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CAPÍTULO 1

La estructura periódica de los cristales

1.1 Introducción
Un sólido está constituido por un gran número de átomos dispuestos con un
orden repetitivo, orden que se limita a unas cuantas distancias interatómicas en el caso
de un sólido amorfo pero que es de largo alcance cuando se trata de un sólido cristalino.
Las propiedades macroscópicas (térmicas, electrónicas, mecánicas, magnéticas)
que exhiben los sólidos están íntimamente ligadas a las fuerzas que existen entre sus
átomos y a la manera en que éstos se distribuyen en el espacio, por lo que, con el
propósito de explicar en términos microscópicos el comportamiento macroscópico de un
sólido cristalino, en este capítulo se analizará el orden estructural que muestran los
sólidos cristalinos.
Algunos aspectos estructurales de los sólidos cristalinos, o cristales, se pueden
deducir de su mera observación externa. En un cristal de cuarzo, o en un trozo de pirita,
es fácil descubrir la existencia de caras planas externas, con aristas bien definidas, y
ángulos iguales entre cortes equivalentes. Fue R. J. Haüy, en 1781, recogiendo las ideas
de Steno (1671) y de Huyghens (1690), quien postuló que las similitudes externas que se
observan en los cristales revelaban la existencia de un "bloque elemental"
paralelepipédico característico. El cristal estaría así formado por la repetición regular de
estos bloques, dando lugar a la existencia de planos cristalinos a lo largo de los cuales se
esfoliaría preferencialmente.
La idea de Haüy fue muy fructífera pero, con el tiempo, se hizo patente que la
simple consideración de bloques elementales y planos cristalinos no bastaba para
explicar las propiedades y el comportamiento de un cristal. Que, en realidad, se precisa
de la consideración de la distribución espacial de los átomos o moléculas, y de las
relaciones geométricas que existen entre las posiciones atómicas. Y así surgió la noción
de simetría y de regularidad en la disposición atómica.
Esta disposición geométrica regular y periódica de los átomos, o moléculas, es
quien determina las simetrías que posee el material cristalino, simetrías que influyen en
las propiedades macroscópicas que muestra el cristal. A modo de ejemplo, dos casos
particulares: la presencia --o ausencia-- de simetría de inversión condiciona los efectos
piezoeléctricos (muy relevantes en dispositivos de medida y control), mientras que las
propiedades de conducción de los electrones en los semiconductores (materiales
indispensables en el mundo optoelectrónico actual) muestran dependencia con de la
simetría cúbica que tienen muchos de estos materiales cristalinos.

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Para proceder al estudio de las estructuras cristalinas resulta de gran ayuda la
noción de red cristalina o conjunto de puntos en el espacio con una cierta periodicidad,
alrededor de los cuales se sitúan los átomos que forman la estructura cristalina. La
variedad de estructuras cristalinas existentes en la naturaleza es enorme, pero aquí se
limitará el tratamiento a las más sencillas que, además, corresponden a sólidos muy
comunes o relevantes. La última sección del capítulo se dedica a introducir el concepto
de red recíproca, lo que permite trabajar en el espacio recíproco, y asociar a cada
estructura cristalina una red recíproca–al igual que se la asocia una red de Bravais del
espacio real. La red recíproca es ampliamente utilizada en el estudio de los sólidos
cristalinos por la simplificación que aporta en el desarrollo de muchos de los modelos
físicos.
Una consideración final. Si bien es cierto que no todos los sólidos son cristalinos y
que los que lo son nunca son perfectos, el estudio de las estructuras cristalinas ideales
sirve de guía para comprender el comportamiento de todos los sólidos --incluidos los
amorfos—y también el de los cuasicristales y los cristales líquidos.

1.2 El cristal y la red cristalina


En el sólido cristalino, cada átomo ocupa una posición bien definida en el espacio,
no sólo con respecto a sus vecinos más próximos sino frente a todos los demás átomos
que lo conforman, con independencia de la distancia que exista entre ellos; de esta
manera el entorno de átomos similares es siempre el mismo. Y esta homogeneidad
conduce a la idea de un orden de largo alcance y de una periodicidad, como
características principales de un cristal. El cristal se puede entonces definir como un
sólido compuesto de átomos/ moléculas, distribuidos con una disposición periódica
tridimensional, en donde cada átomo o grupo de partículas puede considerarse generado
a partir de otro igual, mediante una operación de repetición.
Para describir la disposición geométrica regular que adoptan los átomos del
cristal, es decir, para describir la periodicidad de la estructura o simetría de traslación, y
también otras simetrías, como la de rotación, centro de inversión, etc., que puede poseer
cada cristal como consecuencia de su homogeneidad, se precisa del marco de trabajo
adecuado1. En particular, resultan esenciales la idea de red cristalina –que, en cierta
manera, se convierte en el armazón sobre el que se distribuyen los átomos para constituir
el cristal-- y a unas nociones básicas de cristalografía.

1 Aunque son muchos los científicos que han contribuido a lograr este conocimiento, las aportaciones del ruso Auguste
Bravais, de 1849, son especialmente relevantes. A él se debe la introducción de las redes cristalinas y del espacio
recíproco.

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Es decir, que en muchas ocasiones resulta conveniente ignorar
momentáneamente la enorme cantidad de átomos que componen los cristales y trabajar,
en su lugar, con un conjunto de puntos geométricos distribuidos en el espacio, que
mantienen una relación fija con los átomos del cristal y que, en un cierto sentido, se
puede decir que conforman el armazón en el que se sustentan los átomos. Este conjunto
de puntos del espacio real, generado de acuerdo con unas ciertas reglas que permiten
describir la periodicidad del cristal, o simetría de traslación, constituye una red cristalina.
Considérese un conjunto perfecto e infinito de puntos geométricos (también
llamados nudos) distribuidos periódicamente en el espacio real de manera que cada
punto tenga siempre el mismo entorno --es decir, la misma distribución de puntos con la
misma orientación—y que, además, sea igual a cualquier otro punto. A este conjunto
regular de puntos equivalentes, con una periodicidad de traslación perfecta y
característica se le denomina red cristalina. En cuanto al tipo de simetría descrito por la
red, se le denomina simetría de traslación.
En el caso tridimensional, la red se describe mediante tres vectores base, a, b, c,
no coplanares que se pueden escoger de manera diversa y que, en general,
proporcionarán un sistema de coordenadas oblicuo, de ejes x, y, z, que forman entre sí
los ángulos α , β , γ . (Figura 1).

Figura 1. Un conjunto de posibles vectores base de la red cristalina.

Los vectores base forman las unidades fundamentales de la simetría de traslación


y, como se hará evidente en el próximo apartado, para una red dada existe más de una
posible elección de vectores base.
Todos los puntos de una red tienen la propiedad de ser geométricamente
equivalentes y, a partir de cualquier punto de red tomado como origen, O, cualquier otro
punto M esta definido por el vector de posición, r,
OM = r = n1a + n2b + n3c (1)
siendo a, b, c, los tres vectores arbitrarios no coplanares que mantienen la simetría de
traslación (los denominados vectores de traslación), y n1, n2, n3, tres enteros, positivos o
negativos y no simultáneamente nulos.
La ecuación (1) expresa la invariancia de traslación que poseen todos los cristales
y define el conjunto de vectores reticulares o vectores de traslación. El infinito número de

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posibles valores de n1, n2, n3, proporciona los puntos de la red. Un vector de traslación
une puntos equivalentes de la red.
El concepto de red asociada a un cristal, que se acaba de introducir, se puede
ilustrar con facilidad utilizando un ejemplo en dos dimensiones. La figura 2(a) muestra un
conjunto de pequeñas esferas que representan los átomos de un cristal bidimensional.
Se ha seleccionado arbitrariamente la posición de una de estas esferas como nudo
origen y, a partir de él, se han marcado unos ejes de coordenadas x, y, y dos vectores a,
b. Los nudos A, B, C, D, E, F, ..., obtenidos a partir de los vectores a, b, son idénticos al
origen, O [figura 2(b)].. Este conjunto infinito de puntos geométricos idénticos constituye
la red cristalina.

Figura 2.a) Disposición atómica de un cristal bidimensional. El nudo asociado al átomo en O se ha tomado como origen.
Los átomos A, B, C, D,... son idénticos al O, no así los R, S, T,...(b) El conjunto de puntos idénticos de la figura constituye
la red cristalina. Se han indicado dos posibles ejes cristalográficos Ox,Oy; dos vectores de red a, b; y una celda unidad
OACBO.

La posición de cada punto de esta red bidimensional viene dada por todos los
posibles vectores de la forma
r = n1a + n2b
tomados desde el origen, siendo a, b, unos vectores fundamentales de traslación y n1, n2,
dos enteros no simultáneamente nulos. Es fácil ver que la red así obtenida es
independiente del punto seleccionado como origen.
Este ejemplo también permite ilustrar el hecho de que, en general, la red cristalina
no coincide con la estructura atómica o estructura cristalina. Como se puede observar, en
este caso, el número de átomos del cristal duplica al número de nudos de la red cristalina
asociada.
Nótese que la red sólo describe la periodicidad del cristal; los nudos, o puntos de
red, son puntos geométricos y no se deben confundir con los átomos del cristal. Como se
explicará más adelante, la red cristalina generará el cristal sólo cuando se asocie a cada
nudo de la celda unidad un motivo atómico. Únicamente si el cristal es monoatómico (o
elemental), es decir, constituido por átomos del mismo tipo y pudiéndose establecer una

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relación unívoca entre cada átomo y cada nudo de red, se puede hacer coincidir los
nudos de la red con las posiciones atómicas.
Pero, para el estudio de la simetría de traslación, lo importante es la posición
relativa de los nudos, sin entrar a valorar la naturaleza del motivo atómico, por lo que, por
el momento, se prescindirá de él.

1.3 Celda unidad y celda primitiva


La selección de los ejes de coordenadas para la red, o ejes cristalográficos, se
puede realizar de diversas maneras, pero es costumbre escogerlos de forma que, o bien
proporcionen los vectores de traslación más pequeños posibles, o bien proporcionen la
máxima simetría posible a la celda unidad generada. Normalmente, los ejes
cristalográficos se corresponden con las direcciones de los vectores que unen el nudo
origen a los nudos más próximos, lo que no siempre genera unos ejes ortogonales. Las
distancias y sentidos entre el origen y el nudo vecino más próximo, a lo largo de cada uno
de los ejes cristalográficos x, y, z, determinan los vectores de red o vectores
fundamentales de traslación, a, b, c.
En el espacio tridimensional, se define como celda unidad de la red al
paralelepípedo (oblicuo en el caso más general) de aristas a, b, c. [Figura 3(a)]. Los
módulos de los vectores de traslación, a, b, c, junto con los ángulos que forman los
vectores entre sí, α = {b, c}, ß = {c, a}, γ = {a, b}, constituyen las constantes de la red o
parámetros de red, y definen totalmente a la red. Las posiciones de todos los puntos de
una red se determinan construyendo todos los vectores posibles r de la forma (1), a partir
del punto tomado como origen.
El volumen de la celda unidad es
V = a×b ⋅c (2)

Pero, puesto que la elección de los vectores de traslación a, b, c, es en cierta medida


arbitraria, la forma que adopta este volumen puede ser diversa. Nótese que la repetición
de la celda unidad reproduce la red.
De nuevo, un ejemplo bidimensional aclara estos hechos. La figura 3(b) ilustra
posibles vectores de traslación para una red bidimensional. Se puede observar que es
posible describir el mismo conjunto de puntos de red con diferentes elecciones de
vectores de traslación (diferentes vectores base). Es evidente que la forma de celda
unidad que se obtiene depende de los vectores de traslación escogidos y de la
disposición relativa de los nudos de red.

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Figura 3. (a) Ejes cristalográficos y celda unidad de una red cristalina tridimensional. (b) Nudos de una red bidimensional
y algunos conjuntos de pares de vectores de traslación (ai, bi). Todos los conjuntos son vectores primitivos excepto el par
(a1, b1).

El paralelepípedo elemental formado por los vectores de traslación más


pequeños de una red da lugar a la denominada celda primitiva. De manera que, la celda
primitiva es la menor unidad que permite, mediante traslaciones completas, generar
todos los nudos de la red. Es fácil notar que una celda primitiva es un tipo especial de
celda unidad. Una propiedad básica que caracteriza a una celda primitiva es que al
volumen asociado le corresponde un único nudo de red.
La celda primitiva suele adoptar una de las dos formas siguientes: bien los nudos
están en los vértices de la celda y son compartidos [caso de la figura 3(a)]; o bien el nudo
asociado esta confinado en el centro de la celda. La primera forma es la utilizada
normalmente en cristalografía: las aristas de la celda son líneas que conectan nudos de
la red, y en cada vértice hay un nudo compartido por varias celdas primitivas. Por otro
lado, cuando el nudo está en el centro de la celda primitiva se tiene la denominada celda
de Wigner-Seitz. Esta celda exhibe la misma simetría que la red y es muy útil para
describir determinados comportamientos físicos de los sólidos. Se volverá a ella más
adelante.
En cuanto a las celdas unidad, se puede dar la situación de que existan diversos
tipos de celdas, que difieran en el número de nudos que llevan asociados y/o en la
disposición de los mismos, pero que tengan una misma forma geométrica, por ejemplo,
que tengan todas forma de paralelepípedo rectangular. La figura 4 ilustra la situación.

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Figura 4. Tipos de celdas unidad. (a) primitiva, (b) centrada en las bases, (c) centrada en el interior, (d) centrada en las
caras.

Si los nudos ocupan únicamente y de forma compartida, las esquinas de la celda


unidad, se tiene la celda unidad primitiva, que se denota por P [figura 4(a)]. Si además de
los nudos compartidos de las esquinas, la celda tiene nudos compartidos en la posición
central de dos caras opuestas, se dice que la celda es centrada en la base, y se denota
por C [figura 4(b)], Si junto a los nudos compartidos en las esquinas existe un nudo
adicional en el punto intersección de las diagonales principales, se tiene una celda unidad
centrada en el cuerpo (también denominada centrada en el interior o centrada en el
centro), que se denota por la letra I [figura 4(c)], y si existen nudos compartidos,
adicionales a los nudos esquina, que ocupan la posición central de cada cara, se tiene
una celda centrada en las caras, que se denota por la letra F [figura 4(d)]. En los casos, I,
C, F, se dice que la celda unidad es múltiple, puesto que lleva asociada más de un nudo
de red.

1.4 Sistemas cristalinos y redes de Bravais


Una estructura geométrica, o un cuerpo, se dice que es simétrico cuando se
puede realizar sobre el mismo ciertas operaciones que dan como resultado el que
coincida consigo mismo. Por ejemplo, un cuerpo tiene un eje de simetría de rotación de
orden n, si un giro de 360o n alrededor de ese eje hace coincidir el cuerpo con él mismo.
Los cristales, con su condición esencial de que los átomos estén distribuidos en el
espacio de manera periódica y regular, poseen simetrías diversas. La más fundamental,
asociada a la periodicidad, es la ya indicada simetría de traslación. Y esta exigencia de
simetría de traslación impone limitaciones a otras operaciones de simetría que se podrían
realizar en una red cristalina, en tanto que tienen que ser elementos de simetría
compatibles con la periodicidad de las traslaciones. Así, esta condición limita el orden de
las posibles rotaciones: rotaciones de orden cinco, o superiores al orden seis, están
prohibidas2 .

2 En la naturaleza existen materiales que sí las tienen, violando esta regla. Por ejemplo, los cuasicristales muestran ejes

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En principio, el hecho de definir una red no lleva implícito el que tenga que existir
alguna relación entre las longitudes y las direcciones de los vectores escogidos como
vectores base. Sin embargo, la introducción de las diversas operaciones de simetría
impone restricciones a los parámetros de red, generando relaciones determinadas entre
ellos.
Por ejemplo, considérese una red bidimensional donde a, b, α , pueden adoptar
cualquier valor. Esta sería una red oblicua, que sólo es invariante bajo una rotación de
2π n con n = 1, 2. Si se quisiese que la red tuviese otras simetrías adicionales, por
ejemplo, una reflexión especular, sería necesario introducir restricciones a los valores de
a, b, α , es decir, restricciones a la forma de la red y de su celda unidad. Esto significa
que cada red cristalina está definida por su simetría y es ésta quien condiciona los
parámetros de red.
La red también puede permanecer inalterada bajo ciertos movimientos rígidos en
el espacio, es decir, puede transformase en sí misma sin deformaciones. Estos posibles
movimientos son las operaciones de: centro de simetría, plano especular, ejes de
rotación e inversión. Cada elemento de simetría impone unas limitaciones en la red. En
particular, el orden de las rotaciones compatibles con la simetría de traslación permite
clasificar al conjunto de redes cristalinas en siete sistemas cristalinos, cada uno con unos
ejes y una celda unidad establecidos en función de los elementos de simetría que posee
el sistema.
De manera que cada sistema cristalino está definido por las constantes de red
que impone la simetría de rotación que le caracteriza, es decir, por los seis parámetros a,
b, c, α , β , γ y las relaciones que existen entre ellos. Poseer un número mínimo de
elementos de simetría es una propiedad fundamental de cada sistema cristalino, y lo que
les distingue entre sí (en la Tabla 1 se indica la simetría que caracteriza a cada sistema).
Pero, además de las rotaciones, existen otros elementos de simetría en la red,
como los que constituyen los denominados grupos puntuales 3 . Así que, ahora cabe
preguntarse cuantas disposiciones espaciales de los nudos son compatibles con los
requerimientos mínimos de simetría exigidos para cada sistema cristalino, y con las
diversas combinaciones de elementos de simetría impuestos por los grupos puntuales.
La respuesta es que, cuando haciendo uso de la simetría de traslación se considera a la

de rotación de orden cinco y diez. Se observaron por primera vez en 1985 y aún no se ha logrado una explicación completa
a su simetría. Una idea muy aceptada asume un recubrimiento aperiódico del espacio, e involucra a las teselas de Penrose
(vea la sección para conocer más del capítulo segundo)
3 Un grupo puntual es un conjunto de operaciones de simetría (rotaciones, reflexiones y/o inversiones) que pasando por
un punto fijo de la red, dejan a ésta invariante. En el espacio tridimensional existen treinta y dos grupos puntuales. En el
espacio bidimensional sólo diez. Estos grupos puntuales reúnen todas las posibilidades de simetría externa macroscópica
en los cristales.

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red cristalina como bloques unidad con simetría característica que se repiten en el
espacio, sólo existen catorce formas diferentes de disponer un grupo de puntos idénticos
en el espacio de manera que cada punto tenga un entorno equivalente, entendiendo por
tal el que, a partir de cada uno de los puntos, la red aparezca idéntica a sí misma en
estructura y en orientación. Estas catorce disposiciones diferentes, caracterizadas por
celdas no necesariamente primitivas (tipo P) sino que pueden incluir nudos adicionales
(celdas tipo I, C, F), agrupadas en siete sistemas cristalinos según la simetría que
poseen, fueron establecidas por Bravais, y se las denomina redes de Bravais.

TABLA 1
LOS SIETE SISTEMAS CRISTALINOS Y LAS CATORCE REDES DE BRAVAIS

Sistema Simetría característica Celda unidad Red de Bravais


convencional
a=b=c P I
Cúbico 4 ejes de rotación de orden 3 α = β = γ = 90° F

a=b≠c P
Tetragonal 1 eje de rotación de orden 4 α = β = γ = 90° I

a=b≠c
Hexagonal 1 eje de rotación de orden 6 α = β = 90° P

γ = 120°
a=b=c R (Romboédrica
Trigonal 1 eje de rotación de orden 3 120°> α = β = γ ≠ primitiva)
90°
3 ejes de rotación de orden 2 a≠b≠c P I
Ortorrómbico y/o un plano especular α = β = γ = 90° C F

1 eje de rotación de orden 2 a≠b≠c P


Monoclínico o un plano especular α = β = γ ≠ 90° C

a≠b≠c
Triclínico 1 centro de simetría α ≠= β ≠ γ P

De lo dicho anteriormente resulta evidente que, en algunos sistemas cristalinos


existe más de una disposición de puntos consistente con el correspondiente conjunto de
elementos de simetría del sistema, puesto que las catorce redes de Bravais
tridimensionales se agrupan bajo siete sistemas cristalográficos. Por ejemplo, si se
considera el elemento de simetría que caracteriza a las redes del sistema cúbico – el de

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mayor simetría-- que es la existencia de cuatro ejes de rotación ternarios a lo largo de las
diagonales principales del cubo que constituye la celda unidad, se observa que hay tres
redes de Bravais que soportan esta simetría (ver Tabla 1). En el otro extremo, al sistema
triclínico, que es el de menor simetría puesto que únicamente posee el centro de
inversión común a todas las redes de Bravais, sólo se le asocia una red de Bravais, cuya
celda, tipo P, no tiene restricción alguna en lo que a ángulos y longitud de sus vectores
base se refiere.
La figura 5 muestra la celda unidad convencional de las catorce redes espaciales
tridimensionales de Bravais, agrupadas de acuerdo con el sistema cristalino a que
pertenecen. Los siete sistemas cristalinos, junto con los parámetros de la
correspondiente celda unidad y las redes de Bravais asociadas a cada uno, se indican en
la Tabla 1.

Figura 5. Celdas unidad de las catorce redes espaciales de Bravais. (a),(b),(c), sistema cúbico; (d),(e), sistema tetragonal;
(f), (g), (h), (i), sistema ortorrómbico; (j), sistema trigonal; (k), sistema hexagonal; (l), (m), sistema monoclínico; (n),
sistema triclínico.

Es preciso señalar que no todas las redes que ocurren en la naturaleza son redes
de Bravais, sino que existen muchas redes con base. Estas se construyen a partir de las

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redes de Bravais, asociando a cada nudo de red uno o varios nudos más.
Evidentemente, esto altera las simetrías. Esta eliminación de la simetría de la red de
Bravais original no es total sino selectiva, desapareciendo uno, o varios, de los elementos
de simetría en función del motivo puntual que se añada.
En los dos subapartados que siguen se consideran con más detalle las redes de
los sistemas cúbico y hexagonal, las más sencillas pero que se encuentran en muchos
cristales interesantes.

1.4.1 Redes del sistema cúbico


Al sistema cúbico perteneces tres redes de Bravais: la cúbica simple, la cúbica
centrada en el cuerpo y la cúbica de caras centradas.
La red cúbica centrada en el cuerpo (I) tiene una celda cúbica que se forma
añadiendo a la celda primitiva de la red cúbica simple -- que tiene nudos compartidos (A)
en las esquinas --, un punto de red adicional (B) en el centro del cubo. De manera que la
celda unidad cúbica de esta red tiene dos puntos de red (figura 6).

Figura 6. Celda unidad cúbica de la red cúbica centrada en el cuerpo, mostrando la posición de los nudos y unos posibles
vectores primitivos de la red.

Figura 7. La red cúbica centrada en el interior se puede considerar como una red cúbica simple de puntos A con un punto
en el centro del cubo (punto B). O como una red cúbica simple de puntos B con un punto(A) en el centro del cubo.

La red cúbica centrada en el cuerpo se puede considerar como dos redes tipo
cúbica simple interpenetradas, desplazadas a lo largo de la diagonal principal del cubo en
un valor igual a media diagonal. A primera vista, tal como se muestra en la figura 7, el

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punto B parece ser diferente al punto A, pero, en realidad, ambos puntos son
equivalentes ya que puede igualmente suponerse que B es un punto esquina de otro
cubo desplazado. Ahora, desde la perspectiva del cubo de puntos B, los nudos del A son
puntos centrales. Es decir, todos los puntos de la celda unidad cúbica convencional
tienen un entorno idéntico en disposición y orientación, por lo que la red cúbica centrada
en el cuerpo (también llamada centrada en el centro o centrada en el interior) es una red
de Bravais.
Un razonamiento análogo conduce a que la disposición cúbica de caras
centradas también es, en sí misma, una red de Bravais. En este caso, la celda unidad
cúbica convencional contiene cuatro nudos o puntos de red. Es una celda tipo F en la
que los nudos esquina están compartidos por otras ocho celdas, los nudos centrales de
cada cara están compartidos con otra celda (fig. 8).

Figura 8. Celda unidad cúbica de la red cúbica centrada en las caras, mostrando un posible conjunto de vectores
primitivos (a, b, c).

Solamente en la red cúbica simple, la celda unidad cúbica es una celda primitiva
(P), es decir, un cubo de lado a con un nudo compartido en cada vértice. Pero cualquier
red de Bravais puede referirse a una celda primitiva, de manera que cabe ahora
preguntarse cuales son las correspondientes celdas primitivas de las redes de Bravais
cúbicas tipo I y F. (Ya se ha indicado que la celda primitiva de la red cúbica simple es la
propia celda unidad convencional).
Si la red cúbica se genera mediante los vectores base x, y, z, que son
ortogonales, un conjunto de vectores primitivos, (a, b, c) para la red cúbica centrada en el
interior es (figura 6),
a = ax
b = ay (3)
a
c = (x + y + z)
2
Como se ha mencionado anteriormente, la elección de los vectores de traslación no es
única, de manera que también se podría haber tomado como vectores primitivos de la
red cúbica centrada en el interior (denotándolos ahora por ai, notación también usual)

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a
a1 = (x + y - z)
2
a
a 2 = (-x + y + z) (4)
2
a
a3 = (x - y + z)
2
También se puede encontrar una celda primitiva que describa a la red cúbica centrada en
las caras. Una posible elección de vectores primitivos es (figura 8),
a
a = (x + y)
2
a
b = (y + z) (5)
2
a
c = (z + x)
2
que proporciona una celda primitiva romboédrica.
Conviene señalar que pese a la existencia de una celda primitiva para estas dos
redes de Bravais, en muchas ocasiones resulta más conveniente describirlas utilizando la
celda unidad cúbica, ya que inmediatamente sugiere la simetría cúbica que posee el
sistema. Pero la celda cúbica convencional no es el bloque de menor volumen que se
puede repetir. De manera que, cuando se estudian efectos relacionados con la simetría
de traslación del cristal -- por ejemplo, la forma de la zona de Brillouin o, más adelante, la
clasificación de estados mediante el vector de onda-- se debe considerar únicamente la
celda primitiva y los vectores de traslación primitivos.

1.4.2 Redes del sistema hexagonal


El sistema hexagonal se caracteriza por tener un eje de simetría de orden seis, lo
que posibilita únicamente un tipo de red de Bravais, la simple o primitiva (P). La celda
unidad se define mediante dos vectores iguales y coplanares, a y b, que forman entre sí
un ángulo de 120°, y un tercer eje, c, normal a los anteriores. Es una celda primitiva y
adopta la forma de un prisma recto de base en rombo con ángulo 120° (figura 9). Pero,
en ocasiones, también se utiliza la celda unidad convencional, no primitiva, en forma de
prisma hexagonal.
En función de los vectores ortogonales x, y, z, unos vectores primitivos son
a = ax
a a 3
b = - x+ y (6)
2 2
c = cz

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Figura 9. La celda unidad convencional de la red hexagonal (en trazo discontinuo) y la celda primitiva (trazo grueso) de
tipo prisma romboidal.

Esta celda también es compatible con los elementos de simetría del sistema trigonal.

1.5 Redes bidimensionales


Las redes bidimensionales describen las superficies e intercaras que aparecen de
manera natural en los cristales En dos dimensiones sólo existen cinco redes de Bravais:
oblicua, rectangular [con dos tipos, primitiva (P) y centrada en el interior (I)], cuadrada y
hexagonal [figura 10(a)]. Los parámetros de red lo constituyen los vectores a y b, y el
ángulo que forman, α.

Figura 10. (a) Celdas unidad de las redes de Bravais bidimensionales.

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Las relaciones entre los parámetros de las distintas redes son:
- oblicua: a ≠ b; α ≠ 90° ≠ 120°.
- rectangular: a ≠ b; α = 90°.
- rectangular centrada: a ≠ b; α = arccos(a 2b) .

- cuadrada: a = b; α = 90°.
- hexagonal o triangular: a = b; α = 120°.
La red de menor simetría es la oblicua.
Existe otra red bidimensional muy interesante, pero que no es una red de Bravais
puesto que no todos sus nudos tienen el mismo entorno. Se denomina de panal de abeja,
y es una red con base. Está representada en la figura 10(b). Se puede construir, por
ejemplo, a partir de una red hexagonal bidimensional, de vectores primitivos

3 a
=a a x+ y
2 2
3 a
=b a x− y
2 2
y asociando a cada punto de esta red un motivo con dos nudos,
a a
p1 = x; p2 = − x.
2 3 2 3

Figura 10. (b) Celda unidad de la red bidimensional de panal de abeja.

Entre los materiales que muestran este tipo de red al cristalizar, se encuentran los
recientemente descubiertos furelenos bidimensionales (más detalles en el apartado
1.17), como el grafeno (una variedad del carbono).

1.6 Celda primitiva de Wigner-Seitz


Se ha indicado en el apartado1.3 la posibilidad de escoger como celda primitiva
aquella en la que el nudo de red asociado ocupe la posición central de su volumen. Esta
celda primitiva, denominada celda de Wigner-Seitz, tiene la simetría completa de la

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correspondiente red de Bravais, y la propiedad de abarcar la región del espacio que está
más cercana al punto de red escogido como nudo origen que a cualquier otro punto de
red.

Figura 11.(a) Celda de Wigner-Seitz para una red bidimensional. (b) El poliedro interior al cubo es la celda de Wigner-
Seitz de la red cúbica centrada en el interior. Las caras hexagonales bisectan las líneas que unen el punto central con cada
uno de los vértices del cubo. Las caras cuadradas del poliedro bisectan las líneas que unen el punto medio de cada cara del
cubo con el punto central. (c) Celda unidad cúbica (trazo fino), celda primitiva (trazo discontinuo) y celda de Wigner-Seitz
(trazo grueso) de la red c.c.c.

En dos dimensiones, los lados de la celda de Wigner-Seitz lo forman las


bisectrices de las líneas que unen un nudo dado (origen) con sus vecinos más próximos,
tal y como se ilustra en la figura 11(a).
En tres dimensiones, la construcción es análoga pero, ahora, los planos que
cortan perpendicularmente a las líneas que unen el nudo origen a sus vecinos más
próximos, generan un poliedro en el espacio. El volumen así delimitado, alrededor de
cada nudo, constituye la celda de Wigner-Seitz asociada a la correspondiente red de
Bravais tridimensional. La figura 11(b) muestra la celda de Wigner-Seitz de la red cúbica
centrada en el interior. En la figura 11(c) se muestran la celda unidad cúbica, una celda
primitiva y la celda de Wigner-Seitz correspondientes a una red cúbica de caras
centradas.

1.7 Direcciones en la red: Notación, propiedades


En el estudio de los sólidos cristalinos frecuentemente se necesita hacer
referencia a una dirección o a un plano reticular determinado, puesto que las propiedades
físicas de los sólidos cristalinos suelen diferir dependiendo de la dirección en que se las

16
observe. De manera que se hace imprescindible disponer de un método de
representación de direcciones y planos del cristal
Se utiliza como sistema de referencia con ejes (x, y, z) el correspondiente a los
vectores de traslación de la red, a, b, c, tomando un nudo cualquiera como origen
arbitrario. Las longitudes se miden a lo largo de los ejes x, y, z, y son función de los
correspondientes vectores a, b, c.
Es fácil verificar que una recta que pasa por dos nudos de red pasará por infinitos
nudos equivalentes más, esta recta constituye una dirección cristalográfica. Para
describir una dirección cristalográfica basta con trazar una recta que pase por el nudo
origen y sea paralela a la recta de interés, y que dar las coordenadas de un nudo
atravesado por esta línea.
En general, el nudo de red, u’ v’w’ --también denotado por el vector r = u’a + v’b +
w’c, que lo une al origen-- estará en la dirección [uvw] (escrito con corchetes cuadrados)
tomada desde el origen, siendo u,v,w, los números enteros obtenidos al dividir u’,v’,w’,
por su máximo común divisor.
Como regla general, las direcciones cristalográficas se especifican mediante las
coordenadas del nudo más cercano al origen, de entre todos los que atraviesa la recta;
así se obtienen de manera directa los números enteros uvw que definen la dirección. Por
ejemplo, una recta que pasa por el nudo origen (0,0,0) y por el nudo de coordenadas
(2,0,2), también pasa por el nudo de coordenadas (1,0,1), y su dirección es la [101].
Como el origen es arbitrario, cualquier dirección paralela a esta tendrá esos mismos
índices. Si una coordenada es negativa, se denota este hecho colocando sobre el

 −  . Los índices de una


correspondiente índice una barra horizontal, por ejemplo
101

dirección son independientes de la forma geométrica que tenga la celda unidad, puesto
que vienen determinados por la relación entre las coordenadas de un nudo, en la
dirección dada, y el correspondiente vector unitario.
En algunos sistemas cristalinos existen direcciones cristalográficamente
equivalentes (muestran el mismo espaciado entre nudos). Un conjunto de direcciones
equivalentes, entendiendo por tal las combinaciones posibles de u, v, w, que
proporcionan direcciones relacionadas a través de una simetría, se denota por uvw y

constituye una forma o una familia de direcciones.

1.8 Planos cristalográficos. Índices de Miller


Hasta ahora, se ha considerado a la red como un conjunto tridimensional de
puntos ordenados pero, igualmente, se puede ver como un conjunto bidimensional de

17
planos cristalográficos [figura 12(a)]. Cada plano cristalográfico o plano reticular en el
espacio real, tiene la propiedad de pasar, al menos, por tres nudos de red no alineados.

Figura 12. (a) Dos conjuntos de planos de la red cúbica simple, que ilustran que una red es equivalente a una familia de
planos reticulares. (b) La densidad de nudos de un plano es mayor cuanto más grande es el espaciado entre planos.

A cada red de Bravais se le puede asociar un número infinito de familias de


planos, y cada familia se caracteriza por la distribución y densidad de nudos dentro de
cada plano, así como por la separación entre planos adyacentes. En la red cúbica simple,
cuanto mayor es la distancia entre planos consecutivos de una familia mayor es la
densidad de nudos en el plano [figura 12(b)].

Figura 13. Grupo de planos pertenecientes a la zona [001].


Una familia de planos de red, con una regularidad espacial determinada, forma un
conjunto infinito y, tomados los planos de esa familia de manera colectiva, incluyen a
todos los puntos de la red.
Existen en el espacio grupos de planos pertenecientes a diversas familias, pero
todos paralelos a una dirección determinada, y cuyas intersecciones son líneas paralelas.
Estos grupos de planos se denominan zonas y la línea intersección, eje de zona (figura
13). Por ejemplo, todos los planos paralelos al eje z, que se designa como dirección
[001], forman parte de la zona [001] puesto que la dirección z es común a todos ellos.
Aunque han sido muchos los sistemas de notación de planos sugeridos en el
pasado, sin embargo, el convenio utilizado en cristalografía para denotar los planos y
direcciones en una red es el de los índices de Miller (sistema debido al cristalógrafo
británico William Miller, quien los introdujo en 1839). La notación de Miller permite

18
especificar la orientación de los planos sin referirse a su posición en el espacio. Supone
nombrar a los planos con referencia a la celda primitiva/unidad, mediante tres números
enteros obtenidos de acuerdo a reglas precisas, que son independientes de la longitud
de los vectores base de cada red.
Al describir la red de Bravais como un conjunto de planos sucede que, con
independencia de cómo se tome el conjunto, siempre existirá algún plano del mismo que
intersecte a cada eje de coordenadas del sistema elegido en un punto que sea un nudo
de red. El hecho de que cada uno de estos nudos esté en un eje cristalográfico diferente,
permite nombrar al plano dando las coordenadas de estos puntos de intersección en
términos de las constantes de red a, b, c, es decir, tomando como unidades las
dimensiones de la celda unidad.
Esta forma de denotar planos se justifica en el hecho de que las intersecciones de
cada uno de los planos paralelos de una familia, con cada uno de los tres ejes
cristalográficos, mantienen entre si una relación de proporcionalidad que es constante
dentro de cada familia. Además, su empleo facilita en gran medida algunos cálculos en
cristales4.
Se explica a continuación cómo se asignan los índices de Miller a un plano
reticular.
(1) Puesto que todos los puntos de la red de Bravais son equivalentes, se
selecciona cualquiera de ellos como origen de coordenadas y se hace coincidir los ejes
del sistema de referencia (x, y, z) con los ejes de la celda primitiva (a, b, c).

Figura 14. Plano reticular que intercepta a los ejes en x = 2a, y = 2b, z = c. Los índices de Miller correspondientes a este
plano son (112).

El plano que se quiere identificar intersectará a los ejes del sistema cristalográfico
a una distancia X, Y, Z, con respecto al origen, es decir, en los puntos X = pa, Y = qb, Z =
rc, que son nudos de red (figura 14).
(2) Se expresan estos valores en unidades de constantes de red, es decir, como
múltiplos o fracciones de las distancias unidad tomadas para cada eje,

4 Más adelante, cuando se introduzca la noción de red recíproca, se verá que, entre las ventajas de los índices de Miller,
se encuentra que la notación de los planos es la misma en el espacio real y recíproco.

19
X Y Z
, , o p, q, r
a b c
(3) Se toman los inversos de estos tres números
a b c 1 1 1
, , o , ,
X Y Z p q r
(4) Se reducen estos inversos a los tres enteros mas pequeños que guarden
entre sí la misma relación, y se denotan por h, k, l.
Estos enteros, encerrados entre paréntesis curvos (h k l), son los índices de Miller
y, normalmente, denotan al plano más próximo al origen de entre los planos de la familia
a la que pertenece.
Si un plano cristalográfico intercepta a los ejes en la parte negativa, el
_
correspondiente índice se escribe con el signo menos sobre él, h . Si el plano es paralelo
a alguno de los ejes coordenados, lo que significa que su intersección con ese eje está
en el infinito, entonces el índice de Miller correspondiente es cero. Así, si el plano es
paralelo al eje x, p = ∞ y el primer índice sería cero.

Ejercicio
Asignación de índices de Miller

Considérese el plano de la figura 14 que, tal como se observa, intersecta a los ejes x, y, z,
(tomados en la misma dirección y sentido que los vectores primitivos de la red de Bravais) en X
=2a, Y = 2b, Z = c.
De acuerdo con las reglas establecidas, se expresa estos valores en unidades de los
parámetros de red, resultando los números 2, 2,1.
1 1
La inversa de estos números es , ,1 .
2 2
Los enteros más pequeños que guardan la misma proporción entre ellos, obtenidos
multiplicando esos recíprocos por el mínimo común múltiplo, son 1,1, 2, de manera que los índices
de Miller de ese plano, y sus paralelos, son (112).

Nótese que los índices de Miller no definen un plano de manera unívoca, puesto
que se puede denotar por (h k l) no sólo al plano de índices h, k, l, más cercano al origen,
que es lo habitual sino, también, en un sentido amplio, a toda su familia, es decir, al
conjunto infinito de planos paralelos y equidistantes, incluyendo el que pasa por el origen.
El conjunto de planos simétricamente equivalentes al (h k l), incluyendo los
índices negativos, se indica por {h k l} entre llaves, y se denomina la forma {h k l}. Los
planos de una forma tienen el mismo espaciado, y sus índices de Miller, aunque distintos,
poseen el mismo valor absoluto. Por ejemplo, los planos

20
− − −
(100 ) , ( 001) , ( 010 ) , (100), (001),(010) del sistema cúbico, son equivalentes (igual

posición relativa pero distintas orientaciones) y la forma se denota por {100}. Al número
total de planos equivalentes, para un conjunto dado de valores numéricos de los índices,
se denomina la multiplicidad, p. En el ejemplo que se acaba de dar, la multiplicidad para
los índices 1, 0, 0, es seis.
En cuanto a la ecuación de los planos (hkl), viene dada por la siguiente expresión,
x y z
+ + =
n
1h 1k 1l
que particularizada para el plano de índices (hkl) más próximo al origen se expresa
hx + ky + lz =
1.

1.8.1. Planos y direcciones en el sistema cúbico


Los índices de un plano, al igual que los de una dirección, carecen de sentido a
menos que se proporcione la orientación de los ejes cristalográficos escogidos. En la red
de Bravais cúbica simple, la celda primitiva coincide con la celda cúbica, lo que no
sucede en las otras dos redes del sistema cúbico: la cúbica centrada en el cuerpo y la
cúbica de caras centradas. Sin embargo, como regla general, para determinar las
direcciones cristalográficas y los índices de Miller de los planos de estas dos últimas
redes cúbicas, ambas se describen en términos de la celda cúbica unidad (que refleja
mejor la simetría del sistema) y no en términos de las correspondientes primitivas. De
esta manera los índices de Miller denotan a los mismos planos en cualquier red del
sistema cúbico y las direcciones cristalográficas también son las mismas. La figura 15
muestra algunos planos reticulares de una red cúbica y sus correspondientes índices de
Miller. También se indican algunas direcciones interesantes.

Figura 15. Tres planos reticulares de una red de Bravais cúbica simple y sus correspondientes índices de Miller.

1.9 Propiedades de los planos reticulares


Cada familia de planos reticulares tiene un espaciado interplanar definido (la
distancia entre dos planos consecutivos de una familia es la misma). Los espaciados más

21
grandes corresponden a familias de índices de Miller con valores pequeños, y estos
planos son los de mayor densidad de nudos de red. La distancia interplanar, dhkl, que se
mide perpendicularmente a los planos, es una función de los índices del plano y de las
constantes de red. La relación exacta entre estos parámetros e índices depende del
sistema cristalino.
Es fácil ver (ejercicio P.1.6) que, para las redes del sistema cúbico, con celda
unidad de parámetro a, el espaciado entre planos (h k l) viene dado por una relación muy
sencilla,
a
d hkl = (7)
(h +k +l2 )1/ 2
2 2

En los restantes sistemas cristalinos, la relación entre el espaciado planar de una familia
y los índices de Miller que la identifican son más complejas. Estas relaciones se pueden
deducir por procedimientos análogos al del ejercicio P.1.5.
Al definir los índices de Miller mediante el triplete de enteros más pequeños, los
planos tipo (nh nk nl) deben, en principio, reducirse al (h k l). Sin embargo, en ciertas
circunstancias y con el fin de obtener información adicional, se considera de forma
explícita el plano (nh nk nl). Una situación de este tipo se encontrará más adelante
cuando se estudie la difracción de la radiación por un cristal. Los planos (nh nk nl) son
paralelos a los planos (h k l) y tienen un espaciado d/n con respecto a estos últimos.
Ahora, un mismo plano puede pertenecer a dos conjuntos distintos, siendo los índices de
Miller de uno de los conjuntos múltiplos de los del otro. Por ejemplo, un mismo plano
puede pertenecer al conjunto (102) y al conjunto (204), puesto que cada segundo plano
del conjunto (102) pertenece al conjunto (204).
Finalmente, conviene señalar que, en el sistema cúbico, la dirección [h k l] es
ortogonal al plano (h k l). Pero este hecho no es una propiedad general de los sistemas
cristalinos, y suponer que la dirección [h k l] es siempre normal al plano de índices de
Miller (h k l) es un error.

1.9.1 Ángulo entre dos planos


En ocasiones se precisa conocer el ángulo que forman dos planos de índice de
Miller (h1k1l1 ) y (h 2 k 2 l2 ) . La expresión general que permite determinar este ángulo es

compleja y no se incluye aquí.


En el caso particular de planos del sistema cúbico, el ángulo viene dado por el
producto escalar de las direcciones normales a los planos, lo que genera la expresión,
h1h 2 + k1k 2 + l1l2
cos Φ = (8)
h12 + k12 + l12 h 22 + k 22 + l22

22
1.10 Sistema de índices de Miller-Bravais
En el sistema hexagonal y también en el sistema trigonal, dado el tipo de simetría
que poseen y con el fin de facilitar la designación de planos equivalentes, se utiliza un
sistema de índices de Miller de cuatro índices, (h k i l), con el cuarto índice i (una
combinación de los dos primeros) escribiéndose en tercer lugar. Para ello, a los tres ejes
del sistema de referencia (x, y, z) se le añade otro eje auxiliar, u, que se introduce en el
plano perpendicular al eje hexagonal (o eje-c, que es paralelo a z) y a 120° de los ejes x,
y (figura 16). Es decir, x, y, u, son coplanares.
Para escribir, en este caso, los índices de un plano se sigue un procedimiento
análogo al descrito para el sistema de Miller, pero ahora se toma la intersección a lo largo
de los cuatro ejes x, y, u, z. El plano tiene cuatro índices (h k i l), siendo el índice i el
inverso de la intersección del plano con el eje u. Pero, puesto que la intersección del
plano con los ejes x e y, determina la intersección con el eje u, es evidente que i
depende de h y k, siendo la relación i = − (h + k), como se puede deducir al considerar las
relaciones entre los lados de los triángulos semejantes, OBA y EBD, de la figura 16.

Figura 16. Esquema del cuarto eje de los índices de Miller para una red hexagonal.

Esta notación de índices para el sistema hexagonal no es única puesto que, en


ocasiones, se omite el índice i y se escribe un punto en su lugar, quedando (h k . l),
incluso se emplea la notación de tres índices (h k l). Sin embargo, la notación de cuatro
índices es más conveniente porque refleja mejor el hecho de que planos equivalentes
tienen índices similares. Los planos equivalentes se deducen por permutación circular de
los tres primeros índices.

ESTRUCTURAS CRISTALINAS

1.11 Base cristalina. Estructura cristalina


Como se ha explicado en apartados anteriores, es posible asociar a cada sólido
cristalino una red de Bravais, que describe parte de las simetrías existentes en el mismo.
Pero la red no refleja completamente la naturaleza del cristal, puesto que falta considerar

23
la relación entre cada nudo de la celda unidad de la red de Bravais y la posición de los
átomos en el cristal. Esta relación se logra asociando a cada nudo un motivo atómico,
que consiste en un átomo, o un grupo de átomos y/o moléculas, cada uno con su
naturaleza química y su posición, motivo atómico que habitualmente se denomina la
base cristalina.
La estructura cristalina se genera como resultado de añadir, a la celda primitiva
de la red de Bravais del cristal, la base asociada a un punto de red (figura 17). Es decir,
se puede escribir la equivalencia
red + base = estructura cristalina
En consecuencia, la estructura cristalina se describe estableciendo la posición
relativa de cada átomo en la celda unidad. La posición del átomo j-ésimo de la base, con
respecto al punto de red tomado como origen, se expresa por
rj = xj a + yj b + zj c (9)
con 0 ≤ xj, yj, zj ≤ 1. Es decir, las coordenadas del átomo en la celda unidad pueden ser
una fracción de los vectores de red.

Figura 17. La estructura cristalina se forma añadiendo la base a cada nudo de red.

La base asociada a un punto de la red de Bravais puede ser un único átomo, o


varios átomos, incluso decenas de ellos como en algunos cristales orgánicos y
biológicos. Si la base asociada a la celda primitiva – base primitiva– esta constituida por
un único átomo, el conjunto de posiciones atómicas, o estructura cristalina, coincide con
la red de Bravais. En este caso, y dada la identidad, se puede decir que la red adquiere
significado “físico”. A un cristal de estas características se le nombra, en muchas
ocasiones, cristal monoatómico. Este es el caso del aluminio, que tiene una base
monoatómica asociada a la celda primitiva, pese a que se le pueda asociar una red de
Bravais cúbica de caras centradas, de igual denominación que su estructura cristalina.
Sin embargo, el germanio, que también tiene una red de Bravais cúbica de caras
centradas, lleva asociado a su nudo primitivo una base de dos átomos. Su estructura
cristalina es del ''tipo diamante''. En casos como éste, se dice que la estructura cristalina

24
tiene una red (de Bravais) con base, puesto que no es posible seleccionar una celda a la
que asociar un único átomo por nudo.
Pero, en ocasiones, también se designa como estructura con red con base a otro
tipo de situaciones. Por ejemplo, cuando por una buena razón se escoge para la red de
Bravais una celda unidad que no es primitiva. Este es el caso de las redes cúbica
centrada en el cuerpo y cúbica de caras centradas en las que, cuando se quiere resaltar
su pertenencia al sistema cúbico, se tiende a describirlas no con la celda primitiva
romboédrica sino mediante una celda unidad que, en el caso de la primera y como ya se
ha señalado anteriormente, supone que al punto de red de la celda cúbica simple
(tomado en la esquina origen) se le ha añadido otro punto en el centro del cubo. Esto
induce a considerar la estructura cristalina asociada como constituida por una red cúbica
simple con una base de dos átomos. Y, por razones similares, a la estructura cúbica de
caras centradas se la puede asociar una red cúbica simple con una base de cuatro
átomos. Y esto pese a que ambas estructuras tienen una base monoatómica asociada a
la celda primitiva de su correspondiente red de Bravais.
Si se tiene en consideración el número y la posición de los átomos de la base, y la
naturaleza de cada uno, el número de estructuras cristalinas es enorme. (Se han
catalogado para diversas aleaciones y compuestos más de 30.000). Sin embargo, todos
los elementos y un gran número de sólidos inorgánicos interesantes cristalizan en una de
las estructuras siguientes: cúbica centrada en el interior, cúbica centrada en las caras,
hexagonal compacta y diamante (que son las cuatro principales); y sus variantes más
directamente relacionadas.

1.12 Estructura cúbica centrada en el cuerpo


Esta estructura también se denomina cúbica centrada en el interior y se la
nombra, de manera abreviada, por c.c. y también por b.c.c 5. La red de Bravais asociada
es cúbica centrada en el cuerpo (o en el interior). Como ya se ha explicado
anteriormente, aunque esta red tiene una celda primitiva romboédrica a la que se le
puede asociar una base monoatómica y generar así la estructura cristalina cúbica
centrada en el cuerpo, en muchas ocasiones, porque hace más evidente la simetría del
cristal, se toma como celda unidad convencional una celda cúbica. De manera que, muy
frecuentemente, se escoge una celda cúbica simple y al nudo de red se le asocia una
base de dos átomos. Las posiciones de los átomos de la base, referidos a la celda
ortogonal, son (0,0,0), (½ ,½,½). El número de átomos más próximos a uno dado, o

5 La abreviatura b.c.c. proviene del inglés, body centred cubic; la c.c. del nombre castellano centrada en el cuerpo.

25
número de coordinación, en esta estructura es de ocho (es fácil verlo si, en la figura 7,
considera que en cada nudo de la celda unidad convencional se coloca un átomo).
La fracción de ocupación de volumen (volumen de celda unidad que ocuparían
los átomos suponiéndoles como esferas rígidas que se tocan entre sí) es de 0,68. No es
una estructura de apilamiento compacto. Es decir, si se supone formada por esferas
rígidas idénticas apiladas, esta estructura muestra grandes huecos en ciertas posiciones;
1 1 
huecos que en esta estructura, de acuerdo con la relación (9), se denotan por  , , 0  .
2 4 

Los planos de máxima densidad atómica son los {110} .

TABLA II
ELEMENTOS SELECCIONADOS QUE ADOPTAN LA ESTRUCTURA C.C. (B.C.C.)

Material a (A) Material a (A) Material a (A)


Li 3,49 V 3,03 Nb 3,30
Na 4,22 Cr 2,88 Mo 3,15
K 5,22 Ba 5,02 Ta 3,51
Rb 5,59 Ti 2,95 W 3,16
Cs 6,05 Fe-α (*) 2,87 Eu 4,58
(*) Para el rango de temperaturas (T < 910°C, T> 1390 °C)

Muchos metales cristalizan con esta estructura, entre otros, los elementos
metálicos alcalinos a temperatura ambiente, algunos metales de transición y, en un cierto
rango de temperaturas, el hierro, el titanio y el zirconio. Algunos de estos elementos y el
valor de su constante de red, a (arista de la celda cúbica) están indicados en la Tabla II.

1.12.1 Estructura del cloruro de cesio


Una estructura directamente relacionada con la estructura cúbica centrada en el
cuerpo (c.c.) es la estructura del ClCs, que toma su nombre de este compuesto, y en
donde los átomos de Cl y Cs se distribuyen en los nudos de la correspondiente red de
Bravais de manera que cada átomo se rodea de ocho de otra especie (figura 18).

Figura 18. La celda unidad de la estructura del cloruro de cesio. Deriva de la estructura cúbica centrada en el cuerpo pero,
en este caso, el círculo negro del interior representa un ión Cl- que se encuentra rodeado de seis iones Cs+ (círculos en
blanco de las esquinas del cubo).

26
En este caso, dada la naturaleza diferente de los átomos, la simetría de
traslación de la estructura lleva a una red de Bravais cúbica simple, con una base
biatómica con un átomo de Cs en el origen y otro de Cl en (½,½,½).
Además del cloruro, bromuro y yoduro de cesio, muchos compuestos
intermetálicos, tipo CuZn (latón β), FeAl, AlNi, AgCd, etc., adoptan esta estructura.
Algunos se indican en la Tabla III, junto con el valor, a, de la arista de la celda unidad
cúbica convencional.
TABLA III
ELEMENTOS SELECCIONADOS QUE ADOPTAN LA ESTRUCTURA ClCs

Material a (A) Material a (A)


CuZn 2,94 AlNi 2,88
CuPd 2,99 CsCl 4,12
BeCu 2,70 CsBr 4,29
AgCd 3,33 AgMg 3,28
LiHg 3,29 TiCl 3,83

1.13 Estructura cúbica de caras centradas


Esta estructura, que se designa de forma abreviada por las siglas c.c.c. o f.c.c. 6,
al igual que la cúbica centrada en el cuerpo (c.c.), analizada en el apartado 1.12, tiene
asociada una red de Bravais de igual nombre. Pese a que ésta posee una celda primitiva
romboédrica a la que se le puede asociar una base monoatómica, la estructura se
describe habitualmente mediante la celda convencional en forma de cubo con un átomo
en cada esquina y un átomo en el punto central de cada una de sus caras, todos
compartidos en mayor o menor grado [ver figura 19(b)]; lo que equivale a una celda
cúbica simple con una base asociada de cuatro átomos en

( 0, 0, 0 ) , 
1 1  1 1  1 1
, ,0,  , 0,  ,  0, ,  . El número de coordinación de la estructura es doce, y
2 2  2 2  2 2
la fracción de ocupación es de 0,74. Es una estructura muy densa, de apilamiento
compacto.
La disposición que adoptan los átomos en esta estructura se puede visualizar
considerando el apilamiento de esferas rígidas, idénticas, de la manera más compacta
posible (apilamiento compacto). Esto supone colocar esferas rígidas del mismo tamaño,
en contacto entre ellas y con disposición hexagonal, en un mismo plano, como se
muestra en la figura 19 (a). Cada esfera estará rodeada de otras seis, y entre ellas
dejaran una serie de huecos, aquí denotados por B y C.

6 Proviene del inglés faced centred cubic.

27
Figura 19. (a) Corte transversal de un apilamiento compacto de átomos. Los puntos A denotan la posición central de los
átomos en el plano del papel. B y C son posiciones de hueco, en donde se colocan los átomos de capas sucesivas.
(b) Estructura cúbica centrada en las caras. El plano a trazos discontinuos es el (111), es un plano compacto y sus átomos
se disponen como en (a).

Si sobre las esferas de este plano se colocan otras esferas, que estarán en un
segundo plano por encima de éste, las nuevas esferas se posicionaran en los huecos
dejados por las esferas del primer plano, es decir, bien sobre las posiciones de tipo B o
sobre las de tipo C. Si las esferas de un tercer plano, paralelo a los dos anteriores,
ocupan posiciones sobre los huecos del primer plano que han sido dejados vacantes por
las esferas del segundo plano, se obtiene un apilamiento del tipo...ABCABC... que da
lugar a la estructura cúbica de caras centradas (c.c.c.).
Son los planos normales a la diagonal del cubo, --los planos {111}, uno de los
cuales aparece punteado en la figura 19(b)--, los planos compactos de esta estructura,
cuyos átomos adoptan la disposición de la figura 19(a). Las direcciones <110> de la red
(correspondientes a las diagonales de las caras) definen las direcciones compactas.
La ductilidad, maleabilidad y dureza de los metales depende en muchas
ocasiones de la facilidad con la que los planos de átomos deslizan entre sí. Y en la
estructura cúbica de caras centradas este deslizamiento tiene lugar en los planos
compactos, a lo largo de las direcciones compactas.
Entre los elementos que cristalizan en la estructura cúbica de caras centradas se
encuentran los gases inertes, los metales de valencia elevada (Al, Pb), los últimos
metales de transición y los metales nobles. En la Tabla IV se indican algunos de ellos,
junto al valor de la constante de red a (arista de la celda cúbica convencional).

TABLA IV
ELEMENTOS SELECCIONADOS QUE ADOPTAN LA ESTRUCTURA C.C.C. (F.C.C.)
Material a (A) Material a (A) Material a (A) Material a (A)
Ne 4,46 Ca 5,58 Ni 3,52 Ir 3,84
Ar 5,31 Sr 6,08 Cu 3,61 Au 4,08
Kr 5,64 Al 4,05 Rh 3,80 Ag 4,09
Xe 6,25 Pb 4,95 Fe-γ (*) 3,65 Pt 3,92
(*) Para el rango de temperaturas 910°C –1390 °C.

28
1.13.1 Estructura del cloruro sódico
Una estructura importante relacionada con la estructura cúbica de caras
centradas es la estructura del ClNa, representada en la figura 20. A ella pertenecen la
mayoría de los haluros alcalinos (pero no los compuestos con cesio, cuya estructura se
ha explicado anteriormente), así como los óxidos, sulfuros y seleniuros de los metales
divalentes (Ba, Ca, Mg, Mn, Pd, Sr) y de las tierras raras. En la Tabla V se indican
algunos de ellos, junto al valor de la constante de red a (arista de la celda cúbica
convencional).

Figura 20. La estructura del cloruro sódico. Los círculos pequeños y blancos representan los iones Na+ y cada uno se
encuentra rodeado de seis iones Cl-(círculos rellenos).
Esta estructura parece ser la más favorable a adoptar por sólidos cristalinos
constituidos por dos iones de tamaño muy diferente 7. En ella se puede considerar que los
átomos de un tipo (por ejemplo, los de menor dimensión, como el Na) ocupan los nudos
de una red c.c.c. y los átomos del otro tipo (en este caso, los de mayor tamaño, como el
Cl) los de otra red c.c.c. desplazada con respecto a la de átomos de Na en una cantidad
equivalente a la mitad de la diagonal principal (figura 20).
Es decir, que la estructura del ClNa se puede describir como una red de Bravais
tipo F con una base de dos átomos, un átomo de sodio en (0,0,0) y uno de cloro en (½,
½,½), posiciones referidas a la celda unidad. Cada átomo de un tipo se encuentra
rodeado de seis átomos de tipo distinto, y la celda unidad cúbica tiene ocho iones, cuatro
Na+ y otros cuatro Cl-.

TABLA V
ELEMENTOS SELECCIONADOS QUE ADOPTAN LA ESTRUCTURA ClNa
Material a (A) Material a (A)
AgBr 5,77 KCl 6,29
LiH 4,08 MgO 4,21
MnO 4,45 NaCl 5,64
PbS 5,94 PbTe 6,45

7 La relación de diámetros iónicos es aproximadamente d Na


d Cl  0, 54 , frente a 0,91 para d Cs d Cl , otra estructura con
enlace atómico de tipo iónico.

29
1.14 Estructura hexagonal compacta
La disposición de los átomos en esta estructura, denotada de forma abreviada por
h.c. o h.c.p.8, se logra apilando esferas idénticas de manera compacta, en un proceso
similar al que se ha descrito en el apartado 1.13. Pero, ahora, el apilamiento se debe
realizar de manera que las esferas de la tercera capa ocupen las mismas posiciones que
las de la primera capa, a la que se denomina plano basal. Este nuevo apilamiento se
designa por ...ABABAB... o ...ACACAC..., según sean los sitios ocupados en la segunda
capa.
La estructura cristalina se asocia a la red de Bravais hexagonal simple. La celda
unidad convencional de la estructura cristalina es un prisma hexagonal que contiene seis
átomos, (figura 22), aunque esta estructura se describe también a partir de la celda
primitiva de la red hexagonal, que tiene forma de prisma tetragonal, al que se le añade

2 1 1
una base de dos átomos, uno en (0,0,0) y otro en  , ,  . La arista larga del prisma,
3 3 2
que es normal al plano basal, se toma a lo largo del eje z, y se la denota habitualmente
mediante el vector c. Las aristas de la base se han representado por los vectores de igual
módulo, a y b.

Figura 22. La celda unidad convencional de la estructura hexagonal compacta. También se muestra la celda primitiva
(sombreada) con la posición de los dos átomos asociados.

Al igual que en la estructura cúbica de caras centradas, la fracción de ocupación


es de 0,74 (es una estructura compacta), y el número de coordinación es doce. Esta
estructura tiene una relación ideal entre parámetros de red, c/a = 1,633 (calculada
asumiendo un modelo de esferas rígidas tangentes entre sí), pero muchos de los sólidos
cristalinos reales se alejan considerablemente de este valor ideal.
Las direcciones compactas son las diagonales de la base del prisma, con índices

de Miller 112 0 . Los planos de máxima densidad atómica son los {0001} que se

corresponden con los planos base del prisma.


Entre los elementos importantes que cristalizan con esta estructura están los
metales alcalinos a baja temperatura, los metales divalentes, los primeros metales de

8 Del término inglés hexagonal closed packed.

30
transición y muchas tierras raras. En la Tabla VI, se indican algunos de estos elementos y
sus parámetros de red, a, c.
TABLA VI
ELEMENTOS SELECCIONADOS QUE ADOPTAN LA ESTRUCTURA H.C.
Material a (A) c (A) Material a (A) c (A)
Li (T < 78 K) 3,08 4,82 Ca (T >723 K) 3,99 6,53
Be 2,29 3,58 Mg 3,21 5,21
Sc 3,31 5,27 Y 3,65 5,73
Ti 2,95 4,69 Zr 3,23 5,15
Co (T < 400 K) 2,51 4,07 Ru 2,71 4,28
Zn 2,66 4,95 Cd 2,98 5,62

1.14.1 Estructura de la wurtzita


Cuando la base biatómica asociada a los nudos de la red hexagonal esta
constituida por átomos de distinta especie, se obtiene la estructura de la wurtzita, que
toma su nombre del correspondiente material (el SZn, en fase hexagonal, un material
polimórfico). El apilamiento es hexagonal compacto (ABAB…) con capas alternas de S y
Zn. En esta estructura cristalizan diversos compuestos semiconductores de interés
tecnológico, como el SeCd, SeZn, TeZn. Es una de las cinco estructuras covalentes (por
la naturaleza del enlace atómico).

1.15 Estructura del diamante


Esta estructura se puede describir mediante una red cúbica de caras centradas
con una base de dos átomos: uno en (0,0,0), y otro desplazado en un cuarto de la

1 1 1
diagonal principal  , ,  . Es decir, la celda unidad cúbica de la estructura cristalina
4 4 4
tiene ocho átomos [figura 23(a)].

Figura 23. (a) La celda unidad de la estructura del diamante y de la zincblenda. En la estructura del diamante los átomos
son todos del mismo tipo. En la de la zincblenda se alternan los átomos de dos tipos (por ejemplo, Zn y de S). (b)
Secuencia atómica ...AaBbCc...

31
Cada átomo tiene cuatro vecinos más próximos y doce algo más alejados. Es una
estructura muy abierta. La fracción de ocupación es de sólo 0,34.
Los átomos adoptan los enlaces covalentes característicos, tipo sp3. Por ejemplo,

1 1 1
fijándose en el átomo que ocupa la posición  , ,  , se puede observar que junto con
4 4 4
sus cuatro vecinos más próximos forma un tetraedro. El ángulo de enlace es de 109 28' .
Como se puede apreciar de la figura, la estructura del diamante es equivalente a
dos redes cúbicas de caras centradas interpenetradas, desplazadas entre sí en un cuarto
de la diagonal principal del cubo, que llevan asociadas un átomo compartido en cada
nudo. Siguiendo la descripción de apilamiento y ocupación de planos atómicos
introducida en el apartado 1.13, la secuencia de planos atómicos se puede expresar por
...Aa Bb Cc... , estando los átomos de los planos a, b, c, sobre la vertical de los átomos
correspondientes a los planos A, B, C, [figura 23(b)].
Además del diamante, otros materiales relevantes que cristalizan en esta
estructura son los elementos semiconductores germanio y silicio; el carbono y el estaño
gris.

1.15.1 Estructura de la zincblenda


Un caso particular de la estructura del diamante es la estructura de la esfalerita
[también conocida como de la pechblenda, o de la blenda de zinc, o zincblenda, (la
variedad cúbica del SZn)], en la que los átomos asociados a cada una de las dos redes
cúbicas de caras centradas son de distinta especie y tienen distinta polaridad. Este es
otro caso de una red con base, constituida aquí por átomos de distinta especie.
Materiales cristalinos, tan relevantes hoy en día por sus aplicaciones en micro- y
opto-electrónica, como los compuestos semiconductores GaAs, GaP, InSb, InAs, GaSb,
CdS, cristalizan con esta estructura. Tanto esta estructura, como la del diamante y la de
la wurtzita, pertenecen al grupo de estructuras covalentes.

Para saber más

Polimorfismo y alotropía
Algunos materiales pueden cristalizar en más de una estructura, se dice entonces que
poseen diversas fases polimórficas (cada fase con una estructura, pero sin cambio alguno en su
composición química), y a la habilidad de poseer esta variedad de fases se le denomina
polimorfismo. La transformación de una fase en otra, que lleva emparejada cambios bien definidos
en el número de coordinación atómica y en el tipo de enlace, suele ocurrir por efecto de la
temperatura y también de la presión. Cada fase tiene su propio rango de estabilidad termodinámica
y difiere de otras fases en sus propiedades físicas.
Así, en el apartado 1.12 se adjudicó a los elementos alcalinos, Li, Na, la estructura cúbica
centrada en el cuerpo, pero, en el apartado 1.14 se incluyeron como poseedores de la estructura

32
hexagonal compacta. Igualmente, el SZn puede encontrarse como wurtzita (h.c.) o como esfalerita
(cúbica).
Puesto que las diversas fases poseen la misma composición química, las propiedades
químicas son similares, pero las propiedades físicas --como densidad, calor específico,
conductividad, punto de fusión, comportamiento óptico--, son diferentes al depender de la
disposición atómica en la estructura.
Cuando el polimorfismo ocurre en un elemento, también se denomina alotropía. El estado
alotrópico más estable a menor temperatura, se denota por la letra griega α, el estable en el
siguiente rango de temperatura por β, y así sucesivamente
Los casos clásicos más representativos de alotropía son los que presentan el hierro y el
estaño. El primero, a presión normal y en función de la temperatura, es cúbico centrado en el
cuerpo (c.c.) hasta los 912o C (fase α), y cúbico de caras centradas (fase γ) a temperaturas más
elevadas (entre 912o C y 1400o C) volviendo a adoptar la estructura c.c. por encima de esta última
temperatura (fase δ) aunque se cree que, bajo las condiciones de presión y temperatura del interior
de la tierra, su estructura es h.p.
En cuanto al estaño, la fase a temperatura T < 260 K tiene la estructura del diamante y se le
denomina estaño gris. A temperaturas superiores se forma el estaño blanco, con una red tetragonal
centrada en el interior. Las propiedades de conducción de cada fase son diferentes, siendo
conductor el estaño blanco y semiconductor el estaño gris.
En la actualidad, el carbono es otra estrella del polimorfismo. Con presiones elevadas
cristaliza con la estructura del diamante, estructura que una vez formada se mantiene a presión
atmosférica y temperaturas inferiores a 900o C. Sin embrago, es más común encontrarlo con la
estructura del grafito (figura 24), por ser la forma estable que se forma a temperatura ambiente. La
estructura del grafito muestra un apilamiento laminar, cuya disposición atómica se repite cada dos
capas (apilamiento tipo AB), y en donde los átomos de carbono de cada capa forman anillos
hexagonales del tipo de la molécula de benceno. De manera que, en cada capa, cada átomo de
carbono se encuentra ligado a otros tres (a una distancia de 1,415 A) mediante enlaces covalentes,
mientras que las capas sucesivas de átomos se encuentran ligadas entre sí por débiles enlaces de
van der Waals, con una separación entre capas de 3,35 A.
Esta diferencia de estructura se manifiesta en diversas propiedades. Así, el diamante, es un
muy buen aislante eléctrico y un excelente conductor térmico, además de ser el sólido conocido de
mayor dureza, mientras que el grafito muestra una buena conductividad eléctrica --comparable a la
de los metales-- y su débil enlace entre capas le convierte en un excelente lubricante.

Figura 24. La estructura laminar del grafito, mostrando láminas conectadas mediante enlaces de van del Waalas.

La habilidad de los átomos de carbono de formar estructuras moleculares con forma de


anillo hexagonal y/o pentagonal está directamente relacionada con la formación de grandes
moléculas esféricas y, también, con la de largos tubos laminares. Así, los recientemente
descubiertos fulerenos cristalizan con una estructura cúbica de caras centradas,. pero cada nudo de
la celda unidad cúbica lleva asociado la famosa molécula de carbono C60, que adopta la forma de
un balón de fútbol (figura 25).

33
Figura 25. Celda cúbica del fulereno y la molécula de C60.

Esta molécula tiene 12 caras pentagonales y 20 hexagonales unidas, y un carbono en cada


esquina. Las moléculas se pueden producir en el laboratorio con un arco de carbono en una
atmósfera parcialmente inerte pero, también se encuentran en los procesos parciales de combustión.
Un cristal de fulereno (el buckminsterfureleno) es semiconductor pero los compuestos que forma
con los metales alcalinos (tipo K3C60) muestran superconductividad de baja temperatura crítica (Tc
< 18 K).
En el ámbito bidimensional, el carbono aparece en forma de monocapa formando el
grafeno. Pequeñas láminas de grafeno enrolladas constituyen los denominados nanotubos de
carbono (CNTs), que cada día muestran mayores posibilidades de utilización en nanodispositivos
electrónicos.

RED RECÍPROCA

1.17 Concepto de red recíproca. Definiciones


Como se ha indicado repetidas veces, muchas propiedades de los cristales están
directamente relacionadas con la periodicidad que muestra su distribución atómica. La
existencia de esta periodicidad ha propiciado la posibilidad de simplificar el estudio formal
de los sólidos trabajando, no en el espacio real, sino en un espacio nuevo, denominado
espacio recíproco, cuya definición, propiedades y algunas ventajas de uso se explican en
los apartados que siguen.
Hasta ahora, el cristal se ha descrito suponiendo que cada átomo del mismo se
puede considerar parte de una base cristalina que, a su vez, esta asociada a un nudo de
una red de Bravais con una determinada celda unidad. La posición de cada átomo en el
espacio real se expresa por rj + R n , donde Rn denota el origen de la celda n-ésima de la

red de Bravais, y rj la posición del átomo dado con respecto al nudo origen de la celda.
Pero de todos es conocida la posibilidad de expresar una magnitud física que
varía periódicamente con el tiempo mediante una serie de Fourier en el dominio de la
frecuencia, y las ventajas que conlleva semejante análisis. De manera análoga, es
posible analizar una propiedad de un cristal, que varía en el espacio de manera periódica,
mediante una serie de Fourier en un espacio matemático que se denomina el espacio
recíproco.

34
Así, una estructura periódica tridimensional, ρ(r), que tiene la periodicidad de la
red de Bravais, se puede expresar mediante la serie

ρ ( r ) = ∑ ρg .eig.r
g

siendo g un vector de un cierto espacio, que en seguida se verá cómo se define.


Para preservar la invariancia de traslación de la red, el producto de los vectores g
y r, para cualquier r que sea un vector de traslación del espacio real, debe satisfacer la
relación, g.r =2πm con m entero. (10)
Esta condición para el vector g, permite definir un nuevo espacio – el espacio recíproco--
cuyos vectores base generan la denominada red recíproca.
Los vectores base de la red recíproca tridimensional, a*,b*,c*, -- que se denotan
habitualmente con un asterisco (*)— se definen a partir de los vectores de la red directa,
a, b, c, mediante las siguientes relaciones,
b×c
a*= 2π
a ⋅ [b × c ]
c×a
b*= 2π (11)
a ⋅ [b × c ]
a×b
c*= 2π
a ⋅ [b × c ]
De manera general, los vectores base de la red recíproca se pueden expresar mediante
una formulación equivalente, basada en el producto escalar y obtenida a partir de la
relación (10), por
a*.a = b*.b = c*.c = 2π
a*.b = a*.c = b*.c = b*.a = ... = 0. (12)
Relaciones que, de manera abreviada y con un cambio de notación (ampliamente
utilizada), también se expresan por,

 δij =1 i = j
ai .a*j = 2πδij  si  , con i = 1, 2, 3. (13)
δij =0 i ≠ j
donde ai, aj*, representan los vectores base de la red real y de la red recíproca,
respectivamente.
Nótese que estas relaciones no implican que los vectores de traslación del
espacio directo y recíproco sean paralelos entre sí. Esto último sólo ocurre cuando los
ejes cristalográficos de la red directa son ortogonales.
El conjunto de puntos generados por los vectores base de la red recíproca, (a*,
b*, c*) forma el espacio recíproco que, como se puede observar, es el espacio dual del

35
espacio directo. Nótese que, con independencia de cual sea la elección de los vectores
primitivos a, b, c, de la red directa, siempre se generan los mismos puntos de red
recíproca. Así, a cada red del espacio real le corresponde una red recíproca
perfectamente definida.
De la correspondencia unívoca que existe entre red directa y red recíproca se
sigue que cada propiedad de simetría de la red cristalina se mantendrá en la
correspondiente red recíproca.
Los tres vectores a*, b*, c*, definen la celda unidad de la red recíproca, cuyo
volumen V* viene dado por el producto
=
V* a* .(b* × c* ) (14.a)
Resulta sencillo comprobar que el volumen de la celda primitiva de la red
recíproca, V*, satisface la relación,

8π3
V* = (14.b)
V
siendo V el volumen de la celda primitiva del espacio real.
Igualmente es fácil ver que la red recíproca de la red recíproca es la propia red
directa.
Por otra parte, dado que los vectores del espacio directo (espacio real) tienen
dimensiones de longitud, los del espacio recíproco las tienen de inversa de la longitud
( m −1 ). Es decir, tienen dimensiones análogas a la del vector de onda de un fotón o de un
fonón. Así que el espacio recíproco se puede asociar con gran facilidad al espacio de
momentos, o espacio-k.

Advertencia sobre notación


Al definir la red recíproca, se ha introducido el factor 2π en las ecuaciones que
proporcionan los vectores base. Los textos de física suelen utilizarlo, aunque no así los de
cristalografía. La razón de incorporar este factor es hacer el espacio recíproco, no sólo
dimensionalmente sino también numéricamente, análogo al espacio de los momentos. La presencia
(o ausencia) del factor 2π en la definición de la red recíproca se detecta con facilidad al observar
las expresiones de g, o las directamente relacionadas con ella, así como aquellas en que aparecen
exponenciales en las que se ve involucrado el vector de onda k. Exponenciales que carecerán del
factor 2π si se ha seguido la definición de red recíproca de este texto. Como se puede observar la
diferencia entre la introducción o no de este factor no es conceptualmente esencial, pero hay que ser
consistente en los desarrollos posteriores con la definición empleada para los vectores base de la
red recíproca.

36
1.18 Algunas propiedades de las direcciones y planos de la red recíproca
Al igual que en la red directa, en la red recíproca se pueden definir direcciones y
familias de planos. Un vector de red recíproca se expresa de la forma
g = ha * +kb * +lc * (15)
con h, k, l, enteros. Esto es totalmente análogo al caso de la red directa, en donde cada
dirección se puede denotar mediante los tres vectores de traslación primitivos a, b, c.
Asimismo, para localizar un punto (hkl) de red recíproca hay que medir h
unidades a lo largo de a*, k unidades a lo largo de b* y l unidades a lo largo de c*.
Es fácil comprobar que si r = ua + vb + wc es un vector de red directa, el producto
escalar de r con un vector de red recíproca, g, verifica efectivamente la relación (10) y,
como consecuencia, que
exp(ig.r) = 1, (16)
para cualquier vector r de la red de Bravais directa, y cualquier g que sea un vector de la
correspondiente red recíproca.
Se verá a lo largo de este texto que la consideración de planos de átomos juega
un papel muy importante en muchos procesos cristalinos. En estos casos, la red
recíproca se convierte en una herramienta muy conveniente.
Existe una relación entre los vectores de red recíproca y los planos de la red directa (de
gran utilidad en la teoría de la difracción) que se enuncia a continuación: Para cada
familia de planos reticulares del espacio real, con índices de Miller (h k l) y con
separación d entre ellos, existe un conjunto de vectores de red recíproca, normales a los
planos, teniendo el vector más pequeño de entre ellos una longitud 2π/d y coordenadas
h, k, l.
Y a la inversa, para cada vector de red recíproca g, existe una familia de planos
idénticos de la red directa, normales a g y con separación d entre ellos, siendo 2π/d el
vector más pequeño paralelo a g. Ambas demostraciones son sencillas y se encuentran
desarrolladas en los ejercicios P.1.8 y P.1.9.
Consecuencia directa de estas relaciones es la expresión para el espaciado
interplanar de los planos (hkl),

d hkl = (17)
g hkl
De las propiedades que se acaban de exponer se puede concluir que una buena
manera de caracterizar los planos reticulares es expresando sus normales mediante
vectores de red recíproca. Es decir, que se puede identificar un plano de la red cristalina
mediante los tres enteros con los que se expresa su vector normal en el espacio
recíproco.

37
Utilización de vectores de traslación no primitivos
En apartados anteriores se ha explicado que existe cierta libertad para escoger
los vectores base de la red directa y, de hecho, se mostró la conveniencia, en algunas
situaciones, de escoger para algunas redes cúbicas unos vectores que mostrasen mejor
la simetría de la red, pese a que ello suponía obtener una celda unidad con más de un
nudo de red (celda no primitiva). Esto simplemente supone adoptar una decisión sobre el
tipo de descripción de la red, que no altera la forma de la red.
Pero ahora, la descripción escogida para la red real sí afecta a la red recíproca, y
una descripción de la red real con una celda no primitiva conduce a puntos extra de red
recíproca que no se corresponden con vectores de red recíproca verdaderos. De manera
que cuando, por conveniencia, se trabaja con celdas unidad no primitivas hay que tener
cuidado y no introducir puntos de red recíproca que no lo son. Una situación de este tipo
se encontrará más adelante, al estudiar la difracción por los cristales, y se refleja en las
existencia de extinciones sistemáticas en cristales con determinadas estructuras.
Tal como se ha indicado en el subapartado 1.5.1, cuando se estudian efectos
relacionados con la simetría de traslación del cristal se debe partir de la celda primitiva.

1.19 Redes recíprocas de las redes de los sistemas cúbico y hexagonal


La red cúbica simple, que tiene una celda primitiva cúbica de lado a, tiene como
red recíproca una red cúbica simple con celda primitiva cúbica de lado 2π/a.
La red cúbica de caras centradas, cuya celda unidad convencional es un cubo de
arista a, tiene como red recíproca una red cúbica centrada en el cuerpo con celda unidad
cúbica de lado 4π/a.
De forma análoga, la red recíproca de una red cúbica centrada en el cuerpo (con
celda unidad convencional de parámetro a pero en la que se puede definir una celda
primitiva) es una red cúbica de caras centradas cuya celda cúbica tiene de lado 4π/a.
Para una red hexagonal de constantes de red, c, a, la red recíproca es otra red
2π 4 π
hexagonal, de constantes, , , girada 30° con respecto a la red directa, alrededor
c 3a

del eje-c.

Ejercicio
Determinación de la red recíproca de la red cúbica centrada en el cuerpo

Partiendo de los vectores primitivos de la red cúbica centrada en el cuerpo. [ecuación (4)],
se calcula, en primer, lugar el producto a1.[a 2 × a3 ] = a 3 2 , que es el volumen de la celda
primitiva en el espacio real.
Se procede a realizar los productos vectoriales ai × a j , así,

38
a2
a1 × a 2 = ( x+z )
2
a2
a1 × a3 = − ( y + z )
2
2
a
a 2 × a3 = ( x +y )
2

De las definiciones (11) para los vectores de red recíproca, y sustituyendo valores, se
obtiene, tras simplificar,

= a1* (x + y)
a

= a*2 (y + z)
a

= a*3 (x + z)
a

Estos son unos vectores base de la red recíproca. Es fácil notar que generan una red cúbica
de caras centradas, cuya celda unidad cúbica tiene de lado 4π/a.

Como se observa del ejemplo, para determinar la red recíproca,basta tomar los
vectores primitivos de la red del espacio real y aplicar las transformadas definidas en el
apartado 1.17.

1.20 Zonas de Brillouin


Al igual que el espacio real se puede construir repitiendo celdas primitivas, el
espacio recíproco puede generarse mediante la repetición de una unidad de volumen
adecuada. De entre las posibles elecciones de celda unidad para el espacio recíproco,
existe una especial, conocida como zona de Brillouin, importante por las propiedades
físicas que refleja.
Se denomina primera zona de Brillouin al volumen del poliedro más pequeño
centrado en un punto de red recíproca, y limitado por los planos que bisectan a los
vectores de red recíproca que unen ese punto con cada uno de sus vecinos más
próximos. La figura 26(a) ilustra la construcción de la primera zona de Brillouin para un
caso bidimensional. En las figuras 26(b) y (c) se muestra, respectivamente, la primera
zona de Brillouin para un material con estructura c.c. y c.c.c. Noten que la zona de
Brillouin es una celda primitiva de la red recíproca, y que es el equivalente, en el espacio
recíproco, de la celda de Wigner-Seitz de la red directa. Esto implica que la primera zona
de Brillouin de un material c.c. es análoga a la celda de Wigner-Seitz de un material
c.c.c., y viceversa. Al igual que la red recíproca, la zona de Brillouin también posee la
misma simetría puntual que la red directa del cristal.

39
Figura 26. (a) La primera zona de Brillouin, del espacio recíproco bidimensional, delimitada por las normales en el punto
medio de los vectores (seis en este caso) que unen el origen con los puntos de red recíproca más cercanos a él. (b) Primera
zona de Brillouin para un material c.c. Coincide con la celda de Wigner-Seitz de un material c.c.c. (c) Primera zona de
Brillouin de un material c.c.c. Se ha indicado con letras algunos puntos de elevada simetría.

Las zonas de Brillouin segunda, tercera, etc., están formadas por el volumen
encerrado por los planos que bisectan a los vectores que unen los siguientes puntos de
red recíproca, en orden de proximidad al origen, excluido el volumen de las zonas de
orden inferior. Son zonas fragmentadas. Sin embargo, la primera zona es siempre
continua. A modo de ejemplo, la figura 27 muestra sucesivas zonas de Brillouin para una
red cuadrada bidimensional.

Figura 27. Las cuatro primeras zonas de Brillouin en una red recíproca bidimensional. Las fronteras de cada zona son las
normales en el punto medio de los vectores de red recíproca que unen el origen con cada uno de los puntos que se
muestran.

Además de poseer la simetría completa del cristal y de estar unívocamente


especificada, la primera zona de Brillouin tiene otras importantes características
asociadas, que se iran encontrando a lo largo de los sucesivos capítulos. Por ejemplo, un
factor que confiere gran importancia a las zonas de Brillouin, deriva del hecho de que dos
ondas que se propagan en un cristal, con vectores de onda que difieren en un vector de
red recíproca, causan el mismo efecto en un mismo punto de red, R. Como
consecuencia, es posible considerar únicamente los vectores de onda, k, contenidos en

40
una de las zonas de Brillouin (normalmente la primera), puesto que los vectores de onda
de las otras zonas se pueden referir a los de aquella mediante la simple adición del
correspondiente vector de red recíproca (ver tema cuarto, apartado 4.8). Entre otras
ventajas, esto supone una enorme reducción de esfuerzo a la hora de realizar cálculos --
como se verá en el tratamiento de las vibraciones reticulares, o cuando se discuta el
teorema de Bloch para los electrones del cristal—y es consecuencia de la simetría de
traslación del cristal.

1.20.1 Primera zona de Brillouin de las redes cúbicas


Es interesante conocer los vectores que generan la primera zona de Brillouin de
las redes del sistema cúbico. Los correspondientes a la red cúbica simple son muy
sencillos de determinar. La primera zona de Brillouin de la red cúbica simple se
corresponde con la celda unidad cúbica de lado 2π a , que genera la correspondiente
red recíproca de la red cúbica simple.
Algo más complejos son los vectores correspondientes a la zona de Brillouin de
las redes centrada en el cuerpo y de caras centradas, por lo que se indica su cálculo.
Teniendo en cuenta los vectores primitivos de la red recíproca asociada a la red
real cúbica centrada en el cuerpo, que se pueden denotar por
π π π
(± y ± z ); (± x ± z ); (± x ± y );
a a a
los planos normales a estos vectores, en su punto medio, forman las caras del poliedro
(dodecaedro regular de caras romboidales) que constituye la primera zona de Brillouin.
La figura 26(b) muestra algunos puntos importantes. Así, el punto central de una de las
2π  1 1 
caras –correspondiente a una dirección tipo [110] —tiene un valor N =  0 ,
a 2 2 

mientras que en la dirección [ 010] el valor del punto límite de la primera zona es

2π 2π  1 1 1 
H= ( 010 ) . En la dirección [111] se extiende hasta P=  .
a a 2 2 2
Para la red cúbica de caras centradas, la primera zona de Brillouin [figura 26(c)]
adopta una forma geométrica con más caras que en el caso anterior, aunque el
procedimiento para su determinación es el mismo que se acaba de explicar. Ahora, los
vectores de red recíproca más pequeños son

(± x ± y ± z ) ,
a
pero el octaedro que se generaría con los correspondientes planos bisectores tiene los
vértices truncados por los planos bisectores de otros seis vectores de red recíproca:

41
2π 2π 2π
(±2x) ; (±2y ) ; (±2z ).
a a a
El poliedro resultante tiene catorce caras, como corresponde a un octaedro truncado.
Nótese que en la dirección [100] la zona de Brillouin se extiende hasta el punto

 2π  π π π 
X= 00  , mientras que en la dirección [111] se extiende hasta L =   . El
 a  a a a
2π  3 3  2π  1 1 
punto K siendo  0  y el U =  1 .
a 4 4  a 4 4

1.20.2 Notación de algunos puntos singulares de la zona de Brillouin


En las figuras 26(b) y (c) se puede apreciar que aparecen las letras (W, Γ, L, etc.)
que denotan determinados puntos de la zona de Brillouin. Tienen su origen en la teoría
de grupos y caracterizan la simetría de estos puntos. Porque los diversos puntos de la
zona de Brillouin poseen simetrías diferentes. El punto con mayor número de elementos
de simetría es el origen, (000), o punto Γ. Todos los puntos de las figuras denotados por
la misma letra, por ejemplo, X, son equivalentes, porque sólo difieren en un vector de red
recíproca. Combinaciones de estas letras se utilizan en muchas ocasiones para denotar
direcciones específicas en el cristal, aunque también se designan algunas direcciones de
simetría mediante sus propias letras, como T, D, y también mediante letras griegas, como
Σ, o Λ. (Las letras del alfabeto romano se emplean para puntos en la superficie de la
zona de Brillouin, mientras que las letras griegas se utilizan para puntos que se
encuentran en el interior de la zona).
Así, en la primera zona de Brillouin de la red cúbica, la letra X denota al punto

1  1 1  1 1 1
 00  , M se corresponde con  0  , R con   , ∆ es par ξ 00  , Σ para
2  2 2  2 2 2

[ξξ 0] y Λ para [ξξξ ] .


En la red cúbica de caras centradas, la letra X denota el punto de intersección del
poliedro de la primera zona con el eje x; la dirección [ξ 00] es la ΓΧ , la [ξξ 0] la ΓΚ y la

[ξξξ ] la ΓL .

NOTA. Los sub/ apartados 1.9; 1.10; 1.20.2 y la sección Para saber más son sólo de lectura voluntaria.

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