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Antecedentes: Condado de Castilla (850-1065)[editar]

Iglesia de San Juan Bautista de Bisjueces, estatuas de los Jueces de Castilla.

Artículo principal: Condado de Castilla


La primera mención a «Castilla» aparece en un documento del año 800: «Hemos
levantado una iglesia en honor a San Martín, en Área Patriniano, en el territorio de
Castilla».
En la Crónica de Alfonso III (rey de Asturias, siglo IX) se dice: «Las Vardulias ahora son
llamadas Castilla».
Eo tempore populantur Primorias, Lebana, Transmera, Supporta, Carranza, Bardulia quae nunc
appellatur Castella.5
Crónica de Alfonso III

El condado de Castilla se repuebla mayoritariamente por habitantes de


origen cántabro, astur, vasco con un dialecto romance propio, el castellano, y con unas
leyes diferenciadas.
El primer conde de Castilla es Rodrigo en el 860 (bajo Ordoño I de Asturias y Alfonso III el
Magno). El condado de Castilla experimenta una gran expansión durante el gobierno del
conde Rodrigo, que se dirige hacia el sur hasta llegar a Amaya (860) y a costa de los
cordobeses por la Rioja. Además, a partir de la sublevación del conde alavés Eglyón,
Álava se incorpora al condado de Castilla. En el año 931, el condado de Castilla se unifica
con el conde Fernán González, haciendo de sus dominios un condado hereditario a
espaldas de los reyes de León.
El reparto de los territorios de Fernando I —hijo de Sancho III de Navarra que había sido conde de
Castilla y posteriormente rey de León— entre sus hijos condujo a la creación por primera vez del
reino de Castilla, recibido por Sancho II.

En el 1028, Sancho III El Mayor de Navarra adquiere el condado de Castilla tras la muerte


del conde García Sánchez, pues está casado con la hermana de este. Como herencia, en
el año 1035 deja un mermado condado de Castilla a su hijo Fernando.

Creación del reino independiente y uniones con León (1065-1230)


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Monasterio de San Salvador de Oña.

El testamento de Fernando I el Magno


Fernando Sánchez, que había heredado en 1035 el condado de Castilla tras el reparto del
reino de Navarra a la muerte de su padre Sancho III, estaba casado con Sancha,
hermana a su vez de Bermudo III de León. El conde provocó una guerra en la que falleció
el soberano leonés en la batalla de Tamarón contra la coalición castellano-navarra. Al no
tener descendencia Bermudo III, su cuñado Fernando se apropió de la corona leonesa
esgrimiendo los derechos de su mujer y el 22 de junio de 1038, fue ungido rey de León —
Fernando I—. A la muerte de Fernando I en 1065, su testamento mantuvo la tradición
navarra de dividir los reinos entre los herederos: al primogénito, Sancho II, le legó Castilla
elevando de forma oficial su condado hereditario a condición de reino; a Alfonso VI le
otorgó el territorio aportado por la madre: el reino de León; a su tercer hijo, García, le
entregó el reino de Galicia; a su hija, Urraca, le cedió la plaza de Zamora y a su otra hija
Elvira, la ciudad de Toro. Sancho II de Castilla se alió con Alfonso VI y entre ambos
conquistaron Galicia. Sancho atacó a su hermano y ocupó León con la ayuda de El Cid,
con lo que se produjo la primera unión entre los reinos de Castilla y León. Gracias a
Urraca, en Zamora se refugió el grueso del ejército leonés, al que Sancho puso cerco y
donde el rey castellano fue asesinado en 1072 por el noble leonés Vellido Dolfos,
retirándose las tropas castellanas. De este modo Alfonso VI se hizo con todo el territorio
de su padre.

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