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Hernández Hernández Neftalí Daniel

Immanuel Kant, Crítica de la razón pura: prólogos e introducciones


En el presente reporte de lectura señalaré las distintos significados que Kant considera en
torno a la metafísica en los prólogos y las introducciones de la Critica de la razón pura. 1.
La metafísica es el campo de batalla de disputas que resultan de la razón humana, esta,
desde su misma naturaleza, se hace preguntas que no se pueden eludir tan fácil, las cuales
sobrepasan la facultad de la razón, pero que tienen mucha importancia en la vida del
hombre. Estas cuestiones van elevándose poco a poco hasta que pasan el ámbito de la
experiencia para perderse en la oscuridad de lugares más remotos para la razón humana,
perdiendo el título de reina de todas las ciencias. Esta metafísica es dogmática en el campo
de la moral (siempre ligado al concepto de Dios, Libertad y Alma), donde esta encauzada
por el monopolio de las escuelas, no tiene ningún interés en la humanidad. 2. Metafísica
crítica es aquella que, instaurado el tribunal de la crítica de la razón pura o el límite de la
razón, en tanto lo que ella puede conocer independientemente de la experiencia, se abre la
posibilidad o imposibilidad de una metafísica como ciencia, de sus fuentes, alcances y
límites. 3. Metafísica de la naturaleza: en consonancia con la acepción número dos, es el
resultado de establecer y exponer las fuentes y condiciones de la posibilidad de dicha
ciencia. 4. Para determinar si algún conocimiento, ya sea teórico o práctico, de la razón
humana ha tomado el camino correcto de la ciencia es necesario dar cuenta de su carácter
puro, es decir, donde la razón determina su objeto de manera a priori. Así como entender
que al razón introduce una parte en de si en la naturaleza, logrando determinar leyes
constantes para poder hacer que al naturaleza responda a sus preguntas. Entre los
conocimientos que transitan dicho camino seguro de la ciencia encontramos la lógica, la
matemática y la física, sin embargo, cuando hacemos la pregunta por la metafísica, un
conocimiento racional especulativo que se eleva por encima de la experiencia, nos damos
cuenta de que solo ha sido un tanteo entre meros conceptos, que no remite a la intuición
como la matemática. Pero, señala Kant, si hacemos el giro copernicano en términos no ya
astronómicos sino epistemológicos, podemos abrir la posibilidad de que la metafísica
camine por los senderos correctos de al ciencia. Pues este giro supone que el conocimiento
no se rige por los objetos, sino que los objetos deben de regirse por nuestro conocimiento
(conocemos a priori de las cosas aquello que nosotros ponemos en ellas), de esta manera la
metafísica no sería una atolladero de meros concetos, sino que una parte pura acompañaría
a la reina de las ciencias, es decir, que los conceptos a priori de la metafísica deben de tener
su correlato en los objetos de la experiencia, para finalmente abrir la posibilidad de la
metafísica como ciencia. Aquí llegamos a contradicción porque la metafísica supone salir
de del reino de la experiencia y aquí se ha concluido lo contrario. En el conocimiento
especulativo, como en todo conocimiento guiado por el giro epistemológico, se las ve con
fenómenos de los objetos, no con la cosa misma o en sí, pero este primer nivel supone la
contradicción señalada arriba, le queda a la metafísica verse con la cosa en sí, sin embargo,
en ese nivel se cae en contradicción, fundamentalmente porque no es la razón la que pone
algo a priori en la cosa en sí, por ello no hay lugar para conocerlo. Puede que el único lugar
de la metafísica sea en el conocimiento practico. 5. Añadiendo información a la definición
de la metafísica crítica y de la naturaleza expuestas en el número 2 y 3, Kant señala que la
crítica de la razón pura especulativa debe de ser capaz de considerar el giro epistemológico
y la noción de fenómeno y cosa en sí, para determinar los objetos para pensar, sus
problemas, así como delimitar sus principios y su usos. Con eso se logra un resultado
negativo y otro positivo: el primero es no aventurar la razón especulativa más allá de los
límites de la experiencia, y el segundo es que tenemos un estrechamiento de nuestro uso de
la razón.

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