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¿Cómo no celebrar “La libertad de pluma” online, y un “Editorial” que, aun afirmando,

ofrece las preguntas decisivas? La primera de ellas, “¿cómo llevar el psicoanálisis a la


política?”, nos adelanta que la política no puede ser pensada sin la extimidad, es decir, sin
poner en juego los goces que sostienen los significantes amo de la cultura. El inconsciente
es político; “a los ojos de Lacan, la política procede por identificación, manipula los
significantes amo”[1]. Cada uno de los ciudadanos construye con ellos a su Otro de la
política. Son las claves para la lectura de los términos que la nota Editorial propone como
actuales y urgentes en la situación actual de la Argentina.

Uno: La grieta

Se mencionan la grieta, la utopía y el poder del pueblo, la democracia excluyente, la


oligarquía tradicional y la económica, la negación neoliberal de la igualdad y la pretensión
del gobernar sin política. Me llama la atención la afirmación: “La grieta es constitutiva de la
Argentina”. ¿Cómo servirnos de una definición que no aclara sus términos? ¿De qué grieta
se trata? ¿De qué está hecha? Esa opacidad puede hacer pensar que “el encanto de la
historia argentina está en la pasión que despierta”, pero en tal caso es una pasión inútil; en
el encanto se podría diluir la urgencia de una investigación que, con el discurso analítico,
no se ilusiona con la historia.

Dos: La cultura afro indo (luso) hispana

Mientras la modernidad europea se movía desde la denostada religión medieval hacia el


reinado de las ciencias vía la duda y la matemática cartesianas, en la América afro indo luso
hispana[2] el movimiento atraía a la magia tribal hacia la religión católica. (En este trabajo
no incluyo la colonización católica portuguesa). La cultura de España y su religión
impregnaron a la América indo hispano parlante desde el siglo xvi a través de las
estructuras virreinales. Buenos Aires, muy aparte y expuesta al malón era la sede del más
abusivo contrabando internacional. Tardío Virreinato en 1776, la elite letrada dirigió sus
apetitos a Europa.

El programa independentista obtuvo de la Ilustración y la Revolución francesas sus líneas


directivas. Por varias décadas la hegemonía del Puerto de Buenos Aires agudizó el espíritu
de contienda y las facciones políticas. En 1910 los positivistas de la época, que impulsaban
las ciencias y la psicología, recibieron a Germán Greve, un chileno discípulo de Freud, y
discutieron largamente la insólita idea del cuerpo erógeno. La literatura argentina reflejó en
esas décadas una mezcla cultural activa. En Buenos Aires, Borges no leyó a Arlt pero admiró
a Macedonio.

Tres: Hacia el Campo freudiano

En 1942 se creaba la APA, filial argentina de la IPA, la Internacional de la que fue


excomulgado Lacan. El pronto advenimiento del peronismo mostró las dimensiones de la
grieta, efecto de la antigua cita fallida (conquista y colonización). Recordemos la escena:
Evita le devuelve a las señoras de la Sociedad de beneficencia el desprecio que recibe. A
partir de la llamada Revolución Libertadora (1955) en el campo cultural surgen diversos
núcleos ideológicos (Oscar Terán). El entonces sartreano Oscar Masotta dirige su interés al
peronismo y se aleja del marxismo. Una crisis personal lo conduce a la enseñanza de Lacan.
En 1970 se publican sus clases de Introducción a Lacan; más tarde ensaya la parodia de una
Escuela; se la presenta a Lacan en Paris, que lo hace miembro de la suya. Muere en 1979.

Ese mismo año, en París, Lacan crea la Fundación del Campo Freudiano presidida por
Judith Miller, para devolverle a la letra de Freud “el filo cortante de su verdad”. Incluía a
los lectores de Lacan en cualquier parte del mundo. Leer a Lacan nunca es sin
consecuencias, en ese campo orientamos y continuamos nuestras prácticas muchos
analizantes practicantes. En ese campo brotaron las nuevas Escuelas de la Asociación
Mundial de Psicoanálisis (AMP), con sus grados: Analista practicante (AP), Analista
Miembro de la Escuela (AME) como garantía irónica que otorgan las Escuelas, y Analista de
la Escuela (AE), cuando el dispositivo del pase nomina a quienes habrán de hacer de su
experiencia analítica enseñanzas. Hoy Jacques-Alain Miller anuncia el Campo freudiano año
cero y el nuevo imperativo: “irrumpir en la plaza pública”. Quiere decir salir de la mudez,
incidir en la vida política con la opinión orientada por el discurso analítico. Solo puede
hacerse en cada lugar y según el estado de las cosas.

Cuatro: “¿Qué es Zadig?”


El texto de Gustavo Stiglitz empieza así: “no va de suyo decir la incidencia del discurso
analítico en la política”. En este marco sitúa el movimiento ZADIG (Zero Abjection
Democratic International Group) como “una extensión de las Escuelas a nivel de la
opinión”. El movimiento Zadig, prosigue Gustavo Stiglitz, no se confunde con la AMP ni
con sus Escuelas, pero constituye una extensión de las mismas a nivel de la opinión
ilustrada. Agregaré que es la opinión que incluye el tiempo lógico, es decir, la hiancia del
sujeto y las paradojas del goce.

Cinco: ¿Del pase al campo social?

Sigue G. Stiglitz: “Zadig es el esfuerzo por llevar lo que el psicoanálisis como experiencia
individual le enseña al analizante, puesto al trabajo en la Comunidad Escuela a partir del
dispositivo del pase hacia el campo social”. Acá hay un salto notable: del Pase al campo
social. ¿Dónde, pues, situar al Campo freudiano, la extensión del psicoanálisis, a los lectores
de Lacan y a los analizantes practicantes? Empezaré por repasar con Gustavo la freudiana
“Psicología de las masas”: no hay oposición entre lo individual y lo colectivo; en la vida de
cada uno siempre están los otros. La psicología individual es siempre social. (Lacan lo
muestra en el “Sofisma” de los tres prisioneros; nada sabré de mí mientras algo no me
interpele desde el otro, nada sabré de mí si no me muevo entre los otros). Sin embargo…

Seis: La cita fallida

Miller menciona “el espíritu guerrero de la nación francesa”. En esta América el espíritu del
tiempo es otro: nace de la cita fallida entre lenguas y culturas, aun si se expresa en una
homogeneidad patriótica. Esta América surgió de los más variados mestizajes y de las más
inesperadas alianzas, desigualdades y migraciones. Cuando regía el ius publicum
Europaeum, dice Agamben, al “Nuevo mundo”, a la América “sin cultura, en estado de
naturaleza” se le asignaba ese espacio donde se suspendía todo derecho[3]. La soberanía
impuesta por el colonizador y más tarde por la explotación de las “Compañías de Indias”
introducía, mediante los diferentes poderes, la paradoja; la ley articulaba los dos principios
por excelencia antitéticos: la violencia y la justicia.

Siete: Ilustrados y letrados


Solo en el siglo xviii el criollo y el mestizo letrados, de espaldas a España y para organizar la
nación buscaron sus ideas en la Francia atea e ilustrada de la Revolución francesa. Se
volvían “ilustrados”, si ilustrados quiere decir algo más que “letrados”. Si esta América
abundaba en letrados (lectores de los libros que llegaban de contrabando por Buenos Aires
y por Montevideo, ávidos de la literatura científica y filosófica prohibida por la Iglesia), el
“ilustrado” se decidía contra cualquier orden dogmático; se arriesgaba con la pluma y la
palabra, mientras con artilugios mentales resguardaba su fe. Los congresales de Tucumán,
en 1816, eran en su mayoría mestizos y frailes.

Ocho. La oscura saga argentina

No tengo que recordar la saga argentina de los últimos años (1955, 1966, 1976) y las
secuencias y las consecuencias en los años que siguieron; sabemos de lo que, cada vez,
vuelve a ser otra vez distorsionado e interrumpido. ¿No se advierte la grieta constituida
entre culturas de las cuales unas (las de los hijos de la tierra) no fueron admitidas como
culturas sino aplastadas por las otras, antes hispanas, luego centroeuropeas? ¿No se ve en
la pobreza que acosa a esta América? ¿No enseña Lacan en la Ética a diferenciar judaísmo,
catolicismo, protestantismo? ¿Vamos a ignorar los efectos de esas diferencias? Las
posteriores olas inmigratorias, que no fueron de las gentes cultas que soñaron Sarmiento y
Alberdi, desdibujaron (nuevas mestizaciones) a la vez que mantuvieron la rajadura original e
incurable del “continente mestizo”.

Nueve: Campo freudiano año cero

Me parece que Campo freudiano año cero quiere decir puesta en acto de la ética que en el
Campo freudiano exige llevar el psicoanálisis a la política. La acción lacaniana de las
Escuelas creadas en ese Campo se multiplica pasando a la enorme red de transferencias que
incluye a los lectores de Lacan y a un gran número de analizantes practicantes. Estos
“llevan lo que el psicoanálisis como experiencia individual les enseña, al campo social” (en
consultorios, juzgados, hospitales, escuelas, y otras múltiples acciones públicas). Lo que es
puesto al trabajo en la Comunidad Escuela a partir del dispositivo del pase revierte
como acción lacaniana en el vasto Campo freudiano y por este pasa hacia el
conjunto de la sociedad. De otro modo, Zadig se confundiría con la AMP y con sus
Escuelas.

Carmen González Táboas es psicoanalista, reside en Buenos Aires.

Miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL) en grado de Analista Practicante


(AP) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Su último libro: La cita fallida 1. El
continente mestizo. Una mirada, con Lacan, y La cita fallida 2. Mutaciones americanas. Una
mirada, con Lacan, Buenos Aires, Grama, 2017.

Notas bibliográficas:

[1] Miller, J.-A., Curso de psicoanálisis, Turín, 24-06-2017, en Revista Descartes N° 26,
2017, p. 15.

[2] La de la América afro indo luso hispana (Brasil) es una cultura diferente. Su actual 60%
de población negra carece de representatividad en la vida política. Ver mi “Ensayo Siete:
Pau Brasil” en La cita fallida 2. Mutaciones americanas. Una mirada, con Lacan, Buenos
Aires, Grama, 2017, p. 83.

[3] Agamben, G., Homo sacer: le pouvoir souverain et la vie nue, Paris, Seuil, 1997, p. 45.

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