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Todos queremos vernos mejor, nuestro aspecto debe hacernos sentir a gusto y
orgullosos de nuestra apariencia personal, permite enfrentar la vida con
confianza y satisfacción.
La moda se ha vuelto tan variada y los cambios ocurren tan rápido, que
debemos guiarnos por esquemas establecidos para lucir siempre impecable y
con el vestuario apropiado según la forma del rostro, la contextura del cuerpo,
el peso y la altura de cada quien, para vestirse bien, verse bien y sentirse
mejor.
Generalmente nos sucede que la palabra tendencia se nos aparece como algo
mágico cada tanto tiempo, pero de esa tendencia, ¿que me queda bien a mi
cuerpo y a mi tez?.
Por ejemplo, es posible que lucir muy formalmente no sea lo más adecuado. Si
sus compañeros de trabajo suelen concurrir con ropa sencilla y usted concurre
en traje y corbata, podría destacarse, sí, pero… para mal.
Claro que eso no significa que usted deba “seguir al rebaño”. Hay ciertos
elementos que, aunque sean muy usados por los demás, a usted pueden no
sentarle bien. Si, por ejemplo, es muy habitual que en su trabajo se utilicen
suéteres con “cuello de tortuga”, pero usted tiene una cara pequeña, de nada le
servirá imitar al resto.
También debe tener bien en claro las diferencias entre su trabajo y el de los
demás. Puede que usted sea el único empleado que deba salir al exterior, por
lo que, aunque los demás utilicen prendas informales, usted deba desentonar
allí… para no hacerlo afuera.
Así, será pertinente que los hombres encargados del área de sistemas utilicen
camisas lisas desabotonadas arriba, con pantalones y cualquier otra prenda
que sea “elegante sport” (o casual). Pero si la persona trabaja en la gerencia
financiera, esta vestimenta solo generara desconfianza y extrañeza en su
clientela, puesto que quienes se dedican a este rubro suelen vestir muy
formalmente, incluyendo traje y corbata.
La cuestión es similar con las mujeres. Un traje sexy podría ser lo ideal para
una secretaria, ya que como permanece todo el día sentada y detrás del
escritorio, puede darse el lujo de vestir muy bien sin correr ningún riesgo.
Como ve, son varios los factores que inciden en la elección del vestuario
adecuado para el trabajo. Pero si se tienen en cuenta estos puntos
(compañeros de trabajo, estilo personal, y actividad desempeñada), se podrá ir
aprendiendo a elegir la ropa ideal, algo que con el tiempo surgirá con mucha
más naturalidad.
El color claro:
Ensancha - Resalta
El color oscuro:
Angosta - Adelgaza.
Estrecha - Acorta.
Hay colores cálidos y colores fríos. Los cálidos pertenecen a la gama de los
dorados, colores tierras, ocres, café, terracota, amarillo y naranjas. Los pueden
usar las mujeres morenas, trigueñas o doradas.
La mujer blanca, blanca rosada con cabellos muy oscuro, las de mejillas
sonrosadas pertenecen a los colores fríos, gama plateada.
Hay dos actitudes básicas del servicio al cliente que marcan a las empresas, la
actitud positiva y la actitud negativa, aun cuando en la definición de las políticas
y en el plan estratégico de la organización esté consignado su interés y su
propósito de brindar un excelente servicio que permita fidelizar a los clientes y
desarrollar así una ventaja competitiva, una actitud negativa de un empleado
puede hacer que todo este andamiaje se venga al piso. Cuando esto sucede,
por lo general, el cliente no identifica a la persona individualmente como la
causante de su mala experiencia, identifica a la institución completa, por
ejemplo, si en un banco tuvo una mala experiencia con un asesor comercial
piensa "es que los empleados de este banco son pésimos", lo cual asocia
negativa y directamente a la entidad y a todas las personas que trabajan en él.
Por esto es importante que la actitud positiva de servicio prime en todos y cada
uno de los empleados de una empresa.
Ineficaz y Desagradable:
En el cual se combinan la baja competencia técnica y el mal trato al cliente.
Un ejemplo sencillo, imaginemos una heladería cuyas instalaciones no son
muy aseadas y cuyos meseros tampoco lo sean, ¿desagradable verdad?
(bajo trato al cliente), pero que tal si a eso le sumamos que el sabor de su
línea de helados no es sabroso y que se encuentran en estado casi líquido
por mala utilización de sus congeladores, pavoroso ¿o no? (incompetencia
técnica). Así quién vuelve, eso si sería tropezar dos veces con la misma
piedra, como diría el señor Iglesias. La frase de cabecera de estas
empresas es: "SOMOS INCOMPETENTES Y NO NOS IMPORTA SER
ANTIPÁTICOS"
Ineficaz y Agradable:
En el que las empresas con bajas competencias técnicas tratan como un
rey al cliente y con ello esperan tapar el hueco de su incompetencia técnica.
Supongamos que la heladería ha mejorado el aspecto de sus instalaciones
y sus meseros y que ahora se distingue por su pulcritud y buen trato al
cliente (agradables) y que siendo testigos de este cambio decidimos volver,
pero cuando nos sirven nuestro helado, el sabor sigue siendo desastroso y
la consistencia aun peor, son feos y aparte los sirven derretidos (ineficaz).
Su frase de cabecera es: "LO HACEMOS MAL PERO, SOMOS
ENCANTADORES"
Eficaz y Desagradable:
Son altamente eficaces, saben realizar sus procesos, son eficientes pero
por llegar a alcanzar altos estándares de calidad técnica, no se enfocan en
el cliente y por ello no son líderes. Imagínate la heladería pero ahora con
excelentes sabores, consistencias y variedad de productos, pero igual de
desaseada que al comienzo, ¿serías cliente?. Se pueden identificar con la
frase: "SOMOS MUY EFICIENTES PERO, MUY ANTIPÁTICOS"
Eficaz y Agradable
Se encuentran las empresa que han encontrado el equilibrio perfecto entre
sus competencias técnicas y su estrategia de servicio al cliente, son
organizaciones que se enfocan en el cliente porque saben que es él de
quien dependen, están conscientes de la fuerte competencia y sus
perspectivas apuntan al liderazgo. En este cuadrante se ubicaría la
heladería si mezclamos la pulcritud y buen trato del segundo cuadrante con
los sabores, consistencia y variedad de productos del tercero. Los podemos
identificar con la frase "HACEMOS NUESTRO TRABAJO CON LA MÁXIMA
CALIDAD"
El mal servicio es la principal causa de la pérdida de clientes. Según la
Asociación de Management de Estados Unidos (American Management
Association, AMA), el 68 por ciento de los clientes que abandona su
relación comercial con una empresa, lo hace porque el servicio es
deficiente. Otro dato: el 90 por ciento de los compradores perdidos no
intenta comunicarse con la compañía para explicarle qué sucedió. Y lo peor
de todo: un cliente insatisfecho le comenta a 10 personas su descontento.
El satisfecho, en cambio, sólo difunde su experiencia a otros cinco
individuos.
Estas cinco medidas evitan los errores más comunes del servicio al cliente:
- Preguntarle al cliente qué prefiere; algunos optan por las cartas, otros por
las llamadas telefónicas. Aun cuando la empresa tenga procedimientos y
políticas establecidas, nunca pierda de vista los requerimientos del cliente.
- Si hubo algún problema, retome el contacto con el cliente después de un
tiempo; el seguimiento a largo plazo es fundamental.
- Establezca un plan preventivo. Si un pedido está demorado, adelántese:
llame al cliente y ofrézcale enviar la mercancía a través de un medio más
veloz, sin costo adicional para él.
Hasta los clientes más conocidos, cambian con el tiempo; por ende,
mantener el mismo nivel de servicio, no resulta efectivo. Además, la
competencia seduce a nuestros compradores habituales, de modo que es
imprescindible fomentar la lealtad continuamente. Las investigaciones y los
datos nos revelan las necesidades y las actitudes de los clientes. Pero esto
no sustituye el trato personalizado. Hay tres medidas efectivas que ayudan
a mantener el contacto personal:
4. Mejorar el protocolo
La gente quiere, más que nada, ser respetada. La primera cuestión es cómo
dirigirse al cliente, en especial, al que recién empieza su relación con la
compañía. Una sugerencia: utilizar un trato formal ("Sr." o "Sra.") hasta que
lo autoricen a llamarlo por su nombre de pila. Si bien los avances más
recientes en el servicio al cliente se relacionan con la tecnología (programas
que agendan los llamados pendientes, mejor gestión de datos, entre otras
cosas), la interacción personal es irreemplazable. Por eso, es conveniente
recordar algunas reglas básicas:
ACTIVIDAD INDEPENDIENTE: