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DERECHO ADMINISTRATIVO (I) LECCIÓN 2: LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA

MANUEL REBOLLO PUIG


DIEGO J. VERA JURADO
(Directores)

DERECHO
ADMINISTRATIVO
TOMO I
CONCEPTOS FUNDAMENTALES
FUENTES Y ORGANIZACIÓN

MANUEL REBOLLO PUIG


(Coordinador)

SEGUNDA EDICIÓN

AUTORES

ELSA MARINA ÁLVAREZ GONZÁLEZ


ANTONIO BUENO ARMIJO
ELOÍSA CARBONELL PORRAS
MANUEL IZQUIERDO CARRASCO
MARIANO LÓPEZ BENÍTEZ
MANUEL REBOLLO PUIG
MANUEL RODRÍGUEZ PORTUGUÉS
DIEGO J. VERA JURADO
M.a REMEDIOS ZAMORA ROSELLÓ
DERECHO ADMINISTRATIVO (I) LECCIÓN 2: LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA
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LECCIÓN 2
Morillo-Velarde Pérez, J. I.: «La huida del Derecho Administrativo. La personalidad LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA*
jurídica de las Administraciones públicas y el principio de eficacia. Reflexiones», en I. CONCEPTO: ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA COMO ACTIVIDAD DE LAS
Homenaje a Clavero. ADMINISTRACIONES
NIETO GARCÍA, A.: «Entes territoriales y no territoriales», RAP, n.° 64 (1974). Conforme a lo explicado en la lección 1, hablamos aquí de actividad administrativa para aludir a
ORTEGA ÁLVAREZ, L. I.: «El debate sobre la concepción subjetiva del Derecho toda la que realizan las Administraciones públicas. No, por tanto, en un sentido material, como si
Administrativo tras la aprobación de la Constitución Española de 1978», en hubiera y se pudiera acotar con alguna utilidad jurídica una actividad que por su propia naturaleza sea
Homenaje a Garrido Falla. administrativa, sino como la que realizan esas organizaciones y personas jurídicas que son las
PIZARRO NEVADO, R.: «Disposiciones generales, principios de actuación y Administraciones públicas.
funcionamiento del sector público», en GOSÁLBEZ REQUEÑ0, H. (dir.), El nuevo Las actividades de las Administraciones son muy heterogéneas desde casi todos los puntos de vista.
régimen jurídico del sector público, Wolters Kluwer/El Consultor de los Muchas veces es parecida a la prototípica atribuida a órganos estatales no administrativos: por
Ayuntamientos, 2016. ejemplo, cuando aprueba reglamentos su actividad es similar a la legislativa de las Cortes y
REBOLLO Puig, M.: «El Derecho Administrativo como Derecho único de la Parlamentos autonómicos; cuando resuelve recursos administrativos o impone sanciones, se asemeja a
Administración», RGDÁ, n.° 2 (2003). la jurisdiccional de los jueces. En otros muchos casos es, si así se puede decir, más genuinamente suya,
Rivero Ortega, R.: Administraciones públicas y Derecho privado, Marcial Pons, 1998. más peculiar de la Administración. Dentro de lo difícil y vaporoso de esa actividad más
SOUVIRÓN MORENILLA, J. M.: «Sobre la Administración pública y el Derecho característicamente administrativa, quizás puede identificarse como la adopción de decisiones jurídicas
Administrativo: en torno a la sustantividad del Derecho Administrativo y su vis concretas —o sea, para un caso determinado— y su ejecución. Pero tampoco es extraño que esto mismo
expansiva», en Homenaje a Martín Mateo. lo realicen ocasionalmente otros Poderes, como, por ejemplo, cuando el Legislativo aprueba leyes para
SUAY RINCÓN, J.: «Entidades territoriales», en MUÑOZ MACHADO, S. (dir.), un caso único o específico o cuando los jueces ejercen la jurisdicción voluntaria o la policía de estrados,
Diccionario de Derecho Administrativo, Iustel, 2005. por no hablar de los supuestos en que uno y otro realizan actos de pura administración interna. Y es
que, aunque la división de Poderes tiende a atribuir a cada Poder una función, nunca alcanza perfecta y
plenamente esa aspiración.
Además de que por una u otra causa la actividad de la Administración se asemeja a veces a la de
los órganos estatales no administrativos, en otras ocasiones es similar a la que puede realizar cualquier
sujeto privado; así, cuando explota un bien o gestiona una empresa de su titularidad.
En suma, la Administración pública no tiene una sola función jurídico-material ni ninguna de ese
tipo le pertenece en exclusiva. No puede extrañar porque

* Por Manuel REBOLLO PUIG (epígrafes I a V) y Manuel IZQUIERDO CARRASCO (epígrafe VI).
Grupo de investigación de la Junta de Andalucía SEJ-196. Proyecto DER2015-67695-C2-1-P (MINE-
CO/FEDER, UE).
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la Administración es la única organización estatal capaz de realizar el conjunto de las diversas 61
actividades necesarias para el cumplimiento de los fines del Estado. Y, en efecto, las acomete en la gran Hechos que normalmente alteran la realidad física. Así, desde la realización material de una obra
pública hasta el pago de una cantidad, pasando, entre otras muchas, por la actuación profesional de un
medida en que no pueden ser asumidas por el Poder Legislativo y el Judicial, correspondiéndole, en médico de la sanidad pública o la recogida de basura realizada por los servicios municipales, la de un
cualquier caso, mucho más que la pura y mecánica ejecución de las leyes. Y lo que da unidad a todas profesor de un centro público o la retirada de un vehículo por la policía o el cuidado de un jardín
esas actividades realizadas por la Administración —o, mejor, por las Administraciones— es público o la realización de una encuesta o de una estadística o la simple emisión de información por
precisamente que es ella la que las realiza. Este dato subjetivo es capital y confiere por sí solo a toda parte de los agentes de la Administración para conocimiento general (p. ej., información sobre la forma
esa múltiple y desigual actividad un sentido de conjunto, un común significado político y jurídico, una de ejercer un derecho o sobre los peligros de un alimento). Pero también cabe incluir aquí las meras
conversaciones o negociaciones, incluso aunque se llegue a un consenso vago y no vinculante sobre la
cierta uniformidad. Y es también lo que explica, entre otras cosas, que tenga un régimen jurídico forma en que procederá la Administración. A veces, se distingue dentro de la actividad material, la
común, el Derecho Administrativo. actividad técnica de la Administración pero, en general, tal distinción no tiene trascendencia jurídica.

Lo que hemos afirmado lo han concluido, desde luego, otros autores. Citemos, al menos, a Aunque esta actividad material está normalmente menos regulada por el Derecho (y de ordinario
Giannini: «[...] hemos de admitir que una caracterización objetiva de la función administrativa no existe no está sometida a procedimientos; de hecho, se suele hablar de actividad informal de la
Administración), no sólo tienen gran importancia social y política, sino que también es relevante desde
[...] De una función administrativa se puede solamente hablar, en cambio, en un sentido subjetivo: el punto de vista jurídico pues la Administración está en su totalidad condicionada por el Derecho:
equivalente a aquél de actividad de la Administración (organización) [...] La realidad es, en efecto, que puede ser lícita o ilícita; dentro de la lícita puede ser obligada (en cuyo caso la inactividad
"función administrativa" es una expresión verbal utilizada para describir el conjunto de funciones administrativa será ilícita) o simplemente permitida; puede ser controlada por los tribunales (que
desarrolladas por la Administración». pueden obligar a cesar en ella u obligar a realizarla o condenar a la Administración a indemnizar por los
daños causados por la actividad o inactividad material de la Administración), etc.
II. LAS DIVERSAS FORMAS JURÍDICAS DE ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA Sobre la base de estas distinciones, están asentadas las grandes explicaciones de la parte general del
Dentro de esa amplia y variada actividad administrativa cabe identificar unos concretos tipos de Derecho Administrativo pues permiten comprender el régimen jurídico general de la actividad
formas de actuación que la doctrina jurídica ha clasificado con cierta precisión. Son, por así decir, administrativa. Aspiran a ser clasificaciones puramente lógicas y dogmáticas y, como tales, iguales y
categorías abstractas y formales sobre los grandes tipos de actos de la Administración. permanentes en los distintos Estados y en las diferentes épocas. Lo mismo valen para sistematizar la
actuación administrativa de la España del siglo XIX que la del XXI o para la de otros países
ultraliberales o comunistas. Permiten un análisis jurídico formal completo pero no dan ninguna idea de
Desde este punto de vista cabe clasificar la actividad administrativa en jurídica y material. lo que realmente pretende la Administración ni de los aspectos de la vida social en los que se entromete
en cada tiempo y lugar.
La actividad jurídica está constituida por declaraciones de la Administración. Sus formas
prototípicas son los reglamentos, los actos administrativos y, si interviene concurrentemente la III. LOS DISTINTOS FINES DE LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA Y LA PERSECUCIÓN
declaración de otro sujeto, los convenios (entre ellos, destacada aunque no exclusivamente, los DE LOS INTERESES GENERALES. SU DETERMINACIÓN Y MUTABILIDAD
contratos). Si la clasificación de las formas jurídicas de la Administración aspira a encontrar unas pocas
categorías universales e intemporales, por el contrario, si se atiende a los específicos fines
A veces, a esas tres formas de actividad jurídica (reglamentos, actos y convenios), algunos autores encomendados a la Administración, a su objeto y contenido material, la diversidad aumenta
añaden una cuarta, los planes. Pero éstos no forman una categoría autónoma y en unos casos tienen extraordinariamente. Diversidad en un mismo Estado y momento (desde la defensa nacional a, p. ej., la
naturaleza de reglamentos (salvo que se aprueben por ley) y en otros de actos que, a su vez, pueden ser lucha contra el cambio climático o el bienestar de los animales). Y diversidad, sobre todo, según
lugares y épocas. O sea, mutabilidad. Diversidad y mutabilidad porque muy diferentes y cambiantes
de distinto valor. Incluso no cabe excluir que el plan sea el objeto o resultado de un convenio. son los fines que persigue la Administración.

La actividad jurídica de la Administración es la más intensamente condicionada por el Derecho (que, Puede decirse que los fines de la Administración son siempre los intereses generales. Lo impone el
entre otras cosas, la somete a estrictos procedimientos y formalidades) y tradicionalmente la que artículo 103.1 CE: «La Administración pública sirve [...] los intereses generales...».
constituía el único objeto del control judicial.

La actividad material incluye unas variopintas actuaciones dependientes de la voluntad de 3a


Administración pero no expresada mediante declaraciones, sino mediante hechos.
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No mucho más puede añadirse —no, al menos, con alguna utilidad jurídica— sobre los intereses
El precepto es importante porque expresa abstractamente la función de la Administración y justifica su generales (o sobre los intereses públicos) a los que debe servir la Administración.
posición. De un lado, señala el papel humilde de la Administración, puramente vicarial e instrumental
en el conjunto del Estado, de modo que, aunque sus órganos superiores puedan tener legitimación Puede decirse quizá que esos intereses generales son los fines de la sociedad en su conjunto o los de
democrática, no es la representante de la sociedad, sino la servidora de sus intereses; que, aunque la colectividad que subyace en cada Administración y que, por eso, se diferencian de los intereses
mande, no existe para mandar ni dominar a la sociedad sino para servirla; que, aunque con personalidad privados de cada sujeto. Acaso hasta se pueda identificar con el clásico concepto de «bien común».
jurídica y patrimonio y empleados, no existe para el provecho propio sino el de intereses ajenos que le Pero con nada de esto se concreta gran cosa y, además, acaso se caiga en un idealismo que aleje de la
trascienden. Esto es su servidumbre y su grandeza. Y, por ello, de otro lado y al mismo tiempo, eleva a realidad. Porque de ordinario es opinable y conflictivo qué sea en concreto el interés general o cuáles lo
la Administración sobre los particulares que aspiran a la consecución de sus propios intereses privados sean y cuánto valen. Salvo con extrema abstracción, rara vez se verá un interés general que realmente lo
que, aunque puedan ser perfectamente respetables y respetados por el ordenamiento, se consideran de sea de toda la sociedad o que toda la sociedad admita como tal. Y, aun aceptado que algo en concreto
ordinario de menor valor. Es justamente esa persecución de los intereses generales lo que en gran constituya un interés general, entrará en conflicto con otros intereses generales, cada uno de los cuales
medida puede justificar las prerrogativas de la Administración o, incluso, sus limitaciones específicas, podrá ser objeto de diversas valoraciones y, sobre todo, de muy diferentes concreciones. Más aún serán
esto es, su régimen jurídico distinto del de los sujetos privados, todo ello tendente a garantizar el opinables y conflictivos los medios que se acepten para su consecución, los sacrificios que se esté
efectivo logro de los intereses generales. Nótese, además, que el artículo 106.1 CE confía a los dispuesto a asumir para su logro. Incluso con normalidad los intereses generales que debe servir una
Tribunales controlar que la Administración, en sus concretas actuaciones, sirve realmente a «los fines Administración entrarán en conflicto con los de otra. El ordenamiento lo reconoce no sólo porque en el
que la justifican», o sea, a los intereses generales. fondo establece una cierta superioridad de unos sobre otros, sino porque, aun partiendo de que cada
Pero, reconocido lo anterior, nada dice este artículo 103.1 CE sobre lo que sean ni cuáles sean esos Administración «actúa para el cumplimiento de sus fines» (art. 3.4 LRJSP), les impone a todas
intereses generales ni de los que queden confiados a la Administración constituyéndose en los fines de «ponderar [...] la totalidad de los intereses públicos implicados y, en concreto, aquellos cuya gestión
su actividad. Si por intereses públicos entendemos aquellos intereses generales que han sido confiados a esté encomendada a las otras Administraciones» [art. 141.1.6) LRJSP]. Ello por no entrar a analizar que
los poderes públicos, o concretamente a la Administración, este precepto no precisa lo más mínimo con frecuencia -—y sin que ello suponga necesariamente corrupción de ningún género— se
cuáles sean los intereses generales ni menos aún cuales los que se convierten en públicos y deben ser identificarán como intereses generales los que !o son de un grupo y no de otros o que, más
servidos por la Administración. Además, ni todos los intereses generales incumben a la Administración modestamente, un determinado interés considerado general beneficia más a unos que a otros que
ni ésta tiene el monopolio de su persecución. incluso son perjudicados con esa opción. Desde el punto de vista jurídico lo importante es lo que el
Ese de los intereses generales es, pues, un concepto vago, necesariamente vago; casi, cabe decir, un ordenamiento establezca o deducir lo que de él se infiera sobre lo que son los intereses generales
concepto comodín. Y lo mismo sucede con el de intereses públicos. A la postre, es el ordenamiento — encomendados a la Administración, sobre su ponderación y sobre los medios elegidos para alcanzarlos.
cada ordenamiento en cada momento y lugar— el que define los intereses generales y el que, de entre
ellos, decide los que encomienda a la Administración, los que se convierten en los fines de la actividad Así que los intereses generales —y, más aún, los públicos asumidos por la Administración—
administrativa. pueden albergar en su seno aspiraciones y fines muy distintos, y, desde luego, cambian según épocas y
Lo expresa el artículo 3.3 LRJSP cuando afirma que ia actuación de cada Administración «se desarrolla lugares en virtud de los factores más heterogéneos.
para alcanzar los objetivos que establecen las leyes y el resto del ordenamiento jurídico». Hace bien el
precepto en referirse concretamente a las leyes pues en nuestro Derecho a éstas corresponde Cambian, desde luego, en función de factores ideológicos y políticos, de lo que el pensamiento
prioritariamente decidir los objetivos o fines que ha de perseguir la Administración, o sea, en suma, los dominante considere qué es lo conveniente. Pero varía también en función de aspectos económicos,
intereses generales y, más en concreto, los intereses generales que convierte en intereses públicos. Pero tecnológicos y culturales de todo género que, directa o indirectamente, rápida o lentamente, acaban por
también acierta al aludir al resto del ordenamiento jurídico. Ya no sólo porque en parte esos intereses influir en el ordenamiento, incluso en las leyes y hasta en las Constituciones para determinar los fines
generales que se convierten en fines u objetivos de la actividad administrativa vienen orientados por la de la actividad administrativa. Pues tales fines son, como decía Merkl, reflejo del «espíritu del pueblo y
misma Constitución, sino porque la misma Administración —especialmente sus órganos superiores con del tiempo» que «se vacían en forma característica en los contenidos administrativos»; «son los
legitimidad democrática— contribuyen a concretarlos. También porque en lo más profundo de cada termómetros de la cultura nacional, indicadores de las orientaciones de las dominantes políticas».
ordenamiento jurídico, incluido el estatal, hay ínsita una idea del objetivo del grupo que forma ese
ordenamiento, de la obra que debe realizar y porque en ello influyen las convicciones dominantes entre
los miembros del grupo organizado. Eso no será suficiente para permitir la actuación de la IV LOS MODOS DE LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA
Administración pero sí para detectar los intereses generales más profundos y hasta para establecer cierta
escala de valores entre ellos. Tal vez quepa añadir que no sólo es un concepto vago sino Incluso con esa gran diversidad de fines y su mutabilidad, la teoría ha establecido unas
afortunadamente vago porque así permite distintas concepciones y el pluralismo político (art. 1.1 CE). clasificaciones sobre los distintos modos con que la Administración los persigue. De entre ellas es
especialmente orientativa, útil y arraigada en la doctrina española la que, con unos u otros matices y
términos, distingue actividad de limitación, actividad de fomento, actividad de servicio público y
actividad puramente empresarial de la Administración.
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libertad. Pero desde otro punto de vista, a diferencia de la limitación y del fomento, ya no se trata sólo
Aunque sus definiciones y contornos no son del todo claros y se solapan, y sin perjuicio de su de encauzar la actividad privada, sino que la Administración asume el protagonismo en la realización
desarrollo en el tomo III, conviene ofrecer una primera visión de estos modos que reflejan las distintas de actividades para satisfacer el interés general de modo que aumenta su tamaño y su poder para
maneras en que la Administración afecta a los derechos de los particulares, restringiéndolos o sustituir o completar la actividad privada.
aumentándolos. Ello al margen de que, además, la Administración realiza actividades que no persiguen
directamente un interés general, sino que son más bien auxiliares o instrumentales: desde aquellas con Por actividad de servicio público (o prestacional) entendemos, en el contexto de esta clasificación,
las que se provee de los medios para realizar sus actividades principales hasta las puramente internas aquella por la que la Administración suministra prestaciones a los ciudadanos en favor de ellos y para
sobre su propia organización. Esto otro, aunque importante (actividad organizatoria, tributaria, garantizar la satisfacción de sus necesidades. La Administración actúa, por tanto, en beneficio de los
selección y gestión de su personal, adquisición de bienes mediante expropiación o contratos, gestión de ciudadanos aunque por razones de interés general: el interés general consiste aquí precisamente en
sus propios bienes, etc.) queda al margen de esta clasificación que atiende al modo en que la satisfacer ciertas necesidades del individuo.
Administración persigue los variados intereses generales según su proyección externa y su incidencia
en los ciudadanos. Importa completar la definición dada con varias precisiones.

En los dos primeros modos de actividad (limitación y fomento), la Administración persigue los La primera es que, claro está, hablamos aquí de servicio público en un sentido más restringido que
intereses generales orientando la actividad de los particulares en la realización de actividades puramente el que dimos en la lección 1 a esta misma expresión para referirnos a todas las actividades de la
privadas. Administración de interés general y que incluiría a la casi totalidad de las actuaciones administrativas.
Por eso es frecuente, para evitar confusión, denominar a este concreto modo de actividad administrativa
En la actividad de limitación lo hace imperativamente, estableciendo la forma en que actividad prestacional.
obligatoriamente han de proceder los particulares; lo que pueden o no pueden o deben hacer, o cómo
deben hacerlo. También reaccionando coactivamente en caso de incumplimiento. Así, esta actividad se En segundo lugar, aclaremos que lo más normal es que los servicios públicos den prestaciones
puede definir como aquélla en la que la Administración impone restricciones, deberes o de cualquier uti singuli, es decir, con una utilidad específica a un beneficiario determinado (sanitarias, de transporte,
forma ordena obligatoriamente las conductas privadas con el fin de garantizar algún interés público. El etc.). Pero también puede haber servicios públicos que confieren prestaciones en favor de un conjunto
núcleo de la actividad consiste en el ejercicio de autoridad. Se canaliza sobre todo mediante la de ciudadanos más amplio y hasta indeterminado (prestaciones uti iniversi), como en los servicios de
reglamentación de actividades privadas, las órdenes, los controles y similares. limpieza viaria o de meteorología o de estadística...

Por ejemplo, en relación con el tráfico y para garantizar la seguridad vial, la Administración Sobre todo importa destacar que la Administración puede suministrar esas prestaciones directa o
despliega una amplia actividad de limitación mediante reglamentos que establecen genéricamente las indirectamente; es decir, que puede prestar y gestionar el servicio por sí misma o hacerlo mediante los
condiciones de los vehículos o la forma en que han de proceder los conductores en cada ocasión; sujetos privados que ella determine.
mediante órdenes que imponen deberes en situaciones concretas; mediante exámenes, inspecciones...
Es decir, que puede hacerlo, no convirtiéndose la Administración misma en empresaria, sino
En la actividad de fomento la Administración orienta el comportamiento de los particulares por mediante sujetos privados a los que confía la gestión material de la actividad. Puede así que la
métodos persuasivos. No les impone deberes respaldados con la coacción. Simplemente establece Administración no sea propietaria de los medios de producción necesarios para prestar el ser-
algunas ventajas (subvenciones, desgravaciones fiscales, etc.) para quien actúe de determinada forma vicio y que tampoco tenga que hacer frente a las inversiones para su implantación y gestión.
que se considera conveniente para el interés general. Aquí, pues, se presenta la Administración de Pero esa gestión indirecta no resta un ápice al carácter de servicio público y a su titularidad por
forma más amable que con la actividad de limitación, más respetuosa con la libertad privada. la Administración. Ésta tiene todas las potestades para determinar quién y cómo prestará el
servicio, incluso a qué precio, y para modificar esas condiciones. Correlativamente, el empresa-
Siguiendo con el mismo ejemplo del tráfico, la Administración, aunque no prohíba la circulación rio privado no realizará la actividad en virtud de su libertad de empresa, sino porque se lo
de vehículos de más de quince años, puede animar a cambiar los coches con esa edad otorgando encarga la Administración en virtud de un título administrativo (normalmente, un contrato) y
subvenciones a quienes los sustituyan por coches nuevos. sometido a potestades de la Administración que no son de simple limitación sino de dirección
de toda su actuación.
Se da un salto cualitativo en los dos otros modos de intervención enunciados, el del servicio
público y el de la mera actividad empresarial de la Administración. En principio, parecen formas de Y señalemos en cuarto lugar que no es esencial a la idea de servicio público el que todo el género de
intervención más suaves que la actividad de limitación puesto que la Administración se presenta prestaciones a que se refiere se reserve en su totalidad a la Administración. Esto es, que la asuma de
afablemente como prestadora de bienes y servicios y no como un poder que directamente restringe la manera exclusiva y excluyente, que se convierta en monopolio público. Ello era y es posible (art. 128.2
CE) y entonces la idea de servicio público tiene una especial relevancia. Pero no esencial al concepto de
servicio público. Por ejemplo, hay un servicio público sanitario o educativo pero sigue habiendo
médicos, hospitales o colegios completamente privados. Ahora bien, en muchos casos sí se declara ese
monopolio (abastecimiento de agua, transporte colectivo urbano, etc.) de suerte que sólo puede realizar
la actividad la Administración o aquel sujeto privado al que se confiera la gestión indirecta del servicio
público.
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En la actividad puramente empresarial de la Administración ésta realiza actividades industriales, sus fines individuales y, a la postre, los fines sociales. El no menos célebre «laissez faire, laissez passer;
comerciales, financieras... ofertando bienes o servicios en el mercado para la gestión de su propio le monde va de lui méme» (dejad hacer, dejad pasar; el mundo funciona por sí mismo) resume
patrimonio o por alguna razón de interés general (para permitir el desarrollo económico general o el de expresivamente esta concepción. En ella al Estado corresponde fijar las reglas de juego (sobre todo con
una zona o sector concreto, para aumentar el empleo, para explotar ciertos recursos..., incluso para la aprobación del Derecho privado) y establecer Tribunales para que impongan con fuerza esas reglas,
obtener ingresos) distinta de garantizar a los particulares una prestación. En ese esquema, en el que encuentran un claro papel el Poder Legislativo y el Judicial, lo tendrían casi
marginal el Poder Ejecutivo y su Administración.
Por ejemplo, la Administración tiene una fábrica de automóviles o unos astilleros o un hotel... Se
puede también incluir aquí, aunque con peculiaridades, algunas actividades administrativas realizadas Pero las cosas nunca fueron así. No sólo porque ese liberalismo no se llevó a la práctica del todo,
exclusivamente con fines recaudatorios (lotería nacional, monopolios fiscales) o con otros fines (p, ej., sino porque, en realidad, la misma teoría liberal exigía otras actuaciones estatales que, como no podían
en algunos países se han declarado monopolio el comercio de bebidas alcohólicas para restringir su ser desarrolladas por el Legislativo ni el Judicial, recaían sobre el Ejecutivo y, en suma, sobre la
consumo) que nunca son garantizar ciertas prestaciones a los ciudadanos. Normalmente la actividad Administración, a la que, por tanto, confería un importante papel.
empresarial se realiza en concurrencia con otras iguales realizadas por los particulares, pero también
puede declararse un monopolio. Por ejemplo, en España, el monopolio del tabaco, que todavía subsiste Además de la defensa exterior, con la aparición de ejércitos estables y todo el aparato administrativo
para su comercio minorista. Y puede ser desarrollada directamente por la Administración o mediante que ello supuso, el liberalismo le atribuía el mantenimiento del orden público en el interior
empresas privadas (así, la Administración explota directamente los Paradores Nacionales, pero una precisamente para posibilitar el libre desarrollo de las fuerzas sociales.
Ayuntamiento puede tener un hotel que arriende a un particular; o se gestiona el comercio minorista de
tabaco mediante estancos que cuentan con una concesión administrativa). El orden público no era sólo la seguridad ciudadana, sino, como explicó Otto Mayer, el estado
general de la sociedad en el que las fuerzas sociales se ven comprometidas lo menos posible por los
Conste que las Administraciones no se convierten en empresarias sólo en este último tipo de efectos dañinos y peligros de las conductas individuales y hasta de la naturaleza. Para preservar al
actividad. También puede haber y ha habido empresas públicas para la prestación de servicios públicos. orden público se daban a la Administración amplias potestades; potestades para imponer coactivamente
Y hasta la gestión de un hospital o de una universidad es, en cierto sentido, la gestión de una empresa. limites a los individuos (actividad de policía) pero también para realizar algunos servicios públicos y
Por tanto, no pueden considerarse iguales todas las empresas públicas. No es lo mismo una empresa obras públicas. De ninguna forma era una misión ínfima sino muy extensa y capaz de justificar una
municipal para prestar el abastecimiento de agua (que es un servicio público) que para gestionar un Administración relativamente grande y fuerte con una relativamente amplia actividad.
hotel (actividad puramente empresarial). Cosa distinta es que a veces los limites puedan no ser claros y
que cabe que una misma empresa realice los dos tipos de actividad (p. ej., cuide de los parque públicos También aceptaba la teoría liberal que el Estado —en realidad, su Administración— asumiera la
y ofrezca servicios de jardinería a los particulares). Además, claro está, el que haya un servicio público realización de las grandes obras de infraestructuras.
o actividad empresarial no comporta necesariamente que haya una empresa pública porque, como ya El mismo Adam Smith lo afirmaba para los casos en que la actividad privada no fuese suficiente.
hemos visto, puede confiar su gestión a una empresa privada. Acaso pueda ya verse aquí, desde los orígenes, un germen del principio de subsidiariedad (o sea, el
Estado puede y debe asumir actividades económicas fundamentales cuando la iniciativa privada no sea
V. DESCRIPCIÓN DE LA EVOLUCIÓN DE LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA suficiente) siquiera sea para esas grandes obras. Lo cierto es que también esto potenciaba la actividad
de la Administración.
Conviene ofrecer una síntesis elemental de la evolución de la actividad administrativa en los dos
últimos siglos para comprender la situación actual. Por otra parte, la Administración decimonónica desarrolló y conservó otras actividades.

1. LA RELATIVAMENTE REDUCIDA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA EN EL ESTADO Ya es más difícil distinguir dentro de ellas las que se podrían considerar conformes con la teoría
LIBERAL liberal —que no sería tan abstencionista como se piensa— y las que más bien se mantuvieron por
Arranquemos para ello de la misión que, al menos en teoría, le atribuía el liberalismo. El liberalismo inercia, por mezcla de otras ideas o como una solución transitoria hasta que la sociedad, ya plenamente
tendía a reducir el poder político para garantizar los derechos de los ciudadanos y permitir el libre y desarrollada, pudiera hacerse cargo de ellas.
espontáneo funcionamiento de la sociedad; partía de que sería así como se conseguiría el bienestar y
hasta la felicidad. El mercado, con su famosa «mano invisible» (en la conocida expresión de Adam Por lo pronto se conservaron propiedades públicas —minas, aguas... e incluso montes— salvadas de
Smith), sería el terreno de juego en el que sobre todo se encontrarían las personas libres y propietarias la desamortización y sobre las que la Administración realizaba importantes actividades para su gestión
para desarrollar sus relaciones y conseguir así y explotación. Y algo similar sucedió con algunos monopolios fiscales (como el del tabaco).
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Además, se asumieron servicios sociales, como la beneficencia (que incluía la asistencia sanitaria) Cuarto, lo más importante, se ampliaron los servicios sociales: seguridad social, vivienda, cultura
(para el acceso a la cultura y para la creación artística)...; hasta el deporte y el ocio. Más, desde luego,
y la instrucción (que incluía la educación y algunos servicios culturales). unos servicios de educación que cubren a toda la población hasta edades impensables antes. Y
finalmente la sanidad (tendencialmente universal y de calidad) desvinculada ya de la seguridad social.
Algunas explicaciones, tratando de conciliar esto con los postulados liberales, justificaron los
servicios públicos que entonces se establecieron en la finalidad de mantener el orden público: «No es Quinto, se asumieron numerosos servicios económicos; sobre todo, los llamados servicios en red por
difícil demostrar que la organización de los servicios públicos, incluso los más técnicos, son, desde considerar que se trataba de monopolios naturales, como los de electricidad, transporte (incluso el
aéreo), telefonía, radio y televisión.
cierto punto de vista, medios de la policía y garantía preventiva de la paz social» (Hauriou). Hasta la
beneficencia y la educación podían justificarse en el fin de preservar el orden público porque un exceso Y, paralelamente, se generalizaron las empresas públicas. No sólo para gestionar directamente
de miseria y de ignorancia sería fuente de peligros y perturbaciones. Sea por lo que fuere, lo cierto es servicios públicos o propiedades (gestión que antes se hacía de ordinario mediante empresas privadas),
que se desarrollaron servicios públicos de carácter social. sino para acometer actividades puramente empresariales que asumió la Administración, ya sea para
dominar sectores estratégicos (petróleo) o para favorecer el desarrollo de sectores económicos
(siderurgia, automóviles, turismo) o simplemente para no dejar caer empresas privadas en crisis.
Incluso el Estado liberal conservó lo que podríamos considerar servicios públicos económicos,
como el de correos. La aparición del ferrocarril ofreció un nuevo terreno a la intervención Las causas de la expansión fueron múltiples. Confluyeron factores políticos, ideológicos y teóricos:
administrativa de este género. la presión de movimientos obreros y la influencia del socialismo o de la doctrina social de la Iglesia; la
teoría keynesiana; la revolución comunista y la reacción fascista, también estatalizante, y el propósito
Aunque estas actividades (la de construcción de obras públicas, la de explotación de bienes o la de de ofrecer alternativas democráticas... Pero más que todo eso lo que se puede ver es que el Estado y su
Administración crecían a golpe de necesidades apremiantes marcadas por el desarrollo industrial y las
gestión de servicios), cuando tenían una naturaleza predominantemente económica, se desarrollaban de concentraciones urbanas; por las sucesivas crisis económicas; por las situaciones bélicas, prebélicas y
ordinario mediante empresas privadas con las que la Administración contrataba, se observa en todo posbélicas; etc.
caso una actividad administrativa no reducida que exigió y consolidó una Administración de un tamaño
notable, fuerte y dotada de profesionales bien formados. Incluso, cabe decir, que la Administración, ya El mismo progreso de las ciencias y técnicas propició —y sigue propiciando- este crecimiento de la
en el Estado liberal y quizás contra pronóstico, era la organización más grande, más robusta, más intervención administrativa—.
continua y más inteligente del Estado y de la sociedad. Se sentaron así las bases que permitieron una De un lado, porque muchos de los nuevos servicios, fruto de los avances científicos y los progresos
posterior expansión de la actividad administrativa, como en efecto se produjo. técnicos, hicieron ilusoria la autosuficiencia de los individuos, fuesen pobres o ricos, para cubrir
mediante el mercado sus necesidades vitales. El desarrollo de la Medicina suministra un buen ejemplo:
2. LA EXPANSIÓN DE LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA. SU TEORIZACIÓN todos sus avances, que hicieron remediable o evitable lo que antes no lo era, crearon inmediatamente
Y CONSTITUCIONALIZACIÓN: EL ESTADO SOCIAL una demanda social que, sin embargo, por sus elevados costes, aumentaba las diferencias entre las
necesidades sanitarias y la posibilidad de satisfacerlas individualmente. Se afirmó que «sanitariamente
todos somos paraindigentes» de modo que sin una decidida intervención pública no sólo se produciría
Con el tiempo, ya a finales del siglo XIX y sobre todo a lo largo de casi todo el siglo XX, esa una sangrante desigualdad en el acceso a prestaciones vitales, sino que incluso, por lo reducido de los
actividad administrativa aumentó intensamente. Expongamos simple y telegráficamente una evolución enfermos potencialmente autosuficientes, se imposibilitaría el desarrollo de una asistencia sanitaria
que, en realidad, es compleja. conforme a las posibilidades de la ciencia.
Primero, frente a una actividad de policía que sólo restringía la actuación de los ciudadanos para Además, de otro lado, el mismo desarrollo científico y técnico también ha determinado
mantener el orden público, surgió una vasta actividad administrativa de limitación capaz de ordenar ineludiblemente un aumento de la actividad administrativa para luchar contra los riesgos: a veces,
todos los sectores y con los más diversos fines (entre los últimos en aparecer y más potentes, protección porque han sido los mismos avances técnicos los que han creado nuevos riesgos (en los alimentos, en
del medio ambiente y defensa de los consumidores). las formas de energía, en los transportes,..); otras porque han aportado soluciones
Segundo, se consolidó una actividad administrativa de fomento que, aunque con métodos
persuasivos, dio a la Administración grandes posibilidades para orientar las actuaciones de los
particulares e intervenir decisivamente en todos los sectores.

Tercero, se extendió descomunalmente su tarea de realización de obras públicas, que, desde luego,
entre otras cosas incluyó el urbanismo.
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frente a riesgos que antes eran desconocidos o imprevisibles e inevitables, desde los terremotos a las y facilitar la participación de todos en la vida política, económica, cultural y social».
epidemias. Y ante todo ello se reclama de la Administración una acción preventiva que lleva a que
instaure nuevos servicios e imponga nuevos límites a las actividades particulares. O sea, que hasta la Ese mandato general a los poderes públicos se concreta en otros que mayoritariamente lucen entre
tradicional misión de preservar el orden público exige hoy, por el progreso de la ciencia, una actividad los que la Constitución llama «principios rectores de la política social y económica» (arts. 39 a 52),
administrativa mucho más amplia y compleja que ¡a imaginable en el siglo XIX. donde van apareciendo la seguridad social, la protección de la salud, de los trabajadores, de la familia,
de los discapacitados, de la investigación científica, del medio ambiente, del patrimonio cultural, de los
En suma, más que unas ideologías u otras, que unas teorías u otras, la expansión de la actividad consumidores, el acceso a la cultura, a la vivienda... e incluso el fomento del deporte y de la adecuada
administrativa se produjo por la presión de nuevas realidades y nuevas necesidades. utilización del ocio. Y junto a todo ello, un precepto bien significativo: «Los poderes públicos
promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de
Fueron ellas las que propiciaron un abandono de la idea que estaba en la base del liberalismo, o sea, la renta regional y personal más equitativa...» (art. 40.1). Además, como mínimo hay que recordar el
de su fe en el libre y espontáneo desenvolvimiento de la sociedad y en el mercado. La famosa «mano derecho a la educación, al que la Constitución da una fuerza superior (art. 27) y la obligación de los
invisible» parece que no sólo no se veía, sino que tampoco se sentía. El laissez faire no guiaba ya a los poderes públicos de atender a «la modernización y desarrollo de todos los sectores económicos... a fin
poderes públicos ni era lo que los ciudadanos les reclamaban en casi ningún sitio ni sector. Le monde de equiparar el nivel de vida de todos los españoles» (art. 130). No sólo es que casi todo pueda ser
ne va plus de lui méme, podríamos decir; o no gusta cómo funciona solo. En sanidad, por ejemplo, se objeto de atención por los poderes públicos, sino que debe serlo por imperativo constitucional. Para que
dijo que el «principio del laisser faire lleva consigo ineludiblemente el laisser rendre malade y, a veces, se pueda cumplir con ello, casi como correlativo a esos mandatos, la propiedad privada aparece
el de laisser mourir». Y algo similar podría decirse en otros muchos ámbitos. delimitada por su función social (art. 33.2) y la libertad de empresa relativizada por «las exigencias de
la economía general y, en su caso, de la planificación» (art. 38), planificación económica que tiene por
De hecho, con uno u otro sesgo y alguna diferencia de grado, esa expansión se produjo con gobiernos fin «atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y
de derechas y de izquierdas. Sobre todo en la Europa occidental. Expresivamente de ha dicho que a lo estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución» (art. 131). Asimismo se
largo del siglo XX, más pronto o más tarde, la mayoría de los Estados de la Europa occidental eran proclama que «toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual sea su titularidad está
«Estados administrativos». subordinada al interés general» (art. 128.1), «se reconoce la iniciativa pública en la actividad
económica», sin que aparezca expresamente proclamado el principio de subsidiariedad e incluso con la
Todo esto, a posteriori, se teorizó, se sublimó y se constitucionalizó. posibilidad de establecer monopolios públicos para los recursos y servicios esenciales (art. 128.2). Y,
como pieza clave para financiar todo esto, se prevé «un sistema tributario justo inspirado en los
A ello responde la teoría del servicio público, a la que aludimos en la lección anterior. Y más que principios de igualdad y progresividad» (art. 31.1) y «una asignación equitativa de los recursos
esta teoría influyó su sublimación, el mito del servicio público. públicos» (art. 31.2).

Se vio al Estado como un conjunto de' servicios públicos que ofrecen igualitariamente prestaciones Aunque la CE hable en abstracto de los poderes públicos, todo ello acaba por recaer sobre la
sociales, económicas y culturales. Los gobernantes, antes y más que poder, tienen un deber, el de Administración cuya amplísima actividad es ya fruto de un mandato constitucional.
organizar y garantizar el funcionamiento continuo de los servicios públicos. El servicio público es el
fundamento y el límite del poder de los gobernantes: tienen poder para organizar y garantizar el Naturalmente que esto supuso, aquí y en todos los Estados que asumieron el mismo modelo, una
funcionamiento de los servicios públicos; pero sólo lo tienen para eso. De esa regla, y de la necesaria Administración grande, fuerte y, sobre todo, cara. Pero eso se aceptaba. Era el fruto de un gran pacto
igualdad y universalidad de las prestaciones del servicio público, derivan todas las demás. Con esta entre las principales fuerzas políticas de la Europa occidental, un punto de encuentro entre el
visión, la idea de servicio público no sólo explicaba y justificaba todos los cambios ya habidos, sino capitalismo y el socialismo, entre la economía de mercado y la estatalización, entre la libertad y la
que los potenciaba. El servicio público daba mayor legitimidad al Estado y se convertía en un motor igualdad. Y dio buenos resultados, con una mejora en la calidad de vida de la población en general, una
prestigioso para todo lo público y para la ampliación de las actividades estatales que todavía se mayor solidaridad e integración social; permitió una paz y estabilidad política sin precedentes,
reforzaba más por constituir un instrumento de solidaridad, de integración, de cohesión social, de coincidiendo con periodos de crecimiento económico.
redistribución de las rentas y de democratización. La idea dejó de ser una especulación de juristas y se
asentó en las convicciones políticas arraigadas en la sociedad. Así, la Administración no sólo era 3. LA RECIENTE REDUCCIÓN DE LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA
grande, fuerte..., sino benefactora, simpática... Que su actividad aumentase se veía como un avance.
Pero la tendencia empezó a cambiar a finales del siglo XX. Ya entonces fueron detectándose
La constitucionalización se produjo con la fórmula del Estado social. Muestra tardía pero madura de disfunciones y tomando cuerpo las críticas a este modelo del Estado social y de su gran Administración.
ello es nuestra Constitución. Su artículo 1.1 establece que «España se constituye en un Estado social y También ya aparecieron las primeras reformas. La crisis económica sufrida desde el año 2007 agravó
democrático de Derecho». Su artículo 9.2, el que más claramente señala la orientación de un Estado los problemas y aceleró e incrementó los cambios.
social, dice que «corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la
igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos
que impidan o dificulten su plenitud
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Expongamos primero, aunque sea simplista y sucintamente, las críticas al modelo de este Estado no puedan competir con las de Estados Unidos, China... con las que ahora se disputan los mercados y se
social y a su gran Administración. juegan la supervivencia.

Ante todo, se afirma que tal Administración es económicamente insostenible. O que lo es en su Ya en otro plano concurren con menos influencia y arraigo, pero también como argumentos
conjunto el Estado social, salvo en países y periodos de gran crecimiento económico. complementarios relevantes en la misma dirección, otras ideas como que el intervencionismo estatal es
una amenaza para la libertad, que el servicio al individuo acaba convirtiéndose inexorablemente en un
No sólo es que exigiera unos tributos muy elevados, con todo lo que comporta, sino que supuso instrumento de dominación del individuo, que genera servidumbre y clientelismo...
para muchos Estados un alto endeudamiento. Esto se puso dramáticamente de relieve con la crisis de
2007 que se convirtió pronto en una crisis de la deuda pública cuando los Estados tuvieron grandes Así, en suma, para un cierto pensamiento que ha calado en la sociedad, no sólo se había construido
dificultades para devolver los préstamos anteriores y para obtener otros nuevos. Acaso pueda decirse una Administración grande y cara, sino, en sus visiones más críticas, con obesidad mórbida o con
que ese gran endeudamiento de los Estados obedeció en parte a que debieron venir en ayuda de bancos elefantiasis, insostenible por lo que ella misma consume y porque cercena las fuentes de riqueza con las
cuya ruina amenazaba a todo el sistema. Tal vez pueda pensarse también que en alguna medida el que nutrirse, un gigante torpe que, aun así, debilita a la economía, a la sociedad y al individuo.
endeudamiento se debió, no tanto a los gastos de un Estado social sensato, sino a, digámoslo así, el
despilfarro y la mala gestión. Pero, sean cuales sean sus causas, lo cierto es que se ha hecho aún más Por unos u otros factores, lo cierto es que se han venido produciendo cambios jurídicos que afectan
difícil sostener los muchos gastos de la gran Administración creada. directamente a las Administraciones, a su posición en la sociedad y que reducen su actividad. Muchos
de esos cambios nos han venido impuestos por la Unión Europea, no sólo por nuestra integración en el
Paralelamente, frente al anterior prestigio de lo público, caló en la conciencia social la convicción euro, aunque ello acentúa su influencia sobre nosotros. Pero, en realidad, puede afirmarse que el
de la ineficiencia de la Administración. Derecho europeo sólo ha sido el vehículo formal que ha concretado las formas y los ritmos de unos
cambios que obedecen a causas más generales y profundas. Pasemos revista a esos cambios.
Ineficiencia que, se piensa, le es casi consustancial por la falta de competencia, por sus mecanismos
burocráticos y por los pocos alicientes de sus empleados y gestores. Incluso se afirma que el sistema Lo primero que se vio afectado fue la actividad puramente empresarial de la Administración. Buena
posibilita que las decisiones se tomen con criterios de bajas miras: no es que se sustituya la rentabilidad parte de las empresas públicas cayeron en el altar de la competencia que desde el principio erigieron las
económica por la rentabilidad social, sino por la demagogia o por los más mezquinos propósitos instituciones europeas.
electoralistas y partidistas. Aun sin tener en cuenta la corrupción, que no es exclusiva del Estado social
pero encuentra en él más nichos en los que anidar y que es un formidable motor de desprestigio de lo La Unión Europea no prohíbe las empresas públicas pero las somete estrictamente a las reglas del
público, todo esto conduce a costes superiores y a calidades inferiores a los que tendrían las empresas mercado y a la competencia. De modo que no pueden tener privilegios ni, desde luego, ayudas públicas.
privadas. Y simultáneamente se ensalza a la empresa privada, a la competencia, al mercado que se Así, las empresas públicas crónicamente deficitarias, que se sostenían por diversas razones sociales,
piensa, según las tesis que vuelven a ser dominantes como en el siglo XIX, sí conducen casi hubieron de liquidarse o malvenderse. Y ya puestos, aunque sólo fuese por hacer caja, los Estados
naturalmente a la eficiencia. El mito del servicio público va cediendo en las representaciones colectivas vendieron muchas de las que sí eran rentables. Así, buena parte de las empresas públicas se privatizaron
ante el mito de la empresa privada, del mercado y de ia competencia. o simplemente se liquidaron.

Además, empieza a extenderse la idea de que esa misma gran Administración y el Estado social En realidad, las mismas reglas de la competencia también han supuesto muy notables restricciones a
hacen que el sistema económico en su conjunto sea ineficiente. las ayudas públicas en favor de empresas privadas y, por tanto, a la que hemos denominado actividad
Desincentiva, se dice, e! ahorro, la inversión, el trabajo productivo y, en general, la asunción de riesgos. administrativa de fomento.
En suma, asfixia a la iniciativa privada, cuando no origina sin más la huida de capitales, de empresas y
de las personas más cualificadas o dinámicas a entornos más favorables. Y paralelamente crea personas Los segundos en caer fueron la mayoría de los servicios públicos de carácter económico.
adocenadas, poco o nada emprendedoras, incluso vagos, parásitos sociales que también contribuyen al
desprestigio del Estado social y su Administración. También el golpe lo asestó la Unión Europea. Aunque los Tratados constitutivos de la UE no los
prohibían e incluso admitían que los Estados los mantuvieran sin ajustarse por completo a las reglas de
La globalización de la economía hace más peligrosas e inasumibles esas ineficiencias, la competencia en tanto que fuese necesario para cumplir su misión, ya a finales del siglo XX las
instituciones europeas decidieron ser ellas mismas las que establecieran, sector por sector, en qué
El intervencionismo estatal se mueve en un ámbito ínfimo y antieconómico frente a las nuevas medida podían aceptarse excepciones a la competencia en estos servicios económicos de interés
grandes empresas de escala mundial. Para ellas, las reglas y las fronteras estatales son sólo un estorbo. general. Y así lo hicieron para transportes ferroviarios y aéreos, servicios postales, electricidad, gas,
Y si lo aplicamos a Europa, donde se dan las más acabadas expresiones del Estado social, éste, con sus telecomunicaciones.,. Lo hicieron liberalizando tales actividades que dejaron de ser servicios públicos,
elevados costes y cargas, hace que sus empresas, privadas o públicas, como lo eran en España y en gran parte de los Estados miembros, y pasaron a poder ser ejercidas por
empresas privadas en ejercicio de su libertad.
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Con todo, incluso liberalizados, estos sectores tan importantes para la vida de los individuos y para ción, de su organización, de su personal, de su actividad... y afecta ya a todo, incluidos los servicios
la sociedad en su conjunto, no se han entregado puramente al mercado. Se les considera «servicios de públicos sociales, que son el núcleo del Estado social.
interés económico general» y se les somete a una incisiva intervención pública (la llamada «regulación
económica») que sobre todo tiene por finalidad asegurar el derecho de todos al acceso a las prestaciones Hay quien ve en esta reforma constitucional y en las similares de otros países un triunfo de «los
esenciales, incluso allí o a quienes no sea rentable llevarlas. Por eso se impone a los operadores las mercados» (o sea, los acreedores y prestamistas del Estado) frente al Estado o, incluso, el germen para
llamadas «obligaciones de servicio público». Así, aunque hay un cierto repliegue de la actividad el desmantelamiento del Estado social. Y hay quien, al contrario, detecta en estas reformas
administrativa, no hay una abdicación del Estado en sus responsabilidades. Se dice entonces que se ha constitucionales una garantía del propio Estado frente a la exposición excesiva al poder de los mercados
pasado de un «Estado prestador» a un «Estado regulador» o a un «Estado garante» que, sin asumir (insisto, sus acreedores y prestamistas), una garantía de la sostenibilidad del mismo Estado y la
directamente las actividades necesarias para satisfacer las necesidades de los ciudadanos, las garantiza. expresión de una solidaridad intergeneracional porque las generaciones futuras no deben pechar con los
Todo, al menos en teoría, en un intento de compatibilizar los fines de los servicios públicos con las gastos y deudas de la presente. En efecto, un Estado deudor que además siga necesitando de enormes y
ventajas del mercado y la libre competencia. continuos préstamos de los mismos acreedores, es un Estado que pierde hasta su soberanía. Intentar
poner freno a esto, aunque parezca una derrota, es quizás imprescindible para que el Estado no
De este proceso quedaban al margen los servicios públicos no económicos, es decir, por lo que sucumba, Tal vez quepa decir que es la derrota en una batalla para no perder la guerra. Sea lo que fuere,
aquí interesa, los sociales, núcleo duro y baluarte del Estado social, que, en principio, pueden seguir sí parece seguro que estos cambios, de los que la reforma constitucional es sólo su consagración formal,
organizando y financiando los Estados miembros en la forma que estimen oportuna. imponen un comedimiento en el gasto público y, por tanto, en la expansión de la actividad
administrativa, incluso su retraimiento, máxime en tanto se realizan los ajustes para superar los déficits
Poco a poco, también se ha visto afectada la actividad administrativa de limitación. Se habla a tal y endeudamiento arrastrados, que, entre otras cosas, están suponiendo los conocidos «recortes» en las
propósito de «desregulación» o de «simplificación administrativa». Con unos u otros nombres, se prestaciones sociales.
tiende a aligerar la actividad administrativa de limitación.
Es cierto que la reforma constitucional sólo ha modificado el artículo 135 y que, por tanto, siguen
A este respecto sobre todo el móvil ha sido la unidad de mercado y, por ello, las más aliviadas por incólumes todos los demás preceptos de la CE que, como hemos visto, reflejan en muchos ámbitos
esta desregulación y simplificación son las empresas. Aparte de fenómenos más epidérmicos y mandatos que parecen obligar a extensas actuaciones administrativas y, en conjunto, una concepción
neutrales, como el del aligeramiento de las cargas burocráticas gracias a la informatización, una vez sólida del Estado social y una omnipresente actividad administrativa. Pero ese nuevo artículo 135 CE
más los impulsos más decididos vinieron del Derecho europeo para garantizar el mercado interior. Hito tiene un potencial notable capaz de afectar al resto de la CE. Así lo demuestra su desarrollo legislativo,
sobresaliente en este proceso es el de la célebre Directiva de Servicios de 2006 y su gesta más conocida realizado por la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria (LO 2/2012, modificada por LO 4/2012), y
es la reducción de autorizaciones administrativas. Además, esta Directiva de Servicios se ha traspuesto su complemento en la Ley Orgánica de Control de la Deuda Comercial del Sector Público (LO 9/2013),
en España con exageración, desorbitándola. Y, por otra parte, ha inspirado la Ley de Unidad de que han establecido una severa disciplina del gasto público. Todo ello permite afirmar que estamos ante
Mercado de 2013 que se sirve de las mismas técnicas que la Directiva de Servicios de manera más un nuevo principio cardinal del Derecho público que sobre todo condicionará la actividad
radical para reducir la actividad administrativa de limitación de Comunidades Autónomas y entes administrativa.
locales.
Con la sucinta referencia hecha a los principales cambios operados en los últimos años tenemos ya
Paralelamente se ha ido abriendo paso un fenómeno más extraño por el que los particulares han datos suficientes para poner de manifiesto la tendencia a reducir la actividad administrativa. Pero no es
sustituido parcialmente o colaboran en la actividad administrativa de limitación, con lo que, a la postre, fácil saber cuál es el verdadero sentido de lo hasta ahora hecho ni, menos aún, de los derroteros que esta
también por esta vía se reduce la actividad de la Administración. evolución tomará en el futuro: si se trata de demoler el Estado social o de salvarlo reformándolo, o sea,
de mantener el Estado social, con sus mismo fines y valores, pero con otros modos de actuar y otra
La autorregulación (normas técnicas, códigos de buenas prácticas, etc.), la autoinspección y la estrategia; si lo que resultará de todo esto es un nuevo modelo o el mismo con retoques o la vuelta al
existencia de entidades certificadoras, acreditadoras o colaboradoras en la inspección (que serán pasado. Tampoco de cómo marcará el desarrollo de la actividad administrativa y, en realidad, del
analizadas en el siguiente epígrafe) son la expresión de este fenómeno que también repliega a la mismo Derecho Administrativo que ha forjado su carácter y rasgos esenciales en épocas anteriores y
Administración, ahora con los peores síntomas pues afecta a aspectos prototípicamente públicos de la que quizá esté marcado por circunstancias, aspiraciones, necesidades, valores y postulados ideológicos
autoridad y para colmo muchas veces con la justificación de que la Administración ya no tiene los que acaso no subsisten, aunque nuestra Constitución aún no lo refleje.
conocimientos científicos y técnicos necesarios, que han pasado a detentar en exclusiva el sector
privado, las grandes empresas.
VI. ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA REALIZADA POR SUJETOS PRIVADOS
En este proceso mención especial merece la reforma constitucional de 2011 que dio nueva
redacción al artículo 135 CE y que ahora proclama el principio de estabilidad presupuestaria y limita el Los sujetos privados, es decir, los simples ciudadanos, directamente o por medio de las personas
déficit público y el endeudamiento de las Administraciones. No es más que la consagración al máximo jurídicas que ellos crean (fundaciones, asociaciones, socie-
rango de unas obligaciones que derivan de la Unión Europea. Corta las alas a la expansión de la
Administra-
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dades), contribuyen amplísimamente y en las formas más variadas a la realización de los intereses habla en muchos preceptos de la LO 1/2002 Reguladora del Derecho de Asociación de las asociaciones
generales, incluso a los mismos intereses que han asumido las Administraciones. Esto no tiene nada de que «realicen actividades de interés general», para las que prevé un tratamiento especial, sobre todo
sorprendente porque el hecho de que a la Administración le corresponda perseguir los intereses para las que presenten más marcadamente ese carácter a las que se puede declarar «de utilidad pública».
generales (art. 103.1 CE) no significa que sea la única que lo hace. Así que, en efecto, los sujetos Incluso al margen de las fundaciones y de las asociaciones hay otro género de actividades privadas que
privados realizando actividades puramente privadas pueden contribuir a la realización de los intereses contribuyen directa y formalmente al interés general y a las que se alude como «voluntariado». La Ley
generales. estatal 45/2015 de Voluntariado dice que se entiende por tal «el conjunto de actividades de interés
general desarrolladas por personas físicas» si tienen «carácter solidario», se realizan libremente (no en
En un sentido amplísimo puede decirse que, incluso cuando acometen sus actividades privadas en cumplimiento de un deber) y sin contraprestación, a través de ciertas entidades y programas.
provecho propio y hasta con ánimo de lucro, también contribuyen al logro de los intereses generales. Es
ésa una idea que casa bien con el pensamiento liberal para el que, con la actuación de cada persona con No nos interesa aquí entrar en el régimen de las fundaciones ni en el de las asociaciones ni en el del
sus fines individuales y egoístas, se logra a la postre el interés genera!. Desde esta perspectiva puede voluntariado sino sólo poner de relieve cómo hay actuaciones puramente privadas de sujetos
decirse, y no es falso, que, por ejemplo, quien realiza cualquier actividad económica (produce alimentos particulares que están formalmente encaminadas al logro del interés general en los sectores más
o ropa, o la comercializa, o presta servicios profesionales...), aunque lo haga con ánimo de lucro, está variados (asistencia social, cooperación internacional, cultura, etc.). A ese fenómeno se alude
contribuyendo a realizar el interés general porque estará ayudando a que haya en el mercado bienes modernamente como «tercer sector» (para diferenciarlo del estatal y del empresarial o de mercado) o se
útiles para todos, a generar riqueza, a crear empleo..., en suma, al interés general. Pero todo eso es habla de «organizaciones no gubernamentales».
jurídicamente irrelevante y para el Derecho se tratará de una simple actividad privada realizada por un
particular con fines individuales. Todas esas actividades privadas de interés general pueden desarrollarse al margen de cualquier
intromisión de los poderes públicos que simplemente las contemplen y dejen hacer. Pero también puede
No cambian en esencia las cosas por el hecho de que esa actividad privada esté sometida a suceder que los poderes públicos —sobre todo las Administraciones— las tengan muy en cuenta y las
múltiples límites y deberes para que no lesione el interés general (la seguridad de las personas, el medio fomenten y ayuden por diversos medios. A veces serán meras beneficiarías de esporádicas y concretas
ambiente, la protección de los consumidores, etc.). Podrá decirse que simplemente cumpliendo esa actuaciones administrativas de fomento (p. ej., una subvención). Y otras habrá una potenciación pública
legalidad contribuye al interés general. Pero, de nuevo, esa forma de contribuir al interés general no de estas actividades más intensa y continuada y una relación con la Administración más estrecha. Todo
cambia en absoluto que se trata de un sujeto privado actuando como tal. esto tiene gran importancia social y política que incluso se ha visto reforzada, de una parte, por el deseo
de reducir el tamaño de la Administración y el gasto público, y, de otra, por el propósito de dejar más
Tampoco cambia la situación en los casos en que se le imponen deberes de contribución positiva al campo a! desarrollo de los sujetos privados y a la sociedad. Pero, en cualquier caso, incluso aunque
interés general; o sea, deberes ya no sólo para que no dañe ciertos valores o bienes jurídicos, sino para gocen de un reconocimiento formal de su contribución al interés general y aunque reciban muchas
que contribuya directamente a ellos; así, cuando se le impone pagar impuestos o retener a sus ayudas públicas, son y siguen siendo actividades privadas de sujetos particulares: lo es, desde luego, la
asalariados una parte de la retribución e ingresarla en Hacienda o comunicar ciertos datos a la de la persona que simplemente recibe una subvención para, por ejemplo, instalar placas solares en su
Administración... Lo mismo cuando se imponen a los operadores privados en ciertos sectores casa o en su fábrica; pero lo es también la de una de esas entidades del «tercer sector» o «no
considerados servicios de interés económico general (p. ej., electricidad) las llamadas «obligaciones de gubernamentales» por más que toda su actividad sea de interés general y aunque tenga continuas e
servicio público». En todos esos casos hay un deber de contribuir al logro de los intereses generales. íntimas relaciones con la Administración. Nada de lo expuesto supone que esos particulares se
Pero es un deber impuesto a los sujetos privados que estos cumplirán como particulares. conviertan en Administración pública ni se integren en la Administración ni realicen actividades
administrativas ni ejerzan funciones públicas.
Más clara y estrictamente puede hablarse de sujetos privados que contribuyen al logro del interés
general cuando lo hacen voluntaria y precisamente con ese fin. O sea, cuando lo hacen con una Por ello, su régimen general será el de Derecho privado: en lo que se refiera a su propia organización
finalidad benefactora o altruista de servicio a la colectividad, no buscando principalmente su beneficio y a sus relaciones con oíros sujetos privados (con quienes disfruten de sus actividades, con sus
personal ni su lucro. Esto muchas veces se hace informalmente (desde la persona que deposita en una trabajadores, con sus suministradores, con los que sufran daños por su actuación...) regirá el Derecho
papelera el papel tirado en la calle hasta el que decide usar la bicicleta para contaminar menos, pasando privado. Sólo será de aplicación el Derecho Administrativo en sus relaciones con la Administración. No
por el empresario que contrata discapacitados por filantropía o quien emprende por su cuenta la obstante, las leyes pueden establecer que algunas normas de Derecho Administrativo se les apliquen en
alfabetización de ciertas personas de su entorno) y el Derecho no le da ningún tratamiento especial. sus relaciones con terceros. Por ejemplo, la LCSP (art. 17) impone que cuando las entidades privadas
pretendan realizar ciertos contratos financiados con subvenciones públicas deben cumplir algunas
Pero en muchos casos, cada vez más, el Derecho sí que da un tratamiento específico a esas normas en la elección de su contratista similares a las que tiene que cumplir la Administración. Pero se
actuaciones privadas cuando se realizan con ciertas formas y por determinados cauces que el mismo trata de excepciones: como regla general, salvo en sus relaciones con la Administración, se rigen por el
Derecho prevé. La misma Constitución consagra «el derecho de fundación para fines de interés Derecho privado.
general» (art. 34); o sea, que prevé que los particulares creen personas jurídicas privadas —las Pero hay otros casos en los que los sujetos privados, no ya es que contribuyan al interés general con su
fundaciones— que tienen fines de interés general. Realmente es muy extensa la actividad privada que actividad puramente privada, sino que formalmente realizan actividades administrativas o lo que más
realiza intereses generales a través de las numerosas fundaciones existentes. También hay muchas difusamente aún pueden considerarse funciones públicas: son y siguen siendo sujetos privados y no se
asociaciones privadas con fines de interés general. La legislación de asociaciones lo reconoce integran en la Administración, pero realizan actividades que ya no son puramente privadas.
ampliamente. Así, junto a simples asociaciones de interés puramente privado, se
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Dejamos al margen los supuestos en los que el sujeto privado se integra en la Administración, en capitanes de barcos o de aeronaves a los que se les reconocen ciertas potestades para mantener el orden,
su organización, de manera que deja de ser tal privado para convertirse, en el fondo, aunque sea instruir algunas diligencias por delitos cometidos a bordo, autorizar matrimonios o testamentos en
transitoriamente, en personal de la Administración. Quien actúa será la Administración aunque no !o circunstancias excepcionales. En estos casos no puede decirse propiamente que estos sujetos privados
haga por medio de su personal habitual constituido por las autoridades, los funcionarios y los sean colaboradores de la Administración ni actúan en ninguna relación con ella, pero sí que desarrollan
contratados laborales. Puede incluirse aquí a quienes se ven obligados a formar parte de ¡as mesas funciones públicas.
electorales que actuarán por un día como personal de la Administración. También a los que se integran
en órganos administrativos como cauce de participación ciudadana (p. ej., el representante en algún Junto a todo lo anterior, se han ido desarrollando otros supuestos en que los sujetos privados
órgano municipal de una asociación de vecinos o el representante estudiantil en algún órgano colaboran con la Administración o realizan actividades que eran prototípicas de la Administración e
universitario). En estos casos y otros semejantes los particulares realizan actividades administrativas incluso asumen en parte o se entrometen en su actividad jurídica. Hasta el ordenamiento da
pero lo hacen como personal de la Administración y quien actúa es la Administración. Da igual desde eventualmente a sus decisiones un especial valor o eficacia jurídica similar a las de la Administración.
este punto de vista que esa integración en la Administración sea obligada (caso de las mesas
electorales) o voluntaria (caso del representante estudiantil). En cualquier caso, más que un sujeto Esto se ha desarrollado mucho últimamente precisamente por esa tendencia, a la que nos hemos
privado realizando actuaciones administrativas, son supuestos de actuación administrativa realizada por referido antes, de reducir el tamaño de la Administración y de su burocracia. Piénsese, por ejemplo, en
la Administración, aunque reclute a su personal de forma atípica. el informe médico que realizan ciertas entidades privadas y que se incorpora al procedimiento
administrativo de obtención del permiso de conducir o de armas de tal manera que sólo los informes
Este fenómeno de sujetos privados que sin integrarse en 3a Administración realizan actividades emitidos por esas entidades tienen valor jurídico en ese procedimiento; o en la presentación telemática,
administrativas o funciones públicas presenta muchas variedades y es, en realidad, de contornos en representación de terceras personas, que pueden efectuar ciertas entidades de las declaraciones,
imprecisos. Intentemos sólo esbozar un marco general orientativo. comunicaciones y otros documentos tributarios (que implica una intervención en la actividad de
registro administrativo, considerándose válido, por ejemplo, a los efectos de cumplimiento de plazos);
Supuesto extenso y asentado es el que se canaliza mediante los clásicos contratos administrativos. en las funciones de control que la Administración puede atribuir a una entidad colaboradora en el
Sobre todo, mediante el contrato de gestión de servicios públicos. procedimiento de otorgamiento de subvenciones (que puede ir desde la mera verificación formal de la
corrección de la documentación presentada a un control intenso del sujeto subvencionado); etc. Hay
La Administración actúa como cliente de empresas privadas y se sirve de ellas para realizar su también entidades privadas que elaboran y aprueban normas a las que, por remisión de auténticas
actividad. Esa empresa privada, a cambio de alguna retribución, puede que se obligue a construir obras normas estatales o por otras vías, se les reconoce cierta eficacia pública (v. gr., las de Asociación
públicas (carreteras, colegios, hospitales.,,) o a realizar trabajos intelectuales (proyectos, estudios.,.) o Española de Normalización, ÁENOR). Asimismo hay entidades privadas que deben controlar y emitir
materiales (limpieza de los edificios públicos) o a fabricar bienes para la Administración (ordenadores, certificaciones sobre el cumplimiento por otros sujetos privados de la normativa a la que están
medicamentos, armas...), etc. En todos esos casos puede decirse que la empresa privada actúa como sometidos (la de seguridad industrial, la de buques, aviones o vehículos ordinarios, la medioambiental,
colaboradora de ia Administración y, en cierto sentido amplio, cabe también afirmar que realiza una la composición de metales preciosos, etc.), certificaciones que se requieren necesariamente y a las que
actividad administrativa. El supuesto más claro es de los contratos de gestión de servicios públicos: la se confiere un valor similar a las que tendrían las expedidas por la Administración, Así, si la ITV
Administración encarga a una empresa privada que gestione materialmente algún servicio público (p. califica negativamente al vehículo no podrá circular; e igualmente pueden llevar al cierre de
ej., el abastecimiento de agua, la recogida de basura, el transporte colectivo urbano, el de diálisis, etc.). establecimientos que consideren peligrosos por no cumplir la normativa.
En todos estos casos hay unos sujetos privados que colaboran con la Administración y que, de una u
otra forma, realizan parte de la actividad administrativa, sobre todo más claramente en el caso de los En algunos de estos casos sigue habiendo una actividad de la Administración que envuelve la
contratos de gestión de servicios públicos. Pero en principio todos esos contratistas no realizan nada intervención del sujeto privado (así, el del informe de entidades privadas sobre la condiciones de un
más que actividad material de la Administración, no su actividad jurídica. Menos aún ejercen las solicitante para obtener una autorización administrativa de conducir o de armas). Pero en otros las
potestades propias de la Administración sobre los ciudadanos. actividades de estas entidades privadas, digamos, sustituyen más ampliamente a la Administración: no
se insertan en el seno de una actividad administrativa; no hay una intervención en una actuación de la
También tiene tradición el supuesto de algunas profesiones cuyo objeto es ejercer ciertas funciones Administración, pues no hay un procedimiento o actividad administrativa en la que esa acción privada
públicas. Ejemplo sobresaliente es el de los Notarios a los que corresponde dar fe pública en negocios y se incardine. El sujeto privado desplaza a la Administración,
actuaciones jurídico-privadas.
En todo caso, este ejercicio privado de funciones públicas sólo es posible en la medida que lo
También el de los Registradores de la Propiedad y Mercantiles que dirigen una oficina pública para permita la ley que asimismo debe establecer el título habilitante y los requisitos necesarios para acceder
la inscripción y publicidad de situaciones privadas con gran relevancia jurídica. Aunque puede a la actividad y las condiciones para desarrollarla.
mantenerse, y se mantiene a veces, que en realidad se trata de funcionarios (de hecho, se accede a estas
profesiones por un acto administrativo ü-as unas oposiciones), bien pueden ser vistos como unos Por tanto, la Administración no puede por su cuenta, sin expresa previsión y regulación legal,
sujetos privados cuya actividad consiste enteramente en el ejercicio de unas determinadas funciones atribuir funciones públicas a sujetos privados. Ejemplo de esta previsión legal es el artículo 62.4 del
públicas. Aunque más limitadamente, otros profesionales privados tienen, dentro de una actividad más Texto Refundido de la Ley sobre Tráfico: «La constatación de las aptitudes psicofísicas de los
extensa, alguna función pública. Sucede así con los conductores se ejercerá por centros, que necesitarán autorización previa de la
DERECHO ADMINISTRATIVO (I) LECCIÓN 2: LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA
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autoridad competente para desarrollar su actividad. Se regulará reglamentariamente el funcionamiento CUETO PÉREZ, M.: Procedimiento administrativo, sujetos privados y funciones públicas Civitas,
de los centros de reconocimiento de conductores, así como sus medios personales y materiales 2008. EMBID IRUJO, A.: El Derecho de la crisis económica, Prensas Universitarias de Zaragoza,
mínimos». Como se ve en este ejemplo, el título habilitante es un acto administrativo, una autorización. 2009. ESTEVE PARDO, X: La nueva relación entre Estado y sociedad. Aproximación al trasfondo de
Pero en otros casos se prevé un contrato o un convenio. Por ejemplo, un convenio es lo que exige el la crisis, Marcial Pons, 2013.
artículo 16 LGSub para nombrar a una entidad colaboradora en ese ámbito. Con frecuencia, la FERNÁNDEZ FARRERES, G: «La Administración pública y las reglas de la externalización» JA, n.°
Administración no otorga ese título sólo a un sujeto privado, sino a varios que podrán realizar esa 33 (2006).
función pública y que competirán entre ellos por captar a los clientes que se someten a su actividad. — «Reflexiones sobre el principio de subsidiariedad y la Administración económica», en Homenaje a
S. Martín-Retortillo.
En unos casos, el sujeto privado ejercerá la actividad en nombre propio y en otros como un —«El concepto de servicio público y su funcionalidad en el Derecho Administrativo de la nueva
delegado o mandatario de la Administración. Pero en todo caso, lo harán con sometimiento a intensas economía», JA, n.° 18 (2003).
potestades administrativas de control y disciplina. Incluso en ocasiones se prevé que sus decisiones GARCÍA ANDRADE GÓMEZ, J,: «La reforma del art. 135 de la Constitución española» RAP n.° 187
puedan ser discutidas, mediante reclamaciones o recursos, ante la Administración, que podrá (2012).
modificarlas. GARRIDO FALLA, F.: «Crisis de la noción de servicio público», en Homenaje a S. Martín -Retortillo.
IZQUIERDO CARRASCO, M.: La seguridad de los productos industriales. Régimen jurídico-admi-
Como se trata de sujetos privados, su régimen general es el Derecho privado, salvo en sus relaciones nistrativo y protección de los consumidores, Marcial Pons, 2000.
con la Administración. Pero, teniendo en cuenta que realizan actuaciones administrativas o funciones JIMÉNEZ-BLANCO CARRILLO DE ALBORNOZ, A.: «La crisis de la deuda pública y la renovación
públicas que afectan a otros particulares con poderes en parte parecidos a ¡os de la Administración, a de los conceptos del Derecho Administrativo», en Homenaje a Santamaría.
veces las leyes optan por imponerles algunos limites materiales y procedimentales semejantes a los de ORTEGA ÁLVAREZ, L.: «La regulación estatal de la economía», Sistema, n.° 102 (1991).
la Administración (p. ej., casos en que no deben actuar para evitar conflictos de intereses). Esto, en la MAGALDI MENDAÑA, N.: Los orígenes de la municipalización de servicios en España. El tránsito
dosis adecuada, es oportuno. Pero ello no puede llevar a considerar que el Derecho Administrativo íes del Estado liberal al Estado social a ¡a luz de la municipalización de servicios públicos INAP 2012.
sea aplicable en general, lo que sería contraproducente y hasta absurdo. Se trata sólo de un fenómeno MARTÍN-REBOLLO, L.: «Sociedad, economía y Estado», en Homenaje a S. Martín-Retortillo.
parcial que ni afecta a todos esos sujetos ni les afecta en todas sus actuaciones ni en ningún caso supone MORELL OCAÑA, L.: «El aislamiento conceptual de la actividad técnica de la Administración», en
su sometimiento indiscriminado al Derecho Administrativo. No se trata de que les sea natural y Homenaje a Martín Mateo.
generalmente aplicable el Derecho Administrativo en sus relaciones con otros sujetos. Por eso tampoco NIETO GARCÍA, A.; «La Administración sirve con objetividad los intereses generales», en Homenaje
estos nuevos fenómenos hacen tambalearse a la definición del Derecho Administrativo como Derecho a García de Enterría.
de las Administraciones públicas. OJEDA MARÍN, A.: «Entidades privadas colaboradoras con la Administración en el ámbito técnico»,
en Homenaje a García-Trevijano Fos, IEAL, 1982.
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«La liberalización de los servicios públicos en Europa. Hacia un nuevo modelo de regulación VAQTJER CABALLERÍA, M.: «LOS problemas de la contraposición entre económico y social en la
para la competencia», recogido con otros estudios del autor en Lecciones de Administración doctrina europea de los servicios de interés general», RGDA, n.Q 8 (2005).
(y políticas públicas), Iustel, 2011. —«El retorno a lo privado. Ante una nueva encrucijada histórica», WAA: El ejercicio de funciones públicas por entidades privadas colaboradoras de la Administra¬ción,
en la obra recopilatoria del autor Lecciones de Administración (y políticas públicas), Iustel, 2011. Huygens, 2010.
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