Está en la página 1de 5

EFICIENCIA+ EFICACIA = EFECTIVIDAD

Hablar de que un trabajador es eficiente cuando, en realidad, es eficaz o asegurar


que una campaña ha sido eficaz cuando lo que queremos expresar es que es
efectiva son errores habituales en el ámbito de los negocios.

Por ello, para conocer el grado de eficiencia, eficacia y efectividad de la compañía


es importante, primero, conocer las diferencias conceptuales que hay entre estos
tres términos, piedra angular de la productividad empresarial.

Eficiencia: hacer bien las cosas. Es decir, realizar una tarea buscando la mejor
relación posible entre los recursos empleados y los resultados obtenidos. La
eficiencia tiene que ver con el «cómo». El modelo para la mejora de la eficiencia se
apoya en tres pilares básicos: personas, procesos y clientes. Y se logra con
personas competentes o con capacidades, actitudes, aptitudes, habilidades y
experiencias. Se necesitan flujos rápidos, efectivos y continuos de actividades que
añaden valor al producto o al servicio para el cliente con procesos eficientes,
analizando dichas actividades y calidad.

Eficacia: hacer las cosas correctas. Es decir, llevar a cabo tareas de la mejor
manera, que conduzcan a la consecución de los resultados. Tiene que ver con
«qué» cosas se hacen. Eficacia es hacer lo necesario para alcanzar o lograr los
objetivos deseados o propuestos.

Efectividad: hacer bien las cosas correctas. Es decir, que las tareas que se lleven
a cabo se realicen de manera eficiente y eficaz. Tiene que ver con «qué» cosas se
hacen y «cómo».

¿Por qué la clave es la efectividad? Porque se traduce como el equilibrio entre los
indicadores, parciales, de eficiencia y la eficacia. Por ejemplo, la primera se ocupa
de hacer algo lo mejor posible en cuanto al uso de recursos: busca perfeccionar el

Escuela de Extensión y Virtualidad


«cómo» se hacen las cosas, sin cuestionarse «qué» cosas hacemos. Así podemos
llegar a situaciones contradictorias, cuando no completamente absurdas

La eficacia, por otro lado, tiene el objetivo de lograr el resultado, al margen de los
recursos que se consuman para ello. Dicho de otro modo, busca encontrar el mejor
«qué» sin preocuparse por «cómo» se llevarán a cabo las tareas ni su impacto en
los recursos. Podría ser el camino seguro a un derroche extremo que convierta la
consecución del resultado en algo muy difícil de justificar.

Siguiendo esa lógica, la efectividad se define como la cuantificación del logro de la


meta. Sin embargo, debe entenderse que puede ser sinónimo de eficacia cuando
se define como la capacidad de lograr el efecto que se desea.

Tal vez es más claro si se plantea la relación de estos tres términos con una fórmula:

Eficacia + Eficiencia = Efectividad

Podemos decir entonces que el cálculo de la eficiencia y de la efectividad de un


proceso permite entender, aunque sea en un panorama general, el funcionamiento
idóneo de dicho proceso o del sistema en que se inserta. Sería imposible ser
efectivo sin lograr antes un buen rendimiento en cuanto a eficacia y eficiencia.

Por ejemplo, si un dirigente es efectivo, se refiere a que es apto, capaz y


competente, ya que cumple con tareas y desempeña una acción favorable para los
intereses de la empresa. Al mencionar efectividad, se hace referencia a la capacidad
o habilidad que tiene una persona, animal, máquina, dispositivo o cualquier
elemento para obtener un resultado determinado a partir de una acción.

Esta capacidad supone la aplicación de ciertas acciones, actitudes o soluciones


frente a determinadas situaciones. Deben asegurar los resultados esperados a fin
de ser consideradas efectivas. También podemos decir que una actitud o respuesta
efectiva es aquella que busca como objetivo principal lograr un efecto.

Escuela de Extensión y Virtualidad


La efectividad, quiere encontrar un término medio con sentido, un punto de equilibrio
ideal entre eficiencia y eficacia. La búsqueda de la efectividad impide que un exceso
de foco en la eficiencia provoque que no se alcance el resultado deseado o que no
se haga a tiempo. De la misma manera, impide que un exceso de foco en la eficacia
pueda dar con el punto de equilibrio al traste con la rentabilidad del resultado,
descompensando el esfuerzo. Cuando trabajamos de forma efectiva, el foco se
mantiene en el punto óptimo entre lo más eficiente y lo más eficaz.

Encontrar el equilibrio entre la eficacia y eficiencia es el camino a la efectividad, no


importa qué definición decidamos utilizar.

¿CÓMO SE CALCULA LA EFICIENCIA, EFICACIA Y EFECTIVIDAD?

Aclarados los conceptos de eficiencia, eficacia y efectividad, ¿cómo se lleva a cabo


el cálculo de estos indicadores? De forma generalizada, para este fin se emplean
las siguientes fórmulas matemáticas:

• Eficacia=(Resultado alcanzado*100)/(Resultado previsto).

El resultado será un porcentaje que la compañía podrá valorar de forma


comparativa, es decir, si se sitúa en los percentiles más bajos el trabajo será
ineficaz, mejorando esta capacidad conforme se ascienda hacia el 100%.

• Eficiencia= ((Resultado alcanzado/costo real)*Tiempo invertido)/((Resultado


previsto/costo previsto) *Tiempo previsto).

Igual que en el caso de la eficacia, la evaluación de la eficiencia se desarrolla a


partir de una tabla, de modo que los resultados más bajos indicarán una escasa
eficiencia y viceversa.

• Efectividad=((Puntaje de eficiencia + Puntaje de eficacia)/2)/(Máximo


puntaje).

Escuela de Extensión y Virtualidad


El porcentaje resultante reflejará el grado de efectividad de la acción medida.

¿Para qué sirve esta medición?

Los indicadores de eficiencia, eficacia y efectividad están estrechamente


relacionados con el desempeño empresarial y la productividad, por lo que su
medición permite obtener una radiografía esencial para planificar la estrategia de la
organización.

En concreto, su correcto cálculo contribuye en varios aspectos:

• Para evaluar el desempeño profesional. Con estos indicadores se saca a la


luz la diligencia con la que cada empleado está llevando a cabo sus
funciones, lo que permite diseñar un plan de formación, promoción o
incentivos acorde para potenciar que los trabajadores sean más eficientes.
• Para ajustar los recursos y plazos. Gracias a estas fórmulas se obtiene
información sobre la adecuación de los costes, la materia prima y los tiempos
empleados, permitiendo reajustar estos elementos a las necesidades reales.
• Para establecer los objetivos empresariales de forma óptima. Al conocer el
verdadero funcionamiento de la compañía, los directivos podrán marcar una
hoja de ruta para el futuro con mayor exactitud.
• Para ser más competitivos. Al ajustar todos los anteriores aspectos, la
organización experimenta una mejora continua que le permite escalar
posiciones dentro de su sector.

Escuela de Extensión y Virtualidad


Fuentes:

https://www.forbes.com.mx/eficiencia-eficacia-efectividad-son-lo-mismo/

https://blog.edenred.es/eficiencia-eficacia-y-efectividad-diferencias-y-calculo/

Escuela de Extensión y Virtualidad

También podría gustarte