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EL PARADIGMA HUMANISTA EN LA EDUCACIÓN

Es la implementación de las cualidades humanistas en el entorno educativo, brindando


gran importancia a los valores personales y emocionales que integran a una persona, y
aplicándolos en su propia formación.

El paradigma humanista surge históricamente de corrientes como el Renacimiento y la


Ilustración, que marcaron una nueva percepción de mundo.

El paradigma humanista se caracteriza por reconocer al individuo como un ente singular,


capaz de pensar según sus propias experiencias, tener distintas percepciones de su
alrededor y emitir sus propias opiniones. Por ninguna razón es considerado parte de una
masa uniforme y de pensamiento único.

El humanismo surge en la sociedad humana después de la Edad Media, donde comienzan


a verse relegados los análisis religiosos y supranaturales para dar lugar a la capacidad de
libre pensamiento del hombre.

Históricamente e incluso actualmente, detrás de la aplicación del paradigma humanista se


encuentra un gran sustento referencial de autores y trabajos que lo abordan desde una
perspectiva literaria, educativa y psicológica.

Humanismo como origen del paradigma humanista

El humanismo es considerado una imagen del mundo; una forma de verlo y percibirlo. Con
el declive de la filosofía escolástica, las creencias religiosas y supersticiosas, los filósofos
de finales de la Edad Media comenzaron a tener en cuenta la capacidad del hombre como
ser pensante, verdadero y singular.
A partir de la época del Renacimiento, el humanismo comenzaría a verse aplicado de
manera pedagógica, mediante la enseñanza de ideas y doctrinas consideradas
humanistas, que se nutren de corrientes de pensamiento como el realismo, el liberalismo y
la integridad.

Estas corrientes filosóficas manifestaran las principales cualidades resaltantes que deben
considerarse respecto al hombre en su educación.

El liberalismo aportaría la noción de valor humano como principal fruto a obtenerse de la


educación, su parte más significativa.

El realismo tomaría en cuenta la experiencia personal del sujeto, así como el entorno
cotidiano en el que se desenvuelve como influyente en su formación.
La integridad ampliaría los límites de su ser como receptor del conocimiento, apelando
a su sensibilidad humana.

El humanismo seguiría evolucionando, y con ello la educación, hasta llegado el siglo


XX, donde una gran influencia psicológica revelaría nuevos métodos y modelos
educativos que tomarían en cuenta las cualidades humanas, pero también su
capacidad de automatización. (condutismo).

El paradigma humanista aborda entonces aspectos del hombre físicos, psicológicos,


emocionales, sociales y éticos, brindando a todos estos aspectos una importancia
crucial en el desarrollo educativo e integral del hombre.

Paradigma humanista aplicado a la educación

Durante mucho tiempo, incluso en la actualidad, el sistema educativo en la práctica de


transmisión de conocimiento ha sido considerado directo y de carácter muy rígido, lo
que limita su capacidad para explotar el verdadero potencial de todos aquellos que
reciben la educación.
Una de sus fallas se encuentra en que es una práctica centrada en el profesor,
mientras que el paradigma humanista busca trasladar la atención prioritaria a los
alumnos.
En el paradigma humanista de la educación, los alumnos son entes individuales, con
iniciativas e ideas propias, con potencialidad y necesidad de crecer, atados a
experiencias personales, etc.

El docente que imparta una educación bajo el paradigma humanista debe adoptar una
postura de cierta flexibilización humana, y tener en cuenta ciertos criterios como los
siguientes:

Interés en el estudiante como persona íntegra y total;


Ser receptivo hacia nuevas formas y modelos de enseñanza;
Fomentar el espíritu cooperativo;
Mostrarse genuinamente interesado en las personas, no como un ser autoritario y
superior.
Rechazar posturas autoritarias aplicadas al sistema educativo, así como fomentar
la empatía con sus estudiantes.
Relacionarse con ellos y ser comprensivo de sus capacidades individuales.

El paradigma humanista busca entonces que el aprendizaje llegue a ser significativo para
el propio alumno, y que este lo llegue a considerar así, y no como una obligación.
Solo en este momento, según el humanista Carl Rogers, el mismo alumno promoverá su
propio aprendizaje con gran eficacia e interés.

Métodos humanistas de aprendizaje

Los autores e investigadores humanistas con el tiempo han desarrollado diversos métodos
de aprendizaje que se engloban dentro del paradigma humanista educativo.

Aprendizaje por descubrimiento


Promovido por Jerome Bruner, el aprendizaje por descubrimiento tiene como objetivo
fomentar la participación activa del estudiante en el proceso de obtención de
conocimiento.
El aprendizaje debe desafiar la inteligencia del alumno para que este pueda indagar de
manera creativa en las formas de solventar o superar las dudas, avocándose así a la
búsqueda comprometida de respuestas.

Método Ausubel

Ausubel promovía dentro del paradigma humanista la constante actualización y repaso de


los conocimientos previos de un individuo. Estos son necesarios y cruciales para llevar a
cabo un aprendizaje que pueda considerarse realmente significativo.
La exploración de conocimientos previos y su cotejo con los nuevos está muy atada a la
experiencia personal de cada individuo.
El educador debe, entonces, encontrar la técnica más equilibrada para que, incluso la
ausencia de conocimiento previo, no presente un lastre en el aprendizaje actual del
alumno.

REFERENCIAS
Cruces, M. G. (2008). La Persona como Eje Fundamental del Paradigma Humanista. Acta
Universitaria, 33-40.
Fabela, J. L. (s.f.). ¿Qué es el paradigma humanista en la educación? Guanajuato:
Universidad de Guanajuato.
Hoyos-Vásquez, G. (2009). Educación para un nuevo humanismo. magis, Revista
Internacional de Investigación en Educación, 425-433.
Luzuriaga, L. (1997). Historia de la educación y de la pedagogía. Buenos Aires: Losada.
Vásquez, G. H. (2012). Filosofía de la educación. Madrid: Trotta.

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