población g6tica,a7 necesita realizaf todos los años desde el 760
franco en medio de solemnidad excepcional a la que el redactor al768, con excepción del 764., y del765, duras campañas en Aqui-
oficioso de los Annales royales se refiere con evidente complacen- tania para llegar, al fin, a convertir en provincia la mayor parte del
cia.al Hasta vemos a Tassilon cumplir dócilmente con su nuevo extenso conjunto territorial comprendido entre el Loira, el Oc'éano'
señor el servicio de hueste o mesnada, al que en lo sucesivo está el Garona y los Cevennes. Y pese a todo, sólo se trata de una asi-
obligado, y llevarle sus contingentes armados, especialmente, en milación muy relativa, ya gue los aquitanos se muestran obstinada-
ocasión de la expedición a Italia del añ,o 756.a2 Pero el rescoldo mente reaciás a la penetración franca tanto por el orgullo natural
alienta bajo la ceniza y, bruscamente, el 763, durante una campaña de ser herederos de la tradición romana, como también por un de-
en Aquitania, el duque, que ya llegó a la edad viril, deserta las filas seo de indómita independencia para el que los duques nacionales
del ejército real y con un pretexto más o menos f¡til, se substrae ya pueden contar con el concurso permanente de los rudos montañeses
a sus deberes de vasallo.a3 El reinado de Pipino va a terminar sin gascones, que constituyen, según dicen los cronistas,as lo mejor de
que Baviera vuelva a cumplir con sus obligaciones' sus tropas. Ya cuando era mayordomo del palacio, creyó haberlos
Sólo a algunas leguas de Colonia, en las fronteras septentriona- sometido Pipino en e1 curso de dos campañas realizadas en 742 y
les de Hesse y cle Turingia, se mantenían como temibles vecinos 745 en compañía de su hermano Carlomán. ag El duque Hunaldo
los sajones, cuyas incursiones y devastaciones en territorio franco se declaró finalmente dispuesto a "cumplir exactamente la volun-
únicamente podían evitarse por medio de una incesante vigilancia y tad de Pipino".5o Pero esta sumisión sólo era aparente. Perseguido
de frecuentes campañas conducidas hasta su propio territorio. De por todas partes, fué junto al dugue Waifredo (o Gaileros), sucesor
ellas citan los cronistas y analistas aa las de 744, 747, 753 y 758' ie Hunaldo, donde encontró refugio Grifón, sublevado contra el
Los e;'ércitos francos no vacilan en internarse en terfitorio sajón, rey, en 748 674g 51 y pudo permanecer allí, al parecer sin ser moles-
donde el enemigo se oculta prudentemente mientras hace pagar caro
a5 Véase, en especial, lo que dicen los Annales royales de la campaña del 753.
aE ldem, ne 32; Annales royales, año 748. 4Íi lnn¡11¿5 roYales, aio 747.
:t, Annules royaLes, año 748. 'ti Chron.i¡lue de Moissuc, pág. 294.
'['tt (',f. irlf rü, págs. 151'154. .ls Iislo es lo que se deduce particularmente de la lectura de Fredegario y de
'11 .4nnult:s royuLcs, añ,o 757.
sil. r,r,IliIr¡arlt)l.os que halrlan conStantemente cle las tropas gaSCOnaS al serviCio de IOS
'll (lr¡nl. rkr l'rr:rlcgario, 38.
,¡[rtilr.i {l{. Arlrritania.
.t:t ..lnnul.t,.\ rt»ult:s, rño 7fi3. Ei tt'xtr¡ r,'tocarlo hulrla clt: utta ¡rrt:tcntlirla t¡tr[trr-
l!) ( r)¡)1. tl,: I"rcrlt'gario, 25 y 2t]; lnnolcs royales, ai,o 742'
lrrrlrtrl rlr:'l';tssilolt. :,o ( ()nl. rk: l"rrrrltgtrio, 2ll.
I I (l.rrt. ,L' l,'r,,rl, l,¡ni,,. :17, ;il,:i5, ¡,,trrr ltts tltltt¡,rrñlts il 7l'l'7'17 y 7!'lli tlrturilts
,t lttn,tl, s tt¡tttlcs. rrñ,r 7,111.
tt¡tttl,':. rtt¡,,, '¡'l'l', llrl\ y 'li'il.
36 FUNDACION DEL IMPERIO
tado, hasta el día en que, cuando intentaba pasar al reino lombardo, LA OBRA DE PIPINO 37
donde proyectaba preparar nuevas intrigas, fué apuñalado por un en este aspecto con los de su hermano Carlomán,bo ya siendo rey
asesino. 62 se entregó a proseguir esta tarea.El mismo carácter de su monarquía,
Sln duda no fué único el caso de Grifón; Pipino reprochaba, de fun?ada en Ia investidura divina, convertía estos esfuerzos en un
manera general, a Waifredo el que abriese con gusto las fronteras ineludible deber; la Escritura le enseñaba gue si no "caminaba de
de su ducado para acoger a los francos desterrados; además le acu- todo corazón en la ley de Dios" iría a la ruina, arrastrando con él a
saba por la falta de escrúpulos gue tenía para usurpar los bienes y su pueblo en la catástrofe.
violar los derechos de las iglesias francas en tierra aquitana; final- Además, de acuerdo con el espíritu de los tiempos, la restaura-
mente le hacía responsable del asesinato de los caudillos godos, que ción de la disciplina en Ia Iglesia y el retorno del pueblo a una vida
eran protegidos de Pipino después de haberse posesionado éste de la religiosa conforme a las prescripciones de la ley divina, eran condi-
Septimania.ss Las campañas que realizó Pipino al mediodía del ciones esenciales para el restablecimiento del orden. Por otra parte,
Loira desde el año 760 tuvieron por ob;etivo terminar con aquel era indispensable, para Pipino, que la buscada corrección ,s€ operase
irreconciliable adversario; cada año realiza Pipino una más pro- en beneficio de la misma monarquía. Ahora bien, tal como lo hab,ía
funda penetración en el país; el año 767, en el mes de agosto, tiene querido y dispuesto San Bonifacio, la reforma iniciada debía condu-
Iugar la asamblea general del reino en Bourges, en donde ha esta- cir a una completa subordinación de todo el clero franco a Ia auto-
blecido una guarnición desde el año 766, y se atreve hasta pasar allí ridad pontificia; como "legado de San Pedro" (missus sancti Petri),
el invierno con su esposa. El 768, lleva a la reina a Saintes y avanza San Bonifacio se proponia, en efecto, restablecer en la iglesia fran-
hasta las orillas del Garona, adonde llegan los gascones, que habi- ca una jerarquia estricta que tuviera en su cabecera a arzobispos
taban entre los Pirineos y el río, a hacerle sumisión; luego se lanza directamente vinculados con el Soberano Pontífice y que recibirían
en persecución de Waifredo, gue finalmente muere asesinado. Desde sus consignas de Roma.57 Se trataba de una concepción tan sencilla
aquel momento puede decirse que la conquista de Aquitania es un como lógica, pero que no podía seducir a un príncipe celoso de su
hecho; una tras otra las principales ciudades del ducado han caído propia autoridad. Así vemos gue, después de haber aceptado en un
en manos del rey franco, que situó en ellas guarniciones; sus condes principio en el sínodo de Soissons del 744. la institución de los arz-
han ido substituyendo por todas partes a los del antiguo duque; en obispos exigidos por San Bonifacio, 58 Pipino titubea poco después
este momento Pipino cae enfermo repentinamente en Saintes de una en aplicar, a este respecto, el programa del representante pontificio;
dolencia que ya no le permitirá restablecerse,s4 pues muere el 24 de más aun, su celo se enfría tanto que San Bonifacio señala en su
septiembre del 768,55 dejando a sus sucesores Ia ta¡ea de realizar, correspondencia la decepción que esto le produce 5e y, finalmente,
hasta donde sea posible, la asimilación moral de una Aquitania después de haber conferido la sagrada unción, por orden del papa,
dominada, pero no conquistada aún para la causa carolingia. al antiguo mayordomo del palacio, abandona el reino franco sin
propósito de regresar, y va a reanudar su actividad evangelizadora
IV.- Osna RELrcrosA en la pagana Frisia, en donde halla el martirio el 5 de junio del754.
No por ello abandona Pipino la causa de Ia reforma, pero susti-
En más de un aspecto, la obra religiosa realizada por Pipino des- tuye el m,étodo radical de San Bonifacio por otro más dúctil, gue
pués de su golpe de E,stado viene a ser el complemento de su obra ha de realizarce por etapas, a fin de no herir, al principio, ciertas
política. Después de que, siendo mayordomo del palacio, prestó todo costumbres que le parece pefigroso descartar inmediatamente. Es
su apoyo a la reforma general de la Iglesia emprendida en el reino
franco por San Bonifacio a partir del 742 y conjugó sus esfuerzos st; Cf. supra, págs. 10-11.
6i v("ace E. Lrsrr, La hiérurchie épiscopale (na 112 de la Bibliografia), pígs. 27-
lt'l (lont. rle Fredegario, 35. ll') y 4.!-5r0.
r,ll (l¡¡f. rlo l¡rcdegario, 41. r'\ Ottt¡ittil.., t. I,
na 12, pág. 29, art. 3. En Soissons sólo se trataba de dos arzo-
l,'l Sol¡rr: lo(lo (:sto, vcr t'l rclato rlc los cc¡ntin..radorcs dc ['rt:rlr:gario,4l-53,1 1os lrislrrs l)rl.r t.rkr t:l r.in, rlcl t¡ue cntonces era Pipino mayordomo de palacio; luego
/lnntil,'s t tryults. años 71O"7(fl.
",.¡,,.r¡s,', I'n Ilttllr.nlltr srr rrúlrI:ro; y l0s arzolrispos debían regir, en principio, sedes
r,r, llii¡rul lr l\lilrrr.¡r¡r:llr:rr, rr', I I5r¡. trr, lr,'¡rrrlilrrrrrrs. V,i¡rs,. I,l. l,l.tsrur:, olrrrr r:ilrrrlu, 1tigs. 42-4,7,
í,1f ( l. l,l.\Nt , irlr'm, ¡i¡r.. tr',1.
38 FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE PIPINO 39

755. Las r"rtu.,t"i sólo son un recuerdo de las disposiciones conci-


esto lo que con toda claridad explican en su nombre los obispos
reunidos por él en el palacio de Ver, en julio del 755. Despuás de
liares antiguas. Todas se dirigen a la restauración del orden en la
recordar que "de haber sido mantenidas en su integridad" hubieran sociedad, tanto civil como eclesiástica, bajo la suprema autoridad
del rey. ¿No posee éste, por estar consagrado, un poder que lo coloca
sido suficientes las reglas canónicas antiguas para asegurar la vida
por encima de los simples laicos y le convierte en su guía y respon-
normal de la Iglesia, 1o que no ha permitido lo desastroso de los
tiempos, declaran que el propósito de su reunión es poner aquellas sable ante Dios? De ahí las numerosas prescripciones relativas al
reglas en vigor dentro de lo posible. Sin embargo, agregan, "[altan- matrimonio que promulga al margen de los sínodos reunidos a 1o
do el medio de restablecerlas en su integridad" el rey ha decretado largo de su reinado:66 nada de lo que se refiere a la discipiina moral
en principio, "que fuera corregido parcialmente lo que él entiende y religiosa de su pueblo le es ajeno.
estar hondamente en contradicción con la Iglesia de Dios"l después, Así, pues, no sólo en el terreno militar y en el político marca el
"si Dios le concede días serenos y épocas tranquilas" se dedicará reinado de Pipino una etapa capital en la obra restauradora iniciada
a disponer un completo regreso a los "santos cánones"; por el mo- por Carlos Martel; en el momento en que muere el primer rey caro-
mento, "bajo la Ísterza de la necesidad", algunos de ellos han sido lingio (septiembre del 768), el reino franco da la impresión de estar
soslayados.6o depurado y parece llegada la hora de aquellas grandes empresas que
De ahi el carácter de las medidas acordadas por el concilio. Si van a permitir a Ia joven dinastía asegurarse en la Europa de enton-
ces un lugar destacado,
bien todas se dirigen a restaurar en su plenitud las atribuciones del
obispo y la misma institución episcopal, fundamento de la otganiza-
ción eclesiástica del reino,61 aplazan para épocas más propicias el
restablecimiento de las provincias eclesiásticas y de las sedes metro-
politanas, para limitarse a prescribir Ia provisional delegación de
obispos en las funciones metropolitanas.o2 Y ni una palabra se dice
ni del titulo arzobispal ni de la vinculación directa de la Iglesia
franca con Roma por intermedio de esos arzobispos, tal como 1o
deseaba San Bonifacio. En cambio, de todas las cuestiones obieto de
litigio hay que dar referencia al rey y no a la Santa Sede, ya que
es el rey quien puede asegurar la disciplina estricta, especialmente en
los monasterios, así como velar por el respeto de las reglas canónicas
en materia de excomunión.63 Hasta un artículo prohibe a los monjes
ir a Roma sin autorización de su abad.6a Finalmente, si bien es ver-
dad gue se prescribe la regular convocatoria de los sínodos, no lo es
menos que el marco elegido para celebrarlos es el de la monarquía,
y de las dos reuniones anuales prescritas, una deberá tener lugar
obligatoriamente y en presencia del rey, y Ia otra en una ciudad
como Soissons, en donde podrá ejercerse fácilmente el control real'Gr
Tales fueron las principales disposiciones gue, de acuerdo con
el rey, creía poder poner en práctica el episcopado franco en el año
rttt (,¿¡¡i¡ul. t. I, ne )4, pág. 33, preámbulo.
lil ltl.t'rn., arts. 1,3,5,7,8,9, 10, 11, 12, 13,77,21, págs.33-37.
trz ltl.t'n. urls. 2, 4', 5, pigs. 33-34.
tt:t lit'nt, nrts. 5, 6, 9, 20, 22, ¡rírgs. 34-37.
ttt lltn, rrrt. 10, ¡rill. ll5. rirf \/r'.,r., (.'rt¡titttl.. t. l, il¡,1 l5 y 16, ¡r;i;,s. ll7-.|,1.
$r, l¿¡ilt, ¡rrt.,1,, ||r'rtl.114,.
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 1I

Del estudio de esos textos se deduce que' en vez de tener en cuen-


ta los últimos precedentes de atribuir a cada uno de los copartícipes
regiones muy distintas Neustria, Aquitania, etc'-, de
-Austrasia, claramente separados por sí
*ár"ru -Pipit
que formaran lotes territoriales
mismos, o se propqso todo lo contrario al yuxtaponer 1o más
posible y dlntro de las mismas regiones los reinos de sus dos hijos'
CAPITULO III y para-Carlo-
..ryu, dL, capitales -Noyon, para Carlos, Soissons,
I c¿R LIMAGN> y LA oBRA DE coMpLETAR mán o- estaban dentro de Neustrasia y próximas una a la otra'
como ya había sucedido en los dias de los primeros merovingios'
TERR/TORIALMENTE EL REINO FRANCO
Los territorios adjudicados a Carlos estaban dispuestos en un extenso
Por considerable que haya sido Ia obra realizada por Pipino c/ arco de círculo rodeando los que Pipino había reservado para Carlo-
Breue , no debía producir frutos sino por la acción de su hi¡o mayor, mán. Desde la extremidad oriental de Turingia y desde el norte de
Carlos, cuya autoridad e incomparable prestigio iban a hacerlo dueño Frisia, hasta la Gascuña, contenían todo el nordeste de Austrasia'
de Occidente en los cuarenta y cinco años de un reinado glorioso. con el valle del Main, las regiones del medio Rin, Lie¡a, Herstal y
las Ardenas, cuna de la familia carolingia; continuaban por Neus-
tria, en donde Carlos recibía todo el espacio comprendido entre las
I.-COT',TIENZOS DEL REINADO
costas del mar del Norte y de la Mancha hasta los confines bretones,
Esforzadas tareas esperaban, en verdad, al joven príncipe de de una parte, el Oise y el curso inferior del Loira (desde los alrede-
veintiséis años --nació, sin duda, el 742 r- a quien la posteridad dores de Tours, sin duda), por Ia otra, y por la Aquitania, de la que
llamará Carlos el Grande (Carolus Magnus) o Carlomagno,2 La pri- quedaban en su poder todo el litoral y la mitad occidental. Carlomán
mera de todas era la de mantener y, en lo posible, reforzar la cohe- recibía el resto, es decir, el Macizo Central y el Languedoc, com-
sión del reino que le trasmitía Pipino. Ahora bien, fiel a la costumbre prendiendo la provincia Narbonesa o Septimania, la Provenza, Bor-
franca, Pipino, antes de morir, había ordenado el reparto de sus goña, 1a Alamania, Alsacia y las partes de Austrasia, propiamente
Estados entre Carlos y su otro hijo Carlomán, 3 perpetuando de esta ái.hu, y de Neustria no comprendidas en el reino de su hermano'
manera bajo la nueva dinastía los errores que, en los días de los No debe excluirse, por otra parte, la posibilidad de que este
merovingios, engendraron tantas complicaciones y conflictos. Para reparto, bastante desconcertante, haya tenido por objeto obligar a
colmo, había determinado una tan extraña distribución territorial los dos sucesores de Pipino a mantener entre ellos un contacto más
entre los dos herederos gue los mismos contemporáneos parecen un íntimo y, por consecuencia, frenar las fuerzas disociadoras que tan
poco desorientados sobre ella y los cronistas, que suelen estar meior intensamente habían actuado en el reino franco desde el siglo vII
informados, sólo recogen algunos elementos.a l-Inicamente un atento hasta los días de Carlos Martel. También cabe pensar que la heren-
examen de los documentos a nuestra disposición para el estudio cia gue se dejaba a Carlomagno tenía por propósito darle el -dominio
de los dos reinados coniuntos de Carlos y de su hermano, permite de las más importantes regiones, colocando en realidad a su hermano
restituir aproximadamente los datos que nos quedan de aquel en una posición de inferioridaá y a su discreción; pero la experiencia
reparto.s iba a demostrar que la colaboración con Carlomán era difícil. Algu-
I Véase Bóurmn-MüHrBACrrER, na 130ó. nos meses después de su ascensión al poder y con motivo de una
2 Este sobrenombre parece que no se usó por vez pri¡uera hasta cl airo B4I o rebelión en Aquitania, en donde los dos hermanos, que cada uno
nruy poco dcspués, y por la pluma de su nieto Nitharcl (llist. des lils rlc Louí.s le reinaba sobre una mitad de la provincia, estaban aparentemente
l'i,'u,¡. 1, I, ed. Lauor, pág. 4). «rblig;rclos a conjugar sus esfuerzos, se demostró impracticable aquel
:i (l)¡rt- rlc I,'rerI:gario, 53.
'l l'ls!r.r'ill¡rrcnlc los ('ontinuarlorcs rLr I¡rr:rlegario, lt¡e. tit. sistema cle gobierno dual. Los autores contemporáneos sólo hablan
f,l'lslrt lrtl,,rr lri rcitliznrl¿r ('o¡l ririry()r o nlr.n()r irlilrlo ¡ror'Ot:l,sirt.tr. /'i¡,¡lin t'ncrrlticlt¡uncntc cle Ia mala inteligencia de Carlos con Carlomán;
(r¡" 5i rl. lrr lfil,li,,¡,rlrlírr) rr¡,,1rrrlilr,\\'ll: v ¡ror .\t;t t. \ S¡ r¡.or. litttl tl,t Ot,,s¡,',
I l, ¡,:i;,,, l'lil0. ri (:¡trl. rl,' l"r,',I it,¡tli,,, 51.

.lr I
,1.) FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 43

l)L-ro uno de ellos, aunque se trata de un ecresiástico, no vacira, inme-


di¿rtamente después del fallecimiento de
ir substituyendo poco a poco las gentes del país por francos en los
carlomán, de felicitar a cuadros administrativos y que se creyera, poco después (781)' en
Carlomagno por no tener que contar ya con Ia hostilidad
de su el caso, para suavizar susceptibilidades locales, de convertir aquella
hermano, a guien Dios ha querido llamar antes
de que hubiera efu- provincia en un reino particular, aungue subordinado íntimamente a
sión de sangre.?
su autoridad, en beneficio de su hijo Luis, aun menor de edad'15
En efecto, el 4 de diciembre d,el ZTl una muerte prematura
arre-
bataba a Carlomán 8 y permitía a Carlos *una vez
separados los IL- ANexIóN ns B¡vlpna
dos hi;os menores del fallecido-e ser inmecliatamente reconocido
como su sucesor y reunir en sus manos la totalidad de
los territorios Sin embargo, mucho más inquietante que la de Aguitania era la
procedentes de la herencia paterna.ro situación de Baviera, donde el duque Tassilon, después de haberse
EI acontecimiento no podía producirse más en sazón, pues tanto reconocido vasallo del rey franco, había aprovechado, según diji-
en la Galia como en Germania los resultados logrados'io,
erprrro mos, la primera ocasión favorable para recupercr de hecho su
no se habían demost¡ado todos igualmente consoridados. Hasta
Ia libertad de acción.16 Apoyado por su clero y, por lo general' en bue-
Aquitania, que se creia pacificudu en el 76g, una vez desaparecido
'waifredo, nas relaciones con el papado, que desde el 766 se interponía en su
se había sublevado nuevamente, como acabamos de decir, favor,17 supo, por lo menos, vivir mucho tiempo en una situación
a comienzos del 769-bajo el caudiilaje de un jefe que los anaristas equívoca. Haciá el 769, el abad de Fulda, Sturm, bár'aro de naci'
llaman Hunaldo (o Hunaudo) y quá, sin duda, no era
otro gue el miento, aun defendía su causa ante Carlomagno,l8 que, embargado
antiguo duque, padre de Waifredo, eliminado quince años
antes por por otros cuidados, aparentó durante años contentarse con algunas
Pipino.rl Escapado del monasterio en donde habia sido obri.gado
a pruebus de buena voluntad relativa, como el envío por Tassilon de
encerrarse entonces, no pudo ser dominado el 769, sino por
ra deci- un contingente militar, cuya importancia desconocemos' en ocasión
sión y la rcpidez con que intervino Carlos, que se lanzó a
su perse- de la -ovili zación de tropás destinadas el año 778 a una expedición
cución sin dar siquiera tiempo para reunir un ejército numeroso franca a España.1e
ni
retrasarse por Ia inercia o la defección de Carlomán.12
Aun así tuvo Finalmente, el año 781 parece que Carlomagno decidió terminar
carlos gue avanza¡ hasta los confines de Gascuña, en donde se con aquella situación ambigua. Desde Roma, en donde se encon-
había refugiado Hunaldo junto ar duque Lobo, entonces practica- traba en el mes de abril, requirió a Tassilon para que respetase en su
mente independiente, y amena zar a este úrtimo con una invasrón, integridad sus compromisos, y e1 papa Adriano I tuvo gue aceptar
para conseguir que Ie fuera entregado el rebelde.le De u.rir"se a aguella gestión.2o Oúedeciendo a esta intimación, el duque
esta manera 'Worms, a comien-
todo el ter¡itorio de Aquitania {,ué sometido a ra obediencia, y Ia de Baviera concurrió a Ia asamblea general de
muerte de carlomán, que venía a colocarlo de nuevo bajo
una auto- zos del verano, para renovar allí su juramento de vasallaje' Cediendo
ridad única, iba a facilitar la pacificación. pero es lo ciárto que
aun a la amenaza, hasta consintió en entregar los doce rehenes gue, como
después de esta rápida y decisiva campaña der z69, Aquitania
iba a g¡arantía, Ie reclamó el rey [tanco'21 Pero, entre tanto' la derrota
dar todavía a carlos bastantes cuidados para que éste esperase hasta sufrida (782) por las armas francas en Sajonia' en el Süntelge-
el 778, según dice un cronista, generulr.rlrte bien inforáado,la para birge,22 pareció devolverle su audacia, y la ruptura parecia vna vez
,,rá"s completa, cuando, después de haber aplastado a los, sajones
7 (larta de Cathulfo, enlas Epistolae, t. Iy, pág.
S02. Cf. AerL y Srusom, t. I, (785 ) , ir.lo*agrro se inclinó, finalmente, por los actos decisivos'
¡xigs. 36-37.
s Riilllutn-I,Iürrr.lacHER, nq IB0¿. rr-, Arru. y Srusor, t. I, págs. 380 y 397-401'
r) Arrr,;r. y Srnrsorq, t. I, pág-", 102-104. tri l/¡i¡¡*1, srr.pra, págs. 34-35.
I r) l]¿i||ffrt,H-N'liirIr,l^crrr.tR,
ne 142a,
ti Otxlt:r Ou.rol., no 36.
I I All.;r, y Srusotrr, t. T, pág. ¡s Arr.;1. y Strlst>x, t. I, págs. ó6-67.
43; Riilrtrr,;n_i\,Irllllrr¡r:lrln. na 1331¡.
t:'. .lttnttlt's royttlt,s, aío l6(), t| ..1¡¡¡¡,¡11,t royulcs. año 778.
¡rrig. 2t). '.'i ltlt'n, rrño 7[ll
t:t ltlrttt. ¡ri;,s. lll| v ilO: r.l ¡lisrn,) l(.\lo irrr,,glrrrl,r, .

¡rí¡1s. l() y lil. '' I l,l,'nt. rrño 7[lll'


I ¡ l,lr, .\'urrjnr,t\tr,, :1. ( 1. ,\¡l:¡, y .St¡r,,r,
t. l. ¡,ri;,,r. :l0r):llf ). " l'. ittlttt. l'¡ill. l1l'
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 45
14 FUNDACION DEL IMPERIO
Carlomagno la conmutó por la de prisión perpetua en un monasterio
Desde los primeros meses del zgz, comenzó a condensarse
menta' De pronto, lleno de inquietud, Tassilon implora
la tor- y la extJndió al hi¡o del culpable; mejor dicho, para respetar las
la interven-
ción am_istosa del papa Adriano a quien Carlomagno había ido a
ior*ur, el duque y su heredero, indultados por el rey, quedaron
autorizados pu.u i, a hacer penitencia perpetua en hábito monacal'
visitar de nuevo a Roma para las fiestas de pascual pero ya rey
el Tassilon a Jumiéges y Teodón a San Maximino de Tr'éveris' mien-
franco no consiente ser burlado y exige del mismo pupu l. aproba-
tras sus principales consejeros eran desterrados'25
ción de las medidas coactivas que va a emprear, si Tassilon no se todo este asunto, es la longanimidad
Lo que más sorpreni"
somete sin reservas.2s Y como éste ¡echazase finalmente "r,
comparecer de que, contra su costumbre, dió prueba Carlomagno hasta el final
ante Ia asamblea general reunida en w'orms a comienzos del verano
.or, ,especto a Tassilon. Como país de vieja civilización' muy celoso
de su independencia, cristiano desde hacía mucho tiempo, y d-e entu-
del 787, ya no se hizo esperar el castigo y Baviera fu,é objeto
de un
triple atague' Por el oeste, saliendo de Ia Alamania, y conáucido por
siasta adhesión a su casa ducal, debió merecer en su opinión Baviera
excepcionales cuidados; de ahí su prolongada paciencia y las
el mismo carlomagno, un primer cuerpo de ejército marchó directa- pru-
mente sobre Augsburgo; por el norte, un segundo ejército, com- papa, del que se quiso ase-
dentes negociaciones que teahzó con el
puesto de gentes de Austrasia, de turingios de ahí' tam-
)r de sa¡ones, llegó al gurar la ánformidad antes de lanzarse a la conquista;
Danubio hacia Pfóring, más arriba de Ratisbonu, bién, su aparente ingenuidad del año 787, cuando fingió creer en
io, el su¡, un
tercer ejército, mandado por pipino, hi¡o de carlomagno, subió desde los ¡uramentos d" im duque reincidentemente perjuro; de ahi
Italia por_ Trento y Bozen. viéndose perdido, T.ssiro., capituló. El que .ecurriera en Ingelheim, el año 788, a un procedimiento desti-
3 de octubre está carlomagno acampado en el Lechfeld, delante de ,rudo hacer brillar su justo derecho ante los ojos de todos y la
Augsburgo, y se presenta el duque bávaro, arrepentido, a renovarle "
acumulación de las p.u"úu, de culpabilidad contra Tassilon;
final-
su juramento de vasallaje, le entrega de nuevo doce rehenes de cali- mente, todo esto también que en el relato de los analistas
dad y hasta se somete a darle en garantía a su propio hijo Teodón, "*ph.u del
oficiosos se insista en destacar la generosidad de las decisiones
herede¡o del trono ducal.2¿
rey' franco y se tiña con un carácler de espontaneidad la retirada
¿Es sincera esta sumisión con la que, de momento, se conforma al claustro del duque.26
pose-
Carlomagno? No 1o parece. Apenas las tropas francas regresan de' I-Ina vez conseguido este retiro monacal, Carlomagno tomó
Ia expedición, el duque de Baviera prepara su desquite. para los sión del ducado, mas no por ello dejó de mostrarse prudente' Tal
contemporáneos se trata de un rapto de locura, ya que Tassilon vez le incitaba a esto el peligro avaro gue ya se hacía sentir amena-
zador en las fronteras. Por eso tiene cuidado de no herir el
no puede apoyarse en sus súbditos aterrorizado, po, amor
despliegue
de las fuerzas francas. P¡ocesado bajo Ia acusación de"lfalseiad de propio de los bávaros y se inclina a dulcificar las transiciones.
Desde
juramento, ante la asamblea general reunida en Ingelheim
en junio io i.i*ur"ra o el .oái".,ro del verano del 791' hasta el otoño del
del 788, no trata de negar. como le recordaran ros *Jherres de garan- 79á, reside casi constantemente en Ratisbona; allí reúne asambleas
tía que el año anterior había entregado y el peligro de ,epresálius u qenerales y parece perseguir con ello la progresiva asimilación del
que exponía su conducta a su propio hl;o TeodOn, contestó con país.27
cinismo que si tuviera diez hijos no dudaría en sacrificarlos a todos, Sin duda eran miramientos necesarios y que ni aun así empleados
antes que cumplir su palabra en ras condiciones estabrecidas. A resultan suficientes para conseguir la adhesión de los habitantes,
la inculpación de falso juramento se agregaron otrasi se Ie acusó de ya que, el 794, se cree Carlomagno en el caso' para asegurar un
í¡lcliscutible fundamento de su autoridad en el ducado, a sacar
querer atentar contra la vida del rey y de haber sostenido relaciones a

con los avaros para realizar una invasión de Italia; igualmente Ie 'I"¡rssilon del cenobio y llevarlo, vestido con sus hábitos de monje,
acusaron de deserción ante el enemigo. Es decir, de otros tantos ¡r l¡r ¡rsailtblea general de Fracfort, para que ante ella renuncie
públi-
cri'rcncs que entre los francos se castigaban con la pena de muerte. y 82; Asr'r y SrusoN, t' l, pág'
)tt !/1 ¡¡¡. lño 7UB, págs. 8C 627'
Iistrr scntcncia fué pronunciada efectivamente por la asamblea, pero ,.\t ..ltttttit,t rr4,u/cs, año 7BB, texto prirnitivo, págs.80 y 82 de la ed. KUnzr; texto
nt rr'¡ltt,l,,, ¡rig. flil.
ttil .'lttttttl,..s tty(ilt's, trñ¡¡ 7{17, ]r,ítf,s.
t 74. !. 76. :17 lli»t[lttt I\lilttt.ttnt:tlt:tt, nn' 3]l¡l a 3209'
'-tt ltlt.nt, rriio 7f17, ¡rri¡,. 7ll.
46 FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 47

c;lnrente y sin restricciones a todos sus derechosy a los de sus herede- Báltico por los confines del país dan'és. Sin duda, a este conjunto
ros. Redactado en tres ejemplares, uno para el ex duque y los le faltaba unidad, ya que estaba poblado de diversos grupos étnicos
suyos
y dos para los archivos reales, el expediente de esta renuncia 28 se frecuentemente de tenáencias opuestas: al oeste estaban los westfa-
proponía establecer de manera irrecusable el derecho de carlomagno lianos, al este los ost{alianos, entre ambos los angrianos y en ambas
y de sus descendientes sobre el ducado y sus dependencias.' orilias del Elba inferior los nordalbingianos y los habitantes de la
Hay que observar aún que, todavía después de su incorporación región de Wihmode; peÍo indómitos en cuanto a Ia deferrsa de su
al Estado franco, Baviera fué mantenida no sólo dentro de sus limi- ináependencia, todos ellos constituían un blogue en cuanto la sen-
tes tradicionales, sino en toda su inclividuaiidad. Sin designar un tian amenazada. Y esto es 1o que se produjo en los días de Pipino
{u-que,
Carlomagno delegaba para ella, como prepósito,, al gobl"rrro el Breue y lo que iba a sucede. -uchu. veces durante el reinado de
del país (Baioariae praefectus), es decir, .o-o got"rnador, u ,rro de su sucesor.
los condes más ilustres del reino, a su cuñadt Geroldo, hermano Aunque evidentemente se imponía un cambio de método' las pri-
de su esposa Ia reina Hrldegarda, y los poderes de éste se extendían rneras intervenciones de Carlomagno en Sajonia fueron aún de tipo
al conjunto de los territorios reunidos así a la corona franca.2e trgual- tradicional: simples demostraciones militares gue no tenían más
mente se respetó la unidad religiosa del antiguo ducado, y Baviera ob¡etivo que el de hacer respetar el poderío franco y eiercer repre-
constituía una sola provincia eclesiástica, de la que el año z9z se .uíiu.. Sóio la f.uerza de las circunstancias condujo al rey a rnodificar
erigió en metrópoli Salzburgo,B. Se hizo, pues, todo de tal manera su poiítica y a preparar un plan de penetración progresiva' a fin de
que se dió a los bávaros la ilusión de que el gobierno del rey franco evitar aguella constante reanudación de intervenciones'
no era sino la continuación del poder ducal desaparecido. El aáo 772, Íecha de su primera campaña en Sajonia, aüfl nlán-
tuvo, pues, Carlomagno la táctica habitual, y las operaciones se
señalaron por la.orrq-ui.tu de la fortaleza saiona de Heresh-urgo' al
III.- CoNsursrA DE Sa¡oNm norte cle la frontera á" H"."", por la destrucción de1 ídolo Irminsul
Con más violencia procedió Carlomagno respecto a los sajones.Bl y, finalmente, por un avance victorioso hasta el Weser' Inmediata-
Es verdad que en este caso se trataba de poblaciones particular- mente los sajones se sometieron, entregando rehenes como garantía
mente dificlles de contener y que desde hacía siglos constituían para de fidelidad. Pero al año siguiente, aprovechándose de que el rey
los francos un peligro incesantemente renovado. Hasta entonces todo franco había pasado a Italia, se lanzo.on sobre el territorio de Hesse
se había limitado a realizar en aquel país rápidas demostraciones de y desde allí fueron a saquear la iglesia de Fritzlar' No tuvo mejores
poderío militar y, cuando se podía, imponerles tributo con las armas .errltrdo. una segunda campaña de los francos el año 774; rcco-
en la mano. Pero no siendo metódicamente proseguidas estas cam- rrieron de oeste a este el valle del Ruhr, franquearon el río Weser
pañas demasiado breves, nunca produjeron otra cosa que una calma en la mitad de su curso y se internaron algo más adentro y luego
provisional, y al menor debilitamiento de la autoridad real, las pro- las tropas regresaron a sus puntos de partida con los acostumbrados
vincias limítrofes ,-Turingia, Hesse, Ias regiones renanas* volvían ."hen"s. Sinlmbargo, en esta campaña por el sur de Sajonia' hubo
a ser asoladas por Ias devastadoras bandas sajonas. paganos empe- un hecho nuevo, el de dejar establecidas guarniciones en Syburgo'
dernidos, pese a las tentativas realizadas para cristianiza¡los, temi- .jrrnto al Ruhr, y en l{eresburgo, más
al este'
bles bárbaros, ocupaban extensas llanuras entre ros países Ba;os y No impidieron estas medidas, es cierto, t1n nuevo contrataque
el Elba, entre el Harz y el mar del Norte y llegaban aún hasta el srr jón que se produ;o el 776 mientras Carloraagno se
encontraba en
It,,hn; p"ro, en el verano, e\ tey {ranco replicó victoriosamente' Mu-
2s El texto está en las Capi.tuLaria- t. T, pág. 74, ne 28, art. J, y
cn las Concílía , 1.,<r. ,la¡ones fueron a Paderborn a hacer acto de sumisión
y a
uuti lcurol., t. I, pág. se habla ya
)o
165.
lccibir cl bautismo y hasta en el séquito de Carlomagno
,4n,n.alcs royales, año 799, pág. )08; Annr. y Srrrsox, t. I, pág. 64.3 y t. Il, dispone
¡rrigs.192-19'1.
rlr. r;rrrrrisirin g".r".uÍ. Sin embargo, pata mayor seguridad, se
íll) ,\¡¡¡ ¡, y Sr:rrsox, l. Il. ¡,rig,.. l;i7 l;ll|. cil(r'r'l¡ fr'ontera de Hesse y el curso del río Lippe una extensa zona
:ll Sc Itirlliu irr lclcrcnlilr:; r, íl.lilillr,.iollcs lr.slr(.(.ir) ;r r.,rl,. 1r'rrlrlo lll 1,. llll._ rnilrt;rr' <\ n¡,r('¿, tlestinac{a a contener al enemigO. ES un nuevo pfogre-
l'ltr r, /i'll¿/,,r ,,iti,lt,,: :ttt l'l¡isl¡it,. ,1,, ('ltt,l,.ttttt;,tr,, ¡,ri,,.,. I lS:,lll r;o
¡r'r'¡r;tt';rlol'io tlc <r¡tct';tci<lnes nri'litares cle más ancho aliento'

I
¡
48 FUNDACION DEL IMPERIO
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 49
Con todo, los sajones no se dejan ganar por el abatimiento. El
778, al llamamiento de uno de sus .rras -e"forzudos caudiilos,
"Quien entre por la violencia en uua iglesia y, por la fuerza o el hurto, se lleve
widu- cualquier objeto o ponga fuego al edificio, será condenado a muerte.
kin, pasan los westfalianos a la ofensiva. Fuerzan, por el oeste, "Quien, con menosprecio del cristianismo, rehuse respetar el santo ayuno de
Ias
fronteras del reino f¡anco, saquean ras inmediaciones del Cuaresma y coma carne durante ella, será condenado a muerte.
Rin por
la margen derecha, desde Deuiz hasta Cobienza, remontan el valle "Quien mate a un obispo, a un sacerdote o a un diácono, será condenado a
del Lahn y por Hesse atacan por Ia retaguardia a los ejércitos muerte.
de "Quien ertregue a las llamas
Carlomagno, gue con grur, e1 cuerpo de un difunto, según el rito pagano, y
consigue rechaza¡lás. El ZTg reduzca sus huesos a
ceniza, será condenado a muerte.
"rlu"rzo una en los valles
y ! !AO, dos expediciones punitivas, del Lippe y "Todo sajón no bautizado que trate de ocultarse entre sus coterráneos y se
del Weser y Ia otra por Ostfalia, llegando hasta el Ocker por niegue a recibir el bautismo, será condenado a muerte,
ohrum, parecen suficientes para restabrecer ra situación, cuando, el "El que conspire con los paganos contra los cristianos o persista en ayudarles
782, sn gran ejército franco que atravesaba el territorio sajón para 'en su lucha contra los cristianos, será condenado a muerte.
"El que falte a la fidelidad que debe al rey, será condenado a muerte. .."
ir a combatir al pueblo eslavo de los sorbes, en el sudeste de Tu-
ringia, es sorprendido y destrozado en las fardas del süntergebirge,
Obediencia pasiva al rey franco, prohibición de toda asamblea, de
junto a las márgenes orientales del weser. De los tres generJl", q"u"
toda reunión pública, fuera de aquellas que puedan convocar los
mandaban el eiército, dos
Geilon- y, con ellos, cuatro-el camarero"yAdargiso y ei condestable condes francos (articulo 34), imposición del bautismo y de Ia prác-
condes hasia ,ráint" personajes tica del culto cristiano bajo pena de muerte...: jamás se vió método
de la más elevada nobleza", según confiesa un anarista oficioso coe-
más brutal para obligar a toda costa a un país, libre aun la vispera,
táneo, quedaron muertos sobre el campo de batalla; los supervivientes
a sufrir la ley del vencedor.
se retiran en plena derrota.
Bajo este régimen de terror vivió algunos años Sajonia, pero sus
El golpe es duro; pero Carlos está firmemente resuelto a obtener habitantes espiaban la ocasión de sacudir el yugo. Se les ofreció el
terrible venganza. Personalmente acude con refuerzos, cae sobre el
793, en la primavera. Cuando un destacamento de tropas procedentes
enemigo y le da alcance y lo derrota en Verden, cerca de ia con-
de Frisia, bajo el mando del conde Thierry, atravesaba Westfalia
fluencia del weser y el Aller, en donde 4 500 sajones hechos prisio- para unirse al'grueso del ejército real gue se disponía a iealízar una
neros son cruelmente pasados por las armas. widukin ya se había
expedición contra los avaros, cayeron sobre él los sajones y 1o des-
dado a Ia fuga y sus compañeros de lucha dan pruebas dL estar des-
truyeron junto al 'Weser. Esta [ué Ia señal de la rebelión.32 Como
moralizados.
escribe un contemporáneo, "lo que hacía mucho tiempo se ocultaba
Sin embargo, se reorganizan, y desde el Zg3 al 7g5 prosiguen en el fondo de sus corazones estalló a la luz del dia. Igual que el
con furor el combate. También carlomagno se encarniza; el año zg4 perro que vuelve al vómito, los sajones retornaron al paganismo,
resueive hasta invernar en aquel territorio, a fin de estar preparado
engañando a Dios y a su señor el rey que, sin embargo, les había
para la ilegada de Ia primavera. La campaña del Zg5'ti".," po,
cohnado de beneficios y arrastrando con ellos a los pueblos paqanos
punto de partida Paderborn, para donde ha sido convocada Ia asam-
vccinos. , . Todas las iglesias gue se encontraban en su territorio
blea general, y triunfa de las postreras resistencias, El mismo widu-
frtrt'ron destruídas o incendiadas; rechazaron a sus obíspos y a sus
kin tiene que capitular y aceptar poco después trasladarse a Attigny, rirt'erdotes, se apoderaron de algunos, mataron a otros y se volvieron
en plena Galia, para prestar allí luramento de fidelrdad y recibir ¡r hr¡nclir en el culto de los ídolos". s¡
con gran solemnidad el bautismo, junto con muchos otros caudillos I I¿rbía que comenzar otra vez, ya que la rebelión se extendia
sa;'ones.
¡ror torla Sajonia. De nuevo era necesario imponerse por la fuerza
Además de esta espectacular conversión, el rey franco, instruído ,1,. l¡rs;un1AS y recoger por doquier rehenes; más de 7 000, en el 795,
por la experiencia, impone una serie de medidas draconianas, desti- v nriry()r' nrinrero, en el 796 y 797, cuando se avanzó hasta el estuario
nadas a prevenir cualquier otra defección. Se promulga una terrible ,lcl Wcscr y ItreE¡o de alli hasta Wihmode. 3a
c;rpitular para implantar en Sajonia Ia civilización franca y la reli-
t¡i<irr cristiana bajo pcna cle muerte. Sus articulos son de una sin iqual ill l. ll^r,r,ru N, l)ttt,l,,s crítir¡tt,'s, ¡rrigs. 1tl4-189.
crrrclrlirrl: :t:t ltl! t¡t. ¡,rir,. lliii llltlo rlt: lt* ,lnnttlt'¡ Luu,rr5hrtnunscs).
:tt ltlt tn. ¡rri;,,.. lll() l()'/.
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lm,
50 FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 51

Esta última comarca se defendió, no obstante, con enorme valen- nes eran estrictas, y el mismo Carlomagno vigiló sobre el terreno
tía y parece gue se mantuvo al margen de la paz cuando, el año 797, su ejecución; tropas francas recorrían las regiones no sometidas, y se
Ia mayor parte de Sajonia se pudo considerar sometida de nuevo. llevaban a sus habitantes, aun a los ancianos, Ias mujeres y los
Iln esta fecha, ¡ectificando el error cometido el 785 de aquellos proce- niños, que eran conducidos como rebaños hacia las lejanas tierras
dimientos brutales con los que creyó poder dominar a los sajones, gue se les habían asignado y en las que los rebeldes se encontraban
Carlomagno negoció con los caudillos westfalianos, angrarianos y diseminados entre la población franca. Después tomaban inmediata-
ostfalianos un acuerdo por el que se anularon las medidas anterior- mente posesión de las tierras abandonadas los francos, al sur del
mente decretadas. Al régimen de excepción instaurado el 785 sucedió Elba, y los eslavos en la otra orilla del río, y los abodritas a los
otro de entendimiento. En primer lugar, Sajonia, colocada bajo la que Carlomagno utilizó también para terminar.sT
administración franca, [ué asimilada a los restantes territorios del De esta manera se llevó a cabo la cor,"quista de aguel inmenso
reino franco; la constante amenaza de la pena de muerte quedó territorio sajón gue durante tanto tiempo hizo correr tantos peligros
substituída por la normal tarifa de composiciones y multas que, al reino franco y a la civilización c¡istiana. A la sazón, las fronteras
en el derecho común de los francos, era suficiente para mantener la de Carlomagno llegaban hasta la desembocadura del Elba; al otro
paz pública,y un artículo (el 9) llegaba a consignar que esta tarifa lado del río, los abodritas, hasta entonces sometidos a las órdenes del
no se modifica¡ía sin el conocimiento expreso de los interesados.ss rey franco, montaban la guardia frente a los daneses de ]utlandia.aa
Era un verdadero edicto de pacificación, y la experiencia demostró Más tarde, a partir del 808, los abodritas probaron ser demasiado
que su propósito fué logrado, ya gue westfalianos, angrianos y ost- d¿biles para resistir por sí mismos a los daneses, por lo que fueron
falianos se mantuvieron en lo sucesivo como súbditos leales del rey a suplantarlos, en la parte meridional de la Nordalbingia, tropas
carolingio. francas,se y aguella zona militar resultó suficiente provisionalmente
Pero aun había que vencer a los sajones del extremo septen- para cubrir con eficacia las fronteras de la Sajonia franca contra
trional, los de Wihmode y de Nordalbingia. Tal fué la dificil labor toda sorpresa. Por otra parte, la conversión del país se continuó
de los años 798-804, pues durante esos seis años todavía los habi- infatigablemente y con buen éxi*o. Aguel foco de paganismo estaba
tantes de las dos citadas regiones opusieron a la conquista franca en camino de extinguirse; por eso, con justicia, elogiaban a porfía
una resistencia desesperada, matando a los funcionarios reales y a los contemporáneos el b¡illante triunfo obtenido en aquellas regiones
los misioneros cristianos y volviendo al sistema de la fingida sumisión por la tenacidad del rey franco.
cuando las tropas acampaban en su país, para sublevarse de nuevo
en masa y reemprender las devastaciones en cuanto los generales de IV.-
or Frusl¡
Sunnsló¡¡
Carlomagno se alejaban de sus territorios, sin que valiera el exigirles
rehenes, ya que aun con ellos sacudían el yugo.36 Situada al noroeste de Westfalia, entre la desembocadura del
Decidió entonces Carlomagno aplicar medidas más radicales; una
Rin y el estuario del Weser, Frisia estaba habitada por una pobla-
ción emparentada muy de cerca con los sajones y cuyas condiciones
de ellas fué la de separar a las poblaciones rebeldes del suelo natal,
de vida, costumbres y creencias eran sensiblemente las mismas. Los
trasladándolas por pequeños grupos al interior del reino franco y
frisones, de indomable sentimiento de independencia y paganos irre-
substituyéndolas por doquier ya con francos, ya con otras poblacio-
ductibles, pese a los esfuerzos desplegados desde el siglo vrr por los
nes de probada fidelidad y, entre ellas, llevar allí muchos monjes o
rnisioneros anglosajones para convertirlos a la religión de Cristo,
clérigos que podían desarrollar la doble acción de asegurar a la vez
no habían sido antes del siglo vnI sometidos a los francos más que
"la dominación franca y el triunfo de Ia religión cristiana. Aplicadas cn apariencia, y las comarcas situadas al noroeste del Zuiderzee se
estas medidas el año 799 a u¡ primer grupo de habitantes de Wih-
rnr¡straban particularmente refractarias a la influencia de estos últi-
mode, fueron sistemáticamente extendidas el 804 a una gran parte,
nr<rs. Iil ¿tío 754 había caído como mártir de la [e, en Dokkum,
y tal vez a la totalidad, de aquel pais 1, a Ia Nordalbingia. Las órcle-
iti ltlrn¡, ¡rírg. 210.
it-, l¡11 ¡¡¡. pills. l()7'200. ts l'. inlrtu ¡rírg. l->4.
:ttt ltlrnt. ¡»i¡,.. lflX) lll0. :t|t ,1. inlttt, ¡ri¡1. lf).
,;2, LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 53
FUNDACION DEL IMPERIO
Pero, desde aquel momento, el c¡istianismo, en coniunto, se iba
Sirn Bonifacio, que se trasladó allí para predicar, con el apoyo del abriendo camino. Ya no se trataba sino de una cuestión de paciencia
rcy Pipino; unos quince años despu'és, otro misionero procedente y de tenacidad, dos virtudes que los representantes de Carlomagno ya
de Inglaterra, Willehad, reanudó en aquella zona, sin mayor éxito, habían aprendido a practicar. Como en Sajonia, también aquí iba
la lucha contra el paganismo.ao el misionero a demostrar, en fin de cuentas, que era el más seguro y
Es cierto que en el sur del país frisón, la causa franca y la cristiana
útil auxiliar de ia política carolingia.
habían realizado duraderos progresos en los días de Carlos Martel
y de Pipino el. Breoe. El obispado fundado el año 695 en Utrecht,
en tiempos de Pipino el Jouen, gue a comienzos del siglo vuI [ué V.- Los puEBLos EsLAvos DE LAS FRoNTERAs oRIENTALEs
por un momento barrido, pudo restablecerse poco después como coo- I.Jna vez traspuestas las fronteras de Sajonia, Turingia y Ba-
secuencia de la derrota:que Carlos Martel infligió al duque de viera, se entraba en país eslavo. La política de Carlomagno parece
Frisia, Radbodo; con ello se 'convirtió en un centro activo de las que no se proponía incorporar a su imperio los diversos pueblos que
misiones en tierra de paganos y en un sólido punto de apoyo desde 1o ocupaban, sino sólo mantenedos en el temor y ponerlos, si era
el cual pudo insinuarse la influencia franca hasta las orillas del posible, bajo vigilancia.
Zuideuee. Entre el Baltico y los montes de Bohemia se encontraba concen-
Pgro en los primeros años del reinado de Carlomagno, Frisia, en trada la vanguardia de los eslavos septentrionales o Wendos. De
su mayor parte, era para los francos una conquista insegura y frágil. los que se encontraban más o menos en contacto con los francos, los
El año 784, todo el norte se alineó con los sajones sublevados; des- principales eran los abodritas, establecidos en la región comprendida
pués, las llanuras situadas al este del Zuidetzee continuaron el movi- entre el EIba inferior y el Báltico, desde el Trave hasta el Warnow;
miento. El obispo misionero Liudgero, que se había estabiecido allí, los wilsas o welátabos, más al este, en las comarcas del Mecklem-
sólo tuvo tiempo de huir para evitar corer el destino de San Bo- burgo; los linones, en la orilla derecha del Elba, entre el Havel y
nifacio. el Elda; y los Sorbes o sarabos, entre el Saale y el Elba. E¡ el centro,
Pero fué ésta la última tentativa que hicieron los frisones para entre el Riesengebirge, el Erzgebirge y el Bóhmerwald, estaban los
escapar a Ia ocupación franca. El aplastamiento de los sajones, en bohemios; al sur del Danubio, en la margen derecha del Enns, los ca-
785, les constriñó a deponer las armas. El obispo Liudgero pudo rintios, que ocupaban, a más de la Carintia, la Estiria y una parte
reanudar entre ellos su predicación y proseguirla con entusiasmo de Austria.
hasta las orillas del Ems y en todo el archipiélago frisón. Reducida Los más adelantados eran los carintios, ya que hacía tiempo ha-
a provincia' Frisia fué dividida en condados; los funcionarios Írancos bían entrado en la esfera de influencia del ducado de Baviera antes
circularon libremente por el país y, al igual que las restantes partes de que esta provincia fuera incorporada al reino franco. Desde
del reino, sus habitantes tuvieron que proveer en lo sucesivo contin- Salzburgo, el obispo Virgilio, iriandés de origen, que al igual de sus
gentes para la hueste del rey cada vez que {ueron requeridos a ello compatriotas era misionero por naturaleza,a: había desplegado un
y aun cuando se tratara de expediciorles a comarcas lejanas. incansable celo para hacerles abjurar el paganismo y, cuando menos,
Es cierto que hizo falta bastante tiempo aun para acabar con el había logrado, hacia el 769, atraer a su duque a 7a fe cristiana.a3 El
paganismo muy intenso en el norte y en el nordeste del pais. Lo aí.o 772 había impuesto a este último por las armas, el duque Tassi-
que se ha llamado Leg de los Filsones y que, sin duda, sólo es una lon, su hegemonía,aa mientras que la predicación del cristianismo
compilación de carácter privado que se remonta al siglo Ix,41 propor- ¡rroseguía por todo el país, tanto desde Salzburgo, por el obispo
ciona, al respecto, pruebas bastante diáfanas. Entre otras cosas, se' Virqilio, como desde el monasterio fundado en Innichen, en Ia misma
ve ¿rllí que en algunas regiones las igiesias estaban muy diseminadas.
(lirr:intia, en el valle alto del Drave, el año 769 o el 770.a6

'lr¡ §ol)r(' torlo t'slo y Ir, rlttc siguc, vtiase A. IL,rrrcr<, Ki.rr:hcn.gcschí,i¡¡,'. t. I. 4ll Sol¡rc ó1, cf. Illtrr;x, t. I, págs. 568-569.
t. ll, ¡,igs. j|5,1-il7l; II. r'ou St:ttt;trt.:ltL', Orstl¡it:lt.tt: itr tltti'il:,1t,'tt 't¡ A¡r¡,¡, y Srrrsol.r, t. T, págs. 57-58.
¡rir11s. llll-4.4,7;
tt I tl t'¡¡t, ¡rirg. I 3l .
A lr, /r, . ¡rri¡5. :x)l; :10 1, :i:t,l :t:i7.
I 'tb ltlt'ttt, ¡rír¡is. llll-l32.
'l (.1. llrr NNr n. t. l, ¡,ri¡,.r. I'r'lr lltl.
t1 FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 55

tropas estaba mandada por un legado del rey franco. Además, a este
Al posesionarse Carlomagno del ducado de Baviera adquirió al
último es al que se entregan, al final de la campaña, Ios rehenes
¡rrismo tiempo la hegemonía sobre el país de los carintios. Las misio-
exigidos a los vencidos como prenda de obediencia, manifiesto testi-
ncs continuaron allí su obra.a6 El sucesor de Virgilio en la sede de
monio de gue los abodritas no fueron en el campo de batalla más
Salzburgo, el obispo Arn, gran amigo de Alcuino, para quien Carlo-
que un instrumento de la política franca.
magno obtuvo el año 797 del papa León lll el paltium y la dignidad
de arzobispo de Baviera, recibió ese mismo año del rey franco el Entre ellos y Carlomagno fué completa la cooperación. El año 804
encargo de ir personalmente al país de los carintios para activar la se confía a el]os, despu,és de la definitiva sumisión de la Nordal-
predicación del Evangelio y organizar el culto, ordenar sacerdotes y bingia, el país evacuado por sus habitantes.sa Su duque, desde en-
tonces, y en calidad de simple federado, hace guardia en las fronte-
consagrar iglesias.aT
ras del imperio carolingio, frente a los amenazadores daneses. Tarea
Ese país fué ya considerado, en 1o sucesivo, como un territorio
anexo a Baviera, cuya suerte siguió aunque fuese incorporado al dificil; el año B0B tiene que ceder ante el ataque y huye abandonando
reino franco. Cuando, al comenzar el reinado de Ludovico Pío, se a los suyos en la confusión de la derrota,ss otro caudillo abodrita,
posiblemente rival suyo, cae prisionero de los daneses y es ahor-
pensaba reahzar un reparto de territorios entre los hi;os del empe-
cado;56 algunos meses después, el mismo duque muere bajo el puñal
rador (817), la Carintia fué oficialmente asignada a uno de ellos' ag
de un asesíno.57 Para hacer frente a la situación, tienen que acudif
Diferente fué el caso de los eslavos septentrionales. Los que
estaban establecidos al este de Sajonia no se pusieron en contacto
a Nordalbingia las tropas francas,s8 y, como hemos visto,se se esta-
blecen allí, a lo menos en los puntos más amenazados.
con los francos sino a partir del m6mento en que tropas de estos
últimos se atrevieron a adentrarse profundamente en el país sajón A través de todas estas peripecias los abodritas vinieron final-
y llegar hasta las orillas del Elba. Hasta el 780 no hacen alusión, mente a situarse bajo el dominio franco; Carlomagno interviene en
por vez primera, a ellos los analistas francos para señalar la conver- sus asuntos como señor; la elección de su duque se realiza bajo su
sión de algunos grupos situados en la orilla derecha de1 río.ae Pero influencia;60 las negociaciones con los daneses para restablecer
Ias conversiones de este tipo fueron aisladas; Carlomagno se limitó la paz las hacen representantes del monarca franco y parece que
a una sumisión potítica. cuando se concluyen y f irman el 81 0 y el 8 I 1 los abodritas ni siquiera
Los más solícitos, al respecto, y los más dispuestos a la sumisión toman parte en las deliberaciones.Gl
fueron los abodritas, gue parece eran un pueblo bastante d¿bil. Ex- Hay gue hacer notar, sin embargo, que nada se dice ni de la
puestos a los ataques de los saiones, de los daneses y de los welá- conversión de sus duques ni de la evangelización de su país. Parece
tabos, buscaron desde el 780 el apoyo del rey franco.so Después del que todo quedó iimitado, por el momento, a convertirlo en un protec-
primer triunfo de las armas francas en Sajonia, el 785, se colocaron torado.
resueltamente bajo su protección; a cambio de ello, Carlomagno les Más al sur, los linones y los restantes grupos eslavos, vecinos
ayudó, en 789, a resistir a los welátabos. 51 Después de Ia rebelión suyos, son mantenidos por el temor. El 808, para castigarlos por
de Sajonia del año 793, se pusieron resueltamente al lado de los haber ayudado a los daneses contra los abodritas, se envió contra
francos en Ia lucha contra el enemigo común. En 795 halló en ella ellos una expedición al mando de Carlos, hiio de Carlomagno; se
la muerte su duque. 52 El año 798 derrotan decisivamente a los nor- pensaba que sería casi un paseo militar; pero los analistas francos
dalbigianos 53 y sabemos que en aquella ocasión una parte de sus confiesan gue el asunto se hizo grave y que el ejército de Carlos

46 HAUCK, t. lf, pág. 473. 54 Y. supra, pág. 150.


47 Anrr. y SrusoN, t. II, págs. 138-139. 55 Anr.;r, y SrusoN, t. II, págs., 385-386.
a8 Capi.tul., t. I, nq 136, pá9. 277, art. 2- r,t; Idem, pág. 386.
40 Ar;rir. y t. II, pág. 348,n.2, y pág.359'
r,t ll,¡,m, págs. 411-412.
Srnasor,
r¡o r»,\ l/11¡n, pá9. 412.
ltlcm, pág. 360.
5l Anrir. y Srrrson, t. IT, págs. 3-4. r,l l/. :¡tlrtt. ¡r:igs. 50-51.

t': 1,1,,'¡r, 1tig. 9l'. rit) Aur' r. y Strrsolr, t- II, ¡rírg. 429.
r'¡ Itlt'¡tt, ¡rrigis. l'16 150. tt t Itlt ttt. l,tiy.s. ,1'17 y 4(»7.
56 FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 57

sufrió pérdidas bastante importantes.6r Pero instruído por la expe- tampoco se dice nada en cuanto a la conversación de los welátabos al
riencia, el rey franco se asentó sólidamente en la orilla derecha del cristianismo.
Elba, en donde estableció cabezas de puente bien fortificadas y Los sorbes o sorabos eran para los francos, a fines del siglo vIlI,
guarniciones permanentes;o3 esto no impidió que el año 811 tuviera mucho más molestos todavía que los welátabos, ya gue estaban
que volver al ataque, rechazar a los linones,o{ que, poco numerosos concentrados en las fronteras de Sajonia y de Turingia. Desde el
al parecer, siguieron no obstante obligando aún algunos años al 782 sus incursiones en territorio franco adquirieron ta1 extensión que
gobierno carolingio a una constante vigilancia. Carlomagno dispuso contra ellos una importante expedición, cuyo
Aunque menos cercanos, más cuidado dieron a Carlomagno los mando [ué confiado a aquellos tres generales gue se habían dejado
welátabos, ya que eran numerosos e inquietos. Establecidos detrás sorprender por los saiones sublevados y finalmente derrotar en la
de los abodritas, no cesaban de atacarles. El año 789 dirigio perso- batalia de Süntelgebirge,Tl Fué necesario realizar largos recorridos
nalmente Carlomagno contra ellos una expedición importante, en y saber esperar; hasta el año 806 no tuvo lugar seriamente una
la que tomaron parte, además de las tropas francas, contingentes campaña a fondo en el territorio ocupado por los sorabos,T2 cam'
sajones, frisones y abodritas, avanzando con gran ímpetu y victo- paña que parece fué corta, pero decisiva, y que estuvo confiada a
riosamente muy lejos hacia el este; los welátabos se sometieron y Carlos, el hijo mayor de Carlomagno. EI duque de los sorabos (o
entregaron rehenes en garantía de su fidelidad.Gs Durante veinte uno de sus duques) [ué muerto, el país devastado y, para tener ame-
años se mantuvieron tranquilos o, a lo menos, nada tuvieron los nazado al enemigo, se establecieron cabezas de puente en la orilla
francos que reprocharles, pero el B0B se pusieron al lado de los dane- derecha del Saale. Aun han de intentar los sorabos, poco después de
ses, interviniendo en las hostilidades contra los abodritas,6(i y esto la muerte de Carlomagno .-el 816.- sacudirse el dominio franco,
produjo que fueran también invadidos el 809 y gue luna vez más pero van a ser fácilmente sometidos ?3 y después se les verá it tam'
su país quedara puesto a sangre y fueg'o.62 El 810, como respuesta, bién a recibir órdenes a la corte franca.?a
destruyeron uno de los fuertes instalados por los francos en la Los checos o bohemios -éste es el nombre que entonces se les
- se mantuvieron por mucho tiempo
daba (beheimi, o beeheimi) ale-
rnarsen de¡echa del Elba.68 Finalmente, el 812, vuelven a ser some-
tidos por una vigorosa campaña; se realizó ésta de acuerdo con jados de todo contacto continuado con los francos. A comienzos del
una aniigua táctica muy usada por Carlomagno y que le vimos siglo Ix esta situación se modificó. Cuando los francos se interesaron
aplicar para Baviera: tres ejércitos salieron de tres puntos diferentes de cerca por Ia situación de los paises dei Danubio central, con mo-
contra los welátabos, cerrándose sobre ellos como un círculo de tivo de su penetración en territorio avaro, tuvieron gue contar con
hierro, y aquel pueblo tuvo que rendirse, hacer sumisión y, como esta nueva estirpe de pueblos eslavos; el año 805 se rcalizí un gran
siempre, entregar rehenes.6e Pero entonces el sometimiento fué dura- esfuerzo contra ellos, siempre al mando de Carlos, el hijo mayor
dero y ya dentro de la órbita franca se mostraron leales aliados. En de Cariomagno. Lo mismo que cuando la conquista de Baviera ei
los días de Ludovico Pío les vamos a ver comparecer en las ásáÍr- 787 o como sucedió al atacar a los welátabos el 812, también ahora
bleas imperiales y hasta el 823, recurrir al arbitraje del emperador tres cuerpos de ejército convergentes invadieron simultáneamente el
franco para zanjar una difereocia surgida entre ellos respecto a la pirís: el primero entró desde el oeste por el Bóhmerwald, a.las órde-
corona reai o ducal.zo Pero igual que con los abodritas o los linones, ncs directas del ;oven Carlos; el segundo, por el sudoeste, estaba
cornpuesto esencialmente de bávaros; el tercero, venía del norte,
t;: ltlem, 387.388. ¡ror el Erzgebirge, y lo constituían contingentes sajones y posible-
63 ldcm, págs. 390-391. rncnte eslavos. Los tres ejércitos llegaron hasta las oríllas del Eger'
a+ Id,em, pág. 4,68. cn cloncle realizaron su reunión, y luego, ya juntos, devastaron la
¡r; Ilam, piss. 3-5.
píg. 386.
rur; l¡la,¡¡¿, ?r Anr:r, y SrnsoN, t. I, págs. 427"428, y en cuanto a la batalla de Süntelgebirge,
t;i ltltnt, ¡rr,rg. ,10l. l', stt ¡,r,r, ¡,ri;1. 4,f1.
ti\ Itlrnt, ¡ri11.,1110. 'i:: ,\rr¡ r. y SrrrsoN, t. II, pírgs. 355-357.
tit't It!t.nt, ¡ri;1. .lr)il. 't:t .lnttult'\ r,ry,lts. uirr¡ Bl6.
a¡r lrtrtrtl,: rrt¡rlr't. ¡rírr¡s llllll l' llllil. 'i I Itlrttt, rrirr¡ llfl.
5I.t FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 59

llanura del EIba. El duque de los bohemios pereció en un combate; Los avaros, oriundos del corazón de Asia, después de muchas
sus tropas, para no ser destruídas, refugiáronse en las montañas,75 vicisitudes establecieron sus campamentos en el centro del valle del
Lo que sucedió entonces no aparece claro, sólo se sabe que un Danubio, desde el Tisza hasta la Carintia. Por lo demás, sus [ron-
nuevo cuerpo de ejército franco fué enviado desde Sajonia como teras eran inciertas, pues no habían renunciado a sus correrías y
reÍuerzo, por el Elba.76 Esto permite suponer que la sumisión del rapiñas en todas direcciones, a costa ya de los países balcánicos
país fué menos fácil de lo que se había esperado en un principio. como de otras diversas comarcas de la Europa occidental. Su cau-
Hubo que volver al año siguiente con tropas de refresco, sobre cuya dillo, que seguía usando el título asiático de jaghan, era ante todo
actuación las noticias escuetas que nos han llegado sólo dicen que un jefe guerrero, bajo cuya dirección se llevaban a cabo las algaras
"después de haber devastado una gran parte del pais, reg¡resaron a zonas lejanas para lograr botin. Los tesoros que por este procedi-
sin experimentar pérdidas",?? confesión que implica resultados poco miento acumulaban los avaros estaban reunidos en el recinto forti-
halagüeños. No por esto dejó Bohemia de entrar en la zona de in- ficado que, a ejemplo de sus antepasados, habían establecido
Iluencia {ranca, pues el año 817 la citará Ludovico Pío entre los le¡'os de todo alcance y que constituía como su reducto defensivo.
territorios reservados, después de su muerte, para su hijo Luis, el Los occidentales Io llamaban, con vocablo germánico, su ring o
futuro Germánico,. y 822 los bohemios harán acto de acatamiento círculo. Todo hace pensar que este ríng se encontraba establecido, a
al emperador carolingio"l enviándole representantes y regalos €o oco- fines del siglo vrrr, entre el Tisza y el Danubio, en las mismas comár-
sión de la gran asamblea reunida en Fracfort.Te Se estaba, por tanto, cas en donde otrora había dorninado Atila con sus hunos, con los
lejos de una sumisión verdadera y en cuanto a la conversión al cris- cuales frecuentemente los confundían los francos, que indiferente-
tianismo nadie se había ocupado de ella todavía. mente les llamaban avaros o hunos.81
En resumen, si se exceptúa a los carintios, ya a medias ganados A fines del siglo vrrr, aun constituían un peligro serio. A partir
por los bávaros a la civilización cristiana, Carlos se limitó a mantener del año 787 se mueven detrás de las traiciones del duque Tassilon de
como vecinos respetuosos del poderío militar de los francos a todos Baviera, al que se acusa expresamente de sostener inteligencias con
los restantes pueblos eslavos con los que aquéllos tenían gue esta- ellos.82 El 7B8, en el momento del juicio de Ingelheim,ss sus ataques
blecer contacto en lo sucesivo, pero su conversión religiosa se aplazó se multiplican, sin duda para obligar a Cárlomagno a abandonar el
para más tarde. Sin duda, hubo un momento al principio, ya en los asunto de Baviera. Las fronteras de esta provincia y las del Friul
finales del siglo vIII, en que se pensó extender sin dilación a to- son atacadas a intervalos, pero en ambas Carlomagno contraataca
dos los pueblos eslavos de Occidente la obra evangelizadora con enérgicamente; en Ios confines de Friul los avaros son obligados a
tanto éxito realizada en los países qermánicos, y la correspondencia huir, el año 788; más al norte, en Ia frontera bávara, el mismo año, y
de Alcuino ofrece testimonios de ello,8o pero aleccionado por Ia con intervalo de algunas semanas, son rechazados dos veces hacia
terrible experiencia de Sajonia, Carlomagno se limitó prudentemente el este por las tropas francas, que atraviesan el Enns y los desalo-
a proseguir la obra iniciada entre los carintios desde 1os días de jan de la zona de Ips, junto al Danubio,s¿
Tassilon y dejó todo 1o demás para épocas más propicias' Sin embargo, sólo se trata aún de combates para proteger las
fronteras; en octubre va Carlomagno a Ratisbona para disponer
las medidas propias a asegurar la defensa de aquéllas.S5 El año 790
VI.- SuuIsIóN DE Los AvARos negocia con el enemigo un madus uiuendi, pero las deliberaciones
Mucho más audaz fuc la politica que se practicó con respecto al fracasan 86 y las incursiones bárbaras se reanudan de tal manera que
pueblo avaro.
sl Solrre todo lo anterior, Cf. Anur, y Srusolr, t. II, págs. 98-104; sobre el origen
?5 Aur,;r. y Srvsox, t. II, págs. 322-328. rlr, lrrs avaros, vlrase L. HllrnrN, Le.s Barbares,4q edición (f940), pág.112-115.
iti ll!'fit, púg. 328 y nota 2. 8! ,4nnulrs r¡yules) año 7BB.
ii .4nttttl.r's rttyulrs. irño 806. r:t l/. stt.¡trt4 ¡tíLg. 44.
1's (lttl¡itttlttritt. t. I, n'' llll¡, ar¡.2, ¡rírg.271. xI Arrr:r. y SrnrsoN, t. I, págs. 639-641.
ir .'lnnttl, ¡ t ttrttl, s. trño llllll. xr' | ¡! ¡,¡¡¡. pi¡1. (t4,1 .

ti(l ('lltl1l.i ¡,,1 lt V 7. xtr l¡l¡¡¡¡, t. ll, ¡rí11. ll.


{il FUNDACION DEL IMPERIO LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 61

cl rey franco tiene que resolverse, finalmente, a llevar la guerra franco se produce como un deslumbramiento a su vista. En todo
el territorio avaro, en el verano del 791. Los efectivos que
l.rasta el reino se elevan acciones de gracias por orden de Carlos, que no
moviliza son muy elevados y, 1o mismo gue en la campaña bávar'a deja de reservar a las iglesias, comenzando por la de San Pedro de
de hacia cuatro años, se distribuyen en tres cuerpos invasores gue Roma, y al Soberano Pontífice, una parte de las riquezas conquista-
avanzan en tres diferentes direcciones para converger: el primer das por las armas.ea
grupo de ejércitos, compuesto de francos, sajones, frisones y turin- Al mismo tiempo el rey franco decide proseguir desde el 796,
gios, atraviesa la Bohemia y se dirige a la orilla izquierda del Da- con medjos apropiados, la conquista de los tesoros acumulados en
nubio; el segundo, en el que se alinean francos, alamanos y bávaros, el ring, a la vez que continúa negociando con aquellos caudillos
avanza desde Baviera por la orilla derecha del Danubio al mando avaros cuya fidelidad hacia el jaghan parecía más debilitada. Hasta
personal de Carlomagno y es avituallado por el río; el tercero, final- uno de ellos va a Aquisgrán con un numeroso séquito para recibir
mente, sube desde Italia. Avanzando audazmente hacia el este, los el bautismo y Carlos.es su padrino.gs Finalmente, durante el ve-
dos primeros cuerpos de ejército lograron batir a los avaros en el rano del 796, un formidable ejército es enviado hacia el Danubio al
mismo corazón de la Pannonia.s? Desde comienzos de septiembre, mando del rey de Italia, Pipino. Atravesando el río, rechaza a los
los resultados obtenidos son tan halagüeños que, lleno de esperanzas, avaros en desorden más allá del Tisza y va, a su vez, a acampar
Carlomagno envía "a su querida y muy amada esposa, la reina et el ing y se apodera de todo su contenido, con admiración des-
Fastrade" una carta que respira alegría y confianza'8S El resto de bordada de los contemporáneos, quienes cantan a porfía, en prosa y
la campaña se desarrolla felizmente; Carlomagno llega al Raab, en verso, la brillantez de tal victoria.06
pasa el tio y avanza por su orilla derecha hasta su confluencia con |amás se repondrían los avaros de aquella derrota que se les
el Danubio. El país recorrido es arrasado a sangre y fuego y el rey habia infligido. Minado por sus discordias, aquel pueblo que tanto
franco trae gran número de prisioneros y mucho botín.8e tiempo hizo temblar al mundo, era entonces una fácil presa para un
Sin dilación prepara Carlos desde Baviera, en donde s€ eoctl€ll- poderoso enemigo del oeste. Las primeras conversiones logradas e?
tra,go una segunda campaña de penetración en tierra enemiga, pero' hasta hacían pensar que se dejaría ganar sin mucho esfuerzo a la
por dos veces tiene que posponerla; el 792, porqte le obliga a mante- civilización cristiana, si se sabía atraerle a ella y evitar los procedi-
nerse allí el descubrimiento de un complot que debe reprimir;e1 el mientos sumarios empleados con los saiones. Alcuino, que es enton-
793, porque. en el último momento, cuando se realizaba Ia asamblea ces un conseiero muy escuchado en materia religiosa, no cesa en
de ias tropas para 1a invasión,r: necesita hacer frente a la gran rebe- seneral de animar las esperanzas de los que, en la corte de Carlo-
lión de Sajonia, de Ia que anteriormente hicimos referencia, y que magno, creen en el buen éxito de una evangelización rápida, y reco-
le retendrá ocupado en aquella zona mucho tiempo'e3 Mientras tanto, mienda sin descanso que se actúe con prudencia. Primero, predicar,
en espera de asestar el golpe definitivo, emplea la diplornacia y, el repetía, antes de bautizar; no conduzcáis a los paganos a la pila
795, después de conseguir establecer relaciones con uno de los cau- bautismal bajo la amenaza de la espada; usad, al contrario, dulzura
dillos avaros, envía desde Ia Italia septentrional un pequeño e¡'ér- y persuasión; actuad por etapas: mostraos, al principio, flexibles en
cito para meter una cuña en la Pannonia' El ¿xlto obtenido sobrepasa krs detalles y, sobre todo, dejad para más tarde las obligaciones
todas las esperanzas: el famoso ring cae en poder de los atacantes, <lc orden material, como el pago de los diezmos, que tan inútilmente
que eran muy poco numerosos para llevar a todas sus consecuencias cxasperó a los sajones y contribuyó a hacerles insoportable el cristia-
su victoria, pero que regresan con tal botín gue en el séquito del rey n is rlr o.9s
Consejos prudentes, atentamente escuchados en lo adelante. Así,
Bi ltlcm, t. u, págs. 16_24. crr cl verano del 796, el jefe del cuerpo expedicionario, el rey Pipino
t¡s Riilrnl;n-Mürrr-Racntn, na 315,
s!r ,\¡¡¡,;1, y Slnrsou, t. lf , págs. 24'26. ItL\¡¡1 ¡. 1, Srlrso:1, t. II, páus. 9B-107.
$l) lli¡¡¡¡1¡;¡¡-['liirrr.rrrtt:¡¡t;u, not 316d-320. tt' ltl,ttt. ¡rírgs. 117-119.
Irl [¡¡¡.;¡, y StnsoN, t. Il, ¡rírgs.39'47. ttti ltlt nt. ¡»ir:s. l!l-13f1.
lt'.t ltlrn, ¡»i¡1. 54. rri Vr'.r,.'. .ln,¡,tl,t t,,yrtl,'s, años 795 y 7t)6 v nrrt'stro ltirrra[o ¿lnterio';.
ltil l'. \talrtu. ¡rri¡,. ,lrl. 1r" \1, t Ito, l.'r,¡rr'r/¡or¡,1, n,'itt. r'ltlil:, r)(). 107. I l0-1 13.

ti
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 63
62 FUNDACION DE,L IMPERIO
acogido por el rey franco de la "Pannonia superior",roa decir, en
de Italia, reunió en su campamento, dentro del territorio conquistado,
que le los confines inmediatos de Baviera. Ese mismo año y en".testimonio
una especie de conseio .ende guerra compuesto por los obispos de gratitud, abraza el cristianismo y presta homenaje al emperador 105
había; acompañado las operaciones militares o se le unieron
que desde entonces se convierte en olicial protector suyo. Y hasta
después para, junto con ellos, determinar las reglas que debían
este último ha de enviarle el año 811 algunas tropas de socorro para
seguirse con respecto a la evangelización de los avaros' Haciendo
sustraerlo a una nueva amerraza de los eslavos, por cuyo gesto irá
.rr]r., lu, observáciones de Alcuino, el patriarca de Aquilea' Paulino' el jaghan a darle las gracias al palacio de Aquisgrán.106
deiendio allí, en una consulta evacuada por escrito, la tesis de la pru-
dencia indispensable más que nunca, según decía, cuando se tiene ¡El caudillo de los avaros presentándose en Aquisgrán como res-
petuoso vasallo para rendir homenaje al emperador carolingio! En
que tratar con un "pueblo bárbaro, inaccesible al razonamiento, igno-
verdad, la situación había cambiado mucho.
rante, sin instrucción, de espíritu estrecho y renuente a iniciarse en
los santos misterios" ( gens bruta et inrationabilis uel cette idiot'a et
sine litteris, tardio atqie laboríosa ad cognoscenda sacr,a mgsteria) ' VII.- Los n¿usurMANES DE EspAñA
"A un pueblo ta1, gue no es familiar con el lenguaje de los Libros En Ia otra extremidad del reino franco, la misma seguridad de
santos, no conviene, agrega, conferir, tan pronto como es Úso oor- la Galia obligaba a enfrentarse con otros paganos, que, para el Occi-
mal, el sacramento d"ibuutit*o; hay, primero, que impregnarlo de dente cristiano, eran tan bárbaros y tan peligrosos como los eslavos
f", ulig"rurrdo algunos plazos, pues el Señor dijo a sus discípulos: y los avaros; nos referimos a los musulmanes de España, bien cono-
Ii, pu""r, y e'nr"iud a todas las gentes, bautizándoles en el nombre cidos en los días de Carlos Martel con 1os nombres de moros o de
det'padrJ, det Hijo g del Espíriiu Santo, amaestrándoles a guardar sarracenos.
todas cuantas cosas Zs ordené.. . No les dijo en ningún modo: Id
g
Desde mediados del siglo vlu, España vivía prácticamente sepa-
bautízad a todas las gentes, sino, primero Enseñad' y sólo después:
rada del califato, cuya cabecera habian trasladado a Bagdad los
Bautizad.ec abasidas. Salvado casi milagrosamente de la sistem ática matanza de
La técnica, si así puede llamarse' de la conquista religiosa' estaba su estirpe, un príncipe omniada se había hecho dueño del poder
entonces en sazón, y produce sus frutos, ya que desde aquel momento en Córdoba el año 756, pero su autoridad era combatida aún den-
vemos convertirse en gran número a los avaros'l0n tro de la Península. La ocasión parecía extremadamente favorable,
Es cierto que aun choca con resistencias la asimilación del país. se creía, para pasar al otro lado de los Pirineos y asestar el golpe
El 7gg." p.odr." una rebelión contra la autoridad franca' y dos definitivo al dominio de los infieles en Europa.
d" to. me¡ore,s colaboradores de Carlomagno' el duque de Friul' El año 778 se dejó tentar Carlomagno por las promesas más
E.i.o, y .ord" Gerold, prefecto del gobierno de Baviera' hallan o menos sinceras del gobernador de Barcelona, Suleiman ibn A1-

lu muert" en el curso de ella;r01 el año 802 perecen en circunstancias Arawí, sublevado contra el emir Abderrahmán, y creyó que podría
análogas dos condes de Baviera.102 Pero algunas demostraciones apoderarse de una vez de toda 1a región septentrional hasta el Ebro.
milita;es, especialmente la del año 803, bastan para restablecer el Dos cuerpos de ejército, uno de ellos bajo su mando personal, fran-
orden.103 Insensiblemente, los avaros, aun conservando un
gobierno
quearon los Pirineos por dos caminos diferentes y después de atra-
autónomo, ingresan en la categoría de pueblos vasallos'.El 805' el
vesar Pamplona, se encaminaron sobre Zaragozailoi pero el fracaso
poderío de .,i jaghan gueda reducido a tal punto que solicita como
fué completo y la expedición terminó con un desastre. Llamado al
que le conceda territorios menos expuestos que
gracl. a Carlomagno norte, ante el anuncio de una sublevación de los saiones, Carlos tuvo
ío, qtr" tiene a los atáques de Ios eslavos, y se siente feliz de ser qrre batirse bruscamente en retirada sin haber logrado apoderarse de
evangélico citado' en
Ttratlozit. Se vengó destruyendo Pamplona al regreso, pero al vol-
$$ Con('ili(¿ at]oi karol., nq 20, págs. 172-176. [El texto
Srn M¡ttr:o 28, l9 20.1 [T.] r¡t 1,11,¡¡¡, ¡rírgs. 321-322.
l0(r llArr(;t(, Kirrhcnsgtschir:htt, t. ll, pírls' 473-480'
trr,, ltlt,n¡, ¡[ig.
rrñ¡ 7r)(); r.6rrcs¡xrrrrk'ttciit rl,'Alcttilr,,' r'itlllrs.lfl4, lflir' l98' 1122.
tot ,,1¡¡¡¡¡¡l¡,r tt,vttl,,s, It¡ .lttnttlt¡ r,»ttl.,'s. lño 8ll.
to:l A¡¡¡ ¡. 1, Stys¡tl, t. ll, l,rill. lllll. lr); l¡ttt,tl,t t,'tttl,r. ¡rrii1s.5l y Sil.
tr't ltlt.ilt. t'ril,. ''llr'.
TJUNDACION DEL IMPERIO

ver a pasar los Pirincos por el dcsfiladert de Roncesvalles, su reta-


g¡ur..lin [uó sorprcnclicl;r y aniryuilirdir por bandas de vascos el 15
C
cle ag¡osto clcl 778.
Ál principio, el cloloroso acontecimiento fué c¡cultado por los E
bt
;rn¿rlista.s, que en los días inmediatos nada dicen del mismo; luego
lo desvelaron en términos discretos y sabido es cuánto elemento >.;

legendario habría más adelante de obtenerse de aquella catástrofe a>


*ilitur. Algunos de los más ilustres caudillos del ejército franco, .yz
entre ellos ál.enescal del rey, el conde del palacio y el conde Roldán' N-

gue era prefecto de la marca de Bretaña, cayeron en aquella acción'


Á .o*iáros del siglo rx, el redactor oficioso de los Anales reales
as
arceglados,tos no diJimula ya que Carlomagno sintió, ante aquel des- §,§ "Ü
"anubló en su
di.hádo hecho, un dolor profundo que, según observa, aZ
corazón una gran parte de los triunfos obtenidos en España"' L
:c
Esos triunfos, si se puede hablar de que los hubo, no habían sido =il
sino temporales. Es posible que la desastrosa retirada de Ronces-
valles fuese seguida de una contraofensiva de Abderrahmán en c
E.:
Gascuña y en C"erdaña.loe Pero Carlomagno no era capaz de aguan-
tar un fracaso. Renunció únicamente a sus proyectos de gran alien- 'fi
to tal como los había concebido el 778, para coflcentrar su acción' AE
en lo sucesivo, en un avance lento y metódíco hacia Cataluña y el C.=
ú
Ebro inferior, con el evidente propósito de formar por aquel lado' I. ^l
7-
defen-
gue era el más expuesto a las algaras musulmanas' una tnatca C:
siva dentro del territorio enemigo. El año 785 sus tropas ocupaban Gi ¡1

Gerona, al norte de cataluña;11o el 790, avanzaban por las


cos- ÓL
r,' ... ¡'",',.r:., rirll¡.:i..]. r.. .:',,;11f,,§1.iii ,.', .,
s"^r :
I :.S:-:
y
tas.111 El enemigo replicó el año 793 ftangueando
de
los
-Pirineos
Narbona y lle-
.. $' g É
=s

avanzl de improviso incendiando los alrededores


gando con sus vanguardias hasta Rouergue; una sangrienta batalla * *$g.* * F$s §u §$: -
ir.rro l,lg". en las orillas del Orbieu, entre Narbona y Carcassonne;
después- de esto, los musulmanes se replegaron al sur de
ios Pi- Ic
rineos.112
L-
Para prevenirse de nuevas sorpresas, las tropas francas se forti- §-.ffig§$$r$§*r .:!
abf

ficaron ei año 795 en la región de Gerona, en Cardona' en Vich


y Cur"rus, 113 ¿lescle .*y.. posiciones l3nzaban algunas avanzadas
",
íracia el sur.114 Al mismo tiempo, se trababan relaciones con el
peque-

1o8 Annales roYales, Págs. 51 Y 53'


ros El hecho no está comprobado. Véase Asnl' y SnrsoN, t' I' pág' 307'
trffff*g$r* =
ú

C
11\t I¿('nL, págs. 510-511'
q
rt1 l¡!¡¡2, t. lI, Págs. 14-15'
t t': I I t'nt , llri ils. 57-61 .
r t:r l¡l¡ ¡¡¡, ¡,ri¡t. 105.
ttt Itlt't¡!. ¡,ri;'. Illr).
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 65
ño reino cristiano de Galicia y con los jefes o funcionarios musur-
manes dispuestos a intrigar contra el emir de COrdoba.rrr pt ¿fre
799 los francos fueron llamados a intervenir en las Bareares 116 y
por entonces, Huesca, que el hiio de Carlomagno, Ludovico pío,
rey de Aquitania, había intentado en vano conquistar por la {uerza
el 797,117 enviaba, en señal de homenaje, Ias llaves de sus puer-
!ut.,t" El 801, después de dos años de sitio, capitulaba Barcelona, y
Ludovico Pío, enviado especialmente, hacía allí su entrada soremne.lre
EI 806, se rendía también Pamplona y con ella toda Navarra.12o Fi-
nalmente, el 811, Tortosa, junto a Ia desembocadura del Ebro, ciudad
que había resistido dos sitios seguidos el 809 y el 810, abría sus
puertas después de un asedio de cuarenta días.121
En ¡esumen, 7a zona comprendida entre los pirineos y el Ebro,
acabó por caer poco a poco en poder de los francos, aunque Huesca
y Zaragoza, pese a los ofrecimientos reiterados de sumisión, no
pudieran ser ocupadas,t22 y aungue los vascos, decididamente poco
seguros, intentasen, es verdad que en vano, repetir el gl3 el golpe
de Roncesvalles contra un ejército que regresaba a Ia Galia posible-
mente por el mismo camino que en los días de Roldán.128 pero si
del lado occidental, Navarra y el país vasco se mostraban reacios,
Ia dominación franca era más sóiida al este. La septimania quedaba
ya libre del peligro permanente de las algaras sarracenas; al medio-
día de los Pirineos, una anch a Íranja de territorios mitritarmente
ocupados y que constituían Io que se llamaba :una marca *la "Idap
ca de Españ,a" (Marca Hispaniae o Marca Hispánica) t2a-, res-
guardaba al reino franco por el sur comprendiendo toda cataluña
con Barcelona como capital.
Esta gran ciudad fué en lo sucesivo Ia cabece¡a de un condado
franco, el pagus o comitatus Barcinonensis. 126 a1li estableció su ¡esi-
71,5 ldeftL, págs. 104,, 131, 151-152.
tLB ldetu, pág.202.
ttz ld,em, pág. 132.
tt9 lrt¿a, pág.202.
1te ldem, págs. 257-269.
t2o lf,¿n¡, pág.862.
12r lfi¿¡n, págs. 396-398, 44.8-450, 478-474.
122 ldem, págs. 414-415, 447, 498.494.
123 l¡l¿vn, págs. 514-515.
IPosiblemente, como en TTB, ios vascos estaríarr para-
¡r.tatlos sob¡e la garganta, en las cumbres de Altabiscar e Ibañeta. por eso, frente a
lr (lhanu»r í:pit:a francesa, conservan los vascos el Artabizkarko kantúa, mucho más
cr'ñirlo a l¿r rr:ali<l¿rr[ histórica que el poema de Roldán.J
[T.]
l'l'l l)1'cig¡¡¡11i1in atr:stiguada desdc esta ripoca.
I .rs ( ;[. rlr. r. y Sr nrs.N, t. II, ¡rrlrg. 267. Slrrs.N, Itulwíg rler lirommc, t. f ,
¡rri11. I 5 l. ^

(l,ttl,,trt.r,¡rr,,'r
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO
(,(¡ FUNDACION DEL IMPERIO 67

parece comprendía cuya administración se confió, como en casos semejantes, a uno de


tlcrrcia el principal conde de la marca gue según los condes de Ia región, prepósito (praefectus), designado especial-
especialmente los de Ge-
¡rclcrnás otros siete condados subalternos' mente. Uno de ellos fué el famoso conde Roldan, el desdichado
se reti-
;;;: il;rriu. y Urge1.12o La mayoría de los musulmanes en aquellas héroe de Roncesvalles. Después de su muerte, el ZZ8, se produjeron
raron de allí, pero parece que aun eran numerosos r:ri o impregnada de nuevos desórdenes en Ia frontera del país. El año z86 decidió carlo-
regiones los grupos á" pobtuéion ya visigótica
no dejó de reclutar entre magno enviar contra los bretones un ejército al mando de su senescal
civilización visigótica, y el príncipá ['ut"o Audulfo, Perseguidos a t¡avés de las landas y las marismas y cerca-
Por otra parte' el primer
ellos alguno.' ut *"*í' á"'"' caballeros' dos hasta en sus fortalezas, tuvieron que declararse vencidos y entre-
godo y la guarnición de
titular de1 condado i"-hu""lo'a, Bera' era gar rehenes de calidad, que Carlomagno hizo trasladar a Worms,
visigodos' De esta
la ciudacl estaba .o*f'"'tu en parte de elementos y aquellas junto al Rin, en donde tenía lugar aquel año su asamblea general.lze
con cuidado
manera la transición iti-'""1i'^¿a hábilmente
iutiu mucho tiempo cristianas' se incli- ¿Podia con esto considerarse arreglada la cuestión de Bretaña?
poblaciones, qu" No, ciertamente. A lo más se podía hablar de un modus uioendi de
",uttfÁá" En
naron sin repugnancia a adherirse u tu' """'os
dominadores'
en fuga' se carácter provisional y que suponía que los bretones se abstendrían
cuanto a las tierras abandonadas por
los musulmanes
que debían en Io sucesivo de inquietar las fronteras francas. Pero más gue nunca
a colonos
llevó a ellas, concedi;;;; privilegiÁs fiscales' se organizan entonces los confines bretones, A fines del 789 o a
para el goii"'"á caroiingio' al menos eso se esperaba'
significar comienzos del 790, Carlos el Joven, hi;o mayor de Carlomagno, re-
sólidos apoyos. cibe, junto con Ia corona real, el gobierno de los territorios al oeste
del Loira y del Sena.13o La "marca de Bretaña" (marca Britanniae o
VIIL- Bns,r¡Ñe
ttarca Britannica, o, en latín clásico límes Brltannicus) es una de-
al oeste de la pendencia de ellos, lo mismo gue, poco después, la marca Hispánica
comienzo del siglo tx, Ia península armoricana'
Al carolingia'
Galia, permanecía todávia libre-de la dominación
dependerá del reino de Aquitania constituído en beneficio de Ludo-
su población procedia del otro lado de la vico Pío, otro hijo de Carlomagno.
La mayor parte de "Bretaña" romana
Mancha como consecuencia de la ocupación
de la En los últimos años del siglo vrn, esta marca de Bretaña tiene
respectos' muy dife- por titular a un conde llamado Gui, miembro eminente de una de las
por los invasores anglosaiones y era' a todos
ni las mismas costum- rnás grandes familias de la región del Mosela, y por guien Alcuino,
rente de la de los territorios vecinos; no tenía
formas sociales' ni las mismas que Ie dedicó varias de sus obras, abriga sentimientos de particular
bres, ni la misma lengua, ni las mismas cstima y afecto.131 Tal era el hombre de confianza que, junto con
instituciones civiles y religiosas
pese a varias.expedi- los demás condes colocados a sus órdenes, fué encargado el 799 de
Nunca lograron so*etá'lt los merovingios formada «rhligar a los bretones a rendirse ante el poderío franco. La campaña
ciones realizadas d;;;;;;;i tigr" u'' T'ut-pu"'i' una-línea st: desarrolló según la táctica habitual, es decir, el país fué inva-
fuera del reino
po, to. ríos Vilaine, Ille y Couesnon' ya se estaba tlido y devastado. Pero ,se persiguen resultados de otro alcance
que comprometerse a
franco, Varias veces tuvieron los bretones r¡ri¡yor que los anteriores, ya no el exigir únicamente respeto en las
mantuvo mucho tiempo
pagar tributo, pero tal compromiso iamás se [ronteras francas, sino una sumisión total. Los caudillos bretones, o
quedaba otro
y sólo reconocían la hegemonía franca cuando no les
fué necesario estable- ttt¿t<:htiern, son desarmados, se inscriben cuidadosamente sus nom-
remedio.r2s Como se mostraban muy inquietos' lrrcs en una relación, que es remitida a Carlomagno, y se les hace
una marca o zon'a militar
cer entre el reino itu"o y sus ter;itorios lc:;¡ronsables personalmente en 1o sucesivo de Ia obediencia de su
publi
l.j(i VóaSe, entre otros, Diplornata Karol, n9 2I7 $12), acta de Carlomagno ¡t¡ttlti¡7¡'i¿.7n2 Esta, "toda ella", agrega el oficioso analista contem-
ca,lir lrt¡tlririn ,:n7as Capítularia, t'l'
pág' 169' na 76'
l'.:? Solrle ,oao f lo o'" sigue' véase Anrl y SrusoN' t' II' págs' 267'268 rrrrr .\r!r'r, y SrmsoN, t. I, págs.526-527.
"Ijto y 1'54'156' t:tr ltlrnl, t. IT, págs. 6-7. Cl. Sr*rsox, Lutluig rler Fromme, t. II, págs. IB0-181.
S¡ntsr,¡r' l,tttltai¡4 tl't:r I'romme, t' I' págs' 47-52 l ('[.
l:ls q.l)r'(' un" p"'tt''tlitla t'u"t1'"ñtt de Pipino el Brcttc por cl Yannctais' el año l:l Ati¡ t, y StmsoN, t. IT, pr'rr¡s. 200-201 y, cn particular, 1a nota 7 de la
'/5li, r.r'1'rrirlrr ,l,' ,"ttt tltt lotltr ln llrrrrañl' sí'lr¡ srt lt¿rlrl¿ tn 7os '4ttnaLcs Mtt- ¡ rri 11 .'l ll t.

''t"ui*itirr ,1., t¡¡1,.,¡tlt¡siri¡r.r¡, I,s ¡r.r.r.r'irrti.alr¡s rl.l irñrl 79()' t't' ltltnt. ¡ri11. ll0l.
,r.r\r.1. lr(.rr,,,,,,,,,.,.,r,,,:',.,.t,,,1,,
FUNDACION DEL IMPERIO
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 69
(,1'l a dar que hablar por el norte y hasta a todo lo largo de las costas del
por¿lneo,l3:! "es sometida al yugo de los
francos' 1o que no se había
Atlántico; son los daneses, cuyo espíritu belicoso- ya se nos mostró
visto antes".
del que tan orgu- en el continente en las fronteras de Sajonia.
Ya no sabemos más sobre este acontecimiento al [in!, Triunfo Desde el comienzo de su reinado, tuvo Carlomagno que enfren-
lloso se muestra er analista. ¡Bretaña conquistada medidas toma- tarse con ellos por aquel lado. En su país halló refugio, el añ,o ZB2,
nada se diga dc las
brillante a primera ;;:;;'úe Widukind.tso Después, y en todo momento, los dáneses se unen
das por 1a corte ft";;'p;;; futu' de la teáría a la práctica'
los
¿Iban
caudillos siempre con los enemigos del rey franco en las zonas del Elba y
países conquistados,
a ser sustituídos, como "r, 1o, otros atacan a los abroditas, sus aliados.l3? La primera vez gúe se oye
it""o"f ¿Se plegarian
los.bretones':-1" O"-
nacionales po, .o"a"J hablar de ellos en las costas de la Galia es hacia fines del año 299
de las otras provincias del
ciplina y al género de vida eclásiástica o en los comienzos del 800. Pero no se trataba de su atague inicial
reino cuando hasta ""to"t"' habían
vivido bajo el régimen' muy
por Occidente, ya que hacía tiempo que las costas inglesas habían
en 1át países c'élticos de
diferente a todos ""t;;:t;;';*tu*b'udo recibido su visita o la de sus émulos los noruegos 148 pues en un
para decidir todo esto' pues muy
Irlanda? No hubo mucho tiempo p"totu"¿"' a alqunos años de distancia' principio no se distinguía entre unos y otros y a todos se les llamaba
pronto llegaría l" ¿"t'lttio"' indistintamente los "hombres del norte", Nofihmanni, de donde
un recopilador' que
la frase de los anales que acabamos de ciár'oficioso' la substituía procede nuestro normandos. I-rna banda de estos piratas desembarca
también a"r"*p"ruUl'i ptp"l de
informador
repentinamente en las costas de Aquitania y saquea Ia comarca.
qu" la p.rovincia fué sometida enleÍa'
con el siguiente pu'J¡lt-iéu'"t" pérfido Dada la alerta, ciento cincuenta de ellos son muertos en la orilla.l3e
versatilidad de este pueblo
mente; y 1o hubieru'"ttudo si la cambio"' 13+ Inmediatamente se da aviso a Carlomagno gue en frarzo del 800
incitadi,;;; l' to'tu*bre' a un rápido
no hubiera
no era sino aparente' El va a visitar las costas del Atlantico y de la Mancha t4o para organi-
En efecto, lt ';;l;¿' de los bretones zar flotillas a fin de defender el litoral. Por su parte, el rey de
de ser engañado por aque-
811, el gobierno ¿" ó"t1"*tgno' cansado Dinamarca, Godfred, se muestra agresivo; negocia con Carlo-
llosrebeldes,tuvogueenviarcontraellosunanuevaexpedición magno, pero, al mismo tiempo, envía barcos a lo largo de las costas
armada qu", ."gr'' ;;ñ; el analista'l35 obtuvo nuevgs ttiunfos'
en las cercanías del Elba,141 en tanto que el rey franco, ya desde el
Pero, al igual que 1o' uit"'io'es'
los triunfos del año 811 no fueron
808, va estableciendo poco a poco al norte de este río un sistema de
reinado de Ludovico Pio hubo
necesi-
decisivos, ya que ;;;;"i
aun contra 1os bretones' sin que defensas avanzadas que constituyen una nueva matca, la "mat-
dad de tealizat varias campañas de su país al reino ca de los normandos" (marca Northmannica o limes Northmanni-
nunca pudiera hablarse de una incorporación cus), en los confines de Escandinavia (Northmannia).r+z
duradera'
franco ni aun siquiera de una subordinación
en aquellas regiones fué' En la primavera del año 810, estaba Carlomagno ocupado en pre-
El único resultado positivo conseguidoposiblemente' la consolida- parar una invasión de Dinamarca cuando, hacia el comienzo de
pues, la organización o'reorganización
y'
de uno de los condes junio, Ilegó a Ia corte de Aquisgrán la noticia de gue una flota
ción de unu *u")"t"út"¿t t';o
la auioridad
1o *"'ot' evitaría la posibilidad de de unos doscientos navíos procedentes de Escandinavia había de-
más ilustres ¿A '"i"t, lo que' á jalón para reahzai una vastado el archipiélago frisón, desembarcado tropas en Frisia y
una nueva sorpresa y constituia
un primer
el interior del país bretón' vencido en tres encuentros a los habitantes gue habían .sido movili-
metódica penetración en
zados apresuradamente. Después de eso, Godfred impuso a los
un fuerte rescate, del que debían ser entregadas cien libras
IX.- DEFENSA DE LAS COSTAS 'cncidos
t:tr'; lnn¿lss royales,
tuvo que agregar Carlo- añ,os 777,782.
defensa de las fronteras terrestres
A la ti\i Y. supra, pág. 54.
magno la de las ;;';u*"t' No sólo
le causan ya cuidados los corsa- r:r8 Cf. VocEL, Die Normannez, págs. 50-51.
á"t Mediterráneo' sino que otros piratas
comienzan l:ll) Arrr.r, y Srusol, t. II, pág, 207,
rios musulmo.'". I rr) Arrrr, y Sltrson, t. II, ¡rágs. 207-208,
rtryrlt's, ¡tritrtcrl rr:tlat't:iírlt' tño
799' t tt ltl(ilt., ¡rrigs.
I:r:t ,y'¡¡¡¡¡7!.1'. I307-30t1.
ll\l llt t¡t, llrlrr ll¡ tcl'l¡trlo' ¡tño 7{)()' t t.: llrm, ¡[i;is. lir)l)_i]()1.
l:t¡ ltlt t¡t. ¡rirrr lil l.

*
I,A OBRA DE COI\4PLETAR EL REINO FRANCO
70 FUNDACION DEL IMPERIO 71

inmediatamente; luego, el rey danés se habia dado a la mar y pudo 3'u' qu" sitúa, precisamente en esa fecha, una nueva correría en
reqresar impunemente a su país, con la esperanza, posiblemente, de Frisia, en donde los piratas recogieron un enorme botín e hicieron
volvcr en brcvc a realizar una expedición tan fructuosa como fácil'r+3 numerosos prisioneros,
Car:lonragno, ya en guardia, dió orden inmediata de reforzar - Sea lo que sea, desde entonces estaba claro que los medios de-
fensivos improvisados en un principio po, Carloáagno para
Ias defensas marítimas. Tanto en Boulogne-sur-Mer, como en Gante asegu-
sobre el Escalda, se concentraron navios;14a una capitular del año rar la protección de las costas gue rodeahan su imp"erio al norte, al
oeste y al sur, sólo eran precarios. Es cierto que en el
810, en un artículo, del que desgraciadamente sólo nos ha llegado Medite*áneo
podía disponer el carolingio de los navíos iialianos y provenzales
un resumen, prescribía la requisa o, al menos, el almacenamiento
de los materiales necesarios para las construcciones navales'1a5 El
y si, al comienzo del siglo ¡x, Ios moros de España y de Africa,
después de haber iniciado una guerra de piratería por ltaria,
hiio del emperador, Ludovico Pío, posiblemente recibió también Ia cór-
orden de tomar medidas análogas en su reino de Aquitania y aun cega y Cerdeña, se atrevieron en el 813 hasta atacar ¡¡ru,ira
log
francos estaban en condiciones de replicar y aun tuvieron
en el Languedoc mediterráneo, en donde la piratería musulmana Ia audacia
planteaba al gobierno carolingio problemas semeiantes.lao El año de ir el añ,o 799, recordémoslo, a ástabl".".." en la,s Baleares.lb4
Pero en el Atlántico, en Ia Mancha y en er mar der Norte, su frota
811 [ué personalmente el emperador a Boulogne para inspeccionar
era entonces todavía embrionaria.
el puerto y la flota y hacer restaurar y poner en servicio el faro
construído en tiempo de los romanos'147 llna nueva capitular, pro- No es posible imaginar lo que hubiera sido, a este respecto, el
programa de conjunto gue Carlomagno, de haber vivido hubriu
mulgada en octubre de aquel año, con motivo de su visita a la ciu-
dad,148 recuerda a sus habitantes las obligaciones militares a que
llevado a la práctica, pero algunos hecho, que hemos anotado hacen
pensar que, al igual gue por tierra, tampoco en el mar hubiera
están sometidos y en especial los servicios de atalaya y guardia
(wacta y warda), y agrega, en un último artículo, que todos los permanecido inactivo frente a Ia creciente amenaza que hacían
sentir
señores, jefes de cuerpo, deberán estar preparados para embarcarse
sobre su reino los piratas normandos y sarracenos.
inmediatamente que el emperador decida una expedición naval'
En aguella fecha aun se podía alimentar la vana esperanza de un X.-- EI REINo FRANCo AL FINAL DEL REINADo
regreso á la cal*a en las regiones del mar del Norte. El rey God-
Contando tan sólo los resultados positivos, Ia obra realizada por
fred había muerto el 810;14e su sucesor, con quien se concluyó un
Carlomagno para completar territoriaimente el reino franco y prote-
primer acuerdo, desapareció al año siguiente, y los daneses, desga-
rrados por una cruel guerra de sucesión, parece que aspiraban a la
ser sus fronteras, resulta considerable. A la Galia, ,o*"tidu por
entero a su. auto¡idad, con excepción de Ia península armoricana
paz exterior.rro A, fines del verano del 813, Ia armonía con el empe-
cuyas poblaciones c,élticas se rnantuvieron reacias y hasta indómitas,
rador franco había sido objeto de un pacto solemne jurado por ambas
llegó Carlomagno a unir todos los territorios germánicos más allá
partes en la frontera de los dos Estados.161 Pero los acontecimientos
del Rin. {Jno tras otro, fueron integrados todos-en Ia unidad franca,
de ese mismo año 813 iban a convencer a1 gobierno carolingio gue no
y en Io sucesivo participaron de la misma organización política, de
era suficiente negociar con los reyes daneses para terminar con la misma civilización y de la misma fe rerigiosa. coáo
los ataques de los piratas, si hemos de creer lo que dice un analis- cle Dios, carlomagno los sometió a toda
sordado
.ortu u las reglas de vida de
M3 lfi¿¡n, páes. 425-426. lirs que esperaba su saivación; hizo extender a e]"los la cultura
r+4 l¿len, pigs. 425-426. clc. c¡ue estaba orgulloso y les acostumbró progresivamente
a sentirse
M5 (,qp!¡uL., t. I, ne ó4, pág. 153, art. 16. .solicl¿rrios frente a los bárbaros del exterior, a Ia
sazón contenidos,
146 ABEL y Srusor*, t. II, págs' 426-427. y clc los que algunos comenzaban ya a dejarse ganar también por Ia
rtt lilsa, págs. Q69-470. l't: r:risti¡rna,
t48 Cupítul., ¡. I, ne 74, páes. 166-167.
l'll) [¡¡¡;¡, y Srrrsorv, t. II, pág. 420. r5:f l,ll ilrf lr)r' tlc h ChroniquL: tle M.issac, en los
trit .lunttl,,s tt,trtl.t'.s, año tll3.
Scrlptores, t. II, pág.259.
tío l(lt'n, Jrírgs. 4,17, 465-4,67, 4'71, 4i9-480.
tht l¡l¡n¡, ¡rrig. 520. tt'l l'. .tttl,ttt. ¡,ri;,. 65, t, tl.. ,.lnnttl.t,.s rt¡wtlcs, año Bl3.
72 FUNDACION DEL IMPERIO
A 1olargo de las fronteras de aquel reino así engrandecido, se
establecieron toda una serie de marcas avanzadas que las garanti-
zaban por doquier donde era necesario contra el peligro de aquellas
incursiones devastadoras que en otro tiempo tanto sufrimiento les
causaron, cuando los sajones, los frisones o los sarracenos podían
penetrar en ellas impunemente en cuanto observaban el menor debi-
litamiento de la autoridad monárquica. El reino fr¿rnco constituía CAPITULO IV
entonces un conjunto uniforme, sólidamente protegido por el lado
terrestre y que sólo será en el porvenir vulnerable por las costas. ANEXION DEL REINO LOMBARDO
Este último peligro, que detenía la atención de Carlomagno en
lo,s últimos años de su vida, va a ser, por desgracia, descuidado por Quisiéralo o no, Carlomagno no podía limitar su acción a los
sus sucesores. Pese a su inmenso litoral, el reino franco seguirá territorios que constituian 7a zona natural de expansión de la Íron¿rr-
siendo una monarquía de tierra adentro. Nunca dispondrá de una quía franca. Italia, que desde los días de Pipino el Breue estaba ínti-
flota capaz de enfrentar a los ágiles barcos pequeños de los escan- mamente relacionada con el papado, tenia que imponerse obligada-
dinavos; y éstos, gue ya pudieron darse cuenta de tan extraordinaria mente a su atención y ocupar. de buena o de mala gana, un lugar
falla, no tardarán en obtener ventaja de ella cuando, después de de primera importancia en su política.
Carlomagno, el Imperio carolingio se hunda en la discordia y en la
anarquía.
I.- En¿pnesAs DE Drsneplo y NuEVo LLAMAMTENTo DEL
PAPA A LOS FRANCOS
Como ,se recordará, desde el año 756 el trono lombardo estaba
ocupado por el ex duque de Toscana, Desiderio, con quien creía pipi-
no que podría contar como aliado de la monarquía franca y de la
Santa Sede. Alianza frágil, en cualquier caso, que un incidente
¡lroducido, aun antes de morir Pipino, desveló en su valor auténtico.
En julio del 768, dos altos funciona¡ios de la Curia, el primicerio
tle los notarios, cristóbal, y su hilo, el secundicerio sergio, soricita-
ron imprudentemente de Desiderio que les ayudase a expulsar al
¡rapa intruso Constantino II, que por una intervención imprevista
habia sido declarado el año anterior sucesor de Paulo I;1 Desiderio
rr¡lrovechó la ocasión para intentar colocar en el trono de San pedro
¿¡ un hombre de su elección, al sacerdote Felipe, quien, a pesar de
la
lrttcrvención de las tropas lombardas, no pudo mantenerse como
¡r;r¡ra sino por un solo día.z Pero el hecho no podía ser relegado al
,lvitlo y elpapa Esteban III, elegido el 1 de agosto delT6g en el lu-
1¡rrr tlc Felipe, tenía buenas razones para desconfiar de tan pérfido
ali¿rlo. Irasta se decía en Letrán que un sacerdote llamado Waldi-
I.rl, (lr.rc había sido el agenie ejecutivo del rey lombardo en el
¡*¡unl. tlcl papa Felipe, había concebido el proyecto de asesinar
I Lil't't ¡t,rntilitrilis. t. [, ¡rrigs. ,16í\-4(¡9.
'' l,l, nt, ¡,ri1,.r. 170 l7l.
7t

ti-Yr
74 FUNDACION DEL IMPERIO ANEXION DEL REINO LOMBARDO 75

al primicerio Cristóbal y a otros personajes distinguidos, para entre- el verdadero dueño de Letrán, no tardó en morir a consecuencia de
gar Roma a las tropas de su señor.3 sus heridas.e Así, pues, parecía asegurado esta vez el buen éxito
Sin duda, se trataba sólo de uno de aquellos falsos rumores que de Desiderio, cuando al morir Esteban III, a fines de enero del 772,
entonces solían circular por Roma, posiblemente hasta una pura fué reemplazado en seguida por un pontifice enérgico, perteneciente
invención destinada a justificar la odiosa venganza que pocos días a una antigua familia romana, el diácono Adriano, con gran descon-
después de la consagración de Esteban III ejercieron sus partidarios tento del partido lombardo, que estaba representado en el seno de la
en Waldipert, al gue torturaron horriblemente antes de hacerlo ase- Curia por el cubicularlo Paulo Afiarta.l0
sinar por un empleado del palacio pontificio.a Pero de esta manera Sin dar tiempo a Desiderio y a los suyos de reponerse, el nuevo
se comprend erá la impresión que recibió el nuevo papa al saber que papa, que tomó el nombre de Adriano I, se apresuró en primer lugar
los dos jóvenes sucesores de Pipino el Breoe, muerto por entonces a traer dei destierro y a poner en libertad a las víctimas aun vivas del
(24 de septiembre del 768), siguiendo las sugestiones de su madre complot del 771 y con ello a prepararse para la lucha.11 La mala Íe
la reina Bertrade [o Berta la del pie grande], se dedicaban desde su de Desiderio era evidente a todos; a la misma hora en que se sabía
advenimiento a estrechar relaciones de alianza con el rey lombardo que acababa de apoderarse por sorpresa de Faenza, Ferrara y Co-
por medio de enlaces matrimoniales que parecían comprometer grave- macchio y de poner sitio a Rávena (marzo-abril del 772) ¿no fingía
mente el porvenir; la hermana de los dos reyes francos, llamada querer reanudar las conversaciones sobre las restitucíones esperadas
Gisela, debía casar cuando fuese núbil con un hiio del rey Desiderio y no hacía protestas cínicas de su inalterable deseo de armonía? 12
y hasta Carlos, ya de inmediato (el ai,o770), tomaba por esposa a Para los francos habia llegado el momento de decidirse. Parece
una de las hijas del mismo rey.5 Del lado franco se esperaba atraer que Carlomagno se resolvió a ello a comienzos del 772, lo más tarde,
a Desiderio, y \a reina Bertrade tenía Ia ingenuidad de negociar ya que todo hace pensar que antes de fines de abril de aguel año ya
todavía con él con respecto a las últimas testituciones a que se había había repudiado a la hija del rey lombardo 13 y roto con é1. Por
comprometido en vida de Pipino;6 pero, entre tanto, el Soberano Pon- su parte Desiderio, con objeto de hacer imposible toda intervención
tífice se indignaba, hablaba de traición y denunciaba aguellas unio- trasalpina de Carlos, preparaba un golpe de Estado en el reino franco
nes y esponsales como obra del díabto en persona, ya que los descen- en favor de los jóvenes hijos de Carlomán, gue estaban refugiados en
dientes de la "ilustre estirpe de los francos" no podían, sin renegar su corte junto con su madre, y pretendía que fueran consagrados por
de sí mismos, unirse con aquellos hijos "de paganos", con aquella el Soberano Pontífice mientras se disponía a colocar a este último
"raza hedionda de los lombardos", sólo apropiada para "engendrar bajo su protección después de haberle entretenido con vanss rl€go-
leprosos".z ciaciones.la ¿Pero cómo iba a dejarse engañar Adriano por aquel
Desiderio no se desalentaba por el fracaso de su primera tenta-
juego cuando, a las demandas incesantes de evacuación de territo-
tiva de apoderarse del papado. El año 771, al socaire de ir a orar rios formuladas por la Curia, el rey lombardo contestaba con ince-
ante la tumba del príncipe de los Apóstoles y de tratar con Este- santes ocupaciones de provincias o de localidades que ya había antes
ban III sobre las restituciones, entraba en San Pedro con un desta- evacuado, ya gue, después del exarcado de Rávena, volvió a apo-
derarse de Urbino, Montefeltro y Sinigaglia, en la Pentápolis; de
camento de soldados, arrestaba al primicerio Cristóbal y a su hijo
el secundicerio Sergio, les hacía horadar los ojos 8 y mantenía Gubbio, en Umbría; finalmente, de Otricoli y Viterbo, al nordeste
luego al papa a su discreción tanto más fácilmente cuanto Cristóbal,
y al noroeste del ducado de Roma? 15 La amenaza se precisaba
de tal forma que Adriano ordenó por precaución reforzar los cie-
3 ldem, pítg. 472.
t ldem, pig. 473. ¡ Li.ber pontíficalis, t. I, pá9. 487,
r Codex Carol., ne 45. 10 ll.em, t. I, pág. 480.
$ Itlem, carta 46; c{. Bónrrsn-NIÚnr-racHnn, na 1394. t't ll.cnt., t. I, págs. 486-487.
i Cotlex Carol., na 45. t2 ll.ün, t. I, págs. 487-488.
s ll(nt, ne 48, y Libr:r pontificalis,t.l, págs.478-480. sobre la discordancia de trr [¡¡¡;¡. y SrmsoN, t. I, pírg-".94-96y 671-673; Bónurn-n[üuLBACHER, na 142b,

lrrs rlqs ¡r'lirlos, lii¡sr: L. ITr\LPrInN, Lu ¡xtpuu'ré ct le cont'plot lombartl (na 79 de la


t't l,il,tr ¡ton.ti.li.culis, t. I, págs.4BB-491.
Ililrli,,¡rrrlírr ).
ti l¡l¡'¡¡¡, l¡riss. 4()l-'1q4,.
76 FUNDACION DEL IMPERIO ANEXION DEL REINO LOMBARDO 77
r.es de las puertas de San Pedro,t(i ¿rvisando al rey franco por correo
Pero Ia situación difería hondamente de la gue se produjo des-
trl¿rrítitno
-ya (luc l¿rs conlunic:rcionos terrestres estaban cortadas
por los lonrl¡irrclos- cn un ll¿rnr¿rnricnto particularmente urgente.
pués de las campañas de Pipino. Mientras entonces el rey franco
¿lba no tuvo otro cuidado que el de llenar sus obligaciones con los meno-
¿r rrb;ulrl«rnirr ru¿is ticrrrpo C¿rrlos "¿r la,s¿rnt¿r Iglesia de Dios" ex-
res dispendios, Ia campaña de Carlomagno se había realizado con
¡rrrt'st;r;r lt>s ¡rlrrrlrrcs clr: kls cnernic¡os? ¿T;rrclirria lnás en imitar a su el propósito de abatir realmente el poderío lombardo. Por esto, como
¡rirclrc y llcqrrr cn socorro clel pepado en peligro? ¿Dejaria que el rey medida excepcional, pero de que la historia de Carlomagno ofrece
dc I.s lor,br.cl.s se quedara impunemente con las ciudades y las otros ejemplos
-especialmente durante las guerras de Sajonia-,
¡rrovincias an'cbatadas a San Pedro? r? el rcy y su ejército se mantuvieron un año entero en territorio
Pese a las negativas de Deslderio, gue pretendía haber efectuado enemigo, única manera ef.icaz de conseguir un resultado decisivo.
ya todas las restituciones acordadas, una información rápida con- Desde Pavía hasta más allá de Verona, las provincias lombardas
venció pronto a carlomagno de Ia exactitud de las guejas formuladas
habían sufrido la ley del vencedor y en aquellas provincias en las que
por Adriano y del peligro, en aumento cada día, gue constituía para sus ej,ércitos aun no habían penetrado, Ios representantes de Desi-
el porvenir inmediato Ia audacia del rey lombardo si no se ponía derio ,se habían apresurado, en su mayoría, a presentar su sumisión 21
obstáculo a ella inmediatamente; y después de aconsejarse entre los aunque después de la caída de Pavía, el rey franco venía a ser en
suyos, decidió, finalmente, intervenir.l8 realidad el dueño de todas las porciones del reino en donde se ejercía
la directa autoridad del rey lombardo. En cuanto a Adalgis, había
II.- CoNoursrA DEL RErNo LoMBARDo abandonado la lucha para ir a buscar refugio a Bizancio.e2
La concentración de las tropas Irancas se efectuó en Ginebra El final se imponíar Desiderio y su esposa fueron relegados en
cautividad y, antes de que se volviera a comenzar con otro principe
hacia Ios finales de la primavera del 273;rs luego, después de tres
Iombardo una experiencia decepcionante, el rey franco conservó para
últimos requerimientos enviados a Desiderio para que evacuase sus
sí la corona arrancada a Desiderio.23 A partir del 5 de junio del
conquistas, Carlomagno ordenó el ataque.
774, Caúos ordena encabezar las actas oficiales 24 con el doble títuio
Habia dividido su ejército en dos cuerpos, gue se abrieron cami-
de rey de los francos y rey de los lombardos (rex Francotum, et Lan-
1o, llo por la garganta del monte Cenis y el otro por el Gran gobarciorum),
san Bernardo, obligando de esta manera al enemigo a una precipi-
tada retirada sobre Pavía, donde, igual que .,ruráo las campañas
de Pipino, el rey lombardo cometió el error de dejarse encerrar. Allí IIL- NurvA "pRoMESA DE DoNACTóN" A LA SaNr¡ So»n (774)
opuso una feroz resistencia, mientras su hijo Adalgis corría a refu-
giarse, con la viuda y los hijos de Carlomán, a Verona, donde el rey
A estos dos títulos agrega Carlomagno casi inmediatamente,es
un tercero que hasta entonces ni él ni su padre habían juzgado perti-
franco no tuvo otro trabajo gue atraparlos. En la llanura del po
nente hacer valer: el de "patricio de los romanos" (patricius Roma-
se produjo, por doquier, la desbandada al acercarse el ejército fran-
norum), que fué conferido por el papa Esteban II a Pipino y a sus
co que, en vez de desmovilizarse como era su costumbre al fin del hi¡os en ocasión de su viaje a la Galia,26 y esta adición de tal título
otoño, esperó pacientemente durante ocho o nueve meses al pie de las resulta significativa, sobre todo si la relacionamos con algunos
murallas de Pavía a gue el hambre, las epidemias y el cansancio detalles del protocolo que se siguió en Roma en ocasión de la visita
realizaran su obra. Finalmente, a comienzos de junio d,el zz4, Desi- c¡ue el rey franco hizo a aquella ciudad algunas semanas antes.
derio tuvo gue rendirse a discreción.20
2't Annales royules, año 774; Liber pontifícalis, t. I, pág. 499. Cf. AesL y SrusoN,
16 ldem, pág. 494.
t. I, ¡rírgs. IBB-189.
ti Annales royales, aio 773; Liber pontifícalis, t. I, págs. 498_494. :'¿ tlnnoles royalcs, airo 774.
tB Líber pontilicalis, t. I, pág. 49A; Annales royales, año 778. 'i:r Afrr:r. v SrnrsoN, t. l, pág. 194.
79 Ann.ules royales, aíro 778.
20 l¿tn¿, y I'ibcr portiii.calis, t. I, págs. 494-499. para
:l Illiillrlr.:tr-X,liirrlu,tcrrnn, ne 165.
Ia fecha de ra toma .rc '.ti, . l(l(,m. nn' I65 y
(',f .|67.
l'rrvírr,,'[. f]iil¡nrr:¡t-l\,liiu¡,¡A(:lr,rr. na 163ú. '.:t' l'. sttltttt. ¡rrig. 2l.
.iI\ I;tINI)A(JIoN I)I1.T, IMPERIO ANEXION DEL REINO LOMBARDO 79
Iin
efecto, ciur'¿rrrtc cl srti. <rt' r)rrvi¿r, ,r¡rnifcstó carlos el deseo glaria nada si, como en los días de Pipino, se iba a limitar todo a
clc visitar las tumb¿rs clc krs Aprisrorr':; r'n or.;lsi(rn
de las festividades semimedidas. Parecía, por tanto, necesario un acuerdo previo entre
pascuales, y la acogida clue le pontífice se cofr-
¡r.r'¡'rir'. cl s.[¡c.i¡n. el rey franco y el Soberano Pontífice, si se querían evitar más tarde
formó anota el biógrafo.,i'i.i,,l clc Atlli:rnr¡ I:i,* con la que, penosas discusiones; y, por otra parte, la prolongada resistencia
-según
anteriormente, se reservaba "a,n e_\irrcir () ir a,
¡rrrtl.icio". El cáre- de Pavía inclinaba a Carlomagno a ser prudente. Tenía en sus
monial era el mismoi una delegación cie toci.s l.s frncio.¿rrios manos, además, asuntos en demasía, para tratar de desconocer el
de la
capital, llevando a 7a cabeza sus estandarte.s, sr: ¡rclrl¿r,t. a recibir apoyo que en Italia le podría proporcionar 1a diplomacia pontificia
al rey hasta el lugar llamado Ad. Nouas, a treinta millas clc Roma; más activa gue nunca desde que Adriano ocupaba ei trono de San Pe-
a
una milla de la capital estaban las diversas secciones (schotae) dro. Por la incesante actividad que desplegaba en los medios lom-
de
Ia milicia urbana y de Ia juventud escolar con palmas y ramos bardos, especialmente en 1as provincias próximas a Roma, el papado
de olivo, cantando laudes; iinalmente, a la entrada de la ciudad representaba :una Íterza con la que tenía gue contarse.
esperaban para ir delante anunciando ra lregada del irustre
huésped, Especialmente hacían reflexionar sus últimos éxitos; en el verano
las cruces regionales.zs Al volver a poner en práctica este ceremonial, del 773, Spoleto había abandonado la causa lombarda y pasado al
dispuesto, sin duda, de acuerdo cán el mismo rey franco, el patri- lado del papai antes de terminar aquel año, todo el ducado de Spo-
ciado de éste, hasta entonces puramente horro.ifico, posiblemente leto reconocía su supremacia y Adriano daba la invostidura al
adguiría un valor efectivo. nuevo duque que, con mayor o menor libertad, habían elegido los
Además se permitió a Carlos penetrar dos veces en Roma para habitantes.s2 Finalmente era de presumir que, ya sin comunicaciones
practicar allí sus devociones. LIegó el sábado santo (2 de con la Italia septentrional, el ducado de Benevento, muy minado por
abril del
774) a San Pedro, en Ia orilla de¡echa del Tíber ze y aquel mismo los emisarios pontificios, no tardaría en seguir aquel ejemplo' Un
dia f.ué, con su s,équito y en compañía de Adriano I,' a ii, misa
en realista como Carlomagno tenía que sopesar todos estos hechos.
la ciudad, a San fuan de Letrán. Al día siguiente, día de pascua,
I-Ina vez más las necesidades políticas conducían al papado y a la
fueron a buscarle con gran solemnidad a su campamento, cerca de
monarquía franca a precisar sus respectivas posiciones, y el reci-
san Pedro, una delegación de funcionarios y ras miricias urbanas,
para darle escolta de nuevo dentro de Ia ciuáad hasta bimiento concedido al "patricio de los romanos" no era más que el
sania María preludio de importantes conversaciones con respecto al futuro esta-
Ia Mayor, de donde, después de la misa, le llevó el papa u lo*",
ul tuto gue iba a darse a ltalia.
palacio de Letrán.so Todos estos testimonios de distincián
iban acom, Y, efectivamente, el lunes de Pascua vuelven a encontrarse en
pañados, además, por múltiples precauciones; antes de permitirle
entrar en Ia capital, el papa había exigido de su huésped San Pedro el papa y Carlos; en el curso del servicio divino, se ento-
for_ul nan accioncs de gracias en honor del "excelentísimo rey de los
compromiso de no abusar de esta señal de conf.ianza, y por"l
su parte francos, patricio de los romanos"; al otro dia el pontífice celebra
el franco exigió que Adriano se hiciera ,esponsubi" de su
_rey
ridad personal.sr Pero entonces, ¿si desconfiaban asi ,rro
segu_ en presencia del rey la misa en San Pablo Extramuros; y el miérco-
á"t o,"o, les, día 6 de abril, Adriano va a visitar a Carlos a la sacristía de
para gué todas aquellas ceremonias y manifestaciones "l
espectaculares? San Pedro, en donde firman ambos un acuerdo de conjunto cuyas
Es que, en realidad, había lregado para ambos la hora de escra-
recer una situación que amenazaba con complicarse al extremo. cláusulas, por desgracia, conocemos imperfectamente.
Aun- Sólo, en todo caso, nos han llegado -en forma Ce un resltmen
que, en el momento de esta visita, no se hubiera rendido pavía,
caída no ofrecía dudas a nadie. pero este acontecimiento no
su de estilo sospechoso- las que ofrecían ventajas para el papado. El
arre- rey, escribe el biógrafo oficial del papa Ad¡iano,33 "una vez que se
z7 Liber pontif icali.s, t. I, .¡:á{:. 497. hizo releer la promesa que fu'é hecha en Francia, en Quierzy", por
za ldern, págs. 496-497. su padre el rey Pipino, confirmó sus estipulaciones; luego "por su
:c No hay que olvidar rJue san pedro estaba {uera de propia voluntad y por impulso espontáneo, ordenó a Ithier, su cape-
Roma, quc entonc.s se
cxtendí¿ ¡ror completo en la margen izc¡uierrla rlel ,I.íl¡er.
ltt J.¡b(t ponti.[ir:alis, t. [, 1rírrs. 197-49tj. i\2 l(l(m, págs. 495-496.
::t l,l¡¡¡¡. ¡;i1,. l()'l. :t:t ltlrnt, Jrrig. 4()tl.

&
30 IrLlNI)ACI()N Dl,lL IMI,llll Io ANEXION DEL REINO LOMBARDO
8l
lli'rn y rrotirlio, r'crl;rr'(rrr o(r'rr ¡rlorrrcsir tlc rlolrirci<in, scqún el modelo en muchos detalles la sucesión de los acontecimientos, como aque-
rlc lrr ¡-lrt'cctlclrlc". I.'trt', ¡rrrrs, Iir ¡,r'olr'.s-r dt'l 754, n() la donación llos gue están demostrados de manera irrecusable, parece encuadrar
cl:cctiv¿r tlcl 75(», si t:s <¡ut'cl lclirto ttcl bi<i1¡r'rrl'o ¡ron(ificio es exacto, bastante mal con las precisiones que nos cla; p"ro ,o debe duclarse
l:r c¡uc con[ir¡nó y volvi<i ir t'rn¡rlirzirr, t'l ;rct¿r rlcl rriro 77,1. que, tanto por parte del pontífice como del rey franco, no existía
El rey franco, prosigue el ltiorlrirf:o ¡r«rntiIicio, "('()nceclía en ella un deseo muy marcado de señarar por anticipuáo un documenio
a San Pedro las mismas ciucl¿rcles y krs rrrisrrr«¡s tcrritorír¡s y prome- ", de los despo-
o(iciai lo que cada uno se había asignado en ár reparto
tía entregarlos al papa hasta la línea frontt'r'iz¿¡ scñ¿rl¿rcl¿r" cn el acta jos lombardos para evitar de esta manera eventuáles cornpiicaciones.
de Pipino. Esta línea, según é1, era la sig¡uicntc: salía de Luna
(cerca de Spezia), en la desembocadura del río Magra, cuyo curso
remontaba, franqueaba el Apenino por la garganta de Ia Cisa, com-
prendía Parma, Reggio, Mantua, Monselice, todo el exarcado de Y con todo, resultaba inevitable que una vez derribado Desiderio
Ravena "con sus límites antiguos" (es decir, los anteriores a las y en poder de Carlomagno su reino, los intereses del papado y los
conquistas de Luitprando) y, finalmente, Venecia e Istria. Córcega, de la monarquia franca se encontrasen en oposición. para carios,
la
por un lado, y los ducados de Spoleto y de Benevento, por el otro, conquista del reino lombardo señaraba, sin duda, el final de una
también estaban comprendidos en la relación de las provincias que etapa; libre de toda inquietud del lado de Ia Italia septentrional,
la nueva promesa reservaba a la Santa Sede; pero con respecto a la podía_ entregarse por completo a los asuntos de
Sa;onla que, en
Italia meridional no quedaba precisada la frontera. aguella sazón, necesitaban una intervención rápida. por el contrario,
La anterior enumeración, suponiendo que figure en el texto pri- para Adriano se trataba del comienzo de una era de realizaciones.
mitivo del Liber pontificalís, sería suficiente, en todo caso, para de- De Ia promesa del rey franco, creía poder obtener inmediatos
bene-
mostrar que el ob¡etivo no era ttazat un mapa de los territorios acce- ficios completando la obra comenzada en los días de pipirro
,"gu-
sibles inmediatamente a los representantes de la Santa Sede, sino, ramente, contaba para ello, según dice su biógrafo, .or, V,
apoyo
únicamente, una línea de demarcación precisa entre la zona de expan- que el rey franco le había prometido. "i
sión pontificia y la del rey franco, en caso de victoria definitiva de Así, no bien éste tomó posesión der trono lombardo, ya el sobe-
este último sobre el rey lombardo, y es característico que entre las rano Pontífice hubiera querido verle intervenir en su favor. su
co-
provincias reservadas al papado se encuentren algunas como Vene- rrespondencia revela de nuevo una impaciencia que haría sonreír,
si
cia e Istria, que todavía estaban, el año 774, bajo Ia dominación no presagiara mluy próximas y moles.tas discrepancias.
bizantina. Aunque cabe preguntarse si no habrá sido intencional- ¿eué espe¡a,
pues, el nuevo señor de Pavía, para aseguru, Iu
mente retocado en estos puntos el texto del biógrafo de Adriano,3a
de los
territorios que desde hace tantos años está esperando "rucuución
ya que uno se sorprende cuando menos ante el hecho de que el la santa sede
gue se le devuelvan? 36 ¿cuando fué a Roma ca¡ros, no decraró
documento del 774., por una significativa coincidencia, no se nos haya solemnemente que no se rendia ni al incentivo "del oro, de las pie-
conservado mejor que los del 754 y del 756.35 <lras preciosas o de la plata" ni a Ia vana sed de gloria de
De todas maneras no hay que excluir que el informador defor- o conguistas
y que su única ambición era, como la de su padre otrora, Ia de
mase en algo, consciente o inconscientemente, las cláusulas, ya que "luchar para que se hiciera justicia a san pedro, para
completar Ia
i]4 Sin que sean tan decisivas como é1 cree, las observaciones que a este respecto cxaltación de Ia santa Iglesia de Dios y para acrecentar Ia seguridad"
ofrece Monseñor Saltet en su ya citado estudio (na l0B de la Bibliografía) merecen clc su cabeza? 87 Ahora bien, una vez terminada la conquisia de las
ser consideradas atentamente. Pero nos parecen excesivas las conclusiones que obtiene
¡rrovincias septentrionales ha vuelto a pasar los Alpes, y Adriano
de ellas. Ya dijimos más arriba (pág. 22 n.) que no las tenemos por {undadas en lo
«'¿rsi se lo reprocha como una deserción. como el arzobispo de
que concierne a la promesa de Quierzy. Ra-
35 No daremos aquí la bibliografía del asunto. Es muy amplia. Limitémonos a vt'na, contagiado por el ejemplo, quisiera crear para sí, a expensas
señalar lo que dice, ¿l ¡s,spgcto, X{onseñor L. Duchesne en su introducción al Libcr <lcl Ilstado de san Pedro, un dominio temporal apoderándose del
¡xnni.ficulis, t. Ie, págs. CCIXXXVII-CCXLII; P. Kann, Die sogen,anntc lnrolíngischt
Schtn/.'u.n¡4 (no 10,1, rlr: la Ililrliogra[ía); en {in, muy recientemente, Xlons¡rñor Srltlt, :\ti (:t)tl(,f ('ut-(il." rto\ 49_SS.
r.rr r.l r.slrrrlio rr.r'orrllt¡l¡¡ rlr lir rroll ¿rrrtr:rior, 3í ltl,,n, n', 56.
(i,l'l,,rrr.r,¡rr,,. (¡,
IJ2 FUNDACION DEL IMPLRIO ANEXION DEL REINO LOMBARDO 83

I'lx¿rlcado y de la Pentápolis, el pontífice se queja anrargamente ante rl poder en estos países occidentaies", es decir, en Italia. Le de- a3

C¿rrlos: Ituncia con vehemencia las intrigas del duque de Benevento, quien
t'n connivencia con el patricio bizantino de Sicilia y con otros per-
"¡A qué humillación al respecto- estii lcdutirl:r, contra todo 1o
escribe rilnetjes bastante ambiguos, prepara una coniura de la gue el rey
-le
esperado, tu santa madre espiritual
la Iglesia romana! ¡Quó postrircirirr, r¡ué deshon- l't';rnco no dejará de ser igualmente víctima.44
¡a para nosotros, cuando vemos hoy, aun en vida tuya, a nristr.;rblcs t.irnpios que
Iletenido mucho tiempo por otros cuidados, volvió, finalmente,
son adversarios tuyos tanto como nuestros esforzarse er arr.¡llcar'¡los poscsiones de
las que disponemos como señores desde los tiempos de los lomb¿rrdos! Y he aqui
(jrrllos a ltalia; el 780 celebra las fiestas de Navidad en Pavía y
que nuestros enemigos nos agobian con palabras como éstas: ¿Dc quó t¡s ha ser- lcside allí todo el invierno; en la primavera del 781 va a pasar las
vido la ruina de la nación lombarda y su sumisión al rey franco? Mirad: no sólo l)irscuas a Roma donde Adriano bautíza a su segundo hl;o Pipino y
no se han cumplido ninguna de las promesas que se os hicieran, sino que las propie- ('onsagra a ,éste y a su hermano menor, Luis, como reyes. Pipino
dades ierritoriales concedidas a San Pedro por el rey Pipino, de santa mernoria, os
en aguella ocasión recibió el título de rey de Italia.¿r Nos faltan
son ahora arrebatadas!" 38
tlctalles sobre esta estancia de Carlos en la ciudad pontificia; en
Pero, además, no se trata sólo del arzobispo de Rávena. Iln . -> ¡tarticular, no sabemos hasta qué punto se mantuvo en la misma dis-
despu,ás de su visita a Roma, el mismo Carlos parece haber olvidaoo creción gue el 774; pero la concesión de la corona lombarda a Pipino,
un poco los acuerdos gue lo unen con el Soberano Pontífice. Sus li¡ formación al lado de este niño de una corte y de un personal
representantes llevan a cabo en Spoleto una obra que justificada- ¡rclministrativo destinado'a aplicar en Ia península la legislación fran-
mente inquieta a este último: el duque que había recibido la investi- .',,'trr dsmggstran bastante bien que Carlomagno comenzaba a intere-
dura el 773 se inclina, parece que invitado o animado por ellos, a s;rrse seriamente por Italia.
cambiar de obediencia y a reconocer la autoridad carolingia, dis- Con todo, cada vez menos detienen Ia atención del rey franco
puesto a traicionar pronto a su vez al rey franco, en provecho del l«r.sasuntos del papa. Así, en 1os años siguientes, no cesa Adriano
hi;o de Desiderio, Adalgis, que se mueve en la sombra.se Vanamente tlc reclamar justicia para la Santa Sede. Sus quejas no se refieren
recuerda Adriano, el año 775, ss solemne promesa a Carlos;ao éste s(rlo a la ejecución de las promesas del 774, ya bien olvidadas; insiste
no tiene escrúpulo en entrar al año siguiente en Venecia, acampar en cn la restitución de simples patrimonios de la Iglesia de Roma, es
Treviso y apoderarse de Friul, cuyo duque parece que estaba com- rlccir, de bienes raíces diseminados al azar por toda la península
plicado en la conjura urdida en favor de Adalgis.al También desde ( onro consecuencia de las liberalidades que desde hacía siglos se les

esta época interviene el rey franco en Istria.42 Así, lejos de ayudar ;rcc¡rtaban a los fieles. El gobierno carolingio, que ha heredado el
al Soberano Pontífice a realizar sus esperanzas, Carlos, poco a poco ¡lroclucto de las expoliaciones lombardas, demuestra en privarse de
metido en los complicados asuntos italianos, parecía entonces traba- cll¿rs una evidente renuencia. Para cada propiedad territorial €s nece-
jar en su contra. ¡rrlio realizar interminables negociaciones, acumular pruebas y tes-
Pero, al mismo tiempo que Adriano se lamenta de aquellas inter- linronios. El papa acabó por perder la paciencia, y sin salir, por lo
venciones, continúa pidiendo otras en su beneficio. A comienzos del 1¡r'ncral, del estilo pleno de unción que era regla de su cancillería,
año 778, urge a Carlos para que vaya a conferenciar con él a Roma; «lcsvela con frecuencia su mal humor. Hasta llega a denunciar el
se sorprende de que no demuestre suficiente atención a los inte- r's¡ríritu leguleyo que ponen en sus funciones los agentes de Ia monar-
reses de la Santa Sede; quisiera que fuese menos olvidadizo del r¡rriir franca.aT
ejemplo dado por "el piadoso Constantino de santa memoria", aquel I)c la integra aplicación del programa del año 774. no parece que
"gran emperador por cuya generosidad fué elevada y exaltada la rir. llirtirse. Carlos gue, después de haber designado para el trono de
santa Iglesia romana, católica y apostólica a la que él concedió l',rvir;r srr hijo Pipino, sigue sin embargo presidiendo los destinos
a8 ldem, ne 49 (fines del año 77d). 't:t l,l,,nt,, te 60.
3e l¿ern, nos 56 y 57 (fines del año TZ5). I t ltlt'm, nn" 6l y 64.
ao ldetn. | ' ltttttir: royol.t's, años 7fi0 y 78], pág. 56.
41 /nnales royales, ai¡o 776; Cotlet Curol., na 57. ttt t ttt'ittluriu, t. T, rro 9.1, 1,ígs. l9l-193.
'12 Ct¡tltx Carol.. ne 6?'. r, \,.,r..r' (l,,tlt't (lttrtl.. rto'(ll, /r1.6t| n 72,78, f10,82 a 84.
H,f lrl lNl )A( :l( )N I )1,:t, tNlt,l',Rt()
ANEXION DEL REINO LOMBARDO
«lr'l l'r'ir¡r¡ l«rrUl.l¿rIrl«1, t¡tricr.t., ( lr;ilr(lo ilr(,no:r, l.t.t.0ltl;liltril.lo cn su tota-
'l'ambién conservó el rey franco la soberanía
litl¡rrl. El ¡rño 7tl6 p,iui:r l)()r'f('r.(.(.r';r r,,,.;r;r ll¡rli¡r, r.clt,br.¿r en Flo- sobre la Sabina Eb
I't'nci¿r I¡r Navidad, vir ¿r li.rr,, tl.rr,l,':;t.rl,'(i..t';rlr¡rrrtos días y .t lx'silr de las tentativas hechas por el papa para crear una confu-
plórt ir aquel respecto sirviéndose de Ia
Itrcqo invade el ducado dc lJcnt'vcrrl., t,rr rl.rrtlr', rlt,r;,1,.(lir¡rrra, dicta, anfibología entre territorio, a
a comienzos del 787, sus condiciolr.s ¡rl tltrr¡rrr' A.ir¡rrrs, r¡rrc harbía ¡rt'o¡r<isito de un antiguo terreno, y patrimonlo de su iglesia, que,
corrido a refugiarse en Salerno. E,l rlrrqrre, i¡:;r (.()nr() sur; r,ribclitos, litrrrlrnente, por otra parte, le fu,é restituído hacia el 7g2,ñ y cuando
son obligados a prestar juramento de [iclelirl,,tl :rl vt'n..ctl()r, y a Atl'iirno se atreve a afirmar que todo el ducado de Benevento debe
rrt'r'lc entregado,5T carlos se hace el desentendido. A lo sumo consien-
entregarle rehenes, entre los crlales figura cl hi¡o tlc irqtri'1, Gri-
moaldo.as
l('(r.c en aquellas comarcas el soberano pontífice y sus agentes re
rri'v¿rn de informadores,58 sin que por ello se crea otligado-a seguir
Sin duda, a las nuevas victorias francas debió el papa diversas
rius consejos; más aun, cuando, en el verano del ZB7, se trata de
ventajas territoriales, entre otras la cesión de Capua,ae aunque desde
rlt'r;ictnar sucesor al duque Ariquis, que acaba de morir, pasa por
el comienzo se hiciese Carlomagno prestar allí ;uramento de fideli-
dad ro y la ocupación de la ciudad y de su comarca, si alguna vez
¡rll. las observaciones del papa, que se opone con todas sus fuerzas al
llegó a efectuarse, no haya sido sino provisional. En aquella coyun- rr.r¡rl'rramiento de Grimoaldo, hiio del fallecido, que desde hace
;tL¡rrnos meses está en Francia como rehén,u, y.l álegirle rodea la
tura obtuvo Adriano
-y esta vez de hecho- una rectificación de
fronteras al norte de la Tuscia romana, en donde el rey franco rl.sic¡nación de medidas destinadas a hacer más estricta Ia autoridad
separó en su provecho de los territorios lombardos las ciudades de
rlt' r'cy franco en el ducado.oo
I)recaución ilusoria, a decir verdad, pues Grimoaldo, como Adria-
Viterbo, Bagnorea, Toscanella y Soana 51 a las que se agregó, en
principio en principio sz- las localidades, ya más alejadas,
tto, le había previsto, no tarda en sacudir el yugo y conducirse
-sólo
de Rosellae, cerca de Grosseto y de Populonia, cerca de Piombino.;s r.rrr. príncipe independiente.Gl Pero con ello nada gana el pap.ado,
Pero estas liberalidades, fueran o no efectivas, tuvieron por contra- v,r (lue se da motivo para que ias armas francas intervengan varias
partida el abandono de lo restante. Nada se dice de la Toscana vr'('cs cn aguella zona de Italia, en donde ya no se hablará más
propiamente dicha que, sin embargo, estaba incluída por entero en rlc los derechos pontificios.oz
la zona pontificia prevísta el 774; tampoco se habla de los territorios
que debían completar entonces el Exarcado, tanto en la Emilia como V.- CanroMAGNo, DuEño DE ITALTA
al norte del Po: ni Módena, ni Reggio, ni Mantua, ni Vicenza, ni
l,¿r transferencia de Ia corona de Pavía al rey franco, tuvo, pues,
Verona, para no citar sino algunos ejemplos, nunca formarán parte
(.ilr() consecuencia convertirlo en el herede¡o de las pretensiones
del Estado pontificio y basta con leer Ia serie de actas oficiales
hrrrh¡rrclas. Lleno de consideraciones hacia el papado y sin gue en
extendidas por la cancillería de Carlomagno, para convencerse de
rtrr ¡r.incipio tratase de negar nada, en líneas generales, de las dona-
que, en ningún momento, parece que el sucesor de Desiderio hiciese
el más ligero ademán de desprenderse de ellos.5a
.i.rt'r'i ¡cordadas por su padre y después por él mismo cuando fácil-
rrr.rf. se podían mostrar generosos usando de la propiedad ajena,
48 Annales royales, años 786 y 787. (i;r'l.rrragno consideró la situación de manera
bien diferente en
4e Codex Carol., no, 82
y 83 y Apéndice, n, I (en el t. III de las Epistolae, ( uiurt() pcrsonalmente se puso a la cabecera de los destinos de ltalia.
págs.654-655). Que Ia donación comprendiera, además,.,la orilla izquier.da del Liris,,
y las ciudades de Sora, Arpino, Arce, Aquino y Teano, no es más que una simple ¡,ii V,'.t§(. l)iplomatal(arol.,t. I,nos98 y99(775),Ill(776),146(782),160(ZBB),
deducción sacada del acta sospechosa por la que Ludovico Pío habría confirmado lil v l'i:l(791),etr:.
el Bl7 las donaciones anteriores (Bórrrran-l\[ünLBACrrr]rl, na 643). i,tt (;t,tl(x Ourol.,no" 60,68 a ?2. El papa logrará sus propósitos
en el siglo rx.
50 Véasc Codex Carol., ne 83 y Apéndice nq l, págs. bSa-OSS. ¡t' ltlrn, nu' []0, 82, 84.
51 ldem, ne 80. l't\ l,lt,m, ¡¡or; []! y g.l.
52 ld.em, na 84. ttl| 1,1,.¡¡¡, n,,,, 8ji y ti4.
tltt !r'.rrsr. ll. l'r.l,nlr,lr,l , llistoírc des
53 lder¿, na 80. Ttrincipautés lombard,es (ne 91 de la
5'r Vóase Di¡ilomata Karol., r. I, nos II3(776), I3l(TB0), l47eS2), tfi:i{797), llil,li,,l,rirf írr ), lr.r- rrr.lír'rrlo, ¡titt. 269.
lU7(799), ctc.; Oupitttluriu, r. l, ne 9l (7f12-7fi6) art. 9 (1,írg. l9ll, jl). rt ltlt m. ¡rrig. J70.
lír¡r.rr l
'i' l,l, ut, lr¡ir,.r. lli'0 ll'ljl.

J¡!.
It -- ..-.4&ü
i-ái#i +sW."
lir, lrtlNl)A(;l()N l)lrl,lMl'l',lll() ANEXION DEL REINO LOMBARDO 87
prrltl()ri jtrsticia. Sin duda; pero no vayais a ofenderos si, desde el momento en que
A cjcmplo de sus pre(lcccsorcs lorrrhrr¡tlos, yir t('niil, ir la sazón, que i,rrr¡lr()s súbditos no pueden venir ad. Iimina apostolorufi y junto a nosotros sin una
considerar la unidad política de lrr ¡rcrrirrsulir (()nr() un¿l nccesidad rtrl.r'iz¿rción vuestra, cuando los nuestros deseen ir a veros, tengan igualmente la
absoluta, aunque le fuera cada vez rr¿is rlilicil sirtisf:;rccL lrrs erigen- llrlll¡irción de pedirnos auto¡ización y una carta de ruta. Y, 1o mismo que no deja-
cias pontificias, muy imprudentes, aclcrr¡is, l)or' ('¿ucct:r cle medios rtor rrosotros de exhortar a aquellos súbditos vuestros que recibimos a que se
ejecutivos, como lo demuestran los llamamientos inccs;rntcs de Adria- Iilrltr'ñ('n con todas sus fuerzas a serviros cotl pureza de corazón y absoluta
lIlllirlircl, también rogamos a vuestra real Prudencia que tenga la bondad de invi-
no solicitando el concurso de su aliado. l,rr' :r irt¡ucllos súbditos nuestros que vayan junto a 811a, que hagan 1o mismo con
Por otra parte, resultaba muy difícil, por no dccir que irnposible, r r.ll)r.cto a nosotros."

mantener una demarcación clara entre los territorios reservados al


Soberano Pontífice y los que Carlos habia decidido mantener bajo I)ero ¿qué Íuerza podían tener tales protestas frente a Ia dura
su autoridad directa. El gran número y la diseminación de los patri- lrirliclad? Lo ineluctable se realizaba; en el suelo de Italia se había
monios de la Iglesia romana, e1 peligro que existía de que se esta- rl¡rrlo el papado, en la persona del rey franco, un protector interven-
r'it¡rtista, invasor, de tal manera que no bien se había establecido su
bleciera una confusión
-como hemos visto en cuanto al patrimonio
de Sabina 63- entre 1os más extensos de ellos y las provincias cedidas rlorrrinación temporal ya estaba amenazada por el mismo a quien
en plena soberanía al ieÍe de la lglesia, así como su enredo y la lr l¡r debía. A di{erencia del rey lombardo, gue se presentaba ante
obligación gue tenía el papa, dada la configuración de sus Estados Iionra como enemigo, Carlos aparecia, en aquella sazón, como amigo
r;rnccro y leal; pero Roma y todo el Estado pontificio no son ya más,
-que cortaban en dos partes la península a todo 1o ancho- de ,'rr irlgunos aspectos, que una prolongación de aquella Italia que el
dejar un derecho de peaje en su territorio a los representantes y
aun a los ejércitos del rey franco, planteaban problemas de los que Itucvo rey de Pavía se es{uerza en rehacer. Sus intervenciones se
no se podría obtener solución, a no ser que, en la práctica, una de lr;rcen allí cada vez más numerosas y más indiscretasi no sólo
las dos potencias se subo¡dinara a la otra en 1o temporal. Todos los circulan sin cesar por los territorios pontificios sus agentes, no
-como hemos visto por la carta del 790
srilo los súbditos del papa
-auténticos o no- resultaban estériles para
pergaminos del mundo
resolver aquella dificultad. o tlcl 791 que acabamos de citar- pueden ser convocados ante él o
Pronto lo advirtió Adriano en su detrimento. Nada más signifi- rlus representantes, sino que interviene en muchos otros asuntos
cativo que el espectáculo de este orgulloso pontífice, en el que por (luc, en principio, escapaban a su competencia. Así, por dos veces
momentos reaparecía el alma soberbia y altiva bajo la aparente lit:ncn que recordarle Adriano con firmeza que no debe intervenir en
humildad del estilo protocolario, reducido al cabo de algunos años ll¡'rvcna en la elección de arzobispo ni tampoco hacer que sean vigi-
al papel de auxiliar dócil de la política desarrollada por el príncipe l,rrlirs por un delegado suyo las qperaciones electorales;G6 y están
( ('rc.lnos los tiempos en los gue, ya muerto Adriano, se permita
franco.Ga A las veces siente un sobresalto de independencia y pro-
(l,¡r'los, cuyo poderío no ha cesado de ir en aumento, mucho más
testa contra las usurpaciones del rey y de ,sus representantes. Asi,
el año 790 o el 791 , en una extensa misiva 65 en la que abundan las t¡irvcs usurpaciones hasta en las orillas del Tíber.
expresiones de doble sentido sobre la devoción de su destinatario
a los intereses de la Santa Sede, llega hasta protestar ante Carlo-
magno contra la ligereza con que son violadas sus prerrogativas
judiciales y se atreve a escribir frases del tono siguiente:

"Vuestra Real Excelencia me escribe que no teniendo ella inconveniente alguno


en que tal obispo o tal conde o tal súbdito de sus Estados pueda venir a vernos ya
por nuestra convocatoria ya por su voluntad, no podría disgustar a nuestra Pater-
nidad que uno de los nuestros fuera junto a vosotros ya para saludaros, ya para

o3 Vtiasc pág. 85, supra.


o{ Vóirsr', (.ntro otros, Cod,cx (urti., tros f}3, tl4, 86, 94,
i6 lltitl.., n' 94.
EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 89

,¡,t,'. ,,,,leando al vencedor de Sajonia, ganaría en vigor y en posi-


I'tlr,l,rtlcs para su porvenir.
\';r rr.ruy al final del siglo vrrr, después de la muerte del papa
A,llr;uro I (25 de diciembre del 795), aquella situación se iba a
¡r¡,'r i:;rrr más todavía. Procedente de aquel medio de clérigos modes-
t,,, 1¡¡¡g llenaban las oficinas de Letrán, y ascendiendo por sucesivas
CAPITULO V
't,rllirs desde las más modestas a las más elevadas funciones del
EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO l'.rl,rt'io pontificio hasta ser promovido a Soberano Pontífice el 26
,1,' .liciembre del 795, el sucesor de Adriano, León III, había sentido
nr,rs (lue otro alguno la necesidad de asegurar a su poder el apoyo más
Desde {ines del siglo vlrr, y antes de que coronase todas las con-
quistas que había emprendido, aparecía Carlomagno como el dueño ,,,rrr¡rlcto del rey franco.l Las reservas que Adriano aun se creía
, n r'l caso de abrigar, y las resistencias que creía útil oponer a las
de Occidente. Sajonia estaba vencida, ya que sólo quedaba por
pacificar su extremidad ,septentrional. El ring de los avaros había rr,;llll)aciones de su aliado, ya estaban fuera de sazón; desde su
caído en poder de los francos, con sus fabulosos tesoros. El poderío ¡rrlvt'nirniento al trono pontificio, León se rinde ante los hechos y
de carlomagno se extendía, entonces, hasta pannonia y e"cetubu yu t¡',rtir ¡r Carlomagno con las consideraciones debidas a un jefe, colo-
,,rrrtl<¡se a su lado como colaborador subordinado. Había recibido,
vigorosamente el mundo eslavo. Italia estaba bajo su dominación, y
acabamos de ver a un papa tan orgulloso como Adriano obligadl ',rrr ¡rr'otestar, la carta por Ia que el rey franco, seguramente con la
en muchos casos a oscurecerse ante él dentro de sus propios Esta- ¡rlrrrrur de Alcuino, al felicitarle por su elevación a 1a Sede de San Pe-
dos' En estas condiciones ¿no era natural que, a los tiiulos reunidos ,lrr¡, le recordaba que contaba con él para laborar "en el robusteci-
de rey de los francos, rey de los lombardos y patricio de ros romanos, rrricnto de su propio patriciado", es decir, de su dominio sobre Roma
que hasta entonces llevaba, viniera a unirse otro que los englobase rrr str calidad de patricio de los romanos, y luego agregaba frases
, ;rr',¡:rclas de intención:
y mejor adaptado a Ia preponde¡ante situación que había adquirido,
titulo que marcaría, al fin, con toda claridad ante todos eí pupel "l)csco establecer con Vuestra Beatitud un pacto inviolable de fe y de caridad,
que representaba realmente en Occidente? ¡rrrl r.l cual... pueda seguirme por doquier la apostólica bendición, y la santísima
¡,.,1,. tlc la Iglesia romana sea constantemente defendida, . . por mi devoción. Me
lrr.rt(.n('('r, con 1a ayuda de la piedad divina, defender en todos los lugares a la
I.,- CanrouAcNo, ÁRsrrno nr Occrnnxre r,rrrl,r IlJlcsia de Cristo por las armas; fuera de las froateras, contra las incursiones
rlr' l')s I)¿¡q¿rnos y las devastaciones de los infieles; dentro de ellas, protegiéndola por
Un hecho de capital importancia dominaba toda la cuestiónr lrt rl¡llsi(in de la fe católica. A vos, Santísirno Padre, pertenece, elevando las manos
durar¡te los acontecimientos gue habían tenido lugar en ltalia, desde ¡r l)l,rs con Moisés, ayudar con vuestras oraciones al t¡iunlo de nuestras armas,..
que Carlomagno intervenía en los asuntos lombardos, el mundo (Jrrc vuestra Prudencia se adhiera en todo a las prescripclones canónicas y siga
occidental había adguirido juuto a él y por é1 ra conciencia de su r.r:itirrlemente las reglas establecidas por los Santos Padres, a fin de que vuestra
vlrlir ¡rloporcione en todo el ejemplo de la santidad; que de vuestra boca no salgan
unidad bente al "Imperio romano" que, en el este del Mediterráneo,
rr¡ir (lr(' piadosas exhortaciones y que vuestra luz brille delante de 1os hombres." 2
proseguía su curso ocho veces secula¡ y seguía encarnando Ia tradi-
ción de la Roma antigua. Replegado en el Bósforo, en la ,,Nueva Al confinar de esta manera al papa en Ia oración, Carlomagno
Roma", aguel imperio no poseí a ya, de sus territorios al oeste del :¡r' r'r':iclVaba para si el terreno de Ia acción. El portador de su
Adriático y del mar Jónico, más que esparcidos y raros restos cle Ios r,u'l;r, su ficl Angilberto, tenía orden de comprobar de cerca la justa
que nada podía esperar en el porvenir. El mismo papado había cesado rlr:;lrilrrrci(¡n clc las tareas, Sus inst¡ucciones decían:
de mirar hacia el sucesor de constantino y de Teodosio, para vol-
verse resueltamente al lado del carolingio, con quien se sentía cn I Sr¡lrr r. L.irrr ll l, vf irsr /,iü¿rr Pontilicali.s, t. II, págs. 1-35. Cf. Ch. Bevrr,
lo adelante íntinr¿¡nrente solidario; y, al ioual qrrc é1, torlo cl O«.r.i_ l',1', tit'tt ,1,. l,i,'tt Ill. l,tt. ri,t,oltt: dcs Romai;ns ut 799 et ses conséquences, en el
'Itttttt,ttt,' ,l, ltt l"tt,ttlti' tlts l,rttrrs tlt Lyon, año la (IU8.3), fasc. I, págs. 173-197.
dcntc <-r, ¿rl urcnos, toclo cl ()c<'irlcntc conf incnt;rl, t'orr¡rlcrr<li<i,;rl Ii¡, ' \l r l'¡n,,, (lrtttr't¡,,,rulttttl¿1. r'itrlrt lt'l 9iJ.

üre
90 FUNDACION DEL IMPITIIIO EXALTACION DE CARI,OMAGNO AL IMPERIO 9I
"Advierte bien al papa que debe honestamentc y, antc todo, observar los santos "Hasta ahora, tres personas han alcanzado la cumbre de la jerarquía del
cánones; decidle que debe gobernar piadosarncntc la sirnta lglcsi:r de Dios según
rrrrrttlo:
los acuerdos que llevaréis y según su conciencia. Repeticllc, con frccuencia, que el "1q El representante de la sublimidad apostólica, vicario de1 bienaventurado
hour¡r al que acaba de ser elevado es pasajero, micntr¿rs t¡rrt' srr;i ctcrna la recom-
l\'«lro, príncipe de los Apóstoles, del cual ocupa la Silla. Lo que ha sucedido ai que
pcltsa prometida a las buenas obras. Persuadidlc (Itrc sc ()cup(' con la rnayor dili-
nrlrr¿rlmente tiene esta sede, ha tenido a bien vuestra bondad hacérmelo saber.
gcncia en desarraigar la herejía simoníaca que mancilla t'n l»uchos santos lugares el "2'' Viene luego el titular de la dignidad imperial que eierce el poderío secular
sagrado cuerpo de la Iglesia. Dile cuanto recuerdcs di: lo.s problcm¿rs que nos r'rr la segunda Roma, De qué manera impia ha sido depuesto e1 ¡efe de este impcrio,
preocupan... Que el Señor conduzca y dirija bondadosísirnanrcntc su corazón para
rro ¡ror extranjeros, sino por los suyos y por sus conciudadanos, se ha extendido por
que pueda se¡vir útilmente a la santa Iglesia de Dios c interccdcr cl.l nuestro
lorl.rs partes ia noticia.
favor." 3
"3'q En tercer lugar está la dignidad ¡eai gue nuestro Señor Jesucristo os ha
r,'sr'rvado para que gobernéis al pueblo cristiano. Esta dignidad es superior a las
Era tanto como decir que hasta la dirección espiritual del mundo .tlirs dos y las eclipsa y sobrepasa en sabiduría,
de Occidente quedaba reivindicada entonces por el rey franco. Sólo en ti se apoyan ahora las iglesias de Cristo, de ti sólo esperan la salva-
A esta eventualidad parecía gue León III se resignase tanto más rl.rl: de ti, vengador de los crímenes, guía de 1os descarriados, consolador de los
fácilmente cuanto su personal posición era más insegura. Su elec- ,rlli1¡idos, sostén de los buenos." 8
ción, lograda por sorpresa al otro día de Ia muerte de Adriano, en- No podría decirse con más claridad que la monarquía franca
contró en Roma una oposición que, en el verano del 798, degeneró ,'r'¡rla única esperanza que le quedaba al mundo cristiano ante el
en desórdenes.a En Ia primavera siguiente se estaba en la Ciudad lrrrndimiento del mismo papado, ni subrayar de manera más nítida
Eterna en pleno drama. El 25 de abril del 799, cuando se dirigía (f uc el poderío del rey franco venia a substituir en aquel momento
para una procesión desde Letrán a Ia iglesia de San Lorenzo en ,rl ¿rntiguo poder imperial que se creía destruído por la deposición de
Lucina, León III fué atacado por una banda de conjurados con la Constantino YI el 797.
complicidad de dos altos funcionarios del palacio pontificio, entre Además, aparece, a la saz6n, resbalando bajo la pluma de Al-
eilos el mismo sobrino de su antecesor. Derribado en tierra y apa- t'rrino, una expresión nueva que refleia la situación creada; es la
leado, fué objeto de odiosas y crueles violencias; se trató de arran- tlcl "imperio cristiano". Los cluques francos defienden vigilantes
carle la lengua y de horadarle los oios y cuando le levantaron l¡rs fronteras de ese "imperio cristiano";e Carlos es el protector de
bañado en sangre fué para encerrarle en una celda del monasterio t':tc imperiolo y está empeñado constantemente en ensancharlo
de San Erasmo, de la que sólo la'oportuna intervención de dos ¡ror medio de las armas.11 Esas dos palabras "imperio cristiano",
missl del rey franco lograron salvarle.s Pero los conjurados no cedie- lrirsta entonces extrañas al vocabulario de Alcuino, pero que, de
ron y colmaban al papa de acusaciones, especialmente la de adúltero ¡rlonto, se le hacen familiares,r2 traducen el concepto "pueblo cris-
y periuro.G i Quién, sino Carlos, era capaz de sacar al papa de aquel li;rno" que ya hacía algún tiempo se usaba, aun en los documentos
atolladero? El desesperado llamamiento del Soberano Pontífice llegó ,,liciales, para designat ala cristiandad de Occidente. Y ese "imperio
hasta él cuando se encontraba en lo más apartado de Sajonia Iu- r ristiano" es el que, como nunca, forma un masivo coniunto detrás
chando contra los paganos.T rlcl rey franco; sobre ese "imperio" se extiende su autoridad, sin
Cuando el papa se decide a trasladarse a Paderborn a donde lo r¡rrt' csta expresión, que Alcuino opone entonces intencionalmente a
ha invitado Carlos a ir a encontrarle para esclarecer la situación, l,r tlc Imperio romano,13 tenga todavía en su pluma un sentido igual;
los escritos de los contemporáneos y, en especial, la correspondencia ¡rt'r'o el uso que hace de ella actúa poco a poco a la manera de una
de Alcuino, retiñen con un sonido nuevo en parte. En una carta del ¡tlrrr clorninante y, conscientemente o no, prepara a los contemporá-
r¡es de junio del 799, escribia este último al rey franco: n('os p¿lra los acontecimientos de que pronto será Roma escenario.
?' Idem, nq 92. t\ (:ttrr(spond.encia de Ar-cutNo, na 774.
'1 Véase la carta de Alcurrvo, ne 159, pág. 258. ll /r/,'n¿, lr! l[]5r.
5 Cf. Bavrr, art. cít.; Arrir. y SnrsoN, t. II, pág. 163-187. tI ll,'nt, ¡, 177.
ti licgÍrn el tr:stimonio de At.t:tttxo, en su Corrr:s¡rondcncia, ne 179, ¡rírg. 2Q7 l l Irl, n. n'' 'i0il.
(agoslo rk l 799). t'-t ltlt nt. rr,,. ll(X), 2:\4,, :115. 24'9.
7 ll,rr r:'r', l.,x'- t'it.; Atrr:t. 1 Stnrsor,r, l. ll, ¡,ri1,s. ll,:l 1117. t't l,l,ut. rr" l'01) t l'll.

1*'¡r*,
92 FUNDACION DEL IMPERIO EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 93

Mientras tanto, todo concllrre desde el verano del 799 a foúi- cotrtenerse de enviara su "amado David" -tal es el sobrenombre
ficar la posición de Carlomagno y a hacer prevalecer la idea de que ,lcl rey franco- un breve poema en el que expresa, en elegantes
es el árbitro supremo de Occidente. El viaje del papa, que apenas versos, sus esperanzas y sus deseos.2a ¡Ojalá pueda Carlos curar
curado de sus heridas se traslada al corazón de Sajonia para pedirle l,rs Ilagas que sufre Rorna, resfablecer la concordia entre el papa y
ayuda, produjo una intensa impresión. En un poema de estilo épic6r+ ,'l pueblo, restaurar el orden y llevar a todos la salvaciónl "Roma,
y posterior a la entrevista,ls un poeta, que se cree era Angilberto, t,r¡rital del mundo, ve en ti a su protector";26 "haz reinar alli de
obtiene materia para exaltar en sonoros versos y acumulando hiper- rrrrevo la paz y la piedad";za "guía al ¡efe de la Iglesia como a ti
bólicos epítetos "al rey Carlos, cabecera del mundo y cumbre de It' guía el Señor con su mano omnipotente".zz Esta conclusión,
Europa",ro el único capaz de "someter a justo juicio la conducta" (()mo se ve, es igual a la de'Ieodulfo: Carlomagno, situado en la
del papa y "vengarle de los crueles ataques" de que ha sido ob¡eto.rz , rrrnbre de la jerarquía terrenal, se convierte en el directo mandatario
En la profusión de reminiscencias clásicas que se agolpan bajo su ,lc Dios ante todos los cristianos de Occidente, incluso el Soberano
pluma, emplea el poeta dos veces, para aplicarlo a Carlomagno, el l)r¡ntífice.
epíteto de "augusto".1s También por dos veces lo llama "el Augusto"
y "el gran Augustc,",ro con lo que da a entender que el rey de los II.- ConoNACIóN
francos ocupa a sus ojos, en la Europa de entonces .-y este nombre
de Europa le es familiar-, el lugar que otrora un Augusto. Con esta calidad emprendió Carlomagno el camino de Roma du-
Por los mismos dias y bajo la influencia de iguales acontecimien- r';rnte el otoño del año 800; su viaje se convirtió en un triunfo. El
tos, el obi.spo de Orleáns, Teodulfo, dedica al rey unos aduladores l)ilpa, sobre quien todavía gravitaban abrumadoras acusaciones que
versos,2o en los que, después de reco¡dar que es el "honor y la It' lanzaban los romanos, salió a su encuentro en Mentana, a veinte
gloria del pueblo cristiano", no vacila en escribir que San Pedro en kil<imetros de la ciudad, desde donde regresó apresuradamente para
persona "queriendo ser sustituído por é1" "lo ha enviado para que l)¡('parar una recepción digna de su ilustre visitante. Al día siguiente
salve" al papa. "El que posee las llaves del cielo (24 de noviembre del 800) recibía solemnemente al rey franco en 1o
escribe aún-
ha ordenado que tengas Ias suyas".21 Y concluye:-le "Tú gobiernas la ,rlto de la escalinata de San Pedro, rodeado de todo su clero y en
Iglesia. . . el clero y el pueblo." rrredio de cánticos de acción de gracias.2S
Finalmente, en el otoño del 799, cuando Carlos, después de Dos semanas después, presidía Carlomagno en la misma San Pe-
haber hecho regresar a León III a su capital,22 se dispone a ir tam- ,lro una asamblea compuesta, a la vez, de prelados, simples cl,érigos
bién a visitarle para determinar sobre el terreno las responsabilidades v rliE¡natarios laicos, a los que hacía examinar las quejas presentadas
en que hayan incurrido tanto los conjurados como el mismo papa, (()ntra el papa, y éste era invitado a justilicarse bajo la [e del jura-
Alcuino, por muy opuesto que en un principio se mostrase a cual- rrrr:nto,2e
-suprema
humillación que Alcuino hubiera querido evitar-
quier forma de proceso contra el Soberano Pontífice,z3 no puede f,' :ttt , que constituia, a 1o que parece, un hecho sin precedentes-.¡r
lin vano había Alcuino recordado, por medio de una carta escrita
1a Publicado por Düurnan, en los Poetae lat., t. I, págs. 866-379.
un()s meses antes, la regla ya antigua, según la cual "la Sede apos-
15 En todo caso es anterior a Ia m,erte de la reina Liutgarde (4 de junio del
tolit'¿r no puede ser juzgada por nadie";32 León III tuvo que incli-
800), a quien el poeta hace aparecer sin aludir a su muerte.
rc Versos 92-93.
17 Versos 3BB-390.
'.tt l>t¡t:tue lat, deyí carol., f. I, págs. 257-259.
::l', Vr:rso 63.
18 Versos 64 y 91.
1e Versos 332 y 406. ::rt V('t.qo 68.
:0 Pul¡licados por Düuntrn, Poetae lat., t. I, págs. S2B-524. :,'Vr.rsos 7l-72.
21 A su advenimiento, había enviado León III a Carlomagno, como signo de ls Ar:r;r, y Strtsox, t. IT, págs. 219-223.
'.'lt Itlrnt, ¡ríg. 124,.
honor, Ias llavcs de la conlesión de San Pedro y un estandarre de la ciudatl tlc Roma.
:l(r A Lr I tNrt, (iorrr,.spottl.ntciu, na 179.
Y(ttx: Annul¿s royolts, aíto 79(t, ed. Kur.ze, phg. 98.
'r2 Anr:r. y SrtrsoN, t. I[, pírgs. .l86-18Z. ;tl (.1. ,\v^rn (rr'r()ll rL. lir Ililrliogra[ía), pág. I57, n.4, y págs. f59-f60.
1l:l V(i¡r§(' su (iutir rr Arlr rl,.S;rlzlrrrrglo, rrt' l7g rL: lts l,)¡ti.strirrr,, l. ly. ir" ( l¡u tr l7r) r rr citrrrlrr, r'rl. l)iirrrrrrllr, pig. 779, 1.24.
94 FUNDACION DEL IMPERIO EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 95

narse ante la voluntad de Carlomagno, que se había hecho cargo Otros asuntos habían, mientras tanto, ocupado la atención de
personalmente del asunto y dirigido la información,33 y al cabo Cttrlornagno. El autor de los Anales rcaleshabla de ellos en términos
de tres semanas, el 23 de diciernbre, el papa hubo de someterse en la enígmáticos. Dice que Carlos, una semana después de su llegada a
iglesia de San Pedro a la dura obligación que le imponía el dueño llrura (el 1 de diciembre), "reunió una asamblea para exponer
de Occidente.sa Aute una asamblea compuesta de la misma manera rr todos las razones de su viaje y en 1o sucesivo se dedicó diaria-
que Ia del I de diciembre, y en presencia del rey, se presentó como Irtcntc a arreglar los asuntos que Ie habían llevado allí. Entre ellos,
reo, no sin hacer las má,s expresas reservas en cuanto a la legitimidad el ruás importante y arduo era el primeramente tratado: el examen
del procedimiento: "Para escuchar esta causa", comenzó diciendo,es tlc los crímenes de gue se acusaba al pontífice".as ¿Cuáles eran
"el clementísimo y senerísimo señor rey Carlos, aquí presente, ha l«rs otros asuntos? El analista no lo dice. Pero la rehabilitación del
venido a esta ciudad con su clero y sus nobles"; luego agregó, sin l)irpa ya era un hecho el 23 de diciembre, y el campo quedaba libre
preocuparse del carácter contradictorio de sus declaraciones: "Por ¡rirra realizar proyectos de diferente nafvraleza, meditados por eI
todo lo cual, yo, León, pontífice de la santa Iglesia romana, sin ser lt:y franco en el secreto de las deliberaciones que se venían reali-
juzgado ni obligado por nadie, sino por un acto de espontánea ::;rndo desde hacía casi un mes.
voluntad, me purifico y me expurgo en vuestra presencia, ante Dios Ahora bien, dos días después, el 25 de diciembre, Carlos regresó
que conoce mi conciencia, ante los ángeles y ante el bienaventurado ¡¡ San Pedro con motivo de la fiesta de Navidad y antes de que se
Pedro, príncipe de los apóstoles, en cuya basílica ros encontramos, t'clcbrase el oficio, [ué a inclinarse y a rezar ante la co:ntesión del
y declaro no haber perpetrado ni ordenado perpetrar los actos cri- ¡rlincipe de los apóstoles; en aquel momento y cuando el rey iba a
minales e infames que se me reprochan. . ." Por mucho que dijera, l)oncrse en pie, el papa León se acercó a é1 y le colocó en la cabeza
aquello era aceptar como válida la intervención del rey franco unil corona, mientras gue "el pueblo romano" elevaba por tres veces
en aguel asunto doloroso en gue se discutía la dignidad de su vida lir ;rclamación: ¡A Carlos augusto, coronado por Díos, gtande g pa-
privada y reconocer, prácticamente, a Carlomagno el derecho de cifit'o emperador de los romanos, oida y victotia! Después de esto, el
presentarse en Roma como señor soberano. l)orrtifice se arrodilló delante del nuevo augusto y 7o adoró 40 como
Por una coincidencia, que posiblemente no fué casual, el mismo ir cxigía el antiguo protocolo imperial inaugurado por Diocleciano.al
día en que León III se sometía de esta manera y en presencia del I )c esta manera, por un acto teatral silenciosamente preparado en
'lrrs
rey franco a la ceremonia de expurgatoilo que se le exigía, llegaba semanas, o tal yez en los meses anteriores, Carlos se encontraba
a Roma procedente de |erusalén una delegación que traia a Carlos, rlt: repente elevado a Ia dignidad de emperador romano.
en nombre del patriarca, un luexillum of estandarte y las llaves El propósito esencial que se quería lograr con tal acto y usando
del Saqlo Sepulcro, del Calvario y de Ia misma Ciudad Santa.36 un (:eremonial calcado sobre el que efectivamente se seguía desde el
Simple signo de honor igual que cinco años antes el envío que le nl1¡lo v para la coronación de los emperadores bizantinos por el pa-
había hecho el papa de las llaves de Ia "confesión de San Pedro" tt'iarca de Constantinopla, era, sin duda, el de aclarar la situación.
y de un estandarte de Roma,37 Pero la mención que se halla en los llirst¿¡ entonces, el único título que en sus relaciones con el Soberano
oficiosos Anales reales de estos dos presentes sucesivos y la exultación l'ontífice y con sus súbditos había usado Carlomagno era el de
que manifiesta Alcuino sobre el segundo de ellgs, en cuanto tiene "¡r;rtricio de los romanos"; pero ninguna de las prerrogativas que, al
noticia del hecho,38 parecen indicar la importancia que se les concedió r¡¡rc;rirc de tal título, honorífico en un principio, se había ido arro-
entre los francos. Después de los homenajes de la cristiandad romana, 1¡irrrrlo podían justificarse en derecho. Cuando, por ejemplo, recla-
llegaban a Carlomagno los de los cristianos de Oriente. r¡r¡rb:r dc los nuevos papas la inmediata notificación de haber sido

33 Véase Annales royales, año 800, pág. I12. trtt .,1¡¡¡¡¡¡l¿* royo,les, año 800, pág. 112,
34 A¡rir, y Sru-"oN, t. Ii, pág. 231. 'lo llr.lrto rlr: cstilo oficial en los Annales royales, año B0l, pág,7).2; relato, poco
:i5 Puhl. por J,rpnú, Biblíotkeca rerutn gerrlanicarum, t. IV, págs. 378-379. ur¡i,, ,, r¡r,,rrr,* r'¡r¡r.orrl&ntc, cn al Lil¡cr pontilicalis, t. II, pág. 7 (Vida de León III,
i\$ ,y'¡¡¡1¡¡!¿5 roytLLt:s, año 800, pág. ll2. lil'. :l:l ).
:t7 tlntutl,,s r,ryu|.,,s, ttío 79(¡, |riq. 98. ¡ t ll. I,l. ( lrr. ll,rrrrn, l,'tulorutioru tlcs empcreurs et les origínes de la
't persécu-
'.\r (.'t¡ttt'tl,t¡ntl,'¡t'itt tl" Al,r:t tt,t,,. rrl' lll,1,. ¡rri¡1. :]511, 1.26 27. tlt'n ¡lt l)i,¡, l,ttí,'tt. t'tt l¡r /ir't,r¿r' histrtrir¡rtr', t. CXXTTI (19.I6), pág. 230.
FUNDACION DEL IMPERIO
elegidos' usurpaba ros poderes gue,
hasta mediados der -Éirur.io.
sigro vur,
nunca dejaron de ejercer lou .eÁperudor".
Pero desde entonces y por in,sensibles
,o*u;;;,,; t,Ah,!INA III
etapas, la situación se había
mociificado a este respecto, hesta el punto
que, mucho antes de la
Navidad del 800, el rey franco yu .u hubiu
up.opiado
al papado casi todas lus p.e.rogutivas anteriormente con respecto
reconocicras ar
emperador. Los litigios a que hrbiu., dado
lugar lu. ..lu.i.rr"u ¿"
las dos potencias en los dras der papa
AJriano, rricieron, no obstante,
sensibles los inconvenientes de un estado
de cosas tan mar definido
en el terreno jurídico. sustituir er título
ambiguo de ,,patricio de ros
romanos" por el decisivo y claro de "emperadár
de ros romanos,,: tal
fué' ante todo' el propósito de Ia ce"emonia gue
tuvo por escenario
la iglesia de san Pedro er 25 de diciembre d"r
aro s0ó t á rru
efecto que produjo en un principio en los contemporáneos. por "r
eso,
después de haber relatado el acto de ra co¡onación
aproximadamente
en los mismos t,érminos de que nosotros nos hemos
servido, el
autor de los Anales reares se limita a concruir racónicamente: ,,..
abandonando su titulo de patricio, se llamó emperador "y,
y augusto,,.
Después de Ia ceremonia como resurtado de eila,
reempTazí efectivamente en -carromagno,
los encabJ.zamientos de sus actas el
título de "patricio de los romanos,' por el de ..emperado,
u,rgrrr,o qu.
gobierna el imperio romano"-, no se elevó ningún
cantJ triunfal
ni ningún poema para celebrar el acontecimiento, pese a gue
nunca
como entonces abundaron los poetas en Ia corte franca. Ápenus
si
Alcuino, en su correspondencia, se permite breves alusronesy-.rurdo
lo hace es.para expresar en términos mesurados la aregría gu"
.ierrt"
por la exaltación en dignidad (exattatio), del rey.,
.áo, i amigo,+2
al que envÍa una carta de cariñosas felicitaciones: "Bendito sea el
señor y bendita su misericordia hacia sus servidores, por cuya pros-
peridad y salvación, ¡oh mi dulce David!, te ha condu.ido fel¡r^ente
y llevado en medio de la paz, te ha honrado y exalta do (honorauit
et exaltauit).,:',4s y esta vez, todavia Ia única alusión a
ción imperial está por completo en estas simpres palabras:
la corona_
P((
"te ha exaltado". Por importante gue rruyu poiido
contemporáneos la transformación política rcaTizada en Ia
del año 800, hubo como una preconcebida discreción que posibre,
er Señor
ser para sus
ñavidad I ltun-F \rñuru\\r\\ursrf'
mente se explique por razones de orden diplomático. Ilusto-rtlicrrio dc (iar:lomagno, l)erteneciente al 'l'esoro de AtTuisgrán, y
lirrn¿ rk'l r.lr¡rerador, conserrarla en un docr¡rnento tiel año ¡¡5. "
Recuérdese, en efecto, Ia famosa carta de Alcuino
redacción de largo alcance- en donde enfrentaba la primacía -con una
de
4'l Ar,r:urno, Crtrrcs¡nniant:ia, nos 214 y 2lB,
'l:l ll(m, n1' 229 (sclrticrrrlrr<r y oct.rrlrrr: rkrl 801 ).
EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 97

la monarquía franca con el derrumbamiento del poderío imperial.44


Las informaciones que, por entonces, tenían los occidentales -ju-
nio del 799- de los acontecimientos de Oriente hacían pensar que
la actitud de Irene destronan<lo y condenando a ceguera a su hi;o
Constantino VI, habia realmente dejado vacante el irrperio. Por eso,
des<le aproxímadamente el 803, podían ser presentados los hechos
como 1o hacía un analista bajo la influencia de la corte carolingia:
"Como ya en el país de ios griegos no habia emperador y el poder imperial
los
estaba detentado por una mujer, pareció al mis4qo papa León igual que a todos
pueblo
Santos Paclres que entonces estaban reunidos en concilio, asi como a todo el
cristiano, qre conver-ría dar el título de ernperador al rey de 1os francos, Carlos,
gue

tení: en .., pod". la ciudad de Roma, residencia normal de los césares, y las demás

ci,:dades de ltalia, de la Galia y de Germania. como Dios Todopoderoso


habia que-
ponerlas toclas bajo su autoridad, parecia justo que, de acuerdo con 1a demanda
rido
del pueblo cristiano, también é1 llevara el titulo imperial. No qtriso Carlos rechazar
esta clemanda, sino que sometiéndose humildemente a Dios, a la vez que al
deseo

expresado por los sacerdotes y por el pueblo cristiano, recibió el título de empera-
dor con la consagración de1 papa León." 45

Todo esto era tanto como decir: 10, que la ausencia de un em-
perador había hecho indispensable la concesión del título a Carlo-
*ugro para enfrentar las necesidades del momentor 2e, que, siendo
-"*p".udor
yu de hecho, pareció legítimo atribuirle el título que co-
rrespondía a sus funciones reales, como había sucedido cincuenta
años antes con respecto al título real de su padre Pipino, rey de
hecho junto a un rey sin autoridad; 3e, que la iniciativa de este
cambio se debía al ciero, con el papa a la cabeza, y al pueblo' a
cuyos deseos no creyó conveniente Carlomagno oponerse' No era
la primera vez et7 la historia, y no iba a ser Ia última, que un empe-
.uáor aceptaba un plebiscito, y en apoyo de la tesis presentada de
esta manera, podía alegarse la realidad del gran concilio previo
clel que habla un analista y cuyas misteriosas deliberaciones, en torno
;r los destinos de la cristiandad, excitaban la curiosidad de Aicuino a
t'omienzos del 801.a6
NOsotrOs creemos que Sería en cierta manera ingenuo el tener
Evi-
l)()r exacta, en su conl'unto, la tesis que acabamos de trasladar.
't 1 /. supru. Pág. 91.
45 ,lnnalas Luuresh., ed. Pertz, pág' 38; ed' Katz, pág' 44'
.lri ,\¡,1;¡¡¡¡.¡, c0rrespondcncia, na 218: "Tengo ouriosidad por ¡^aber
-escrihe
\l, rrirr¡ ¿r rrno rlc los Paclres del concilio, a s1 amigo el obispo Arn de Salzburgo-
1,, r¡rr,.s| Irit rlccirlirlo (fr) lln¿r tan import¿rnie e ilustre asamhlea en cuanto a la
,,¡rlr¡rr.irirr,L, lrr lglCsiir y r.l irfirrnztnticnto rkt la fc católica. una rettnión tan prolon-
para el prrtllrltl crilrliano."
l,,r,l,r r¡,, ¡lt(.(li,lror r¡¡,¡os rll¡r,llirlrcr sir[¡ rL, gratr ¡rrolctlto
I ',il lillrl.lllllr r i'.
98 trUNDACION DEL IMPERIO EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 99

dentemente, es la consecuencia de un cuidado apologético que ex- dad del año 800, planteaba probiemas compiicados tanto de orden
plica, sin duda, el deseo de suavizar ias susceptibilidades del gobier- cxterior como interior.
no bizantino, cuya reacción, ante los acontecimientos, parece que En el exterior había que esperar una viva reacción por parte de
fué, como podía preverse, muy hostil. Pero, en un aspecto esencial, Ilizancio, único depositario legítimo del poder imperial. Al inscribir
esa tesis recoge las explicaciones anteriormente proporcionadas y en el encabezamiento de sus actas el titulo de "emperador y augus-
destaca con más nitidez aun el incontestable interés gue había, en to. . . que gobernaba el Imperio romano",+s el rey francs -que seguía
el año 800, en poner de acuerdo el derecho y la realidad, confi- tituiándose a la vez "rey de los francos y de los lombardos"-
riendo a Carlomagno el título imperial, por estimarse que las cir- cometía una usurpación típica que ningún príncipe bizantino podía
cunstancias momentáneamente permitían disponer del mismo sin dejar pasar sin protesta: no había más gue un Imperio romano, el de
peligro de levantar una oposición seria. los auténticos sucesores de los Augustos y Constantinos, estable-
cidos desde hacía mucho tiempo en las orillas del Bósforo y los
III._ goA'ECUENCIAS DE LA EXALTACIóN DE CARLOS únicos que valederamente podían apoyarse en la tradición romana'
AL IMPERIO En efecto, elevaron su protesta,ae y una de las más serias dificul-
tades con las que chocó el gobierno carolingio después del año 800
IJna vez reconocido emperador, dispone Carlos en Roma de una fué precisamente la que produjo este inevitable conflicto.
autoridad más terminante en cuyo apoyo pueden ya invocarse pre- Por el lado franco se creía, o se fingía creer, que la exaltación
cedentes seguros. En principio desapareció todo equívoco: tradi- cle Carlos al imperio era de una regularidad perfecta. ¿No había
cionalrnente, el emperador es el soberano de Roma; allí habla como sido proclamado emperador en territorio romano dentro de las fo¡-
señor y juzga como dueño. El papa goza alli, por su parte, del pres- rnas legales, según el protocolo antiguo que estaba en vigor y en un
tigio y de la autoridad adscritos a la sede de San Pedro, pero ha rrromento en que el trono de los augustos se encontraba sin titular?
de conformarse, en el ejercicio de sus funciones, con las reglas I)orque a fines del año 800, tal como 1o había destacado Alcuino
que, desde hace siglos, ordenan las relaciones de los dos poderes: ¡rntes de la coronación 50 y como, después de ella, 1o recuerdan los
no sólo tiene que notificar su elección al emperador, sino gue la irnalistas de Occidente,sl Constantino VI, destronado por su madre
costumbre determina que su consagración esté subordinada a I;r emperatriz hene, no tenía sucesor. Es verdad gue trrene pretendía
la aquiescencia de este último; y esta regla será expresamente recor- ('()nservar para sí el podeu pero aquello era una novedad escanda'
dada al morir León III el año 816.4? losa contra la que se protestaba incluso en Costantinopla. Y, además,
Compárese la situación de Carlomagno en Roma cuando su pri- yir que Irene pretendía reinar ¿no se podía arreglar todo recurriendo
mera visita el año 774 con la que ocupa alli al día siguiente de la ¡r l¿ cómoda solución de un matrimonio entre los dos rivales? De
coronación imperial y aparecerá en toda su significación el con- una vez, el antiguo Imperio romano hubiera sido reconstituído de un
traste. ('xtremo al otro del Mediterráneo en beneficio de la pareja impe-
El 774, después de comprometerse formalmente a no abusar riirl. Que se concibiera tal proyecto sólo nos lo dice un cronista
de aquel insigne Iavor, le permite el papa excepcionalmente el bene- hizantino o, gu", en más de un aspecto, es sospechoso; p'or esto
ficio de adrnitirle algunas horas en Ia ciudad para gue pueda practi- tray que vacilar antes de seguirle, pero en realidad esta solución
car en ella sus devociones. En lo sucesivo está en su casa y tiene en rrr',velesca del problema de Oriente, si fué en verdad atisbada, se
ella las manos libres. Sin duda, no esperó hasta entonces para actuar, 't8 La rcdacción íntegra era: 'oCarlos, serenísimo augusto, coronado por Dios,
realmente, en las orillas del Tíber, con la misma desenvoltura, pero y.rrrrrrlr y pacífico emperador, que gobierna eI imperio romano y, a la vez, por la
desde entonces puede decir que e! clerecho le acornpaira y el pobre rrri,.r'r'i,rrrrlia de Dios, rey de Ios drancos y tle los lombardss" \((arolus, sereníssimtts
León III no estará en condiciones de poder contradecir esto. 11littsttt.s, u l)t:o coronatu,s magnus et pacilicus irnperator, Romanum gubernans irn'
¡tt,r itrrtt. r¡tri tt ¡tt'r m.ist:ricortlium Deí rex Francorutn
ct Langobardorum.)
Pero esclarecida en un sentido, la situación creada por la cere-
tt¡ lt. sulto, pírg. 9ll.
monia, que tuvo como escenario la iglesia de San Pedro en la Navi- :'tt l'. ;ttI)tü, ¡rírg. 91.
i,r Vrlr.rr'. sr¡lrrc l.rkr, l¡s,4tLttult:; Luurt:sh., cd. Pcrtz, pág.38; ed. Katz, pá5. M'
li \/r"rc(' ,.lt¡ntilt'.s ¡,,ftr.I,,.s, rñr¡ fll(¡. ¡lil1. I | 1. l,' l,l rrr,,ni,. 'l'r',',lrrrrr.s ((lrí,rti, rt. ,175), rJrr,, r'scrilrílt t:lllrr: t'l año Bl0 y el Bl4.
lOO FUNDACION DEL IMPERIO EXALTACION DE, CARLOMAGNO AL IMPERIO 101

ese "im-perio
reveló impracticable, ya que, aun antes de que pudiera ser plan- ¿Cuál es, a lo menos, el destino que columbra para
teada, un nuevo usurpador se había impuesto en Bizancio en la ,,,niuro" parcialmente reconstituido en su provecho? Hay que decla-
persona del logothetes Nicéforo, que pronto se consolidó sobre el rirr que, snayez más, todo quedó en duda, o meior dicho, que todo
trono imperial. Hubo, pues, que negociar, sobre otras bases, un sucedió como si Carlos considerase eI imperio como una tealización
acuerdo. Asunto largo y delicado del que no se pudo salir sin es- momentánea llamada a desaparecer con él mismo' En efecto' a

Í.uerzo. comienzos del 806, promulga un acta para regular su sucesión en


La tensión llegó en un principio a tal punto entre los dos gobiernos caso de fallecimiento, este documento 5? demuestra gue en aquella
y
de Aquisgrán y de Constantinopla que se habló del inmediato en- fecha, de acuerdo con las viejas costumbres francas, cree inevitable
vío de un ejército franco a Sicilia, entonces territorio bizantino, y cl fraccionamiento del conjunio territorial reunido bajo su autoridad'
las negociaciones prosiguieron en medio de la trepidación de las Después de dar gracias al Todopoderoso, por haberle concedido
armas,53 para no terminar hasta el Bl2, en los días del sucesor de tres hijos legítimos, Carlos, Pipino y Luis, expresa el doble deseo
Nicéforo, Miguel I Rangabe, con un compromiso imperfecto por el de verlos, en tanto que él viva, conjuntamente asociados a su poder
cual el emperador de la "Nueva Roma"
-la del Bósforo* colls€Il- y el de transmitirles la totalidad de sus Estados después de su
tía, finalmente, en no tratar en lo adelante, en su correspondencia, ,rue.te. Sin ernbargo, deseoso, declara, de evitar toda confusión y
desorden, ha de precisar por adelantado el lote que entonces ha
de
como simple rey bárbaro a su colega de la Roma antigua, sino
calificarle de hermano, 1o que era contraer todo ello a una simple ser atribuído a cada uno de ellos. De su "imperio o reino" hace,
cuestión de protocolo y dejar sin solución el verdadero problema: pues, tres partes que comprenden: una, la Aquitania' la Gascuña'
el de la coexistencia de dos emperadores y el de sus relaciones io Septi*u.ria, la Érovenrá y la "Bo.goña" occidental; la segunda'
mutuas en los límites del antiguo imperio romano. Italia, BavieraylaAlamaniaoriental; la tercera, todo lo demás' Este
úrltimo grupo territorial, el más importante porque incluía el
La misma ambigüedad se mantenía en el plano interno. ¿Se adscri- viejo
bía una autoridad nueva al nuevo título que recibía Carlomagno? pui. frá.á *Ffancia, como se decía entonces-, estaba reservado
Parece que ni siquiera se hizo esta pregunta. También en esto todo al primogenito Carlos, mientras el primero se asignaba a Luis y el
quedó en el aspecto protocolar; se exigió a todos un nuevo jura- ,"grrdo u Pípino. El emperador estipula que cada uno de sus tres
i'contentarse
mento de fidelidad al soberano en su calidad de emperador, ya que hifs deberá con su parte" y asegurar su defe¡sa, sin
Ios juramentos anteriores sólo se referían a él como rey.Ea En Io intentar nada sobre los territorios de sus hermanos con los que,
demás, no se produjo cambio alguno. Tal vez pensó Carlos €r reá' cspera el emperador, ha de vivir en "paz y caridad",58 1o que con-
lizar reformas después de su elevación a la dignidad imperial; du- lleva deberes de mutua asistencia en caso de grave amenaza pata
rante algrin tiempo se abstuvo de toda operación militar 55 y estudió la seguridad de cualquiera de ellos, Así también, en virtud del ar-
el año 802, con sus nobles del orden laico y del eclesiástico, la tículo 6, los tres hermanos se comptometen expresamente a prestarse
revisión y nueva redacción de las leyes en uso, asi como la codtfi- socorro unos a otros contra los enemigos de fuera o de dentro' y
cación de los textos canónicos y disciplinarios que interesaban a la cl artículo 3 dispone facilidades de paso a través de los Alpes para
vida religiosa;56 pero los resultados de esta actividad parece que cada uno de los tres hermanos' a fin de prevenir cualquier peligro
fueron mediocres y nada revela, en las capitulares promulgadas c¡ue pudiera artenazaÍ a Pipino' Pero el artículo 6 estipula' igual-
entonces o durante los años siguientes sobre estas materias, que ,,,,ente, que los tres hermanos se abstendrán de toda intervención
existiera una nueva concepción directriz; como emperador, Carlos cn los asuntos del vecino, y varios artículos (los 10' ll y 1'2) se
proseguía, sin más, la obra comenzada antes del año 800. tlirigen a establecer y mantener una estricta separación entre los tres
luturos reinos, tanto en lo que se relaciona con los bienes privados
5:r Véase, para el detalle, F. Geusuor, Notes critiques sur Éginhard, bílgra¡the y
ilc Charlemugnc, en la Re:tu,e belge dc phi.lol.ogíe et, d'histoíre, año 1924, pár:inas como en lo relativo a los vínculos personales de recomendación
725.7sfi. Iidelidad.
ri (',uttitu.l,., t. Í, n'¡ 33 (co¡rienzos del airo 802), art. 2, pág,. 92.
t't' .1tnnrlr.\ rt4'tilr's. años flOl'fl0i]. r;¡ O,tl,ittll- t. l, n' 45, pírgs,. 126-130'
lti (:t!t,itul.. t. l, r¡,,.:lr,:ill (110:), ¡rí11s. 105 lll. :'\ ltlt'ttt. ¡rrr:útttlrttlo y rrrlír:ttlos I n 3'
102 FUNDACION DEL IMPERIO

. Sobre un solo punto espera el emperador de sus hi¡os, después


de su muerte, una política común: por el artículo 15, ál evocar s,
propio ejemplo, el de su padre y el de su abuelo, les exho¡ta a .ase-
gurar todos juntos la defensa de Ia Iglesia de san pedro (es decir,
el papado)... y procurar que se le haga justicia". Más aun, todas
las disposiciones tomadas por el emperador suponen Ia ruptura defi-
CAPITULO VI
nitiva de la unidad después de su muerte. se mantiene intacta la
costumbre franca de los repartos territoriales, no sólo para lo inrne-
diato, sino aun en el caso de nuevas eventualidac{es: failecimiento ORGAINIZACION POLITICA Y ADMINISTR'ATIVA
de uno o de otro de los hijos, nacimiento de nietos en estado o no de
suceder a los fallecidos (artículos 4 y 5). Sin duda, carlos tiene
plena conciencia de Ia necesidad de salvaguardar sin rimitación L- Tepnlronlos
alguna, mientras él vive, .su poder absoluto sobre el conjunto del ya la Europa occidental un
imperio (art. 20); pero, una vez que él haya muerto, aguel imperio ¿Dorninacia por los {rancos, lorma
todá coherente? A primera vista hay que dudarlo' El reino franco
está llamado a desaparecer y la unión de sus herederos-se reducirá
[ué constantemente aumentando por medio de la conquista, pero
a lo que su buena voluntad recíproca permita (artículos 14 y 16). han conservado su fisonomía
De las nuevas perspectivas abiertas por ia coronación dll u¡o las poblaciones que se fué anexando
parte
800 no subsiste mucho, como se ,r", *"rrá. de seis años despu,és de p.opiu, sus costumbres, sus leyes y, en más de un caso' una
aquel acontecimiento. Parece que el imperio no sea sino una apoteo- de su individualidad Política.
sis personal de ca¡lomagno, apoteosis cuya duración está limitada
El particularismo étnico, como se ve, todavía opone en muchas
por su misma vida personal. Y, sin embargo, la muerte prematura .ornur.ur, aun en la Galia, vigorosa resistencia a todas las tentativas
de asimilación.
de sus dos hijos mayores, fallecidos con escaso intervaro el uno del
otro,5e antes de que él mismo descienda a la tumba, va a tener como
NohablemosdeBretaña,que,consupoblacióncéltica'suclero'
otra
imprevista consecuencia la de que, el imperio fundado el año 800 dotado de una organización que no tiene analogía con ninguna
nacionales' jamás
del continente, y sus mriltiples condados o ducados
en la incertidumb¡e y el equívoco, no sólo sobreviva a las circuns-
había sido aún incorporudu u los territorios francos' Todo lo que
tancias gue le hicieron nacer, sino que, sin conservar nada de lo gue
pudo
-y conseguir Carláagno, después de dos duras campañas en 786
hubiera podido ofrecer por un momento la irusión de un renacimiento 1
799, fueron promesas áe fidelidad, de las gue ya di¡imos 1o
gue
de la Roma antigua, adquiera, poco a poco, la forma de un organismo
podía esperarse.
original, ese organismo que llamamos Imperio carolingio y que, la que
durante cerca de un siglo, dominará sobre la Europa occiientáI. Pero hay, en el otro extremo de la Galia, una provincia a
no ha privaáo d"., libertad el hecho de que haya sido incorporada
teóricamente a la monarquía francal la Gascuña' A diferencia
de la
península armoricana, [u¿ considerada como parte integrante del
Irrlp"rio, y en 806 figura entre los territorios que Carlomagno señala
pn.o .", repartidos después de su muerte'2 Comprendía a la vez
nu"rtru Gascuña y los países vascos actuales, ya q:ue' como se sabe'
las palabras vasco y gascón no son sino dos formas de un mismo
,,n,,ir" (en latín, uasco). Habitada dicha región por un antiguo
las costumbres y hasta el
l.treblo dL rnru ibérica que por la lengua,
vcsticlo camisa de anchas mangas, calzones amplios y un
-üfla
50 Ilirrino, cl I rkr julio rlcl año tlr0; (irrros, rrn rrir.ilnrr¡rr: rrr:l filr. ví,¡sr: t l/ . ';rr pru, pi¡. ('7 .
Iliiunr¡,;rr,Milrrr.r^1,¡r,lt, no" 4,67u y SlStt.
.. (.',tl,itttl., t. I. rr'' 15. rrrt. l' ¡rí11' l2[]'
l()l

&rli
10.1 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 105

corto manto redondo:|,* se diferenciaba de los habitantes de las ridad, a su hijo Luis.6 ¿No podía tenerse a éste por aquitano cuando
regicnes más septentrionales, fué necesario reaiizar prolcngados y la casualidad le había hecho nacer un poco antes (el verano del
sangrientos esfuerzos para conducirlo, primero, a pagar tributo y [i- 778) en Poitou, durante uno de los desplazamientos de su padre? ?
lialmente, en los días de Carlornagno, a reconocer la autoridad del Parece que Carlomagno quiso halagar el amor propio de las pobla-
rey franco. ciones meridionales al ordenar que el niño fue¡a vestido a la manera
Aquella provincia había logrado conserv:tr Lin duque nacio- de los gascones que, sin cluda, se seguía conservando en una parte de
nal cuya fldelidad brillaba por su ausencia y bajo cuya dirección el Aquitania,s al concederle el título de "rey de los aquitanos" (rer
país siempre estaba dispuesto a rebelarse. El episodio de Ronces- Aguitanorum) y al prescribir la constitución de una corte real pare-
v¿rlles no fué, a este respecto, sino un ejemplo entre muchos. Aun cida a la suya propia, con una jerarquia semejante de grandes
el año 813, unas semanas antes de la muerle de Carlomagno, los oficiales, una cancillería expidiendo actas redactadas en la misma
gasccnes intentaban, igual que en el 778, sorprender un ejército forma solemne que las suyas, y oficinas para acuñar monedas con
franco a su pa.so por los desfiladeros pirenaicos.a cl nombre del ;'oven príncipe.e Todo estaba concebido para pro-
Desde el Garona al Loira y desde el Océano a los montes Ce- clucir en los aquitanos la ilusión de una semiautonornía. Y, en rea-
vennes, el conjunto de los territorios que entonces constituían la lidad, la combinación era viable, ya que no sólo se mantendría hasta
Aquitania llevaba el sello de un pasado que hacía dificil la asimi- li¡ muerte de Carlomagno, sino que iba a sobrevivirle.
lación completa a las otras provincias francas; por mucho tiempo En el territorio germánico tuvo Baviera un régimen gue presen-
Aquitania vino a ser como una especie de zona de explotación que lirba algunas analogías con el de Aquitania. Aunque desde el siglo vr
los reyes francos ,se repartían como botín. Orgullosos de la cultura tlc¡rendían del reino franco, los bávaros se habían mcstrado tambi,én
que les había dado Roma, los habitantes detestaban la grosería de rcfractarios a toda asimilación; conservaban su derecho (la "ley
los conquistadores bárbaros y se delendían indómitamente contra ,lt: los bávaros") y sus duques nacionales de la vieja familia de los
sus empresas. El rey Dagoberto había intentado atraerlos haciendo A1¡ilolfingos. En el siglo vll llegaron éstos a rechazar, casi por com-
de su país, el año 629, un reino aparte, aunque subordinado a su ¡rlt't., la hegemonía franca. Dos campañas de Carlos Martei, el 225
autoridad suprema, en beneficio de su hermano Cariberto. Pero 'éste t' rl 728,to no lograron de manera durable abatir su espíritu de inde-
murió el 632, y con él desapareció el reino aquitano' Desde entonces, ¡,,'rr<lcncia, ya gue, treinta y cinco años después, su dugue Tassilon
la Aquitania [ué recuperando poco a poco su libertad de actuación. ,,,' ;rlzaba de nuevo, como hemos vi.sto,rr rehusaba todo concurso
A fines del siglo vII, tenía un dugue elegido de entre su población y rr¡rlil;rr al rey franco y se conducía como príncipe independiente, no
del que los merovingios acababan de obtener que reconociera su 1,,llrnclo ya sus actas sino por los años de su propio reinado en
soberanía. Carlos Martel y Pipino el Brerte tuvieron que ir a impo- ll,r'it'r'¿r, Sabido es lo que siguió:12 obligación de prestar juramento
nérsela con las armas en la mano, hasta que, en el 768, al sucumbir ,1,. lr(lclidad a Cariomagno el 781, Iuego, una nueva rebelión, des-
el duque Waifredo después de ocho año,s de lucha sin cuartel, se Irr(:i (lc la cual tuvo qtle renunciar en favor de los carolingios a
pudo, ai [in, proceder a Ia instalación de funcionarios francos en el t,rll¡'' *u. derechos, tanto los personales como los de sus herederos.
interior del país.5 l)r'r'. ¿runque ya no había duque de los bávaros, Baviera subsis-
A pesar de todo, se mantuvo tan vigoroso el particularismo aqui- ti.r N. rrtreviéndose a destruir su unidad, carlomagno se lirnitó a
tano que el año 781 , 1o más tarde, e inspirándose tal vez en el ejem- 'rrl,il¡tr¡ir'¿r los Agilolfingos por un gobernador de alto rango, su
plo de Dagoberto, habla Carlomagno iuzgado oportuno recon,stituir , ilrr,r(1. (lcrolclo que, con el título de duque o "prefecto de Baviera"
allí un reino subordinado y confiar su gobierno, bajo su alta auto-
ti t l, All;1. y Srtrsoru, t. I, pág.297; Auztl.s, págs.3_21.
3 Así los describe aún, algunos años despuós de la muerte de Carl()magno, cl , ll.l \l rr ñlír¡ll,ll¡clll,lr, n,) Sl5q.
hiógrah de Ludovico Pío llamado el Astrónomo \Vita Hlu.dotiri] en srr ca¡rítrrio lV. ', 1,,r, \sl¡rir.toruo, ( iir¡r. 4,.

ISolrre los vas,(]os o vascones pUede versc SÁlCrrtZ Ar.tlOnXOZ, tll. t il. sttl)t tt.l¡,lllo lll,
t' \¡¡r r t Sl¡l:rol, t. l, ¡ri;:,s. :l{)?,-399.
¡rassim. | ['l'.]
l, ll.n \l lr Nlir¡rrlr,rr ll:n, no,; i)7t: y 38u.
1 l/. stt,l¡ru. ¡rrig- (rl-r. II I .,ll'ttt. ltii,. :ttl..
t' l' . ¡tt l¡t tt, ¡ ri 1';. 116. | \,,¡., t ¡rl'. lll flll, stt¡trrr.
FUNDACION DEL IMPI]RIO
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA TO7
106 rania carolingia y sometiéndose a pagar un tributo; el de Spoleto
(praefectus Baioariae), recibió la-misión cle administrar todo
el du-
Este quedó en situación análoga a Ia de Tassilon de Baviera antes de
cado cuyos límites ,igui"'o' siendo exactamente
los mismos'13
(799)' con su postrera rebelión: su ducado forma parte, en teoría, del Imperio
régimen se mantuvo"derpre, de la mue¡te de Geroldo cirrolingio, pero sigue gobernado a la lombarda y por lombardos.le
reemplazado
la sola reserva ¿" q"" "i ptefecto [u'é desde entonces Atravesando la península, desde Ia desembocadura del Tíber al
dos piaeiectí Baíoariae' que actuaban conjunta-
;;;; directorio de individualidadr Adriático, el Estado pontificio, o, según ia expresión entonces co-
mente. Baviera iba a conservár *ucho tiempo aun su "república de San Pedro", conservaba igualmente un
uno de los primeros cuidados de Ludovico Pío va a ser confiar su 'riente, la
titulo cle "rey político y administr¿rtivo distinro, con una pcblación some-
g.bru.rro u *ro ¿" .r. hilo', to""di¿ndole' con el 'tlgirnen
titla en su maycría al derecho romano y gobernada en nombre del
á" 1o. bávaros",1a las mismas prerrogativas y la misma
autonomía
decir que Baviera estaba l)ir[)a por luncionarios pontificios.:o carlomagno no f.uvo escrúpulo
que al "rey de iou uqritu,,ot"' Ño h3V c""
Gascuña al régimen *rr intervenir constaniemente en ese Estado, Pero ¿estaba allí en
sometida de la misma manera que Aquitania o l.r'r'itorio del Imperio? Este punto quedó, parece que intencional-
común. rrrcnte, en la penumbra.
todavía' Italia' Las par-
A ese régimen escapaba, más claramente I-Iabia, finalmente, dentro de los límites del Imperio carolingio,
el dominio de los Astolfos
tes del territorio qr"-o,,o" estaban bajo It'r'r'itorios de reciente, o relativamente reciente, adguisición, como
carácter de reino distinto'
f C" io, Deside.iás, nunca perdieron sudeja de hacer figurar Carlo- lilisia y Sajonia, en donde se mantendrán mucho tiempo, pese a
En la enumeraciÓn de sus títulos, nunca f.«l.s los esfuerzos violentos o pacíficos que se hagan, el recuerdo
¡'rey d" lot-lo*bardos"' y no sólo las leyes lombardas
*rS". "i ¿e que las rr.stárlgico de una independencia que no había cedido sino ante el
se sostuviero., uigo', sino que se aámitía' por 1o general'. ¡rl¡r'runo de las armas y fuertes tradiciones nacionales, contra ias que
"r, podían ser ob¡eto de
capitulares pro*rtgáJut;;t" tod-o "1. Imperio 'r. r'omperán todas las voluntades adversas. Además, el hecho de
variantespu..udupt*su,contenidoalacostumbreespecialde..I.om- t¡rrc los francos no hubieran jamás, antes de aguel momento, tratado
de1 reino fué confiado
bardía".15 lgrut qrr"l'Áq"io"tu' el gobierno rlt' .';1¡¡¡s¿sr al país conquistado a una legislación uniforme y que
carolingia bajo.la auto-
desde el año 781 u u, pri.r.ipe de la estirpe r',rtl;r pueblo, y hasta cada uno de los individuos que Io componían,
Carlomagno
,á"J ¿a ;e[e de lu .uru 'eul; u Pipino' hijo segundo devoluntad del ( rl,scrvara por doquier y constantemente
el año 813' por su estatuto jurídico origi-
y pri^", titular del cargo, sucedió Bernardo'16 Inútil .,r1, no podía menos que contribuir intensamente, aun en Ios países
emperador, p.opio hio de Pipino' llamado
rlr' ;rntigua adquisición, a conservar cierto particularismo. El franco
"ttrátria de un reino ficticio' pero se salvaban las apa-
J".,. or" se
su personal admi- ¡¡rlio vivía bajo el régimen de la ley sálica; el ripuario, bajo la ley
riencias: el rey de los lombardos tenía su corte' con Bi- el frisón, dependía de Ia ley frisona, el sajón, bárru"o,
directamente
nistrativo, su diplomacia, y le vernos negociar 't¡rrrrria;
r'l krr,bardo, el burgondo, e' romano, cada uno dependía "ide su ley
las órdenes que recibe de
zancio, aunque no haga sino ejecutar
¡r..¡ri:r. sin duda, se 'tataba de estatutos personales, independientes
Áqui.ita".'i Lirgu hurtu a promulgar capitulares'18 siguen' como rlel lrrg;tr de residencia; pero, en todas las comarcas anexionadas
Lo"s du.udos lombardos del mediodía
peninsular
manteniéndose al margen de la auto- rF(¡('rtcr.ente y en todas aguellas donde el fondo de la población
antes de la conquista franca' qr' :¡.stc,í¿r homogéneo, Ios límites étnicos
consiguió' final-
ridad de los reyes á" p""i"' El duque de Benevento señalaban, groir, modo,
rl ,¡rrrrr«r de aplicación principal de cada legisraciónl Esta regla-
reconociendo la sobe-
mente, .ulrraguurdar su independerrcia' aunque ,r*rt,rlr;r, en l:r práctica, la vida cotidiana de la mayoría de los
1ít Véase Cap. trII, suPrrz. Ir¡rlrit,rrt.s: ,rayoría de edad, régimen matrimonial, derecho suce-
11 Bó¡r'mn-nilÜrrr.recnnn, no'64:9a y 1338c'
(Capitul"
ar'i.. l,r'.rrliclades diferentes de un código con respecto a otro y,
r5 Tal fué, uI mt''nu,"1 tl" lu capitular clel l79'Ilamada de flerstal ('ililr. ( (rnsc(rrcncia, dc cada uno de los grupos étnicos. La impresión
"aso en 1o-' manusctitos italianos es eiectivamente
t. I, na 20) si es que "1 tt:xto que apalece
t:1 rk: lr rctla,:t:iírn ofici¿rl. Ill qr'l,rr. r..loq rll¡r.ltrlos. r',ilsc ]i Potrt,nRn¡¡¡, Lcs princípautés lombardes (na 9l
l(; IJiirrN'tt tt-N'!iittt,tl,tt ttt:n, no'515ó y 515c' rl¡ lrr llrl,li,,,,rrrlírr ).
t? !,'¡¡r. Attt;t. y Strts":'t. r' I, ¡'ír1s' :'itlft:iltq y pnssirrr'
'll[ 1,. l)r rrr rr l'.trtt ¡trt¡¡¡i lit¡¡1. ( ]r¡r. IX.

n
t:\ (.'ttl,it1l.. t. I, ¡,,. ()1, r)'1. t)5. l0l)' l0:l'
FUNDACION DEL IMPERIO
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 109
108 Ios juramentos de fidelidad de los súbditos. Revocable ad nutum,
de Carlo-
de diversidad que, a primera vista, produce el imperio puede también ser trasladado a voluntad del emperador: el mismo
magno se encuentra, con todo esto' reforzada'
conde puede permanecer en la misma circunscripción, quince, veinte,
treinta años;z+ Ie es permitido en ella adquirir bienes y, en contra
II.,- APn¡l¡¡ISTRACIóN LocAL de lo gue se dice a veces, sucede gue, desde esta época que nos ocupa,
imperio constituir los miembros de su familia, en particular su hilo o su yerno, le suce-
Sin embargo, esta diversidad no impide a este den en el cargo. También excepcionalmente puede un mismo conde
los códigos' por.sacrificios
realmente un todo. Por mucho que varíen regir varios condados. Pero lo normal es que sólo administre uno,
particulares de algunos
qu. ," hagan en favor de las aspiraciones se collS€(- t la vez,
aun cuando
de los territorios conquistado', pát doquier' formados En todo momento el conde se mantiene en íntima dependencia
varan provl.io.ul*",'ll'";;;;;t' nacionales' funcionarios
por el rey carolingio ase- .lcl soberano al que debe el cargo y los bienes que a ,éste están
en los sistemas frur.o. y s"l"ttiot'udos ;rrlscritos, pues no teniendo sueldo no percibe otra remuneración, fuera
guran el desenvolvimiento de los servicios'21 tle lo casual
que en Tatin clá' -constituído por un porcentaje determinado sobre los
El principal de estos funcionarios es el conde' lengua.germá- ¡rloductos de la administración de justicia 25 y las contribuciones
sico se llama comes t ir"t (latinizado en
gtafio)' en
del engranaje administrativo; por lt'caudados por é1- que la renta de las tierras y de las abadías
el
,i"u. Co.utituye fiáO''"""t"ial (luc, sin cuidado para el carácter religioso de estas últimas, le son
De preferencia es hi;o
eso lo eligc cuidad;;;;; "t "*p"'udár' educado y ,*;it¡nadas normalmente a cambio de sus servicios, en los límites de
de una noble familia franca o' al menos' austrasiana'22conocimiento ,;rr condado.
designa sin
formado en la corte. El emperador no 1o Si un conde comete alguna iibertad que se juzga reprensible, se
es el condado (comitatus)' que tam-
de causa. Su .u-po de acción
{'\l)one no sólo a perder su cargo, sino también todo lo que forma
palabra país) y
bién se denomina pluiu' (de donde procede nuestra '.rr t omplemento y hasta, a veces, sus bienes personales; esto sucederá
al otro del Im-
gau ert lengua g".*á";tu' I-Iuy tottd"" de un extremo ya rr¡,¡:i cle ur,a yez durante el reinado de Ludovico Pío.
generalizarse más fácilmente cuanto
ierlo donde está práctica pudo de la conquista franca' Aclemás, el emperador sabe limitar la iniciativa que concede a
era usada en muchos paises germánicos antes '.lr:; irqentes, por el envío de instrucciones escritas o verbales, por Ia
El total de los condados entre
especialmente entre lts lot"Éatdo'' ,,lrlir¡;rción que les impone de solicitarlas en casos dificultosos y,
louqr"serepartelaadministraciónimperialaTcanzavarioscentena- ,,,,1,t'todo, por la de ir a la corte a dar cuenta y llevar justificacio,
res.2r La extensión á" ."¿. uno es varláble
y depende de la densidad
que algunas de-nuestras pro- rrr". r'ompletas de su actividad, por 1o menos una vez al año, al
de pobl.clOn. Los había más extensos rr'ilrrirse la "asamblea general". sabe, también, informarse sobre su
vincias y otros cuya superficie no sobrepasaba
la de un t'érmino
,r,lrrrinistración: las quejas de que se hace cargo su tribunal, Ias
judicial de nuestros días' rrr"lrr'r'r'iones de los missi, e7 más o menos discreto control que ejerce
atribu-
El conde ,"p."I"'tu al emperador en la plenitud de sus ,l ,,|,i:rrrr¡ en cada condado por la fuerza de las cosas, sobre los actos
cionesadministrativas:publicacapitularesytodaslasactasimpe- ,1,'l.ri Írrcionarios civiles a cuyo lado está colocado, son para el
impuestos' dirige las
riales cuya ejecución debe vigilar' percibe los '"lr('r';rr() ¡rrcciosas fuentes de información que no deja de tener
de caminos y puentes
oUr". páft.á. (.o""*ación o construcción ril(ili'nfit.
vela por el mantenimiento
y todos los restantes trabajos edilicios)' los coltingentes l'.1 ,,rrrlc tenía un delegado oficial: el vizconde (uicecomes), gue
del orden, administra 1a 1'usticia' recluta y acaudilla
y, {inalmenTr- *po' limitarnos sólo a 1o esencial-' recibe ,l ,rr',rr. clcgía y cuyo nombramiento proponía a Ia aceptación del
militares
'l l,,r¡ r'rt, r r.. lr¡ r¡rrr: sigue me remito a los resultados a que me ]levó ,na
?lParacuantoconciernealaadministraciónlocal'hayquereferirsc'engeneral'
las rlr: ¡'rl, rrl',r¡r,,n irri.i¡rrl¡r rrnrr.s rlr'l 1940; la pórrlida de mis notas, clcstruídas o robadas
car:olingias' principalrnenic
a Ias gr.nr.lcs ohras que tratan de las instituciones it¡rt,, , ¡¡rr rrrr lrilrlir¡lr.r.;¡ ¡rol Ios llcnrarrcs, mc olrligtr a a¡tlazar _su publicación. Entre
citadas en nucstra l)ibliogra[í¿'
Wntt'2, l'tt:r'ttlt, lll'l (;tlrl¡"'rnt;l':s -v RnuNNnn' (n'¡ 31' rkr lt Ilil¡li.g'rrfítl)' l" 'l',,rrlr,t¡1,, 1¡t¡is si;'.trililrrlivos Iuty r¡ttc sr.ñalar los rlc Ia Suiza alamániea y rle la
'..jj (:1. ll' l'otrt'Altltlt''1, l'r's grttrtdcs lrtntill''s t:t»ntaLcs 'r'|l,rl,i'r, lr.r¡,lr'' r,l,li;'rrrr ¡t rct'irlu ll,,,¡,rci,¡rr.s col¡icr¡lcs (.rl (.,rlir
:l:l !1"¡¡r. stl tt,ltlt'ltt lrllttt¡t .tr A' J'oryt;\.n' ltltts
(n" '1() rl. lrr llil¡liol:r¡rfíir)' [rilll.r.;ir.
' I t¡tlt,t. t,¡,",. llOlll.
¡ri¡,s. llr) lll) (lr'l tr'\lr! )' rrriltrirri rr" 7 l0'
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 111
I10 FUNDACION DEL IMPERIO
-había.otros diversos empieados a Por sencilla que fuera la organización administrativa peligraría
emperador.26 Bajo sus órdenes aun ellos encor-
con descomponerse y seguir imperfectamente los impulsos de la auto-
cuya cabeceru los uícarios (uicatií)' cada uno de ridad central, si ésta no dispusiera de solícitos inspectores capaces
".tubui (uicatia)'
,a uicatía
gado de administrar-;;;";;;;la "ot'áu¿o' de hacer respetar de un extrenio al otro del terriiorio las consig-
nombre de ceniena (centena)'
También se designabulu 'itu'iu con el t¡a se trate de dos
nas dei soberano. Estos inspectores fueron ros mlssl dominíci o "en-
v al vicario con el d"u'tnnurio (centenarius)' historia-
viados del señor" que aaualmente recorren er Imperio en todas direc-
iliffi;,"".:;;;;""te distintas' como opinan als1no; ciones.28
dual se
dores, que después se fun<lie,ron' ya .q"", "'i1. '"t*'-tt]:1.1 Ya los merovingios habían, a veces, utilizado enviados de esta
diversas' como inclinan
refiera simplemente a costumbres regionales los vica'rios' igual
clase' A fines del reinado de carlomagno, este servicio se había
sea'
a creer numerosos áotu-entot' S"á cotno del condado' pare-
generalizado, sin que los mlssi for,,.ururi propiamente una clase de
que los vizcondes v-i* "*ol"'dos tubulternos su dependencia
funcionarios distintos de los que hemos enumerado. Reclutados excep-
y esiaban baio
ce que eran designu¿clt-pt' "1 to'd" todos los aspec-
cionalmente entre los abades y, más comúnmente, entre los condes
como las suyas' cn activo y entre los obispos, sus funciones de inspectores venían
directa. Sus atribuciones abarcaban' reducido y con
en un cuadro más
tos de la vida administrativa' pero ¿r añadirse a las que ya tenían y que no dejaban de ejercer. Sus
Especiall-"":: "" "1
la diferencia progresiva, según su categoría' su competencia se limita
ntisiones son, además, tan sólo temporales y, aún a finales del reina-
terreno de 1a administraciói de iusticia' tlo, cuando se hicieron más frecuentes sus recorridos, no les ocupan
y varias capitulares
a ias causas llamadas rrcnotes ('minores) 'hablaremos después' pre-
de
sino unas cuantas semanas cada año. viajaban de dos en dos
i.r;;;;;, uno. dJ-slglo rx' de las que y obispo o conde y abad- y provistos de instrucciones del -conde empera-
.lru, lo que ha de entenderse por causas ffLenotes'
hay que rela.cionar los del
tlor; visitaban el conjunto de condados (en total unos seis o más)
Con los ,"p,"t""tu"tes del poder civil r¡tre formaba la zona ob;eto de Ia inspección, o missatícum, que les
poder eclesiástico, de los que no es
posibll prescindir cuando se h;rbía sido asignada. A veces sucedía que iban más de do. u irrrp".-
en el que el elemento civil y el reli-
expone el conjunto á" t"t E'tudo t irrnar un solo missaticum, pero en todo caso siempre se pareaban
están indisolublemente vincula- ,.ndes y obispos o abades para realizar la tarea que exigía, en efecto,
gioso, como veremos más adelante'
tener los mismcs límites que el l;¡ cloble y alternada cornpetencia de laicos o de LclesiáJti"or.
dos, El obispo, .'yu d'ut"tis suele
éste al territorio de la antigua En efecto, su inspección abarcaba variados aspectos: gestión
condado, ya que corresponde como y
sino un funcionario imperial' ,1,' los funcionarios de todas las categorías y rangos, observaicia
ciuitas romana, no es, sensu stricto' y centra- de
de la política unificadora l,r's capitulares y de las prescripciones de ros cáncilios, sentencias
uno de los más útites instrumentos
lista dei soberano, ;;;;" ;t"'o la religian cristiana se establece' en ,li,'t¿rdas por los tribunales locales, quejas formuladas contra
los
franca' no hay comarca ,,rrrrlcs o sus subalternos, publicación de las medidas decretadas por
principio, po, aoq"í"' pe"et'a la dominación
¿o"á"-ios obispos no desempeñen un activo papel en ,'l r.bierno superior, recepción de juramentos de fidelidad cuando
en el Imperio
".t manera en que son designados' rilr cirrnbio de soberano obligaba a renovarlos, etc. si se quiere com-
beneficio de la causa franca' I-a
del emperador' que se l,r,'rrlt'r r.:l campo que estaba señalado a su actividad, véáse el texto
.oÁo ,r"r"*os,27 los convierte en criaturas ,1,'lrrir circular que a comienzos del siglo lx dirigieron cuatro de
agentes de la autoridad
apoyaen ellos y t* t'iiti'u como verdaderos
p'oUít.., el soberano controla sus actos'
les dirige instrucciones como ''ll'*; ;r cada uno de ]os condes cuya circunscripción se disponían a
publicar sus capitulares y velar r'r,;tl¡ ll':
si se tratase d" .oodu., les encarga les hace
por su ejecución cua'ndo contienen asuntos eclesiástico's;
"( ):l t'rrvi;r¡lros csta carta para ordenaros,
en nombre del emperador, y rogaros
asambleas; finalmente' a rt'.r¡'( r(l.r.r('.t(' r)or nuestra parte, que os esforcéis en cumplir con todas lás
llamar y exige t' p'uttt"iu en las
grandes r
obliga-
cuya acciÓn puede dc , L'rri'. rrr,' .s t.rrrit'r.cn, tanto cn lo gue respecta
través de eiios, "'t'iu uol"t el clero in[erior'
al culto de Dios como al servicio
rl' r¡rr,'.t'. sr'ñ.r y ir lir sirlvrrci(>n y cuidado del pueblo cristiano. ya que nuestro
propósitos'
esta manera conformar a -qus i¡ r¡"r n,!'; lrr r'rr,,rnlt'lrtl;rrl,r, lo nrisn¡o rtuc a todos los demás nlíssl, presentarle
a

ftiSrlllrt'tllr.il,r'trntlt',ví'ir'..:r,!,lr.lltlIarlllt:llltrrlitlr]cW.S¡t;til:t.(ltilllillgrlr[í4, ' ll,, r' rr'¡ r'l r" rr¡rlir¡ lrr,lrr¡¡r.rrr;¡l rl. v. Krr,rusr (,0 130 rlc l¿r Rilrlio-
rf'll]5).
''; I i:r¡r. Vll, 'rr¡'rrr'

#
ORG.ANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 113
112 FUNDACION DE'L IMPERIO
La labor encomendada a los missi es tanto más pesada cuanto
mediados de abril un info¡me exacto sobre
la forma en que se han cunrplido en su que el número de viajes que se les prescriben aumenta sin cesar. De
transmitir por sus mlssi' pues está
reino las órdenes que estos últimos años hizo una capitular perteneciente a los últimos años de Carlomagno 31 pa-
a 1os quc se. han ccñido a e1las y repreuder
deseoso de recompensar dignamente a repa-
1o han hecho asi' ' ' Os instamos rece deducirse que entonces se había llegado a un total de cuatro
con dureza, como lo -"t"tá, a ios que no que se os hicieron
vcrbalcs iiras o recorridos anuales: en enero, abril, julio y octubre, y uno llega
sar vuestras capitulares, a recordar las instrucciones
por e1lo'
saber y a desplegar, pu,. uplitotlus' tal
celo que pocláis scr rccornpensados a preguntarse cómo podían estos inspectores tener tiempo para sus
gran emperador'
tanto por Dios como por nuestto señor e1
puntualmente y normales a.ctividades de condes, obispos o abades, sobre todo si se
"Os encarecemos, pues, ante todo y os recomendamos obedcccr a las tiene en cuenta los largos recorridos que muchos de ellos tenían que
cxacta obediencia
exigir de vuestros "*plt'á* V ¿" "á'ttot administrados' con su ministerio' Dedi- realizar, las expediciones militares en que debían tomar parte y
aquello que se relaciona
órdenes de vuestro obispo en todo
caos a mantener todos 1;;;';;;;;'áel
emierador-tal como os han sido precisados las asambleas generales en las que era oblígatoria su presencia.
de eilos' Haced plena' correcta
y
por escrito y verbalmentJ, p""t *tt tespot'sable
y a todos' sin ¿Cómo podían en tales condiciones estos altos funcionarios asegu-
eguitativamente iusticia.'flt ttf"titt' a
las viudas' a los huérfanos
rarse simultáneamente en persona de la buena marcha de los servi-
plazos abusivos y velad para que todos
fraude, sin corrupción, tio '""t'l"tiu o con cios que se les encomendaban?
queréis que Dios y nuestro señor os
vuestros subordinados f-r"Á l" mismo' si Aun había otras circunstancias agravantes de 1o que decimosl
o desobediencia' si hay quien se niegue
recompensen. Si enf,entai"a«* d" '"U"tdía tomad
a aceptar ias decisiones ;""';;;;
tol1fo'*idud con la ley o la iusticia' sus zonas de inspección, como era natural, no podían nunca ccincidir
"-' urgente' ya a nuestro paso' a
nota de ello y advertitt'*, yu inmediatamente
si es
de
con sus propios distritos administrativos y toda la extensión de los
instruccio-nes que hemos recibiclo
fin de que demos aviso á"'u.o"rdo con 1as duda sobre. el sentido de un territorios incorporados al Imperio, ya fuese la Aquitania o la Lom-
nuestro señor. No .i..-q,r" o. q,r"¿u alguna repre- bardía, estaba, en principio, sometida a su inspección. Tenían acceso
"..ir¿i, urgentemente a uno de vuestros
pasa]e de este mandamiento' " en enviarnos a fin de que aun a los Estados pontificios, aungue su ingerencia allí fuera discu-
explicaciones'
sentantes gue sea ,upu'-- d" iu"" t'u'tu
de nuestras
con todo'
;;;i"";;;",,J". tá¿o f-t"" i" avuda de Dios' cumplir tible.32 Inmenso campo de actividad en el gue los mlssi parece que
subordinados se os
"Poned atención, sobre todo' en que ni a vos ni a vuestros realizaron con celo su tarea de vigilancia y a la vez sirvieron de
con la idea de burlar o retrasar el eler-
sorprenda y disais ' h';;';;;;;;;;á"' 1o arregla- :rqentes de enlace permanente entre el emperador y todos los fun-
que hayan pasado los missí; después
cicio de la iusticia: 'iCuliaos hasta celeridad en juzgar los cionarios provinciales.
pot to"t'o'io' dedicaos a imprimir
remos efltre nosotros!' ".r*"r.1tJrá
"f si algún No hay duda que de esta manera logró Carlomagno mantener
asuntos pendientes ..,
u ,,r"stru lregair, ya quc cometéis
la marcha de 1a iusti-
1nulitiu retrasáis [irmemente el control de toda Ia administración, aun en las comarcas
engaño de esta tfu'" o tiiot^""^nf'*"t"o contra vos un severo
cia hasta nuestra lttgudu' estad"se"guro de que rendiremos ír las que concedió..üna semiautonomía. Los reges de Aquitania o de
informe' para que sirva de testimonio l,ombardía deben, igual que los demás condes, eiecutar las órdenes
"Leed y releed esta carta y conservadla bien' rlcl emperador, velar por la aplicación de sus capitulares, elevarle
entre vos Y nosotros"'29
torlos los casos de litigio, presentarse personalmente en las ásáÍr-
cuidaba el emperador
Esta circular demuestra hasta qué punto hlc;rs generales y dar cuenta en ellas de sus actos. La menor inten-
ul",,u *"iu't" a sus funcionarios y cómo
esperaba
de mantene, t'iírn de independencia por su parte sería reprimida inmediatamente:
"r, gubernamen-
realizat,por medio i" t" *¿ttl' la unidad
de dirección
liti- cl "ley de los lomba¡dos", Bernardo, 1o experimentará, en su per-
durante sus viaies' de los juicio, a comienzos del reinado de Ludovico Pío.se Lo mismo sucede
tal. Los missi se hacían cargo' 'casos
inmediatamente
que debían sentenciai por sí mismos o
enviar crr (l¿rscuña, en donde el duque nacional se expone a ser tratado
giosos
alsoberanoparasuexamen:cuestionesrelacionadasconelproce- t,rrrro rebelde, si se sale del papel que le ha sido asignado.
estatuto personal de los libres
dimiento, los tituloJ i" pttp'"¿"d' el ,Sin cmbargo, las provincias que confinan con las fronteras terres-
De todas maneras'
y de los no libres, lu 'ulidá' de las actas' etc'30
por la diversidad de
los problemu, 0,r",'|tu;;";J"; y complicados y gran experiencia ¡rr.rrrr;urcntc en ellas el contacto con el enemigo, forman territorios
.;t'; ,".luábu' una competencia amplia rt l,l, ttt, t. I, rr'' fi0, art. B, ¡rág. 177.
de los asuntos. :r' \'r.r lrrs lrrrtirs rI Arlriarro I citarlas szprrz, págs. 86-87.
2s Capitul., t. I, na 85, págs' 183-184' :,:t l. inlttt. ¡ri;1. lilil.
3o \'/1"¿s¡, ¡ror cjem¡rlo, Cupitul''' t' I' ne 58' pág' 145'
l'¡rtl,,tr,r,lrrr¡ ¡j.
114 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA II5
militares, a los que se denomin a tnatcas' En los textos se habla
de De esta manera no existía nada parecido a un ministerio de
una "marca de Bretaña" en los límites de la Bretaña independiente' hacienda. Las mismas palabras "tesoro pablico" (aeradum pubricum
"marca Hispá-
lu" .o*pr"nde Nantes, Vannes y Rennes; de una o fiscus), cuando se las emplea por casualidad, no son sino u,, ar-
,rl.u", en el borde de la España lsiamica, con Gerona' Urgel y Bar' caísmo culto sacado del vocabulario administrativo romano. Con más
países esla-
celona; de una "marca de Ériui", en los confines de los exactitud se habla de la cámara (camera) del emperador, en donde
vos del sui; de la marca avara, de la "marca wenda"' de ia "marca están acumulados, en efecto, Ias especies amonedadas, los lingotes
todos
danesa". En cada marca (matcha, o en iatín clásico' /imes)' de rnetales preciosos y las joyas que se consideran bienes propios, de
los poderes están concentrados en las manos del jefe de- las tropas los que no tiene gue dar cuenta a nadie, y de los que, por tanto,
de ocupación, que tiene el rango de conde y lleva el título
de puede disponer iibremente tanto en beneficio de las personas que Ie
"conde de lu *arc.", en latín comes tnarcae y, en lengua germánica' rodean como en favor de sus herederos.Bb
marchiosa
marlegraf, de donde procede ffntgtaue' También se decía Igual gue el tesoro era un todo con su caja particular, su corte
y,, *í" tide,marchiius, áe donde procede matqués' Este personaje' o, como entonces se decía, el palacio (paÍ.atium) se confundía con lo
manda como
cualquiera que sea el nombre con el que se le designe' gue otrora se llamó su casa. su servicio privado no se distingue del
poner a su disposición para oficial, y la confusión que dominaba sobre esto en los tiempos
¡efe ias tropas que se cree conveniente
íru."r fr"rrt" a cualquier eventualidad, y por ello se tre dio también' merovingios se perpetúa en Ios días de Carlomagno. poco más o
Pero
;;;;"t, el nombre i. duqu" (dux)' es decir' caudilio o general' ya
menos los cargos están distribuídos de la misma manera.36 llnica-
sus prerrogativas sobrepasan las de un general ordinario' que' mente ha desaparecido, naturalmente, la mayordomía de palacio el
al igual q,rl lo. otros condes, administra' jtzga' recauda impuestos' día en que, con Pipino el Breue, el titular de tal función se convirtió
p.oáulgu decisiones imperrales y, en una palabra' actúa como aqué- en rey. Parece que el camarero (camerarius), guardián dela cámara
iio. ¿"it"o del orden administrativo en favor de la unidad franca' imperial en donde estaba depositado el tesoro,Bz cubrió en adelante
el conjunto de servicios propiamente domésticos y desempeñó una
parte del oficio que tenía otrora a su cargo el mayordomo del palacio.
III.- AoITINIsTRACIóN cENTRAL
Se trataba de un gran personaje al que Alcuino 88 recomienda acon-
Todo, dentro del Estado carolingio, va a dar a manos del empera- sejar bien al rey, realizar con prudencia Ias misiones gue le están
dor. Y es curioso que'éste no posea para secundarle en su tarea' sino confiadas, juzgar con equidad y ser generoso en la distribución de
una administración central de las más ruclimentarias' limosnas. En los días de Ludovico Pío, se va a comprobar a cuán-
LarazÓnprincipaldeestoresideenlamismasencillezconque' tos peligros queda expuesta la monarquía ante la influyente posición
del
en aquellos tiempos, se concebía el gobierno' Los representantes rlel camarero, en el caso de que la autoridad del soberano ilegara a
soberano en las provincias vivían de sus funciones y de las prebendas
clebilitarse.
colec-
que éstas conllevaban y, por otra parte, los gastos de interés
por estar' colrlo veremos' a 35 Véase el testamento de Carlomagno al linal de la Vie d.c Charlemagne, por
tivo, como los de las obras públicas'
en especie' no pesaban li¡qirrlrard (ed. y trad. de tlaiphen, págs. 94-102).
cargo de los usuarios en forma de prestaciones 3(i describir la organización del palacio carolingio en esta época a que rros
quedaba liberado
sob-re el gobierno imperial, que de esta rnanera ^l generalmente se sigue demasiado el De ordine palatii de HrNcueno. En
tr'f'r'r'irrros,
verdadero abrumo
de una carga que, rrras que otra alguna' constituye .lr, lrrgar dijimos (nq 154 de la Bibliografía) por qué convenía no tcnerlo en cuenta
priblicas
para tros E.tu,tro. *oderror. I-a parte de ias recaudaciones ¡,rrrr l,s rlías de Carlomagno. A lo surno, se trata de un opúsculo de propaganda, no
después que los condes se- rL u¡r lrat&do objetivo. Nuestla exposición se apoya en el examen de 1os textos
i.r"-t.rg"uuuba en la tesoreria imperial de sus . l¡i.llu.(rlo oontcrnporáneos de Carlomagno, que son los únicos valecle¡os, ya que
porubui. el porcentaje que les correspondía como remuneración l,r. ilr,,tilt¡tioncs sc nrr¡rlificarcn Constant¿merlc r{6iante e1 siglo fx. Con estas reservas,
servicios, iba a agregarse allí a las sumas procedentes de ia
explota-
¡,rr",l, rr lr;rlllrrso inlonn¿cionr:s írrilcs en'!larrz, t. Iltr, 2+ ed., págs. 499-sBS; Fusrar,
cii:n Cc los «lorninioJ ,j"1 "*pu'a<lor, y éste podía disponer de todas r¡r I ,,r r.\\{ir.ts, t. VI, ¡rir1,,. 322-333; I3RurllR, t. TI, 2o ctl., págs. 130_161.
ell¡t¡¡ ¿l su antojo' :r
' l'rrt t sl, litrttlriirrr l,r ll¿rma Alr:triro urcariu,s .r d.ispar:salor thr::;aurorum (E¡tis-
t,,1,t, I l\, ¡¡! lll, ¡lir,. 159).
:rt \''r1rr.,, lr(,!.( i,l,rtrlr), (lrr¡titttl. t. l. 1''' :106' l ll()' . l,t,ttt. ¡,:i,,. Ilrl.

&#
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 117
116 FUNDACION DEL IMPERIO
en los comienzos del siglo vrrl, y de ahi tomaron después los cl,érigos
A su lado figuran'3e en primer término' ^por
cus), encargado de p'o'""' ál palacio
y que' '"n:^'."^*-^(*"t"1'
esta razón'' se le de su oratorio particular el nombre de capellanes (cappellani o cape-
regiae nTensae praepositus'
es llani). Desde entonces, estos términos de capilla y capellanes se
acostumbra u d".;g"u' en latín tla'ito o hicieron extensivos a toda clase de oratorios, sin que se olvidase
decir, "prepósito d; i; ;;¡' teal": "r copeto (buticularius) el nunca, sin embargo, que en un principio se habían aplicado al ora-
finalmente'
"iefe de los escancij¿ot"';; (magister pin"'nu'um)'' *:d::.':ble (co- to¡io del príncipe carolingio; más de un escritor lo recordará en el
"conde del establo",'"' J*tt' J"iu' caúallerizas' : siglo rx y exaltará las virtudes de la venerable capa confiad,a a la
personaies tenian a sus órdenes
mes stabulíJ; estos i'"t titados guarda de los capellanes imperiales.
t 1üuo'¡"tut' es o
cubi cularii' adscritos
diversos empleados S;;;it;;;t porte- El ¡efe de éstos, que todavía no poseía designación particular
del emperador' ujieres o
al cubiculumo uout'JáIi" pt*t¿" siguiente no se le llamará archicapellán (archi-
mariscale' (matiscalci) o
tos (ostíari,), .t"i;;;;;' á"uttiudotes'tu*u'"to' los tres jefes de -hasta el reinado
capellanus o summus capellanus)é,1t no era, sin embargo, un cape-
palafreneros' etc' p"l'""r-ln"ui q"" "f.
liJtaban su actividad a los llan del mismo rango que los otros. Al abad de San Dionisio, Fulrad
servicios q,r" utubui'Ll""itu''no de (muerto el año 784), que ocupó ese cargo a comienzos del reinado,
basta to" l""t los documentos
asuntos privados ¿"i^""'p*t¿or; muchas veces sucedieron por nombramiento de Carlomagno dos grandes prelados:
que a ella agregaban
aquella época para darse cuenta "tlu"'es'
según fuera la primero el obispo de Metz, Angilram (rnuerto el 791), y luego el
bien mandos militulJ J *"iot'"t
d" toiu'
de Colonia, Hildebaldo, gue vivió hasta el 818. Para estos dos últi-
voluntad imPerial' tampoco aparecen' en mos tuvo que solicitar del papa una dispensa de residencia en sus
Asi como no hay ministerio de hacienda'para las diversas ciases diócesis respectivas, que no podían respetar si querían atender el
dt.rtrrro.
oeneral, dentro ¿" p'rri#,""r";a. no se hace sentir' cargo para el que el emperador les designaba. Además, obtuvo para
y
á" ururrtos q," d"ú"' tramitarse todas " ""t"'idad
las.cuestiones' cualquiera ellos la dignidad arzobispal, que no estaba adscrita a sus diócesis.
ya que, en los *;;t^;;;Ju¿o'' de la competencia de los Debe señalarse que en ambos casos su petición de dispensa se apoyó
que sea ., ge""'o' son indistintamente
J",¿",.si,,"*uu,
jt.H;Ñ;::.ijl:"":f en la obligación que tenía de mantener "constantemente" a su lado
"para las necesidades de la Iglesia" al prelado a que se contraía Ia
servicios especializados' ya
que requlel
uno
;**":Jii""'#:*:: solicitud. Y hasta sometió el caso de Hildebaldo a un concilio
áos servicios desempeñados'
nada natural"" y;;;;ii'"tftu' y
por clérigos: la capilla la
reunido e1 año 794 en Francfort, en presencia del legado de la Santa
exclusivamente y eiot'ro d" p."I"rencia, Sede, para el examen de la herejía adopcionista.a2 Con esto ya se
*"¿51iil que se daba al ora- dice 1o suficiente en cuanto a la importancia de algunas de las cues-
(cappetla o capella)' era el nombre a ese sitio' tiones sobre las cuales deseaba obtener consejo en todo momento
este nombre sólo se aplicó
torio real.a. por mucho tiempo de cappa' designaba una de
de un prelado calificado, El archicapellán, jefe de su capilla, era a la
ya que la palabra cappella'' -diminutivo una capa vcz, su conseiero permanente en materia eclesiástica o religiosa, un
las preciosas reliquias que
ulli se encontraban depositadas' t'«rnsejero cuya función debía ser muy importante, a juzgar por los
desde el siglo vtt' disponían
los reyes
de San Martín, 'J"" f' cual' Parece ckrcumentos.a3 El proceso verbal de un concilio, reunido en Magun-
juramento en stl propio oratorio' ci¿r el año 813, da al archicapelien Hildebaldo el significativo trata-
francos que se prestase apropiado esa reliquia
que los antepasados de
Carlomagno se habían rrricnto de "arzobispo del sacro palacio" y Ie reservaaa un lugar
ori Cour-'lNcrs' t' VI' rlt- honor a \a cabeza de los arzobispos que están allí citados; de esto
destacan en Fusrr'r'
39 La mayol parte de los textos se estudios lroclcrnos deducir el rango que ocupaba en el Estado.
s;'**rn' t' II' iJ "¿'' pág'' 138 v sigs'' v 1o-+ véase
páss.326v sigs' Véase t'i'¡'i" y de butícularia's'
pu'u los términos. it
"o"'"ál"ut I I l,lrr r¡na de sus cartas (Epistolae, t. IV, pág. 134, no 90), Alcuino le llama
de detalle u Io'
"o'1"' '"*li"' no' ro t-oi''lat dc tillis) y pág' 3l l' att' 6;
principalmente C"r¡''i'"''"i"ni'' ""' para e[ dc \tiltt tut, ttt¡tpclluc primiccríus; pero este título nada tiene de oficial.
para el de masister ;i;'';';'';;;:'lo' -;;""
Aunot"s.iovÁ "¡' 781' pág' 58: añadir 'r:i \'í.:ursr: lrs actas del concilio en Concília aeoí karol., t. I, ne 19, canon 55,
Fusr¡:'r' or courei'ictis'
resiae mensae ,'*,';:;;;:''";:;;;: "ituao"po'
t' I' pág' 362' verso 68' ¡,ri¡i. l7l, y Ort¡titu.l... t. l, rre 28, canon .55, pá9,.78.
11
to' Poetae lat''
Angilbort, n""t" ,u;i;;;i "' tlc \i/' Liiu':lrs" i¡¡11¡ r:n 'lll lnrl¡r'lrrloq r.n r.l r:slttrlio rlc Liintns, págs. 34-38.
'l(l Sol'r(' tr¡rlo lo t¡trc sil¡ttt" r'íase ci t'ttutlit"'i"tt'iol t t (1,¡n, ilitt ttt t'¡ Lut('1., t. l, ¡»i¡. 259.
rrl¡(:slrrt llilrlit'1'rrrlílr
( lr" llll ) '

iilltil I
FUNDACION DEL IMPERIO
ORGANIZACIO}.I POLITICA Y ADMINISTRATIVA 119
118
capilla y la alojamiento del emperador y su séquito durante sus desplazamientos,
Intimos eran los vínculos que existían entre la o los de veneros (uenatores) y de halconeros (falco'naúi), encarga.
cancilleria. La redacción y expedición de actas
o diplomas' en una
oficial era el latín' dos de las cacerías-, puede decirse que no interesan para nada en
época en la que, en Occiáente, la única lengua la marcha del Estado. Así, pues, para gobernar, el emperador con-
encontraba entre los
suponía una cultura ;; t;; m-ás facilidad se taba directamente con el personal que 1o representaba en las provin-
en consecuencia'
clárigos que entre los'laicos' Más de un capellán' cias y al que se esforzaba *sus capitulares lo demuestran- eñ máfl-
lu, ofic¡nas de la cancillería en calidad de notario
ñ;,r# tener constantemente bajo su dirección.
(notaríus)."r,
un servicio
No por esto dejaba de constituir la cancillería nota-
encomendada a uno de aquellos
distinto cuya direccior,
;i q""iabitualmenre"rtá¡u
(can-
;;,
-""irr¡"t1. se daba entonces el rírulo de canciller IV.- Asan¿BLEA GENERAL
El canciller siempre era escogido entre el clero' Pero ei emperador no sólo quiere establecer contacto con sus
alto {uncio-
Al cápellán y al canciller hay que agregar un tercer representantes en las provincias, sino con todo el pueblo, Para esto
nario de la corte .ufiirgiu, el'co,ide iel palacio (comes palatií),+6
se vale de 7a asamblea ¡¡eneral (conoentus generalis), que se llama,
de
qr" al soberano en"el e¡ercicio de la administración iusticia también, audiencía general (placítum generale). a7
".rr," tribunal imperial'+ti En e[ec-
y cada vez más p."*iá"-""-1'gu' "'yo el Todos los años, de acuerdo con una tradición antigua, convocaba
en ese tribunal'
to, el volumen de los asuntos acrece constantemente el emperador a sus súbditos para reunirse con él antes de ponerse en
a medida que se extiende el poderío y el
prestigio de Carlos' Así' este campañai pues para una nación marcial, como Io era el pueblo franco,
..rgo qr"'todavía era moáesto a fines de la época merovingia
se
las operaciones rnilitares son cosa normal que anualmente llegan
hacecadadíamásimportante.Hastaunacancilleríaespecial,oCÚ- con la primavera. La asamblea coincidía con Ia concentración de
pada únicamente de la redacción de los juicios'. se
constituy".,f:""1 las tropas y la fecha de su convocatoria se elegía de acuerdo con las
que dirigida por el canciller' El
po.o ul margen de aquella otra está necesidacles militares. De marzo, mes en el que, todavía a comienzos
por laicos del siglo vIII, tenia lugar esta concentración *de ahí su antiguo
personal es distinto. óo,"puestu, al parecer' exclusivamente
del canciller son clé-
(cuando los notarios tolocudo' a las órdenes nombre de campo o catnpamento de tnarzo (campus martis)-, ss
de recibir sus orienta-
rigor), adquiere, por necesidad, la costumbre trasladó, en un principio, a mayo, convirtiéndose así en campo de
del conde del palacio' Desde comienzos del siglo tx' los docu- rnago (campus maii o campus madius); y este nombre, que se dab,a
ciones
mentosqueexpideestacancilleríajudicialvanmarcadosconunsello ¡ror extensión a la misma asamblea general, se mantuvo, aunque poco
especial y tienen una fisonomía propia que transparenta
la unidad it poco la convocatoria fue¡a retrasacla a junio, hasta julio y aun al
adquirido el jefe de
de dirección y demuestra la importancia que ha rrres de agosto.
la administración del que emanan' Todos los súbditos del Imperio se consideraban convocados y
acabamos de reseñar' l)resentes. De esta manera todas las decisiones que se tomaban allí
Pero una vez citadÁ los pocos servicios que
;'administración central"
puede darse por cuadro de 1a lo eran con la aquiescencia detodo el pueblo (omnis populus), y esto
";;ñ-i
de los días de C;;ü;;g""' Si aun hay un
reducido número de nunca dejaba de declararlo el emperador en las actas que promul-
en los textos =como ,¡rrba después de la asarnblea. Pero no hay que decir que, enla prác-
empleos de los que, a veces' se halla mención
sin duda' de disponer el lic¡r, sólo estaban presentes los nobles (optimates o proceres), es
los de hostaleros (mansionaríi)' encatgados'
rlt'cir, sobre todo, funcionarios y primates, y (representando la
r15 Sohre este o{icio véase el muy extenso estudio
de II'-E' l\{lv¡n (na 132 de
lr,r:irr clc los súL,ditos) las tropas que iban a la reunión para cumplir
laBibliografía),enclondesehal]arárrtotlaslasreferenciasútiles.Cf.Bnul¡n¡r,t.II, trrr¡ l;¡ orclen de movilización. El iugar en que se celebraba la asam-
2+ ed., págs. 148'154, ;;;;'; i" cancillerí¿ jutlioial' II' Bnrssr'ru' Hantll¡uch tler l,lcir kr tlcterrninaba cacla año el emperador, y estaba en las inmedia-
IJrkund,enlehre, t. I, 2" ecl', pág' 380' ( i()n('s rl .'uno de sus palacios o de una de sus residencias campestres,
-tG Ar:tas d" Co't*og'o "' 1"" Diplom' Karol''
no' 102(?75)' 110(775)'
de {ines tlel siglo vrtr' cn las r u5,;¡ 1'!,'¡1 i1irr clcpcnclía de su proximidacl relativa al futuro teatro
13s(781), t4B(¿.7?,2'll'-i-ó+iitool,216(Bl2t; Iórmulas y pitLl' 196' n'¡ 26
a las fór'm.las d. l\'[arc.lfo)
lirrnt.ttlru:, ¡r:'tg. 122, "'l ii intl",ii'r ri (ll \\'r¡r'2. t. lll, ¡»i;1s.554-6051 lirrs,Lt.:r. lli (iorrr-,rncris, t. VI, págs.356-472
l?fr, ttt.2: Vit't!r' ohtttltrrttt¡4rtt: lxtt'
il.rirrrrrrlrrs rlr. S|rr,) 1 rl,r¡,:,it,,1., t. l, n', []0, ¡rá11. \ I , i lr) I ; llrrr r,r,r lr, t. ll, ¡rr1,,'r. l7l lftl.
l'l.trrrr¡tt¡. , rrl,. XXIV'

*
ORGANIZACION POLITICA Y ADIVIINISTRATIVA I2I
I2O FUNDACION DEL IMPERIO
"7' ¿A qué causas debe atribuirse el hecho que se niegue 1a ayuda mutua,
propiamente dicha tenía lugJar
de operaciones militares. La asamblea tanto en las marcas fronterizas como en el ejército, cuando hay necesidad de
no- comprendía
en los edificios de habitaciÓn y' por consiguiente' los soldados' actuar para defender la patria?
much"it'tbt" de "2a ¿fle dónde proceden esos perpetuos pleitos cuya causa es gue se reivindica
sino una selección de personas' y la
más que dar una aprobación aquello que posee uno de los iguales?
acampados en los ul*á"dotut' ná hacia "3q Del hombre de otro (es decir, el vasallo) que deserta a su señor y es
d" puru forma a las medidas decretadas' acogido en otro lugar.
así reunida en torno del
Por restringtd" ;;; i;"ra' la selección "4'? Se les preguntará en qué y en cuáles
lugares los laicos son molestados por
soberano comprendía, no obstante'
varios cientos de personas: altos los eclesiásticos y los eclesiásticos por los laicos en el ejercicio de sus funciones. Y
obispos' abacles-y. vasallos
funcionarios ¿"1 p"l".i"la''qu"' y condes' a este respecto deberá ser discutida y resuelta la cuestión de saber en qué medida
un rango dentro de1 Imperio un obispo o un abad debe intervenir en los asuntos seculares y un conde u otro
del rey. Pues, para todo aquel que posea y
es obligatoriu tu uui'tJ"'tiJt-f'u*u
a un Alcuino' cuando ya la edad laico en los de la Iglesia. Lo que conducirá a escrutar el significado de aquellas
ver acep- palabras del Apóstol:5o Nemo mílitans Deo implícat se negotiís seculadbus (que
trabajo
las dolencia, .o*""'u'on a abrumarle' Ie cuesta ningún miembro de la milicia de Dios se mezcle en los asuntos seculares) y tam-
proporciona su estado de
tadas como válidas las excusas que le bién determinar a quién se aplica esta sentencia,"
parece que era 'el único que
salud, aunque tal género de excusas
tenía probabilidades- J"" t"t u¿'oitidoJs
Y es que de los nobles Después de diversas cuestiones que se refieren a problemas de
consejo's' sino también.compro- orden religioso, el programa, que no está exento de cierta ironía,
que reúne el emperador no sólo espera
con su participación' sea ésta real o contiene el estudio de algunos puntos que merecen ser señalados:
misosr las medidas acordadas
Dor esto es importante que
ficticia, vinculan a todos los asistentesi "9u De la vida y de las costumbres de nuestros pastores, es decir, los obispos,
nadie se inhiba. Este hecho se va a
p'oáutit con mucha frecuencia que deben no sólo con su enseñanza, sino también con su tonducta, dar buen
después de Carloma;-";, ;;ltt horas
críticas que atravesará la Írooár- ejernpio al pueblo de Dios; pues creemos que fué a ellos a quienes se dirige el
con respecto a las razones Apóstol 51 cuando dice Imitatores meí estote et obseruate eos quí ita ambulant
quía, para que se p'"'"do uno -e-quivocar
así impuesta por el soberano sicut habetis formam nostram (Sed imitadores míos y observad a Ios que proceden
profundas qr" t",iá uluella obligación según el dechado que tenéis en nosotros).
a sus súbditos. "10o De la vida de los que se llaman canónigos. Cómo deberá ser.
programa de los asuntos que van
Cuando se abría la asamblea, el por "11q De Ia vida monástica. ¿Se puede ser monje sin observar la regla de
cuidadosamente estudiado
a ser sometidos ha sido por anticipado palacio o-aquellos
San Benito? Habrá que averiguar si hubo monjes en la Gaiia antes de que esta
del
el emperado, .ot lg*ilot ultot-dignatarios habituales', Hay que
regla 1legase."

íntimos suyos que considera sus consejeros


era consultado siempre La división de la asamblea en dos grupos, el de los clérigos y el
suponer qtle, por u¡"*plo' el archicapellán
con lu o la Iglesia; y l¡ corres- cle los laicos, tal como está prevista en ese texto, era de uso corriente,
en todo Io que .- ;il;;;;ba 'iiglot' Los clérigos formaban un verdadero sínodo nacional encargado de
que duánte mucho tiempo el célebre
pondencia d" Al.t'i'oiá*t'"'tt' cstudiar todas las cuestiones de disciplina y de organización ecle-
abad de San Martín de Tours fué
también' en estas materias' uno
siástica, mientras Ia política y Ia administración correspondían más
de los personajes i;;;""t Carlomagno gustaba corlocer la opinión"
de la asambiea y orien- bien a los laicos. Las respuestas de los dos grupos, reunidos en
El programu "iuUá'u¿o marcaba la labor r;cquida o no en sesiones plenarias, ayudaban al emperador a tomar
por la mllestra siguiente'ae
taba la discusión, como puede iuzgarse r;rrs decisiones con conocimiento de causa.
que se cree corresponde al año 81
1:
]lstas decisiones eran entonces forrnuladas en una serie de ar-
obispos y abades a un lado
ya I ir:trlos llamados capítulos ( capitula) , cuya reunión constituía la
"Queremos primeramente colocar a nuestros grtlpos
por separado con cada uno de ambos olclenanza o capitular (capitulare), que el emperador promulgaba
nuestros condes al otro y co,siderar
los siguientes temas:
lr¡rbitu¿rhnente como conclusión de Ia asamblea. Luego se daba lec-
Iit't:t¡rlr" Ir¡r¿r dc todo al pueblo agrupado en torno del edificio y cuya aproba-
1s l)¡¡r lo menos' oril d único que habitualmcnte se alcgal)a' \/ía:ic'l'¡tor \r' ¡riu lll:)
c¡rtas tlt: llgillharri' en lts 'l?¡rlr;1'11'rr'"
r:rr, l t.illitrLr ¿tt l'tt't"nli'''i'i"' i-" ll: (ne 25)'
irt lSrrrr l';rlrlo. Slgaar/rt Ii¡isttl.u a Timot()o, lr, 4,1 tN. rld T.l.
(r¡'' l0l, ll(r (r¡" 1:t)' ll7 (rr" l1)' llf|
(rr" l5)' r'l Srrrr l'rrl,l,,, l,'il.i¡t rtsts, ttt, 17.
ltt ¡'""'""" t' l' na 7l'

*,
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 123
122, FUNDACION DEL IMPERIO
Seguida- El compromiso que adguieren es sencillo, pero categórico. He
ción se manifestaba, sin duda' por medio de la aclamación' aquí un ejemplo de comienzos del siglo rx:
se ponía en marcha en
mente se disolvía tu uru*ut"u y er eiército
"Juro, desde este día, ser fiel al señor
dirección de la frontera Próxima' que conocer otros asuntos'
Carlos, muy piadoso emperador, hijo
del rey Pipino y de la reina Berta, since¡amentc, sin fraude ni
A veces, también Ia asamblea tenia mara intención, y
Se había descubierto ;;"ttÜ"t;'
había estallado una rebelión en por el honor de su reinado, como por derecho un hombre ro debe
ser a slr
y dueño. Así, Dios y Ios santos, cuyas reliquias están aqui, me proteian; señor
las semanas o to, *"*' anteíiores y
el emperador re*ervaba a su todos los días de mi vida, con toda mi voruntad y con táda Ia i,terigáncia
pues

pueblo el cuidado d"";;;;;tiu""


la suerte que debían sufrir Dios me conceda, me dedicaré y me consagraré a su servicio.,, bG
que
"ob'" preparado una coniura en
io..utpuUt"s' Así, el'año 786 se había
varios condes' comparecieron En una sociedad saturada de espíritu religioso, un comprorniso
Turingia y lo. .o.p"tho'oo, entre ellos
que pronunció condenas di{e- de este género se consideraba indisolubre. ctncertarlo con fingi-
ante la asamblea general de Worms'
funcionários y la confiscación de miento era tanto como perjurar y, por consecuencia, perder el derecho
rentes, desde la .".,ro*tiu" de los pl
ceguera.s2 Dos años después,
sus bienes hasta el destierro y la
de recurrir en lo sucesivo al ¡uiamento para
lustificarse de 1os acu-
asamblea reunida aquel año sadores y verse descalificado corno testigo ante los tribunales; era
duque de Baviera comparecía ?1t" -"1
en Ingelheim y, i"';';í;-t'ip"Ur" de
alta traición' era condenado a hasta exponerse a la amputación cle la mano derecha como cómplice
de falso juramento; era ser considerado en el número de los ínfíebs,
muerte Por e11a.53
obligado cada vez q17e fuera de la ley y quedar sin protección para los bienes o para Ia
Además, convocar a una asamblea era
lo'-i't"t"t"s generales del Estado' ya se tratase' misma vida; mucho más aun, era la certidumbre de estar ya conde_
".,rU." "" iuego
por eiemplo, de p,ot"d"', to*J el año
806' a un reparto eventual rrado eternamente al infierno.¡z
como en el 813' a la designa-
de los territorios ¿"í f*p"tio'5a o bien' Por ot¡a parte, el compromiso excluía toda limitación, toda esca-
asociado en el ejercicio de1
ción y a la coronat;; á; "t "*p"'udor ¡:atoria. Basta para convencerse de ello leer las instrucciones remi-
poder.55 Añádase a todo esto que
por medio de la asamblea se tidas el año 802 a los missi encargados de exigir a todos los súbditos,
de las comarcas más apar-
informaba el emperador de la situación sin excepción, un nuevo jurarnento, cn el que fué ircluído el título
opiniones e instrucciones' recibir imperial gue poco antes había recihido Carlomagno.sE S. ¡cs pres-
tadas, podía comunicar a todos sus
de los representant"t iu pu"t" que
le pertenecía de las contribuciones cribia, en efecto, hacer destacar en tal ecasión, en:irs.-ome:::,rrii)s
y multas percibidas ;á' io' tot'¿tdos así tt*: -1::-d::::u::.."""u'nt
gran número de
¡rrevios, "cuán grandes y numerosas" eran las obligaciones asumidas
que, como r"ru*or,tJ.taban obligados
a entregar ¡ror todo aquel que comprometía así sr- fe. se les invitaba a especi-
un contacto personal con los
ll
sus súbditos; finalmente' gracias a ficar que el juramento no era tan sólo, "como muchos lo habían
q"" acudían de todas ras partes deI Imperio, podía el empe- t'reído hasta entonces", una promesa de "fidehdad hacia el emperador
".;". gtu" obra de aproximación y de
lti

rador traba¡a. di'ettu*ente en lá vivo"' sino que implicaba además obligaciones múltiples y variadas
unificación de Ia que dependía
el futuro del Estado' r¡rrc desbordaban la misma persona del soberano, tales coÍro "máfl-
t('r'rcrse con toda su inteligencia y todas sus fuerzas al servicio de
l)ios"; no emprender nada, "ni por perjurio, ni por mala intención,
\,/.-
]uneuENTo DE FIDELIDAD ,i l)or f¡aude, ni por seducción, ni por dinero" contra los bienes del
a que se desea llegar
Desde el punto de vista político' la-unidad l'i:r..; no cometer "ni fraude, ni rapiña, ni injuria alguna contra los
todos los vínculos' por el
queda aseguracla ;; ;i";Jt i'"11" de al emperador
'r,rrrt.s templos de Dios, las viudas, los huérfanos, ni los viandantes,
iuramento d" fid";;;J
que lr()r'(lilc nuestro señor el emperador ha sido establecido, después del
.individuaknente
-adscribe del masculino desde que
a todos 1o. huritu'i"l i"i t*p"ti" sexo lir'ri.r'y clc sus santos, como protector y defensor suyo"; "no arrui-
cumplen los doce años'
t'tt ()ttl¡itttl.. t. I, ne 31, ¡rúg. 101.
52 Tertos en Bilrr¡ncn-X{Ürtt'r'tcrlrin' na 272a' ¡,i S,,1,r.,. r.l ¡rr.rjrrri. r',irrsr,, csp.r:i.lmante, CapittLt., t. l, págs, 49, 58, 98, I04,
n:¡ ,lnnalcs roYul,t:s' Pírq' B0' ll'1, ;r i r.orno l;t l,t v ri¡tttrrriu. Iítulo 69.
t1 llt'nt' p;irr' l2l' ;,', (ltt¡titrrl.. t. I, lr" lill, ¡rri;,:. r)ll ()l|.
Nlirtlt'll'lr '" l7{)rr'
l'fr 'l'r'rlor; lliilllll;t¡
' tr "' ""

k
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 125
FUNDACION DEL IMPERIO Germania, van a hacer la campaña a los países eslavosi desde los
tZ1 ni apropiársela";
nar la tierra llevada en beneficio del emperador de hueste" ni usat Pirineos, para los aquitanos enviados a España.61
"no substraerse a fo" u]ittu-'"ntos o llumu*i""tos El armamento era objeto de minuciosa reglamentación. El movi-
a substraerse a dicho lizado debía presentarse en el centro de concentración provisto, bajo
de influencia alguna para ayudar.a.alguien
servicio; obedecer p;;;i*";te
y "sin engaño" las órdenes y pres- pena de multa, de una lanza, de un escudo, de un arco con urla
cripciones del emperador; pagar
tot' "t"íitt'd el censo y todas las cuerda de recambio y de doce flechas.62 Los jefes de destacamento
1a admi-
sumas debidas; h*il^"J¿Jl'" p'"au falsear o dificultar debían, además, llevar un casco y una lóriga o wa brunía, es decir,
"t un sayo de cuero revestido de piezas de metal.63 El material que
nistración de la iusticia'
pues' una sumisión sin reser- debe llevarse también está previsto anticipadamente, como lo demues-
El juramento ¿" iiJ"U¿ud implicaba'
To¿u- desobediencia' todo engaño tra, entre otros documentos, esta nota de servicio que posiblemente
vas a la voluntad d"i"**;td*'
a una violación de ese pueda fecharse aproximadamente en el año 806 y de la que se hallO
v aun toda tentati uu' ¿" ,.ulrrarlo, equivalíadocilidad más absoluta' un ejemplar dirigido por el emperador al abad de San Quintín:
il:J;#:;ili 'lá ""'o"trar
"Debes saber que nuestra asamblea general está convocada este año para la
VI.- Cences MILITARES Sajonia oriental, en Estrassfurt, a orillas del Bode. Te ordenamos que estés allí
a los súbditos y que éstos el 15 de las calendas de julio,6a siete dias antes de San Juan Bautista, con todos
De todas las cargas que abrumaban las tus hombres bien armados y equipados. Te presentarás con ellos dispuesto y
a cumplir escrupulosamente'
estaban obligados por su iuramento preparado para entrar en campaña en la dirección que yo señalaré, con armas,
las militares'5e bagajes y toda provisión de guerra en víveres y vestidos. Cada caballero llevará
más Pesada.
"tu' una institución nacio-nal' Ya un escudo, una lanza, una espada larga y una espada corta, un arco y un carcaj
La guerra era para. -los francosprimavera la trae a las fronteras lleno de flechas. En tus carros trae¡ás utensilios de todas clases
di¡imos que, casi i"átiubt"*ente'
la -hachas, dola-
del Imperio .o" "o^o-con otro
y' frecuentemente' con varios de deras, taladros, segures, picos y palas- y las demás herramientas necesarias para
Ia guerra. Traeréis también en vuestros carros víveres para t¡es meses, a contar
los pueblos qu" ru' ¡'oáá' mt
u"ulittt' señalan como años excep- de la salida de Est¡assfurt, y armas y vestidos para medio año. Cuidarás que
cionales aquellos "" tot que
no-hubo que guerrear' Por consecuencia' durante el camino, y hasta 11egar al citado lugar, no causéis ningún desorden por
llli Imperio puede ser requerido
a tomar
anualmente, todo t¡U¿ito del
ningún sitio de nuestro reino por el que vuestro itinerario os haga pasar. No toca-
Cuatro años después de la muerte réis a nada excepto la hierba, la madera y el agua. .." er
Ii 1as armas uf pti"'"' itu*u*i""to' que estaba desti-
para una campaíra
I
de Carlomagno, es cierto que los movilizados Así, pues, cada expedición militar obligaba a todos los movili-
en ltalia'
nada a reprimir una rebelión inopinada
l

preparados para ponerse efi ca- zados a realizar sacrificios considerables, sin otra compensación gue
fueron advertidos que debían estar la del muy eventual botín que pudieran lograr en la guerra.
en que recibieran la orden de
I
alista-
i
mino la misma tarde del dia No había regiones privilegiadas: Neustria, igual gue Austrasia;
por la mañana, y al día siguiente
miento, si esta o.d", 1". lregaba l"risia, como Borgoña; Sajonia y Aquitania; Baviera, de la misma
ul u*urr"."t, si la recibían por la
tarde'60
ur¿rnera que Lombardía, enviaban una después de otra, cuando no
por su cuenta y llevar consigo
iii

Cada movilizado debe equiparse riirnultáneamente, sus contingentes, aunque se tratara de teatros de
y mate-
furnfii" debe llevar vestidos' armas'Hasta
1l

víveres para tres ;t;' a su cargo' las rr¡rcraciones que no les interesaran de manera directa. El aí,o 778,
rial para seis meses' y aun los carros l""du'
rl
'"t sino desde r'rrirnclo la guerra de España que terminó tan desastrosamente en
etapas .enaludu' l'J't""*;"'";"
á"ta9 tt'gut de salida'
poi e;emplo' t::i: el Loira
lloncesvalles, el ejército de Carlomagno comprendía con tropas reclu-
alejada; cn Galia meridíonal, austrasianos, burgondos, bávaros y lom-
una línea ou" u '"lJt*;;;t el' t;rrl¿rs
pu'u lo' hombres que residen en
o desde el Rin, seqún los casos' en
el Elba' para los que' viviendo ttt
lado de acá de;;"t'; ;;;';;;
(lttttitttl... t. T, ne 74(Bl1), alt. B, pág. 167l, ne 75, pág. 168.
t', Ottt¡ítul... r. I, rr') 77(Bl3), art. 9, pág. 171.
or Cour-'rrces' t' VI' págs' 509-523; ll ltlt,ilt, y Ort¡titttl... r. T, ¡r,) ¡X4(805), arts. ó y 7, pá9. 123.
5e C{- WArrz, t' IV' págs' 53I y sigs'; Fusru
u-"Ti?l:,I'j"'",:"';,:u?;T';rzo'ispo tl. 'rrí,vcris, IIatti, t:n las /!¡,risrolarr, t' v' 'tt ll..,L, ir.,l I7,1,' jrrrri,'.
tt¡' l',tt¡itul.. t. I, n" 75. ¡,rig. l(ll.

pÁg.27i, t" 2'

&
ORGANIZACION POLITICA Y ADI\,IINISTRATIVA 127
1,26 FUNDACION DEL IMPERIO
el prirner caso, Ia movilización afectaba a un hombre
que las expediciones por cada seis;
bardos.66 Sin embargo, poco a poco, a medida en el segundo, a un hombre de cada tres; en
parece que cambió- este sistema el tercero, a toda la
militares tuvieron menos extensión, población masculina, pues los sorabos eran
vecinos inrnediatos de los
y, en 1o posibie,se limitaron los reclutamientos a los habitantes de sajones y entonces se trataba cie Ia "crefensa
alejadas de las zonas donde iba a combatirse'
de ra patria". otra
las provincias menos capitula¡,rr que su más reciente editor fecha en el año
en todas las SOi, pr"rre,
Pero como se guerreab'u u lu vez o sucesivamente favorecida
con respecto a una Ieva generar entre el sena y
er Loira, Ias siguientes
,i";;;
region podía considerarse más
fronteras, al final modalidades de aplicación, menos rigurosas que
de costumb-"re, dice
que las otras.
debidamente
el texto, en consideración der ha*bre gue azotar lq, no estarán
En cada una de ellas, salvo el caso de invalidez tenidos en obligados individualmente ar servicio ,_a más ce los
que ilevan
que eran
demostrada, todos los hombres libres -únicos beneficio's reales que están vi¡culados al emperador
por un compro-
cuenta- estaban "í;.;;;;t ;r la orden de llamada v' según la miso especial del que hablaremos rnás aderante-
"bando de hues-
al sino los propietarios
terminología de la época, obligados a presentarse de tres mansos lmansisl o más (el manso era entonces
que los condes' la unidad
te". Só1o quedaban exceptuad"os los pocos empleados territorial); 2p, los propietarios de menos de tres mansos
de de1'ar en sus se agru-
los obispás y los abades tenían autorizaciónmarcha de la admi- parán para equipar por su cuenta entre todos
ellos a un hombre; se
puestos para que r";;iti;* menoscabo la buena agruparán por dos los que posean de t¡es a cuatro
con,los ancianos y los enfermos que mansos por cada
nistración,6? y lo mismo pasaba dos: por tres, los que no posean más que un rnanso
individual' üoá €x€rl- cada uno; por
habían obt"rrido del emperador, y de manera seis, los que no poseían más que *ediá cada uno
también estaban o su equivalente
ción permanente del ;;;"'tt; *llítu';ot finalmente' en especie o en bienes muebles. El año B0B todavía se hacen
exentos los clérigos y los monjes dedicados
al culto y u l? plegaria' holgadas estas medidas:?2 el servicio no atañe sino
más

Pero esta última no se refería a los obispos y a los abades de cuatro mansos cuando menos y se invita a ros demás
a los propietarios
",.ápttá" a conducir por sí mismos a reunirse
gue, en principio, estatan obligados también para proveer, a costa de todos conjuntamente, un hombre
por cada
sus contingentes armados' , cuatro mansos.
que en cada
No obJtante, hubiera sido imposible en la práctica normales a Hásta en algunos casos, parece que el emperaclor confió
actividades a las
región se arrancaran constante-ánte de sus autoridades locales el establecer una rotación entre los movilizables,
a la vez' a pesar de la inmensa contribución
todos los hombres libres pues algunos de ellos se guejaban de ser convocados
de obra de los siervos proporcionaba a las
labores con más frecuen-
;;;;--r"o un tal recluta- cia de la debida por no ser bien vistos del conde o de
lgrt*1.. y a 7a utti"'¿"¿ artesana' Así' era raro sólo llamase a una
sus subalternos
y alun del obispo o del abad.?B Con todo, por regla general, parece
era que el emperador
-i"rto *Áirro. Lo normal necesidades en efecti-
que el servicio militar pesó con gravitación sensibl"errráte
parte del contingente, teniendo en cuenta las todos los habitantes de todos 1os territorios que componían
iguar sobre
económicas y las el Impe-
;;., l" dirturr.iu.-d" los itinerarios' las condicionescapitular'6e que puede
rio, un peso que era ciertamente abrumador.
posibilidade. a" toáogé""to' Po' ejemplo' una Es cie¡to que las campañas, por lo general, no eran muy prolon_
fecharse en los prl*e''ot años del siglo
Ix' clistingue para los sajones
país de los avaros o hacia <1adas' Normalmente la salida tenía rugar en el mes
de julio á áu"u.rt"
los tres casos siguientes: 10, campaña en el rl mes de agosto y ei regreso en septiembre o en oátub"",
guerta contra los sorabos' En lo más
Istria;?o 2e, campaÁa en Bohemia;3e' tardat.Ta
66 Annales roYales, airo 778' Pero el emperador tenía el derecho de poder prolongar por
67 Capíntl., t. I, no 50, art' 4' pág' 137' rrrás tiempo el servicio der contingente armado si Io juzgáa litir,
exención que sc relnontan
63 Hasta nosotros h'í lt"snttn ntotl"lot rlc cart¿rs de
(ia"lumagno' en la colección de l¿rs Fórnutlus r/e Serr's'
a comienzos .1"1 'eittudo i" n' 4l(774'775)' págs' 193 v 256
.r.llr,alirlarl s,puesta. -A cornienzos ccr sig]o rr parece qlre ya no
sc hacían rcvas
to-¿" Ias l"ó'mutas de Mcrl¡el rL rrr¡l)i*i slrjonas para
na 19(768-775) V enviarl¿rs * comarcas tair alejadas como España.
",', it (lttl¡ittt.l... t.. I, n'r 43, p¿il¡. jl¡1,.
dc lit:; Formulae.
r;',t (ln¡¡i¡¡,1., t. I, ne 49, trt' 2, páq' ) 36' i.t Jtl! n. r¡1' 50, lrt- l, ¡rír¡1. 1i37.
irl!irrgúnl,,,lt't"it""otlttlt''t''nt"tt''tt'itrrs'llregiónllcr¡ttt::"ltfilrxs(lítr1'lsl)llñit ';:', ltl, rt. r'' Tii. :rrts. l) y
5. ¡uig. 165.
(lli.r¡,,tttirt, l)(lrlt'\):ll('f(l(l('ll!l(':irlll(l(s; llllll tr¡ll[;l"iritlvlr]l)l)(ll¡(lll('t"'rt'':'it!li:¡trt- 1l \"':r " Irt 1,,¡r',lr,t'ílt rJr' lrrs ¡,rlllr';¡,. r'rr cJ l.¿.¡r¡rlpri, rlr.
1" ¡'r"'irrri'lrll I,tt llt:r ¡rtrtl': 1 :tt'tt' t¡ l;t ' Bij,lll ¡i-l\Tirlrr,lrr.¡¡r;lt.
t¡i,t, l,r,t Ili:ttitt" """'
""""'""'l"i'

*
I2.3 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA Ng
obligándose a proveer de vituallas a las gentes una vez pasados los ridad pública. El Imperio romano sz
tres meses en los que cada uno debía atenderse por sus propios había poseído un perfecciona-
do servicio de co
medios. Abandonar el ejército sin orden formal del soberano, cual- porerapasr*.",i;l"2it"r'""";:X';.T:i,ffi,i."J"¿:;#,T;:"i:::l:;.
quiera que fuese el plazo o momento en que se hiciera, era conside- Cada albergue o parado, d" rutu ;;;
,ado como una deserción pura y simple, crimen que se designaba
?5
donde
,, cercado con habitaciones,
todo funcionario del Ertuáo yhusta
con la palabra germánica de herisliz (que precisamente guiere decir siástica acreditada.por el e*perador,
toda persona civir o ecre-
"abandono del ejército") y qrl" acarreaba la pena capital con la con la ,álu pr".*tación de
su carta de misión, hallaba alimento
confiscación de bienes.zo v Iugar techado $uru iiy para su
séquito, asi como los, medios de transporte
Todo retraso en acudif al centro de concentración de las tropas indispensubi".-pu.u .or-
tinuar su viaje. posiblemenre, algunos
era castigado;?? toda ocultación se consideraba como infracción al subsistían todavía, al menos en "Itah;,
elementos ;;;r;; ;;nización
en Ia epoca .r.otájiu,ro ,ur-
bando (bannus) u orden del soberano y' como tal' se castigaba con que debían ser muy pocos. pero,
no obstante, q;"J;;--;i'principio
,rru *uitu de 60 sueldos,?S con la agravante de que si se trataba del de.que todo representante de la auroridad
"bando de hueste" [o de mesnada] -gqm¡nmente llamado heribán pribúca lr" i.rru.u ,rru
orden en regla podía obtener durante
(heribannus o hafibannus), de la palabra alemana heri' eiército-' por medio de una requisa.
su viaje arojamiento y víveres
t"ríu que ser satisfecha en el acto, y en caso de insolvencia, el delin- se nos ha conservado un modelo de ra
cuente era condenado a servidumbre hasta saldar pof completo su uiaje (epistola tractoria o tractori,a,
carta deruta o carta de
simplem"rt"¡ qu"-.e remitía a
deuda.zs tal efecto a los missi dornínící.Ba Está diriglda
si a las obligaciones anteriores hay que
se tiene en cuenta que agentes de la administ¡ación, sino -u no sólo a todos los
también "toao, i".
agregar la de servir en la guardia de las fronteras, la de atalaya' la emperador, es decir, a todos sus súbdi f,,a"1"r,, a"r
dá pátrullu*ientos ao y la de permanente defensa de las costas, para vean a los portadores de lo.
la cual todos los súbditos tenian que estar preparados al primer lla- -"dto. ;:ti;Jr#: r;:ri;7:"r?:;
Ios víveres (huma:nitas) necesarios. ;ril
convendrá, sin posibilidad de error, en que el servicio
81 se
Álr-,r*o se detaila todor tantos
mamiento, caballos de relevo, tanto en pan, en
vino, en cerveza, en tocino, en
militar amenazaba con agobiar económicamente a las poblaciones y, puercos o lechones, en ovejas y
corderos u otras carnes, en pollos,
además, con producir un serio colapso a la vida normal del país' ánsares, faisanes, huevos, miel, aceite,
vinagre, cornirros, fi_l"rrtr,
clavo y otras especias, tanto en sal,
í"gu.br"s, en quesos, en cera,
en heno para Ios caballos, en madera "r,
VII.- PnssractoNEs Y sERvICIos
con el testimonio que nos proporciona furu "l
fuego, etc. De acuerdo
una capitular de aquella épo-
A las obligaciones militares todavía se agregaban otras cargas ca'85 las raciones señaladas variaban
de acuerdo con er'rango del
de diversa naturaleza, de que nadie estaba exento tampoco dentro del que se beneficiaba de ellas (evidentemente
teniendo en cuenta Ia
Imperio. 'supuesta importancia de su séquito). por ejempro,
el número Je panes
En primer lugar estaban las requisas de alojamiento y de víveres'
82 Véase, en úItimo caso,
de cabálos y de cur.or, para los agentes o representantes de 1a auto- C. Ju.rreN, Histoire de la Gaule, t. V,,I (1926)
¡xigs. 52-56; E. J. Hor.nn¡ac, Zur Geschíchte'i", publicus (Upsala, 1983,
irr-flq); [Pr"eurr]' Ess¿¡s sur re cursus pubrícus Curr^
i5 Capitul., t. I, ne 64, art.13; 74,at.4i 98. art. 3; Annales royales, año 7BU'
sous re haut Empire romain,
llltim.oires présentés par iliaers en las
pág. 80. sauants d,'f l"rii;i des Inscrip,iqns et Bclles-Lettes,
i6 Capítul., t. I, no' 74 Y 98. t' XIV, rq parte (1940), págs. r89-39r. para
eI t.ár.ito de la época romana a Ia
77 La sanción que estipula una capitular del año Bl]I (Capi¿ul" t' I' nq 74' art' i3' lr¡irlrirr¿r consultar el concienzudo
estuciio de F.-L. Ge¡snon, La tractoría (na
y de carne durallte un rIr lt¡rcstr¿l Bibliog¡aIía). I37
pág. 166) es posible que haga sonreír: privación de vino
núme¡o de días igual al del ret¡aso. n""" sospechar la capitular
pubricada en capitul., t. I, nq
¡sV.infra,págs.140-l.41,loquesere{ierealhandodelsoberano'
,,,,. ij,',I*l"r;1,:" 150,

i9 (:ut)itul., t' I, ne fi4', art. 12; nq 74, arts' 1,2,9' s'f N{'¡rk:. rk: r.s arrederrores
del año 800 en ra corección de Marculfo (Forrnurae,
¡(t l(1.(nt, ttr' 7'1, art. 2l n" ll)2, ¿rrt' l' ¡,,i;t. l:f0.¡r'' l0), r¡uc rr.prorftrr:c trna f,í.mr,la
8t Itl,'m, n1' li'l(t|02). ¡rlt. lilá' ¡rírgs' 100-l0l' lri ¡o lrlr rrl¡,rrrr;rs ¡rrorliIir.rr¡rir¡lr.s signiIicativas. m".ou;rgiu (p¿blicada, ítlem, ne tl),
\it (.'ttl'¡tnl., t. I, rr1, l.l.l. rrrt.
l](), ¡li;1. ll()1.
(:,u1,'lr.tllni). ().

&
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA
I3O FUNDACION DEL IMPERIO BI
entonces se concebían
gue había de proporcionarse era de {0 para un obispo, de 30 para -\a
de sus cargos y del producto
gue los agentes del poder central vivían
un abad o un corrde y de 17 para un simple vasallo del emperador' de ras tiáras gue les estaban asignadas
y no tenían sueldo y Ios súbditos contribuían personalmenü.
Es difícil afirmar si estaban afectados tod'os los habitantes sin facer casi todas ras necesidades der Estado sat¡s-
distinción. Al contrario, hay gue pensar gue, sin perjuicio de los y. d o"i"r, miritar
como en el civil-, el emperador se contentata, "r,
privilegios generales de inmunidad, de los que hablaremos,sG existían en g"rr".ul, con Io
poco que había sido sarvado por sus antecesores
muchus dispensas individuales y colectivas'87 Parece también gue fiscal instituído por Roma.
der Jntiguo sistema
el derecho de requisa estuvo limitado a algunos casos claramente En lo que concie¡ne a las contribuciones o impuestos
especificados, como los viajes de los missi dominicí, pues hay capi- esa herencia romana era tan pegueña gue
directos,ez
tulares 88 cuyo ob¡eto es, entre otros extremos, llamar la atención había desaparecido po, compláto. No obstante,
hasta se ha creído que
a los condes, los obispos, los abades o los vasallos reales que se en cuando se hablaba de Ia capitación y de
todavía de cuando
permitían, en sus desplazamientos personales, exigir hospitalidad r¡al en las capitulares promulgáu. po"
ra contribr.iár, territo-
á" ,,r, administrados y abusar de sus bienes. Con todo, la carga de- óurto*ugr;-o ñ ru, ,r."-
diatos sucesores. El año B0á, por'ejempro, er"emperador
bió de ser muy pesada, pues resultaban frecuentes las misiones que, recaudar el censo real ya sobre ia p""ro,'u de
decreto
como las de los missi dominici, daban derecho a la requisa de víveres sobre sus bienes, doguiera fuera hasta entonces
los .""r"rfuy"rrtes ya
y de medios de transporte,se sin hablar del alojamiento y del fuego y,-poco después, insiste en otra acta en ra
legarmente exigibre ea
que, en invierno cuando menos, era obligado proporcionar por requisa necesidad de revantar una
censol ..eu" ,u".,.o,
relación de las tierras .sometidas al pago del
á todo viandante sin posada, llevara o no tractoria.eo Además no rnissi procedan a una dirigente investilación
conocemos caso alguno en el que estas provisiones hayan sido paga- con respecto a nues-
tros censos en todos los lugares en dondá antiguamente
das. Ab¡umadora carga de la que nos consta que las iglesias y los habia costum-
bre de pagarlos al rey. . . y nos rindan un infárme
monasterios trataron incesantemente de liberarse' para que podu_o,
ordenar 1o que deberá hacerse sobre esto
A todo esto hay gue agregar las prestaciones para la conservación que no ofrece dudas que los censos de
en ro sucesivo." e4 parece
y, eventualmente, la construcción de caminos, de puentes y de edi' en otros textos se designan más bien
gue aquí se trata eran los gue
iicios pribllcos.el Sin embargo, estos últimos servicios se encuentran como tributos y que comúnmente
llamamos impuestos; tampoco debe dudarse,
raramánte citados en los textos, lo que hace suponer que los trabajos Ieyendo los documentos
de Ja época, gue las dos categorías de impuestos
de esta clase sólo ocupaban un limitado lugar en las preocupacio- que se enumeran
en la capitular del año 805 .or, ,ro la capitación
nes del gobierno imPerial. pe"sonal, y el otro,
la contribución te¡ritoriar.e' pero *u.ho, sitiá, e.to" iíiuu"to,
habían dejado de percibirse,_ya porgue"r,
en gran parte de sus grandes
VIII.- In¿pursros patrimonios los antecesores de carromagno
y ér mismo hab¡an"renun-
En su mayor parte, el régimen fiscal no fué sino una superviven- ciado espontáneamente a e,os poco a pl"o
beneficio de las igre-
cia de las prácticas romanas. No siendo indispensables las contribu- "r,
sias, de las abadías y de ros benefrciarios de inmunidudes,
y, i"*rru"
ciones para el funcionamiento de los servicios públicos, tal como por- simple negligencia o abandono
o a consecuencia de Ia renuencia
de los contribuyentes, hasta er punto gue el año g02
hizo fartarecor-
86 Inlra, Pág. I45. dar a todos los súbditos der Imperio que "erudir p"g""
87 Capitul., t. I, ne 155, art. 10, pág. 315' ár^r"i ro que
le es debido o el impuesto" (debitumíuum uer
88 Especialmente, Capitul., t. I, na 94(?87), afi' 4, págs' 198-199' *urrilr"¡,
89 Ejemplo: Iórmula de tractoria, un poco posterior a la muerte de carlomagno,
""i"i* "ru,
02 vóase, especialmente, Fernando
pu.u ,uru-llo"-"ncargados de Ia leva de Ia hueste y de la percepción del heribán, en la
Lor, L'imp6t roncier (ne I3B de Ia Bibrio-
colección ,J.e las Fórmulas imperiales (Formulae, pág.292, n'q 7) '
¡irrrfírr), págs.10T-llB, y cf. Fustrr, ¡r
Coure*cus, t. VI, págs.504_506; Bnurvxrn,
t. l[, ¡,rigs. 315-321.
e0 Ejemplos' Capitut., t. I' ne lB, art' 46, pág' 43; nq 57' art' 1' pág' 144; tt:r (ltqitul., t. I, ne 44, afi. 20, pág, l2S.
nq 94, art. 4, pág. 199; etc. ttr
ttt Copitil.,t. I, ne 91, pig.]r92, art.4; na 94, pág' 199, art' 9; nq 140' ¡ríg' 2tltl'
Oupíru.l., t. I, no B0(Bll_813), art. 10, pág,. 177.
r)i' |.'. l,o'l', loc. cit., ha realizado un minucioso
art. 8; ne 141, pírg. 290, art. l7; ne I4tl, ¡rri;1. 1301, arl' ll; nt 150' ¡rá11' li0(¡' rrrt' 22; .rr , llrrro.rl t.;tr.irirr.
examen de Ios textos. Remitimos a
B<rttt rlt'(irtrltrtttitgttrt, rn l)i¡tl.rtntttlrt Kttrt¡1., ti'()1. ¡rri1' l;i:l' l'
l()'
132 FUNDACION DEL IMPERIO
ORGANIZACION POLITICA Y
ADMINISTRATIVA 83
salvo el caso de exención regular, faltar al iuramento de fidelidad que No obstante, el teso¡o imperial
se le debía al monarca, e6 nada obtenía del diezmo, a no
r)or usufpación' v más de una capitular ser
Pero eran vanas estas exhortaciones; el impuesto ya no respondía cle Ia autoridad pr:btica
recuerda . t., .;;;;.entantes
a la necesidad de proveer al sostenimiento de los servicios públicos; cxcepción y están' como todas
sr"l;;;;;;, d"t ,ob"r"r;;;;;rsfituyen
por doguier se consider aba abusiuo y estaba en camino de desapa- ción que se debe al clero.
las demás, afectadas por la
contribu-
recer.
La contribución directa en beneficio
La única contribución pública asimilable a un impuesto directo' .sino
un recuerdo, si al impuerto t".riiori
del Estado no sería, pues,
que entonces estaba verdaderamente en vig'or, era el diezmo'02 agregara un rributo especiar al y a Ia capitación no se
Árrrrgu" percibido por la Iglesia y, en un principio, en zu exclusivo que posibre-"ít" J;#;;'prácrica
poco a poco; nos referimos
pro"á.ho, se exigía a todos de un extremo al otro de1 Imperio' en (annua
ar don o, me¡or dicho, a70s
dones ahuales
dona o dona annuatia). se llamaba
virtud de las órdenes que daba el mismo soberano, pues, desde Pipino' especie que todos los años así una contribución en
la monarquía franca no separaba ya su causa de la de la religión en
eniregubun, en principio voluntaria,
realidad oblioatoriamente, tádos pero
cristiana y a nadie dejaba el cuidado de legislar en tal materia' Imperio' tanto raicos como
lo. grurrd"s propietarios del
El pago del diezmo eclesiástico se hizo, pues, obligatorio en lo general'ror Lo's ino¡¿56s de
ecresiásticos, en ocasión de Ia
asambrea
sucesivt fo, o.den de la autoridad pública y son numerosas las capi- esta
del sistema admiiistratirro i-p"riui, -;.
"orrt.i¡u.io, se conside¡aban, dentro
tulares de Carlomagno que se ocupan de ello, ya para recordar a los puesto: "Enviarás al lugar Ios de un verdadero im-
fieles gue se trata de un deber al que nadie, bajo ningún pretexto' dond" ,n" a mediados de mayo,,
"rr.u"rtre
-ord¡na-Carlomagno ,l ,bud a" Su"-óri"trr, frirr¿--,..io, aor""
puede iubstraerse , ya pafa reglamentar la percepción y la tarifa <¡ue tú debes ofrecerme
aplicable, ya, finalmlnte, para amenazar a los que tratan de eludirlo' en Ia prOxima usa*ble..,, 102 Como
obligación e¡a absojuta y .o"';;-.-h; se ve, Ia
Á lo, ug"rrtes del emperador cumple hacer respetar en esto la ley los textos que hacen alusión
ge- Y perseguir a los renuentes'
¿r ella sin ambages
de ninguna .h.;;
*palabra que se repite varias veces cl importe del don queduüa u ..roruniuá-¿";-, salvo algunas excepciones,
qr" ,ro pod"ao eludir ya ni la multa civil ni las censuras eclesiásticas.e0 .uau uno, lo que hacía este
humiuante e i;;op;tJur" pu,u--;i
Se trata, por tanto, de un verdadero impuesto cuyo importe' que es ;:ff::tfl::os iipio a" ;*.,
realmente'igual a la décima parte de las rentas rústicas de cada Bajo la denominación general
fiel,1oo está destinado en este caso a sostener el desenvolvimiento de tonlieux (telonea),derivado
del
de un servicio público: e1 del culto y las obras de asistencia a él :l'i:1#;:'i:;:': de arábaras1, q'",i,,o a subsrturr
fo.o u po"o
vinculadas.
s6 Capítul., t. I, nq 33 (802), art. B, pág. 93.
.r i,,".. u.,,

i'omano gravaban";
-"
; f;;:x: :.iffiír;,
J#::, jl,:" i;
el transporte de *ercad".jur.rá, -E¡ g;"rut
"l,H"l*
g? Véanse los trabajos de Stutz, PrnrlS y P, Vreno, señalados en nuestra Bi' rficinas recaudado¡a. ," háb¡u, tu.
bliografía, nos 115-118. .*."..ru¿o en Ios sitios de costum-
lrre, aunque a veces se fueron
98 Especialmente en las Capitul,., t. I, ne 59, art' 2, pág' t4ó; na 84' art' 7' -rfripir*rao ya por abusos ya por la
pág. lB2. ¡rrerneditada voluntad de algunos ;"^';-d;r;.'.;;;
99 Véase, entre otros, Capitul., t. I, nq 87, art,3, pág' 186; no 93, art' B' pág' 197; tle poder así aumentar sus ingrero, l1."oro,
i¡lcabalas, 10a en principio, y
ao, Ios menores gastos, Estas
ne 97, pág. 203.
por las capituiares, que, como suced¡a en el Imperio
100 El diezmo es doble en algunos casos determinados irfectaban a los produ.to. á"rtirru;r]f, romano, sólo
entonces, hablan de "diezmo y nono", entendiendo por ello que el obligado a venta, pero las amonesta-
pagarlo debe entregar la décima parte de la renta total más la décima
parte de lo
restante (es decir, exactamente el 9Ío del total primitivo)' Esta duplicación
por
del
,,,,,,';l,,liT; yiilir:.]ll págs' r07-1I1; Fus*¡. on
cour,encrs, t. vr, págs. 503.
diezmo estaba destinacla a compensar en cierta medida el perjuicio sufrido las
trt2 Capitul., t. I, ne
iglesias cuyos bienes fueron secularizados en los días de carlos Martel o
despuós y 75, pág. 168.
rr)rf sobrc er portoriurn.véal
gruuu-"r, a{ectaba a todo aquel que poseía una de aquellas propierlarlrs -va cn el rirr¡o crásico de-R. cacNer, Étude
"l
beneficio o en precario (véase Lrstr, Hist. de la propriété t:cc!ésíustit¡tLt.
t' lf, intlirar:ts chez lcs Ro*oinr"¡i.r|J"Ju)"¡rr^¡oo, barbares historique sur
',),,,,',r!,,,r,.,,,r,t (parís, rBB2,
aquí rle tttsos ¡rlrtit'ttlitt,'s,'tt l,,s t¡ltt:
fasc. l, págs.9B y sigs.). como se ve, so trata ,r)'r llr)r. r'.ir.nr¡r1., Ctt¡ti,rttl.,
no tctlcmos ¡trlr t¡tlri tlt'lt'llr:r¡llls ¿tllorit. ,rl,r,'rirrr;r,l;il¡r,.nlr.t, rill. I (¡rrig. l:_.
lI).1).
I, u, l3(2.54-55), art. 4 (pág. 82); ¡10 l4J(820

&
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA
134 FUNDACION DEL IMPERIO N5

ciones que a este respecto dirigia el reya sus repfesentantes en las


capitulares hacen pensar que los alcabaleros solían inclinarse a IX.- P¿rnrMoNro, MoNopolro DE LA MoNEDA,
DERECHos
percibir el impuesto uun pá, productos destinados al uso personal DE CANCILLERÍA
áe quienes los transportaban o de aquellos por cuya cuenta se reali-
Es cierto que Ia monarquía contaba
mantuvo como regla no con algunas fuentes de ingre-
zabi el transporte. Ño obstante, siempre se sos por rentas: Ios que obtenían
destinadas al comercio ya de Ia exprolación d" .,r, iominios,
exigir alcabala sino en el caso de mercaderías ya del ejercicio del poder pribliá.
y lás exerrciones concedidas por el poder real Io solían estipular así
Los dominios (uiilae) de que disponía
expresamente.lo6 Carlomagno, eran consi-
derables y estaban dise*inudos
Las alcabalas mencionadas más a menudo en los textos son dere- ,"íi"¿" el territorio, aungue se
concentraban más en las regioaes septentrionales
chos de pontazgo, que se percibían al paso de puentes o de esclusas' las comarcas del Mosa y aár ni", de ra Galia y en
en el itinerario de caminos o de ríos; se les designaba con nombres
iorr¿" las propiedades patri-
"í a aumentar las gue pipino,
moniales de Ia famiria- cároringia fueron
especiales, que por sí mismos ya señalan la nattraleza del impuestol al usurpar el poder, habia háedu¿" J" los me¡ovingior--gr",
los transportes en vehículos de ruedas
ro'daje (roiaticum), para vez, las habían tomado, a veces, del , ,u
(rcÁ{ ) acarreo (portaticum), para el acarreo a hombros de comprendían, como era normal, tierras
fisco romano. Estos patrimonios
hombres: saumaticum fde sagma, albarda], pata los productos coo- lab¡antías, p""i;;;-;iñedos,
jardines y josas, bosques y tierras
ducidos,sobre bestias de carga; batganaticum lbatcaiel para el trans-
baldias, d; i; ;;;;r,, pu"t"
estaba bajo la directa administración
porte en barcas; pontazgo (pontaticum), para el tránsito por un del ,ey, *ierriÁ tu'*uyo"
extensión era usufructuada por terratenientes.l.e
puente; azudazgo i'exctuiaticum), pa,u el paso por una presa' exclusa Había intendentes
-o (uillici) encargados de la vigirancia de 1a
azud, etc. Pero con evidente errof han tratado algunos eruditos
de exprotación, de Ia conser-
vación de los edificios para habitación que,
distinguir los derechos así denominados de las alcabalas propiamente
grandes patrimonios,
al igual qu" lo"
"r,
comprendían como complemento caballerizas,
dichairoa pues no hay que dudar que los textos de la época los con- establos, un corral, un colmenar, un lagar,
funden,loT un molino, herrerias para
reparación de los aperos, talleres de hilandería
También entre las alcabalas incluían los contemporáneos de Car- y, cuando ,e poaa,
pesquerías y viveros.lro
lomagno los derechos percibidos por las transacciones mercantiles Poseemos varias capitulares que demuestran
estaba el interés der empera-
efectuadas en los mercados y en las ferias, cuya celebración dor por una administra_ción intáigente de todo.
sometida, además, ala autotización del rey'108 Procedentes' como los
La más famosa, ra
capitular llamada de rtr --¿"-1u que, además, ,.*fi.
derechos anteriores, del Imperio romano, estas diferentes clases
de
precisar si emanó del-uitlis
*uf a,fr"rt
mismo Carlomagno o de su hijo Luis futrro
alcabalas proporcionaban, con toda verosimilitud, al tesofo un apre-
Ludovico Pío), entonces delegado d""., padre 1"í
ciable supiemento de ingresos, aunque seguramente insuficiente -si Aquitania rtz--, demuestra con evidencia, desde"í "f
g.i;rno de
su artículo ls, el
se tiene en cuenta el at.aso del comercio mayorista en el mundo csencial cuidado del soberano: no permitir
que vayan en beneficio
occidental- para proveer al presupuesto real de algo más que una tle otro los recu¡sos gue puede obtener de
su patrimonio. se trata de
simple adehala. rn concepto que se repite en más de un artícuro. El pequeño
,ricnto de algunos impuestos subsistentes rendi-
105 §sl¡s las alcabalas, véase werrz, t. IV, págs. 55-63; Fusrrl oe coulercus' obliga ,l ;"";;;;-a velar
irrcntamente para que nadie interfiera usurpanáo
t. V, págs. 247-259; Bnurmn, t. II, págs' 321-327; pero, sobre todo' cf' los textos: su derecho y adue-
Capitularía, t. I, passim; Diplotnata Rarolín', t' I, págs' 9' 1.7' 27' 66'
67' 128' 13&
lr)0 Sol)re el patrimonio real,
cf..!íerrz, t. IV, págs. 1m-1S8, que remite a
170, 1BB, 257; Formulae' págs' 300,303-304, etc' ll r lr¡s r:srncia'lt_,s.
Ios
roo véase especialmente Fusrrr- or coureNcrs, t. v, pág.259; Ger'rsHo¡, Ies rr0 Vri¿rcc especialmente
págs' 387-395' Capitul., t. I, ne ZZ(B0l-Bl3), art.19, y la capitular
orígínes romaines ilu "rouage" (na 136 de Ia Bibliografía)' ¡1,' rill.is. r:itrrrla mírs adelante.
roz Véase, en particular, Diplomata Karol', pig' l2B fi74'77;¡) ' It I Ottltitttl... r. l, na .32, prigs. B2_9.1.
l0SCI.P.Iluvrun,Essaihistoríqucsurletlroí.ttlt:stnurcl¡'(:sctiL:sIoí,rcs, I r:f (:[. i\l'r'{ llr.t.tr, r,'rri¡1irt: ar ,,ctt¡titurare
r. datr
(París, 1897, in-f,}", tt,sis rlc tler"rrlto rk' l'arís), trtt ¡rirrtit ttlitr ¡'rig's' l4'il-176 ra
y d.u, de uilri.s,,, cn neuue
h,,r,,,i,¡¡¡,.. r. r'\l lll r lr,jlll). t,;il,r. .|.¡_.]r¡.
irTfl 51t4.
136 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 137

nándose de una clase de rentas que aseguran importantes aspectos Este monopolio tenía, además, la ventaja de permitir la unifica-
de su vida. Otro punto gue debe señalarse es el empleo a la vez, ción del sistema monetario, signo tangible de ra unidad del imperio.
tanto en esta capitular 113 como en muchos otros textos contempo- Carlomagno hizo todo lo posible puru .orr"gui¡ este resultado. Así,
ráneos,rra de las dos palabras uillae y fisci, para designar los reales retiró de Ia circulación las piezas antiguas, entre la,s que existía la
patrimonios: aun siendo de origen familiar, estos dominios estaban, mayor diversidad, y las reemplaz1 por piezas nuevas de tipo, peso
por tanto, asimilados a los que en Roma se consideraban como tierras y denominación uniformes.lle Medida, aparentemente, fácil de áph-
del fisco, lo que no debe causarnos sorpresa, ya que cualquier distin- car, ya que la única moneda que quedaba oficialmente en circulación
ción entre el carácter privado y el público de la persona del rey dentro del reino franco era el clenario de plata, del que el sueldo
parece que estaba en 1o adelante abolida. tenia 12 y la libra 240, sin que se sintiera la necesidad en lo adelante
De los diversos monopolios que producían beneficios a los empe- de acuñar piezas de ninguno de estos valores. Con todo, los
radores romanos, parece que el único que pudo conservar el soberano textos demuestran que la reforma triunfó no sin esfuerzo, y Ia crasi-
carolingio fué el de la acuñación de moneda. Después de los des- ficación de las monedas gue nos han llegado testimonia que el go-
órdenes del período merovingio en los días de su decadencia,lls bierno de carlomagno fu'é impotente, en último .u.o, pu.u asegurar
Pipino el Bre,¡e se hizo cargo con energía de la administración mone- en el campo monetario aquella uniformidad absoluta que se propo-
taria.116 Sus esfuerzos y los de su sucesor permitieron reorganizar nía. Sin embargo, no se puede negar gue los denarios de los días de
metódicamente la casa de moneda y el mismo sistema monetario. El carlomagno .-a los que en la práctica no pudo dejar de adicionarse
número de talleres de acuñación, que se había hecho excesivo, fué medios denarios u óbolos- ofrecen un carácter de regularidad rela-
reducido para facilitar la vigilancia. Carlomagno llegó, en el 805 tiva con manifiesta ventaja sobre los de la época merovingia.
y el 808, hasta el punto de no autorizar, en principio, acuñación si resulta difícil aprecia¡ las rentas que la monarquía caroringia
sino en el taller de Aquisgrárr.rrz |V[gd¡da de excepción y, sin duda, obtenía de la acuñación de la moneda más lo es aún, posiblemente,
provisional (pues ya no parece estar en vigor en los días de Ludo- calcular las que le producían los derechos de cancillería. Todo cuanto
vico Pío ) , pero que produjo la nueva ordenación del ,sistema m'o- se puede decir es que la autoridad y el prestigio que proporcionaron
netario. a carlomagno sus triunfos militares y el atinado ejercicio del poder
Los gastos que ocasionaba la acuñación se cubrían con las mermas fueron dando de día a día más valor a las actas que expedía pare
que los jefes de los talleres de troquel --los monederos (monetarii)- conceder o confirmar bienes y privilegios. De ahí el aflujo que había
estaban autorizados a efectuar sobre el metal o sobre las moneda's en su corte de peticiones, como 1o demuestran los documento,s de la
viejas sometidas a fundición. Una capitular, que se remonta a los días época. El constante acrecentamiento de los territorios que formaban
de Pipino el Breue,Lrs había señalado esta merma en un sueldo por el imperio carolingio ensanchó, más aun, el círculo de los que acudían
libra de plata en una época en que la libra tenia 22 sueldos. Como a solicitar favores del señor y que proporcionan a su cancillería
no se autorizaba ninguna otra merma, hay que suponer que cada «rportunidad de ingresos que, sin la menor duda, se subestimarían
taller estaba arrendado por el soberano o que le correspondía una si se contrajera su importancia al volumen únicamente de las escasas
parte de los beneficios. I 60 actas cuyo texto auténtico ha llegado hasta nosotros.l:,
En el
cstado actual de la documentación a nuestra disposición, es imposible
113 f,¡1¡s otros, en los artícu]os 4 y 52.
114 Véase especialmente Diplomata Rarol., t. I, na 83 (774 aproximarlamente),
¡rventurar la menor valo¡ación ni aun atreverse a decir si los bene-
pág. 119, línea 40. f:icios que se obtenían por este renglón superaban en demasía los
115 Cf. el Catalogue d.es monnaíes lranEaíses de la Bibliothéqu'e natí.onala. Lr's c¡irstos necesarios para mantener en buen estado el desenvolvimiento
monnuies méroaingiennes, por Mauricio Pnou (París, 1892, in-Ba). Introrltrccirin. tlc estos servicios.
tt6 p¿¡¿ ouanto se relaciona con la acuñación de ¡noner.las calolingias. vriitsc lit
Introrlur:ción de M. Pnou al Catalogue tlcs monnai.cs curoli.n.g,iannas (rt(' lll9 rk' rttrr''lrrt I IL SoI)r'(' l. r1tr. sig,e, róasc la obra de xl. pnou, catalogue d,es monnaies carr¡lin-
Bilrliografia). ¡t,i,'rtrt,'.t ( lr'' liir) rL: Ililrliogralíu).
l¡r¡cslr.¿r
11i Outti.tttl.. t. l, rr1' ,:l'1,(t105), ¿rt. lfl, ¡rrig. 125; rr" 52(li0lt). irrl. 7, ¡,ri;'. I ll). l:'r) Vr"if q. lrt c.lc.r'iritt r¡ttc lta rlnrlo Ii. X{iillr.n,rr:llr,.n, Diplomata KarolirLorgnt,
tts (.'ultitul.. t. I, r¡" ll|(75 1755), rrrt. 5, ¡,ri;'. llil. l. l. t,ril'... i'l ''()''.

&
138 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 139
En verdad, la monarguía carolingia ya no se encontraba en aquel era, a 1o menos en sus rasgos generales, uniforme de un extremo al
estadio gue caracterizó los tiempos de las grandes invasiones, y en el otro de los territorios sometidos a la autoridad de Carlomagno.
que se esperaban de la guerra, por el botín que obtenia el vencedor y En este aspecto domina todo el panorama un principio: el de que,
por los tributos que se imponían a los vencidos, los más pingües entre los deberes que incumben al soberano, no hay ninguno que sea
recursos; con todo, sólo débilmente pudo suplir estos ingresos con la más imperativo que el de asegurar a todos el pleno tespeto de sus
fiscalía y las normales obvenciones de los derechos que ésta eiercia.
Los transportes de alegría que el aí,o 796 levantó la noticia de que los
derechos
-de sa ley, dicen los textos- y una justicia escrupulosa.
Este principio, muchas veces enunciado en las capitulares,l24 no
lesoros acumulados por los avaros habían caído en manos de las tro- sólo es aplicable al mismo emperador, sino a todos aquellos, tanto
pas francas, nos ayudan a puntualizar la situación: un botín seme- laicos como eclesiásticos, que ejercen la autoridad en su nombre.
jante pareció a todos como una inesperada fortuna o lotería que iba Pues hay que señalar que el deber de hacer justicia se impone d,e
a abrir inmediatamente una era de excepcional abundancia.12l manera tan absoluta al soberano que se considera como responsable
Sin embargo, el ejercicio del poder judicial, del que nos falta aún de la exacta ejecución de las sentencias pronunciadas en sus Estados
ocuparnos, no dejó de proporcionar a la monarquía, con mayor tanto por los obispos o los abades como por los condes y los demás
regularidad, ingresos apreciables, a la vez que permitía al soberano agentes del orden civil,r25 Por todo esto las prescripciones que se
afirmar útilmente en todo el Imperio su autoridad moderadora, al contraen a Ia administración de la justicia resultan frecuentes en las
servicio de la paz y del orden público. capitulares.
Suelen ir dirigldas a los condes, cuya actuación se nos presenta
[.- ]usrrcn 122 aquí tan primordial como en los otros terrenos administrativo,s, ya
que, en principio, dependen de su tribunal, salvo casos particulares,
Pese ala diversidad de los códigos -leyes sálica, ripuaria, bur- todos los procesos en los que contienden dos súbditos del emperador,
gonda, etc.- a que estaban sometidos dentro del Imperio y aun en con la sola excepción de los asuntos de orden puramente eclesiástico
el solo reino franco, los súbditos del monarca carolingio, y cuyo que estaban reservados a los tribunales de la Iglesia. Así, todo conde
estatuto jurídico individual, función que procedía del origen étnico
de cada uno de ellos,123 nada pudo modificar, la organización judicial
tiene en su condado audiencias regulares
-se Ilamaban mall (ma-
llus) o plaid (placitum) fasamblea, tribunal] condal-, unas en la
ciudad donde residía y otras en diferentes ciudades o localidades de
L2t l/. 5¿pya, pág. 60.
122 Sobre el tema tratado aquí, véase sobre todo G. Wr.rtz, t. IV, págs. 365-525, su distrito. El conde presidía asistido de jueces que, despu,és de haber
que proporciona un fácil conocimiento de los textos, y H. Bnuttxrn, t. II, págs. 435" sido, hasta el siglo vuI, seleccionados entre los notables del condado,
886, que es seguramente la más completa exposición de conjunto de que disponemos como nuestros modernos jurados ,-entonces se les llamaba rachim-
actualmente para cuanto se relaciona con el funcionamiento de la justicia en las burgos (rachineburgi, rcchinburgi, racinebutgí, racinburgi) u hom-
épocas merovingia y carolingia. Cada párrafo de esta extensa exposición lleva una bres buenos (boni homines)-, constituían desde el último cuarto del
bibliogra{ía que alcanza hasta el airo 1927. Por desgracia, Ia presentación resulta con
frecuencia confusa y ganaúa mucho si estuviera más concentrada. Entre los estudios
siglo, a lo menos dentro del reino franco propiamente dicho, un
en francés aun resulta provechoso leer a Fusrnr, or Cour-excrs, t, V, págs. 304-506' cuerpo de magistrados profesionales tegidores (echeuins, sca-
en 1o que atañe esencialmente a la época merovingia, pero más de un pasaje interesa bíni)* cuya intervención se limitaba-los a establecer el derecho, que-
también a los tiempos carolingios. A éstos había reservado Fusrsl un capítulo del dando a cargo del conde como presidente de su tribunal el dar forma
volumen siguiente de su obra (t. VI), pero en ese volumen, tal corno {ué publicado a las sentencias y pronunciarlas. Reclutado dentro de cada condado
por Camilo Jur,r.reN después de la muerte de su autor, no se encuentra (págs. 494- por el mismo conde de acuerdo con los missi dominíci, el cuerpo de
501) más que un brevísimo bos,quejo del tema. A esto hay que añadir, en cuanto a Ia los regidores o echevines se reducía a una docena de miembros a Io
organización de los tril¡unales, el libro, actualmente sobrepasado, de L. Ba"tucnet
(n') l4l de nuestra Bibliografía) y el mediocre Étud,e sur Ie mallum de Brn,lur,r »rs 12i\ y. supra, págs.106-107.
(llr¡uvrr:s (no 14,2 de nuestra Bilrliografía) que os un traLajo de principiante. Iin todo 1!.t (:(tpitu.l., t. T, no. 22(7Bg), pág. 58, art. ó3; 25(792), pág. 67, art. 5; 33
Io <¡rrc tratamos rn las páginas rJrrc siqrrcn sc irnpone ntírs qut, nt¡nr,a rcr,t¡rrir a los (ll{):l ), ¡rí11. 9(t, art.26; fi6(Bl0), pág. 155, arts.3 y 5; 69(810), pág. f5B, art.3; 85
l(.\l{)s. Nn('slro rlisr.í¡rrtlo Tl. I}¡l't'rr;n pr'(:lrilra rtnit (,1)rt tk: t:tttt.jttltltt solrrt, llt.irrtticia (ll{}l lll;t), ¡ri¡1. lfl4,, nrts. j?,3,5.
r'n Jit il'r,r'rt,1, 1,'. r'rrr',,lirr;'ir*. r:iL Vr"rr..' (irt¡titttl., t. l, rr'!3l|(1J02), ¡rír¡1. 9tl, nrt. 3fl.
140 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA I4I
más por cada condado. En la mayor parte de los casos e¡a suficiente dado el gran número de actos de Ia vida civil, religiosa
o militar que
que se reunieran siete de ellos 1es para que el tribunal pudiera legal- todos los súbditos del Imperio tenían obligadamenr""
qu" rearizar con
mente deliberar. Acompañaban al conde en sus recorridos judiciales riesgo de infringir lo que se consideraba bando del
siberano. Nume_
y, como é1, estaban sometidos a la vigilancia de los m¡ssj. rosos textos demuestran que con esto no se hacía
sólo referencia
El número de audiencias o sesiones que debía celebrar el conde a sus capitulares, ordenanzas o actas oficiales publicadas debida,
durante el año fué limitado a tres, por Carlomagno, a fin de terminar mente, sino a todo Io que, bajo cualguier forma y
Lr, .uulquier grado,
con los abusos de todas clases que se le notificaban sobre las cita,- reflejaba o implicaba. una decisión de parte del emperadoa
.or.ro, po,
ciones dema'siado frecuentes para c,omparecer y ras rnorestias que de ejemplo, su voluntad de mantene" bulo su protección
a las igresias,
esto se originaban a los interesados. varias capitulares recuerdan, las viuda's, los huérfanos y a todos lás desÁeredados
de ra fortuna,
además, que sólo las partes del proceso están obligadas a asistir a en cualquier lugar del Imperio en donde vivan,
o su deseo de perse-
las audiencias,12T guir a los incendiarios, a ros autores de ros crímenes
de rufto, robo
La competenqia del tribunal condal se extendía a toda crase de con fractura, a los desertores, . ,128 Enumeración que nada
tiene de
asuntos, civiles o criminales, que los litigantes le sometían. No parece limitatíva y que en realidad er emperador o sus ;;;.
;r;cutivos
que el conde tuviera facultad para iniciar por sí mismo procesos, se inclinaban a extender casi indefinidamente, ya que
vemos a carlo-
salvo cuando se tratase de cumplimentar órdenes o defender los magno incluir en ella la caza furtiva en los ,r"duáo.
de los bosques
intereses del soberano. Pero su celo se alimentaba con el incentivo reales, 12e el rehusar monedas de curso regal, rso
er negarse
de los provechos que le valía la aplicación de las penas que pronun- mente al pago del diezmo,131 la venta de objetos ""it"rudu- áel culto,132 Ia
ciaba. violación por parte de los clérigos de las prescripcione,s
conciliares
En efecto, el principio general era que, cualquiera gue fuese el con respecto a Ia presencia de mujeres en sus casas,133
Ia percepción
estatuto ¡'urídico de cada procesado, toda infracción al derecho ajeno abusiva de alcabalas o peajes,l,a er encubrimiento
de fugiiivo5,,sr
conllevaba, en caso de condena, el pago de una composición cuyo el robo de granos o de forrajes en perjuicio de
los habitanies de la,s
monto era proporcional a la gravedad del perjuicio producido, pero comarcas por donde transitaban las tropas,rs. el
robo de bestias de
del cual se reservaba siempre una parte en calidad de multa (fredus) carga,137 la venta a precio más arto de los productos
tasados,l3s
para la autoridad real, protectora en todo el Imperio del orden pú- la venta de esclavos o de siervos fuera de la,s frontera.
¿"1 ,"ifo,rr,
blico. Esta fracción era de un tercio, al menos en el derech6 franco; homicidio de peregrinos,lao etc. El campo de aplicación "1
de la. ,r,edldu.
y, de la suma así percibida, el conde se quedaba, a slt vez, con un tomadas contra los infractores del bando real
o imperial era, como
tercio como remuneración de sus servicios. se ve, ilimitado,ya que toda ofensa al derecho
d" ot"o, o,lu. pru._
Hay que añadir a esto a base de un tercio- el pro- r28 Capitul.,t.I,ne 27(797), pág.7f,
ducto global de las multas -siempre
recaudadas en beneficio del Tesoro por art.1; na BB(802), pág.98, art.40; na 34
llll)2), pág. 101, art. lB;. ne 68(B0t-Bt3), págs. lS?_158,
infracciones a los decretos superiores o, como se decía entonces, al pÁ9. 205, arr. 2; ne Il0, pág. 224, arts.1_B;
u.t.. t-3.; nq 98(801),
eic.
bando del soberano (bannus dominicus), caso que era frecuente, t:t{t Capitul., t. I, ne 38(802), pág. 98, arr. 39; ne 102(B0l_BtO), pág. 21I,
nlt. I7.
126 ![¿ss, por ejemplo, Formulae, pág. 251, ne 27 de ]as {órmulas llampdas t:\o ldena, n'q63(809), pág.152, art.7;
de na 90(?Bl), pág.191, art.9.
Merkel (fines del siglo vrrr). t:t1 Jdem, n, 87(787-BI3) pig. 186,
, arr. 4.
r27 (¿pi¡y!., t. I, nr 40(803), pág. il6, art.20; na 44(805), pág.l2S, t:t2 l¿em, no 33(802), pág. 94, art. 15.
arr.16;
na 6t(809), pág.148, art.5. El hecho de que en estas capitulares sólo se haga refe- t:t3 l¿,('m, n, 100(800-810), pág. 207,
art. l.
rencia a los hombres libres ha hecho generalmente creer que todos los hombres tt't l¿nn, n" 5T(B0l-814), pág. 144, art. 7.
libres debían estar presentes en Ias tres sesiones. Los textos no dicen nada de eso. t:tÍ ltltnt., na 52(B0B), pág.140, art.6; na 64(Bl0), pág.153,
t:ttt ll.(nl. na Z0(gl0_BIl), pág. 160, art.9.
Lo único que determinan esto lo sabemos por otras fuentes además- es r1*t: las art. 4.
disposiciones dictadas de -yesa manera no afectan a los no libres. Una ca¡ritrrllr rlr t:ti ltl('n. nq 77(B0l-Bl3), pág. 173, art. B.
Ludovico Pío (Capítul., r. I, ne l4l, ¿ño Bl9, pág. 290, art. I¿1,), recr.rrl. la linrir¿r- t:ts ltl(nt. nl'52(U0B), pág.140, art.
5. Hay que señalar, además, que de los 60
trión a lres autliencias judicia'les calificándolas dt: gcn.t:ralia plar:ítrt. Estt: r:¡lific¿liy¡ urr,,l,l,,u, ll0 sr¡n, r,rr r.l r.rso inrlir:¿do, reservarJos al denunciante,
gcncralitt lt¿ rlarlrl lllgar a ttrttr,lttls ('rri)r'('s: rLr irr:llr:rrlo r:r¡¡r r.l colrlcxto r|.s.igrr:r, r:ri- ttttt ltlt ¡tt. ¡r'r :0(779),
¡Iig. 51, arr. I9: no 90(7Bl), pág. 190.
rlt'ltll'tttt ttlr', lls ¿tttrlitltrriirs rlt'l colt,lr' ¡utllr ,lilr.rr.rrciir¡lrrs rl,. llrs rL. los r.r.rlur.ir)r(.s. t ttt ltlt tn, ¡r'. ()l (71l1_71t6),
¡rrig. l9ll. irrl. 10.
142 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 143

cripciones de la Iglesia respaldadas por el emperador, o al orden, manera provisional,l4e y, sin duda, cuando el ob¡eto del litigio es
podía ser considerada como una oposición a la voluntad del soberano' de menor cuantía: cuando se trata de causas liuianas (le,viores
Y la pena que se aplica en este caso al delincuente es la de 60 suel- causae), dice una capitular.rro El campo de administración de la jus-
dos,r+r cantidad importante en aquella época y que aun puede ser ticia confiado a los vicarios es, pues, de los má,s reducidos.
doblada 142 y hasta triplicada 143 si el delito cometido parece excep- Esta administración de justicia vicarial se ejerce en forma análoga
cionalmente grave. En cambio, es raro que sea inferior a los 60 a la de la condal; el vicario preside un tribunal considerado com,o
sueldos. No hay que considerar cuán productiva podía ser esta fuente audiencia (plaid o mall) y compuesto igualmente por siete jueces, al
de ingresos para un conde vigilante y activo. principio rachimburgos y luego rcgidores o echeuins, una vez que la
Y esto no era todo. Algunos procesos podían, por su misma natu- institución de estos últimos se puso en práctica.151 Perc, sin duda,
raleza, proporcionar al conde beneficios suplementarios, si se trataba debe imputarse a la, cada vez más, restringida importancia de su
de crímenes como el incesto, el homicidio de parientes cercanos, la tribrlnal la extrema tateza de los documentos que testimonian
falta a la [e jurada, gue conllevaban, en caso de condena, la pena su funcionamiento en la época de Carlomagno.
de confiscación de bienes.144 Es cierto gue el beneficiario de ella es, Si el tribunal del conde tiene competencia para sentenciar los
primero, el soberanoi pero algunos textos hacen pensar gue también procesos de los que, sólo con reservas, tienen conocimiento los tri-
aquí el conde obtenía su parte, pues se le acusaba de dejarse orfas- bunales de sus vicarios, estas sentencias de los condes estaban, a su
trár por una "insaciable codicia" pata multiplicar las condenas de vez, sometidas a revisión por parte de los missi, gue deben, además,
esta especie.las hacerse cargo de los procesos que por cualquier razón estén en sus-
Por otra parte, el conde no es el único gue en las provincia's penso.152 Se les recomienda que durante el mes de su viaje o jira
conoce de los asuntos judiciales. En efecto, se distinguía entre las cau- tengan cuatro audiencias en cuatro localidades diferentes del con-
sas llamada s magotes que, salvo casos particulares, eran obligatoria- junto de los condados sometidos a su inspección 153 y cada yez pre-
mente de la competencia de su tribunal, y las causas de menor sidan allí asistidos no sólo de los siete regidores que en 1o adelante
importancia, llamadas causas tnenores,r46 que podían ser enviadas al estaban determinados para todos los tribunales ordinarios,lsa sino
¡uzgado de sus subordinados los vicarios o centuriones.
De acuerdo también en presencia del conde en cuyo distrito se abrió el proce,so
.o., lur capitulares promulgadas a comienzos del siglo x, quedaban que se somete a su examen,155 En todos los casos, ya el recurso a
reservados al tribunal del conde los asuntos criminales y los procesos los ¡nlssí esté fundado en una queja por una injusticia o en un litigio
que se contraían a la liberta¿.uz pg5ds e1 siglo IX,1as 1ut disputas relativo a la decisión dictada por este o aquel conde,156 la sentencia
relativas al derecho de propiedad -a lo menos de la propiedad terri- promulgada en nombre del soberano por sus representantes en visita
torial- no son por sí mismas competencia de los vicarios, sino de de inspección, produce, igual que la de los tribunales condales, prove-
t4L lil,sa, ne 35(802), pág. 104; afi.57; no 68(80I'813), págs' 157'158, arts' 1- uo (¿pi¿u.1., t. f, ¡os 64 y 65, citados en la nota 2 supra.
2; no 74(811), pig.766, art.1; na 7?(B0I'813), pág.I77, art' 9; ne 98(B0I)' pás'205' t50 ld,em, ne 102, cit. en la nota I supra.
art. 2; na 110, pág. 224, etc. tír N6¡ayl6¿, nq 7 de las fórmulas llamadas de Bignon (750.774), pág. 230;
t42 ldenl, nq 100(800-810), pág.208, art.2. no" 29 y 30 de las fórmulas llamadas de l\{erkel (fines del siglo vur), pág. 252.
143 lil¿¡¡¡, n, 136(818-819), págs. 29l-2f,,2, arts. 4-5. 152 Sobre la jurisdicción de los rnis.si, véase W.lrrz, t. IV, págs.413-418; L. Bseu-
1a4 V{¿ss Capitul., t. I, ne 13(?54-755), pág. 31, arr. I (incesto); n'q 56(803- curr, págs. 301-326; Fusrrr. »¡ Coulaucrs, t. VI, págs. 555"559; H. BnurvNrn, t. II,
813),pág.143,art'3(homicidiodeparientescercanos,incesto);DiplotnataKarol" págs. 258-260, Pero ninguno de estos autores establece claramente la distinción entre
n" rgOlZéZ), pás.243, l. 5 ({alta de fidelidad) ; na 205(807), pág. 274, l' 31
(incesto) ; las épocas a que se refieren los textos alegados.
(incesto 3).
Formulae,nq 22 de las {órmulas B de Reichenau (800-840), pág.357 163 Capitul., t. I, n0 B0(BI1_BI3), pág. IZT, art. B.
1a5 Er, AstnóNoMo, cap. XXXVIII. 154 Diplom. Karol., t. I, n, 148(732), pág.201; Cartulario de Redon, publ. por
146 Psra esta distinción véase Capitul., t. I, na 20(779), pág. 49, art' 10; ne 132 A. nri Counsor,r, na I9I(797), reproducido por TnÉvrxrn, Textes relatít's aux institu-
'
.(e15), pág. 262, art.2. tit»ts... mérou. et ca,rol., ne 63, págs. 76-77; Formul.ae, pág. 2I3, na 4 de las For-
t. I, nq 64(810), pág. 153, art. 3; na 65(BI0)' pág. 154, art. 5;
147 Capitul., ¡nul.tu' Se¡t.on ut.ses rccentiorcs.
na B0(Btt-813), pág.176, art. 4; na 102(801-810), pág. 210, art. 14. tt'5 ('ut)itu.l,., t. I,ne80(t]11-8f3),pág.777,art. B; n, 141 (819),pág.291,art.25.
148 fl¿y, al menos, para eI siglo vur, un cjemplo contrario. Y&tso Forntulur, tnti (:(tttitul., t. l, n') 20(779), póg.51, art.21 (injusticia); l'orrnulae,pág.357,
n? 29 rlc las {írrnrtr'las lhrnrt,las rL' X'L'rkrl, ¡'írg- 252' tr''¡ llll(ll00 lll{)I rL. lirs lrinnulrrs ll rlt. llcir.lr'lurrr (l¡rclrrr.irirr).

&
14.i FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 145
chos cuyo reparto se lleva a cabo de acuerdo con las reglamentaciones momento el monarca y ra función
de jueces es asumida entonces no
enunciadas anteriormente. Debe también señalarse que los litigios por regidores, sino por algunos de
los ,nobÍes que forman el séquito
relativos a las sucesiones inmobiliarias, cuyo conocimiento parece o corte del rey.ras
que estaba ¡eservado a los mlssl, producian derechos especiales en
beneficio del Tesoro que reclamaba por su,s buenos oficios una XI.- INn¿uNrDADEs
décima parte de las tierras y de la mano de obra servil.l5?
El tribunal del rey,158 constituía la instancia suprema a la que
se elevaban los procesos que los tribunales ordinarios, especialmente
. Ni el r'égimen administrativo ni el régimen judiciar que acabamos
de describir se aplicaban, como
Ios del o¡den eclesiástico 15e o aun los de los missi,tio se consideraban piedades eclesiásticos. para ,n "r.rr,
. todos los patrimonios o pro-
nú*ero cada vez
incapacitados para resolver o los que se negaban a juzgar,tBL así como se había establecido un régimen de privileglo, "iur'á..1J" de elros
el de la inmunidad,tte
aquellos que se remitían en apelación,162 En primera instancia, el que 10s convertía en otros tantos
territorios en ros cuales, en gran
tribunal del soberano juzgaba el caso de los funcionarios reales, medida, la acción del propietario substitu
especialmente de los coldes, contra los que se presentaban quejas
ia a la del conde y sus
agentes. régimen no fué concebido
por sus administrados.l65 algunos procesos graves de desobediencia _Este en la época .urolirgio; _á,
aun, en lo esencial fué un Iegado de Ios
tiempos merovingios; p,ero
a las órdenes del rey, como la deserción (heristiz), que estaba reser- [ué precisado, generarizudo
vada a la sola competencia del monarca, ton y, finalmente, los procesos
i transformado en los días de carro-
magno y en el transcurso der tiempo
IIegó a .orrr"rti.* en sus
que se referían a los próceres o podetoso,s (potentiores), altos fun- manos en un medio regular de gobierno
aplicable a las tierras de
cionarios, obispos, abades, grandes terratenientes.lGs Ia lglesia.
No hay que decir que el soberano no presidía por sí mismo las Se entendía pot inmunid.ad (immunitas
o emunitas,/, un privilegio
audiencia,s, sino excepcionalmente, cuando la importancia de los asun- por el cual un patrimonio quedaba
tos sometidos a su tribunal hacía oportuna su intervención. En esos
substraído h';;]ó; de ros
agentes ordinarios del tey o, parl emplear "
el lenguaje de la ,época,
casos estaba asistido por el conde del palacio, cuyas atribuciones ya se Ie declaraba exento (immunis) d"
,u irrt"rrrención y adscrito direc-
señalamos más arriba 106 y eue era quien presidía en sus veces y sitio tamente a Ia autoridad central, ante la que
su propietario era, en lo
en los casos normales.167 Pero cualquiera que sea quien lo presida, adelante' responsable en persona de
Ia mayor parte de los servicios
este tribunal residía en el palacio en donde se encontrase en aquel administratívos y judicialás de que,ror*rlá"rt"
167 (6pi¡y1., t. I, na 77(B0l.Bl3), pág.171, art.7. Cf. Fórmulas de Marculfo,
el conde y sus subalternos. Ningún ""oi.r' ( judex
funcionario púbtico "rrJu.guao,
blicus), se ,ee, con algunas v..iántes, en pu_
libro I, nq 20 (fines del siglo vrr), pág. 50 de las Formulae. las actas que.J.rf""iu, o
158 §6[¡¿ este tribunal ver Werrz, t. IV, págs. 472-49g: L. Bnaucrrr, págs. 322- c.onfirmaban este privilegio, ,.podrá,
en Io sucesivo, penetrar,, en los
353; BnurvNrn, t. II, págs. 181-192. dominios del beneficiario, ni ,,para administrar
ríe (¿pl¡y1. t. I, na 28(794), allí justicia, ni para
págs.74-75, art. T; na 112(799-800), págs.22B- cobrar murtas, ni para ¡ecramar fiadores, ni
229, art.26;
ne 33(802), pág. 94, art. 15.
para hospedarse arí, o
pedir prestaciones, ni para recaudar impuestos
t6o ltle¡n, n, 34(802), pág. 101, art. 19.
ejercer cualquier coacción sobre los habitantes
o rentas, ni para
161 lf,snl, na 90(7BI), pág. 190, art. 2. libres o ,o libr"r,,, lo
7$2 ldem, nq 13(75a1-755), pie. 32, art. 7; ne 44(802), págs. 123-124, art. B; que implica los documentos Io demuestran- que la
na ó9 (¿hacia el 810?), pág. 159, art. 7.
-y
contingentes militares no dependía del conde.
reciuta de
7t)t lflsm, na 95 (hacia el 790), pág.201, art.7; Diplont. Karol., Este y .r, ,u'oral-
t. I, na 12 nados se esfuman ante eI que disfruta de inmunidad
(759), págs. 17-18. qr", Oo. f.ro,
t64 Capitul., t. I, na 64(810), pág. IS3, art. lg. especial y para toda la extensión de sus dominios
ros' tiene por delegación Ios necesarios poderes puru Or"."rrri-,
765 ll,¿7n, n'q 77(801-813), pág.
furr-
l7l, art. 12; nq B0(BII-813) ; pág. 176, art. 2; uctu", * ío-¡""
Diplom. Karol., t. I, na 102(775), pág.746; na IB0(797), pás. 242; na 20,1(806), del rey.
pás. 273.
rtitt su,p¡¿, pág. ll8. ltit Di.plonl. Korol., t. I, no, 102(775), 138(ZBl), l4B(782); Fornzulae,
lcz Vóase pág. llB y nota 46, su,l)r(L cotr rcfcrr.nr:i¿r a los lr:xlos, 1,ir ir la ¡rrcsi,|r.rr- r¡'¡ 26 rftr las fór¡¡rulas rle Sr:ns (fincs rlel siglo vltr).
pág. 196,
t ia rk'1 r'olrrle rk'l ¡ralacio, yrr it sr¡ pt,qcn'.¡ir .jrrlrto rrl nrorrirrr.il. l(ifl l,lt ()l)r'it t's.r.inl s.l¡¡r.r'sl¡¡,.* 1,,,1,.K¡t(,1:t.r, (na I,,3 r,: l. Rilrliogrrrfírr).
(l,rrl,rrrrlrgrrrr.. 10.
146 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 147
Desde el punto de vista jurídico, las consecuencias prácticas de administrativa en igual medida que ros condes. como éstos, era per-
esta medida son las siguientes: para las causas menotes, los habi- sonalmente responsable ante el rey, y ya hemos visto las sanciones a
tantes de la inmunidad dependen exclusivamente del tribunal del que se exponía si no cumplía bien con Ia función gue le estaba en-
inmunizado; para las causas magates, y en especial para las crimina- comendada. La amenaza de ser privado de su cargo y de sus bene.
les, pertenece,a éste, en cuanto es requerido para el1o, presentar él ficios no era una palabra vana cuando se trataba,-como era el caso
mismo a ios inculpados ante el tribunal público, ya habiten regular- general, de obispos o de abades, todos ellos de nombramiento del rey
mente dentro del dominio inmune ya hayan buscado refugio allí. o sometidos a su aquiescencia; pues las inmunidades concedidas o
Sólo si el inmrnizado se niega a esto y dificulta de esta n.aneta y confirmadas en aquella época se refieren sin excepción a iglesias o a
voluntariamente la acción de la justicia, puede el conde, después de abadías, para las que el régimen que acabamos de deflnir t"iende más
tres apercibimientos, penetrar en el territorio exento y apoderarse cada vez a convertirse en el normal.
alli del inculpado. Además había sanciones contra el inmunizado La calidad de los que disfrutaban inmunidades, a quienes su mis-
recalcitrante, sanciones que en forma de multa iban desde 15 a 30 ma situación mantenía permanentemente bajo la vigilancia directa del
ó 60 sueldos y aun hasta 600, en caso de resistencia armada y, ade- monarca, llevaba a este último a mostrarse generoso respecto a ellos.
más, se podía llegar' si el caso Io merecía, a la confiscación de los Así, solía cederies las sumas que habían percibido en principio para
beneficio,s reales que detentaba y a la revocación de los cargos el fisco, y un gran número de privilegios de inmunidád concedidos
priblicos que ejerciera. Pero la resistencia armada no era, evidente- por carlomagno llevan una nueva cláusula, según Ia cual el producto
mente, sino un caso último, un verdadero acto de rebeldía contra la de los tributos y de las penas pecuniarias [multas o crlumpiias] co-
autoridad real, de la que, en virtud de su mismo privilegio, es un rrespondientes al territorio de inmunidad se concedían al báneficiario
auxiliar el que disfruta la inmunidad, y hasta se podría decir que del privilegio para subvenir a los gastos del culto. y hasta parece
su representante directo en toda la extensión de sus dominios. gue, hacia fines del reinado, el soberano renunciaba, en provecho de
Desde el punto de vista militar sucedía lo mismo. Al que goza de algunos, a exigir el servicio militar de los habitantes de Ia zona exen-
la inmunidad corresponde proceder, en caso de movilización, a la leva ta, ya que desde el año 817 algunos textos hacen pensar gue este
del contingente y a ponerse a su mando; a él incumbe el cuidado de alivio de cargas estaba ya bastante generalizado. En fin, como el esta-
hacer ejecutar los servicios de g.uardia y de atalaya necesarios; tuto o situación legal de los beneficiarios de inmunidades, cualesquie-
y a él se le encomienda el encargo de obligar a los renuentes al pago ra que fuesen sus formas, tenía inevitablemente que provocar envidias
del heribán. y re,squemores y era necesario impedir claramente las intervenciones
Desde el punto de vista fiscal, finalmente, también es el benefi- de los condes y de sus subordinados, vemos gve, ya bien temprano,
ciario de la inmunidad quien representa al rey, tanto en 1o gue con- carlomagno promulga edictos contra los infractor"r d" Iu rnmunidad,
cierne a los impuostos propiamente dichos como a las prestaciones estableciendo las sanciones más severas; a la pena pecuniaria de 600
en naturaleza o personales y a la percepción de las multas. sueldos, que, como vimos, estaba determinada contra el beneficiario
En resumen, en toda la extensión del territorio exento, la respon- de inmunidades que se mostrara rebelde, corresponde, para er caso de
sabilidad administrativa estaba, en lo esencial, transferida al que dis- violación del privilegio de inmunidad, una composición del mismo
frutaba de la inmunidad, teniendo a su cargo el velar por el cumpli- monto, un tercio del cual, en forma de fredus, gueda en provecho
miento de las órdenes del rey, por la percepción de las contribuciones, del monarca y los dos tercios a favor del beneficiario de Ia inmun¡-
por la comparecencia de los habitantes ante el tribunal público en to- dad en cuestión.
dos los casos que sobrepasaran su jurisdicción, así como por el gra- Además, de este disfrute del producto íntegro de las percepciones
vamen de los impuestos y el pago de las multas. que, en principio, se realizan a nombre y por cuenta del gobierno real,
Así concebido, el gue disfrutaba de la inmunidad, aunque se be- resulta por doquier colmado de provechos. Para responder a ras nue-
neficiaha de un r'égimen que Ie valía una mayot libertad de movi- va,s exigencias gue resultan, el precio obligado del privilegio de que
mientos dentro de su,s dominios, que en lo sucesivo quedaban prote- disfruta, necesita disponer de un aparato administrativo anárogo, en
gidos contra las demasiado frecuentes vejaciones del condc y cle sus lrr ¡rro¡rorción debida, al del conde de cuya autoridad se halla exento.
subrrrclinados, se convertía en realidad cn un cnCranaie ilc la nr;'rqtrina I).r'.tr';r parfe, sus funciones eclesiásticas le prohiben ejercer por sí

m
148 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 149

mismo una parte, al menos, de las funciones civiles que el privilegio en apariencia, la organizaciln administrativa y a aumentar sus r€n-
de inmunidad le prescribe realízar. Así, pues, el monarca imponía a dimientos.
estos beneficiarios un agente o mandatario especial, cuyo título ofi- Sin embargo, a diferencia de la inmunidad, no fué el vasallaje,
cial es el de procutadot (aduocatus) *o, a veces' oidamo (oicedo' en su principio, una institución de derecho público. su contrato es de
minus), cuanCo se trataba de obispos-, designado cuidadosamente derecho privado entre dos personas de condición libre que conciertan
por el monarca, que también vigilaba su gestión. 1?0 LIn procurador, entre ellas unzícuerdo por el cual una, e7 uasallo (vassus, vassalus),
pues, es el que realiza, en lugar suyo, la mayor parte de las obliga- se compromete, se confía s
ca- -para emplear el lenguaje de la épo-
ciones que en virtud del privilegio de inmunidad le incumben a su se encomienda,o se tecomienda (se commendat) al servicio
beneficiario. Pero a través de los do'cumentos que nos han llegado, (seroitium) y a la ob§diencia (in obsequio) del otro, al gue reconoce
resulta, al menos por el momento, imposible precisar el funiionamien- por dueño (dominus):o señor (senior), a cambio de la protección que
to de los servicios que dirige el procurador. Nada sabemos, en par- éste le garantiza.
ticular, de la composición de su tribunal, aunque se pueda suponer Estas mismas palabras de servicio, obediencia, dueño, señor, in-
que está formado de manera parecida a los tribunales públicos; y no dican a primera vista que, sin renunciar en nada a su condición de
sería aventurado creer que el régimen administrativo de los territo- hombre libre, uno de los dos contratantes acepta dejarse asimilar en
rios de inmunidad estaba copiado muy de cerca del de los otros te- alguna manera a un simple servidor. El empleo del vocablo uasallo,
rritorios del Imperio. que acabará por evocar ideas bien diferentes, está lejos de oponerse
En cuanto a la extensión del privilegio todo permite creer que a esto, ya gue originariamente y todavía a veces en pleno siglo vnr,
era considerable. El número de los dominios que disfrutan de la in- y hasta excepcionalmente en el rx, se empleaba para designar a gen-
munidad siguió el movímiento ascensional gue señaló el de los pa- tes de condición servil. Y es que, en efecto, la inseguridad de la vida
tiimonios eclesiásticos y, en los días de Carlomagno, acabó por durante el siglo vrt y luego en una gran parte del vur y las conmo-
representar una parte importante del conjunto territorial sometido a ciones sociales gue fueron su consecuencia, obligaron a muchos hom-
la autoridad del emperado'r franco. bres libres a buscarse protectores entre aguellos a quienes la suerte
había salvado del desastre y, con frecuencia, se entregaban a la ge-
nerosidad de estos últimos.
XII.- VASALLATE 171
Un formulario que parece remontar a mediados del siglo vrrr, 122
No eran los beneficiarios de ínmunidades los únicos intermedia- nos ha conservado un modelo de contrato establecido entre uno de
rios a que recurría el emperador, al margen de sus representantes aquellos desheredados de Ia fortuna y el protector que eligió. El do-
normales, para establecer relaciones con sus súbditos y hacer ejecutar cumento comienza recordando la demanda elevada al magnífico señor
sus órdenes. La rápida extensión del régimen vasálico puso a su dis- (domíno magnifico) elegido por aquel a quien Ia desgracia ,-como
posición otros auxiliares que, al descargar a los condes y sus adjun- lo indica el título que inscribió en el encabezamiento el autor del for-
tos de una parte de sus obligaciones, vinieron a Íeforzar, al menos mulario (Qui se in alterius potestate commendat)- colocó en la du-
ra necesidad de "encomendarse al poderío de otro":
rz0 Sobre los procuradores, a más de Ia de Kno¡lr- (cit. pág. supraJ, ver las
obras de F. SsNr,¡ (nos I4.4 y 145 de nuestra Bibliog¡a{ía). "Como es bien sabido por todos que yo no tengo de qué comer ni vestirme,
1?1 (s¡srrl¡¿¡, ante todo, H. Mrtrnrs (na 149 de la Bibliogra{ía). Además, entre he solicitado de tu piedad, y me 1o has concedido, la autorización para entregarme
otros, Wlrtz, t. IV, págs. 776-287; BnuNNrn, t. II, págs.328-368; F. Lot, en la y encomendarme en tu mandeburdio (en otras palabras, colocarme bajo tu patro-
Histoire générale de Grorz, Moyen áge, t. I, págs. 664'700 de la 2e ed. fnnumera- cirrio). Lo que he hecho en las condiciones siguientes: le, tú deberás ayudarme
bles son los trabajos sobre este tema. Los principales están citados en l\{rtrrrs, Bnl'rv- y satisfacerme tanto en la comida como en el vestido en Ia medida en que
xrn y F. Lor. Véase además Gensaor (nos 146 y 147 de la Bibliogra{ía)' [Agró- pueda yo merecerlo sirviéndote; 2e, tanto tiempo como yo viva te debo el servicio
guese, en cuanto a los orígenes y a la evolución pre{eudal del vasallaje, la olrra y la obcdicncia que puede dar un hombre libre y no podré, mientras me dure la
fundamental, que viene a ¡evisar y rectificar ]a doctrina de Bnurrnn, de (llaudio vida, substraerme a tu poder y mano; 30, convenimos en gue si uno de nosotros
SÁt{curz Ar-BoRxoz, En torno a los crígenes del leudalismo, cit. .str,¡rrrr; r'f., t'n tr¡rtrr clt' olrrdir cste acuerdo tenclrá que pagar a su par una composición de tantos
especial, Ios tomos II y III (Parte Segunda, Los áraltcs y el rí'¡¡inttn prtlttrlul rur't'
linsio)). IN. d¿,l 'l'.1
li: f,irf'¡flr¡l¡uio rlr 'l'orrrs, n'r 4,3, ,rn las Iiornrulu,, ¡rág. l58.

rc
,/
t50 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA I5I
sueldos y el acuerdo seguirá siempre en vigor; 4q, finalmenle convenimos que a que implican su condición de hombre libre. 1?4 Estrictamente, y con
este respecto se entleguen a cada uno dos actas iguales y confirmadas por ambas esta limitación, es decir, con exclusión señalada de los trabajos ma-
partes, Así se ha hecho."
nuales que entonces realizan sólo los siervos, el vasallo ya no se per-
Aquí se trata, sin duda, de un caso extremo: el que declara entrar tenece, está a disposición del señor, al que, según el lenguaje de
al servicio de otro reconoce que lo hace porque carece en absoluto la época, se ha "entregado y condenado". Una capitular de Pipino el
de recursos y no dispone de ningún medio de vida. Pero esta confe- Breue, r?5 gue se cree de hacia el año 760, considera como normal la
sión gue, a 1o sumo, sólo encierra un testimonio de humildad expre- obligación en que puede encontrarse el vasallo de expatriarse con su
sado con alguna exageración, no impide al pobre quidam cubrirse señor, si éste se ve constreñido a destierroi ya g:ue no hacerlo así,
con su dignidad de hombre libre y trataÍ de igual a igual con su pro- observa el legislador, será "f.altar a la fe jurada" (fidem mentiri).
tector, gue en la fórmula está intencionalmente señalado como su par En efecto, hacia esa época comienza e7 contrato de vasallaje a
o igual. Las cláusulas del acuerdo concertado se parean como con- completarse y reforzarse, si todavía era posible, con la prestación de
viene a un contrato libremente redactado entre iguales; y la violación un juramento de fidelidad gue, desde fines del siglo vrrr, se corVer-
de ese contrato por cualquiera de las dos partes se condena con la tirá en obligado acompañante de todo compromiso vasálico. 1?6 Este
misma pena pecuniaria. El vasallo se dirige a un dueño (dominus), juramento viene a parearse con el eue el monarca exige de su,s súb-
pero es un dueño voluntariamente elegido por él; y lo que, ante todo, ditos, y posiblemente rgsulte significativo que el texto más antiguo
le demanda no es un medio de vida, sino su ntandeburdio, su protec- en el que aparece se rpfiera, precisamente, a un vasallo de rey; y..a
ción, a cambio de la cual se lleva a efecto el contrato de seruicio, que éste, desde muy prbnto, tuvo sus vasallos, aunque en calidad de
Esta protección no conllevaba ninguna humillación para aguei que simples particulares. Por primeÍa vez aparece eh un documento tal
Ia recibía. En una sociedad en la que, poco a poco, se fué perdien- juramento de fidelidad el año 757 en ocasión de la entrada en vasalla-
do la noción de orden público, se adquirió la costumbre, entre los que je del duque de Baviera, Tassilo. Este "se encomienda €r vásá-
carecían dela fuerza suficiente para por sí mismos hacer respetar sus llaje" (in vassatico se commendans) y presta juramento sobre las
derechos, de ponerse de esta manera "bajo el mandebutdio" (mun- reliquias de los santos, "prometiendo fldehdad" (fidefitatem prc-
deburdium o mundium) de una persona más poderosa, y el mismo missit) ,a Pipino, "como un vasallo Ia debe con ,sincera y sólida de-
rey en persona dió e1 ejemplo al aceptar en su mandeburdio o bajo voción por ¡'usticia a su señor" (recta mente et firma deuotione per
su guarda (tuttio) muchas iglesias y monasterios de sus Estados. Fa- iustitiam, sicut uassus dominos suos esse deberet) ]rt Y, desde eI
vor muy solicitado que valía a sus beneficiarios encontrarse a cubier- comienzo del siglo rx, esta práctica se hace tan habitual que, en una
to, ellos y sus bienes, por Ia misma garantía que las personas y las capitular del año 805, Carlomagno no vacila en colocar en el mismo
propiedades de la familia del protector o hasta que sus bienes pro- plano el juramento de fidelidad del vasallo y el ¡uramento de fideli"
pios. dad del súbdito a su rey, para señalar que son los dos únicos tipos
El acuerdo vinculaba, en principio, a los dos contratantes durante de juramento de fidelidad auténtica válidos.1z8 Hasta cabe pen-
toda su vida. Sin embargo, textos posteriores en medio siglo precisan sar que la fórmula de juramento exigido el año 802 de los fieles del
gue el recom,endado o encotnendado emperador, y cuyo texto hemos traducido más arriba,lTe fué modela-
-al que desde entonces se Ie
Ilama con más frecuencia vasallo- puede considerarse libre de toda da hasta cierto punto, a su vez, pat Ia fórmula del ¡uramento gue
obligación, si su señor ha faltado gravemente a sus deberes de pro- entonces se exigía de los vasallos, ya que el Í.iel o tidet de Carlomagno
tector, por ejemplo, amenazándole de muerte, o empleando la violen-
cia hacia é1, o atentando a la virtud de su esposa o de su hi;a, t74 Cl. N{rrrrls, págs. 38-40.
175 (,¿pi¡¿|., t. I, ne 16, art. 9, pág. 41.
o, también, tratando de despojarle de sus bienes personales. rza pv- lzo Cf. Mrrr¡rs, págs. 44-47.
ceptuando casos de esta clase, el compromiso del vasallo es irrevo- t77 An,no,les royales, añ.o 757. [También, Annales Laurissenses maiores,757, Mon.
cable y, en principio, no tiene otra,s limitaciones de servicios que las Ctrm. llist. Scri.ptorcs, I, pág. 1.40. Cf. Sír*¡rz Ar,ronNoz, op. cit., t. I, pág. 60.J
I N. rl.l 'l'. I
17i\ Cilpitul.., l. l, na 77, art. 16, pág. 170, y (si r'l lcrlo sr r('nronla rcrrl¡nr'¡rlr: rr tis (:et,itill., t. I, nr 44,, art. 9, pig. )24,.
Ios rlí¿rs rlr'(i:rrlorrrirgrro,1,, r¡r,,rrrls ¡ru('r'r',lttrl,,sr,) r'l r0 10,1,, rrrl. ll, ¡rri;'. )115. li',t .\ul,ttt. ¡li;,. li,ii.

l:S
152 FUNDACION DEL IMPERIO ORGANIZACION POLITICA Y ADII{INISTRATIVA 153
.sccorliprometía con él a conducirse "como por derecho un homb¡e *que x se llamará feudo- se convierte de esta manera en
en el siglo
debe hacerlo con respecto a su señor", el complemento y la contrapartida del vasallaje del gue sigue las vi-
Tambi,án con motivo de la entrac{a en vasallaje de Tassilo, el 257, cisitudes: el incumplimiento por el vasallo de Ia fe ju"udá ocasiona
vemos perfilarse el formalismo de lo que más adelante se llamará ho- que el señor vuelva a hacerse cargo del beneficio e igual
menaje. Para destacar el alcance de su acto, segirn observa el ana- sucede cuan-
do se produce la disolución del vínculo de vlsalra¡Jpor fallecimiento
lista oficioso cuyo relato seguimos,l8, Tassilo se e'ncomienda al rey o por otra causa.185 De todas formas el cont¡ato de vasallaje tiende a
"por las manos" (in uasatico se commendans per mantts); o, en otras
pasar, como dicen los juristas, del plano personal al rcal, tendencia
palabras, pone sus manos en las manos de su señor de acuerdo con gue seguirá manifestándose incesantemente después de Ia muerte de
un rito cuyo sentido o simbolismo es claro, y cuya difusión rápida, 'Carlomagno.
poco después, demuestran los documentos que nos hallan llegad6.rsr Esta evolución, por otra parte, importa menos para nuestro pro-
Estos nos prueban, además, que tal ceremonial se precisa y se com- pósito que el vasallaje en sí mismo y el vÍnculo personal y directo que
pleta hasta el punto de relegar en la oscuridad el primitivo contrato significa ent¡e el protegido y el protector. para el señor los vasallos
cuyas huellas se pierden antes de finales del siglo vlrr. constituyen un grupo de fieles o fideles siempre dispuestos a ejecutar
En efecto, ya no había necesidad de acta escrita; era suficiente sus órdenes y a secundarle en la realización de sus empresas. Ahora
que Ia entrada en vasallaje de acuerdo con las formas que acabamos bien' como el monarca poseia sus propios vasailos ,-a los que se di-
de señalar tuviera lugar públicamente para gue el compromiso del va- ferencia de los otros con el calificativo de uassi dominici*,éstos, cuyo
sallo fuera indiscutible. En cambio, nada positivo o evidente señalaría número ya era conside¡able en los días de carlomagno, ,on ,*piio
ya el compromiso del señor si no viniera oportunamente una prác- equipo de auxiliares a los que mantiene más adscritos a sí que la masa
tica nueva a testimoniarlo: en vez de una promesa general y vaga de sus súbditos corrientes, en consideración a los benefic¡os que
de ayuda material, el señor tuvo, más cada vez, que gratificar a su les distribuye y de los que puede desposeerlos al menor signo de
vasallo con alguna tierra o cualguier otra propiedad que éste tendría desobediencia.
de él en calidad de beneficio (benefícium), es decir De los vasallos del monarca salen los cuadros der ejército y está
-si se da a la
palabra beneficium su sentido original-, como un testimonio demostrado que esta consideración por ellos era doáinante hacia
de su
generosidad. mediados del siglo vrri, El año 743, reconocía carlomán que se había
Aunque esta costumbre no se introdujo en la práctica sino pro- visto en la necesidad de crear, a causa de las guerras", gran núme-
gresivamente y con alguna lentitud, una capitular de Carlomagno, de ro de beneficios sacados de los bienes de ros LonasteriJs y de ias
lo,s primeros años detr siglo rx, ya precisa que, salvo circunstancias iglesias, a fin de poder dotar de manera suficiente a los vasallos de
excepcionales, ningún vasallo podría ya abandonar a su señor "desde que tenía necesidad para sus ejércits5.rao M¿todo, en un principio,
el momento en que recibiera de él el valor de un sueldo".1s2 La po- excepcional, al que se había tenido que recurrir desde hacía bastante
sesión de un beneficio cualquiera, por insignificante gue fuere, crea- tiempo entonces, para hacer frente a las insuficientes reservas mili-
ba, por tanto, Ia presunción de un vínculo de vasallaje o venía á cofl- tares de la monarquía.
firmarlo; y, a la inversa, desde la misma época, el vasallaje parece Fué a este propósito cómo se inventó el singular sistema de las
conllevar corrientemente la atribución de un beneficío.tae precatias en nombre del reg (precaria in uerbo regis) gue no es éste
Aunque, repitámoslo, no fuera aún en aquella época considerada el momento de estudiar, pero a cuyo socaire dabu rrcencia er rey para
necesaria esta atribución, a lo menos inmediatamente,ls4 el beneficio usufructar bienes de la lglesia, mediante determinadas co-peísacio-
nes, aparentes cuando menos, a muchos de sus vasallos, con lo que
78o lnnales royales, aío 757. evitaba así nuevos despojos de su propio patrimonio y creaba sobre
181 Cf. Augusto Durras, Le serment de ltt tlu
t'idólíté et conception pour,,ir los bienes eclesiásticos beneficios suficientes.18z Los iextos parecen
(ne 12.5 de la Bihliografía).
't8:: (¿pi¡¡11.,
t. I, na 77, art. 16, pág. 170. t85 Mrtrrrs, págs. 148-160.
t9x (qpi¡¿|., t. I, na 20(779), a¡t. 9, pág. 48. rsG Clonr:ilio dc Estinnos, cn las CapituL,
1s't l(lrm, nq 45lt'10ó), art.9, pág. l2f|; n('71 (flll), t. I, ne 11, art. 2, pág. 28; y en los
ur.1.7. ¡rrig. ltrT: ¡r1' liltl(lll5), Ctn¡ ilitt tu,t,i. lutrd... t. l, ¡rígs. 6-7.
ari. 1,, ¡l'rg. ll(r2. lsi (:f. N{jr,.r,r:ls, ¡,ii¡¡s. Il5_123.

,¿
,154 FUNDACION DEL IMPERIO
demostrar que a fines del siglo vrrr y en el rx, los vasallos reales ocu-
pan, al lado de los condes, puestos de mando en los ejércitos de Car-
lomagno ttt y gue, sin someterse a los condes, en caso de movilización
conducen directamente a la hueste los contingentes de sus propios
vasallos y de todos los movilizables que dependían de ellos.18e
Además, el vasallaje proporcionaba por sí mismo a la monarquía
un medio cómodo de simplificar y de acelerar Ia movilización en to-
CAPITULO VII
dos Ios grados. De acuerdo con el contenido de algunas capitulares
EL EMPERADOR
de comienzos del siglo rx y, en especial, de los años 808 y Bll,tco
la regla era que la movilización se tealizara a las órdenes de los se-
ñores para todos los que dependían de un señor, excepto cuando,
L-- PnlNclpros DE GoBTERNo
por una razón valedera, ese señor estaba dispensado de ir personal-
Hay que señalar obligadamente, y antes de todo, que Carlomag-
mente a la hueste.
no, aunque en el encabezamiento de sus actas, l a partir del año 800,
En estas condiciones se explica gue el gobierno de Carlomagno, declara "gobernar el Imperio romano" (Romanum gubernans impe-
lejos de poner obstáculos al vasallaje, hiciera todo lo posible, por el
rium), no fué, sin embargo, un emperador romano. Si su biógrafo
contrario, para favorecer su desarrollo. No sólo 1o aceptó, sino que
Eginhardo hace todo cuanto puede por asimilarlo a los príncipes
1o reglamentó, y la distribución de los beneficios y el juramento va-
de la Roma antigua es por haber tomado como modelo al biógrafo de
sálico le parecieron adecuados para aumentar sus medios de acción.
los "Doce Césares", al historiador latino Suetonio; pero, en realidad,
No cabe duda de que con esto se antícipaba a determinados peligros,
el poder que maneia Carlomagno sólo lejanamente recuerda el de los
cuya gravedad habría de precisarse más adelante, y gue supo ver y "Césares" anliguos. EI concepto de respublica gue, como 10 ha de-
hallar en ese sisterna durante los primeros tiempos un medio córrodo
mostrado con evidencia Fustel de Coulanges, 2 se mantenía en Roma
y seguro de reforzar y completar sus cuadros administrativos.
por encima del emperador y 1o convertía en intérprete y ejecutor de
Desde cualguier ángulo que se considere, toda la organización po-
la voluntad colectiva de todo el pueblo, hacía mucho tiempo gue se
lítica y administrativa del Imperio, en fin de cuentas, va a parar a
había esfumado de los espíritus en Occidente. 3 A 1o largo de siglos
las manos del emperador. El es el motor central del Estado; sus ór-
de anarquía, transcurridos desde el triunfo de los conquistadores bár-
denes y sus capitular€s rse cumplen de un extremo al otro de los te-
baros, se adquirió la costumbre de no ver ya en los diferentes reyes
rritorios sometidos a su autoridad; los condes y los missi ejecutan en
que se repartían el dominio del mundo occidental sino dueños o se-
ellos sus decisiones; los beneficiarios de inmunidades y los vasallos
ñores todopoderosos por el derecho de conquista, que podían disponer
tampoco se hurtan al vigilante cuidado normal de sus agentes, sino
para adherirse a su persona por vínculos de más directa dependencia. de la tiema y de sus habitantes como de una propiedad personal ru-
damente adquirida por la fuerza de las armas.
En cualquier eventualidad, es el dueño de todos, un señor cuya vo-
luntad es ley. Esta manera sumaria de concebir Ia importancia del poder mo-
Llegamos, pues, al punto en que debernos investigar los funda- nárquico fué entonces sobrepasada. Por efecto de la acción de la lgle-
sia, el carolingio adquirió conciencia de los deberes que le incumbían
mentos de su gobierno y las concepciones generales a que respon-
dieron sus actos. como cabecera de Ia comunidad de los pueblos sometidos a su go-
bierno. En virtud de la consagración, su autoridad procede de Dios; a
188 \'/[¿ss, especialmente, la carta de Carlomagno a la rein¿ Fastrade (791), como otro David, está designado por el Omnipotente para conducir
sobre la campaña en tierras de los avaros, et las Epistolae, t. f\, pág, 528. hacia su salvación al nuevo pueblo elegido, el de los fieles de Cristo.
169 Citemos única¡nente las Capitul., t. I, na 49, art. 3, pág. 136; na 74, a*,7,
pis. 167 (sólo excepcio¡almente cuando el vasallo real no iha a la huestc sc invitaba 1 I/. supra, pág. 99, n. 48.
a sus sr¡bordinados a acrrrlir a ell¿ baio las rirrlcncs rkl conrle). 2 lirsrl;r, rrr Coul,encrs, t. I, pág. l4B.
1lo (l¡¡¡¡i¡¡¡1... l. T, ¡,¡ (0, art. l, (), :r (:[. f,. ll,rr.r,rrr,;N, L'ilóc d'litat (no II]5 rlr: Ia Bibliogra{ía).
I»iír. ljl]: ¡,) Zi], ;rrt. t|, ¡rúg. I65; rr? 71,, art.
P1¡'.. l(t7. | (if. srr.¡rra, ,'rr¡r. I (V).
155
l5lr FUNDACION DEL IMPERiO EL EMPERADOR 157

Pues, igual que en los tiernpos de Israel; las fronteras de su actuación el Libro de los fieyes (Libro II, caps. 22-231, hizo una encarnizada
tienden a confundirse con las de los territorios que ocupan los adep- guerra a los supersticíosos y se dedicó sin descanso a restablecer en
tos de la verdadera f.e, ya que aun a aquellos que, en un principio, todo Israel el culto del verdadero Dios, Carlos también creía no te-
eran extraños a ella, se les obliga, por lo general, a abrazarla ner más urgente tarea que la de hacer volver al "pueblo de Dios"
en cuanto quedan incorporados a sus Estados. Así, por una simpli- a la via del Señor y la de procurar con todas sus fuerzas su salva-
ficación que los hechos van, a la larga, a justificar, se tiene la con- ción.8 Así, su primer cuidado es el de reproducir (arts. 1-60), para
vicción de que reina sobre "todo el pueblo cristiano" (omnis populus memoria de los obispos y de su clero, las prescripciones esenciales de
christianus) y no se quiere considerar dignos de este nombre 5 más los grandes concilios que, desde los de Nicea, de Laodicea o de An-
que a aquellos cristianos que constantemente se mantuvieron en la tioquía, establecieron las reglas de una vida religiosa. lJnicamente
obediencia del sucesor de San Pedro. por éstas se podrá asegurar la pueza de la fe que los clérigos de,
No hay, por tanto, para el monarca franco más imperativa obli- berán sin desfallecimiento predicar al pueblo (art.61) y grr" cimen-
gación que la de una vida conforme a las enseñanzas de la religión tará la unión de todos alrededor del monarca, que es su obligado
católica. Carlomagno estaba penetrado de esta necesidad, gue no guardián. "Que la paz, la concordia y la unanimidad reinen entre
dejaban de recordarle los hombres de Iglesia y que, ya en los co- todo el pueblo cristiano y los obispos, los abades, los condes y nues-
mienzos de su reinado, le señalaba en una epístola, citada con fre- tros demás representantes; entre todos, grandes y pequeños; pues,
cuencia, un clérigo llamado Catulfo:6 atribuirlo todo a Dios, que, sin la paz no se puede agradar a Dios", precisa el artículo 62, con
desde el más pequeño al más grande, a todos nos ha sacado de la referencia a los pasajes de la Escritura en los que el amor del pró-
nada para hacernos lo que somos; a Dios, a quien el rey debe sus jimo y Ia concordia se dan como condición para Ia salvación común.
triunfos y su dominación sobre "Europa"; a Dios, de quien "ocupa Gracias a esta concordia y a esta unaním,ídad todos, unidos frater-
el lugar aquí en la tierra" y de quien recibió la misión de hacer reinar nalmente entre sí y con el monarca, formarán un solo cuerpo en Cris-
y de "exaltar la Ley". Es un programa idéntico al de los reyes bí- to, ganando de esta manera para después de la muerte el reino de
blico,s, cuyo ejemplo se invoca constantemente en los documentos de los cielos (art. 82).
la época y que se le presentan a Carlos para que le sirvan de modelo. Las mismas ideas y, con frecuencia, iguales vocablos, erspecialmen-
Por eso le recomienda Catulfo que tenga siempre al alcance de la te el tan expresivo de unanimidad (unanimitas o unianimitas), vuel-
mano un ejemplar de la Ley, según el mandamiento de Moisés en el ven a repetirse, con razonamientos en parte originales, en las instruc-
Deuteronomlo (XVII, 18-19), que, refiriéndose al rey, dice: "En ciones gue, ya emperador, dió Carlomagno el año 802 a los missí
cuanto se siente sobre su trono real escribirá él en un libro un du- enviados para tomar el nuevo juramento de fidelidad e que el monarca
plicado de esta ley custodiada por los sacerdotes levitas. Y 1o tendrá creyó necesario exigir de sus súbditos a causa de su exaltación al
consigo y leeú en él todos los días de su vida, a fin de temer Imperio.ro No hay posibilidad de gobierno sin el concurso de todas
a Yahvéh, su Dios, guardando todas las palabras de esta ley y estas las voluntades bien dispuestas, repite; todos deben "mantenerse uná-
disposiciones para cumplirlas. . ." nimes cuando cumplen con sus obligaciones y sus funciones" y ob-
Las actas promulgadas por Carlomagno demuestran su deseo servar entre ellos "relaciones de caridad y de paz".11 Esto supone,
constante de aplicar tal programa. Nadie tenía en mayor grado que en primer lugar, como hemos visto, que cada uno "habrá de mante-
él el nítido sentimiento de las graves responsabilidades de orden es- nerse plenamente al servicio de Dios", a fin de salvaguardar Ia [e sin
piritual, no menos que material, que pesaban sobre sus hombros. LIna Ia cual perecen los pueblos, pues al emperador le sería imposible "por
de sus más famosas capitulares, 7 la que se acostumbra llamar "Ad- sí mismo proporcionar a cada uno en particular todos los cuidados y
monición general" (Admonitio generalis), ofrece, hacia el 789 apro- los adoctrinamientos necesarios" (art. 3). Esto supone, también, que
ximadamente, una exposición de conjunto de los principios que se ha cada cual, no sólo observará sus órdenes estrictamente, sino gue se
\ propuesto. Recordando el precedente del rey |osías que, según dice
I ltlem., págs. 53-54 (preámbulo).
5 Los textos contemporáneos aparecen colmados de esta expr:csión, lt Cat¡itu,l., t. I, na 33, págs. 9l-93.
6 lipistolac, t. II, págs. 501-505. tlr Vri.rs(. ¡rirg. 123.
i (iultit.u.l.., t.. I, te 22, ¡rígs. 5,3-62. tt I¡lrnt. prig. ()2. l. l2-13.
I58 FUNDACION DEL IMPERIO EL EMPERADOR 159

tlcrlicará a facilitar su ejecución (art.8); que no sólo no dificultará gunos casos 16 dan lugar a una locución difícil de traducir al roman-
cl cjercicio de la justicia, sino que pondrá todas sus fuerzas al ser- ce: concordia pacis ("la concordia de la paz"), que posiblemente está
vicio de la equidad (art. 9); que no sólo no realizará nada contra los inspirada en las páginas que San Agustín, en su Ciudad de Dios
bienes del soberano, sino que ayudará a éste en su tarea de defensor -Eginhardo afirma gue era ésta una de las favoritas lecturas de
de la propiedad ajena y de protector de las iglesias, viudas, huérfanos Carlomagno-, rz después de haber exaltado (XIX, ll y l2l "la. . .
y extranjeros, absteniéndose de ofenderlos (art"s. 2,4, 5). Carlos es- suavidad de la paz, que tan agradable es a todo" y presentándola
pera de cuantos poseen ascendiente o poder público, "obispos, abades, como el soberano bien aquí en Ia tierra, la define como el fruto de un
abadesas, condes", que se "muestren unánimes. . ., con toda caridad perfecto acuerdo (concordia) entre todos los elementos del organis-
y en plena concordia", en la eiecución de sus mandatos (art. 14). mo social, garantizado por el buen orden de cuantos lo componen,
Sólo ayudandose íntimamente los unos a los otros y marchando en lo que resume diciendo que "la paz de los hombres es Ia ordenada
cornpleta unión de corazones y de almas concordia" r pax hominum est otdinata concotdia. tB
-que es 1o que significa el
vocablo unanim'idad- todos los que constituyen, de arriba abajo de Fiel a las enseñanzas de las Sagradas Escritura,s, también sabía
la escala, el "pueblo cristiano" sostendrán a1 emperador para que Carlomagno, como igualmente lo di¡o San Agustín pensa-
no sucumba bajo el peso de las responsabilidades con gue Dios le ha miento estupendo, sin embargo, no ha dejado huellas -cuyo
en las capitu-
abrumado. Iares-, que "sin la virtud de Ia justicia los reinos no son sino
Vivir siempre en perfecto acuerdo los unos con los otros, no se- execrables latrocinios";1e sabía que los buenos reyes son aquellos
pararse jamás de los principios de solidaridad y de caridad (caritas), gue "reinan iustamente". zo También él se entrega sin descanso a
en el verdadero sentido de este vocablo, que se repite constantemen- Ta tarea de asegurar el reinado de la justicia y la más elevada, la más
te en sus capitulares, he aguí las virtudes gue no se cansa de predicar imperativa consigna que da a sus representantes es que hagan jus-
Carlos por medio de sus missi a todos los fieles del Imperio, presen- ticia a todos: "Que aquellos a quienes se ha dado poder de juzgar",
tándolas como indispensables para el cumplimiento de su misión¡ 12 leemos en el artículo 63 de la Admonitio generalis, citada más arriba,
y una parte de las resoluciones que toma proceden de este pensamien- " jttzguen justamente, ya qu.e está escrito: Con justicia has de juzgar
to generoso. Tal fué el caso, por ejemplo, cuando, con motivo de las a tu prójimo2r y luzgad con equidad, pues, el juício es de Dios.2'o
hambres gue varias veces azotaron sus Estados, prescribió que todo cada uno, reite¡a el emperador a sus missi en las instrucciones del
aquel que dispusiera de suficientes recursos, alimentara por su cuen- año 802, debe siempre estar seguro de que la ley será aplicada con
ta a uno o a varios indigentes de acuerdo con un cálculo establecido equidad;23 debe sentirse protegido contra la arbitrariedad;2a tiene
según los medios de cada uno; 13 o cuando ¡ecuerda la obligación derecho a una justicia estricta, con exclusión de todo engaño o frau-
impuesta a todos de acoger bajo su techo a los viandantes ricos o po- de.25 En las capitulares, con una perseverancia incansable, reitera
bres y a los peregrinos durante sus viajes. 1a Carlomagno estas recomendaciones,2G que proceden alavez del An-
I-Inicamente practicando esta gran ley de ayuda mutua y de so-
16 Véase, entre otros, Capitul., t. I, ne 46, art. 2.
lidaridad humana y por el constante acuerdo de todas las buenas vo- 17 EcrNneno, 24.
luntades, espera el emperador preservar la paz interior sin la cu,al tB La Ciudad d.e Dios, Lib. XIX, caps. 13 y 14. [Conocida es la clásica delinición
no hay Estado viable. Estaba convencido de que sólo el acuerdo de del Hiponense que sigue al lugar citado: "La paz de todas las cosas es la tranqui-
todos
-lo que él expresa empleando Ia palabra concordia- puede
fundar la paz y por eso se encuentran constantemente asociados en
lidad del orden y el orden no es sino una disposición de cosas iguales y desiguales,
que da a cada una su propio lugar."l [N. de] T.]
,sus capitulares esos dos términos, 15 hasta el punto de que en al- 7s De La Cíud.ad, de Dios, Lib. lV, cap. 4.
20 ldem, Lib. y, 24.
12 Capitul., t. I, ne 26, art.29; ne 33, arts. 14 y 35; ne 34, art. lB; ne 35, art. 3l;
2t Leuítico, XIX, 15.
ne fi2, art. 4; ne 63, art. 3; na 78, art.9; ne 99, art. 2; etc. 22 Deuteronomío, I, 16-17.
t;t ltlcm, ne 21 ; ne 46, art. 9; nq 54. art. 1. 23 Capitul., t. I, nq 33, arts. l, 9, 14.
tt lltm, n'¡ 22, art. 75; na 33, art. 27. 24 ldem, arl. 26.
lñ Iijcrnlrl,,s: Capitul.. t. l, n'¡ 22, art. 62; ne 26, ¿rrt. 29; rrq 33, alt. l4; nq 7[], 25 ldem, art. l.
ntl. t): n') (X), l¡1. il: r'lr'. :0 Por r.jcnrplo,Cu¡títul., t. I, nq 64, art.10; na 85, art.2.

¡
160 FUNDACION DEL IMPERIO
tiguo Testamento y de la palabra de Cristo: "Porque con el juicio
con que juzgáis, seréis juzgados" (Mateo, Yll, 2).27
El emperador multiplica las prescripciones destinadas no sólo a
T,ANIINA IV
garantizar el perfecto funcionamiento de los tribunales y la sinceri-
dad de los debates que en ellos tienen lugar, 28 sino a prevenír lo,s
procesos evitando las ilegalidades, las usurpaciones, los fraudes y,
especialmente, velando de cerca por la honradez de las transaccíones
mercantiles. 2e No escatima nada de su parte para merecer ser colo-
cado entre los príncipes gue, según dice San Agustín, fiel intérprete
de los textos bíblicos, 30 siempre hicieron la felicidad de sus súbditos
por el cuidado que tuvieron en que se diera a cada cual lo que le
correspondía en derecho.

II.- AccIóN RELIGIoSA

Pero oigamos, en su amplitud, la lección de San Agustín: "Tam-


poco decimo's que fueron dichosos y felices algunos emperadores cris-
tianos en La Cíudad de Dios (Lib. V, cap,24)- Pot)
-escribe
que reinaron largos años, porque muriendo con muerte apacible
dejaron a sus hijos en el Imperio, porque sujetaron a los enemigos de
la República, o porque pudieron no sólo guardarse de sus ciudadanos,
sino también oprimirlos. . . Sin embargo, los llamamos felices y di-
chosos cuando reinan justamente, cuando entre las lenguas de los
que los engrandecen y entre las sumisiones de los que humildemente
los saludan, no se ensoberbecen, sino que se acuerdan y conocen que
son hombres; cuando hacen que su dignidad y potestad sirvan para
dilatar cuanto pudieren el culto de Dios; cuando temen al Señor,
lo aman y adoran...; cuando ejercen todas estas virtudes no por el
ansia de Ia vanagloria sino por el amor de la felicidad eterna."
El propósito de Carlomagno era traducir en actos esta doctrina,
que, por lo demás, no tuvo necesidad de ir a buscar en San Agustín
(y tampoco en esto aparece eco del Hiponense en ninguna de las
capitulares), ya que se desprende claramente de los textos biblicos
cuya lectura alimentaba al emperador y a sus colaboradores, como
lo había solicitado Catulfo desde los primeros tiempos del reinado' 31
Carlos,se creía, pues, investido de un verdadero sacerdocio. Al igual
27 Cita en una arenga de los n¿js.si imperiales (Capitul., t. I, ne 721, pág' 244, I'rono de la coronat'ió¡r. (Jrre se (:onserv¿r cn ]a (l¿rted¡al de Aquisgrirn.
línea 20).
I, ne 23, arr. L7; na 33, art. 9; na 39, art' 4; nq 80, art' 3; etc'
zB Capitul., t.
zs ldcm,ne 22,art.74; na 55; nq 67, art.3; no 78, art' l0; etc'
30 l)e In Cirulatl tle Dios, Lilr. V, cap. 2'1.
itt V. ,upttt. ¡rrig. I5(r.
EL EMPERADOR 16I
que los reyes bíblicos, su preocupación dominante, reiterémoslo, era
conducir a sus súbditos por el camino del bien y en torno a este
pensamiento dispone en gran parte su acción. Está convencido de
que no logrará el auxilio de Dios, sino en aquella medida en que sepa
sólidamente con,servar y aun fortificar los sentimientos cristianos
de su pueblo, en la medida en que sirva a la causa de la religiOn y 1o
disponga todo mirando aquella felicidad eterna que está prometida
a los príncipes y a los pueblos que han cumplido en ra tierra la vorun-
tad del Señor.
No es aceptable pensar, como se ha dicho con frecuencia, que esta
dcctrina implica la subordinación de lo espirituar a lo temporal, con
el pretexto de que Carlomagno era un laico. Lo que sí .Áultu ,r"r-
dad es que hubo en esto una sistemática confusión de los dos domi-
nios y que el papel de cabeza espiritual fu,é posiblerrente el que
carlomagno asumió más gustosamente. sus capiturares, que tratan
de todo, y en las que, a veces, se mezcla todo, se contraen con ,rás
frecuencia a la religión y ala vida del clero que a la administración
y a la política. se detienen en detalles que por sí solos nos explican
las concepciones de Ia época y los propósitos que se había impuesto
el monarca' Ya se trate de disciplina eclesiástica, de Ia vida interna
de los monasterios, de la formación y selección del clero, de Ia ins-
trucción religiosa de Ios fieles, de su asiduidad al culto y a la Co(ru-
nión, de la observancia del descanso dominical y dá lr. fiestas
religiosas, de la liturgia, de los sacramentos, en especiar del bautis-
mo, ya se refieran incluso al mismo dogma, nada escapa a la
atención
del emperador y nada parece extraño ar campo normar de su acti-
vidad.32
En caso de hambre o de calamidad pública, Carlomagno orde-
naba plegarias expiatorias, ayunos y penitencias;83 cuandl
se pro-
32 Limitémonos a alg.unos ejemplos: Capítul.,
t. I, na 22, arts.72-73 (riisciplinas);
arts.72 y 80 (liturgia), Bl (descanso dominical), 82 (instrucción
de los {ieles);
rra 23, art.23 (rito del hautismo); arts.25 (asiduicrad
dc los fieres a los oficios),,30 y
31 (disciplina) ; na 28, arts.. 7-47 (disciplina) ; na 38, arts. 15 y sig-<. (disciplina)
;
na 3itr, arts. 2-rtr (t1isi:iplina) ; n, 38 (discipiina, riturgia,
instrucción rerisiosa dc ios
fieles, práctica de la comunión) ; ne 59, art. ll (descanso
dominical) : na (r0, art. I
(lihros litúreicos); art.2 (instrucción religiosa
de Ios fieles); ne 64, art. B (ol¡liga-
r:irirr rle la oración); art. rB (obligación de ra rimo-.na);
na 7r, art. 6 (hautismo);
arts', y 9 (práctica del curto), 10-12 (disciplina del crero secular y del regurar);
tte 72, arts.2-B y 10-13 (disciplina),9 (]r¿ruti.smo); na
77, art. 1 (disciplina
..); n't 78, art. l5 (descanso dominical); no Bl, art. l9 (fiest¿s religiosasmonásti-
oficlal-
trrr:ttlc olrligatorias); na 92, arts.2 y sigs. (discipiina);
nq 93, art. 2 (disliplina); etc..
('.[. Epistolae, t. II, nq 2l (información
sobre el Espír:itu Santo); n0,25_28 (ba.tismo);
tte 29 (sitcralnr'¡llos); t. lV, nos 26 y sigs. (bautis,mo);
no 33 (rlisciPlina monástir.a),
clcrilr.r¡t. I'rtr':r r.l rlo;ilrrit, t,. inÍru lo rr.lirlivo ¿t los r.olx.ilios.
( l,rt'l,,lll;r1ll¡,,. I I.
16'2 FUNDACION DEL IMPERIO EL EMPERADOR 163
ducían grandes victorias, disponía que se elevasen acciones de formuiar la doctrina oficial de Occidente para oponerla a las tesis
gracias,:ra Su pensamiento se mantiene natural y constantemente de Bizancio, y esto Io hizo e1 monarca franco sin que ni siguiera
ái"igido hacia Dios y toda catástrofe que se abate sobre el Imperio concertara un acuerdo previo sobre ello con el Soberano Pontífice,
sólo puede ser, para sus convicciones, un castigo por la impiedad'35 cluien, al final, tuvo que dejarle a él y a sus teólogos la decisión en
Todo queda envuelto y rezumante de la misma atmósfera que en- materia tan delicada. También ante un concilio presidido por Carlo-
vuelve los relatos biblicos. rnagno en Aquisgrán, el año 800, fué invitado a comparecet para
Se dirige al obispo de Lle¡a y al arzobispo de Milan para seña- justificarse el obispo Félix de Urgel;+e y la cuestión del adopcionismo
larles sus deberes pastorales y, éstos, lejos de sorprenderse y protes- preocupó de tal manera al emperador, que personalmente siguió su
tar, le expresan su gratitud y alaban su piadoso ce1o.36 Se hace refutación realizada por los clérigos de su reino y, especialmente,
cargo del problema de la formación de1 clero;3? recuerda a los sacer- por Alcuino.aa
dotás el deber que tienen de cumplir con sus deberes;38 reprende a En otro concilio celebrado en el palacio de Aquisgrán el año 802,
los que faltan a ellos y, si llega el caso, se muestra irónico con el emperador interviene para recordar a los clérigos seculares los
respecto a ellos, como en aquella capitular del año 811,3e en la gue cánones de Ia Iglesia y hacer que se distribuya entre ellos una com-
ruega a los obispos y a los demás clérigos reunidos a su convocatoria, pilación cuidadosamente actualizada,a6 según un ejemplar recibido
que contesten a la pregunta de si las palabras "renunciar al siglo" del papa Adriano.a6 A la vez, durante el mismo concilio, ordenó
no tienen para ellos otra significación que la de "¡renunciar a llevar que se leyera delante de Ios monjes la regla de San Benito e invitaba
armas y a vivir publicamente en estado de casadosl" a los interesados a ceñirse a ella.a1
Carlomagno presidía los concilios en los que se discutían asuntos Finalmente, el año 813, volviendo una vez más sobre la cues-
puramente eclesiásticos y, a veces, incluso problemas relativos al tión de la reforma de la Iglesia, que ya había sido tratada varias
dogma. En el concilio de Franclort del aí,o 794, en el que la discu- vcces, hizo elaborar por el clero franco repartido en cinco asambleas
sión se refirió, entre otros temas, al de la herejía adopcíonista de los conciliares que tuvieron lugar simultáneamente en Maguncia, Reims,
obispos [Felix] de Urgel y [Elipando] de Toledo, Carlomagno Chalons, Tours y Arles, un amplio conjunto de proposiciones del que
pronuncia el discurso de apertura, señala el programa de los debates s(' reserva obtener aguellas conclusiones prácticas que juzgue cofiv€-
y, luego, toma parte en ias deliberacionesi las actas oficiales hacen rricntes.as Este sistema de cinco asambleas que deliberaban por sepa-
expresa mención de todo ello.ao En el asunto d'e la adoración de las tenía, además, la ventaja de permitirle una mayor libertad de
imágenes, que se trató en el mismo concilio,+r fué suya la iniciativa
'rrclo
rlccisión. También resulta difícil, es cierto, imaginarse un clero más
para redactar los famosos Líbt'os catolingios,a' que pretendieron rl<icil y deferente. En Ia epístola con la que remiten la exposición
rlr. sus opiniones, los Padres del Concilio de Maguncia declaraban
s:t Capi,tul,., t. I, nq 21 ; na 44, art. 4; nn 64, art. 5; ne 124'
r;u g¡ratitud al Señor por haber "proporcionado a Ia Iglesia un jefe
34 Epistoluc aeui karol., t. IV, pág. 528 (carta de Carlomagno a la reina
Fastrade d6-.pués de ia prirnera victoria sobre los avaros el año 791) ; Ann'ales roya' ttntl lJilii.otheÁen, t. XXI (1929-1930). Breve pero clara revisión por G. Ostno-
les, aío 79€:, pág..98 (después de la segunda victoria sobre los avaros)' ,,rt\r(y, Ccschichte des byzantínischen Staates (1940), págs. 126-128.
3í Capitul., t. I, na 64, art. 5; na 124. 't:\ ('oncilía aeui ltarol., t. I, págs. 220-221.
36 ltLern, no. 122, 124,125,126. 1t Ortrrcspontlencía de Alcuino, et las Epistolae, t. lY, no' 171, 172, 202, 203.
37 Cart¿ aI abad Baugul{o, en las Capitu!., t. I' nq 29, e', ítlem, ]a carta na 30; l'rrrrr r.l ulopcionísmo o lelicianismo español en ambos lados de 1os Pirineos, puede
f
Concilíu aasi karol., t. I, págs. 245-306 (concilios clcl airo 813)' r,r,, r.l tomo V le La España Sagrad,a del padre Flórez (3o ed., IBSB), el tomo III
:tB (spi¡v1., t. I, n'¡ 64, arts. 5 Y 6. ,lr lt lli.st¡triu lir:lesiástica tle Vicente oe r.e FusNr¡t (2a ed.1873), la. Ílistoria d.e los
tt ldem, ne 72, art. 4. ll, tt ttült)\o' li.spuñoles de I'Iarcclino x{n¡Éxoriz Pur,.rvo y el estudio tle Federico
ao Co¡rcilla aeai karol., t. tr, págs. i10-171, y especialmente págs' 130, 143,158; ',\r',z rr; IlrIrr,l;s, liLipantl.o y San Beato ile Líébanu, en Biblioteca de ]a Cultura
Cupi.nl., t. I, na 28, espccialmente arts. 1, 6, 7, 9, 10, etc' l', ¡,:,'r,,lrr. 1\lrrrlrirl, s. a.l IN. del T.]
'1I Ví:rsc Capitul., t. I, nq 28, ai:t. 2. t , (.'t¡nt ilítt tut'i. kurol... t. I, pág. 2,30.
12 Vriisc I¿r orlir:ión Batsgen (n') 1l rlc 1a Riirlio¡¡ra{ía), pá5.2; el esturlio tlel l'; l,rr .r¡lr:r.r:ir'r¡r lhnlrrl¿r l)ionysi,o,Ilalriutl- (,1- P. For.nNrrn y C. r.r Bnas,
nris¡¡r. r:rr¡,lilo cn lu iY¿r¿¿cs ,4rchítt. l. (l('¡il.:;clt(: CL:st:lt.it:hlsirtrsr:hUn.g,, t. XXVI y XXVII I I ttt,'t,, tlt s t'tilt t tit¡ns r'trrt.r,rtit¡trls. t-
'1,
1r.ils. 95 9(t.
il()ll l.f()til) 1.r,1 (r.rr ¡Irrlc riis|ulilrlr.) r!,'W. v0N ltr;n S't't,:tNt:ti, lintst.ehuttilsgcs' t ( ,,nt ilitt tt, t,i Ltt,,l.. t. l, ¡,ril1. llii0.
,.1¡i,l¡1,,,i,., l.il,ti (.tttt'lit¡¡. r¡r Ir,., (-l¡r, ll,1 ttt,,i I t)t.\tlttttt!(ttt tttts itttli,tti:,tl¡,tt ,lr'l¡iu'tt t l,l, tt t. l, ¡,r'i¡,.,. l,ll; :lrll'
164 FUNDACION DEL IMPERIO EL EMPERADOR 165

,-y con ello señalaban a1 mismo Carlomagno- tan piadoso' tan agrado, ante su voluntad." o¡ Finalmente, los obispos encargados,
después de Ia clausura de los cinco concilios, de coordinar las opi-
ubnegado en el servicio de Dios y que al hacer brotar el manantial'
niones emitidas, subrayan gue un tema delicado, el relativo a los
de la sabiduría sagrada proporcionaba a las ovejas de Cristo el ali-
mento que las formaría en las enseñanzas divinas; un jefe gue se clérigos tonsurados antes de su mayor edad, ha sido reservado a la
esÍuerza, con incansable labor, en acfecentar el pueblo cristianol
decisión del emperador (ad arbitrium domni imperatoris), al que
también se invita para reglamentar "como le agrade" este problema
que honra jubilosamente los templos de Cristo y se dedica a rescatar
que ha guedado en suspenso.56
ál -uyo, .rú,,,"ro de almas posible de la horrible boca del Dragón
para ástituirlas al seno de nuestra santa madre la Iglesia y dirigirlas En efecto, Carlos, que ya había decretado soberanamente el pro-
grama de los trabajos llevados a cabo por los cinco concilios,s? deci-
iodas juntas hacia los goces del Paraíso y el Reino de- los Cielos;
rn jef.e, en [in, que sobrepasa a todos los otros reyes de la tierra por dió en última instancia sobre todo los asuntos.b8
su santa sabiduría y su piadoso celo".4e Los firmantes de esta epis-
tola se creen aún en el caso de añadir gue no hubieran podido decidir III.- JEFE SUPREMo DEL CLERo
nada sin 'éi; que "tienen necesidad de su ayuda y de su c-iencia"
cuyo apoyo ,oii.itun a fin de evitar los errores a los que
"su Magni- La autoridad del emperador acabó, pues, por extenderse hasta
ficenciá imperial" pondrá remeclio en provecho grande de "todos tal punto que ningún terreno o dominio le pareció ya extraño. Señala
Ia ley a los sace¡dotes, a los obispos y hasta al mismo papa, con Ia
ellos, de todo ei pueblo cristiano y de la posteridad".
convicción de que nunca desborda sus derechos, sino que, por el con-
Por su parte, los eclesiásticos reunidos en Chalons declaraban
trario, cumple estrictamente con sus deberes. Ejercita éstos con re,s-
en su epístola de remisión que sometían con confianza sus proposi-
ciones
ial suc.o juicio" del soberano (ad eius sacratissimum iudí' pecto al clero de sus Estados dentro de una extrema libertad. Trata
a los obispos como simples funcionarios cuya misión esencial es, sin
cium), que proveerá a la insuficiencia de ello,s;50 y, haciendo constar,
duda, la de trabajar por Ia salvación de las almas, pero han áe rea-
entre otros extremos, que las antiguas reglarnentaciones sobre ia
lizar esta labor de acuerdo con los designios del emperador, que
penitencia, la excomunión y la reconciliación habían caído en desuso'
i'.oli.ituo la ayuda de su señor el emperador" para qt-le se vuelva a cspera de ellos que Ie brinden un concurso ilimitado para su obra
cle gobierno.
la tradición canónica 51 y hasta agregan que ' esperan su decisión" Ya vimos cómo los utiliza en toda clase de menesteres para los
(sententia) en cuanto a los clérigos y diáconos que se creen absueltos
que no parecen dispuestos y bajo cuya responsabilidad acaban por
de todo pecado si van a Roma a hacer oración o si simplemente se scr abrumados. Cada vez se reduce más el tiempo que deben dedicar
trasladan a visitar la tumba de San Martín en Tours'52
ir su pastoral ministerio, pues se ven instados a ocuparse de múltiples
Los Padres del concilio de Arles hacen análogas declaraciones: ol'rliqaciones que son de su incumbencia por orden del emperador:
se confían a la sabiduría y al iuicio del emperador, que sabrá com- llirrnadas a la corte, convocatorias a las asambleas generales del reino
pletar y corregir sus proposiciones.53 Los del concilio de Tours, aun- [r'rrnco, viajes de inspección en calidad de missi domínici, participa.
que un poco menos inclinados a la adulación,5a acaban igualmente t irin en las campañas militares, misiones diplomáticas, y otras. AIgu-
mediclas tenga
[o, ".fu*urse ante el dueño del Imperio: Cuántasdispuestos' como rr.s hasta tienen que ser dispensados de residir en sus diócesis por
á bi"r, decidir nuestro piadosísimo príncipe, estamos
todo' l¡irbcr decidido el emperador confiarles funciones permanentes en su
fieles servidores, a u."pturlus, inclinándonos pof anticipado, con
loltc. 'fal era el caso del obispo de Metz, Angilramo, y después, del
+¡ ldem, pág. 259. .1. c<¡lonia, Hildebaldo, que mantuvo a su lado en calidad de archi-
úo ldem, pie. 274. r';rpcllirncs, no sin obtener permiso de las autoridades eclesiásticas
5t ldem, art. 25.
¡t ltlem, art. 45. r,i, l¡11.¡¡¡., ¡rig. 293.
5i\ lil¿¡n, pág. 248. t,ri l,l¡ ¡¡1, ¡rrig. 29t), art. 12.
5.1 !¡"¡151; it/ttn., t:l art, ,16, en rlontle los r:lórigos rettnidos en 'l'oul's censltratt r'l i"' l,lr cr¡rrr¡rrl¡rncil rlr lirs proposir:ionr:s prr:sentadas por los padres de los diver-
tlit'zlltos hit.vittt sirlo lllt- ,,,,., r,r,rr,ilios rlr.l tllil lo rl'tnr¡r.str.l con cvirkrnr:ia.
{[lt(.sus ¡rclici0rrr.s lrrrlr.li0lr.s l0n f(.sl)r,r'lo ¿t l0s llolllrs v llis
t,'\ (.t¡ntil.itt ttt,t,i l;ttr,,l.. l. I, ¡r:igs. 29,1-297 y 297-l:il)1.
t¿ttl¡ts t t¡ll ,1, t,¡,1, , it,.
166 FUNDACION DEL IMPERIO EL EMPERADOR 167

superiores, que se vieron con,streñidas a acceder a sus deseos.se A adoptó en el candente problema del Fitioqae, al obstinarse, a pesar
veces, algún prelado se gueia discretamente de la imposibilidad de del veto de León III, en que en su capilla se cantase, en la recita-
cumplir como quisiera sus deberes pastorales por tener gue dedicarse ción del símbolo de Nicea, Ia fórmula por la cual el Espíritu Santo
constantemente a alguna orden del emperador;60 pero estas quejas procede tanto de Dios Hi¡o como de Dios Padre.o3
son inútiles: quiéralo o no, el obispo es, ante todo, el dócil auxiliar Los favores que prodiga a los monasterios, en los que ve asilos de
del monarca, y si se atreviera a rebelarse contra la autoridad de oración indispensables para la salud de sus Estados, no le impiden
Carlos, sería inmediatamente depuesto como cualquier otro r€pres€n- mantener sobre ellos una vigilancia estricta. Tanto su corresponien-
tante del poder público. cia, como sus capitulares, demuestran el constante cuidaC,o que le
Pues, a pesar de las prescripciones canónicas, los obispos eran, anima para obligarlos a someterse a ia regla benedictina, a la que su
en realidad, nombrados por el emperador. La elección por los fieles amor por el orden exige que todos los cenobios uniformemente sean
ya era desde hacía mucho tiempo tan sólo un simulacro. Cada vez conducidos,Ga sin que esto, por otra parte, le vede considerar, si-
guiendo el ejemplo de sus predecesores, los cargos abaciales como
iue quedaba vacante una sede episcopal, el emperador sugería al
clero de la iglesia interesada que, en 1o sucesivo, forma exclusiva- ricas prebendas destinadas tanto a recompensar el celo de sus fie-
mente el cuerpo electoral, el nombre de aguel que deseaba fuera nom- les 65 como a asegurar, en parte, los ingresos de sus condes.66
brado como nuevo titular, y este deseo expresado por el soberano Además, no sólo son tolerados, sino multiplicados ad libitunz, los
"abades laicos", cuyo abadiato consiste ú¡ricamente en el dislrute de
equivalía a un mandale.or ¿Qué podía haber de más normal, desde su
punto de vista, teniendo en cuenta la función encomendada entonces una parte de las rentas monásticas, y la libertad de las elecciones
al obispo en Ia dirección de los asuntos del Estado? El emperador fl€- abaciales estipulada por Ia Regla de San Benito (cap.64) se arrum-
cesitaba hombres en los que pudiera apoyarse en cualquier momento ba en el olvido.67 No es ésta una de las menores contradicciones de
y para mayor seguridad los elegía entre los clérigos de su palacio' un régimen que todo lo atribuye a la persona del emperador y con-
Formados en buena escuela y, por así decirlo, bajo su mirada, serán vierte la voluntad de éste en ley suprema del Estado.
colaboradores saturados del mismo espíritu que alienta en su señor Pero, en verdad, esta contradicción pasó inadvertida por los
y acostumbrados a sus métodos. Y hay que reconocer que, general- contemporáneos o, ,si llegaron a darse cuenta de ella, no pudieron
mente, las selecciones que hacía Carlomagno eran buenas aun con nlenos que rendir sincero homenaje al elevado pensamiento que ins-
respecto a la Iglesia r sinceramente religioso, sus preferencias se piraba, en el conjunto, el proceder del soberano. Sin duda, los elogios
inclinan por aquellos que iuzga más dignos por todos conceptos, que en público le dedican tezuman adulación; los Padres de los cinco
y Ia composición del episcopado franco bajo su reinado honra, en su concilios celebrados en el reino franco, el año 813, fueron hasta un
conjunto, el acierto del monarca para elegirlo. ¡roco lejos -pudiera pensarse 68- €rr este camino. Pero no es posi-
Frente al Soberano Pontífice, Carlomagno se muestra pleno de blc recusar el testimonio de ferviente admiración de un espíritu tan
respeto; pero la órbita de acción que Ie reconocía acabó por reducirse irr<lependiente como el de Alcuino, que hacia el 794. o el 795, inme-
al extremo. Invitado desde su advenimiento a limitarse a la oración,62 rli¿rtamente despu,és del concilio de Francfort, se expresa, en un impul-
León III, desde la exaltación de Carlos al Imperio, no es ya sino un r',r cordial, de esta manera:
fiel colaborador cuya más pegueña veleidad de independizarse que- " Bicnaoenturada, diio el Salmista,ri9 la nación de la que Djos
daría parada en seco. Ya que, junto al emperador, que se considera es el Señor;
lrlr'¡rirvt'nturado el pueblo exaltado por un caudillo y sostenido por un predicador
cabecera suprema de la cristiandad de Occidente, no hay lugar sino
para autoridades subordinadas y, como acabamos de señalar, aun rr:r (l[. L'époque carolíngienne (ne 94 de la Bibliografía), págs.173-184,
en materia dogmática, Carlomagno se propuso mantenerse como ti1 Oultittil.,
^M^NN, t. I, no 71, art. 12.
señor. Nada demuestra esto meior que la actitud independiente que rrr' (:f . V()rcr (nq I19 de la Bibliografía).
tttt l'. su.pru, ¡rírg. 109.
lt y. \uprft, pág. I17. tti' (ll. ll. l,í;vv Ilrrrrrrl, Lcs élcctíons abbatiales (nq I11 de la Bibliografía), que
tio lipist(tlut'. t. TV, no. 1Ba y 1Bó. cartas de P¿tllino de Aquilca. rl,,l,r' llilizrrlsr.r'(,r ¡(.s(,rv¿rs. (l[. nuestra rescira t¡n la Rcoue hístoriqu,e, año ]914.
tit f¡1¡¡a¡¡¡'rrr.: l,,t'lirlrtt, l,ts í'ltetirns í'¡iscttpol,', (nq ll0 rk: la BiLIiogra[ía)' 'ttt l'. tttlrt,t, ¡,ri',.,. l(r4-l(t5.
ti: l', srt l)t tt. ¡¡i;1. ()0. rll¡ S¡rllrlo rrr¡t, l:1,
168 FUNDACION DEL IMPERIO
de ia fe, cuya mano diestra blande la espada de las victorias y cuya boca hace
resonal la trompeta de ia Verdad católica. Así fué cómo en otro tiempo, David,
elcgido por Dios para rey del pueblo, que cntonces era su pr.reblo elegido. . .,
sometió a Israel, con la espada victoliosa, a las naciones cercanas y predicó cntre
los suyos la ley di",ina. De la noble estirpe de Israel brotó, para salvación del
mundo, la "rosa de Sarón y cl lirio de los valles",?0 el Cristo, a quien, en nues-
tros días, el nuevo pueblo que él ha hecho suyo 71 debe otro rcy David. Con el
rnismo nor:rbre,?2 animado de la misma virtud y de igual fe, éste cs ahora nuestro
caudriio y nlicstro jefe: un jefe "a cuya sombra" ?3 el pueblo c¡istiano se re-
frigera en la paz y que por doquier inspira e1 terror de las naclones paganas;
un caudillo cuya devoción no cesa Ce lortificar por su firmeza cvangélica la fe
católica contra los herejes, velando por que nada contrario a la doctrina de los
Apóstoles venga a introducirse en cualguier lugar y dedicándose a hacer respian-
decer por todas partes esta fe católica a la luz de 1a gracia celestial." ?'1

Magnífico elogio salido de una pluma gue meior que otra alguna
se movía al impulso de las aspiraciones elevadas de aquel a guien se
dirigía entonces.

Ío Cántar de ios Cantares, rr, 1.


¡t F,l pueblo cristiano.
?: En la cortc a Carlomagno le llamaban David.
73 Cantar de los Cantares, tI, :l ["4 su somlrra estoy sonlt(l¿r, r,omo rl'sr'í'. ' ."1
? I Al.(:utNo, Oorrts¡trnltnt i«. tn l')¡tislolur'. t. ll, n') 4,1.
I *t--

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