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Revisión

Original

Psicopatía, violencia y criminalidad:


un análisis psicológico-forense,
psiquiátrico-legal y criminológico (Parte I)
Psychopathy, violence and crime: a psychological-forensic,
psychiatric-legal and criminological analysis (Part I)

JM. Pozueco Romero1


Resumen SL. Romero Guillena2
N. Casas Barquero3
Tras más de 200 años de historia, el concepto de “psicopatía” ha venido experimentando una auténtica y variopinta
metamorfosis terminológica. Exceptuando aquellos períodos del Medievo en los que se creía que la psicopatía y cual-
quier otra conducta y personalidad “anormales” eran bien de origen demoníaco, bien de corte estrictamente heredi-
tarista-biologicista-fisionomista-antropométrico, el resto de enfoques teórico-investigadores han arrojado sobrada luz
1
que, a día de hoy, y tras más de 200 años de historia amarga y controvertida sobre el término, nos permiten haber Doctorando en
llegado a un consenso generalizado entre los estudiosos de la psicopatía desde el punto de vista clínico-forense y Psicología (Área de
criminológico. Personalidad, Evaluación
y Tratamiento
Este primer trabajo o Parte I es una revisión en la que se pretende ahondar en los polémicos y muchas veces incom-
Psicológico, Facultad de
probables orígenes del término “psicopatía”. Por otro lado, y tras intensas investigaciones empíricas realizadas desde
Educación, Universidad
los años 70 y centradas fundamentalmente en la población penitenciaria, modernamente se ha comenzado a hablar,
de manera distintiva, tanto de los psicópatas criminales como de los psicópatas integrados, habiéndose hallado que de Extremadura,
la diferencia principal entre ambos tipos de psicópatas estriba, sencillamente, en la concreta comisión de delitos, UNEx, Badajoz)
puesto que la estructura básica de personalidad es prácticamente la misma en ambos tipos de psicópatas. Finalmente, Experto en Psicología
se hace muy necesario subrayar que el carácter antisocial de la personalidad y conducta se observa, por definición, Criminal y Forense
en cualquier tipo de delincuentes, sean éstos o no psicópatas, un carácter antisocial que, por otro lado, no siempre (UVEG, UCM).
ni necesariamente se observa entre los denominados psicópatas integrados. 2
FEA en Psiquiatría de
la Unidad de Gestión
Palabras clave: Antisocial. PCL-R. Personalidad psicopática. Psicopatía. Sociopatía.
Clínica del Área
Hospitalaria
Abstract (HU Virgen Macarena,
Sevilla).
After more than 200 years of history, the concept of “psychopathy” has been undergoing an authentic and varied ter- 3
Doctora en Psiquiatría.
minological metamorphosis. Except for those periods in the Medieval Age in which it was believed that psychopathy Profesora del
and other “abnormal” behaviors and personalities were either from a demonic origin, or from a strictly hereditarian- Departamento de
bilogicist-physiognomic-anthropometric origin, the other theoretical-research approaches have cast on light that, on
Psiquiatría
today, and after over 200 years of bitter and controversial history of the term, allow us to have reached a broad con-
(Facultad de Medicina,
sensus among scholars of psychopathy from a clinical-forensic and criminological standpoint.
Universidad de Sevilla).
This first paper or Part I is a review that aims to delve into the controversial and often unverifiable origins of the term
“psychopath”. On the other hand, after intense empirical research since the 70's and focused primarily on the prison
population, modernity it has begun to talk differently about both criminal psychopaths as successful psychopaths, ha-
ving found that the main difference between the two types of psychopaths lies simply in the concrete crimes, being
Correspondencia:
as the basic structure of personality is almost the same in both types of psychopaths. Finally, it’s very necessary to
emphasize that the antisocial character of the personality and behavior is observed, by definition, in any criminal, whe-
J. Manuel Pozueco Romero.
ther or not psychopaths, an antisocial character, on the other hand, which does not always or necessarily seen between E-mail:
the so-called successful psychopaths. jmpozueco@hotmail.com

Key words: Antisocial. PCL-R. Psychopathic personality. Psychopathy. Sociopathy.


Fecha de recepción:
1.JUL.2011
Fecha de aceptación:
26.JUL.2011

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JM. Pozueco Romero et al.

Introducción: las ciencias sociales y de La psiquiatría médica: ¿locos pero


la salud mental ante los psicópatas cuerdos?
En 1996, el doctor Robert D. Hare1 escribió un artí- La conceptualización que en este período histórico y a
culo de revisión titulado Psychopathy: A clinical través de la antigua perspectiva médico-psiquiátrica se
construct whose time has come (“Psicopatía: Un tenía con respecto a la psicopatía es, semánticamente
constructo clínico para los tiempos que vienen”) que hablando, desconcertante y desorientadora: ¿cómo era
fue publicado en la prestigiosa revista Criminal Jus- posible tratar de concebir a personas que, por un
tice and Behavior. Sin duda alguna, este artículo de lado, parecían estar “locas” pero, por otro lado, real-
revisión puso magistralmente de manifiesto la situa- mente cuerdas?
ción actual en la que se encontraba la psicopatía,
tanto a nivel teórico como a nivel de investigación. Parece ser que en aquellos tiempos todo era posible,
Se trata de uno de los artículos más citados de entre sobre todo a nivel teórico-conceptual. Aunque el tras-
los incontables trabajos que ha publicado Hare y el fondo de lo que los autores de este período preten-
cual ha servido de referencia para los diversos inves- dían transmitir se puede llegar a entender
tigadores de todo el mundo, ya que incluso ha servido actualmente, lo cierto es que ese tipo de concepcio-
de base para la elaboración de posteriores artículos nes desde una perspectiva estrictamente psicopato-
de revisión y capítulos de libro en castellano. lógica le ha hecho un daño tremendo a la psicopatía,
la cual, incluso en los tiempos presentes, sigue te-
Recientemente, en otro espléndido artículo de revi- niendo muy mala prensa.
sión español que vuelve a rememorar el del doctor
Robert Hare, Torrubia y Cuquerella2 han puesto de
manifiesto una realidad psicosocial que es la que in- La manie sans délire (manía/locura sin delirio)
teresa traer aquí a colación: “la psicopatía es una de y la moral insanity (locura moral)
las entidades clínicas más controvertidas, y ello se
debe a diversos elementos de confusión que se si- Conocida generalmente en aquellos tiempos como la
túan en dos planos distintos: el conceptual y el folié raisonnante (locura razonante), el médico-psi-
terminológico” (p. 26). quiatra francés Philippe Pinel publicó en 1801 un
Tratado Médico-Filosófico sobre la Aliénation Men-
Las fuentes históricas que nos pueden traer a la me- tale5 que, sin duda, dejó huella en los coetáneos y en
moria ejemplos de psicópatas pueden ser tantas los posteriores estudiosos de las enfermedades men-
como de sí dé la imaginación de cada historiador. tales. Pinel acuñó el término manie sans délire
Sin embargo, y a pesar de que podemos encontrar (manía/locura sin delirio) para referirse a los que hoy
incluso referencias bíblicas e históricas de algunos denominamos como psicópatas. Este autor subrayó
personajes que más o menos emulan al psicópata3, que algunos pacientes realizaban actos impulsivos y
lo cierto es que la psicopatía no comenzó a tomar auto-punitivos, aunque su capacidad de razona-
forma como un constructo clínico con entidad propia miento estaba intacta y se daban cuenta de la irra-
hasta principios de 1940, fundamentalmente con la cionalidad de lo que estaban haciendo. Algunas de
influyente obra del psiquiatra norteamericano Hervey las palabras textuales que empleó Pinel en su libro
Milton Cleckley: The Mask of Sanity4. de 1801 para caracterizar a los “locos sin delirio”
eran las siguientes:
En la presente revisión se realiza un amplio y deta-
llado recorrido histórico sobre el concepto de psico- No me sorprendió en absoluto encontrar a muchos
patía desde las Ciencias Sociales y de la Salud locos que no evidenciaban ninguna lesión de la ca-
Mental, atravesando por varias de las disciplinas y pacidad de comprensión pero que estaban bajo el
subdisciplinas incardinadas en ambas y que se han dominio de una furia abstracta e instintiva, como
si únicamente las facultades del afecto hubiesen
preocupado por el estudio de la psicopatía tanto a sufrido daño.
nivel teórico como empírico. Veremos que a lo largo
de más de dos siglos de historia del término, la psi- La manie sans délire fue, pues, el concepto más
copatía se ha venido denominando de múltiples ma- aproximado que empleó Pinel para caracterizar a los
neras; en un principio se intuía que existían psicópatas de su época6. Con el término locura sin
personas como las que actualmente calificamos de delirio, Pinel hablaba de personas que tienen todas
psicópatas, sólo que el término más adecuado no las características de la manía pero que carecen
cuajaba con los enfoques imperantes y que esta- del delirio. Él llamaba manía a los estados de
ban en constante disputa y excesivamente centra- furor persistentes y psicosis florida, muy distinto
dos en su etimología. del concepto actual de manía que manejamos en

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Psicopatía, violencia y criminalidad: un análisis psicológico-forense, psiquiátrico-legal y criminológico (Parte I)

Psicopatología. Asimismo, Pinel aclaraba lo si- pero otorgaban un mayor poder a los “afectos” que
guiente con respecto al carácter específico de la les impulsaban a llevar a cabo comportamientos so-
manía sin delirio: cialmente reprobables. Las siguientes fueron las pa-
labras textuales con las que Prichard describió a la
O es continuo o se caracteriza por accesos o paro-
moral insanity en 1835:
xismos periódicos. No se advierte ninguna altera-
ción en las funciones del entendimiento, en la Existe una forma de trastorno mental en el que las
percepción, en el juicio, en la imaginación, en la funciones intelectuales parecen estar intactas,
memoria, pero sí cierta perversión en las funciones mientras que el trastorno se manifiesta básica o
afectivas, un ciego impulso a cometer actos de vio- únicamente por el estado de los sentimientos, tem-
lencia, o también un furor sanguinario, y esto sin peramento o hábitos. En los casos de este tipo, los
que se pueda señalar ninguna idea dominante, ni principios morales o activos de la mente están per-
ninguna ilusión de la imaginación que sea la causa vertidos o depravados; el poder de autodominio se
determinante de estas funestas inclinaciones. ha perdido o está muy alterado, y el individuo es
incapaz no sólo de hablar o razonar sobre los
Desde antaño hasta Pinel se argumentó con fuerza la temas que se le proponen, sino de conducirse con
legitimidad de esta entidad psicopatológica, ya que decencia y propiedad en los asuntos de la vida.
era universalmente sabido que los trastornos menta-
les eran, lógicamente, trastornos de la mente. Como La separación entre la locura debida a defectos del
la mente era equivalente a la razón, sólo una desin- “razonamiento” y la debida a defectos de los “afectos
tegración de las facultades de la razón y del intelecto naturales” expuesta por Prichard dio lugar a una con-
podía considerarse locura. No obstante, a partir de troversia muy importante que se prolongó durante
Pinel surgió la creencia de que se podía estar loco muchos años en los campos médico y legal. La en-
(manie) sin que existiese una confusión de la mente tidad de Prichard de locura moral tenía poco en
(sans délire). Así pues, parece claro que, aunque común como síndrome clínico con las ideas contem-
Pinel no empleó expresamente el término psicopatía, poráneas de psicopatía o personalidad antisocial. Un
su ya clásico concepto de manía sin delirio fue una grupo tan diverso de trastornos fue subsumido en la
auténtica revolución conceptual adelantada a sus tiem- categoría de Prichard, de forma que casi todas las
pos y que sentó parte de las bases teóricas de lo que alteraciones mentales, distintas del retraso mental y la
actualmente entendemos por “psicópata”. Las vívidas esquizofrenia, se diagnosticarían así en la actualidad.
descripciones de este autor han tenido su seguimiento
desde entonces hasta ahora, y con pocos matices6. Tanto Pinel como Prichard luchaban contra la idea,
imperante en esos tiempos, del filósofo John Locke,
Treinta y cuatro años más tarde, en 1835, el mé- quien decía que no podía haber manía (furor, psico-
dico-psiquiatra británico James Cowles Prichard pu- sis) sin delirio (es decir sin compromiso del inte-
blica su obra clave A treatise on insanity and other lecto). Por lo tanto, los jueces no declaraban insano
disorders affecting the mind (“Un tratado sobre la a ninguna persona que no tuviera un compromiso in-
insania y otros trastornos de la mente”)7, en la que telectual manifiesto (delirio). Pinel y Prichard trata-
habla de la moral insanity (insania/locura moral) ron de imponer el concepto de que existían insanias
para referirse a estos sujetos (a los psicópatas). Aun- sin compromiso intelectual, pero sí afectivo y voli-
que Prichard aceptaba la idea de Pinel de la locura tivo. Es decir, que las funciones mentales (intelecto,
sin delirio, disentía de la actitud moralmente neutra afectividad, voluntad) se podían enfermar de manera
de Pinel hacia estos trastornos, y se convirtió en el independiente.
principal exponente de la idea de que estos compor-
tamientos significaban un defecto del carácter que Es evidente que Prichard no hablaba exactamente
había que reprender y merecía condena social. de lo que hoy consideraríamos una personalidad psi-
copática. Tampoco lo hicieron ni Pinel ni Benjamin
Prichard también amplió la perspectiva del síndrome Rush, este último un psiquiatra alemán que había pro-
original, incluyendo bajo la calificación de locura puesto en 1812 el término de inferioridad psicopática.
moral una gran variedad de trastornos mentales y
emocionales anteriores. Todos estos pacientes com- Pero, como decíamos antes, todos estos términos de-
partían un defecto común de la capacidad para jaron huella, una huella que afectó negativamente al
guiarse a sí mismos según los “sentimientos natura- concepto de psicopatía, ya que comenzó a llamárse-
les”, es decir, un sentido intrínseco y espontáneo de les a estos sujetos con epítetos tan peyorativos y es-
rectitud, bondad y responsabilidad. Las personas con perpénticos como los de imbéciles morales, idiotas
este trastorno estaban como poseídas, a pesar de morales, degenerados constitucionales, insanos
que eran capaces de entender, desde el punto de morales, etc. En definitiva, al psicópata se le ha ve-
vista intelectual, las diferentes elecciones posibles, nido llamando de todo menos por su nombre.

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Sin lugar a dudas, este tipo de etiquetas y/o nomen- posteriores clasificaciones psiquiátricas internacio-
claturas terminológicas peyorativas fueron las res- nales, tanto la de la American Psychiatric Associa-
ponsables de irle creando al concepto de psicopatía tion (APA) como la de la Organización Mundial de la
una mala posición en las indagaciones de aquellos Salud (OMS).
albores y una mala prensa en la actualidad. Es evi-
dente que la psicopatía se ganó una muy mala repu- Lo que hizo Schneider fue poner de manifiesto que
tación, precisamente, debido a la incapacidad de existían, para él, hasta diez subtipos de personalida-
aquellos clínicos tanto por llegar a un consenso ge- des psicopáticas –hipertímicos, deprimidos, miedo-
neral -en cualquier caso, una empresa imposible en sos, fanáticos, vanidosos, lábiles, explosivos, fríos,
aquellos tiempos, con tantas escuelas o corrientes abúlicos y asténicos–, subtipos que, curiosamente,
como había- como por la imposibilidad de delimitar se parecen sobremanera a los actuales diez trastor-
científicamente las ostensibles hoy en día diferencias nos de la personalidad recogidos en el DSM-IV-TR
entre los psicópatas y los que lo parecen. de la APA. Otra de las novedades que hizo notar este
autor fue advertir sobre lo que ya había apuntado su
mentor, es decir, que los psicópatas se encontraban
Las personalidades psicopáticas: ¿o, más bien, también fuera de los contextos penitenciarios. En ge-
psicopatologías de la personalidad? neral, y muy conocida, la fórmula de Schneider14
definía las personalidades psicopáticas con una
Como bien ha advertido el profesor García-Pablos de
frase que ya ha quedado para la posteridad:
Molina en su Tratado de Criminología8, desde que
en 1896, en la primera edición de su obra seminal, “aquéllas que por su anormalidad sufren o hacen
definiera Kraepelin la personalidad psicopática9, la sufrir a la sociedad” (p. 17).
doctrina psiquiátrica ha polarizado en torno a esta Aunque las personalidades psicopáticas de Kraepelin
categoría buena parte del debate científico. En el y de Schneider supusieron un cierto nuevo aire en la
momento de verificar posibles conexiones entre
comprensión del concepto de psicopatía tal y como
anomalía o trastornos psíquicos y crimen, el con-
lo entendemos en la actualidad, quizás podríamos
cepto de psicopatía ha ocupado un papel estelar, a
reprocharle a ambos el hecho de que enmarcaran la
pesar de que su delimitación no concite precisa-
psicopatía dentro de un sistema psicopatológico en
mente consenso alguno (con razón se ha dicho que
no existe “el” psicópata10, ni dos psicópatas iguales): el que, en ningún caso, tiene hoy cabida este cons-
el número y la heterogeneidad de las personalidades tructo, ya que, precisamente, una de las caracterís-
psicopáticas (tipologías), la etiología muy diversa que ticas esenciales de la psicopatía es la ausencia de
se atribuye a tales cuadros clínicos y los rasgos de manifestaciones psicopatológicas de cualquier tipo.
personalidad descritos en cada caso demuestran la Por tanto, Kraepelin y Schneider describieron, para
complejidad y controversia del problema. ser más exactos, una serie de psicopatologías de la
personalidad, más que personalidades psicopáticas
Fue el psiquiatra alemán Emil Kraepelin quien en sensu stricto.
1903, con la séptima edición de su influyente obra
Psychiatrie: Ein Lehrbuch11, vino a poner un poco
de sentido al sinsentido histórico que el concepto de
psicopatía había recorrido hasta entonces. Aunque La sociología criminal y el psicoanálisis
seguían resonando ciertos ecos de la antaño criminal
manía/locura sin delirio, Kraepelin comenzó a hablar
de los estados psicopáticos y, sobre todo, de las per- La sociología criminal o de la desviación: los
sonalidades psicopáticas12,13. Ya en esta época, él sociópatas
fue quien primero advirtió que los psicópatas ni se
encontraban recluidos dentro de los sanatorios men- A finales de los años 20 y principios de los años 30
tales -los llamados, por aquel entonces, manico- del pasado siglo, los sociólogos estudiosos de la con-
mios- ni tampoco sólo se circunscribían al submundo ducta desviada y criminal no estaban en absoluto de
delincuencial. acuerdo con el término “psicópata”, de ahí que au-
tores como George Everett Partridge propusiera el
Veinte años después, el doctor Kurt Schneider14, otro término sociopatía como sustituto para acabar con la
psiquiatra alemán y pupilo de Kraepelin, tomó el tes- polémica teórico-conceptual existente15,16.
tigo de éste y lo plasmó en su ya clásica obra Die
Psychopathischen Personlichkeiten (“Las Persona- En una revisión de la investigación y la teoría reali-
lidades Psicopáticas”), sin duda la obra más influ- zada durante los 50 años anteriores sobre la “cate-
yente en los postulados teóricos y nosológicos de las goría esquiva” de la personalidad psicopática, el

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Psicopatía, violencia y criminalidad: un análisis psicológico-forense, psiquiátrico-legal y criminológico (Parte I)

conocido psiquiatra británico Sir Aubrey Lewis co- personalidad y sus variantes psicopáticas, reflejaba
mentó lo siguiente17: simplemente que estos comportamientos eran muy
“obvios”. A este respecto, Partridge16 sostenía lo
Este trastorno revela una preocupación por el es-
siguiente:
tado nosológico del concepto… sus implicaciones
forenses, sus subdivisiones, sus límites [y] la pro- Una razón por la que se ha generado confusión
piedad de identificar la personalidad psicopática sobre los llamados psicópatas es que, en estos
con un comportamiento antisocial. El efecto de la casos, las desviaciones de la personalidad apare-
lectura de textos literarios aparentemente sólidos cen en edades muy tempranas y en una forma dis-
es descorazonador; existe una cantidad enorme de tinta… La principal diferencia… reside en que las
teorías inútiles y polémicas repetitivas, y una gran formas sociopáticas son más objetivas simple-
oscuridad terapéutica (pp. 137-138). mente en sus manifestaciones o patrones adapta-
tivos, o al menos son las que más fácilmente
Setenta años antes ya se habían cuestionado los mis- pueden observarse (pp. 98-99).
mos aspectos, en especial si la personalidad psico-
pática era o no sinónimo del verdadero
comportamiento antisocial. La revisión detallada de El psicoanálisis y sus explicaciones circulares:
George Partridge16 sobre el concepto de la psicopa-
los delincuentes por sentimientos de culpa
tía, que prevalecería después, comienza del siguiente
modo: A medida que los nuevos conceptos y teorías del psi-
coanálisis se fueron consolidando durante la década
Las ideas relacionadas con la personalidad psico- de los años veinte, las nociones preliminares y más
pática están ampliamente esparcidas en los ámbi- extendidas en relación con el carácter de los psicó-
tos psiquiátrico y criminológico. Mucho de lo que
patas fueron el objeto/tópico principal de las publica-
se ha escrito es casi incidental cuando se estudia
ciones de los clínicos, cada uno de los cuales partía
la delincuencia en general; algunos se refieren a
de su escuela de pensamiento. La mayoría se vieron
los diferentes tipos de trastornos mentales en los
enfrascados en esta tarea gracias a un texto de
que están implicadas las desviaciones de la perso-
Freud18 titulado “Algunos tipos de carácter observa-
nalidad (p. 53).
dos con el trabajo psicoanalítico”. En este texto,
En relación con la cuestión de si la psicopatía y el Freud describió “actos peculiares” que no parecían
comportamiento antisocial son una sola cosa, ser propios del carácter del individuo. Al exponer la
Partridge16 estableció lo siguiente: dinámica subyacente a un subgrupo de estos casos,
refiriéndose a la “criminalidad a partir de un sentido
Comparativamente, se ha prestado poca atención de culpa” (los denominados delincuentes por senti-
[psicopatológica] a las desviaciones de la persona- mientos de culpa), Freud18 escribió lo siguiente:
lidad que, aunque distintas, no se expresan en
comportamientos antisociales. El trabajo analítico lleva a la sorprendente conclu-
sión de que tales acciones se producen precisa-
Existe la creencia de que al menos algunos tipos mente porque están prohibidas y, al llevarlas a
crónicos de comportamientos desviados son las ex- cabo, la persona disfruta de una sensación de ali-
tensiones visibles de los aspectos profundos de la vio mental. Sufren una sensación aprensiva de
personalidad (p. 75). culpa, de la que no conocen el origen, y, una vez
Por otro lado, al comentar las relaciones halladas que han cometido la acción prohibida, la opresión
entre la psicopatía diagnosticada y las historias reco- se mitiga (p. 342).
gidas de comportamientos criminales o delincuentes,
Este texto freudiano fue el desencadenante de nu-
Partridge16 puntualizó así:
merosos trabajos clínicos de otros psicoanalistas y
En la producción de la delincuencia en general, la neopsicoanalistas. Entre los que se escribieron desde
importancia de la psicopatía ha recibido cierta principios hasta mediados de los años veinte cabe
atención. Hemos visto que algunos encuentran una citar el Joven Díscolo de Aichhorn, el estudio de
gran proporción de personalidades psicopáticas en Reich sobre El Carácter Esclavizado por el Impulso,
grupos criminales o entre los delincuentes en gene- el análisis de Abraham sobre la vida e Historia de
ral, y algunos sólo parecen encontrar una pequeña un Impostor, y los trabajos de Alexander en torno al
proporción (p. 93). “carácter neurótico”.

En la conclusión de su análisis, Partridge se preguntó Aunque Partridge lo intentó y los psicoanalistas con-
si la tendencia de los nosólogos (los psiquiatras de tinuaban sin salir de sus clásicas explicaciones de
la época) a centrarse en los comportamientos anti- tipo circular (como las califica Hare19), la propuesta
sociales, a expensas de la estructura profunda de la de emplear el término sociopatía como sustituto del

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de psicopatía no llegó a buen puerto6. Si bien es los juicios de valor y las apreciaciones emocionales
cierto que actualmente los norteamericanos son asi- son correctos (…). Sin embargo, esa capacidad
duos empleadores del término sociopatía, el gremio aparente es incapaz de guiar de modo efectivo el
comportamiento del sujeto: sólo cuando el sujeto
científico, en general, sigue manteniendo la nomen-
conduce su vida podemos encontrar evidencia de
clatura tradicional de psicopatía y han establecido lo poco que esa comprensión teórica que posee
sutiles diferencias. Así, mientras el problema subya- significa para él (…). Lo que tomamos como evi-
cente del psicópata se encuentra en “algo” interno a dencia de su cordura no influirá de modo sustan-
su misma estructura de personalidad, el de los soció- cial o consistente en su comportamiento.
patas descansaría, más bien, en la estructura de las
El psicópata muestra la más absoluta indiferencia
características de la sociedad de cada momento.
ante los valores personales, y es incapaz de com-
Lejos de posicionarnos en uno u otro sentido, lo prender cualquier asunto relacionado con ellos. No
es capaz de interesarse lo más mínimo por cuestio-
cierto es que ambos conceptos, si bien no son total-
nes que han sido abordadas por la literatura o el
mente contradictorios, pueden emplearse -pero no arte, tales como la tragedia, la alegría o el esfuerzo
indistintamente, ni tampoco como si fueran inter- de la humanidad en progresar. También le tiene sin
cambiables- siempre y cuando estas diferencias se cuidado todo esto en la vida diaria. La belleza y la
subrayen20. fealdad, excepto en un sentido muy superficial, la
bondad, la maldad, el amor, el horror y el humor
no tienen un sentido real, no constituyen una mo-
tivación para él. También es incapaz de apreciar
La psicología criminal y forense: psicó- qué es lo que motiva a otras personas. Es como si
fuera ciego a los colores, a pesar de su aguda in-
patas subclínicos versus psicópatas teligencia, para estos aspectos de la existencia hu-
criminales mana. Por otra parte, es inútil explicarle dichos
aspectos, ya que no hay nada en su conocimiento
que le permita cubrir esa laguna con el auxilio de
Y esto es precisamente lo que vino (tal como se re- la comparación. Puede, eso sí, repetir las palabras
fleja en el subtítulo de su libro) a aclarar el doctor y decir que lo comprende, pero no hay ningún
Hervey Milton Cleckley en 1941, con su ya clásica modo para que se percate de que realmente no lo
obra: The Mask of Sanity4. Tras la quinta edición de comprende (pp. 90-91).
esta obra, en 197621, fue el doctor Hare22-24 quien,
posteriormente, elevara a la categoría de empíricas Ya lo expresaron más gráficamente Johns y Quay25
las observaciones y descripciones clínicas tan preci- cuando señalaron que el psicópata “se sabe la letra,
sas que realizara Cleckley con el estudio de sus pro- pero no la música”. Por tanto, llegados a este punto,
pios pacientes. se hace necesario distinguir en los psicópatas entre
una conciencia intelectual y una conciencia moral6,
y siempre en referencia a las conductas que ejecu-
Los psicópatas subclínicos o “socializados” tan. En pocas palabras, esta distinción se basaría en
lo siguiente: saben lo que hacen, pero no les impor-
Como decíamos, en 1941 apareció publicada la pri- tan en absoluto las cicatrices psicológicas y emocio-
mera edición de esa obra, que, sin duda, marcaría nales que causan con sus actos. Entonces,
un entonces y un después en la comprensión de la ¿podemos decir que falla algo dentro de la concien-
psicopatía como un constructo clínico-forense válido cia del psicópata? En caso de que fallare algo, ¿de
y fiable para los tiempos modernos y los nuevos es- qué se trataría? ¿Se tratará de un déficit cognitivo?
tilos de ser y de vida. El doctor Cleckley puso el foco ¿Se tratará de esa especie de demencia o afasia se-
de atención en los aspectos personales y emociona- mántica? ¿Es posible que los psicópatas no piensen
les del psicópata, más que en sus características o en voz alta? ¿Y en voz baja? Esta última es la verda-
rasgos conductuales, a los que otorgó su debida im- dera conciencia, esa que todos conocemos y descri-
portancia, pero siempre en base a lo que ocurría en bimos generalmente como “una vocecilla interior que
la mente y sentimientos de estos individuos. nos dice lo que está bien y lo que está mal”, algo así
Así, la nueva hipótesis o concepto que formuló Cleckley como “el diablillo bueno y el malo”, en suma: el cen-
en 1941 fue el de afasia semántica. Este autor des- tinela de nuestra conciencia.
cribía la mente y pensamiento del psicópata del si- Parece evidente que, en los psicópatas, la lógica del
guiente modo4: razonar sensatamente y de la conversación interior
Cuando examinamos a un psicópata, los procesos -en voz baja- permanecen ausentes. Incluso las
lógicos del pensamiento funcionan perfectamente conversaciones exteriores, dirigidas a los demás,
(…). En un análisis de su discurso verbal, todos de estos individuos encierran una gran multitud de

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Psicopatía, violencia y criminalidad: un análisis psicológico-forense, psiquiátrico-legal y criminológico (Parte I)

incongruencias y de saltos inopinados de un tema a de ahí muchos de los resultados contradictorios en


otro, como si parecieran, sin serlo, como los esqui- la investigación actual).
zofrénicos, los cuales presentan un descarrilamiento
del lenguaje muy ostensible. Pero los psicópatas, in- La hipótesis de Cleckley21 sobre la afasia semántica
sistimos, ni deliran, ni viven en otro mundo, ni han es muy sugerente, pero requeriría de muchos mati-
perdido el juicio. ces, objeto de análisis para un estudio aparte. En la
presente revisión, lo que nos interesa son los 16 ras-
Sin embargo, como acertadamente señala el profesor gos o características clínico-descriptivas que en la
Vicente Garrido en su libro El Psicópata26, el pro- edición de 1976 nos ofreció este autor sobre los que
blema en todo esto es que el psicópata puede en- él consideraba como psicópatas “subclínicos”, des-
mascarar fácilmente esas disonancias o cripciones que realizó tras largas observaciones de
incongruencias lingüísticas mediante sus espectacu- años de trabajo con pacientes de su propia consulta.
lares dotes de manipulador y por su gran encanto su-
perficial. Ahora, eso sí: en cierto modo podemos Huelga decir que, durante las últimas décadas, el
“detectar” algunas de esas incongruencias si segui- psiquiatra norteamericano Hervey Cleckley se ha
mos y estamos atentos a un principio básico, esen- convertido en un referente principal para los estudio-
cial, con el que podemos desenmascararlo en buena sos de la psicopatía27. Como decíamos, fue en la
medida: se trata, simple y llanamente, de comparar quinta edición de su The Mask of Sanity, publicada
lo que dice con lo que hace. en 1976, donde el doctor Cleckley expuso y especi-
ficó estos 16 rasgos psicopáticos, haciendo la pri-
Hay que tener en cuenta que los psicópatas presen- mera descripción comprehensiva del psicópata
tan una enorme discrepancia entre su discurso ver- prototípico e intentando clarificar el problema de las
bal y sus actos. Esto es precisamente lo que llevó al terminologías y contrarrestar la tendencia a incluir
doctor Cleckley a formular su conocida y difundida bajo el rótulo de psicopatía trastornos muy diferen-
hipótesis de que el psicópata pudiera sufrir una es- tes. En la Tabla 1 sintetizamos el listado de dichas
pecie de demencia o afasia semántica, postulando 16 características psicopáticas.
la existencia de “una anormalidad o defecto en un
nivel profundo que perturba la integración y la apre- A diferencia de otras posturas anteriores, Cleckley21
ciación normal de la experiencia”. Tras formular su consideraba que la psicopatía es un trastorno grave
hipótesis, no tardaron los científicos de laboratorio (más peligroso incluso que la psicosis) debido a su
en tratar de probar la verosimilitud de la misma a apariencia externa de normalidad. Para este autor,
través de una pluralidad de técnicas y estudios de el comportamiento antisocial de los psicópatas es
investigación biomédicos y psicológicos, pero sólo una de las posibles manifestaciones de un sín-
siempre con muestras de psicópatas encarcelados drome clínico más amplio, cuyo núcleo está repre-
(y, más en concreto, con delincuentes comunes, sentado por una serie de características distintivas a

Tabla 1.
Los 16 rasgos o características
clínicas del psicópata,
según Hervey M. Cleckley
(1976).

Cuad Med Forense 2011;17(3):123-136 129


JM. Pozueco Romero et al.

nivel emocional e interpersonal. Es por ello que este Fue precisamente el doctor Robert D. Hare, profesor
autor concibió al psicópata como un individuo de emérito en la Facultad de Psicología de la Universi-
trato social aparentemente agradable pero altamente dad de British Columbia (Canadá), quien, partiendo
asocial, superficial e impulsivo. de las características señaladas por Cleckley, fue ela-
borando su conocido instrumento de evaluación de la
Aunque algunos de los criterios, ítems o rasgos psi- psicopatía desde 1980 (llamado PCL28,29,30,31) hasta
copáticos formulados por Cleckley son indicadores 1991 que fue publicado formalmente con el nombre
de desviación social, este autor mantenía que la con- de Psychopathy Checklist-Revised (PCL-R23), del
ducta antisocial y destructiva por sí misma no era que recientemente, en 2003, se ha publicación su
suficiente para establecer un diagnóstico de psico- segunda edición incluyendo datos de población re-
patía, aconsejando distinguirla de la criminalidad clusa femenina24.
común. De hecho, contempló la posibilidad de que
las personalidades psicopáticas no se encuentren En términos operativos, el concepto de psicopatía
únicamente en las instituciones penitenciarias, sino aportado por Hare en su PCL-R se distingue de otros
también en algunas de las posiciones sociales más trastornos o cuadros psicopatológicos por un patrón
respetadas, como científicos, médicos, psiquiatras, característico de síntomas en tres planos o niveles:
juristas y hombres de negocio21. afectivo, interpersonal y conductual1,19,32. Así, en el
plano afectivo, estos individuos se caracterizan por
Cleckley se refirió a estos casos como manifestaciones experimentar emociones lábiles y superficiales, por
subclínicas del trastorno al considerar que el concepto su falta de empatía, de ansiedad y de sentimientos
de “trastorno” implicaba un cierto grado de incapa- genuinos de culpa o remordimiento, así como por su
cidad o desajuste social. Sin embargo, enfatizó que incapacidad para establecer vínculos duraderos con
se trataba de manifestaciones alternativas de la personas, principios u objetivos. En el plano inter-
misma patología que subyace a los casos clínicos, personal, son arrogantes, egocéntricos, manipulado-
ya que los casos subclínicos muestran signos de ex- res, dominantes y enérgicos. Finalmente, en el plano
perimentar reacciones internas similares a las de los conductual, son irresponsables, impulsivos y busca-
casos clínicos. Es por esta razón por la que, en tér- dores de sensaciones; suelen trasgredir con facilidad
minos alegóricos, sugirió que el psicópata padece las normas sociales, y se caracterizan por un estilo
demencia semántica, pues no es capaz de compren- de vida socialmente inestable que incluye compor-
tamientos parasitarios y faltos de planificación. Entre
der las experiencias genuinamente humanas en pro-
las expresiones más obvias de estas tendencias de
fundidad, aunque finge entenderlas. Es decir, el
personalidad, Hare y su grupo destacaron la con-
psicópata es capaz de imitar la moral y otros senti-
ducta criminal, el abuso de sustancias y el fracaso en
mientos sutiles del ser humano y tampoco tiene di-
cumplir con las obligaciones sociales o en hacerse
ficultad alguna en entender las normas de la
cargo de las responsabilidades28,33.
interacción social, pero le faltan las emociones aso-
ciadas a dichas reglas. En la Tabla 2 exponemos los primeros 22 ítems ori-
ginales de la psicopatía que sirvieron a Hare para
La existencia de los psicópatas “subclínicos” que que, entre 1980 y 1985, elaborase un borrador del
Cleckley puso de relieve, como veremos luego, dio instrumento de evaluación de la psicopatía (llamado
lugar a una sucesiva e imparable retahíla de térmi- PCL) con el cual se hicieron numerosas investigacio-
nos que vienen a ser la misma entidad. Según este nes que, posteriormente, dieron lugar a su revisión
autor, lo que verdaderamente diferencia a los psicó- (el PCL-R).
patas que continuamente entran y salen de las pri-
siones o los hospitales psiquiátricos y a los Como decíamos, tras este primer listado original de
psicópatas “con éxito” es que, en estos últimos, la 22 ítems psicopáticos, Hare y su grupo fueron reali-
apariencia de normalidad es más firme21. zando varios cambios en el listado para construir uno
que fuera sencillo de utilizar. Estos cambios incluye-
ron eliminar dos ítems, uno porque era difícil de pun-
Los psicópatas criminales o “puros” tuar (ítem 22, “Abuso de drogas o alcohol no
causado directamente por la conducta antisocial”) y
El legado de los 16 criterios de la psicopatía pro- el otro porque proporcionaba poca información útil
puestos por Cleckley es innegable. Estos rasgos han (ítem 2, “Diagnóstico previo de psicopatía”). El ítem
sido utilizados como un tipo de definición operativa 16 (“Conducta irresponsable como padre”) fue cam-
de la psicopatía, en un principio, para realizar eva- biado por “Irresponsabilidad” en general. Otros títu-
luaciones clínicas globales y, posteriormente, como los también fueron levemente modificados sin alterar
un listado o conjunto de escalas de evaluación28,29. la naturaleza de la característica de conducta a la

130 Cuad Med Forense 2011;17(3):123-136


Psicopatía, violencia y criminalidad: un análisis psicológico-forense, psiquiátrico-legal y criminológico (Parte I)

que se refiere el ítem. Los ítems y procedimientos de continuo -en el que los sujetos van desde nada psi-
puntuación actuales están descritos con más detalle copáticos (0 puntos) hasta psicópatas puros (40
que anteriormente, y algunas dificultades y aparen- puntos)-, las variaciones de “psicópatas” que pueden
tes inconsistencias en los criterios de puntuación fue- surgir son múltiples, muy variadas y, en absoluto,
ron convenientemente revisadas. El resultado de nada desdeñables. En cualquier caso, el concepto
todas estas revisiones fue el actual Listado de Psico- completo de psicopatía es, justamente, ése que viene
patía de 20-ítems. caracterizado por los citados 20 rasgos que al prin-
cipio, en 199123, fueron divididos en dos factores y
Teniendo en cuenta todo este perfil en sus tres pla- que más modernamente, en 200324, ha seguido la
nos y el original PCL de los años ochenta, el doctor misma estructura factorial, pero con la novedad de
Hare comenzó a elaborar su actual PCL-R, en el cual haberlos separado por facetas y de haber incluido
se encuentran explicitados los vigentes 20 rasgos datos sobre población penitenciaria femenina.
esenciales del psicópata criminal o “puro”. Dado
que la psicopatía enmarcada en el PCL-R puede en- En la Tabla 3 se expone el listado exacto de los 20 ras-
tenderse también como una dimensión o como un gos psicopáticos según las facetas a que corresponden.

Tabla 2.
Los 22 rasgos o características
forenses del psicópata,
según Robert D. Hare
(1980, 1985).

Tabla 3.
Los 20 rasgos o características
del psicópata “puro”, según
Robert D. Hare (2003).

Cuad Med Forense 2011;17(3):123-136 131


JM. Pozueco Romero et al.

La suma de las evaluaciones individuales de los para responder emocionalmente en situaciones en


ítems proporciona una puntuación total en el PCL-R las que se esperaría alguna respuesta, tratándose de
entre 0 y 40, indicativa del número de rasgos y con- una personalidad normal; y 2) una irresistible ten-
ductas psicopáticas mostradas por un determinado dencia a actuar impulsivamente. En base a esto, el
sujeto34, y representativa del grado en que éste se autor estableció que de estos dos rasgos distintivos
aproxima al psicópata prototípico descrito por Clec- generales se derivarían otros rasgos secundarios:
kley4,21. Según el autor de este instrumento de eva- agresividad, ausencia de sentimiento de culpa, falta
luación, una puntuación igual o superior a 30 es la de motivación o pulsión positiva, no influenciabilidad
puntuación de corte a partir de la cual se puede es- por el temor al castigo, etc.
tablecer el diagnóstico de psicopatía; asimismo, las
puntuaciones medias (iguales o inferiores a 29) po- Sin embargo, recientemente se han venido reali-
drían estar indicando graves trastornos psicopatoló- zando diversos estudios empíricos que han probado
que las tipologías de psicópatas no sólo son diversas
gicos y/o psiquiátricos (por ejemplo, esquizofrenia
sino, además, necesarias. Tal es el caso de, por
paranoide)23,32.
ejemplo, la investigación llevada a cabo por Hugues
Uno de los aspectos más importantes de este listado F. Hervé, J. Yong Hui Ling y Robert D. Hare, presen-
de 20 rasgos psicopáticos es que el concepto de psi- tada como ponencia en una Conferencia celebrada en
copatía está operacionalizado empíricamente a tra- New Orleans bajo el título de La Psicopatía Criminal
vés del PCL-R, siendo el único instrumento de y Subtipos44.
evaluación de la psicopatía fiable y valido en contex-
Partiendo de la base de que el concepto de psicopa-
tos penitenciarios, que fue para la población para la tía contenido en el PCL-R se compone de las cuatro
que se creó; existen otros instrumentos derivados de facetas anteriormente expuestas, se podría hablar de
éste e igualmente válidos y fiables para ser utilizados subtipos de psicópatas. Al mismo tiempo, conside-
en contextos forenses y civiles con población adulta rando que este instrumento consta de 20 ítems o
(PCL:SV35; P-SCAN36; B-SCAN37,38,39), así como con rasgos, existen distintas combinaciones que pueden
población infanto-adolescente (CPS40 y APSD41) y llevar a que se obtenga un puntaje elevado (igual o
juvenil (PCL:YV42). mayor que 30), debiendo tener al menos 2 puntos
Cualquier otra escala que dice pretender medir psi- en 10 ítems y 1 en los demás. Como ya estableciera
Hare1, la psicopatía puede considerarse, en vistas de
copatía no lo es tal (como, por ejemplo, la ya clásica
la polémica generada al respecto, tanto una catego-
escala Pd o de desviación psicopática del MMPI),
ría discreta (o taxón) como una categoría continua
de modo que establecer un juicio clínico-forense de
(es decir, un continuo dimensional que, según las
“psicopatía” a través del empleo de este tipo de es-
puntuaciones del PCL-R puede ir desde más hasta
calas ni es correcto ni es psicopatía sensu stricto; a
menos psicopático). En consecuencia, no todas las
lo sumo podría ser un indicativo de tendencias psi-
personas que delinquen y que obtienen un puntaje
copáticas, las cuales habría que contrastarlas y de- elevado en el PCL-R son iguales.
mostrarlas a través del uso de los PCL.
Para demostrar esta hipótesis, Hervé, Ling y Hare44
llevaron a cabo un análisis de los resultados obteni-
dos en reclusos con puntajes elevados en el PCL-R.
Regreso al presente y futuro: una De acuerdo al puntaje obtenido por ellos en cada una
reformulación necesaria de las cuatro facetas, identificaron tres grupos o sub-
tipos de psicopatía y un cuarto grupo de pseudop-
Las diversas tipologías o subtipos de psicópatas sicópatas o sociópatas. Este estudio tuvo sus
Ante todo este panorama, es posible que las nume- consecuencias posteriores, ya que le valió a Hare
rosas tipologías existentes de psicópatas tampoco para que puliera su PCL-R y publicara en 2003 su
hayan contribuido a clarificar el concepto más gene- segunda edición. Los 3 subtipos de psicópatas halla-
ral de psicópata, el cual sigue siendo actualmente dos fueron los siguientes:
impreciso para algunos autores. Lamentablemente, – Clásico o prototípico: puntaje elevado en las
los amplios esfuerzos doctrinales de, por ejemplo, cuatro facetas.
Michael J. Craft han sido desoídos con frecuencia.
En su influyente obra de 1966 Psychopathic Disor- – Manipulador: puntaje alto en la Faceta 1 (In-
ders and Their Assessment, Craft43, después de re- terpersonal) y en la Faceta 2 (Afectiva), y más
bajo en las otras dos facetas.
visar el desarrollo histórico de esta categoría tan
ambigua, concluyó que dos son los rasgos distintivos – “Macho”: puntaje bajo en la Faceta 1 y alto en
de una personalidad psicopática: 1) una incapacidad las demás.

132 Cuad Med Forense 2011;17(3):123-136


Psicopatía, violencia y criminalidad: un análisis psicológico-forense, psiquiátrico-legal y criminológico (Parte I)

Tras los resultados obtenidos del total de la muestra, se da cuenta de que el psicópata sólo da proble-
un 32% correspondía al psicópata clásico o prototí- mas e interrumpe la rutina institucional. Son como
pico, un 25% al manipulador, un 27% al “macho” y pelotas de ping pong fuera de control.
un 16% al pseudopsicópata o sociópata. El hallazgo Sin embargo, muchos psicópatas nunca ingresan
más destacado fue que los tres primeros subtipos ha- en la cárcel ni en ningún otro centro. Parece que
bían obtenido un alto puntaje en la Faceta 2 (Emo- funcionan razonablemente bien -son abogados,
cional, Afectiva), mientras que los pseudopsicópatas médicos, psiquiatras, mercenarios, oficiales de po-
o sociópatas eran completamente distintos, ha- licía, líderes religiosos, militares, hombres de nego-
biendo obtenido un puntaje significativamente infe- cios, escritores, artistas y demás-, sin contravenir
la ley o, al menos, sin que les cojan. En realidad,
rior en esta faceta.
son tan egocéntricos, insensibles y manipuladores
Una de las principales implicaciones de este estudio como el resto de psicópatas; sin embargo, su inte-
ligencia, su familia, sus habilidades sociales y sus
se relaciona con la posibilidad de tratamiento de
circunstancias les permiten construir una fachada
estos sujetos. Dado que la psicoterapia apela princi- de normalidad y obtener lo que desean con relativa
palmente a las emociones, ésta podría resultar más impunidad.
efectiva para el grupo de los sociópatas que para los
tres subgrupos restantes, debido a sus características Algunos estudiosos los llaman “psicópatas con
éxito”. Otros opinan que individuos de esa clase
emocionales45. En este sentido, resulta evidente que
benefician a la sociedad. Según este argumento,
el puntaje obtenido en el PCL-R es relevante no sólo debido a que son capaces de ignorar las normas
para evaluar la respuesta a los tratamientos psicote- sociales, los psicópatas inteligentes pueden tras-
rapéuticos, sino también, como pasamos a ver a cender los límites del pensamiento convencional,
continuación, como factor con gran capacidad aportando una chispa de creatividad a las artes, el
predictiva del riesgo de peligrosidad, violencia y teatro, el diseño y demás. Bajo mi punto de vista,
reincidencia46. por mucho que aporten, lo importante son los co-
razones rotos que dejan, las carreras que destro-
zan y la gente utilizada que dejan en el camino,
y todo en nombre de su necesidad de “expresar
Los modernos psicópatas “predelincuentes”, su verdadero yo”.
“exitosos” o “integrados”
Antes que llamarlos psicópatas con éxito -después
Decíamos anteriormente que los psicópatas “subclí- de todo, su éxito es frecuentemente ilusorio y
nicos” observados por Cleckley en su propia consulta siempre a expensas de otros-, prefiero darles el
generaron un gran interés (que aún hoy permanece apelativo de psicópatas predelincuentes [subcri-
vigente, incluso con mayor ímpetu) en conocer si minales]. Su conducta, aunque técnicamente no
existen los que más modernamente han sido deno- ilegal, violan los criterios éticos que tenemos la
mayoría y se coloca en esa zona gris de la ley. Los
minados como psicópatas “predelincuentes” o “sub-
psicópatas predelincuentes exhiben la misma con-
criminales”19, psicópatas “exitosos” o “con éxito”37- ducta y actitud en todas las áreas de su vida, a di-
39,47-51
o psicópatas “integrados” 6,20,52, es decir, in- ferencia de la gente que conscientemente adopta
dividuos psicopáticos (con varios rasgos de la psico- una actitud egoísta y sin escrúpulos en sus nego-
patía) que, sin ser delincuentes, logran triunfar en cios, pero que son razonablemente honestos en
profesiones socialmente bien consideradas2,53,54. otras áreas de su vida. Si mienten y engañan en
su trabajo -y salen bien parados de ello e incluso
En su influyente libro Without Conscience, el doctor los admiran- mentirán y engañarán en otras áreas
Hare19 vino a poner en conocimiento de la sociedad de su vida (pp. 113-114).
en general la existencia de este tipo de individuos, a
Como decimos, a estos mismos sujetos, otros auto-
los que él califica de “predelincuentes”. Estable- res los han denominado psicópatas “con éxito” o
ciendo la importantísima diferencia con los delin- psicópatas “integrados”. Así, independientemente
cuentes comunes multireincidentes, el propio autor, del calificativo que emplees para denominarlos, este
en extensión, asevera lo siguiente: tipo de sujetos tienen siempre el mismo perfil de per-
Muchos psicópatas se pasan la vida entrando y sa- sonalidad: todos aquellos psicópatas adultos que
liendo de cárceles y correccionales. La pauta ca- hasta el momento de su detención o hasta que los
racterística es ir de un trabajo u otro a la prisión y desenmascararon pasaban por ciudadanos ejempla-
después vuelta a las calles, vuelta a la prisión (qui- res, en realidad, no aparecieron ni aparecen de la
zás a un centro de salud mental) y después fuera nada: “eran las mismas personas antes y después
otra vez. En los hospitales psiquiátricos no suelen de su detención y/o desenmascaramiento. Son psi-
pasar mucho tiempo ya que, muy pronto, el personal cópatas ahora y eran psicópatas antes”19.

Cuad Med Forense 2011;17(3):123-136 133


JM. Pozueco Romero et al.

Conclusiones y discusión menor medida, que aún sigue existiendo entre cier-
tos sectores clínicos y el gremio de investigadores
La reformulación del concepto de psicopatía por la que dedican sus esfuerzos al estudio de la psicopa-
Psicología Criminal y Forense y su separación res- tía. De ser así, el problema debiera solucionarse de
pecto de la tradición médico-psiquiátrica ha tenido inmediato consensuando posturas aisladas y minori-
lugar a lo largo de un proceso histórico cuyos prime- tarias muy alejadas del consenso generalizado.
ros albores apuntan exactamente en el momento en Tampoco podemos anclarnos en la errónea premisa
que Cleckley comienza a estudiar a los psicópatas que suele hacerse muchas veces de que todos los
que le llegan a su clínica privada, cobrando la psico- estudios de investigación sobre la psicopatía están
patía una verdadera realidad psicosocial y entidad realizados con muestras fundamentalmente nortea-
propia en el mismo momento en que el doctor Hare mericanas, puesto que el PCL-R está publicado en
retoma los estudios de aquél y los separa del enfoque inglés y baremado para la población citada. Esto no
psiquiátrico y psicopatológico en el que había estado es cierto: los estudios realizados en España con psi-
encapsulado desde antaño. De esta forma, la psico- cópatas, si bien no son tan numerosos como los fo-
patía pasa de ser un concepto nosológico excesiva- ráneos, existen53,59-63, por no mencionar el hecho de
mente amplio, vago y difuso, aceptado y rechazado que el PCL-R ha sido convenientemente estandari-
simultáneamente por la APA, a ser un constructo psi-
zado para muestras penitenciarias españolas hace
cológico válido y fiable para los nuevos tiempos. Así,
ya 10 años64, estando actualmente publicado por
con la aparición del PCL-R, el constructo de psicopa-
TEA Ediciones en España.
tía queda definitivamente operacionalizado, cobra un
auténtico valor empírico que antes era meramente Hoy por hoy, la división de la psicopatía en una ver-
descriptivo sólo a nivel clínico. tiente emocional-afectiva anómala y otra vertiente
conductual antisocial constituye un logro irrenuncia-
Sin duda alguna, como hemos visto, el concepto de
ble de los diversos estudios de Hare et al, así como
psicopatía ha sido una fuente constante de contro-
también de todos aquellos estudios en los que se ha
versia y confusión55 a lo largo de los distintos perío-
empleado convenientemente el PCL-R como procedi-
dos históricos56. Sin embargo, las implicaciones
miento único de evaluación y diagnóstico de la psi-
psicosociales, criminológicas y legales de esta ano-
copatía. Habiéndose demostrado en reiteradas
malía de la personalidad no son nada desdeñables y
ocasiones que psicopatía y TAP no son la misma en-
debemos contribuir a la investigación para que las
tidad65-70, no es aventurado decir que la psicopatía
causas de la misma sigan cobrando aún mayor
absorbe al TAP, es decir, que el TAP queda compren-
claridad científica57-59.
dido dentro de los rasgos o ítems del Factor 2 del
En vistas de la actual discordancia mantenida sobre PCL-R, aunque no necesariamente lo asume como
el constructo de psicopatía por nuestra Jurispruden- imprescindible para la calificación o diagnóstico de
cia y Doctrina (tema que abordaremos en una Parte psicopatía. En este sentido, quizás no insistamos lo
II de esta amplia revisión y análisis), quizá no sea- suficiente cuando volvemos a recordar que psicopa-
mos muy atrevidos al aseverar que buena parte de la tía no es sinónimo de criminalidad o, en otras pala-
“culpa” de esta situación descansa, paradójica- bras, que ni todos los psicópatas son delincuentes,
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