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INSTITUTO DE PROMOCIÓN SOCIAL DE PIEDECUESTA
1. LA BELLEZA
Nuestra vida co.diana está rodeada de mul.tud de
acontecimientos y objetos que llamamos bellos. Una
hermosa es- cultura, una melodía que no nos cansamos
de oír, una novela con la que siempre disfrutamos o
incluso una puesta de sol cuando salimos al campo,
decimos que son bellos porque nuestra personalidad se
enriquece cuando los admiramos. Este enriquecimiento
es mayor cuando nos preparamos para percibir la belleza,
es decir, cuando aprendemos a dis.nguir los elementos
que componen el objeto bello: formas, armonías,
colores, ritmos, tonos, etc.
Cuanto más conocemos el es.lo de un pintor, mejor
apreciamos sus obras; cuanto más conocemos los
recursos cinematográficos que un realizador nos puede
ofrecer, mejor apreciamos las imágenes que nos
muestra. La belleza de un objeto no es lo mismo que su
u.lidad. Naturalmente, hay objetos que son ú.les y
también son bellos, pero decimos que algo es bello por
razones dis.ntas a la u.lidad: la combinación cromá.ca,
la armonía, las proporciones, el equilibrio, la perfección,
etc.
2. EL SENTIR ESTÉTICO
Este encuentro con la belleza y la consiguiente elevación
del espíritu de la que nos hablaba Platón son posibles
porque el sen.r humano es un sen.r esté.co. La
expresión "esté.co" .ene su origen en el vocablo griego
aisthe.kós, que significa "sensible" y se refiere en
principio, por tanto, a la capacidad que tenemos los seres
humanos de percibir sensaciones.
Sin embargo, en castellano la u.lizamos para referirnos
sobretodo a nuestra capacidad de sen.r la belleza y la
fealdad. Lo que se ocurre es que la base de este
sen.miento de lo bello es la sensibilidad porque el
encuentro con la belleza .ene siempre una mediación
material, lo bello .ene que percibirse de algún modo por
los sen.dos.
3. LA EXPERIENCIA ESTÉTICA
Llamamos experiencia esté.ca al encuentro que el ser
humano .ene con la belleza. Encuentro que no consiste
en asimilar, integrar o almacenar la belleza que nos
proporciona la naturaleza o el arte, sino en par.cipar en
FILOSOFÍA 11º
GUÍA 10
Para explicar este valor esté.co, Platón narra en su
diálogo Fedro una bella metáfora. Nos cuenta que las
almas de las personas, antes de venir a este mundo,
vivían en un mundo celes.al; pero, por alguna razón
misteriosa, se vieron obligadas a caer a la .erra y han
quedado separadas de una verdad y una felicidad de las
que solo guardan un leve recuerdo. Desterradas en la
pesadez terrenal, las almas han perdido las alas y no
pueden impulsarse hacia el gozo del conocimiento de lo
verdadero. Sin embargo, existe una experiencia por la
que el alma humana se eleva de nuevo. Es la experiencia
del amor y la belleza. Para Platón, lo bello es lo que más
brilla y nos atrae, la visión de lo ideal: lo perfecto, lo
armónico equilibrado, etc.
Para Platón, las experiencias del amor y la belleza son las
que marcan el camino privilegiado por el que los seres
humanos pueden llegar a la verdad. Este es el quehacer
originario de la filosoOa y por ello siempre ha sido diOcil
separar la reflexión sobre la verdad, el bien y la belleza.
Desde esta perspec.va, captamos dos .pos de belleza:
2.1 Belleza como perfección.
Las cosas bellas serían las cosas bien hechas, lo bello se
iden.ficaría con lo perfecto, lo eu-morfé, lo que está en
buena forma. De aquí se derivará el término la.no
formosus de donde procede "hermoso" y "hermosura".
En este estrato lo feo sería lo deforme, y lo bello, lo que
se a.ene a una simetría, a unos cánones, a una
perfección formal.
2.2 Belleza como pulcritud.
Lo bello no está en la perfección sino en el cuidado, la
limpieza y el decoro con los que se presenta lo limitado y
lo determinado. Decimos que una casa es bella cuando
presenta un aspecto de limpia, cuidada y aseada, aunque
no sea muy hermosa ni perfecta.
el mundo natural y en el mundo arSs.co. Esta
par.cipación es posible porque el sen.r esté.co es un
sen.r abierto a la naturaleza y al arte.

Conocer la belleza no es almacenar impresiones sobre
naturalezas objetos bellos, sino par.cipar en su
descubrimiento y creación.
Cuando salimos de un concierto o contemplamos una
flor, decimos que hemos tenido una experiencia esté.ca,
porque estamos afectados por la interpretación a la que
hemos asis.do o los colores que hemos observado. El
sen.r esté.co es el que hace posible esta afección, que
posee un carácter experiencial, y no puramente
"conceptual". Porque, a pesar de que juzguemos
intelectualmente la calidad del concierto o de la flor, no
ha sido solo nuestro intelecto el des.natario de esos
objetos, sino que ha sido toda nuestra persona la que se
ha visto afectada por ellos.
Nuestro sen.r es muy limitado, pero siempre podemos
tener nuevas experiencias que ponen a prueba nuestra
sensibilidad, puesto que siempre está en ejercicio,
siempre permanece abierta. Pero decimos que es un
sen.r limitado porque hemos de reconocer el carácter
finito del gozo que la experiencia esté.ca proporciona.
Sin embargo, no debemos olvidar su intensidad. Gracias
a ella otorgamos una importancia especial a las
experiencias esté.cas frente al resto de experiencias
co.dianas, una importancia similar a la que Dewey
atribuye al arte en relación con la vida: "La vida necesita
del arte, y el arte está ya en la vida misma cuando ésta es
vivida con intensidad y plenitud".
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3.1. Caracterís-cas de la experiencia esté-ca
Como síntesis de lo que llevamos dicho sobre la
experiencia esté.ca, podemos afirmar que esta presenta
los siguientes rasgos:
3.1.1. La realidad se nos presenta más ligera. La
experiencia esté.ca transforma nuestra visión de la
realidad, de modo que el mundo nos parece más liviano
y la vida más llevadera; por medio de esta experiencia
descubrimos un nuevo sen.do en las cosas.
3.1.2. Nos altera la vivencia del .empo. El goce esté.co
hace que nos olvidemos del reloj, hace que el .empo
pase casi "sin sen.r". La experiencia de lo esté.co nos
permite superar la fugacidad del .empo ordinario y
saborear la eternidad, transitar del pasado al presente y
al futuro sin solución de con.nuidad.
3.1.3 Desprendimiento del yo. Tanto la experiencia de
crear algo bello como la de contemplar cosas bellas, nos
puede conducir a un estado de cierto olvido de nosotros
mismos. Aunque se trata de un proceso gradual, la
experiencia esté.ca supone un salir al encuentro, un
desprenderse del yo ru.nario para crear y dejarse
arrastrar por el embrujo de la belleza.
3.1.4. Precariedad del gozo. La intensidad de la
experiencia contrasta con su brevedad; el gozo esté.co
es un gozo precario y por ello parece fruto del azar. La
realidad a la que se vuelve después de la contemplación
parece más dura.

ACTIVIDAD EVALUATIVA
1. ¿Qué palabras no en.endes?, subraya al menos 10 y trata con tus compañeros de buscar su significado en el texto.
2. Resume las 5 ideas más importantes que encuentres en el texto. (idea: sujeto, verbo y predicado)
3. Define en un escrito de media página ¿qué es la belleza?
4. Pásale a un compañero tu escrito para que haga una crí.ca filosófica de tu idea de belleza.
5. La discusión colec.va nos ayuda a lograr llegar a acuerdos, prepara tu defensa o ataque sobre las frases:
Frase 1: La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla. (Hermann Hesse).
Frase 2: Cada cosa .ene su belleza, pero no todos pueden verla. (Confucio).
Frase 3: Más vale feo y bueno que guapo y perverso. (Refrán popular).
Frase 4: No está mal ser bella; lo que está mal es la obligación de serlo. (Susan Sontag).
Frase 5: La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora. (José Ortega y Gasset).