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Uno: La grieta
Ese mismo año, en París, Lacan crea la Fundación del Campo Freudiano presidida por
Judith Miller, para devolverle a la letra de Freud “el filo cortante de su verdad”. Incluía a
los lectores de Lacan en cualquier parte del mundo. Leer a Lacan nunca es sin
consecuencias, en ese campo orientamos y continuamos nuestras prácticas muchos
analizantes practicantes. En ese campo brotaron las nuevas Escuelas de la Asociación
Mundial de Psicoanálisis (AMP), con sus grados: Analista practicante (AP), Analista
Miembro de la Escuela (AME) como garantía irónica que otorgan las Escuelas, y Analista de
la Escuela (AE), cuando el dispositivo del pase nomina a quienes habrán de hacer de su
experiencia analítica enseñanzas. Hoy Jacques-Alain Miller anuncia el Campo freudiano año
cero y el nuevo imperativo: “irrumpir en la plaza pública”. Quiere decir salir de la mudez,
incidir en la vida política con la opinión orientada por el discurso analítico. Solo puede
hacerse en cada lugar y según el estado de las cosas.
Sigue G. Stiglitz: “Zadig es el esfuerzo por llevar lo que el psicoanálisis como experiencia
individual le enseña al analizante, puesto al trabajo en la Comunidad Escuela a partir del
dispositivo del pase hacia el campo social”. Acá hay un salto notable: del Pase al campo
social. ¿Dónde, pues, situar al Campo freudiano, la extensión del psicoanálisis, a los lectores
de Lacan y a los analizantes practicantes? Empezaré por repasar con Gustavo la freudiana
“Psicología de las masas”: no hay oposición entre lo individual y lo colectivo; en la vida de
cada uno siempre están los otros. La psicología individual es siempre social. (Lacan lo
muestra en el “Sofisma” de los tres prisioneros; nada sabré de mí mientras algo no me
interpele desde el otro, nada sabré de mí si no me muevo entre los otros). Sin embargo…
Miller menciona “el espíritu guerrero de la nación francesa”. En esta América el espíritu del
tiempo es otro: nace de la cita fallida entre lenguas y culturas, aun si se expresa en una
homogeneidad patriótica. Esta América surgió de los más variados mestizajes y de las más
inesperadas alianzas, desigualdades y migraciones. Cuando regía el ius publicum
Europaeum, dice Agamben, al “Nuevo mundo”, a la América “sin cultura, en estado de
naturaleza” se le asignaba ese espacio donde se suspendía todo derecho[3]. La soberanía
impuesta por el colonizador y más tarde por la explotación de las “Compañías de Indias”
introducía, mediante los diferentes poderes, la paradoja; la ley articulaba los dos principios
por excelencia antitéticos: la violencia y la justicia.
No tengo que recordar la saga argentina de los últimos años (1955, 1966, 1976) y las
secuencias y las consecuencias en los años que siguieron; sabemos de lo que, cada vez,
vuelve a ser otra vez distorsionado e interrumpido. ¿No se advierte la grieta constituida
entre culturas de las cuales unas (las de los hijos de la tierra) no fueron admitidas como
culturas sino aplastadas por las otras, antes hispanas, luego centroeuropeas? ¿No se ve en
la pobreza que acosa a esta América? ¿No enseña Lacan en la Ética a diferenciar judaísmo,
catolicismo, protestantismo? ¿Vamos a ignorar los efectos de esas diferencias? Las
posteriores olas inmigratorias, que no fueron de las gentes cultas que soñaron Sarmiento y
Alberdi, desdibujaron (nuevas mestizaciones) a la vez que mantuvieron la rajadura original e
incurable del “continente mestizo”.
Me parece que Campo freudiano año cero quiere decir puesta en acto de la ética que en el
Campo freudiano exige llevar el psicoanálisis a la política. La acción lacaniana de las
Escuelas creadas en ese Campo se multiplica pasando a la enorme red de transferencias que
incluye a los lectores de Lacan y a un gran número de analizantes practicantes. Estos
“llevan lo que el psicoanálisis como experiencia individual les enseña, al campo social” (en
consultorios, juzgados, hospitales, escuelas, y otras múltiples acciones públicas). Lo que es
puesto al trabajo en la Comunidad Escuela a partir del dispositivo del pase revierte
como acción lacaniana en el vasto Campo freudiano y por este pasa hacia el
conjunto de la sociedad. De otro modo, Zadig se confundiría con la AMP y con sus
Escuelas.
Notas bibliográficas:
[1] Miller, J.-A., Curso de psicoanálisis, Turín, 24-06-2017, en Revista Descartes N° 26,
2017, p. 15.
[2] La de la América afro indo luso hispana (Brasil) es una cultura diferente. Su actual 60%
de población negra carece de representatividad en la vida política. Ver mi “Ensayo Siete:
Pau Brasil” en La cita fallida 2. Mutaciones americanas. Una mirada, con Lacan, Buenos
Aires, Grama, 2017, p. 83.
[3] Agamben, G., Homo sacer: le pouvoir souverain et la vie nue, Paris, Seuil, 1997, p. 45.