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Se empezará aclarando que no existe una belleza absoluta, cada ser que tenga la
capacidad de pensar tiene un concepto diferente de belleza, de forma que el
conjunto de varios conceptos individuales sobre el significado de belleza nos lleva
a pensar que hay infinitas formas de belleza. Por lo que podría afirmase que toda
cosa o ser, tiene una belleza particular que la define. “Por ello cuando le
reconocemos a un objeto un valor estético, dejamos de verlo como un
instrumento, dejamos de usarlo como un medio para conseguir nuestros fines, y
en vez de eso, nos detenemos para contemplarlo y admirarlo.” 1 En el momento
que se ven las cosas por su esencia y no reflejo físico, se está viendo la belleza
intangible y real, aquella belleza que los seres humanos son incapaces de
visualizar con claridad. Al enfocarse en esta belleza se crece como persona en
comparación con las otras pero cuando se olvida eso y se centra en la parte banal
de los seres que es su superficialidad, se llega al egoísmo, pues solo se busca
tener una compañía que aunque mala pueda ser, sirva como una máscara en la
sociedad. Esta está basada en una belleza superficial y por consiguiente no se
consigue un crecimiento porque no se aprende de los demás. Se busca tanto la
perfección que al final se alcanza el más alto nivel de imperfección.
1
Tallafa, Marta, Por una estética de la naturaleza, la belleza como argumento ecologista, universal
autónoma de Barcelona, página 6.
2
Tallafa, Marta, Por una estética de la naturaleza, la belleza como argumento ecologista, universal
autónoma de Barcelona, página 8.
Siempre se le ha adjuntado el adjetivo subjetivo a la belleza siempre nos referimos
a ella como que o es igual para todos, pero que le da especial que no es una
verdad absoluta, la belleza no se puede describir, ya que no la vemos aun no
entendemos que la belleza no es lo exterior, sino que se leda de uso Jardín de
rosas
Cardo
La belleza en cualquier cosa.
Es una capacidad intrínseca de cada ser humano encontrar diferentes formas de
belleza en las cosas que puede observar cotidianamente, e incluso en aquellas
que no tiene que observar, sino que llegan a este por otros medios (los sonidos,
los olores, etc.)
La pregunta es ¿por qué hay ciertas cosas que resultan, para la mayoría de
personas, bello?
Pues podría decirse que esto se debe a una conexión que la raza humana posee
por el simple hecho de pertenecer a una misma especie, por reconocerse unos a
otros como iguales (por lo menos similares). Es decir, hay cosas que los hombres
comparten naturalmente, sin darse cuenta, y podría afirmarse que son pocas las
excepciones; un claro ejemplo es el miedo que se experimenta en la niñez en
cuanto a la “oscuridad”.
El proceso de clasificar algo como bello o, por el contrario, “feo”, depende de las
experiencias que haya vivido cada individuo, pues su pasado configura su
personalidad y con ella sus gustos.
Sin embargo, si se posee la sensibilidad suficiente se puede encontrar belleza en
cualquier cosa. En lo que genuinamente se disfruta y en lo que aterroriza,
desagrada e incómoda; porque “depende de dónde se mire”.
Esto quiere decir que las diferentes perspectivas de las personas se ven
influenciadas por el contexto bajo el cual se desenvuelven, y de esta forma la
realidad de cada quién es distinta.
Por tanto, no es necesario encontrar esa parte bella de las cosas, sólo basta con
saber que si existe es porque lo pensamos, y en ese orden de ideas, alguien
podría pensar que es bello.