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El aprendizaje y utilización de técnicas de conducción suponen una gran diferencia

a la hora exprimir el máximo rendimiento de un vehículo, reducir el consumo de


combustible, extender la vida útil de la mecánica y, sobre todo, incrementar la
seguridad en carretera.
Por supuesto, como en cualquier otro ámbito, se exige cierto nivel de dedicación,
así como el aprendizaje de conocimientos clave.
A lo largo de los contenidos de nuestro blog, vas a tener acceso a una gran
cantidad de artículos especializados en las principales técnicas de conducción, de
manera que, rápidamente, podrás convertirte en un experto al volante.
 

Principios clave en las técnicas de


conducción
Lo primero que necesitas comprender es que la conducción es una actividad
compleja que requiere de una considerable coordinación psicomotriz y una
extrema atención.
Es cierto que, con el paso del tiempo, una gran parte de los gestos y acciones
propias de la conducción se convierte en automatismos. Sin embargo, esto
también se traduce en:
 Un exceso de confianza que puede dar lugar a accidentes.
 La acumulación de vicios al volante que dañan la mecánica del coche y
empeoran la calidad de tu conducción, lo que también puede dar lugar a
accidentes.
 

Técnicas de conducción: Elimina los


vicios típicos
Antes de abordar las técnicas de conducción más avanzadas, necesitas
asegurarte de que no estás cometiendo los vicios más frecuentes entre los
conductores. De lo contrario, el aprendizaje de nuevos conceptos y trucos se verá
limitado por estos defectos previos en la conducción.
 

Posición relativa a los pedales


En primer lugar, debes asegurarte de que la distancia que separa el asiento de los
pedales se adecua a la longitud de tus piernas. Regula la banqueta
horizontalmente, de manera que puedas pisar el embrague a fondo, teniendo la
rodilla ligeramente flexionada. Esto garantizará que tengas un acceso óptimo a los
pedales del vehículo sin necesidad de forzar la extensión de tus piernas o hacer
movimientos extraños.
 

Posición relativa al volante


El volante ha de ser el siguiente punto de referencia a la hora de adoptar una
postura correcta en el habitáculo del conductor. Debes colocarte de forma que
puedas sujetar el volante con ambas manos, así como tener fácil acceso a los
diferentes mandos del vehículo.
Además, la posición que adoptes respecto al volante determinará el nivel de
visibilidad que tengas de la carretera, especialmente de los objetos más cercanos
y, por tanto, más peligrosos.
Con el objeto de colocarte a una distancia correcta, te recomendamos apoyar tu
espalda sobre el respaldo y situar las manos sobre el volante. Deberías poder
colocar tus muñecas sobre la parte superior del mismo. Esto debería permitirte
empuñar el volante con los codos ligeramente flexionados. De esa manera, podrás
tomar las curvas sin necesidad de despegar la espalda del asiento.
 

Las manos sobre el volante


Uno de los vicios más extendidos entre los conductores es el hecho de apoyar la
mano derecha sobre la palanca de cambios. Se trata de un indicio inequívoco de
exceso de confianza y relajación, que incrementa las posibilidades de sufrir un
accidente.
El ejercicio de la conducción debería llevarse a cabo de forma calmada y relajada,
pero nunca hasta el punto de reducir el control sobre el vehículo.
Precisamente, esto es lo que ocurre cuando se retira una mano del volante. La
capacidad de reacción ante un suceso imprevisto se reduce, alargando el tiempo
de reacción y limitando el alcance de la maniobra.
Por regla general, las manos deben ir colocadas en paralelo, con las palmas
enfrentadas y sobre la línea media del volante.

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